Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios: motivaciones y estilos de afrontamiento Este artículo evalúa las relaciones entre el consumo de bebidas alcohólicas, la tipología del bebedor, las motivaciones para beber y los estilos de afrontamiento en un grupo de universitarios de uno y otro género, de los primeros años de estudios de una universidad privada en Lima. Los resultados confirman que el uso de bebidas alcohólicas es frecuente y moderado en la mayoría de estos jóvenes (55%), sobre todo en los hombres. Sin embargo, se encuentra un grupo de bebedores problemáticos importante (22%) que no debe dejarse de lado. Asimismo, los jóvenes que más beben reportan mayores problemas referidos a su consumo. Los motivos para beber se convierten en un elemento relevante respecto a la cantidad de alcohol consumido y los problemas relacionados. tipología del bebedor / motivaciones para beber / estilos de afrontamiento / bebida alcohólica Alcoholic beverage consumption in college students: motivations and coping styles The relationship between consumption of alcoholic beverages, the typology of the drinker, motivation for drinking, and coping styles in a group of both male and female university students of the first years of study in a private university in Lima, were evaluated. The results confirm that the use of alcoholic beverages is frequent and moderate among the majority of these young people (55%), especially among men. Nevertheless, we find a significant group of problematic drinkers (22%) that should not be ignored. Likewise, the youngsters who drink more report major problems related to their consumption. The motivations for drinking become a relevant element with respect to the amount of alcohol consumed and related problems. typology of drinkers / motivations for drinking / coping styles /alcoholic beverage Dirección de la autora: [email protected] Cecilia Chau Universidad de Lima Lima, Perú Persona 2, 1999, 121-161

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Consumo de bebidas alcohólicas enestudiantes universitarios: motivaciones yestilos de afrontamiento

Este artículo evalúa las relaciones entre el consumo de bebidas alcohólicas, latipología del bebedor, las motivaciones para beber y los estilos de afrontamientoen un grupo de universitarios de uno y otro género, de los primeros años deestudios de una universidad privada en Lima. Los resultados confirman que el usode bebidas alcohólicas es frecuente y moderado en la mayoría de estos jóvenes(55%), sobre todo en los hombres. Sin embargo, se encuentra un grupo debebedores problemáticos importante (22%) que no debe dejarse de lado.Asimismo, los jóvenes que más beben reportan mayores problemas referidos a suconsumo. Los motivos para beber se convierten en un elemento relevante respectoa la cantidad de alcohol consumido y los problemas relacionados.

tipología del bebedor / motivaciones para beber / estilos de afrontamiento / bebida alcohólica

Alcoholic beverage consumption in college students: motivations andcoping stylesThe relationship between consumption of alcoholic beverages, the typology of thedrinker, motivation for drinking, and coping styles in a group of both male andfemale university students of the first years of study in a private university in Lima,were evaluated. The results confirm that the use of alcoholic beverages is frequentand moderate among the majority of these young people (55%), especially amongmen. Nevertheless, we find a significant group of problematic drinkers (22%) thatshould not be ignored. Likewise, the youngsters who drink more report majorproblems related to their consumption. The motivations for drinking become arelevant element with respect to the amount of alcohol consumed and relatedproblems.

typology of drinkers / motivations for drinking / coping styles /alcoholic beverage

Dirección de la autora: [email protected]

Cecilia Chau

Universidad de LimaLima, Perú

Persona 2, 1999, 121-161

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Durante los últimos veinte años se haregistrado en los países desarrolladosun alto grado de preocupación por elaumento de la disponibilidad de diver-sas sustancias psicoactivas y el incre-mento de los problemas sanitarios y le-gales derivados de su consumo. Sinembargo, los profesionales vinculadosal estudio de las conductas adictivas,consideran que es absolutamente nece-sario volver a prestar atención a la pro-blemática generada por el alcohol.

El consumo excesivo de bebidas alco-hólicas en la población universitaria hasido objeto de diversos estudios enprácticamente todos los continentes.Tales investigaciones comenzaron amediados de los años setenta en los paí-ses industrializados, posteriormente, apartir de 1980, diferentes estudios re-velaron los altos niveles de consumo ylos problemas asociados a su abuso enlos estudiantes universitarios (O’Co-neell & Patterson, 1989).

Las investigaciones sobre el consumode sustancias psicoactivas, incluido elalcohol, llevadas a cabo en nuestro me-dio, y que abarcan la población total,comenzaron a realizarse a finales de ladécada de los setenta, sin diferenciargrupos específicos.

En los últimos estudios realizados porCEDRO (Centro de Información yEducación para la Prevención del Abu-so de Drogas) (1993, 1997) se observaun patrón de consumo que se caracte-riza por el uso generalizado de bebidasalcohólicas y, en segundo término, del

tabaco; y, según Saavedra (1997), en elPerú el alcoholismo constituye la prin-cipal dependencia a sustancias psicoac-tivas, la que produce los mayores estra-gos, tanto a nivel personal y familiar,como social y comunitario.

Cabe señalar que las investigacionessobre el fenómeno de uso de drogas enel Perú son principalmente de corteepidemiológico (Jutkowitz, Arellano,Castro De La Mata, Davis, Elinson, Je-rí, Shaycoft y Timaná, 1987; Ferrando,1990, 1991; CEDRO, 1993, 1997), rea-lizadas en una población general de 12a 50 años. Además, se han hecho estu-dios en población escolar (Sotomayor,1976; Huamán, Tueros y Villanueva,1983; León, Ugarriza y Villanueva,1989; Villanueva, 1989a; Ferrando,1992; Villanueva, 1996).

Sin embargo, se han realizado pocostrabajos en grupos específicos, comolos universitarios. En este sentido, Fe-rrando (1991) se aproxima a la edadcomprendida por quienes cursan unacarrera universitaria, al investigar a jó-venes de 17 a 24 años, encontrando quela prevalencia de vida del alcohol (usode una sustancia alguna vez en la vidade una persona), entre adolescentes de15 y 17 años era de 61%, y 89% entrelos de 21 y 24 años.

Los aspectos psicológicos relaciona-dos al consumo de bebidas alcohólicasentre los universitarios como grupo es-pecífico han sido poco estudiados. Espor ello que surgió el interés de investi-gar y conocer las características de es-

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tos jóvenes que entre los de 19 y 24años reportan uso actual y reciente delalcohol en un 52,4%, siendo mayor laprevalencia de vida del alcohol en loshombres que en las mujeres (CEDRO,1997).

Si bien son muchos los factores quecontribuyen a que una persona beba al-cohol, se considera que el origen co-mún a esta conducta es motivacional(Cox & Klinger, 1988). Por otro lado,el modelo de afrontamiento señala queciertos tipos de “esfuerzos conductua-les y cognitivos que hace el individuopara hacer frente al estrés” (Lazarus yFolkman, 1986), podrían disminuir oincrementar el riesgo de abuso del al-cohol, cuando otros factores de vulne-rabilidad están presentes.

TIPOLOGÍA DEL BEBEDOR

La medición de conductas relaciona-das con el alcohol entre los adolescen-tes comparte algunas similitudes con lade los adultos, así como también mues-tra algunas diferencias. Por ejemplo, aligual que en la literatura sobre adultos,las investigaciones recientes sobre ado-lescentes se han centrado en la hetero-geneidad de las conductas relacionadasa la bebida, que incluyen no sólo elconsumo en sí mismo, sino también lasconsecuencias sociales adversas y lossíntomas de dependencia al alcohol.Estos modelos multidimensionales delas conductas del adolescente relacio-nadas con el alcohol han dado lugar dedos a seis dimensiones, y tres de ellas

son relativamente invariables en todoslos estudios. Estas tres dimensiones serefieren a la intensidad del consumo dealcohol, a las consecuencias negativaso adversas, y a los síntomas de depen-dencia, tales como la pérdida de con-trol (Windle, 1996).

Windle en 1996 propuso una tipolo-gía del bebedor para adolescentes queestá influida por los enfoques epide-miológicos del alcohol en adultos, conrespecto a la gradación continua en laconducta de beber, incluidos los pro-blemas con la bebida. Se aleja de laconceptualización clásica dicotómicade los criterios diagnósticos.

Se propone que esta aproximación enla medición centrada en la gradacióncontinua podría ser más sensible en laconducta de beber en los adolescentes,que los sistemas diagnósticos estánda-res o los enfoques unidimensionales(alcohol consumido). El enfoque tipo-lógico propuesto podría captar de formamás adecuada las sutiles variaciones enel involucramiento con el alcohol entrelos adolescentes que otras aproximacio-nes. Estas variaciones podrían a su vezreflejar vías etiológicamente distintas,identificar riesgos diferenciales para eldesarrollo del alcoholismo en el adulto,y sugerir medidas de prevención e in-tervenciones alternativas para distintassubpoblaciones de adolescentes. Estapropuesta es primordial, si se considerala limitada eficacia de los esfuerzospreventivos actuales desarrollados conlos adolescentes, en los cuales se ha re-

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currido mayoritariamente a interven-ciones uniformes, en lugar de conside-rar el grado de involucramiento con elalcohol.

El Instituto de Medicina de EstadosUnidos en 1990 (Windle, 1996) reportóque la proporción de adultos bebedo-res-problema, en relación con los de-pendientes del alcohol, era aproxima-damente de 4 a 1. Se estima que estaproporción es mayor entre los adoles-centes. El bebedor problemático ha si-do definido como el individuo que abu-sa del alcohol, pero que no es alcohóli-co (Madrigal, 1998). Desde la perspec-tiva clínica, Windle (1996) plantea queuna distinción más importante debe ha-cerse entre los adolescentes cuyo con-sumo es intenso y problemático. A pe-sar de ser discutible, esta distinción seubica como fundamental para distin-guir entre aquéllos que, al menos ac-tualmente, parecen ser capaces de con-sumir cantidades relativamente gran-des de alcohol, con pocas consecuen-cias adversas, y aquéllos que consumentambién grandes cantidades de alcohol,pero tienen un gran número de conse-cuencias adversas.

Desde el punto de vista clínico, la ti-pología de Windle presenta ventajas:entre otras, permite centrarse en posi-bles diferencias entre los bebedoresproblema y los bebedores intensos, dis-tinción que podría ser útil para identi-ficar a aquéllos que necesitan interven-ción intensiva y extensiva; y ofrece ca-racterísticas identificables que permi-

ten definir un inicio temprano, incre-mento y mantenimiento de un consumoproblemático. La tipología también po-dría ser utilizada para ubicar adoles-centes bebedores moderados e intensosque si bien, actualmente, no manifies-tan consecuencias negativas relaciona-das con el alcohol, podrían estar enriesgo de devenir en consumidores pro-blemáticos.

Para evaluar las gradaciones con res-pecto a los niveles progresivos de invo-lucramiento con el alcohol, Windle ela-boró la tipología del bebedor, quecuenta con cinco categorías que abar-can desde el abstemio al problemáticoy su consumo en los últimos 30 días. Elabstemio es aquél que no ha consumi-do un trago; el bebedor ligero es el queha consumido al menos un trago peromenos de diez; el moderado es aquélque ha consumido diez o más tragospero menos de 45; el bebedor intensoha consumido más de 45 tragos o haconsumido seis o más tragos en al me-nos cada una de las tres últimas ocasio-nes en que consumió. Por último, el be-bedor problemático es aquél que haconsumido más de 45 tragos o ha con-sumido seis o más tragos, en al menoscada una de las tres últimas ocasionesen que consumió y ha reportado cincoo más problemas con el alcohol en losúltimos seis meses. Cada trago equiva-le a 350ml de cerveza (que es igual auna lata de cerveza o a 10-11gr de eta-nol).

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El criterio utilizado para la categori-zación se basó en tres índices: a) el ín-dice de la frecuencia/cantidad estándarque refleja el número promedio de on-zas de etanol consumidas por día; b) elnúmero de episodios de abuso (beberseis o más tragos en una ocasión) y c) elnúmero de problemas con el alcohol(principalmente, consecuencias socia-les adversas asociadas a su consumo).Los cortes para el índice de la frecuen-cia/cantidad y el número de los días deconsumo intenso fueron consistentescon la literatura existente (OMS,1994a).

