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UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A 107 Ana Carolina Robles Salvador 1 La imagen en la intervención de formas de convivencia: la serie televisiva. Un acercamiento teórico-metodológico. 1 Profesora investigadora del Departamento de Investigación y Conocimiento, CyAD UAM Azcapotzalco. Contacto: [email protected] Resumen Este trabajo presenta avances de investigación de un proyecto en marcha sobre el papel de la imagen en la construcción social de la realidad. El interés que despierta el tema se centra en la preeminencia del lenguaje verbal en la construcción de la realidad por encima de otras posibilidades de comunicación, en particular la imagen. La imagen queda limitada al ejemplo y su capacidad transformadora queda oculta. De ahí, el objetivo es mostrar la contribución de la imagen en la construcción de la realidad a partir de su intervención de las formas de convivencia. Desde una visión construccionista y con apoyo de herramientas cualitativas se ensaya un primer acercamiento metodológico. Palabras clave: construcción de la realidad, imagen, formas de convivencia, signo, discurso. Introducción En un congreso en Puebla me encontré con un colega chileno, en el receso me dijo “acompáñame a la cafetería, quiero pedir una torta de jamón; nunca he comido una”. ¿Eh?, dije. Pensé ¿no conocerá el pan ni el jamón? Me sentí contrariada. Después descubrí que él creció viendo al Chavo del 8 y que en su país las tortas son dulces, son pasteles. Poder entenderse con alguien implica compartir acuerdos mínimos sobre un tema pero también sobre aspectos generales como el registro que se emplea, el código, los respaldos que dan soporte a los acuerdos a los que se apelarán. Así tenemos tantas opciones para establecer comunicación como sentidos y artificios tengamos disponibles. Sin embargo el grado de estabilización de los signos puede variar entre un sentido o registro a otro: el verbal 2 es más estable que el gestual o el 2 En esta trabajo se utilliza “signo verbal” por signo lingüístico a fin de establecer un vínculo directo entre lo verbal con el registro léxico y a su vez los signos a los que refiere.

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UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A

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Ana Carolina Robles Salvador1

La imagen en la intervención

de formas de convivencia:

la serie televisiva.

Un acercamiento

teórico-metodológico.

1 Profesora investigadora del Departamento de Investigación y

Conocimiento, CyAD UAM Azcapotzalco. Contacto: [email protected]

Resumen

Este trabajo presenta avances de investigación

de un proyecto en marcha sobre el papel de la

imagen en la construcción social de la realidad. El

interés que despierta el tema se centra en la

preeminencia del lenguaje verbal en la construcción

de la realidad por encima de otras posibilidades de

comunicación, en particular la imagen. La imagen

queda limitada al ejemplo y su capacidad

transformadora queda oculta. De ahí, el objetivo es

mostrar la contribución de la imagen en la

construcción de la realidad a partir de su

intervención de las formas de convivencia. Desde

una visión construccionista y con apoyo de

herramientas cualitativas se ensaya un primer

acercamiento metodológico.

Palabras clave: construcción de la realidad,

imagen, formas de convivencia, signo, discurso.

Introducción

En un congreso en Puebla me encontré con un

colega chileno, en el receso me dijo “acompáñame

a la cafetería, quiero pedir una torta de jamón;

nunca he comido una”. ¿Eh?, dije. Pensé ¿no

conocerá el pan ni el jamón? Me sentí contrariada.

Después descubrí que él creció viendo al Chavo

del 8 y que en su país las tortas son dulces, son

pasteles.

Poder entenderse con alguien implica compartir

acuerdos mínimos sobre un tema pero también

sobre aspectos generales como el registro que se

emplea, el código, los respaldos que dan soporte a

los acuerdos a los que se apelarán. Así tenemos

tantas opciones para establecer comunicación

como sentidos y artificios tengamos disponibles.

Sin embargo el grado de estabilización de los

signos puede variar entre un sentido o registro a

otro: el verbal2 es más estable que el gestual o el

2 En esta trabajo se utilliza “signo verbal” por signo lingüístico a

fin de establecer un vínculo directo entre lo verbal con el registro léxico y a su vez los signos a los que refiere.

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olfativo; particularmente para la enunciación. Ello

trae consigo el privilegio del lenguaje verbal sobre

otras posibilidades de comunicación. Prueba de

ello es el diccionario que fija el significado de los

signos lingüísticos. Aunque existen diccionarios

visuales, la mayoría son especializados. Las

imágenes enfrentan el problema de la poca

sistematización debido a su ubicuidad y al

dinamismo de sus usos. El problema de la

estabilización de los signos tiene relación con la

concepción de la realidad en tanto que sienta las

bases de lo que entenderemos, aceptaremos o

cuestionaremos.

La realidad como construcción

El término realidad proviene de realitas a su vez

de realis que nombra la categoría cosa. Los

escolásticos utilizaron res para denominar lo que

existe efectivamente, opuesto al pensamiento, a lo

posible o a lo ideal; de modo que “realitas, realidad,

nombra a la cualidad de lo real, al modo de ser

efectivo de la cosa”3. Por ello el adulto que tenga

un amigo imaginario será considerado inadaptado

social o enfermo mental (de la manera en que

Fromm critica a la sociedad contemporánea4). Esto

abre una discusión sobre lo que “existe

efectivamente”. Bunge señala que la realidad es lo

que existe en el mundo externo y advierte que la

percepción es sólo un indicador falible de la

existencia de las cosas. El conducto son nuestros

sentidos; nuestra percepción, el tamiz. Se trata de

un cuestionamiento recurrente en la filosofía, en la

sociología y en la teoría del conocimiento.

La literatura sobre la realidad es abundante.

Encontramos posturas como la de Berger y

Luckmann5 quienes consideran que la realidad es

una construcción social mediada por las

3 García, Francisco, (2009) Realidad y política. Cuadernos de

estudio. México, ENEP-Acatlán. p. 3 4 Fromm, Erich, (1995) Psicoanálisis de la sociedad

contemporánea: hacia una sociedad sana. México. FCE. 5 Berger, Peter y Luckmann, Thomas, (2006) construcción

social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortú, p. 23

instituciones, con una postura distinta Searle6 se

pronuncia por el realismo en tanto realidad como

construcción lógica pero independiente de nuestra

representación para ello se vale del concepto

intencionalidad –colectiva– que vincula con las

instituciones. Aunque en primera instancia no

parecieran posturas opuestas una diferencia

definitiva es que el realismo considera al método

científico la herramienta confiable para alcanzar el

conocimiento, su corte es empirista.

