12- Lado Oscuro Modernismo Brasileño - Croce

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177 176 Razón y Revolución nº 23 tendencia progresista que defendían su gobierno frente a los embates de la oposición. 75 Las permanentes crisis que sufriría el gobierno salteño hasta su intervención federal de 1974, podrían vincularse a esa incapacidad del peronismo para arbitrar una heterogénea base política y social. Recibido: 27/4/12 Aceptado: 28/5/12 75 Esto puede ser visualizado en el estudio de diversos hechos transcurridos durante el año 1974. Frente a sucesivos paros propuestos por la CGT local en oposición al gobierno provincial, Ragone solicita a “sus bases” no realizar ningún acto o movili- zación. Cfr: Paro de la CGT de febrero de 1974, en Soler, Alejandra: Alianzas Sociales y tendencias políticas en el peronismo salteño, 1972 – 1976, Universidad Nacional de Salta. 2012. Tesis de Licenciatura, inédita. Literatura Entre la derecha y la burocracia: el lado oscuro del modernismo brasileño Marcela Croce FFyL-UBA Resumen El artículo estudia a los intelectuales brasileños desde el Modernismo hasta el Estado Novo. Primero se ocupa de las vertientes estéticas y políticas que confluyeron en el Modernismo (Antropofagia, Verdeamarelismo, Anta y su derivación en la Acción Integralista Brasileña). Luego se detiene en los ensayos de interpretación nacional de Gilberto Freyre y los compara con otros textos contemporáneos que arrastran la misma voluntad explicativa y finalmente cierra el recorrido con los burócratas del Estado Novo, que desde la prensa, la administración y la diplomacia dan sustento al régimen varguista. Palabras clave: intelectuales brasileños – Modernismo – ensayo de interpretación Abstract The article focuses on Brazilian intellectuals from Modernismo to the Estado Novo. First addresses the aesthetic and political aspects that came together in Modernism (Antropofagia, Verdeamarelismo, Anta and its derivation in the Acción Integralista Brasileña). After stops in Gilberto Freyre’s essays on national interpretation and compares it with other contemporary texts that carry the same explanatory will and finally closes the tour with the bureaucrats of the Estado Novo, who from the press, administration and diplomacy give support to varguista regime. Keyword: brazilian intellectuals – Modernism – interpretation Essay

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    176 Razn y Revolucin n 23

    tendencia progresista que defendan su gobierno frente a los embates de la oposicin.75

    Las permanentes crisis que sufrira el gobierno salteo hasta su intervencin federal de 1974, podran vincularse a esa incapacidad del peronismo para arbitrar una heterognea base poltica y social.

    Recibido: 27/4/12Aceptado: 28/5/12

    75Esto puede ser visualizado en el estudio de diversos hechos transcurridos durante el ao 1974. Frente a sucesivos paros propuestos por la CGT local en oposicin al gobierno provincial, Ragone solicita a sus bases no realizar ningn acto o movili-zacin. Cfr: Paro de la CGT de febrero de 1974, en Soler, Alejandra: Alianzas Sociales y tendencias polticas en el peronismo salteo, 1972 1976, Universidad Nacional de Salta. 2012. Tesis de Licenciatura, indita.

    Literatura

    Entre la derecha y la burocracia: el lado oscuro del modernismo brasileo

    Marcela Croce

    FFyL-UBA

    Resumen

    El artculo estudia a los intelectuales brasileos desde el Modernismo hasta el Estado Novo. Primero se ocupa de las vertientes estticas y polticas que confluyeron en el Modernismo (Antropofagia, Verdeamarelismo, Anta y su derivacin en la Accin Integralista Brasilea). Luego se detiene en los ensayos de interpretacin nacional de Gilberto Freyre y los compara con otros textos contemporneos que arrastran la misma voluntad explicativa y finalmente cierra el recorrido con los burcratas del Estado Novo, que desde la prensa, la administracin y la diplomacia dan sustento al rgimen varguista.

    Palabras clave: intelectuales brasileos Modernismo ensayo de interpretacin

    Abstract

    The article focuses on Brazilian intellectuals from Modernismo to the Estado Novo. First addresses the aesthetic and political aspects that came together in Modernism (Antropofagia, Verdeamarelismo, Anta and its derivation in the Accin Integralista Brasilea). After stops in Gilberto Freyres essays on national interpretation and compares it with other contemporary texts that carry the same explanatory will and finally closes the tour with the bureaucrats of the Estado Novo, who from the press, administration and diplomacy give support to varguista regime.

    Keyword: brazilian intellectuals Modernism interpretation Essay

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    Antropofagia, Verdeamarelismo, Anta

    Plnio Salgado provena del sector nacionalista del modernismo, donde se haba relacionado con Cassiano Ricardo, Menotti del Picchia y Ral Bopp, distancindose de la lnea cosmopolita en que se espe-cializaba Oswald de Andrade tanto como de la vertiente folklorista y antropolgica que cultivaba Mrio de Andrade. El primitivismo que Salgado recupera en su estudio sobre el tup en el primer nmero de la Revista de Antropofagia repercute en la identidad del grupo que se crea a partir de 1926 y lanza en 1929 el Manifiesto Nhengau Verde-Amarillo, cuya irracionalidad no tarda en derivar en el protofascismo integralista que rene lo que el artculo reclamaba: religin y naturale-za, catolicismo a ultranza y violencia generalmente desplazada hacia la simbologa de las casacas verdes y el brazalete en sigma. El tup es la lengua del reconocimiento; en sus trminos aunque tamizados por el jesuitismo del nhengau1 se disea el saludo Anau (Hermano). El animal escogido como referente es el anta, especie de tapir (nombre que marca la procedencia tapuia) cuyo folklore difunde que las correas hechas con su cuero transmiten a quien las maneja una fuerza extraor-dinaria. La misma recada hacia la zoologa fantstica evidencia Bopp en el poema Cobra Norato (1931), en cuyo inicio el poeta estrangula al animal y se mete en su piel durante el trayecto desde la ciudad hacia la selva, cruzando el Amazonas en direccin a la Tierra Sin Fin (Belm

