40 AÑOS DESPUÉS-Ante La Muerte Del Brigadier Humberto Sena

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40 AÑOS DESPUÉS El sábado 16 de agosto falleció en el Hospital Militar el Brig. Gral. Humberto Sena, 79 años. Estuvo preso como Mayor de la Fuerza Área durante toda la Dictadura primero en Boiso Lanza, luego en la Base Aérea Nº 1, Cárcel Central y finalmente en Punta Carretas. La razón, el fuerte compromiso con su profesión, constitucionalista, demócrata que se opuso al Golpe de Estado, frenteamplista y comunista. Al comienzo de su carrera, durante la estadía en la Base Aérea de Durazno, Humberto conoció a Zulma Evangelisti, se enamoraron, se casaron y formaron una familia con seis hijos. Zulma, maestra especializada en preescolares, frenteamplista y católica, hoy tiene 82 años y está internada también- en el Hospital Militar, con una afección respiratoria seria. A partir de la detención de Humberto comienza el sufrimiento de esta familia que tenía mucho amor, fuertes convicciones y principios que los comprometían con sus semejantes, valores que nos trasmitieron a toda la familia y que les permitieron sobrellevar todas las afrentas que han padecido. Con su marido preso y a cargo de sus seis hijos (el mayor 16 años y el menor 3), Zulma jubilada como maestra luego de la Huelga General-, trabajó en lo que pudo y todo lo que pudo como tantos uruguayos que sufrieron la persecución y la pérdida de sus trabajos durante la Dictadura. A Humberto -al igual que a todos sus camaradas presos- lo someten a Tribunales de Honor y lo degradan, le retiran todos los derechos y beneficios como militar a él y a su familia, la retribución salarial en primer lugar. Expulsan a Zulma y sus hijos del complejo de apartamentos donde vivían, una Sociedad Civil formada por militares, en Pte. Batlle frente al túnel de 8 de Octubre, el argumento: que no querían vivir con Sena el día que él recobrara su libertad. Durante los 10 largos años en los que las visitas primero a la Base Aérea Nº1, luego a Cárcel Central y por último a Punta Carretas forman parte de la cotidianidad de la familia, igual que la pelea por la subsistencia y la dignidad; el amor que mantuvieron intacto y demostraron durante toda sus vidas Zulma y Humberto y que trasmitieron a sus hijos fue el sostén de todos. Luego de recuperada la democracia les restituyen el grado a los militares demócratas que habían sido encarcelados, torturados y deshonrados por la dictadura. Recuperan los derechos como tales y Humberto es ascendido a Brigadier General, una de sus mayores alegrías y orgullo. Esto no pretende ser una historia de la vida de Humberto, Zulma y sus hijos, apenas unas coordenadas para ubicar el motivo de esta carta: las condiciones en que ocurre la muerte de Humberto. Durante los últimos dos años tuvo reiteradas internaciones por distintos problemas de salud, siempre en el 5to piso del Hospital Militar, ala de Jefes”. Este sector, por la jerarquía de los cargos, tiene habitaciones privadas amplias y confortables. Pero allí no están solamente los militares con grado de general que honran la institución y que son ciudadanos libres; en salas contiguas, en el mismo pasillo, están y estuvieron torturadores, violadores, homicidas, secuestradores de niños, criminales como Gavazzo, Ramas, Dalmao, Gilberto Vázquez y otros. Soy sobrina de Humberto, el sábado 16 de agosto acompañé a mi prima a retirar algunas de las pertenencias de mi tío al 5to piso del Hospital Militar. En la habitación 17 murió mi tío, en la 15 está José Nino Gavazzo. Cuando pasamos frente a su habitación la puerta estaba abierta, allí lo vi, durmiendo la

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recordatorio de la muerte de este patriota uruguayo

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  • 40 AOS DESPUS

    El sbado 16 de agosto falleci en el Hospital Militar el Brig. Gral. Humberto Sena, 79 aos. Estuvo preso

    como Mayor de la Fuerza rea durante toda la Dictadura primero en Boiso Lanza, luego en la Base Area

    N 1, Crcel Central y finalmente en Punta Carretas. La razn, el fuerte compromiso con su profesin,

    constitucionalista, demcrata que se opuso al Golpe de Estado, frenteamplista y comunista.

