Ansiedad, angustia y neurosis. Antecedentes conceptuales e históricos

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    Sarudiansky, MercedesAnsiedad, angustia y neurosis. Antecedentes conceptuales e histricos

    Psicologa Iberoamericana, vol. 21, nm. 2, julio-diciembre, 2013, pp. 19-28

    Universidad Iberoamericana, Ciudad de Mxico

    Distrito Federal, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Psicologa Iberoamericana,

    ISSN (Versin impresa): 1405-0943

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    Ansiedad, angustia y neurosis. Antecedentesconceptuales e histricos

    Anxiety, Angustia and Neurosis. A Conceptual and Historical Background

    Mercedes Sarudiansky1

    CONSEJONACIONALDEINVESTIGACIONES CIENTFICASYTCNICAS

    FACULTADDEPSICOLOGA

    UNIVERSIDADDEBUENOSAIRES

    RESUMENLa ansiedad es uno de los conceptos ms estudiados e investigados en el campo de la salud mental, sobre el cual al-

    gunos autores han destacado su carcter multvoco y ambiguo. En este artculo se realiza un recorrido etimolgico y

    conceptual sobre la ansiedad, intentando reflejar la variabilidad de contenidos que presenta este trmino en la actuali-

    dad, en sus distintos planos de abordaje. En primer lugar, se hace reerencia a los antecedentes lingsticos del vocablo

    ansiedad, destacando las problemticas surgidas a partir de la traduccin de trminos clave. En segundo lugar, se da

    cuenta de la perspectiva de distintos reerentes de la psicopatologa occidental sobre este concepto, as como de los

    criterios de clasificacin propuestos. Posteriormente, se seala la relacin del concepto de neurosis con las descripcio-

    nes actuales sobre la ansiedad. Para finalizar, se destaca la importancia de considerar estas cuestiones tanto en el rea

    clnica como en los terrenos acadmicos y de investigacin.

    Palabras clave: ansiedad, angustia, neurosis, descripciones, psicopatologa.

    ABSTRACT

    Anxiety is one of the most frequently studied and researched topics in the field of mental health and some authors havefocused on its multivocal and ambiguous nature. Tis article studies the etymological and conceptual aspects of anxiety,

    in order to reflect the variability of contents that are currently described by the various usages of this term. Firstly, we refer

    to the linguistic background of the term anxiety, in particular the problems arising from the translation of key words.

    Secondly, we examine the perspective of various referents of western psychopathology in regard to this concept, as well as

    the proposed classification criteria, before identifying the relationship between the concept of neurosis and the current des-

    criptions of anxiety. Finally, we highlight the importance of considering these questions both in terms of clinical treatment

    and in relation to the fields of academia and research.

    Keywords: anxiety, distress, neurosis, descriptions, psychopathology.

    1Recibido: 21 de noviembre, 2013 Aceptado: 6 de agosto, 2013.Correspondencia: Mercedes Sarudiansky, Guardia Vieja 4357, PB 5, Ciudad Autnoma de Buenos Aires, Argentina, C. P. 1192.

    Psicologa Iberoamericana (julio-diciembre, 2013), vol. 21, no. 2, pp. 19-28. ISSN1405-0943

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    INTRODUCCINLa ansiedad es, sin lugar a dudas, uno de los conceptoscentrales en el mbito de la salud mental. Sin embar-go, ello no implica que se trate de una categora sim-ple y uniormemente definida, sino que ya desde sus

    bases etimolgicas y de sus antecedentes conceptuales,tericos y disciplinares podemos dar cuenta de que esun constructo diuso, ambiguo y complejo (Jablensky,

    1985; Lewis, 1980). Muchas veces estas caractersticasno son consideradas por investigadores, acadmicos yproesionales de la salud mental; por este motivo, la ex-plicitacin de estas cualidades es un aspecto importan-te a tener en cuenta para que los enmenos como laansiedad puedan ser entendidos y estudiados en todasu extensin.

    El objetivo del presente trabajo es presentar un re-corrido etimolgico y conceptual sobre la ansiedad, quesustenta la variabilidad de contenidos de este trmino,en la actualidad, tanto en el plano tcnico-proesionalcomo del lenguaje cotidiano. Se iniciar haciendo ree-rencia a los antecedentes lingsticos del vocablo, paraluego dar cuenta de las cualidades o las caractersticasque se incluyen en este concepto. Posteriormente, seexpondr cmo lo abordaron dierentes autores ree-rentes de la psicopatologa occidental, ya sea desde suenomenologa en particular, a partir de su relacin

    con el miedo como desde la propuesta de cuadrosdiagnsticos discretos. A continuacin, se plantea unoco en el concepto de neurosis, el cual demuestra seruno de los eslabones clave para la definicin de muchosde los criterios diagnsticos utilizados en la psicologa

    actual, entre ellos los que se refieren, contempornea-mente, como trastornos de ansiedad. Este recorridopermitir dar cuenta de la heterogeneidad sintomticay enomenolgica que caracteriza a la ansiedad en loscriterios diagnsticos actuales, cuestin que se eviden-cia de manera concreta a partir de los dierentes cua-

    dros y enermedades que presentan distintos autorescomo antecedentes directos de esta categora, y que serefleja en la diversidad de teoras explicativas coexis-tentes en los mbitos de salud mental contemporneos.

