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  • 9Signos Literarios 12 (julio-diciembre, 2010), 9-40

    UNA GRANDE BOFETADA/ ME DIO CON SU BOCA SUCIA.LA ALEGRE PROFANACIN DEL MUNDO OFICIAL A

    TRAVS DE LA VIOLENCIA VERBAL EN LAS COMEDIASBURLESCAS

    Es un pecado la incontinencia verbal?

    Es gula del lenguaje, lo desmedido, la desmesura;

    el goce de esgrimir la lengua afilada contra el otro.

    PERCANTA QUE ME AMURASTE, IRIS ZAVALA

    Gabriela Nava*Instituto de Investigaciones Filolgicas,

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    PALABRAS CLAVE: COMEDIAS BURLESCAS, INSULTOS, BURLA, PARODIA, CARNAVAL

    Resumen: En las comedias burlescas de los Siglos de Oro, los juegosde rupturas, inversiones y transgresiones crean un universo pardicodonde los personajes del mundo oficial (reyes, emperadores, mar-queses, etctera) son ridiculizados y denigrados a travs de mltiplesrecursos, siendo uno de ellos la violencia verbal. El objetivo de este tra-bajo sera revisar de qu manera los insultos, los apodos y otros juegosverbales permiten desmitificar y rerse de las intocables figuras de laautoridad.

    * [email protected]

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    KEYWORDS: BURLESQUE COMEDIES, INSULTS, JEER, PARODY, CARNIVAL

    Abstract: On burlesque comedies during Spanish Golden Age, rupture,inversion and transgression games create a parodic universe, where the officialworld representatives (kings, emperors, marquises, etcetera) are derided anddegraded through several means. One of such means is verbal violence. Theaim of this work is to review how insults, nicknames and other verbal gamesallow us to demystify and laugh at the otherwise untouchable authorityfigures.

    La fiesta supone la puesta en escena de un segundo mundo dondelas leyes se encuentran suspendidas temporalmente en un sim-blico parntesis. Sin la existencia de normas y prohibiciones, elhombre puede cometer libremente todos los actos. Durante ese tiempose abre la oportunidad de alcanzar lo vedado y rebasar la medida. Enesas circunstancias, una reaccin vlida es la celebracin de orgas con-sumidoras y orgas de expresin (Caillois 138-139). Ambas manifestacio-nes festivas tienden hacia el desenfreno y la desmesura generales, ya seaen el campo de la boca y el sexo, o en el del verbo y el ademn.

    Con respecto a las orgas de expresin, el exceso de palabra cobra formaen: gritos, injurias, duelo de bromas groseras, obscenas o sacrlegas en-tre un pblico y un cortejo que lo atraviesa [], lucha de invectivas yapodos entre el grupo de las mujeres y el de los hombres (Callois 138-139). En conjunto, todas pueden considerarse signos de desmesura ver-bal en cuanto representan una libertad expresiva frente a la normatividadrepresiva que rige la vida cotidiana. En esencia, las orgas lingsticasconstituyen

    [] una violacin, flagrante, de las reglas normales del lenguaje, un re-chazo deliberado a adaptarse a las convenciones verbales: etiqueta, cor-tesa, piedad, consideracin, respeto del rango, [un] lenguaje liberado delas trabas y de las reglas, jerarquas y prohibiciones [dictadas por elmundo oficial]. (Bajtn, La cultura popular en la Edad Media 169)

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    Huelga quiz decir que, en un sentido amplio, el lenguaje de lo oficialarticula las pautas y los cdigos que definen las relaciones entre losmiembros de la sociedad. Las diversas convenciones verbales legitimany perpetan las jerarquas del sistema. En suma, las palabras de lo oficialse convierten en fronteras simblicas que separan a los individuos en elmundo ordinario. As pues, las palabras de lo festivo pueden com-prenderse como elementos que emergen para romper provisionalmen-te las fronteras invisibles establecidas por el lenguaje oficial. La cadade estas barreras verbales constituye el descomedimiento del orden sociale implica la violacin de los valores y concepciones intocables represen-tados en ellas.

    De acuerdo con las apreciaciones de Mijail Bajtn, estas muestras dedesmesura verbal se corresponden con el lenguaje popular que existaen las plazas pblicas (y otros espacios de ndole colectiva) durante losdas de feria, fiesta y carnaval. Lo caracterstico del vocabulario de laplaza pblica es que, por una parte, recupera el trato familiar y libre,ausente en los mbitos oficiales (palacios, templos, tribunales, etctera),y por otra, est permeado de los principios del espritu carnavalesco.

    LA DESMESURA VERBAL CARNAVALESCA: MECANISMO DE RUPTURA DE LO SOCIAL

    Es necesario recordar que lo carnavalesco puede concebirse como unproceso continuo de relativizacin y desjerarquizacin de todo modeloestablecido: la abolicin provisional de las relaciones jerrquicas, pri-vilegios, reglas y tabes (Bajtn, La cultura popular en la Edad Media15). Precisamente, el mundo al revs representa la inversin y desvia-cin de los mltiples planos de la vida social.

    La desarticulacin del orden establecido (en otros trminos, la suspen-sin de la normatividad) creada por lo carnavalesco no es gratuita, sinoque responde a la necesidad de equilibrar homeostticamente al sis-tema. Da a da, las divisiones jerrquicas, leyes, prohibiciones y otrosfactores, propiciaban una serie de disensiones y rivalidades que enemis-taban a los miembros de la comunidad. A su vez, estos conflictos ge-

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    neraban una tensin in crescendo, la cual deba ser liberada para evitaruna crisis que alterara la armona social, de ah la habitual concepcinde lo carnavalesco como una vlvula de escape de esa energa reprimidapor la colectividad durante la vida cotidiana.

    Esta facultad de liberar los deseos no expresados y reprimidos le esinherente a las expresiones de la desmesura verbal, que funcionan demanera anloga a los actos destructivos de la violencia fsica. En un planosimblico, las palabras de la desmesura verbal pretenden lastimar, dejarhuella y provocar heridas en la imagen social de su blanco (Paniagua152).1 Siempre existe en ellas un potencial de agresividad a la imagen(Marco Albelda 99).

    En este sentido, es importante hacer notar que la desmesura verbalde lo festivo, a diferencia de otras expresiones hirientes, no posee unaconnotacin meramente negativa. Est permeada de la risa carnavalesca,cuya particularidad consiste en contemplar al mundo entero como unobjeto cmico, percibirlo en un aspecto jocoso, en su alegre relativis-mo [] esta risa es ambivalente: alegre y llena de alborozo, pero al mismotiempo burlona y sarcstica, niega y afirma, amortaja y resucita a la vez(Bajtn, La cultura popular en la Edad Media 17). Se trata de una risaque conjuga la muerte y la resurreccin, la negacin (burla) y la afir-macin (risa jubilosa) (Bajtn, Problemas de la potica de Dostoievski 179).

