Algunas Estratagemas en La Dialéctica de Schopenhauer

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Algunas estratagemas en la dialctica de Schopenhauer

Algunas estratagemas en la dialctica de SchopenhauerRicardo Rojas Len*

En realidad no se trata de la verdad,sino de la victoria.SchopenhauerEl renacimiento de la dialctica y la retrica en el siglo pasado, trajo como consecuencia nuevos enfoques acerca de muchos de los elementos de la lgica aristotlica, as como nuevas concepciones acerca del papel de aquella en el mundo moderno.Para Aristteles, la retrica es una contrapartida de la dialctica[1], concibiendo la primera como la facultad de considerar en cada caso lo que puede ser convincente,[2]y a la segunda, como el arte de razonar sobre todo problema que se proponga a partir de cosas plausibles.[3]El estagirita, segn Volpi, situaba la dialctica en el mbito de la opinin, de la endoxa,[4]y la separaba claramente de la ciencia, considerando la erstica como una degeneracin de la primera, en la medida en que se basaba en opiniones engaosas o aparentemente plausible.El filosofo Arthur Schopenhauer, sin embargo, rescata una concepcin erstica de la dialctica. Para l, en la dialctica hay que dejar de lado la verdad objetiva o considerarla como accidente y nicamente considerar cmo defender las propias afirmaciones y demoler las del adversario.[5]El verdadero concepto de la dialctica - agrega es, pues, el sealado: una esgrima intelectual con el objeto de tener razn en la controversia,[6]En su nica obra sobre el tema, publicada luego de su muerte, Schopenhauer propone una serie de tcnicas y estratagemas, para lograr que la tesis de cada quien sea aceptada como vlida por el adversario y por quienes presencian la discusin. Lo curioso de esas estratagemas es que recomiendan toda clase de retorcimiento, falacia o tergiversacin, con tal de deslucir el argumento del contrario.En la estratagema No. 5, Schopenhauer propone que se puede tambin, para demostrar la propia tesis, hacer uso de falsas premisas cuando el adversario no quiere aceptar las verdaderas, bien porque no reconoce que sean verdaderas o bien porque ve que de ellas se deducir como consecuencia la tesis. Entonces se adoptarn proposiciones que son falsas en s mismas pero verdaderasad hominen, y se argumentarex concessisa partir del modo de pensar del adversario.Schopenhauer justifica el uso de este tipo de premisas diciendo que lo verdadero puede tambin deducirse de premisas falsas, pero no lo falso de premisas verdaderas. Y agrega que se puede tambin refutar tesis falsas del adversario por medio de otra tesis falsa que l acepta como verdadera.[7]En dos de sus estratagemas, el filsofo aconseja provocar la clera del adversario. En la estratagema No. 8 propone provocar la clera del adversario, pues, en su furor, no ser capaz de juzgar correctamente y percibir su propia ventaja. Se irrita su clera hacindole, sin disimulo, algo injusto, vejndolo y, en general, tratndolo con insolencia.[8]Y, en el estratagema No. 27, Schopenhauer recomienda que si el adversario, de forma imprevista, se enfurece frente a un argumento hay que insistir con ardor en ese mismo argumento; no slo porque es ventajoso hacer que se encolerice, sino porque se puede suponer que hemos tocado el flanco dbil de su razonamiento y se le puede acosar en este punto ms de lo que antes pensbamos.Otras estratagemas propuestas por el filsofo alemn aluden a losargumentos ad personam y ad hominem.As, en la estratagema No. 16, el autor de Los dos problemas fundamentales de la tica, recomienda argumentar ad hominen o ex concessis. Schopenhauer dice que si el adversario hace una afirmacin, hay que buscar si no est de alguna manera, y en caso contrario aunque sea solo en apariencia, en contradiccin con algo que anteriormente dijo o acept o con los principios de una escuela o secta que ha elogiado o aprobado, o con el comportamiento de los miembros de esa secta, aunque solo sea de los miembros no autnticos o aparentes, o con la misma conducta del adversario. Y pone como ejemplo de esto recomendarle que se ahorque a alguien que est defendiendo el suicidio. De alguna manera u otra ser siempre posible, -sostuvo- hallar alguna forma de vejamen.