Encontramos entonces una distinción

fundamental entre construcción social de la

realidad y construcción de la realidad social. La

primera considera que la realidad es producto de

un cruce histórico, enmarcado en procesos

socioculturales. En este panorama el sujeto está

constituido históricamente por lo cual su

conocimiento es dinámico y relativo. De ahí que en

este trabajo se asuma que el conocimiento es

específico de los contextos de acción del sujeto.

Otro punto relevante es el lenguaje. Desde el

construccionismo es el agente estructurante y

cohesionador; el tabique que edifica el

conocimiento y el intercambio social (en general).

El realismo observa al lenguaje como una

herramienta de enunciación de resultados y no

como estrategia discursiva orientada a la adhesión

de sus interlocutores7. Incluso desde perspectivas

intermedias como Putnam 8 se considera al

lenguaje relacionado con el conocimiento y la

forma de hacerlo. Una visión pragmática que

inicialmente se desprende de la lógica9.

Si bien es posible hallar críticas hacia ambas

posturas, en este trabajo se optará por el

construccionismo de Berger y Luckmann que

aunque critica la noción de un mundo real diferente

a lo que el sujeto puede conocer, presupone lo real

6 Searle, John (1995) The construcción of social reality. New

York. Simon & Schuster Inc. 7 Para abundar en el tema Ver Shotter, John, (2000)

Realidades conversacionales: la construcción de la vida a través del lenguaje, Barcelona, Amorrortú. 8 Putnam, Hilary, (2001) La trenza de tres cabos: la mente, el

cuerpo y el mundo, Madrid, Siglo XXI. 9 Putnam,Hilary, (2006) Hilary Putnam: pragmatism and

realism, Nueva York,Routledge.

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en tanto que algo existe fuera del sujeto e

independiente de su volición pero perceptible.

Asimismo se observa al lenguaje como mecanismo

de intercambio social y vehículo para conocer el

mundo en la medida en que el sujeto participa en el

espacio social. Así la realidad se conceptualiza

como una constante negociación de significados

que perfilarán la acción. El objetivo es dar

visibilidad al signo como herramienta en la

construcción de la realidad.

Cuando nacemos hay estructuras como la

familia que nos proveen de lo necesario para

subsistir tanto en lo biológico como en lo social.

Nos enseñan a beber de un vaso, a ir al baño, lo

que es privado y lo público. Aprendemos entonces

a comportarnos debidamente según la

circunstancia a fin de permanecer adaptados a la

vida social. Por ello los niños tienen licencias como

hacerse de amigos invisibles. Los adultos llamamos

a estos amigos imaginarios porque suponemos

viven en la mente del niño y por ello no son

visibles, por consiguiente son irreales. Partimos de

la premisa que todo amigo es humano y que todo

humano es visible por lo tanto todo amigo es

visible. En ese sentido, lo que no se percibe no es

real: los amigos viven en el mundo real, el de la

vida cotidiana donde el resto de la comunidad a la

que pertenecemos puede dar fe. No obstante

puede existir en forma de acuerdo o concepto, así

entra en otra categoría: lo imaginario.

Berger y Luckmann10 afirman que la realidad es

independiente de nuestra volición, por lo tanto

externa e independiente del sujeto pero compartida

entre los miembros de un grupo social. Sin

embargo guarda cierta relatividad social porque

está sujeta a un espacio-tiempo donde las cosas

suceden y se fijan en la memoria colectiva, por ello

afirman que son propias (junto con los cuerpos de

conocimiento) de contextos específicos.

De modo que la existencia de algo es objetiva si

otros dan testimonio de ello, lo confirman. Los

10

Berger, Peter y Luckmann, Thomas, (2006) Op. Cit

sentidos y la percepción están ligados. Para Kant

(2000 §3, 6 y 8) el estímulo externo es objetivo

(sensación objetiva) pues viene de fuera del sujeto

y el juicio respecto lo percibido es subjetivo

(sensación subjetiva) pues se formula en el sujeto.

Asimismo, el juicio que no descansa en los

atributos del objeto sino en los que las personas le

otorgan en lo colectivo goza de una universalidad

subjetiva pues son atribuciones al objeto

compartidas por una comunidad. La universalidad

subjetiva es la intersubjetividad. También podemos

llamarlos sujetos colectivos ya que esos saberes

compartidos se conforman por medio de la

experiencia que cada sujeto vive en lo particular

pero que es similar en otros porque comparten un

contexto, Parret11 le denominó co-subjetividad. En

nuestro caso se aplicará el arreglo conceptual de

Mandoki12 sobre el cosujeto. La distinción entre

ambos radica en la equivalencia entre objetividad y

subjetividad mediante la intersubjetividad planteada

por la autora. Se trata de un sujeto histórico,

corporal y socialmente constituido.

Así, las enunciaciones a las que esté expuesto

el sujeto serían objetivas si son producto del

consenso, lo intersubjetivo. En este panorama la

imagen como cualquier otra enunciación en la

medida que es entendida y valorada por otros

(puede ser su destinatario) funciona como lenguaje

no sin antes lidiar con los problemas de

estabilización, transformación y del contexto.

Lenguaje, signo y conocimiento

Aquí el lenguaje13, abre la posibilidad de fijar las

ideas y significados creando estructuras que

permitan a los sujetos desarrollar su vida. De modo

que el lenguaje indica el lugar de la vida social del

sujeto y la relaciona con objetos significativos,

ubicándose en un mundo de sentido. Por ello

pareciera que la vida cotidiana está ordenada

11

Parret, Herman, (1983) Semiotics and pragmatics, Philadelphia, John Benjamin Publishing Co. 12

Mandoki, Katya, (2006) Prosaica I. Identidades socials y juegos de la cultura. México. Siglo XXI. p. 69 – 75. 13

Cf. Berger y Luckmann, (2006) 72-89

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desde el principio. El lenguaje y cultura parecen

dos nociones inseparables. Beristaín14 lo define

como un conjunto organizado de sistemas de

signos de gran complejidad estructural pues “la

sociedad y el individuo se determinan mutuamente

en la lengua y por medio de ella”. Sugiere una

forma de conocer a través del lenguaje verbal.