    Se podra decir, por tanto, que la jocosa violencia verbal pretenderealizar las mismas acciones de la risa carnavalesca: destruir la imagende su blanco para darle una nueva vida. Es necesario subrayar que no esuna aniquilacin plena y absoluta. En un proceso de gnesis destructiva,la agresividad verbal

    [] modifica la imagen del objeto denigrado, cambia ante todo su situa-cin en el espacio [], lo transporta por entero a los infiernos, coloca lobajo en el lugar de lo alto, [] deforma las proporciones espaciales del

    1 En trminos generales, la violencia verbal comprende toda serie de palabras yexpresiones que, en un determinado contexto, poseen una intencin hiriente o de-gradante por parte del hablante (Da Riva 27).

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    objeto, exagerando uno solo de sus elementos en detrimento de los otros[es una] alegre profanacin [del objeto]. (Bajtn, La cultura popular en laEdad Media 370) 2

    Si bien lo carnavalesco aniquila y renueva todo, la alegre profanacinde la violencia verbal suele centrarse en un blanco especfico; representalos resentimientos surgidos debido a las desavenencias diarias, y en l sedescarga la energa reprimida.3 Uno de sus mltiples rostros es el de losrepresentantes del mundo oficial. La vejacin de estos personajes sim-boliza la irrisoria degradacin de los valores o principios que ellosencarnan (Daz Bild 84). En este aspecto radica la fascinacin que ejerceel juego de la jocosa agresividad verbal sobre el hombre.

    Durante el parntesis de lo festivo, las diversas expresiones de la jocosaviolencia verbal (injurias, apodos, juramentos, obscenidades, im-precaciones, maldiciones y blasfemias) brindan la oportunidad de realizaruna alegre profanacin del mundo oficial y sus valores mediante lavejacin de sus representantes. Los escritores de los Siglos de Orodescubrieron esta facultad de la violencia verbal y la explotaron convehemencia. De este modo, es posible encontrar una vertiente de laliteratura urea permeada de un jocoso animus injuriandis, el cual secaracteriza por:

    2 Frente al carcter de la violencia verbal carnavalesca, en las groseras contempo-rneas no queda nada de ese sentido ambivalente y regenerador, sino la negacinpura y llana, el cinismo y el insulto puro; dentro de los sistemas significantes y devalores de las nuevas lenguas esas expresiones estn totalmente aisladas [] que-dan los fragmentos de una lengua extranjera en la que antao poda decirse algo,pero que ahora slo expresa insultos carentes de sentido (Bajtn, La cultura popular enla Edad Media 31).3 Esta figura es equiparable con la del chivo expiatorio descrita por Ren Girard ensus libros La violencia y lo sagrado y El chivo expiatorio. En diversas culturas, esta figuraes culpable de los males de la sociedad, por ello debe ser sacrificado para que elorden se restaure; se le distingue del resto de la comunidad a partir de una evidente oimperceptible caracterstica llamada rasgo victimario. Por ejemplo, el deforme esexcluido por su aspecto fsico (El chivo expiatorio 28-29). Al hablar del chivo expiatorioGirard aclara que un miembro puede ser excluido del grupo al encontrase por arri-ba o por abajo en la estructura del sistema (La violencia y lo sagrado 19-20).

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    [] la explotacin del potencial cmico de nombres y linajes, esperableen una sociedad preocupada por el honor []; la popularidad de laspuyas degradantes motes y apodos sealada por Giovanni Pontanoen De Sermone (1509) como un rasgo distintivo de la plebe espaola [];el deleite en las burlas, mediante las cuales la comunidad se ala contra elchivo expiatorio, cargando sobre l la humillacin fsica y psicolgica.Todo esto configura un estilo de humor juvenil, rudo y aristofnico, quese regodea con inversiones desacralizadoras, burlas hirientes, alusionesa las funciones corporales ms bajas. En resumen, un humor descaradamenteagresivo. (Close 234)4

    La tarea de analizar las distintas manifestaciones del jocoso animusinjuriandis en los Siglos de Oro sera un trabajo sumamente arduo yextenso; por ello, la atencin de este trabajo se centra en las comediasburlescas, cuyos juegos de rupturas, inversiones y transgresiones creanun parntesis festivo, permeado de libertad expresiva, donde el mundode lo oficial es ridiculizado a travs de mltiples recursos, entre ellos, lajocosa violencia verbal.

    EL RIDCULO ROSTRO DE LO OFICIAL EN LAS COMEDIAS BURLESCAS

    En el marco de la literatura jocosa de los Siglos de Oro, surgieron lascomedias burlescas o de disparate, llamadas tambin comedias de chistes,las cuales gozaron de su mximo esplendor durante los aos del reina-do de Felipe IV. Estas obras, escritas para representarse ante un pblicocortesano durante las festividades de carnestolendas, se distinguen prin-

    4 Fernando Bouza ha sealado que la rabia literaria ha de considerarse una expre-sin ms de la cotidiana violencia en la que vivieron los europeos durante la EdadModerna, una poca que hizo de la infamia, tanto como del honor, algo consustanciala la propia existencia comunitaria. Quiz por ello el vocabulario moderno de la aver-sin es inabarcable; en castellano, se desborda por verbos de ecos terribles comoson agraviarse, amargarse, disgustarse, desamar, alterarse, critiquizar, acriminar,libelar (126).

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    cipalmente por el carcter pardico y cmico que permea sus historiasy recursos.5

    A diferencia de otras piezas teatrales de la poca, el tono cmico semantiene a lo largo de la trama sin secuencias serias que lo interrumpan,de tal forma que uno de los ejes de estas obras lo constituye unaomnipresente y omnipotente comicidad (Cabanillas 58). Esta comicidadse entabla, en gran medida, a partir de los elementos de lo carnavalesco;por ejemplo, las orgas consumidoras y orgas de expresin ya citadas,adems de actos al revs.

    La configuracin general de estas comedias est estructurada en tornoa una sistemtica parodia de todos los motivos serios que imperaban enla poca:

    [] ya sean tpicos habituales de las comedias o de los textos literariosconcretos, ya sean personajes histricos o valores espirituales tan eleva-dos como la honra, la veneracin al rey, el amor o la religin. La parodiase llevaba a cabo sobre todo mediante la distorsin lingstica y la de-gradacin de personajes y motivos. (La recepcin de tragedias 79)

    Como parte del trastrocamiento e inversin de los mltiples planos,los roles sexuales y las posiciones sociales se vuelven intercambiables,dando lugar a la creacin de personas al revs, quienes asumen papeles yconductas que no les corresponden segn las inflexibles pautas de larealidad. Se convierten en dobles irrisorios de sus modelos. As, las damasactan livianamente, los padres propician los devaneos amorosos de sushijas y los galanes son cobardes. Los personajes de lo oficial no quedanexentos de este proceso de reduccin pardica.

