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213 ESTUDIOS SOBRE EDUCACIÓN / VOL. 27 / 2014 / 213-230 El lenguaje y la formación cívica según Juan Luis Vives (1492/3-1540) Language and Civic Education in Juan Luis Vives (1492/3-1540) MARÍA EUGENIA OCAMPO GRANADOS Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación [email protected] Resumen: Este trabajo clarifica la contribución de las disciplinas del lenguaje –gramática, dialéctica y re- tórica– a la formación cívica en la obra de Juan Luis Vives. Tal esclarecimiento contribuye a justificar que el Humanismo propuesto por Juan Luis Vives es un humanismo cívico. A partir de un análisis contextual e intertextual de la obra política y la obra filosófico-edu- cativa del humanista Vives, se infiere la orientación cívica de las disciplinas del lenguaje. De tal análisis se derivan reflexiones sobre la relevancia del lenguaje en la educación cívica que pueden ser un punto de re- ferencia para revisar planteamientos actuales en el campo educativo. Palabras: historia de la educación; humanismo; len- guaje; educación cívica. Abstract: This work clarifies the contribution of lan- guage disciplines –grammar, dialectics and rhetoric– to the civic education on Juan Luis Vives’ work. Such elucidation contributes to justify that the Humanism proposed by Juan Luis Vives is a civic humanism. In the basis of a contextual and intertextual analysis of the political work and the philosophical-educational work of the humanist Vives, the civic orientation is deduced from language disciplines. Reflections derive from such analysis of the relevance of the language in civic education that can be a reference point to review cur- rent approaches in the educational field. Keywords: history of education; humanism; lan- guage; civic education. DOI: 10.15581/004.27.213-230

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Vives 1492

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  • 213 ESTUDIOS SOBRE EDUCACIN / VOL. 27 / 2014 / 213-230

    El lenguaje y la formacin cvica segnJuan Luis Vives (1492/3-1540)Language and Civic Education in Juan Luis Vives (1492/3-1540)

    MARA EUGENIA OCAMPO GRANADOS Instituto Nacional para la Evaluacin de la Educacin [email protected]

    Resumen: Este trabajo clari ca la contribucin de las disciplinas del lenguaje gramtica, dialctica y re-trica a la formacin cvica en la obra de Juan Luis Vives. Tal esclarecimiento contribuye a justi car que el Humanismo propuesto por Juan Luis Vives es un humanismo cvico. A partir de un anlisis contextual e intertextual de la obra poltica y la obra los co-edu-cativa del humanista Vives, se in ere la orientacin cvica de las disciplinas del lenguaje. De tal anlisis se derivan re exiones sobre la relevancia del lenguaje en la educacin cvica que pueden ser un punto de re-ferencia para revisar planteamientos actuales en el campo educativo.

    Palabras: historia de la educacin; humanismo; len-guaje; educacin cvica.

    Abstract: This work clari es the contribution of lan-guage disciplines grammar, dialectics and rhetoric to the civic education on Juan Luis Vives work. Such elucidation contributes to justify that the Humanism proposed by Juan Luis Vives is a civic humanism. In the basis of a contextual and intertextual analysis of the political work and the philosophical-educational work of the humanist Vives, the civic orientation is deduced from language disciplines. Re ections derive from such analysis of the relevance of the language in civic education that can be a reference point to review cur-rent approaches in the educational eld.

    Keywords: history of education; humanism; lan-guage; civic education.

    DOI: 10.15581/004.27.213-230

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    n los albores de la Edad Moderna, en una consciente e intencional relacin con el pasado clsico, el Humanismo, movimiento intelectual propio del Re-nacimiento, se caracteriza en su gnesis y evolucin por ser un motor de vida

    cvica, desde sus orgenes italianos hasta su fase de difusin y auge en la regin nrdica de Europa.

    En este estudio fundamentamos la aportacin, a tal itinerario cvico, del hu-manista Juan Luis Vives (1492/3-1540). A partir de un anlisis contextual e inter-textual de la obra poltica y la obra los co-educativa del humanista Juan Luis Vives, inferimos la contribucin del programa educativo de las disciplinas o artes del lenguaje gramtica, dialctica y retrica en la formacin de las capacidades humanas bsicas a desarrollar en el humanismo cvico propuesto por el autor. De este modo intentamos identi car las caractersticas de un curriculum que atiende de modo concurrente a nalidades de formacin intelectual y de formacin cvica, cuestin relevante en la sociedad del XVI y en la actual.

    El aporte de este trabajo tiene que ver principalmente con la aproximacin in-tertextual a la obra poltica y los co educativa de Vives, as como a la aplicacin del concepto de humanismo cvico en el anlisis de las disciplinas del lenguaje. Los ms recientes estudios sobre el humanista valenciano han sido el punto de apoyo para la perspectiva desde la que abordamos el tema, en particular el nfasis lings-tico y social que ha destacado Del Nero (1991, 1997, 2008a), los estudios bio-blio-gr cos de Gonzlez (1998, 2007, 2008) que apuntan a los motivos y circunstancias en que se desarrolla la vocacin intelectual y cvica de Vives, la re exin en torno a los orgenes e implicaciones polticas de los escritos los cos vivistas (Fernndez, 1990, 1992, 1998; George, 1989, 1997; Calero, 1999), y la concepcin paci sta de la obra enciclopdica de Vives (Battistini, 1998; Ocampo, 2010).