    1Lienhard, Martin: La voz y su huella. Escritura y conflicto tnico-social en Amrica Latina, Casa de las Amricas, La Habana, 1991.

    do Par) donde se enfrenta a la Cobra Grande en procura del amor de la hija de la Reina Luza.2 El primitivismo se expande en personajes folklricos que forman una galera similar a la desplegada por Mrio en Macunama (1928), donde el personaje cumple un recorrido pau-tado por el desplazamiento del alemn Theodor Koch-Grnberg de Roraima al Orinoco que tambin involucra el Amazonas y So Paulo en busca del amuleto de la muiraquit.

    El ufanismo que se haba expandido como ideologa autocompla-ciente del novecientos a partir de la obra de Afonso Celso Porque me ufano do meu pas (1900) encontraba una inflexin fortalecida por el fascismo italiano desde la Marcha sobre Roma de 1922 en la inme-diatez del manifiesto. El irracionalismo reduce la adscripcin nacional a sensibilidad compartida por quienes comulgan con la no filosofa tup. Contra el indigenismo romntico que opt por una figura arc-dica amputada de la historia real, los verdeamarelistas reclaman que si el indio fue el primero en rerse de sistemas y teoras, crear un sistema en nombre de l ser sustituir nuestra intuicin americana y nuestra conciencia de hombres libres por una mentalidad de anlisis y de gene-ralizacin caractersticas de los pueblos ya definidos y cristalizados. El brasileo, descendiente directo de los tups (pese a los apellidos portu-gueses de todos los involucrados en el movimiento), prescinde tanto de experiencias cientficas como de psicoanlisis y teoremas, renunciando en un mismo gesto a cualquier forma de conocimiento metdico que limite el intuicionismo desenfrenado al que convidan los nacionalistas. Pero simultneamente admiten las instituciones conservadoras, enten-diendo que solo dentro de ellas con sus cuatro siglos de existencia es posible llevar a cabo la renovacin.

    El Manifiesto Antropfago parece haber provocado esta profesin de fe. Leer los textos aislados del debate, insertndolos en la sucesin de escritos de los respectivos responsables, supone negligencia o temeri-dad. No solo el desafo Tup or not tup, that is the question que disuelve los respetos occidentales y proclama la adhesin primitivis-ta se inscribe en esta lnea sino tambin el pie del texto. Fechado en Piratininga, ao 374 de la deglucin del obispo Sardinha, arrastra la

    2El desplazamiento de Cobra Norato en el poema tiene base en los viajes realizados por Bopp por el interior: nacido en Rio Grande do Sul en 1898, se dirige a Recife en 1920 para proseguir sus estudios de Derecho, de all pasa a Belm y termina el periplo en Rio de Janeiro, donde concluye la carrera. Ver: Aras Peixoto, Fernanda: Letras y diplomacia en el Brasil: una aproximacin en tres tiempos, en Carlos Altamirano: Historia de los intelectuales en Amrica Latina. Los avatares de la ciudad letrada en el siglo XX, Katz Editor, Buenos Aires, 2010, p. 106.

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    asociacin nhengau: la ciudad de So Paulo se retrotrae al nombre de la villa fundada por los jesuitas Nbrega y Anchieta, y la presencia del obispo que convoca a la comida desde su determinacin nomi-nal subraya el papel de la Iglesia en la colonizacin de Brasil con-tribuyendo espiritualmente a la expoliacin econmica por la cual Vieira dej el dinero en Portugal y nos trajo la palabrera,3 no menos que a la sublimacin de la antropofagia en la Eucarista. A la religin organizada a fin de justificar el saqueo y lograr la anuencia para el dominio a travs de los auto sacramentales con palabras tups y sin-taxis portuguesa,4 Oswald le responde con la fe dispersa de los tups en el mundo oracular y en la Magia codificada en ciencia, adems del tpico de la transformacin permanente [o transfiguracin, en otro momento] del Tab en Ttem que es seal distintiva del matriarcado de Pindorama.5

    Lo que el manifiesto mantiene indiferenciados son los conceptos de antropofagia y canibalismo, como revela la apelacin a la revolu-cin de los indios caribes que dan origen al nombre y la prctica del canbal que aqu resulta superpuesta a la antropofagia del tup. Sin embargo, existe una diferencia fundamental que estableci con pre-cisin Richard Morse, fascinado con el modernismo al punto de ensa-yar otras conexiones con el movimiento, ya fuera mediante la man-cuerna Oswald/William Carlos Williams pareja a la comparacin de Mrio/T.S. Eliot,6 ya fuera en el ejercicio alocado de McLuhanama, el hroe de oro macizo.7 La distancia entre antropofagia y canibalis-mo est marcada por la condicin ritual de la primera y la puramente alimentaria del segundo. El canbal come a su enemigo para saciar el hambre; el antropfago, en cambio, lo engulle para incorporar al otro,

    3Andrade apud Croce, Marcela (comp.): La discusin como una de las bellas artes. De la revolucin literaria a la literatura en la revolucin, Simurg, Buenos Aires, 2007, p.101. 4Bosi, Alfredo: Cultura brasilea. Una dialctica de la colonizacin, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2005, p.64.5Ibid., p. 104. La obsesin del matriarcado se expande en la obra de Oswald, tanto en los artculos periodsticos como en la disertacin filosfica para aspirar a una ctedra universitaria en 1950 y, finalmente, en el volumen de memorias que public en 1954 con el ttulo Bajo las rdenes de Mam.6Oswald es el enfant terrible del movimiento, mientras Mrio oficia como el Papa (Morse, Richard: Resonancias del Nuevo Mundo, Vuelta, Mxico, 1995, p. 104) o, para plantearlo en los conceptos que Marcel Raymond desarrolla para el surrealismo fran-cs y su prosapia, Oswald es el poeta artista a la manera de Mallarm en tanto Mrio es el poeta vidente al estilo de Rimbaud (Ibid., p. 125).7dem.

