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UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A
107
Ana Carolina Robles Salvador1
La imagen en la intervención
de formas de convivencia:
la serie televisiva.
Un acercamiento
teórico-metodológico.
1 Profesora investigadora del Departamento de Investigación y
Conocimiento, CyAD UAM Azcapotzalco. Contacto: [email protected]
Resumen
Este trabajo presenta avances de investigación
de un proyecto en marcha sobre el papel de la
imagen en la construcción social de la realidad. El
interés que despierta el tema se centra en la
preeminencia del lenguaje verbal en la construcción
de la realidad por encima de otras posibilidades de
comunicación, en particular la imagen. La imagen
queda limitada al ejemplo y su capacidad
transformadora queda oculta. De ahí, el objetivo es
mostrar la contribución de la imagen en la
construcción de la realidad a partir de su
intervención de las formas de convivencia. Desde
una visión construccionista y con apoyo de
herramientas cualitativas se ensaya un primer
acercamiento metodológico.
Palabras clave: construcción de la realidad,
imagen, formas de convivencia, signo, discurso.
Introducción
En un congreso en Puebla me encontré con un
colega chileno, en el receso me dijo “acompáñame
a la cafetería, quiero pedir una torta de jamón;
nunca he comido una”. ¿Eh?, dije. Pensé ¿no
conocerá el pan ni el jamón? Me sentí contrariada.
Después descubrí que él creció viendo al Chavo
del 8 y que en su país las tortas son dulces, son
pasteles.
Poder entenderse con alguien implica compartir
acuerdos mínimos sobre un tema pero también
sobre aspectos generales como el registro que se
emplea, el código, los respaldos que dan soporte a
los acuerdos a los que se apelarán. Así tenemos
tantas opciones para establecer comunicación
como sentidos y artificios tengamos disponibles.
Sin embargo el grado de estabilización de los
signos puede variar entre un sentido o registro a
otro: el verbal2 es más estable que el gestual o el
2 En esta trabajo se utilliza “signo verbal” por signo lingüístico a
fin de establecer un vínculo directo entre lo verbal con el registro léxico y a su vez los signos a los que refiere.
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olfativo; particularmente para la enunciación. Ello
trae consigo el privilegio del lenguaje verbal sobre
otras posibilidades de comunicación. Prueba de
ello es el diccionario que fija el significado de los
signos lingüísticos. Aunque existen diccionarios
visuales, la mayoría son especializados. Las
imágenes enfrentan el problema de la poca
sistematización debido a su ubicuidad y al
dinamismo de sus usos. El problema de la
estabilización de los signos tiene relación con la
concepción de la realidad en tanto que sienta las
bases de lo que entenderemos, aceptaremos o
cuestionaremos.
La realidad como construcción
El término realidad proviene de realitas a su vez
de realis que nombra la categoría cosa. Los
escolásticos utilizaron res para denominar lo que
existe efectivamente, opuesto al pensamiento, a lo
posible o a lo ideal; de modo que “realitas, realidad,
nombra a la cualidad de lo real, al modo de ser
efectivo de la cosa”3. Por ello el adulto que tenga
un amigo imaginario será considerado inadaptado
social o enfermo mental (de la manera en que
Fromm critica a la sociedad contemporánea4). Esto
abre una discusión sobre lo que “existe
efectivamente”. Bunge señala que la realidad es lo
que existe en el mundo externo y advierte que la
percepción es sólo un indicador falible de la
existencia de las cosas. El conducto son nuestros
sentidos; nuestra percepción, el tamiz. Se trata de
un cuestionamiento recurrente en la filosofía, en la
sociología y en la teoría del conocimiento.
La literatura sobre la realidad es abundante.
Encontramos posturas como la de Berger y
Luckmann5 quienes consideran que la realidad es
una construcción social mediada por las
3 García, Francisco, (2009) Realidad y política. Cuadernos de
estudio. México, ENEP-Acatlán. p. 3 4 Fromm, Erich, (1995) Psicoanálisis de la sociedad
contemporánea: hacia una sociedad sana. México. FCE. 5 Berger, Peter y Luckmann, Thomas, (2006) construcción
social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortú, p. 23
instituciones, con una postura distinta Searle6 se
pronuncia por el realismo en tanto realidad como
construcción lógica pero independiente de nuestra
representación para ello se vale del concepto
intencionalidad –colectiva– que vincula con las
instituciones. Aunque en primera instancia no
parecieran posturas opuestas una diferencia
definitiva es que el realismo considera al método
científico la herramienta confiable para alcanzar el
conocimiento, su corte es empirista.
Encontramos entonces una distinción
fundamental entre construcción social de la
realidad y construcción de la realidad social. La
primera considera que la realidad es producto de
un cruce histórico, enmarcado en procesos
socioculturales. En este panorama el sujeto está
constituido históricamente por lo cual su
conocimiento es dinámico y relativo. De ahí que en
este trabajo se asuma que el conocimiento es
específico de los contextos de acción del sujeto.
Otro punto relevante es el lenguaje. Desde el
construccionismo es el agente estructurante y
cohesionador; el tabique que edifica el
conocimiento y el intercambio social (en general).
El realismo observa al lenguaje como una
herramienta de enunciación de resultados y no
como estrategia discursiva orientada a la adhesión
de sus interlocutores7. Incluso desde perspectivas
intermedias como Putnam 8 se considera al
lenguaje relacionado con el conocimiento y la
forma de hacerlo. Una visión pragmática que
inicialmente se desprende de la lógica9.
Si bien es posible hallar críticas hacia ambas
posturas, en este trabajo se optará por el
construccionismo de Berger y Luckmann que
aunque critica la noción de un mundo real diferente
a lo que el sujeto puede conocer, presupone lo real
6 Searle, John (1995) The construcción of social reality. New
York. Simon & Schuster Inc. 7 Para abundar en el tema Ver Shotter, John, (2000)
Realidades conversacionales: la construcción de la vida a través del lenguaje, Barcelona, Amorrortú. 8 Putnam, Hilary, (2001) La trenza de tres cabos: la mente, el
cuerpo y el mundo, Madrid, Siglo XXI. 9 Putnam,Hilary, (2006) Hilary Putnam: pragmatism and
realism, Nueva York,Routledge.