    Procedemos al anlisis en tres fases. La primera se re ere a la clari cacin conceptual del Humanismo Renacentista en general y del Humanismo cvico en particular; la segunda delimita las obras que son objeto de anlisis; y en la tercera realizamos un anlisis de contenido.

    HUMANISMO RENACENTISTA Y VIDA CVICA

    Para situar los caracteres del humanismo de Vives, destacamos tres rasgos del mo-vimiento del Humanismo Renacentista: 1) el origen cvico del Humanismo, 2) la conformacin de un curriculum lingstico y cient co orientado a la vida cvica, y 3) la vinculacin del cultivo intelectual y la actividad poltica.

    En cuanto al origen cvico, a partir de investigaciones recientes, se ha ubicado el protagonismo en la gnesis del Humanismo en torno a un grupo de notarios y

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    maestros laicos de gramtica del siglo XIII en Padua (Mazzocco, 2006, pp. 215-242). Quienes formaban parte del llamado crculo de prehumanistas participaron en el gobierno comunal, ya fuera en o cios polticos o administrativos (Witt, 2006, pp. 25-26). Tal Humanismo se caracterizaba por utilizar argumentos polticos, ba-sados en las fuentes clsicas, destinados a defender los valores caractersticos de las ciudades-repblica (Skinner, 1985, pp. 55-56). Considerar el origen del Humanis-mo en un grupo activo dentro de la sociedad relacionado al mismo tiempo con la enseanza y las artes del lenguaje, evidencia con ms fuerza el cariz cvico de tal movimiento.

    El segundo rasgo que queremos destacar es la conformacin de los studia hu-manitatis, en los cuales hoy advertiramos una semejanza con lo que llamamos un curriculum. Segn Kristeller (1982, pp. 137-138; 1988, p. 113) los studia humanitatis representan el conjunto de disciplinas literarias: gramtica, retrica, losofa mo-ral, historia y poesa; este grupo de saberes se distinguira por tomar distancia de las materias del quadrivium o matemticas propio de las artes liberales medievales. Desde una perspectiva menos restringida, podemos apreciar que los studia huma-nitatis tambin incluan materias los cas y cient cas, como queda de relieve en las obras de los humanistas como Vergerio y por supuesto en la obra de Vives. En cualquier caso es fundamental la centralidad de las disciplinas del lenguaje.

    Por ltimo, el tercer rasgo, queda patente en la situacin histrica del quattro-cento italiano para la que Baron (1988) acu el concepto de Humanismo cvico, etapa abordada desde la relacin entre ciencia y vida civil por Garin (1982). Du-rante el quattrocento la ciudad-estado de Florencia se haba convertido en el centro principal de los studia humanitatis para toda Europa, y era adems objeto de una activa propaganda como prototipo de la libertad cvica basada en la correlacin entre educacin y participacin cvica (Bowen, 1986, pp. 285-287).

    En este trabajo retomamos el concepto de humanismo cvico para cali car a las obras de Vives. Aunque Vives pertenece al movimiento del humanismo nrdico, que es posterior, tal aplicacin se funda en la aplicacin de una concepcin refor-mulada del humanismo cvico.

    Como hemos sealado, Baron (1988) haba identi cado el movimiento del Humanismo cvico en los intelectuales que compartan ideales republicanos para las ciudades estado-italianas. Sin embargo, recientes estudios han mostrado que tales ideales no eran la norma entre los humanistas italianos, ni las ciudades italia-nas eran las nicas en tener tales modelos antiguos. Ante la di cultad de identi car a la vida republicana como el aspecto esencial del Humanismo cvico, Hankins (1995, pp. 329-330, citado por Blythe, 2000), opta por seguir a Baron en una idea ms esencial: que el Humanismo como programa cultural buscaba algo ms que el

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    cultivo de lo individual, y pretenda comprometer a la erudicin y al aprendizaje en la tarea de formar las virtudes necesarias para la preservacin de la sociedad civil.

    En este sentido nosotros consideramos el Humanismo de Vives como un hu-manismo cvico. Se trata de contenidos intelectuales, morales y cvicos que con-curren en nalidades de formacin ordenadas al bien de personas que viven en una determinada sociedad, estructurada segn diversos modelos ms o menos prximos a formas republicanas o monrquicas.

    OBRAS POLTICAS Y FILOSFICO EDUCATIVAS DE JUAN LUIS VIVES

    En estudios recientes se ha puesto de relieve el carcter nrdico del Humanismo de Vives (Adams, 1962; Charlton, 1965; Curtis, 2008; Dust, 1987; Gonzlez, 2008; Mack, 1993), poniendo de relieve tres caractersticas de nitorias de tal humanis-mo: el paci smo; la integracin coordinada de las tres artes del trivium gramtica, dialctica y retrica, y nalmente el cariz cristiano de tal Humanismo, tanto en sus nes como en sus contenidos.