    LOS VOCABLOS ANSIEDAD Y ANGUSTIADesde un punto de vista etimolgico, la palabra an-siedad tiene un antepasado directo en latn, anxietas.Este trmino latino proviene, a su vez, de la raz in-

    doeuropea anghde la cual se deriva no slo y aquest lo interesante el vocablo anxietas, sino tambinla palabra ango, angustia. Ambos trminos, como losealara Pichot (1999), eran utilizados de manera in-distinta para hacer reerencia a dierentes significados,

    tal como puede rastrearse en textos de autores clsicoscomo Cicern o Virgilio: constriccin angostamien-to, achicamiento y surimiento. Y es justamente estaambigedad de significados y de trminos (ansiedad/angustia; constriccin/surimiento) la que atravesartoda la historia del concepto y que llegar hasta nues-tros das. La distincin ansiedad/angustia, especialmentecuando nos reerimos a terminologa tcnica psicol-gico-psiquitrica, guarda especial inters para la lenguacastellana, puesto que ambos trminos hacen reeren-cia a trastornos, cuadros o sintomatologa propias deestas disciplinaspsi. El rancs tambin posee la mismadualidad: anxit/angoisse. Por el contrario, la utiliza-cin de vocablo equivalente a angustia en el idiomaingls no posee el mismo peso. El trmino anxietyesel depositario de todas las elucidaciones conceptua-

    lespsi, as como el trmino angstlo es para el alemn.Este hecho dar pie a discusiones en torno a la distin-cin o indistincin de estos conceptos (en espaol yrancs), dadas las conusiones derivadas de los traba-

    jos de traduccin. Encontramos, pues, una asimetraterminolgica en relacin con la ansiedad y la angus-tia en espaol, respecto del alemn y del ingls dosde las principales uentes de teoras y praxis en psiquia-tra, psicologa y psicoanlisis, no as en rancs. Deesta manera, es esperable que encontremos dierenciasen relacin con el origen de las uentes: mientras que enlos textos traducidos del rancs es comn hallar acla-raciones respecto de la equivalencia o no de ambos tr-minos, esta disquisicin no se encuentra con la mismaacilidad en los textos anglosajones (a excepcin de, por

    ejemplo, Lewis, 1980 o Barlow, 2002). Un claro ejemplo de ello es el clebre diccionariode medicina editado por Littr y Robin (en Berrios,2008), quienes definieron angoisse como sensacinde constriccin o de presin en la regin epigstrica,acompaada de una gran dificultad para respirar y deinmensa tristeza; ste es el grado ms avanzado de laansiedad. Mientras que anxit se corresponda conun estado afligido y agitado, con sensacin de difi-

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    cultad respiratoria y presin sobre la regin precor-dial; inquietud, ansiedad y angustia eran tres etapasdel mismo enmeno. Desde esta perspectiva, la di-erenciacin entre tres trminos ansiedad, angustiae inquietud tiene un carcter dimensional, esto es,

    se distinguen en virtud de su grado de severidad o decapacidad de generar surimiento al individuo. Por su lado, Hardy, Hardy y Kerneis (1985) re-miten a la distincin propuesta por Brissaud en 1890,quien defina a la angustia como un trastorno sico ca-racterizado por una sensacin de constriccin, mien-tras que la ansiedad se corresponda con un trastornopsquico que contiene sentimientos de inseguridad. Detodas maneras, en el posterior desarrollo del artculode Hardy et al. (1985) no existe una dierenciacinconceptual entre ambas locuciones. Contrariamente

    a estas perspectivas, Ey (2008) destaca la postura deBoutonier, quien, siguiendo la tradicin humanista, nodistingue entre ansiedad y angustia. De todas maneras,

    Ey hace reerencia al uso cotidiano de los trminos, re-servando el de angustia para la vertiente sica de laemocin. Sin embargo, y de manera explcita, emplea-r ambos de manera indistinta durante toda su obra.

    Dentro de las vertientes anglosajona y germnica,se encuentra una observacin de Strachey (1999); en suintroduccin a uno de los primeros escritos reudia-nos acerca de la angustia Sobre la justificacin deseparar de la neurastenia un determinado sndro-me en calidad de neurosis de angustia seala queFreud, si bien en sus obras en alemn distingue entrelos vocablos angst (angustia), furcht (temor) y schreck(terror), en sus escritos en rancs utiliz como sinni-mos angoisse yanxitpara traducir el trmino angst.Esta cuestin corrobora, en parte, lo que planteamos alprincipio respecto de la dierencia entre la perspectivaranco-espaola, que posee dos trminos tcnicos, dela alemana y la inglesa, que tienen nicamente uno.