    En las historias de las comedias burlescas, el mundo de lo oficialaparece representado por miembros de la jerarqua nobiliaria (empe-radores, reyes, condes, duques, marqueses y prncipes) entre otras fi-guras del poder (comendadores, mariscales y gobernadores) (Mata Indu-

    5 Sobre las caractersticas generales de las comedias burlescas vase Garca Loren-zo (89-113); Holgueras (131-144) y Serralta (99-114).

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    rin, El noble al revs 151). Contrariamente a sus modelos serios,estos personajes aparecen, una y otra vez, actuando en forma indecorosay ridcula. Todos ellos se comportan como rufianes apicarados, cons-tantemente preocupados por la comida y la bebida (verdaderos bo-rrachuzos) y por practicar una sexualidad harto primaria (159).

    Asimismo, dejando de lado la compostura de su cargo, no dudan enemplear [] palabras groseras, expresiones vulgares y bajas, e inclusohacen chistes escatolgicos (Mata Indurin, Reyes de la risa 306).Por otra parte, el rebajamiento pardico abarca su caracterizacin fsica;de este modo, se les describe grotescamente o con un vestuario ridculo[] en una clara parodia de los adornos y las galas reales.

    Este conjunto de rasgos burlescos crea un verdadero antimodeloridculo de la figura del poderoso (Mata Indurin, El noble al revs152). De ah que Carlos Mata Indurin haya acuado los trminos nobleal revs o antinoble para referirse a tan irrisorios personajes. La jocosaviolencia verbal se suma al conjunto de recursos en su labor de ridiculizara los representantes de las clases altas. En las pginas siguientes sepretende, sin exponer todas sus posibles manifestaciones, analizaralgunos mecanismos de la jocosa violencia verbal que permiten llevar acabo la alegre profanacin de las figuras del mundo oficial.

    LA HILARANTE ANTIIMAGEN DE LO OFICIAL

    En el mundo ordinario, los representantes de lo oficial se encuentran enun plano alto, sacralizado, separados del resto de la sociedad debido alas invisibles barreras impuestas por las normas del sistema. Pero alinstaurarse el parntesis de lo festivo, la violencia verbal se dirige haciaellos para atraerlos al plano de lo familiar, donde su figura es reelaboradabajo la forma de una imagen alegre (provocante a risa) (Bajtn, Adi-ciones y cambios 166). Esta trasmutacin irrisoria lleva implcita laprdida del respeto y el miedo que imponen estos personajes durantela vida cotidiana. En otras palabras, se les desmitifica:

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    En el fondo, eso significa desmitificar, es decir, precisamente arrancar elobjeto del plano alejado, destruir la distancia pica, asaltar y destruir, engeneral, el plano alejado. En ese plano (el plano de la risa), el objeto pue-de ser irrespetuosamente observado desde todos los ngulos; es ms,el dorso, la parte de atrs del objeto (aqu los elementos no destinados aser expuestos) adquieren una importancia especial en dicho plano. Rom-pen el objeto, lo desnudan (le quitan la ornamentacin jerrquica): elobjeto desnudo es ridculo, tambin es ridcula la vestimenta vacaseparada del cuerpo del objeto. Tiene lugar una cmica operacin dedesmenuzamiento. (Bajtn, Teora y esttica de la novela 468-469)

    En el plano de lo familiar, los personajes del mundo no oficial apro-vechan la libertad expresiva y desarticulan irreverentemente la imagen desus superiores: les otorgan una nueva corporalidad, creando as un do-ble irrisorio de ellos. Este desdoblamiento implica un proceso reductor,el cual, con frecuencia se lleva a cabo a travs de la animalizacin y co-sificacin de las figuras del poder, transmutaciones que exageran ydeforman jocosamente un aspecto especfico del carcter moral o fsi-co de los personajes. Por ejemplo, en la versin pardica de la obraCastigar por defender, el Marqus Astolfo es llamado milano ratero (v.360), mientras la Infanta es culebra infanta (v. 397); y en la obra ElMariscal de Virn, escrita por Juan de Maldonado, el protagonista es chi-lindrn (v. 613) y el Duque de Saboya un frisn (v. 1283).

    La creacin de una antiimagen burlesca se formula tambin con baseen los motes y los apodos, formas del divertimiento (permeadas delanimus injuriandis) practicadas tanto por damas y cortesanos, como portruhanes y bufones durante los siglos XVI y XVII.6 En los actos de motejary apodar entra en juego la alegre profanacin de la imagen de lospersonajes del mundo oficial. No puede olvidarse que el apodo es, enopinin de Melchor Santa Cruz, [] una comparacin festiva a propsitode una persona (Alonso Asenjo 57).

    6 Con respecto al apodar y el motejar vanse los trabajos de Joly (723-740) y Cheva-lier (25-72).

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    []Zoraida:-- fuera grande mancilla

    hacer a tu Alteza chivo.(El hermano de su hermana, vv. 378-379)

    []Cintia:xxy Porque siendo un asno el conde

    se har ms cargo de todo.(El desdn, con el desdn, vv. 1351-1352)

    []Cristerna: Pues escucha, compaero,

    de la mula de Beln.(Escanderbey, vv. 1644-1645)

    La deconstruccin ldica de la imagen se ritualiza en el intercambiode insultos. El igualitarismo, creado por la desaparicin de las fronterasjerrquicas, propicia escenas donde los personajes, olvidando los rolessociales, lanzan insultos al otro, a modo de ataque y respuesta. En laobra Castigar por defender, el Rey de Hungra y uno de sus soldados seinsultan mutuamente dicindose: Graznaste como gallina y T comocuervo graznaste (vv. 500-501). De manera similar, en El rey Perico y ladama tuerta, Trists y su criado Chisgarabs entablan un intercambio deapodos y motes donde se echan en cara su aficin al vino:7

    Trists:xxxxxCalla, modorro!Chisgarabs: Pienso que te di en la bota.Trists:xxxxxT siempre ests hecho un cuero.Chisgarabs: Seor, aunque yo desbarro,

    tambin t vacas un jarromejor que cualquier platero.

    (vv. 1876-1881)

    7 En torno al campo lxico del vino y elementos asociados con l es posible encontrar,en la literatura urea, un vocabulario burlesco: lobo, pellejo, jarro, zorras, gota, etc-tera. Un repertorio de ejemplos ilustrativos aparecen en el baile entremesado de LosBorrachos, escrito por Vicente Surez de Deza.