    Apoyndonos en tal caracterizacin vamos un paso ms adelante para situar, conceptualmente la obra vivista bajo la categora de Humanismo cvico, de tal modo que quede de relieve la estrecha vinculacin entre formacin intelectual y formacin cvica que se aprecia en toda su obra.

    La trayectoria del inters social y poltico de Vives inicia, en pocas tempranas de su biografa, con la publicacin de la preleccin al De legibus ciceroniano (1514), obra a travs de la cual Vives parece haber sido atrado por el llamado del deber cvico. Otras intervenciones tempranas signi cativas consistirn en la redaccin de discursos en latn para las negociaciones de paz entre Espaa y Francia (1517), la realizacin de una edicin comentada del De civitate Dei agustiniano (1520) por encargo de Erasmo, la publicacin en 1519 de Fabula de homine y Aedes legum obras alegricas que ilustran los fundamentos de su futura aportacin al conocimiento de la condicin social del hombre (Fernndez-Santamara, 1992; Gonzlez, 2008); as como la publicacin de las Declamationes Sullanae (1520) donde conjuga la historia con la oratoria, recreando dramticamente una situacin de la Repblica Romana, con nes pedaggicos (George, 1989, pp. 124-151).

    Sus aportaciones intelectuales estn impregnadas de un sentido social y polti-co, como se hace ms evidente en el conjunto de epstolas dirigidas a los gobernan-tes europeos: al Papa Adriano VI (1522), a Juan, obispo de Lincoln y confesor del ilustre rey de Inglaterra (1524), a Enrique VIII (1525). En 1526 rene el conjunto de cartas en un volumen, que titula De Europae dissidiis et Republica, aadiendo el dilogo lucinico De Europa disidiis et bello Turcico, al estilo de Erasmo y Moro.

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    Y como fuente de re exin sobre las virtualidades formativas de la democracia y la monarqua, elabora unas traducciones del griego al latn de dos discursos de Iscrates, Areopagtico y Nicocles, que dedica a Toms Wolsey, cardenal de Inglate-rra. Las epstolas y dedicatorias de las obras, con rman su funcin de consejo, y la composicin del dilogo revela un detallado y actualizado conocimiento de los acontecimientos blicos europeos y sus motivaciones.

    La obra poltica cumbre, objeto de anlisis en este trabajo, es un tratado te-rico sobre la paz, escrito en un contexto particularmente crtico: De concordia et discordia in humano genere (1529), en l realiza una re exin, principalmente tica, apoyada en argumentaciones psicolgicas y sociolgicas, sostenidas en ejemplos tomados de la historia y en la situacin poltica contempornea (Del Nero, 1997). La obra De paci catione (1529), dedicada al inquisidor general en Espaa, es publi-cada en la misma edicin que el De concordia, y se centra en los agentes promotores de la paz y los medios educativos que les ataen. Abelln (1997, pp. 11-36) explica la relacin entre la publicacin de esta obra y el desarrollo de los acontecimientos polticos europeos. Por otra parte, George (1997, pp. 249-263) analiza la prctica retrica que Vives despliega en la dedicatoria dirigida a Carlos V

    En lo que se re ere a los escritos los co-educativos que incluimos en este anlisis, el ms relevante es el De disciplinis (1531), tratado enciclopdico confor-mado por veinte libros organizados en tres grandes partes: De causis corruptarum artium, De tradendis disciplinis y De artibus. La obra De disciplinis es considerada una obra integradora del saber, a partir de una clave organizadora: el lenguaje que, a travs de un particular tratamiento metodolgico, ilumina el modelo enciclopdi-co en su conjunto (Del Nero, 1991, pp. 12-15, 41; 2008a). Adems de su carcter enciclopdico, De disciplinis es tambin considerada una obra poltica paci sta (Bat-tistini, 1988; Ocampo, 2010).

    En la lnea temtica del De disciplinis recuperamos a la obra De ratione dicen-di (1532) que completa el magno tratado sobre las disciplinas, centrndose en el servicio que presta la retrica en la difusin escrita y la enseanza de las artes. De estas dos grandes obras inferimos la propuesta vivista de formacin de las capaci-dades intelectuales y sociales lenguaje, juicio y memoria centrales en su modo de plantear el humanismo cvico. Tanto en De disciplinis como en De ratione dicendi el lenguaje es considerado, en cuanto a su n como un vnculo de unin entre los hombres, y en tanto medio como el instrumento adecuado para la transmisin de las artes.

    La obra De anima et vita (1538), que aqu analizamos, tiene un carcter ms bien psicolgico, basado en la consideracin de que existen estrechas relaciones entre cuerpo y alma (Casini, 2010, Del Nero 2008b); para efectos del anlisis que

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    realizamos, el De anima fundamenta la orientacin social de las capacidades huma-nas, susceptibles de mejora mediante la educacin en las disciplinas del lenguaje.