Existen también los criterios plantea-dos por The National Institute on Alco-holism and Alcohol Abuse (NIAA)(Schorling & Buchsbaum, 1997), querecomienda no más de 14 tragos por se-mana en los hombres (el equivalente aocho botellas grandes de 620ml de cer-veza) y siete en las mujeres (o cuatrobotellas grandes de 620ml de cerveza).Se define la categoría riesgo de consu-mo como el nivel de consumo que, alser sobrepasado, puede conducir a con-secuencias adversas sobre la salud peroque, en el tiempo presente, no generasuficientes efectos adversos que cubranlos criterios de abuso o dependencia.

MOTIVOS PARA CONSUMIR BEBIDAS

ALCOHÓLICAS

Cox y Klinger (1988) postularon unmodelo motivacional del uso de alco-hol en el que señalaron que el origen deesta conducta es motivacional, debido

a que una persona decide consciente oinconscientemente consumir o no unabebida alcohólica, de acuerdo a si es-pera que las consecuencias afectivaspositivas de beber tengan un mayor pe-so que aquéllas de no hacerlo. La moti-vación para beber está estrechamente li-gada con los incentivos que tenga lapersona en otras áreas de su vida, y alos cambios que ésta experimenta a raízde ellos. Esto no quiere decir que losautores dejaron de reconocer que exis-ten otros factores que favorecen el com-portamiento de consumo de alcohol.

En el caso de la motivación para usarbebidas alcohólicas, ha sido demostradoque las expectativas acerca de los efec-tos del alcohol están presentes desde an-tes de que la persona lo consuma (Chris-tiansen, Golman & Inn, 1982). Éstas in-fluyen dramáticamente en la motivaciónde las personas para hacerlo y en losefectos sobre su comportamiento.

Existen dos maneras en las que el usodel alcohol puede traer cambios afecti-vos y, con respecto a éstas, hay dos ti-pos de efectos correspondientes que laspersonas esperan obtener al beber. Laprimera es a través del efecto químicodirecto del alcohol sobre las emociones.Langenbucher y Natahn (Cox & Klin-ger, 1988) señalaron que el alcoholtiene efectos sobre el humor, que gene-ralmente es descrito como reducción dela tensión. En general, puede decirseque las personas consumen alcohol máspor las expectativas que tienen sobresus efectos (distensión), que por la ac-

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ción farmacológica del alcohol en sí(Marlatt & Rohsenow, 1980). Lasegunda manera es indirecta. Ésta seproduce cuando el alcohol juega unpapel instrumental como incentivo enla interacción social de la persona parala obtención de una meta. Un incentivose convierte en una meta cuando unapersona se compromete a seguirlo,adquiriendo un estado motivacionaldistintivo (Klinger, 1975, Klinger,1977). Por ejemplo, muchas variablessociales influyen indirectamente en elproceso de ingerir alcohol, ya que estaconducta es instrumental en el logro dela aceptación de las amistades.

Asimismo, beber alcohol, especial-mente en cantidades excesivas, cambiael afecto de las personas, su motivaciónpor incentivos y su posterior motiva-ción para beber o no más alcohol. Loanterior se entiende como la tendenciaque tiene un organismo para seguir in-centivos positivos por los cuales sesiente atraído e incentivos negativos,que se rechazan.

Es así que Cox y Klinger (1988,1990) propusieron una estructura paracategorizar los motivos del consumo, alo largo de dos dimensiones subyacen-tes que reflejan la valencia (positiva onegativa) y la fuente (interna o externa)de los resultados que un individuo es-pera obtener cuando bebe. Las perso-nas podrían beber con el fin de obtenerun resultado positivo (reforzamientopositivo) o evitar uno negativo (refor-zamiento negativo). Incluso podría res-

ponder a recompensas internas, talescomo el manejo de los estados emocio-nales; o a recompensas externas, talescomo la aceptación social y la aproba-ción. Al cruzar estas dos dimensionesse obtienen cuatro clases de motivos: a)generados internamente: los motivos dereforzamiento positivo (beber para es-timularse, elevar el estado de ánimo osentirse bien); b) generados externa-mente: los motivos de reforzamientopositivo (beber para obtener aceptaciónsocial); c) generados internamente:motivos de reforzamiento negativo(beber para reducir o regular las emo-ciones negativas), y d) generados ex-ternamente: los motivos de reforza-miento negativo (beber para evitar lacensura social o el rechazo).

En las investigaciones de los últimosaños sobre los motivos relacionadoscon el consumo, los estudios se han fo-calizado sólo en dos de ellos: beber pa-ra regular el afecto negativo y beberpara obtener recompensas sociales po-sitivas (llamados motivos de afronta-miento y motivos sociales, respectiva-mente). Como consecuencia de ello, seconoce menos sobre el consumo de al-cohol como una forma de estimularse,elevar el estado de ánimo, o para evitarcostos sociales (llamados motivos deestimulación y motivos de conformi-dad).

Cox y Klinger en 1988 y Cooper en1994 han reportado que los motivos so-ciales están más relacionados con eluso de alcohol ligero, infrecuente, no

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problemático y en situaciones sociales;mientras que los motivos de afronta-miento están más relacionados con ca-racterísticas de consumo intenso, pro-blemático y solitario. En estudios conadolescentes la evidencia sugiere quebeber para elevar el estado de ánimopodría ser un importante factor motiva-cional a tomar en cuenta.

En relación con los motivos de con-formidad, pocos adolescentes avalaronestas razones para su consumo, y esosmotivos estuvieron poco relacionadoscon el uso frecuente o intenso de alco-hol. Sin embargo, entre los adolescen-tes más jóvenes (12 a 14 años) estosmotivos y el consumo de bebidas alco-hólicas, podría ser predictivo de su usoentre ellos (Cox & Klinger, 1988; Coo-per, 1994).

Complementando los conceptos yapresentados, tenemos que Cooper et al.definieron en 1995 los motivos deafrontamiento para el uso de alcoholcomo maneras estratégicas de escapar,evadir o, de lo contrario, regular emo-ciones negativas. Por el contrario, losmotivos de estimulación implican eluso estratégico de alcohol para aumen-tar los estados afectivos positivos y seasume como un comportamiento emiti-do para lograr un estado deseado. Losmotivos para consumir son vistos co-mo determinantes del consumo.

A partir de este planteamiento se su-giere que las estrategias efectivas de in-tervención pueden diferir en función delos procesos motivacionales subyacen-

tes. Así, por ejemplo, las intervencio-nes dirigidas a reducir los niveles deestrés y que ofrecen formas alternati-vas para su afrontamiento, pueden serbeneficiosas entre individuos que de-penden del alcohol como una forma deenfrentarse a sus emociones negativas.En contraste, proporcionar fuentes al-ternativas de estimulación placentera otécnicas cognitivas de reestructuración(Beck, 1995) dirigidas a alterar las ex-pectativas por los efectos reforzadoresdel alcohol, puede ser más apropiadopara individuos que beben principal-mente para aumentar la experienciaemocional.

AFRONTAMIENTO EN CONSUMIDORES

DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS

Conceptualización del afrontamiento

La definición clásica o teoría transac-cional proviene de Lazarus y Folkman(1986), quienes entienden el afronta-miento como un proceso, una relacióncambiante entre la persona y un con-texto; es de carácter dinámico e irá va-riando según como se despliegue la si-tuación. Lo plantean de la siguienteforma:

Definimos el afrontamiento como aque-llos esfuerzos cognitivos y conductualesconstantemente cambiantes que se desa-rrollan para manejar las demandas espe-cíficas externas y/o internas que sonevaluadas como excedentes o desbor-dantes de los recursos del individuo (p.164).

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Lazarus y Folkman inicialmenteplantearon los tipos de afrontamiento,enfocados en la emoción y en el pro-blema:• Focalizarse en el problema. Se pre-

senta cuando la persona busca cam-biar la relación existente, sea alejan-do o disminuyendo el impacto de laamenaza.

• Focalizarse en la emoción. Estádirigido a disminuir o eliminar lasreacciones emocionales desencade-nadas por la fuente estresante. Asu-me que la situación tiene una condi-ción estresante que es inmodificabley por ello centra toda su atención endisminuir el malestar emocionalque se va a generar.

En los últimos años se ha ampliadoesta posición sugiriéndose otros tipos:• Estrategias diseñadas para cam-

biar el significado del estresor. Im-plican que van a controlar el signifi-cado de los eventos estresantes,neutralizando cognitivamente laevaluación de amenaza, pérdida odaño. Se plantean algunas estrate-gias:– Realizar comparaciones positi-

vas: se puede plantear que mu-chos otros experimentan esas si-tuaciones de estrés.

– Ignorar selectivamente: tratar deolvidar el problema pues existenotros aspectos más importantesen la vida.

– Disminuir la importancia delevento (no magnificarlo).

– Hacer esfuerzos por crear signi-ficados positivos a un estresor(re-aprecio cognitivo).

Estilos de afrontamiento y consumode bebidas alcohólicas

Las aproximaciones teóricas a la rela-ción entre afrontamiento y uso de sus-tancias psicoactivas difiere de los mo-delos estrictamente conductuales, enlos que se interpreta el uso de sustan-cias como una conducta aprendida, ad-quirida y mantenida en respuesta a lasseñales y presiones sociales; o de losmodelos de desviación, los cuales in-terpretan el uso de dichas sustanciascomo una forma de conducta desviadamotivada por el rechazo de los valoressociales convencionales y la adopciónde un estilo de vida desviado (Jessor &Jessor, 1977). Si bien los modelos deafrontamiento no rechazan esta eviden-cia, postulan la existencia de otros fac-tores que predicen el incremento deriesgo en la persona.

Se presentan tres posiciones básicasacerca de las funciones del afronta-miento, en el uso de sustancias, deriva-das del conocimiento de los efectos fi-siológicos de su uso y de los estudiosde los motivos percibidos para usar ta-baco y alcohol (Pandina, Johnson &Labovie, 1992).

La primera de ellas postula la regu-lación directa del afecto, esto es que lasustancia produce cambios en los esta-dos afectivos. Por ejemplo, el modelode reducción de la tensión por el uso de

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alcohol, postula que éste reduce la an-siedad. La segunda, postula que el usode sustancias proporciona distracciónde los problemas, a través de los proce-sos fisiológicos que operan desviandola atención, temporalmente, de la con-ciencia displacentera. La última sugie-re que el uso de sustancias proporcionauna mejor performancia a través de losefectos fisiológicos en el arousal uotros mecanismos.

La literatura de los modelos de las ex-pectativas, especialmente los derivadosdel uso de alcohol, representan algunascombinaciones de estas funciones delafrontamiento. Uno de ellos es el mo-delo transaccional de Lazarus y Folk-man (1986) y Lazarus (1991). Esta teo-ría asume implícitamente que los indi-viduos tienen expectativas sobre laprobable efectividad de las respuestasde afrontamiento en su repertorio deconductas. El modelo predice que am-bos tipos de afrontamiento (centradoen el problema y en la emoción) sonprotectores, pues el afrontamiento cen-trado en el problema, en el caso del usode sustancias psicoactivas, reduce elnivel de problemas que podría crear elestrés, y el afrontamiento centrado enla emoción reduce el nivel de malestar(distress) emocional interno.

Procesos de afrontamiento: modelosde aproximación-evitación

En este modelo la principal distinciónes entre las respuestas que involucraninversión de esfuerzo al tratar con el

problema versus respuestas en las cua-les la persona no invierte esfuerzos(Carver et al., 1989; Endler & Parker,1990). Respuestas tales como afronta-miento focalizado en el problema (tam-bién llamado conductual o acción di-recta), afrontamiento cognitivo (tam-bién llamado evaluación) y afronta-miento social (búsqueda de soporte so-cial) son todos agrupados bajo el mo-delo afrontamiento de aproximación,debido a que ellos involucran inversiónactiva de esfuerzo en el proceso deafrontamiento.

En contraste, se encuentra el afronta-miento evitativo que incluye respuestastales como distracción, abandono, de-sentendimiento mental y conductual,enfocar y liberar emociones. En algu-nos estudios, el uso de drogas y medi-cación está explícitamente incluido enesta categoría, debido a que se agrupanempíricamente con otros mecanismosevitativos (Rohde, Lewinsohn, Tilson ySeeley, 1990).

