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Las Terribles Marcas de la Piel
Alvarado Escobar Jesús Eduardo
Mejía Rabadán Luis Fernando
Sotelo Benítez Héctor Alfonso
SEMESTRE: 1
GRUPO: A
HISTOLOGIA
Docente: María Teresa García Hernández
Cuernavaca, Morelos a 26 de Mayo del 2015
UNIVERSIDAD DEL VALLE DE CUERNAVACA
Resumen
El acné es una enfermedad inflamatoria del folículo pilo sebáceo originado en la piel.
Existen varios factores que contribuyen en la aparición de acné en la piel, como:
estímulo hormonal (androgénico), aumento de la producción grasa, sobreinfección
por Propionibacterium acnes, hiperqueratinización folicular o inflamación
inespecífica. Esta enfermedad puede afectar principalmente a todos los grupos de
edad, aunque es una enfermedad primordial de los adolescentes. La piel es el
órgano más externo de nuestro cuerpo ya que posee importantes funciones
orgánicas que cumplir.
Key Words: Acné, Piel, Glándulas Sebáceas, Inflamación, Sebo
Introducción
La piel es el órgano más extenso de nuestro organismo. Pero es también es el
órgano más externo y visible, por lo que es nuestra carta de presentación ante los
demás y una muralla de protección frente a posibles agresiones del entorno
La piel está formada por tres capas: la capa exterior se denomina epidermis, y tiene
la función de mantener la piel hidratada y protegernos de la radiación solar; la
intermedia es la dermis, que es la que da elasticidad y flexibilidad a la piel; y la
interior es la hipodermis, o tejido subcutáneo, que contiene numerosas células de
grasa que protegen el organismo
Por ser el órgano más externo de nuestro cuerpo, la piel tiene importantes funciones
orgánicas que cumplir. En la piel se encuentra uno de los sentidos más
desarrollados del ser humano: el tacto.
A través de la piel tomamos contacto con el entorno y percibimos los estímulos que
llegan del exterior, ante lo que nuestro cuerpo emite luego alguna respuesta.
Esto es lo que sucede, por ejemplo, cuando tiritamos ante el frío del ambiente o, por
el contrario, emitimos sudor ante el calor; o cuando reaccionamos rápidamente para
alejar algún insecto que nos está clavando su aguijón en el brazo.
Otra de las funciones fundamentales que desempeña la piel es la de protegernos,
construyendo una especie de muralla entre nuestro organismo y los millones de
bacterias provenientes del medio ambiente que se posan sobre ella.
La patogenia del acné asienta fundamentalmente en las glándulas sebáceas y suele
comenzar normalmente a nivel facial, que será donde actúen las hormonas.
Durante la pubertad, cuando se producen las hormonas sexuales, los andrógenos
van a promover una mayor actividad de dichas glándulas, de modo que sufren un
trastorno consistente en hipertrofia e hiperplasia, es decir, aumenta la producción
celular y crecen las células ya existentes. La consecuencia será que las glándulas
aumentan de tamaño y producen más sebo, que se va depositando en el canal del
folículo pilosebáceo.
Las personas que sufren de acné tienen una producción elevada de sebo, y existe
una correlación entre la producción de sebo y la severidad del acné.
Origina una serie de lesiones que incluyen comedones, como lesión elemental,
además de pápulas, pústulas, nódulos, quistes y cicatrices, con predominio de unas
u otras dependiendo del tipo y de la intensidad del proceso.
Desarrollo
¿Qué es el acné?
La piel Como cualquier otro órgano de nuestro cuerpo se puede enfermar. El acné
es una enfermedad que afecta las glándulas sebáceas. Estas glándulas están
debajo de la piel, y producen una sustancia grasosa llamada sebo, es una patología
que incluye tanto a la glándula sebácea como al conducto sebáceo y al canal
folicular. Estas estructuras han recibido el nombre de unidad pilosebácea.
Los pequeños huecos que encontramos en nuestra piel o denominados poros, se
encuentran conectados a través de las glándulas sebáceas mediante un canal
denominado folículo.