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en tanto que algo existe fuera del sujeto e
independiente de su volición pero perceptible.
Asimismo se observa al lenguaje como mecanismo
de intercambio social y vehículo para conocer el
mundo en la medida en que el sujeto participa en el
espacio social. Así la realidad se conceptualiza
como una constante negociación de significados
que perfilarán la acción. El objetivo es dar
visibilidad al signo como herramienta en la
construcción de la realidad.
Cuando nacemos hay estructuras como la
familia que nos proveen de lo necesario para
subsistir tanto en lo biológico como en lo social.
Nos enseñan a beber de un vaso, a ir al baño, lo
que es privado y lo público. Aprendemos entonces
a comportarnos debidamente según la
circunstancia a fin de permanecer adaptados a la
vida social. Por ello los niños tienen licencias como
hacerse de amigos invisibles. Los adultos llamamos
a estos amigos imaginarios porque suponemos
viven en la mente del niño y por ello no son
visibles, por consiguiente son irreales. Partimos de
la premisa que todo amigo es humano y que todo
humano es visible por lo tanto todo amigo es
visible. En ese sentido, lo que no se percibe no es
real: los amigos viven en el mundo real, el de la
vida cotidiana donde el resto de la comunidad a la
que pertenecemos puede dar fe. No obstante
puede existir en forma de acuerdo o concepto, así
entra en otra categoría: lo imaginario.
Berger y Luckmann10 afirman que la realidad es
independiente de nuestra volición, por lo tanto
externa e independiente del sujeto pero compartida
entre los miembros de un grupo social. Sin
embargo guarda cierta relatividad social porque
está sujeta a un espacio-tiempo donde las cosas
suceden y se fijan en la memoria colectiva, por ello
afirman que son propias (junto con los cuerpos de
conocimiento) de contextos específicos.
De modo que la existencia de algo es objetiva si
otros dan testimonio de ello, lo confirman. Los
10
Berger, Peter y Luckmann, Thomas, (2006) Op. Cit
sentidos y la percepción están ligados. Para Kant
(2000 §3, 6 y 8) el estímulo externo es objetivo
(sensación objetiva) pues viene de fuera del sujeto
y el juicio respecto lo percibido es subjetivo
(sensación subjetiva) pues se formula en el sujeto.
Asimismo, el juicio que no descansa en los
atributos del objeto sino en los que las personas le
otorgan en lo colectivo goza de una universalidad
subjetiva pues son atribuciones al objeto
compartidas por una comunidad. La universalidad
subjetiva es la intersubjetividad. También podemos
llamarlos sujetos colectivos ya que esos saberes
compartidos se conforman por medio de la
experiencia que cada sujeto vive en lo particular
pero que es similar en otros porque comparten un
contexto, Parret11 le denominó co-subjetividad. En
nuestro caso se aplicará el arreglo conceptual de
Mandoki12 sobre el cosujeto. La distinción entre
ambos radica en la equivalencia entre objetividad y
subjetividad mediante la intersubjetividad planteada
por la autora. Se trata de un sujeto histórico,
corporal y socialmente constituido.
Así, las enunciaciones a las que esté expuesto
el sujeto serían objetivas si son producto del
consenso, lo intersubjetivo. En este panorama la
imagen como cualquier otra enunciación en la
medida que es entendida y valorada por otros
(puede ser su destinatario) funciona como lenguaje
no sin antes lidiar con los problemas de
estabilización, transformación y del contexto.
Lenguaje, signo y conocimiento
Aquí el lenguaje13, abre la posibilidad de fijar las
ideas y significados creando estructuras que
permitan a los sujetos desarrollar su vida. De modo
que el lenguaje indica el lugar de la vida social del
sujeto y la relaciona con objetos significativos,
ubicándose en un mundo de sentido. Por ello
pareciera que la vida cotidiana está ordenada
11
Parret, Herman, (1983) Semiotics and pragmatics, Philadelphia, John Benjamin Publishing Co. 12
Mandoki, Katya, (2006) Prosaica I. Identidades socials y juegos de la cultura. México. Siglo XXI. p. 69 – 75. 13
Cf. Berger y Luckmann, (2006) 72-89
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desde el principio. El lenguaje y cultura parecen
dos nociones inseparables. Beristaín14 lo define
como un conjunto organizado de sistemas de
signos de gran complejidad estructural pues “la
sociedad y el individuo se determinan mutuamente
en la lengua y por medio de ella”. Sugiere una
forma de conocer a través del lenguaje verbal.
Lo anterior toca el debate sobre el papel del
lenguaje en la realidad. Ferrater15 pone en la mesa
algunas ideas en pugna a partir de una semblanza
sobre la filosofía del lenguaje: la relación entre
lenguaje, concepto, realidad; la discusión entre
nominalistas y realistas que aún hoy es abordado.
Putnam, por su parte, plantea la controversia: el
lenguaje es el uso16 y pregunta ¿cómo es que
podemos referirnos a lo que es externo de nuestros
cuerpos?; la relación entre leguaje y realidad, como
instrumento o como realidad misma. De estas ideas
emergen algunas inquietudes:
a) Pensamiento y lenguaje es la misma cosa
b) La existencia de una palabra implica la
existencia real de aquello que designa
c) El lenguaje en tanto construye realidad es la
realidad
d) El lenguaje es expresión del pensamiento
Desde el punto de vista planteado en este
trabajo, el lenguaje es visto como un mediador
entre el hombre y el mundo externo.
Si pensaramos en palabras, nuestros
pensamientos podrían ser resultado de
combinatorias, finitos y la posibilidad de crear y
transformar signos sería limitada; ¿cómo pensar
aquello que no está relacionado con palabra
alguna? Las palabras refieren a lo que existe en
tanto intersubjetivo pero garantizar la existencia de
algo que se designa sólo porque existe un término
para ello no es fiable. Tendría que estar respaldado
1414
Beristaín, Elena (2003) Diccionario de Retórica y Poética, México, Porrúa, p. 127 15
Ferrater, José. (1964) Diccionario de filosofía. Buenos Aires, Sudamericana, Tomo II. pp. 31-36. 16
Morris en ya lo hace en Fundamentos de la teoría de los signos cuando perfila una definición de pragmática pero Putnam relaciona esta afirmación desde la filosofía del conocimiento respecto a la realidad y la certeza en la forma de conocer.
o acordado colectivamente. Por ejemplo, el
personaje Doña Florinda: existen signos para
referirnos a él pero su existencia es limitada a la
esfera de la serie televisiva. Su existencia se limita
a un ámbito. De igual modo, si el lenguaje fuera la
realidad misma, el lenguaje no estaría compuesto
por signos sino por objetos, expresa la paradoja de
la realidad no es el mapa17.
