2010 Ciudad Justicia Utopia

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Sociedad equitativa, ciudad justa y utopa

Alain Musset1

1 EHESS-Paris, laboratorio GGH-TERRES, Revisin del texto : MaraDolores Linares.


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El 3 de marzo de 1794, en su informe sobre los enemigos de laRevolucin presentado a los miembros de la Convencin en nombre

del Comit de Salvacin Pblica, Louis Antoine de Santo-Just escriba:La felicidad es una nueva idea en Europa.1 De manera bastanteparadjica, esta frase asombrosa ha sido redactada en el ojo del huracnrevolucionario, cuando los partidarios de Robespierre queran acelerarlas reformas, eliminar la oposicin, borrar todas las huellas del pasado yhacer justicia distribuyndoles a los desfavorecidos los bienesconfiscados a la nobleza y a los enemigos del pueblo: Que Europa seentere de que Ustedes ya no quieren ni a un infeliz ni a un opresor en elterritorio francs; que este ejemplo fructifique sobre la tierra; que sedifunda el amor de las virtudes y la felicidad!2 Algunos meses mstarde, tanto Santo-Just como Robespierre y todos los que habanelegido el Terror para defender la Virtud quedaron arrestados,procesados, condenados en caliente y guillotinados en el entusiasmogeneral. Pero la idea de un derecho a la felicidad para todos, y nosolamente para los privilegiados del Antiguo Rgimen, haba hecho sucamino. Se inscriba en la lnea de la declaracin de Independencia delos Estados Unidos que, veinte aos atrs, haba fundado su legitimidad

sobre el mismo argumento: Consideramos como evidentes por ellas

1 Albert Ollivier, Saint-Just ou la force des choses, Paris, Gallimard, 1954 p. 396.2 Saint-Just, Sur le mode d'excution du dcret contre les ennemis de la Rvolution, 3 mars1794, disponible en :http://www.royet.org/nea17891794/archives/discours/stjust_decret_ennemis

_revolution_03_03_94.htm, consulta : 13 de febrero de 2009.


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Ciudad, Sociedad, Justicia: un enfoque espacial y cultural

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mismas las verdades siguientes: todos los hombres han sido creadosiguales; son dotados por el Creador de algunos derechos inalienables;entre estos derechos se encuentran la vida, la libertad y la bsqueda de

la felicidad.3

En su afn de edificar un marco moral universaldestinado a pacificar las sociedades humanas, Emmanuel Kant no decalo contrario al afirmar que garantizar su propia felicidad es un deber. 4En 2009, puesto que las certezas econmicas y morales delneoliberalismo han sido quebrantadas por el hundimiento de un sistemaburstil voluntariamente desconectado del mundo real con el propsitode acumular los beneficios sin preocuparse de los riesgos, no estprohibido pensar, como lo dijo Saint-Just en su tiempo, que la justicia esuna nueva idea en el mundo globalizado. En efecto, treinta aos despus de

los trabajos pioneros de Rawls y Harvey, la cuestin reviste ms quenunca de actualidad. A todos los niveles de decisin, el concepto dejusticia se convirti en una referencia obligatoria que permite legitimar(o criticar) las polticas adoptadas en nombre del bien pblico. Inspiras, por ejemplo, la creacin de la Alternativa Bolivariana para las Amricas (ALBA), empujada por el actual Presidente de Venezuela,Hugo Chvez, con el fin de oponerse al proyecto norteamericano delrea de libre comercio de las Amricas (ALCA). Como lo destacaban

en 2006 los fundadores de esta alianza antiimperialista, se trataba debuscar nuevas vas y mtodos para alcanzar el desarrollo con justiciasocial.5 Un ao ms tarde, el discurso no haba cambiado de rumbo:La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Amrica [...] ha

3 We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, thatthey are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that amongthese are Life, Liberty and the pursuit of Happiness, disponible en :http://www.ushistory.org/Declaration/document/, consulta : 13 de febrero

de 2009.4 Emmanuel Kant, Fondements de la mtaphysique des murs, Paris, Delagrave,1966, p. 97.5 Acuerdo para la aplicacin de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos deNuestra Amrica y el Tratado de Comercio de los Pueblos, 29 de abril de 2006,comunicado conjunto, disponible enhttp://www.iadb.org/INTAL/aplicaciones/uploads/instrumentos/ALBA1.pdf, consulta : 13 de febrero de 2009.


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Sociedad equitativa, ciudad justa y utopa / Alain Musset

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demostrado su fuerza y viabilidad como una alternativa de justiciafrente al neoliberalismo y la inequidad.6 El concepto, al menos bajo laforma de palabra, es tambin utilizado como una bandera pornumerosos partidos polticos deseosos de afirmar su diferencia frente aregmenes corruptos o desacreditados, en particular en un mundoislmico que se opone a las formas y a los discursos de la globalizacinoccidental: es el caso del Partido de la Justicia y el Desarrollo enMarruecos, del Prosperous Justice Partyen Indonesia, 7 o del Partido parala Justicia y el Desarrollo que alcanz el poder en Turqua en 2002, bajoel mando del ex-alcalde de la ciudad de Estambul, Recet TayypErdogan. Entre el Islam radical y la izquierda occidental ms extrema seextiende todo un abanico de movimientos ms o menos estructurados

que se valen de la justicia para expresar su rechazo a un nuevo ordenmundial acusado de haber cavado la zanja entre ricos y pobres ennombre de la eficacia econmica y de la libertad de empresa en losmercados globalizados-.