    Como se ha podido observar, esta asimetra noslo se desprende de la cantidad de palabras tcnicasdisponibles en uno u otro idioma, sino tambin de lacantidad o la calidad de acepciones que cada uno delos autores le atribuy a los trminos. De esta mane-ra, a pesar de que, por ejemplo, del alemn al ingls

    slo habra una opcin de traduccin del vocablo angstanxiety,ciertos autores, como Lewis (1980), dancuenta de la inexactitud de tal correspondencia. As,

    sugiere, como en el caso de la obra de Kierkegaard, queexpresiones tales comopavor, agona, terroro miedose-ran acepciones ms correctas para traducir al trminoangstal ingls. De este modo, la vertiente terminolgicade la ansiedad presenta dierentes vocablos, los cuales

    pueden uncionar tanto como sinnimos especial-mente en el terreno de lo coloquial, aunque muchasveces poseen caracteres especficos que los dierencianunos de otros. De todas maneras, esta especificidad, seapor las dificultades relativas a la traduccin o por lascomplejidades propias de cada lengua, muchas vecesse encuentra poco establecida, producindose, de estemodo, indistinciones en el plano del lenguaje tcnico oconceptual del mbitopsi.

    LAS MANIFESTACIONES DE LA ANSIEDAD

    EN PSICOPATOLOGABerrios (2008) explica que las conductas de tipo an-sioso inquietud y desasosiego, segn el autorpueden ser rastreadas en la bibliograa de distintosmomentos histricos. En eecto, desde los primerostextos atribuibles a la disciplina mdica occidental, sehaca reerencia a estados de angustia o afliccin queacompaaban el curso de distintas enermedades si-cas, aunque no necesariamente eran circunscriptos acuadros mrbidos especficos. Por ejemplo, en el siglo a. C., enAforismos y sentencias Hipcrates sealabasobre un enermo: En el [da] tercero estuvo muy ca-do, tuvo sed, congoja en el estmago, mucha inquietudy afliccin con angustias, delir (enermo vigesimo-segundo). Asimismo, tal como plantean Papakostas,Efychiadis, Papakostas y Christodoulou (2003), tam-

    bin pueden observarse condiciones homologablesa estados de ansiedad en textos de Socles, Platn oArateo.

    Ya entrado el siglo , Pinel inclua en distintoscuadros los sntomas que actualmente se correspon-

    deran con la ansiedad, tales como la epilepsia, la me-lancola o ciertas neurosis, al igual que Georget (Beer,1996). Ms adelante Ey, en su introduccin al estudiosobre la ansiedad mrbida, da cuenta de ella como unareaccin aectiva patolgica tan general que, lejos deconstituir un sntoma o un sndrome bien delimitado,se encuentra ms o menos en la estructura misma detodos los estados psicopatolgicos colorendolos asde uno de los reflejos ms especficos del alma humana,

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    la inquietud y el miedo (Ey, 2008). As, se evidencianciertas coincidencias con la postura de Pinel, pues, msque ser un cuadro especfico, complementa enerme-dades ms complejas, mientras que, a su vez, nos da piepara relacionar de manera concreta a la ansiedad con

    el miedo y la inquietud. ste es un punto que reviste una suma importan-cia, ya que en la mayora de los textos contemporneosque tratan sobre la ansiedad, se hace reerencia, las msde las veces, a su relacin con el miedo. Al miedo comouna experiencia propia de los seres humanos aunque

    no exclusiva, la cual implica ciertas consecuencias,ya sean stas comportamentales, fisiolgicas, emocio-nales, psicolgicas, cognitivas o espirituales.

    MIEDO, ANSIEDAD Y LA DISTINCIN ENTRENORMALIDAD Y PATOLOGACuando hablamos de miedo nos reerimos a una emo-cin o una respuesta psicolgica, comportamental ofisiolgica, respecto de un estmulo potencialmentepeligroso. Su existencia se asocia con un circuito dedeensa filogenticamente antiguo esto es, desde unpunto de vista darwiniano, compartido con organis-mos incluso ms primitivos en la escala evolutiva queposibilit a las distintas especies hacer rente a preda-

    dores o amenazas y, por ende, a sobrevivir, puesto que

    pone en movimiento mecanismos de huida, paraliza-cin o lucha (Cannon, 1927). De manera descriptiva,estas respuestas del organismo rente a las amenazasse podran ordenar en distintos niveles: en el fisiolgi-co, la activacin de ciertos mecanismos biolgicos queinvolucran al sistema nervioso central, cardiovascular,neuroendocrino, inmunolgico, digestivo, entre otros,los cuales seran responsables de respuestas tales comoel aumento del ritmo cardiaco, la vasoconstriccin enextremidades, la aceleracin de la respiracin, la sudo-racin y la dilatacin de las pupilas. Estas respuestas