Peirce afirmaba que no podemos conocer la
realidad de un solo golpe, pensamos signos y nos
comunicamos a través de signos18. Aparecen dos
nociones centrales: signo y comunicación. El
primero se define por su comunicabilidad y la
segunda porque orienta a la acción por el
consenso. En ese sentido el lenguaje refiere a lo
intersubjetivo: “los pensamientos carecen de
existencia, salvo en la mente; sólo en la medida
que se los considera existen19”. El pensamiento se
convierte en expresión. El lenguaje en el espacio
social refiere a pensamientos y a su vez a otros
más. De modo que el pensamiento es signo. La
naturaleza del signo es la semiosis ilimitada, la
comunicación aparece imbricada.
Para Berger y Luckmann “Todas las
objetivaciones son susceptibles de usarse como
signos” 20 porque enunciamos motivados por algo:
desear ser escuchados, persuadir de algo, llamar la
atención. Cada enunciación en la medida que un
interlocutor le atribuye un significado, funciona
como signo y es comunicable en la medida que en
la enunciación se recurren a hábitos comunes
(cosubjetividad).
La tradición glotocéntrica21 ha tendido a
establecer la equivalencia entre signo y palabra.
Backman22, desde la retórica23 plantea una
17
También planteado como “el territorio no es el mapa” formulada por Korzybski. 18
Peirce, Charles (1988) El hombre un signo (el pragmatismo de Peirce), Barcelona, Crítica. 19
Peirce, Charles (1987) Obra Lógico semiótica, Madrid, Taurus, pp. 71 20
Berger, Peter y Luckmann, Thomas (1996) Laconstrucción social de la realidad. Buenos Aires. Amorrortú. p. 52 21
Una breve revisión puede leerse en Ferrater Op. Cit. 22
Backman, Mark, (1991) Sophistication, The Raise of Our Self Consciousness. Woodbridge, Ox Bow Press, p. 20.
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homologación de la imagen y la palabra en tanto
signos como herramientas para la comunicación. Si
el lenguaje verbal y el lenguaje extraverbal guardan
estrecha relación es porque dan lugar a la
estructura de la realidad y su inteligibilidad a través
del intercambio sígnico. Se adopta la idea de que el
signo atraviesa procesos sociohistóricos; de esa
manera apela a la intersubjetividad. El lenguaje es
un artificio que permite al hombre sobrevivir
socialmente, es producto de una convención
estabilizada en la habituación. Por ello Bunge24
reduce el lenguaje a la acción de comunicar y
pensar. La sinteticidad con que expresa esta idea
es una apariencia pues en la comunicación además
de compartir el significado de las palabras entre los
sujetos implica que ellos refieren a otros acuerdos y
experiencias que le dan soporte. Los signos son
herramientas para conformar acuerdos sobre algo.
El signo visto como articulador entre el sujeto y
el objeto relaciona al signo con el conocimiento. Si
utilizamos los signos para referirnos a los objetos
entonces los conceptualizamos de la manera en
que los signos han sido estabilizados. No
necesariamente igual pero sí aproximada. Para
Parret25, la condición del conocimiento se da por la
condición de semiosis. La semiosis implica la
posibilidad de interpretación del mundo, de
construir la realidad. Se constituye como una
función mediadora entre el hombre y su mundo. La
importancia puesta en los sistemas de signos o
discursos (incluso el discurso como prototipo del
sistema de signos) perfila el orden lógico de las
categorías pragmáticas: ser, conocer y significar-
comunicar.
23
Morris, Charles, (1985) Fundamentos de la teoría de los signos, Barcelona, Paidós. pp. 67-68 considera que la retórica fue la primera pragmática en tanto que obedece al estudio de la relación de los signos con sus intérpretes que en un discurso estarán orientados a la adhesión, causar el efecto deseado en el público. Antes de Morris, Peirce sinta las bases epistemológicas de la pragmática donde discute y diferencia la pragmática del pragmatismo y pragmaticismo. Parret decide por una actitud pragmática 24
Bunge, Mario (2005) Diccionario de filosofía. México, Siglo XXI. pp. 120- 122. 25
Parret, Herman (1983) Semiotics and pragmatics. John Benjamins. pp. 6-7
Plantear sistema de signos como discurso
implica que los signos, al objetivar pensamientos
son utilizados para la negociación de significados y
de acción. Se considera entonces que el sujeto
está en constante negociación de la realidad. De
ahí que Peirce haya definido al signo o
representamen como “algo que está en lugar de
otra cosa para alguien bajo cierto aspecto o
circunstancia”26, concepto que introduce en una
triada definidora de la relación del signo entre el
mundo (objeto) y el pensamiento (interpretante). El
intérpretante no es una persona o un sujeto
individual sino colectivo, se trata de un
conocimiento intersubjetivo. Por eso Pierce dice
que “la existencia personal es una ilusión y una
broma práctica”27.