Es as como el Indian Justice Party, pretende luchar contra lasdesigualdades que caracterizan el mundo indio, llamando a unasociedad moderna y sin casta. Su direccin defiende la idea de unregreso del Estado en el escenario econmico y social, despus que laglobalizacin y las privatizaciones hayan quitado a los Gobiernosnacionales sus capacidades de accin bajo pretexto de aplicar las recetasneoliberales impuestas por el FMI y el Banco Mundial: Todo esoocurre porque los movimientos socialistas y comunistas se handebilitado en el mundo entero.8 Elaborar la lista de todos los partidospolticos que reivindican la idea de justicia sera aburrida y en gran parte

6 Declaracin Poltica de la V Cumbre de la Alternativa Bolivariana para lospueblos de nuestra Amrica (ALBA), 29 de abril de 2007, Disponible en :

http://www.radiomundoreal.fm/rmr/?q=es/node/22451, consulta: 13 defebrero de 2009.7 Fundado en julio de 1998, el Justice Partyha sido transformado en Prosperous

Justice Party(Partai Keadilan Sejahtera ) en 2003. Sus partidarios quieren que elIslam juegue un papel ms importante en la vida pblica nacional.8 This is happening because of weakening of communist and socialistmovements all over the world, Why Indian Justice Party Only?, disponible enhttp://www.ijp.co.in/why.htm, consulta: 15 de febrero de 2009.


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intil ya que, segn la cultura local o el momento elegido para expresarsus pretensiones, no otorgan el mismo sentido a la palabra justicia: hayen efecto un Partido para la Justicia (o Justice Party ) en las Maldivas,

Nigeria, Ghana, Mal (Partido Africano para la Solidaridad y la Justicia),

9 Etiopa (Unity for Democracy and Justice Party ), Pakistn, Azerbaijan,Tayikistn, Singapur, Kosovo, Georgia, Per (Partido Justicia Nacional)o Venezuela (Primero Justicia) - sin hablar del Partido Justicialista,fundado por el general Pern en 1947 para defender a los trabajadoresargentinos apoyndose en los movimientos obreros y los sindicatos. EnIndonesia, junto al Prosperous Justice Partyse encuentra el Indonesian Justiceand Unity Party (Partai Keadilan dan Persatuan Indonesia ), creado en 1998.El benjamn de esos partidos colocados oficialmente bajo la seal de la

Justicia es el Partido para la Libertad y la Justicia, aparecido en enero de2009 en Argelia. 10

Pero la justicia poltica se quiere tambin y sobre todosocial, como lo recuerda el programa del Adma-PASJ de Mal, paraquien el concepto de justicia es la primera seal de la democracia, en lamedida en que garantiza los mismos derechos al conjunto de losindividuos [...] El ideal de justicia para el cual est luchando el Adma-PASJ no es simplemente formal. Se enuncia tambin como la

reivindicacin de una justicia social relativa a la produccin y a ladistribucin de los bienes.11 Por otra parte, algunos movimientoseligieron juntar el adjetivo social al nombre justicia para pregonarms claramente su identidad y su vocacin aunque a veces slo setrate de una frmula retrica. Es el caso del Partido de la Justicia Social(Partiya Sotsial' noy Spravedlivosti) en Rusia o del Partido Democrtico dela Justicia Social de Uzbekistn, pero tambin del Social Justice Partycreado en 1993 en Egipto, del partido belga Justicia Social, Respeto y

9 Fundado en 1991 sobre las bases de la Alianza para la Democracia en Mal(Adma).10 Este catlogo no pretende ser exhaustivo, por supuesto.11 Projet de socit de lAdma-PASJ, disponible en http://www.adema-pasj.org/index.php?milieu=3, consulta : 16 de febrero de 20009.


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Libertad,12 del Arbeit und soziale Gerechtigkeit(Partido del Trabajo y la Justicia), fundado en Alemania en 2005 por ciudadanos que noconfiaban en la alianza entre ecologistas y socialdemcratas sinolvidar el Social Justice Party inventado en 2007 por el multimillonarioisrael de origen ruso, Arkadi Gaydamak-. En Suecia, la izquierda radicalse apoder del trmino con el Socialist Justice Party, de tendenciatrotskista. Con todo, de manera paradjica, el Social Justice Party inglsconsidera que la socialdemocracia sueca es el sistema poltico que seacerca ms a su idea de la justicia, en un pas (Inglaterra) donde ladiferencia de nivel de vida entre los ricos y los pobres se volvi tanenorme y obscena como en cualquier Repblica bananera del Tercermundo.13

No es casualidad que el ideal de justicia haya sido reivindicado,en primer lugar, en los pases del Tercer mundo, en las nacionesllamadas emergentes o en los Estados que pertenecan al antiguobloque sovitico: con mucha razn, sus poblaciones podan quejarse dehaber sido dejadas al margen de un desarrollo capitalista quebeneficiaba esencialmente a las antiguas potencias coloniales y msgeneralmente al conjunto del bloque occidental. La crisis econmicamundial que estall en 2008 a raz del derrumbe del sistema bancarionorteamericano no extendi este sentimiento de injusticia a los pasesindustrializados donde los Gobiernos gastaron miles de millones deeuros sacados de las arcas pblicas para salvar sociedades privadascuyos dirigentes seguan regalndose sobresueldos fabulosos yparacadas dorados. Desde luego, al nivel poltico, el recurso alconcepto de justicia no se limita a principios morales. Al grito deKeynes, despierta, se volvieron locos!, se contempla tambin lanecesidad de un regreso del Estado y de la potencia pblica en

12 Partido que lucha para la unidad de la Blgica, el fin de las discriminacioneslingsticas entre Flamencos y Valones y el derecho a fumar en los lugarespblicos porque el fumador hoy da est apartado de la sociedad como lo erael judo de los aos treinta, disponible enhttp://www.justicesociale.net/crbst_1.html, consulta : 16 de febrero de 2009).13 The difference between the lives of the rich and poor in Britain is as grossand obscene as in any Third World banana republic, disponible enhttp://www.socialjusticeparty.co.uk/, consulta : 15 de febrero de 2009.


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sociedades hasta ahora dominadas por los mercados, con el fin mitigarlos efectos de la crisis y reducir la amplitud de las desigualdades socialesy econmicas.

