4- Esfera de Agua.

download 4- Esfera de Agua.

of 18

Transcript of 4- Esfera de Agua.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    1/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-1-

    4- Esfera de agua.

    Un hombre con antiparras1 y cabeza ovalada se acerca presuroso, blandiendo un tri-

    dente con decisin. Emerge de una grieta enorme que acaba de abrirse en la calle.

    La grieta est llena de agua de mar y parece no tener fin. Bajo el agua nadan peces

    entre los vagones de subterrneo. Unos cables exageradamente gruesos producen un

    zumbido constante y chispazos espordicos.

    En la superficie de mar flotan bolsas de residuos, trozos de cartn y hasta un gato

    preso del pnico.

    El hombre, muy amablemente, me comenta que su identidad prefiere mantenerla en

    secreto y que de aqu en adelante debo llamarlo Crna Lubenica2. Me dice que las cir-

    cunstancias de la vida y nuestros propios intereses personales nos convirtieron en

    adversarios, pero que l no guarda ningn tipo de rencor hacia m. Menciona,

    adems, que yo opt por quedar del lado del imperialismo capitalista y que l se

    siente decepcionado por mi actitud. No obstante, recalca que los motivos personales

    resultan minsculos y triviales cuando uno est al frente de una epopeya que involu-

    cra a miles de personas.

    Me da cuarenta y ocho horas de plazo para prepararme. Transcurrido ese lapso co-

    menzar la guerra. Con su voz grave y de marcado acento croata expone:

    _ ngela deber ser borrada del mapa para arrancar empardados3. A partir de ah

    nos enfrentaremos en igualdad de condiciones y quizs algn da, uno de los dos, o

    el entendimiento y el consenso, resulten victoriosos. Buena suerte, Arthur, vas a ne-

    cesitarla.

    Crna Lubenica se sumerge en el abismo y la brecha se cierra causando un enorme

    estruendo. El asfalto queda sellado, sin el menor resquicio o atisbo de grieta y todo

    vuelve a la normalidad.

    Sin embargo, el tufillo a ocano sigue impregnando mi ropa. Mis pantalones, an

    mojados se reducen paulatinamente cindose a mi cuerpo como una calza. La aluci-nacin, si es eso lo que me rodea, posee ribetes lgicos y lazos con la realidad. No

    creo que mi nombre sea Arhur, como el alter ego deAquaman, mi hroe favorito de

    ficcin, enemigo acrrimo B. Manta y de notable parecido fsico con Crna Lubenica.

    No estoy tan loco como para creer eso. No obstante, muchas cosas estn fuera de

    lugar y las pocas que encajan me vinculan con ese submundo ficcional en el que me

    sumerga en mi infancia, en el manglar.

    1

    Gafas protectoras.2 Sanda Negra.3 En cero, empatados.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    2/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-2-

    En este escenario, ngela sigue siendo mi mujer. Quizs, si consigo contactar con

    ella, pueda obtener ms datos para descifrar este enigma exasperante.

    El horizonte sigue impreso en offset. El set de filmacin ya no est y el rollo de rube-

    roid tampoco. Anochece y comienza a descender la temperatura.

    Debo tener cuentas vencidas por pagar, alguien que me espere, algo. Llevo en mis

    bolsillos un llavero con llaves, un ticket de supermercado, un pauelo, el nmero de

    telfono de Hamukuro y algo de dinero.

    Reconozco un telfono pblico y las monedas que aferr en mis manos mientras

    husmeaba en mi pantaln. Introduzco una y marco.

    Llama.

    Atiende otra persona.

    Se produce una conversacin en la que nadie comprende lo que el otro dice.

    Recuerdo que Hamukuro era un apodo, no su nombre real. La mujer, al parecer, es

    su madre. Descifra parte de lo que digo y me comunica con ella. Le doy mis coorde-

    nadas, pero me explica que le es imposible llegar hasta aqu a esa hora de la noche y

    que intentar dedicarme tiempo en el transcurso de los prximos das. Le agradezco

    y me despido.

    El escenario que abandon es ms hostil ahora. Los cuerpos y las gitanas se multipli-

    caron idnticos a lo largo de la calle, as como los sollozos, los pies desnudos y los

    puntos mviles. Una de ellas rompe el esquema, me observa y murmura en un idio-ma que puedo descifrar:

    _ No obraste en tiempo y forma y aqu yace el resultado. _ El cuerpo obseso es ahora

    el de una mujer. Por la cartera animal print4 atravesada por la huella de un camin,

    adivino que se trata de ngela. Evidentemente, el plazo de amnista otorgado por

    Crna Lubenica haba expirado.

    Me enfurezco e intento patear a la gitana, pero es ilusoria. Se trata de una efigie in-

    corprea vestida con atuendos reales. Su ropa aparece sostenida por la imagen de su

    cuerpo y se hunde a cada patada o trompada que le propicio.El resto de las gitanas ya no estn. La calle es un islote rodeado de agua de afluentes

    urbanos.

    El semforo sigue enclavado junto a m, titilando ahora en rojo y emitiendo cclica-

    mente una meloda propia de una tarjeta musical.

    Sin embargo, no todo se ha tragado el mar. En el horizonte vislumbro edificios, algu-

    nas luces y carteles publicitarios.