Así, el signo en tanto posibilitador del
conocimiento, sirve para enfrentar la ambigüedad
del mundo. El orden es arbitrario, atribuido por el
cosujeto; existe para guiarse en la interacción
cotidiana. Backman28 denomina a este estado
principio de ambigüedad, resuelto por el principio
de estructura. El autor relaciona estructura con un
orden incluyente que garantice los efectos de la
acción. Para Berger y Luckmann serían las
instituciones, para Peirce el signo, para Morris el
uso. La interacción cotidiana en el espacio social
está comprometido en esta afirmación. Al respecto
Parret29 basado en Peirce, sostiene que la
capacidad de crear signos atiende al hábito no de
un sujeto particular sino en lo colectivo30. Esto es
relevante porque da pie para pensar en el papel
26
Peirce, Charles (1931) "Speculative Grammar", En Collected Papers of Charles Sanders Peirce. Cambridge, The Belknap Press of Harvard University Press, §2.228. Retomado por Eco, Humberto (1995) Tratado de semiótica general. Barcelona, Lumen. 27
“personal existence is an illusion and a practical joke” Perice, Charles (1931) Collected papers. Hartshorne and P. Weiss. Citado en Parret, Herman. (1983) Semiotics and pragmatics. Philadelphia, Jhon Benjamin Publishing Co. p. 34. 28
Backman, Mark, (1991)p. 18, Op Cit 29
Parret, Herman (1983) pp.34-35, Op Cit 30
El hábito colectivo hace pensar en el acuerdo de los retóricos. El acuerdo, según Perelman es lo que se acepta sin dudar y existen varios tipos: los hechos, las verdades, los valores, los lugares y las jerarquías que operan circunstancialmente. El considerar estos acuerdos al estructurar un discurso implica la oportunidad de adhesión.
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político31 de la enunciación, en nuestro caso, visual.
En misma línea, en el discurso, los signos son
seleccionados de conformidad con lo que interesa
“hacer ver” u ocultar. Según Backman32 éste es el
principio de control; se refiere al aprovechamiento
de una situación de comunicación (tiempo y
oportunidad).
Para ejemplificar estos principios pensemos en
una situación. Caminamos por la calle con niño de
10 años, nuestro hijo o sobrino que gusta del
helado en días calurosos. Nos pide comprarle un
helado doble de chocolate que supone venden en
la nevería de enfrente (orden y estructura). Ante
este suceso tenemos varias opciones: comprarle el
helado, prometerle que después le regalaremos
uno, negarle la petición, hacernos de la vista gorda
o condicionar la compra. El niño también tiene
opciones si la primera no se cumple: conformarse,
insistir o rogar, hacer berrinche, pedirlo a alguien
más, condicionar el obsequio (control). Ambas
partes tienen expectativas sobre la situación y
motivos para emitir una decisión. La voluntad está
en juego y los signos se ponen en acción. Hay
caminos posibles: mantener la postura, ceder o
negociar. También juega un papel importante el
cómo nos pide el helado.
Los niños saben pedir las cosas y ser
persuasivos. Formulan la petición: ¿me lo
compraaas?, ¡tengo muuuucho caloooor!, ¿siii?,
¿por favooor!; que acompañan con otras acciones:
jalarnos de la ropa, levantar las cejas, abrir los ojos,
mirar hacia arriba, levantar el labio inferior e inflar
las mejillas, juntar las manitas a la altura del pecho,
ladear el tronco, enseñar la lengua y finalmente
sonreír. Estas acciones están orientadas por la
voluntad del niño y afectan la sensibilidad de su
interlocutor. El niño busca la adhesión del adulto a
su propuesta. Si el adulto no siente amenazado su
presupuesto o no percibe un comportamiento
viciado en el niño tal vez acceda a la compra. El niño
31
En este trabajo se entederá por político la capacidad de mediar formas de convivencia. Esta acepción es cercana a la filosofía política relacionada con el quehacer retórico. 32
Backman, Mark, (1991)p. 19-20, Op Cit
tiene el control de la situación, ha aprovechado el
momento haciendo valer su voluntad, para ello ha
desarrollado un discurso.
El término discurso inicialmente refiere a una
comunicación cara a cara, dados los alcances
tecnológicos de la Grecia Clásica cuando se
formula como concepto33 y parte de un quehacer.
El discurso existe por una situación que le da lugar,
cruce de la relación: espacio, tiempo, sujeto,
intereses e intenciones. Por lo tanto el discurso
estaría conformado por el despliegue del sujeto, ya
sea verbal, corporal o vicariamente; en un
encuentro cara a cara o mediado por artefactos.
El discurso directo, dice Beristaín34 es el que
encontramos en las novelas cuando los personajes
hablan pero quedan expuestos al lector, como en
las series televisivas quedan a la vista del público.
Así, la expectativa respecto a los productos de las
industrias culturales es poner en acción signos
relacionados con una cosubjetividad, de manera
que sean apropiados y formen parte de su
cotidianidad.
¿Por qué hablar de los productos de las
industrias culturales?
Los adultos de hoy fueron niños que se
crecieron viendo televisión, entre otros medios. Con
características heterogéneas fueron espectadores
de programas que han perdurado hasta hoy. Esta
persistencia presume su vigencia, tal vez por la
temática que aborda, por la caracterización de los
personajes, por el tipo de peripecias que los
personajes enfrentan; pero sin duda apela a la
cosubjetividad.
En estas series se “ensaya” un espacio de
convivencia que puede llegar a permear acciones
en la vida práctica. Similar a Goffman35 con la
metáfora teatral, Arendt36 lo llama espacio de
33
Tapia, Alejandro, (2004) El diseño en el espacio social, México, Designio, pp. 57-72 34
Beristaín, Helena (2003) 144-145 Op.Cit. 35
Goffman, Erving. (2007) La Presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires. Amorrortú. 36
Arendt, Hanna. (2005) ¿Qué es la política? Paidós. Barcelona. pp. 54-57
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aparición; el espacio es un lugar común a otras
personas con intereses propios, un escenario
donde el sujeto existe; fuera de él queda lo privado,
lo íntimo, desconocido e inexistente para los
demás. De este modo el signo es también
conformador de caracteres, de identidades
sociales. La comunicación se torna política, de ahí
el papel protagónico del signo como mediador de la
vida social; en particular el discurso visual de las
series de televisión.
De ahí que el foco de atención sobre los
productos de la industria cultural no se centra en la
parte mercantil, tecnológica sino en los discursos
constituidos por imágenes y sonidos que ofrecen
pautas para la acción. Por ello es conveniente
revisar si son suceptibles de perdurar al paso de
los años y de contribuir a la conformación de
cosubjetividades que aglutinen a las personas no
por su género, edad, ocupación, nivel
socioeconómico o geografía. Más bien por su
pasado, sus recuerdos, su afectividad puesta en
juego.