    GRAMTICA, DIALCTICA Y RETRICA EN LA FORMACIN CVICA

    Lenguaje, juicio y memoria

    Las capacidades humanas para la vida social que son puestas de relieve en la obra poltica vivista, principalmente en el De Concordia, leda sincrnicamente con la obra los co-educativa (De disciplinis) y psicolgica (De anima et vita) son el len-guaje, el juicio y la memoria.

    Para Vives, el lenguaje es el indicio ms claro y evidente de vida social pues es el instrumento ms adecuado para la comunicacin. El habla y la escritura tienen una clara funcin social: sirven a la sociedad actual y son el aglutinante de la vida comunitaria, mientras que la escritura une a los anteriores con los venideros y de muchas pocas hace una sola. Al habla se aade la expresin del rostro, que viene a ser una especie de lenguaje (De concordia, 1782-90a, pp. 197-98; 1997a, pp. 64-65) .1

    El lenguaje es societatis humanae instrumentum, y en congruencia con tal concepcin, en el tratado sobre el arte retrica De ratione dicendi (1532/1998, p.11), equipara la superioridad o e cacia en la vida social con la aptitud para el uso de la palabra.

    En lo que se re ere al juicio, queda bien encadenado con su concepcin del lenguaje, pues en De anima et vita (1538), considera a la mente como la fuente originaria del lenguaje y, partiendo de los diversos tipos de ingenio, describe las variedades en la capacidad de expresin segn resultan de las combinaciones entre pensamiento y lenguaje. La formacin en un lenguaje que sea elocuente y consiga expresar cabalmente lo que se ha concebido en la mente con palabras adecuadas, necesita del ejercicio y la erudicin en dos reas: el perfecto conocimiento de la lengua y la conexin idnea del discurso que se basa en un juicio penetrante, slido y circunspecto (De anima et vita, 1782-90, pp. 369-372; 1992, pp. 153-156).

    Por otra parte, desde la perspectiva del De concordia, la memoria es consid-erada como una facultad del espritu, que hace posible que el hombre trascienda el momento presente, conecte con sus orgenes, conserve el recuerdo de la semejanza

    1 Por la naturaleza del anlisis intertextual que realizamos, las obras de Juan Luis Vives se citan resu-miendo el ttulo y especi cando las fechas de las Opera Omnia editadas por Mayans (1782-90), adems incluimos la traduccin al castellano en la que hemos optado, en casi todos los casos, por los trabajos editados por el Ayuntamiento de Valencia (1997-2001).

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    y naturaleza comn con todos los hombres y de los deberes sociales que todas esas relaciones conllevan. Adems, la memoria acerca de la ayuda recibida empuja al hombre a ser agradecido y hacer lo mismo con sus semejantes (De concordia, 1782-90a, pp. 196-200; 1997a, pp. 63-68). Desde un punto de vista psicolgico trata de la memoria en De anima et vita sin sacar ya estas conclusiones sociales (De anima, 1782-90g, pp. 345-352; 1992, pp. 115-125), pero sern ambas perspectivas, social y psicolgica, las que sostendrn el valor de la memoria en la formacin a travs de las disciplinas, particularmente de la historia. La razn de la funcin social de la memoria, que adems es susceptible de crecimiento, estriba en que la memoria fortalece el hbito de la prudencia, porque conserva la experiencia de la prctica, y la prudencia a su vez perfecciona el juicio que es cabeza de la sociedad (De tradendis, 1782-90d, pp. 262-63, 1997d, p. 31).

    Como mostraremos en los siguientes epgrafes, el lenguaje, el juicio y la me-moria, en su orientacin a la vida social y cvica, son perfeccionadas mediante las artes del lenguaje: gramtica, dialctica y retrica (De causis, 1782-90c, p. 78; 1997c, p. 103). Las artes del lenguaje cumplen una funcin bsica en el desarrollo de las capacidades humanas que son puerta de entrada al saber en dos actos propios de la educacin: el aprendizaje y la enseanza.

    En cuanto al aprendizaje, Vives sostiene que la prctica de las artes del lengua-je forma la mente de los discpulos. Por lo que toca a la enseanza, tienen un papel fundamental pues mediante esta triada de disciplinas se transmiten los preceptos de cualquier rama del saber. Para Vives la enseanza no es solamente una profesin que se ejerce en un entorno escolar, separado de la vida diaria; considera que la enseanza es tambin un ejercicio propio de la vida cvica, cuando se utilizan ade-cuadamente las artes del lenguaje en conjunto con la experiencia. El sabio, el prn-cipe, los dirigentes de las ciudades, los sermoneadores, ayudan mediante la palabra a que los hombres se hagan mejores, cumpliendo as su responsabilidad propia (De tradendis, 1782-90d, pp. 367-368; 1997d, p. 188). Podemos decir que, para Vives, los actos de la educacin son actos de propios de la vida cvica.

    Gramtica

    Una lengua sistematizada, en su uso y enseanza, y que pueda conservarse en el tiempo para recuperar los saberes de pocas de esplendor cultural, es un bien que redunda en la conformacin de vnculos humanos. El lenguaje, as considerado, tiene una relevancia cvica, conviccin que caracteriza al programa de enseanza de la gramtica en la propuesta vivista.