    para absorberlo e integrarlo. Uno de los franceses que se fascin con Brasil, Roger Bastide (el otro fue Lvi-Strauss, de lo cual dan cuenta sus Tristes Tropiques), sostuvo en Brsil, terre de contrastes (1957) que la antropofagia es la forma moderna del indianismo que reemplaza al buen salvaje rousseauniano por el mal salvaje, asesino de blancos, antropfago, polgamo, comunista. Una apologa del ogro indgena [...] Oswald devora las teoras extranjeras como su ciudad devora a los inmigrantes para hacerlos carne y sangre brasileas.8

    Las divisiones entre la antropofagia y el verdeamarelismo se advier-ten ms polticas que estticas y resultan de la bifurcacin de un tronco comn. La primera denticin de la Revista de Antropofagia lo revela a travs de los nombres de sus colaboradores y la difusin de sus obras: al texto de Salgado sobre la lengua tup se superponen el Manifiesto Antropfago y los anuncios comerciales que recomiendan las ya edita-das Laranja de China de Alcntara Machado y Macunama de Mrio junto a los inminentes Martim-Serer [sic; en verdad, Martim Cerer] de Ricardo y Repblica dos Estados Unidos do Brasil de Del Picchia. El poema de Ricardo exalta el ufanismo pero admite una integracin de negro, blanco e indio de la que prescinde el verdeamarelismo ms rancio y a la que se resiste la antropofagia deglutoria que, en la Nota insistente con que se cierra el nmero inicial de la revista, aclara que no tiene orientacin ni pensamiento de ninguna especie: solo tiene estmago (p. 8),9 en consonancia con el poema Fome (Hambre) de Guilherme de Almeida, donde en ayunas en el caf Guarany, el poeta antropfago rima y metrifica en honor a la comida.

    8Apud de Campos, en Andrade, Mrio de. Macunama: O hroi sem nenhum car-ter (Edio crtica coordenada por Tel Porto Ancona Lopes), Coleo Arquivos-UNESCO, Florianpolis, 1988, p.12. 9Es inevitable trazar un paralelo ms all del que Jorge Schwartz establece para las obras de Oswald y Oliverio Girondo entre la mltiple proclama devoradora de la revista y la dedicatoria de Veinte poemas para ser ledos en el tranva (1922) al grupo La Pa, en la que Girondo se entrega al cenculo fraternal, con la certidumbre recon-fortante de que, en nuestra calidad de latinoamericanos, poseemos el mejor estmago del mundo, un estmago eclctico, librrimo, capaz de digerir, y de digerir bien, tanto unos arenques septentrionales o un kouskous oriental, como una becasina cocina-da en la llama o uno de esos chorizos picos de Castilla. Girondo, Oliverio: Obra Completa, Losada, Buenos Aires, 1968.

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    Gilberto Freyre: de tup or not tup a la defenestracin del indio

    Pero no son la poesa ni las proclamas revisteriles el nico modo de expansin ideolgica en la dcada de 1920. Entre los mltiples gneros provistos por la escritura para el desarrollo de un pensamiento, el ensa-yo es el que permite mayor libertad de avance. Desde las arbitrarieda-des que establece Montaigne en su inauguracin, pasando por los desa-fos formales que encuentra en esta forma Gorg Lukcs, adhiriendo a la idea de Adorno de que se trata de una cortesa del pensamiento y recalando en la definicin barthesiana segn la cual es el texto des-encadenado por cada vez que en medio de una lectura se levanta la cabeza para detenerse en el impacto de una frase, el ensayo se escurre de una tipologa estricta y por lo mismo invita a todas las permisiones.

    Ensaystica es la exposicin minuciosa, abrumadora, que no vacila nunca ante el catlogo, con que Gilberto Freyre organiza el Manifiesto Regionalista ledo en el Primer Congreso Brasileo de Regionalismo celebrado en Recife en 1926.10 En la ensaystica del antroplogo se advierten los efectos del manifiesto, cuyo estilo arrasa la aspiracin de ser un pronunciamiento grupal (entre sus suscriptores figuran los novelistas Jos Lins do Rgo y Graciliano Ramos). Ni tono aguerrido ni reconvenciones ni disidencias se explayan en la proclama como para adscribirla a ese tipo discursivo; ms bien se trata de una defensa del tradicionalismo, una nostalgia de pocas esclavistas y la afirmacin de una vocacin conservadora que Freyre despliega en sus otros trabajos, apelando al apuntalamiento que le ofrecen las ciencias humanas. Si su obra mayor es Casa Grande & Senzala (1933), no es en ese ensayo donde se asiste a la primera expresin del empeo por elevar la regin a repre-sentacin nacional, pero s es en sus pginas donde se apunta la mejor justificacin para lograrlo.

    La identificacin demasiado vulgar y apresurada del regionalismo con el costumbrismo ignora la voluntad de Freyre de superar el jui-cio esttico reductivo prefiriendo una analoga poltica segn la cual el movimiento pernambucano es el federalismo en literatura, en tan-to se opone a los excesos de la centralizacin y reivindica su papel de

    10La primera edicin en forma de libro data de 1952 (Editora Regio). La condicin tarda de la publicacin alert al escritor Joaquim Inojosa para sostener la tesis de que el texto fue escrito en ese momento, como intenta demostrar en Um manifesto imagi-nrio (1972). Sin embargo, los diarios de 1926 difundieron fragmentos del documento original. Ver Nery da Fonseca, Edson: Gilberto Freyre de A Z, Z Mrio Editor, Rio de Janeiro, 2002.

    resistencia frente a los parientes ricos de Rio y de So Paulo. No es el separatismo el que lo alienta sino cierta distancia respecto de los que juzga excesos modernistas en el orden esttico, aunque tambin una consideracin en disidencia de las figuras respectivas del negro y el indio. Pero bsicamente en la diferencia entre modernismo y regiona-lismo se apunta el viejo conflicto brasileo entre el Sur y el Norte, algo de lo que dar cuenta tambin Ramos en la crnica homnima.