    4 Estampado que imita la piel de un animal.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    3/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-3-

    El agua me devuelve un reflejo diferente al acostumbrado. Me veo esbelto y con ca-

    bello claro y rizado, aunque la imagen es borrosa, a causa de la materia en suspen-

    sin y las aberraciones propias de un reflejo lquido oscilante.

    Como si se tratara de un hecho natural en m, tomo impulso y me sumerjo.

    La densidad, y por tanto resistencia del agua, resulta considerablemente inferior a la

    usual, razn por la cual me dirijo al fondo casi en cada libre. Diviso una especie de

    ncleo abisal completamente oscuro y de cuyo centro brotan flecos de tela gris y ne-

    gra. Me dirijo inexorablemente a l y, al establecer contacto, noto que lo que pareca

    lienzo es un manojo de cinta orgnica viscosa y quebradiza. El ncleo no es ms que

    el punto en que todas convergen para luego distribuirse como en un pompn5, pero

    con la libertad de movimiento propia de un objeto inmerso en un lquido.

    Atravieso esa masa viscosa, deteriorndola ostensiblemente, protegiendo mi rostro

    con las manos e intentando librarme del enredo.

    El camino sigue en lnea recta por accin de una gravedad inversa u otro tipo de

    atraccin similar. Desacelero y mi agitacin disminuye.

    Sin hacer ningn esfuerzo me dirijo a un rea cada vez ms luminosa.

    En pocos segundos noto que un cuerpo opaco se aproxima. Enseguida comprendo

    que el cuerpo flota inmvil mientras yo me acerco emergiendo a pesar de no haber

    nunca tocado fondo ni cambiado el sentido de avance.

    La velocidad es cada vez ms lenta.

    Distingo cemento y alambrn en el cuerpo slido prximo.

    Uno de los hierros retorcidos roza y me hiere el brazo.

    Ya estoy en la superficie. Noto que el paisaje es similar al que dej al sumergirme. La

    gitana est vestida con otra ropa y el islote es algo ms espacioso y con adoquines.

    Me mantengo a flote con dificultad a causa del dolor en el brazo y la infrecuente den-

    sidad del lquido. Intento asir uno de los hierros para tomar impulso y ubicarme en la

    base slida, pero la fuerza de la gravedad se reanuda y me atrae hacia el ncleo.

    Esta vez avanzo con los pies hacia adelante, hecho que me hace pensar que conser-vo la posicin anterior, ya que antes me arroj de cabeza y atraves de ese modo la

    esfera de ocano.

    El ncleo llega, pastoso y regenerado. Ahora me sacude y expele en un ngulo dife-

    rente al de mi anterior trayectoria, por lo que sigo hacia abajo pero en otra direccin.

    Una vez ms, la velocidad comienza a menguar luego del impacto con el ncleo.

    5 Bola de lana dispuesta radialmente y convergente en un ncleo.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    4/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-4-

    En el camino me topo con cajas de cartn desechas por el agua, juguetes perdidos y

    scrap6 de planchuela7 punzonada, oxidada y enroscada en s misma como un tent-

    culo de pulpo en el agua hirviendo.

    Prendas de ropa sujeta por broches a una soga bailan caprichosamente bajo un haz

    de claridad. Entre los atavos reconozco un buzo de plush con pitucones 8, un pan-

    taln de gimnasia con talonera, camisetas de frisa y broches de madera mordidos por

    un perro.

    Me aferro a uno de los cabos y en la distraccin no advierto que se acerca la siguien-

    te estacin flotante. Ato la soga a lo que creo alambrn, pero descubro que se trata

    de una de las races de un inmenso mangle.

    La plataforma, esta vez es de arena y barro. El barro se disuelve y empantana el

    mar.

    La gitana tiene ahora cuerpo de mujer y rostro de nia. Mis manos tambin son las

    de un nio y el semforo semeja una especie de puchinball sujeto a un resorte de

    traccin, solidario a una base de hierro sumergida en el pantano. La zngara sonre y

    me ofrece una taza del t con leche que recuper de la calle. Al alzar la vista veo que

    hay cientos de ellas, diferentes, agrupadas contra un costado y rodeadas de moscas.

    La mujer quita con un dedo la nata que se ha formado en la superficie y me dice:

    _ No toms si no te gusta. Yo beb todas stas esperando tu regreso. _ Para luego

    mostrarme los recipientes vacos y sucios con nata seca marrn adherida al fondo.

    Con medio cuerpo sumergido quito una media tubo9 de la soga y la anudo a mi bra-

    zo, auxilindome con la boca para detener el sangrado de la herida producida en la

    estacin anterior.

    Me aferro a la raz para contrarrestar la enorme atraccin ejercida por el ncleo, pero

    es en vano; resbalo y me dirijo a la siguiente etapa.

    Una vez en ella, encuentro a la misma gitana, semidesnuda y con un rostro de mujer

    que me resulta familiar. Viste una camisa a lunares, una cantidad excesiva de anillos

    y collares de plata, y un pauelo en la cabeza. De la cintura para abajo est comple-

    tamente desnuda. Su piel se encuentra cubierta de maquillaje, para intentar disimu-

    lar manchas propias de vitiligo. Ya no la rodean tazas y moscas.

    Se contornea en lo que interpreto como un intento de seduccin y emprendo el avan-

    ce.

    Su voz es deforme y robtica y su tufillo a cloro predomina por sobre las emanacio-

    nes pestilentes del pantano.