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    Ms espec camente, la gramtica, es para Vives una disciplina que contri-buye a la concordia. Inferimos cuatro aportaciones fundamentales a la enseanza de la gramtica, que se insertan en el que hemos denominado humanismo cvico de Vives: el mtodo de enseanza basado en autores, el uso del latn como lengua comn, la valoracin de la lengua verncula, y la orientacin de la gramtica hacia la lologa.

    En primer lugar el mtodo de enseanza gramatical afecta a la incorporacin de contenidos de cultura cvica. Para la enseanza de la gramtica se haban utiliza-do dos mtodos principales: el que se re ere a la transmisin de los preceptos, que a su vez se han derivado del uso comn del lenguaje, y el que se basa en los textos de los autores que mejor uso han hecho del lenguaje. Con este ltimo mtodo se apren-de por imitacin, y en todo caso se deducen de la lectura los preceptos adecuados. Vase Percival (1988) donde se explica la evolucin de la gramtica y las aportacio-nes de los humanistas. La lectura de autores clsicos, latinos principalmente, remite en general a textos histricos, de poesa y losofa moral, en una tpica formacin para la vida civil. Cicern, es considerado el modelo por antonomasia del buen latn, tan es as que humanistas como Erasmo de Rotterdam criticaron los excesos en la imitacin del romano Cicern, y llamaron a tal defecto ciceronianismo. El mismo Vives rechaza tal extremo. Pero Cicern, al mismo tiempo que un ejemplo en la expresin lingstica, es el hombre que conjuga erudicin y amor al saber con el ejercicio de la actividad poltica y cvica, desarrollada en torno a unas cualidades morales que haban de caracterizar al buen orador. A travs de tales lecturas, fuente de aprendizaje de la gramtica, se fomenta la adquisicin de virtudes en el carcter que puedan servir al bien de la sociedad. En esta lnea Vives escribir sus Ejercicios de Lengua Latina (2005), texto escolar publicado en 1538 con la intencin de cum-plir la doble funcin de aprender la lengua y formar las costumbres. Vives, no con-cibe la posibilidad de utilizar textos insulsos o inmorales para aprender gramtica.

    En segundo lugar Vives, como todo humanista, aboga por el uso de una len-gua comn que rena a los hombres alrededor de la cultura, en aqul espacio ms virtual que fsico, al cual se llamara repblica de las letras. En trminos generales es el latn neoclsico el que cumplira esta funcin. Ms all de su posibilidad ex-presiva, Vives se re ere al latn como un instrumento de unin entre los hombres, porque tener una lengua comn favorece a la concordia, a la difusin de la religin y al avance de las artes (De tradendis, 1782-90d, pp. 298-301; 1997d, pp. 76-79).

    En tercer lugar, Vives reconoce valores educativos y culturales en las lenguas vernculas. Por una parte, la lengua patria es el primer escaln en el aprendizaje lingstico, condicin del correcto aprendizaje de las lenguas clsicas. Al mismo tiempo aprecia a las lenguas vernculas por la relacin de mutuo bene cio que

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    pueden prestarse entre ellas y las clsicas: las lenguas clsicas pueden adquirir la vivacidad de las vulgares mientras que estas ltimas ganan en el rigor y la clari-dad propios de las primeras (De tradendis, 1782-90d, pp. 306-307; 1997d, p. 87; Del Nero, 1991, pp. 52-53). Entre las lenguas vernculas no slo incluye a las lenguas que podran considerarse europeas, sino tambin a la lengua arbiga y las lenguas vernculas de los pueblos agarenos; el aprendizaje de tales lenguas facilitara las relaciones con los in eles, abriendo la posibilidad del intercambio cultural y de transmitirles las verdades de la fe cristiana. En el tratamiento de las lenguas vernculas en relacin con las clsicas tenemos una aceptacin tcita de aprecio por conjugar el pluralismo cultural con la unidad y por tanto un rasgo de su humanismo cvico.

    Respecto a la valoracin vivista de la lengua latina y de las vernculas Coseriu (1977, pp. 66-68) seala que los planteamientos de Vives seran favorables respecto a la pluralidad lingstica y a la concepcin de que la lengua es producto de la cul-tura, del arte y que no existe una lengua natural. Para reforzar el buen aprecio que tena Vives del cultivo de la lengua materna, encontramos la tesis de Calero (2004a, 2004b, 2006; Calero y Coronel, 2009) en la que expone las razones por las que pertenecen a la autora de Vives obras escritas en castellano, hasta ahora atribuidas al anonimato u otros autores.

