Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

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1> ' ARQUELES VELA ,,, SINCRONICAS . Compilación, selección y prólogo de Lénica Puyhol Vda. de Vela LIBERTA- SUMARIA México, D. F.

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ARQUELES VELA ,,,

SINCRONICAS . Compilación, selección y prólogo de

Lénica Puyhol Vda. de Vela

LIBERTA- SUMARIA

México, D. F.

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SINCRONICAS VOLUMEN I

COLECCION CONTINENTE No. 2

Portada: Fernando Delmar

Primera edición, 1980 D.R. © Liberta-Sumaria, A. C. Londres 178-4, México 21, D. F.

Impreso en México

Printed in Mexico

. ~ PQ7Z97 V'15 S5

A David Vela~ hermano periodista .. .

Y en homenaje, a los periodistas .. .

.;, _,

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PROLOGO

En la vida sólo es digno de existir lo que es capaz de arder

Arqueles. Vela ·

I

DICHOSO FUI -se decía Arqueles Vela- al dar título prime­ro ·así, a este volumen de su obra periodística. Dichoso en alusión adjetiva por haber encontrado a través de su vida, plenamente vivida, el caudal aventurero y venturoso de su quehacer literario. Por la dicha de haber podido convivir con la realidad, con el pulso del tiempo y el suceder al día para plasmarlo vibrante en el perio­dismo. Fui y ser y estar -el verbo es acción- con el motivo sin-

• crónico de los hechos para dejarlo convertido ·en periodismo. Un Periodismo 'el suyo de versátil intensidad y polifacéticos sentidos. La lectura de cualquier artículo ejemplifica lo señalado sin de­fraudar el interés del lector. Un periodismo a la vez que simpático, de agua-fuert(!; goyesco, picante y conceptuoso.

Posteriormente, a sugeren.cia -de la recopilación misma- de l~ secciones periodísticas que su autor había creado con el impa­czente columnismo de Sincrónicas, prefirió en definitiva este título -título de portada y sustantivo contenido- para divulgar todo cuanto amerita noticia de éxito. Desde luego, para dar lugar a la c;ónica-general a e insertos, galerías, marginalias, suplementos, ar­t.lculos, ensayos, críticas, entrevistas, panfletos, estudios, reporta­Jes, etc.

Famoso por sus Galerías en Revista de América, también pen-

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só en eso de Galerías para título de este libro. G_alerías, .Plana de visión muy arqueleana, donde vació toda una mzna de fzlones do­rados y hasta con sus cobres intencionalment,e amalg~;nados. V ale la pena reproducir muchos de ellos. Galenas, seccwn de plana, con el doble intento de ver lo que se ve desde galerías y se oye en boca del público popular; alturas des~ e donde s~. abuchea lo ~u~ hace eco y se proyecta la Censura; corrzllos para fz Jarse en los codz­ces de las galeras tipográficas.

SINCRONICAS -prosa periodística- con cuyo título en de­finitiva sale ahora a la luz pública este libro * como una de las obras inéditas y póstumas del autor.

POSTUMA no porque haya sido escrita precisamente an.tes de sus últimas horas, sino porque .hasta los últimos días de su vzda

_el autor laboró afanosamente en este int~nto inconcluso de reco­' pilar su obra periodística; claro que selectzvamente en lo ,qu~ como

periodismo tenía de importante e interesante para el publzco lec­tor de siempre y para el arte periodístico en general. INEf!~T A

"'porque el periodismo es vivaz presente y pocas veces fut.urabzlz~ad literaria. Literatura en servicio. Fugaz publicación, hoJaS al vzen­to, lectura a ojo de pájaro; pan di0;rio, caliente, digerido ~n sumo-

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mento. Y periodismo, de ayer cenzzas ~e una h~g1!'era. Szn e:nbar­go, cuando los años pasan, los buenos vznos se aneJan .con el tzempo y el espiritoso embargo de su sabor se hace memorza en el gusto refinado. Cosecha y reserva es esta obra arqueleana, muchos de cuyos textos no llegaron a publicarse. Y si por ahora está de moda lo retrospectivo -Arqueles Vela siempre precursor de alg? en el devenir- este periodismo suyo guarda la end~cha y mantzene en esencia su vigoroso tiempo y su consagrado d~stzempo. Vale lr;t pena caminar por los andenes de su trashumancza: ~ no menos zmp~r­tante solazarse con el recordar es volver a vzvzr. Porque el peno­dista 'en él era un gran literato y sutilísimo crítico y un estilista de

* Por razones de conveniencia editorial, y de común acuerdo con la ~eñora Puyhol, Vda. de Vela Sincrónicas ha sido publicado en dos volúmenes. En térmmos generales, el primero ti~ne como tema principal a escritores .Y obras lite~a~ias. El seg~ndo vo­lumen contiene las siguientes secciones: Teatro y hteratur~ escemca; A~dam10s de la vanguardia; Poemática; Filosofía; Cr6nica general; Fémmas; Noveler~as; Apuntes, semblanzas y datos para una biografía de Arqueles Vela. [Nota de los editores.]

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primera novedad, quien, a la manera del Don Juan de Byron, todo lo ca~ta a su manera . .!J.!!!.ct:fo_ta~,_E.ríticasJ con~ac~ry_col! a!!Jigo_LY. enemzgos, persq_nCJ:!idqdes, sincrónicas y diacrónicas; unas platica­das, la mayoría publicadas, otras en las gavetas de su archivo de cosas por publicarse; algunas más, pergeñadas ... Aquellas o és­tas, que vivió en charla -gran charlador-, podrían reconstruirse mediante grabadoras o por tradición oral de quienes lo conocieron.

Este libro, ordenado por el autor mismo hasta donde su vida le permitió hacerlo y hasta donde su muerte vital lo limitó para re~opilarlo, ha sido respetado en lo fundamental para su edición Prz.mera; pero no sin la ardua tarea de seleccionar, además, lo que deJara disperso en carpetas, en intenciones, o buscando textos en la hemeroteca para insertarlos. De ninguna manera añadiendo lo que -por conocerle en sus disposiciones selectivas- rechazara de antemano por haberse escrito a su juicio sin mérito mínimo artísti­~o; mas, sí, recurriendo a páginas que lo inmortalizan por alguna z~ea genial. Arqueles Vela era hombre de frases e intenciones ge­nzales en la vida y en la literatura. Páginas de crónica, interesantes Por remozar el periodismo de ONDA. Habrá que observar cómo .... Y dónde atrapa la noticia al día para genializar la crónica.

En cuanto a la estructura del libro, fue ordenado a partir d; su autor sin propósitos de secuencia formal historiada. Más bien bocetos, tintas y plumazos, a hilo de un momento aquí, otro allí, un recuerdo acá y otro acullá, cosas de otrora y cosas de ahora; el ahora mismo y el ayer con ahora ... , acaso con la secuencia de su P~opia bohemia periodística. La obra -sí la OBRA, en substan­cza- tiene precisamente el gusto de éstos, ésos y aquellos momen­tos vertidos e~ ~n perj_odis_J?!q g!!:._e cubrió ..!Jlá~ ~ 50 años arq!f:!::_ !¡;nos en prgf._t~a!!lente .!odos los diarios y revistas nacÍ!!llales.

amentos periodísticos que taiñlii"én pueden leerse sin ilación y Por ocio, como se leen las revistas.

iH.omentos de antes, aquí en la obra plasmada, tales como los q'!J-,e vzvíamos en Madrid o en París, o en el México de la Revolu­c~on y de la Post-revolución. Allá por los años 20, hasta los 35, P..lb

!_!odzstcuk_ Revista de Revistas -comentaba con sabor a periodis-

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mo joven: escritor de El café de nadie.1 Aquellos años, su época f juvenil y jovial y romántica, poeta del Sendero gris. 2 y periodista. Entonces con versos del poeta Carriego se pintaba: el muchacho chacotón y un poco triste: periodista de cuento y novela en las páginas literarias de los periódicos dominicales y semanales de la época. El novelista joven de La señorita Etcétera.3 También pe­riodista cuando, bailarín de Chatleston en Europa, se ganaba la vida de lo que produce un hermoso· cuerpo joven y un s'ex-appeal masculino; mas no de lo que pudiera producir el talento artístico en la literatura. La literatura para morirse de hambre. Y por eso en Europa se moría de hambre, enfermedad, miseria y ambición de ser escritor. Entonces-, antes o después-, durante más de ocho años: París, Berlín, Madrid, principalmente, por no citar otros sitios de menor huella en su permanencia, tampoco el periodismo -su periodismo- le daba para vivir. De pobres era como más o menos vivíamos, mejor dicho, resistíamos muriendo ·a pausas, so­bre todo en Madrid. Periodismo sin fondos -decía él jugando por estilo con el lenguaje. De cárcel-por periodista subversivo- y de hambre por preferir de mí a la literatura --periodística o para libro por publicar-, me las vi duras. El mayúsculo autor de El intransferible 4 y El viaje redondo.5 Y a duras penas viví para de alguna forma escribir. Pero dichoso fui ... , no obstante ...

1 SINCRONICAS: Verdades y Realidades -que es lo mismo, \ sutilmente hablando o escribiendo- que parecen fantasías. Un pe­

riodismo literario es así, porque de otra manera no lo es. Decía Arqueles Vela que no hay nada más fantástico que la verdad sin tapujos y la realidad desnuda hasta el octavo velo (lo develadp después del séptimo). Ambas aparecen en el arte hechas materia fantástica. Sin embargo, por increíbles que sean, son en verdad y

1 El café de nadie y Un crimen provisional (novela), Edcs. de la revista Horizonte, Xalapa, Ver., 1926. .

2 El sendero gris y otros poemas, 1919-1920, México, 1920. 8 La señorita Etcétera (novela), Edcs. "El Universal Ilustrado", México, 1922. ~ El intransferible (novela), Ed. Gama, México, 1977 -Col. Invención- (publi-

cada 50 años después de haberse escrito). . 5 El viaje redondo (novela), Edcs. "Revista de Revistas", México, 1920; 2a. ed.,

junto con Cuentos del día y de la noche, Edcs. Botas, México, 1962. (Notas de los edi· tores.]

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en realidad cosas ciertas. Parecen de tan ciertas inverosímiles. Lo inverosímil: elemento irreal de la fantasía. La fantasía: la com­po!ición descomunal de la proporción racional y de la pura real verdad. Su periodismo está hecho de fantasía, de tal modo enten­dida. Motivos descomunales en la medida de su pequeña gran­deza o de su gran pequeña dimensión. La noticia es sensacionali­zarla a como dé lugg¿._Sus Sincrónicas vaten por una línea maestra enmedzo y dentro de la balumba de lo superfluo de la noticia diacrónica.

Por ejemplo, todos creerán que dichoso fui -porque es nove­lería increíble haberlo sido. Porque, ¿sabes, Lénica -y esto para que lo escribas después de mi mortalidad, no digo inmortalidad por no comprometerte con noticias del más allá-, dichoso fui en ver­d~d; increfble pero cierto aunque incierto también. En realidad dzchoso fuz ... , porque,¡ figúrese! -lo reiteraba con positiva evo­cación por cuanto había vivido bueno y malo, y en toda ocasión a Propószto se vanagloriaba-, volvería a padecer lo mismo y más t~davía de ser posible: miserias, desventuras, detracciones, penu­rzas sentimentales, picaresca y mística en España ... , y hasta des­er~:gaños. No; incomprensiones acaso; tampoco desesperanzas. Szempre. creo en todo y en algo más y sostengo que la esperanza mlfere ~znco minutos después de la muerte. Sí, ya en el epílogo de mts quzmeras, volvería a vivir lo mismo peor, con tal de gozar d~ lo mismo bueno. Mi vida tal cual ha sido y fue para ser ... , dzchoso fui ... Mi vida sin quitarle ni ponerle agregados y en ab­soluto falseándola, enteramente igual en suma de dolor y placer compen~atorios. El suceso diario me hace periodista, tendenciosa­mente lzterato. Periodista ágil, que las toma al vuelo· haciendo Prestidigitaciones maravillosas.

, ,Po_r eso nunca jamás escribiré mis memorias -algunos datos s,olo para que no creant¡UéSOyiñverosímil o una fantasía de la epoca. No escribiré -como tantos otros- mis memorias, acaso }~rq. _n!!,_11'!_f!!!!_ir _E.o_n lirismo lo que fue terribTe7ililidafb_ode s:ua­_!JZ~a~Jzt_e.rp,riamenteaSp,érezasJñ-i7ülulterar mfbzog:;:;¡¡ía coñ subli: _r~]:a~zones. N o las escribiré, las Ttevosilenciosamente en mz;7i'iiíids, Y Porrespetar a seres queridos que fueron como son me las callo

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'd--0.~ ~oJJ'

..JS-.JP~ hondamente. Toda biografía tiene algo de Zola y de Balzac entre ~"(.. sus gentes; uno mismo es quien es. Teorizo que el ar~e no es ficción '

ni imitación de la realidad sino equivalencia de la vzda. Y esta teo­ría conduce mi postura filosófica para vivir. Mi vida no es arte­ficción; acaso puede ser una mala novela de la vida. N o !a. he vivido a imitación de nadie; me pertenece íntegramente ongznal )'azarosa. M e han sostenido, a rr:a_nera de oraciones, los v~~sos de los mejores poetas profanos y relzgzosos para deambular quzJotesco en el mundo. N o escribiré mis memorias -aunque son muchas y muy interesantes- para no falsear de ~s o de menos ~a verdad, ni. adulterar de más o de menos la realzdad. Aunque szempre he sido un hombre despavorido de la realidad -para caer redonda­mente en lo político-, y con su verdad de libro escrito. Lo escrito, escrito está, dice el pueblo. Por eso mi literatura no peca de rea­lismo; confiesa su entredicho autobiográfico con fantasía vivida y enletrada. F .f!:!!:lasía ~1~n en mi periodJsrr:Q..!/!!11;df!. no cabe la_ vi­sión subj.etiva del acontecimie1J:.to.,_acaso nz ellzr!!mo -con eJ...q!!e yo escribo impr~sionis_ta y e.stridentistamen~lf:.~O.,!scueto.~ el estzl~ szn estilo muy lzter_g,rzo se zmponen al pe.r.zodzsta. Cuestzan..de_mz estilo ~o soy un periodista de plana mayor, y no por e~o de los retl(mos, sino por la jornada en grande. Tanto las memorzas C01f1-0

el periodismo requieren ir al grano --y yo pocas veces he tenzdo para comer y sí muchas para fantasear. El prfmero en fantasí~ -decía Cervantes. M e apropio el consuelo. Sz, Arqueles el prz­mero en fantasía. Con sólo penetrar en el mundo de su li~eratura, se apunta fantástico. Monumental literatura. De ello deJa hue~la

f • inmemorial en estas Sincrónicas. Que en cuanto a las memorzas \ de un ·artista como él, son realmente incontables, ya por verídicas,

\ ya por in.ventaqas Pf}-ra ~fvirlas. Las ~ivió. Suelen prete~irse de ~l los trabaJOS de zmagznaczon donde, crzbando ent:e el mznzmo o m_a­ximo de realidad que el arte debe contener, se zncluyen memorzas

L. : y vivencias evidentes. 1

SINCRONICAS para no errar en lo cierto e incierto de los días -años- aciagos que viviera el autor en la travesía sin e_! viento a su favor de estas páginas ... Y no obstante el dichoso fuz. Acaso gratitud por cuenta suya a la vida por haber vivido en los

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tiempos de oro del periodismo y por haber participado como pe­riodista con un periodismo con auto periodismo. El Modernismo en el mundo desenvolvió brillantemente este género. Género que desde Fígaro -Larra- veníase procurando, especialmente en le­tras españolas, para documentarsé en arma literaria. Larra da motivo de obra al genero. Género disperso. n su o ra sincroni­za Arque les -como antecedente de entre otros- el cuento en fun­ción de acontecimiento para dejarlo estratificado en el campo de la obra literaria. Tanto en Larra como en Arqueles, la dimensión del granito de mostaza tal cual ve Sancho la tierra desde las nu­bes y las estrellas de un fuerte porrazo, se hace cosmos periodístico.

e· Terminarás cuándo este libro que nunca acabas de terminar?, pregunté con su estilo de preguntar -estilo que he usado expro­fesamente en este prólogo para revivir en voz viva de Arqueles la fuente crítica de él mismo para esta su obra-, a sabiendas de que él nunca dejaba un libro a medias; a como diera lugar en esfuer­zos lo terminaba de la noche a la mañana, aunque las pasara de claro en claro y de turbio en turbio, decía. Entonces tomó del Quijote -adoraba el Quijote-: adorar, verbo en boca de mujer Para denotar amor sublime; pero que cuando él lo usaba era por coliteración de adorar al Siglo de Oro con su barroco dorado; adorado suena a dorado ... y dichosos siglos de oro ... -; enton­ces, digo, tomó del Quijote la respuesta:

Este libro está escrito con los pulgares y también con recapi­tulaciones en la cárcel y también en un lugar ... de cuyo nombre no quiero acordarme . .. aLo que sé decir es que se trata de ver­dades y que son verdades tan lindas y tan donosas, que no puede haber mentiras que se igualen."

-e· Y cómo se intitula el libro? -yo por Don Quijote. -La Vida de .. . Arqueles Vela ... en dichoso fui ... -e· Y está acabado ... ? -yo por Don Quijote. "e·Cómo puede estar acabado -respondió Arqueles- si aún

no está acabada mi vida. Lo que he escrito es desde mi nacimiento hasta el punto que esta última vez me han echado a galeras."

Grandes autores del Modernismo hispanoamericano, mexica­no Y español están recordados con la anécdota -sin quevedos o

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con los quevedos del periodismo magnetizante de la grande anéc- su. clandest~na supervi?e.nqia. arque lista- con .tal de librar lo ~s­dota. Ello da un valor de mensaje de vida e historia literaria y ·' trzcto Y salzrse con la znzczatwa de hacer: con-crónicas. biográfica al libro. Frotar de lámpara maravillosa -el periodis- . Arqueles Vela, uno de los pontífices del ESTRIDENTISMO ma-, aparecer y desaparecer de genios y genie.cillos del arte de JUnto con M_aple Arce Y Lizt Arzubide, debe afirmarse evidente~ nuestro siglo XX. ~~nte, ha szdo uno de los estilistas que me}or ha entendidio el

SINCRONICAS, con i latina sea escrita la palabra, no con y z4zoma de Cervantes-Quevedo; o mejor dicho, la lección semió­( griega), puesto que se trata de un uso arque le ano muy propio de tzca de e!los!.pa.dres d~ la semiótica. Cervantes-Quevedo -el maes­su arquelismo lingüístico y muy propio de su hacer y deshacer es- tr:azgo lznguzstzco- znducr¡n a Arqueles a su estilo tan personalí­tridentista con el lenguaje y su mester literario. SINCRONICAS szm~, dan la pausa par;: verselas muy duras con la recreación-por­sin Granos-' , intencionalmente recalcado a lo español para no venzr d~ la lengua.espanola. Porque Cervantes no es sólo un maestro connotar según la raíz griega -con tiempo coetáneo-, sino con de ge.n~o normatwo como se cree, sino de licencias abiertas a la intención de pluma estilística; originar un concepto simultáneo creatzvzdad. Algo así como ·arréglenselas generaciones venideras de: sin tiempo y con tienlpo, lo mismo que a destiempo o intem- ~ulgo en gene;a_l, literatos Y letrados Y habla-mundo, para ver quJ poralmente suscitado; recreando así una palabra dinámica de: ~cen co~ ~l zdzoma; ya que por lengua viva no para ni el pueblo a través del tiempo. Esa más o menos sería la recursiva idiomática nz .l~ tradzctón ni la arcaicidad ni la neologisma, ni vo mismo. Per­del efecto del vocablo. Porque el vocablo, negar la luz del día, da r¡¡;_tzdo todo ha~er.~,on. el lenguaje; pero sin destruir la antigua y só­un efecto tendenciosamente móvil respecto al tiempo. Sincróni- . a catedral lznguzstzca. lO que no hay nada que hacer en ha­cas, sea escrito en español lo que en español da lugar a interpre- c~endo col!, buen gusto? Él bue_"!:_gusto no solamente es de élite, taciones visibles, audibles y conceptuales varias; y ofrece, por lo ?Ji0 tam~z_e~ufar. é·O sólo por efacaaemiSmoae mismo, un neosignificado: cosas lingüísticas del autor. Sincrónicas,:, ~menczn se puede zr contrfief desacademismo? Y o Cervantes quién sabe si con falta de ortografía -griega- a propósito y ex- andes que lames ]oyce en nuestra lengua para dar licencia inno­Profeso para jugar con el idioma a su placer semiótico. Burlerías va ra a lengua hablada y a lengua escrita. Genial (ltisbo de Ar­de su vis idiomático en las letras; porque al decir de las grafías que e~ V el~ fu~ encontrar en el Estridentismo y con el estridentismo se pueden hacer arabescos semánticos increíbles. Sólo él para ha- u estz ~~ asz mzsmo suyo, arqueleano- su innato estilo. Es decir

l b d l "d" d f n estz o originalísi l l" .. , t" , . . J ceros. Usa a -con uso e usar- e z zoma en to as sus armas e t 1

. r:z,o en a znguzs zca artlstzca mexzcana; único o en cualesquiera de sus estructuras con estilo personal; violando },~¿~ os estz!o~ naczonales, de ISMO en la confluencia de los IS­la norma para dar efecto de lengua viva a lo establecido: lengua- catad ecum_.~nzcos. Y porque lo he visto, oído, tocado, gustado, muerta. Hizo tratos con la lengua para tomarla a su antojo, con la l"t 0 -dzJera respecto al lenguaje-lengua: forma expresiva de fines literarios, con zagaci~ades de h'l!:1}1.or lingüístico; sobre t?do cuc~~ratura Y vehículo de comunicación, estéticr:-, lo miro, lo es­Para crear un barroco mexzcano, semzotzcamente hablando. Sz al- a . 'lo Palpo, lo saboreo, lo huelo y asz sensorzalmente lo escribo guien, entre los muchos escritores de la época, conocía el español p:-~ ~~mera de escribir ... , hasta en el periodismo de anonimato académico era Arqueles Vela -para no usarlo, es claro. Y ni est~:o zsmo: ideas en letras de moldes donde parece que no hubier~ parece que lo conozco -decía. -Te haces no conocerlo -consi- rif¡ 0 Person~l, o habría que despojarse del estilo propio para cla­deraba yo. Por eso lo recreo con mi forma de hablar y de escribir, y ca;se real.zsta, o desestilizarse con el fin de ser buen periodista. para no ser purista. De a~í su es~~lo ta.n especialm~nte I~MO. De ra~~/"he dzcho Y lo repito: t~da la,obra,de Arqueles Vela se ca­aquí, SINCRONICAS szn prefzJo grzego -lo mzsmo dzera para zza Por su mester de estzlo, asz en este su periodismo de no

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fácil c?ntaminación al pe;i?dismo vulgar .. Comprende_ su perfil 1 literano a pesar de la notzcza o por ella mzsma, y su hzstorza del arte a pesar del tet a tet periodístico.

Su estilo, ya para la estilística nacion~l, e~ y será semi?ti~~m.en­te estudiado por su categoría extraordznarza: humor ~znguzstzco, como ya se ha dicho; y juego de palabras y frases polza_ngulares; conceptos; idioma de uso culto, lengua popular. Leng_uale-lengua­idioma: dinamia de acción. Buen decir y burlar academzco; argot, calambures diccionarismo ambiguo, sátira, crítica; doble sentido y hasta senÚdo pentafísico; retruécanos; sensualidad de líneas; vo· luptuosidad de efectos; noticia picante, mucho temper~mento en los vocablos, técnica de gr.acia coloquial, parleo a ~o C:antznf!as, C,la: villazo Palillo -peladitos mexicanos- de movzmzento bzoescenz· co; gr~cioso cineástico a lo Mack Sennet, mímica de cine mudo, escatología subrepticia, simpatía y virilidad en la sangre que co_r~e por las venas lingüísticas J' en l? s~ngriento con hurr~;or; lascwza jugosa, picardía strip-: e ase'. sen~zmzento: ~ flor de labzo; ag?Jdeza, ingenio, chispa _ca?Zeva, sprzt_; vzda y onzrzsmo, ,absurdo y dzspa~a· te mimo· movzmzento · realzsmo de enfoque, szmbolo de entrana,

' ' ' . l imagen y metáfora seria y juguetona ,magocidad y truco mu_szca ;· parlachinería y mu~a _exp~es_ión, dinar;ti~-pot~ncia¡ lenguaJe-len·~ gua con sabor a pazsaJe; logzca y deslogzca; fzlosofza navegan~e) antifilosofía a la deriva; vitali~mo y noveda;J i punt?s susper~:swos que son palabras, ideas, entredzchos; trato calzdo y szn flem~ zngl~· sa; conquistador, fascinante, at:activo; ?L~o y abuso de sznta~zs, libertinaje estridente; costumbro"!'-o, r~vzvzsc~r~;t~, colo~ J! sqnzdo,, pintura y músic~; enseñanza .n?-dzdactzca, crz~zcon; r~lzgwszdad) pasión; modernzdad, romant:czsm?, barroco szg_lo de ?ro .. ~ a.barr~ camiento ultramoderno; estrzdentzsmo: mecanzsmo lmguzstzco pa ra recrear los contrastes, inverosimilitud de tiempo y espacio pa~a sincretismo de extremas realidades, absurdo, surrealismo y cubzs mo: neorrealismo; ritmo y plástica. ISMO del siglo XX y precu~ sor, asimismo, del propio Arqueles Vela y los ISMOS co.ntempora· neos en América. Estridentismo, sí, que maduró consczenteme~tl en sus procedimientos estétic~s a través .de s~ literatura de sól:d~ escritor actualizante en toda epoca. Estrzdentzsmo que tantas dzla

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pidaciones costaron al jo_ve?'l estridentista de entonces; hoy revalo­ra1?s -hombre J! movz:nzento estridentista- en justicia por la crztzca norteamerzcana, zberoamericana y mexicana -la más re­nuente a reconocerlos-, sin lugar a dudas se formalizan coetáneos d_e los movimientos liberadorés literarios del Continente. Estriden­tzstas que tantas cualidades aportaron estilísticamente a la litera­t"!ra -de moda está estridenciarse- J.' distinguen por estilo al lzterato.

Cada escritor debe hacer a su manera original estilística la len­gua para ser a posteriori alguien singular en el contexto literario. El complejo ~entido con que se maneja el lenguaje-idioma com.: prende el estzlo personal. Pero ello no es cuestión de apariencia for"!'-al,, o de escuela patentizada, o de tácito amaneramiento, sino de z~trznseco mester. El estilo no es el hombre, aunque va de por medzo el hombre que lo realiza. No se trata de navegar entre las letras con estilo ~jeno, ni de vejig~s para nadar en el agua para ga?'l~r nombre, m de flotar en el azre para inflarse. Más bien, in­tuztzvamente, _dar ~on e~ estilo y lu~g_o. en oficio consciente seguirle dando con la mtelzgencza y la senszbzlzdad muy, pero muy propias. E~contrarse y descubrirse en facultad literaria es la clave. Ramón Lopez Velarde encontró su línea estilística en cribando versos: en uno versos de Lemaitre: ay al morir lanzaban pequeños gritos mo­destos ... " auno de los aciertos de expresión" -dice Velarde en u~a de sus prosas. '~La última flecha -que más me han conmo­vzdo en mis lecturas." ¡Pequeños gritos modestos! En estos tres ~~cablos se resurr~;e to~o_ l!~a fac~l~ad _litera~~a. Y no cabe duda

que por ese atzsbo znzczo su orzgznalzdad: He de encomiar en versos sinceristas ... " f Así ac?nteció con Arqueles Vela en lo de su estridentismo: una s'::sultad lzt_erarja_ f!Xtraída deJ(l..Yisión-forma:.conteñido-de las co­--~uevas en la metróP-oli: "La vida casi mecánica de las ciudades mo ernas, me iba transformando. Mi voluntad ductilizada giraba en cualqu· "d " "M" · · 1

Ier senti o . . . IS sentimientos se desbordaban por a~ ventanillas, por el troley, que iba dejando desgarramientos lu-

mmosos d f"b · · " "B · · f e e su I ra sensitiva . . . aJo su mirada ulgurante de rucero pel" , l"b " "S . ·.. Igro ... via 1 re. . . us pasos apenas SI rozaban

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el silencio aglomerado numéricamente en las butacas ... " El gas­n(!JÓn, con su prende y apaga intermitentes, sugirió el contraste y la 1

yuxtaposición de la imagen estridentista: lo real desiluminado, lo irreal iluminado, y la metaforización en los anuncios de la ciudad deslumbrante. Y he aquí la visión-forma-contenido de las cosas nuevas entre cubocidades ruinosas y surrealismos al descubierto gas-neónico para domeñar el lenguaje-lengua-idioma al arbitrio del estilismo estridentista: de lo concreto de la plástica del mundo

l"'externo a lo inconcreto del mundo interior: la imagen. La imagen estridentista, ésta, por ejemplo, de periodismo poetizado: "El oto­ño comenzaba a recoger las primeras hojas volantes que repartía el viento." Parece y se tratara de la .hora vespertina en que todos los días se reparten los diarios. Imágenes que sincretizan la nove­dad. Porque la lengua es~ como la mujer, poética y material, frí­vola, coqueta, sentimental, calculadora, interesante e interesable, mundana y espiritual; pues bien ,hay que poseerla con fantasía para conocer a fondo y, sin querer queriendo, se haga nuestra y al final de las misivas diga: tuya de todo a todo. Lo que vale e! l~ iniciación, tanto en el arte como en el amor ... , como al escrzbzr sin precedentes. El estilo debe permitir ante todo y sobre todas las cosas la originalidad. Y ésta no es sino encontrar lo que no se hacía ni se había hecho antes, ni puede ser hecho por otro sino por uno mismo; iniciativa jamás encontrada por los demás; de.scubrir el sol antes de que los más modernos lo tapen con un dedo; buscar el camino en la noche de la oscuridad más cerrada y tactear en Zas sombras para tocar la luz de la estrella. La originalidad es el dominio de cada uno para inventar su propio originalismo.

Ponerse a la moda es siempre lo más anticuado que existe, tanto en la vida como en el arte. Diego Rivera no hubiera sido el neorrea­lista genio mexicano que inmortalmente es, si hubiera seguido sien­do el gran cubista que dem_o~tró .Podía ser. M era escuela estilísti.ca a seguir contrarresta la orzgznalzdad, aunque modesta a veces, m­comparable. Similitud -es diferente a copiarse- es el estilo de época que impone. una visión es~ética ante la .viqa Y. !"na. ma,n~ra de percibir y manifestar -medzante la esenczalzzaczon szcologzca del hombre y su temperamento- la realidad. Concurren factores

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sociales, geográficos, fisiosicológicos determinantes, que como im­perativos renuevan la visión del mundo y, por ende la visión indi­vidual de concebir arte en las cosas. El estridentism~ por ejemplo no hubiera sido una manifestación mexicana -así se ~econoce ah o~ ra- sin ~a vida de la cir:tja~ en sus inicios maquinísticos y urbani­zantes! sz'! la R_evoluczon zmf?ulsando el cambio generador de exf!erzenczas soczales nuevas, szn el postmodernismo agitante y el agztador renuevo de la literátura mundial. Diferente -al con­t~~rio- es segui; una escuela tendenciosamente formulada y cla­sifzcarse magnífzco escolar de fórmulas estéticas. Virtuosismo sin méritos originales. O tampoco plagiar: plagiar es utilizar lo subs­tancial de una <;>bra a1ena, haciéndola pasar como propia, adicio­nada con otros mgred1entes. Por eso, Miguel Angel Asturias plan­te? el P!agio de La búsqueda de lo absoluto, de Balzac, respecto de· Cien. anos de soledad, de García M árquez. La tesis tiene su evi­den~za en una lectura críti~a de ~omparación plagiaria. é. O no la tzene por cuanto a polémzca abzerta para el caso .. . ? _

~unque tampoco hay que negar la ascendencia literaria. "Y o l no nzeg? mi ascendencia. Y o procedo literariamente de Quevedo, f Rabelazs y de ]arry, y naturalmente de las confluencias que en­cuentran los críticos cuando aluden a Ramón Gómez de la Serna ~aun de Juan ]osé de Soiza Reilly, porque ellos también descien-

en de esos mismos orígenes. Los demás niegan sus fuentes porque ial vez no so?'L tan originales como los originales como yo. Y o sí soy

onrado y .szncero, fuera de toda vanidad: los vanidosos, simple­~ente vanzdosos, lo son porque no tienen raíz propia. Cuando uno zene .su raíz propia, y ha dado su flor y su fruto propios, entonces

~~no tzene la honradez de confesar de dónde vienen esos humos esté­zcos. De ahí que yo diga también sin vanidad alguna que he escrito1

Lno de !os ~uentos más originales de la cuentística universal, que es . a mujer Impresionista ... " 6

Y crónicas tan originales como estas Sincrónicas ...

6

En: Luzbela, B. Costa-Amic, México, 1966; 2a. ed., B. Costa-Amic, México, 1970.

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Page 10: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

II

ARQUELES VELA A PUNTO DE ORO*

Ahora a un año de muerto ARQUELES VELA, com? aniver­sario primero, empieza l'a inmortali~a~ del ilustre humanzsta, edu­cador crítico escritor, poeta y perzodzsta. .

L~ dime,;sión que alcanzó en vida, ahora va tomando. la dz-mensión incalculable de su propia obra. Obra_ later;te de vzda, de tiempo y espacio ili~itad?s, ~e.amo.r y revoluczona.rza labo;. A~ora en homenaje a su vzda, aun calzda szn muerte po; sz.empre ]~mas, se le recuerda en semblanzas: ~us pasos largo!, ~zna~zcos hacw su tra~ bajo ·v el devenir. En la maquma de escrz~lr, a rztmo veloz Y e~so­ñadora creatividad. Arrellanado en su slllon, lentes de_ escrz;or, devorando libros. De su personalidad con ángel; todo szmpatza.Y agradable estampa. De sus ca_minatas tras~endentales con sus dzs· cípulos. De sus lapsos bohemws por es~e szglo suyo. Cu~l hombre, cual estrella. Siempre alegre, a veces trz!te. En los trabaJOS de am?r perdidos del magisterio. Hasta los últzmos momentos de su ex;;­tencia un hacedor de fantasías. Aún co.n la muerte -;;su companza final-, según él, jugando al amor; flzrte.ando con. la rosa es u~ misterio cálido" hasta desaparecer de la tzerra su mzrada; azul, brt· llantemente azul. Lector empedernido_: ~onsumado escrz~or. M un· do artístico para vivir y opacar la reaJzdad de su entuszasrno: un dios se agita en mi interior. De sus suenas para actuar por el arduo camino de la verdad y el sentimiento. Siempre poeta, nunca pe·

queña figura. -n S" z "Y EL HOMBRE SE LEVANTA DE,Sl!S SUELvO. en ~

vida, en ~rib.unas, pr~s~enio, aulc;s: pla~as publzcas, acader;:zas, pa~. ses, provznczas, rnovzmtentos estetzcos, zdeas nuevas, empenos Y af

. - . di * Este articulo aunque publicado por mí con motivo del pnmer amversar1o U

la muerte de ArqueÍes Vela, lo incluyo ahora como parte del prólogo general a e~. obra póstuma porque continúa pleno de vigencia en su caráctc:r d~ sedblanza d:l ho el

b;e~~d~it~~i!.:.i:d~~~a~~e~~~eE{C:ti~~~o ~ p~blf~J~P;¡;n~fme~t:5

~~ E~~!~~ s~~::f~aia)~ :{~~~~~~~r~~o 1JZ~!l7b, ~o:r~1:ft%c~n L~ fl~~;'(rf~atC:::;w .'!if~' de

marzo de 1979.

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nes en lucha; sobre vientos inexorables; en el pedir para dar a manos llenas y no recibir sino la satisfacción de la felicidad en los demás. N o altruista, socialista.

No se le recuerda, se hace presencia vivida: entre amigos, ami­go; en~~e famil!ar~s, fraten:al; entre niños, pedagogo y payaso; entre Jovenes, JOVtal y sabzo; entre maestros, maestro de maes­tros; entre escritores, compañero; entre personalidades políticas, el hombre con el fuego de Prometeo en las manos; entre la gente cu!ta, con su personalidad arrolladora; entre mujeres, el pensa:. mzento más contundente para la liberación femenina.

Protagonista, personaje y el hombre en su literatura: de ahí sale ARQUELES VELA, de El café de nadie: "La puerta del café se abre hacia la avenida más populosa, más tumultuosa de sol. Sin embargo, trasponiendo sus umbrales que están como en el último Peldaño de la realidad, parece que se entra al «subway» de los ensueños, de las idealizaciones."

Y se encuentra con La señorita Etcétera: "Llegamos a un pue­blo_ vulgar y desconocido ... La ciudad estaba a oscuras. Los huel­guzstas habían soltado un tumulto de sombras y de angustias sobre la turbia ciudad sindicalista ...

"-ERES tú .. . ? "-Casi. " e ... -¿ omo caszt "-.-En este momento estoy escribiendo un artículo en el que no

h,ay szno una tercera parte de mis conceptos, de mis ideas. Un ar­~culo que desvía esa trayectoria reincidente de mi manera de ser.

espués de escribirlo no sé si, en realidad~ sea el mismo de ayer. Soy un individuo al que engañarás diariamente conmigo mismo por esa mutabilidad en que vivo."

(Y o) le conocí a la hora de los Cuentos del día y la noche, era Y~ el ARQUELES que por muchos años había de encarnar al fas-· c!~ante hombre-personaje de El sueño de una chiquilla, de La ilu-81 ~ de una chiquilla y La realidad de una chiquilla. Hablo en Przmera persona porque aún me gusta como entonces saberlo vivo ~n ~u: Propios cuentos. Vive. Soy testigo sensible de su preciosa zndzvzdualidad genial. Y soy también testigo sonriente de su di-

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vino ingenio. Ingenio al estilo Siglo de Oro: conceptuoso ingenio: j "·Cómo lo sabes? -Porque nadie lo dice." Y soy también testigo ' ~ujer de su maravillosa sonrisa: irónica, tierna, alegre, apasiona­da. Entonces me tomaba de la mano para atravesar aquellas calles de la ciudad. De esta ciudad estridentistamente llena con sus pasos transeúntes. El con polainas a la europea -cuarentón seductor-, yo de tobilleras mirada clavada en las baldosas oyéndote: cuentos: "Nuestra vida 'en tiempos líricos era muy diferente ... "

Su vida estuvo entrañada a su literatura como la uña a la carne. El dolor nostálgico de ahora, es leer su obra sin él presente;. es como el dolor universal del llanto; tan grande grande co~o la zn­mensa e infinita lágrima. ,Sin embargo,. en la poesía ~exzcana se encuentra el paño de lágrimas "No morzré del tod.o amzga mía/ de mi ondulante espíritu disperso; algo en la urna dzáfana del verso/ piadosa guardará la poesía ... " Arqueles, mara~illoso e'!canto de hombre en ANDROSIO: "Recuerdo a una muJer a quzen recor­daré siempre ... Una mujer que me llevó, en una de las más es­plendorosas mañanas de miseria, un racimo de uvas": el CHAFI­RETE: "Tendrías compasión de mí como tienes compasión por todo lo pequeño y desvalido que existe en la naturaleza ... ; el• EVANGELISTA: "Viajo por todas partes de trotamundos. Una vez en la estepa siberiana, List Arzubide, le dijo: -Ahora que es­tamos solos, sin que nadie lo sepa, dime tu ?erdadero nombre .. · -No tengo nombre ... Respondo a cualquzer llamado ... ; el PE­PENADOR: ''Luego después de algunos silencios escupe sus pro­pias lágrima~, ~ucias de .tierra que muerde, ~e arranca ~os cabello: y grita maldzczones al vzento, al aguf!; a la tzerra ~ al czelo, barbo tando palabras incoherente~; -Quzen sabe ... Szn. duda por ,?~ro más .hombre que yo ... Quzen sabe ... A ver ... Nz modo . . . , el PICAFLOR: "Mientras tanto Linda. Linda acurrucada en.l?s brazos de Androsio, envuelta en los .Plzegues de ;u largo camzson de dormir, se había quedado dormzda con la tortola en las ma-nos . .. "

Seguí acompañándole por toda su vida, por los derroteros de la VOLANDA, EL PICAFLOR, ,LUZBELA. "Entonce~ sup~ que en aquella época padecían no solo hambre de pan, de JUStzcza, de

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razón, de locura; sino de amor ... " Sus libros fueron pan caliente e~, nuestra casa. Apen~s sal_i~os del horno y a devorarlos con frui­czon. Ahora es un delezte dzvzno releerlos en la soledad. Y reviven su mundo: de ellos, de él .