El deseo de justicia se encuentra por todas partes y no solamentedentro de los lmites que le asign John Rawls, para quien una sociedadjustadebe estar basada en un sistema de cooperacin social equitativaatravs del tiempo, es decir, de una generacin a otra. Como l mismo lodestacaba enA Theory of Justice, todo el problema consiste en especificarcules son los trminos equitativos de esta cooperacin social puestoque: El auge de las diferencias entre las clases sociales infringe tanto elprincipio de la ventaja mutua (maximizacin) como el de la igualdaddemocrtica.14 Ahora bien, a pesar de la existencia real o supuesta de

principios generales e intemporales, estos trminos pueden y deben variar en el tiempo (segn el momento) y en el espacio (segn lacultura). Desde un enfoque ms bien liberal, el John Rawls de Justice asFairness, insiste en que, segn el principio de la diferencia, lasdesigualdades son aceptables cuando pueden contribuir a mejorar lasuerte de los ms desfavorecidos.15 Cabe preguntarse entonces si, desdeeste punto de vista, las desigualdades son aceptables o necesarias.Como lo indicaba Restif de la Bretonne en 1781, apenas ocho aos

antes del principio de la Revolucin francesa, el margen entre ladesigualdad y la injusticia es corto ya que todo es una cuestin de puntode vista: Ay! Cmo los supuestos Felices de una Nacin desigual, sison Hombres, pueden atiborrase, mientras que otros Hombres carecende lo necesario! divertirse, mientras que otros sufren! deleitarse,mientras que otros estn aquejados de trabajos!16 Para el utopista quedescubra en las antpodas de Pars una Patagonia extraadamentesimilar a su tierra de origen y cuya capital se llamaba Sirap, ladesigualdad en s (o al menos una desigualdad inaceptable para usar la

14 John Rawls, Thorie de la justice, Paris, Le Seuil, 1987, p. 110.15 John Rawls, La justice comme quit. Une reformulation de la thorie de la justice,Paris, La Dcouverte, 2008, p. 97.16 Nicolas-Anne-Edme Restif de la Bretonne, La dcouverte australe par un homme-volant, ou le ddale franais, Voyages aux pays de nulle part, Paris, Laffont, coll.Bouquins, 1990 (1781), p. 1238.


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expresin de Rawls), era la fuente original de la injusticia -aunque dichapalabra no fuera explcitamente pronunciada-.

La aceptacin de las desigualdades puede formar parte delcontrato social sobre el cual se basa una sociedad bien ordenada, perotodo contrato est hecho para ser apelado en cualquier momento por laparte que toma conciencia del carcter no equitativo de algunas notasde pie de pgina, escritas en pequeos caracteres, cuyo sentido le habaescapado al principio o que termina por encontrar inaceptables. Lospadres de la independencia norteamericana ya haban levantado acta deesta forma de actuar de los seres humanos, quienes aguantaban lasinjusticias para preservar las pobres ventajas que piensan sacar de unsistema no equitativo, hasta que se decidan a derrumbarlo: La

prudencia ensea, en efecto, que los Gobiernos establecidos desde hacetiempo no deben ser cambiados por causas ligeras y momentneas, y laexperiencia en todas las pocas puso de manifiesto, por consiguiente,que los hombres estn ms dispuestos a tolerar males soportables que ahacerse justicia a ellos mismos suprimiendo las formas a las cuales estnacostumbrados. 17

Ahora bien, este cambio de rumbo ocurre actualmente en unmundo globalizado cuyas injusticias(presentadas por los partidarios delConsenso de Washington como simples desigualdades generadoras dedinamismo econmico) no pretenden beneficiar ms a losdesfavorecidos y parecen cada vez menos aceptables, incluso para losque se aprovecharon indirectamente del sistema porque, al vivir enpases ricos, recibieron una parte insignificante del botn. Aadamos aeste respecto que incluso los filsofos y economistas ms liberalesencontraran inaceptable vivir en un barrio de chabolas de Madrs, enuna barriada de La Paz, en una favela de Sa Paulo, en un tugurio de

17 Prudence, indeed, will dictate that Governments long established shouldnot be changed for light and transient causes; and accordingly all experiencehath shewn that mankind are more disposed to suffer, while evils aresufferable than to right themselves by abolishing the forms to which they areaccustomed, disponible en :http://www.ushistory.org/Declaration/document/, consulta : 13 de febrerode 2009.


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Medelln, en los cerros de Caracas, en los shantiesde Kliptown (fricadel Sur) o debajo de un puente en Tokio o Nueva York (figura 1).

Figura 1.Shantiesde Kliptown. En la periferia del gran township de Kliptown(Johannesburg) se apilan las casuchas de las poblaciones negras msmarginadas, productos de un sistema social particularmente injusto (fotografade Alain Musset, mayo de 2009).

Al criticar el precepto de Marx segn el cual la sociedadcomunista conceder a cada uno segn sus capacidades, y a cada unosegn sus necesidades,18 bajo el pretexto de que tal sistema conducira,

por ejemplo, a establecer un impuesto global injusto sobre las dotes18 El Karl Marx utopista concuerda entonces con Tommaso Campanella paraquien los Solarianos no codician los bienes materiales ya que, en su ciudadideal donde todo pertenece a todos, cada uno goza exactamente de lo quenecesita el reparto equitativo de las cosas siendo garantizado por losfuncionarios encargados de su distribucin (Tommaso Campanella, La cit duSoleil, Genve, Droz, 2000, p. 10).


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innatas de los individuos con el fin de reducir las desigualdades encuanto a renta y riqueza, Rawls descarta en mi opinin19 dosparmetros importantes para constituir una sociedad equitativa fueradel contexto puramente terico en el cual eligi trabajar: la diferenciacultural y el factor tiempo. Rawls considera en efecto que tal impuestosera injusto porque nuestros dotes innatos son los nuestros y no losde la sociedad.20 Esta afirmacin, basada en una percepcin delindividuo sacado de su contexto, debe matizarse. De hecho, las dotessupuestamente innatas de los individuos slo adquieren sentido en unasociedad que les concede un valor proporcional a las necesidadestericas que dicha sociedad identific, defini, y midi para subienestar. Valor que puede variar tanto en el tiempo como en el

espacio. Con todo, esta afirmacin entra en parte en contradiccin conuna observacin previa de Rawls, segn la cual la inteligencia o lascapacidades naturales de los individuos no son ventajas naturales fijascuyo valor sera constante,21 sino que dependen tambin de lascondiciones sociales, en particular de la educacin. Contradiccin sloen parte, sin embargo, ya que al hacer hincapi en el papel jugado por elmarco social en el desarrollo de las capacidades del individuo, Rawls noabarca el carcter relativo de estas capacidades: en su opinin, por serpotenciales, siguen siendo generales, universales e intemporales.