    6 Sobrante, desperdicio.7

    Perfil rectangular de hierro.8 Parches para remendar ropa rota.9 Calcetn recto, sin talonera

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    5/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-5-

    Me ayuda a subir. Toma y voltea una de mis manos para leer en ella mi futuro y

    vuelve a girarla en el mismo sentido, como si no existieran msculos y ligamentos

    que lo impidan.

    Se desata la camisa, se recuesta en el lodo y se unta el cuerpo con el barrizal, mien-

    tras observa la posicin cambiante de las nubes. Con las manos, efecta un movi-

    miento similar al de quien toca una ctara. Se detiene, me observa y repite la accin,

    esta vez cambiando el eje de sus muecas. Le sonro y me sonre en seal de com-

    plicidad.

    Cuando me acerco lo suficiente, me impulsa con las plantas de los pies con tanta

    fuerza que vuelo de espaldas por el aire. Me zambullo en el agua en una posicin

    forzada y, al hacer contacto con ella, siento un dolor quemante en la espalda.

    Mis dientes tintinean y me siento afiebrado.

    Pienso en ngela y temo por su futuro.

    Me hago un ovillo, me sumerjo en m mismo y me dirijo hacia el fondo como un peso

    muerto abandonado a su suerte.

    Por la velocidad intuyo que el ncleo est cerca.

    Al entrar en contacto con la masa pegajosa comienzo a sentirme realmente en el

    agua, mojado, con imposibilidad de respirar y luchando denodadamente para libe-

    rarme de los tentculos invasivos. As vuelvo a la realidad, revolcndome en el suelo,

    seco, con las piernas enredadas en el poste del semforo, una media tubo roden-

    dome el brazo y las fosas nasales doloridas por la ingestin de agua.

    La experiencia me deja exhausto.

    Tomo unos cartones que sirvan de colchn y frazada y me acomodo en la entrada de

    una galera.

    En pocos minutos quedo profundamente dormido.

    En mi sueo puedo hablar y entender castellano. Ocurren sucesos en los que tengo

    una edad ms avanzada a la actual. Quizs se trata de hechos del futuro, sueos

    premonitorios, un amasijo de recuerdos empastados o fragmentos de mi memoriaque ya no estn ah, sumidos en un descalabro anrquico.

    Mis recuerdos estn circunscriptos a vivencias de mis primeros quince a veinte aos

    de vida. Eso explica que conozca slo mi idioma originario, un ingls con acento ex-

    trao, segn Hamukuro.

    Tambin advierto que mi memoria reciente no se borra, aunque mi raciocinio se de-

    teriora y altera ostensiblemente.

    El sueo se ve interrumpido constantemente por bocinas, aullidos de perros, voces y

    frenadas.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    6/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-6-

    Un joven corpulento, de un enorme cuello y con los lbulos de las orejas inclinados

    hacia afuera, comienza a zarandear la puerta metlica de la galera al grito de va-

    mos, vamos!

    El estado de distorsin de la realidad, originado en los primeros instantes luego de un

    despertar forzado, hace que comprenda las palabras en castellano y algunas ms que

    me propicia el hombre orondo, invitndome a retirarme con mis petates del sitio.

    Al disolverse las vivencias descoordinadas de los sueos, vuelvo a la confusin y las

    limitaciones de mis das anteriores; como un hombre que ha perdido la vista y ve

    imgenes en sus sueos, pero al despertar se encuentra con que es ciego otra vez.

    Camino sin sentido buscando respuestas en locales comerciales, las caras de la gen-

    te, las voces, los carteles y en mi propio desorden.

    Los puntos de fuga se acercan cada vez que miro hacia el infinito. La imagen tridi-

    mensional se convierte en bidimensional y para ello avanza y se plasma en un plano

    perpendicular al de mi eje de visin situado arbitrariamente unos dos o tres metros

    delante de m.

    El plano o pantalla virtual demora unas milsimas de segundo en recrearse. Como yo

    avanzo hacia l, ese retraso ocasiona que lo atraviese, para luego enfrentarme a otro

    que recin en ese momento comienza a dibujarse y que prontamente cruzar, repi-

    tiendo el ciclo.

    Si invierto la marcha ocurre lo mismo.

    La imagen congelada deja entrever la imagen real. Mientras las lneas convergen en

    tres puntos de fuga estticos y congelados como en una fotografa, mi cerebro recrea

    las nuevas proyecciones ocasionadas por el avance. Esto hace que las lneas reales

    se entrecrucen con las de la pantalla, hecho que me genera una desestabilizacin

    espacio-temporal.

    Si me quedo quieto, el fenmeno es diferente. La imagen observada es similar a la

    congelada y solo es alterada por los objetos mviles. Un auto que ya atraves el pla-

    no seguir vindose atrapado en la pantalla y otro real quizs lo perfore y quede es-

    tampado all, sumando cada vez mayor cantidad de lneas al efmero bosquejo. Si no

    hubiera movimiento alguno de mi visin, si mi cabeza estuviera sujetada a algn tipo

    de soporte y mis ojos se clavaran en un punto sin moverse un pice, la diferencia

    sutil entre la imagen bifocal y la mono focal del plano (similar a la de una lente) ge-

    nerara de todas maneras aberraciones y vibraciones dentro del dibujo.