Los resultados de estos modelosmuestran en principio que los afronta-mientos de aproximación son másadaptativos, mientras que los afronta-mientos evitativos no lo son (Blech-man & Wills, 1992; Stone, Greenberg,Kennedy-Moore Newman, 1991). Elsupuesto implícito es que la mayor in-versión de esfuerzo en el afrontamien-to, conducirá a mejores resultados.

El modelo de afrontamiento del abu-so de sustancias propuesto por Wills yHirky en 1996 integra los conceptos

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antes discutidos. Asume que una per-sona puede incrementar el riesgo deluso de sustancias debido a factores detemperamento (alto nivel de actividad),factores sociales (un ambiente con po-cos modelos adaptativos de habilidadesde afrontamiento), o factores estresan-tes (muchos eventos de vida negati-vos). Estos factores antecedentes incre-mentan la vulnerabilidad debido a queelevan el malestar (distress) subjetivo,reducen el reforzamiento del ambientesocial y hacen que el uso de sustanciasse perciba como más atractivo. Estasfunciones del afrontamiento incluyenregulación de los estados afectivos ydistracción de la conciencia displacen-tera de la situación.

Lo interesante de este modelo es quepostula que tipos particulares de afron-tamiento pueden incrementar o dismi-nuir el riesgo para el abuso de sustanciascuando los factores de vulnerabilidadestán presentes. Los tipos de afronta-miento evitativo son predictivos en elincremento del riesgo debido a que elindividuo no está dispuesto a tratar conlas situaciones problemáticas, pero enlugar de ello busca caminos de menorresistencia hacia la restauración del ba-lance afectivo. La persona tenderá aafrontar negando la existencia de losproblemas y buscando distracción de laconciencia del displacer. En este caso, eluso de sustancias como mecanismo deafrontamiento podría ser más probable.

En contraste, los tipos activos deafrontamiento son predictivos de la

disminución del riesgo. Una aproxima-ción hacia la solución de problemas, esmás probable que resuelva las situacio-nes problemáticas, incremente los sen-timientos de autoeficacia y autoestima,y atraiga a otros a ayudar en el procesode solución de problemas.

Estilos de afrontamiento y uso dealcohol

Los modelos teóricos del aprendizajesocial conceptualizan el uso de alcoholcomo un método general para afrontarlas demandas de cada día, que puedellegar a ser maladaptativo si es usadoexcesivamente (Evans & Jo Dunn,1995; Cooper, Russel, Skinner, Frone &Mudar, 1992). Particularmente los indi-viduos vulnerables son los que carecende las habilidades de afrontamiento re-queridas o la confianza para movilizarlos recursos necesarios para ejercercontrol sobre las tareas demandadas.Además, la probabilidad de uso de al-cohol se incrementa cuando un indivi-duo mantiene expectativas positivas eintensas sobre los efectos del alcohol,tales como lograr resultados valiososrelativos a su consumo. A menos querespuestas más adaptativas de afronta-miento sean aprendidas, la dependen-cia al alcohol para afrontar las deman-das situacionales probablemente conti-nuará en el tiempo, y conducirá a de-pendencia física y psicológica (Marlatt,1988; Evans & Jo Dunn, 1995).

Muchos estudios sugieren que los es-tilos generales de afrontamiento pue-

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den moderar el impacto de los eventosestresantes de vida y el subsecuenteuso del alcohol. De las respuestas deafrontamiento disponibles, las estrate-gias activas, focalizadas en el problema(Lazarus & Folkman, 1984) son parti-cularmente beneficiosas (Finney &Moos, 1992). En contraste, los indivi-duos que emplean la evitación, res-puestas de afrontamiento focalizadasen la emoción, probablemente beberánen respuesta a las demandas (Billings yMoos, 1982; Finney & Moos, 1992).

Marlatt (1988) ha relacionado el con-cepto de evaluación cognitiva y la teo-ría de la autoeficacia de Bandura, paraentender las recaídas en personas conun consumo excesivo de alcohol. Deacuerdo con la teoría de la autoeficacia(Bandura, 1997), cuando un pacienteentra en una situación de alto riesgopor recaída alcohólica, se produce unproceso cognitivo mediante el cualevalúa su desempeño en dicha situa-ción. El proceso de la evaluación cog-nitiva culmina con la formación de unjuicio eficaz, el cual media en la con-ducta de consumo. La teoría de la auto-eficacia sugiere que no es el consumode alcohol per se el responsable de unarecaída total.

En la evaluación cognitiva, el juiciode un individuo sobre el estrés relativoa las situaciones de alto riesgo es un te-ma importante a ser tratado. Marlatt(Annis & Davis, 1985), utilizando elmodelo de Lazarus (1966) sobre la eva-luación primaria y secundaria en el pro-

ceso de afrontamiento, ha relacionadola autoeficacia con el estrés percibidoen una situación de alto riesgo. Obser-vando la similitud entre los juicios de laautoeficacia y la evaluación secundaria,Marlatt argumenta que cuando el even-to que está ocurriendo es significativo(evaluación primaria) y las respuestasde afrontamiento son consideradascomo menos adecuadas para manejar lasituación (evaluación secundaria), seexperimenta el estrés psicológico. Bajoestas circunstancias, el individuo tienealtas probabilidades de recurrir a labebida debido a que es la respuesta quedominó previamente en la jerarquía deafrontamiento. Por lo tanto, el procesode evaluación tiene una doble función:primero, determinar cuál de las situa-ciones ha sido previamente manejadacon un consumo excesivo de alcohol, ysegundo, evaluar las expectativas ac-tuales acerca de la adecuación de losrecursos de afrontamiento.

Las estrategias de afrontamiento alestrés juegan un rol importante enaquellos sujetos que consumen regular-mente alcohol y tabaco en varias for-mas: a) el uso es consistente o puedeser una parte integral de las respuestasde afrontamiento diseñadas para evitar,rechazar u olvidar el estresor; b) el usotendrá mayor valor reforzante para per-sonas que carecen de otros métodos pa-ra afrontar el estrés que para aquéllosque manejan un amplio rango deconductas de afrontamiento (Simons,Conger & Whitbeck, 1988); y c) las es-

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trategias de afrontamiento, incluyendoel rechazo, evitación y distracción sonmétodos frecuentemente efectivos paratratar con las situaciones estresantes.

Los individuos ansiosos interpretan elsignificado de las situaciones, magnifi-cando la proporción de las consecuenciasposibles de temores propios percibidos.Los adolescentes se encuentran normal-mente preocupados con los cambios deeste período y la ansiedad adicional po-dría ser alentada por sobreestimacionesdel costo de no tener éxito en las tareasde la adolescencia (Denoff, 1988).

Algunas investigaciones recientes sehan centrado en las influencias positi-vas y negativas que podrían ejercer enla adaptación las distintas respuestas deafrontamiento. Los adolescentes, aligual que los adultos, manifiestan es-trategias de afrontamiento tales comosolución de problemas, regulaciónemocional y la evitación. Los hallaz-gos, consistentemente, han mostradoque las estrategias de solución de pro-blemas están asociadas con el funcio-namiento adaptativo y han sugeridoque el afrontamiento centrado en laemoción, reflejo de una mala regula-ción emocional (preocupación, culpar-se a sí mismo, evidenciar de forma ina-propiada las emociones negativas), seasocia con una mayor disfunción afec-tiva, conductual y social, y con las con-ductas de consumo de alcohol y de dro-gas (M. Windle & R. Windle, 1996).

A partir de lo revisado nos propusi-mos llevar a cabo un estudio descripti-

vo/correlacional acerca de las motiva-ciones y estilos de afrontamiento en jó-venes universitarios que consumen be-bidas alcohólicas.• Objetivo general.- Identificar las re-

laciones entre el consumo de bebi-das alcohólicas, la tipología del be-bedor, las motivaciones para hacer-lo, los problemas relacionados conla bebida y los estilos de afronta-miento en un grupo de universita-rios de uno y otro género que cursanlos primeros años en una universi-dad privada en Lima.

• Objetivos específicos– Describir las características del

consumo de bebidas alcohólicasen función del tipo de bebida,cantidad, frecuencia, lugares deconsumo y experiencias de exce-so, así como presentar las carac-terísticas de la tipología del be-bedor según género.

– Identificar los estilos de afronta-miento en los universitarios con-sumidores y no consumidores debebidas alcohólicas.

– Identificar los motivos que sub-yacen al consumo de bebidas al-cohólicas y los problemas rela-cionados con el consumo deéstas.

– Determinar las posibles relacio-nes entre la cantidad de alcoholconsumido, los motivos para be-ber y los estilos de afrontamientoen los consumidores de bebidasalcohólicas según género.

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– Determinar las posibles relacio-nes entre la tipología del bebe-dor, los motivos para beber, losproblemas relacionados y los es-tilos de afrontamiento según gé-nero.

En el presente estudio se consideranlas siguientes definiciones concep-tuales. Las definiciones operacionalesse reflejan en los instrumentos respec-tivos.Definiciones conceptuales• Estilo de afrontamiento.- Se usa la

conceptualización desarrollada porLazarus y Folkman en 1986. Se de-fine como una respuesta o conjuntode respuestas a eventos externos es-tresantes o depresivos, que la perso-na elabora en forma abierta o encu-bierta. El proceso se refiere a que lapersona inicia sus esfuerzos pensan-do cómo puede enfrentar esta situa-ción, para luego ejecutar la acciónpertinente. Posteriormente, la per-sona también va a evaluar el afron-tamiento ejecutado.Carver et al. (1989) propusieron 13escalas que se presentan a conti-nuación:

• Escalas de afrontamiento orientadoal problema– Afrontamiento activo. Se define

como el proceso de ejecutar ac-ciones directas incrementandolos esfuerzos con el fin de apar-tar o evitar el estresor o aminorarsus efectos negativos.

– La planificación. Implica pensaren cómo manejarse frente al es-tresor organizando estrategias deacción, pensando qué paso to-mar y estableciendo cuál será lamejor forma de manejar el pro-blema.

– La supresión de actividadescompetentes. Se refiere a dejar delado o, incluso, dejar pasar otrosproyectos o actividades evitandoser distraído, con la finalidad depoder manejar el estresor.

– La postergación del afronta-miento. Consiste en esperar has-ta que se presente la oportunidadapropiada para actuar sobre elproblema, evitando hacer algoprematuramente.

– La búsqueda de apoyo social porrazones instrumentales. Consisteen buscar en los demás consejo,asistencia e información con elfin de solucionar el problema.

• Escalas de afrontamiento orientadoa la emoción– Búsqueda de apoyo social por

razones emocionales. Consisteen buscar en los demás apoyomoral, empatía y comprensióncon el fin de aliviar la reacciónemocional negativa.

– La reinterpretación positiva ycrecimiento. Consiste en evaluarel problema de manera positiva,otorgándole connotaciones favo-rables a la experiencia en sí mis-ma y en otros casos asumiéndola

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Page 14: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

como un aprendizaje para elfuturo.

– La aceptación. Engloba dos as-pectos durante el proceso deafrontamiento. El primero serealiza durante la fase de evalua-ción primaria cuando la personaacepta que la situación estresan-te realmente existe, y el segundotiene lugar durante la evaluaciónsecundaria y consiste en aceptarla realidad como un hecho con elque se tendrá que convivir yaque no se podrá modificar.

– La negación. Consiste en rehu-sarse a creer que el estresor exis-te o tratar de actuar pensando co-mo si el estresor no fuera real.

– Acudir a la religión. Es la ten-dencia a volcarse a lo religiosoen situaciones de estrés, con laintención de reducir la tensiónexistente.

• Otras escalas de afrontamiento– Enfocar y liberar emociones.

Consiste en focalizarse en lasconsecuencias emocionales de-sagradables que se experimentaexpresando abiertamente estasemociones.

– Desentendimiento conductual.Consiste en la disminución delesfuerzo dirigido al estresor,dándose por vencido, sin inten-tar lograr las metas que el estre-sor está interfiriendo.

– Desentendimiento mental. Im-plica que la persona permite que

una amplia variedad de activida-des la distraigan de su evalua-ción de la dimensión conductualdel problema o de la meta que elestresor está interfiriendo.