. Nunca dejó de escribir. Usó siempre su biblioteca con pasión. Y szempre pensó en su libro póstumo cuando en ocasiones siniestras llegó a sentir el coqueteo de la vida que se va: "ES LA PRIMERA vez que un libro póstumo -el libro que se escribe después de muerto, según la definición transcrita por el manuscrito ineconta­ble- se publica congruentemente, porque, de acuerdo con sus preceptos, el hombre muere más de una vez en el decurso de la existencia ... " -ARQUELE~ ~mó la vi.da. La dejó en sus obras, apasionada­

me~te par~ revzvzrla sempzternamente -tal cual la vivió: com­P{e~a, sufrzente, gozosa. Fue un vitalista, tanto en su filosofía para vzvzr como en el contenido de sus obras.

Y le tendí la mano, a? igual que entonces, hasta el viaje final. Y entre las fra~e~ en sus lzbros está la .historia: "Y no te vayas tris­te· .. !odo se zra borrando, confundzdo poco a poco en la lejanía, acercandose poco a poco al recuerdo ... lo que no muere nunca es lo. 9ue se ha. vivido intensamente ... " Escribió las frases, nunca la dzJo en queJa; fueron poesía-verdad: "La vida pesa tanto como la mue.rte .. . ""Llegamos al principio del fin .. . ""En ningún país de la tzerraf se encuentra y siente la muerte .. .f con tanta vida ... como aquí ... j" Creyó en la transformación de la materia pere-nne: "Y aparecen por todas partes ... f y mueren . . . f y reviven Por todas partes ... f para volver de nuevo al futuro ... /"

"Felizmente -decía- ya pasó lo que pasó ... " Ahora por esto o por aquello -uno de los muy pocos escrito­

res con sentido del .humor en nuestras letras- en fondo de sus obras Po~emos reir con la máscara de la comedia latina o llorar tras la ~asca~a de la tragedia griega. El patentizó alguna vez descender zterarzamente de Quevedo. Y Androsio -picaflor toma la gui-~arra para coplar estas pompas fúnebres con este agradabilísimo

l umor lingüístico suyo, sarcasmo ingenuo, muchachería arque­eana:

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"Por todo el mal que tengo hecho ya me llevan a ent~rrar .. . Pero que sea en mz lecho .. . y sin tiempo de llorar ...

Pues quiero que mi cajón tenga una forma bi~arra .. . la forma de una guztarra .. . la forma de un guitarrón .. .

la forma de una ~igar~a .. . la forma d~ un czgarron .. .

la forma de una cimarra .. . la forma de un cimarrón .. .

la forma de una catarra .. . la forma de un catarrón .. .

la forma de una chicharra .. . la forma de un chicharrón .. . Pues quiero que mi cajón tenga una forma bizarra ...

La forma de una chamarra .. . la forma de un chamarrón .. .

la forma de una chaparra .. . la forma de un chaparrón .. . la forma de una ventarra .. . la forma de un ventarrón .. .

Pues quiero que mi cajón .. . f b. " tenga una. orma zzarra ...

Ahora su ausencia es una misteriosa presencia ... por donde estuvo, por donde y de donde tomó su musa callejera. Porque me• jor dicho por él, lo dice: "De allá volveré ... cuando descienda con otro nombre ... incorruptible. a la corrupción ... ''

Y bien ... con un tipo de piedad poética sea Quevedo, padre literario de Arqueles, quien diga al hijo:

"No dejaré la memoria en ... ven·as que humor a tanto fuego han dado, médulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejarán, no su cuidado serán ceniza, más tendrá sentido, polvo serán, mas polvo enamorado.

Ill

Deposito esta obra en manos editoriales del grupo Liberta­Sumaria -formado por jóvenes poetas-, que se ha dado a la tarea de promover fundamentalmente nuevos valores y rescatar valores olvidados mediante una labor editorial difícil y llena de obstáculos.

Siguiendo el espíritu desinteresado de Arqueles Vela y bajo la estricta ética de su filosofía: fortalecer toda iniciativa joven que redunde eficazmente en los bienes de la cultura, ~umo a ellos mis esfuerzos de ardua recopilación de los materiales de prosa perio­dística, inéditos y dispersos para formar esta OBRA, con el fin de Patentizar:

. A uno de los estilistas más singulares para manejar con senti­mzento, erótica, concepto y humor nuestra lengua española-mexi­cana. La dimensión que Arque les V e la alcanzó en vida ahora va tomando la dimensión incalculable de su propia obra. Obra letente de vida, de tiempo y espacio ilimitados y revolucionaria labor li­teraria.

. Y justo es que con la publicación de estas Sincrónicas el pú­blzco arquelista conozca -gracias a estos jóvenes editores-escrito-

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res- un libro inédito del autor periodista estridentista; asimismoJ) que el público antiarquelista -fue autor muy discutido en vida­lo lea con escrutinio sincero.

En estos renglones críticos se impone reconocer~ y no en forma de líneas al margen~ sino de categórica mención literaria~ la ge­neradora figura del estridentismo~ ya por demás consagrada~ de A1 anuel M aples Arce~ quien con manifiestos y luchas poéticas emprende la transformación de la· poesía mexicana. Integra la tríade, Germán Lizst Arzubide J. sin él el movimiento no hubiera existido como tal; representa dinamismo y revolución. Se deben enumerar~ en ensayo no específico para Arqueles Vela~ otros poe­tas más de cuantía en su momento. ] óvenes~ hoy nombres del conjunto estridentista~ por lo que el movimiento M aples-Lizt­Arqueles no quedó en brote efímero. Gracias a su potencialidad estilística y vanguardismo originales~ redunda a posteriori en La región más transparente, de Carlos Fuentes~ y en inquietan· tes novedosos estilos mexicanos de hoy en día.

México, D. F., septiembre de 1979. >

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SINCRONICAS

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EL OTRO MUNDO DE DON QUIJOTE

Desde los albores de los desasosiegos individuales y del males­tar social, el hombre ha creado un mundo opuesto a la realidad de su tiempo . . . un lugar de placeres para contrarrestar el empeño de las vicisitudes cotidianas, un apartamiento de soledad para eva­dirse de los ruidos diarios y de las solicitudes de la convivencia aglomerada, un ámbito de fantasía para promover hechos que no tienen cabida en las promociones inmediatas del pensamiento y s~ntimientos comunes y corrientes, un antro de penalidades ima­ginarias para poder evaluar el monto de felicidad que pasa inad­vertida a la mayoría de los sobrevivientes, un recinto de medita­ción para engrandecer las pequeñeces y liviandades de lar vida, un s~~io de revaloración de los actos que no alcanzaron cabal compren­Sion en el convivía social.

Esta estancia sin ubicación precisa en la concepción del mundo ~aterial, se encuentra fija y determinada en el mundo ideal. Es el rmcón de la dicha que no se halla en el impronta de la existencia, del dolor que se ha eludido en las transacciones sentimentales, de ~as esperanzas fallidas en el intercambio humano, de las promesas ~ncumplidas de los consorcios sociales, de los amores frustrados o Incompletos en las reciprocidades de sueños y realidades. . El más allá representa el espacio -de los deseos inalcanzables o ~~satisfechos, de los sentimientos y pensamientos inalienables o des­Pilfarrados, de lo debido excesivamente o de lo indebido excesiva­rnente, de lo que no tomó cuerpo o de lo que tomó alma ... . Al más allá se transfieren los enemigos, el mal y el bien insub­

Sistentes en el dominio humano.

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~\ [ [gl más aliDes la idealización o detractación del comportamien-J.'S diéndol!os de las miradas de los mayores; exiliados de lo inmedia­to del hombre o de la mujer en sus relaciones con los demás seres, , to sentimental ~ ideológico, en el cuarto de los trebejos ... El cuar­naturales o sobrenaturales; la proyección de algo inefable, indeci- !' to ?e lo~ tn~?eJOS fue nuestro paraíso, el lugar de la: fantasía y de ble, que no pudo realizarse en lo contiguo de los propósitos de las : la nnagmacwn en los comienzos de la vida de la infancia pos­ilusiones o alucinaciones . . . i pu~sta para la adolescencia . . . Y luego, para la juventud .. ·.·y des-

Cuando Istar no encuentra al hombre de su ideal y necesidad ' pues, para la madurez . . . · femenina en este mundo . . . lo busca en el otro . . . Al perder a su \ . ~n las búsqued~s de localizar el paraíso, difieren medios y pro­amigo sin saber por qué . . . Gilgamesh interroga al más allá . . . pos.It.o~ · · · .Remont~ndose por los_ aires en escobas, provistos de alas Odisea desciende al Hades para convivir con Jos seres queridos ~I~Iales, al traves de subterraneos inflamados, surcando las su­desaparecidos de su mundo . . . Platón, inconforme con la política :rficies procelosas de las aguas, sumergidos en los abismos inson­de su tiempo, crea la República ideal en un punto fuera de la geo- bles ?e los mares, escalando montañas perdidas en las nubes grafía de la Hélade . . . Eneas atraviesa el río del más allá para traspomen~o desiertos infinitos, por diversos caminos, todos ne~ descansar en los Campos Elíseos . . . Lo que Dante no puede vivir , gan ~ la Bienaventuranza o a la Desventura ... con Beatriz en la Tierra, lo pospone para vivirlo en el Cielo . . . ' do Gilgamesh se arriesga por un túnel en busca de su otro mun­

La transferencia de lo terrenal a lo celeste, de lo ideal a lo ma-0

• • • Launtal_ expone .su_ vida para encontrar su otro mundo del terial a lo espiritual, de lo conterráneo a lo subterráneo, localizado tro lado· del :r:w · · · Tristan halla a !solda en una isla -la isla del y preciso en la literatura de cada época, tiene sus antecedentes en amor- despues de luchar: con fuerzas desconocidas ... Dante tra­consejas y leyendas populares, provenientes de hechos comunes Y ~onta todos los mundos para ver a Beatriz . . . Aun Chaucer al corrientes que se convierten en trascendentales, al trasponer lo co- c:~prenderse de las amarras invisibles medievales, lo hace para' es­tidiarto más allá de advertencias y castigos, injusticias y justicias e ar las torres del Palacio de la Fama que es su otro mundo ua:ndo D Q · · t b · ' · · ·

Los reinos subterráneos, la isla de los bienaventurados, el país ,1 l~:n el_ otro ~u!ldo · · · el. país misterioso con el q~e sueñan todos no alcanzadas en un lapso de las aspiraciones humanas. b"· on UIJO e aJa a la Cueva de Montesinos descubre tamJ

de la Cucaña, Aralú, el Hades, el Paraíso Terrenal, los castill~ en· ugnos, difiCil de localizar el]: la geografía interior ... cantados, las torres de la Fama, las Utopías, corresponden a~sio· ~~tro mundo es una com lementa<Ionderrñüñdorea:ll ... nes del intelecfQJsueños del inconsciente, esperanzas de los deshe· la le scri e e terror de la fosa del re a. Irgllio relata redadas, venganza de los potentados, ardides de las religiones, tretas y ~enda del Aqueronte, Cervantes cuenta la conseja del Duero. de la política, para solucionar casos y misterios de la vida pública gu¡ a~ como en sus andanzas los peregrinos del ideal encuentran y privada. al ~ os por la lucecita que se percibe a lo lejos en la montaña eÍ

El más allá es el refugio de los ultramundanos, el premio a loS ci~a:zar d; sus sueños, así también Don Quijote encuentra el p~la-altamundanos, el castigo para los bajamundanos ... Quienes se e:x· Enalcazar de la dicha, en el otro mundo ... · ceden, quienes se abstienen en la convivencia de su mundo al nivel tibl el submun.d? existe, igualmente, una verdad apenas percep­de su tiempo, encuentran su compensación en el otro mundo ... el ter¡~~~ la superficie de la .r~alidad vivida. Allá se encuentran, ma-• mundo de su fantasía, de su imaginación . . . te del ~~os, los val?res es~nrituales, apenas vislumbrados en Ia men-

Tado intento de elevación, de evasión, de proyección en la vida dos mbre. Alla · · · VIven los seres de este ~undo ... encanta-social que no se realiza y perdura como deseo fallido, hecho incon· · · · cluso, esperanza pospuesta, ideal inalcanzado, sentimiento frustra· es ~:.0• des?eñado, malcomprendido, maltrecho·, Don Quijote sólo do, pensamiento incompleto, se transfiere para la otra vida . . . caban prendido en el otro mundo ... en el mundo de las hazañas

También nosotros en la niñez, al no encontrar en el mundo de Allá erescas, por los ~~baller~s c?mo él, destinados a Ia gloria ... los adultos la respuesta a nuestras inquietudes, ilusiones, esperan· tar aenc'!entra D~n Qm}ote}a JUstificación de su destino: desencan­zas, nos apartamos de la realidad familiar, escolar, social, escon· qmenes suenan aun con el otro mundo ... Allá consuela Don

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Quijote a lbs acompañados de la melancolía, a los angustiados por ción ddel hombre, las sintetizó Cervantes en la figura de Dulcinea la vida profunda que atesoraron. " crea a con l~s element<;>~ sumados en la experiencia de su vida. '

Allá, también, en el bajo mundo, la sin par Dulcinea, la sin t" La tentativa del QUIJote no radica fundamentalmente en la sá-ventura, la más espiritual, la más sutil, la más ideal, de las muje- Ira en c?nt_r~ de. las novelas de caballería, sino en la exaltación res, se aparta de la teoría de los sueños, de la región de las almas, de los prmcipios Imperecederos encarnados en la dueña del Tobo-de la abstracción con que el hombre concibe a la mujer ... y hace ~0· Pordella se es~uerza Y combate y lleva su pensamiento hasta la lo que todas las mujeres ... pide dinero a Don Quijote ... natural- f" ue;.a e Montesmos en donde se cristalizan los hechos más signi-mente. . . como todas las mujeres. . . a cambio de una prenda ín- Ica Ivos de la obra de Cervantes. tima. . . el faldellín de cotonia. . . E~ .otro mundo de Don Quijote no está, naturalmente sólo en

Cervantes revela el destino de todas las mujeres y de todos los las VISiones de. 1~ Cueva de Montesinos: allí entran en c~njunción hombres. La más inconsútil y la más espiritual, al final de cuen- ~as fuerzas decisivas de la condición humana: el idealismo y el rea-tas, termina por empeñar sus intimidades . . . Y lo más triste para s~~· Y ep sus contraposiciones se revela cómo el idealismo con-el hombre es que nunca t~ene lo suficiente para corresponder a las ce 1

. 0 como una abstracción pura, desprendido de los hechos necesidades femeninas . . . ~n~der;do ~omo algo i?alcanzable, no significa nada para los pro~

Mientras Dulcinea formó el acervo' de los sueños de Don Qui- en s~:: el .. ~mbre; el Idealismo, sino su comprobación inmediata jote, existió como una simbolización, como una alegoría, como una "d 1 posibilidades de alcanzarlo, no pertenece a la naturaleza del metáfora de lo femenino; mientras sólo su espíritu se acercó al Ca· ~ne~ ' tal como Cervantes la concibe para que pueda trasmutarse ballero, jamás se despojó de sus veladuras, de sus virtudes intangi· ~:~a f-e la cu!tura. bies de sus valores inasequibles, de sus prendas propias; pero en lidad 1 ea Is~o trmnfa cuando encierra lo trascendental de la rea-cua~to las necesidades de la misma existencia la obligan, prescin· lle { sus fmes corresponden a las posibilidades del hombre de de de todo lo ideal, y hasta de sus prendas íntimas para resolver v~r 0 • al cabo dentro de las mismas relaciones humanas su condición de mujer en un país extraño ... porque lo que llaman~ mism~· Ideal imposible de realizarse es la degeneración del ideal necesidad, en la vida, a todos alcanza y a todos aqueja ... Lo mis· se d '.Y el hombre debe procurar que los propósitos humanos no mo atañe a la materia q~e al espíritu ... Lo mismo al hombre que ~s~~en ° se trunquen en las tentativas de hacerlo realidad

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a la mujer. en la 1 ea! es l? más puro del hombre que debe servir al ho~bre Cervantes descubre en el otro mundo las ~ichas-del~S las ~0I_l~Ivencia con el hombre. Si un ideal se sitúa más allá de

acá ... Su realiSmo satiriZa el poder del amero-que aun tratándose· rreria~sibihdades human~s .o s: transfiere al más allá de la vida te­..--de lo más puro, como el amor de Don Quijote por Dulcinea, al in·· trata '.no correspondera Jamas a las aspiraciones del hombre que tervenir en sus relaciones, destruye sus principios y sus fines. lidariJ~~mpre ~e obtener la felicidad dentro de los principios de so­

En el Quijote, Cervantes se mofa de la sociedad declinante, de. es. la s· Y ?e 1?~aldad en las relaciones humanas, porque Dulcinea lo nobleza ociosa, de los ritos religiosos, de la vida licenciosa de la: y de 1

1n;bohzacwn de los sentimientos nacionales, de la democracia clerecía. a e, arrebatados por la balumba cultura de sigo XVI.

El mundo utópico del Quijote es una oposición al mundo de la' , · injusticia, de la opresión del feudalismo; y una crítica también ·a las ambiciones del mundo burgués en cierne, que se levantaba por encima de los ideales imperecederos de la humanidad.

En su otro mundo Cervantes comprueba que el espíritu no pue· de subsistir sin la materia.

El idealismo y el realismo, las grandes corrientes del pensa: miento universal, representativas del humanismo en toda proyec·

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DON MIGUEL DE UN AMUNO: F ARA ON DE LOS GITANOS ,.l

En 1926 vivimos una época de efervescencia política: prelimi·: nares de la lucha y triunfo de la República en 1931. Una transmi·' sora fantasmal recorría los ámbitos prociamando nuevos desórde· nes y un nuevo orden social ... La censura obligaba a los periódicos' a· publicar páginas enteras en blanco ... suprimidas las ideas que parecían pe~igrosas al Directorio militar. Los puntos suspensivos; sustitutos de las palabras eran la propaganda más elocuente en: contra del Gobierno ...

Algunos intelectuales borroneaban sus pensamientos y oscure·: cían su estilo para no comprometerse. Muchos intelectuales -como, don Miguel de Unamuno- se sumaron a la voz popular ... Don Mi·: guel no se sometió a la fórmula de pensar en blanco . . . y desde 1~ cátedra como desde la opinión pública, el filósofo del sentimiento· trágico de la vida, defendía los principios del hombre, lo que deter· mina al hombre ...

Halagos, amenazas, fueron inútiles. Don Miguel de Unamuno¡ mantuvo sus propósitos en el pensamiento y en la acción ... sintién·. dose a sí mismo como si sintiera a los demás . . . con el propio yo ineludible ...

Aunque no deslindaba al filósofo del poeta . . . se mantuvo m~ como poeta que como filósofo . . . resistiendo todas las tempesta· des ...

Pero en la época de Primo de Rivera nadie, ninguno ... ni el rná!: grande como don Miguel de Unamuno ... ni el más pequeño coiilO yo . . . pudieron permanecer en España. ·

Perseguido por persecuciones sin número y sin cuento, Don Mi· guel emigró a Francia. Acompañado hasta la f;rontera pirenaica por. guardias civiles, abandoné Madrid, yo también, como un aledañoso. ·

Allá, en el destierro conocí a Don Miguel de Unamuno, en la az1J·. lina población de Hendaya, a orillas del Bidasoa . . . que une la!. vasconias española y francesa ...

En ias inmediaciones de su provincia, vivía en el recuerdo.·¡ como al pie de la letra de su propia expresión de que se vive en e recuerdo y por el recuerdo ... ya que nuestra vida espiritual no es. en el fondo, sino el esfuerzo de nuestro recuerdo por perseverar­por hacerse esperanza ...

Pero en el recuerdo de cimentar el presente con lo imperecede, ro del pasado ...

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tad!}ropósito de mi expulsión de España, opinaba ac~rca del Dic­

tiemp~s·. p~f !e· Riyeral es el más grande estratega de nuestros primel1 · d: as smgu a; de los tiradores al blanco . . . porque

o Ispa~a .. . . Y despues . . . apunta ... Su pensamiento era el mismo· t'd

creador:s del ~entimiento trágic~ ~~ ~=n ~id~ del dhum_or, también, personaJe que Juega con todo Y e n~vola . . . Del nada De . · · · pero que no puede JUgar con la violad¿;a de ~~~e~á~e:~~~;:t .ql!e ~l leer una ~omposición poética diciéndole: ~ oricos, como algmen le contradijera,

- · · · pero eso · . . no es soneto ... Conforme, respondiera: -:- · · · no . . . es sonete ... Simultáneamente don Mi 1 d ·

por todo el universo gue ecia que el alma humana vale El . . · · · Y que un pueblo es también un alin

do de l~r~u~Ilosofo de .la individualidad alude igualmente at ~e-~ti­bre que inten~:d=bJ·ureg.aque vale tanto como una filosofía del hom-

. . r una pena común Su VIda convivió tanto con lo castizo · · · com .

Fue Rector de la Universidad de Sal . . . o con el calo ... nos ... que es como otra universidadamanca Y Faraón de los gita-

L D' t d ... cárce~ Ic S~ ura ~e señaló el a?gosto aposento de su casa . . . como

Que co~~fder~;;a~~~~~~nc:~u::ec~~:~~ .~sus anchas ... por-

V ALLE-INCLAN: MARQUES DE LA NOBLEZA

rnezL~a~~~~ia de Madrid -realmente vivida y novelada por Gó-dres d - aunque se parece a las miserias de París d L ria ' e Roma Y de Berlín . . . en Madrid la miseria es ' . e ~m-ños: Na~~ ob~tante la. cordiali?ad y convivialidad de lo~~a~~~:= Podido su:tr~~~~no'¡ m ~~os m otros; ?i siquiera los españoles han Pañera inseparablea so~ a_ agos ly cariCias de la miseria: única com-

' o a sirena ocuaz que hubiera conquistado aun

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Page 18: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

a Ulises, singular diosa, única inviolable de la mitología contempo­ránea . . . En aquellos tiempos, muchos hispanoamericanos deam­bulamos en pos o en avance de la miseria; algunos se disputaron sus amores errabundos, traicionando amistades, delinquiendo por sus desvíos, renegando creencias, dogmas, ayunando, ciliciándose, con­versos por las ortodoxias encubiertas de la vida diaria.

marinos ... cedió los derecho 1 . '2 a quienes había ofrecido prevfa~e~~=dsta ~l e~tudiante, de ~adrid,

En el.lapso de la corrección d onar a sm re~uneracwnes ...

· Los menos, hasta se batieron a duelos de vida y muerte por sus

versatilidades ... Las excepciones: Alfonso Reyes, Blanco Fombona, Felipe Sas-

sone, se salvaron de sus cortejanías ... Ciertos, no dejaron ni sus nombres en la fosa común ... Los inciertos, ni siquiera se murie­ron . . . A uno, a uno sólo . . . contemplé incólume, impertérrito, adulado, asediado, lisonjeado por la miseria, sin caer en sus galan· terías . . . al gran don Ramón, el de las barbas de chivo ...

Valle-Inclán- vivía como el Marqués de Bradomín ... La miseria recurrió a todos los ardides y disfraces, a todas las desvergüenzas y malicias, a todas las cautelas, para seducirle . . . Atavíos corpo· rales, rostros de encantamiento, visiones astrales, augurios subte· rráneos, damas de compañía, la virgen trece mil ... Todas y todos,

fracasaron. Cuando su sensualidad se proyectaba más allá de la materia, con·

finando con la ascética y aun con la mística, entonces la miseria.~ suplantaba a la gloria, a la Fama, a la Prosperidad: las Tres Gra· cias de Ilusionados . . . más allá ...

No obstante sus veleidades, ninguna de sus transmutaciones en· gañó a Valle-Inclán. Todas se inclinaron y se reclinaron ante su fiereza y altivez para resistir las tentaciones, tanto de los Siete, pecados capitales, como de las Siete virtudes teologales ...

En tiempos de Primo de Rivera se desfiguró de Política. . . norn·: brándole Director de la Academia de Bellas Artes. Entonces, el pri·: roer dictamen de su misión fue la sentencia en contra del mal gust~ y de la trivialidad en el arte, advirtiendo que condenaría al fuego: muchas de las consideradas obras maestras por sus antecesores . ·• Inmediatamente le relevaron de su alto cargo.

Después, por aquella misma época, al concluir su novela Tira~ no Banderas: tentativa estética de fundir en una sola habla la et· presión española en América; un rotativo argentino, por los dere­chos de publicación, le ofreció la mar de plata ...

Sin embargo, el Gran don Ramón, rehusó, a pesar de las i!l' sinuaciones de la miseria . . . Y, en vez de entregarse a los ultra' 1

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días aciagos como las hojas d e :ufbas arranco a su vida los neral Obregón sabed d e ~n. ~ 0 mdor · · · Hasta que, el ge­titud artística,' sosten~~a ~o~s e v~cisitudes promovidas por una ac­~~tes ... acordándose que ju~;;ezal a~~ los gobernantes igno­umca mano-- los lances de G ap au Ian -cada uno con su de toros El toreo} le envió ~~n:-f Belmonte,. e~ la antigua plaza la voz de las sirenas oficiosas de ~tr~s. . . suficientes :para desoír

y pe ICIO •••

mín . '. . p~~~~~ ~~ ;~í vida esple~do:osa del Ma~~ués de Erado­en la creación del Teat q:/os_ ~Il dolares los utlhzó Valle-Inclán de los jóvenes como G~~cía ;::"'r 0 blan~o · · · Impulsando las obras escena de su tiem

0 orca Y on~ntando los destinos de la

era aún más gran~e-q. u ·e plorq~e 17 par~c1.a que la miseria artística a misena cohdmna ...

JUAN RAMON JIMENEZ y SU FANTASMA DE AMOR

Juan Ramón Jimé t · g!'eso del ruid nez, ~ ?rmentado por el estruendo del ro-para el silenci¿. ~~helaba VIVIr del silencio, en medio dél silenclo ·y

En Madrid en su f d laba muros de' silencio re Iro e ~as reso~ancias cotidianas, acumu-logos de la vida inmed' ptara no m_tervemr en los traspuntados diá-

E la a Y contigua.

llar n aquel lapso de su apa t · t definitivo r r amien ° Y preparación para el aca·

ción ... que le ~Ú~tr~~~!~:·s~o~~vi~~~~~v~ta,. ~ua!quier interroga· Para sustraerse a 1 . el siLnciO ...

su alcoba de una ta . a mareJada mundanal había paramentado Pitosos del m d Pia de corcho que mitigara los deshechos estre-

y up o ... a no ambicionaba n d E cornplacía en la recreaci~n ad n el fondo de su soledad sonora, se

Sélndo aun fl . · . e su agua verde y dormida . . . rehu-naturaleza· ~ ~ás~~a~ ~a flondez del paisaje. Vivía apartado de la

' e surco en donde sembrara su corazón ... en

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Page 19: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

un extraño pero propio mutismo, que apenas balbuceaba un nom­bre equivocado . . . que confundió para siempre la esperanza de vi- , \ da, viviendo, como él mismo decía con sus sencillas palabras: siem­pre más o siempre menos, siempre equivocado ...

Sobre todo; y sobre todas, con Georgina Hubner: la mujer in-ventada por Ventura García Calderón para engañar al poeta en los comienzos de sus ilusiones en flor ...

Juan Ramón jamás aludía a la raíz de su desdicha ... pero Blanco Fombona, contaba cómo el autor de los sonetos espirituales se apasionó leyendo las cartas amorosas, redactadas por García Calderón, caligrafiadas por María Isabel Sánchez y firmadas por Georgina Hubner . . . y cómo el engaño confabulado agravó sus arias tristes . . . modificando el ritmo de su corazón, al convertirlo en un órgano nuevo que ya no medía ni lo finito ni lo sensorial ...

-Yo tengo un nuevo qrgano que segrega infinito ... - Decía, recordando el ardid más cruel que pudo urdir el destino: simular la existencia de una mujer singular ... hacer que se enamorara de ella desde lejos a través de una correspondencia ideal ... y cuando quiso acercarse más allá de la palabra escrita ... simular entonces

Los árboles no se mueven es tan humana su calma . .. que así parecen más vivos que cuando agitan sus ramas ...

Acaso la suplantación de un · amor le alejó para siem re d a muJe~ en los arcanos del primer cuerdo de todos sus vaplo""ese lal' mt_atena . . . despojándola en el re-, ~· P as 1cos ornamentales d ·, d en la poesla como el espectro de la realidad . . . . . . eJan ola . En aquel entonces Y cuando había alcanzad . .

;;;r ···_la revuelta. de la dictadura ensordeció s~ ;;fO::~;;'po~ ~te-e er~ngra::, con los últimos lampos del cruento otoño d. . . uvo

. Asi vol viO a los contornos de la realidad en Am, . e 1938 ...

lncda halló al fin el infinito para su cuerpo que so~lnocha;b~ en Amé­a o en el alma . . . · · · a 1a acumu-

su muerte, como habían simulado su vida ... para dar con su amor

a la equivocación ... En este juego de maulería: su presencia de estupor, su mirada l GOMEZ DE LA SERNA EN SU SUPRAM de sombras, provenían del más allá de sus pupilas ... de lo recón- UNDO dito de su poesía, nutrida con lo tremedal de los sentimientos . . . Ramón Gómez d 1 s · , Así nos miraba en su retiro en Madrid, detrás de la muralla de ventado con t e · a . ~rna VlVla en la cabina de su universo in-fuer .0 ros prmc1p1os que los naturales No · ·

silencio inconmovible; sentado cerca de la lámpara que iluminaba a un umver tT · 1 · · · msmuo que su rostro con un tinte mortecino de alba ... o de atardecer . . . de origen 1 so ar

1

lcla · · · pero no estaba hecho con el caos do p n· Y os cuatro elementos primitivos Ni hab' "d De cuando en cuando su mano pálida como la misma luz, can· or lOS en seis d' . · · · "'Sl o crea-

sada de sostener su gloria, cercenaba su barba como para abolir lo evolución N las Y selS noches··· ni era un producto de la sólo áspero de su presencia . . . taba a la· 1,; ·

0 ~e regia p~r 1~~ leyes establecidas . . . ni se suje-Parecia despegado de lo terreno; de la acechanza del amor, de lermica d ¡"'?¡. e la· gravltaClon ni a la hipótesis de la muerte

la vida y aun de la muerte . . . Y se sustráia más bien de la vida cielo ~ a ¡erra m a las predicciones del derrumbamiento del que de la muerte ... Le aterraba el ruido, el movimiento ... Tal &,' ~ ra un mundo de tamaño sobrenatural vez ya no queria saber de lo fugitivo, porque vivía ya de lo intern· Dante ei~1 ;~;~~ces, deslumbrado por su in~a;;descencia, como poral, imperecedero de su poesía . . . simiente del árbol puro del Hasta ahora d so, n~ pude arbcular palabras para describirlo CUentro s ' esp~es . e ha~er transitado por otros mundos' en~ am~ f,;e,:;:',::b;.,;_ de su silencio desechaba todo lo que pudiera impe· cativas· S: :na:ogias liDpreSlonantes Y sus equivalencias co,;,uni-De d, ¡'a na es, Y ~us proyecciOnes.

dir el recogimiento de sus propias voces secretas que hablaban ell 1 no se ve1 1 voz queda en tomo de su quietud, como en su poema: a noche b · a~ su uz ni su sombra··· Se entraba sólo por sus órbit~~ .praJ? ~n ¡Ielo tachonado de constelaciones titilantes en eclpl a as; entre una flora embalsamada en sus pro-

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pias fragancias; y en medio y al lado, una mujer idealizada, pro- ~~ fesa y exprofesa para amores sin ventura, como la Hadaly de Edi-

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son, hecha la carne de magia blanca ... y los ojos con la sensación del alma ... hechos con la magia negra ... descendiente inmediata de 1~ mujer mecánica que Pierre ,Louys llevó a su realidad domés­tica para no tratar con intermediarios en la trata de mujeres de los mercados sentimentales ...

Así le acompañaba en el discurrir diario con su silencio ideal ... sentada en su inmovilidad frenética . . . sin intervenir en la contro­versia de soledades ...

Su prestancia parecía extraterrenal, casi solemne; y su única li-viandad consistía en dejarse desvestir, vestir y revestir . . . y su única virtud en no pedir nada . . . jamás reía . . . pero tampoco llo­raba ...

Encima, un reloj dejaba transcurrir sin cónsecuencias tempora­les los segundos, los minutos, las horas, los días, los meses, los años y Íos siglos . . . marcando sólo los cienmilésimos de segundos .. · contando la vida violenta a la manera de un evento deportivo .. ·

Arregladas como un manojo de flores en un tibor antiguo, un haz de plumas-fuente servían al escritor para escribir, como a los pintores los pinceles para pintar ... según la categoría de los temas,~ como a los pintores las gamas de los matices y tintas ...

Gómez de la Serna escribe por todo, de todo, por encima de to· do sobre todo al margen de todo, al fondo de todo, abajo de todo, m~s allá de t~do ... Todo lo que oye, lo que ve, lo que toca, lo in· visible lo inaudito, lo insólito, lo intangible, lo fugitivo, lo inmuta· ble, lo' lejano, lo cercano, lo superficial, lo trascendental, lo es~ático, lo dinámico, lo periférico, lo insondable, lo ideal y lo material, l.o lógico, y lo ilógico, lo concreto y lo abstracto, lo finito y lo infinl· to, lo sustantivo, y lo adjetivo ... Lo que piensan todos y lo que nadie piensa . . . Lo que todos dicen y lo que todos callan . . . ~o que pasa y lo que no pasa en las calles, en las casas: privadas, pu· blicas, inauguradas, clausuradas . . . Lo que revela y cifra el pen· samiento ...

Ha descendido al fondo de la Tierra y de allá trajo el secreto de sus círculos y de sus aledaños, semejantes a los puestos de ~a almoneda o de un baratillo ... Ha subido al cielo y de allá traJ0

también el secreto de sus escondrijos; su flora y su fauna: vegetal, animal; sabidurías, ignorancias, desconocidas aún para el misill0

Diablo Cojuelo y para el Angel Caído ...

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Escribe ensayos, novelas, teatro, crítica; en!')ayos sobre el en­sa~?· argun:entos para novelas, el reverso del teatro, crítica de la critica . . . hbrbs, . conferen~ias, controversias, confidencias, epísto-las, posqatas •. prologas, epilogas ... _ Ipventó .la_gr_egue_ria_._._. la. tropa d_e la hteratura- especie de villancico, fusión (le-.t.QPas las categonas ~ul!as y populares, lírica y didascálica, épica y dramá­"tíCa., humonstica... ____,_ ~u más granae amiga lejana fue una inglesa . . . una amazona rorada .. ; quien le dijo que su obra Senos ... estaba incompleta ... porque solo constaba de un tomo ...

Su_ más grande glos~dor acaso es Arqueles Vela, quien escribió un prologo J?ara los prologas de Ramón Gómez de la Serna ...

~n M~d:Id, Ramón era el único escritor que vivía de escribir ... Y Sigue VlVIen?o ... has!a de su automoribundia ... algo así como una necregersm de su VIda ... o resurrección de sus muertes ...

Es el precursor . . . en genérico . . . de lo que está por escribirse] Y aun de lo que no se escribirá nunca y, hasta de lo que muchos ® suponen que ya estaba escrito ...

ANTONIO MAR/CHALAR Y LA NUEVA CRITICA

Por un avatar de los calendarios sin cronología, sin pronósti­:s ~emporales sin previsiones destinatarias, vivimos en Madrid lana epoca _crucial que nunca acab~ de entre~~ruzarse ... cuadricu­

do los dms Y las noches de una VIda sombna o excesiva ardiente. de Era el lapso de la monarquía a la república, de los esperpentos g Echegaray a los esperpentos de Valle-Inclán del estilo farra-

oso de Ricardo León a las greguerías de Ramón' Gómez de la Ser­~:· de la P_oesí~ s;nsualista de Villaespesa a la intelectualizada de rioan Ram~n Jimenez,. ~el Teno:r_:io envejecid? de Zo~illa al Teno­n modermsta de Mehton Gonzalez, de los tiempos realistas de la la0"Jla gald?siana a_ los convulsivos de la nivola de Unamuno, de CU 0eca.denc~a del gel!'ero_ gra~de al sur~imiento del género chico, d r S libretistas -afirmo Dano- han Sido los únicos renovadores e Verso español después del romanticismo ...

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Los poetas del novecientos lucharon denodadamente por desa­sirse de la influencia de Rubén; los prosistas, de Gómez Carrillo.

DON JACINTO BENAVENTE NO HABLA .~ A TONTAS Y A WCAS 1

En ese afán, Ortega y Gasset se refugió en la filosofía alemana; y Antonio Marichalar traía el hallazgo de James Joyce, en el Re- Don Jacinto Benavente vivía como había vivido siempre: entre trato del Artísta Adolescente. ba~balinas. Sus contertulios, comensales, espectadores consuetudi-

Marichalar traía también el aire de la ciudad de la niebla, su nar10s eran los partiquinos novicios; sus amigos únicos, los adoles­aristocracia interna, su elegancia externa, en su fondo y en su for- centes; sus confidentes, los galanes jóvenes ... Cuando Don Jacinto ma, respectivamente en una y en otra . . . discurría fuera de los escenarios se le encontraba con frecuencia

La crítica de Marichalar situaba a la obra de Joyce en la cús- en los baños públicos, contemplando el espectáculo de los bañistas pide de las corrientes de la vanguardia literaria. Ulises representa- gimnopédicos ... ba la culminación de _los elementos formales dispersos en todos los Quienes intentaron conocerle y tratarle en fiestas y homenajes ismos . . . ~n cenáculos Y círculos literarios, nunca se compenetraron de 1~

A partir de las aseveraciones de Marichalar, la crítica litera- Idea cabal de su mundo platónico ... de su universo a lo inverso ... ria no ha encontrado otr~ fórmula para explicar la evolución de ~on Jacinto era un personaje de la novela rosa ... detestaba la los medios expresivos contemporáneos... conv~vencia en el gran mundo social, intelectual; sobre todo, las

No obstante las contracorrientes que en España impiden perci- reumones Y saraos cpn mujeres ... páginas en blanco y blanco de birlos propios valores; entre los silencios que permitía la charla en- sus sentimentalismos resentidos y humoradas ácres. trecortada, arriesgué mi juicio joven, tal vez adolescente . . . . El recibidor del Fontalba era su recibidor: decires, contradic-

- . . . a pesar de lo que dice y no dice la crítica ... - Empecé. Cio~es llegaJ;m~ e~ correspondencia~. Se complacía en charlar y dis--a propósito de influencias, imitaciones, plagios ... yo pienso que ~tir en la mtrmidad rehusando publicas homenajes como si le tu-todo el pirandellismo está en el Teatro en Soledad. . . y todo el ~era miedo al público ... y sólo se atreviera a presentarse a través bontempellismo en El Doctor Inverosímil) de Ramón Gómez de la ~ e sus pei:sonajes dramáticos, cómicos, en farsas y engaños .. . Serna ... Todavía no le hacen la justicia debida al creador de la El realismo de su teatro no lo soportaba en la vida real .. . greguería . . . Acaso sea necesario que otro hispanoamericano pre- d Una noche de ensayos un grupo de damas de caridad solicitó cise los valores de la literatura actual española ... como fue ne- e Don Jacinto ayuda para el ropero de mujeres .sin vestidos ... cesarlo que un hispanoamericano dilucidara la significación de la Para amenizar el festival el autor de Los Intereses Creados se épica peninsular . . . explicándola más acá y más allá de la influen- ~~arga~ía de un t~ma fe~eni~o en una conferencia. Pero al final cía de la epopeya francesa ... como un producto del impulso béli· fai~ Jacmto se nego aduciendo que no sabía hacer discursos ... Le co en la propia tierra ... Hasta ahora, sólo Andrés González Blan· ti aban facultades para hablar . . . Y como las solicitantes insis­co ha vislumbrado la trascendencia de un Rubén Darío . . . j eran reconviniéndole . . . dado que el teatro estaba lleno de mu-

Entonces, Marichalar, sin perder su neblina, sonrió, benevolen· eres··· ansiosas de escucharle ... Don Jacinto respondió: te ... y sin contradecir, dijo: bla;-Yo n? .sé improvisar ... creeis vosotras ... que yo puedo ha-

-¡Es curioso que en América se piense ya en esta forma ... ! D · · asi ... a tontas y a locas... . _ ... a lo mejor está equivocado Pío Baraja ... al opinar que tr F na noche del af10 26 Margarita Xirgu representaba en el tea-

América es el continente imbécil... 0 o~talba, La Mariposa que voló sobre el mar ...