    El regionalismo conservador que disea inicialmente Freyre regis-tra las adhesiones inequvocas a la Action Franaise fundada por Charles Maurras y a otros miembros de la derecha europea como Charles Pguy y Gilbert K. Chesterton, a quienes Freyre contacta durante sus estadas en Pars y Oxford. El modernismo que el antroplogo trae de Europa no es el mismo que elige el movimiento paulista, sino que porta el tinte reaccionario con el cual Freyre sostiene en su tesis universitaria que la situacin del esclavo en el Brasil patriarcal era superior a la del obrero europeo a comienzos del siglo XIX (impresin que en CG&S extiende hasta el obrero norteamericano de las fbricas fordistas). Pero antes de su paso por Francia e Inglaterra cumpli un tpico trayecto colonialista que lo llev a Portugal y a frica, donde comenz a pergear la idea original de una cultura amplia que deba estudiarse en una discipli-na llamada lusotropicalismo, cuyo principio rector es la pertenencia de toda la pennsula ibrica al continente africano.

    La filognesis de la familia esclavista en la que naci Freyre se com-plementa as con la ontognesis de la adscripcin a la regin, y solo en segunda instancia a la nacin, que queda inserta en un orden tropical en el que se articulan el azcar y la esclavitud, el agrarismo y el feu-dalismo. De all la comparacin con el Deep South norteamericano, donde el rgimen patriarcal de economa cre casi el mismo tipo de aristcrata y de casa-grande, casi el mismo tipo de esclavo y de senza-la que en el Norte de Brasil y en ciertas partes del sur.11 El mestiza-je promueve una atenuacin de la rigidez feudal, tambin desafiada mediante el papel crecientemente relevante de la mujer como elemento de democratizacin social.12 Es la influencia de Franz Boas, a quien Freyre conoce durante un curso en la Universidad de Columbia, la que se detecta en la consideracin culturalista que, sin sustraerse a las nociones de raza y religin, se inclina por otorgar relevancia a las de experiencia cultural y organizacin familiar. Pero la raza y la religin

    11Freyre, Gilberto, Casa-Grande & Senzala: Formao da famlia brasileira sob o regi-me da Economia Patriarcal, Jos Olympio Editra, Rio de Janeiro, 1966, p. XXX.12Ibid., p. XXXIV.

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    siguen siendo dominantes: en desmedro del indio, a quien se descar-ta con el prejuicio expandido de su preguia (pereza) tipificada por Monteiro Lobato en el personaje de Jeca Tat, el antroplogo exalta al negro por sus tradiciones y su sangre (que ayud a dar a los cimientos de las casas grandes su consistencia casi de fortaleza)13 y condena con vehemencia el espritu mercante y usurero de los judos.

    El mtodo freyreano es el materialismo esencializado en el que la casa grande se configura como unidad nacional, garantizando la estabilidad y el equilibrio racial contra la lucha de clases que descarta como mito marxista, deplorando los planteos del Partido Comunista Brasileo (PCB), y plegndose en contrapartida al presunto cientifi-cismo desplegado por la derecha que se aglutina tras Oliveira Viana. En la conviccin de CG&S, la arquitectura slida cuya indagacin prosigue en Sobrados e Mocambos (1936) procura compensar la preca-riedad social. Por eso la Abolicin de 1888 que arruin a la familia aris-tcrata del ensayista representa un derrumbe que vuelve improductiva a la sociedad antes tan laboriosa, como si cayera vctima de una dege-neracin. La antropologa cultural apaada por Boas no logra auxiliar el ejercicio casi autobiogrfico que cumple Freyre, cuando la arbitra-riedad que opone tesis prejuiciosas a hiptesis demostrables liquida el mtodo y revierte el ensayo cientfico en prctica literaria, como desta-ca Darcy Ribeiro en un prlogo tardo.14

    El eticismo ambiguo de Freyre prefiere evitar toda evaluacin de costos fsicos en el relevamiento de la heterognea coleccin de negros de variada procedencia africana, indgenas de todo el territorio, por-tugueses descastados, rabes de arraigo peninsular, holandeses tran-sitorios y judos avariciosos, cuyas empresas dinerarias reciben una condena que no condice con el trato hacia los portugueses comercian-tes. Acaso porque el paganismo fundamental de los lusos resulta ms apto para la cordialidad del constructor de naciones que el cristianismo punitorio que tanto xito registr en las colonias espaolas y cuya hue-lla brasilea es el rigor de una Inquisicin que reserv toda intimidad al confesionario y releg al siglo XX la manifestacin de una literatura autobiogrfica significativa en Brasil.