• Tipos de consumo de bebidas alco-hólicas. Windle (1996) utiliza unatipología para evaluar las gradacio-nes con respecto a los niveles pro-gresivos de involucramiento con elalcohol. El criterio utilizado para lacategorización fue derivado de tresíndices:– El índice estándar de canti-

dad/frecuencia que refleja el nú-mero promedio de onzas de eta-nol consumidas por día.

– El número de episodios de beberen exceso: seis o más tragos enuna ocasión.

– El número de problemas con elalcohol, principalmente conse-cuencias sociales adversas aso-ciadas con su uso.

Los cortes para el índice canti-dad/frecuencia y el número de díasde beber excesivamente fueron con-sistentes con aquellos mencionadosen la literatura (OMS, 1994a); unode los cortes se basó en cinco o másproblemas relacionados con el alco-hol en los últimos seis meses, enaproximadamente el percentil 80entre los sujetos que no fueron abs-temios. Se presentan cinco cate-gorías:– Abstemio. No ha consumido un

trago en los últimos 30 días.

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– Bebedor ligero. Ha consumidoal menos un trago, pero menosde diez tragos en los últimos 30días.

– Bebedor moderado. Ha consu-mido más que, o igual a diez tra-gos, pero menos de 45 tragos enlos últimos 30 días.

– Bebedor intenso. Ha consumido45 o más tragos en los últimos30 días; o seis o más tragos en almenos cada una de las tres oca-siones en los últimos 30 días.La Organización Mundial de laSalud (OMS, 1994a) define laconducta de beber excesivamen-te, en términos de excederse decierto volumen diario (tres tra-gos al día), o cantidad por oca-sión (cinco tragos en una oca-sión, al menos una vez a la se-mana).

– Bebedor problema. Ha consumi-do 45 o más tragos en los últi-mos 30 días o ha consumido seiso más tragos al menos en cadauna de las tres ocasiones en losúltimos 30 días y ha reportadocinco o más problemas con elalcohol (faltar a la escuela debi-do al alcohol, desmayarse) en losúltimos seis meses.La Organización Mundial de laSalud define los problemas conel alcohol como cualquier rangode acompañantes adversos rela-cionados con el consumo de al-cohol. Es importante señalar que

“relacionado” no implica nece-sariamente causalidad. El usodel término puede referirse yasea a un bebedor individual o ala sociedad, y fue acuñado por elComité de Expertos de esta Or-ganización en 1979.

• Motivos para beber. Son las razo-nes dadas para el consumo de bebi-das alcohólicas, que se puedenagrupar en motivos de estimulación,motivos de afrontamiento, motivosde conformidad y motivos sociales(Cooper, 1994).Los motivos de estimulación sonaquéllos generados internamente ypor reforzamiento positivo. Se bebepara elevar el afecto positivo, el es-tado de ánimo o sentirse bien. Losmotivos sociales son aquéllos gene-rados externamente y por reforza-miento positivo. Se bebe en celebra-ciones sociales. Los motivos deafrontamiento son generados inter-namente y por reforzamiento nega-tivo. Se bebe para reducir o regularlas emociones negativas. Los moti-vos de conformidad son generadosexternamente y por reforzamientonegativo. Se bebe para evitar la cen-sura social o rechazo.

MÉTODO

Muestra

El universo de estudio de la investi-gación estuvo conformado por alum-nos de ambos géneros, con un rango de

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

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edades de 17 a 35 años. Ellos pertene-cieron al primer año de Estudios Ge-nerales de una universidad privada enLima.

La mitad de los participantes fueronmujeres y la otra mitad fueron hom-bres, con una media de 18,7 años y lamediana de 18. En cuanto al lugar deorigen, la mayor parte de ellos nació enLima (86%) y vivía en ese momentocon sus padres y hermanos (69%). Asi-mismo, la mayoría ingresó a la univer-sidad en el año 1997 (88%) y se encon-traba cursando el segundo ciclo de es-tudios generales (77%). Por otro lado,casi una quinta parte de ellos se encon-traba en tercer ciclo (19%), llevandocursos de facultad.

El 68% de la muestra reportó haberrepetido cursos alguna vez, y de estegrupo, 21% había repetido una vez,20% dos veces y 11% tres veces. Enrelación con el rendimiento académico,el promedio ponderado se ubicó entre11-12 para el 41% y 13-14 para el 33%.

En relación con el estrato social deprocedencia y considerando las carac-terísticas sociodemográficas de lamuestra, en la cual la mayoría de lossujetos procede de colegios particula-res, vive en zonas residenciales, sus pa-dres tienen educación superior y de-pende económicamente de éstos (Ofi-cina de Admisión de la universidad,1996), se podría presumir que ella esrepresentativa de jóvenes que pertene-cen a un estrato socioeconómico medioy medio alto.

Para fines de la investigación se utili-zó un muestreo no probabilístico de ti-po intencional. Se consideró los salo-nes como unidades de muestreo y seseleccionó las aulas con mayor canti-dad de estudiantes para garantizar laasistencia y lograr el tamaño estimadode la muestra.

Para la estimación del tamaño mues-tral se aplicó una fórmula de determi-nación del tamaño de muestra con usodel factor de corrección por poblaciónfinita.

De acuerdo con la fórmula, la mues-tra tenía que ubicarse entre 396 y 400casos para un margen de error de 2% y3%. Sin embargo, se logró reunir 440casos válidos.

Es importante señalar que la muestraal ser no probabilística sólo puede con-siderarse como representativa de losestudiantes de los primeros años deeducación superior de la universidadde donde fue extraída. Los resultadosno pueden ser generalizados a losalumnos de primer año de otras univer-sidades.

Instrumentos

Todos los instrumentos fueron some-tidos al criterio de 12 jueces expertosen las áreas de estrés, afrontamiento yalcohol. Se solicitó la validez ítem/áreay de adaptación lingüística de las prue-bas al uso de la población hispanoha-blante universitaria de la ciudad capi-tal. Posteriormente, se realizó un estu-dio piloto con 30 personas para verifi-

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Page 17: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

car la comprensión de los reactivos delos instrumentos utilizados. Éstos fue-ron: • Encuesta personal (EP). Se consig-

naron datos demográficos y acadé-micos; los primeros incluyeronedad, sexo, lugar de nacimiento,tiempo de residencia en Lima y per-sonas con las que vive; los segun-dos, el año de ingreso a la universi-dad, el ciclo de estudios, la carreraque pensaba estudiar, el promedioponderado del ciclo anterior y canti-dad (frecuencia) de cursos repeti-dos.

• Cuestionario de estilos de afronta-miento (COPE). Se utilizó el instru-mento Cope (Coping Estimation) oestimación de afrontamiento, desa-rrollado por Carver, Scheier &Weintraub (1989) en Estados Uni-dos. Fue construido basándose endos modelos teóricos: el de Lazarusy el modelo de autorregulación con-ductual. Según los autores, esta es-cala pretende abarcar áreas deafrontamiento que no se considera-ron en el Inventario de Tipos deAfrontamiento desarrollado porFolkman y Lazarus en 1980. Esteinstrumento fue adaptado por Casu-so (1996) en población universitarialimeña.Este instrumento está conformadopor 52 ítems, con formato tipo Li-kert de cuatro puntos de califica-ción, los cuales se refieren a dife-rentes situaciones estresantes, dis-

tribuidos en tres áreas. Se incorpo-raron conceptualmente 13 escalas ofactores diferentes que correspon-dían a los 13 estilos de afrontamien-to propuestos por Carver et al. en1989.Cada una de las escalas está confor-mada por cuatro ítems, los cuales secalifican de acuerdo con una planti-lla. Los puntajes obtenidos en cadaítem se suman con los correspon-dientes a cada subescala de maneraque se obtienen 13 puntajes quepermiten caracterizar un perfil deafrontamiento. Finalmente, se esta-blece una jerarquía que permite de-terminar qué estilos de afrontamien-to son los más utilizados.A continuación se presentan los aná-lisis psicométricos efectuados conlos ítems de esta prueba y la con-sistencia interna en cada área de lasescalas obtenidas en el presente es-tudio. Inicialmente, se realizó unanálisis de correlación ítem/test elcual exigió una correlación mayor a0.20 para que el ítem fuese aceptado(Kline, 1993). Posteriormente, seobtuvo la mediana de correlaciónítem/test. Como índice de confiabi-lidad se utilizó el puntaje alfa deCronbach, que se consideró signifi-cativo cuando era igual o mayor a.60.En cuanto al Cuestionario de Estilosde Afrontamiento (COPE), se reali-zó el análisis factorial por factoresprincipales y con rotación oblimin y

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

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se encontró que de las 13 escalas só-lo nueve se mantuvieron en su for-ma original y cuatro se reconstruye-ron eliminándose un ítem. Sólo laescala 13 –Postergación del afronta-miento–, no se confirmó factorial-mente debido a que dos ítems no sevalidaron; sin embargo, por con-gruencia teórica, se mantuvo comotal.En el área Afrontamiento orientadoal problema se validaron totalmentelas siguientes escalas: planificación,búsqueda de apoyo social por razo-nes instrumentales y supresión deactividades competentes, y todaspresentaron una correlación ítem/test y un puntaje alfa de Cronbachadecuados. La escala afrontamientoactivo sólo se validó en tres de loscuatro ítems, pero se decidió mante-nerla como tal. Las escalas que nose validaron totalmente fueron elafrontamiento activo y la posterga-ción del afrontamiento, eliminándo-se un ítem de cada una. Sin embar-go, para no afectar los puntajes tota-les de la matriz de correlación semultiplicó por 4/3 cada escala.En el área que corresponde alAfrontamiento orientado a la emo-ción se validaron las siguientes es-calas: búsqueda de apoyo social porrazones emocionales, acudir a la re-ligión, reinterpretación positiva ycrecimiento, y negación. Todosellos presentan buena correlaciónítem/test y alfa de Cronbach ade-

cuadas. Sin embargo, en la escala deaceptación sólo se validaron tresítems. Por ese motivo, también setomó la decisión de multiplicar por4/3 esta escala.En cuanto a la tercera área, corres-pondiente a Otros estilos de afron-tamiento, se encontró que sólo unade las escalas se reproducía comoen su forma original y ésta fue de-sentendimiento conductual. La es-cala desentendimiento mental se va-lidó sólo con ítems, tomándose lamisma decisión que en los casos an-teriores.

• Encuesta sobre el consumo de bebi-das alcohólicas para universitarios(EC). En la presentación de los con-sumidores de bebidas alcohólicas setomó en cuenta que la prevalenciade vida (usó alguna vez en su vida)no era un dato relevante para finesdel estudio, dado que el alcohol esuna droga lícita en nuestro medio.Por lo tanto, se consideró el reportede consumo en los últimos seis me-ses y 30 días. Inicialmente se utilizóel período de los últimos seis mesespara clasificar a los consumidores yno consumidores de bebidas alco-hólicas. En los primeros se encontróque existían reportes de consumoexagerado en la cantidad de alcohol,creándose una categoría “consumono válido”. Para fines de la primeraparte del reporte de resultados sehará referencia a los consumidorescasos válidos y no válidos, exclu-

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yendo a los casos de reporte no vá-lido para los análisis que incluyen lacantidad consumida. Se consideraimportante mencionar que para ela-borar la tipología del bebedor deWindle (1996) se redefinió el crite-rio, considerándose como bebedo-res regulares a aquéllos que lo ha-bían hecho en los últimos 30 días.Las preguntas estuvieron relaciona-das con la cantidad y frecuencia conque se consumieron varios tipos debebidas alcohólicas (cerveza, licor yvino) durante el último mes y en losúltimos seis meses.Una segunda medida del consumofue la frecuencia de episodios deexceso, la cual se midió basándoseen el número de veces durante el úl-timo mes y en los últimos seis me-ses en que la persona reportó haberconsumido seis o más bebidas(Windle, 1996; M. Windle y R.Windle, 1996; OMS, 1994a). En laencuesta se incluyeron preguntassobre el lugar de consumo de bebi-das alcohólicas y el uso de otrassustancias. También se incluyeronpreguntas acerca del consumo debebidas alcohólicas por personascercanas.