Lo anterior toca el debate sobre el papel del

lenguaje en la realidad. Ferrater15 pone en la mesa

algunas ideas en pugna a partir de una semblanza

sobre la filosofía del lenguaje: la relación entre

lenguaje, concepto, realidad; la discusión entre

nominalistas y realistas que aún hoy es abordado.

Putnam, por su parte, plantea la controversia: el

lenguaje es el uso16 y pregunta ¿cómo es que

podemos referirnos a lo que es externo de nuestros

cuerpos?; la relación entre leguaje y realidad, como

instrumento o como realidad misma. De estas ideas

emergen algunas inquietudes:

a) Pensamiento y lenguaje es la misma cosa

b) La existencia de una palabra implica la

existencia real de aquello que designa

c) El lenguaje en tanto construye realidad es la

realidad

d) El lenguaje es expresión del pensamiento

Desde el punto de vista planteado en este

trabajo, el lenguaje es visto como un mediador

entre el hombre y el mundo externo.

Si pensaramos en palabras, nuestros

pensamientos podrían ser resultado de

combinatorias, finitos y la posibilidad de crear y

transformar signos sería limitada; ¿cómo pensar

aquello que no está relacionado con palabra

alguna? Las palabras refieren a lo que existe en

tanto intersubjetivo pero garantizar la existencia de

algo que se designa sólo porque existe un término

para ello no es fiable. Tendría que estar respaldado

1414

Beristaín, Elena (2003) Diccionario de Retórica y Poética, México, Porrúa, p. 127 15

Ferrater, José. (1964) Diccionario de filosofía. Buenos Aires, Sudamericana, Tomo II. pp. 31-36. 16

Morris en ya lo hace en Fundamentos de la teoría de los signos cuando perfila una definición de pragmática pero Putnam relaciona esta afirmación desde la filosofía del conocimiento respecto a la realidad y la certeza en la forma de conocer.

o acordado colectivamente. Por ejemplo, el

personaje Doña Florinda: existen signos para

referirnos a él pero su existencia es limitada a la

esfera de la serie televisiva. Su existencia se limita

a un ámbito. De igual modo, si el lenguaje fuera la

realidad misma, el lenguaje no estaría compuesto

por signos sino por objetos, expresa la paradoja de

la realidad no es el mapa17.

Peirce afirmaba que no podemos conocer la

realidad de un solo golpe, pensamos signos y nos

comunicamos a través de signos18. Aparecen dos

nociones centrales: signo y comunicación. El

primero se define por su comunicabilidad y la

segunda porque orienta a la acción por el

consenso. En ese sentido el lenguaje refiere a lo

intersubjetivo: “los pensamientos carecen de

existencia, salvo en la mente; sólo en la medida

que se los considera existen19”. El pensamiento se

convierte en expresión. El lenguaje en el espacio

social refiere a pensamientos y a su vez a otros

más. De modo que el pensamiento es signo. La

naturaleza del signo es la semiosis ilimitada, la

comunicación aparece imbricada.

Para Berger y Luckmann “Todas las

objetivaciones son susceptibles de usarse como

signos” 20 porque enunciamos motivados por algo:

desear ser escuchados, persuadir de algo, llamar la

atención. Cada enunciación en la medida que un

interlocutor le atribuye un significado, funciona

como signo y es comunicable en la medida que en

la enunciación se recurren a hábitos comunes

(cosubjetividad).

La tradición glotocéntrica21 ha tendido a

establecer la equivalencia entre signo y palabra.

Backman22, desde la retórica23 plantea una

17

También planteado como “el territorio no es el mapa” formulada por Korzybski. 18

Peirce, Charles (1988) El hombre un signo (el pragmatismo de Peirce), Barcelona, Crítica. 19

Peirce, Charles (1987) Obra Lógico semiótica, Madrid, Taurus, pp. 71 20

Berger, Peter y Luckmann, Thomas (1996) Laconstrucción social de la realidad. Buenos Aires. Amorrortú. p. 52 21

Una breve revisión puede leerse en Ferrater Op. Cit. 22

Backman, Mark, (1991) Sophistication, The Raise of Our Self Consciousness. Woodbridge, Ox Bow Press, p. 20.

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homologación de la imagen y la palabra en tanto

signos como herramientas para la comunicación. Si

el lenguaje verbal y el lenguaje extraverbal guardan

estrecha relación es porque dan lugar a la

estructura de la realidad y su inteligibilidad a través

del intercambio sígnico. Se adopta la idea de que el

signo atraviesa procesos sociohistóricos; de esa

manera apela a la intersubjetividad. El lenguaje es

un artificio que permite al hombre sobrevivir

socialmente, es producto de una convención

estabilizada en la habituación. Por ello Bunge24

reduce el lenguaje a la acción de comunicar y

pensar. La sinteticidad con que expresa esta idea

es una apariencia pues en la comunicación además

de compartir el significado de las palabras entre los

sujetos implica que ellos refieren a otros acuerdos y

experiencias que le dan soporte. Los signos son

herramientas para conformar acuerdos sobre algo.

El signo visto como articulador entre el sujeto y

el objeto relaciona al signo con el conocimiento. Si

utilizamos los signos para referirnos a los objetos

entonces los conceptualizamos de la manera en

que los signos han sido estabilizados. No

necesariamente igual pero sí aproximada. Para

Parret25, la condición del conocimiento se da por la

condición de semiosis. La semiosis implica la

posibilidad de interpretación del mundo, de

construir la realidad. Se constituye como una

función mediadora entre el hombre y su mundo. La

importancia puesta en los sistemas de signos o

discursos (incluso el discurso como prototipo del

sistema de signos) perfila el orden lógico de las

categorías pragmáticas: ser, conocer y significar-

comunicar.

23

Morris, Charles, (1985) Fundamentos de la teoría de los signos, Barcelona, Paidós. pp. 67-68 considera que la retórica fue la primera pragmática en tanto que obedece al estudio de la relación de los signos con sus intérpretes que en un discurso estarán orientados a la adhesión, causar el efecto deseado en el público. Antes de Morris, Peirce sinta las bases epistemológicas de la pragmática donde discute y diferencia la pragmática del pragmatismo y pragmaticismo. Parret decide por una actitud pragmática 24

Bunge, Mario (2005) Diccionario de filosofía. México, Siglo XXI. pp. 120- 122. 25

Parret, Herman (1983) Semiotics and pragmatics. John Benjamins. pp. 6-7

Plantear sistema de signos como discurso

implica que los signos, al objetivar pensamientos

son utilizados para la negociación de significados y

de acción. Se considera entonces que el sujeto

está en constante negociación de la realidad. De

ahí que Peirce haya definido al signo o

representamen como “algo que está en lugar de

otra cosa para alguien bajo cierto aspecto o

circunstancia”26, concepto que introduce en una

triada definidora de la relación del signo entre el

mundo (objeto) y el pensamiento (interpretante). El

intérpretante no es una persona o un sujeto

individual sino colectivo, se trata de un

conocimiento intersubjetivo. Por eso Pierce dice

que “la existencia personal es una ilusión y una

broma práctica”27.