Esta enfermedad de la piel afecta especialmente a los adolescentes en torno a la
pubertad, como consecuencia de cambios hormonales que generan grandes
transformaciones en su desarrollo corporal.
El acné no es una amenaza grave a la salud, pero puede causar cicatrices, se
desarrolla por el grado de desarrollo de las hormonas sobre la piel, formando
estructuras denominadas folículo polisebáceo, que tiene la función de producir grasa
para que la piel se mantenga tersa y no se reseque, además de expulsarla
regularmente al exterior a través de los poros. (1)
Cuando durante alguna etapa de la adolescencia las hormonas se llegan a estimulan
excesivamente a las glándulas sebáceas, éstas aumentan de tamaño y como
consecuencia empiezan a producir más grasa de lo normal, que no puede ser
expulsada en su totalidad.
Esta grasa acumulada obstruye los poros, y hace que se produzcan infecciones
dentro del folículo por la presencia de bacterias, cuya presencia crece en cantidad
por la imposibilidad del organismo de expulsar todo el sebo. Se producen así
inflamaciones, que son lo que conocemos como granos, espinillas y puntos negros o
blancos.(3)
Dentro de los folículos, el sebo transporta células de piel muerta hasta la superficie
de la piel. Cuando se tapa un folículo, se crea un grano o espinilla. La mayoría de los
granos o espinillas se encuentran en la cara, el cuello, la espalda, el pecho y en los
hombros.
Pero, ¿qué es una glándula sebácea?; Las glándulas sebáceas están presentes en
toda la superficie cutánea, excepto en las palmas, plantas y en el dorso de los pies.
Se desarrollan en íntima asociación con los folículos pilosos a los que se encuentran
unidas, excepto en algunas localizaciones en donde se encuentran independientes y
se abren directamente a la piel. Los acinos de la glándula sebácea vierten su
contenido en el conducto sebáceo, que los conduce hasta el canal folicular. El
conducto sebáceo se une con el folículo piloso en la unión entre el istmo y el
infundíbulo folicular.(5)
Propionibacterium Acnés “Los Culpables del Acne”
Aunque el acné no es una enfermedad infecciosa, uno de los microorganismos que
pueden aislarse en las lesiones de acné es fundamental en su patogénesis. Los
microorganismos que colonizan las lesiones de acné son tres: Propionibacterium
acnes, Staphylococcus epidermidis y Pityrosporum ovale. Propionibacterium acnes
es el que tiene un papel más importante en el acné. Dentro de las propionibacterias
existen tres especies que son residentes normales de la piel: Propionibacterium
acnes, Propionibacterium granulosum y Propionibacterium avidum. Son bacilos
difteroides anaerobios gram positivos, y tanto Propionibacterium acnes como
Propionibacterium granulosum son especialmente abundantes en aquellos folículos
con grandes glándulas sebáceas, como los localizados en la cara y la porción
superior del tronco. P. acnes es el principal implicado en el acné, y P. granulosum
desempeña un papel menor. (1)
Dado que son organismos que crecen mejor en condiciones de anaerobiosis o con
concentraciones muy bajas de oxígeno (microaerofilia),son especialmente
abundantes en el interior de los folículos, mientras que Staphylococcus epidermidis
(coco gram positivo) es aerobio y se encuentra cercano a la superficie junto con el
hongo levaduriforme Pityrosporum ovale. El papel de S. epidermidis y P. ovale en el
acné no parece relevante aunque podría existir una relación de simbiosis, de manera
que los productos de uno pudiesen servir de nutrientes para los demás.
Las evidencias principales que implican a P. acnes en el acné derivan por una parte
de la experiencia clínica, y en segundo lugar de la capacidad de P. acnes para
inducir inflamación.
P. acnes puede producir inflamación de diferentes formas. La lipasa producida por P.
acnes contribuye a la hidrólisis de los ácidos grasos esterificados del sebo, con la
consiguiente aparición de ácidos grasos libres que provocan inflamación.