• Problemas relacionados con el al-cohol (PA). Para medir los proble-mas asociados al consumo de bebi-das alcohólicas que ocurrieron enlos últimos seis meses, los partici-pantes respondieron al cuestionariosobre problemas asociados al alco-

hol de Windle (1996), traducido li-bremente para el presente estudio ycon autorización del autor. Estecuestionario cuenta con 13 ítemsque utilizan escalas Likert de cincopuntos (o rango de número de ve-ces: 1-2, 3-5, 6-9, 10 a más). Losítems fueron seleccionados sobre labase de su representación en estu-dios previos sobre consumo de be-bidas alcohólicas en adolescentes(Barnes, 1990), y por su consis-tencia con el criterio diagnóstico dela tercera edición revisada del Ma-nual diagnóstico y estadístico dedesórdenes mentales (AsociaciónPsiquiátrica Americana, 1994).Los ítems enunciados mencionanproblemas –causados por la con-ducta de beber–, relacionados conlos amigos, la familia, los profeso-res o las autoridades legales; faltar aclases, desmayarse o tener remordi-mientos al día siguiente de haberbebido. La confiabilidad medida através del alfa de Cronbach fue0.83. Un análisis factorial de losítems indicó un factor dominante(Windle, 1996).En relación con el análisis psicomé-trico en el presente estudio del Cues-tionario de Problemas (PA) asocia-dos al consumo de bebidas alco-hólicas de Windle, se formó una es-cala global con todos los ítems con-siderados por los autores (Windle,1996). Se revisó la confiabilidad y sehalló que ésta era adecuada (alfa =

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

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0.77). Al realizar el análisis factorialse obtuvieron cuatro factores.Debido a que la confiabilidad delcuarto factor fue 0.41 se tomó la de-cisión de eliminarlo y trabajar contres factores, siendo éstos los sigu-ientes:El área uno con los ítems 3, 4, 5, 8,9 (alfa de Cronbach = 0.63), el áreados con los ítems 6, 9, 10, 12 (alfade Cronbach = 0.68) y el área trescon los ítems 1 y 2 (alfa de Cron-bach = 0.78). Las tres áreas expli-can el 55,3% de la varianza. Deacuerdo con el contenido de losítems se dio nombre a cada una delas áreas. El área uno se denominóProblemas en las relaciones inter-personales; el área dos se llamóProblemas de conducta y el áreatres se denominó Problemas con elárea académica.

• Cuestionario para medir motivospara beber (MB). Se utilizó el cues-tionario motivos para beber (Drink-ing Motives Questionnaire) desarro-llado por Cooper (1994), el que fuetraducido libremente para fines delpresente estudio. Éste cuenta concuatro áreas: motivos de estimu-lación, motivos de afrontamiento,motivos de conformidad y motivossociales. Cada área tiene cincoítems que se evalúan en una escalaque va del 1 al 6 (nunca, casi nunca,algunas veces, casi la mitad deltiempo, la mayor parte del tiempo ycasi siempre). La consistencia in-

terna estimada para esta escala fuede 0.75 (Windle, 1996).En relación con la confiabilidad delcuestionario motivos para beber deCooper (1994), en el presente estu-dio la confiabilidad de cada área fueadecuada. El área uno, motivos deestimulación, obtuvo un alfa deCronbach de 0.89; el área dos, mo-tivos de afrontamiento, un alfa deCronbach de 0.87; el área tres, mo-tivos de conformidad, un alfa deCronbach de 0.90 y el área cuatro,motivos sociales, un alfa de Cron-bach de 0.88.En la muestra estudiada los factoresuno (Motivos de estimulación) ycuatro (Motivos sociales) tendierona agruparse. Sin embargo, esto noimpidió que se analicen los cuatrofactores como lo postularon sus au-tores.

Procedimiento

La prueba piloto se aplicó en enero de1998 a una muestra independiente de30 estudiantes universitarios de ambossexos de una universidad privada enLima, mejorando la calidad de los ins-trumentos.

Para la obtención de la muestra se to-mó contacto con las autoridades de launiversidad y el coordinador de Estu-dios Generales, quien asignó las sec-ciones a formar parte del estudio. Lue-go se tomó contacto con los/as profeso-res/as de las aulas asignadas para soli-citar su colaboración. En todos los ca-

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sos se obtuvo una respuesta de interéshacia la investigación.

Las secciones asignadas fueron aqué-llas que tenían mayor cantidad dealumnado con el fin de garantizar laasistencia y cubrir el tamaño de mues-tra requerido. Además, se eligieroncursos en los que no existía la posibili-dad de que los alumnos estuvieran ma-triculados a la vez en más de uno, paraasí evitar la pérdida de casos por du-plicación de información/datos.

La duración promedio de la encuestafue de una hora. La secuencia de pre-sentación de los instrumentos en elcuadernillo fue en el siguiente orden: a)encuesta personal, b) prueba Cope, c)encuesta sobre consumo de bebidas al-cohólicas, problemas asociados y d)motivos para beber.

RESULTADOS

Para el análisis de resultados se pre-sentan, primero, los hallazgos descrip-tivos en relación con: a) la cantidad dealcohol consumido y la tipología delbebedor; b) los estilos de afrontamien-to de consumidores y no consumidoresy c) las motivaciones para beber y losproblemas asociados con el consumo.

En segundo lugar, se analizan las corre-laciones bivariadas encontradas entrela cantidad de alcohol consumido, la ti-pología del bebedor, motivos para be-ber, los problemas asociados y los esti-los de afrontamiento.

Para facilitar la comprensión del re-porte de la cantidad de licor (alcoholdestilado) y vino en su equivalencia enbotellas grandes de cerveza (véase latabla Nº 1).

Resultados descriptivos del consumoen los últimos seis meses

Se puede observar que tanto hombrescomo mujeres consumieron bebidas al-cohólicas, siendo más del doble el nú-mero de mujeres que no consumió.Casi la totalidad de los estudiantes queconsumió bebidas alcohólicas lo hizoacompañado (99%), generalmente desus amigos (95%) y en fiestas (92%);con menor frecuencia en pubs/discote-cas (75%) o en casa de los amigos(65%). La mayoría de los universita-rios consumió cerveza (94%) y licor(90%); y un porcentaje menor de ellosbebió vino (72%). En general no seconsumió una sola bebida alcohólica,los que consumieron cerveza también

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Tabla Nº 1Equivalencia de la bebidas alcohólicas

Contenido de alcohol puro 150ml de etanol 300ml de etanol

Cerveza (5º Gl) 4 1/2 botellas 9 botellasVino (10-12º Gl) 2 a 2 1/2 botellas 4-5 botellasDestilados (ron, whisky, pisco, cañazo) (45º-50 Gl) 1/2 botella 1 botella

Nota: Tomado del MALT-F (test de alcoholismo de Munich, Alemania).

Page 22: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

consumieron licor y vino. Asimismo,el mayor consumo tendió a ser de cer-veza con licor o de licor con vino. Estoquiere decir que cuando se consumecerveza no se tiende a consumir vino.Respecto de la cantidad consumida, enel caso de los hombres, se encontró quequienes consumieron más cerveza,también consumieron más licor y vino.En el caso de las mujeres, se repitió elpatrón, a excepción de la cantidad devino que fue asociada con el licor. Esdecir, las mujeres que consumieronmás cerveza consumieron también máslicor, pero no vino; mientras que aqué-llas que consumieron más licor tam-bién consumieron vino.

Se encontró que ambos géneros con-sumieron todas las bebidas alcohólicas,siendo menor el caso de la cerveza enlas mujeres (88%). Sin embargo, fueligeramente mayor para éstas en el casodel licor (91%) y descendió en el casodel vino (69%), (véase tabla Nº 2).

Se encontró que no se puede trabajarcon los promedios de consumo de cer-veza, licor y vino debido a que dichospromedios disfrazan importantes dife-rencias en la frecuencia de consumo decada una de estas bebidas. Por lo tanto,se prefirió hacer un análisis separadopor cada bebida alcohólica, (véase tablaNº 2).

En cuanto a la frecuencia de consumode la cerveza se encontró que lo másusual era consumir entre una y cuatroocasiones por mes (53%), (véase tablaNº 3), especialmente una vez por sema-na (26%). Se observó que es poco usualconsumir más de una vez por semana(11%) y que casi ningún joven consu-mió más de tres días a la semana (2%).

La unidad de bebida que consumieronlos hombres fue en botellas grandes(620ml) o chicas (355ml), en vez de va-sos o botellas de 1.100ml; mientras quelas mujeres consumieron en botellaschicas o vasos. Sin embargo, más im-

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Tabla Nº 2Consumo de bebidas alcohólicas según tipo de bebida por género en porcentajes

Tipo de bebida alcohólicaCerveza Licor* Vino

H M T H M T H M T

Consumo (209) (203) (412)a (212) (203) (415)b (204) (201) (405)c

Sí 99 88 94 89 91 90 75 69 72No 1 12 6 11 9 10 25 31 28

Nota: N=417. * Ron, vodka, whisky y cocteles; a hubo cinco casos incompletos; b hubo dos casos incompletos;c hubo 12 casos incompletos.

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portante que la unidad de bebida fue lacantidad ingerida, por lo que merecióun análisis aparte. El consumo típico enuna ocasión promedio en botellas gran-des (620ml) fue de dos botellas tantopara hombres como para las mujeres.

Un 60% reportó haber tenido de unaa dos experiencias de excesos, es decirhaber consumido seis o más bebidas decerveza en una ocasión en los últimosseis meses. Mientras un tercio de losconsumidores de cerveza reportó nohaberlas tenido y un 7%, más de tresexcesos.

Para uniformizar el reporte de la canti-dad consumida del licor y vino, se pre-senta su equivalencia en mililitros decerveza y botellas grandes de 620ml.

En cuanto al consumo de licor (ron,vodka, whisky y cocteles) se encontróque lo más usual era consumir entreuna y cuatro ocasiones por mes (55%),

especialmente de dos a tres días al mes(22%). Se observó que era poco usualconsumir más de una vez por semana(4%) y casi ningún joven reportó haberconsumido más de tres días a la semana(0,7%). Se hallaron diferencias por gé-nero; mientras que el 62% de los hom-bres reportó consumir entre una y másocasiones al mes, el 47% de mujeresreportó esta frecuencia. El consumo tí-pico en una ocasión promedio equiva-lente en botellas grandes de cerveza,fue de tres botellas. Esto se mantuvopara los hombres, mientras que las mu-jeres reportaron consumir el equiva-lente a dos botellas.

A diferencia del consumo de cerveza,un 40% de los consumidores de licorreportó no haber tenido experiencias deexceso con esta bebida; mientras que lamayoría (57%) manifestó haber tenidoentre una a dos de esas experiencias, y

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Tabla Nº 3Frecuencia del consumo por tipo de bebida alcohólica en porcentajes (%)

Tipo de bebida alcohólicaCerveza Licor Vino Promediod

(412)a (415)b (405)c

Frecuencia % % Ac. % % Ac. % % Ac. %Nunca 6,3 6,3 10,1 10,1 28,4 28,4 14Algunas veces 27,7 34 30,4 40,5 40,7 69,1 33Una vez al mes 9,4 43,4 14,2 54,7 13,1 82,2 122-3 d. al mes 17,5 61,2 22,2 76,9 8,9 91,1 16Una vez por semana 26,2 87,4 18,3 95,2 5,9 97 172-3 d. por semana 10,9 98,3 4,1 99,3 1,7 98,8 64-5 d. por semana 1,7 100 0,7 100 0,5 99,3 1Todos los días - - - - 0,7 100 0,5

Nota: a 5 casos incompletos; b 2 casos incompletos, c 12 casos incompletos; d Promedio de los porcentajes; % Ac. = porcentaje acumulado.

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sólo un tres por ciento reportó tres omás de ellas.

En relación con el consumo de vino41% reportó tomarlo algunas veces. Un28% consumió vino entre una y cuatroocasiones por mes, predominando elgrupo que bebió vino una vez al mes(13%). Se observó que es poco usualconsumir más de una vez por semana(2%) y casi ningún joven consumiómás de tres días a la semana (0,5%).Sólo en este tipo de bebida se reportó elconsumo todos los días (0,5%) (véasetabla Nº 3). El consumo promedio devino equivalente en botellas grandes decerveza fue una botella y esto se man-tuvo tanto para hombres como paramujeres. La mayoría reportó no habertenido experiencias de excesos con elvino (56% los hombres y 67% las mu-jeres).

Cabe señalar que la frecuencia de con-sumo del vino siguió un patrón bastantedistinto al consumo de cerveza y licor.