Así, el signo en tanto posibilitador del

conocimiento, sirve para enfrentar la ambigüedad

del mundo. El orden es arbitrario, atribuido por el

cosujeto; existe para guiarse en la interacción

cotidiana. Backman28 denomina a este estado

principio de ambigüedad, resuelto por el principio

de estructura. El autor relaciona estructura con un

orden incluyente que garantice los efectos de la

acción. Para Berger y Luckmann serían las

instituciones, para Peirce el signo, para Morris el

uso. La interacción cotidiana en el espacio social

está comprometido en esta afirmación. Al respecto

Parret29 basado en Peirce, sostiene que la

capacidad de crear signos atiende al hábito no de

un sujeto particular sino en lo colectivo30. Esto es

relevante porque da pie para pensar en el papel

26

Peirce, Charles (1931) "Speculative Grammar", En Collected Papers of Charles Sanders Peirce. Cambridge, The Belknap Press of Harvard University Press, §2.228. Retomado por Eco, Humberto (1995) Tratado de semiótica general. Barcelona, Lumen. 27

“personal existence is an illusion and a practical joke” Perice, Charles (1931) Collected papers. Hartshorne and P. Weiss. Citado en Parret, Herman. (1983) Semiotics and pragmatics. Philadelphia, Jhon Benjamin Publishing Co. p. 34. 28

Backman, Mark, (1991)p. 18, Op Cit 29

Parret, Herman (1983) pp.34-35, Op Cit 30

El hábito colectivo hace pensar en el acuerdo de los retóricos. El acuerdo, según Perelman es lo que se acepta sin dudar y existen varios tipos: los hechos, las verdades, los valores, los lugares y las jerarquías que operan circunstancialmente. El considerar estos acuerdos al estructurar un discurso implica la oportunidad de adhesión.

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político31 de la enunciación, en nuestro caso, visual.

En misma línea, en el discurso, los signos son

seleccionados de conformidad con lo que interesa

“hacer ver” u ocultar. Según Backman32 éste es el

principio de control; se refiere al aprovechamiento

de una situación de comunicación (tiempo y

oportunidad).

Para ejemplificar estos principios pensemos en

una situación. Caminamos por la calle con niño de

10 años, nuestro hijo o sobrino que gusta del

helado en días calurosos. Nos pide comprarle un

helado doble de chocolate que supone venden en

la nevería de enfrente (orden y estructura). Ante

este suceso tenemos varias opciones: comprarle el

helado, prometerle que después le regalaremos

uno, negarle la petición, hacernos de la vista gorda

o condicionar la compra. El niño también tiene

opciones si la primera no se cumple: conformarse,

insistir o rogar, hacer berrinche, pedirlo a alguien

más, condicionar el obsequio (control). Ambas

partes tienen expectativas sobre la situación y

motivos para emitir una decisión. La voluntad está

en juego y los signos se ponen en acción. Hay

caminos posibles: mantener la postura, ceder o

negociar. También juega un papel importante el

cómo nos pide el helado.

Los niños saben pedir las cosas y ser

persuasivos. Formulan la petición: ¿me lo

compraaas?, ¡tengo muuuucho caloooor!, ¿siii?,

¿por favooor!; que acompañan con otras acciones:

jalarnos de la ropa, levantar las cejas, abrir los ojos,

mirar hacia arriba, levantar el labio inferior e inflar

las mejillas, juntar las manitas a la altura del pecho,

ladear el tronco, enseñar la lengua y finalmente

sonreír. Estas acciones están orientadas por la

voluntad del niño y afectan la sensibilidad de su

interlocutor. El niño busca la adhesión del adulto a

su propuesta. Si el adulto no siente amenazado su

presupuesto o no percibe un comportamiento

viciado en el niño tal vez acceda a la compra. El niño

31

En este trabajo se entederá por político la capacidad de mediar formas de convivencia. Esta acepción es cercana a la filosofía política relacionada con el quehacer retórico. 32

Backman, Mark, (1991)p. 19-20, Op Cit

tiene el control de la situación, ha aprovechado el

momento haciendo valer su voluntad, para ello ha

desarrollado un discurso.

El término discurso inicialmente refiere a una

comunicación cara a cara, dados los alcances

tecnológicos de la Grecia Clásica cuando se

formula como concepto33 y parte de un quehacer.

El discurso existe por una situación que le da lugar,

cruce de la relación: espacio, tiempo, sujeto,

intereses e intenciones. Por lo tanto el discurso

estaría conformado por el despliegue del sujeto, ya

sea verbal, corporal o vicariamente; en un

encuentro cara a cara o mediado por artefactos.

El discurso directo, dice Beristaín34 es el que

encontramos en las novelas cuando los personajes

hablan pero quedan expuestos al lector, como en

las series televisivas quedan a la vista del público.

Así, la expectativa respecto a los productos de las

industrias culturales es poner en acción signos

relacionados con una cosubjetividad, de manera

que sean apropiados y formen parte de su

cotidianidad.

¿Por qué hablar de los productos de las

industrias culturales?

Los adultos de hoy fueron niños que se

crecieron viendo televisión, entre otros medios. Con

características heterogéneas fueron espectadores

de programas que han perdurado hasta hoy. Esta

persistencia presume su vigencia, tal vez por la

temática que aborda, por la caracterización de los

personajes, por el tipo de peripecias que los

personajes enfrentan; pero sin duda apela a la

cosubjetividad.