Llama la atencin al respecto el hecho de que Rawls cita a Marxy olvida a Saint-Simon, cuya divisa no era exactamente la misma: acada uno segn su capacidad, a cada capacidad segn sus obras. 22 Elcontrato social incluido en esta propuesta parece ms equitativo porquedeja interactuar de manera dialctica el individuo con la sociedadespecfica en que se encuentra, con sus reglas y sus valores. Este lemapuede ser interpretado (por lo menos) de dos maneras. Podemos

19 No soy filsofo y no pretendo emprender un trabajo crtico sobre la obramonumental de Rawls: en cambio, su lectura me estimula y me da los mediosde reflexionar sobre los objetos socioespaciales que estoy estudiando.20 John Rawls, La justice comme quit, Op. Cit., p. 217.21 John Rawls, Ibidem, p. 87.22 chacun selon sa capacit, chaque capacit selon ses uvres, era un delos preceptos colocados en la portada del diario Le Globe, vuelto en 1830 el

vocero de los discpulos de Saint-Simon.


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entender la capacidad como una dote natural y personal cuyosbeneficios estn valorizados por la sociedad porque corresponden a susnecesidades, siendo las obras el trabajo que beneficia a la comunidad

y cuyos resultados estn compartidos entre todos segn los aportes decada uno. En este caso las obras (uvresen francs) son el resultado deltrabajo individual realizado en el marco de un proceso colectivo deproduccin. Pero podemos tambin entender sus obras de maneradistinta, es decir, como el esfuerzo del individuo para alcanzar su meta.Se tratara entonces de hacer el balance entre una constante, las obrases decir, el trabajo de cada uno, su implicacin en la vida y laproduccin de la comunidad 23 y una variable, la capacidad, cuyadefinicin y valorizacin econmica depende no slo de cada sociedad,

sino tambin del momento y de la moda.En efecto, segn la cultura, y dentro de cada cultura segn la

poca, una sociedad selecciona las capacidades que le parecen tiles yque cada uno puede o debe desarrollar de manera individual para subeneficio propio, pero en el marco de una voluntad colectiva. Por ello,hasta el final del Siglo XVIII y quiz ms all, el conocimiento del latnera esencial en Europa para afirmar su existencia y su valor en elmundo acadmico. En la actualidad, el camino de la excelencia escolar y

universitaria pasa por el estudio de las matemticas, tal como lopensaba ya Platn en el Siglo IV antes del Cristo: a su juicio, estaciencia era tan til y necesaria para gobernar la ciudad ideal quepropona imponer su estudio por medio de la ley. Los hombresdestacados, cuyo destino manifiesto era ejercer las funciones pblicasms altas, tenan que dedicarse al estudio de la aritmtica y de lasmatemticas hasta llegar al conocimiento ntimo de la naturaleza de losnmeros.24 En nuestras sociedades posmodernas, las empresas

23 Rawls toma en cuenta esta dimensin del contrato social slo como unparmetro vinculado a la libertad individual: La gente trabaja de distintasmaneras y trabaja ms o menos duro: eso slo depende de su decisin, tomadaa la luz de los incentivos variados que ofrece la sociedad (John Rawls, La

justice comme quit, Op. Cit., p. 97).24 Platn, La Rpublique, Livre VII/525a-526a, Paris, Garnier-Flammarion,1966, p. 284.


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necesitan informticos capacitados e innovadores. En cambio, en laselva amaznica, los yanomamis valorizan al buen arquero cuyos padresle ensearon que no debe consumir el producto de su caza sinointercambiarlo con su familia y sus vecinos.

Al interpretar las obras como el esfuerzo de cada uno y lacapacidad como la valorizacin social de una dote natural y personal,el precepto de Saint-Simon nos permite armar el modelo de unajusticiasocial basada en dos niveles complementarios: horizontal y vertical.Inicialmente, la sociedad retribuye de manera jerrquica lascompetencias que quiso destacar de manera emprica o arbitraria: acada uno segn su capacidad. En un segundo momento, entreciudadanos iguales dentro de una capacidad reconocida, es preciso

recompensar al individuo que ms se comprometi para el bien de lacomunidad: a cada capacidad segn sus obras.25 De esta forma, lafalsa oposicin entre el individuo y el colectivo est superada con el finde alcanzar a una sociedad ms equitativa, al menos en teora.26 Es tal vez en este sentido que podemos entender la propuesta piadosa deRawls, segn la cual debemos ejercer y educar nuestros dotes yhacerlos trabajar de manera socialmente til para beneficiar a los quetienen menos que nosotros.27

Estas discordancias pueden explicarse porque Rawls, a pesar desu voluntad de evaluar los sistemas sociales de manera comparativa,ubica su reflexin en una perspectiva esencialmente terica centrada enlas sociedades llamadas modernas. Al descuidar las diferenciasculturales que caracterizan otras maneras de pensar el mundo

25 La interpretacin ms tradicional de este lema (la capacidad slo es una dotenatural, propia de cada individuo, y las obras son el valor concedido por unasociedad especifica a cada capacidad) no contradice la idea de una justicia

social concebida como el cruce y el balance entre ambos trminos.26 Sin embargo, es preciso recordar que Saint-Simon y sus heredados nuncaquisieron organizar una sociedad igualitaria. A su juicio, se trataba de suprimirlos privilegios del nacimiento para entregar el cargo del gobierno a los mscapacitados (por ejemplo los empresarios y los banqueros), bajo el control deuna cmara de sabios destacados (ver al respecto los trabajos de ChristopheProchasson u Olivier Petre-Grenouilleau).27 John Rawls, La justice comme quit, Op. Cit., p. 217.