    Al comienzo de su carrera, durante la estada en la Base Area de Durazno, Humberto conoci a Zulma

    Evangelisti, se enamoraron, se casaron y formaron una familia con seis hijos.

    Zulma, maestra especializada en preescolares, frenteamplista y catlica, hoy tiene 82 aos y est internada

    tambin- en el Hospital Militar, con una afeccin respiratoria seria.

    A partir de la detencin de Humberto comienza el sufrimiento de esta familia que tena mucho amor,

    fuertes convicciones y principios que los comprometan con sus semejantes, valores que nos trasmitieron a

    toda la familia y que les permitieron sobrellevar todas las afrentas que han padecido.

    Con su marido preso y a cargo de sus seis hijos (el mayor 16 aos y el menor 3), Zulma jubilada como

    maestra luego de la Huelga General-, trabaj en lo que pudo y todo lo que pudo como tantos uruguayos

    que sufrieron la persecucin y la prdida de sus trabajos durante la Dictadura.

    A Humberto -al igual que a todos sus camaradas presos- lo someten a Tribunales de Honor y lo degradan, le

    retiran todos los derechos y beneficios como militar a l y a su familia, la retribucin salarial en primer

    lugar.

    Expulsan a Zulma y sus hijos del complejo de apartamentos donde vivan, una Sociedad Civil formada por

    militares, en Pte. Batlle frente al tnel de 8 de Octubre, el argumento: que no queran vivir con Sena el da

    que l recobrara su libertad.

    Durante los 10 largos aos en los que las visitas primero a la Base Area N1, luego a Crcel Central y por

    ltimo a Punta Carretas forman parte de la cotidianidad de la familia, igual que la pelea por la subsistencia

    y la dignidad; el amor que mantuvieron intacto y demostraron durante toda sus vidas Zulma y Humberto y

    que trasmitieron a sus hijos fue el sostn de todos.

    Luego de recuperada la democracia les restituyen el grado a los militares demcratas que haban sido

    encarcelados, torturados y deshonrados por la dictadura. Recuperan los derechos como tales y Humberto

    es ascendido a Brigadier General, una de sus mayores alegras y orgullo.

    Esto no pretende ser una historia de la vida de Humberto, Zulma y sus hijos, apenas unas coordenadas para

    ubicar el motivo de esta carta: las condiciones en que ocurre la muerte de Humberto.

    Durante los ltimos dos aos tuvo reiteradas internaciones por distintos problemas de salud, siempre en el

    5to piso del Hospital Militar, ala de Jefes. Este sector, por la jerarqua de los cargos, tiene habitaciones

    privadas amplias y confortables. Pero all no estn solamente los militares con grado de general que

    honran la institucin y que son ciudadanos libres; en salas contiguas, en el mismo pasillo, estn y

    estuvieron torturadores, violadores, homicidas, secuestradores de nios, criminales como Gavazzo, Ramas,

    Dalmao, Gilberto Vzquez y otros.

    Soy sobrina de Humberto, el sbado 16 de agosto acompa a mi prima a retirar algunas de las

    pertenencias de mi to al 5to piso del Hospital Militar. En la habitacin 17 muri mi to, en la 15 est Jos

    Nino Gavazzo. Cuando pasamos frente a su habitacin la puerta estaba abierta, all lo vi, durmiendo la

  • siesta, tena un piyama azul a cuadros y enroscado en el soporte del suero, un mono violeta (un peluche, tal

    vez regalo de sus nietos) no tena suero colocado, simplemente un detalle acogedor de su habitacin,

    ubicada al lado de las de pacientes-ciudadanos con todos sus derechos. Al fondo del pasillo en la cabina de

    la guardia del Ministerio del Interior que vigila los presos del sector, dorma en su silla un agente.