    son coherentes con los comportamientos que se aso-cian a la lucha o la uga, como por ejemplo las necesi-dades bsicas implicadas en correr o combatir (para locual es necesario un aumento del torrente sanguneo,as como tambin mayor cantidad de oxgeno en san-gre), evitar lastimaduras graves (la vasoconstriccinde las extremidades impedira el sangrado excesivo enestas partes del cuerpo que ms expuestas estn) o laagudeza perceptiva e hipervigilancia. En el nivel psi-

    colgico, el miedo se encuentra relacionado con unasensacin de aprensin, de inquietud, nerviosismo eincertidumbre. Existe cierto consenso en considerarque este tipo de reacciones son universales, esto es,estn presentes en todos los seres humanos, e incluso

    en la mayora de las especies vertebradas. Ello se evi-dencia, en la prctica, a partir de la existencia de in-vestigaciones sobre respuestas al miedo basadas enmodelos animales, en reerencias de tales reaccionesen la antigedad e, incluso, en contextos distintos almundo occidental como, por ejemplo, en los do-cumentos de la medicina tradicional china, donde elmiedo est incluido como una de las cinco emocionesundamentales (Hsu, 1999). De este modo, se tiene una emocin o reaccin

    el miedo a la cual se le puede atribuir cierto carc-ter universal, que involucra una activacin en distintosniveles del organismo a partir de la presencia de un pe-ligro (ya sea ste una situacin, un predador o un ob-jeto). eniendo en cuenta la relacin que hay, en laactualidad, entre la ansiedad y el miedo particular-mente, en uncin de la pertinencia del miedo comouno de los elementos bsicos para la definicin de lostrastornos de ansiedad, se puede afirmar que estascualidades atribuibles a l tambin deberan estar pre-sentes en una definicin de la ansiedad.

    Sin embargo, la relacin entre miedo y ansiedadtampoco ha sido demasiado clara. Freud, por ejemplo,dierenciaba la angustia angst del miedo furcht y

    del terror schreck (vase supra), sealando que loque distingue a la angustia del miedo se basa en la an-ticipacin del peligro, por lo que no es necesaria lapresencia real del objeto amenazante, mientras que elterror se caracteriza por la intensidad de la reaccin.Jaspers (1998) tambin haca esta distincin, soste-niendo que el miedo se encuentra orientado hacia algoo alguien, mientras que la ansiedad no presenta un

    objeto determinado. Contrariamente, Pichot (1999) se-ala que en realidad la lengua alemana no hace tal dis-tincin, ya que el vocablo angstsignifica tanto miedocomo ansiedad, por lo cual, segn l, es una paradojaque los autores alemanes sean los que ms dierencienambos trminos. Sin embargo, esta discriminacin no ha tenido unconsenso homogneo en el mbito psicolgico-psi-quitrico. Desde tiempos tempranos, distintos autores,

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    como por ejemplo Storring (Ey, 2008), ya concluanque el miedo es una orma especializada de la angus-tia/ansiedad. De hecho, dentro del abanico que en-globa las reacciones que podran ser catalogadas comoansiosas, aquellas reerentes al miedo desempean un

    papel destacado, pero debemos tener en cuenta que elconstructo ansiedad/angustia es ms complejo an. En un principio, basndose en el uso popular detales palabras en espaol, se puede observar que el mie-do, en general, hace reerencia a una reaccin negativa,no deseada. Sentir miedo, pese a sus caractersticas ms

    o menos adaptativas, no es algo que las personas deseentener. Con la ansiedad, por el contrario, se encuentrauna ambigedad en cuanto a su contenido connotativo.Este trmino puede ser utilizado de manera positiva:

    sentir ansiedad, en muchos casos, es visto como equi-valente a tener expectativas, a la ilusin de algo que estpor venir; por otro lado, tambin se encuentra asocia-da a tecnicismos psicolgico-psiquitricos. En ciertoscontextos, tener ansiedad o ser ansioso/a, lejos deposeer una connotacin positiva como se mencionpreviamente, se relaciona ms con patologa y ener-medad que, incluso, el miedo. De la misma manera, laangustia tambin se encuentra muy ligada a trminostcnicos propios de las disciplinaspsi. Desde su connotacin negativa, se observa a su

    vez una vertiente ligada con la patologa y otra aso-ciada a los enmenos normales. La distincin entreuno y otro es una cuestin que se sigue discutiendohoy en da. De esta manera, nos encontramos con un trmi-no ansiedad que etimolgicamente se relacionacon otro angustia, pero que de manera descriptivase asocia al miedo, al nerviosismo y a ciertos estadospatolgicos, ya sea como un cuadro nosolgico ms o

    menos completo, o en orma de signos o sntomas quecomplementan a otros trastornos. En ambas vertientes

    la que llamamos positiva y aquella ms ligada conla patologa, la ansiedad se relaciona con un aumen-to de la tensin del organismo, ocasionado por la acti-vacin psquica y/o biolgica rente a la presenciade un peligro (real, imaginado o anticipado) o de unaexpectativa de diversa ndole, lo cual trae como conse-cuencias un gran abanico de sensaciones, emociones ycogniciones diciles de delimitar o de categorizar. Ellohace a la inespecificidad del constructo ansiedad. Sin

    embargo, desde el campo de la psicopatologa se hanrealizado intentos de delimitar qu sntomas se aso-cian con la ansiedad y cules no.

    CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGA

    SOBRE LA ANSIEDADAs pues, desde hace ms de cien aos se han hechointentos para clasificar y tipificar los sntomas que se

    asocian con la ansiedad/angustia. En un artculo de1894, Freud ya haca reerencia a las distintas carac-tersticas de las neurosis de angustia, entre las que in-cluye: irritabilidad general, expectativa angustiada, laposible presencia de ataques de angustia, los cualesse caracterizan por perturbaciones de la actividad car-diaca (palpitaciones, arritmia, taquicardia), pertur-

    baciones de la respiracin (disnea nerviosa, ataquessemejantes al asma, etc.), oleadas de sudor, temblores yestremecimientos, ataques de hambre, diarreas, terrornocturno, perturbaciones digestivas, vrtigo, conges-tiones y parestesias (Freud, 1999).

    Ey, al reerirse a la ansiedad como un modo deorganizacin catastrfica, rente a un peligro a vecespresente e inminente, pero a veces ausente e inclusoimaginario (Ey, 2008), seala que para su descripcindeben tomarse en cuenta, undamentalmente, tres as-pectos: la amplificacin peyorativa, que se refiere a la

    exageracin de las perspectivas pesimistas ligadas conla desgracia; la espera del peligro uturo e inminente,que puede incluir el miedo a la muerte, al mal, al dolor,a la tortura, etc.; y, por ltimo, el desasosiego, el senti-do agnico de la existencia.

    Segn los sistemas de clasificacin vigentes (Ame-rican Psychiatric Association, 2000; OrganizacinMundial de la Salud, 1992), los trastornos de ansiedadse organizan en dierentes cuadros, que incluyen desdeestados paroxsticos ansiosos los ataques de pnico ocrisis de angustia hasta trastornos que se definen por

    la presencia de temores irracionales o preocupacionesexcesivas, que no necesariamente incluyen la sintoma-tologa aguda. Otro de los puntos clave a la hora de definir laansiedad tiene que ver con el hecho de si sta es unenmeno circunstancial (es decir, agudo, transitorio)o permanente (de carcter crnico). Por ejemplo, unode los instrumentos psicomtricos ms utilizados parala evaluacin de la ansiedad, el Inventario de Ansiedad

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    Rasgo-Estado (Spielberger, Gorsuch & Lushene, 1970),da cuenta de esta distincin, sealando que la ansiedad-estado supone un estado emocional transitorio, mien-tras que la ansiedad-rasgo se explica a partir de lo quesera una tendencia ansiosa, propia de un rasgo de

    personalidad.En cuanto a la sintomatologa que caracteriza a la

    ansiedad, Kristensen, Mortensen y Mors (2009) en-contraron 110 sntomas corporales y 77 sntomasemocionales y cognitivos, cuestin que evidencia queel concepto de ansiedad presenta la capacidad de ser

    permeable a la inclusin o exclusin de todo tipo desintomatologa. Ahora bien, esta particularidad tendr distintasconsecuencias: por un lado, una exuberante cantidad

    de investigaciones, ya sea en ciencia bsica o aplica-da, en torno al estudio de sus distintas maniestacio-nes; otra inagotable suma de investigaciones en tornoa sus posibles dispositivos de atencin; una gran di-versidad de teoras sobre sus causas y mecanismosdesde distintas perspectivas (biolgicas, etiolgicas,psicolgicas, sociales, religiosas, etc.). A su vez, debi-do a esta inespecificidad es posible asociarla con otrosconceptos tales como las neurosis sobre lo cual nosdetendremos a continuacin, la histeria, el estrs,las obias, as como otras enermedades no necesa-

    riamente reservadas al campo de las disciplinas psi,como las cardiopatas, el cncer, los trastornos diges-tivos, etctera.