Una de las causas del acné inflamatorio está causado por una reacción de
hipersensibilidad frente a P. acnes que sólo algunas personas serán capases de
poner en marcha esta situación, mientras que otras personas con la misma carga de
P. acnés no desarrollarían esta respuesta inflamatoria.
Las personas que padecen acné de una forma más severa de acné tienen en común
unos títulos elevados de anticuerpos frente a un carbohidrato de la pared celular de
P. acnes, y sin embargo, no se detecta una respuesta inmune intensa frente a otros
productos extracelulares de este microorganismo.
Respuesta inflamatoria en el acné
La respuesta inmunitaria desencadenada en el acné no tiene una función protectora,
ya que el P. acnes no es un patógeno. Por tanto, es muy probable que esta
respuesta sólo tenga un efecto perjudicial al provocar inflamación y daño tisular.
El estudio de la inflamación desencadenada en el acné tiene valor para avanzar en
nuestro conocimiento de la etiopatogenia del acné, pero también es crucial para
desarrollar métodos efectivos de tratamiento.
P. acnes tiene un papel fundamental en el desarrollo de la respuesta inflamatoria
que caracteriza al acné. Sin embargo, ya hemos señalado previamente que debe
existir un factor propio del huésped que explique la aparición de acné en unos
pacientes y no en otros, a pesar de que su producción de sebo y la carga de P.
acnes sea similar.
La exigencia de una especial condición del huésped explicaría también la
predisposición familiar que se ha observado en el acné.
Los estudios realizados sobre el comienzo de la inflamación en el acné han
demostrado que contrariamente a lo que se creía, la alteración del folículo piloso no
es imprescindible para iniciar la reacción inflamatoria. Se ha observado que en las
lesiones más incipientes de acné, a pesar de que el folículo conserva su integridad,
ya se pueden observar las primeras células inflamatorias, sugiriendo que existen
factores mediadores de la inflamación que pueden difundir desde los comedones
intactos hacia la dermis y los vasos circundantes.(4)
P. acnes también produce factores quimiotácticos para los neutrófilos y linfocitos, lo
que junto a la interleucina 8 y el factor de necrosis tumoral alfa contribuye a explicar
el reclutamiento de neutrófilos y linfocitos en las paredes epiteliales de los folículos
pilosebáceos.
La mayoría de estos linfocitos tenían un fenotipo helper (linfocitos CD4
colaboradores). Asimismo, encontraron que la activación del complemento ocurría
de forma temprana en las pápulas del acné. Los hallazgos referidos llevaron a estos
autores a suponer que el evento inmunológico inicial en el acné era una activación
de los linfocitos T colaboradores por un antígeno del P. acnes. Este antígeno posee
un bajo peso molecular y puede, por tanto, difundir desde un microcomedón en el
que aún no se ha producido la ruptura de la pared folicular. Los linfocitos T activados
se encargarían mediante la producción de citocinas de activar a los linfocitos B, que
son los responsables de producir anticuerpos frente al correspondiente antígeno.
Hasta el momento, los anticuerpos encontrados en un grupo de pacientes con acné
nodular severo reconocían en todos los casos un antígeno localizado en la pared
celular del P. acnes con estructura de polisacárido. (4)
La etiopatogenia del acné
Las personas que sufren de acné tienen una producción elevada de sebo, y existe
una correlación entre la producción de sebo y la severidad del acné. La actividad de
las glándulas sebáceas, y por tanto la producción de sebo, se encuentran bajo el
control de los andrógenos, especialmente de la testosterona y la dihidrotestosterona.
Sobre este punto se han realizado varios estudios analizando si existe alguna
alteración hormonal en los pacientes con acné, habiéndose hallado que los varones
con acné no tienen niveles de andrógenos superiores a los que no tienen acné, y en
las mujeres, aunque sí que se han encontrado alteraciones hormonales en un
porcentaje significativo de casos, existe un solapamiento entre los niveles
observados en mujeres con acné y en mujeres normales. (3)
La creencia actual apunta a que la producción elevada de sebo que caracteriza a los
pacientes con acné no se debe, en la mayoría de casos, a alteraciones en los
niveles de andrógenos, sino a una hiperreactividad de las glándulas sebáceas frente
a niveles normales de estas hormonas.