    El mismo sbado 16 cuando dos de mis primos estaban arreglando las cuestiones fnebres en Martinelli mi

    esposo y yo estbamos con ellos, el funcionario de Martinelli llama al Comando de la Fuerza Area para

    coordinar los detalles, el entierro iba a ser en el panten de la fuerza, el militar al otro lado del telfono,

    consulta si la familia acepta los Honores Militares; luego de conversar entre los cuatro concluimos que s,

    aceptbamos, entendimos que se lo mereca y que a l le hubiese gratificado, sufri mucho la degradacin

    y tuvo una gran alegra cuando les restituyeron el grado, era su profesin... adems de los 10 aos en

    prisin por defender la Constitucin y el honor de las Fuerzas Armadas.

    Durante el velatorio de Humberto, llaman del Comando de la Fuerza Area y dicen que no le van a realizar

    los Honores Militares a Sena porque no hay tiempo para preparar la ceremonia.

    El Coronel lvaro Loureiro, Jefe de Relaciones Pblicas de la Fuerza Area es quien comunica la decisin e

    intenta explicarla con el argumento de que por ser fin de semana no cuentan con personal suficiente para

    completar la dotacin necesaria que requiere el procedimiento. Le respondemos que no le creemos, que

    seguramente ni l se podra creer semejante especie. Que es demasiada coincidencia el pasado de mi to y

    la casual carencia de personal. Que seguramente deber explicarlo ante las autoridades correspondientes.

    Como nica respuesta a su interlocutor esboza un le agradezco su sinceridad. Esta conversacin ocurre el

    domingo 17 a las 8. 25 de la maana, mientras cerraban el cajn de mi to para su entierro.

    Zulma contina internada en el Hospital Militar, no se enter an que su esposo y compaero de toda la

    vida que estaba en el piso de arriba- muri. Dada su condicin, los mdicos y sus hijos entendieron lo

    mejor. Hoy, martes 19, la fui a ver y estaba ms tranquila porque Humbertito saba que ella se estaba

    recuperando. Tambin fuimos con mi esposo al 5to piso a retirar otras pertenencias de mi to que an

    quedaban; al pasar por la habitacin 15 ah estaba Jos Nino Gavazzo, esta vez sentado, leyendo sobre una

    mesa colocada en el medio de las dos camas de su habitacin, con el piyama azul a cuadros. Ambos nos

    fijamos que su nombre no figuraba en los monitores instalados en los corredores que identifican pacientes

    y habitacin.

    Los dems oficiales generales en actividad o retiro, que estuvieron presos durante la dictadura o no, van a

    tener que continuar conviviendo y muriendo al lado de torturadores, violadores y asesinos?

    Los que vamos a visitar familiares o amigos, nos vamos a seguir cruzando en los corredores del 5to piso

    del Hospital Militar con quienes han cometido Crmenes de Lesa Humanidad y preguntndonos si ser

    realidad lo que vemos?

    Las familias, como mis primos, que sufrieron la humillacin y el destrato durante tantos aos van a tener

    que seguir escuchando explicaciones como las de Loureiro al lado del cajn de sus muertos?

    No son los honores lo que me mueven a comunicar esta situacin, son las humillaciones hasta el hueso

    Montevideo, 19 de agosto de 2014

  • Montevideo, 21 de setiembre de 2014

    Durante este mes, primero contactamos a un Diputado del Frente Amplio, se interes en la situacin y nos

    puso en comunicacin con el Director General de Secretara del Ministerio de Defensa, quien escuch y

    nos pidi unos das para interiorizarse en el tema.

    Aproximadamente dos semanas despus, llama al familiar con el que tena contacto y le trasmite que en el

    Comando de la Fuerza Area constaba registro que se haban comunicado con uno de los hijos de Sena y le

    haban ofrecido cambiar el horario del entierro de manera que les posibilitara realizar el protocolo.

