Agotamiento y Anamorfosis

4
El agotamiento es tanto una inflexión como un punto de crisis, una zona donde las cuestiones pueden cambiar, extenderse o quedarse estancadas. Como metáfora social es una constante en el cine chileno del último año que está presente en varios niveles y desde distintos tratamientos artísticos: pasa por lo institucional, lo político, como también por las relaciones humanas y por un estado general de pesantez. Ese estado de agotamiento/estancamiento parece estar polarizado entre dos límites. Por un lado el de un trauma que es frontera y clausura y, por el otro, desde la distancia cínica, la posibilidad de un lente anamórfico para poder vernos de otro modo, desde otro lugar. De lo político. Un documental inquieto por las formas de lo político y el ambiente social de las movilizaciones durante y después del 2011, que habla de un agotamiento en lo político. La aguda observación de Propaganda del Colectivo Mafi debe entenderse como señal de alerta respecto de las formas cristalizadas y fatigadas de la política de los consensos en un clima cultural de malestar. El retrato del marketing y la fábrica televisiva, la lucha de clases y de discursos traspasan los cuidados encuadres y las relaciones entre los planos construidas desde el montaje en un documental de inspiración Dziga-Vertoviana y cierta distancia analítica e irónica, que habla de la crisis que recorre la democracia chilena y alicaído sistema de representación que termina con las propagandas políticas en la basura y las urnas de votación vacías. vals En tanto El Vals de los inútiles, de Edison Cajas, también registra el cambio del paisaje social y político desde la perspectiva del movimiento estudiantil, centrado en un seguimiento a la toma del 2011 del Instituto Nacional y la acción pública de 1.800 horas de maratón por la educación. Con un punto de vista “desde adentro” y una clara apuesta por la dimensión afectiva de la política, el documental de Cajas es también un retrato de la frustración de un movimiento cuya demanda de fondo –una educación igualitaria y estatal– nunca fue resuelta. De la institución. Volantín cortao, de Anibal Jofré y Diego Ayala, y Matar a un hombre, de Alejandro Fernández Almendras, parecen también estar hablando de tiempos sociales y frustración social. Ambos filmes tienen en común la dimensión burocrática de la institución y la posibilidad –o no– de subvertirla, ir más allá de ella. En ese sentido promueven el postulado de una imaginación respecto de la institución y lo social. STILL-2-Volantín-Cortao

description

agotamiento cine chileno

Transcript of Agotamiento y Anamorfosis

Page 1: Agotamiento y Anamorfosis

El agotamiento es tanto una inflexión como un punto de crisis, una zona donde las cuestiones

pueden cambiar, extenderse o quedarse estancadas. Como metáfora social es una constante en el

cine chileno del último año que está presente en varios niveles y desde distintos tratamientos

artísticos: pasa por lo institucional, lo político, como también por las relaciones humanas y por un

estado general de pesantez. Ese estado de agotamiento/estancamiento parece estar polarizado

entre dos límites. Por un lado el de un trauma que es frontera y clausura y, por el otro, desde la

distancia cínica, la posibilidad de un lente anamórfico para poder vernos de otro modo, desde otro

lugar.

De lo político. Un documental inquieto por las formas de lo político y el ambiente social de las

movilizaciones durante y después del 2011, que habla de un agotamiento en lo político. La aguda

observación de Propaganda del Colectivo Mafi debe entenderse como señal de alerta respecto de

las formas cristalizadas y fatigadas de la política de los consensos en un clima cultural de malestar.

El retrato del marketing y la fábrica televisiva, la lucha de clases y de discursos traspasan los

cuidados encuadres y las relaciones entre los planos construidas desde el montaje en un

documental de inspiración Dziga-Vertoviana y cierta distancia analítica e irónica, que habla de la

crisis que recorre la democracia chilena y alicaído sistema de representación que termina con las

propagandas políticas en la basura y las urnas de votación vacías.

vals

En tanto El Vals de los inútiles, de Edison Cajas, también registra el cambio del paisaje social y

político desde la perspectiva del movimiento estudiantil, centrado en un seguimiento a la toma del

2011 del Instituto Nacional y la acción pública de 1.800 horas de maratón por la educación. Con un

punto de vista “desde adentro” y una clara apuesta por la dimensión afectiva de la política, el

documental de Cajas es también un retrato de la frustración de un movimiento cuya demanda de

fondo –una educación igualitaria y estatal– nunca fue resuelta.

De la institución. Volantín cortao, de Anibal Jofré y Diego Ayala, y Matar a un hombre, de

Alejandro Fernández Almendras, parecen también estar hablando de tiempos sociales y

frustración social. Ambos filmes tienen en común la dimensión burocrática de la institución y la

posibilidad –o no– de subvertirla, ir más allá de ella. En ese sentido promueven el postulado de

una imaginación respecto de la institución y lo social.