    Si cierro los ojos la imagen se resetea. Por un pequeo lapso observo la realidad en

    una rampa que en seguida me conduce al escenario combinado. Si parpadeo, se pro-

    ducen pequeos chispazos de realidad, como si un vaporizador limpiara la distorsin

    con pequeas gotas que pronto se desvanecieran.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    7/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-7-

    As estuve un tiempo, abstrayndome, aislado entre la gente y observando el curioso

    fenmeno.

    Desplazarse atravesando planos hace que uno extreme las precauciones. Desde otro

    punto de vista, probablemente parezca que tengo los sentidos alterados por la locu-

    ra, el alcohol o algn estupefaciente.

    A las 20:30 arribo a la puerta de la casa de Hamukuro. La puerta de la casa es en

    realidad la periferia de la entrada de un edificio de departamentos habitado por cien-

    tos de personas.

    Me sobreviene un halo de angustia, producto de creer que hago lo incorrecto. Me

    invade un rechazo instintivo al encuentro, ganas de huir, de explotar o de evaporar-

    me en el aire. Temo exponer a la pequea del mismo modo que lo hice con ngela y

    me culpo por eso.

    Contigua al edificio, se alza una puerta cancel. Tras ella, un pasillo celado por puertas

    de colores y macetas con malvones y geranios.

    Desde el fondo, la silueta de una mujer se acerca con una cadencia oscilante. Al lle-

    gar extrae de su bolsillo un suculento manojo de llaves, escoge una y abre la puerta.

    Se produce un chirrido altamente sonoro y prolongado mientras los goznes y el

    herrumbre se desperezan.

    La mujer me besa en la mejilla con los ojos enrojecidos. Borra con su pulgar derecho

    restos de lpiz labial que deposit en mi rostro y se queda un rato mirndome. Me

    acomoda el cuello de la camisa y quita unas hilachas de mi saco. Me mide de un vis-

    tazo como quien dice mir como ests, e insina una tmida sonrisa.

    Me abraza pero me mantengo inmvil con los brazos hacia abajo. Se separa, me

    arropa y me dice:

    _ No te quedes. _Cierra la puerta, suspira resignacin y se acerca a la misma gitana

    de siempre que aguardaba en la esquina.

    Juntas, se alejan hasta esfumarse en el momento en que los crculos de offsetresul-

    tan superiores al tamao de sus cuerpos, empequeecidos por la perspectiva.

    Alguien golpetea mi espalda en seal de llamado.

    Hamukuro y su madre, intrprete y oradora.

    _ Ac tens una viandita, unos sanguchitos10. And a esta direccin, es en Morn.

    Tomate el tren.

    Puse una manzana tambin, debs tener hambre.

    Ah trabaja ella. _ Dice Hamukuro sealando a su madre

    10 Sandwich.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    8/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-8-

    _ Maana a las siete de la maana van a encontrarse ah, en el hall central. Ella ya

    avis pero, por si alguien te interroga, hizo esta notita escrita en castellano. No la

    pierdas, cuidate.

    Hago una reverencia en seal de agradecimiento y me voy.

    Abordo el tren en Flores.

    Reconozco la estacin y el paisaje mvil tras la ventanilla. Tambin los palos borra-

    chos11 y palmeras de Floresta, los pilotes de cemento de Villa Luro ataviados con afi-

    ches impresos y las casillas erigidas debajo de la autopista, baadas por las luces de

    mercurio de los reflectores del andn.

    Intento decodificar el mensaje de la mujer que sali a mi encuentro.

    No es la primera vez que la veo. Es una versin derruida de la gitana que me arroj

    al agua con sus pies. No es la gitana del ruberoid, eso me queda claro. Son dos gita-

    nas diferentes y de edades cambiantes. Ellas aparecen espordicamente, como las

    torres que sostienen la autopista, el soluble y el muerto.

    Alguien apoya un turrn en mi regazo y en los del resto de los pasajeros; alguien que

    tambin conozco y cuya identidad olvid.

    As como lo da, lo quita.

    Algunos ofrecen dinero y eso les da derecho a conservarlo. Otros me miran.

    Evidentemente llamo la atencin. A esta altura debo verme algo andrajoso y, para

    colmo de males, con una manga de camisa anudada al brazo y con residuos de san-gre seca.

    Ella vuelve a aparecer. Ella es la nia que vende turrn, pero ahora tiene mi edad.

    Lleva los labios pintados de rojo, como hace una hora, y abulta el bolsillo delantero

    de su delantal el manojo de llaves.

    Ella dice cosas como no te quedes y el ascenso del pitch de la puerta cancel refunfu-

    a y se me apaga. Se ahoga all, muy lejos. Se oscurece el sonido en mi recuerdo.

    Aparecen imgenes de mi madre, de sus continuos viajes al Norte, del trabajo golon-

    drina12

    , de las despedidas y reencuentros.No te quedes es un mensaje ambiguo. Puede pedirme que avance o que me vaya,

    que siga con mis convicciones o que las abandone; que distinga entre realidad y en-

    telequia.

    Las dos versiones de la misma mujer se miran a los ojos. La que est a mi lado, con

    mirada rproba.