    Por ltimo, nos referimos a la orientacin de la gramtica hacia la lologa. Los humanistas rescatan el mtodo lolgico, tan utilizado en el perodo helens-tico y se aproximan de este modo a la Antigedad, conjuntando diversos saberes, lingsticos o sobre la realidad. Para Vives, como para los Humanistas, la gramtica no culmina con el manejo de la lengua sino que ampla sus horizontes hasta la lologa, que ha de ser descubierta mediante el conocimiento de fechas y lugares, historia y fbula, proverbios, sentencias y apotegmas, cuestiones domsticas y rs-ticas, y nociones de asuntos civiles y pblicos (De tradendis, 1782-90d, pp. 303-304; 1997d, p. 83). Adems, el estudio de las lenguas y el cultivo de la lologa habilitan ya para profesiones relacionadas con los asuntos pblicos o educativos, ser escriba pblico de la ciudad, desempear magistraturas menores o ejercer de embajador () de ellos sern escogidos algunos que instruyan a otros (De tradendis, 1782-90d, p. 338; 1997d, p. 134).

    Una gran cualidad de la lologa es su carcter de herramienta crtica e inter-disciplinaria, que contribuye no poco a resaltar la historicidad del lenguaje y tam-bin de la cultura. Toda creacin humana, por serlo, est conectada con su propio tiempo, y el considerar esta dimensin temporal, en conjunto con la identi cacin de los aspectos morales y la aportacin de otros saberes, como agotando todos los ngulos desde los que se puede apreciar una misma realidad, dispone a una actitud

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    por la que se tienda a la bsqueda de la verdad, condicin necesaria para la forma-cin del juicio vinculada a la concordia en la vida social.

    La dialctica

    El rechazo del uso exclusivo o preponderante de la dialctica como mtodo para la enseanza y el aprendizaje en las universidades, centr el inters de muchos huma-nistas en el desarrollo de la gramtica y la retrica como medios privilegiados de acceso al saber. Sin embargo, en el humanismo nrdico se integra la dialctica en el conjunto, y uno de los principales exponentes de esta nueva interaccin es Rodolfo Agrcola (1444-1489). En su obra De inventione dialectica, elabor una sntesis de la dialctica y la retrica.

    Una fuente fundamental para el tratamiento que Vives hace de la dialctica es justamente la obra de Agrcola; como veremos en el programa vivista, el arte de la invencin tema central en el De inventione dialctica, es una de las herramientas ms e caces para ejercitar el juicio y por tanto facilita la adquisicin del hbito de la prudencia, condicin humana necesaria para la vida cvica.

    Para comprender la propuesta vivista de la dialctica en su contribucin a la educacin para la vida social, ubiquemos a esta disciplina en el programa de forma-cin de nuestro humanista.

    Despus de haber pasado por el estudio de la gramtica, sigue el arte dialctica en una de sus partes: la crtica de la verdad, mtodo o proce-dimiento para examinar los mecanismos de lo verdadero y lo falso me-diante enunciados simples y compuestos (De tradendis, 1782-90d, p. 345; 1997d, p. 149).

    A continuacin, vendra el estudio de la naturaleza, para el que adems de la recomendacin de autores y textos, indica cmo y con qu n ha de ha-cerse tanto la observacin como la contemplacin de la naturaleza (De tra-dendis, 1782-90d, pp. 347-351; 1997d, pp. 152-160). De este conocimiento emprico de la naturaleza se pasar a la losofa primera para descubrir todo el arti cio que se oculta en la naturaleza (De tradendis, 1782-90d, p. 351; 1997d, p. 160).

    Finalizados estos estudios, vendr la segunda parte de la dialctica: el ins-trumento de probabilidad o el mtodo para encontrar los argumentos (De tradendis, 1782-90d, p. 354; 1997d, p. 165). Inmediatamente despus viene el estudio del arte retrica (De tradendis, 1782-90d, pp. 354 y 356; 1997d, pp. 165 y 169). La invencin tpica vendra a ser el punto nal del pro-

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    grama de dialctica y la conexin inmediata con el arte retrica, siguiente escaln en la ascensin al saber.

    As contextualizada, queda de relieve la funcin singular de la dialctica, que est en parte precedida por el dominio del lenguaje, el conocimiento de la naturaleza, tanto emprico como especulativo, y una cierta experiencia de las cosas, y por otra parte, es el antecedente necesario para el estudio del arte retrica a quien servir como instrumento, asegurando que el arte de la retrica est orientada a hablar con verdad.

    Para cada una de las partes de la dialctica, Vives adems de las indicaciones en De tradendis, ofrece una tercera parte en el De disciplinis, titulada De artibus, que contiene libros relativos a la dialctica: De Censura veri, De Instrumento probabilita-tis, y De disputatio.

    El De instrumento probabilitatis ofrece como herramienta principal el uso de los tpicos, para Vives este es el instrumento que ms ayuda a la formacin del juicio, y por tanto a la prudencia (Mack, 1993, p. 318). Los argumentos se utilizan para descubrir lo que est dudoso, partiendo de lo que es conocido y ofrecer ms certeza; en este descubrimiento ocupa una posicin central el recurso a los lugares argumentales o tpicos. Pasando por los diversos lugares se va desvelando una determinada realidad, como si nuestra mente la viera en el exterior, en el interior, de arriba abajo, por delante y por detrs (De instrumento,1782-90e, p. 86; 1997e, pp. 283-284). La utilidad de los lugares no se limita a la elocuencia sino en general sirve para la vida prctica, para opinar y para vivir (De causis, 1782-90c, p. 113; 1997c, p. 149). En el De instrumento, muestra mltiples ejemplos de aplicacin de la invencin tpica, ejemplos tomados de autores clsicos, paganos y cristianos, y de la vida corriente.