Sobre la cantidad de cerveza consu-mida por mes, en promedio, los hom-bres consumieron casi el doble que lasmujeres: un promedio de 9.300ml decerveza (equivalente a 15 botellas de620ml) (véase tabla Nº 4). Desde unanálisis de percentiles, un cuarto de loshombres bebieron hasta dos cervezas ylas mujeres un tercio de botella. La mi-tad de los hombres llegó a tomar hastaocho botellas, es decir, ocho veces másque las mujeres. A esto se suma un25% de hombres que llegó a tomarhasta 20 botellas. Mientras que las mu-jeres no llegaron a consumir más desiete (véase tabla Nº 5).

Respecto del licor, en promedio, loshombres consumieron más que las mu-

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Tabla Nº 4Promedio de consumo mensual de bebida alcohólica según género

GéneroH M T

Bebida (193)a (194)b (398)c

Cerveza M 15 6 11Md 8 1 6DS 19 12 13

Licor M 9 6 9Md 5 2 5DS 14 10 13

Vino M 3 2 3Md 0,6 0,3 0,9DS 6 3,6 6

Nota: El consumo se ha homogeneizado a la unidad equivalente en número de botellas de 620ml. consumidas almes. a 6 casos incompletos; b 5 casos incompletos; c Total de casos con reporte de consumo válido en todos lossiguientes cuadros.

Page 25: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

jeres: un promedio de 5.580ml de cer-veza (equivalente a nueve botellas de620ml) (véase tabla Nº 4). Desde unanálisis de los percentiles, un tercio delas mujeres y un cuarto de los hombresbebieron hasta el equivalente a unabotella de cerveza. La mitad de loshombres llegó a tomar hasta el equiva-lente de cinco botellas grandes, esdecir, el doble que las mujeres. A estose adiciona un 25% de hombres quellegó a tomar hasta el equivalente aocho botellas de cerveza (véase tablaNº 5).

En relación con el vino, la cantidadconsumida fue muy similar para hom-bres y mujeres; en promedio, los hom-bres consumieron ligeramente más quelas mujeres: 1.860ml de cerveza (equi-valente a tres botellas de 620ml. de cer-veza). Desde un análisis de los percen-tiles, un cuarto de hombres y mujeresno ha consumido vino. La mitad dehombres y mujeres no llegó a consumirel equivalente a una botella de 620mlde cerveza. Sin embargo, un 25% devarones consumió el doble que las mu-jeres (véase tabla Nº 5).

Entre aquéllos que consumían bebi-das alcohólicas, poco más de la mitadconsumía tabaco (58%) y en este casoel 42% lo hacía siempre y el 25% mu-chas veces. Un 13% reportó consumode marihuana y, entre ellos, la mayoríafueron hombres (17%). Un pequeñogrupo manifestó consumir cocaína(5%), siendo el grupo de los hombresel de mayor consumo reportado (8%).

Análisis descriptivo de la tipologíadel bebedor

En relación con la tipología del bebe-dor establecida por Windle (1996), sehicieron los cálculos necesarios y sehalló que la mitad de los bebedores seubicaban entre ligeros y moderados(55%), seguidos por los bebedores pro-blemáticos (21%), los abstemios en 30días (14%) y por último los bebedoresintensos (9%). Se observó que esta ti-pología presentaba algunas diferenciaspor género, siendo mayor el porcentajede mujeres abstemias en 30 días (20%)que el de los hombres (8%), y menor elporcentaje de bebedoras problemáticas(13%) que el de bebedores problemáti-

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Tabla Nº 5Cantidad de bebida alcohólica consumida por mes en percentiles, según género

Tipo de bebida alcohólicaGénero Cerveza Licor Vino

P25 P50 P75 Min. P25 P50 P75 Mín. P25 P50 P75 Mín.Ha 2 8 20 0 1 5 12 0 0 0.6 2 0Mb 0.3 1 7 0 0.3 2 8 0 0 0.3 1 0

Nota. an = 193, 6 casos incompletos; bn = 194, 5 casos incompletos.

Page 26: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

cos (31%). Se presentaron más bebedo-ras ligeras (31%) y se igualó el consu-mo en la categoría bebedor moderado eintenso (véase tabla Nº 6).

De acuerdo con la tipología del bebe-dor, en todos los casos, las bebidas al-cohólicas eran consumidas en compa-ñía de otras personas. A medida que elconsumo de bebidas alcohólicas pasa-ba de moderado a intenso y problemá-tico, se consumía con mayor frecuenciatabaco (65%, 75% y 74%, respectiva-mente). Se observó que el consumo demarihuana fue más frecuente entre losbebedores problemáticos (25%) e in-tensos (18%). El consumo de cocaínase presentó entre los bebedores mode-rados, intensos y problemáticos (7%,7% y 8%, respectivamente).

Los bebedores intensos fueron quie-nes más reportaron el consumo de be-bidas alcohólicas en su entorno (92%),seguidos por los problemáticos (88%)y los moderados (87%). Entre los abs-temios y ligeros la frecuencia de consu-mo disminuyó (75% y 70%, respecti-vamente).

Estilos de afrontamiento en losconsumidores y no consumidoresde bebidas alcohólicas

Usando la prueba T de Student paradiferencias entre muestras indepen-dientes, es decir entre consumidores yno consumidores en los últimos seismeses, se halló que las diferencias en eluso de los estilos de afrontamiento sedaban para los orientados a la emoción,y los no consumidores lo utilizaronmás. Sin embargo, con los estilosorientados al problema y otros estilosde afrontamiento no se presentaron di-ferencias entre consumidores y no con-sumidores de bebidas alcohólicas. Encuanto a las escalas de afrontamiento,sólo se presentaron diferencias en eluso de acudir a la religión y reinterpre-tación positiva, siendo los no consumi-dores quienes lo utilizaron más.

En lo que respecta a los estilos deafrontamiento, los porcentajes genera-les permitieron comparar los estilos deafrontamiento orientados al problema,a la emoción, y otros estilos. Las per-

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Tabla Nº 6Distribución de los tipos de bebedores

Tipo de H M Tbebedor (206)a (215)b (421)c

f % f % f %Abstemio 30d. 17 8,3 42 19,5 59 14Ligero 43 20,9 67 31,2 110 26,1Moderado 62 30,1 61 28,4 123 29,2Intenso 20 9,7 18 8,4 38 9Problemático 64 31,1 27 12,6 91 21,6

Nota. a 13 casos incompletos; b 6 casos incompletos; c 19 casos incompletos.

Page 27: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

sonas que consumían bebidas alcohóli-cas refirieron que utilizaban preferen-temente estilos de afrontamiento orien-tados a la emoción (21%), seguidos porlos que estaban orientados al problema(15%) y, por último, otros estilos (5%).

Se observó algunas diferencias deacuerdo con el género. El estilo deafrontamiento más utilizado se presen-tó en el caso de las mujeres que consu-mían bebidas alcohólicas y fue elorientado a la emoción (28%). Tantolos hombres como las mujeres refirie-ron utilizar estilos orientados al proble-ma (14,4% y 14,9%, respectivamente).Finalmente, se reportó el uso de otrosestilos de afrontamiento y esto fue algomayor en el caso de las mujeres que enlos hombres (6,7% y 3,8%, respectiva-mente).

Los estudiantes que no consumíanbebidas alcohólicas refirieron no utili-zar preferentemente ningún estilo deafrontamiento. Usando criterios des-criptivos, se usaron los dos estilosorientados al problema y a la emoción.

Motivaciones para beber y problemasasociados al consumo de bebidasalcohólicas

Los motivos más importantes parabeber fueron sociales (2,98) y de esti-mulación (2,56). Sin embargo, no sereportó ningún motivo especialmentedestacable. Esto se presentó tanto enhombres como en mujeres (véase tablaNº 7).

Tabla Nº 7Motivos para beber

Motivos para beber Ma DE

Motivos sociales 2.98 1.10Motivos de estimulación 2.56 1.14Motivos de afrontamiento 1.82 0.82Motivos de conformidad 1.50 0.61

Nota: n = 371.27 casos no completaron estecuestionario. a rango creciente de frecuenciade 1 a 6, donde 1= nunca y 6 = siempre.

En cuanto a los problemas asociadosal consumo de bebidas alcohólicas seencontró que los más importantes fue-ron los de relaciones interpersonales(1,5). Asimismo, casi nunca se presen-taron problemas de conducta o simila-res en el área académica (véase tablaNº 8).

Tabla Nº 8Problemas asociados al consumo de

bebidas alcohólicas

Tipo de problema M DE

Relaciones interpersonales 1.5 0.47Problemas en el áreaacadémica 1.4 0.67Problemas de conducta 1.2 0.36

Nota. n = 391.7 casos no completaron elcuestionario. Rango de 1-5, donde 1 = nuncay 5 = frecuentemente.

Correlaciones entre la cantidad dealcohol consumida, los motivos parabeber, los problemas relacionados ylos estilos de afrontamiento

Se realizó un análisis de correlaciónentre la cantidad de alcohol consumida,los motivos para beber, los problemasrelacionados y los estilos de afronta-

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Page 28: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

miento en los consumidores de bebidasalcohólicas. Para identificar las corre-laciones que luego serían objeto de unanálisis más detallado, se aplicó prime-ro un criterio de significación estadísti-ca, a un nivel p < .05. Posteriormente,se aplicó el criterio de clasificación deCohen para garantizar correlaciones demagnitudes relevantes (r > .2) (Cohen,1988). Se considera importante señalarque no se ha aplicado este criterio entodos los casos, debido a que en algu-nos de ellos existían razones teóricasque nos permitían presumir relacionesmúltiples. Es decir, no necesariamentegrandes en magnitud, pero sí en canti-dad.

Se presentaron relaciones entre losmotivos de estimulación, afrontamien-to y sociales con la cantidad de alcoholconsumido en los últimos seis meses.Estas asociaciones también se mantu-vieron para el reporte de alcohol consu-mido en los últimos 30 días. Los moti-vos de conformidad no presentaron re-

laciones con el total de alcohol consu-mido en seis meses ni en los últimos 30días (véase tabla Nº 9). Sin embargo, elanálisis de regresión y la correlaciónparcial que se presenta más adelante,mostró que los motivos de conformi-dad sí tienen correlación significativacon la cantidad de alcohol consumidocuando se consideran simultáneamentecon los otros motivos.

Las mujeres que bebían por motivosde estimulación, afrontamiento y socia-les tendieron a beber más que los hom-bres en los últimos seis meses. En elcaso del consumo en 30 días, se obser-vó que las mujeres que bebían por mo-tivos de afrontamiento, bebían más quelos hombres. Sin embargo, se observóque entre quienes bebían por motivossociales, los hombres reportaron bebermás que las mujeres. Asimismo, entreaquéllos que bebían por motivos de es-timulación, los hombres bebieron lige-ramente más que las mujeres.

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Tabla Nº 9Correlaciones entre los motivos para beber y total de alcohol consumido

Motivaciones para beber

Motivos de Motivos de Motivos de Motivosestimulación afrontamiento conformidad socialesH M T H M T H M T H M T

Total alcohol enseis meses 34* 46* 40* 17* 45* 24* -.02 .03 .00 .29* .35* .35*Total de alcohol en30 días .43* .40* .43* .26* .38* .25* -.02 -.08 -.04 .38* .30* .39*

Nota. * p < .05. H = hombre. M = mujer. T = correlación global.

Page 29: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

Correlaciones entre los motivos parabeber y el total de alcohol consumido

Se halló que quienes utilizaban otrosestilos de afrontamiento –tanto hombresy mujeres– tendían a consumir más be-bidas alcohólicas en los últimos 30 días.Esta relación se mantuvo en el caso delas mujeres en los últimos seis meses.Entre estos estilos, la escala enfocar y li-berar emociones presentó mayor rela-ción tanto en 30 días como en seis me-ses. Por otra parte, las mujeres que utili-zaban el desentendimiento mental re-portaron más consumo de alcohol en losúltimos seis meses (véase tabla Nº 10).

No se halló relación con los estilosorientados al problema. A nivel de es-calas se observó que los hombres queutilizaban la búsqueda de apoyo socialpor razones instrumentales, tendían aconsumir más alcohol. Tampoco se en-contró relación con el estilo orientado ala emoción. Sin embargo, a nivel de es-calas se observó que los hombres que

utilizaron la aceptación habían bebidomás en los últimos seis meses.