Maricharlar volvió a sonreír... Incf?vitados por Díez-Canedo asistimos González Martínez Valle-- ... a lo mejor ... - Concluí.-... tendrá que llegar de Amé· ~n, Luis 9"· Urbina, _Gómez de la yega, Ortega. '

rica .. la corriente renovadora de la crítica. . . en elalle-Inclan presenciaba el ~spectaculo con los ojos extasiados Esta vez Marichalar frunció el entrecejo . . . como si intentara cuand tech? haciend~ comentanos en voz alta. Sólo de cuando en

poner un dique . . . a mi pensamiento . . . : 0 baJaba las miradas como reflectores impertinentes. Resistió

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el primero y el segundo actos, inmóvil, impasible, sin ademanes .. · . actitud inusitada en su manera de conducirse, por de conta~o . . . . . '

A mediados del tercer acto, Valle-Inclán se puso de ~ne; sallo del palco bajó al lunetario y caminando a grandes pasos 1ba Y ve­nia a lo Íargo del pasillo sito e!ltre las b~tacas; golpeando el suelo

1

con su bastón de peregrino, gntaba a gntos: . . . 1

-¡Vámonos ... aquí se acaba la comedia ... e~ mubl_ qued~r-. se hasta el final ... Es una obra sir: final ... podrm contmuar m-definidamente . . . sin terminar . . . s1 no la damos por acabada . · · en esta escena .... es la de nunca acabar . . . Lo que falta . . . so· bra ... Vámonos ... La comedia ha termina? o . : . .

El público incrédulo miraba a Valle-Inclan; mdec.Is?, pe~ane­cía sin moverse. Algunos, temerosos del asento conmmatorio co· menzaron a abandonar la sala mientras la voz como la del profeta de las profesías, continuaba anuncia~do:

-·La comedia ha terminado . . . . . D~n Jacinto Benavente vivía de anécdotas. Su VIda fue un an:c·

dotario incontable ... inenarrable . . . Sólo pueden contarse las m·

ventadas ...

Todos los alucinados de la bohemia joven eran ungidos por Emi­lio Carrere. Su sombra nos condujo iniciándonos en los misterios de la poesía de los chiribitiles sentimentales, las nocherniegas de la tris­teza sin argumento, la melancolía de la luz y en ese algo de poética que tiene siempre la desdicha ...

Por sus mediaciones conocimos y convivimos con la musa del arroyo . . . arropados en su cuerpo sombrío, aferrados a su fugaci­dad sin principio ni fin llevando con nosotros lo que no se encuen­tra jamás . . . No obst~nte, siempre se daba en donación como la poesía ...

. Emilio ~arrere vivía de una ímproba labor periodística, de tran­seunte apasionado de las callejuelas de Madrid y de asídtio feligrés de los cafés, hasta que le nombraron Cronista Oficial de la Ciudad del paisaje nocturno y de la aurora lunar . . . '

Sus versos contienen la melodía de los cafés populares, las tin­tas de las verbenas, las .penumbras de los sueños urbanos, las nos­talgias de lo que se va sin haber alcanzado su plenitud, la intimidad de los rincones olvidados como el Café de San Millán, parroquia de la _bohemia, las añoranzas de los viejos pianos en responsos pere­gnnos por las tertulias desaparecidas, las controversias íntimas a Pro~ósito de la vida que pasa sin que la gloria llegue, las gotas de

ll lluVIa que empañan los rostros de los espejos como un eco de lá­grimas femeninas, rimas de carne dramáticas y galantes ...

EMILIO CARRERE Y LA PIPA DE WS SUES"OS . . . ·n·

Emilio Carrere envolvía en su capa bohemia~ toda la _t~adiC1~3 de la noche y en su pipa la humareda d~ los suenas ... :VIVla de trashumancia. Ningún oficio esta_ble, mngu~a c~rrera Ilota le r; tuvo en sus búsquedas por la vida. Era h~encmdo en letras 1 la Universidad de Madrid y trabajó en el Tnbunal de Cuentas de Reino; y ni la cátedra ni la burocracia mantuvieron sus andanzaS en quietud . . . . rtl'

Su figura en tránsito por las calles de Madnd era como la so 3,

bra del siglo pasado, aunque sus versos se transpar:ntaran d~ ton y lidades modernistas. Usaba capa, chambergo, chalma, cachimba a· una cara tocada hasta la cabeza por el páramo de la luna · · · AI!l1 ba las noches de peluche, los horizontes perdidos Y las musas cal e-jeras de ojos noctivagos y sonrisas errantes.

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Recordando en el recuerdo he recordado su poesía en la soledad bulliciosa del acaecer interno; nuestros vagabundeos sin término en ~edio del silencio interminable, urdiendo con las humaredas de su Pipa las realidades únicas de la vida ... placer y dolor, escatimados P<lr la tasa diaria. . . como en sus versos de cortesano de la Luna:

La historia de ·mi pipa es la existencia mía como ella sólo de humo mis pobres glorias son ... humo tan sólo es, humo fugaz, mi fantasía . .. Y de fuego- una rosa de lumbre- el corazón ...

dru Aquella noche ... después de errabundear por la noche y la ma­de gada, recordado su poema como si fuéramos ambos del brazo ;,., la_ musa del arroyo . . . cruzábamos tristemente las encrucijadas .. ,ter10res. . . sin intentar salir del laberinto ...

De pronto, sin despedirse, me dijo: - ... os invito a comer mañana ... -¿A comer ... ?- Interrogué azorado.

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la peluquería ... _ Agregó, solemne .. -Sí ... a comer ... Y a . . r , _.A la peluquería ... ?- Inqmn lleno de pavo · · ·

y ~espondió, sonriente: . n América que el último bohe· _ . . . sí . . . para que sepan e . ·

. come y frecuenta la peluquena . · · mw ...

ANTONIO MACHADO y SU ROSA DE- AMOR ...

No conocí al poeta en su ~r~~l~~:no, ~~P~g:l~~~a~~:~~~! en el pala~i~e~~:~~~sa~~n~:rosa en flor d~ ·su laberinto de fronda~: i~~o~~aras oen los sueños oscuros, encerrados en un cuartucho ma

drileño: . . . . nte el Antonio Machado de los dí~s ! las: Esta VIVO en ml me . ' ndables como sus galerías mbmas,.

nochesdaz~r?~atus'delsar;:Jm~~~s Y predarias ilusiones por la vida in·~ llenas e VlClSl '1

mediata .. : d . aginarme al hombre de cuidados señorial¡. Ni siqmera. pue o liD antes de los sucesos sombríos de 193

en su residencia tuntuo~~~ía difícilmente cada hora, cada minu~· Recuerdo al poe a qut e y apartado de la existencia diaria, e · cada instante, menes eroso ' tivando una rosa de amor ...

brotó como una l7nma la luz de sus ca_bellos que él en sus madrigales l7nmaba :Ub~as olas~ brotó, porque un aroma igual tumeron ellos ...

d' d ima inarlo en el templete de la plaza mayor ·~ Tampoco pue o g chedumbres conmovidas por las pJ1

Valencia, arengandot ao latson-mosu de aquel año fatal. Recuerdo al hoi11' ras Y los cruen os b' D · · mave t rito en los versos de Ru en ano. bre tal como era . . . ransc

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Misterioso y silencioso ... Cuando hablaba tenía un dejo de timidez y de altivez ...

'

Y también, tal como la vida lo iba, esbozando en sus designios contiguos, sin intermediarios, y a los cuales es imposible sustraerse en los años mozos . . . cuando cercado por lo ineludible se reunía con otros lirofantes que conocían mejor los misterios de las cofra­días . . . y siempre que la infortunia les tomaba del brazo, enseño­reándose con sus desilusiones ... cuando ya no encontraban otros medios de enfrentarse a la desdicha . . . irrumpían en grupo en las librerías de Beltrán, de Ferraz o de las Calles del Príncipe; y des­pués de violentas discusiones sobre el libro del dia, tomando la obra criticada en una mano y golpeándola con la otra, o golpeando con ella sobre el mostrador . . . para reforzar sus argumentos; luego de irse a los hechos más que a las palabras ... terminaban por sa­lir de la librería, cada uno un ejemplar de las poesías, novelas o teatro en controversia ...

En una polémica de ocasión; al comprobar en la calle los libros que habían rescatado de sus disentimientos, Emilio Carrere, des­pectivo, anunció:

- ... Sol de lo, Tarde~ de Martinez Sierra ... Y, entonces, Antonio Machado, quien durante la controversia

no había dicho ni hecho nada, respondió: - . . . Sol de lo, Tarde . . . Muy bueno . . . café de la noche ... Porque en seguida de discutir sobre lo único bueno que ence­

rraban algunos libros, los vendían . . . de ocasión ... No obstante, también le llegó al poeta de Soledades . .. su época

d~ Ya no poder residír en Madrid, y tuvo que trasladarse a Sega­~. dedicado a la enseñanza del francés en colegios oficiales y par­tiCUlares.

Por ese tiempo le visitamos una mañana fría del invierno, des­~~s de haber concertado una cita. Al entrar a su cuarto tan des­~-talado como el de Madrid; adivinando el pensamiento que suge­l'la el tener que esperado; antes de que lo expresáramos, contestó:

-Ala . . . ya estoy . . . con vosotros ... Y se levantó de la cama completamente vestido ... Al contemplarlo, agregó: - ... me acuesto así ... vestido ... para no haceros esperar ... Luego de algunos pasos, concluyó: - .. hace más frío en la alcoba que en la calle ...

b·· Por esta época también el maestro de Juan de Mairena conci­do e¡ apotegma que más enseñanzas ha dado a todas las genera­ones de profesores apócrifos:

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Page 24: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

_ . . . el más grande pedagogo . . . de todos los tiempos . . . ha

sido Herodes . . . lt

MANUEL MACHADO: ESPUMA DE CHAMPAN

Manuel Machado vivía en un mundo aparte, alejado ~e la ~o­hernia y de las tertulias~ Pero en un IJll.lJldo que n? era m la ~no­ranza de Montmartre ni el hastío de la Macarena. S1 no .1~ conoc1~:a y admirara en mis años mozos ... hubiera dicho que VlVIa tamb1en1 alejado de la poesía . . . .

En Madrid nadie ha podido vivir de la poesía. Es posible sub-sistir de la novela mala y del teatro. Tal vez por eso Manuel Ma· chado ensayó escribir literatura dramática con el ele:r1co de su her· mano Antonio ...

Pero en Madrid tampoco se puede vivir de 1~ prosa . . . . Por lo cual y tal, Manuel Machado se dio a.v1v1r de la P?~sm · ·;

Gracias a la poesía mantuvo siempre su talle J~C~l, ~u agilidad d banderillero, su tino de juglar, su destreza de llUSI?msta · . : ~

Si no se hubiera destinado a vivir sus versos; s1 no hubiera ell'

tregado su cuerpo -como había entregado su alma ... - a la ~oe-. sía, no hubiese conservado su arrogancia, su ligereza Y. hasta cter· tos desplantes ... para la vida ... ~amo los de 1~ torerm .. · ~

Se imponía, se palpaba su prontitud para la vida. Actuab~ co!tlr si la tuviera predominada, domesticada, igual que a una ~uJer pe dida dentro de la sociedad y encontrada fuera ?e ]a sociedad . · ·!JI:

Aquella tarde ... la última del verano madr1leno que alberga . sólo a los desdichados que no podían veranear . . . yo le conte~ plaba desde mi rincón, viendo como iba y venía de un lado a otd( de su mundo ... sin buscar nada, sin enco.ntrar nada.:. buscan eS; algo que no encontraría nunca . . . como si le ~altara tiempo Y (d. pacio y anhelara andar sin litorales . . . apremmdo por una fue ; invisible, irresistible, inconmovible . . . iba y volv~a sin abandon~ su punto de partida y sin alcanzar la meta . . . Impulsado por propio drama de la liviandad . . . ~

Apenas habló con nosotros. Una que otra frase balbuceante 1' ·

pondía a nuestras interrogaciones ...

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Su ligereza se había trasmutado en inconstancia· su tino en superficialidad; su destreza, en ubicuidad . . . ' '

Fue tan liviano que perdió al fin el nudo gordal de sus raíces ... En los momentos decisivos del cruento otoño de 1938· cuando

se ponía a prueba la entereza más que la agilidad, ManueÍ Macha­do frustró la más insólita aventura de su destino tan insinuada en su biografía poética: ni gozar lo ganado ni senti; lo perdido ...

Había servido a la República con lo único que podía servirle: con la poesía; escribiendo la letra del himno a la victoria popular ...

Pero así como tan fácilmente se enfilara en las trincheras de una nueva cultura; así también, desmedida en su ajetreo sin lími­tes, dio hacia atrás los pasos innecesarios ... sometiéndose a la Dic­tadura ..•

. Mig?-el de Unamuno, Gonzalo de Reparaz, Ortega y Gasset, Ra­mon Gomez de la Serna, Antonio Machado, Enrique Díez Canedo, Juan Ch~b~s, Juan Ramón Jiménez, antes que claudicar emigraron con los ultimas lampos del otoño de 1938.

Algunos murieron en el exilio. . Manuel Machado se acomodó en las ínfimas circunstancias del

SOJuzgamiento de Francisco Franco, en la otra alba, como en sus versos:

El alba son las manos sucias y los ojos ribeteados y el acabarse las argucias para continuar encantados ••.

Si en el postrer diálogo de Unamuno y de Antonio Machado uno de ellos dijo que todos estaban ciegos . . . ya en la distancia' edn la que media la eternidad el único ciego era Manuel Macha: o 1 • . ' de · · · e u~tco que no pudo ver la luz que se asomaba en lo alto

no los destmos . . . cuando mataron a García Larca ... el único que P~do sostener su vida como testimonio de la verdad ...

ab SI en ese instante hubiera podido preguntarle por qué había h ab~donado su sentimiento de ser ... su causa total . . . acaso me u Iese respondido:

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Page 25: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

VILLAESPESA: DADIV A DE VIDA l. De todos, más que nadie, más que alguien, Villaespesa vivía más

misteriosamente que ninguno. Algunas veces soñó con la muerte ... pero sus sueños eran sólo una metáfora porque se empeñó en vivir aun de lo que . . . para lo cual no estaba facultado . . . y desapare­cía y se aparecía siempre como un errabundo, sin pernoctar por mucho tiempo ni siquiera en la tierra cálida de su Andalucía. Su destino se distendía en divagar por su tránsito del cielo a la poesía, del amor a la poesía, de la tierra a la poesía, de la muerte a •la poe· 1

sía, reposando de cuando en cuando en los recuerdos de los cuales 1

a veces renegó para poder transmutarlos en poesía ... Cuando le conocí sus cabellos ya no caían sobre su frente en

dos mechones iguales como en los versos de su autorretrato; y sus manos agitadas de tanto escribir sostenían en sus dedos tan amari· llos como el tabaco, un cigarrillo que, aunque de fabricación euro· pea, humeaba humaredas orientales, influidas las espiras por la imaginación del poeta ...

Su fecundidad era arrolladora, avasalladora, espantable; como una exclusa rota de pronto su raudal de tormentas inundaba hasta los desiertos, transformándolos en vergeles y aun en espesuras ...

Hablaba con dificultad; sobre todo, en público. Era tan intensa\ su vida interior que no le alcanzaban las palabras para expresar la· pasión de sus sentimientos y la pena de su pensamiento. Así, pre· feria el silencio, la quietud, la meditación ...

Jamás nombró a sus contemporáneos en las letras; excepto a Daría y sólo para elogiarlo como al poeta más grande de su tiempO·

Aunque le afiliaban al grupo de Unamuno, Baraja, Azorín, Va· lle-Inclán, los Machado; Villaespesa explicaba que la llamada Gene­ración del 98 no constituyó una escuela literaria, sino una peña de escritores con un simple nexo cronológico.

Villaespesa -como dijo Rubén Daría- fue un enamorado de todas las formas . . . La poesía la concibió como un desahogo sen· timental ... Amaba el amor, la muerte y el paisaje de su tierra Y de su cielo; temática de su lírica en Intimidades, Flores de AlnWW dro, Las Horas y la Tristeza de las Cosas.

Conmigo fue siempre deferente . . . acaso por la admiración que le profesé. Y hasta me parece que se emocionaba cuando le repetí~ aquellos versos apasionantes como la lluvia, las sombras y los r'll

1'

dos indescifrables:

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Al mir_ar del paisaje la borrosa tristeza Y. sent~r de mi alma la sorda pena oscura p¡,enso, a veces, si esta dolorosa amargura surge de mí o del seno de la Naturaleza.

Su dolencia no perte · · mo ... provenía del dolo~e~;a m al :omanticismo ni al modernis-~ e} sentimiento al querer s~rfrr~plo dolor · · · llevando a ultran­vertlce de su soledad la sol d d e nuevo .. : al converger en el yo absoluto . . . ' e a que le despoJaba de s~ inestable

Vivía del d'd" Críti a .a IVa · · · todo lo daba afanosamente dócil flu~aa Ydeasmuigpols le reprocharon la facilidad de s~. ~erso Tan

urna que en una · · · comer al día siguiente 1 . ocasiOn · · . para invitarnos a bió lo~ sonetos de las ,;~;de~ :~~h~~~a sola noche . . . escri-

Asl como demostr b d"f 1 · · · ~condía sus facilídade: p~ral ~~~si:des para hablar en público ... atas de Quevedo y Zorrilla . . . Icar ... a la manera de las anéc-

Tal vez su inspiració d 1 porque se daba a la vidn cau a osa restó val?res estéticos a su obra a . . . como a la poesm . . . -

RIV AS-CHERIF: CONTERTULIO

Aunque Rivas-Cherif f tertulia del Café S b no recuentaba tan asiduamente la con-café madrileño a oya . . . era un gran contertulio en cualquier sencia, la simp~t~~~~ =~ su casa ... por 1~ cordialidad de su pre­. Entre la charla dísolv:~labra y la gentileza de su pensamiento. Jor ocasión . . n e nos :ncontramos de pronto, en la me-~Utualidad~;~~ %~vms pJesentac10nes · . . descubriendo en sendas etras . . . 0 con uctor de nuestra amistad amiga de las

lllir Rivas-Cherif tenía la · d · de aba a través de los crfs~~e: VIvaz, apacible,. ingenua, cuando los aros d d , pero cuando miraba por encima

e carey e sus anteojos su mirada parecía satírica ,

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Page 26: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

malvidente ... y hasta libidinosa ... como si la farsa del mundo se 1., le revelara en las márgenes de su doble visión . . . ,

Era ágil de ideas y reposado en sus gestos y ademanes ... a ve· ces nerviosos y contradictorios, contrapuestos a la severidad de su rostro hecho como los santos de palo de Berruguete ...

En aquella primera charla participó Claudia de la Torre ... de trazas ultraístas y tendencias cosmopolitas ... quien -como Rivas· Cherif- intentaba conducir el laberinto de la escena por vericue­tos menos triviales, menos rituales, menos individuales ...

Epoca de efervescencias, de tentativas de renovarlo todo: los sistemas de gobierno, las relaciones políticas, las formas artísticas de la poesía, de la novela, del teatro ...

Rivas-Cherif militó también con los republicanos en los instan· tes críticos de la dictablanda . . . así llamada a la dictadura de Pri· mo de Rivera, parodiando el epíteto histórico de otros tiempos, por las analogías que le encontraban al comparar sus pasos cojitrancos, su dramática comicidad ...

Aunque Rivas-Cherif descendía de un abolengo que llegaba has· ta las dinastías de los antiguos númidas . . . en los momentos deci· sivos no estuvo de acuerdo con la invasión de las hordas franquis· tas ... atiborradas de desechos bereberes ... y después del cruento 1.. otoño de 1938 emigró juntamente con otros patriotas. , '

Literariamente le conocíamos por sus traducciones del italiano: El Convivía, de Dante; Nostra Dea, de Bontempelli; y por su estu· dio sobre Campoamor . . . que no se publicó en la edición de los Clásicos de la Lectura ... no obstante la cita que hace Díaz-Pla· ja ... en su ensayo sobre la Poesía Lírica Española ...

Rivas-Cherif era un liberal en todos los sentidos de la pala· bra . . . Compartía su eficacia en la vida y en el arte. A sus defe­rencias debo los principios de estabilidad logrados durante mi es· tancia en Madrid ... y la ilusión de iniciarme en el periodismo rna· drileño... ,

Rivas-Cherif me recomendó con el director de El Liberal, y a51

colaboré en el gran diario de los buenos tiempos ... haciendo ga· cetillas ... sobre temas americanos ...

Por su intervención ante la editorial Montaner y Simón, se pu· blicaron los Cuentos de Inquietud, de Joseph Conrad, en la traduc· ción de Marco-Aurelio Galindo, corregida y puesta en español . · · de España . . . en colaboración con Rivas-Cherif . . . .

Después, Rivas-Cherif emprendió la carrera de todos los escrJ•)

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· tores espa_!loles realizan?o, e~ 'la realidad de sus sueños ilusorios, una tou_rnee con Mar~a;Ita XIrgu y su compañía dramática, por los escen!lnos . de 1~ ~enea Hispana . . . panacea de todos los desti­nos literarws: lincos, novelados o dramáticos ...

DIEZ-CANEDO EN LA POESIA DE SUS HIJAS

El re~uerdo de Enrique Díez-Canedo es algo más que un recuer­do. Le VIslumbraba a veces borroso en el ambiente familiar· y a veces, como .:n un alto relieve en medio de los rqstros esplendoro­~ de .sus hiJaS que adornaban su estancia como una teoría feme­:a pmtada por Boticelli, .evocadora ~e .los perdidos mitos acerca tro los enca~tos . de la muJer . . . alqUimia de ángeles, arcángeles,

no~, dommacwnes, luzbeles, magias . . . Aun cuando hablaban Parecm que hablaban sólo como los retratos ... con los ojos ...

Su ?elleza era una obsesión y nos seguía por todas partes sin poder librarnos de sus efluvios ... d Varias veces las contemplamos como se contemplan los cuadros ae los museos . . . otras, las menos, sentí la tentación de acercarme e tocarlas para convencerme de su realidad . . . a fin de saber si ran como las musas de la antigüedad o como las modernas

:rmadas d~ la le~e~?a diaria ... Pero siempre me rendí a su S~~ tan

e ~ comphcada VIs10n, recordándolas a la manera de imágenes in­gibles ...

lad~n cambio Díez-Canedo se apa~.aba del modo condotiero . . . al Profe ~e su~ madonas · · · Su afabilidad, su bondad, proverbiales, com nan. siempre en tonos suaves sus palabras con intenciones de ~renswas ~e atender y entender a los demás ... y aun a los a en.os . . . sm desentenderse jamás de ninguno . . . predispuesto

solucwnarlo todo Per~n un prin?ipio. su vida parecía insignificante, a simple vista; bia a doble vista se revelaba en sus proporciones singulares: ha­so tomado ~o· bre.ve. de. lo cotidiano trasformándolo en grandio-·

· · · Y hacia lo msigmficante, significativo; lo áspero, delicado;

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Page 27: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

lo humano, cÚvino; lo divino ... dem_oníaco ... trascendido todo de ~ 1 lo común y corriente de su pensamiento . . . . '