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(reconociendo al mismo tiempo su existencia), elige como principiosbsicos para una sociedad justa los que estructuran y legitiman lademocracia norteamericana, en particular el derecho a la propiedad28 y

la libertad individual aunque el conjunto de estos principios no hayasido perfectamente aplicado en su propio pas. Entonces, de maneralgica, la democracia de propietarios aparece a su juicio como elsistema poltico ms equitativo, puesto que permite el completodesarrollo de los individuos en un grupo y favorece al mismo tiempo ladispersin de las riquezas y del capital, lo que impide su concentracinen las manos de algunos privilegiados. Sobre esta misma base se edificel mito de la democracia costarricense, supuestamente empujada por elpequeo productor de caf ideal-tipo del agricultor-ciudadano

presentado como la anttesis moral y poltica de los oligarcaslatifundistas que monopolizaron el poder en los dems pasescentroamericanos. En muchos aspectos, esta definicin de la sociedadjustafundada sobre el modelo de la cultura dominante (a pesar de susimperfecciones) se inscribe en el viejo debate sobre la universalidad delos casos particulares considerados como ejemplares, aunque Rawls sedefiende de ceder a esta tentacin.

Ahora bien, en mi opinin, lo que parecejusto no es sino la

afirmacin moral de un punto de vista individual y colectivo que seubica en el marco de luchas sociales entre grupos dominantes y gruposdominados, dentro de una sociedad cuyos miembros pretendencompartir la misma cultura y los mismos valores, en un momento dadode su historia.

Por otra parte, para armar una sociedad justa, pese a laexistencia inevitable de desigualdades econmicas y sociales entreciudadanos libres e iguales, John Rawls postula que es necesariogarantizar a cada uno una igualdad equitativa de las oportunidades,

basada en sus cualidades innatas, cualquiera que sea su origen, suposicin, su estatuto o sus recursos: En todas las partes de la sociedad,los que son dotados y motivados de la misma manera deben tener ms

28 Se cuenta entre los derechos bsicos el de tener una propiedad individualcuyo uso es exclusivo (John Rawls, Ibidem, p. 160).


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o menos las mismas perspectivas de educacin y xito.29 Esta segundapropuesta piadosa recuerda extraadamente las teoras platnicasexpresadas en particular en el libro 4 La Repblica, cuando la jerarquaentre los ciudadanos es establecida de manera metafrica por lacantidad de oro, plata, hierro y bronce que conforma el alma y elespritu de los seres humanos. El oro domina en los guardiasencargados de mandar, vigilar y castigar. Hay ms plata en lacomposicin de los auxiliares, siendo los labradores y artesanoselaborados a partir de hierro y de bronce. Esta jerarqua en s parecejustaporque refleja el valor intrnseco de los hombres que constituyen einstituyen el cuerpo social. Sera sin embargo injusta si no pudieraevolucionar en el tiempo y slo sirviera para perpetuar la dominacin

de las clases altas, sin tener en cuenta las capacidades reales de los niosnacidos en las categoras inferiores. Por consiguiente, como lo destacaPlatn, si un hijo de campesinos lleva en el alma una cantidad suficientede oro o plata, hay que sacarlo de su condicin inicial y elevarlo alrango sea de guardia, sea de auxiliar, porque tal es la voluntad del dios.30Para garantizar el buen servicio de la Ciudad, es preciso, como en lateora de la justicia de Rawls, garantizar la igualdad equitativa de lasoportunidades entre los habitantes: las autoridades tienen quecomprobar cuidadosamente cul es el porcentaje de oro, plata, bronce yhierro que contiene el alma de los nios papel tericamente atribuidoal sistema educativo en nuestras sociedades modernas, bajo condicinde tener acceso a dicho sistema.

En esta lgica, pero de manera bastante paradjica para unfilsofo dado por liberal por los partidarios de una sociologa crtica por no decir marxiana ,31 Rawls concuerda con Saint-Simon paracondenar la herencia familiar como principal fuente de injusticia en la

29 John Rawls, La justice comme quit, Op. Cit., p. 71.30 Platon, Op. Cit., Livre III/415a-416a, p. 166.31 Como lo destaca Catherine Audard para tratar de elucidar los malentendidos,la teora de la justicia de Rawls ha sido a menudo percibida como un simpleinstrumento poltico de estabilidad, de coherencia social, destinado a pacificarlas sociedades democrticas contemporneas y sus conflictos internos(Catherine Audard, La cohrence de la thorie de la justice, en John Rawls,

politique et mtaphysique, Paris, PUF, 2004, p. 16).


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sociedad. En efecto, Louis Reybaud ya lo afirmaba en 1836 en la Revuedes deux Mondes: El derecho sobre las sucesiones, tan enorme comopueda ser, ser todava el impuesto ms justo y ms racional, porque

toma la fortuna all donde est, en el momento en que cambia demanos, cuando se desplaza, a menudo para arrancar de un trabajoproductivo hombres quienes se dedicarn en adelante a una ociosidadparcial o completa.32 En la Justicia como equidad, Rawls adhiereparcialmente a este programa al precisar que la ley debe gravarfuertemente las herencias familiares con el fin no slo de contemplaruna distribucin ms igualitaria de la riqueza sino tambin de garantizarla igualdad equitativa de las oportunidades entre todos losciudadanos.33

En eso Rawls se aparta de la posicin famosa de GarettHardin, para quien la propiedad privada, cuya herencia se transmite degeneracin en generacin, es sin duda alguna una injusticia. SegnHardin, queda an por inventar otro sistema que pueda sostener lacontinuidad y el equilibrio de una sociedad bien ordenada: Un idiotapuede heredar millones y un consejo de administracin puedeconservar su patrimonio intacto. Es necesario admitir que nuestrosistema legal de propiedad privada y herencia es injusto, pero es

necesario aceptarlo ya que no pienso que, hasta la fecha, se haya ideadootro mejor.34 Sin embargo, conviene recalcar que se trata de unatercera propuesta piadosa puesto que el destino de un individuo no sedibuja cuando mueren sus padres, sino el da mismo de su nacimiento.