    El portugus y no el indio es el fundador de la nacin en la pers-pectiva occidentalista de Freyre. Es quien est a mitad de camino entre identidades en colisin: Un espaol sin la llama guerrera ni la

    13Ibid., p. XLI.14Ribeiro, Darcy: Prlogo a Gilberto Freyre, Casa-Grande y Senzala. Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1977 (IX-XLI).

    ortodoxia dramtica del conquistador de Mxico y de Per; un ingls sin las duras lneas puritanas. El tipo del contemporizador. Ni ideales absolutos ni preconceptos inflexibles. En tal caracterizacin proliferan las coincidencias con el siguiente ensayo de interpretacin nacional, el que en 1936 da a conocer Srgio Buarque de Holanda con el ttulo Razes do Brasil. Junto con el texto de Freyre y el libro de Caio Prado Jnior, Formao do Brasil contemporneo (1940), componen la triloga de la voluntad explicativa brasilea en los 30, en medio de la convul-sin por el ascenso de Vargas y la mutacin del rgimen original hacia el Estado Novo. En ese grupo, CG&S se configura como nexo entre el prejuicio cientificista que se solazaba en los epgonos del positivismo y el trabajo sociolgico con voluntad rigurosa de los nuevos ensayistas.

    La reivindicacin de Freyre seala a su pesar el opacamiento de las resistencias regionales en pro de las alternativas nacionales: si en el aspecto poltico es una necesidad de unificacin y el mejor modo de controlar las pretensiones de las oligarquas locales, en el orden de la escritura es la voluntad de una sociedad que reclama erradicar los resabios esclavistas y confiar en un hombre nuevo, no con nfulas revolucionarias sino identitarias. El hombre cordial de Buarque de Holanda es quien logra improvisar all donde siempre se efectuaron clculos errneos, es el que puede conquistar el interior como un ban-deirante en vez de establecerse en la comodidad del litoral, el que con-seguir integrar la selva a la ciudad. Es decir, el pregonero de esa lnea poltica que en el Brasil desarrollista instalar sobre el borde del Mato Grosso la ciudad ms modernista del pas para erigirla en capital.

    Integralismo y comunismo sobre fondo modernista

    El indgena como mito fundador fue tambin la base del Integralismo. Tal apelacin constituye la demostracin avant la let-tre de la teora de Benedict Anderson segn la cual las naciones son comunidades imaginadas por los intelectuales. La exaltacin del negro sobre el indgena que oper Freyre se inscribe como respuesta a la entronizacin del tup que, arraigado en la antropofagia, practicaron los verdeamarelos-integralistas.

    Pero el ala reaccionaria del modernismo no se agota en esa tenden-cia ni se resuelve en la pura poltica que, como adherencia maurrasia-na, arrastraban algunos de los ms fervorosos militantes de la derecha. Al verdeamarelismo devenido Integralismo le corresponde la manifes-tacin catlica liderada por Alceu de Amoroso Lima, quien se popu-lariz con el seudnimo de Tristo de Athayde. Su prdica dist de la

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    originalidad y su impulso recibi el respaldo de Jackson de Figueiredo, el fundador del Centro Dom Vital que muri antes de los treinta aos de edad y cuyo modelo fue el obispo de Olinda Vital Maria Gonalves de Oliveira, enfrentado a la masonera y condenado a prisin por el viz-conde de Rio Branco en la dcada de 1870. El Centro, fundado en 1921, tuvo como principal rgano de expresin la revista A Ordem, creada en el mismo 1922 iniciado para la historia esttica local con la Semana de Arte Moderno, pero entregada a la defensa de todo aquello de lo que el modernismo abjuraba, comenzando por la educacin religiosa y la res-titucin del catolicismo nacional que los liberales haban lesionado aunque no liquidado y cuya reanimacin encontrara un aliado en el Vargas presidente que inaugur, a un ao de la revolucin, la Estatua de Cristo Redentor en el Corcovado carioca.

    Apenas previa es la creacin de la Accin Universitaria Catlica (1929) a la par de editoriales y universidades confesionales que se suman a la Accin Catlica, la Juventud Catlica y la Confederacin de Asociaciones Catlicas. Desde comienzos de los 20 venan formndose organizaciones paralelas a la jerarqua eclesistica, dirigidas por inte-lectuales laicos como el caso de Figueiredo, cuya obstinacin eucarsti-ca puede compararse con la de Atilio dellOro Maini en la misma po-ca en la Argentina. Pero ms significativa resulta la actitud de Tristo de Athayde, no solo por su duracin sino tambin por la conversin que acarrea desde el materialismo inicial hacia un espiritualismo devoto:

    Pas del evolucionismo naturalista spenceriano al evolucionismo creador bergsoniano [] La gran novedad de Bergson era conceder la primaca al espritu [] A travs de Bergson evolucion hacia el vitalismo y el espiritua-lismo contra el escepticismo y el materialismo previos [] Slvio Romero me dio a conocer la cultura brasilea filosfica [] volv a la lectura de Maritain, que me revelaba la democracia cristiana, la democracia social, con su huma-nismo integral.15

    La hiptesis de Miceli es que la Iglesia recluta a polticos en dis-ponibilidad, que en los aos 30 no pueden provenir sino de los parti-dos del Antiguo Rgimen desplazados por la derrota de la oligarqua.16 Tambin hace leva de intelectuales que sienten igualmente amenazada

    15Apud Miceli, Srgio: Intelectuais e clase dirigente no Brasil (1920-1045), Difel (Coleo Corpo e Alma do Brasil, dirigida por Fernando Henrique Cardoso), So Paulo-Rio de Janeiro, 1979, pp. 48-49.16Ibid., p. 58.

    su situacin al cambiar el orden tradicional, como lo prueba la adhe-sin de Afrnio Peixoto, tal vez motivado asimismo por la circunstan-cia familiar de que su esposa fuera hermana de Otvio de Faria y de la mujer de Amoroso Lima. Sin embargo, los representantes ms cons-picuos del catolicismo local son los poetas reunidos inicialmente en la revista Literatura dirigida por el poeta y editor Augusto Frederico Schmidt y luego en la revista Festa, surgida en 1927 en Rio de Janeiro, entre cuyos colaboradores figuran Jorge de Lima, Murilo Mendes y Ceclia Meireles.17 Mendes y de Lima se expandieron en la mstica a travs de los poemas conjuntos de Tempo e Eternidade (1935); luego, el mdico que haba comenzado sus estudios en el Seminario Diocesano incurri en las hagiografas de San Francisco de Ass y San Antonio (1947).