La producción elevada de sebo se interrelaciona con la alteración de la
queratinización, y ambos factores se consideran en la actualidad los factores
fundamentales para el desarrollo de las lesiones iniciales del acné, los comedones.
Las investigaciones sobre la causa de la alteración en el proceso de queratinización
folicular han encontrado una deficiencia de ácido linoleico en el sebo de los
pacientes con acné.
El ácido linoleico es un ácido graso esencial con el cual resultan dotadas las células
de las glándulas sebáceas.
El Comienzo de Las Marcas
El comedón es la lesión inicial del acné; un comedón extraído está compuesto por
una lamela concéntrica de células cornificadas rodeando una zona central
compuesta por queratina, bacterias y sebo, modificando la estructura de la glándula
sebácea.(5)
El ducto sebáceo y el infrainfundíbulo sufren en el acné una alteración en el proceso
de queratinización, produciendo una capa córnea compacta en la que las células no
se desgajan fácilmente unas de otras, como ocurre en los sujetos sin acné.
Esto conduce a la formación de moldes de material córneo en los ductos sebáceos
que son empujados hacia los comedones que se están formando en el
infrainfundíbulo.
De esta manera se forman unas vainas en el interior del comedón en forma de
canales y a través de las cuales circula el sebo hacia la superficie.
En los comedones cerrados, el ostium folicular es muy pequeño, lo que impide que
el material retenido pueda eliminarse hacia la superficie.
Pueden ocurrir entonces dos cosas: si la presión logra abrir el ostium, el comedón
cerrado se convierte en abierto, y consigue drenar su contenido en la superficie; o
bien se produce la rotura de la pared del comedón, lo que inevitablemente lleva a la
formación de una lesión inflamatoria.(1)
Las personas que sufren de acné poseen antecedentes demostrados en donde el
número de comedones cerrados suele ser muy superior al de abiertos, lo que implica
que muchos de los comedones cerrados se inflaman o bien se resuelven
espontáneamente.
Los comedones son estructuras que poseen una pared compuesta por cuatro a ocho
capas de células con los mismos estratos que la epidermis y la pared infundibular,
es decir capa basal, espinosa, granulosa y córnea, y una cavidad quística en la que
existe por una parte una capa delgada de material córneo, dispuesta en la periferia,
de características infundibulares (basófila), y con disposición hojaldrada, y junto a
esto, la mayoría de la cavidad está ocupada por un número variable de capas de
material córneo, eosinófilo, dispuesto en láminas, o bien fragmentado y desordenado
(correspondiente a la vaina sebolemal). (Figura 1)
Una de las características de los comedones es la presencia constante de bacterias
entre el material córneo de la cavidad, aunque el número de bacterias presente es
muy variable.
Glándulas sebáceas y el canal pilosebáceo
Microscópicamente en las zonas en las que existe un menor número de glándulas
sebáceas éstas suelen ser unilobulares, mientras que en las zonas con una mayor
densidad, como la cara, existe gran variabilidad de un folículo a otro, pudiendo existir
desde pequeñas glándulas unilobulares hasta glándulas de mayor tamaño con
Figura 1. Estructura de un comedón: en la periferia se observa una pared compuesta por cuatro a ocho capas de células con los mismos estratos que la epidermis y la pared infundibular, y una cavidad quística en la que existe por una parte una capa delgada de material córneo, dispuesta en la periferia, de características infundibulares, es decir basófila y con disposición hojaldrada, y junto a esto, la mayoría de la cavidad está ocupada por un número variable de capas de material córneo, eosinófilo, dispuesto en láminas, o bien fragmentado y desordenado (correspondiente a la vaina sebolemal).
múltiples lóbulos. La estructura de la glándula sebácea está constituida por varios
lóbulos que convergen mediante ductos independientes hasta el ducto excretor
común. Cada lóbulo está formado por acinos que contienen células que se
diferencian progresivamente, cargándose de lípidos hacia el centro del acino hasta
que se desintegran por completo. (2)
Las glándulas sebáceas son holocrinas, esto es que su secreción está formada por
la desintegración de las células glandulares. Se encuentran compuestas por tres
tipos de células con diferente localización en el seno de la glándula y que
representan, asimismo, un diferente estadio evolutivo en la diferenciación celular:
células indiferenciadas, diferenciadas y maduras (Figura 2).