32 Louis Reybaud, Les socialistes modernes. I. Les Saint-Simoniens, Revue desDeux Mondes, Tome Septime, Quatrime srie, 1836, p. 320, disponible en :http://books.google.fr/books?id=li8ZAAAAIAAJ&pg, consulta : 14 defebrero de 2009.33 John Rawls, La justice comme quit, Op. Cit., p. 83.34 An idiot can inherit millions, and a trust fund can keep his estate intact. Wemust admit that our legal system of private property plus inheritance is unjust--but we put up with it because we are not convinced, at the moment, thatanyone has invented a better system (Garett Hardin, The Tragedy of theCommons, Science13 December 1968, Vol. 162. no. 3859, pp. 1243- 1248).disponible en http://www.sciencemag.org/cgi/content/full/162/3859/1243,consulta : 16 de febrero de 2009).


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Son las condiciones ofrecidas por su situacin inicial en la sociedad lasque van a orientar de manera decisiva sus oportunidades de xito, y nosolamente en cuanto a condiciones econmicas: slo al nacer aprovechael capital social35y cultural acumulado por su familia, ventajacomparativa que seguir trabajando a su favor a lo largo de su perodode formacin. La herencia, en este mbito, no es ms que la cremapuesta encima del pastel (o la cereza del postre), excepto en el caso delidiota millonario mencionado por Hardin. De cierta manera, el sistemaradical propuesto por Platn36 para garantizar la paz social, desactivarlos egosmos familiares y favorecer la aparicin de los talentosindividuales a saber la comunidad de las mujeres y de los nios-podra parecer infinitamente ms justo si no fuera sencillamente

inhumano (en el marco de nuestras mentalidades colectivas, porsupuesto).Con todo, las cuestiones planteadas por Rawls son esenciales

para tratar de entender a la vez la organizacin de las sociedadescontemporneas y su proyeccin (o su manifestacin) en los territoriosque habitan, aunque el ordenamiento no equitativo del espacio sea una

35 El trmino de capital social se entiende aqu en el sentido que le dio Pierre

Bourdieu: El capital social es el conjunto de los recursos actuales opotenciales que estn vinculados a la posesin de una red duradera derelaciones ms o menos institucionalizadas de inter-conocimiento e inter-reconocimiento (Pierre Bourdieu, Le capital social. Notes provisoires,Actesde la recherche en sciences sociales, janvier 1980, vol. 31, p. 2, disponible en :http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/issue/arss_0335-5322_1980_num_31_1, consulta : 18 de febrero de 2009). Podemos aadir queel capital social es necesariamente territorializado a distintas escalas(alojamiento, barrio, ciudad), ya que los lugares dan un sentido a lasrelaciones de grupo. En un mundo globalizado dnde el espacio es dominado

por las redes, se establecen interconexiones fsicas para reforzar la identidadsocial y cultural de los territorios compartidos por los miembros del grupo,cualquiera que sea la distancia que los separa. La geografa de las agendas dedirecciones es tanto ms extensa cuanto que el capital social de los individuos yde su familia es elevado. Sin embargo, se reduce localmente a los espaciosjuzgados compatibles con su estatuto.36 Y a continuacin por numerosos utopistas como Campanella o Restif de laBretonne.


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dimensin que l no llega a tratar porque no forma parte de su culturafilosfica. Ahora bien, como lo vimos en los doce ensayos publicadosen este libro sobre la relacin entre ciudad, sociedad y justicia, toda

nuestra reflexin se enfoca en la expresin territorial de las desigualdadessocialesy en la fragilidadde sistemas urbanos sujetos a tensiones a vecesinsoportables. En particular cuando las poblaciones ms desfavorecidastoman conciencia de que enfrentan una situacin injustaen un sistemabasado no solamente en la aceptacin, sino tambin en la maximizacinde las disparidades socioeconmicas. De hecho, siempre llega elmomento en que lo que se daba por aceptable ya no lo es, como lodestacaron en 1774 los representantes de las Trece Coloniasamericanas para justificar su decisin de liberarse del yugo de la Corona

inglesa: pero cuando un sin fin de abusos y usurpaciones, tendiendoinvariablemente hacia el mismo objetivo, seala la intencin desometerlos al despotismo absoluto, es su derecho y su deber el rechazartal Gobierno y de subvenir, por medio de nuevas protecciones, suseguridad futura. 37

Por consiguiente, no es casualidad que los investigadores delgrupo de trabajo Desarrollo Urbano del Consejo Latinoamericano deCiencias Sociales (CLACSO), hayan publicado en octubre de 2008 una

declaracin de principios referentes a una Ciudad Justa, en el marco deuna reunin titulada Utopas practicadas en ciudades de Amricalatina, los nuevos rumbos del desarrollo.38 En un contextointernacional caracterizado por el hundimiento de los mercadosburstiles y por el fracaso de las polticas de ajuste estructural impuestas

37 But when a long train of abuses and usurpations, pursuing invariably thesame Object evinces a design to reduce them under absolute Despotism, it istheir right, it is their duty, to throw off such Government, and to provide new

Guards for their future security, disponible en :http://www.ushistory.org/Declaration/document/, consulta : 13 de febrerode 2009.38 CLACSO, Por una ciudad justa, disponible en :http://www.clacso.edu.ar/clacso/areas-de-trabajo/area-academica/grupos-de-trabajo/grupos/desarrollo-urbano/utopias-practicadas-en-ciudades-de-america-latina.-los-nuevos-rumbos-del-desarrollo-urbano, consulta : 7 deseptiembre de 2009.