En estas series se “ensaya” un espacio de

convivencia que puede llegar a permear acciones

en la vida práctica. Similar a Goffman35 con la

metáfora teatral, Arendt36 lo llama espacio de

33

Tapia, Alejandro, (2004) El diseño en el espacio social, México, Designio, pp. 57-72 34

Beristaín, Helena (2003) 144-145 Op.Cit. 35

Goffman, Erving. (2007) La Presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires. Amorrortú. 36

Arendt, Hanna. (2005) ¿Qué es la política? Paidós. Barcelona. pp. 54-57

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aparición; el espacio es un lugar común a otras

personas con intereses propios, un escenario

donde el sujeto existe; fuera de él queda lo privado,

lo íntimo, desconocido e inexistente para los

demás. De este modo el signo es también

conformador de caracteres, de identidades

sociales. La comunicación se torna política, de ahí

el papel protagónico del signo como mediador de la

vida social; en particular el discurso visual de las

series de televisión.

De ahí que el foco de atención sobre los

productos de la industria cultural no se centra en la

parte mercantil, tecnológica sino en los discursos

constituidos por imágenes y sonidos que ofrecen

pautas para la acción. Por ello es conveniente

revisar si son suceptibles de perdurar al paso de

los años y de contribuir a la conformación de

cosubjetividades que aglutinen a las personas no

por su género, edad, ocupación, nivel

socioeconómico o geografía. Más bien por su

pasado, sus recuerdos, su afectividad puesta en

juego.

Una de las series de factura nacional más

longevas —no por años de producción como por

tiempo al aire— en la televisión es El chavo del 8.

Este programa ha tenido gran alcance en medios

audiovisuales en Latinoamérica desde 1971 a la

fecha con televidentes heterogéneos. Es uno de los

productos de la industria cultura mexicana con

mayor distribución.37 Este programa

presumiblemente ha influido en la relación entre

sujeto y mundo de algunas generaciones38,

afirmación que para sostener habría que probar.

Se formuló un acercamiento metodológico de

corte cualitativo utilizando el análisis situacional39,

37

Ver Chespirito.com. en la sección personajes/Chavo del 8/historia En http://www.chespirito.com/ Consultado el 28 de mayo de 2011. 38

Una revisión del programa de televisión se puede hallar en http://www.chespirito.com/ (sitio oficial) y http://www.chavodel8.com/historia.php (sitio no oficial) 39

Cf. Tamayo, Sergio y Cruz Xóchitl. (2006) “Espacio etnográfico, hermenéutica y contexto socio-político: un acercamiento situacional”. En Pensar y habitar la ciudad: afectividad, memoria y significado en el espacio urbano contemporáneo. Barcelona. Anthropos-UAM.

entrevistas estructuradas40, cuestionarios, mapas

conceptuales41 y focus group42. La muestra está

constituida por una selección aleatoria43 de 57

sujetos cuyas características son: haber visto la

serie durante su infancia, ser mexicanos, de

diferentes edades. Se obtuvieron 28 cuestionarios,

17 mapas conceptuales, 8 entrevistas y un focus

group de 10 personas. La intención fue obtener

información de sujetos de perfil heterogéneo

respecto a sus recuerdos sobre la serie a fin de

identificar si la serie influyó en las formas de

convivir desde historias de vida diversas, pero

convergentes en un punto: la serie de televisión en

su infancia. Se apela al cosujeto.

Las personas entrevistadas y del focus group

vieron dos capítulos. Uno de ellos fue obligatorio,

el otro a elección del participante. Se trata del

capítulo “Los globos y los favores” que fue grabado

tres veces en tres temporadas diferentes pero con

algunos cambios. La primera versión corresponde a

la temporada 1973, la segunda a 1974 y la tercera

a 1977. Hubo dos versiones disponibles: 1974 y

1977. La diferencia entre ambas es que en 1974

aparece Don Ramón y en la de 1977 El profesor

Jirafales ocupa el lugar de Don Ramón en la trama.

Se trata de un tema persistente.

Aunque la serie se transmite hoy por televisión

abierta, también existe una versión en dibujos

animados transmitida en televisión abierta en dos

canales en horario de la barra infantil, el desarrollo

40

Ver Galindo, Jesús (coord), (1998) Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. México. Pearson. pp. 312-328. 41

Cañas, A, Novak, J, González, F (eds) (2004) Concept Maps: Theory, Methodology, Technology Proc. of the First Int. Conference on Concept Mapping. Pamplona. Contenidos disponibles en http://cmc.ihmc.us/CMC2004Programa.html. Consultado el 10 de enero de 2011. Particularmente los documentos Aguilar, Manuel. 2004. EL MAPA CONCEPTUAL: UN TEXTO A INTERPRETAR. Disponible en http://cmc.ihmc.us/papers/cmc2004-049.pdf 42

Lara, Guido (ed). (2008) Guias AMAI, sesiones de grupo. México. AMAI. 43

Ver Sierra, Francisco (1998) “Función y sentido de la entrevista cualitativa en la investigación social”, En Galindo, Jesús (coord) Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. México. Pearson. y Gundermann, Hans, (2001) El método de los estudios de caso. En Tarrés, María, Observar, estudiar y comprender sobre la tradición cualitativa en la investigación social, México Miguel Ángel Porrúa-FLACSO-COLMEX.

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UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A

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de la historia es distinta debido al alcance técnico

actual. Además, la serie fue exitosa con los niños

aunque fue formulada para el público adulto. La

versión actual fue producida pensando en las

preferencias infantiles. Lo que aquí se busca es

identificar el impacto de un discurso visual en el

cosujeto relacionado con fragmentos de la vida de

sujetos particulares. El recuerdo y la confrontación

del pasado respecto a las preferencias y la manera

en que influyeron en la convivencia cotidiana: la

imagen en construcción de la realidad cotidiana.

La conciencia de la convivencia viene después

de la infancia, en la adolescencia. Recoger

experiencias, recuerdos y anécdotas de adultos y

jóvenes que vieron el programa de niños aporta

mayor información útil porque puede ser

reconocible El Chavo como referente de la

convivencia en su pasado: recuerdo significativo.

Al respecto, Mandoki44 comenta sobre la

relación del sujeto (individual o colectivo) con los

objetos que existen cargas en un proceso de

producción de lo significativo que opera mediante

asociaciones de tipo afectivo, temporal, material y

energético. Así un sketch o cualquier enunciación

no sólo es inteligible, también valorado. Incluso

podríamos pensar en Rock, quien no veía el

programa de televisión porque “se me hacía tonto”

o como Sandra “yo lo veía a escondidas porque mi

mamá no me dejaba”. Este es el sentido del

discurso en tanto que ninguna enunciación es

inocente, es motivada por un interés. Aceptar algo

con gusto, rechazarlo o sentirse indiferente es

producto de una valoración. Por lo tanto lo que

resulta relevante en relación con lo significativo es

una valoración que marca al sujeto por una carga

de asociaciones que exceden lo informativo y

permanece en su memoria.