STILL-2-Volantín-Cortao

Page 2: Agotamiento y Anamorfosis

En el caso de Volantín cortao se trata de clases sociales, instituciones y bordes, y narra la relación

entre Paulina (estudiante de trabajo social) y Manuel, en un centro de reinserción social. En dos

relojes distintos, pero con un tiempo en común, la película aborda la dificultad de desarrollo y

socialización de ambos en el espacio institucional. Ante las expectativas laborales que se van

frustrando, Paulina empieza a reaccionar contra el centro y las distintas exigencias burocráticas

que les son exigidas. El filme asume cierto efecto “lumpenizante” donde el contrato con la

institución parece ser apenas un mecanismo de débil subsistencia en una vida social sin

expectativas de inserción ni desarrollo personal. Desarmante, pesimista, la película filma los

espacios de precariedad social, en un marco donde las instituciones sociales… no logran instituir.

En Matar a un hombre se trata del seguimiento de Jorge, un padre de familia de clase media,

amedrentado por un maleante en un barrio de los suburbios de Chillán y quien ante la falta de

protección policial y jurídica decide tomarse la justicia por sus propias manos. La película marca

dos cosas. En primera instancia: la desigual justicia en un aparato estatal cuya burocracia recae

sobre el más débil. Por otro, la idea de que ante este descampado, se trataría de una guerra de

“todos contra todos” donde los valores de clase habrían desaparecido. Frente a esto Fernández

Almendras no busca causas sino hechos, acciones y efectos. La rabia que un poco maniqueamente

el director nos hace sentir (identificándonos con el protagonista desde una suerte de victimismo)

se devuelve en culpa social, trauma y, finalmente, imposibilidad de salir de la justicia.

matar

Realismo traumático. Junto con el correcto retrato realista de los espacios intermedios entre

clases sociales e instituciones, Fernández Almendras postula también un realismo traumático

generado por el efecto del crimen y la imposibilidad de huir del peso de la muerte. Luego de su

encuentro con el cadáver, la materialización de su propio acto, enfrentado al límite de sí mismo,

Jorge no deja de repetir e instalarse en una zona de indeterminación. Aquí la película que nos ha

llevado en un ritmo ahogante pero firme, se detiene y pareciera no poder salir del impacto de su

propia acción. El cadáver flota en un punto muerto narrativo que es también una muerte

extendida al propio protagonista, algo de lo que no se puede huir.

las_ninas_quispe_the_quispe_girls_5

Page 3: Agotamiento y Anamorfosis

Pesimismo, pesantez e incluso alegoría es también lo que está en Las niñas Quispe de Sebastián

Sepúlveda, una película basada libremente en la obra Las brutas de Juan Radrigán, pero aún mas

enfáticamente en las hermanas Quispe halladas muertas durante los primeros meses del golpe, en

un tono cinematográfico que adhiere a la ritualidad, al páramo y la tierra desde un arcaísmo social,

sin esperanza. El plano final, performance de muerte por parte de las dos hermanas, produce una

especie de punto cerrado, una puerta sin salida, donde la ficción parece terminar de forma

abrupta y frontal al espectador, un plano obtuso donde nuevamente no hay un cierre simbólico, si

no pura herida expuesta.

¿Agotamiento metafórico? ¿Ficciones cerradas? ¿Puntos que limitan una imaginación

cinematográfica, que fracturan lo real?

soym

Anamorfosis. La ironía como salida, búsqueda de una mirada anamórfica o lateral. Soy mucho

mejor que voh de Che Sandoval es más de lo que parece en una primera mirada. Comedia negra

ambientada en la noche santiaguina, es también el retrato de lo que sucede al interior de los

modos sociales, las fracturas afectivas, subjetivas y relacionales que en la repetición, el tic, el

soliloquio también radiografían cierto estado de los “patios interiores” de Chile. Quizás el aporte

mayúsculo –aunque debo decir que me sedujo la apuesta cinematográfica del desvarío y la

errancia– sea el hecho del habla, un habla dislocada, garabatera y lasciva que en su dimensión

social, se vuelve un habla sexualizada, y a la vez reprimida y violenta, donde Naza es el derrotero

del exitismo chilensis en la búsqueda incesante de poner su pene en alguna vagina. Sin embargo es

en el lente cinematográfico donde lo literal se transgrede a favor de la paraodia al machismo

fracasado, y desde ahí, una radiografía síntomas sociales del “espacio intermedio” de la socialidad.

rockers

Los Rockers, el documental de Matías Pinochet, está también filmado con soltura, y es en el

seguimiento a las expectativas frustradas de una banda de rock “media” donde Pinochet encuadra

también los hábitos y el “espacio intermedio” de la socialidad. Al igual que en Soy mucho mejor

que voh es en el detalle donde asurge lo monstruoso, la lupa donde el absurdo aparece en toda su

dimensión: una manager vinculada a agrupaciones de izquierda los lleva a tocar a reuniones

sociales donde el estilo de la banda no cuaja, entre medio de las desmotivaciones de los propios

Page 4: Agotamiento y Anamorfosis

personajes, así también el llamado “auto-complot”, donde esta comedia documental se vuelve

hilarante.

Desde la posibilidad de una lateralidad, el documental de Matías Pinochet es también el del

agotamiento de la institucionalidad artística y el límite de los imaginarios culturales que se

establece en ese “roce” entre la conciencia punk/rockera y las reuniones sociales de izquierda que,

en un correlato con Propaganda y sus urnas vacías, parecen un viejo espacio de ruina, un

monumento a la falla y por ende el estancamiento social de la imaginación política.

Iván Pinto