    11 rbol sudamericano.12 Trabajo estacional que obliga a migrar.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    9/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-9-

    La nia de los turrones se distrae contemplando su futuro y vuelve a repartir. Un

    hombre notablemente molesto desplaza violentamente la golosina con el antebrazo

    como diciendo nena, ya lo rechac una vez no te das cuenta que no me interesa?

    Ella dijo tambin que la venganza no conduce a nada positivo; ella, la de las llaves,

    el t con leche y el abrazo que no me anim a retribuir.

    Abandonamos Villa Luro.

    La herida me provoca comezn.

    La correa dentada que asegura la apertura de la puerta esta desencajada y cuelga de

    la polea solidaria al pistn neumtico. El vaivn del tren hace que repiquetee en el

    vidrio. Sumados al tintineo de las campanas de los pasos a nivel y a los ruidos gene-

    rados por mi intelecto turbado, conforman una maraa acstica insoportable.

    Me tapo los odos con las palmas de mis manos. Al menos, as consigo limitar la per-

    cepcin de sonidos reales externos.

    Casi llego a Liniers; percibo el resplandor de sus luces multicolores.

    Una feria se alza en plena avenida Rivadavia. Se vislumbran puestos de venta de

    verduras, de carne, un afilador de cuchillos, banderines de lado a lado de la calle y

    lamparitas de baja potencia.

    El tren se detiene y no prosigue su marcha.

    Desciendo.

    El andn de la estacin se ha convertido en un escenario. Dos seoritas esbeltas mepiden cordialmente que circule y que las acompae a ubicar un lugar de privilegio en

    el palco oficial.

    All me espera una silla similar a las Luis XVI tapizada con pana roja, con la particula-

    ridad de que su respaldo tiene la posibilidad de ser rebatido, como el de las viejas

    butacas de cine.

    A mi lado, C. Pellegrini se arregla el bigote y me convida a un cigarro. Muevo uno de

    mis dedos indicando, no gracias.

    La va se ha convertido ahora en una calle empedrada. Por all, segn me indican,circular un desfile.

    Un manojo de policas coloca un vallado, ante el rezongo de los transentes y los

    espectadores que deben desalojar el sitio.

    Un camin se detiene y desde su interior brota una innumerable cantidad de monos

    saimir. Al poco tiempo se transforman en un reguero dorado que se mezcla entre la

    muchedumbre. Algunos son agresivos, gritan, araan, muerden y orinan en cualquier

    sitio.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    10/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-10-

    El hombre de la derecha, separado de m por C. Pellegrini, alza los brazos, juntando

    los puos como si asiera un bastn virtual. Luego gira ambas manos, como quien

    retuerce un trapo hmedo.

    El gento interpreta tal seal de ajusticiamiento y comienza a estrangularlos.

    Sus cuerpitos tapizan la calle y al poco tiempo todo vuelve a la normalidad. Los ms

    giles escapan hacia la espesa oscuridad del Oeste, categricamente hostil para un

    primate subtropical.

    El hombre que areng a los asistentes a cometer tamaozoocidio es retirado del pal-

    co por personal policial, que adems arresta a algunos de los espectadores.

    Se producen corridas y bastonazos, alguna escaramuza tambin, con sus consiguien-

    tes gritos y empujones.

    Los curiosos se dispersan y la funcin prosigue.

    Un arlequn de baja estatura se acerca bailoteando. Calza enormes zapatos, en pun-

    ta, con pompones dorados similares a los de las fundas de los sables. Posee rasgos

    angulosos y una de sus orejas es algo ms pequea, con clara evidencia de haber

    sido sesgada por roedores.

    El alfeique13 tose para aclararse la garganta y realiza, con voz de pito, una pregunta

    a la seora que ocupa la butaca izquierda contigua a la ma.

    Ella deber resolver en un papel una ecuacin matemtica relativamente simple. C.

    Pellegrini me hace notar que se trata de la esposa del ingeniero Lagerlf, el hombreque estuvo sentado a su lado hasta ser retirado por la polica.

    Un chingolito14 come migajas del suelo.

    Un nio engrasa una pelota con recortes de un bife de chorizo.

    El bife de chorizo lo tiene uno de los policas apoyado en la sien.

    Otro prefiri un cataplasma para aliviar los embates de Lagerlf, que espera con neu-

    rastenia.

    C. Pellegrini lo observa, me mira y se lleva la mano al cuello en forma horizontal,

    movindola paralela al piso.

    A un costado, han montado un cadalso con tres horcas. Una est reservada para el

    infortunado ingeniero, quien an se pregunta por qu lo mantienen prisionero.

    La seora debe responder mientras el arlequn la fastidia para distraerla. Le lame

    lascivamente el rostro mientras le provoca cosquillas a lo ancho de la cintura.

    El bolgrafo se agita en las manos temblorosas de la dama. Lo deja junto al papel,

    sobre un costado del pupitre y exclama:

    13 Hombre pequeo y dbil.14 El chingolo es un ave similar al gorrin.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    11/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-11-

    _ Lo tengo: diecisiete!

    _ Muy bien, seora. Su respuesta es correcta. _ Aclara el saltimbanqui mientras

    aplaude.

    La mujer se seca la saliva con los puos y respira aliviadamente.

    El arlequn, con notable regocijo, se detiene frente a ella sin mirarla y vocifera:

    _ La respuesta es correcta, pero se excedi en el tiempo estipulado para zanjar la

    ecuacin.

    _ Nadie mencion jams un lmite de tiempo. Es un engao, un vituperio.