    ANSIEDAD Y NEUROSISDistintos autores ubican a la neurosis como uno de losconceptos clave que nos ayudar a proundizar nues-tro recorrido (Conti & Stagnaro, 2007; Berrios, 2008).El trmino ue introducido, ormalmente, en la litera-tura mdica occidental por el mdico escocs WilliamCullen en 1769, haciendo reerencia a enermedades

    de los sentidos y del movimiento, sin fiebre idiopticay sin aeccin local (Cullen, 1783). De esta manera, ladistingua de otras clases de enermedades agrupadas

    bajo los nombres de fiebres o pirexias (entre las cualesse encontraban la neumona, gastroenteritis, hepati-tis, malaria, urticaria), caquexias (que inclua sfilis,escorbuto, tricoma), y locales (donde se agrupabanbulimia, polidipsia, ninomana, anorexia, nostalgia,aona, estrabismo). Este autor se bas en la metodo-

    loga propuesta por Sydenham2para realizar su taxo-noma de las enermedades. La justificacin para laintroduccin de esta categora se bas en la necesidadde superar la inexactitud del concepto de enerme-dad nerviosa,3puesto que casi todas las alteraciones

    mrbidas del cuerpo, hasta donde se puede entender,dependen de tal manera de las mociones del sistemanervioso, que casi todas las enermedades podran,en este sentido, ser denominadas nerviosas(Cullen,

    1808). A su vez, dentro del grupo de las neurosis en-contramos cuatro categoras u rdenes principales: lascomatas, que suponan una disminucin de los mo-vimientos voluntarios, con sueo o una suspensinde los sentidos, las cuales incluan a la apopleja y lasparlisis; las adynamiae, que implicaban una dis-

    minucin de los movimientos voluntarios, cuyoscuadros principales eran el sncope, la dispepsia, lahipocondriasis y la clorosis; en tercer lugar los spas-mi o espasmos, esto es, movimientos irregulares de losmsculos, entre los que se encontraban el ttanos, lasconvulsiones, corea, epilepsia, palpitaciones, asma,disnea, clera, diarrea, diabetes, histeria e hidroobia;y finalmente, las vesaniae, un trastorno de las un-ciones de las acultades mentales de juicio, sin fiebreni somnolencia, donde se ubicaban la amentia, la me-lancola, la mana y la onirodinia.

    Como puede observarse, en la denominacin deneurosis aparece una gran diversidad de cuadros, al-gunos de los cuales sera discutible que en la actualidadse rotulen de esta manera. De todos modos, tal distin-cin tuvo un gran impacto en la medicina de la poca,e incluso en uno de los mdicos que ms influenciatuvo en el desarrollo de las disciplinas psicolgico-psi-

    quitricas, como Philippe Pinel (1745-1826). Sin em-

    2Tomas Sydenham (1624-1689) ue uno de los mdicos ms recono-

    cidos de la Inglaterra del siglo . Es considerado como uno de losprecursores de los sistemas diagnsticos actuales, puesto que propusoque las clasificaciones mrbidas no se basen en teoras especulativas,sino ms bien en descripciones clnicas precisas. om como modelolas clasificaciones botnicas, sosteniendo que debe tenerse en cuenta elmismo nivel de detalle. Asimismo, ue uno de los precursores en lo quehace a relacionar diagnstico y pronstico de las enermedades (Balint,Buchanan & Dequeker, 2006).3De todas maneras, la denominacin enermedades nerviosas, a pe-sar de la aparicin del concepto de neurosis, sigui utilizndose hasta laactualidad. El taxn nervios es una categora que an sigue vigente yque, de hecho, ha generado discusiones en torno a su relacin con lostrastornos de ansiedad segn el - (2000).

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    bargo, esta acepcin del trmino no se mantuvo intactaa lo largo de los siglos que suponen su existencia. Porejemplo, Georget (1795-1828) las redefini como en-ermedades crnicas e intermitentes, sin lesin anat-micapost mortem, no necesariamente peligrosas, pero

    que ocasionaban excesivo surimiento en quienes laspadecan. Segn este autor, las neurosis podan incluirdolores de cabeza recuentes, locura, hipocondra, ca-talepsia, corea, histeria, palpitaciones nerviosas, asma,gastralgia y neuralgias (Beer, 1996). Beer seala que lapredominancia del mtodo anatomo-clnico, en la me-

    dicina del siglo , propici la proundizacin de estadistincin entre enermedades uncionales y aquellascon cierta base anatmica, lo cual ubicaba a las neu-rosis ms en el campo de la neurologa que en la psi-

    quiatra. De todas maneras, la discusin en torno a lalocalizacin anatmica o no de ciertas enermedadesneurticas es un tpico que an sigue vigente. La cualidad de uncional no resulta til para de-limitar un grupo ms o menos circunscripto de ener-medades, ya que, como seala Kppe (2009), existendierentes maneras de utilizar tal trmino. Por ejemplo,uno de los usos ms comunes durante el siglo su-pona que para que una enermedad sea consideradauncional no deba haber evidencia de explicacin ana-tmica o fisiolgica. Desde esta perspectiva, las neuro-

    sis seran entidades transitorias, las cuales perdern sucualidad en el momento en que se encuentre su expli-cacin somtica. Otra postura pone en primer plano laoposicin anatoma-fisiologa, anloga a la relacin es-tructura-proceso, remitiendo el carcter de uncional aeste ltimo trmino. De manera contradictoria, lo un-cional tambin puede remitir a lo fisiolgico, esto es,a cierto carcter sico del cuadro, en oposicin, quiz, alas cualidades predominantemente psicolgicas o cog-

    nitivas de otros cuadros. Por ltimo, el autor ubica unacuarta acepcin del trmino, caracterizndolo como

    un concepto genrico comodn que implicara unareerencia diusa al sistema nervioso.