Figura 2 Esquema demostrativo de los tres tipos de células presentes en la glándula sebácea.
En el ser humano, el tiempo medio de tránsito de las células desde su formación en
la capa basal hasta su desintegración es de 7,4 días. Las células indiferenciadas o
germinales forman una única capa, que es la más periférica del lobulillo, y se
encuentra apoyada sobre la membrana basal. La maduración de estas células se
produce de forma muy brusca, de manera que la segunda capa de células ya son
sebocitos con vacuolas lipídicas en el citoplasma. A medida que estas células se
diferencian se van cargando de lípidos y se van aproximando al centro de la
glándula. El envejecimiento celular, o mejor dicho la progresiva maduración de las
células, se aprecia igualmente por los cambios que sufren los núcleos de los
sebocitos, que son redondeados durante varias capas y se van arrugando hacia el
centro del lobulillo.
La acumulación de lípidos lleva a la desintegración de las células y su contenido
constituye el sebo. En el momento de su formación el sebo conserva todavía los
límites celulares de los sebocitos anucleados, que finalmente se pierden para formar
un material amorfo eosinófilo.
En los folículos sebáceos el epitelio que tapiza el acroinfundíbulo es similar al de la
epidermis, aunque se aprecia un adelgazamiento de la capa córnea hacia la porción
inferior.
El epitelio del infrainfundíbulo posee unas características distintivas: una capa
granulosa apenas visible y una capa córnea muy delgada, compuesta por dos o tres
capas de células que se separan fácilmente de las vecinas para mezclarse con la
masa compuesta por sebo y bacterias presente en el canal folicular.
El conducto sebáceo es un tubo corto, tapizado por un epitelio con cuatro o cinco
capas de células espinosas que presenta capa granulosa en su mitad más externa,
pero no en la más profunda.
Composición del sebo humano
La mayor parte de los lípidos presentes en la superficie de la piel en el período
neonatal y en la edad adulta derivan del sebo producido por las glándulas sebáceas.
Los principales constituyentes del sebo humano son, en orden decreciente, los
triglicéridos, ésteres de la cera y escualeno (tabla 1). La proporción de colesterol y
ésteres de colesterol en el sebo humano es pequeña, ya que la vía de síntesis del
colesterol en las células de las glándulas sebáceas humanas se encuentra
bloqueada a nivel del escualeno. (3)
El escualeno no se produce en la epidermis, y allá donde se encuentra es un
indicador de la presencia de sebo. El escualeno se encuentra en el sebo de unas
pocas especies, además de la raza humana. Las pequeñas cantidades de colesterol
en el sebo proceden de la circulación o es colesterol sintetizado por las células de la
capa basal de los acinos sebáceos antes de iniciar su diferenciación.
En contraste, como ya hemos mencionado, el colesterol es uno de los componentes
principales del estrato córneo.
Tabla 1. Composición de los lípidos de la epidermis y de la glándula sebácea
Funciones del sebo humano
Aunque se han atribuido diferentes funciones al sebo, lo cierto es que su papel
exacto no se conoce.
No parece que los lípidos del sebo tengan un papel relevante en la función barrera
de la piel, ya que en aquellas edades en las que no existe prácticamente secreción
de sebo, como en los niños prepuberales, no existe ningún problema en la función
de barrera de la piel.
Algunas evidencias apuntan a que el sebo pudiera tener un papel en la regulación
del crecimiento de algunos microorganismos, y por tanto en la defensa frente a
ciertas infecciones cutáneas. Se ha comprobado in vitro que algunos ácidos grasos
libres presentes en la superficie cutánea son capaces de inhibir el crecimiento de
algunas bacterias patógenas, como Staphylococcus aureus.
El papel inmunorregulador que algunos autores han atribuido al sebo. Según esta
teoría, la inflamación desencadenada por P. acnes facilitaría el desarrollo de una
respuesta de hipersensibilidad retardada frente a otros antígenos.