Oyéndole explicar el mundo del drama c?n fluidez Y sm ?acto-. en una conversación sin magisteriO petulante · · . p~gan-

~~~I~~~i~ lo que otros no se atrevían ni a balbucear · · · r3:1;if1Caba mis primeras impresiones: Díez-Canedo dio forma a su~ hiJaS con la fuerza de su pensamiento . . . como las deidades antiguas eran hijas de la virtud y del deseo · · · . . t

En su prosa se presentía al poeta; aun en la_ cntlca que en on· ces la ejercía en las páginas de El Sol, de Madrtd. . .

Al juzgar a la literatura dramática de . nuestro tiempo solla desmenuzar la lógica de los sentimientos, a fm de encontrar el en-lace del arte con la tradición humana. . d 'da

Su biografía la vivía ... muchas de las anecdotas. e ~u -~~do entre bambalinas son inventadas . . . Su tránsito de aire eci 1 sin ser temerario; de enfrentarse a la realidad con. t?dos sus se~: tidos sin traspiés y sin retroceder o adelantarse, midlendo

1 el hor

zont~ con sus pasos firmes, le dejan al ?Iargen d: las bur as, a~: ue cuando alguien procedía con desazon le e~enaba a ser con:;

~ido. A veces no contradecía, no destrozaba las 1d~as de los dem:~: por cortesía ... otras, demostraba ser _lo qu~ era. un g:an ma ~ tro rectificando los errores ajenos sm lastimar a nadie··· 5 :

Le. creían superficial porque no envolví8: en grandes frases ~~-once tos a la manera de la grandilocuencia usual de los _espan

fes P D~ ahí que el equilibrio de su pensamiento de~ermn~ara el eq~iiibrio de su prosa, compuesta sin una palabra mas Y sm una palabra menos .. · h 'ld d

Fue tan humilde que ni siquiera pensaba en su umi a · · ·

EL REVERSO DE GAROIA LOROA . 1 di'

Cuando no teníamos qué hacer ... Y nunca temamos a go uel h er I'bamos al café. El Sabaya albergaba en aq 1 ferente que ac · · · 1 1- M nue

entonces a la peña literario-política de Valle- nc an Y a Azaña.

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'

En la charla aprendí la estrategia pura de Valle-Inclán ... y la literatura pura de Manuel Azaña ... Y entre la palabra de los des­conocidos -entre los cuales el más desconocido era yo ... - y sin previas presentaciones identifiqué a García Larca. Varias veces, en múltiples azares de las mesas redondas quedamos juntos uno al lado del otro, en la misma fila del convivio. Sin embargo, siempre me daba la espalda, desentendiéndose de mi silencio. No me cono­cía, no obstante, me trataba como si me conociera o pudiera dejar de conocerme. Pero como no me conoció de pronto pude observarle Y admirarle a sus anchas . . . Era un señorito en el decir y en el vestir . . . y tímido como un niño . . . tal el verso de Rubén Darlo.

García Larca y Valle-Inclán representaban la atracción de la contertulia. Valle-Inclán, por sus argucias para salvar y condenar al Rey con sus miras carlistas ... García Lorca, por su ángel caí-do ... y ambos por su palabra ... porque todo lo que decían se con-Vertía en legendario ...

Muchos pasaban inadvertidos por lo que decían ... Yo pasaba advertido por mi silencio . . . Acaso él no me conoció del todo por­Que era tan tímido como yo . . . o porque presentía que algo nos separaba definitivamente ...

No me trataba aunque compartíamos juntos la intimidad del ca­fé . . . Algunos me contaron que vivió las mismas vicisitudes de la V~da bohemia, en Madrid; las mismas adversidades de los provin-Cianos en su metrópoli. .,

No obstante, parecía que siempre había vivido en la abundancia \ Y en _la nobleza, despilfarrando distinciones y aristocracias. No pro- J nunc1aba una palabra, no hacía un ademán que no armonizara con su abolengo ópimo. y Yo le conocí en la plenitud de su triunfo, después del estreno de erma, en el Teatro Español; y luego de las tempestades que pro­

Vocó el antiguJ> cuento popular . . . Desde allá venía García Lar­ca · · . por eso era tan singular en España y tan universal en el mundo ...

Sin que se preocupara por mi mutismo . . . recuerdo que la pri­~~ra vez que prestó atención a mi sombra ... conmovido, se vol­\lio súbitamente al decirle que su poesía se inspiraba en los piro­Pos de la Puerta del Sol. . . Y le repetí un requiero que escuchara ~n el corazón de Madrid, en la época de la prohibición del piropo, Ondenado por Primo de Rivera; cuando los guardias civiles tenían

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consigna de encerrar en los cepos a quienes burlaran con gracia a l2

las muchachas . . . r En el momento en que un chulo iba a chulear a una gata en ple- .

na Puerta del Sol. . . el Guardia se acercó fiero y complaciente al mismo tiempo, como recordándole los preceptos . . . y le reconyi· no ... A pesar de la prevención; y porque le miraban unos OJOS

que no era posible resistir, el chulo dijo al Guardia:

Mira que me mira, mira ... mira que me estq mirando ...

Entonces le vi por primera vez, más serio que nunca ... Después de un silencio más vasto que el mío, intervino: - . . . ese piropo es de la misma cepa que ~os villancicos del

1

,

Cancionero de Caplas de Na'IYidad, del siglo XVII, que dice:

Mira que te mira, mira, mira que te mira Dios ...

A partir de esta incidencia hubiéramos podido intimar. Per? García Larca intentó de nuevo darme la espalda ... Y como perc1· .._ biera yo su intención ... no volvimos a hablar más de literatura .. · ,··

MORENO VILLA ESTABA ENAMORADO

En la etapa provincial de su vida, José Moreno Villa comenzó por desorientarse en una actividad comercial ajena a su tempera·

mento ... Sus familiares -eonvencidos de su poca vocación para los ne·

gocios- le abandonaron a su destino, permitiéndole que estudiara la licenciatura en historia; y después, biblioteconomía: la servidUJll' bre de la erudición ...

En la época de nuestra amistad inicial, siendo catedrático de 1~ Universidad de Madrid vivía como estudiante en la Residencia Vn1· versitaria; y estaba e~amorado -también como un estudiante--'

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de una muchacha norteamericana que conociera y dejara ilusio­nada en las aulas columbianas. Escribía entonces -no sé si para sustraerse o para entregart:>e a sus encantos y encantamientos­Wl epistolario sentimental a la mujer de sus sueños próximos y realidades lejanas. Escribía -no sé si para enlazarse o para el des­enlace de su intriga íntima- uno de los documentos más signifi­cativos de su vida apasionada.

Nos hablaba de la muchacha enamorada., .. como un muchacho enamorado ... Recordándola parecía olvidar todos los hechos y to­das las cronologías de la humanidad, como si en su exfoliador sólo persistiera una fecha en memoriales constantes para siempre. Era el amor de sus treinta años que nunca pasa de los sentimientos mozos; tan ferviente que se le confundían con la poesía ...

Moreno Villa triunfó con el amor . . . como había triunfado de los espejismos comerciales y de la erudición ... en la tentativa de renovar la prosa española de principios de siglo.

La gracia d~ su estilo, la sobriedad en el adjetivo, la proporción en la frase eqUivalente a la fuerza de su pensamiento -sin enre­daderas como en muchos españoles- le sitúan en la encrucijada del modernismo y la lírica de vanguardia. En su teorética afirma que _lo parn_a~iano . . . está ~uy lejos de su poesía . . . En verdad, sus Juegos hncos, su verso smuoso, entrecortado a veces sostienen un nervio tenso, evadido de la retórica modernista que r~cuerda no obstante, la tonalidad nueva -no como imitación- sino como ~fán ~ tra~mutaciones, vislumbrable en sus libros Transfiguraci6n y ~vol'UC'tones:

Abre su puerta rosa la Aurora todo brinca y recobra voz; ' canta el árbol su verde aria y a cielo suena el ruiseñor. Qué larga dicha ofrece el agua el aire, el trigo, el sol... ' Esta Leticia de campo claro es eterna . . . dice el amor ...

s Las impresiones visuales, auditivas, devienen sensación única de U mundo interno en analogías simbólic9.s, en anhelos vívidos de

:novar la realidad circundante, a pequeños toques colorísticos y la grlinandes trazos sentimentales, dibujando con la palabra como con

ea y el color en correspondencias mutuas.

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Page 29: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Moreno Villa, gran dibujante, gran ensayista, gran crítico, gran poeta, sabía ver más que otros ... Sus atisbos sobre el paisaje Y su , tipología podrían servir de base para un estudio a propósito de lo

4mexicano. Nadie ha dejado tan precisos los gestos, los ademanes. y el lenguaje de signos populares nuestros. 1

Lo recuerdo joven en España ... y joven aún en México . . . al-1

to, agradable en el trato, los cabellos griseando, la sonrisa leve sin aflorar del todo en los labios, el cigarrillo siempre en la boca con la sensación de morder el fuego ... lentes redondos para protegerse de la realidad que hería sus pupilas penetrantes y suaves . . . '

Vivió su vida por malagüeñas . . . jugando con palabras y con· ceptos, con desenfado y alegría; haciendo de la naturaleza y de sus. sentimientos, los protagonistas de su poesía ...

GONZALEZ MARTINEZ OYE LA PALABRA DEL VIENTO o o o ~ ¡'

Enrique González Martínez se había alistado en la diplomacia . plenipotenciaria. Una estela de suntuosidades líricas precedió a su tránsito por las embajadas hispanoamericanas, cuando el poeta de Silenter sustituía al poeta en En voz baja .•. en Chile, en la Ar· gentina, en España.

Después del primer encuentro en El Heraldo de México, letra· té más íntimamente mientras residía en Madrid, como Ministro Y enviado extraordinario del gobierno de Calles.

No obstante que al morir Amado Nervo heredara el principa~o de la poesía en la América española, González Martínez compartia igualmente, en España, la admiración de literatos y políticos.

El poeta de Los Senderos Ocultos, Parábolas y Otros Poemas, jamás abandonó su designio público, en la tribuna, en la prensa, en los comicios.

La Embajada de México en Madrid era entonces el centro del círculo de los conspiradores republicanos. Manuel Azaña, Alvaret del Vayo, Díez-Canedo, Valle-Inclán, Rivas-Cherif y otros disideil' tes del régimen de Primo de Rivera, convivían con Enrique Goil',

~le~ Martínez, c?tejando al mismo tiempo sus sentimientos mu­sicahzados. y sus Ideas políticas en contrapunto ...

La policía vigilaba a los contertulios siguiendo sus pasos por todas las calles reales . . . convertidas por los transeúntes descon­tentos en callejones subversivos ...

Yo ~ambién asis~í a las reuniones secretas ... sin darme cuenta cabal m de la. poesi!l pura .... ni de la política pura . . . y por mis ante~edentes literarios revoluciOnarios . . . y por mi antepasada in­genu~da~ de querer.,conocer a los poetas más allá de la estética ... m; SigUieron tambien y me persiguieron hasta dar conmigo en la Carcel Modelo de Madrid. ··

, La tem~ridad de acercarme a los poetas para verles desde mas · · . aca . . . me proporcionó tantas ilusiones como desilucio­nes · · . porque no todos son tan excelsos ... y muchos hombres ex­celentes . . . son muy malos poetas .. o

Com.o OU~bina un día se acercó a Amado Nervo, así me acerqué ~ al VWJ~t~?. . . quie?-, percibiendo mis miserias y queriendo ali­ar~a~ sugiriO a Gonzalez Martínez empleara mis servicios como

escnbiente de la Misión de México en el Archivo de Indías. len Pe~o el poeta que oía la palabra del viento . . . y descifraba el

. gua~e de las fuentes ... se opuso, recordando los tiempos del es­tri~entismo, ,P?rque en aquella época iconoclasta escribí un comen~ tario a proposito de la lírica filosófica: irás sobre la vida de las co­:.· : o busc!l .en todas las cosas o o o diciendo que los animales del ta din z:oologiCo estaban muy preocupados por los consejos del poe-

l ~e Süenter. . . particularmente por el verso: tuércele el cuello

a C't8ne Desp~és de algunas discusiones, González Martínez propuso que

se otorgara er c~rgo a un amigo y compañero de infortunios ... lll.e Entonces LUis G. Urbina -quien tuvo predilección por mis pri­do ros versos- protestó, porque Ortega, al llegar a Madrid y cuan­la ~~ poeta de El Corazón Juglar le preguntara qué iba a hacer a ina dt~ del Oso Y del Madroño .. el célebre periodista mexicano

u Itamente, repuso: ' eró;-··· a_ escribir sobre la literatura joven ... proscribiendo las

~cas os~n~das .... Y ~~s cursilerías sobre las puestas de sol ... Plaz 1 VteJeC't.to_ se smtio ,aludido en el juego de palabras. o . y la

a de escribiente quedo vacante ... l'un~~sotros seguimos viviendo del milagro de no morir . . . desa-de d do por la, noche . . . y comiendo al día siguiente . . . después

os o tres días de no comer ...

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ALV AREZ DEL V AYO: LA PROVIDENCIA i t1

Julio Alvarez del Vayo, gran periodista, ingenioso y sentencioso,· se había hecho célebre con la publicación de un vehemente repor­taje sobre La Nueva Rusia: vasto y profundo documental que se comentó entonces como el parangón trascendental de Los Diez Días que conmovieron al Mundo . ..

Julio Alvarez del Vayo -Corresponsal de La Nación de Buenos Aires- conocía por experiencia propia los procedimientos secretos, impuestos, traspuestos por la Dirección General de Seguridad para divulgar su eficacia en el arte de hacer decir lo indecible . . . y se encaminó a vernos ... seguro de que nos sujetarían en el interroga· torio a la paráfrasis: la palabra con sangre sale ...

Julio Alvarez del Vayo tuvo dificultades con la Dictadura de Primo de Rivera. Perseguido por la censura, pasó varios meses a la sombra ... y días y noches a la intemperie, acusado de antirrea· lista ...

En una de esas intervenciones le sometieron en· la Dirección General de Seguridad, a 'torturas inquisitoriales ...

Cuando las recordaban en las tertulias del Café Saboya, nos parecían meras anécdotas . . . sensacionales documentos para una l biografía . . . Pero al presentirlas en nuestra realidad sin biógrafos ( y sin anecdotario . . . las enunciábamos como los comienzos de un 1

martirologio . . . por la idea de que a palos se hacen los santos. : · ' De todas formas, nosotros no queríamos comprobar la elocuencia de los reos políticos en los aciagos tiempos de Primo de Rivera.

En cuanto supo la mala nueva ... se dirigió Alvarez del V ayo a : la Dirección General de Seguridad y preguntó por nosotros. Pero era tan grave el delito de vestir a la desusanza . . . que le negara? nuestra visita a la Cárcel Modelo. Sólo después de arduas pesqUI·. sas y difíciles efugios, que logró realizar, gracias a la investidura de periodista, se enteró de nuestro futuro destino: deportados a Portugal . . . con indicaciones de hacer con nosotros lo que hiciera Calles con los sacerdotes españoles, expulsados de la política rne· xicana ...

Previsor de lo que nos esperaba en las galeras de los enemigos del Régimen, Alvarez del Vayo intercedió en nombre de los int~· lectuales españoles; y en vez de decretar una expulsión, nos inyJ· taran a abandonar el territorio ibérico . . . reconocida nuestra ¡n· culpabilidad, reconviniéndonos por nuestra temeridad de gastar el

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buen humor con la policía al declarar .que éramos conspiradores profesionales, inventores de máquinas infernales, dueños de todos los secretos bélicos, gerentes de todos los explosivos del mundo ...

Alvarez del Vayo no frecuentaba las tertulias madrileñas, ni las literarias de Emilio Carrere ni las políticas de Manuel Azaña. No obstante era un paladín de los ideales republicanos y sentía las des­dichas bohemias como una añoranza de sus mocedades. Luchaba por la reivindicación de la vida material del escritor y por la igual­dad de derechos económicos y políticos del hombre y de la mujer y por otros postulados socialistas que yo no entendía entonces ... y que acaso por desconocerlos -como en los juegos de azar me habían proporcionado las primeras ganancias y pérdidas . . . en el envite de la vida ...

Alvarez del Vayo, de entre todas las vicisitudes; me tomó del brazo, me puso un boleto de ferrocarril para París, deseándome buena suerte en eLpaís de la libertad ...

Sin la intervención del autor del más grande reportaje de nues­tro tiempo, tal vez nunca se hubieran escrito estas sincrónicas ...

EDUARDO ZAMACOIS: EL HOMBRE NUBE . ..

Antes de conocerle de cerca le conocía de lejos . . . desde las graderías de su espectáculo literario promovido en los escenarios de la América española para divulgar la vida anecdótica de sus con­temporáneos en las letras. . . Antes de conocerle de cerca perduraba el recuerdo de su actua­Clo~ entre las bambalinas de los teatros hispanoamericanos, se­llleJante al de un gran actor en cierne . . . que hubiera equivocado su Profesión .dedicándose a la literatura ... S~ novelas alcanzaron profusa difusión editorial más por lo

COmedmnte del autor que por el contenido o por la forma de la obra. rai Zamacois nunca supo deslindar las zonas del arte y de la natu­. ez~. Viví_a a veces como uno de sus personajes ... y otras, el su­~o literariO se propasaba de su realidad mostrándola como en la

a ...

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Page 31: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Eso era Zamacois: el seductor ... el payaso inimitable ... Imitando a sus personajes creados a medias ... vivía en la épo·

ca en que le conocí. Vivía de la sombra que proyectaban en la os­curidad de la noche. Les imitaba al por mayor, pormenorizándo­los ... y al por menor, macronizándolos ...

Por aquel entonces Zamacois sorprendió aun a los españoles

cho con el olvido de muchas · vido es moderado y único de unmuaJesrels · · · ~n otros hombres el ol-

A, · o a muJer ...

si como Blasco Ibáñez fue 1 · lo de la literatura . . . e nuevo neo, Zamacois, fue el chu-

que le conocían de cerca ... Nadie creyó que fuera tan lejos en la l ficción de sus personajes. Ninguna creyó que la quisiera tan anti· .1

rrománticamente. Y todas se equivocaban porque en cuanto su· ! frían por el hombre ... las dejaba el seductor . . . ¡

Sus aventuras repetidas en cada país con los mismos agravan· 1 ERNE tes ... causaron tanta publicidad que Emilio Carrere escribió un\ STO VILCHES: DOMADOR DE DEMONIAS

ensayo sobre Zamacois el hombre río ... el hombre nube ... com· . E . parando la fugacidad de su tránsito por los sentimientos femeninos~ en p r~esto ~~h~s-vivía en Barcelona; pero vivió en Madrid com con lo lábil del día y de la noche. Nunca se veía en los mismos Das ~~·1 ";:1 ex•co, en Buenos Aires. Su vida errabunda dejó hu~ ojos, nunca veraneaba en las mismas sonrisas, nunca se bañaba perd.:: e e es el! todos los escenarios. Sus creaciones artistic e en las mismas lágrimas . . . Era un nómada del amor . . . l' jes la an_ en la ~Istona del teatro por la exactitud de sus persona~

En Madrid conocí a una de sus heroínas ... Como la español~· y :..Ce anstof~raCia de sus modales Y la fastuosidad de los atuend;:,

como la nicaragüense. Carmen Gabucio, una mexicana, abando~~ E I_l~g:a ms. . , su casa señorial; prescindió de su nombre, de su destino y le sigUJO jos shh~ una hpol?g¡a memorable de galanes jóvenes galane . _ hasta el infortunio ... terminando como otra Santa de Federic<l aW::nCI os, ~omphcados, singulares, plurales ingén;,_os m: ~le Gamboa o Santa Isabel de Ceres... . clona] sos, obvios, especificas, genéricos, análoi:os dis!mbolos u as,

La vida de Zamacois fue un calendario de nombres de mujeres. se pla es Y extranJero~. Todos los caracteres de la ~media mod na­Las enumeraba de lunes a sábado en orden alfabético ... reserVán- 8Cerv s~aro~ en el lmglado de su sabiduría histriónica como ~rna dose una suplementaria para los domingos . . . Citarlas seria m~ labra 0 ~ VIda les hubiera dado algo más que el sentido de 1: su sitar una inconmensurable letania de martirologios... S Y. a medida. del hombre. pa·

Vivía en su soledad de Donjuan, de su desdicha de buscar ~1 hicie~ m!erpretacwnes de El Amigo Tedy Wu-li-chan K"d amor y encontrar sólo amores ... Se lamentaba de su infortuniO lidad on cele?:es en Europa y América por 'la minuci ·d. d ~ f .. dse y de no haber sido amado nunca. Las seducia con su desdicha .. · ' versatlhdad con que hablan sid~ creados los

051

a '. 1

e­Todas se engañaban con el seductor, se distraían con el payaso . · · ció~rn~sto Vllches introdujo la elegancia en el re r pers~nars. sin encontrar al hombre . . . hun{ animando a los personajes con el manejo secre~ Is:;o e a ac-

Su celebridad le impidió convivir con la mujer que buscaba ea .,. .anos. De ahí que actuaran con vivencias m~ .fe los hechos todas las mujeres ... Y su amor intacto lo guardó siempre de• Proptinuentos Y pensamientos con su lógica inte~na m e~tara:; sus pués de cad_a ~a ... para la ~~nte . : . ~ al ~ no pudo ofreJl" ~a reahdad.. crea ora e su darlo a la ultima . . . porque la ultima Jamas llego . . . log¡ especializo en la simpatía Sus interpret · d .

Fue un desdichado en el amor . . . el más desdichado de todoS deteas. emocionales en los espe~tadores impe:~~o~es eJaron ana-porque viviendo de desatinos nunca encontró a la mujer que los ctlves, seductores, seducidos apasi~nados in~.;ra\ Ladrones, defendiera de las demás mujeres... ..P.., ardorosos, perduraban en~ estado comfu. se~tcren es, glacm-

Con todas vivió constantemente solo . . . E tadores J?Or su vitalidad para realizarse Imental con los Murió olvidado con el más profuso de los olvidos ... olvido }lC' mesto Vllchis actuaba y dirigía con el ·mi·sm f o ervor. Se ob-

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Page 32: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

. con la modelación de un personaje masculino o .femeni-seswnaba 1 .d b su propia identidad encarnando su 1 no en tal forma que o Vl a a tiPología con el substractum que llevaba den~o. La Muchacha que

As' 1 comprobamos en un ensayo de la o ra .

t d llo ot•ene Ernesto Vilches, apasionándose por ebl pebrsonadiJ.e o o • · · · · costum ra a a ·

f~ll!-enino e~~~- s:c~~i~~i~n~~~si:: !~ %~Je~Ód~l~s con que 1~ his- .

~T~~i:~t~!bí~ proceder ~~: !~r ;:~~~sa\:S~~~~~~~~ .. ~i~a~~m~~a~e~ : c?mo las. m~:~~~~~ti:Os simulaba arreglarse el escote, recogers.~la ~~~d~o;u~i~~endohmo. stdrar: ha1stsal~~i~~~~~r::;i~~~~~~~~~~~~r~~ ~ ~~ vemdas y se ume ecm o heroína tal como la concibiera la intriga amorosa. . fe·

Mientras Vilches intentaba dar alma y cuerpo al personaJt ras . 1 ctriz que lo interpretaría: célebre por sus aven u

memn~ .l .. ~ ad su genio· atenta durante los primerós instantes; y la v1o encm e ' . b 1 na arrebatada después de observarle con cierta sonnsa tr .o .. ·hacer con eJI por las acotaciones hizo c;on Vilches lo .q~: ema que . ida. ,•l

, . en en la escena de amor ... dlciendole en segu .: . galan JOV Ernesto . . . también a coquetear . . . quereis ense· . - - . . . pceormo o si no fuera yo . . . si no la muchacha que todo lo narme. · · . b · . sí la mujer que todo lo sa e · · · . 1 tien~ll· . conservaba aún su belleza y su fama ~e muJer elega~te y!

1 t: y algo más: la leyenda de poseer angel y de~oma · d · ga ~ c~~~do todos creían que .se violentaría por las leccwnes do~:

l·mpartidas y compartidas en pleno ensayo, el apunta 1 amor... • dijo: . · .. d 1 d u)'er le quitó lo -Sólo Ernesto Vllches. . . hacien Ola e m ... endemoniada a Pilar . · .

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EL CABALLERO AUDAZ EN LA LiTERATURA

En uno de los más desesperados días que vivimos en Madrid; cuando ya no sabíamos qué hacer qué rehacer qué deshacer ... cuando todo parecía llegar al término de las veinticuatro horas fi­jadas por el día . . . agotados los últimos recursos que conservaban el desequilibrio de nuestra vida . . . sin desquiciada del todo . . . de­cidí entrevistar a El Caballero Audaz.

El Caballero Audaz -como hubiera dicho Julio Camba- era el otro nuevo rico de la literatura ... propietario del semanario La Esfera y de La Novela Semanal, publicaciones que según mi leal ignorancia y desentir de la realidad en que vivía . . . podrían ayu­darme a escapar de la celada interpuesta por el destino ...

Y me encaminé a la redacción de La Esfera. Después de una antesala de dos semanas . . . apareció ante mi

espera don josé María Carretero o· Caballero Audaz en las entre­vistas: alto, ancho, corpulento ... con el rostro de hombre de la Edad de la Piedra o, por lo menos, del pedregal . . . con su voz sin pulir, ojos sin soñar y modales desmesurados ...

Le advertí que no llevaba ninguna recomendación. . . ni siquie­ra de mí mismo ... porque yo en particular y los demás en general desconocíamos aún mis capacidades o deficiencias ... y, precisa­mente por tal y cual posibilidad. . . le pedía leer mi novela El Via­je Redondo y me dijera después si ameritaba publicarse en La N o­vela Semanal ...

Mientras hablaba explicándole mi caso singular ... no despegó sus ojos del movimiento de mis labios ... y así siguió mirándome ~penetrablemente, sin poder inteligir si yo mercía la atención m(ls Ulsignificante.

Luego, colocando el fajo de cuartillas sobre un ~ontón de pa­Peles olvidados . . . me prometió leerla.

Después de algún tiempo, al día siguiente, sin que me llamara a cuentas . . . me presenté de nuevo frente a su cancel intelec-tual... ·

Inmediatamente me miró con la misma mirada de antes ... sin saber qué decir a propósito de la novela que n~ había leído aún ... Y luego, con otro tono, sin dar tiempo a preámbulos, dijo:

-Tendréis que ampliarla ... -¿Para qué ... ?- Pregunté tímido.

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, . d La Novela Semanal ... -Res--No completa las 60 pagmas e

pondió secamente. , . Y me la entrego. . . veces hasta de IJlÍ mismo . . . relel Ya en mi cuarto solitario, .a . . l f' Y sin encontrar co-

. 1 del prmciplo a m · · · t tan varias veces mi nove ~ eleí del fin al principio . . . ra -rrecciones en ese sentido ... la r . . . do de aumentarla . · · 1 ás difícil de la adolescencia, lite-

Dedicado a esta labo~ -:- a m Madrid ... y hasta despues. ?e raria- pasé lo pe?r de mi ti_e~po e~l Viaje Redondo la proporciOn . tres o cuatro versiOn.es lo~~e ar a exigida por mi :pr~p~a cnti~~ . :_:_luego de corregirla otras doso ve-

Al hacer la ultima version , . y en vez de tener 4 co-ces- hice el recuento de sus pag!nas :lo .. 32

.• ·· 1 temaso ··· . mo en la version ongma . . . ue esgrinúr . . . no volVI ~ ver a Y ya con menos argumento~lq Caballero Audaz en la hteratu­

don José María Carretero . · · ra ...

UN CUENTO DE LUIS G. URBIN A · • los , los cenáculos Y disperso a

La Revolución de 1910 clausur~ on adaptarse a la nueva !u-artistas. Los escritores que no ~u 1:~ letras: a Cuba, a la Argen­cha emigraron a otros campos e

' - · tan tina, a Espana. . r el modo de vida heroico, Muchos jóvenes alucmados PI o ·meros brotes adolescentes ...

. 1 1 arrebato de os pri , · compagmab e con e ·r por la causa anomma ... Se alistaron en las filas para mori t' a -la de todos-· corno

· re en su Ierr . · · A · 5e Así quedó para siemp . Torres Hernández .. · SI un abono para el futuro . . . Rdodngo la resaca de la Revolución, en exilió Luis G. Urbina, ~rrastra o por

Cuba; luego, en Espanba. , con un gesto de echarme al ~~r. ·~ Cuando yo me em arque . la marejada me advirbero

pero sin intenciones de s~~umbi~ ·eQn ué va usted a' hacer al extraJl· . a todos los Jovenes. ¿ ? .

lo mismo que . . . morirse de hambre .. · · . ro a pedir limosna . · . a Je ...

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-No sé ... -respondí.- ... lo mismo de siempre ... nada .. , Al llegar a Madrid me encontré con que todos estaban haciendo

lo mismo .. lo que hicieron en otros tiempos . . . Espronceda arro­jar al Tajo las pocas monedas que le quedaban ... insuficientes pa­ra vivir. . . Cervantes, soñando en la taberna de Monopodio. . . Gor­ki, recorriendo el mtindo detrás de la miseria . . . Gómez Carrillo, vendiendo los enseres de Rubén Darlo ... Eugenio O'Neil, estiban­do sueños en los barcos ... y todos los vagabundos, andar, andar, andar ... viendo el mundo, renovando el ritmo de la vida con sus pasos, extendiéndolo con su tránsito ...

Por aquella época el gobierno de la Revolución se había esta­bilizado, temporalme~te, y la ruta de los deambulantes llegó a su término. -

El Viejecito Urbina trabaja en el Archivo de Indias, en Sevi­lla y tenía su residencia en Madrid. Allá, en el sillón de la siesta ... le entrevisté, escuchando entre un cuento y otro, un cuef!.tO ... Una vez, al arribar a Madrid, sin recursos, sabiendo que Amado Nervo tenía alma piadosa, sentimientos caritativos, pensamientos ascéti­cos, modales franciscanos ... se dirigió a la Legación de México en busca de ayuda ... Habló con Nervo, y le explicó que no era pintor -como Rafael para pintarles . . . a los mozos de las tabernas, una llloneda de or¿ ... - confesándole que ya tenía tres días sin co­lller ...

Compadecido Nervo; con ademanes que recordaban sus vigilias en el Seminario, o las bendiciones de las misas que nunca dijo ... dejó solo un momento al Viejecito, y luego regresó trayendo con­Sigo un bastón . . . que puso en manos del mendicante, en silencio, COrno si estuviera realizando un rito ... la ofrenda del báculo para todos los caminos. . . el compañero del sayal. . . el designio de su destino ...

Urbina tomó el bastón: primero, como un cayado para ayudarse en la senda difícil de las peregrinaciones sin rumbo ... sin previsio­nes y sin provisiones; después, con la idea alborozada de que el po­tno Que ostentaba el bastón en el extremo superior, era de oro ...

Y así recreándose en el festín de los hambrientos, llegó al Mon­~ío y propuso al Representante de la Caridad Oficial, en la tierra,

guardara por algún tiempo . . . a cambio de unas cuantas pe­Setas . • • la varita mágica de la comida ...

El experto en los hechos de la caridad, tomó el bastón; le dio llnas cuantas vueltas a la manera de los chulos cuando se pasean

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por las calles de la Gran vía ... después de examinarlo sin cansen- ~.~ timientos se lo devolvió, diciéndole: f

-Dio~ guarde . . . al señor . . . pero no puedo daros . . . ni una perra chica . . . el pomo no es de oro . . . . . .

Desilusionado Urbina comenzó a trastabillar como s1 el bastan, en lugar de ayudarle a caminar, soste~iéndole en los difíciles pa-sos . . le estorbara para continuar de p1e . . . .

Durante días, semanas, meses, me devané las ideas quer!endo adivinar para qué diablos ... me había regalado Nervo el basto~ ... -recordaba el Viejecito- ... y nunca pude entender p~ra ~ue. ·:

Buscando en la manera de ser de Nervo ... -Contmuo Urbi­na- después de releer a Kempis, el Lilrro. ~e Job, los supl!~ios me-

1

dievales; volviendo a sus costumbres asc:ebcas, su sensibilidad er: mitaña, su espíritu mortificado ... pense: tal vez Nervo me le~o el bastón para que me azotara . . . o para que me estacara ... a fm de alcanzar el cielo ...

legítimos, infalsificables, únicos, exclusivos, aparatos para rizar los cabellos ...

Ese .hombre era entonce~, Francisco Orozco Muñoz ... Nadie sabía, ni supo, ni sabrá nunca cómo y por qué abandonó

sus placeres de oro, sus tristezas de plata, en su tierra natal ... Tal vez porque la ciudad de su niñez fue construida para alber­

gar a los más nobles; y después de la ruina de sus minas sólo vi-vfan en sus socavones, unos cuantos dispersos . . . '

. Nadie sabía quién iba a ser Orozco Muñoz ... acaso ni Alfredo Gómez de la Vega, su amigo más íntimo. Sólo él sabía lo que traía dentro .. : y luego puso en letras de molde de un idioma extraño ... ya que ~mguno le entendía en español ... Unicamente le entendió ~a muJer que le c::spe_raba ~n un lugar sin geografía ... al que él mismo ll~ma}:>a: Klondike leJano ... su verdadero país de origen ... del que Ja~as vino y al que jamás fue . . . porque Orozco Muñoz al contrano de otros espíritus que pueblan el mundo de la Cort~ de. los Mil~gros, diseminados por todas partes con el don de ubi­

' CUidad ... el no estaba en ningún lugar ... ni siquiera en la esquina

l¡ de la Puerta del Sol ... en donde tenía tanto éxito vendiendo su in­

vento para rizar los cabellos al minuto . . . porque en cuanto la multitud se ap~ñ.aba en torno, y los compradores se aglomeraban

FRANCISCO OROZCO MUiVOZ: r' en form~ de mJt!n. . . Orozco Muñoz, lacerado en lo más profundo

de su anstocracia; apartado siempre del bullicio y de las muche-d_umbres, huía hacia otro barrio, en busca de sí mismo ... en donde Siempre se encontraba ... ILUSIONISTA DE LA MERCERIA

En la Puerta del Sol. . . el ágora de los desocupados, la bol~: de los pobres, el estadio de los perezosos, el. coliseo de los mendi· gas, el ministerio de los pícaros, el santuariO de l~s enamorados:¡ el cadalso de los aburridos, la tribuna de los somnolientos, el claUS · tro de los vagabundos la universidad de los iletrados, la asamblea· de las abandonadas, 1~ convención de los antisociales; en la ~~erta. del Sol . . . resumidero gentilicio de la ciudad, lugar de reuru?n de: quienes no se han dado cita, encrucijada de las equivocacwnes,r junta secreta de sentimientos públicos, los reales arrabales de la: Villa; en la contraesquina de la calle de Carretas, un hombre ai;o:i fornido de rostro bondadoso y sonrisa cl.ara; con una voz recofl! dita ~pastada más bien para los apotegmas y los soliloquios · · •¡

' · b' ba s~ como ajeno a su. menester, perdido _entre la _algara 1a, vo~ea . oS mercancía ofreciendo a los transeuntes el m vento del siglo· 1

' 68

1 Y recome~zaba, entonces, su misión de convencimiento de llevar

OS cabellos nzados. Tomando algunos pábilos de su cabeza previa­mente alisado_s, aplic~ba con fervor el aparato de su imaginación :r~ los magmes laciOs . . . semejante a una lanzadera, la cual le a rvia para tramar sus medios de vida ... enredando de un extremo Ve~tro _los ca~ellos de los clientes ... quienes iban aumentando cada ta . ~as Y mas, hasta que se transformaban en una como manifes­co Cion · · . que, por de pronto, no se sabía si era en su favor o en su beTitra · · . porque sus componentes ululaban, mesándose de los ca-cu os que no podia:fl ensortijarse como los de Orozco Muñoz .. . Pa~~s, ya de suyo nza~?s ... el ~ortilegio consistía .en alizarlos .. . las que la de~ostrac10n del milagro de su fantasía ilusionara a

~hulas, P?me~dolas de cabeza y cabellos rizados ... Pres :r? _nadie, mnguno, prote_staba, porqu,e Orozco Muñoz era un

hdigitador, un transformista --como· Fregoli Vargas- y el

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Page 35: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

secreto de su espectáculo, naturalmente, ilusionista, consistía en la revelación de un truco . . . el escamoteo de sus canelones ....

Acaso por esta singularidad su clientela era flor de un día . · . como su tránsito ... ·porque antes que le conocieran del todo ... le olvi~aban del todo .. .

EL DIBUJANTE GARZA: VENDEDOR DE ANTEPASADOS

Desde la Edad de Oro España perdura en la Edad d~ Oro · · · de la picardía ... ejemplo de vagab~dos, escuela d~ lazarill~s, con­cilio de brujas cenáculo , de gardunas. . . academia de gaitas· · ·

En cuanto ~n forastero atraca o una forastera fon~e.a en Ma· drid . . . el más próximo le pregunta, como en cualesqmera de las novelas picarescas: . .

-¿Cómo os vais a sustentar. De embajador, de penswmsta, de rentista o de estudíante? . .

y si alguien responde que no es ni _em~ajador, ni re~tlsta ,:u es: tudiante. . . le aconseja:p que para viv1r bien no hay mas que ten der la mano ... y lo demás . . . que es lo de menos ...

y como no siempre e~ posible emigrar de embajador o de ren· tista y de todas formas es ineludible subsistir; los argonautas de la literatura y de otras disciplinas artísticas que se aventuran a la conquista de la fama, tienen que ingeniar alguna man:ra de -eng~: ñar al hambre o de engañar a quien amontona y escatima los ana gésicos para el hambre ...

y el dibujante Garza fue uno de los más sutiles ingenios de la picaresca contemporánea. . 3 Al nomás llegar a Madrid intentó presentar sus trabaJOS en un exposición. Sin lograr sus propósitos peregrinó de traficante en tra~ ficante de las bellas artes. Todos los expertos le reprochaban qu sus dibujos fueran tan modern~s. a ultranza · · · . . . .10

Al fin de sus búsquedas inutlles se le ocurno pmtar al est! clásico del siglo xvm. Y como tampoco alcanzó. ~xito. ni artísti~ ni pecuniario, retornó al siglo XVI ... y luego volv10 al ~1glo XIX · ·

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~ Así descubrió un modo de vida, impresionante para los covachué­listas del arte.

Garza pintaba una figura tal como la describía el Diario de Bar­celona a fines del siglo pasado: el rostro señorial de los grandes de la nobleza venida a menos, el pelo cortado· al estilo goyesco, prendido con un peinecillo en la cima de la cabeza, caído sobre la frente a lo mochuelo y cortadas las guedejas a lo sansculotte; som­brero a lo Andrómaca, pequeño y ruin, con lazo; grandes zarcillos a las orejas; al cuelló un inmenso pañuelo rayado; casaca azul con el talle a los sobacos, latguísimos faldones, mahga justa y el pecho bombeado; chaleco de un palmo; pantalón justo hasta el zapato de punta, con voluminoso l¡;~.zo; sostenido de la mano engÚantada por un alto bastón empuñado de oro .. .

Con esta proposición de retrato ... Garzá se presentaba al ex-perto evaluador del Monte Pío y le decía:

- ... ya sé que para usted y para la casa esta prenda no vale nada ... ya sé que no tiene un precio cotejable en el mercado de los objetos de arte ... Pero si para el negocio ha significa ninguna ganancia . . . porque no puede estimarlo en algo . . . para mí, en cambio, tiene un valor inestimable, incotizable, irreparable . . . Es e¡ retrato de mi abuelo ... la única herencia que me dejaron mis antepasados. . . la sola fuerza que estimula mis esperanzas y proyec­ta mis ideales, en los instantes de pobrezas y decepciones. . . Vién­d?lo, recupero las energías para seguir luchando y vencer algún día las desdichas de la fortuna ... ¡Deme usted cien pesetas! No empeño la obra de arte . . . empeño mi heredad ... lo único que me queda de mi ascendencia ... · Empeño una prenda moral . . . que no Permitiré que se ponga en subasta pública .... Empeño un tesoro estimativo que cuenta más que todas las riquezas ...

Er prestamista, limpiándose los ojos de una lágrima ancestral, le daba las cien pesetas ...

_Así, Garza, todos los meses, pintaba el mismo retrato y lo em~ Penaba en una sucursal diferente . . . pronunciando el mismo dis­curso ...

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Page 36: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

FELIPE SASSONE: APRENDIZ DE TODO

Felipe Sassone fue un aprendiz de todo ... poeta, canta?~e, or~­dor, torero, periodista, conferenciante, actor, autor dramatic?, di­rector de escena, empresario . . . y siempre y antes y despues de todo . . . un impertinente lenguaz y lenguaraz ...

En su juventud, por sus impertinencias con los toros ... le fa­lló la alternativa con El Gallo, Chicuelo y Sánchez Mejía. No pudo ser poeta ... con las musas ... por sus impertinencias con las mu­jeres . . . a quienes trataba como a maritornes . . . Tampoco pudo ser orador . . . ni con mucho . . . porque en banquetes, charlas Y conversaciones, prometía decir cuatro palabras y ~1 brindis dura" ba más que el menú ... y la plática hasta el ~ía siguiente . . . . .

Era el más hispanista de los hispanoamencanos: tan hispamsta que pronunciaba las eses com.? z~t~s . . . .

Cuando lo conocí en Madrid VIVIa de su gloria en las tablas ... pasados y olvidados los tiempos -de las bor:~scas . . . a los 9-ue su juventud se enfrentó temerariamente, expomendose a_ las funas del público, desafiándolo para que pateara sobre su corazon ... en huel· ga de palabras caídas ...

Después de los triunfos teatrales con Catalina Bárcena y Mar­tínez Sierra en el Teatro Eslava. . . a campo traviesa, al lado de la voluntari~sa, la vida sigue . . . Felipe Sassone alcanzó sus más grandes éxitos escénicos como empresario . . . en donde sus imper­tinencias podían tener cabida sin provocar escándalos ...

Yo recordaba a Sassone por sus versos: Jesucristo fue un bo· hernia ... y un artista ... leídos en mi adolescencia. Y atraído aún por la melodía de sus palabras me acerqué a su personaje, en ~~ entreacto de su vida . . . Sus alardes de ingenio, desmedido, utlll· zados tanto en la representación de la realidad como en la viven­cia de la realidad, le impidieron aprisionar lo imperecedero del dra· ma . . . abandonándose en brazos de la fortuna ...

En cierta forma Felipe Sassone creó el desnudo dramáticq . · · Pero era una confidencia un poco artera ... reveladora de lo triste, lo desgarrador . . . del desnudo femenino . . . cómo una mujer en circunstancias pesarosas tenía que desvestirse para vivir ... Y Ma· ría Palou -su primera actriz- supo darle esa dramaturgia a su cuerpo desnudo en la intimidad de los conflictos: el anverso del vo· devil que provocara tantos incidentes en Europa y América. .

Una vez una Asociación de Damas dedicadas a la beneficencia '

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privada; al presentar una obra de Felipe Sassone intentó mutilar algunas escenas por considerarlas inmorales ... El autor protestó diciendo: '

- ... ze oz ocurre que La zeñorita eztá loca ez inmoral ... por"" que haze en la ezzena lo que en la vida . . . Pero no penzaiz voz-: otraz que ez inmoral cantar ez mi hombre ... aunque todaz lo an­deiz pregonando como zi lo llevaraiz del brazo ... Azí zoiz laz mu­jerez que componeiz el rope,ro caritativo. . . por querer taparoz la cara . . . oz dezcubriz el tra;¡;ero . . . ·

En su gira por México, las Antillas y Centro J~mérica, la fa­rándula de Felipe Sassone y María Palou concurrió con una troupe argentina, disputándose los aplausos ... Pero los públicos hispano­americanos se identificaron más con el teatro de Florencia Sán­chez, la dramaticidad de Camila Quiroga y la fuerza comediante del Che Olarra ...

El hecho de que un periodista mexicano le preguntara si estaba dispuesto a suprimir la zeta ... de su fonética ... le irrió tanto que se deshizo en improperios, concluyendo:

- ... lo que voy a hazer- aquí . . . es una Revoluzión . . . por mi cuenta . . . que ez lo único que da dinero ...

Estos recuerdos perduraron siempre en su vida . . . como una mala añoranza ...

OOMIDA A DESHORAS CON GOMEZ DE LA VEGA

Alfredo Gómez de la Vega inició sus andanzas trashumantes en la vía diplomática. Pero su ansiedad de correr mundos y tras-" rnun~os no se originaba de una vocación protocOlaria, sino del im­:~atiVo de encontrarse con~igo misi?o en los confines del arte. Su As~ erra~~f!do ~e con!~bulo con el Ideal de ensanchar el universo.

I, su mision diplomatiCa era sólo un pretexto. Cuando Gómez de la Vega abandonó el país su decisión de ser

actor estaba en la cúspide y el tablado del arte teatral en México estaba a ras de tierra. La literatura dramática y los actores en-

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traban a r~stras al estrado de las representaciones escénicas. No se levantaban aún las bambalinas a la altura de los coturnos trá­gicos o cómicos. La comedia mexicana se componía -eomo en los comienzos del teatro- de dos personajes: el único actor y su som-

chándonos nuestra impuntualidad . . . t Sin sacar la cabeza de las sa· be mcitandono~ a levantarnos ...

_ t · · . anas, respondrmos · · · · u eres el Impunt 1 ·

bra ... Por ese tiempo emigró Gómez de la Vega con el anhelo de es-calar las dimensiones del drama proporcional al hombre.

Le conocí en Madrid en la época en que había dejado la diplo­macia y pasados ya los tiempos de las vicisitudes cotidianas. Ya era un actor en toda la intensidad de la palabra ... y en toda la su-gerencia del gesto ...

Con su acervo sensorial Gómez de la Vega contribuyó a la re-novación de las interpretaciones realistas, despojándolas del ama· neramiento de la vida diaria.

En aquella época no pude evaluar su significación. Hasta ahora comprendo lo que valía; sobre todo, como director de escena.

La primera vez que nos encontramos nos invitó a comer, con· certando una cita para un día de la semana a las dos.

Durante la semana entredicha, en espera del día anunciado, nos preparamos para .cqmer . . . por primera vez . . . después de muchos días de ayuno . . . imaginamos viandas y vino¡¡ . . . De tan· to recordar percibimos olor, sabor y grandeza de las tres comidas diarias que nos faltaban desde hacía algún tiempo . . . Sentíamos miedo de comer . . . y hasta prmnetimos templanza, temerosos de ·echarnos sobre viandas y vinos a mansalva.

En espera de la hora fijada y a medida que transcurrían minu· tos, horas, el mediodía; el apetito se fue acrecentando en desmesu­ra hasta transformarse en gula . . . Contábamos segundos, décimos de segundos. Al fin, nuestra idea del tiempo anunció la hora feliZ·

Fue una espera suculenta ... muy lenta ... Pasaron las dos, las tres, las cuatro, las cinco, las seis y el anfitrión número uno para nosotros no llegaba ...

A las siete de la noche dispusimos acostarnos para olvidar Jos trastornos de la comida frustrada.. Dormíamos cuando escuchamos detrás de un ruído ... otro ... y luego, otro . · · y luego, otro . . . como súbitas y bruscas llamadas a la puerta de nuestro cuarto común ... Nos levantamos aterrados soñando nuevas catástrofes ... Pero no era nada ... ni nadie ... era do Gómez de la Vega, quien nos reconvenía desde afuera, reprO'

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y Alfredo, respondió r~~d~." son las dos de la madrug~da ... . ' .

- ... amigos míos ... quién come en M d . d tarde. . . sólo Jos veladores que vigilan l d~ ri ... a las dos de la che . . como todos los extraños a 1 'de Ia · ·• · ~ duermen de no-.. a VI a madnlena ...

RUBEN DARlO y LAS PRIMERAS LETRAS

Mi afición por las letras come · · . Desde el principio desde antes ~zo. ~on la.~ pnmeras letras .. . Aprendí a leer deÍetreando ver~~~. ; SI o ~~ .I etrado _de afición .. .

Las nociones elemental . ' <l: escrl. Ir, pergenando versos. vés de la poesía. El sentid~s d~e l~a ~~Istencm se pr~cisaron a tra­alcances de_ un poema de•autor no v{d!n:i~i~~ re~elo por entre los raba a la VIda con un río cuyo curs . o aun, Y que campa-

a treví la imagen de l o ~o se remonta jamás ... En-la muerte de . ~ muerte · ... detras de un poema intitulado A

un mno. La prrmera histo · d P~sentía en un soneto d J r Fl · na .e ~n:or pasional la meja acacia somnífera e Y lO ores q~e prmcipmba: Bajo una ~ales de mi correspo~:~d~s~. ~~ primer<l: carta que leí en los Cl'ita en verso. Mi primera conf . ~~n ~ por mi padre- estaba es­so. . . Acaso por esta singularid:~on e amor . . . me salió en ver-

Los p t - · · · nunca fue contestada Ción de 1~e ~~:e ~~s~~~~~~ a conoce: ~1 mundo. Mi filosofí~ -ac­frados en la poesía. De a~í ~~ la musiCa de lo~ sentimientos, ci­Zilra mis conocimientos De ih· hasta. _muy tardmmente sistemati-tni mente sintiera tanto. f I, tambien, que desde los albores de mis ' ervor por los poet s - b sueños en las tertulias lit . as. .o~a a con departir y artistas. Frecuentaba en erari~s, Y en convivws con escritores enJtre bambalinas tan 'l sayos e obras dramáticas o frívolas, Uan Domenech ' lb so o por estar cerca de Esperanza Iris o de

a · · · a a casa de Ramó A - D · ruf:e saliera y le acompañaba calles n 11 cena ~.ran; esperaba

. . . nomás por caminar al lad dy ca es, desvmndome de mi o e un poeta . . . Cuando me

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enviaban a entregar o a recibir algo, aunque· el trámite fuera otro . . . entablaba conversación con Rafael Valle, tan sólo por de­partir con un poeta ... Visité muchas veces a Rafael Arévalo Mar­tínez, únicamente por visitar a un poeta ... Frecuentaba a José Santos Chocano, por frecuentar a un poeta como Chocano . . . con-sejero de Pancho Villa ...

Mucho tiempo después hacía largas antesalas para charlar con Rafael López, en el Archivo General de la Nación; y en la Secreta­ría de la Presidencia, para escuchar a Salvador Escudero ... Espe­raba a que Ramón López Velarde terminara su clase de literatura en la Escuela Nacional Preparatoria; y caminaba detrás de sus pa­sos a corta distancia, oyendo sus disertaciones sobre Calila y Dim-

' na, sin atreverme a confundirme con sus discípulos, quienes se in-teresaban más por su cátedra fuera del aula ...

Así, también, aunque pasara inadvertido, asistía a la tertulia qe González Martínez en la dirección de El Heraldo de México.

Mis escarceos por escenarios, redacciones y cenáculos, me con­virtieron en un vagabundo precoz . . . Creía que la naturaleza de poeta se cifraba en no hacer nada ... más que ver, oír, gustar Y

tocar ... Callejeando por la no~he y asistiendo como convidado de pie-dra . . . a las reuniones de hombres de letras y mujeres de tea· tro ... me parecía realizar mi formación literaria ... Y así fue de alguna manera, porque el trato con escritores y artistas me inició en el periodismo, como portador de noticias . . . Sin saberlo, a ve· ces, la hice de reportero ... Comunicada por Arévalo Martínez He· vé a la redacción de La Actualidad la que yo creía sensacional nue· va: la llegada de Rubén Darío ... Pero ni el Gerente ni el Director del semanario dieron importancia a la noticia . . . tal vez porque ya la sabían desde mucho antes, o porque la daba yo ... insignifí· cante empleádo del mostrador de la Casa Colorada: librería, irn· prenta, encuadernación y editora. Yo, también, como Górp.ez Ca· rrillo, fui hortera, en Guatemala; y como Rubén Darío, en Buenos Aires, oficinista postal en México . . . en los comienzos de la lucha por la vida cotidiana ...

No obstante, a hurtadillas, cada vez que podía me escapaba a la redacción de La Actualidad -hebdomadario de información pO' lítica y literaria- dirigido por Gustavo Ponce Yermo, nombre pe­riodístico del escritor mexicano Guillermo Frito Yeme.

Trasmitiendo noticias cortas, corrigiendo pruebas, jugaba a ¡as

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escondidas con la literatura No escrib' . 1 Apenas imaginaba coment~rios . ~a aun, !1? reporteaba aún ...

contraron su equivalencia form~lcr~:ucas, crlti~as, que jamás en­cil es urdir palabras que ex re~ Ienso todavia que lo más difí­ideas, plurales o singulares P en exactamente, sentimientos e

Algunas veces, de contrab.a"udo b te para llenar una denuncia d ' pasa an a galeras . . . un recor-una luz encendid!l a destiempo~ ~~!o~:Ce~~~:s~nll?~ luz apa~ada o bargo, me parecm que el traba. o d . o~urna . .. . Sm ero­más prometedor que el de Dem~nd ed reportero sm fuente . . . era

Al b a ero ... compro arse la llegada de Rubén D . d

rroquín, gerente de La Actualidad h bario, . o? Manuel Ma- • daba mucha im orta . J Y. om .re practico, aunque no blicidad ordenJ> qu ncm a u:p. hecho literario; aprovechando la pu-

' e un mozo portador de una t r . su colabo~ación, entrevistara ~1 poeta de Azul car a so !Citando

. Reflexionando a propósito me dije· : · · qwera ... ha de entrevistar a' Rubé D. :. . como ~ mozo cual­coyuntura pedí al n· t n ano··· Y valiendome de la colaboraciÓn. . Irec or que me enviara a la búsqueda de la

gm. ;r"al vez por consentimiento a mis aficiones poéticas . e entonces . · · ·. -Ima­

so ahora- p ... -yo porque no te~~~-otro demandadero ... -pien-N t l once ermo me confino la comisión

a ura mente, en la edad de la .1 · ·. · · que me distinguí en deb"d s .1 uswn~~· ~e hiCe .la ilusión de

y h . . d . . . I o a mi vocacwn literaria ' acien ome a mí mismo . d . . . . ..

mitía la noticia primera d d un s~n~ e I?teligencia ... me tras­plir la primera . . . . e eman a ero literario . . . iba a curo-

M" . . mision Importante sobre la tierra 1 VIsita a Rubén Darío pe d · d d · · ·

anales de la imaginería infann r uro, es e los años mozos, en los el punto de artid ... ~? c?~o un suceso arrobador ... como maba el sac:rdoci~ ~~ r::t~mcm~IOn eln ~ol que el mismo Darío lla­me sentí d · ·. · or e so 0 hecho de haberle visto ridas po:'la ~~~~nt?, pr~?ommado por facultades extrañas adqui' lo común Y co~~~~n~~me mta, la cual me permitía ver más' allá d~ llUguraba quedar toca.do. r al esdtrechabr ~u mano, su contacto me

Fr . ~ un on so renatural ... jo de acasos escolar~s, mefiCacias horteriles, se disiparon al . fl -

su sombra lummosa l . . . m u me consideré un niño · · : ~ por e pnviJ~giO de su presencia ... COnmigo ·. prodigiO · · · Me hacia la ilusión de llevar graz¡ poet~n d mCensatJe Cifra~o Y un cometido trascendental · al

e an os de V~da y Esperanza . . . · · ·

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Mientras me dirigía al Hotel Imperial -residencia de Darío en s'u tránsito por Guatemala- imaginando el encuentro con el Prín­cipe de las Letrás-como le llamaron los cronistas de entonces­preparaba un discurso, deletreando en voz alta, las frases aprendi­das de memoria la víspera . . . Un cúmulo de palabras acudieron al conjuro de la inspiración ... Discernía unas y otras, buscando su sentido ... pero ninguna correspondió a la elocuencia de mi pensa­miento . . . Todas me parecían extrañas a mi lengua ...

En tanto meditaba en el contenido del exordio; después de un lapso vacío . . . otra balumba de palabras se precipitaron en mi mente . . . y simulaban ser tantas . . . que creí imposible reunirlas en unas cuantas cláusulas ... Pensé escribir un libro ... entonces, la teoría de palabras se redujo a unas pocas, balbucientes, que no encontraban sus propios medios expresivos ... y me parecieron in­comunicantes . . . porque entre más íntimos eran mis sentimientos, menos palabras hallaba . . . y entre más claro se traslucía mi sen­tir, más oscuros resonaban los vocablos . . . Sin embargo, no de· sistía ... una y otras veces ensayé el discurso sin palabras ... tan sencillo en la mente y tan complicado en la ilación idiomática; tan sin sentido . . . en las palabras ...

Al fin, aprendido lo pepsado, traspuse el umbral de la estancia, y al sólo ver a Rubén Daría; por artes de signos y silencios, enmu· decí, súbito ... y para sie'í:npre ... Al impacto de su presencia ... debo no ser un buen orador . . . Desde aquel intento de elocuencia, me ha costado muchaS' vigilias encontrar el sentido simple de las palabras . . . recobrar el don de la palabras ...

Le recuerdo muy bien; después de leer la carta, Rubé:h Darío puso en mis manos una copia del poema A Dafne y un retrato -el más divulgado- por su actitud pensativa, sostenida por su mano de marqués ... Tembloroso recibí poema y retrato, alejándome sin decir nada . . . Silencioso para siempre ...

Pasados algunos días, renovado el primer impulso, volví a verle, tan sólo para verle ... Pero la segunda vez, pude verle menos .. · estaba más ausente . . . Desde su lecho, me tendió la mano cor· dial . . . pero no me fue posible estrecharla . . . porque estando yo tan abajo ... no me alcanzaba mi mano de niño de 14 años ... En la alucinación . . . el lecho me pareció como una litera . . . ubicada en lo alto, ·accesible sólo por una escalera que faltaba. . . Nunca pude precisar si el lecho y él sueño . . . eran naturales . . . porque el lecho no tenía ni las dimensiones ni el atuendo de las camas co·

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munes y corrientes ... y el sueño no era igual al suen-0 t R

ecord d , noc urna ... ' . an o el apotegma de Nerval: el poeta d

ta trabaJaba l' · 1 uerme ... el poe-• . . . sa 1 S1mu ando que no había entrado . probar la mdole del sueño. · · · sm com-

Así 9-uedó grabada su,im~gen ~en mi memor1·a As1· l do sm 1 b h · · · e recuer-:. · · pa a ~as · · · echo al silencio de la eternidad y , 1

=J~~~~ ~i e!~~~~~~ .~ en mi añoranza, ;pensando que ;l· fin s~~í~

l!JL PENSAMIENTO DE RUBEN DARlO

:~~~~~~ó~ ~~b~~~a~írf~= ~~:~~~~~~o:~ ~~eri~:. ~~ml~~:~:a~~l vitab;: !~ci_~~~:~~~brfs! d un rompeolas, impertérrito, contra la ine~ ~~~ inconmensura~l~~. 0c~~ota~n~0~=~~~~· J:ela~ú~~J!~a~:r:: tica os pe~scos desprendidos de la cantera tradicional de la crí' de lo;u~e~~0~1~~n;:r~u~~~~~ía las leyes de secuencia y causació~ el Algunos partidarios de los convenios subterráneo i · roj~cod~~ lejanías, reprodu~ido ya débilmente, de una sf:a~:e~ ~~~ Poes"ía ~e ~r~s:~r~~!! m~nt~s peyor.ativos, a propósito de la bén Daría sól , . Y anos de V2da Y Esperanza: que Ru­Ptiia del ~· ~ema gema verbal.·. Si hubiéramos asistido a la l'espondid:ove ~ a! como uno, de ta~:ltos contertulios, hubiésemos Poesía · es . eci: · ·: que solo tema genio poético . . . porque la lenguaj:s uya m~siCahdad de los sentimientos, lo antinatural del Peare Y o so renatural del verbo ... Dante, Góngora, Shakes­tidian'o ~oethe, Shelley, Hugo! Leopardi, trasmutaron el sonido co­alldible de {~Jtalabra en sentido universal, enalteciendo la materia Un Poeta e 1 oma, en. una orquestación de imágenes Y símbÓlos let!iUa · qu~b no haga IJ?~e:ecederos los elementos melódicos de s~ ~res' escr! ~ versos mutilmente, porque el pensamiento existe la Pala~! tacit~ en la magia verbal. El sentido ~ás profundo d~

a proviene de la clarividencia del sonido ...

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· . . , , . los módulos del sentir Y del . y Rub~n Daría convirttiO en lm':;f:bra dicha en España y en la pensar de su ~poca, laten e en a . América espanola. esía es una relación mtersec-

La música de !as palabras e~a~~o~~s infinitas. Quienes persisten tiva entre el sentido Y _sus asoc del siglo diecinueve fran­en reducir su genealogm en !os t arq~;rficiales de la crítica que, cés se estancan en las corrien es s_ enes de la creación estética. en 'vez de dilucidar, óscure:e _lo\ orig pensamientos, directamente, El poeta lírico expresa sentlmien os y .

1, t' sonora del lenguaJe. , al través de la P as Ica h d Rubén Daría no solo el

El poder ~~sical de su ve~~~ de~ci~io~a en relación' íntima _con Poeta de Amenca, por el emp , ·gni'fi'cativo de habla espanola . , 't' a sino el mas SI , D . la conversaclün poe IC ' . h cantado como Ruben arlo y de ascendencia latina .. Nmguno t Canto Epico a las glorias ?e las glorias hispanoamencanas ~n : . no ha cantado a Espana Chile, en el Cant? a la Argentt~a, d~I~stro Señor Don Quijote, como Rubén Dano en 1~ J-:etanta neto de Cervantes, y en ~1 en la Salutación ~l Optvmts~~n:d~l :~rancia, como Rubén Dar!o poema A Goya; mngu~o. h~ no ha cantado a Italia como Ruben en su soneto A F'~~nc:Ji l mn~nos. a las tierras bohemias, como en Darío en_ 0 CanctonO . os los p~íses nórdicos, como en su poema La CanC'tO'fl, de los sos, Y a Al·Rey Osear. . , , . evocación de sentimh~ntos

y no sólo realizo su linea como: una una sugestión de Ideas o invocación de fuerzas naturales, ~mo com~ombre que obedecen Y conduce~ los dest~~:c~~~encia e~ el devenir; loS

Los hechos transcurndos, su hombre sólo pueden apr$en· ideales, los sueños, las espera~as !e\a poesí~ concebida como u~~ derse en su plenitud, por m~ lO bal en la proyección humana excitación incesante de la VI a, ca una época. . 1 sía al convertirse en for~a

y la equivalencia vital en . ~ poe ' . ales no se exp1JC3 . . de estados emoclün ' . a·

de una experiencia ~u~~siVa d la retórica, sino con la deterrnln o-con las antiguas deflmcwnes e junto de reglas, sino una arrnte ción del po~ta: El arte no :se~~r~~nes forma, no se trata solarnen nía de capnchos. y aunqu d' Rubén Daría- No. Se trata, tle de una cuestión de !?rma -:-d lce El clisé verbal es dañoso porq todo de una cuestlOn de 1 eas. ~ enci~rra en sí el clisé me~_tal .. : f ca con la realidad del mundo.

Al relacionar la creaclün poe I

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poeta -dice Daría- tiene la visión directa e introspectiva de ia ' vida y una supervisión que va más allá de lo que está sujeto a las

leyes del general conocimiento ... El autor de Azul fue un fervoroso creyente. Sin embaargo, dijo:

La religión y la filosofía se epcuentran con el arte en tales fronte­ras, pues en ambas hay también una ambiencia artística:

Así, Rubén Daría desechó el concepto del arte como un juego, porque la actividad artística constituía una equivalencia de vida; y para el poeta, la vida es dulce y seria . : .

Durante el lapso de una revolución poética, la vida col').tinúa su proceso de transformaciones; y el idioma poético envejece mientras no siga el torrente de la vida ...

La actividad humana no se ejercita por medio de la ciencia y de los conocimientos actuales -dice el autor de El Canto· Erran­te- sino en el vencimiento del tiempo y del espacio. Y agrega: Es el arte el que vence el espacio y el tiempo ...

La palabra vence el tiempo y el espacio. Rubén Daría se adelan­ta a muchas teorías, consideradas aún revolucionarias, desde el punto de vista estético. La palabra nace juntamente con la idea, -explica en sus Dilucidaciones- o coexiste con la idea, pues no podemos darnos cuenta de la una sin la otra. · Y en cuanto a la evaluación de la cultura de su tiempo, Daría

alude al universal personaje que no comprende nada . . . El que­no-comprende-nada, -dice- es entre :qosotros, profesor, acadé­I'Dico, correspondiente de la Real Academia Española, periodista, abogado, poeta y rastacuero ...

Y siendo Daría' el poeta universal de habla española, en el siglo lCX, no pudo ser un poeta para las muchedumbres ... porque las lluchedumbres son siempre jóvenes ... tal vez demasiado ... y pa­ra percibir el mensaje de la Canción de Otoño en Primavera, es !lecesario acumular una experiencia se~ular y escuchar, como en el \llracol marino, estruendos y tempestades, caricias del oleaje y la 'toz de las sirenas ... ~ .. Su pensamiento político le conduc~ a la fraternidad universal; ~el más antidogmático, antisectario de los que florecieron en su

... Pü. Su Salutación al Aguila constituye un mensaje de esperan­!_en la paz. Mientras otros mandatarios despreciaban al arte, Teo­"'Vl"" Roosevelt, juzgaba a los poetas con· mucha mejor voluntad' 'lile Platón ... -señala Daría- diciendo que eran útiles al Estado; Y Pedía para ellos la pública .estimación nacional ... mientras otros

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poderosos de la tierra, príncipes, politicos, millonarios, manifies-tan una plausible deferencia por el Dios cuyo arco es de plata .. . en una tierra cada día más vibrante de automóviles y de bombas .. .

Todavía la crítica no vislumbra el sentido de sus palabras: Hay mucho más poetas, que jueces e intérpretes de la poesía ...

Todavía no entienden al poeta los intérpretes ... porque la poe­sía se expresa más allá de lo natural del lenguaje; y más allá de

lo racional ... Lo difícil, en el acto creativo, es saber cuándo es necesario re-

currir a la fuerza irracional ... y cuando hay que acudir a la fuer­ra racional, cuya amalgama decide y preside la inspiración.

Su magia verbal no proviene de un culto a la palabra por la palabra. En el principio está la palabra como única representación. -dice Daría- N o simplemente como signo, puesto que no hay antes nada que representar. En el principio está la palabra como manifestación de la unidad infinita, pero ya conteniéndola.

El poeta combatió también toda retórica: antigua y moderna. Expuso su pensamiento sobre la estagnación de la poesía española de su tiempo, aclarando que los únicos renovadores de la poética, eran los libretistas del género chico y los poetas del Madrid Có·

mico ... Tampoco fue un iconoclasta. Hace siempre falta a la creación, -afirma Rubén Daría- el tiempo perdido en destruir. Malhaya la filosofía que viene de Alemania, que viene de Inglaterra o que viene de Francia, si ella viene a quitar y no a dar. Sepamos que muchas de esas cosas flamantes importadas, yacen, entre polillaS, en ancianos infolios españoles ...

Daría propone la edificación del mundo con elementos propios. La culminación de su individualidad creadora alcanza sus propor· ciones íntimas cuando se auna a la conciencia de los demás:

Todo esto viene en medio del silencio profundo en que la noche envuelve la terrena ilusión; y siento como un eco del dolor del mundo que penetra y conmueve mi propio corazón.

Los valores imperecederos de su poesía conllevan la inquietud dt hombre ante los hechos ineludibles de la existencia: el amor,~ muerte, la esperanza, la idealización de la realidad, aun la r!1

áspera ...

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~ ~y de todos los maestros, Rubén Darí . . senado . . . porque como él . o es qmen mas nos ha en-dagógico de su ti~mpo... mismo confesaba; es el ser menos pe-

Revist de Méxicg, D. J1, ~~rl4ela Normal Superior, No. 8

RICARDO ARENALES y; LA DAMA DE LA CABELLERA ARi;IENTE

Enrique González Martíne . Heraldo de Méxilco- a R .. zd me presento, en la redacción de El Ang

1 0 . ~ Icar o Arenales ap 1 ti

riase sono; en otros tiempos M . 3. : · · e a vo de Miguel ... Porfirio Barba-Jacob am Imenez, Y en sus postrime-

EI ... ,~_ gran poeta de La Canción de la v· '-' nombre en cada tránsito d um Profunda . . . cambiaba ~poseyera una fuerza ances~r~~sc metamd orfd os.is . : . cor_no si su ge­uvLnbres y aun a algo ma·s apaz e ar existencia a muchos cia o 1 ' que a un hombre · e uyera el germen primitiv . . : . . como SI su poten-al ser precursor del género o_que concibiO en todas las biblias

Apasionado violento da c?mun . : . en forma dualista . . . ' ~~ntentaba' trasmut~r el~:~· mconfor:me con todas las for­;¡ra 'fe. Septiembre y en la Canc7~n¿o;:I~:¿;, Así plasmó en la

~d~bil. como lo fuerte de la natural h~ Profunda ... tan-dé¡ sllusionado de lo finito d t d f eza umana ...

so?ido que encierra el sent~do oda l orma, buscaba los secretos llteló~cas, trasposiciones rítmica e a pal~~ra, en sustituciones do VIvía hechizado b s .Y en sus logiCas recónditas ...

el humo de las s~i~a~n!~:~~cido ... como ~i se hubiera fuma-: ZUmo de los frutos del Para· das ... como ~I se hubiera bebido

• . . ISO . . . compartidos con la serpien-

~onfundido con la elisión se pr . . . . <tbie del tiempo ... urdiendo la ma~~O?Ia suprimir. en la poética el ~~lites ra el rumor de la vida ll rm sono~ ~ fm de que se per-

.... tal como sentía el ~rde~vando la ehpsi.s_ a .sus últimos lí­en su convuls10n mterna ...

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Obsesionado por la perfección tituló a su obra poética: Poesías Perfectas . . • presentándolas con el verso de Rubén Darlo como epígrafe y advertencia: la adusta perfección jamás se entrega ...

Y corregía sus formas indefinidamente, sin prevenir que entre más se corrige más se progresa . ·. . y entre más se progresa más se corrige . . . Sin embargo, intentaba poner el ritmo de su poesía al corriente del curso de la existencia ...

Ricardo Arenales oficiaba en El Palacio de la Nunciatura ... una residencia que subsiste aún en las calles de Bucareli: transfi· gurado, asistido por sus acólitos Taño Salazar y Juan E. Coto, ele· gidos de la Dama de la Cabellera Ardiente ...

Los iniciados se entregaban a los rituales religiosos de la secta de las humaredas alucinantes . . . sometiéndose a los designios del dogma . . . al llevar a la práctica los preceptos que los ministri~es de los paraísos artificiales legaron a la literatura: Jean Lorram, en El Señor de Phocas; Claud Farrera, en Humos de Opio ...

· Tiuminados por la Dama de la Cabellera Ardiente, realizaba~ actos de ilusionismo, practicas espiritistas, incorporaciones m1· tológicas, transposiciones mágicas como las de Leda Y el cisne, Pa· sífae y el toro, Lo y la nube, Dánae y la lluvia ...

· Soñaban con la fauna del zoológico de Circe, con la Sirena que Maldoror confundió con la hembra del tiburón . . . y con los ánge· les que descendieron a Sodoma ...

En cierta ocasión Ricardo Arenales intentó promoverse al grado de acólito ... y preguntó a Taño Salazar si yo merecería la inves· tidura de neófito ...

Y mientras Taño Salazar levantaba los ojos a las humaredas de la cabellera ardiente de la dama ... me apresuré Y les dije:

- . . . si la oficiante fuera una sacerdotisa . . . me iniciaría en sus misterios ... como Esquilo en los arcanos de Eleusis . . . y LaU· tréamont, en el rito de la sirena ... Pero siendo como es· ... un··· súbcubo . . . que lo inicie el Diablo Cojuelo ...

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1 MARIA;:VO BRULL Y LA MUSA CHIQUILLA .ú

. Entre. todos los diplomátiGQs, Mariano Brull era el más señÓ~ :\:a:I~ representado a Cuba en Lima, Washington, Ottawa, Pa'­

; a nd ~ Brusela~, revelando en su misión internacional algo mas que el simple registro de la letra ...

Profundo conoc:~or de !as literaturas inglesa y francesa en b~as Jectur~s .se hicieron celebres sus traducciones de Dante' Ga­.¡;enl . osetti, de Mallarmé Y Paul Valéry, hasta en Inglaterra y

a cm ... . Er~ l_i~enciado en leyes; pero no vivía de violarlas Eri ·cam

b1o, VIolo .a 1~ poesía varias veces . . . remozándola si~~pre com~ una ~xperie~c~a s~c:eta, como un. enigma que no busca sus reso.,. Dancias melodicas m en el pensamiento ni en los sentimientos sino en el oscuro caracol de las impresiones y sensaciones prísti~as y ~n~a ~arma en que el hombre primitivo hacía sonar sus voces inar-

c !1 as, antes que el acervo poético pasara al lengua)· e común y cornente.

~n su p~e~ía ~as palabras tienen un vaior meramente eufónico ~s Simple musiCa ~n!erna, como si existieran a la manera de elemen~ tido d~ un f~turo IdiOma que apenas comienza a entresacar el sen­

el somdo ... sen ~u casa era como el apartamiento de las musas . . . por la pre­~~a d~ sus encantadoras hijás que recitaban a instancias de la

a misma ... · En una velada, ·la ma· s chi"q '11 1 · d -m a, a ecc10na a por su padre se

PUSo a cantar esta estrofa: ·

Filifiama alabe cundre ala olalúnea alifera alveolea jitanjáfora liris salumba salifera alivia oleo olorife alalai cánfora sandra milingítara giró/ora zumbra ulalindre calandra ...

lia.n~yéndolas re~itar. _Alfonso Reyes lla~ó a las chiquillas de Ma~ nos Brun: 1~~- Jlta~Jáforas ... Y más tarde, por asociación de tri­

' denommo JltanJáfora a todo juego poético de la índole. del Ver-

/

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de Halago que tiene su origen en la estancia primitiva de la _lírica, como los ~antos de los cargadores de la India q~e aco~panan el ritmo de sus piernas musitando estas palabras sm sentido .. · se-gún la otra lógica:

A rnababa ngó, de rnababa ngó ebeom rnababa ngó ..•

" Sonidos que según la lógica interna, expres_an un sentimiento · d"to -co~o en toda poesía- no desentranable del todo. So­