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en las dcadas de los 80 y 90 por el FMI y por el BID, 39 se trataba deimpulsar un regreso del Estado en la esfera pblica y devolver a losciudadanos ms vulnerables parte de su poder de decisin, en particularen el campo estratgico de la lucha contra la pobreza y para la dignidadhumana en espacios urbanos cada vez ms complejos. James Cololly yJustin Steil, en el libro recientemente editado por Peter Marcase sobre labsqueda de una ciudad justa, afirman: Pero buscar una ciudad justa esbuscar algo ms que respuestas individuales a injusticias especficas. Serequiere la creacin de marcos coherentes de accin y deliberacin quejunten los esfuerzos mltiples y dispares de esos que luchan contracondiciones urbanas injustas para aliviar y relacionar sus luchas entre scomo parte de una orquestacin global en torno al solo tenor de la

justicia.40El llamamiento de los investigadores del CLACSO se duplicaen un compromiso que me parece esencial en una poca en que laglobalizacin pretende imponer normas universales para ciudadesposmodernas cada vez ms estereotipadas, cuyos espacios y paisajesse conforman con el mismo modelo bsico: el respeto de las culturaslocales y de las cosmovisiones indgenas.41 Esta normalizacin es

39 Al menos por lo que se refiere a la lucha contra la pobreza y la reduccin delas desigualdades inaceptables.40 But to search for a Just City is to seek something more than individualizadresponses to specific injustices. It requires the creation of coherent frames foraction and deliberation that bring the multiple and disparate efforts of thosefighting against injust urban conditions into relief and relate their struggles toeach other as part of a global orchestration impovised aorund the single tenorof justice, James Cololly y Justin Steil, Finfing justice in the city, en PeterMarcuse, James Connolly, Johannes Novy, Ingrid Olivo, Cuz Potter and Justin

Steil (ed.), Searching for the Just City. Debates in Urban Theory and Practice, New York, Routledge, 2009, disponible en: http://www.amazon.com/Searching- Just-City-Questioning-Cities/dp/0415776139#reader, consulta: 6 deseptiembre de 2009.41 Entiendo el adjetivo indgena en sentido ms amplio de la palabra: esindgena lo que se refiere a un grupo social o a una comunidad tnica en unterritorio particular. Hay una burguesa indgena del distrito n 16 de Pars odel barrio de Palermo en Buenos Aires, tal como hay un subproletariado


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tambin una forma de injusticia, ya que impone por todos lados y sinrespeto hacia los habitantes formas urbanas (y las prcticas sociales quese desprenden de ellas) que son la expresin de un modo de vida

considerado como superior porque personifica la modernidadcontempornea. De manera provocativa, Remment Koolhaas, uno delos inventores del concepto de ciudad genrica (Generic City)42 , afirmas que era necesario liberarse de los yugos histricos que obstaculizanla evolucin natural de las ciudades e impiden el desarrollo de nuevasformas arquitectnicas, tal como Le Corbusier lo haba ya propuestopara el centro de Pars con el Plan Voisin de 1925: Lo existente, enEuropa, es una condicin ambigua. Porque Europa es el Viejo Mundo,el continente de la historia, hay un prejuicio implcito segn el cual

toda su sustancia, incluso la ms mediocre, es histrica y que porconsiguiente tiene derecho a la vida eterna. 43

Sin reivindicar una vida eterna para la arquitectura del pasado,es posible reclamar el respeto de modelos urbanos (incluso de los msmediocres) que son la expresin a la vez de una cultura local y delcontexto en el cual se desarrollan formas particulares de sociabilidad.Como en economa o en poltica, el argumento de la modernidadarquitectnica sirve a menudo para marginar y desvalorar a los grupos

sociales y a las comunidades que se oponen al discurso dominante. Estaes la razn por la cual los investigadores del CLACSO insisten en sudeclaracin sobre la necesidad de preservar la historicidad y lasingularidad de las formaciones sociales latinoamericanas en ciudadesdonde arquitectos y urbanistas deben reconocer el valor de los

indgena de las comunas Nororientales de Medelln o de los grandes conjuntosde hbitat social de Seine-Saint-Denis, en la periferia norte de Paris.42 Rem Koolhaas et Mau Bruce, S, M, L, XL, New York, The Monacelli Press,

1995.43 The existing is, in Europe, an ambiguous condition. Because Europe is theOld World, the "continent of history, there is an unspoken assumption thatall its substance - even the most - mediocre - is historic, and therefore has aright to eternal life (Office for Metropolitan Architecture,Mission Grand Axe,disponible en :http://www.oma.eu/index.php?option=com_projects&view=project&id=759&Itemid=10, consulta : 18 de febrero de 2009).


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conocimientos indgenas y donde (ser necesario aadirlo?) laspoblaciones locales ya no deben avergonzarse de expresarlos.

Figura 2 Le Corbusier, Plan Voisin. En 1925, Le Corbusier propuso unaremodelacin completa de Paris para erradicar las viejas estructuras urbanas dela ciudad y poner en marcha una sociedad moderna, ms igualitaria, basada enla uniformalizacin de los modos de vida.44

Las diez propuestas del manifiesto Por una ciudad justase ubicanentonces en la perspectiva del debate abierto por Rawls y Harvey hacems de treinta aos, pero un debate renovado por la necesidad de

44 Disponible en :http://www.google.fr/imgres?imgurl=http://www.nyu.edu/classes/reichert/sem/city/images/207a.jpg&imgrefurl=http://therewasalwaysdoubt.blogspot.com/2009_05_01_archive.html&h=553&w=792&sz=265&tbnid=YeVSBDi_P5A1zM:&tbnh=100&tbnw=143&prev=/images%3Fq%3Dplan%2Bvoisin&hl=fr&usg=__QgYyWTJgWfpjM_HIdysOp5nIsxY=&ei=YbOkSr2DDZOsjAf5jZHDDg&sa=X&oi=image_result&resnum=4&ct=image, consulta : 7 deseptiembre de 2009.


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reconsiderar el mundo despus de dos dcadas de hegemonaideolgica neoliberal. En efecto, para sus autores, una ciudad justa esaquella donde:

1. Se respeta la vida, la identidad y la dignidad de las personas.2. Hay acceso igualitario y equitativo a bienes y servicios.3. Se garantiza la igualdad de oportunidades.4. Los pobladores participan en la creacin de la normatividad social.5. Se garantiza la participacin en espacios de decisin para elaborar e implementarpolticas urbanas.6. Se reconoce la utilizacin de espacios pblicos fsicos para las prcticasdemocrticas, la movilizacin de la ciudadana y su libre expresin.7. Coexisten los diferentes y se rechaza la discriminacin, la marginacin y la

estigmatizacin.8. Se promueve la economa social con recursos pblicos priorizando la distribucinequitativa de la riqueza.9. Se reconoce en el espacio urbano su valor de uso sobre el valor de cambio que leotorga el mercado.10. Permite la expresin espontnea y autnoma de la gente y la interactividadcreativa, solidaria y libre de su experiencia urbana.