El Chavo del 8 fue primero fue un sketch en el

programa Chespirito, luego se convirtió en serie de

televisión que comenzó a transmitirse en 1971

hasta 1979, luego volvió a introducirse como sketch

44

Mandoki (2006) pp. 20-22. Op. Cit.

en la segunda época del programa Chespirito.

Desde entonces El Chavo del 8 ha estado al aire

casi ininterrumpidamente. Han pasado casi 40

años. En ese tiempo los niños crecieron y hoy son

adultos de distintas edades; presumiblemente en

todo este tiempo fue pretexto para conversar, jugar,

discutir, mirar, criticar, incluso ignorar. Todas ellas

acciones que intervienen en nuestros modos de

convivir, de relacionarnos con los demás.

La diversidad en las formas de relacionarnos no

siempre es claramente observable, al igual que los

juicios formulados y la toma de postura

consiguiente. De modo que el sujeto al estar

constituido por su historia queda marcado por la

experiencia y por los juicios elaborados sobre la

marcha. No ha de pensar mucho cuando oye un

chiste o cuando ve algo gracioso; simplemente ríe

o no. Los juicios sobre las preferencias se realizan

con anterioridad y se traen al presente cuando se

enfrenta una circunstancia similar. Reír o aburrirse

ha sido una decisión tomada con antelación. Por

ello cuando otro sujeto le hace reír “en contra de su

voluntad” puede no sentirse satisfecho pues “sus

jerarquías le traicionan”; como sea, su interlocutor

ha sido persuasivo, ha utilizado los signos

adecuados para lograr su propósito.

Kant hace una distinción entre el juicio racional

(de la razón pura), juicio práctico (ético) y juicio del

gusto (estético), válida para fines analíticos. El

juicio del gusto es estético (18 y 22), pues el sujeto

manifiesta la afectación de su sensibilidad que

apuntará a la universalidad si ese juicio es

mayoritariamente compartido por los miembros de

su comunidad, sucede así porque está de

antemano condicionado por nuestra constitución

sociohistórica45; causa el efecto de objetividad, por

ejemplo: El chavo del 8 era divertido, ¿por qué no

lo vemos? ¿hemos crecido y perdido la gracia del

niño? La sensibilidad es capaz de orientar

acuerdos sociales y a su vez puede funcionar como

base para una negociación. De ahí la necesidad de

45

Mandoki (2006) p.70, Op. Cit.

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caracterizar la comunicación y el intercambio sínico

relacionado con la valoración. El análisis de los

testimonios y de sus recuerdos —en tanto

selectivos— son pertinentes.

Así en el cuestionario46 se encontró que los

participantes veían El Chavo del 8 en su niñez,

alrededor de los 10 años (la edad promedio de este

grupo de participantes es de 19 años) y mostraron

una actitud crítica respecto a las situaciones que la

serie exponía. La serie fue caracterizada como

“simple”, “tontos [los personajes]”, “repetitiva”,

“graciosa”, “divertida”, “divertido pero abusaron de

él [El Chavo como personaje]”. De los 28

cuestionados, a 7 no les gustaba pero todos

conocían a los personajes de la serie, sus roles y

su caracterización pues aunque no gustaran de él

lo veían. Afirmaciones como “me gustaba porque

no tenía una idea clara de ese programa” muestra

una transformación en la opinión del sujeto que

observa con rechazo su ingenuidad infantil.

Asimismo “a veces era divertido, otras carecía de

sentido” está subrayado por “odioso”, “repetitivo”,

pero esa misma persona considera “clásico” y

“divertido” la serie Dragon Ball.

Esta comparación entre series permite

identificar sucintamente sus gustos: acción,

aventura, anime, héroe exitoso; lo que contrasta

con la personalidad de nuestro protagonista: torpe,

ingenuo, ignorante, huérfano. De ahí que

“repetitivo” sea resultado de una valoración

negativa, puesto que se relaciona con “odioso” y

“error” sin olvidar que la serie Dragon Ball también

es repetitiva pero al quedar dentro de los afectos

de nuestro cuestionado se omite y se le da luz a

otros atributos. Se observa la voluntad puesta en

juego en la enunciación.

46

El cuestionario estuvo compuesto por nueve preguntas, dos libres sobre su afición al programa y siete inspiradas en las redes semánticas naturales (RSU) donde se dio una frase característica de algún personaje y el participante anotó al lado con qué la relacionaba. Aunque a diferencia de las RSU no es posible identificar el significado psicológico del concepto, contribuye a identificar la opinión que hoy tienen sobre la serie y confrontarla con las preguntas abiertas.

Por otro lado “lo tonto” puede entenderse como

“gracioso” en tanto la torpeza caracteriza la

tontería, al accidente y da pie a la peripecia. Sin

embargo esto no es aceptado por todos los

cuestionados; en oposición, pueden observarse

actitudes más favorecedoras hacia otras series

populares como La teoría del Big Bang,

particularmente el caso de Wolowitz o Bob

Esponja.

La opinión de los encuestados tiende a coincidir

con los participantes del focus group. Este grupo

estuvo compuesto por 10 personas de edades que

van de los 20 años a los 31 a quienes se les

preguntó primero si habían visto la serie

últimamente. Todos respondieron que no. También

se les interrogó sobre la opinión que tenían de

niños sobre El Chavo del 8. Posteriormente vieron

los dos capítulos y a país de una plática dirigida se

examinó su opinión sobre lo que acababan de ver.