~~~~ ~e contenido secreto como los de la lírica que i~t~nta~a com· poner Mariano Brull; y los juegos de palabras rabelmsmnos.

Ohiart Foirart Petart Brenou.s

1 Ton lard S'espart Sus nou.s Hordous Merdous Esgou.s ...

complicada música de oculto fondo parpade.ante en las. sílaba~ ~~~ vibran como luces que se apagan y se encienden en signos m

gentes. . . . áf t ·b · d a· Apolli· El caligrama -'-precursor de la JltanJ ora, a ri m 0 . . d la

naire- se encuentra también en Rabelais, en la presentac10n ~ r· Bive Bouteille, que para hacerla más viva ... tiene ~l ver~o. la ~u· ma de la botella . . . compuesta con los caracteres tipográficos gerentes de su realidad plástica . . . . . l café .

Mariano Brull frecuentaba tambien -con nosotros- e

Sabaya. . . t · br a Mariano Cuando las veleidades del servicio ex er10r o Igaron OS Brull abandonar la peña del S!lboya, ~arcía Larca compuso un versos añorantes, dándole la Bien Parbda:

Y a te vas Mariano Brull •••

y Mariano Brull se fue para siempre ...

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VARGAS VIL:A: SEDUCTOR

Una tarde, extravagabundeanc]o por los grandes bulevares: de la Magdalena a la Puerta de San Dionisia, en el París de la postguerra de 14-18; vadeaba la aventura entre imagen e imagen femenina. ... cuando de-pronto, una fígura .recordada eri un retratc)h""'OITÜso por las múltiples impresiones, me sorprendió, incitándome a reconocer­la ... tal como no la habían descrito aún en las monografí<::ts lite­rarias . . . con su; 09eanografía de arrugas en el rostro, a l;:;t mane­ra de una carta terrestre, mal pergeñada, como por los primeros principios utilizados en la planificación de un. mundo no descubier­to todavía ... pero ya previsto en sus orografías, e hidrografías ...

Una figura hecha de terracota o o . amalgamada QQr fotomonta­jes de claros y_~Qmbras, en connjv~~ia conn}ibilo o o con un talan­te de bajo operístico retirado de la escena . . . rechoncho por los placeres inmediatos . . . el andar reposado, reflexivo en los pasos de plomo . :. salvando los abismos interpuestos por el destino en los albores de la juventud . . . cargado con un fardo de viscisitudes forasteras, a causa de los destierros y de los desagües ... políticos Y literarios y de las sopenas ...

Aquel hombre era Vargas Vila ... el Seductor por correspon-dencia ... el Depravador por poder ... el Conminador de las pala- . bas sin romanza ... El Mesías de las Pálidas, de las Desengañadas, de las Locas ... las Rosas de la Tarde, las Huérfanas del Sol ...

Y recordé a Irene Triebel . . . una de sus víctimas . . . quien por encaminar sus pasos a través de las huellas de la heroína de Flor de Fango . . . epilogó su vida de prólogos . . . a la vargas vila ... dándose sendos pistoletazos ... uno de cada lado: es otro para ma­tar al cuerpo ... y estotro para matar al alma ...

Irene Triebel, ondeante y ondina . . . naturalizada heroína por lor argumentos novelísticos de Vargas Vila; conjugada por los aprendices de todas las lenguas que desembocan en la lengua uni­\Tersal . . . en cualesquiera de sus modos y en dondequiera de sus tiempos . . . jugaron con ella en las formas ·de la conjugación ale­tnana:

Triebel ... Trub ... Getrubel ...

Requerida en sus versátiles inflexiones de número y persona ... Ya en su pasado, en su presente o en su futuro . . . en su persona Yerdadera . . . o en su mitad . . . o en su tercera parte . . . que hi-

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Page 44: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

cieron el Gran Todo de su desdicha . . . al influjo de las historias truculentas se convirtió en una máquina de sufrir ... ' , Precisando al autor de su destino, le pregunte:

- ... entonces ... si aquella era s'u verdad sobre la mujer ... y sobre el hombre ... por qué no se suicidó usted ... ?

Y el financiero de la literatura, respondió: -Nunca ... jamás creí en nada de lo que escribía ... Lancé al

mercado de las letras . . . una moda . . . como se lanza un traje de casa ... o de la calle ... Muchas mujeres, por estar a la moda, se ' suicidaron inspiradas en la invitación a la muerté ...

- . . . ~ntonces . . . si no creía en nada ni en nadie . . . ni en lo que escribía . . . por qué escribía ... ?

l -Porque mis historias tuvieron gran demanda ... Y me pro-

dujeron mucho dinero . . . , Así se explica su estilo falso . . . sus falsas heromas . . . defor-

madoras y particularizantes de la realidad femenina ... Así se explica su mesianada ... Vargas Vila, como muchos mesías ... vivió de su lite::atura_. · ·

mientras las neófitas sacerdotizas . . . murieron por la misma hte· ratura . . . El hierofante -como todo hierofante- vivía de las ofrendas a sus diosas ...

JOSE SANTOS OHOOANO Y LOS NOVELES ..•

Después de todo. . • como decía Ohocano . • . aremos en el rn,a,r

En los tiempos en que comenzábamos a soñar con los primeros elogios literarios, lapso de iniciaciones y an?~los sin nombre · · : visite a José Santos Chocano, el poeta de Amenca, en Iras Sant~S· resonancias líricas de sus violencias . sociales en la adolescencia, huellas de sus ímpetus estéticos revolucionarios.

Al despuntar la era de Hisp~oamérica. en. las l;~ras ~niversa~ les Chocano se disputó con Darlo el caudillaJe poehco en contr de' románticos y decadentistas, agrupando en el Perú a los preten· dientes de la Nueva Musa.

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J •• Su actitud adalid~7a se forj? en la cárcel y en el exilio. Erra­OW1do. por ~~opa, fiJa en Paris y en Madrid los anales de su re­novaciOn poehca con O~~tos del Pacífico y Alma América. . A su retorno del VIeJo Mundo confirma su épica en la vida, mi­litando ~n. los eventos políticos -conSejero de Pancho Villa, ban­dol.ero divmo en su verso; y ~e Estrada Cabrera, el de la Minerva Ono~ pr~fesos qu~ le valieran la condenación a muerte y la ~nsf1gurac10n a su tierra natal, al mismo tiempo que la corona­don qu~ le salvaba del olvido de esta vida y de la otra ...

Su figura _m~nolítica,_ su gesto de piedra jamás perdieron los impul~os romantlcos. As1 aparece en los escenarios de las ideolo­gias liberales~ c?rt actitudes polemáticas y sucesos nefastos; y así desapar17ce! v1ct!~a ~'; la vara con que había medido al hombre ...

En su Identlfi~aciOn con lo heroico tampoco supo deslindar la epopeya de su VIda con las hazañas del arte, desmesurado por la grandeza de sus actos ...

En las primicias de oro de Indias escuchamos su voz que reso­nab~ como el eco de la montaña; divisamos la fuerza de su ademán ergui.do no obstante la gestación de su poema del amor doliente .. : de ~en_egaba de sus p:eludios ~omo de sus epílogos . . . Se condolía

1 I?dio, aunque hubiera quendo ser un Virrey del Perú ... Fue un dictador de la poesía . . . y un defensor de los desheredados En 1~ soledad, enalteció a la energumenia, rasgo social hispa~;~ am.encano ...

~n aquella visita que ahora recuerdo con el mismo fervor ju­~~ntl, el P?eta. de América -según Blanco Fombona- rodeado de

as a~lrruracwnes noveles -aunque no tanto como la mía- elogió a la pleyade del parnas?. en cierne; y dirigiéndose a mí, dijo:

- . : .. de todos los JOvenes poetas ... es usted el que más im­PUlsos hncos re':'ela . . . el más nuevo entre los nuevos . . . Me inte­~ en su po~sia. . . e?e. reali~mo melancólico. . . su libertad es­~~- ~a . . . Y Cierta remimscencia panteísta . . . tónica de la poética ... uencana ... Co Las palabras de Chocano proferidas en forma de elogios me de~turbaron de tal manera _que ya no_ pu~e hablar en toda la' tar­Po · · Una b_alumba de suenas y alucmacibnes revoloteó en torno ~e} devemr de ~i ?bra literaria, en el futuro ... Me sentí con­l'ri ad.o: : . C?n mi diplo~a de poeta; y en efugios íntimos reco­l'as el Itmerari? de la glorra. . . recitado por todas las declamado-

. · . traducido· a todos los idiomas . . . editado en mis obras

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Page 45: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

completas . . . que en aquel entonces eran cuatro en preparación: Diario Mayor Caja e Inventario ••.

E~belesad~ por la música de las palabras estimulantes Y~ no ' escuché el resto de la exégesis . . . Volví al mundo de la realidad, cuando Chocano, con su memoria prodigiosa recordó los versos si-

guientes:

Yo lo quiero por bueno, por humilde y por manso . .. y por que hay en sus ojos una vítrea ternura como un claro remanso de agua pura que parece brindarnos la piedad de un descanso ...

Súbitamente recobré el alborozo; y perdiendo mi timidez indó-mita, repuse: .

- ... los dichos versos los compuso mi hermano David Vela .. o y el poema se intitula: E_l Alma de.los BtWJJes,... .

y el silencio que habla enrarecido la atmosfera de los primeros elogios, aventurados al azar, se convirtió en conversación amena Y natural de los circunstantes ...

REGINO PEDROSO: CANTO FUTURO

Regino Pedroso continúa la tradición de los grandes autodidac· tas hispanoamericanos: apenas entra ... sale de la escuela... .

Su vida se forja en la fábrica, en el taller, en los cam~o~ az~e careros. Nace tierra adentro y sueña mar afuera. En la musica las máquinas mide el ritmo de la existen~ia; y en las lontananzaS del oleaje, lo finito y lo infinito de su poesi~. . . . . . el

Aprendiz de varios .. oficios, no aprende nm~noo o .. m siqU~~ra menester de vivir . . . sólo vislumbra que la filosofm es accwn o o o

Y la belleza tumultuosa ... Tan asistemática es su ciencia del des­

' · 1 , losaza: tino, que no se entrega ni por lo menos, m por o mas ... a res y contingencias . . . eS

Sus ideas -contextura de su condición humana, conjuncio!l

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de un ideal- contrarias a toda cortapisa a la conciencia del hom­bre; al difundi:Ias y defenderlas, le llevan a sentir persecuciones y condena de seis meses de prisión en el Castillo del Príncipe en 00~ '

En la cárcel, en la plaza pública, aprende, al fin, a conocer al hombre Y al mundo ... y a} llevar sus ideas a la acción vislumbra el orden del nuevo universo . . . Huellas indelebles de 'sus pensa­mientos cintilan aún en La Prensa) Masas) Ahora) La Palabra ... hechos precursores de la Revolución triunfante .. . . De aquella conjunción de su universo en cierne ... surge su poe-

sm. En los albores, por influjo de impregnaciones milenarias con reminiscencias orientalistas, determinadas por un oscuro arca~o .. . Y no por atalayas del modernismo, lábiles en Julián del Casal .. . · Pero de La Ruta de Bagdad a La Salutación Fraterna al Taller Mecánico) la lírica de Regino Pedroso abandona las canciones de ay~r, simultá;t:amente a su participación en las luchas político­SOCiales. Tem~bca y procedimientos modernistas, desaparecen, des­brozando el vml de la ruta de América ... · Los d~a~ convulsivos y tormentosos, los hechos políticos, los acae­ceres cotidianos, se trasmutan y se convierten en imágenes y sím­~los de u_n m~do en formación; en proyecciones ilimitadas del ombre mas alla: de lo contingencia! y finito.

De lo individual a lo cósmico, el poeta encuentra las resonancias ~conmef!surables, insondables y tutelares del nuevo universo, en

as AUa Canta el Mar. . . poema profético dentro de todos los tiempos. . . invocación y evocación de lo otoflal y lo primaveral ...

Los reproches que alguna crítica hace a su poesía son los mis­:OS que Baroja ~izo a Rubén Da~o, Unamuno a D' A~unzio, Emi;.. o Pr~dos a JuliO Herrera y Reissig; y a todo poeta cuya ejecu­

eión verbal cifra en musicalidades el dolor y la esperanza univer­lales. or En el proceso evolutivo de la historia literaria de la América :añola, Regino Pedroso es el primero en cantar el matiz sojuz­AI. o de su sangre, con fervor ecuménico. . . Algunos más han he-~o d 1 , ' .,.., e a poesm negra, un modus vivendi· y algunos menos un """'l'.US ·~·.:~· J ' morrvrw,~ ... ~En el convivio social ha desdeñado riquezas, investiduras y ha­~s .. De su herencia antepa~ada, sólo anhela regar la simiente de otr Cia. Y amor que no cultivaron en sus predios los avaros de

os tiempos ....

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Page 46: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Y, en la intimidad, su presencia' es tan única, que s~ diálogo parece un soliloquio con todos los elementos del mundo circundan· te. . . y con los que trasponen el universo de los sentidos ...

NIGOLAS GUILLEN: POESIA PARA BAILAR

En toda época crítica _,..tránsito de un estil~ a ot~o- los con· ptos fundamentales determinantes de lo contmgencml Y lo per·

~anente de lo popular y lo culto, de lo nacional y lo universal, de lo desinteresado y lo tendencioso; ocluídos antes en el fon~o de los fenómenos artísticos, surge~ y se decantan en controversias, a la búsqueda de nuevas valoracwn~~· . . .

Después de las tentativas fimseculares y al .mfluJO _de otras formas de vida en cierne, el arte encuentra su savm hundiendo sus raigambres en las entrañas de su propia _tierr~; en los arcanos d~ su propio cielo: lo nacional trata de devemr univers~l,_lo culto enal_ tece a lo popular, lo desinteresado devela sus propo~Itos. . . descu briendo que toda obra artística intenta algo. . . Y solo permanecen ·incólumes: lo infinito y lo imperecedero. . .

Entre la marejada, la poesía negra se mamfiesta como un matiz sojuzgado de la condición humana, desde la voz precurs?r~ de Phyllis Wheatley -la esclava africana- hasta la ~e. RegiD PedrosÓ, el primero en Cuba ~ue s~ desprende de lo fmisecular, irrumpiendo hacia la vanguardia socml. . n

En algunos poetas lo negro cunde como U?a ?J-odal~d~d lábil; ení otros, como una temática obligada ... en NIColas Gmllen no.esen· una ni otra ... No siente lo negro a modo de moda ... pero si d tro de lo vernáculo... d'S ......

Mientras se ensaya -desde Gabriel de la Concepción Val e el canto en forma de dolor ecuménico, como una tonalidad grave, Nicolás Guillén lo precisa en lo pintoresco y restringi~o del folcl?re.

La poesía -sentimientos ~usicalizados:- se. convierte en. NIC~ lás Guillén eh música para brular. . . Poesm mas para los pieS· 0 que para la sensibilidad o el pensamiento. . . para un zapatead~a: escobilleo, andaluces. . . o, más bien, para el chancleteo de la m

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.s ta ... Retóric~ plástica, ca.nto actuante, au:hque sea de cuerpo so­nor?. . . ~oesm de percusiOnes. . . Aunque tenga ángel. . . ángel subido o angel montado. . . no deja de ser lo que Jean Paul Richter perc~bí~ como música visible. . . una abstracción sentimental en moVImiento ...

En la transposición de lo popular andaluz a lo folklórico anti­Dano; de lo formal de García Lorca, a las voces de bóm bóm ... ben bé.:: el autor de Motivos de Son, Sóngoro Cosongo, confina más este~~amente con la mal llamada poesía pura: efugios de palabras jitanJáforas, que con la lírica social. '

En su Canto para matar a una culebra, Guillén dice:

Mayombé-bombe..1mayombé mayombé-bombe~mayombé mayombé-bombe..~mayombé

Mayombé-bombe~yombé sensemayá la culebra . .. Mayombé-bombe~ayombé.

En sus jitanjáforas, Mariano Brull, dice:

Filiflama alabe cundre ala olalúnea alífera alveolea jitanjáfora liris salumba salífera zumbra ulalindre calandra.

La~ analogías son insólitas. . . pero no inauditas. . . Sus propó• litos henden a crear una fórmula verbal que es en última instan­~ la fórmtila de la poesía pura, cuando los ~lementos estéticos ~municativos- corresponden en equivalencias formales a senti---=ntos e ideas ecuménicos. . . ' JI) Y en los casos de Br~ll ~ de G:Uill~n, las palaby~s solas, aunque lit, logran. P?r ello :una fmahdad sm fm. . . La musiCa no se dirige , al sentimiento m al pensamiento; pero encierra un propósito ... ::ar movimientos o sensaciones que apartan al espectador del sen­~ del sonido ...

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Page 47: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

' JUAN MARINELLO: POESIA Y POLITICA

Juan Marinello pasó de las estancias más íntimas de la vida subjetiva: la visión de poeta ... , a la plaza pública de la vida obje­tiva más externa: la actividad política. . . De la cifración de los sueños descendió a los sueños en cifras . . . en éstadísticas a la ma­nera de quien trasmuta la evocación por la invocación ...

Pero su ruptura con las musas fue un ascenso, porque, poeta al modo de González Martínez ... devino polítjco al ideal de José Mar-

tí ... En su teoría poética trataba de la liberación del mundo interno;

en su teoría de la política, de la liberación del mundo externo ... aun más allá de las fronteras de la patria, estacionante en su ritmo histórico a· causa de las inveteradas dictaduras ...

Doctor en Derecho Civil, en Derecho Público, en Filosofía Y Letras. . . abandona las leyes y las filosofías pasivas, filosofando con su propia vida en acción, proyectándose en su tiempo con la fundación de la Revista Avance, en 1927, juntamente con Jorge Mañach y Alejo Carpentier.

N o prescinde de las letras. . . pero las utiliza como un signo.: · iniciando el movimimento revolucionario de los veteranos y patrio­tas que encerraban y estimulaban las fuerzas de los jóvenes de van-

guardia. Perseguido por sus ideas sociales emigra a México, exiliado por

la dictadura de Machado. . . Le conocí y traté en los momentos decisivos de su afirmac1on

revolucionaria por la lucha social. Compartíamos las mismas ideas en la vida política y las mismas cátedras de literatura, en la Es· cuela Secundaria Nocturna para Trabajadores Número Cinco.

En la LEAR -Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios-­discutimos sobre la cultura, término en confusión desde el siglo pa· sado; sobre la poesía pura ... llegando a la conclusión de que tod~ poética es tendenciosa porque se propone algo . . . y cultura es tod lo creado por el hombre. . . .

En la tribuna de la LEAR se reveló como un gran ensayis~a como en su Poética y Literatura Hispanoamericana y Picasso st1!

Tiempo... za En su verso se transparentaba un anhelo de claridad y pure

espirituales. ·¡e~ Como muchos jóvenes que siguieron las huellas de Gonza

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Mar?nez, Jua~ Marinello intentaba sustraerse a lo inmediato de ~_VIda, a la busqueda de la soledad, por el camino de la renuncia­ClO-? Y. paramentando a la naturaleza y a los fenómenos de sim­boh~ciOnes panteístas, extasiándose en la contemplación de lo in­eludible .Y de lo _inexcrutab~e; en la revelación prematura de lo desconocido, previsto a traves de una filosofía de la serenidad al­canzada antes de la violencia ...

Acaso. esta fuerza contenida en su lírica, esta sustracción al imp~tu vital en sus al~ores, acumuló su energética que estalló a su tiempo ~ a su espacio en fervor social. Acaso su estática lírica se trasmuto en diná~ica política. . . pasando de la abstracción poé­tica a la representac10n popular en campañas libradas por la Alcal­dia de La Habana y la Presidencia de la República ...

E~ un precursor de Eugenio Florit y de Emilio Ballagas y. 111 epigono de José Martí. . . · · · . !?e tod~s formas ... _sea o no s.u poesía una equivalencia de su :Ion social, Juan _M~rmello_ ~a sido siempre un hombre fiel a la n:za de sus sentimientos llncos y pensamientos políticos que in-

an profundamente en la literatura y en la vida ...

ALEJO CARPENTIER: ESOTERICA POPULAR

tft ~n los tiempos en que París iluminaba aún los días y las noches l a leyenda dorada de las santas y de las heroínas en los cafés .:enli~s calles; en sus espectáculos encubiertos y descubiertos al lén r~ Y a la s?mbra, en las soled~des de las buhardillas, tam­lrn AleJo Carpenber andaba entre qmenes andábamos ... de Mont­JWa a~sse a. Montmart:re .. : de las sequías a los temporales. . . de

l• ... hr.:~rabias a los silencios . . . de la noche a la mañana. . . y de t'vt::Sia a la prosa ... ¡íentre todos los que andaban. . . el que más andaba era yo ...

lfi e que me enc?ntrara con todos ... Pero, durante algún tiempo ·;~, C~~ontr~ba mas frec~entemente con Alejo Carpentier.

. la del penb~r pasaba, mas que _muchos, inadvertido a las acechan­destmo. . . por su apellido francés. . . El también escribía

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en francés, como yo. . . sólo que yo pergeñaba gacetillas al estilo de las greguerías y Carpentier en toda forma. . . Así apareció una vez en la segunda edición de Ylntransigeant, una crónica musical sobre el autor de El Manicero .. de moda entonces en París; tanto como las bailarinas de La Bola Blanca. . . el más célebre de los bai­les negros ...

A cual más ingeniosos para vivir. . . nos encontrábamos siem­pre en el instante preciso a caza del azar. . . como si coincidiéramos en la tentativa de asegurarlo ... y al que ya casi dominábamos ... a tal grado que se iba convirtiendo en seguridad cotidiana ...

Algunas veces, cuando el azar no llegaba, le invocábamos. . . y si no acudía. . . le obligábamos a comparecer. . . En aquella oca­sión; en cónclave para la celebración de los imposibles. . . en un como consorcio del infortunio, reunidos en la buhardilla de Car­pentier, todos llegaron a la conclusión de que ese día era UI1 día menos. . . para los demás. . . .

Pero yo, a la manera de los grandes improvisadores de la vi­da. . . inspirado no sólo en la poesía sino en la prosa de la exis­tencia del cúmulo de periódicos, revistas, papeles en blanco. . . de la hemeroteca de Carpentier, seleccioné los números más sugestivos de Social y Carteles -los hebdomadarios de La Habana- y con un fajo de palabras convincentes, emprendí por las librerías de Montparnasse una campaña de subscripciones en barata. . . Por un módico precio, a quien tomara una subscripción por un mes .... se le obsequiarían tres meses ...

Ante el incentivo de tal propaganda pronto se agotaron las exis­tencias de la semana, del mes, del año. . . y por algún tiempo divul­gamos las singularidades del periodismo en Cuba. . . comprobando que hasta de algo. . . se puede vivir en París .. .

No obstante las veleidades de la Fortuna ... Carpentier jamáS abandonó su sino de escritor: por aquellos tiempos encontró laS proporciones de La Rebambaramba, y dilucidó los misterios de El Milagro de Anaquillé . ..

En sus obras esotéricas de la realidad cubana se presentían loS • gérmenes del teatro y de la novela nacionales. Sin discriminaciones

de lo folklórico, pero sin contingencias de lo pintoresco, Alejo car· pentier precisaba lo burlesco y lo dramático, presentando a sus per· sonajes tal como los presenta el pueblo . . . desmantelando las deCO" raciones del antiguo estrado y despojando al héroe y a las heroínas de las condolencias sentimentales; estructurándolos acordes con laS

96 Arqueles' Vela en Madrid, 1927

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ATqueles Vela con su heTmano David, 1936 ATqueles Vela según dibujo de Héctor XavieT, 19.1¡8

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variantes de la sociedad, a fin de intronizar en los escenarios uni­versales, la liturgia del espíritu afrocubano como una bifurcación en amalgama. . . de lo ecuménico ...

PITA RODRIGUEZ: CHAMANISTA DEL DIA

Pita Rodríguez era el más singular previsor del tiempo . . . y el original introductor de la moda masculina. . . Cuando canta­

sólo con un traje impermeable, invocaba a las diosas de la llu­. . . cuando contaba sólo con un traje de playa, tramaba exor­

!llliiiil<ls en loor de las diosas del calor. . . cuando contaba con un de lana yuxtapuesta sólo para los inviernos crudos, pronun ... conjuros propicios a las diosas de los hielos. . . y cuando ca­de un traje para la estación del día o de la, noche. . . cons­

_.., ... .,,a. para el advenimiento de las diosas del desnudo ... Jamás se vestía ... jamás se desvestía ... antes de consultar con predicciones meteorológicas. . . y del resultado de los augurios,

el destino del traje que tendría que guardar con un por ciento de interés para los modelos próximos a estar a la . . . Así, su guardarropa era el más singular y el más plural ...

Cuando las carabelas de los antiguos bucaneros no llevaban sus manos los tesoros de América. . . retrasadas por el mal . . . Pita Rodríguez ideaba aventuras con princesas olvida­

ur1me~no.o procedimientos para domeñarlas a la manera de Ber­de Saint-Pierre. . . dejadas en su propia corte con su com­

en cierne ... -Otras veces, desilusionado de la poesía. . . sin princesas que

. . . recordaba en orden alfabético los nombres de sus ante­. multimillonarios, adivinando quién podría heredarle el pri­

. . . o, por lo menos, quién le adelantaría algo a cuenta ... Y al finai terminaba sometiéndose a los ardides del destino ...

su dinamismo era simplemente ideal ... cuanto emprendía cualquier tentativa; al sólo imaginarla ...

daba por realizada, confundiendo la fuerza de la idea con la . . . como si la .Palabra lo pudiera todo ...