    En el otro extremo, tambin ligado a la literatura pero ms a la cr-tica y al ensayismo, aparece Astrojildo Pereira, fundador del PCB en el intenso ao 1922, despus de ser apresado por organizar un movi-miento anarquista en Rio de Janeiro en 1918. Cuatro aos ms tarde, y en coincidencia con el levantamiento de los tenentes en el Fuerte de Copacabana, decidi dar estructura partidaria a lo que haba inicia-do como un grupo comunista carioca. Los jvenes que el 4 de julio de 1922 se negaron a reconocer al presidente electo Artur Bernardes per-tenecan a los grados inferiores de la carrera militar, situacin humi-llante en la estructura jerrquica que agravaba la circunstancia de que el ejrcito fuera percibido como el confn de la degradacin social a que pueden llegar los parientes pobres de la oligarqua.18 A la revuel-ta tenentista pertenecieron figuras de larga actuacin poltica, como el brigadier Eduardo Gomes neutralizado por Getlio Vargas y derrota-do electoralmente por l en 1950 y el cearense Jurez Tvora, a quien Juscelino Kubitschek venci en los comicios de 1955 para la presidencia nacional.

    Como crtico, Pereira puede ubicarse en las proximidades de otros marxistas como Caio Prado Junior y Nelson Werneck Sodr, no solo por su adhesin terica sino tambin por su pareja ignorancia de Antonio Gramsci,19 conocido en cambio en el crculo peruano de la

    17Silviano Santiago, en la novela En libertad donde desarrolla un diario ntimo atri-buido a Graciliano Ramos, ficcionaliza una situacin de espera en el consultorio mdico de Jorge de Lima donde Ramos se encuentra con Mendes, Amoroso Lima y Mrio, de quien sabe que el catolicismo no le desagrada Santiago, Silviano: En libertad, Corregidor (Coleccin Vereda Brasil N 7), Buenos Aires, 2003, p.172.18Ibid., p. 31.19Coutinho, Nelson Carlos: Brasil y Gramsci: variadas lecturas de un pensamiento,

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    revista Amauta e introducido subrepticia y a veces annimamente en Latinoamrica por Jos Carlos Maritegui.20 La obra fundamental de Astrojildo abarca dos autores radicalmente dismiles como Machado de Assis y Lima Barreto, un mulato consagrado al punto de autorizarse como fundador de la Academia Brasilea de Letras (ABL) y un mulato descastado que introdujo una renovacin en la prosa que desmaleza el terreno para el modernismo.

    Pereira se reuni en Bolivia con Prestes en 1927, cuando el joven oficial encabezaba la Columna que llevaba su nombre y que recorri 25 mil kilmetros enfrentndose al oficialismo. Si en un principio el enemigo era Bernardes, a partir de 1932 el combate se estableci con Vargas, quien inicialmente haba sido aliado de los tenentes para conse-guir apoyo a fin de llegar al poder, pero luego fue negndoles la partici-pacin poltica que reclamaban, lo que los impuls a fundar la Alianza Nacional Libertadora (ANL) y a participar de la intentona comunista de 1935. Fracasado el movimiento, su resultado fue la prisin de Prestes y la deportacin de su esposa, la alemana Olga Benario, que termin su vida en un campo de concentracin. Como un auxilio adicional, Vargas implement el Plan Cohen para perseguir a los comunistas, justificando en el ansia ordenancista el golpe del Estado Novo en 1937.

    As como el comunismo estableci alianzas entre las filas militares, el Integralismo creci en tanto reaccin eclesistica frente a la inter-vencin estatal en dominios antes reservados a esa variante del clien-telismo que fue la poltica de los coroneles.21 El mpetu ultraderechista ejemplific la correspondencia entre las transformaciones del campo intelectual y las sufridas por las familias de la clase dirigente donde previamente eran reclutados estos miembros de una doble lite, por su pertenencia de clase y por su formacin privilegiada. La cooptacin de la intelligentzia a instancias del poder manifestaba el cambio social a travs de las relaciones estticas y exceda el espacio recortado de los catlicos y los fascistas para extenderse a todo el campo intelectual, donde como un reflejo del orden econmico se verificaba un proceso de sustitucin de importaciones que promova autores locales all donde hasta entonces campeaban las traducciones extranjeras y que dispona de idelogos propios aunque demasiado apegados a modelos exter-nos donde triunfaba el consumo de lo ajeno.

    en Nueva Sociedad n 115, Caracas, septiembre-octubre 1991, p.104.20Croce, Marcela (ed.): Latinoamericanismo. Historia intelectual de una geografa ines-table, Simurg, Buenos Aires, 2010, p. 206. 21Miceli, Srgio: Intelectuais e clase dirigente, op. cit., p. xvii.

    Escritores de los 30: los burcratas del Estado Novo

    Durante la etapa varguista se impone una creciente privatizacin del mercado editorial, de modo que en reemplazo de las obras autofi-nanciadas o subsidiadas por instituciones surgen las editoriales comer-ciales. A la Editora Nacional creada por Monteiro Lobato en 1925 en So Paulo, se suma Jos Olympio en Rio de Janeiro, la Editora Globo en Rio Grande do Sul y la rareza de Schmidt quien, actuando como bisa-gra entre el modernismo paulista, los novelistas nordestinos y los poe-tas catlicos, se erige en difusor y orientador de un grupo cuyas estriba-ciones finales se inscriben en las obras poticas de Carlos Drummond de Andrade y Vinicius de Moraes.