    Considerando otro aspecto de la funcin de la dialctica en la formacin in-telectual y social, veamos cmo para Vives el ejercicio del juicio debe estar unido a una vasta experiencia, a un contenido relevante, de otro modo ese juicio agudo que se desarrolla no contribuye a la formacin de personas prudentes. En este tema, Vi-ves es continuador de la crtica humanista a la dialctica de las escuelas, y considera que una de las causas de corrupcin de esta disciplina es su desconexin con el resto de las artes, en estos trminos: si la dialctica es herramienta de las dems artes, ne-cesita de la materia que otras artes le aporten, o de aquella experiencia, en forma de conocimientos o habilidades, a los que aplicarse (De causis, 1782-90, p. 113; 1997, p. 149). La consecuencia de tal vacuidad es que la dialctica puede apartarse de la verdad, atentar contra la piedad y nalmente no ser de ningn modo til (De causis, 1782-90c, pp. 133-135; 1997c, pp. 175-177).

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    Ya que hemos mostrado al inicio de este apartado la ubicacin curricular de la dialctica, podemos entender mejor el porqu de estas crticas y de qu modo pretende Vives subsanar esta de ciencia de experiencia en el estudiante. Adems de esta advertencia sobre la veracidad que debe estar presente en la prctica de las disputas, Vives insiste en la moderacin. La pertinencia del uso del debate en la prctica educativa es cuestionada por Vives en diversos pasajes de la obra De traden-dis; para algunas materias se propone disuadir de su utilizacin por completo, tal es el caso de la losofa moral. En una visin de conjunto, tomando en consideracin todos los libros del De disciplinis, podemos decir que promueve la moderacin, con un nfasis ms moral o relativo al ethos, que propiamente tcnico.

    La prctica de la disputatio, que poda estimular el ejercicio de la crtica sobre los textos, corra simultneamente el riesgo de perder su nalidad intelectual y degenerar en una ocasin para la ostentacin. El libro De disputatio, ltimo del conjunto De disciplinis, cierra este proyecto educativo enciclopdico recogiendo de modo sistemtico las advertencias que haba venido sealando.

    En primer lugar, pondera a la discusin interior como un medio ms e caz en el esclarecimiento de la verdad que el debate exterior, porque la agudeza de la mente ha de dirigirse primero a la bsqueda de la verdad como enfrentndose cada uno con ella; para esta discusin propone cmo examinar los distintos modos de argumentacin y el modo de objetarlos. En segundo lugar, expone unos consejos para la discusin exterior o debate, no sin antes advertir que con el choque externo se ve perturbada la agudeza de la mente, bien por las pasiones que se levantan, bien por la atencin que se presta a lo de fuera (De disputatione, 1782-90f, p. 78; 1997f, p. 350).

    Podemos concluir que para la formacin de un juicio que sirva a la bsqueda de la verdad, fortalezca el hbito de la prudencia en las relaciones humanas y pro-mueva la concordia ordenada, se precisa de un arte de la dialctica que est conec-tada con las artes que tratan de las cosas, de la realidad, que se practique el ejercicio de la invencin tpica con vistas a su aplicacin en la retrica y la enseanza, y nalmente que se promueva la moderacin en los debates o disputas escolares.

    La retrica

    En la retrica se encuentra el meollo del cambio curricular en el Renacimiento. Durante la Edad Media se haba ubicado a la gramtica y a la lgica como el centro del aprendizaje y en general haba poco inters en la retrica latina clsica. Los humanistas, por su parte, consideraban que aunque los escritores medievales desa-rrollaron sistemas lgicos de pensamiento y todo un lenguaje cient co adecuado,

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    haban abandonado el modo clsico de fusin de pensamiento y expresin unidos a una visin cultural y tica de la sociedad (Grendler, 1991, p. 205).

    Para que podamos dimensionar la importancia de la retrica humanista, nos sirve el dato de Murphy (citado por Monfasani, 1988, p. 172) quien presenta en diversos trabajos el recuento de ms de mil autores de obras sobre Retrica y ms de tres mil tratados sobre esta disciplina durante el Renacimiento; Vives tambin hizo su aportacin en dos trabajos principales: en el De disciplinis (tanto en el De causis como en el De tradendis), y en el De ratione dicendi, un manual centrado en los usos humanistas de la Retrica considerada como un medio adecuado para formar en los ideales y las prcticas propias de la vida civil.

    En consonancia con la tradicin humanista, para Vives la maximizacin del potencial de e cacia social y formativa del lenguaje se consigue mediante la prcti-ca del arte retrica. Las tres nalidades tradicionales de ensear, persuadir y con-mover, cubren el espectro de posibilidades de uso del lenguaje y su necesidad se extiende, en el planteamiento vivista, a las acciones privadas y pblicas. Su funcin dentro del conjunto de las artes se cie a la de ser un instrumento, al igual que la gramtica y la dialctica, siempre al servicio del resto de las artes.