Una de las series de factura nacional más
longevas —no por años de producción como por
tiempo al aire— en la televisión es El chavo del 8.
Este programa ha tenido gran alcance en medios
audiovisuales en Latinoamérica desde 1971 a la
fecha con televidentes heterogéneos. Es uno de los
productos de la industria cultura mexicana con
mayor distribución.37 Este programa
presumiblemente ha influido en la relación entre
sujeto y mundo de algunas generaciones38,
afirmación que para sostener habría que probar.
Se formuló un acercamiento metodológico de
corte cualitativo utilizando el análisis situacional39,
37
Ver Chespirito.com. en la sección personajes/Chavo del 8/historia En http://www.chespirito.com/ Consultado el 28 de mayo de 2011. 38
Una revisión del programa de televisión se puede hallar en http://www.chespirito.com/ (sitio oficial) y http://www.chavodel8.com/historia.php (sitio no oficial) 39
Cf. Tamayo, Sergio y Cruz Xóchitl. (2006) “Espacio etnográfico, hermenéutica y contexto socio-político: un acercamiento situacional”. En Pensar y habitar la ciudad: afectividad, memoria y significado en el espacio urbano contemporáneo. Barcelona. Anthropos-UAM.
entrevistas estructuradas40, cuestionarios, mapas
conceptuales41 y focus group42. La muestra está
constituida por una selección aleatoria43 de 57
sujetos cuyas características son: haber visto la
serie durante su infancia, ser mexicanos, de
diferentes edades. Se obtuvieron 28 cuestionarios,
17 mapas conceptuales, 8 entrevistas y un focus
group de 10 personas. La intención fue obtener
información de sujetos de perfil heterogéneo
respecto a sus recuerdos sobre la serie a fin de
identificar si la serie influyó en las formas de
convivir desde historias de vida diversas, pero
convergentes en un punto: la serie de televisión en
su infancia. Se apela al cosujeto.
Las personas entrevistadas y del focus group
vieron dos capítulos. Uno de ellos fue obligatorio,
el otro a elección del participante. Se trata del
capítulo “Los globos y los favores” que fue grabado
tres veces en tres temporadas diferentes pero con
algunos cambios. La primera versión corresponde a
la temporada 1973, la segunda a 1974 y la tercera
a 1977. Hubo dos versiones disponibles: 1974 y
1977. La diferencia entre ambas es que en 1974
aparece Don Ramón y en la de 1977 El profesor
Jirafales ocupa el lugar de Don Ramón en la trama.
Se trata de un tema persistente.
Aunque la serie se transmite hoy por televisión
abierta, también existe una versión en dibujos
animados transmitida en televisión abierta en dos
canales en horario de la barra infantil, el desarrollo
40
Ver Galindo, Jesús (coord), (1998) Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. México. Pearson. pp. 312-328. 41
Cañas, A, Novak, J, González, F (eds) (2004) Concept Maps: Theory, Methodology, Technology Proc. of the First Int. Conference on Concept Mapping. Pamplona. Contenidos disponibles en http://cmc.ihmc.us/CMC2004Programa.html. Consultado el 10 de enero de 2011. Particularmente los documentos Aguilar, Manuel. 2004. EL MAPA CONCEPTUAL: UN TEXTO A INTERPRETAR. Disponible en http://cmc.ihmc.us/papers/cmc2004-049.pdf 42
Lara, Guido (ed). (2008) Guias AMAI, sesiones de grupo. México. AMAI. 43
Ver Sierra, Francisco (1998) “Función y sentido de la entrevista cualitativa en la investigación social”, En Galindo, Jesús (coord) Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. México. Pearson. y Gundermann, Hans, (2001) El método de los estudios de caso. En Tarrés, María, Observar, estudiar y comprender sobre la tradición cualitativa en la investigación social, México Miguel Ángel Porrúa-FLACSO-COLMEX.
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de la historia es distinta debido al alcance técnico
actual. Además, la serie fue exitosa con los niños
aunque fue formulada para el público adulto. La
versión actual fue producida pensando en las
preferencias infantiles. Lo que aquí se busca es
identificar el impacto de un discurso visual en el
cosujeto relacionado con fragmentos de la vida de
sujetos particulares. El recuerdo y la confrontación
del pasado respecto a las preferencias y la manera
en que influyeron en la convivencia cotidiana: la
imagen en construcción de la realidad cotidiana.
La conciencia de la convivencia viene después
de la infancia, en la adolescencia. Recoger
experiencias, recuerdos y anécdotas de adultos y
jóvenes que vieron el programa de niños aporta
mayor información útil porque puede ser
reconocible El Chavo como referente de la
convivencia en su pasado: recuerdo significativo.
Al respecto, Mandoki44 comenta sobre la
relación del sujeto (individual o colectivo) con los
objetos que existen cargas en un proceso de
producción de lo significativo que opera mediante
asociaciones de tipo afectivo, temporal, material y
energético. Así un sketch o cualquier enunciación
no sólo es inteligible, también valorado. Incluso
podríamos pensar en Rock, quien no veía el
programa de televisión porque “se me hacía tonto”
o como Sandra “yo lo veía a escondidas porque mi
mamá no me dejaba”. Este es el sentido del
discurso en tanto que ninguna enunciación es
inocente, es motivada por un interés. Aceptar algo
con gusto, rechazarlo o sentirse indiferente es
producto de una valoración. Por lo tanto lo que
resulta relevante en relación con lo significativo es
una valoración que marca al sujeto por una carga
de asociaciones que exceden lo informativo y
permanece en su memoria.
El Chavo del 8 fue primero fue un sketch en el
programa Chespirito, luego se convirtió en serie de
televisión que comenzó a transmitirse en 1971
hasta 1979, luego volvió a introducirse como sketch
44
Mandoki (2006) pp. 20-22. Op. Cit.
en la segunda época del programa Chespirito.
Desde entonces El Chavo del 8 ha estado al aire
casi ininterrumpidamente. Han pasado casi 40
años. En ese tiempo los niños crecieron y hoy son
adultos de distintas edades; presumiblemente en
todo este tiempo fue pretexto para conversar, jugar,
discutir, mirar, criticar, incluso ignorar. Todas ellas
acciones que intervienen en nuestros modos de
convivir, de relacionarnos con los demás.