    Monteiro Lobato revistaba en un conjunto que Miceli indentifica como anatolianos, quienes iniciaron la profesionalizacin de la lite-ratura en Brasil y en algunos casos Machado de Assis, Guimares, Alencar encontraron un xito econmico del que el autor de Urups (1918) particip. Los modernistas, desde la provocacin de la Semana, apuntaron a cierto elitismo vanguardista opuesto al profesionalismo, instalando la equvoca nocin de gusto como categora social, al ins-cribirse ms acertadamente en la historia de la importacin de los patrones de gusto de la clase dirigente ligada a la expansin del caf que en la historia de la produccin intelectual.22 El libro de Miceli apunta tanto a desbaratar el papel dominante que se le adjudic al movimiento modernista en la historia de la literatura local como a des-tacar la interseccin de las adscripciones intelectuales y las afiliaciones partidarias que en conjunto respaldaron las carreras de los escritores a medida que el debilitamiento del esquema de la Repblica Velha les vedaba la integracin en las instancias consagratorias y de difusin. La intervencin poltica oper a la vez como resguardo clasista y como trampoln personal.

    Sospechando que las derrotas de la oligarqua paulista de 1930 y 1932 respondan a la carencia de cuadros especializados para el des-empeo poltico y cultural, la clase dirigente estadual se entreg a la creacin de la Escuela de Sociologa y Poltica, la Facultad de Filosofa, Ciencias y Letras (en la recin creada Universidad de So Paulo) y el Departamento Municipal de Cultura.23 Esta voluntad oligrquica determin el momento de fundacin de las sedes brasileas de educa-cin superior, ya que hasta entonces la universidad era un esbozo y lo

    22Ibid., p.14.23Ibid., p. 21.

  • 191190 Razn y Revolucin n 23 Entre la derecha y la burocracia

    que oficiaba como sucedneo era la Escuela Politcnica, menos orien-tada hacia las Humanidades que hacia conocimientos prcticos. Era previsible que Oswald, beneficiario del crecimiento paulista, adhiriera a la poltica oficial, mientras Paulo Prado, Alcntara Machado y Mrio se alistaban en la oposicin democrtica. De hecho, la relacin entre los dos Andrade los muestra en los extremos de un paradigma: Mrio es el pariente pobre mientras Oswald se declara hombre sin profe-sin en el desafo autobiogrfico que lanza. La situacin repercute en sus respectivos recorridos: Mrio viaja por el interior en busca de mate-rial para su investigacin folklrica en tanto Oswald se desplaza por el exterior, impregnndose de toda novedad que pueda importar.

    En el eslabn derechista, Ricardo pasar de sus simpatas inte-gralistas a la direccin de Departamento de Imprensa e Propaganda (DIP) del gobierno varguista, que durante el Estado Novo quedar en manos de Motta Filho, antiguo director de Klaxon, juez de paz de So Paulo y redactor de peridicos como Correio Paulistano, Dirio de So Paulo y Folha da Manh, adems de ministro de Cultura durante el mandato de Caf Filho (1954-1955). En esos mismos aos, la ABL integraba a los primeros modernistas: a Guilherme de Almeida en 1930 se suman Ricardo en 1937 y del Picchia en 1943, como recompensa por los servicios oficiales. Los intelectuales varguistas asumen la oficializa-cin de la cultura en contrapartida de los anatolianos: si stos eran pro-fesionales al servicio de la oligarqua, los primeros responden a la lite burocrtica antes que a los dirigentes polticos. En otras palabras, a los escritores funcionarios les suceden los funcionarios escritores, encar-gados de tejer una red en la cual mientras los antiguos vanguardistas comienzan a revistar como acadmicos, el propio Vargas es electo para ocupar en la ABL la vacante de Alcntara Machado por la iniciativa obsecuente de Oliveira Vianna y Gustavo Barroso.

    Pero lo ms significativo del desempeo estatal de los intelectuales corresponde a su trabajo en la diplomacia, convirtindose en emba-jadores y agregados culturales (la funcin resulta algo anacrnica) del Itamaraty. La tendencia se inici durante la gestin de Jos Maria da Silva Paranhos Jnior, barn de Rio Branco, en el Ministerio de Relaciones Exteriores (1902-1912), quien se propuso captar a los inte-lectuales con el fin de constituir la inteligentzia de la repblica ins-talada en 1889.24 A lo largo de medio siglo es posible distinguir tres perfiles de funcionarios letrados: el que admite la convergencia de la

    24Aras Peixoto, Fernanda: Letras y diplomacia en el Brasil: una aproximacin, op. cit., p. 99.

    carrera diplomtica y literaria Oliveira Lima, el que ingresa a la diplomacia como autor reconocido y abandona la primera carrera Ral Bopp y el que se entrega a la direccin de Asuntos Culturales el referido Verssimo. Los tres corresponden a sendos momentos de la historia brasilea: la republicanizacin, el varguismo y el perodo de postguerra.25

    Si Oliveira Lima inicia la prctica de los viajes de representacin, Bopp llega al Itamaraty pertrechado con los recorridos por el interior brasileo en que se vincula con los crculos literarios locales: en Recife frecuenta a Jos Lins do Rgo; en Rio a Bandeira, Graa Aranha y los poetas de Festa; en So Paulo inicia el contacto con Anta para deslizar-se luego hacia la antropofagia, cuando tambin se inicia en el perio-dismo en la Agncia Brasileira de Notcias. Justamente en su papel de entrevistador conoce a Vargas en 1928, quien lo convida al servi-cio diplomtico en 1932.26 Reduciendo la escritura a libros de viajes y memorias, Bopp no abandona las revisiones y republicaciones, y as la quinta edicin de Cobra Norato (1954) incluye cambios textuales y una portada dibujada por Joan Mir en lugar de la ilustracin de Flavio de Carvalho de 1931.