    La palabra gobierna la convivencia en conjunto con la justicia, pero la accin de la primera, que afecta el dominio del espritu y en concreto a sus pasiones, es ms notoria y rpida, a diferencia de la justicia cuya accin es silenciosa y lenta (De causis, 1782-90c, p. 152; 1997c, p. 199). Para que esta palabra sea til a la so-ciedad, y a la formacin del hombre ha de estar vinculada al cultivo de otras artes, a la virtud y a la piedad. La retrica, genuina y autntica, ha de ser por tanto una sabidura elocuente que no puede separarse bajo ningn pretexto, ni de la justicia ni de la piedad (De tradendis, 1782-90d, p. 360; 1997d, p. 175). En relacin con esta concepcin considera a la retrica como la porcin ms importante de la pru-dencia (De tradendis, 1782-90d, p. 357; 1997d, p. 170) idea que desarrolla, en su tratado De ratione dicendi (1532/1998, pp. 4-5).

    Vives advierte la relacin explcita entre lenguaje, juicio y experiencia (con-servada en la memoria), como elementos propios de la cualidad de la prudencia. En esta relacin entre la retrica y la prudencia no quiere Vives decir que la retrica ensee la prudencia, pues sta puede tambin conseguirse por otros medios, pero s que tal virtud se perfecciona mediante el ejercicio en esta arte y que si la prudencia se aplica en la retrica, es decir en el campo donde se conjunta el mximo cultivo del lenguaje, ayuda mejor a la vida humana tanto en lo individual como en su di-mensin social (De causis, 1782-90c, pp. 160-161; 1997c, pp. 210-211).

    El juicio y la experiencia, orgenes de la prudencia (De tradendis, 1782-90d, p. 386; 1997d, p. 215), son mejorados por el estudio de las disciplinas, ya sean las

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    instrumentales o las que se re eren a las cosas, y tambin por las diversas experien-cias de la vida. As, la retrica va precedida por el estudio de la gramtica y de la dialctica que en el decir de Zenn el estoico es como el puo en comparacin con la retrica que es la palma de la mano extendida (De causis, 1782-90c, p. 111; 1997c, p. 146), y se complementa con el estudio del tratado del alma y otros cono-cimientos no constituidos en arte.

    La retrica conecta con toda la cultura que debe poseer una persona segn sus capacidades y responsabilidades. Lejos de ser un recurso fcil para lograr la persuasin, es el medio a travs del cual se pone a prueba la adhesin a la verdad, el deseo de hacer el bien, y la capacidad para resaltar la belleza de una verdad y un bien perseguidos por un discurso o un escrito.

    La valoracin de la palabra, en la medida en que sta comunica saberes y ex-periencia, que han sido elegidos adecuadamente por el juicio, es tpica del proyecto humanista de Vives.

    CONSIDERACIONES FINALES

    El humanismo de Juan Luis Vives puede ser cali cado como cvico en el sentido de que la formacin intelectual, iniciada a travs de las disciplinas del lenguaje, se orienta a la conformacin de un ethos social, de un compromiso con la concordia, la civilidad y la participacin.

    La obra vivista, analizada contextual e intertextualmente, es un modelo que representa la particular funcin del lenguaje en la formacin cvica. Ubicada en el movimiento del Humanismo Renacentista, la propuesta de Vives, nos sirve como paradigma para comprender las propuestas de la Antigedad clsica y para proyec-tar la educacin contempornea.

    En la educacin actual se presentan, en la teora y en la prctica, disyuntivas que tambin fueron estudiadas por Vives y sus contemporneos, entre otras:

    El nfasis en las habilidades de pensamiento contrapuesto a la profundidad en los contenidos, que Vives supera mediante su inters por la adquisicin de experiencia, que se consigue mediante la lectura, el estudio y el con-tacto directo con la realidad. El mtodo es vacuo sin la experiencia, y la experiencia no es til para la vida si no se desarrollan las habilidades para aprovecharse de ella.

    El conocimiento y uso de las lenguas locales, y el uso de lenguas con alcan-ce universal. En este tema Vives aporta siguiendo criterios complementa-rios de concordia, belleza e identidad.

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    El pensamiento crtico contrapuesto a la valoracin de la tradicin. Aqu Vives logra superar dos di cultades, una propia del Renacimiento por la que se identi caba lo antiguo con lo ptimo y lo nuevo con lo psimo, y la segunda nacida en la modernidad por la que se identi ca a lo nuevo con lo ptimo y a lo antiguo con lo psimo. Las crticas de Vives carecen de tales prejuicios y se abren a la consideracin ponderada y aguda de las mejores alternativas.

    Vives intent superar tales aparentes dicotomas y as consigui armonizar con-tenido y forma, perspectiva local y universal, cultura y pensamiento, desarrollo individual y social. Sus planteamientos nos ayudan a iluminar, que no a sustituir, el esfuerzo por buscar las mejores propuestas educativas para nuestras generaciones actuales.

    Fecha de recepcin del original: 19 de diciembre de 2013

    Fecha de aceptacin de la versin de nitiva: 8 de abril de 2014

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