    As pues, teniendo en cuenta que el carcter deuncional sirvi de undamento para la descripcinde las neurosis como entidades nosolgicas ms o me-nos delimitadas, y descartando la homogeneidad osimplicidad semntica de tal variable, Kppe (2009)sostiene que debe considerarse meramente como untrmino clasificatorio, ya que puede rastrearse una

    gran variacin de definiciones entre los psiquiatras yneurlogos del siglo , lo que dificulta la delimita-cin de un sntoma central para tal concepto. No obstante, es de destacar que el estudio de lasneurosis ue expandindose cada vez ms en el campo

    de la medicina occidental, ocupando un lugar impor-tante en la disciplina psiquitrica. El pasaje de la neu-rologa a la psiquiatra ue acompaado por un cambioen su concepcin, que pas de ser una enermedadgrave de los nervios, a considerarla como trastornospsiquitricos menos severos. Aun as, tal distincintambin es relativa.

    NOSOLOGA DE LAS NEUROSIS Y LA ANSIEDADEn el vasto terreno nosolgico que integra la primera

    definicin de las neurosis se nos hace complejo relacio-nar esta categora con la ansiedad. A partir de finalesdel siglo se configuran como representante arcai-ca de los actuales trastornos mentales y, en especial,de la vertiente patolgica de la ansiedad y la angustia. De todas maneras, en la categora ideada porCullen en especial las que se refieren a las obras deTomas Willis y Sydenham se encontraban bajo elala de las neurosis cuadros tales como la histeria, la hi-pocondra y la melancola, a la vez que reerencias asntomas incluidos en descripciones contemporneas

    de la ansiedad como disnea, dispepsia o palpitaciones.Por ende, nos encontramos con un trmino que, lle-gado el caso, y a pesar de su heterogeneidad, guardauna relativamente cercana correspondencia con lo queconsideramos hoy por hoy trastornos mentales y, enespecial, con el espectro ansiedad-depresin. As, por ejemplo, el mdico rancs Paul Briquet(1796-1881) defina a la histeria como una neurosisdel encalo, cuya sintomatologa poda incluir cons-triccin epigstrica, opresin torcica palpitaciones,soocacin, mareos y agitacin (Conti & Stagnaro,

    2007). Esto es, maniestaciones que nos refieren aaquellas atribuibles a la ansiedad o a la angustia, comoya se mencion en el punto anterior. Por su parte, Jean-Marie Charcot (1825-1893) hace reerencia a la neu-rastenia histrica masculina; la ejemplifica a partir deun caso clnico de un sujeto que refiere sntomas talescomo sensacin de ahogo, tinitus, palpitaciones, tam-baleos, alteraciones visuales y sensacin de desmayo(Conti & Stagnaro, 2007).

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    Es necesario destacar, adems, la reerencia en-contrada a tal asociacin en la obra de Freud, ya quese evidencia una estrecha relacin entre la sintoma-tologa ansiosa y el concepto de neurosis. Sin ir mslejos, desde sus primeras obras este autor se refiere a

    distintos cuadros como la histeria, la neurosis ob-sesiva, la histeria de angustia, la neurosis de angustiay la neurastenia, los cuales agrupa en las categorasde neurosis actuales y psiconeurosis. Segn VallejoRuiloba y Gast Ferrer (2000), la obra reudiana resul-ta novedosa y revolucionaria por agregar una varia-

    ble simblica a la concepcin de la neurosis, as comotambin por darle un sustento terico unificador parasu explicacin etiopatognica. La neurosis de ansiedad o neurosis de angus-

    tia cuya descripcin ms clebre ue realizada porFreud a finales del siglo ue, hasta la dcada de1980, el diagnstico por excelencia en torno a la an-siedad. Sin embargo, la generalidad y poca especifici-dad del trmino neurosis, sumado a los desarrollosen torno a las bases biolgicas, psicolgicas y socialesde la ansiedad que privilegiaban una clasificacinms descriptiva que conceptual para las investigacio-nes, hicieron que sea finalmente removido de la ter-cera edicin del manual diagnstico de la AsociacinPsiquitrica Americana (, 1980), as como de sus

    posteriores ediciones. Sin embargo, los trastornos neu-rticos siguen siendo una categora actual y vlida entimamente relacionada con la ansiedad y las obias,segn la dcima edicin de la Clasificacin Interna-cional de las Enermedades de la Organizacin Mun-dial de la Salud (, 1992). Asimismo, en el casoparticular de Argentina como as de otros pases deAmrica Latina, la amplia aceptacin y diusindel psicoanlisis hizo de las neurosis uno de los con-

    ceptos ms utilizados tanto en el campo especfico delas disciplinas psi, como en el contexto cotidiano.