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    En la interaccin del mundo festivo, el lxico ldico-ofensivo brindala oportunidad de burlarse, ya sea suave o incisivamente, de lospersonajes que en la vida diaria estn fuera del alcance. El intercambiode insultos adquiere la funcin ritual de liberar la energa contenidaentre grupos contrarios del sistema: rey/soldado (sbdito); amo/criado.Los miembros marginados se enfrentan con los grupos dominantes enuna risible lucha simblica por convertir la imagen de su contrincanteen un objeto cmico.

    En otras ocasiones, estos duelos verbales se entablan entre los mismosmiembros del mundo oficial, quienes alejndose de la prctica delmotejar de dulce y agradable manera (propia de la pltica del gen-tilhombre) emplean palabras bajas y vulgares para zaherirse. Esto puedeverse en una escena, tipo entremesil, de la obra Castigar por defender. Alinicio de la Segunda Jornada, la Princesa Fenisa trata de impedir quesu hermana vea al Marqus Astolfo para evitar que ella lo reconozca.Ambos personajes actan, olvidando el decoro femenino propio de suclase, como mujeres de baja extraccin social, entablando un juego deinsultos y contrainsultos simtricos donde se acusan mutuamente dementirosas y de ser mujeres de mala vida a travs de expresiones des-pectivas:

    Princesa: Cmo el pundonor me ultrajas,de la plaza verdulera?

    Infanta:--Cmo t, della frutera,mis pundonores relajas?

    Princesa: Miente tu chapn ingratopor la gola y la frente.

    Infanta:--Y otras tantas veces mientepor la boca tu zapato.

    Princesa: Esto a una dama de cortese ha de intimar, mujercilla?

    Infanta:--T eres dama de la villa,yo soy damaza de la corte.

    Princesa: Esa impdica quimerabachiller, en qu se funda?

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    Infanta:--En que soy yo la segundamondonga y t la primera.

    Princesa: Yo la trasquilara el pelosi supiera trasquilar.

    Infanta:--Si a pelo supiera andar,yo anduviera al redopelo.

    (vv. 1012-1031)

    En cada uno de los insultos y contrainsultos, la Princesa y la Infantavan creando nuevas antiimgenes que a su vez engendran una figuradoble de su contrario en el plano de lo bajo social (verduleras, mondongas,mujercilla, dama de la villa, dama de la corte). La imagen (identidad)social de las damas de alcurnia se ve quebrantada.

    Sin embargo, la creacin de la burlesca antiimagen no siempre seconstruye por medio de trminos ofensivos o denigratorios. Esto seobserva en la creacin de nuevos nombres (apodos), que encierran enellos la configuracin de un doble irrisorio de los personajes de lo oficial.

    LOS GLORIOSOS REYES DE TOMO Y LOMO

    Como se ha apuntado antes, el lenguaje de lo oficial refleja la jerarquasocial instaurada, la jerarqua social de las apreciaciones (ante las cosas ylas nociones), y las fronteras estticas entre las cosas y los fenmenos(Bajtn, La cultura popular en la Edad Media 379). De este modo, en elmundo ordinario, los ttulos y las condecoraciones funcionan como fr-mulas de etiquetamiento social que configuran la imagen jerrquicadel hombre (Bajtn, Adiciones y cambios 172). Ahora bien, en elproceso de ridiculizacin del mundo oficial, la jocosa violencia verbal seapropia de dichas frmulas de etiquetamiento y las recoloca en el planodel lenguaje familiar donde se desdoblan en apodos. Este tipo de ono-mstica burlesca es un recurso habitual en las comedias de disparates.Una serie de ejemplos ilustrativos aparecen en la versin pardica de ElMariscal de Virn.

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    Durante la comedia, los personajes nobles reciben, en mltiplesocasiones, jocosos cargos nobiliarios: la Reina es llamada Reina del Haba(v. 90) mientras el Conde de Fuentes es Conde del Agua (v. 723). En elproceso de la alegre profanacin, la figura del rey de Francia es degradadairrisoriamente mediante los nombres de rey Cachumba (v. 178),8 reyde mojiganga (v. 421) y rey farandulero (v. 457),9 que evocan al mundofestivo y el teatral.

    De este modo, el cargo nobiliario en vez de ser una frmula de eti-quetamiento que distancie al personaje (trasladndolo a lo superiortopogrfico), se convierte en un apodo que lo hace descender al planode lo familiar. Asimismo, estos ttulos jocosos permiten revelar el ver-dadero rostro de los personajes nobles. Como lo seala Bajtn, el apodotiene por blanco el taln de Aquiles del apodado (Bajtn, Adiciones ycambios... 196). De ah que el Rey de Francia, recurriendo al lenguajenaipesco, sea nombrado como rey de copas,/ rey de espadas (vv. 1039-1040) tachndolo de borracho y aficionado al naipe (Mata Indurin, Re-yes de la risa 308).

    La alegre profanacin de la imagen jerrquica permite despojar de sudignidad superior a los representantes del mundo oficial, transfor-mndolos en autoridades burlescas. Al respecto de esta subversinpardica, Esther Borrego ha comentado que:

    Es muy tpica la figura del rey bobo, o rey de burlas [] en la come-dia burlesca acorde con la inversin de valores propia de la atmosfera

    8 Pierre Alzieu, Robert Jammes e Yvan Lissargues anotan que el origen de la palabraCachumba es poco claro, y aaden que Cachumba, cachumba! es un estribilloalegre del Siglo de Oro: lo registra Quevedo en El entretenido, la duea y el sopln, entrelos cantarcillos del poeta de los pcaros (230). Por su parte, Baltasar Fra Molinero(50), en su estudio sobre la imagen de los negros en el teatro de los Siglos de Oro,hace mencin de una danza llamada La Cachumba de los negros. En el Nuevo corpusde la antigua lrica popular, Margit Frenk rescata que del yndio a el etyope/ en vez deGatatumba/ buela Cachumba (1539 A).9 Farandulero: recitantes de comedias, hombres y mujeres (Covarrubias), es decir,gente de la farndula, hablador, trapacero, que tira a engaar a otros (Diccionariode Autoridades).

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    carnavalesca y ruptura de las convenciones de la comedia seria y de lapropia estructura social de la poca. Esta figura es grotescamentesatirizada en estas obras, y se presenta dando ridculas rdenes, desati-nando en juicios, actuaciones, etc. (Los amantes de Teruel, nota al v. 1259)10

    En este punto es importante precisar que los insultos y demsexpresiones vejatorias no constituyen arbitrarias degradaciones ldicasde la imagen de lo oficial, sino que conllevan una carga significativa.