.97

Page 51: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

'

. ca chamanista en la vida, se apoderara ct:I De ah1 que .. · un po · arque en donde poma mundo circundante en _un acto de magi:;~ ·elp pan cotidiano, el sue­el pensamiento. · · PO!lla la .~ano· · · p in nin ún sentido de la pro-ño cotidiano Y la m~Jer c?tdldialna ·r·o·pi.sa A~í le veíamos tomar lo

· d la aJena m e a P · · · · · piedad. . . m e · d t . y lo inaccesible fugitivo .. · que estaba a su alcB:nce, se e!l ano .. ~amo si fuera de la comuni­o compartir lo propio Y lo aJeno ...

dad. . . . 1 ía transitaba por elt paisaje Un poco surrealista en ~ poes - ~d~ soñando con un futuro

mentiroso . . . mira_ba c.on el .oJtO e~gan e~~~ un muerto dominado pasado. . . en . rt n resurrección de manantiales que r .

sueno sm ex1s encia. . . . b· 0 que de pronto desp1e a· · ·. e

tan hacia el fondo de !a tierra. . . ular Y lo culto, entre lo Pita Rodríguez oscilaba entre. llo ~p individual y entre lo dra­

pasado y lo presente, entre lo sf~I~e~u~a sin ruedas. . . sin ánge­mático y lo burlesco. . . como

les, sin cintas, de pla~id~z ,de alfo~:r~~~dfmientos lingüísticos. . . su Desvar~ante, asoci~tlvo e~ s~contrar el fondo del infierno ... ~

verso desciende a la tierra .s tro ezarse con la eternidad. . . en ~~­se pierde entre las .nubes sm fn consonanciaas sin estrofas, sin mensiones líricas sm m~surtas, s lo que piensa ... ' a su manera ... orden, diciendo lo que sien e Y

sin descomponer. ~u caos. . . s de su mundo diario. . . los saca· Porque tambien los e~men!~ntía con los bolsillos vacíos. . . se

ba del caos .... En. cuan se ara solventarlas. . . hundía las ma· llenaba de aluc:maciOnes · · · b P · defenderse del ruido de la nos en la faltriquera de! pec 0

· · · pa~~ guarda sus arrabales· · · realidad, escuchando donde su coraz

HERNANDEZ CATA y SU CAUTIVERA .

. 'bl d n verano madrJ· Una de las últimas mAla~anas ::~~~~d:: c:ti nos recibió en el leño el novelista cubano onso .

suntuoso salón del ~od~stul addeo t!~~ fea~~trevistaba a propósito de Mientras un peno Is a

su vida última y de su última novela, yo charlaba con su hija Sara, $Itii sensibil.idad precoz para juzgar al hombre. , . y vislumbran te Inteligencia para juzgar al literato ... , Nunca supe y aún no acierto a deslindar al literato del hombre y al hombre del diplomático, de tal modo se imbricaban en su per­IOnalidad ...

Me parecía que Hernández Catá lo realizaba todo por diletantis,. mo: novelista, diplomático, cautivador. . . y hasta diletante, por di­Jetantismo ...

t Sara me hablaba del hombre, del amigo; tanto que apenas po­dfa Yo entrever al hombre. . . Relataba con tal vehemencia los ar­IUmentos de sus novelas, describiendo las escenas culminantes, de­lineando los personajes, trazando los paisajes, enredando y desenre­dando la complicación sicológica de la intriga que no tuve necesidad de leer nada. . . Aun las obras completas en preparación. . . las co­fJOcí por adelantado ...

-Mi padre ha puesto de moda la novela pasional. . . -Me de­la Sara, recreándose en la ilusión de convivir con los héroes. . . Y las recordaba tan apasionadamente, tan literalmente, tan minucio­l!lllnente que parecían ir y venir. . . amar. . . morirse ...

-Mi padre. ha puesto de moda en la literatura la intriga eróti"' tb ... -Me decía Sara, soñando con los arrebatos sentimenta­l&. . . encarnando la heorína de Los Frutos Acidos. . . y tomán-6alne como su protagonista ... ·t: -Aunque le consideren escritor español porque ha vivido tanto '-npo en Madrid. . . mi padre es el más grande novelista cubano COntemporáneo por los temas de sus libros. . . -Me decía Sara, '-nentando las opiniones de la crítica. :e -Mi padre ha dado a Cuba, con la Mitología de Martí ... una ftaerza para mantener sus ideales. -Me decía Sara, arguyendo que

· IQa Países hispanoamericanos necesitaban de un nuevo mito. . . que llhdara a propulsar los valores de la cultura. ~Ella misma era un mito pasional, una magia erótica, una reali-contenida ...

!~ :N"unca pude admirar a Hernández Catá con mis propios recursos ~Íectuaies o sensibles, sino a través de las exégesis que anudaban ~.titeratp y al hombre ...

/t~-La boca de mi padre parece una fruta ... Me dijo una vez ~- saboreando, alborozada, el recuerdo de las frutas cálidas ... "-....~cas en nuestras tierras ...

99

Page 52: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Así pasaba el tiempo sin que yo pudiera descubrir al verdadero Hernández Catá. . . hasta que un día intenté entrevistarle anun-ciándome por otros conductos.

Esperé una hora, un día, un mes. . . al día siguiente. . . salió a recibirme Sara y me dijo:.

-Mi padre no recibe a nadie. . . ni siquiera a ti. . . porque le tengo encerrado escribiendo su última novela ...

Al cabo del tiempo volví y antes de entrar, Hernández Catá me previno ... ~Le prohibo que siga viendo a Sara. . . porque está enamora-

'da ...

1

MIGUEL ANGEL ASTURIAS: EL EMBOZADO

Desde otros tiempos que no han pasado del todo todavía. . . la· zas indisolubles me unieron a los comienzos de la vida literaria de Miguel Angel Asturias: en una de las primeras clasificaciones de la flora y de la fauna poéticas. . . en ambos y en muchos más ... la critica acuciosa de entonces encontró las raíces de nuestras ramifi· caciones estéticas en el árbol genealógico de Martín Trejas un i!Jl· provisador callejero qué trovaba taiJ.tO a la Luna como a la Consti· tución, a la mujer como a la carestía de la vida ...

Después de la prueba de estos tiempos que apenas empiezan. · · nadie podrá negar -ni la crítica menos acuciosa. . . que el autor de El Señor Presidente ha sobrepasado su tiempo y su espacio· · · y todas las predicciones de los antiguos vates ...

Aquí y allá. . . en cualquier parte. . . nos veíamos poco, de cuando en cuando ... y luego de vernos o de entrevemos allá.·· volvimos a vernos en París, más frecuentemente en La Rotonda Y

en su escondite en las inmediaciones de Montparnasse ... Por aquel tiempo -ni el pasado, ni el presente y acaso ni el ~~­

turo ... - Miguel Angel Asturias estaba en la época de la gestac~oP de sí mismo. . . a la búsqueda de la expresión más difícil. . . ocllll~~ en las propias palabras. . . y vivía como un Gran Señor. . . rodea aS de una mujer que, parecía componerse y descomppnerse en rnucb

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mujeres. . . a la manera de un s. . aoche del Popal Vuh eqmt<? para las mil noches y una

E t b · · · con sus favontas Ixtah 1 h ;, n ra a a su estancia familiar a l , . e xpu ... lana. . . de espaldas. . . para confund~~ pnmeras hor:as de la ína­llo!es creer que apenas salía . a los transeuntes hacién­ratz de pensamiento. . . la p~l~:r,acoi~servaba a flor de labio y a a>mo la de tontos o graciosos de las ea .d.: como su gesto. . . Y ·· N d' · · come 1as ;, a Ie, nmguno, ha comprobad t .... 4ei genjo, como Miguel Angel A ~ ~nto la Idea que tengo acerca ~da de sí mismo ... y sabe muc~o~:~: un h~mbre que no sabe ben todos juntos acerca de uno 1 os. demas ... lo que no sa­nuo llega a ser un maula: Qu~~~d · · Runbmlg~nuo que de tan inge­t.s... o, a e ms, fueron unos mau-

. En cuanto supo que yo d b d me. tomó del brazo; se ech~na aca~~ an?ariego por todas partes ... IIUés de recorrer las calles más d ar J~tamente conmigo Y des'" tanne me condujo hasta los esconoci as de París, para despis­M:onsieur Villeurmoz editor dg~andes. bulevares; me presentó con empleó como demandadero e a revista Par-ís-América~ quien me dar Y andar,. . . · · · ya que gustaba tanto de andar, an-

, . As! pasé ~e trotamundos. . . a tri rte . ~· · Asl conoc1 a Ricardo Güiraldes po ur.- · · ~o: llevándoles pros~ctos y t' a Alfonsma Storni, a César Va­lila libros. · an eproyectos para las ediciones de

Una vez; al verme entrar Y salir e eon grandes paquetes de libros ~m~ muy h_ombre de letras ... tersos Hora y 20 se editaba en p~~: - ar ?s. P:lhcer, cuya obra de ~ d:l estridentismo, dijo: '/.S Amertca~ recordando los tiem-

de -¿Sabe usted, señor Villeurmoz · · · nuestros escritore . . ' _a q~Ien tiene de mozo? A una ~ · s JOVenes· · · mas discutido .c..n seguida Monsieur Villeurmoz .. s ...

:- de encomendarme la encomiend:~ ~a:i,biO de trabajo: en lu-corre~ción de pruebas. . . e 1 ro· · · me encomendó

~leo M?nsieur Villeurmoz se disgustó conm. t..... Pilar en una Antología 1 Igo · · · cuando le propuse ._. . . . . . os peores versos de los mejores poe-

~ ti, "';:

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Page 53: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

OARDOZA Y ARAGON: OONTEMPORANEO

. Varias veces me apartó de u . \ Modigliani ... de una vida baj na -;:.da a la intemperie, como la d~

El Abate de Mendoza me preséntó a Luis Cardoza y Aragón, autor de Luna Park y de Maestrom: obras que yo había leído en México, a la ocasión y antes de emprender mis viajes al mundo de

los libros viejos ... Ruffo --compañero de galeras. . . en El Universal Ilustrado-quien me precedió en las incursiones periodísticas a Madrid y a París; conversando cierta vez a propósito de la literatura de van·

guardia, me dijo: -Así como tú opinas que la música de Ponce es una gretchen . .. bien vestida de mexicana. . . parodiando, yo pienso que la poesía de Cardoza y Aragón es una midinette. . . en camisa. . . de fuerza ...

En mis años mozos -tan apasionados como los actuales- de· fendí la poesía de vanguardia, temperamentalmente, contradiciendo a Ruffo; demostrándole que apenas balbuceaba el abecedario de la literatura. . . y sus deletreos metafóricos aludían a un antiguo elo· gio. . . puesto que aún se trata de la insania de Esquilo, Lucrecio, Bernatz de Ventadorn, Nerval, Apollinaire ... y a un nuevo elo· gio. . . ya que Rubén Daría confesaba que la poesía es una camisa

férrea ... Entonces pensé que Ruffo acaso quiso explicar que la poesía de Luis Cardoza y Aragón -a la manera de nuestro tiempo- se des· pojaba de las vestiduras clásicas, de los atavíos romántico y JllO"" dernista. . . y, prescindiendo de las colgaduras parnasianas o de loS jirones proletarios. . . descuidaba el atuendo exterior. . . o, tal vel quiso insinuar que la poesía de Luis Cardoza y Aragón no se ador· naba con el traje común y corriente. . . desconcertando aun a la elite ... ya que en México las modas literarias se travestían con un gran retraso . . . . No obstante las tildes de vesania. . . o, acaso por ellas ... 1n· timé pronto con Luis Cardoza y Aragón, eh París, supuesto que tanto la locura como la cordura. . . pueden devenir igualmente pe-

fastas. . . si no se dominan ... Inmediatamente, al llegar me puso al día de los últimos libr05

' al mediodía de los últimos menús de viandas y de vinos, a la pO' che plena de las últimas aventuras. . . Sobre todo, me descubrió mundo de las sensaciones plásticas ...

A Luis Cardoza y Aragón debo mucho de lo que sólo puede se a simple vista. . . y de lo que sólo se percibe oculto ...

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mond. . . · 0 cu Ierta, como la del Abate Bre-:

Aunque no creo en el destino . y C~rdoz~ y Aragón se inter us~ . . no deJo de_ creer en el azar ... nos Idenbficamós sin corta . p entre _el destmo Y el azar. . . Así

E M· · . pisas en Par1s n exico, diferencias ideoi. . ...

Pasado el tiempo reco ogicas nos distanciaron. zón nazco que Cardoza y A ·

· · · aunque yo tuviera el senti i ragon tenía ra-de los· contemporáneos y de los e::~·. · · a propósito del grupo

Ahora que las pers cti bstas ... siento que Luis Cardoz~ y ~~as~ traslucen entre las sombras en el mundo ilusorio. . . gon estaba en la realidad. . . Y y~,

Cardoza Y Aragón vivió en P . yo, como un vagabundo ans como un Príncipe Maya ...

. Mi~ desavenencias co~· ·aquellas b . produJeron siempre sinsabores. . . nznas de su pensamiento me

bien lo claro y preciso de mis s at. y. Aragon haya dilucidado en 1m1entos ... tam T~! vez con el tiempo, Luis Cardoz .

ORTEGA: PERIODISMO TRASFONDO

111" Aun desde antes. . . nadie nin . ..;:m?· .. Jamás se aventuró~ rev~¡mo osaba nombrarle ... ni él . • nciO como una consigna o un con ~~r~u n?~bre. . . mantenido en

Cuando en las convers . . J magico ... taba . ac10nes Y citas lit · · la precisar el conjunto de son"d . eranas, algmen inten-lil-elaxpectación era tanta que lo 1 ~s que Sirven para designarle o:,au • • · s c1rcunsta t · · · · '-1 ~Ion de una promesa milenari n es parecmn esperar la

~.terioso pacto de nomenclatU:,;; ctt';;erosos de contravenir do mscnbirle en la nómina er ra as ... loso como redactor, la Administr~ci:.anente. de El Universal Ilustra-llotn.~ de los trámites burocráticos , 1 el C~J~ro Y los empleados, ce-

re. . . sin c;!uyo requisito no po' ~.exigierof! que denotara su mn cubn.rle sus sueldos ...

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Page 54: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

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no obstante Ortega prefirió perder las primeras remuneraciones a sus trabajo~ periodísticos . . . a descubrir el exorcismo de sus aguas bautismales ... Cuando, al fin, encontró la primera mujer displ!esta a con-fundir su destino con hechos sentimentales. . . apremmdo por los protocolos y convencionalismos de la retórica social: tener que dar un apellido a la dama de su compañía. . . Ortega prefirió deshacer el enlace. . . a escribir su nombre completo en los machotes del Registro Civil. . . como si dilucidarlo del todo signifi~ara e~tregar al vulgo los signos de su arcano. . . quedando sometido asi, a los vaivenes de los ritos cotidianos . . . . .

Al solicitar su pasaporte en la Secretaría. de RelaciOnes Exterio-res· como le exigieran entre los requisitos ineludibles asentar su no~bre con apellidos paterno y materno, a fin de ~xtenderle el documento de rigor para viajar sin sos~echas adua~ales. . . Ortega prefirió pedir a Genaro Estrada un acuerdo especml para que le otorgaran un salvoconducto con la palabra única que encierra el secreto de sus antepasados. . . . . .

Cuando visitó a Blanco Fombona, Director de la Editorial Am~-rica; como le propusiera ~1 gran polemista concertar una nueva ed~­ción de Lascas de Díaz Mirón, mejor presentada que la de la Edt· torial Olimpo;' en los momentos de firmar el contrato. . . Ortega prescindió del honor de escribir sobre el bardo de Veracruz ... a estampar su nombre legal. . . con designios jurídicos. . . .

Al invitarle a prolongar la primera edición de Los de AbaJO: de Azuela -editado por gestiones suya8--' conminándole el edit~r Pumarega a que firmara el exordio con su nombre de pila. . . a ~~n de evitar confusiones con un homónimo literario. . . Ortega ad~¡r· tió que prefería que la novela de la Revolución Mexicana apareciera sin prólogo. . . a divulgar su patron~n:ico integral: . . . , ¡.

Cuando compareció ante los serviCIOS de Invesbgac10n de la D. rección General de Seguridad, de Madrid, por sospechoso de c?nsP; ración republicana, en tiempos de la dictadura de Primo de R1ver ' como le obligaran a declarar su nombre ,con todas sus letras.·~ Ortega prefirió que le tildaran de anonimato frustrado. . . a cla\1 dicar de su empecinada decisión de sostener ocluído su nomb~e

1 . t l' neta gramatical. . . exponiéndose a que los agentes de a m e ¡ge er· gubernamental dijeran que por algo . . . ocultaba parte de su P sona . . . , . , . lOS

Quienes entonces le tratabamos como am1gos umcos -entre

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pocos: dos o uno, Osear Leblanc- le demostramos que la forma ele­mental de la le,?-ltad consistía en desconocer su nombre íntegro ... conservando asi el halo sobrenatural que emanaba de la ocultación de su nombre ... ·' En su adol~sce!lcia, que nunca provino de su niñez. . . en su juventud, que Jam_as culminó en años mozos. . . a través de todos los hechos d~ su VI_da! ~n los comienzos de su acervo violento, como 1! de cualqu_I~r p_rmcipio. . . Ortega pasó por su trayectoria como }IOr un ca~leJon sm entradas y sin salidas. . . a lo largo y estrecho de sus vaivenes ...

Cuando al azar alguien se tropezaba con sus pasos, le veía ca­Ulinar en fuga, como perseguido por el montón de gente. . . en­eprvado, postergado, abatido por un peso milenario que gravitaba IOb~ su cuerpo y sobre su alma. . . doblegándolos hasta la suge­~Cl8: de q~e no al_canzaba aún la primera condición del hombre, en a prestancia vertical. . . como si hubiera perdido el eslabón per-41do ... t!. Parecía un prófugo de su propio anatema un desvalido un ase­la~o, un acechado. . . Huía de las multitud~s y de la sol~dad, in­Cistintamen~e. . . semejante a un converso de renegado. . . a un ;abundo sm tregua. . . a un señalado . . . agobiado por inmarce.­.á~s. ~esadumbres y dictámenes sin nombre. . . como su personali-

' Evadi~o de la _f?rtuna i~mediata, se apartaba del convivía so-: como Sl el. bulhc10 :~ten?r da~a:~ su silencio íntimo, desvián­tens· ?e su destino en exl110, sm pos1bllidades de intensidad y de ex-

Ion... , ij.¡ Huraño· · · :r:o ob~tante, en circunstancias frecuentes, era' jo~ 'it Y hastll: d:c1dor, JUgador de ~alabras ~ _aún de hechos ... ~~n los mcidentes. de la c?rrient_e co~1dmna, establecía nexos ta Itos en con~ersac10nes cas1 confidenciales. . . siempre que se .,::ra ~e ~lg~Ien como una mujer desconocida. . . con quien con­trae en mbm1dades. . . como con una antigua amiga. . . exponién­~· a g~nar o perder algo diario de la vida diaria ... eles ~gemo:oo, con acentos de acuidad; buen hablante, creaba gran" ~~, Eimpati~s, a veces,. como otras, gr~ndes antipatías. • n ocasiOnes excesivamente reflexivo o excesivamente irrefle­~ · · se pasa_ba de los cinco sentidos o carecía del más común ...

llll.. or sus am~~os era capaz de cualquier cosa. . . y por sus ene-~os ... tamb1en...

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Page 55: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

No sabía distinguir entre la noche y el día, entre la gentileza y la obligación. . . entre la lealtad y la sumisión. . . entre ef deber y la necesidad. . . entre la amistad y el compromiso ...

Pródigo, daba y quitaba a manos llenas ... A su regreso de Europa modificó su concepción de la vida, de

la lealtad, de la amistad, del deber, olvidando todo su pasado. . . ' y proyectándose sólo en su tiempo propio. . . aun en el espacio de los demás ...

Se irguió sobre una nueva prestancia, tanto en el sentido físi­co como en el sentido síquico. . . a la manera griega del feudalis­mo arcaico y del renacimie11to de Pericles, respectivamente ...

· Ha militado en la política; sin colindar con las contingencias de los avatares de la política ...

Ha consentido con sus antiguas disenciones ... Lo ha hecho todo . . . lo ha dicho todo. . . menos su nombre ... En la historia del periodísmo nacional se yerguen, entre todas

las grandes figuras de mi tiempo, dos grandes figuras de las letras rotativas: Regino Hernández Llergo y Gregario Ortega. Hernández Llergo conmovió a: todos los ámbitos políticos con su reportazg? sobre Pancho Villa . . . y Ortega estremeció a todos los ámbitos li· terarios con su entrevista con Francisco A. de !caza. . . .

Ortega estremeció en su tiempo -tiempo de México: paralelo ll· terario del periodismo- con sus entrevistas y entredichos. : . Des· pués de una charla íntima con Andrés Segovia, ?rtega revel~ ~ vue· la máquina ... que Tórtola Valencia -Musa Gitana de Em~l10 Ca· rrereno había danzado desnuda. . . en una noche Walpurg1s o de Val purga. . . una danza medieval, saliendo de las tumbas. . . corno Afrodita de la espuma del mar. . . .

Simultáneamente a la destrucción de la leyenda de la Clavenma de Triana. . . Ortega creó la mitología de Issa Marcué, trazando como con una pauta de músicas, la coreografía de su~ p!es .. · la gesticología de su imagen. . . la genealogía de sus mov1m1ento_s · · · la plástica de su cuerpo, en exégesis análogas a las de Gornez Carrillo en loor de Raquel Meller, desenvolviendo la ánima ferne· nina, todavía escolar. . . hasta paramentada de un candor eru· dito. . . r· . En su República de kls Letras -crónicas que servirán a la a queología literaria para reconstruir la sensibilidad y el pen.samiento de época- Ortega descubrió a letrados e iletrados, confidentes u: infidentes. . . escondidos y ostentosos. . . nobles y plebeyos. . . r

106

rales y citadinos; encubrió al mal y al bien. . . confundiendo al bien con el mejor. . . subiendo a algunos al cenit y bajando a otros al nadir ...

Hurgó en el fondo de las almas, develando su mundo interno ... a veces, como quien las lava, las pone a secar al sol. . . y las plan­cha en todas formas. . . haciéndolas esperar en larga espera su día de gloria eterna. . . pintiparándolas o poniéndolas de cabeza ... invistiéndolas de cualidades que no tenían o despojándolas de carac­teres intrínsecos. . .

Su estilo, incisivo, profundo, extraía de lo recóndito de la rea­lidad -aparente o comprobable- el secreto de la vida, con un humor acre, y lo pregonaba a los cuatro vientos, desafiando lastres en equilibrio o desequilibrio de su bagage literario . . . en su ten­tativa de presentar a hombre y dioses de las artes y de las letras, en pijama. . . con sus grandezas y sus insignificancias ... , Su pluma fue de las más temidas y más evaluadas -buscada y rebuscada- como -un documento de lo irrevelable, de lo indecible, 4e lo inaudito e insólito, a búsqueda de página en los hebdomedía­ños de mayor circulación; también por su veracidad, por su recti­tud y por su sensacionalismo: ei color local y universal del perio­dismo en todos los tiempos y en todos los estilos. . En cuanto se acercaba a los personajes célebres de época -con au estilete periodístico- antes de sujetarse al interrogatorio rigo­foso. . . se aprestaban a rectificar su pensamiento . . . como quien COnfeccionando de antemano las erratas notables de la improvisa­~ón. . . intuyera que lo dicho quedaría en entredicho ... ··~ Vio lo que nadie veía y dijo lo que nadie decía. . . Elevó y de­fri,bó cumbres, en las letras y en la política; detrás, en medio y más ·flá de las bambalinas. . . de los género¡;¡ chicos y grandes ...

.

·t·.'; .~s opini?nes en voz baja, las críticas vertidas en los corrillos . shcos y literarios, los comentarios en solapa, los decires y aun : silencios que dilucidaran algo oculto, se hicieron del dominio · .. ,, lico, a través de sus argucias periodísticas creadoras de un sen-Yfcionalismo singular. . . ' ·¡, Eludían su trato ... pero le buscaban para que interpretara, en ·~ indiscreciones. . . el pensamiento de todos. . . con palabras que ,wnguno osaba poner en letras de imprenta. . . para que revelara el ··ten_ .... ·.· samiento de todos. . . que no encontraba todavía sus palabras .,..ra esclarecerlo ...

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Si no hubiera sido, si no fuera periodista,, hubiera sido novelis-ta, cuentista, ensayista. .

Sus ensayos quedarán en el arsenal de la crítica como documen. tos vívidos de la época para precisar el valor de los valores de su ' . . tiempo y situarlos en sus JUStas proporciOnes.

Si no fuera un periodista, hubiera sido un político no sólo en la teoría sino en la acción misma de su pensamiento, plasmado en he­chos útiles a la patria. . . Pero para bien del periodismo nacional, ha querido permanecer en las lides de los acontecimientos semana­rios para señalar el vial del país, tan claro en sus columnas ...

La plenitud creadora le sorprende a casi medio siglo de labor, haciendo útil y permanente lo fugitivo de los hechos diarios, sinteti­zados cada semana, proyectándolos para el futuro, cada ~nstante ...

Tuvo en su palabra escrita el destino de muchos hombres y de muchas mujeres célebres ... Nada le ha ofuscado ... ni siquiera el destello de gloria que ha vislumbrado a través de una vida con­sagrada a buscar la gran noticia en la literatura, en el arte, en la política, en la vida ...

Modelando la buena nueva de su tiempo . . . se ha quedado como siempre. . . con la Qiej9r noticia inédita. . . la de su propia vida.

MAXIMO GORKI EN LA UNIVERSIDAD

El más grande autodidacta de la vida y de las letras, _el m~ grande vagabundo de todos los tiempos y de todos los camu~o~, e más grande universitario de las plazas públicas. . . ha sido MáXllll0

Gorki. . . agitador de la propia vida agitada y dramátic~, a~qu~ nunca trágica. . . A los seis años era feliz porque no sab1a ll1 lee ni escribir; y desdichado, porque perdió a su padre y tuvo que tra· bajar desde edad temprana en múltiples aventuras, porque e~t~nc~! --como en muchos países actualmente- el trabajo consbtUI~ n· más arriesgada de las aventuras. . . vendedor ambulante, estudia

0 te ambulante marinero ambulante, zapatero ambulante, panader s ambulante ... ' Deambulando conoció y se solidarizó con las clase

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en Europa y América. Revolucionario fraguado en realidad de las desdichas diarias, sumó sus ideas reivindicantes movimiento de 1917. También, vagabundo de las ideas, en 1923

· apartó de la militancia. . . hasta que, tiempo después, se recen­consigo mismo. . . con los vagabundos, ladrones, mendigos, bandistas y con los perdidos o extraviados. . . gente sabia y

al contrario de lo que opinó entonces la crítica;· en lügar de •·hOJnbres, representan pro-hombres. . . ejemplos de la supervi­

humana ... Los personajes de sus cuentos, novelas, dramas, constitüyen una

-·~•i:l.l:JLIJJ de sus experiencias. El hombre puro se debate escondí­en los bajos fondos, en las cárceles y aun en los manicomios .. : A los treinta años conquistaba con su propia historia, que era

historia de los menesterosos . . . la gloria literaria y el éxito edi­más grande en lengua rusa: un tiraje de cien mil ejempla-

Su obra es tendenciosa como la vida, esporcidicamente racional Su estilo, directo, proviene siempre de una equivalen-

de la palabra con lo que siente y piensa. Si su pensamiento es el estilo es sencillo; si su pensamiento es complicado, su

es complicado; pero siempre comunicativo y expresivo y de entender hasta el fondo, como los ríos anchurosos y cla­

. . . tranquilo a veces y a veces, tumultuoso y proceloso. . . has-en la lucha con los océanos sociales ... En un descanso de mi vida, tan vagabunda como la de sus

es sin descanso. . . le encontré a la orilla del mar, en Ita­... tierra de su predilección para aliviar las dolencias provoca-

por el aire enrarecido dé su tiempo ... . Allá. . . en un instante de sus reéuerdos, me dijo: en francés ... · yo todavía no sabía ruso y él ya había olvidado el español: ; - ... yo. . . nunca he sentido mucha alegría en la vida. . . a

de todo. . . los sufrimientos, las amarguras, me parecen siem­casualidades y no constantes del destino ... Así, los impulsos y alicientes para enaltecer la existencia hu­

los tomó siempre Gorki de las contradicciones y de las es­escondidas en las miserias de la realidad. . . De ahí que

personajes tuvieran más vigor y estancia que los débiles y caracteres idealizados por el tiempo gris de la literatura

en los albores de la Revolución de Octubre ...

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Page 57: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

T AGORE: FANTASMA DEL IDE.ALISMO

En aquellos tiempos -tiempos de mi adolescencia literaria­admiraba a Tagore con fervor legepdario- como se admira aun en la adolescencia a las manzanas de oro de las Hespérides, al Judío Errante y al árbol que canta. . . Admiraba más bien al Tagore de mi imaginación que al hombre común y corriente, singular sólo por la vestimenta ...

Le admiraba cuando yo no entendía nada de política, de naciona-lidad, de opresión social, de imperialismo; le admiraba creyendo en la leyenda de los pájaros salvajes que descendían hasta sus ma­nos a comer las semillas de su heredad, llevando después a las sel­vas el evangelio: Todo os será dado por añadidura ...

Le identificaba con los héroes humildes de la leyenda dorada Y aun con San Francisco de Asís. . . poseedor de los secretos natura­les de la naturaleza y los secretos sobrenaturales del hombre ... Creía en su peregrinar misionero como el de Aladino, como el de los vagabundos que andan por andar, andando ...

Pero un mal día, al conocerle en París, supe que no era la man· zana de oro sino la de la discordia. . . la que traía en sus alfar· ' . jas; que no erraba por el mundo por ~a _alegr~a d: andar, Slf!? .con lUla misión pacifista en pro del colomahsmo mgles. . . los vmt1cos pagados para un viaje redondo alrededor del mundo. . . y que los pájaros salvajes bajaban hasta sus manos como las palomas de la Plaza de San Marcos, en Venecia, a las ma~os de todos los tu·

ristas... . Supe que condenaba la actitud de Ghandi. . . y que no tenJa

ninguna opinión sobre la India. . . negándose a comentar los acon­tecimimentos políticos de su país, precursores de la libertad .. ·

Toqué su túnica · de seda de Damasco . . . en vez de sayal de amargura. . . Escuché su voz antigua, milenaria, predicando las re­nunciaciones. . . Vi sus ojos color de agua II).Uerta. . . que no que-rían ver la realidad inmediata ...

Frente a su inmovilidad, una sensación de cataclismo deva~~a~~ mi párvulo fervor. Solos, en la habitación, mi pequeñez se stnti

0

excesiva al lado de su grandeza ... Pensé que la estancia quedaba vacía con su inmensidad y su mundo se llenaba de ese vacío·: · Me pareció entonces el apóstal del nirvana, el profeta de la qUie-tud, el peregrino del silencio . . . 1·

Sin embargo, su teoría contraria a la renunciación ascética, exa

110

la ~artici~a~ión del hombre en los hechos del convivía huma­y D10s ex1sba tanto en .las faenas ásperas del trabajo ca­en la dulcedumbre femenma. . . identificable sólo mediante el

• Gitan~iliJ La Luna Creciente_, El Jardinero, Los Pájaros Perdi­conben~n. _los fundamentos de su filosofía, válida únicamente

la propos1e10n de sus metáforas y enigmas. Una es la acción del hombre en sus dramas La Ofr·enda M z· · t .. - , a ~m,

• illl·V&H , Y o ra su acc10n de hombre en el drama de la existen-

raíc~s que venían desde el fondo del pasado al dar su flor fruto, mtentaron conciliar la antigua sabidurí~ hindú con el

moderno... ' .,'ll., ..... ua:uulu su ~oz había encontrado eco en todos los ámbitos de los

"""·.rt-h-~-socmles. _contemporáneos, su pen,samiento se sustrae a en acc10n Y su palabra se niega a devenir pensamien-

le dejé, !n~c~e~ib~e, e~ sus ~egiones místicas; universal, sin .• hmdu sm orientalismos. . . como un fantasma del

como un upanishad del Occidente ...

DE SILENCIO CON RABINDRAN ATH TAGORE

_allá, en el fondo, una voz como suspendida en el dintel puerta:

audiencia se ha terminado! murmullo de meeting religioso circundó el salón, disper­. luego por entre los circunstantes.

. tiempo perdido volvía a caer de cuando en cuando tal una mconi?-ensu:able sobre el silencio cortado a pique. : .

mme~mtamente después; el murmullo se fue evadiendo de su p1sta, enredado en sus rastros ...

permanecí con la misma inquietud. Voz idéntica; descendida un poco, poco a poco, como si des­

--de 3 en 3- una escalinata de peldaños ubicados --cada

111

Page 58: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

uno cada vez más- hacia un fondo más oséuro aún, aclara en tono de salmo:

-¡Hoy no es un día para Jos periodistas! -Yo no soy periodista ... -¿Entonces? .. . -Peregrino .. . -¿Peregrino? - ... peregrino ... de tierras sin descubrir ... vengo de los ba-

rrios del cielo . . . -¿Speake inglish -Oui. . . Es decir, YES. . . el indispensable para no pregun-

tar nada. . . N o se debe preguntar nada, nunca ... Una periodista chilena -la única audaz- sonrí: ?esde la ant~­

sala, sola, por haber interrogado a Tagore, a proposlto de la acti· tud de Ghandi, en la India.

-El maestro no tiene opinión sobre la India. . . -contesta al· guíen, cortando toda insinuación.

Un poeta sin límites terrestres ignora las f:onteras de la~ pa· labras. En Oxford, como en los bosques salvaJes, su pensamiento elimina todo acento extraño. . . ·

-. . . además . . . es inútil intentar la comprensión recípr~c~. Cualquier idioma es inservible. No hay sino diccionarios de sinoni· mos. Deseo, tan sólo, verle. Escucharle ...

-Comprendo su curiosidad. . . Comprendo, perfectamente. En realidad, mi presencia es casi infantil. Le he visto evocando las estampas imaginadas en los relatos

nocturnos de l~s consejas; mudo y tembloroso, como ante un !an· tasma de las noches místicas. La gran túnica de un color de tiem· po bíblico, hace imperceptible el ritmo in!er~or; la mirada de agua de la Samaritana y la voz de las renunciaciOnes ...

Frente a su inmovilidad una sensación de cataclismo devasta ' . d . 1 p~ las perspectivas. La habitación se vacm, el mun o se vacm, os .

samientos atraen y acrecientan el s~moun. -El está, solo, en mediO de todo lo que ya no existe; de pie, apostólico -un apóstol no se sienta jamás- activo en la huelga de brazos caídos; ajetreado en la quietud . . . . . . te

Yo también comprendo mi curiosidad. Le exammo, de la fr_en desierta, a las sandalias retentivas del rumor de todos los ~amlll;~:

Triste alegría la de su sonrisa, ya en el tramonto . . . SI es S

112

risa la suya y si ha sonreído a los ojos de la muchacha que me acompaña, tal en los sonetos de Petrarca ...

Cual).do levanta la mano, en un signo de lontananza y se va por un claro extravío, un e$tallido de risas infantiles me retrotrae a la vida ...

París, 1930. Revista de Revistas

.México, D.F., noviembre 23 de 1930

UNA SOBREMESA CON LUIGI PIRANDELLO

. .. al día siguiente le encontré en su rincón de los otros días, Inclinado sobre su actitud arrogante de siempre ...

Es muy sencillo verle ... Sin volver del todo la mirada, percibimos su figura en cuarto

menguante; de la antena auricular derecha, al extremo izquierdo de los labios entreabiertos, tal por una sensación de haber probado el agua del desierto. . . Un ojo al infinito guiñado y el otro ocul­tando la clarividencia del juego tramoyista de la vida, sorprendido desde el subsuelo.

Las manos fuertes y cordiales, una y otra también --cada una en su lado, respectivamente- como queriendo tocar la realidad ... Y, luego, en la penumbra de una casi no timidez, sino desilusionada Indiferencia de aproximarse, apenas perceptible. . . El en sí mis­mo, accesible y afectuoso; emplazando sobre un recio optimismo.

Volviendo los ojos un poco más hacia cualquiera de ambos la­dos, su figura se ilumina -al cerrarlos- en la tangente del eclip­le, exprofesa para un "close-up". La frente equidistante a sus pen­lamientos y la boca más insaciable aún. ·. A la izquierda, el escritor portuguésitaliano, Mario da Silva, Y a la derecha y en torno, sus manos efusivas a todo contacto ami­&able.

Los invitados surgen súbitamente alrededor de su sobremesa, htvariable en el restaurante italiano, irrupto en la confluencia de las calles Luther, Kleister y Nettelbeck; encallejonadas en el bulli­Cio berlinés.

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Page 59: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

De las mesas lejanas las salutaciones coinciden en sucederse una después de otra, intercaladas de u~ sordo murmullo. ~~ todas las esquinas del mundo viene algo as1 como un I?a~ro~mano. Un rumor de festival se va acercando en avalanchas disciplmadas y se desborda ai contacto de las conversaciones, dispersas por una batu­ta oscilante tal la aguja de los vientos.

De cuando en cuando el silencio y hasta una sonrisa de mujer. ... estoy en medio de la charla, sin saber cómo. . . acaso por

una casualidad, expuesto a su benevolencia. El bullicio nos arrincona aún más, al interior. Nos aleja a tra-

vés de un corredor estrecho y tacteante. Al fondo, una pequeña escalera de peldaños irregulares, sube y baja s~n ~nc.ontr~r el piso y luego, al final, aislados, en plena controversia mdi~cutlble, toda palabra intenta más bien hacerse pensamiento y nos mstalamos en una vaivenible inmovilidad ...

-¿Prefiere usted que hablemos alemán? -pregunta alguien, abriendo un clarp en las conversaciones.

- ... prefiero el espaflol -contesta Pirandello, en italiano .. -¡Ah. . . el Messico. . . -evoca, sin evocar nada. . . m1 d1a

iré ... -'-- ... un día. . . cualquier día. . . pero cuando aún le admire-

mos Hace 7 años un compañero de nuestros entusiasmos juveniles. _:_Júbilo -es~ribía un artículo sobre "Seis Personajes en bus­

ca de Autor", antes que la resonancia del triunfo europeo repercu-tiera en América.

-¡Hace 7 años ... ! . Pirandello evoca, entonces, algo apenas perceptible en sus OJOS

entreabiertos a otros tiempos y deja de escuchar unos instantes. Sus miradas caen al fondo y se hunden en un pequeño remolino que se va agudizando hasta convertirse en una gota incesante. De pronto la realidad viene a sus manos, inmóviles sobre la mesa.

- .' .. voy a América, país joven de hombres. jóvenes, En Euro~ pa el único joven es Bernard Shaw. . . En !taha, no obstante, ~o es~ritores hacen uso de una absoluta libertad. Estamos en el d1ll· tel de una época de un primitivismo -singular, aclaremos.

Pasa un momento que destruye toda reminiscencia. Un tiempo nuevo viene. , . Pirandello se ha despojado de su excesiva personalidad drarna·

tica, para captar esta otra -excesiva y fue:te, también- imper· sonalidad. Es tan sólo la atmósfera, el ambiente.

114

. Crea lá. situación de tal manera, que el diálogo surge y se urde S?!o, en la escena; desenvuelta y resuelta a través de la improvisa­CIOIJ. d_e los actores. Son éstos los, que encuentran su vocabulario. y ~omphcan el argumento, conducidos por el tema del autor. La rea­lidad es, ~ntonces, la verdadera, tal l9- vida qiaria; súbita a cada· ins~ante, mesperada. Los intérpretes están investido~ de su perso­nal).dad en ~1 ~eatro, como nosotros en la vida, a expensas del más o m:no§i proxn~o. . . Estudian. su pape.l, preparándose para lo im~ previsto Y lo viven así, taJ en O di uno o d~ nessuno} última obra del gran dramaturgo, estrenada en Berlín. , · E~ bus:a de este teatro moderno -precursor, iniciador, el gran Rai_?on Gomez de la Serna, con su Teatro en Soledad, en donde está !odo lo que hoy se llaJ?a pirandellismo- Pirandello ha querido: no solo llevar la real realidad a la escena, sino retrotraerla, como en su Lazzaro} drama de alta tensión ibseniana.

Y, después, nada. El mismo ruido. El restaurante se ha vuelto una plaza pública y cualquiera puede entrar o salir, sin decir has­ta luego ...