La diversidad en las formas de relacionarnos no
siempre es claramente observable, al igual que los
juicios formulados y la toma de postura
consiguiente. De modo que el sujeto al estar
constituido por su historia queda marcado por la
experiencia y por los juicios elaborados sobre la
marcha. No ha de pensar mucho cuando oye un
chiste o cuando ve algo gracioso; simplemente ríe
o no. Los juicios sobre las preferencias se realizan
con anterioridad y se traen al presente cuando se
enfrenta una circunstancia similar. Reír o aburrirse
ha sido una decisión tomada con antelación. Por
ello cuando otro sujeto le hace reír “en contra de su
voluntad” puede no sentirse satisfecho pues “sus
jerarquías le traicionan”; como sea, su interlocutor
ha sido persuasivo, ha utilizado los signos
adecuados para lograr su propósito.
Kant hace una distinción entre el juicio racional
(de la razón pura), juicio práctico (ético) y juicio del
gusto (estético), válida para fines analíticos. El
juicio del gusto es estético (18 y 22), pues el sujeto
manifiesta la afectación de su sensibilidad que
apuntará a la universalidad si ese juicio es
mayoritariamente compartido por los miembros de
su comunidad, sucede así porque está de
antemano condicionado por nuestra constitución
sociohistórica45; causa el efecto de objetividad, por
ejemplo: El chavo del 8 era divertido, ¿por qué no
lo vemos? ¿hemos crecido y perdido la gracia del
niño? La sensibilidad es capaz de orientar
acuerdos sociales y a su vez puede funcionar como
base para una negociación. De ahí la necesidad de
45
Mandoki (2006) p.70, Op. Cit.
UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A
115
caracterizar la comunicación y el intercambio sínico
relacionado con la valoración. El análisis de los
testimonios y de sus recuerdos —en tanto
selectivos— son pertinentes.
Así en el cuestionario46 se encontró que los
participantes veían El Chavo del 8 en su niñez,
alrededor de los 10 años (la edad promedio de este
grupo de participantes es de 19 años) y mostraron
una actitud crítica respecto a las situaciones que la
serie exponía. La serie fue caracterizada como
“simple”, “tontos [los personajes]”, “repetitiva”,
“graciosa”, “divertida”, “divertido pero abusaron de
él [El Chavo como personaje]”. De los 28
cuestionados, a 7 no les gustaba pero todos
conocían a los personajes de la serie, sus roles y
su caracterización pues aunque no gustaran de él
lo veían. Afirmaciones como “me gustaba porque
no tenía una idea clara de ese programa” muestra
una transformación en la opinión del sujeto que
observa con rechazo su ingenuidad infantil.
Asimismo “a veces era divertido, otras carecía de
sentido” está subrayado por “odioso”, “repetitivo”,
pero esa misma persona considera “clásico” y
“divertido” la serie Dragon Ball.
Esta comparación entre series permite
identificar sucintamente sus gustos: acción,
aventura, anime, héroe exitoso; lo que contrasta
con la personalidad de nuestro protagonista: torpe,
ingenuo, ignorante, huérfano. De ahí que
“repetitivo” sea resultado de una valoración
negativa, puesto que se relaciona con “odioso” y
“error” sin olvidar que la serie Dragon Ball también
es repetitiva pero al quedar dentro de los afectos
de nuestro cuestionado se omite y se le da luz a
otros atributos. Se observa la voluntad puesta en
juego en la enunciación.
46
El cuestionario estuvo compuesto por nueve preguntas, dos libres sobre su afición al programa y siete inspiradas en las redes semánticas naturales (RSU) donde se dio una frase característica de algún personaje y el participante anotó al lado con qué la relacionaba. Aunque a diferencia de las RSU no es posible identificar el significado psicológico del concepto, contribuye a identificar la opinión que hoy tienen sobre la serie y confrontarla con las preguntas abiertas.
Por otro lado “lo tonto” puede entenderse como
“gracioso” en tanto la torpeza caracteriza la
tontería, al accidente y da pie a la peripecia. Sin
embargo esto no es aceptado por todos los
cuestionados; en oposición, pueden observarse
actitudes más favorecedoras hacia otras series
populares como La teoría del Big Bang,
particularmente el caso de Wolowitz o Bob
Esponja.
La opinión de los encuestados tiende a coincidir
con los participantes del focus group. Este grupo
estuvo compuesto por 10 personas de edades que
van de los 20 años a los 31 a quienes se les
preguntó primero si habían visto la serie
últimamente. Todos respondieron que no. También
se les interrogó sobre la opinión que tenían de
niños sobre El Chavo del 8. Posteriormente vieron
los dos capítulos y a país de una plática dirigida se
examinó su opinión sobre lo que acababan de ver.
De ahí se obtuvo:
a) Al igual que en el caso anterior se le caracteriza
como repetitivo, predecible, tonto.
b) Aún con las cualidades anteriores se le
consideró medianamente gracioso, los
recuerdos eran algo vagos (algunos dudaban al
construir las oraciones o utilizaron palabras
como “así...”, “pues este…”, “mmm cómo
decirlo...”)
c) A diferencia de los cuestionados se les preguntó
por su opinión de niños y su opinión actual,
permitiendo hacer una diferenciación y desligar
su infancia y adolescencia de su identidad
actual. Esto hizo posible externar opiniones
como “me divertía demasiado la manera cómica
e inocente”, “me gustaba porque lo veía con mi
mamá y mi hermana a la hora de la comida, me
recuerda mucho mi época de primaria y
secundaria”, “me parecían divertidas sus
ocurrencias”. Se observa en general una
aceptación del programa como algo que en el
pasado fue divertido. Incluso Daniel (25 años)
expresó su proyección en los contenidos: “sí,
[me gustaba] por lo gracioso y por identificarme
UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A
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o distinguirme de los personajes”, estableció un
puente afectivo con la serie pero también se
reflejó en su vida social al referir después que
“algunas personas aplicaban las frases o para
burlarse como cuando todos se callan y El
Chavo sigue hablando”.