En esta línea, los pacientes con acné se encontrarían protegidos frente a ciertas
neoplasias como el melanoma o las leucemias, que se han observado con menor
frecuencia en ellos.
Tipos de Acné
COMEDÓN CERRADO O PUNTOS BLANCOS
Es una pequeña elevación de la superficie cutánea, de consistencia dura y color
blanquecino-amarillento; a veces es difícil de visualizar el orificio folicular, por lo que
es necesario distender la piel para observarlo. El factor comedogénico que inicia el
proceso todavía es controvertido, aunque la misma secreción grasa parece ser la
responsable. La queratinización secundaria del óstium folicular parece inducida por
este sebo.
COMEDÓN ABIERTO O PUNTOS NEGROS
Denominado vulgarmente espinilla consiste en un punto negruzco, plano o elevado
sobre la piel, que ocupa el poro folicular. Está compuesto fundamentalmente de
queratina y lípidos. El número de comedones abiertos puede ser variable, no
guardando relación con la intensidad y extensión del proceso. El color negro
característico está producido fundamentalmente por pigmentación mecánica.
PAPULAS
Es una lesión o tumor eruptivo que se produce en la piel, sin la aparición de pus ni
serosidad. Este abultamiento es de pequeño tamaño de forma casi redondeada que
sobresale del nivel de la piel con una consistencia dura. Dicha elevación es
ocasionada por un incremento de las células de la dermis, epidermis o incluso de
ambas y se manifiesta en muchas afecciones dermatológicas como el liquen plano o
la urticaria. (Figura 3)
Figura 3: En dermis observa una reacción inflamatoria perivascular e intersticial de células mononucleadas con abundantes eosinófilos.(Hematoxilina-eosina, x 40.)
El motivo de la aparición de las pápulas se debe al Propionibacteriumacnei, presente
en los folículos .Esta bacteria produce una hidrólisis de los triglicéridos, aumentando
los ácidos grasos libres. Las lipasas bacterianas, las enzimas proteolíticas
leucocitarias y los ácidos grasos libres producen en el folículo un efecto inflamatorio
que es el responsable de la aparición de las pápulas y pústulas
PUSTULAS
Etimológicamente la palabra pústula proviene del latín “pustŭla”. La real academia
define la palabra pústula como vejiga inflamatoria de la piel llena de pus; o sea son
pequeñas lesiones donde en el interior de la epidermis, casi siempre en un poro o
folículo piloso se acumula liquido o pus, este aparece en la piel en la parte superior
de una zona infectada o inflamada con aspecto casi siempre redondeado.
Dichas pústulas se forman con la grasa corporal y células que se unen y endurecen
sobre la piel; se crean cuando las glándulas cabeceas producen sebo en exceso.
Las grasas excedentes manan de la piel a través de los folículos sebáceos
combinados con las células que se escamaron en los alrededores se instalan en la
terminación de los folículos transformándose en un tapón que bloquea los poros de
la piel; el continuo flujo de grasa y de células muertas que tapan los folículos se
transforman en puntos con elevaciones que aparecen en la superficie de la piel
como pequeños puntos usualmente de color blanco denominados pústulas, Estas
lesiones pueden ser causadas por varias enfermedades como el acné, la foliculitis,
sífilis secundaria, entre otras; y pueden presentarse en cualquier zona del cuerpo.
ACNÉ NODULAR
Los nódulos son lesiones inflamatorias profundas, a veces más palpables que
visibles, recubiertas de piel normal o eritematosa, que producen dolor. Suelen
abscesificarse y se resuelven dejando cicatrices inestéticas o formaciones fistulosas.
La piel afectada muestra entonces un color intenso y visible que va desde el rosado
al rojo oscuro o a la hiperpigmentación. Suelen acompañarse de lesiones de aspecto
quístico, por lo que se le ha de-nominado
ACNÉ NODULAR SEVERO
Los nódulos pueden llegar a alcanzar varios centímetros de diámetro y producir
grandes abultamientos en la zona afectada. Cuando se rompen, bien
espontáneamente o bien de forma terapéutica, expulsan un contenido viscoso,
amarillento-sanguinolento, habitualmente estéril. Las zonas más afectadas son la
cara (99%), espalda (60%) y centro del tórax (20%).