Berlín, 1931. Jueves de Excelsior

México (1931)

~LTIMA ''ENTRECHARLA}} CON PIRANDELLO

· El autor ~e ~eis Perso'!l'ajes, al lado de los seres más queridos, !Jl un bello rmcon de !taha, escribe aún. 1 A~tes de todo diré que Pirandello estaba muy preocupado y ;:rndo, cuando 1: e~contré .... porque n~ hallaba una baraja ita­. a -en aquel rmcon de !taha- para Jugar a las cartas. . . El m aut~r de "Seis Personajes", es, también, un gran jugador de Jid COp?ne , pero, ~unque se esfuerce tanto en "en~retener" su acti­ii·ad, aunque ~mera descansar en estas vacaciones, al lado de sus ~os, de sus hiJ~, de sus ~ernos, de sus· nueras, de sus nietos ... , lliez andello trabaJa, en reahdad hasta 6 y 7 horas diarias en una

a angular de la casa de campo, sobre su "mar natal'; . .'. sici~

115 •

Page 60: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

liana. No gusta de hablar de las· obras en que trabaja. Cuando se le interroga responde con aforismos a propósito de su juego de car­tas preferido, el "scapone", especulando "científicamente" sobre di­cho "juego científico", al lado de su contrincante Massimo Bontem­pelli y su compañero de butaca en la Academia.

- ... el "scopone" -dice- es un juego de gran estilo: exige un arte tranquilo del contrapunto, el cual, por ejemplo: el tumul­tuoso Hugo o el bárbaro Wagner, no hubieran podido alcanzar ja­más. . . Platón, Palestrina, Monteverdi, Holand de Lassus, etc., se hubiesen encontrado muy confortables, jugando al "scopone"; en cuanto a Shakespeare, sin duda hubiera preferido la "brisca", es­forzándose, desde luego, ert hacer trampa; no así, Leopardi, exce-lente, indudablemente, para ·el "solitario".

-¿Y Dante? -¡Oh! Dante, la batalla que hubiese armado al primer "contra-

punto" perdido ... Mientras juega, barajando las cartas y sus escrúpulos, termina

por confesar y admitir. -Soy un jugador de "scopone" que, en espera de la hora de la partida, para matar el tiempo, hace también y escribe, dramas Y

novelas. Una de sus últimas obras que veremos próximamente, es el drama: Encontrarse, destinado a la artista Marta Abba y con· cluido en estos días. Es la historia de un comediante joven que se rehusa a todas las seducciones del mundo que la rodea. Se ha con· servado siempre pura; o' más bien, ha renunciado siempre a vivir su vida de mujer para no conocer sino aquella de las heroínas del teatro: Julieta, Margarita, Juddith, Nora, etc., hasta que un día, al encontrar un hombre sano y simple, extraño al arte, descubre la existencia de otra vida -su propia vida- y entonces le es nece· sario "encontrarse" ella misma.

Pero la obra capital de Pirandello y de cuya factura habla al público, por la primera vez, es la siguiente: Cuando uno es a1· guien; la destinará a Ruggero Ruggeri y su héroe es un hombre célebre: un escritor llegado a la plena madurez y, también, a la de­clinación. El drama de este artista consiste en la oposición entre la imagen que la admiración del público y de los críticos se hace de él y las aspiraciones nuevas, secretas e inquietas de su ali11

3

ansiosa. Mientras que los otros contemplan, en su fisonomía de a.r· tista, las líneas ya realizadas, definitivas y en lo futuro, inmóviles;

116

él, al contrario, experimenta d . . . las fórmulas, de renovarse d~devese_o Ihrresistible de evadirse de afRO. ' emr umana Y artísticamente·

Esta evasión tan deseada 1 f ' jer joven, deparada de pront;epoa ~ rece el ~ncuentro de una mu-les hace aproximar'se el uno al ~ as ~a~uahdades de la vida que parásitos Y de admiradores cel~s~~·. o ~~do de una familia de eXperimenta, más que nunc~ a .guar mnes de su "imagen"· inquieta, el deseo de una segun~o?tacto de aquella mujer joven ~ E,Cribe una obra extremadamenteJ~v~;tud. y con. un ~seudónimo, ~ende el campo de batalla en el va, re~?luciOnaria, que en­VJSlum.bran su poeta y le oponen ena::e· _Los Joyenes se exaltan y tro maduro "sobrepasado" Un d ~Ida, funosamente, al maes­pués de una serie de vicisltude: ~:b:ol~r~ tragedia estalla -des­acre y grotesco,_ cuando lo . . a ~s que toman un sabor el poeta incógnito no es sino se/~':'e~e~, admiradores descubren que

H ah" 1 IeJo maestro" - e I, a gloria ...,...agrega Pirandello- 1 . .

hombre, treinta años más tarde hab· .f. a glona a la cual el fundas de su vida. . . ' Ia sacn Icado las razones pro-

;: Así entre imágenes potente 1 lbarino, Pirandello confiesa, al f~ny ~a abr~~ graves;. en su retiro ~ Y su voz cortante tan cono .' .s poesia. co? ardiente elocuen-tftcrucij~d~ de la tragedia ha pe~~fra~o~~ amigos; hasta allá, la · ~us ultimas palabras son precedidas d . . la VIda patriarcal, de ritos inocentes y cot·~· un s~l;.nciO acogedo~ a r las Buenas Noches" de sus hi" d I la~.os. los Buenos D1as .J. JOS, e sus hiJaS, de sus nietos ...

\-1:

~S MEMORIAS DE D' ANNUNZIO

~ · · Un editor american f · · · labriel D' Ann . o o recto recientemente 50 000 dólares a • sus Memor~aszio, por los derechos exclusivos de la publicación

"' El . ~ gran escritor italiano, héroe de la "fiumée" d Guerra, ha rehusado; no los cincuenta mil dói~;és, ~~~t: ~:

Page 61: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

recordación de sus Memorias, olvidadas ya en las mejores páginas de su obra, reflejo directo de las mejores páginas de su vida ... Uno traslada siempre a la literatura -con la esperanza de la perdu-

c rabilidad- lo urgente de olvidar y efímero. en la viudez cuotidia­na ... Porque eso es D'Annunzio: un viudo de la gloria, por no ha­berse muerto a tiempo. Si es difícil vivir a tiempo; es todavía m&s, morir a la hora exacta, el día preciso y el año indicado. Si algunos escritores persisten, aún en la mediocridad, es tan sólo debido a su desapariCión contemporánea de su época y de su obra. Y aunque sus éxitos amorosos son aún recientes y sus dramas vividos fuera de la escena, de una técnica irreprochable -en el sentido de movilizar a los espectadores, al unísono de una misma protesta íntima-, si el autor de La PizaneTle y El Martirio de San Sebastián; pudiendo recordar algo, escribiera sus Memorias, éstas no serían sino una efeméride en los anales sentimentales de dos o tres sombras -de una sola, más bien-, desaparecida del anfiteatro __,.de su vida, de su muerte- de la leyenda de la Duse.

Gabriele D' Annunzi:o está ya en el umbral de los 76 años p€· numbrales de su gloria que despertara y endormeciera las iras del Cardenal Arzobispo de París, cuando Ida Rubinstein representó el San Sebastián: no -dicen los ecos de aquella época- por lo que esta obra tenía de androginecología, sino por cómo su autor se sirvió de Nuestra Señora de París) para concebirla y reali· zarla. Instalado en una casa del siglo xvn, en la calle Geoffroy-1' Asnier, cerca de la igl~sia de Saint-Gervais; D' Annunzio -para documentarse-' dísponíq de Nuestra Señora, a todas horas: or· denaba tocar el órgano, en los intermedios; subía las escaleras del coro, charlando como en su torre de piedra de Venecia, en com· pañía de sus contertulios y llegó -aseguran- hasta ofrecer a sus invitados una "Garden-Party", en el pequeño sagrado jardín que rodea la iglesia de Nuestra Señora, al borde del Sena.

Entre los concurrentes estaban, también; los dos Santos San· torum, inspirados de un amor arcaico.

Ahora, todo eso existe aún: Nuetsra Señora de París la casa del siglo xvnJ el Sena, Ida Rubinstein, Ia calle Geoffroy-1' Asnier ~ aún la Duse, en su actitud imperecedera. Acaso por una tal evi· dencia -no recordamos sino lo inexistente; lo que no existirá nun· ca más-. D' Annunzio desiste de escribir sus Memorias, verifica· bies en la vida y en sus libros -toda su vida está en sus libros .... sin cronología. . . puesto que acaba de terminar un manuscrito de

118

unas 600 págil)as: Endostros o Ba . -eh cierto mod~ algo así com nquete de_ los l!'üog~tros, obra terpretada por Ida Rubinstein en op el. prle9fla3ciO de La pzsanelle in-

Su . . aris s memorias están así vivient 1 : .

Gabriele D'Annunzio ... sobra... es.·· 0 umco que falta es que

:MUSSET: SU MUSA LA DESDICHA . ..

¡los ~e~·re~o dde Muss~t .... muchacho del siglo ... fue un .. . Iqmos el sufrimiento Como tod 1 . . precoz de 'IUI'Ó a vivir la muerte antes . . os. os romanticos. . . se apre-Jmor.- .. antes que el amor ... que la VIda; Y las desilusiones del

~ Hizo del dolor un placer d 1 . presente un recuerdo y de 1: De d~ ~oesia un sollozo. . . como del +tPaba sus versos, en vez de dict ~s ~~ a, su musa. . . Ella le decla­tora. . . De ahí que la indete~~se ?~. . . como. a Dante y a Gón­iumano de la poesía- se convi ti~acwn sustanc.Ial -fondo común

V. . . r ~era en reconditez oratoria

·· · IVIO apresuradamente es 'b · · · · · ·. A ' Cri IO apresuradamente y soñó apre-

. · desértic~· par~~~o~~:l~:n:;~:~al~s d~n~~~~:~~ med~os bor su

. . . se apr~fsurbó a agotar el infinito, que, p~~a s~ ~~~: . . . . se CI ra a en el vacío de . . su obra definitiva la realizar una ~UJer · · · El hecho de

Y albores de la juventud ·expl~cenl la pllemtud de su adolescen-·-·'"'L_ ' l a os va ores de su e t •t· . t

desmesurada, contradictoria Estaba t s e Ica. u-que renegó hasta del romanti~i~~o an en contra de

El caso de Musset se comprende sólo ~ .. excesivamente fácil a la falta d t ~ ~a nat':r~leza de su

amor. . . fácil a la falta de e e ra. aJO · · ·. f~cil a la falta -··n"''"' ~u~ p~eparaba, su genio~. ~severancia. . . facll a la impa-

Se Sigmfico por cómo conquistó t f' · cortesanas de la literatura an a~lmente, a las Cortes Y

de la vida domésti . . . como eorge Sand. . . y a las Aimée D' Alto . ca. . . como Madame Allan Despreaux

n ...

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Page 62: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Mientras se nutría de Shakespeare, de Schiller, de Goethe -más que los poetas franceses.,-, su lírica repercutió en los salones y ce­náculos. . . En cuanto su musa se alimentó de un dolor propio, alejándose de las decepciones de segunda mano ... , su poesía no encuentra eco en las veladas. . . pero es entonces cuando alcanza su tonalidad natural como en Lucía. . . en una velada perdida ... desprendido ya de las reminiscencias y heredades de Byron ...

Todas las modalidades de época convergen en su estilo Y se agravan, por las circunstancias de su vida y de la época. En Mus­set confluencian su adolescencia y la adolescencia de la soledad ... Ambas estaban en su tiempo mimado. . . de dolor, de placer, con­sentidos. . . Ambas se confabularon para hacer de sus primeros años: canciones y palabras de niño, sueños, risas. . . para hacer de él. . . desde los primeros años, el párvulo de la desdicha. . . más por el dolor. . . viejo . . . .

Su vida fue la más nocturna de todas las románticas. Más que días vivió la noche de mayo, la noche de agosto, la noche de oc­tubre la noche de diciembre. . . Y así acabó con todo. . . hasta con su d~lor. . . tan desesperadamente, que al final perdía sólo tener algo qué llorar. . . ! . .

Por su condición de niño mimado por la fatalidad Y por su con· cepto de poesías: Los cantos más desesperados son los más bellos. · · y los más inmortales son puros sollozos. . . la crítica le ha negado hasta la gravedad de su dolor ...

Con el tiempo, en la vecindad del aniversario de su muerte: · · que lo recuerda más que el aniversario de su vida. . . prescind1en· do de lo contingencia! en su vida y en su literatura, su prosa: la de sus novelas de su crítica, de sus confesiones, se lee -por s~ fluidez y simpÍicidad- justamente con la de V óltere jovial, sati· resca, como un documento imperecedero de época.

Al contrario de algunos románticos, Musset se suicidó a corto plazo.

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Columna ((Galerías" Revista de América, No. 96~~ México, D.F., septiembre 21 de 1

DE POETA A POETA: PAUL FORT'-PAUL V ALERY

Más que la imagen de un poeta Paul Fort recordaba la silueta Y el gesto de un ~astor protestante. . . Su traje negro y una como eorbata de plast~on, a la manera de perchera invulnerable ... pa­ramentaban su figura de una serenidad desértica

Pare~ía también. enfundado en sus miradas que· apenas cambian en sus OJOS entreab1e:!os como una ranura misteriosa; y herméti­(0, por la ~onformacmn de sus labios apretados como mordiendo 111. pensamiento que dejara remordimientos al sólo pronunciarlo. Umcamente su pala_bra le revelaba como un Gran Señor de la Pae­lla, a pesar del antiguo chambergo ladeado, al estilo de los bardos Jlsados de moda ...

En. la charl~ .se transformaba en correspendencias singulares de llatena Y espmtu; y surgía entonces el Príncipe de los Poetas ~dern?s Franceses, consagrado desde 1912 por unanimidad con­~poranea. ~- No sabía nada acerca de su infancia, porque ni los biógrafos lograron saber algo. . . más o menos. . . de que a los 17 años fue tlllulsado del Colegio de París, por haber fundado, juntamente con otros con:paneros de au~a •. el Teatro del Arte, oposición estética al 'teatro Libre, orden escemco que por aquella época causaba furor ~ la escuela. ~¡ Las primeras noticias de su vida provienen de la tentativa de l.'novarlo todo: la poesía, el drama, la mise en scene. Su compañía rtral representa ?bras como e~ _Ha:mlet, de Laforgue; El Cuervo, , Edgar Poe, segun la traduccwn de Mallarmé · y La Bestezuela ta dramática que _le valió la expulsión. Los d~coradores fueron~ ~; a menos, nada mas que Gaugum y Denis . .. Remy de Gourmont .se asombraba de su poder organizador· ~a~ d.e sostener una temporada escénica sin contar con recurso~ 'IWnomicós. !_~a~~ Fort recurría siempre al arte, el más grande recurso de su ~1b1hdad y su talento. llfti ~u tiempo reconoció no sólo la nobleza de su lírica, sino la -:Idad de su obra, de acendrado carácter nacional que ahon­~ do en las. r.aíces de la historia y del folklore galos,' sacara a la

de la estetica moderna, temas emocionantes de sabor popular.

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Page 63: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Los módulos arcaicos de la balada medieval, de los ritotnelos y de las rondas y canciones populares franceses; al parlamentarios de devenires recónditos, se remozaron con una herrumbre nueva de hierba silvestre, conservada en frescura por el rocío matinal de sus propios sentimientos.

La poesía de Paul Fort no se parece a ninguna. . . Acaso por­que se desprendió del concepto absoluto y de las modalidades rít­micas tradicionales.

La lírica -desde los tiempos primitivos- acentúa el sonido ... y Paul Fort invirtió los procedimientos prosódicos acentuando el sentido de las palabras. Sonido y sentido gravitan sólo en la es· tructura. poética de categoría. Cuando no coinciden, la prosa sa­crifica el sonido; y el verso, el sentido, aunque ambos tengan exis­tencia artística independientemente de la frase gramatical.

Pero al acentuar el sentido, la poesía de Paul Fort no hizo más que dar otra tonalidad al poema en prosa, tratado por Aloysius Bertrand con las determinantes del soneto.

No obstante su raigambre popular, Paul Fort es poco accesible al gran público. Lo singular de su forma y lo subjetivo de la ex­presión -diversa a las de los poetas de su época- le sitúan en la cúspide de su ideal artístico: conmover más que al gran público, a los consagrados por la fama ...

Paul Valéry

Muchos tildan aún de hermética su poesía como la de Mallarmé y la de otros· poetas que tildan de herméticos ...

Muchos también tildan de hermético al hombre. No obstante, ~uando nadie le preguntaba nada, el poeta de La Joven Parca Y de El Cementerio Marino, hablaba y no de poesía sino de política.

Recuerdo sus palabras sobre el caos actual. . . el mismo que confrontaba Paul Valéry hace un cuarto de siglo: ... no hay más que tres soluciones a los problemas que agitan a Europa en estos tiempos, la unificación de los Estados Europeos, el retorno a Ia ciudad, o el retorno a los campos. . . o se domina la fuerza sobre· natural de las urbes que enrarece la atmósfera de los sentimientos comunicativos, o se retorna al campo. . . a refugiarse bajo la fuer· za natural de la vida simple.

Como todos los intelectuales contemporáneos, Paul Valéry es· taba contaminado de las inquietudes sociales, y no podía sustraerse

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j sus influencias. Entonces proyectaba escribir un libro sobre el ;devenir social del hombre ... , Como muchos intelectuales acaso se sentía también hastiado J1e la nube que se convierte en ml;lro, del entusias~o que se con­Jierte en error, del pensamiento vacío. . . del delirio profético, del Inconsciente, del subconsciente, del instinto, del impulso vital, de t1 búsqueda de la emoción infjnita, de la manufactura de la emo­d.ón fugitiva y hasta de su misma inteljgencia ... J Toda emoción, todo sentimiento, es una marca de defecto de ,\'lonstrucción y de adaptación. . . -decía, aludiendo a los desajus­tes sensibles-. Y agregó: yo no veo el interés que pueda tener ;ji hombre en llorar ... i Paul Valéry cultiva la belleza antigua o neoantigua ... que bus­~ la emoción interna, sin manifestaciones periféricas. La .sensibili­._d es, en su concepto, u~a especie de metaloide, posible de mo­lelarse al alto vacío ... ~· El arte se ha vuelto -a causa de los alemanes- un aparato fe .regocijo metafísico, agitador de ilusionismo, propulsor de me­ll.os para desencadenar tempestades inútiles. . . sobre abismos va­tios -decía, refiriéndose a la música a partir de Wagner ... -. Ofrece un carácter puramente mecánico. Es un masaje directo al .stema nervioso. . . Aboliendo brutalmente todo razonamiento, es tan sólo por uiJ. efecto físico que comienza a influir en el indivi­duo. . . mientras que en la literatura. . . el efecto físico viene des­IKlés. . . al final. La música es la más senso;r~al y la más sensual ~ las artes. Los perros de caza experimentan espasmos al es-~char la música ... -Recuerda Valéry, recordando a Gautier ... -•n fin, en música ... -termina-, todo es cuestión de glándulas .. . t, · En última instancia en nuestros tiempos, todo es cuestión de llándulas: Descartes dependía de la pineal; Musset, de la lacrimal; :J3audelaire, de la tiroidal; Juan Ramón Jiménez, de la infinita!; y ,aul Valéry, de la pedernal. .. ~ Sus palabras contienen aún idéntica actualidad. * Paul Valéry concibió a la poeséa como una precisión matemá~ }&··.tica del pensamiento; y la sometió a rigurosas leyes formales crea­rs por su concepto cifrado de la existencia. 1. El Cementerio Marino es una expresión suprema de lucidez ín­wma. . . según el camino trazado por Mallarmé ... q; ~·· Columna ((Galerías" Revista de .América, No. 685

México, D.F., febrero 7 de 1959

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Page 64: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

CLAUDE,PERRERE: ESCRITOR

Claude Ferrere. . . juntamente con ·Gómez Carrillo y Pi erre Lo­ti. . . formaron nuestro mundo ilusorio. . . trazaron el itinerario de los viajes sin ida y sin retorno. . . viajes que nunca se realizan y 'que sin embargo se están emprendiendo srempre ...

Aunque estaba hecho de tierra firme --como todos los grandes viajeros- jamás vivió enraizado a la tierra. . . Tenía más afinida­des con las lontananzas marinas que con los surcos cotidianos. Vi­vió Diecisiete Historias de Marinos y Quince Historias de Solda­dos. . . y tanto en las unas como en las otras, se significó por su fantasía ...

A sus historias de mar las ahondó con su profundidad. . . y a sus historias de soldados las condecoró con sus hechos heroicos ... En 1931, durante el vernissage de una apertura de libros, en un fes­tival parisiense; después de las palabras inaugurales pronunciadas por el Presidente de Francia Pablo Doumer, sonó un disparo ... Inmediatamente, de entre los visitantes saltó un hombre corpulen­to, tratando de desarmar a Gorgulov. . . El hombre que asesinó ... como en la novela. . . ¡

Claude Ferrere. . . que encarnara a sus personajes con la savia de su vida. . . en defensa del Presidente Doumer. . . asesinado por Gorgulov. . . salió condecorado con una herida de honor ...

En poco tiempo se curó de esa herida. Pero jamás se curó ... de la herida que le hiciera la joven señorita Dax. . . infinita como la de los ríos que van a dar al mar ...

En una ocasión ocasional. . . mientras charlábamos sobre sus libros de aventuras sentimentales; a propósito de su novela Humo de Opio que tantos sueños dejara en nuestra juventud. . . le pre­gunté qué sensaciones provocaba la droga de su literatura; y res­pondió:

- ... no sé. . . nunca he fumado opio ... Sin embargo, parecía que saboreaba todos los estupefacientes. · ·

y así era: estaban en su fantasía. . . hasta el exotismo ...

124

Columna "GALERIAS" Revista de América No. 60~

México, D.F., julio 6 de 195

ALFRED JARRY: FANTASMAGOR

Cuando alguien imagina la aparición de un hombre símbolo de su époGa y de futuras transformaciones y conmociones telúricas, se yergue de súbito, inconmensurable y fantasmagor, Alfred Jarry, oon la espada desenvainada en una mano y en la otra, la pistola apuntalada hacia la estrella polar ...

Reconstruido según ~us actos personales, Alfred Jarry se con­jura con las alucinacione~ para realizarse exactamente tal como tiene que ser ...

Ni su literatura, ni las anécdotas, aún escueleras en su vida, ni los retratos de gesto heroico: una mano apoyada sobre el puño de la diestra esgrimista y la otra blandiendo la raqueta -faisant la court aux femmes- o, excelente tirador al blanco, dejando intacta la mira. . . nada, absolutamente nada interpreta tan genuina su per­sonalidad como la marioneta tallada por su hermana Charlotte,. protagonista de la primera representación de UBU ROI, en 1896.

Alfred J arry, como sus personajes, fue un hombre de palo ... conforme y según sus disparidades: alpinista de los más escarpados subterráneos, corredor de ideas fugitivas, trasplantador de mundos errantes. . . actuaba en la leyenda como en la vida, con la simplici­dad de una marioneta, conmovido por fuerzas naturales que so­brepasan los designios de la naturaleza. . . tanto en sus prosopo­peyas, como en sus sarcasmos al hablar ... .. Sus palabras aún humeantes del tatuaje precursor de la impren­ta, no corresponden a ninguna grafología. Su personaje --el pro­IOpón griego- predecía las más sobrenaturales vulgaridades en las ferias, imperzonalizando todos los caracteres. . . destituidos de sus Pl'esencias e insacudibles de sus acervos de sentimientos y pensa­Dlientos acumulados en los tiraderos ...

En lo concerniente a la especie humana, Alfred Jarry es el nexo J el comprobante entre el espécimen del hombre que no se ha encontrado todavía. . . y el futuro robot humanizado por la Eva de Villers de L'Isle Adam ... :: Cuando presenta residuos de síntomas humanísticos es, por la ~isma causa, a posteriori, al jugar al fantoche ...

Lo humano en el autor del Supermacho es no sentirse desigual fe la máquina. . . Su panteísmo confina con el incendio de los bos­lt\les y lo inminente de lo mutable radica en lo inevitable de la des­C!ornposición. . . Enumera sus emociones con el mismo procedimien-

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to que un ~errajero . . . El florete es el regulador de su dístole Y

diástole ... Su tránsito por el mundo en la medida de sus pasos depende de

los pedales de su bicicleta. . . . Su travesía de los continentes de agua la realiza en una bar~a

surcadora de avenidas y calles urbanas que hacen de la plaza pu­blica una estigia de la sobrevivencia. . . . , .

Los cielos los atraviesa con su celtáceo y sus aletas pnsmati-cas ... Lo retienen en la tierra sus zapatos de globe-trotter, como una plomada ...

[

En la trayectoria de su actividad literaria, Alfred ~ arry pasa sobre el simbolismo. Los simbolistas se desasonaban por mcorporar lo cotidiano a lo absoluto. Alfred Jarry lleva lo absoluto a la su­blimidad de lo absurdo, de un extremo a otro de los delirios._

Dicho en su forma desarticulada de articular su lenguaJe: su ~ lenguaje es una conceptración de ideas. ,

La novedad que Jean Cocteau intentó transcribir al frances, buscando el calambour griego, es una trouvaille de Alfred Jarry:

1

S'e;itrainant le train . ..

Las combinaciones fonéticas de James Joyce, existían ya com-puestas y descompuestas en el Pataphisicien:

Faustroll: Fausto singular Faust; en alemán: puño Troll; en alemán: rústico, simple.

La deformación fonética de dróle; en francés: singular, se auna eufónicamente al vocablo alemán: en ale!llán la letra D se pronun· cia como T: juegos sonoros de los que se sirve Alfred Jarry.

Tomó la existencia como un campo deportivo. . . hasta en loS últimos momentos de su vida hospitalaria. . . en pro Y en conv.~ simultáneamente de sus triunfos y de sus derrotas. . . con ebl de entrenar un nuevo héroe de los antiguos de?afíos: el Pere rt~~ tan pantagruélico como Alcesto . . . hasta monr de muerte a cial -genuino desportista- el Día de los muertos ...

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JIYNON A: EL BURLIST A

M~nona semejaba a una sombra. . . Así como el personaje de Chamisso deambulaba por la fantasía de los sueños sólo con su euerpo .. ; sin proyeétar jamás su espectro sobre la realidad circun­.W.nte,_ asi Mynona transitó por la vida como una apariencia de la m,atena, como un fantasma del pensamiento sin antecedentes cor~ JOreos, de donde provienen cualesquiera formas simulando sus con­texturas ... t~ Más qu~ los per~onajes de s~ novelas, de sus cuentos, parecía fn. perso_naJe a la mversa ~ . . sm el cuerpo que produce sobre la if<!Che misma su otro yo de tiniebla ... f Sus _ojos ~rillab_an_ singulares y refulgentes, aun en las incan­~sc~~cms mas drastiCas de la intemperie meridiana. Su voz se fercibia c~mo u~a prestidigitación de la ventriloquía: lejana y cer­~~a _al mismo tiempo, articulada por la soledad moribunda de la :~tica en sus postreras posibilidades sonoras. Sus ademánes se fnredaban. en sus propias expresiones inextricables, a la manera f.el nudo ciego de su pensamiento ... '(o Era el otro gran desconocido de su tiempo ... Yo nunca le

por su verdadero nombre ... Su corte de sombras le man­~n. secret?, innombrable . . . callado aun por Lasrissa J ae-

.. · . . um~a ~UJ~r que hubiera podido revelarlo: . . y no obstante, sostuvo mcogmto en contra de los malos y buenos vientos de la

Nadie sabía !lada acerca de Mynona en la época de nuestro en­. en Berlm: A tal grado era misteriosa su personalidad que

mismo presumi hallarme frente a una invención del tiempo y del Ulwacio . . . de la materia y del espíritu ...

En la crítica, en las tertulias, se le callaba como al más nue­. de los escritores. . . sin cronología conocida ni en la vida ni en muerte ... No ob~ta~t~ su _vial d~ i~cógnito, su cifración incógnita y su

mdiVIdualidad; .sigUiendo las huellas de sus personajes en burlescas y grotescas historias de El Banco de los Burlistas

, Bln:n_co y Rojo, Los _I?esprendi-mientos, Mynona celebró eÍ del Jmcio de su generaciOn al hablar del cincuentenario de su

tod!ls formas, l? que no tiene ni tiempo ni espacio en los l:l!lllles de epoca, es su literatura. La inquietud plasmada en escrito-

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res postcontemporáneos -literariamente hablando- como Joyce, se presiente en Mynona. El léxico, la fuerza que sacude a sus heroí­nas reclinadas en la profesió:p. vertical ... en una historia de amor ... paliqueando con Goethe en transcripciones fonográficas. . . el des­censo de los muertos a la vida. . . co:mo a un nuevo infierno. . . en la kermesse de ultratumba. . . Todo lo que integra la déstrucción de valores de época ... la apatía que sacude a los héroes de la li­teratura posterior, están ya prescritos en las páginas negras de sus farsas de fantasmas descolgados de la realidad como de un per­chero del más allá o del más acá de la vida. . . Fantasmas tan reales como. los transeúntes. . . sólo que no se desprenden de la simulación de ser hombres o mujeres, sino que se ajustan más bien a su mal. . . a las condiciones del mundo en disolución y a la con­textura de su existir espectral. . . movidos apenas por una sonrisa, la última. . . en los labios entrecortados por palabras entrecorta­das . . . exprofesas para sus siluetas sombrías ...

Algunas veces, sólo sus personajes pueden responder a sus in· terrogaciones calladas, en secreto ...

En su ajetreo, hasta en sus muertas hay una animación por vivir su muerte, alegreme;nte, sin preocupaciones infinitas. . . des· prendidas aún de la idea; de la muerte . . . y sin la tentación de retornar a la vida ...

GIRAUDOUX: F ANT ASIA

Jean Giraudoux fue un diplomático. . . Cuando colaboró con Arístides Briand en la controversia sobre el Territorio del Sarre; si le hubieran dejado metaforizar en política: operación inversa a la de la poética y cuyos principios consisten en tomar una parÍ te por el todo. . . o el todo por una parte. . . habría derrotado a subrepticio Stresemann trasfundiendo en sinécdoques los hechoS de la convivencia social. ..

Jean Giraudoux fue un dandy ... Al ponerse en contacto con la realidad de su tiempo -un poco bisoja- y presentir en el hornbre asperezas y bajezas de la vida corriente y común; como un con·

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· trap1:mto a la disparidad de voces. . . creó la filosofía de la inteli­gencia en pocas palabras ...

Jea~ Giraudoux fue un fantasjsta ... es el único helenista que ha J?Odido complacer a Homero con la broma a su Elpenor. . . sólo auditor, cautivador y dominador de las sirenas. . . y quien por sus dotes para no hacer nada. . . hubiera podido convertirse en su explotador. . . inaugurando una escuela de sirenas ...

. Jean Giraudoux fue un irrealista ... Llevó los fenómenos coti­"dianos a tal grado de tensión metafórica que aun la metáfora su­:fría gravitaciones en sus arrebatos ...

. Jean Giraudo~x fue un impresionista ... Desmenuzó la existen­Cia ?asta convertirla en la fugacidad del intelecto, no sólo de los ·sentidos y sensaciones periféricas ...

Su . pre~lile~~ión por las imágenes y los aforismos le coloca en­:tre la Iroma lmca y el humor trascendental. Singular y no obstan­¡te, con un sentido común que sobrepasa a cualquier intención de r'proyectarse más allá de las élites ... '· ~ás que una narración compleja, sus novelas La Escuela de los

.:,.Indtferentes y Julieta en el país de los hmnbres se estructuran ·. como ~!osarios perspicaces del acaecer advertido ~ inadvertido ... (humamzando lo que aún quedaba de divino ...

Su jm:go sutil de lo humano a lo irreal y de lo real a lo divi-, no, ma<p~ma~o ~o~ medio de imágenes y símbolos, ha predispuesto a la cntlca, mdistmtamente hecha en elogios o deshecha en cen­suras . . . A!guno~, aluden a espiritualismos excesivos, ya en las lin­des de la disoluciOn de la materia; otros anatematizan su realismo

'acre, confinante -dicen- con la pornografía: sobre todo en el ¡tema bíblico de Judith, mondando la testa de Holofernes ...

i:. No obstante, existe también una crítica que percibe en lo tildado ~~e pornográfico, la catársis griega o aguas lustrales de la Biblia .. . ~ Cuando ~l.drama de Giraudoux presenta una imagen desnuda .. . .~.~ I>a:r~ purifiCarla y para purificar a la multitud evaluada como ~:-·a ehte ...

¡. Las sinuosidades de su estilo -objetan- caen en cierto precio­. smo. Acaso conf';lndan la tensión de la palabra con la empresa · ~h~m~~:~~~ el sentido de lo eterno . . . en lo lábil del tránsito del

Í: . Y cuando le relacionan con Góngora. . . tal vez coincida en una f~~ueda de la diversificación de la semántica de los sonidos ... romea del gongorismo .. '

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Page 67: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

' Así era Jean Giraudoux: apasionado más allá de su ~scuela ~e los indiferentes, espiritualista más allá de sus voluptuo~1dades sm escondites, sensitivo sin llegar a lo sentimental, afable sm llegar a

la afabilidad. . . . h 1 Al jugar con el idealismo helén~co, . int:r!meando una e ar a a _ propósito. . . me decía que s~ apariencia flsica. . . era apenas una ilustración imperfecta de su 1magen ...

PAUL MORAND: LETRAS DE CAMBIO

Paul Morand vivía en los alrededores de la Torre Eiffel. : ·. en las inmediaciones de la aristocracia parisina. . . com_o un ~rr1b1sta de la literatura. . . escanciador de las heces de los. vmos aJenos· · · especulador con los bienes¡ intelectuales de Jean Gir_audoux. · · el

Se propuso caracteriza,r al hombre moderno, aJetreado por comercio de las ideas. . . Sus juegos de ?~labras se conv:rtmn. e~ recreaciones de bolsa. . . el acaecer co~I~ano, en matena prun _ transformable en mercancía. . . sus sentimientos, en letras de carn

bio. . . - · u1 b a un ·En el consorcio del utilitarismo contemporaneo, s~~ a a e· hombre de negocios en bancarrota . . . acumula~do divisas ~n P~el visiones de las altas y bajas en los desempenos Y empenos arte... 1 do de Imitando a Dorian Gray, terminó por tomar e peso pesa. .

Sus retratos en pose acabada a la manera del hombre de Papml. · · ' · · f' parece

En la distancia inconsútil y sin remiendos, su 1gura rea . con sus mismos tintes descoloridos, a través de l~s. transparencia~ de una calcomanía al tiempo diluida: la boca c1mca, _avocad~ 1 as tono discursivo de las requisiciones y emb~rgos e~?Cwnales, an~­ojos embridados en el guiño de Buda, mirando, fiJOS, la tr en migración de la nada. . . los cabellos pegados unos con otroos, salmuera en vísperas de su tocado nocturno. · · d 1

Gran 'noctámbulo Paul Morand, abría y cerraba las noches be· ' · · t asnoc a

mundo galante, requisitando a sus per_s~naJeS, s1e~pre r ua y dos. . . mujeres pintadas con aguas fleb1les, destemdas de ag

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,,a~uard_ie~te. . . hombres embalsamados en sus propias descomposi­_CJ,ones mt1mas ... hombres y mujeres amancebados dentro del círcu­-~o de los convencionalismos fugitivos ...

Sus personajes, clasificados en muestrarios sentimentales se .JXl.ueven _en lo¡;; _relatos, promo:ridos por una fuerza ostentosa y ~cul-ta al l!usmo tiempo: las muJeres, apasionadas, actuando, viviendo y muriendo en el fondo de su propia realidad desnuda ... arrebata­:fa:s por _la vertig~nosa a vide~ de los placeres. . . desvestidas por la !dvene~za fugacidad del lUJO. . . rebosadas por el vacío insaciable pe las nquezas en abstinencia durante los sinuosos años de la Post­~erra del 14 al 18 . . . los hombres, mantenidos por las mujeres ... 1 Personajes simplemente sombríos. . . sin sombras que proyectar ~bre el idealismo mortecino de época ... ; Sus narraciones Abierto de Noche Cerrado de Noche La Eu­~ Galante, serie de documentales á'cerca de la sociedad exótica

ambigua de la era de los dancings, de los cocktaiÍs de los ca­recorre~! l~ visión de un mundo declinante y' pintoresco; de breVIario de la actualidad fugitiva; imágenes de lo fútil

perecedero ... Su amorali_smo, análogo al vacío y a la hondura de su concep­. cosmopolita, le ha condenado a un olvido prematuro. . . No

en sus 25 Poemas sin Aves, Hojas de Temperatura y f¡ill?np¡arc!S de Arco, Paul Morand había encontrado su expresión ,.-•F;•u<u; perdida desp~és en exotismos extra-europeos en Sólo la

Buda Viviente y ll!lagia Negra ... Por aq~el entonces, se condolía de que la crítica y los produc­

. de eme, re.husaran lo propio de su obra, aceptando sólo lo tiene y contiene de extraño. . . Tal vez porque en su afán de

Wl'l'n;rla Paul Morand se aferró a lo temporal y finito ...

BRETON:TRANSFUGA

.·· .André Bretón -para mayor comodidad publicitaria surrealis­

. confeccionó una casa de vidrio. . . detrás de cuyos muros ais­del influjo de la estética cotidiana. . . sólo escuchaba el go-

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tear perecedero del tiempo de Dalí. . . y de cuyo techo pendiente ·de la noche, descendía la consigna del sueño, como norma creadora de la poesía espiritista. . . inspirada por el huésped desconocido ...

Para librarse de la vida solapada en asedio, se encubría en su ·lecho de vidrio, con umi sábana de vidrio. . . entregado al umour . .. nueva disposición del espíritu, refractaria a la contaminación del

sentido del humor en la lírica ... Como todo neófito en sus tiempos heroicos de la adolescencia

literaria. . . violó la tumba de Ulalume en una tentativa de estu­pro con la poesía pura. . . escupiendo al cielo de Edgar Poe, a fin de ganar indulgencias plenarias en el otro mundo de Baudelaire y Lautréamont; y la teoría de la realidad fortuita y circunstancial le pasara revista con .sus nuevos atuendos: el alma de acordeón y

'los pasos perdidos ... André Bretón concebía el mundo en función de su individuali-dad fluída. . . afirmando que nada se mueve, nada cambia, nada existe, nada subsiste, sino á causa de un agente desconocido, ocluso en el yo durmiente. . . equivalencia del yo absoluto de Fichte, lle-vado a ultranza en las reencarnaciones ...

La vida, el arte, no pasaba de ser un estado de espíritu deter-minado por el sueño. Así, la creación estética devenía un medio del conocimiento a través del subconsciente, de lo inexplorado alu­cinante y fantasmagórico, escondido detrás de las manifestaciones

lógicas. . . ' André Bretón intentaba conciliar dos dominios hasta entonces adversos: primero, la individualidad humana y después, la plural~­dad social, considerando al hombre como un explorador de la UógJ· ca; y al mundo, como un vasto campo de sueños y acaeceres invi-

sibles, insólitos e inauditos ... Era la época de las siestas de la revelación a la manera gótica,

cuando André Bretón en trance creativo contemplaba a su yo dor· mido o su doble. . . como a un hombre cortado en dos por la ventana ... cuando para pensar, hablaba ... y para hablar, arti~ll'" laba las visiones oníricas, de coloraciones pobres, fenómenos a.cus· ticos accesorios; algunas veces, de imágenes mudas ... interpretan· do el silencio de la musa letárgica, como los místicos los preceptoS divinios, en éxtasis, sin que se pronuncie una palabra; en visiones análogas a las que trasmitía el Diablo a los anacoretas cristianos y los rakchasas a los ascetas indúes ...