d) Al recoger las memorias de los participantes
fueron recurrentes los ejemplos de convivencia
relacionados con la serie, ya sea frente al
televisor, principalmente familiares o fuera de
casa con personas de la misma edad de
entonces. “me recuerda mi primaria, cuando
terminaba mi tarea por la tarde, lo veía”, “me
recuerda también a mi papá porque lo veía
algunas veces con él”, “y algunos
comportamientos que tenía o copiaba del
programa” comenta Laura (20 años) o como
Ernesto (20 años): “cuando estaba en la tele lo
quitaba y que me caían mal los compañeros que
estaban obsesionados con él. También odiaba
las fiestas de cumpleaños donde ponían sus
canciones”.
e) Por otro lado, la opinión que tienen actualmente
manifiesta un ligero rechazo precisamente por lo
expuesto en el inciso a) pero al ver los capítulos
se mostraron atentos y rieron al menos 5 veces
en 35 minutos. Hay una diferencia entre el decir,
hacer y pensar. Incluso hubo participantes como
Juan (21 años) que no son afectos al programa
porque “no me llama mucho la atención” y que
después de verlo dijo “El Chavo me sigue
cayendo mal…pero hoy puedo reconocer, creo,
que así se comportan los niños; la infancia es
cruel. ¡Ja!” pero se mantuvo riendo casi todo el
capítulo.
f) Sin embargo cotejan su visión de adultos con
sus recuerdos de niños al decir que ahora
“entiendo el doble sentido” o “ya entiendo las
cosas que decía Don Ramón” y hacen una
crítica a la manera en que los niños se
desenvuelven en la serie: competitivo, cruel,
envidioso. No obstante aceptan que son
comportamientos comunes en los niños y que
ellos cuanto tenían esa edad eran “un poco así”
o “se dicen cosas que ahora no son socialmente
aceptadas [como adultos]”. Por lo tanto ahora
no se lo permiten y lo critican como Angel (31
años) cuando afirma “necesita supervisión de un
adulto para ver esos programas…por cómo
encasillan las cosas…el comportamiento del
niño que plantean en el programa no es muy
buen modelo [estereotipo]”, quien por cierto, hoy
gusta de documentales. Valoran la serie con
respecto a su historia hasta hoy reprimiendo o
corrigiendo comportamientos como la burla, la
comparación o la envidia.
Una herramienta complementaria fue el mapa
conceptual. En él se dieron oportunidad de
construir una conceptualización del programa más
amplia estableciendo relaciones. Las recurrencias
fueron:
a) Asociaciones con la cultura: tradiciones,
contexto, convivencia en la vecindad.
b) Humor: simple, inocente, tonto, repetición,
predecible.
c) Caracterización de los personajes y sus
comportamientos: Chilindrina-aprovechada,
Popis es ñoña o mimada, Ñoño es inteligente,
Kiko es presumido y envidioso, Chavo es
inocente (con mayor recurrencia) o indefenso
d) Caracterización de las situaciones: cómicas,
contacto físco-fuerza física, banales.
e) Relaciones afectivas: Doña Florinda-Prof.
Jirafales, Don Ramón-Bruja del 71
f) Frases y comportamiento: implanta frases,
establece patrones, refleja una forma de ser en
la infancia, imitación.
Estos resultados ofrecen una descripción sobre
la estabilización de El Chavo del 8. Llama la
atención que en los conceptos relacionados no esté
presente la violencia física, familias
monoparentales (Kiko, Chilindrina, Ñoño),
desamparo del Chavo, problemas económicos o
soledad; cuando han sido sugeridos en el punto
anterior. La inocencia, entonces aparece como un
valor, al igual que la simpleza, probablemente
UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A
117
porque la misma serie da énfasis al “humor blanco”
oscureciendo esos otros aspectos. La exageración
de los personajes parece surtir efecto y se refleja
en la enunciación.
Finalmente, se realizaron 8 entrevistas con una
dinámica similar al focus group. Se trataron de
entrevistas personales, estructuradas donde el
entrevistado pudo expresar con más tiempo sus
impresiones de la serie. Por ello, en general
evocaron algunas anécdotas de la niñez con mayor
detalle, mostrando que si bien ellos no reprodujeron
comportamientos referentes a la serie, si recuerdan
alusiones de otros niños de su edad e incluso
familiares más pequeños. En tanto las formas de
convivencia pueden ser reflejadas como en el caso
de Marcos (36 años) “no prendía yo la tele.
Teníamos solo una en casa y yo llegaba y alguien
más la estaba viendo así que yo veía al Chavo
porque ya estaba puesto ahí” sujetándose a la
circunstancia; condicionaba la convivencia en tanto
“estar” o “permanecer en un lugar”. Incluso cuando
su voluntad quedaba sujeta a la de la mayoría: “yo
prefería ver Kum-Kum”, se trata de la esfera
doméstica. Asimismo, en la pública Sandra
comenta que “hablar en la escuela de El Chavo del
8 era como…considerado ¡ay qué naco!; no era
algo así…de lo que hablaras”. De este modo se
califica al sujeto de la enunciación y adquiere una
valoración del grupo con el que convive y toma
decisiones: mejor no decir nada.
En las entrevistas y en el focus group se
encontraron vestigios de las relaciones entre el
sujeto y su contexto mediado por algunos aspectos
de la serie, algunas de ellas son:
1. la imitación cuando Oscar (33 años) recuerda
“ah, sÍ, mi primita Edith, que ya es adolescente
[14 años] te gritaba `¡cállate, cállate, cállate que
me desespeeeeeras!´ cuando la hacías
desatinar; pero gritaba en serio eh.”
2. Pretexto para el juego
3. La parodia cuando se le atribuyen
características de un personaje a una persona
como “a una maestra le decían vieja clancluda o
bruja del 71”, lo cual guarda relación con la
página de Facebook que no dijo "vieja
chancluda" cuando chico, nunca vio el chavo del
8 —por cierto, hay 20 personas a las que les
gusta eso—.
4. Burla. Rock (48 años) comenta que “cuando un
compañero poco popular hablaba le decían
cállate Ñoño, a lo mejor de ahí viene que a los
nerds o a las personas poco sociales se les diga
ñoños”
5. Alusión o cita en la interacción con otras
personas (Darinka 21 años) “mis primitas se
corretean y dicen `ah sí, como en el chavo del
8’”, (Marcos) “cuando alguien se equivocaba:
ahh tenía que ser El Chavo!”.