    LOS INSULTOS JOCOSOS: EL ROSTRO SIN MSCARA DEL PODER

    En el mundo innormado, la cada de las barreras sociales no slo im-planta un ambiente de trato familiar entre los miembros de la comuni-dad. Sin la existencia de las distinciones jerrquicas, los representantesdel mundo oficial pierden su fuero, es decir, dejan de ser figuras intoca-bles, esto permite que la jocosa agresividad verbal ponga en evidenciael verdadero rostro del injuriado: lo [despoje] de sus adornos y de sumscara (Bajtn, La cultura popular en la Edad Media 178). Bajo elamparo de la libertad expresiva, los diferentes grupos de la sociedaddenuncian recprocamente sus ridiculeces y sus maldades (Girard, Laviolencia... 127). Para ejemplificar esta idea basta recordar el intercam-bio de insultos ya citado entre Trists y su criado Chisgarabs.

    Detrs de las ridiculeces y maldades denunciadas existe un trasfondo.Como ha sealado Marta Madero, entre otros autores, los trminosofensivos cifran un sistema de valores que se condensa y se expresainvertido: tienen la forma de una metfora (581). Hasta cierto punto,es posible plantear que las diferentes expresiones insultantes funcionancomo radiografas, de lo socialmente loable e inventarios de las con-ductas y de la mentalidad de una cultura, ilustran mejor que cualquierotro tipo de fenmeno la forma que tiene un pueblo de ver y compren-

    10 Este tipo de burlescos cargos nobiliarios se reiteran en varias comedias; por ejem-plo, en La mayor hazaa de Carlos V, existen similares cargos nobiliarios: rey de labaraja del mundo (v. 586), rey rabioso (v. 1792), rey de toma y daca (v. 1863).

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    der el mundo que le rodea (Da Riva 28). De acuerdo con lvaro GarcaMeseguer:

    El anlisis de los insultos, en cualquier cultura, es fecundsimo para co-nocer los valores sociales convenidos. Un insulto es la negacin de unacualidad que se supone debe existir. Por consiguiente, la lectura de sudefinicin ofrece, por transparencia, cuales son las cualidades o conduc-tas que la sociedad espera del individuo. (80)

    Desde esta perspectiva, los insultos dirigidos hacia las figuras delmundo oficial conforman un espejo social, el cual revela mediante unainversin los valores que se espera de ellos acorde con su origen y posi-cin jerrquica. En este sentido, es necesario recordar que el ser noble,en la concepcin de la poca, no constitua slo un rango marcado porun linaje ilustre, sino que simbolizaba ante todo una serie de virtudestipificadas: honor, valenta, mesura, magnanimidad, templanza, bondad,lealtad, etctera.

    Cabe notar que si bien los personajes en las comedias burlescas secaracterizan por constituir un antimodelo de conducta, los insultosdirigidos hacia ellos mantienen su forma como metforas invertidas delos valores serios de la realidad social. Muestra de ello es la serie de im-properios que Zara dirige a don Alfonso cuando le reclama el haberlaabandonado:

    Zara: A ti, Alfonso, el desleal,el perjuro y atrevido,el burlador de doncellas,(quin tan grand maldad ha visto?),el engaoso, el arteroel que se precia de lindoy es el peor de los hombres.

    (El rey don Alfonso vv. 1600-1606)

    En el proceso de desenmascarar a los representantes de lo oficial,exponiendo sin intencin moralizante su rostro imperfecto, la jocosa

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    violencia verbal convierte las metforas invertidas en trminos y ex-presiones provocantes a risa, que no slo zahieren a su blanco, sino quetambin hacen burla de l. De esta manera, en la versin burlesca de laobra calderoniana Darlo todo y no dar nada, Digenes a partir de la frasehecha cuenta garbanzos (expresin con que se nota al miserable ydemasiadamente econmico en su casa, Diccionario de Autoridades)tacha de tacao a Alejandro Magno, modelo proverbial de la generosidad,dicindole seor cuenta garbanzos (v. 1126).11

    No menos risibles resultan los insultos con los cuales Amuratesarremete contra Escanderbey cuando lo acusa de traidor:

    Amurates: Vlgame Al!, qu es aquesto?Aleve, traidor ingrato,descorts ms que un cochero,atrevido ms que un fraile,cobarde ms que un sargento.

    (vv. 715-719)

    Cada uno de los personajes (fraile, cochero y sargento), prototipos deun determinado defecto, cumplen la funcin de hilarantes metforas

    11 Sola citarse a Alejandro Magno como ejemplo de mxima generosidad: Alexandream tanto a Apeles, Ephesio, que, habindole hecho sacar al propio una amiga suya,toda desnuda, y conociendo que el buen pintor [] se haba enamorado en extremodella, sin considerar ninguna otra cosa ms, se la di. Liberalidad verdaderamentede Alexandre, no slo dar sus tesoros y tierras, ms an su propia aficin y deseos(Castiglione 125). Carlos Mata Indurin ha sealado que, en la comedia burlescaDarlo todo y no dar nada, la generosidad del emperador queda entredicho en mltiplesocasiones pues quiere pagar a Apeles el retrato que le ha pintado con calderilla (concuatro cuartos, cfr. vv. 383-385); se niega a dar regalos a la princesa Estatira (vv. 642-649); a su amada Campaspe le ofrece tan slo como presente una baraja de cartas (v.1746; de esta forma, le da cuatro caballos, los de cuatro palos) y un vestido (vv. 2350-2351); y luego afirma no tener nada para dar en albricias a Digenes, de forma queofrece pagar al filsofo en paja en el mes de agosto (v. 2385). Como vemos, pobrespagos y regalos para un personaje que ha quedado en la historia como prototipo dela liberalidad (Mata Indurin, Reyes de la risa 300).

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    invertidas que exhiben, de manera irrisoria, el rostro imperfecto delhroe.12

    Pese a su carcter ldico no puede perderse de vista, como se haexplicado al principio, que el propsito de las palabras de la violenciaverbal es lastimar y provocar heridas en su blanco. El dao metafricoque implican los insultos queda claramente ejemplificado en un dilogode Las mocedades del Cid, escrita por Jernimo de Cncer y Velasco.