[9]Schopenhauer no slo recomienda usar falacias, sino responder falacias con falacias, como dijimos anteriormente, y responder los argumentosad hominendel adversario, con otros argumentosad hominen. El sostiene que si el adversario expone un argumento aparente o sofistico podemos anularlo sacando a la luz su carcter capcioso e ilusorio.[10] Pero es mejor, propone el autor, abatirlo con otro argumento igualmente sofstico y aparente.[11]Si, por ejemplo, presenta unargumentum ad hominem, es suficiente quitarle su fuerza con un contraargumentoad hominen (ex concessis).Una ventaja que advierte Schopenhauer de este tipo de respuesta que tiende a abreviar la contienda.Otras recomendaciones de Schopenhauer tienden a declarar incompetente al adversario, o, simplemente etiquetarlo. Sugerir la incompetencia del adversario sera una forma de salir de una situacin en la que no se tiene respuesta a los argumentos del adversario.[12]Para el autor bajo comento, una forma de eliminar, en forma rpida, o por lo menos de tornar sospechoso un argumento del adversario es reducirlo a una categora generalmente detestada, aunque la relacin sea tan slo de vaga semejanza o poco rigurosa". Schopenhauer propone, por ejemplo, etiquetar como maniquesmo, arrianismo , pelagianismo, idealismo, naturalismo, atesmo. El etiquetamiento, a su juicio, da por supuesto dos cosas: a) que el argumento del adversario cae dentro de esa etiqueta, y b) que la etiqueta ya est de por si refutada, y, por lo tanto, no puede contener verdad.[13]En su receta para tener razn frente al adversario, Schopenhauer recomienda, del mismo modo, desconcertar y aturdir al adversario con un manojo de palabras sin sentido. Cree Schopenhauer que al interlocutor de escasa formacin se le puede impresionar ofrecindole, con aire grave, un desatino que suene como algo docto y profundo, lo cual es presentado como una demostracin de la tesis que se sostiene. Con irona, Schopenhauer endilg a los filsofos alemanes de su poca, recurrir a este tipo de estratagema frente a todo pblico de su pas.Como el objetivo es vencer al adversario, sin importar que se utlicen medios lcitos o ilcitos, el escritor propone como ultima estratagema, para el caso en que el adversario sea superior y luzca que no nos conceder la razn, se debe adoptar un tono ofensivo, insultante y spero. El asunto se personaliza, pues del objeto de la contienda (dado que la partida est perdida) se pasa al contendiente y se ataca, de una manera u otra, a la persona.[14]Para Schopenhauer, este tipo de argumentacin ad hominen que propone es una apelacin de las fuerzas del espritu a las del cuerpo, a la animalidad.Es claro, que la dialctica que postula este autor alemn es completamente diferente de las dialctica aristotlica, e incluso, a la de Kant, el filsofo de Konigsberg, y a la misma dialctica hegeliana. El mismo Schopenhauer considera que la suya debe denominarse dialctica erstica, pues en ella se deja de lado la logicidad o veracidad de los argumentos, y todo se centra en la necesidad de vencer al adversario, a los ojos del pblico y del mismo contendor.Su recurrencia a sofismas y falacias, al argumento ad hominen,ad personam, ex concessis, non causae ut causae, la han tornado, a nuestro modo de ver, en una herramienta de escasa utilidad en materia de argumentacin jurdica, sobre todo en el mbito de la argumentacin judicial.Las ideas de Schopenhauer sobre su dialctica erstica las volvera a exponer en el captulo segundo del tomo II de su famoso libroParerga y Paraliponema, bajo el ttulo de Sobre la lgica y la dialctica.Como se ha visto, este escritor alemn redujo la dialctica a la erstica, rescatndola del lugar que Aristteles le haba asignado, pues como bien ha sealado Volpi, para el filosofo griego la erstica no puede representar ms que una degeneracin de la dialcticadado que esta parte slo en apariencia, es decir, engaosamente, de opiniones plausibles.[15]* El autor es abogado

[1]Aristteles, Retrica. Alianza Editorial, Madrid, 2002, pg. 45[2]Ibid idem[3]Ibid idem[4]Volpi, Franco. Schopenhauer y la Dialctica, pg, 105. Material de Estudio, UA.[5]Schopenhauer, A. El arte de tener razn., expuesto en 38 estratagemas Biblioteca Edaf, Madrid, 2005, pg. 26[6]Opus Cit., pg 27[7]Ibid idem, pg. 38[8] Ib. id. Pg. 40

[9]Ib. Id. Pg 45

[10]Ib. Id., pg 46

[11]Ib. Id., pg. 47

[12]Ver estratagema No. 31, Op. cit., pg. 58.[13] Ver estratagema No. 32, Op. cit., pg 60[14]Op.cit., pg. 65[15] Volpi, op. cit, pg. 105