De ahí se obtuvo:

a) Al igual que en el caso anterior se le caracteriza

como repetitivo, predecible, tonto.

b) Aún con las cualidades anteriores se le

consideró medianamente gracioso, los

recuerdos eran algo vagos (algunos dudaban al

construir las oraciones o utilizaron palabras

como “así...”, “pues este…”, “mmm cómo

decirlo...”)

c) A diferencia de los cuestionados se les preguntó

por su opinión de niños y su opinión actual,

permitiendo hacer una diferenciación y desligar

su infancia y adolescencia de su identidad

actual. Esto hizo posible externar opiniones

como “me divertía demasiado la manera cómica

e inocente”, “me gustaba porque lo veía con mi

mamá y mi hermana a la hora de la comida, me

recuerda mucho mi época de primaria y

secundaria”, “me parecían divertidas sus

ocurrencias”. Se observa en general una

aceptación del programa como algo que en el

pasado fue divertido. Incluso Daniel (25 años)

expresó su proyección en los contenidos: “sí,

[me gustaba] por lo gracioso y por identificarme

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o distinguirme de los personajes”, estableció un

puente afectivo con la serie pero también se

reflejó en su vida social al referir después que

“algunas personas aplicaban las frases o para

burlarse como cuando todos se callan y El

Chavo sigue hablando”.

d) Al recoger las memorias de los participantes

fueron recurrentes los ejemplos de convivencia

relacionados con la serie, ya sea frente al

televisor, principalmente familiares o fuera de

casa con personas de la misma edad de

entonces. “me recuerda mi primaria, cuando

terminaba mi tarea por la tarde, lo veía”, “me

recuerda también a mi papá porque lo veía

algunas veces con él”, “y algunos

comportamientos que tenía o copiaba del

programa” comenta Laura (20 años) o como

Ernesto (20 años): “cuando estaba en la tele lo

quitaba y que me caían mal los compañeros que

estaban obsesionados con él. También odiaba

las fiestas de cumpleaños donde ponían sus

canciones”.

e) Por otro lado, la opinión que tienen actualmente

manifiesta un ligero rechazo precisamente por lo

expuesto en el inciso a) pero al ver los capítulos

se mostraron atentos y rieron al menos 5 veces

en 35 minutos. Hay una diferencia entre el decir,

hacer y pensar. Incluso hubo participantes como

Juan (21 años) que no son afectos al programa

porque “no me llama mucho la atención” y que

después de verlo dijo “El Chavo me sigue

cayendo mal…pero hoy puedo reconocer, creo,

que así se comportan los niños; la infancia es

cruel. ¡Ja!” pero se mantuvo riendo casi todo el

capítulo.

f) Sin embargo cotejan su visión de adultos con

sus recuerdos de niños al decir que ahora

“entiendo el doble sentido” o “ya entiendo las

cosas que decía Don Ramón” y hacen una

crítica a la manera en que los niños se

desenvuelven en la serie: competitivo, cruel,

envidioso. No obstante aceptan que son

comportamientos comunes en los niños y que

ellos cuanto tenían esa edad eran “un poco así”

o “se dicen cosas que ahora no son socialmente

aceptadas [como adultos]”. Por lo tanto ahora

no se lo permiten y lo critican como Angel (31

años) cuando afirma “necesita supervisión de un

adulto para ver esos programas…por cómo

encasillan las cosas…el comportamiento del

niño que plantean en el programa no es muy

buen modelo [estereotipo]”, quien por cierto, hoy

gusta de documentales. Valoran la serie con

respecto a su historia hasta hoy reprimiendo o

corrigiendo comportamientos como la burla, la

comparación o la envidia.

Una herramienta complementaria fue el mapa

conceptual. En él se dieron oportunidad de

construir una conceptualización del programa más

amplia estableciendo relaciones. Las recurrencias

fueron:

a) Asociaciones con la cultura: tradiciones,

contexto, convivencia en la vecindad.

b) Humor: simple, inocente, tonto, repetición,

predecible.

c) Caracterización de los personajes y sus

comportamientos: Chilindrina-aprovechada,

Popis es ñoña o mimada, Ñoño es inteligente,

Kiko es presumido y envidioso, Chavo es

inocente (con mayor recurrencia) o indefenso

d) Caracterización de las situaciones: cómicas,

contacto físco-fuerza física, banales.

e) Relaciones afectivas: Doña Florinda-Prof.

Jirafales, Don Ramón-Bruja del 71

f) Frases y comportamiento: implanta frases,

establece patrones, refleja una forma de ser en

la infancia, imitación.

Estos resultados ofrecen una descripción sobre

la estabilización de El Chavo del 8. Llama la

atención que en los conceptos relacionados no esté

presente la violencia física, familias

monoparentales (Kiko, Chilindrina, Ñoño),

desamparo del Chavo, problemas económicos o

soledad; cuando han sido sugeridos en el punto

anterior. La inocencia, entonces aparece como un

valor, al igual que la simpleza, probablemente

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porque la misma serie da énfasis al “humor blanco”

oscureciendo esos otros aspectos. La exageración

de los personajes parece surtir efecto y se refleja

en la enunciación.

Finalmente, se realizaron 8 entrevistas con una

dinámica similar al focus group. Se trataron de

entrevistas personales, estructuradas donde el

entrevistado pudo expresar con más tiempo sus

impresiones de la serie. Por ello, en general

evocaron algunas anécdotas de la niñez con mayor

detalle, mostrando que si bien ellos no reprodujeron

comportamientos referentes a la serie, si recuerdan

alusiones de otros niños de su edad e incluso

familiares más pequeños. En tanto las formas de

convivencia pueden ser reflejadas como en el caso

de Marcos (36 años) “no prendía yo la tele.

Teníamos solo una en casa y yo llegaba y alguien

más la estaba viendo así que yo veía al Chavo

porque ya estaba puesto ahí” sujetándose a la

circunstancia; condicionaba la convivencia en tanto

“estar” o “permanecer en un lugar”. Incluso cuando

su voluntad quedaba sujeta a la de la mayoría: “yo

prefería ver Kum-Kum”, se trata de la esfera

doméstica. Asimismo, en la pública Sandra

comenta que “hablar en la escuela de El Chavo del

8 era como…considerado ¡ay qué naco!; no era

algo así…de lo que hablaras”. De este modo se

califica al sujeto de la enunciación y adquiere una

valoración del grupo con el que convive y toma

decisiones: mejor no decir nada.

En las entrevistas y en el focus group se

encontraron vestigios de las relaciones entre el

sujeto y su contexto mediado por algunos aspectos

de la serie, algunas de ellas son:

1. la imitación cuando Oscar (33 años) recuerda

“ah, sÍ, mi primita Edith, que ya es adolescente

[14 años] te gritaba `¡cállate, cállate, cállate que

me desespeeeeeras!´ cuando la hacías

desatinar; pero gritaba en serio eh.”

2. Pretexto para el juego

3. La parodia cuando se le atribuyen

características de un personaje a una persona

como “a una maestra le decían vieja clancluda o

bruja del 71”, lo cual guarda relación con la

página de Facebook que no dijo "vieja

chancluda" cuando chico, nunca vio el chavo del

8 —por cierto, hay 20 personas a las que les

gusta eso—.