    LA BOFETADA DE LA BOCA SUCIA

    La idea de que la violencia verbal puede herir gravemente al individuose refleja en los manuales de urbanidad, donde se leen las normas de loque podra denominarse un arte del insulto. En estos textos, los pre-ceptistas sealan las diferencias entre las vertientes de humor ofensi-vo y lo injurioso difamatorio basados en el principio de se burla pero nosaca sangre (Cuartero y Chevalier 39). Las caractersticas del motejarcortesano, planteada por Gracin Dantisco, demuestran claramente elgrado de carga hiriente que pueden tener las palabras: los motes hande morder al que se dan, como corderillo y no como el perro, porque simordiesse como el perro, no sera mote sino villana e injuria (Dantisco149). Por su parte, Luis de Zapata recomendaba que los dichos y mo-tes no fueran sucios ni deshonestos, ni desacatados a Dios ni al Rey, nique dieran lstima ni malicia, ni que fueran contra la honra (LaynaRanz 30).

    12 De la mala fama que gozaban los frailes no es necesario entrar en detalles. Lareferencia a la figura del sargento posiblemente hace alusin a la figura del soldadocobarde y jactancioso (fanfarrn) que aparece en la literatura clsica y la espaolahasta el siglo XVII. En cuanto a los cocheros, fueron tachados de insolentes, borrachos,desleales, alcahuetes, indiscretos y pendencieros (Herrero 82). Su psima fama sedeba a que facilitaban y encubran las ofensas de sus amos, sabiendo cul mujeres pesada y cul liviana, sirviendo de avizores (Crosby 1335). La mala fama de loscocheros est atestiguada en la comedia Darlo todo y no dar nada: Alejandro: Pngaleluego a cochero./ Efestin: Por qu?/ Alejandro: Por desvergonzado (vv. 361-362).

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    Un segundo testimonio del carcter nocivo de la violencia verbal serefleja en los archivos de los mltiples procesos judiciales realizados enla poca con motivo de injurias verbales y malos tratamientos.

    En Las mocedades del Cid, el Conde Lozano, tras discutir sobre elmatrimonio concertado de Jimena, abofetea a Diego Lanez, quien sequeja con Rodrigo del agravio:

    Lanez:--El conde, no s con que furiaRodrigo: Di; el alma tengo helada.Lanez:-.-una grande bofetada

    me dio con su boca suciasin decir bueno ni malo,pardiez, que me la peg.

    Rodrigo: Qu es lo que dices que os dio?Lanez:-.-Una bofetada.Rodrigo:-----------------Palo!Lanez:--Y diome esto con ahnco;

    pues t eres hombre tan sabiola bofetada es agravio?

    Rodrigo: Es palabra de las cinco. (vv. 687-699)

    Lanez al decir que el Conde lo abofete con su boca sucia pone demanifiesto la simblica agresin que encierran las ofensas verbales,dndoles el mismo valor hiriente que poseen los golpes fsicos, puescomo dicen los cdigos legales: Dos yerros son como iguales, matar alome, o enfamarlo de mal (Alfonso X El Sabio, Segunda Partida, TtuloXIII, Ley 4, 832). En este sentido, no es casual que el golpe infligido seauna bofetada.13

    13 En los siglos XVI y XVII exista una clara tipificacin de las ofensas fsicas y verbales:Por el instrumento con el que se cometen, las ofensas pueden ser de palabra o deacto; segn la intencin del ofensor, los insultos pueden ser involuntarios, volunta-rios y mixtos; segn la motivacin, las ofensas pueden ser, por insolencia o ignoran-cia, por encono o mala voluntad, y por desprecio; segn su gravedad, las afrentaspueden ser, o bien un insulto simple que afecta la dignidad del otro, o bien una injuria

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    Segn la mentalidad de la poca, las distintas formas de la violenciafsica (palizas, azotes, mojicones, etctera) posean una connotacin socialimplcita. Dentro de los insultos corporales, las bofetadas se estimabancomo uno de los golpes ms ofensivos para la honra:14 recebir bofetnes infamia [], que aunque tenga algo de dolor es ms lo que tiene deafrenta (Covarrubias). As pues, la equiparacin del metafrico golpedado por la boca (el insulto) con el fsico que inflige la mano (la bofetada)subraya la carga negativa de la violencia verbal.

    Asimismo, la escena revela que existen diferentes formas de violenciaverbal. La respuesta del Cid (Es palabra de las cinco) sobre si la bofetadaconstituye un agravio entabla un juego entre la imagen de los cincodedos de la mano y las cinco injurias (sodomita o puto, cornudo, traidor,gafo y hereje) consideradas las ms graves desde los fueros medievales(como ataques a la honra). De ah la queja de Lanez en cuanto fueinsultado-golpeado con las palabras ms hirientes.

    En el mundo de las comedias burlescas, la violencia verbal no siemprecobra forma en ataques directos a los representantes del mundo oficial.A partir de la idea expuesta inicialmente de que la violencia verbal implicala ruptura de las convenciones verbales (etiqueta, cortesa, piedad,consideracin, respeto del rango) cabe distinguir una violencia verbalque se entrevera en las palabras del lenguaje oficial, creando un burlescolenguaje de cortesa.

    LA FALSA CORTESA DE LA JOCOSA VIOLENCIA VERBAL

    La cortesa puede comprenderse como un sistema de reglas que pres-criben cierto comportamiento determinado con el propsito de garan-

    grave que afecta su honor, o bien una ofensa sin excusa admisible. La ofensa erapersonal y no poda ser aceptada sino por aquel que haba sido ofendido (Prez 108).14 Segn explica Sonya Lipsett-Rivera, en su estudio sobre los insultos, los actosfsicos, en especial alrededor de la cabeza, degradaban el honor, temporalmente ode forma permanente, porque dentro del simbolismo corporal, la cabeza tena unagran importancia, ya que se consideraba la parte ms alta del cuerpo, donde sealbergaba el honor de la persona (Los insultos 477, 475).

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    15 El ritual del besamanos se celebraba con motivo de diversas ocasiones, por ejem-plo: el acceso al trono de un nuevo monarca, el nacimiento de un prncipe o unavictoria blica. Durante este ceremonial, los oficiales de la Casa Real, el ejrcito y laarmada, los integrantes del alto clero, y las esposas de los oficiales superiores, entreotros personajes, formaban una ordenada fila para arrodillarse y besar la mano, enseal de reverencia, al rey y a los miembros de la familia real (Salomon 151). Vale lapena destacar que en las comedias burlescas se parodia tambin la prctica amoro-sa del besamanos como prueba de devocin de los galanes hacia las damas. Demanera similar al contrarritual nobiliario, la imagen del cuerpo femenino es degrada-da: Trists: Dadme de vuestro chapn/ a besar la tosca suela./ Gastn: Dejad quebese la tela/ de vuestro sucio escarpn./ Chisgarabs: A m, por lacayo ruin,/ me tocael botn fatal/ de la oreja vaquetal/ de tu zapato rampln (El rey Perico y la dama tuerta,vv. 465-472).

    tizar la armona en las relaciones interpersonales (Coln 30). Asimismo,esta serie de convenciones verbales y gestuales refuerzan implcitamen-te la conciencia de una lejana social entre los miembros de la comuni-dad (Torres 317). Su contraparte, la descortesa, busca el desequilibrio:la ruptura de la convivencia. No es extrao que la jocosa violencia ver-bal, en el proceso de derrumbar las inamovibles barreras sociales, seapropie de las frmulas verbales de la cortesa, transformndolas enambivalentes expresiones (des)corteses.