    _ Un vituperio es un agravio. Aqu nadie la agravi. Piense, al menos, que no que-

    dar viuda; y si lo hace, ser por unos pocos minutos.

    La polica arrastra a la mujer de los brazos y a los tirones. Se necesitan tres hombres

    ms para forzarla a caminar. No logran mantenerla quieta y deben precipitar lostiempos de su ejecucin as como la de su cnyuge.

    C. Pellegrini se acerca y me dice con voz ronca:

    _ Slo quedamos usted y yo.

    Una seorita pulposa porta una tetera de plata y nos sirve t en unas tacitas anti-

    guas cachadas.

    Da comienzo un desfile militar convencional, excepto porque cada tanto algn grana-

    dero15 carece de pantalones. En la retaguardia, una banda de aficionados ejecuta

    melodas populares camufladas entre marchas castrenses.Un trombonista bizco se contornea a la vez que obliga a sus compaeros a abando-

    nar su posicin para no ser alcanzados por una estocada de su vara. Entremezclados

    aparecen algunos msicos fantoches, con atuendo militar modificado y exagerado. Se

    distinguen por sus medias16 cancn cuadriculadas, zapatos enormes, rostros maqui-

    llados, flores en la solapa y pelucas de camo teido mezcladas con charreteras,

    gorros, sables y guantes blancos.

    C. Pellegrini no aprueba esa licencia por considerarla una chabacana degradacin del

    gusto y una falta de respeto. A pesar de eso y en forma involuntaria, acompaa elritmo con los pies.

    La mujer pulposa retira las tazas vacas y me pide ayuda para aflojar el corsette 17

    que la cie como a un matambre. Unas ocho o nueve mujeres del costado del palco

    imitan el accionar y se liberan de parte de su vestimenta. Algunas muestran ms de

    lo que otros aprueban y resurge el alboroto.

    15

    Soldado de infantera16 Calcetines17 Cors.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    12/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-12-

    C. Pellegrini suda excesivamente. Sabe que debe interceder para que la fiesta no se

    desbande y se degenere hasta convertirse en una exhibicin nudista.

    Extrae un puado de billetes, que por coincidencia llevan su retrato y los coloca en el

    escote entreabierto de la dama de la bandeja, quien comienza a transpirar tras ser

    iluminada por reflectores.

    El pblico no lo imita. Son pocas de crisis y no es bien vista la ostentacin y dilapi-

    dacin de dinero; mucho menos si viene de manos de un poltico poderoso que arro-

    gantemente utiliza billetes de curso legal impresos con su rostro.

    El arlequn, vestido ahora con un esmoquin color manteca, se arremanga la camisa

    floreada y seala la tercera horca. De las otras dos cuelga el infortunado matrimonio

    Lagerlf.

    A la izquierda, se ha montado un pequeo convite exclusivo para las celebridades.

    El arlequn arenga a la multitud para que bata palmas. Inmediatamente comprendo

    que falta mi prueba. El hecho de que C. Pellegrini no aprobara la suya no me convier-

    te en ganador del certamen.

    La banda detiene la ejecucin y se suma al concierto de aplausos. A mi lado, un an-

    ciano violinista ejecuta una meloda vivaz.

    Alguien me acerca una partitura y un acorden. La coloco en un atril y para ganar

    tiempo, las abrocho con clips.

    Inexplicablemente puedo leer, tocar y llevar adelante la situacin; aunque no recuer-do haber ejecutado jams un instrumento musical.

    Resignado, C. Pellegrini se sirve una copa de brandy, extrae del bolsillo interno de su

    saco un pual abre cartas e intenta clavrselo en la frente. La estocada le produce

    una herida leve. Repite infructuosamente el acto pero slo logra amoratase la piel y

    salpicar tmidamente de sangre su atuendo de gala.

    Yo me erijo en vencedor, aunque siento remordimiento por haber deseado mi victoria

    a sabiendas de que provocara la condena a muerte de mi compaero y adversario.

    Una versin de Fredy Mercury, ms vieja y obesa, oficiar de verdugo. Se unta losbrazos con repelente para mosquitos y se enfunda el crneo con una capucha de

    cuero negro. Carlos, resignado, rodea su propio cuello con la soga. Dos granaderos

    esmirriados le quitan el uniforme, dejndolo en camiseta y calzoncillos largos.

    El verdugo y otro hombre flexionan el brazo izquierdo del prcer y amarran la mue-

    ca al codo del brazo derecho, que se mantiene extendido hacia abajo. De este modo

    forman un nmero cuatro en la espalda del sentenciado con sus propias extremida-

    des superiores.

    Parte de la gente hace el cuatro con manos y brazos; otros lo gritan en forma decntico improvisado.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    13/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-13-

    Yo me sumo y bailoteo con mis pulgares retrados. Sin saberlo estoy pidiendo que se

    eleve a cuatro el nmero de condenados y, con esto, reclamando mi propia muerte.

    Se afloja una correa y el acorden cae al piso. Al impactar noto que salpica agua.

    De a poco todo comienza a inundarse.

    Lentamente aparecen las primeras luces de la alborada y lo que era el oscuro Oeste

    se convierte en un horizonte lejano tras un gran espejo de agua.

    Los restos flotantes de la feria son arrastrados por la corriente.