6. Analogía Ana (32 años), después de ver los
capítulos comentó “ah ah ah [risas] recuerdo un
día que mi tía fue por las tortillas y se tropezó,
yo me reí cuando mi tía nos platicó porque en
vez de meter las manos prefirió salvar las
tortillas pero salieron volaaando y se fue de
boca. ¡Ahhh! [risa reprimida], como cuando el
Chavo sea cae y tira el agua ¡ya! Pobrecita. A
veces uno no distinguía el dolor entre lo real y
lo ficticio, sobre todo porque no de niño no te
duele cuando te caes, estás acostumbrado”.
7. Habilidades que desarrollaban como afirma
Judith (30 años) “mi hermano sabía llorar como
Quico”,
Si bien estas acciones observables del sujeto no
fueron realizadas por todos los sujetos abordados,
si los han visto reproducidos en su niñez o
adolescencia; en algunos casos los ven en la
actualidad con sus familiares. Al intervenir en el
espacio de aparición, modifican la percepción que
los sujetos tienen del sujeto de la enunciación.
Esta serie de gran popularidad hace unos años
y aún hoy en su versión animada ha tenido adeptos
en las redes sociales. Algunas de ellas son
Facebook Español con más de 500 resultados47, la
47
algunos como El que no dijo "vieja chancluda" cuando chico, nunca vio el chavo del 8; X Los Qe Qeremos Q Qiten La Fam. Peluche i Pongan El Chavo del 8! ii♥Chavo.; "EL CHAVO DEL 8 "= MI INFANCIA xd; Yo también haré que mis hijos vean el
UN AÑO DE DISEÑARTE // NÚMERO 13 // AÑO2011 // UAM-A
118
página más popular es El chavo del 8 con 511.072
“personas les gusta esto”48. Roberto Gómez
Bolaños abrió una cuenta en Twitter con el
nickname ChespiritoRGB. El primer twitt fue el 28
de mayo aproximadamente a las 20 hrs y a las 23
horas del mismo día ya tenía 41499 seguidores49.
En Justin TV donde se transmiten o se han
transmitido episodios de la serie en 2011. Algunos
de esos canales son migrantelatino,
elecuatorianofm, volviovictor48 (donde pueden
verse programas del chavo del 8 y de Chespirito en
general), tvespartaco con contenidos varios
elchavodelocho2, 0_chavito_0, espacionick,
gadicke1, chikopoison, elchavodel2010,
alannahuelmansilla. También encontramos páginas
web que transmiten o que han transmitido
contenidos de la serie como Migrante Latino Tv
relacionado con el canal migrantelatino que aborda
temas sobre migración y la comunidad migrante
latina, El ecuatoriano Tv. En la Internet el buscador
arroja 349.000 resultados para "el chavo del 8”50.
En Televisión, los canales de paga Clásico TV y
Cartoon Network transmiten la serie al igual que el
Canal 2 el domingo por la mañana.
Tanto en el nombre las páginas de Facebook
como en los canales se observa un juicio o una
intención que pone en juego tanto la sensibilidad
como la racionalidad al dar un toque, un me gusta o
un follow. Apelan a nuestras experiencias.
Cada click es una enunciación. Aparecerá en
nuestra información del perfil y los demás sabrán
que nos hemos adherido al canal o página. De este
modo, como la ropa o la personalización de
Chavo del; A Que El Chavo Del 8 tiene Mas Fans que justin bieber; colecta solidaria: un nuevo barril para el chavo del 8; YO TAMBIÉN CONOCÍ ACAPULCO POR EL CHAVO DEL 8!! XD; Quien No Vio El Chavo Del 8 No Tuvo Infancia! xD. Búsqueda realizada el 25 de mayo de 2011. En Facebook. http://www.facebook.com/search.php?q=el%20chavo%20del%208&type=all&init=srp 48
El chavo del 8 En Facebook. http://www.facebook.com/ElChavodel8.La. Consultada el 25 de mayo de 2011. 49
Búsqueda realizada el 28 de mayo de 2011 a has 23hrs. En https://twitter.com/#!/ChespiritoRGB. Al actualizar el navegador a las 23:32 hrs ya tenía 46,020 seguidores. 50
En el buscador Yahoo con el criterio “el chavo del 8”. Consultado el 28 de mayo de 2011.
espacios es una enunciación mediada. Si alguno le
apena o le avergüenza que los demás sepan que le
gusta “El Chavo del 8” se abstendrá de seguirle, si
le enorgullece o sólo pretende que los demás
sepan, no dudará en dar click.
Para finalizar
Poco o nada puede parecer concluyente
respecto al papel de la serie en la construcción de
la realidad en tanto modificadora de formas de
convivencia, ya que 1) la naturaleza cualitativa de
este acercamiento no permite conclusiones
universales y 2) éste sólo constituye el primer
acercamiento, un ensayo metodológico de una
investigación en marcha. No obstante es útil porque
permite afinar las herramientas metodológicas a
utilizar.
Si bien el Chavo del 8 visto como discurso
ofrece una pauta para el comportamiento, la
manera que intenta educa hacia la tolerancia,
tiende a normalizar las conductas cotidianas de la
sociedad a través de la broma. Por ejemplo el
bulling, la agresión, la burla, el castigo, la fuerza
física. Hoy se penaliza la discriminación, incluso
como hace Doña Florinda con la chusma; a la
mujer no se le pega pero ella golpea aunque el
índice de feminicidios se incremente; los morosos
son tolerados en la serie pero hoy el desalojo es
casi sistemático, la ley castiga la violencia
intrafamiliar aunque Don Ramón le pegue a la
Chilindrina. Legitiman por hábito la educación pero
las contradicciones parecen rebasarnos. De ahí
podría desprenderse una hipótesis de trabajo: los
discursos visuales en distintos hábitos son
contradictorios pero el sujeto los concilia a fin de
integrarse socialmente. Un indicio es que los
participantes no relacionaron fuerza física con
violencia física ni burla con humillación o violencia
psicológica.