    Tal como se indic, las estrategias de la cortesa enfatizan las diferenciasde clases. Por consiguiente, permiten distinguir al que manda de losque obedecen (Huci 62). De este modo, la subversin irrisoria del lengua-je de la cortesana palaciega es el elemento idneo para quebrantar ladistancia social sobre la cual se construye el sistema estratificado. Encierta forma, las palabras del mundo oficial se vuelcan contra l y rela-tivizan su discurso legitimador. Un ejemplo ilustrativo de esta transgre-sin son los juramentos pronunciados en el ceremonial del besamanos,cuyo reverso pardico aparece en varias comedias burlescas.

    LOS IRREVERENTES VOTOS DE LEALTAD

    El besamanos destaca entre los distintos rituales nobiliarios debido a sugran contenido simblico, pues representa un acto de lealtad y home-naje, una renovacin del juramento de fidelidad (Salomon 152).15 Era

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    un mecanismo de lo oficial para reafirmar pblicamente la autoridadde seores y reyes. Ah radica la carga significativa que posee su versincontrarritual.

    Bajo la influencia del mundo al revs, las convencionales frmulas deDadme a besar las manos (o bien los pies) se desdoblan en expresionesllenas de respeto artificial, las cuales hacen mofa del principio deveneracin y subordinacin inherentes al ritual:

    Escanderbey: Dadme a besar, seor, vuestros juanetes,que aunque a escarpines gelen, no a pebetes,que al servir deseacualquier cosa le sabr a jalea.

    []Escanderbey: Dadme a besar vuestra real pesua.

    (Escanderbey, vv. 366-369; 379)Apeles:............ Seora, de cualquier modo

    veris, aunque no me humillo,cmo a vuestros pies me postroporque os lo quiero besar,aunque sean largos y gordos,y aunque huelan a escarpines,y aunque estn sudando arroyos.

    (Darlo todo y no dar nada, vv. 1528-1534)

    En estas pardicas expresiones de pleitesa, la jocosa violencia verbaldespoja de su carcter sagrado e inviolable a la imagen corporal de lojerrquico, la arranca del plano alejado y la transfiere a un nuevo planodonde le imprime una connotacin ridcula, lo cual da lugar a la creacinde un doble destronador. Las manos y los pies pierden su valor comoobjetos de respeto al ser reemplazados por diferentes elementos queremiten, de una forma u otra, a una anatoma grotesca, haciendo nfasisen la imagen de un cuerpo fisiolgico (los juanetes, los pies sudorososcon olor de escarpines) y animalizado (la pesua). De este modo, el voto

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    de deferencia y sumisin conlleva un rebajamiento cmico del cuerpocomo encarnacin del poder.

    LA BURLESCA GLORIFICACIN

    Cabe notar que el tono ambivalente de la burlesca cortesa se entreveratambin en los solemnes vtores empleados habitualmente para glorifi-car a los reyes de las comedias burlescas. En el tiempo ordinario, el vtorcrea una nueva distancia: eleva a la figura aclamada a una cumbre meta-frica. Sin embargo, en el mundo al revs, los vtores pardicos suponenun doble movimiento topogrfico: ascendente (ensalzan) y descenden-te (ridiculizan). Estas expresiones se convierten en un simblico ritualdonde se funde la ridiculizacin con el jbilo.

    De manera similar a los juramentos pardicos del besamanos, la jocosaviolencia verbal crea en el vtor una antiimagen del monarca aclamado,un doble que encarna irrisoriamente las cualidades de su modelo. Estedesdoblamiento burlesco se observa en la obra Darlo todo y no dar nada.Durante la escena inicial, el clebre Alejandro Magno regresa triunfantede una de sus campaas y es recibido con los gritos de Viva el prncipemostrenco! (v. 2). El sentido polismico del epteto lo convierte en unapodo que caracteriza burlonamente al emperador. Paralelamente a laexaltacin ocurre un rebajamiento cmico de la imagen real.

    Si bien, mostrenco se refiere al hombre sin hogar o casa, significado queconcuerda con la imagen del monarca que estuvo fuera de su reino, elmismo trmino se usa para nombrar a qualquiera res que se ha perdido(Covarrubias) o al hombre ignorante o tardo en discurrir. Uno u otrosignificado al aplicarse traslaticiamente a la figura del prncipe alabadolo denigran. As, elogio e insulto se fusionan en las palabras del vtor.

    El ambivalente tono elogioso ridiculizante permea tambin los vtorespronunciados para desear larga vida al monarca. Tal es el caso de lacomedia El rey don Alfonso, donde el protagonista al ser coronado esvitoreado por Zara, quien exclama: Vivas ms que una becerra (v.1731). La disparatada comparacin parodia el tono hiperblico de

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    expresiones como Vivas mil aos y Vivas por siglos eternos. El chuscotrmino de comparacin invierte el movimiento ascendente del vtor,ridiculizando as al rey Alfonso. Por esto, los vtores burlescos cumplenla funcin de coronar y destronar al mismo tiempo.

    Un ejemplo semejante aparece en Darlo todo y no dar nada. Tras con-templar los retratos que han hecho de l, Alejandro Magno escoge comonico pintamonas a Apeles, quien como muestra de agradecimiento de-sea larga vida al emperador diciendo: Apeles: Vivas, seor, ms que unciervo,/ y se te cuenten los aos,/ como a l (vv. 381-383).

    La imagen de la cornamenta del ciervo como elemento comparativoadquiere una doble connotacin, positiva y negativa. Por un lado, lasramificaciones y puntas de los cuernos, smbolo de fecundidad yresurreccin (Pastoureau 82), son referentes ideales de la longevidaddeseada al emperador. Pero, por otro lado, la alusin a las astas conllevaun sentido injurioso derivado de la relacin ciervo/cornudo. Paracomprenderla, vale la pena transcribir la definicin de cornudo queproporciona Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana:

    Cornudo es el marido cuya mujer le hace traicin, juntndose con otro y co-metiendo adulterio. Esto puede ser de dos maneras: la una cuando el ma-rido est ignorante dello, y no da ocasin ni lugar a que pueda ser; y poreste tal se dijo que el cornudo es el postrero que lo sabe, y comparese alciervo, que no embargante tenga cuernos, no se deja tratar ni domesticar.