Por otro lado, se reportó una relacióninversa con acudir a la religión. Noobstante, esta relación desapareció enlos últimos seis meses, tanto para loshombres como para las mujeres; man-teniéndose, en el caso de las mujeres,en el consumo de alcohol en 30 días.

Se halló una relación entre la canti-dad de alcohol consumido en 30 días yen los últimos seis meses y los proble-mas asociados al consumo, tanto enhombres como en mujeres; siendo estarelación más fuerte para los hombresen los últimos 30 días.

Correlaciones entre la tipología delbebedor, los motivos para beber, losproblemas relacionados y los estilosde afrontamiento

La tipología del bebedor que permiteclasificar a los bebedores en un rangoque va desde abstemios en los últimos

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Tabla Nº 10Correlaciones entre los estilos de afrontamiento y la cantidad de alcohol

Total de alcohol30 días 6 meses

Estilos H M T H M T

Estilos orientados al problema .05 -.03 .01 .12 .04 .08A. social-instrumental .23* -.06 .10 .22* -.01 -.07Orientado a la emoción .07 -.01 -.03 .12 -.01 .00Aceptación .12 .06 .08 .19* -.09 .11*A. religión .11 -.16* -.19* -.03 .09 -.12*Otros estilos .17* .16* .08 .14 .17* .08Enfocar y liberar emociones .22* .24* .12* .26* .18* .14*Desentendimiento mental .08 .06 .03 .05 .15* .06

Nota. *p > .05. H = hombre, M = mujer. T = correlación global.

Page 30: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

30 días hasta los bebedores problemáti-cos, presentó una fuerte relación conlos problemas asociados al consumo ylas motivaciones para beber como losmotivos de estimulación, los motivossociales, los motivos de afrontamiento,a excepción de los motivos de confor-midad en donde la correlación no fuesignificativa. Al introducir la variablegénero se observó que esta tendencia semantenía (véase tabla Nº 11). Sin em-bargo, se presentaron algunas diferen-cias en las mujeres. En la medida enque el consumo se hacía más proble-mático éste se hacía como una formade estimularse, de afrontar sus dificul-tades y por motivos sociales. Mientrasque los hombres cuyo consumo se ha-cía más problemático lo hacían más porrazones de estimulación, sociales y deafrontamiento. En relación con los pro-blemas reportados, se obtuvo que loshombres tendían a presentar más pro-blemas de conducta en la medida enque su consumo se hacía más proble-mático, así como también problemasde relaciones interpersonales o acadé-micos. Las mujeres presentaban másproblemas interpersonales, académicosy de conducta. Estas correlaciones seresumen en el siguiente cuadro.

Tabla Nº 11Correlaciones entre los motivos para

beber, los problemas asociados yla tipología del bebedor,

según género

Tipología del bebedorVariables H M T

MotivosEstimulación .46* .57* .53Afrontamiento .29* .51* -.37Sociales .38* .51* .47*

ProblemasProblema .58* .57* .59*Interpersonales .42* .45* .45*Conducta .48* .32* .45*Académicos .41* .39* .40*

Nota. *p > .05. H = hombre, M = mujer. T =correlación global.

La tipología del bebedor no se rela-cionó con ningún estilo de afronta-miento en particular. Sin embargo, sehallaron algunas diferencias según gé-nero. Las mujeres que más bebían oque tenían un consumo más problemá-tico, tendían a utilizar más otros estilosde afrontamiento, tales como enfocar yliberar emociones y el desentendimien-to mental.

A nivel de escalas de afrontamiento,los universitarios cuyo consumo se ha-cía más problemático, tendían menos aacudir a la religión como una forma deafrontamiento. Esto se mantuvo tantopara hombres como para las mujeres.Asimismo, en la medida en que el con-sumo se hacía más problemático losuniversitarios tendían a enfocar y libe-rar emociones. Los hombres que ten-dían a consumir más, utilizaban menos

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Page 31: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

la postergación del afrontamiento. Seconsidera importante mencionar quelas demás escalas de afrontamiento nocorrelacionaron significativamente(p <.05) (véase tabla Nº 12).

Tabla Nº 12Correlaciones entre la tipología del

bebedor y los estilos de afrontamientosegún género

Tipología del bebedorVariables H M T

Enfocado en laemoción -.09 -.02 -.07Religión -.21* -.24* -.22*Enfocado en elproblema -.07 .02 .00Postergación -.16* -.08 -.08Otros estilos .09 .22* .01Enfocar y liberaremociones .14 .23* .14*Desentendimientomental .06 .19* .08

Nota. *p < .05.

A modo de resumen se realizó la co-rrelación parcial controlada por géneroy la clasificación de la tipología del be-bedor de Windle, y se halló que los ca-

sos en donde hubo al menos un 10% devarianza que podría atribuirse al agre-gado de estas dos variables, fueron losmotivos de estimulación y sociales conlos problemas en general, problemasinterpersonales y de conducta. En la ta-bla Nº 13 se presentan las correlacionesdesagregadas según el tipo de bebedor.

En el caso de los abstemios en 30días, las mujeres que bebían por moti-vos de estimulación reportaron tenermás problemas asociados al consumo(r = .52). No se halló relación entre losmotivos sociales y los problemas re-portados.

En el caso de los bebedores ligeros,tanto hombres como mujeres que be-bían por motivos de estimulación, pre-sentaron problemas. Los hombres pre-sentaron más problemas interpersona-les que las mujeres. Tanto los hombrescomo las mujeres que bebían por estosmotivos presentaron problemas de con-ducta. En cuanto a los motivos socia-les, los hombres reportaron más pro-blemas que las mujeres y, en ese senti-

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Tabla Nº 13Correlaciones entre los motivos para beber y los problemas asociados

según género y tipología del bebedor

Tipo de bebedor

Abstemio Ligero Moderado Intenso Problemático

Mot1 Mot4 Mot1 Mot4 Mot1 Mot4 Mot1 Mot4 Mot1 Mot4H M H M H M H M H M H M H M H M H M H M

Problema .16 .52* .22 12 .66* .40* .55* .35* .13 .25 .30* .33* .29 .27 .10 -.06 .52* .31 .35* -.02

Inter. .05 .37 .08 -.01 .56* .37* .51* .28* -.07 .17 .10 .19 .22 -.19 -.13 -.23 .27* .18 .33* -.01

Conduc. .00 -.07 .00 -.21 .48* .47* .41* .43* .26* .35* .37* .34* .05 .25 .07 .08 .60* .07 .32* .01

Nota. * p < .05. Mot1 = motivos de estimulación. Mot.4= motivos sociales. Inter. = interpersonales. Conduc. = conductuales.

Page 32: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

do, los hombres presentaron más pro-blemas interpersonales que las muje-res; igualándose el reporte de proble-mas de conducta.

Los bebedores moderados que bebíanpor motivos de estimulación presenta-ron más problemas de conducta, siendomás fuerte en las mujeres que en loshombres. Mientras que los hombres ylas mujeres que bebían por motivos so-ciales reportaron más problemas en ge-neral y, entre éstos, los de conducta.

Entre los bebedores intensos no sehalló relación entre los motivos parabeber y los problemas asociados. Losbebedores problemáticos varones quebebían por motivos de estimulación re-portaron más problemas en general, asícomo también más problemas de rela-ciones interpersonales y de conducta,mientras que en las mujeres esta rela-ción no se presentó. Los hombres quebebían por motivos sociales tambiénpresentaron problemas en general, in-terpersonales y de conducta.

La correlación parcial entre los esti-los de afrontamiento y los problemasasociados, controlados por el género yla tipología, reportó que los otros esti-los de afrontamiento se asociaban conlos problemas en general. Se halló quelas correlaciones simples, a nivel de es-calas de afrontamiento y los problemasasociados, desaparecen al realizar lascorrelaciones parciales controladas porgénero y la tipología del bebedor.

Al hacer el análisis por cada tipo debebedor y género, se encontró que los

bebedores problemáticos que utiliza-ban otros estilos, tuvieron más proble-mas en general y esta asociación fuemás fuerte en el caso de las mujeres. Enlos otros tipos de bebedores las correla-ciones no fueron significativas.

DISCUSIÓN

Sobre los resultados descriptivos delconsumo de bebidas alcohólicas

La mayoría de la muestra está consti-tuida por consumidores ligeros y mo-derados de acuerdo con el reporte de lacantidad de consumo de bebidas. Elloestaría ligado a la etapa de vida queatraviesan, en la cual la socialización,por los ritos de iniciación tanto en laadultez como en la vida universitaria,favorecen el consumo de alcohol (y/odrogas).

La muestra no constituye grupo deriesgo de consumo según los criteriosplanteados por The National Instituteon Alcoholism and Alcohol Abuse(NIAA) (Schorling & Buchsbaum,1997) y constituye una excelente po-blación para una adecuada labor pre-ventiva cuyo diseño se vería favoreci-do por los datos complementarios deuna muestra comparativa, con el fin deapreciar la evolución del consumo du-rante el período universitario.

Junto a un pequeño grupo de abste-mios, se reporta –en el caso de la cer-veza– un 14% de bebedores de riesgo(Schorling & Buchsbaum, 1997), de

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Page 33: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

quienes la literatura nos recuerda quetienden a presentar cuadros problemá-ticos en edades posteriores. Madrigal(1998) señala al respecto la importan-cia de una detección temprana de losbebedores en riesgo, pues intervencio-nes breves, como el consejo práctico yguías para cambios en la conducta deconsumo, podrían ser suficientes paradarles la opción de moderar su ingesta.

En relación con las bebidas consumi-das se observa que son de diversos ti-pos (cerveza, licores fuertes y vino), loque puede estar relacionado con el de-seo de obtener experiencias nuevas, asícomo con el influjo de los medios decomunicación, a través de la modela-ción de personajes de cine, novela, lí-deres de opinión y publicidad. Esto noslleva a recordar que la elevada produc-ción de licor adulterado ejerce un im-pacto nocivo adicional sobre la saludde esta población.

La bebida alcohólica más consumidapor estos jóvenes es la cerveza, resulta-do coincidente con el marcado aumen-to de su consumo entre 1960 y 1990 enmuchos países de Sudamérica (OMS,1994b) y en Perú (CEDRO, 1997).Conviene señalar que las políticas depublicidad restringen los horarios delos licores, mientras que la cervezapermanece irrestricta, lo que nos remitea la discusión de la conveniencia de lapromoción de la cerveza para reducir elimpacto nocivo de los licores.

En este estudio, al igual que en otrorealizado en una muestra similar en

1993, se halló que el consumo de alco-hol se acompaña principalmente de ci-garrillos de tabaco, resultado coinci-dente con estudios hechos por CEDROen 1997. Se ha apreciado una asocia-ción del consumo de alcohol a otrassustancias psicoactivas ilegales, prin-cipalmente marihuana; la literatura nosrecuerda que la asociación podría de-rivar hacia una intensificación progre-siva del consumo y una secuencialidadhacia consumos de mayor nocividad yriesgo (Thorlindsson & Vilhalmsson,1991; Villanueva, 1989b).

Con relación al género, los varonesconsumen más alcohol que las mujeres,casi el doble, siendo un reporte coinci-dente con la literatura reciente (NIAA,1997b; CEDRO, 1997). Convendríaprecisar si los factores que inciden eneste resultado están más relacionadoscon los modelos publicitarios orienta-dos a varones o con mayores niveles deestrés en éstos. Si bien las mujeresreportan menor consumo, debemosrecordar que se encuentran orgánica-mente más expuestas a los efectosnocivos del alcohol.

Se ha propuesto la tipología del bebe-dor de Windle, que ha permitido unamejor aproximación a la muestra pro-porcionando criterios efectivos de dife-renciación y un manejo adecuado delos resultados. Así, una diferenciaciónde los porcentajes de la frecuencia vin-culada al género es evidente entre losabstemios, consumidores ligeros y losproblemáticos, mientras que en los mo-

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Consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios

Page 34: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

derados e intensos disminuye notoria-mente. De igual forma, ha permitidouna mejor caracterización en función aotras variables de nuestros estudio, co-mo las formas del consumo, los estilosde afrontamiento al estrés y las motiva-ciones para beber.