    Mi primo -al que hace referencia- sostiene que a l no le ofrecieron esa posibilidad, simplemente le dijeron

    que no podan realizarlo.

    Yo, o parte de la conversacin -posterior- que mantuvo el Cnel. Loureiro con mi prima en la que le deca

    que ellos no haban ofrecido los honores fnebres que lo haba hecho el funcionario de Martinelli

    Son varias versiones de una misma situacin, manejada telefnicamente, para el lector la verdad no est

    clara a simple vista.

    Los procesos histricos y nuestros tiempos biolgicos no van juntos.

    Durante los 20 aos posteriores a la dictadura - 1985 a 2005- se sostuvo por parte de la derecha, que no

    existan desaparecidos en nuestro pas, que eran fantasas de algunos. Las historias que se tejieron fueron

    varias, a la sombra de la Ley de Caducidad.

    A partir de 2005 -convenio mediante UdelaR-Presidencia- comienza a conocerse la historia de otro modo,

    se realizan las primeras excavaciones autorizadas y aparecen restos de desaparecidos y asesinados,

    Ubagesner Chaves Sosa, Fernando Miranda, Julio Castro, existan, no eran fantasas.

    En 2010, un proyecto de ley interpretativo de la Constitucin que -en los hechos- anulaba los artculos 1,

    3 y 4 de la ley es aprobado por el Parlamento: la Ley N 18.831, que establece el "restablecimiento para

    los delitos cometidos en aplicacin del terrorismo de Estado hasta el 1 de marzo de 1985", catalog esos

    delitos como de lesa humanidad

    Esto posibilita que adems de las desapariciones y asesinatos, la tortura aplicada sistemticamente, pueda

    ser considerada delito de lesa humanidad, muchas denuncias se han radicado ante el Poder Judicial

    En Uruguay la inconstitucionalidad de las leyes es declarada caso a caso y no tiene efectos generales

    derogatorios, sino que solamente hace inaplicable la ley para el caso respectivo.

    Jos Nino Gavazzo es uno de los primeros detenidos en 2006, acusado de homicidio muy especialmente

    agravado, en su libro Jos Nino Gavazzo: Mi testimonio admite haber aplicado apremios fsicos como

    forma de obtener informacin de los detenidos, muchos de ellos transformados luego en desaparecidos

    Se ha avanzado mucho, sin duda, pero van solamente 8 aos en los que la verdad va haciendo su camino y

    falta mucho an.

    El dolor y la bronca de este ltimo mes me record que tal vez sea una buena oportunidad para compartir

    este regalo que sali dentro de la tapa de un libro desde Crcel Central en setiembre de 1979, lo envi el

    General, a travs de Humberto y Zulma para una chiquilina de 19 aos que lo vea en las visitas

    especiales y le haba pedido una foto:

    Te deba una foto, Silvia, desde tiempo atrs y aunque te parezca raro- sta es la nica

    que quedaba en casa.-

    Creo que no te importar el tamao y el tiempo transcurrido, sino la intencin, que fue y

    es sincera.-

    Por otra parte, lo verdaderamente importante es lo que ocupa, en permanencia, nuestro

    pensamiento y con todas las limitaciones- nuestra accin: construir la Patria que

    soamos- Y lo haremos, Silvia, tenlo por seguro, para todos y especialmente para tu hija y

  • parafraseando a Hernndez- antes de que el tiempo se ponga amarillo sobre mi

    fotografa

    Seregni

    En la Crcel Central, setiembre de 1979

    A 35 aos, el papel se puso amarillo, la fotografa no.

    Construir la Patria que soamos, para todos, para mis hijas, mis nietas, los bisnietos de Humberto y

    Zulma.

    Para que la verdad y la justicia, continen recorriendo su intrincado camino, no puede haber marcha

    atrs, el logro de comenzar a desterrar la impunidad de nuestra cotidianidad y sus instituciones -sembrada

    durante 33 aos- recin cumple 8 aos.

    Silvia Sena

    1928095-8