    El pintor entabla socarronamente, mediante el simbolismo del ciervo,una frmula elogiosa-injuriosa: el deseo de una larga vida y el de que seacornudo (una de las cinco injurias ms graves de la poca).

    Como bien puede verse, en las pardicas frmulas del besamanos ydel vtor, el carcter ambivalente de la jocosa agresividad verbal propiciala combinacin de un gesto irreverente con un homenaje respetuoso(Perwoska 156). De tal modo que la ambivalente violencia verbal recurrea los juegos de la burlesca cortesa fingida para zaherir delante de ellos alos reyes sin cometer infraccin aparente. Con respecto al acto de insultarrealizando o no una infraccin resulta interesante citar un ejemplopresente en la versin burlesca de la comedia Escanderbey.

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    HONESTAS PALABRAS

    Otra funcin de las pautas de la cortesa es marcar el cdigo de lo de-cible y lo indecible. Los temas socialmente inadecuados, mal vistos oprohibidos obligan, por pudor o respeto, a generar palabras o expresio-nes atenuantes que mitiguen o disfracen el hablar de ellos. Uno de lostemas vedados convencionalmente es la mencin de las funciones cor-porales. En este sentido, los insultos relacionados con las deyeccionesanales constituyen el mximum de la ofensa (Profeti 840). Las expre-siones Me cago en ti y los giros similares (Mierda para l) encierranuna degradacin topogrfica literal, es decir un acercamiento a lo in-ferior corporal, a la zona genital. Esta degradacin es sinnimo de des-truccin y sepultura para el que recibe el insulto (La cultura popular enla Edad Media 124).

    En la obra Escanderbey, el protagonista recurre a las imgenes de loescatolgico para hacer descender el universo de lo oficial hacia el planode lo corporal, donde su imagen es enterrada, es decir, denigrada. Duran-te el desarrollo de la batalla, Ceiln reprocha al hroe desobedecer lasrdenes impartidas por Amurates sobre el desembarco. Para resarcir suautoridad, el turco se vanagloria de ser general y hace alarde de poseeruna patente.16 A continuacin, Escanderbey le responde insultndo-le mediante una versin eufemstica de la ofensiva expresin Cgomeen ti:

    Escanderbey: Si tanto por ella garlasen tu patente y en ti,en Amurates, en Zaida,en Rosa y en las demscon quien el rey juega caasno me cago, me descomoque es ms honesta palabra.

    (vv. 2073-2079)

    16 Patente: ttulo o despacho que se da de orden del rey para el goce de algn empleo,y que conste de l, especialmente en la milicia (Diccionario de Autoridades).

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    En un juego de burlesca cortesa, el hroe matiza su diatriba contra lapatente, Ceiln y el sultn Amurates (distintos rostros de lo oficial) sus-tituyendo el vulgar trmino cagar por el descomo, el cual aclara es hones-ta palabra.17 No obstante, la sustitucin en vez de neutralizar la ofensaacenta la burla al sugerir que se respetan las normas establecidas de lodecible.

    En el proceso del rebajamiento cmico de lo oficial llevado a cabo porlas palabras de la jocosa violencia, las imgenes de las deyecciones analesno crean, como se ha visto hasta el momento, una antiimagen deAmurates y el resto de los miembros de su corte, sino que los trasladanal plano de lo material donde pueden ser aniquilados simblicamente.Hay que recordar que las heces son una materia alegre y desilusionante,al mismo tiempo degradante y agradable (Bajtn, La cultura popular enla Edad Media 158). El contacto con ellas (el descomo) es, entonces,un funeral alegre donde el objeto se degrada y renueva simultneamente.De este modo, el mundo de lo oficial es degradado en sus distintos niveles(Ceiln, la patente objeto representativo de la autoridad real y elsultn) tratando de renovar sus imperfecciones.

    CONCLUSIN

    En el parntesis festivo de las comedias burlescas, la jocosa violenciaverbal permite la celebracin de los funerales alegres del mundo oficial.Las palabras de la desmesura verbal no slo derriban las barreras sobrelas cuales se apoya el sistema, sino que lo quebrantan a travs de la de-construccin irrisoria de la imagen de sus representantes. Durante losfunerales alegres, los personajes del mundo oficial son despojados de sufuero convirtindose en seres desmitificados, cuyos rasgos grotescos (jua-

    17 Segn el Diccionario de Autoridades, Cagar: exonerar y vaciar el vientre por la via yparte del cuerpo que a este fin defini la naturaleza. Y porque esta voz y las que usa elvulgo, aunque propias y expresivas, son indecentes, y suenan mal, se substituyen en las deobrar, o hacer el cuerpo; Descomer: expeler lo que se ha comido, evacuar, o exone-rar el vientre. Es voz de estilo jocoso.

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    netes), animalizados (pesua) o ridculos (T como cuervo graznaste)atrae a sus figuras hacia el plano donde viven todos los miembros de lacomunidad. Asimismo, la alegre profanacin de las imgenes de lospersonajes busca mostrar ldicamente las imperfecciones de sus ros-tros (milano ratero, seor cuenta garbanzos, rey de copas/ rey deespadas).

    Sin embargo, la finalidad de la jocosa violencia verbal, contrarreflejodel lenguaje oficial, debe ser matizada, ya que no cuestiona en s al poder.Sus distintas expresiones (insultos, apodos, muestras de cortesa fingida)esconden una revaloracin crtica del sistema social. Este desenmasca-ramiento crtico de lo oficial pudiera ser cuestionado en tanto que elpblico que observaba estas comedias era cortesano. Como hanapuntado Esther Borrego y Javier Bermdez Gmez:

    Es forzosa la pregunta que todos nos hacemos. Cmo podran ser ad-mitidas estas burlas en el propio Palacio? Pensamos que slo era posibleen el contexto de las fiestas carnavalescas, donde todo es lcito, donde elespectador disfruta de la otra cara de la realidad. Y, cul era la otracara de la comedia convencional? la comedia burlesca, pardica. (288)

    Asimismo, la actitud de los cortesanos ante estas obras, en las cualessu figura es retratada burlescamente, puede explicarse con las palabrasde Baltasar Gracin: Es gustosa la burla sobrado; saberla sufrirla esargumento de capacidad (303).

    En cualquier caso, estas expresiones que seran consideradas trans-gresoras en mayor o menor grado durante la vida ordinaria en-cuentran su fuero en el parntesis de lo carnavalesco, bajo el lema de esslo una broma o, lo que es lo mismo en trminos de la poca: Sifuere pulla, que no valga.

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    RECEPCIN: Mayo de 2010 ACEPTACIN: Marzo de 2011

    D. R. Gabriela Nava, Mxico, D. F., julio-diciembre, 2010.