    Del camin transportador de monos slo queda al descubierto el techo y parte de la

    cabina.

    La gente comienza a retirarse lentamente haciendo grandes esfuerzos para avanzar

    ante la pesadumbre del agua. Intentan conservar sus pertenencias, resguardarlas del

    saqueo y de ser posible, tomar parte de lo ajeno.

    El desbande hace que los organizadores y agentes del orden se escabullan para evi-

    tar un linchamiento.

    Una nena pregunta al tope de su capacidad vocal. _ Quin quiere comer galletitas

    crocantes? Galletitas de cucaracha. _ Sealando una canasta de mimbre infestada de

    insectos.

    C. Pellegrini, con su visin disminuida, intenta librarse de la horca y las amarras. Se

    contornea bruscamente temiendo que el creciente nivel de agua lo ahogue. Me acer-

    co, abrindome paso entre los curiosos y le quito la soga del cuello. Raudamente co-rre, an atado y con una bolsa de arpillera enfundada en la cabeza. Tropieza con una

    de las tablas del cadalso y cae al agua. Ni siquiera le interesa saber quin le salv la

    vida, hecho que me provoca cierta indignacin. An puede hacer pie y se desplaza

    pesadamente hasta perderse en la neblina.

    Algunos pocos quedaron en la escena recogiendo comida flotante pero ya sin distur-

    bios.

    El piso de tierra se volvi cenagoso. Mi mano izquierda an sostiene una de las rien-

    das del acorden, casi completamente sumergido en el marisma salobre.Desde el Este se acercan olas que rompen tmidamente cerca del paso al nivel de

    Barragn y dificultan an ms la tarea de recoleccin de alimentos por parte de la

    muchedumbre famlica.

    Algunos, ofuscados, me insultan al pasar. Intuyo que me endilgan algn tipo de res-

    ponsabilidad debido a mi vnculo cercano al poder.

    El agua espumosa deposita restos oleosos en mi cota de escamas naranja.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    14/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-14-

    La turba, embravecida, toma objetos contundentes y se acerca para increparme. Uno

    de ellos, muido con una tabla con clavos, parece ser el instigador. Raudamente me

    arrojo al agua y los pierdo de vista.

    La visin submarina es dificultosa por el efecto opacante del barrizal.

    Trato de no acercarme a la va y me muevo unos metros hasta Rivadavia.

    De acuerdo a las condiciones del terreno, la cota de nivel de agua flucta entre uno y

    dos metros.

    Los primeros haces de luz de la maana comienzan a incidir con un ngulo casi para-

    lelo al de la superficie. Esto me permite nadar a mayor velocidad ya que ahora puedo

    ver y sortear los escollos con los que me topaba anteriormente.

    Canoas y balsas improvisadas transportan a los osados que emprenden el xodo

    hacia tierras ms altas. Algunos animales tambin lo hacen, principalmente perros y

    ratas. Desde abajo puedo ver los remos y las patitas moverse con celeridad.

    Yo tomo la direccin contraria: por Rivadavia, hacia el Este.

    Nado contornendome, como si hilvanara el agua enhebrando con la cabeza orienta-

    da levemente hacia arriba, para luego sumergirla inclinada hacia abajo, trasladando

    dicho movimiento al resto de mi cuerpo. Este esquema me permite desplazarme

    gilmente alcanzando velocidades impensadas para un ser humano corriente.

    No encuentro an signos de vida ictcola ni del trasnochado ovocfalo.

    Me detengo y emerjo con cautela.Un edificio est siendo evacuado, utilizando como transporte una gigantesca balsa,

    propiedad de los US Marines. Los soldados conducen a la gente a travs de un puen-

    te flotante, realizando un proceso de seleccin arbitrario o al menos incomprensible

    para m.

    Uno de ellos advierte mi presencia, me reconoce y saluda efusivamente. Otros se

    acercan y hacen lo propio.

    Me presentan con su Comandante, un hombre canoso de ojos claros mezcla entre

    Edmundo Rivero y Paul Newman._ Como ya le habrn anticipado, yo soy el Capitn Morris. Dgame: Cul es su gra-

    cia?

    _ Yooo, mmmm..

    _ No me diga nada; aqu todo el mundo lo conoce. Su presencia no nos toma de sor-

    presa, estbamos aguardndolo.

    _ Aqu, en Argentina, en Villa Luro?_ Pregunto.

    _ Sabamos que esto ocurrira. Una especie de premonicin apoyada en deduccin

    cientfica e investigacin de nuestros servicios de inteligencia.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    15/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-15-

    Estamos realizando una gestin de salvataje acompaada por acciones de bienestar

    comunitario. A su vez intentamos una concientizacin social que permita expulsar

    desde adentro al aletargado pero latente germen del comunismo.

    No se ra, tomando en sorna al enemigo permitimos que avance.

    ste es un pas lbil y, por ende, propenso a cualquier tipo de adoctrinamiento. Acu-

    dimos simplemente para inclinar la balanza.

    Sin embargo, notamos que nuestra imagen se encuentra deteriorada, hecho que nos

    hace topar con escollos incmodos.

    _ Cmo saban que se producira un avance del mar?

    _ Inteligencia e investigacin. No cuestione, usted es uno de los nuestros. _ Dice

    mientras seala algunas de sus condecoraciones.