Tratamiento del acné
El tratamiento del acné está encaminado a corregir los factores etiológicos que
contribuyen a su desarrollo, es decir, regular la secreción sebácea, evitar la
obstrucción del folículo piloso y la formación del comedón, así como disminuir la
población bacteriana.
Dentro de los medicamentos clásicos en el tratamiento tópico del acné in-cluiremos
el resorcinol, el azufre y el ácido salicílico. De todos ellos, sólo el ácido salicílico ha
demostrado su capacidad comedolítica. Por otra parte, el resorcinol se absorbe y
puede producir efectos secundarios sistémicos severos.
RESORCINOL
Es un derivado fenólico ampliamente utilizado en dermatología por suspropiedades
antipruriginosas, queratolíticas y antimicóticas. En el acné se utiliza en forma de
lociones, cremas y pastas secas a concentraciones entre5% y 15%, combinado
con ácido salicílicico a similar concentración. A mayor concentración tiene un
marcado efecto peeling.
Por vía tópica en un excipiente alcohólico es absorbido hasta el 3%. A las dosis y
concentraciones utilizadas en el acné parece ser inocuo, pero ha demostrado
importantes efectos secundarios sistémicos aplicado en superficies extensas en
niños yen úlceras de extremidades inferiores.
ACIDO SALICILICO
Es otro de los remedios tradicionales para el tratamiento del acné, casi siempre
asociado a la resorcina y azufre, y en una concentración entre el1% y el 5%. Actúa
mediante distintos mecanismos:
Efecto queratolítico, favoreciendo la descamación y la disminución del número de
comedones, aunque con menor potencia que el ácido retinoico.
ANTIANDROGENOS
Los antiandrógenos orales como el acetato de ciproterona combinado con estradiol
desempeñan un papel importante en el tratamiento de las pacientes con acné,
incluidas aquellas con el metabolismo androgénico alterado. Desde el punto de vista
tópico se ha utilizado el acetato de cinc a una concentración del 1,2%, ya que parece
ser que inhibe la 5-Α reductasa impidiendo el paso del 15-30% de testosterona a
dihidrotestosterona. Suele utilizarse asociado a eritromicina al 4%, ya que de esta
forma añadimos el efecto antibiótico y antiseborreico de esta última. También el
empleo de espironolactona al 5% es de utilidad en el tratamiento local del acné.
Las Secuelas
El acné, en muchos pacientes, no termina con la última lesión inflamatoria.
Cicatrices y trastornos de la pigmentación pueden convertirse en secuelas y frente a
las cuales algunos reaccionan con indiferencia o resignación, mientras que otros
demandan una solución activa más allá de los métodos de camuflaje o la mejoría
inducida por el paso del tiempo.
El cirujano dermatológico ante esta situación debe valorar varios factores:
expectativas del paciente, tipo de cicatrices, localización y medidas terapéutica
disponibles.
Al igual que frente a otros procedimientos cosméticos, valorar la motivación y
expectativas del paciente es un punto crítico. El paciente debe entender con toda
claridad que la eliminación completa de las cicatrices y la recuperación del aspecto
previo al inicio del acné es algo, en muchos casos, fuera de toda posibilidad.
Conclusión
Al conocer los aspectos histológicos que conforman a este padecimiento (acné) la
patogenia es multifactorial y algunos factores determinantes, son el aumento de la
producción sebácea y la respuesta inflamatoria inmune. El acné se presenta
clínicamente como lesiones no inflamatorias y lesiones inflamatorias. Debido a esto
es importante hacer conciencia propia de nuestra higiene para que de esta forma no
se presente dicho padecimiento, también es indispensable conocer y clasificar los
distintos tipos de acné para que así nos permita a nosotros como estudiantes
relacionar el conocimiento adquirido durante el curso de la materia y la relación con
otras materias (Inmunologia, Anatomía, Bioquímica). Siendo un tema de importancia
ya que al ser un fenómeno de la actualidad, nosotros podemos obtener el
conocimiento necesario para entender la fisiopatología de este padecimiento crónico
degenerativo.
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