Un hallazgo que llama la atención esque el 22% se ubique en la categoríabebedor problemático, cuyo consumopuede estar lindando con el abuso, datoque resulta interesante si “se consideraque las cifras de dependencia, aúncuando incompletas e indirectas, dancuenta de guarismos que oscilan entreel 9% y el 25% en la población perua-na” (Saavedra, 1997). Asimismo, esteautor plantea el interés por las depen-dencias en la adolescencia que ha ad-quirido notorio desarrollo en la últimadécada, a pesar de que los criterios deabuso y dependencia no suelen plan-tearse con tanta frecuencia en esta eta-pa de la vida. Esto plantea toda una lí-nea de investigación a realizar.

Con respecto a los estilos de afronta-miento, se observa que los orientados ala emoción tienen predominio entre losno consumidores, y la mayor frecuen-cia corresponde a acudir a la religión ya la reinterpretación positiva. Sin em-bargo, también son utilizados entre losconsumidores. En efecto, aun cuandolos consumidores presentan el recurso atodos los estilos de afrontamiento, re-portan mayor frecuencia en los estilosorientados a la emoción, en especial lasmujeres, lo que coincide con el hallaz-

go de Halstead, Bennett & Cunningham(1993), de que los jóvenes tienden a uti-lizar múltiples estrategias de afronta-miento cuando se enfrentan a una situa-ción estresante.

Al margen de las características socia-les que refieren a un mayor uso de los es-tilos orientados a la emoción, estos re-sultados nos recuerdan la importancia deorientar el trabajo preventivo al fomentode un mayor recurso en los estilos orien-tados al problema, que han sido plantea-dos como los de mayor eficacia para elmanejo de situaciones estresantes.

El consumo de estos jóvenes se haceen grupo, fiestas y con amigos. Estocoincide con la literatura que reportauna mayor incidencia de motivacionessociales y de estimulación. A pesar deello, la muestra no reporta ningún mo-tivo para beber especialmente destaca-ble, lo que tal vez nos refiera a los cri-terios individuales de discriminaciónentre los diferentes motivos, vincula-dos a cierta susceptibilidad propia de laedad, como son el aceptar la presión dela influencia del medio o el recurso pa-ra afrontar situaciones, etc.

Estos hallazgos se aproximan a los deCEDRO en 1997, en donde, en segun-do lugar se mencionan las razones aso-ciadas a situaciones placenteras, consu-mo recreacional en fiestas y grupos.Nuestros hallazgos también corrobora-ron los estudios en donde se reportaque los motivos sociales están más re-lacionados con el uso de alcohol másligero, infrecuente y no problemático y

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Page 35: Alcohol, Motivaciones y Afrontamiento Estudiantes U

en situaciones sociales. Asimismo, losmotivos de estimulación están vincula-dos con el consumo en lugares en don-de es tolerado y, además, estaría rela-cionado con la búsqueda de emocionespositivas, que es parte del comporta-miento social de los jóvenes. Además,Milhorn (1990) señaló que la razónpredominante por la que los adolescen-tes recurren en general a las drogas, esque éstas los hacen sentirse bien y noexperimentan consecuencias adversas.

Respecto de los problemas relaciona-dos al consumo, la mayor frecuencia seencuentra entre los referidos a relacio-nes interpersonales: tener discusionescon los padres o con el/la enamorada/opor la bebida, así como pensar en redu-cir la cantidad y arrepentirse de las co-sas hechas bajo los efectos de la bebi-da. Casi no se reportan problemas deconducta o en el área académica.

Correlaciones entre la cantidadconsumida de alcohol, los motivospara beber, los problemas relaciona-dos y los estilos de afrontamiento

Los motivos de conformidad, por sísolos y aisladamente, no presentan re-lación con la cantidad consumida, loque coincide con la literatura según lacual los motivos internos están vincu-lados a un consumo más elevado, loque se expresa en la muestra con unacorrelación de los motivos de estimula-ción y de afrontamiento, con la canti-dad de consumo. Así como también losmotivos sociales se asocian con la can-

tidad y frecuencia de consumo (Coo-per, 1994).

Estos tres motivos se correlacionantambién con la tipología del bebedor:los tipos más intensos responden a ma-yores niveles de estimulación en estostres motivos, lo que recuerda la impor-tancia del factor cantidad de consumoen la caracterización ordinal de la tipo-logía propuesta, resultado convergenterespecto de ésta.

Al correlacionar la cantidad consumi-da con los estilos de afrontamiento nose encuentra asociación con los estilosorientados al problema, lo que es con-trario a la literatura existente, que plan-tea que los afrontamientos activos sonpredictores de la disminución del ries-go de abuso. Por el contrario, a nivel deescalas, se encuentra que la búsquedade apoyo social instrumental sí correla-ciona con la cantidad en varones, loque abre interrogantes a investigacio-nes posteriores. En cambio, las estrate-gias centradas en enfocar y liberaremociones sí correlacionan con la can-tidad de consumo, lo que coincide conla literatura referida a los estilos evita-tivos que se asocian a consumos máselevados (Wills & Hirky, 1996).

Si bien los estilos orientados a laemoción no correlacionan con la canti-dad, a nivel de escalas se encuentra quelos que utilizan la aceptación como for-ma de afrontamiento consumen más,en especial los varones, mientras quelos que utilizan la religión consumenmenos, en especial las mujeres.

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La muestra asocia la cantidad de con-sumo a la presencia de problemas, loque nos remite a la literatura generalsobre el consumo y permite comprobarla confiabilidad de los criterios usadospara la conformación de la tipología,que a mayor consumo asocia presenciaprogresiva de problemas.

Los motivos sociales y de estimula-ción son los que más se han relaciona-do con los problemas en cada tipo debebedor, en los cuales el género y la ti-pología del bebedor tienen un efectoimportante. Esto permite plantear quelos problemas no son exclusivos del ti-po de bebedor problemático, sino quese presentan en todos los jóvenes de lamuestra. En relación con los motivosde estimulación, el alcohol puede in-crementar el afecto positivo, disminuir,el aburrimiento y el humor disfórico.Se confirma lo propuesto por Woody etal. (1992), quienes plantearon que estasrazones han sido reportadas en el usoinicial y repetitivo de alcohol, en per-sonas que abusaron del alcohol y queluego estuvieron bajo tratamiento.

En relación con los motivos sociales,los estudiantes estarían bebiendo con lafinalidad de obtener un resultado posi-tivo del medio o recompensas sociales.En ese sentido, Kellin et al. en 1996(Bandura, 1997), en un estudio pros-pectivo sobre el inicio y mantenimien-to del consumo de alcohol en adoles-centes, plantearon que el principal pre-dictor del inicio, tanto en chicos comoen chicas, fue la expectativa de que el

alcohol elevaba o mejoraba el fun-cionamiento social. A esto se une quela práctica sociocultural ejerce unafuerte influencia sobre los patrones deconsumo. El moldeamiento social de laconducta de beber es un poderoso insti-gador y regulador del consumo de alco-hol (Bandura, 1997).

Llama la atención que en los bebedo-res intensos, la relación entre los moti-vos y los problemas desaparezca; qui-zás esto se deba a que al estar en un es-tadio inmediato anterior al consumoproblemático, estas variables ya nosean importantes porque su efecto sedio en estadios previos.

Por último, los bebedores problemavarones que beben para estimularse re-portan dificultades sobre todo de con-ducta e interpersonales. Este dato debeser tomado con cuidado pues en laconstrucción de la tipología, la defini-ción de este tipo de bebedor incluye elreporte de cinco problemas. Estos be-bedores que lo hacen por motivos so-ciales tienen problemas en general yespecialmente interpersonales y deconducta. Es interesante que la relaciónno se dé para las mujeres, lo que podríaexplicarse por las diferencias en el con-sumo en relación con el género, en lascuales los hombres necesitan más alco-hol para expresarse y tienen más opor-tunidad de hacerlo. En ese sentido, espreocupante que, debido a que los jó-venes raramente beben solos, se venfrecuentemente implicados en actos deviolencia, altercados públicos, conflic-

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tos con los agentes del orden, acciden-tes de tránsito, etc.

La tipología del bebedor y el géneroinfluyen en la relación entre los estilosde afrontamiento y los problemas rela-cionados con el consumo, siendo rele-vante señalar que, en general, los jóve-nes que tienen un consumo problemáti-co y que utilizan otros estilos de afron-tamiento, reportan más problemas.

En relación con los estilos de afronta-miento y su asociación con la intensi-dad del consumo –entendida como lagradación en el consumo dada por la ti-pología del bebedor– son las mujerescon un consumo más problemático lasque tienden a utilizar más los otros es-tilos de afrontamiento, como enfocar yliberar emociones y desentendimientomental. Esto indicaría que en el intentode solucionar dificultades utilizan for-mas de afrontamiento que no son tanadaptativas y que se asocian precisa-mente con un consumo riesgoso.

Los jóvenes aquí estudiados, quienestienen un consumo más problemático,tienden más a enfocar y liberar emocio-nes, lo cual podría ser doblemente peli-groso, debido a que mediante esta es-trategia estarían focalizándose en lasconsecuencias emocionales desagrada-bles que sienten, expresándolas abier-tamente. Asimismo, tienden a acudirmenos a la religión como una forma deafrontamiento. Así también, los hom-bres que consumen más no utilizan lapostergación del afrontamiento, queconsiste en esperar hasta que se presen-

te la oportunidad apropiada para actuarsobre el problema, evitando hacer algoprematuramente.

Todo esto nos lleva a preguntarnos siestos jóvenes universitarios no poseeno no encuentran otras respuestas deafrontamiento disponibles y si es nece-sario diseñar programas sobre el mane-jo del estrés. Esto último se torna cru-cial porque justamente son los jóvenesque tienen un consumo riesgoso losque generalmente no cuentan con unrepertorio adecuado de conductas queles permita evitar buscar en el alcoholuna forma de hallar soluciones a susproblemas. A pesar de que se sigueconsiderando a la educación como elmecanismo más efectivo de movilidadsocial y como sinónimo de mejora deingresos y condiciones de vida, es in-negable que no garantiza lo que se es-pera de ella. En esta etapa recesiva dela economía, es similar el panorama enlo que respecta a las oportunidades la-borales (Cisneros y Llona, 1997). Todoello implica que los jóvenes, muchasveces, se tienen que enfrentar con unmedio cada vez más complejo y debenafrontar situaciones para las cuales noestán necesariamente preparados. Poresto consideramos que el espacio uni-versitario podría proporcionarles nosólo habilidades académicas, sino tam-bién habilidades para la vida (soluciónde problemas, habilidades sociales yautorregulación de las emociones).

A partir de este estudio pensamos, encuanto al área de investigación, que

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existe la necesidad de continuar desa-rrollando estudios con población uni-versitaria procedente de institucionesprivadas y estatales, que nos permitaampliar nuestro marco de comprensiónde los fenómenos psicológicos que sepresentan asociados al consumo de be-bidas alcohólicas, en este estadio de lavida. Además, esto podría permitir eldesarrollo de programas específicos deprevención, en la medida en que seidentifiquen grupos diferenciados en elconsumo de alcohol.

Se resalta la importancia del desarro-llo de estudios longitudinales, los queposiblemente pueden ser llevados a ca-bo en universidades privadas y estata-les; así como también en centros de es-tudios no universitarios.

Sería conveniente para futuras inves-tigaciones, tomar en cuenta variablesde personalidad, como las expectativasasociadas al consumo de bebidas alco-hólicas. Esto debido a que el impactocombinado de las influencias sociales yla eficacia percibida en el uso tempra-no del alcohol, cigarrillos y marihuanaestá documentada en una investigaciónlongitudinal de Ellickson & Hays en1991 (Bandura, 1997).

Consideramos que a partir de los ha-llazgos podemos sugerir que las estra-tegias de prevención de la drogadic-ción, incluido el alcoholismo, se centreno sólo en la información sobre losefectos que provoca el alcohol en el or-ganismo y sus consecuencias para lasalud, sino también en el desarrollo de

la competencia individual basándoseen el entrenamiento de habilidades (to-mar decisiones, comunicación interper-sonal), y del autocontrol emocional.Especialmente porque las motivacio-nes más saltantes para beber son las deafrontamiento.

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