    La palabra nuestros me hiela y abriga a la vez. Me produce confort e incomodidad;

    sensaciones cambiantes, ambiguas y contrapuestas.

    _ Usted es una pieza clave en la tarea de concientizacin social. Tiene carisma y apti-

    tudes especiales. Adems todos lo reconocen e idolatran.

    Usted ser la punta de lanza, el mascarn de proa. Nosotros nos ocupamos del resto.

    Aguarde un segundo. _ Interrumpe en el momento en que un soldado le acerca una

    carpeta forrada con papel araa18 verde.

    _ Como le deca, parece que algunos ingratos no notan que hemos venido a rescatar-

    los de la inundacin. Somos parte del desastre, pero hemos trado la solucin. Unasolucin de base, visceral.

    Extirparemos toda dispersin para confluir en un gran ideal americano. Toda Amrica

    unida, se imagina? Separada por el idioma, claro est; una barrera que pronto sor-

    tearemos.

    El agua no va a retirarse hasta que cambie la luna y para eso faltan trece das. Es

    tiempo suficiente para cocinar nuestro puchero.

    Usted tiene como atadura proteger la vida de ngela, su mujer. De eso no debe pre-

    ocuparse ahora. Ella se encuentra a salvo, fuera del pas, en uno de nuestros bnkersde localizacin clasificada.

    Contamos con su cooperacin. _ Dice mientras estira la mano en seal de saludo.

    _ Una mano lava la otra y las dos juntan la mierda y la reciclan en abono. _ Morris

    sonre y acerca dos balones.

    _ Tomemos una cerveza fra.

    _ Ya no bebo.

    _ Reljese, solo una. _ La cerveza amarga me quita de la boca el sabor salado.

    18 Papel plastificado con dibujos de tela de araa en sobrerelieve.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    16/18

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    17/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-17-

    _ Procederemos a inflar al adversario hasta convertirlo en una amenaza. Luego libra-

    remos a la sociedad del peligro que los acongoja y desvela.

    _ Van a borrarlos de un plumazo?

    _ No, nunca hay que erradicar todo el foco enemigo. La estufa debe quedar en piloto.

    Sin enemigos no tendramos razn de existir. Una sociedad dbil y temerosa justifica

    nuestra presencia.

    _ Como la inundacin.

    _ Mmm.

    _ Cmo provocaron un hecho de tal magnitud?

    _ No provocamos nada. Utilizamos la informacin de acuerdo a nuestro provecho. Un

    puro y genuino golpe de efecto.

    _ S, pero_ A nuestro provecho. _ Al decir nuestro se seala y me seala.

    _ Quiero creer que sigue de nuestro lado.

    _ Si, por supuesto. _ Aclaro intentando ser convincente.

    _ Usted no debe hacer nada en particular, slo necesitamos su aval y alguna muestra

    de destreza que a su debido tiempo orquestaremos.

    _ Entonces Crna Lubenica es una invencin del imperio?

    _ No me hable de imperio, no se contamine con esos trminos rojos.

    El engendro ese es un hombrecito perverso. Es su enemigo, no el nuestro. _ Ahora

    me seala slo a mi describiendo un cono virtual con su dedo ndice derecho.

    Nuestra participacin se limita a la proteccin de ngela que, por cierto, est muy

    bien atendida.

    _ Le estoy infinitamente agradecido Morris. Slo me pregunto si puedo verla.

    _ No, por el momento, su paradero es confidencial.

    _ Si la visito pueden seguirme y localizarla.

    _ Claro, hombre, veo que va empapndose del asunto._ Empapado seguro.

    _ Me reconforta que lo tome con humor. Ahora, si me disculpa, tengo cosas que

    hacer. Nosotros lo contactaremos mediante el sonar; usted sabe cmo hacerlo, no es

    necesario que explique nada.

    Que tenga buenos das. _ Al decir esto, hace una venia y va al encuentro de sus su-

    bordinados.

    Mi intento de escape se ve abortado por la invitacin a retirarme.

  • 7/30/2019 4- Esfera de Agua.

    18/18

    Pablo EMILIODos de ellas, el rabihorcado y el zapallo en almbar

    :-18-

    Prosigo mi camino por Rivadavia, hacia el Este. Las yemas apoclidas de mis dedos

    me quitan sensibilidad al tiempo que se ven como rechonchas pasas plidas. Mi ros-

    tro carece totalmente de barba a pesar del tiempo transcurrido desde mi ltima afei-

    tada. Mi tonicidad y volumen muscular hacen que me sienta vigoroso y seguro de m

    mismo.

    Atardeci y el nivel del agua mengu levemente.

    Para ese entonces me encuentro prximo al Obelisco.

    La Avenida 9 de Julio se convirti en un apacible ro de agua salada salpicado de ob-

    jetos flotantes diversos. Cuatro operarios de una empresa de electricidad realizan

    tareas de mantenimiento o reparacin en un transformador sumergido. Todos poseen

    branquias a los costados, bigotes y estigmas propios de un surub humanoide. Visten

    overol y portan herramientas extraas.

    Desde el agua, una luz me encandila y refracta caprichosamente sus rayos. Intento

    retroceder, pero me topo con un cable electrificado, colocado especialmente ah a

    modo de trampa. Siento en el muslo izquierdo el cosquilleo punzante de una patada

    de corriente elctrica y sbitamente pierdo el conocimiento.