    El caso del novelista gacho rico Verssimo muestra cmo las dis-posiciones favorables al trabajo intelectual coincidieron con las deman-das en expansin de la editora ms importante fuera del eje Rio-So Paulo (Editora Globo).27 A mediados de los aos 30 ser cooptado por el Departamento de Estado norteamericano, al realizar su primer viaje a la potencia, lo que lo exime de haber quedado reducido a un letrado provinciano,28 en la hiptesis contrafctica que imagina cmo hubiera sido su vida sin tales ventajas. Resulta notorio que desde ese momen-to los patrones culturales comienzan a proceder de Estados Unidos, convirtiendo a numerosos intelectuales en traductores y adaptadores culturales incentivados por becas y dems prebendas. En un prrafo de esplndido desaliento, Drummond de Andrade resume el vnculo entre intelectuales y cargos pblicos en Brasil, y pese a su propio ejer-cicio de tales funciones, no trepida en otorgar cierta resonancia local a los embates continuos e irnicos de Ggol hacia la burocracia rusa:

    25Ibid., p. 100.26Ibid., pp. 106-107.27Miceli, Srgio: Intelectuais e clase dirigente, op. cit., p. 124.28Ibid., p. 128.

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    casi toda la literatura brasilea, en el pasado como en el presente, es una literatura de funcionarios pblicos. Nuestra figura mxima [...] fue un direc-tor general de Contabilidad del Ministerio de Viao, Machado de Assis [...] Ral Pompia, director de Estadstica del Dirio Oficial y de la Biblioteca Nacional; Olavo Bilac, inspector escolar en Rio [...] Alberto de Oliveira, direc-tor de Instruccin en el Estado de Rio, como tambin lo fueron Jos Verssimo y Franklin Tvora, respectivamente en Par y en Pernambuco; Aluzio Azevedo, oficial mayor en el Estado de Ro y Cnsul [...] Ronald de Carvalho, practicante de secretara y despus oficial en Itamaraty; Coelho Neto, director de Justicia en el Estado de Ro [...] Joo Ribeiro y Capistrano de Abreu, oficiales de la Biblioteca nacional [...] Araripe Jr., oficial del Ministerio del Imperio [...]; Jos de Alencar, director y consultor de la Secretara de Justicia [...]; Manuel Antonio de Almeida, administrador de la Tipografa Nacional y oficial de la Secretara de Hacienda; Lima Barreto, oficial de la Secretara de Guerra [...] para que pro-siga entre nosotros cierta tradicin meditativa e irnica.29

    El propio Verssimo abunda en autocrtica en O seor embaixador (1965), donde la vida diplomtica exhibe su aspecto mundano y superfi-cial, y las consideraciones polticas lamentan la profusin de dictaduras de izquierda y derecha en Amrica Latina.30 El cambio de la literatura por la poltica y el paso del modernismo entusiasta hacia el lamento por la casa assasinada (Lucio Cardoso), correlativo de la exaltacin del tup por las preferencia medievales de Noigandres, son sntomas de la modi-ficacin mayor que represent el varguismo en el poder y del destino de dominacin que admita Brasil a travs de una relacin cada vez ms dependiente con Estados Unidos. La advertencia sobre el pasaje de la conciencia alegre a la conciencia trgica del subdesarrollo entre los 20 y los 6031 se complementa con la denuncia de los efectos del desarrollo dependiente que plantean Fernando Henrique Cardoso y Theotnio dos Santos desde la socioeconoma crtica de la Teora de la Dependencia.

    N.B.: Excepto indicacin especial, todas las traducciones del portugus me corresponden.

    Recibido: 14/8/2011Aceptado: 20/11/2011

    29Carlos Drummond de Andrade: Passeios na Ilha, op. cit., pp. 658-659.30Aras Peixoto, Fernanda: Letras y diplomacia en el Brasil: una aproximacin, op. cit., p. 114.31Candido, Antonio: A educao pela noite e outros ensios, Atica, So Paulo, 2003.

    Reseas

    De luchar se ocupa el patrn

    Roberto Muoz

    Resea de Muzlera, J., M. Poggi y X. Carreras Doallo (comp): Aportes, sujetos y miradas del conflicto agrario argentino (1910-2010), CICCUS, Buenos Aires, 2011.

    CEICS

    En marzo de 2008, en el contexto de la crisis mundial en curso, el gobierno kirchnerista intent aumentar la alcuota del impuesto sobre los derechos de exportacin de los productos agropecuarios a la vez que estableca su carcter mvil de acuerdo a las variaciones en los pre-cios internacionales- para financiar un esquema econmico que ya mostraba signos de agotamiento. La medida fue resistida por las dis-tintas capas del capital agrario, dando lugar a una movilizacin pol-tica de magnitud solo equiparable con el llamado Grito de Alcorta, cien aos atrs. Durante 123 das, la burguesa agraria argentina se hizo piquetera cortes de ruta, concentraciones, bloqueos, etc.- para defender su porcin de renta. En esta resea, nos ocuparemos de una nueva compilacin que pretende ser un aporte para el estudio de los conflictos agrarios en Argentina, y en particular sobre la reciente rebe-lin del campo. En la introduccin, los compiladores destacan la tras-cendencia de este ltimo conflicto y sientan posicin sealando que los bandos en pugna impusieron una imagen homognea del campo que silenci los susurros de los pequeos chacareros y campesinos. Al mismo tiempo, plantean que la conflictividad agraria en Argentina no es nueva y lo ejemplifican con el Grito de Alcorta que, siguiendo a Grela, se tratara de la primera huelga agraria en la que intervinie-ron 120.000 trabajadores de la tierra. Es decir, reproducen las visiones dominantes sobre el medio rural pampeano, convirtiendo a explotado-res de fuerza de trabajo los chacareros- en los verdaderos productores agrarios.

    El libro est estructurado en tres partes. Segn indican los com-piladores, la primera: Aportes tericos para la comprensin de los