4. Burla. Rock (48 años) comenta que “cuando un

compañero poco popular hablaba le decían

cállate Ñoño, a lo mejor de ahí viene que a los

nerds o a las personas poco sociales se les diga

ñoños”

5. Alusión o cita en la interacción con otras

personas (Darinka 21 años) “mis primitas se

corretean y dicen `ah sí, como en el chavo del

8’”, (Marcos) “cuando alguien se equivocaba:

ahh tenía que ser El Chavo!”.

6. Analogía Ana (32 años), después de ver los

capítulos comentó “ah ah ah [risas] recuerdo un

día que mi tía fue por las tortillas y se tropezó,

yo me reí cuando mi tía nos platicó porque en

vez de meter las manos prefirió salvar las

tortillas pero salieron volaaando y se fue de

boca. ¡Ahhh! [risa reprimida], como cuando el

Chavo sea cae y tira el agua ¡ya! Pobrecita. A

veces uno no distinguía el dolor entre lo real y

lo ficticio, sobre todo porque no de niño no te

duele cuando te caes, estás acostumbrado”.

7. Habilidades que desarrollaban como afirma

Judith (30 años) “mi hermano sabía llorar como

Quico”,

Si bien estas acciones observables del sujeto no

fueron realizadas por todos los sujetos abordados,

si los han visto reproducidos en su niñez o

adolescencia; en algunos casos los ven en la

actualidad con sus familiares. Al intervenir en el

espacio de aparición, modifican la percepción que

los sujetos tienen del sujeto de la enunciación.

Esta serie de gran popularidad hace unos años

y aún hoy en su versión animada ha tenido adeptos

en las redes sociales. Algunas de ellas son

Facebook Español con más de 500 resultados47, la

47

algunos como El que no dijo "vieja chancluda" cuando chico, nunca vio el chavo del 8; X Los Qe Qeremos Q Qiten La Fam. Peluche i Pongan El Chavo del 8! ii♥Chavo.; "EL CHAVO DEL 8 "= MI INFANCIA xd; Yo también haré que mis hijos vean el

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página más popular es El chavo del 8 con 511.072

“personas les gusta esto”48. Roberto Gómez

Bolaños abrió una cuenta en Twitter con el

nickname ChespiritoRGB. El primer twitt fue el 28

de mayo aproximadamente a las 20 hrs y a las 23

horas del mismo día ya tenía 41499 seguidores49.

En Justin TV donde se transmiten o se han

transmitido episodios de la serie en 2011. Algunos

de esos canales son migrantelatino,

elecuatorianofm, volviovictor48 (donde pueden

verse programas del chavo del 8 y de Chespirito en

general), tvespartaco con contenidos varios

elchavodelocho2, 0_chavito_0, espacionick,

gadicke1, chikopoison, elchavodel2010,

alannahuelmansilla. También encontramos páginas

web que transmiten o que han transmitido

contenidos de la serie como Migrante Latino Tv

relacionado con el canal migrantelatino que aborda

temas sobre migración y la comunidad migrante

latina, El ecuatoriano Tv. En la Internet el buscador

arroja 349.000 resultados para "el chavo del 8”50.

En Televisión, los canales de paga Clásico TV y

Cartoon Network transmiten la serie al igual que el

Canal 2 el domingo por la mañana.

Tanto en el nombre las páginas de Facebook

como en los canales se observa un juicio o una

intención que pone en juego tanto la sensibilidad

como la racionalidad al dar un toque, un me gusta o

un follow. Apelan a nuestras experiencias.

Cada click es una enunciación. Aparecerá en

nuestra información del perfil y los demás sabrán

que nos hemos adherido al canal o página. De este

modo, como la ropa o la personalización de

Chavo del; A Que El Chavo Del 8 tiene Mas Fans que justin bieber; colecta solidaria: un nuevo barril para el chavo del 8; YO TAMBIÉN CONOCÍ ACAPULCO POR EL CHAVO DEL 8!! XD; Quien No Vio El Chavo Del 8 No Tuvo Infancia! xD. Búsqueda realizada el 25 de mayo de 2011. En Facebook. http://www.facebook.com/search.php?q=el%20chavo%20del%208&type=all&init=srp 48

El chavo del 8 En Facebook. http://www.facebook.com/ElChavodel8.La. Consultada el 25 de mayo de 2011. 49

Búsqueda realizada el 28 de mayo de 2011 a has 23hrs. En https://twitter.com/#!/ChespiritoRGB. Al actualizar el navegador a las 23:32 hrs ya tenía 46,020 seguidores. 50

En el buscador Yahoo con el criterio “el chavo del 8”. Consultado el 28 de mayo de 2011.

espacios es una enunciación mediada. Si alguno le

apena o le avergüenza que los demás sepan que le

gusta “El Chavo del 8” se abstendrá de seguirle, si

le enorgullece o sólo pretende que los demás

sepan, no dudará en dar click.

Para finalizar

Poco o nada puede parecer concluyente

respecto al papel de la serie en la construcción de

la realidad en tanto modificadora de formas de

convivencia, ya que 1) la naturaleza cualitativa de

este acercamiento no permite conclusiones

universales y 2) éste sólo constituye el primer

acercamiento, un ensayo metodológico de una

investigación en marcha. No obstante es útil porque

permite afinar las herramientas metodológicas a

utilizar.

Si bien el Chavo del 8 visto como discurso

ofrece una pauta para el comportamiento, la

manera que intenta educa hacia la tolerancia,

tiende a normalizar las conductas cotidianas de la

sociedad a través de la broma. Por ejemplo el

bulling, la agresión, la burla, el castigo, la fuerza

física. Hoy se penaliza la discriminación, incluso

como hace Doña Florinda con la chusma; a la

mujer no se le pega pero ella golpea aunque el

índice de feminicidios se incremente; los morosos

son tolerados en la serie pero hoy el desalojo es

casi sistemático, la ley castiga la violencia

intrafamiliar aunque Don Ramón le pegue a la

Chilindrina. Legitiman por hábito la educación pero

las contradicciones parecen rebasarnos. De ahí

podría desprenderse una hipótesis de trabajo: los

discursos visuales en distintos hábitos son

contradictorios pero el sujeto los concilia a fin de

integrarse socialmente. Un indicio es que los

participantes no relacionaron fuerza física con

violencia física ni burla con humillación o violencia

psicológica.