    La heterogeneidad sintomtica de las descrip-ciones de estos cuadros, sumada tanto a las limitacio-nes como a los avances en relacin con los mtodose instrumentos diagnsticos, permiti que sea posi-ble rastrear los antecedentes de la ansiedad en el senode una gran diversidad de disciplinas biomdicas. Eneecto, tal como lo plantea Berrios, antes de ormarparte de un concepto ms o menos unitario, los snto-mas de ansiedad aparecan en reas tan dismiles como

    la cardiovascular, gastrointestinal, del odo interno, oneurolgica; esto puede evidenciarse en el hecho deque hasta finales del siglo los trabajos en relacincon ella se encontraban en revistas mdicas, y no espe-cficamente psiquitricas (Berrios, 2008). Algunos de

    los cuadros que pueden uncionar como antecedentesde los trastornos de ansiedad tal como los conocemosen la actualidad son delirio emotivo (dlire emotif),descrito por Bnedict-Augustin Morel (1809-1873) afines del siglo ; neuropata cerebro-cardiaca, pro-puesta por Krishaber en 1873; agoraobia, introduci-do y descrito por Carl Otto Westphal (1833-1890) en1871; neurastenia, trmino utilizado por George Beardpara designar un estado crnico de agotamiento sicoy mental, acompaado por sntomas vagos y generali-zados de disconort y disunciones corporales; corazn

    irritable (o sndrome de Da Costa) y astenia neuro-circulatoria, cuadros asociados con la medicina militardurante la guerra civil estadounidense.

    CONCLUSIONESHemos podido ver que la nocin de ansiedad conlleva

    una complejidad que parte desde su misma delimita-cin como vocablo y, en consecuencia, como concep-to. Al mismo tiempo, es evidente que la de neurosisy las maniestaciones asociadas han podido abarcar

    una gran diversidad de campos dentro de la biomedi-cina, y han generado distintas especulaciones en tornoa su posible explicacin, los aspectos implicados ensus causas, as como las estrategias teraputicas quepodran ser tiles a la hora de pensar un tratamiento.A su vez, hemos podido observar que a pesar de quelas neurosis y su heredera por excelencia, la ansie-dad, desde mediados del siglo , han sido objetode estudio casi exclusivo de la psiquiatra y la psicolo-ga, su modo de expresin undamentalmente som-tica las hacan parte de ramas biomdicas tales como

    la neurologa o la cardiologa. De todas maneras, lasneurosis se transormaron en uno de los bastiones msimportantes de las distintas tradiciones psicolgico-psiquitricas, conservando asimismo la caractersticaundamental de incluir en sus definiciones una grancantidad de posibles maniestaciones o sntomas. almultiplicidad puede observarse, adems, en los dis-tintos cuadros descritos, desde siglos atrs, que sederivan o relacionan con estas primeras acepciones del

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    trmino. Ellos contienen, asimismo, los antecedentesde ciertos cuadros psicopatolgicos actuales segnlas nosograas vigentes, en especial en lo que haceal nasis en ciertas maniestaciones o sntomas, comopor ejemplo, aquellos ligados al terreno cardiovascular

    y respiratorio. La diversidad sintomtica de estos cua-dros mrbidos se refleja, asimismo, en la multiplicidadde teoras que han intentado explicar los enmenosansiosos, las cuales van desde explicaciones biolgicashasta elucubraciones sobre procesos inconscientes.

    Esta caracterstica de la ansiedad y sus antece-

    dentes conceptuales, muchas veces ha sido invisibi-lizada por algunas investigaciones, que presentan alconstructo ansiedad como un enmeno discreto yespecfico. En eecto, en varias ocasiones, en distintos

    mbitos, se califican ciertas conductas como ansiosas,sin especificar qu se entiende por ansiedad, dejandode lado, justamente, las caractersticas polismicas delconstructo. Destacamos la importancia de estas cuestiones,en particular, en aquellos contextos donde es necesa-

    ria la interaccin de distintos proesionales del campode la salud psiclogos, psiquiatras, entre otros queadscriban y manejen dierentes marcos tericos. A lavez, resulta de particular inters en aquellos pases enlos que categoras como angustia y ansiedad puedan

    ser utilizados indistintamente, como es el caso de lospases hispanoparlantes. Puesto que esta indierencia-cin es evidente en los sistemas diagnsticos operati-vos ms extensamente utilizados, como son el y la

    , la utilizacin de uno u otro trmino puede generarconusiones, no slo en los proesionales del campo dela salud, sino tambin en los pacientes diagnosticados.De esta manera, proponemos pasar de una perspecti-va centrada en la simplificacin de un concepto eneste caso, la ansiedad, a otra que lo conciba comouna construccin histrica y culturalmente situa-da, que describe determinadas maniestaciones de lapsique y el comportamiento humanos, y que necesitauna especial atencin a la hora de ser utilizada.

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