Al proponer la combinacin de justicia distributivay justiciaprocesalpara no caer en la trampa de la caridad hacia los ms pobres(caridad concebida a la vez como un deber social, una estrategia polticay una astucia econmica), tal programa no tiene nada de utpico,contrariamente a los de Platn, Toms Moro o Campanella. Losinvestigadores del CLACSO nos permiten volver a un dato bsico: elderecho a la ciudad tal como lo defina en su tiempo Henri Lefebvre,para quien en la ciudad industrial el valor de uso del suelo eraamenazado por su valor de intercambio. Proceso que implicaba no slo

la transformacin de los territorios urbanos (incluidos los espaciospblicos) en simple mercanca, sino tambin la exclusin y lamarginalizacin de las categoras sociales ms vulnerables: El uso (el valor de uso) de los lugares, de los monumentos, de las diferencias,escapa a las exigencias del intercambio, el valor de intercambio.45

45 Henri Lefebvre, Le droit la ville, Paris, ditions Anthropos, 1972, p. 86.


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No obstante, de manera un poco paradjica, ninguna de las diezpropuestas del manifiesto Por una ciudad justa est explcitamenterelacionada con territorios urbanos reales y con los tipos de hbitat,como si los habitantes de las metrpolis latinoamericanas vivieran enun espacio no diferenciado semejante a la ciudad de Amarauta, lacapital de la isla de Utopa, donde cada diez aos los ciudadanos suelencambiar de casa por sorteo para que no haya celos entre miembrosiguales de la misma comunidad.46 Pero, cmo se puede garantizar atodos un acceso igualitario y equitativo a los bienes y servicios(propuesta 2), si no se planea otorgar un alojamiento decente a laspoblaciones ms desamparadas? 47 De la misma manera, no creo queuna justicia procesal exclusivamente basada en la participacin terica

de los ciudadanos en las tomas de decisin sea la panacea milagrosa quesolucionar los problemas de ciudades vueltas ms frgiles por elaumento de las disparidades socio-espaciales. En efecto, demasiado amenudo tal sistema favorece a los que pueden ms fcilmente imponersu opinin porque disponen de un capital social y cultural ms fuerte -es decir, los que son menos vulnerablesen una sociedad no equitativa. No escasualidad que las grandes instituciones internacionales, bajo el pretextode una buena gobernabilidad nutrida de privatizacin ydescentralizacin, hayan favorecido este modo de accin poltica en lospases en va de desarrollo: permita marginar a los Gobiernos locales ydesprestigiar empresas pblicas presentadas como ineficaces ycorruptas en beneficio de compaas privadas globalizadas.

Es cierto que, en el campo del ordenamiento territorial urbano,lajusticia socialtiene un coste que debe ser compartido por el conjuntode la comunidad sin esperanza para nadie de sacar ningn beneficioeconmico inmediato. Se puede ahorrar este tipo de gastoargumentando que su tasa de rentabilidad interna es demasiado baja,

por no decir nula, o que no sirve de nada tirar margaritas a los46 Thomas More, LUtopie, Voyages aux pays de nulle part, Paris, Laffont, coll.Bouquins, 1990, p. 151.47 Cabe destacar al respecto que en marzo del 2010 los dirigentes de ONU-Habitt, preocupados por la situacin desesperada de los mil millones decitadinos hacinados en sus tugurios urbanos, lanz un llamamiento a favor deuna ciudad sostenible y ms justa.


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chanchos. Pero no es necesario referirse slo a valores morales parajustificar lo que en realidad no es un gasto intil, sino una inversin,incluso a corto plazo. Para convencerse de esta necesidad basta con

tomar en cuenta el riesgo de ver a los grupos sociales msdesfavorecidos tomar conciencia de que las desigualdades generadaspor el sistema no son ya aceptables, segn los trminos de Rawls,incluso en los pases privilegiados del primer Mundo. Luis XVI lopag con su vida en su tiempo, as como Nicols II en otro contextohistrico. La dificultad radica en el hecho de que, si bien se puedencuantificar las desigualdades, no es el caso de la injusticia. Resultaimposible calcular cul es el lmite mximo de tolerancia que no se deberebasar en un campo que depende ms de la psicologa social que de la

economa cuantitativa. Tal como no hay ningn tipo de medidaeficiente para evaluar la resilienciade las poblaciones ante los desastresnaturales,48 ningn modelo matemtico puede intuir su grado deadaptacin y resistencia frente a los problemas diarios planteados por lapobreza, la marginalizacin y los procesos de segregacin socio-espacialen obra en una sociedad liberal bien ordenada.

De manera indirecta esta cuestin remite a la traduccin de lapalabrafairnessen la frmula de Rawls:Justice as fairness. Tanto en francs

como en espaol, el trmino ms adecuado sera de nuevojusticia, en elsentido de honradez o imparcialidad, lo que se refiere por supuesto alconcepto de equidad(la justicia como equidad, en la versin francesade Bertrand Guillarme o en la versin espaola publicada en Barcelonapor las ediciones Paidos).49 Sin embargo, la etimologa de equidadsobreentiende una posibilidad de medida, mientras que la defairnessseinscribe ms bien en el mbito de lo experimentado y de la emocin.Por esta razn, la eleccin de la expresin justicia espacialen lugar deequidad territorial que orient nuestra interpretacin de los procesos

48 Ver al respecto el primer captulo de este libro.49 Excluyo por supuesto la otra acepcin de fairness, aunque sta diga muchosobre las relaciones que una cultura mantiene con su lengua, puesto quefairnesssignifica tambin color rubio o blancura. En ingls, lo justo es rubio.As

far as I am concerned, I think its unfair for black haired people. Con todo seradivertido traducirJustice as fairnesspor La justicia es rubia (adems de ciega!).


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urbanos a menudo conflictivos estudiados en esta obra es sobre todopoltica y se refiere a la tica y a la filosofa aplicadas al estudio de lasrelaciones entre territorios y sociedades, lo que otorga todo su sentido alas ciencias sociales como corpus de disciplinas universitarias situadasen la confluencia de los grandes problemas contemporneos.


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