Después de la experiencia del sueño, André Bretón -corno to-

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dos los atacados de catapl -estoy ... extrayendo en e~g~~; se pregunta~a: ~~én _soy, dónde ¡nensaje incompleto, tan tí pi! e~es;j. :~ . com~hcac10n siCológica eJ JB o finalidad de 1 · d a Ja. comienzo de una esperan-

e o mespera o De ahí q l l llldilla, confiese que no sabe .. r. , ue ~ vo ver de su pe-traen y le dejan · po _qu~ sus sentidos le llevan y le ,, La estética d~ ~~~~~a~~~t~n alh~ sm objeto determinado . : . tas- aunque con frecuencia aluda om~ las}e todos los surrealis-,a Jarry, se proviene, más bien, de la :rad~~~:~~~~ti~ RdimMbaud y ~yos versos se convierten a v a e usset, 1 ' eces, en un apotegma:

·~. Despertem_os al azar los ecos de la vida .•. i cantar} retr} llorar} solo} sin objeto al azar ••.

ln:~ ~~~~o c~::v~n d!~~~os~~=alistas radica en la proposición de J1 mundo nuevo. . . vo. . . porque el arte crea siempre

: TRADUTTORE-TRADITORE

. · Georges Pillement se desenvol , d . • sombra de Jean Cassou HVl~- e sus _amarra~ mtelectuales . de su mundo, fácilm~~t· u ¡era p~dldo _?ommar a los ele­'. ancho, a lo largo y a la a~tJr~r ;us dlm~nswnes. . . reducidas

su fantasía y su ima inació e su umverso ... restringido que intentaba domefar sól~ · · · c~rca~o ~o: sus propias fuer­

Como todos los escritores jóven~~n Geaorg:c~~:na y la firmeza. •• , ....... cucu· por el desbrozamiento de ~u camin . eme~t comepzaba

la selva tradicional de público 't" o literariO, en contra · Y cr1 1ca y en contra d - · . . . acaso la fuerza oscura más fuert 1 . -~ SI mis-. . . e para a reahzacwn de su

no tenía ningún nombre · . . · · . . . ni dentro ni f · · · ~1 siqmera el de .Georges aunque era de los pocos uqera ?e. ~s litorales literarios france-

•'IIID\J·a~l~: . un fran , . . ue VIaJa an, contradiciendo el antiguo . ces no VIaJa. . . ni en los mapas ...

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Pillement viajaba en los charter que pu~o a la mo~a Paul Mo­rand, en la literatura, y en las vías comercmles, Maunce de Wall-

effe... P'll Después de Valéry-Larbaud y del mi~mo ~ean Cassou, ~ ement

representaba la última tendencia d:l _h1span~smo ~n Francia. Des­pués de su estancia· en España publico su pnmer libro de deht~ta~­te: Negro Rojo, Gualda ... divisas que, como sus palabras lo mdi­can intentaba una evolución del espíritu español ...

Más tarde cuando la literatura española cedía a los impul­sos de ultram~r, Georges Pillement extendió su hispanismo ~! con­tinente americano proponiéndose recopilar en una Antologta del Cuento Hispanoa;,ericanoJ los autores jóvenes más cono~idos ... y por mediaciones de Alix Deslandes -Madame ~rthur K~n?sland Griggs- Pillement decidió incluir en la selecc10n El Vw3e Re-

dondo... d "' Al cabo de dos o tres meses, juntos corregimos la tra uccion,

y ya publicable, esperé ansioso su .al?arición ... Pero de todos los cuentos el único excluido era El VWJe Redondo .••

Pero no sólo me había discriminado de la Antología) sino me atacaba en el prólogo, aludiendo al Movimiento Irredentista; · .. -~o­tejando con ese epíteto a la revolución literari~ que me. toco IniCiar en México, juntamente con Maples Arce y List-Arzubide ...

Pasó el tiempo. . . Como me pareció muy natural apare~~r en la Antología ... me pareció también muy natural. .. la exclus10n. · · y no volví a ocuparme del índice de la Antologu;. • . . .

Una noche, después de cenar en casa de Alix, algmen me pre guntó por El Viaje Redondo:.. . . ? . -¿ ... por qué no aparecio en la Antologm de_ Pillement.

-Porque. . . me pedían por incluirlo. . . dos mil francos. · · -¿Y, por qué no los pagó? -repuso Chéronet. 5 -Porque. . . jamás he pensado en comprar al arte. . . que e

como comprar a una mujer. . . -respondí. -Todo trabajo requiere remuneración ... y ~raduc!r una no·

vela es un trabajo como cualquier otro ... -adUJO Cheronet_. . . -¡Claro ... ! -intervine-.... pero no tengo aún el sufiCI~l

te dinero para adquirir la celebridad . . . porque con los dos _ francos . . . vivo dos meses en París . . . y después de todo, pr~a fiero vivir sin eternidad. . . en la vida. . . a encerrarme con gloria en un sarcófago ...

-No tienes razón. . . -concluyó Alíx.

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-Per? tengo sentimiento. . . Cuando alguien haya guardado UD? de mis cuentos ... y lo incluya en una antología ... sin previo aviso, entonces descifraré mi nombre ...

Columna ((Galerías" Revista de América México, D.F., julio 4 de 1959

1WUIS ARAGON: PALINODICO

: Entonces el Surrealismo estaba en su apogeo ... Aragón, tráns­~~a de la e~presa_ dadaísta, hacía las invitaciones para entrar al fl'emo de lo mstanté_meo, a los antros del frenesí y del letargo ... 1• Entonces su actitud. era convulsiva. . . sus ojos de acero ilumi~ ;[alaban sus pens~mientos tempestuosos, sus cabellos alborotados se ,~soberbecmn sm caer al estilo antiguo, su sonrisa pronta y cons­~~te se adelantaba a sus palabras, el tono de su voz seductora ~wa capaz de hacernos incurrir en errores o en aciertos, indistin­~ente ...

-~· Era la ép~ca de las siestas largas y sistematizadas. . . Aragón, 'tn vez de sonar, dormía con la poesía. . . La frase de Nerval: el

duerme, el poeta trabaja . . . se convirtió en una sentencia Al influjo de las teorías freudianas la musa se embria­

de so~níferos a fin de personificar a la inspiración ... En la VIda, en la literatura, Aragón mantenía aquel cierto esta­de furor· . . que le transportara a la defensa del infinito inme-

Buscaba, re~mscaba el automatismo síquico para el tratamiento lo subconscient_e. . . Buscaba, rebuscaba lo sobrenatural -tan

llllatiJr~ en la poesm- en los precipicios de la naturaleza invocan­el dormir como al ~ás puro estado poético . . . y dej~ndo a. la

-La Bella Durrmente- repasarse a sus anchas. . . evocán­como uh diagnóstico ...

Lo conc:reto es el último momento del pensamiento, y el estado Pensar~uento concreto es la poesía ... -Afirmó Aragón-. Pero

Surrealismo no era una fórmula poética, sino un grito que re-

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. . t 0 se expresara por medio sonaba en el vacío interw.r. . . mwn ras n del pensamiento ~ablado · ·. · t. neo así como abandonó al Da-

Súbdito del re~~lO de lo 1~st~~1 aSur;e·aiismo, militando al servicio daísmo, así ta~?IenS se. elva .el me brada en sus versos al cerco de de la RevoluciOn ocia ' VIS u París:

En donde hace buen tiempo aun ~ el corazón de la tempestad ... En donde hace luz aun ~ el cc:razon de 7J; noche •.. Nada me ha hecho jamas battr el corazon · • · corno el grito de mi pue:mo vencedor .•.

Fugitivo también de la Revolución Socdeial,Pde~puEésl ~~ ~:~­. Ola de Sueños El Payo ans' '

naciOnes en Una 0

. tas cantos infatigables de un amor Los Ojos de Elsa, "L?s omunts 'oco melancólica, Aragón publica único y de una .patna, ashorta un Pl.bro piadoso en donde reclama,

ela La Semana an a .. • 1 ' 1. su nov . . isericordiosos de los evange lOS ... con unc10n, _los pre.c~pt~s ml demoledor de los tiempos pasados, el

y Aragon, el VIO en ho, e . o se convierte en prosélito de f 't' r un nuevo umamsm . . . l rene ICO po . l al pensamiento apaciguado, a sen-un mundo en descenso ... vue ve timiento estático· · · d f sentía ni pena ni melancolía por

Aquel cuyo est~do e ~or no ahora ante sí mismo. . . Se asom· las pasiones de su tiempo, ti~~bla intelectual. . . Aunque considere bra del asombr~ por. s~ yo tigeo novela sólo existan para dar que lo.s personaJeS histor~cos ~: ~~s importante de su novela son creduhd<l;d a la tram~, Y dqu~ lo decisivo se conforma en que las mentiras que actuan en ro . S~nta a su transfugación . . . a su Aragón retorna en LalS~rrt?na una mera narrativa histórica ... fugacidad . . . y la nove a ma.s qu_e es un documental de su palmodia. . . n su Tratado del Es·

De su estilo sólo ~e~an al~n~~f:t~asq~e se arrepiente de vi· tilo Y en El Payo de ?r~s ... ' e ntre más alejado de sí mismo

· le]· a do de los demas. · · Y que e , VIr a . . cercano a los otros le encontraran ... le perciban. . . mas

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ROBERT DESNOS: ESPANTADOR

Robert Desnos acapara y despilfarra la época de sueños de la generación surrealista. ~

En los comienzos de ~a iniciación, los hierofantes d~ la Deidad hipnótica dormían a granel a los neófitos. . . De todos, sólo Robert Desnos se exceptuaba, porque él se dormía, voluntariamente, con sus propias fuerza!'1 morfeícas . , .

Louis Aragón -uno de los hierofantes -cuenta cómo Desnos transfería un estado despabilado al de l~ vigila y el sueño . . . sin esfuerzo alguno, entre el ruido de las voces acaloradas en los ca­fés; entre los empellones de la multitud, en las calles; entre los resplandores de las luces estentóreas, en los salones iluminados ...

Pasaba tan naturalmente del modo despierto al modo dormi­do. . . que nadie discernía cuándo hablaba consciente o subcons­eientemente. . . Con la misma facilidad simuló siempre estar en es­tado hipnótico o vívido ...

Así, en trance, contestaba a todas las preguntas formuladas por los circunstantes; en tono profético o cotidiano, revelativo o revo­lucionario, con carácter mágico o científico . . . pero paramentando lllempre cualquier proposición, de su trascendencia fanática y apos­tólica ... ,;,, Por la fuerza misma de su palabra -afirmaba Aragón- Desnos Podría convertirse, al influjo de sus estados delirantes, en el sa­cerdote de una nueva religión, en el fundador de un nuevo pueblo, fA el tribuno de las masas sublevadas. . . sin percatarse de sus 1l'ansformaciones. , Cuando alguien dudó de las facultades anímicas de Desnos, ad­'ft!rtia Aragón que simular algo. . . es pensarlo. . . y lo que se lfensa. . . por la virtud misma de su fuerza intelectiva. . . es una lealidad ... ~- Fundamentaban sus juegos de azar poéticos, argumentando con kel que nada es tan grande como el poder del espíritu. . . atra­ldos en un idealismo desleído que confería más trascendencia a ll idea que a la acción ... /{ Desnos -acaso por lo inverificable de sus estados síquicos y --cos- fue el más revolucionario porque no sabía cuando pensaba \cuando actuaba. . . y su sonambulismo era tan real como su ma­'-ia. . . Vivía tal como soñaba. . . en estado somnífero ... '· Recuerdo que una noche; en una boite de nuit, en las inmedia-

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ciones de La Rotonda, encontré a Desnos sentado frente al comp­toir al lado de un hombre que se disputaba con una mujer rubia -ex-mujer del pintor japonés Foujita- la plenitud de sus de­seos ...

En cuanto me vio -tal vez para zanjar sus indiferencias- la mujer rub¡a se puso a dar vueltas conmigo, como si bailara un rigo­dón. . . acompañándose de sus movimientos musicales, en un solo de sus gracias . . . expuestas al descubierto sin argumento ...

Ofendido el parroquiano se hizo de palabras; y cuando las pala­bras no le fueron suficientes . . . intentó deshacer los hechos, des­envainando un cuchillo de destazador ...

Previendo el epílogo, Desnos intervino y dijo:

(( ... antes de su reencarnación ... veo a la Muerte, colgada de su guaikLña ••. como la rapa interior de la mujer .•• Matar es robar el cuerpo .•. N o hagáis cosquillas al' esqueleto de la Muer­te . . . que puede resucitar . . • y llevarse los cadáveres exquisi­tos • . . En vez de ahorcarla • • . ponedle la cinta azul en la cin­tura •.• y quedaréis liberado del sortilegio ... "

Mientras Desnos hablaba en forma de pesadilla, el jifero, estu­pefacto, escuchaba sin tratar de entender el galimatías.

De pronto, asustado de no comprender, salió corriendo, como si alguien le persiguiera. . . dejándonos con la vida. . . que, por un instante, estuvo al filo de la muerte ...

i

TORRES BODET - JEAN OOOTEAU

Jaime Torres Bodet es uno de los más grandes contemporá· neos ... No sólo del grupo que esplendió, en la literatura, sino de quienes más allá de su condición, infinita. . . se significaron por ser· vir a México.

Acostumbrado a domeñar lo inconsútil, lo ilimitado, lo impere· cedero, lo infinito. . . domeñó también la pavura de descifrar .1° finito y temporal, lo limitado, lo perecedero y lo urdido de la e:x1s· tencia ...

138

Así como encontrara en sus sueños la contextura de la poesía costuras o recocidos retóricos. . . así también encontró los se­

de los hilos de la vida, determinando su fuerza tangible y .• ¡,.J;~Ju.u::: a simple vista ...

Y tanto en las antesalas como en las salas: desde la Secretaría la Universidad hasta la Secretaría de Educación Pública, jamás

el fondo común humano que lo unirá siempre a sus contem-,~-.-ri.~~--~

,,. Aquel sentido humano de la juventud. . . este sentido humano ~e su madurez y en la plenitud de su conciencia creadora ... i Sentido humano aún en el trato con quienes -por disonancias ·· diferíamos de sus conceptos estéticos ... Sentido huma-

lo significativo como en lo insignificante de las relaciones uu•c:u•a:o. . . Aquel y este sentido humano se transparenta en sus

..,.uu.1uc•:o poesías reproducidas ante el auditorio de los viernes poé­impresionantes todavía más. . . al escucharlas en su voz como una revelación de su ausencia. . . que era como una

co+r.~;,,,n presencia. . . intangible, inconsútil y no obstante, tan de realidad ... porque las tonalidades precisaban la fuerza del

)'ecuerdo de su existencia física. . . como si ahora, a la inversa, el ;espíritu pudiera contener a la materia ...

Jean Cocteau fue la primer vedette de la literatura ... la ver­tatilidad, la futilidad, la fugacidad y hasta la liviandad de los sen­timientos convergieron en su poesía epigramática ... . í Ningún poeta había llegado a tal y cual desmenuzamiento de ~ instantáneo, de lo periférico, de lo subjetivo . . . Sin La Balada

la Cárcel de Reading . • . Osear Wilde hubiera sido la Diva del l"L''<:::~c:llULJ;,r.uu. • • ismo verdadero de la escolástica literaria de Cae-

Comenzó impregnándose de las huellas de Apollinaire. . . pero ahondar en el fuego que las hacía indelebles. . . Y cuando cons­ba que la fuerza apollineriana era inaccesible y que nunca lle­

a sostener su tensión. . . prefirió seguir la debilidad de Osear ... mucho más mesurable y alcanzable en sus incursiones es-

Así, sus Secretos de Belleza . . • provenían de su concepción de Vida ... análoga a la del boudoir ... Jean Cocteau se afeitaba

139

Page 72: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

con la poesía como los antiguos corifeos con la r:náscara solerr:ne ... Sólo que en este poeta de poliandra personalidad . . . la mascara se trasmutó en antifaz. . . . .

Comenzó también por sobresahrse como Iconoclasta . . . ~ara convertirse 'al catolicismo después, cuando pasaron de moda las Irre­verencias y las burlas ? los sentimientos. . . . .

Y, en un principio, igualmente, propago su publicidad de. ~ntl-académico. . . a fin de ocupar más tardíamente la . confo:t~bihdad de un sillón para contemplar, apacible, la inmo~tahdad labi~ de la existencia literaria. . . Sus indecisiones en la VIda s~ refleJ~n en sus indecisiones literarias y artísticas que van de la pmtura htera­turizada. . . a la literatura pintoresca ...

JEAN OASSOU

Columna "Galerías'' Revista de América, No. 611 México. D.F., septiembre 7 de 1957

J ean Cassou --el gran escritor francés- es uno de los más grandes hispanistas, juntamente con Valéry Larbaux Y Geor~es Pillement y, acaso, con otros más que indudablemer:t~ han surg1do en los últimos 25 años de renovación de valores esteticos en Fran-

cia. ·· 1 'breo Mientras J ean Cassou escribía y conferencmba para e pu 1 . francés ... su estilo --en la expresión hablada o escrita- conser:o su limpidez -tan cara a los franceses- y el sentido de su P;~s -miento no se dispersó j~má~ ?el motiv~ c?n~uctor d~ sus ~roposü~~ literarios, artísticos o fllosoflcos ... NI siq~Iera el me~udible esp·a· del vocablo en el juego de palabras o de Ideas, qesvmba las dl gonales de su numen. . . e

Pero en cuanto Jean Cassou dejó de hablar para los franc-ses ... y pensó en los públicos hispanoamericanos, vo_lviend? _tal V~~ a una tradición que creíamos anacrónica, abandono la mtidez . su pensamiento y la precisión de su estilo, y en sus confer~nclas se dirigió al auditorio mexicano, como si se tratara de articulaS para la exportación ...

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Con el mismo espíritu de los comerciantes que aclaran a sus 'clientes: :' -. . . este perfume no se usa en Francia. . . es sólo para la texportación. . . o, este vino no se bebe en Francia. . . es sólo para 'Ja exportación. . . o, este tipo de mujer no se gasta en Francia ... .es sólo para la exportación ...

. .. así, con la certeza de que todavía somos simples clientes ... 1~que pagamos. . . sin conocer la calidad de la mercancía. . . J ean ~Cassou nos ha e~_dilgado los temas de sus conferencias . . . temas ~para la exportac10n ... e, Cuando conocimos y charlamos con J ean Cassou, ep casa de ,Jdadame Griggs, creímos en una Francia nueva. . . En la Francia ~de Luis Aragón, André Bretón, Robert Desnos. . . Pero también k!ndré Bretón -como Jean Cassou- nos habló de petit negre .. . :) la manera de los colonialistas de la crítica o de la literatura .. . 'y así como no pudimos entender a Bretón, tampoco entendimos a Jean Cassou. . . ni en sus experiencias ni en sus anécdotas. . . por­;que aunque desaliñados en lo precario de nuestra cultura, nuestra anarquía no llega a la dispersión con que Cassou enhebró sus con­·~ptos sobre la libertad ... " Sabemos que la libertad no existe. . . y que constituye el único

inalcanzable del hombre. . . Sabemos que sólo existe una fa­de selección entre una forma de gobierno y otra. . . entre

ideología u otra. . . entre un pensamiento u ·otro. . . y entre un · u otro . . . Sabemos, también, que no podemos pres­

de esta facultad ... Y sabíamos, igualmente, que Jean Cassou vendría a confirmar, nuestra tierra. . . que así como hay un gran movimiento pie­

mexicano, así también existe un gran movimiento literario no pasaría inadvertido al gran hispanista. Pero se ha compor­lo mismo que cualquier ignorante de nuestra realidad cultu-

Creyó que en pintura sólo existe el cuadro de engañifa . . . y literatura, las traducciones del francés. . . y vino a hablarnos

•• ..,n...,.~ si se tratara de un pueblo en decadencia ... que ya no puede oír ni ver. . . En un instante -lo percibimos- el mismo Jean

••.cts¡;ou ya no sabía qué hacer con el vacío de su pensamiento ... "'"'''".l'J"'"' en un francés cualquiera, tal como lo define la tra-

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Page 73: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

-Francés. . . es un señor condecorado. . . y que no conoce la geografía. . . -

Salvador Novo ... académico de la lengua ... Maese Novo, en el teatro . . . por sus contratos con la televisión había olvidado a la poesía. . . pero he ahí que al través de su ventana. . . de nove­dades. . . naturalmente. . . percibimos en sorpresa su último ver­so, con el mismo ritmo de los años juveniles ...

"Te vi -me dijo don Justo-en la sesión de la Academia, el miércoles. Me dio gusto ... "

Columna ((Galerías" Revista de América, No. 568 México, D.F., noviembre 10 de 1956

·LA MUERTE DEL CREADOR DEL AMARILLISMO

Hearst -el gran periodista- acaba de morir, dejando una es­tela de columnas en el monopolio del periodismo. Su vida "rotati­va" comenzó con una fortuna de 25 millones de dólares y termina con el infortunio de morir sin haberse gastado los doscientos mi­llones de dólares, apiñados -como otras tantas columnas fuertes del diarismo- en las "galeras" de los grandes cotidianos.

"" Hearst fue un genio del periodismo: inventó una nueva forma de presentar la noticia. Se inicia en la carrera de las letras apre­suradas, sensacionales, instantáneas, en una época de crisis, en os momentos en que la ~ición por la lectura comenzaba a declinar. Cuando Hearst adquier.s el "San Francisco Examiner", el público leía únicamente las informaciones de los eventos deportivos, en los periódicos especialistas. Todo se convertía en una cuestión de es· pecialización. Aún el periodismo era una especialidad de la li~ tura: un género-diferente ~1 poético, dramát~co, n~el~ rrad~stante, lo mas mtenso del dramatismo, lOñlás intrin~

dode la novela y lo más_Q2ético_de.J.a...psosa (iiaria. . Se extendía !a _"notic~a_ ':sp~c!alizada", y sólo alcanzab~

~Q.ular el hech_o_~otidi<!n~_~atado -p-orlose-speciahstas.L.--en

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-comunes y ........... v .. simple de los acontecimientos, ya no tenían lectores

lúiicien para sostener su circulación, y no pasaban de ser un de hojas volan~es, amasadas y leídas sólo en las peluque­

y en los consultorios, en donde se entera uno de las noticias sensacionales de los tiempos pasados. ~n esta etapa crucial del periodismo, surge Hearst, y realiza magna obra de la linotipia informativa, con una gran imagi­

.-.... v .. y poder sugestivo inconmensurable, creando los encabeza-a tinta roja y a ocho columnas ...

En el instante mismo en que Hearst introducía la tonalidad ro­en la forma de presentar la noticia se transformaba la tonali­de la frase, revolucionando la técni~ del diarismo. Hearst crea­así, el sensacionalismo en la noticia: lo que en el argot nuestro

denomina "amarillismo" ... En sus andanzas por las "galeras" del suceso,

de Mark con la

que daba a la palabra -impacto del pensa­como dice Alfonso Reyes- una doble fuerza de proyectil:

la trayectoria y vuelve ya con los rastros de su

· . En cuanto se propagó el sensacionalismo, los periódicos cam­de aspecto. La antigua modalidad -europea- de repartir

UlfiiOt:ll:óaLcrlJrli:u en las diversas páginas de la publicación, desapareció, la primera plana, el privilegio de contener todo lo deci­

de la vida, en la noticia clasificada, según su importancia. La información concentrada en la página primera creó una

·-"'n;;_ de ."~onopolio de la noticia", y la "cuarta plan~", pasó en diarios, a segunda categoría. Un nacimiento, una muerte,

no correspondían a sus secciones respectivas, si se trata de un . . de la vida pública: correspondencia al mupdo entero y

· difundm a grandes caracteres rojos, como noticia capital ... El monopolio de la información en la primera plana, dio a Hearst ~ .. ,,..,~ ... v del periodismo, denominado "El Imperio de Hearst"

Ministerio de Hearst", más potente que muchos imperios y poderoso que muchas Secretarías de Estado. o

ucr6nica General" Revista de América, No. 296 México, D.F., agosto 25 de 1951

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Page 74: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

FRANCISCO ROJAS GONZALEZ

Francisco Rojas González acaba de morir y con él las letras mexicanas han perdido a uno de sus valores, especialmente en lo que se refiere a la novela y cuento.

El otoño -la estación de las añoranzas, de los frutos plenos­comienza a devenir nefasto en la historia de las artes y las letras nacionales: por esta época, Esparza Oteo, arrebatado por la Amada de los románticos, huyó con el ,más viejo amor --el que no olvida ni deja nunca y dice adiós-; Francisco Orozco Muñoz se fue a su Klóndike lejano. . . Xavie:r Villaurrutia realizó, definitivamente, la representación de su drama Invitación a la Muerte; y Gustavo Villa· toro escribió la palabra FIN al último acto de su vida, para bajar el telón del más allá, sin esperanzas de reanudación ...

En este mes, también Francisco Rojas González -en la pleni­tud de su fuerza creadora- epiloga con su propio destino la His· toria de un Frac y nos deja con la Negra Angustias, como único refugio a su desaparición, póstumo cuento de ayer y _de hoy .. :

Pródigas tierras las nuestras que ofrendan -no solo a la v1da, sino a la muerte- su fruto en sazón, cuando esté aún todo lleno de savia y puede servir de abono al infinito.

En otros climas la Muerte emprende su cosecha, cuando el hom· bre ha agostado su ciclo vital, en los nuestros, la Muerte r~aliza su recolección cuando el hombre se yergue en plena florescencm · · ·

En otros países, el hombre ya no comparte nada con la mue~e; en el nuestro, el hombre comparte su vida, no sólo con la v1da, aun con la Muerte, acaso para que su flébil apariencia pueda sub· sistir de otros despojos, nutrida con la fertilidad de nuestra car· ne ...

Francisco Rojas González ya sació su sed ... Ahora, perdura la nuestra, detrás de su recuerdo. . . en la can·

ción: la noche buena se viene, la noche buena se va, y nosotros nos iremos . . . y no volveremos más . . . ,

Pero antes de su muerte y ante todo para su inmortalidad, m~ grande cuentista que novelista, por la antropología de su fantasi~ y maravilloso realismo mágico con el mito y la verdad. . . habra que leerlo en "El Diosero" como se leen los grandes capítulos de "la Odisea" que para inmortalidad basta una obra genial de pura cepa y. . . de sepa usted también ...

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((Crónica General" Revista de Amé~ México, D.F.,

ABREU GOMEZ

"Llegó a comprobar .lo mexicano que trascendía a universal. .. "

Su figura, su pensamiento, sus sentimientos, estaban extraídos la vida. . . Su mirada azul, límpida, provenía de la juntura del

con el cielo en las lontananzas de upa tentativa de infinito ... de lo exterior al íntimo recogimiento . . . La . cordialidad

sus manos; a veces abaciales, como para entreabrir un nuevo entre las vísperas novicias; a veces, heresiarcas, como para

los legajos de todos los dogmas. . . se extendía paralela­hacia la individualidad y hacia las multitudes. . . con el pro­

·-,~ .. -~ de. ordenar, aclarar y conjugar las disonancias del mundo en balbuceos cotidianos y seculares ...

Su palabra llegó a todos los ámbitos, remozada por los acae­diarios; mileniarizada por su meditación y traspuesta al día

hombre por la misionera labor de forjarlo, enhebrando su acer­sensible, más que las ideologías pasajeras y los sistemas contin­

•• -.. , .• ....,, ... ..,, promulgado el devenir de la humanidad como una con­t•mción de destinos apasionados por el entendimiento de los valores

tivos, aun en las querellas y contraposiciones; en las rea­IJIIuacJ.es y desrealidades del convivio mutable ...

Su presencia en la casa solariega perdura en el recuerdo de la de errabundear; en el aula, de transmutar sentimientos

ideas lúcidas y sencillas, despojadas de la pátina de las ilustra­en el café, de comunicar las experiencias de sus lecturas

IBl~Cl«~nt:es, pasadas, antepasadas, con una sonrisa común para co­t•I>CH1os y desconocidos como el contertulio agrupador de todas las IJ~edlit<:tdonc~s: símbolas, disímbolas, anacrónicas y factuales. . . en

hogar, como una fantasmagoría de amor y juglaría de 'ingenio fertilizaba los silencios más inhóspitos y hacía crecer los he­más insignificantes hasta convertirlos en rebosamientos y auh

hecatombe ... Llegó de su provincia -tierra poética, corrientes legendarias,

minúsculas, cielo abanderado, guerras de castas, naufragio de trombas de criollos ... - en los albores de su juventud;

rec:~sa.mE~n en el año de la Constitución del 17. Arribaba, car-de equipaje intelectual: ensayos, cuentos, novelas, teatro ...

. mensajerías indecibles, reales, extravagantes, incontenibles, bro-

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Page 75: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

tan tes, como los rumores subterráneos. de sus pueblos . . . De ahí ... que nos llamáramos, al encontrar~os Junto~, ~or los azares del an-dar y andar. . . los constitucionahstas arnbeno~. . . . .

Llegó a comprobar lo mexicano que trasce?dia a umversal,. VIS­

lumbrado por Rubén Daría en Juana de AsbaJe y en Juan Rmz de Alarcón. r · d 1 1

Llegó a esclarecer lo español en la hondura y nnpie;za e en-

gua~~· f~e. . . como había arribado. . . como si _no hubiera llegado al invisible metro cuadrado que ocupó en la sociedad. . . Se fue. · . como si no se hubiera ido . . . extendiendo inconmensur~bl~me~te la extraterritorialidad de su nombre. . . cargado de eqmp.a]e: b~o­grafías, mesas redondas, cuadradas, ilimitadas. . . memor;ales, m­memoriales recuerdos. . . palabras dichas, escritas, ~ntr~dichas, se­gadas en l~s labios. . . que resuenan aún ~~ los ambitos de" los innumerables puntos cardinales que descubno con la pureza d-. su palabra, cortada como el cristal cortado ...

((Marginalia" Revista de la Escuela Nqrmal Superio~ , Méanco, D.F., 197

ANGEL SALAS: UN GRAN DILETANTE

d , 'd apaci-Su muerte acaecida el 26 de abril, nos recor o su VI a, . , ble de bondad; y tumultuosa de rebeldías y constante de c~eaci~n Y de esperanzas en el hombre y en el mundo de nuestro tlemp · · ~ Su juventud la entregó a la Revolución y su m~durez, a rees¡.~~a turar los sueños de los liberales de la Reforma: eJemplos de poI 1

y de patriotismo. . . labra De la fecundidad de sus pensamientos, mnguno se hizo P~ de

· f · en bien en contra del hombre; todo lo que penso ue Sl~~pre , Ja· la tentativa de la humanidad por alcanzar la feh<:Idad comun. ni más pidió nada a nadie: ni oficialmente, ni se~bmentalmente, y amicalmente. . . en cambio, dio todo lo ql!e tema a su ~lcanc~,c· más allá de su alcance, removiendo montanas, rali'gando cielos,

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Su talento -con chispazos geniales- lo percibía todo, hasta fondo de la realidad ocluída por la historia, la mitología, la

Dritos·otta. la r~ligión; y al transformarlo en hecho estético, lo de­a la misma realidad por medio de la palabra lúcida, de la.

.......... -.a. astral, de la pintura tonal, de la enseñanza cabal. .. Políglota: entendía el lenguaje de todos. . . y, a veces, aun in­

aquello que los demás no podían decir en su propia len-

ideas y sentimientos ayudaron al arte a subsistir en la ,v..,._,._ .. ._,,a. individu-al y en la conciencia socia¡ de su tiempo, Los

populares se hicieron universales en sus palabras y en sus ••'-•vu.'u." ... Y lo universal, vislumbrado en sus viajes por el m un­

antiguo y el mundo moderno, lo convirtió en saber popular ... Buen sembrador. . . sembró mucho. . . para que cosecharan los

. .. sin aludir nunca a recompensas en el más acá ·o en el allá. . . Sólo por la alegría de sembrar y asistir a la distribu­de las flores y de los frutos. El sólo cataba flores y frutos,

su punto de aroma y sabor, para que la naturaleza no defrau­a¡ hombre en su tentativa de apropiársela ...

J?e la vida hizo una vivencia cotidiana; comentada de tiempo tiempo, como un apotegma diario para vivir. . . convertido en

ironía, únicamente cuando intervenía la casualidad forma de equivocación, tergiversando las decisiones de la inteli­

en sus propósitos de domeñar el instante y el siglo de la ac-

Ayer nomás, al preguntarle por su vida; respondió: - ... como siempre ... estoy ayudándole a la muerte ... Ahora. . . comenzarán a hacerle justicia. . . porque murió con' serenidad de quien sabe que su inmortalidad está aquí, en la

entre todos nosotros ... Y entre nosotros ...

Angel Salas fue un muchacho, que por azar, fue un gran estu­. . . porque hubiera podido ser algo más. . . Traía un cúmulo

respuestas acerca de la naturaleza, del hombre, de los fenóme­tan lúcidas ... que dejaban mudas a todas las interrogaciones

·---~ ..... ,Aa."' en los corrillos estudiantiles. . . Y los ámbitos de las se llenaron de sus ideas y de sus prácticas en la convivencia

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Page 76: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

con la juventud. . . toda. . . que se estimulaba y se acrecentaba y se afirmaba al impulso de su fuerza juvenil ...

Angel Salas fue un hombre, que por azar, fue un gran músi­co. . . porque hubiera podido ser algo más . . . Percibía en la brisa como en los huracanes, en el agua como en el fuego, en la tierra como en el aire, vibraciones que todavía :ho podían reproducir los instrumentos creados por el hombre. . . Y las pautas se llenaron de los sonidos acordes a sus pasiones, alegrías, tristezas, place­res. . . que repercutían en la vida de las relaciones sensibles, de­jando siempre en los ecos, trémulos que llevaban a la ~edit~ción sobre conceptos imperecederos, trascendentales en la existencia .. .

Angel Salas fue un hombre, ·que_ por azar, fue un gr~n pi~tor .. . porque hubiera podido ser algo mas. . . porque sus OJOS vemn los matices que están más allá de los crepúsculos, más allá de los fon· dos marinos más allá de la noche, más allá de las albas. . . Y muchas tela~ se cubrieron de paisajes que jmnás imaginó la natu· raleza. . . Paisajes que provenían de lo más recóndito de su m un· do espaciado pór tiempos lentos, violentos, compases sin med~das que daban a la realidad contextura eterna. Cuando contemplaba· mos una de sus naturalezas muertas. . . parecía que tocábamos el fruto. . . desprendido de su arte cabal, en la tentativa de en con· trar las equivalencias de lo que se toca con los ojos ... , Angel Salas fue un hombre, que por azar, fue un gran m~es· tro. . . porque hubiera podido ser algo más. . . Fluía una sabidU· ría de su mente capaz de enseñar a crecer a los árboles. . . de d~r flores y frutos . . . y de sazonar a todas las estaciones para producir las mejores cosechas de las temporadas fructíferas. . . En las es· cuelas puede oírse aún su voz. . . mantenida en las verdades eter· nas al hombre y a la sociedad; a los sentimientos y a los pen~a­mientos que hacen más grande al hombre mismo. . . En s~s dis· cípulos puede comprobarse la proyección del maestro que hiZO de las disciplinas todas, un propósito humanístico. La materia se con· vertía en una forma de representar al hombre en sus div~r~as fases Y al través de sus transformaciones, develaba al espm~u, ocluído en lo más recóndito de las materialidades de la existe~clcl El espíritu, traspuesto a los rayos equis de su análisis, devenia la principio y el fin de las trasmutaciones, desde los comienzos de animación del mundo... ·n

Angel Salas fue como los buenos libros. . . que siempre esta

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uno ... en los momentos desdichosos para alegrarnos; y en los lllVJLucuL,J:S alegres. . . para acrecentar nuestra alegría ...

Sus actos correspondieron siempre a sus palabras. . . las conser­en la J?e~oria ~omo una obertura de los propósitos ...

una teoria Imprescmdible en la acción de la vida ... Nunca abandonó a nadie, a ninguno de quienes acudieron a solí­

su ayuda en las dificultades de la existencia Arre~laba el ~undo para los demás ... enseñó. a vivir de su

VIda a qmenes no sabían cómo utilizarla en los instantes o en los instantes comunes.

No se daba a todos, despilfarrando sus sentimientos sino se a todos descubriendo lo que tenían sin saberlo '

A la~ _vidas pobres les dió esplendor; a las vidas ~~plendorosas, cubrm de arte, enseñándoles lo que oculta lo demasiado lumi~

Era un gran maestro . . . no para sí mismo. . . sino por los de­. . . lo que dejaban de enseñar a quienes competía la ense­

, lo enseñaba él como lo más importante para la vida ... Su catedra era una incitación a la búsqueda .de los valores más

~ hondos del ho~bre, en el decurso de los sentimientos y l~s Ideas que ha deJado la humanidad. Cuando la vida perdía ritmo Y come~aba a dar tumbos entre las realidades nefastas

por el mismo hombre, su sabiduría encontró siempre lo~ de encauzar la ignorancia provocadora. . . porque el maes-

estuvo constantemente seguro qu.e el único mal de la humani­provenía de la ignorancia ... , tam~ién, fue como un manantial inagotable. . . un caudal repa~Ir a manos llenas hasta quedarse él con la mano exten­suplicando al mundo más saber para más dar: ..

Angel Salas fue un hombre que siempre fue algo más. . . un entre los hombres. . . Una fuerza de entendimiento que co­

~ ...... aJJ'd. por entender al mundo para explicarlo después a los de-

cuando la vida se sistematizaba excesivamente .. ~ entonces . descubrir el desorden que le diera un nuevo cauce. . . un

ntmo. . . fundamentado en la consonancia libre del pensa­y del sentir. . . como el contrapunto. . . como el verso U­como la palabra libre ...

Cuando h<l;blábamos, se lamentaba de no tener algo más que a los demas ... para coadyuvar al alcance de sus ideales ... Y,

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Page 77: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

si consideraba que la vida es corta. . . era sólo por algún tiempo .. . porque la extendia. . . proyectándose en lo infinito del hombre .. .

Fue un gran amigo porque fue un gran conocedor del hom­bre. Su sabiduría se convertía siempre en felicidad, en donación ...

Disculpaba los errores de los demás; a veces, los convertía en aciertos ...

Una vez ... que José Rubén Romero nos dijo: los veo de cuan­do en cuando. . . tal vez por eso. . . los aprecio tanto. . . cada vez más. . . Angel Salas respondió: algunas amistades necesitan repa­ración. . . como ciertos instrumentos de la vida ...

Algunos lazos amistosos que se encontraban mal atados. . . los desataba del todo. . . para hacerles un nuevo amarre ...

Enalteció los sentimientos como la fuerza única para sostener el principio de la vida, consigo mismo y con los demás ...

Estaba en el infortunio con los demás y acudía con su fortuna para los demás ...

Su amistad era como el vino. . . con el tiempo entre más añe-jada. . . más pura y más gustosa ...

Pero fue un gran amigo porque fue un hombre muy inteligen­te; y sólo los inteligentes saben ser amigos ...

Sin duda. . . lo que echará de menos en la eternidad. . . es que su vida haya sido tan corta. . . y no le alcanzara para ofrendarla, como desde sus años mozos, a los años veninderos ...

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Luctuosa «Marginalia" Revista de la Escuela Normal Superior México, D.F.

MUJERES EN MI VIDA ... ARTISTICA

Page 78: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

CONCHA ESPINA: LA CLAVE ...

Una mañana tardía. . . como todas las mañanas madrileñas ... dispusimos acabar con la miseria ...

-¡Hoy es el gran día! -dije a mi compañero de ayunos. .. -¿Qué día es hoy -Preguntó con voz ensolvada, .una voz de­bajo de las sábanas.

-N o importa la fecha. . . lo importante es que el gran día se ~proxima. -Agregué.

-Para usted. . . resignado a todo. . . todo es granqe. . . Quien se conforma con pan remojado en aceite ... puede ser feliz en cual­quier parte del mundo. . . -Repuso mi compañero.

-Desde luego ... Pero, de todas formas ... hoy es el gran día ... Hoy comeremos algo más que pan con aceite. . . -Concluí.

Al escuchar la úl~ima palabra, mi compañero de alucinaciones le quedó dormido. . . acomodándose en su única felicidad ...

Yo salí de su estupor. . . conducido por el iluminismo. . . fuerza tue condujera a los místicos y a los pícaros del siglo xvr. . . Oyen­lo los augurios de una voz recóndita ... como la de la revelación ... tle donde surge la voz de la conciencia. . . cuando se ha comido ~ien. . . o cuando se ha ayunado más de una semana. . . me eché a tndar. . . por primera vez en Madrid. . . con un propósito ... · con lna idea fija ... . ~: Después del éxito obtenido. . . al cabo del medio día. . . volví y hperté a mi compañero, repitiendo:

. ;,, -Hoy es el gran día. . . hoy es el gran día. . . hoy es el gran Jia ... ~ Y para convencerle le mostré unas monedas esplendentes ...

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Page 79: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

Mi compañero se quedó soñando ... De pronto, su mirada, como una saeta de asombro y pavorida. . . me interrogaba con acento desmesurado:

~¿Qué hizo ... ? confiese ... por una comida ... de pinche ... no vale la pena levantanrse .. .

-No se espante ... comeremos pan bendito ... -Respondí, ayu-dándole a despojarse de la gravitación del sueño .. .

Luego, nos dirigimos a la taberna de Eladio, en la Plaza de Isa­bel II. Al sentarnos a la mesa mi compañero, con gesto severo parecido al de los doctores, de los filósofos o de los ermitaños en el desierto, me reconvino, amenazante, insistiendo:

-Si no me dice cómo consiguió el dinero. . . prefiero morir de hambre. . . antes que comer pan salado ...

Mientras comíamos, relaté la hazaña: -. . . recuerda, querido amigo que en todas las novelas poli­

ciacas. . . en todas las historias, alegres o desdichadas. . . en todos los misterios vulgares o indescifrables. . . para resolver el nudo de la vida y de la muerte. . . aconsejan buscar a la mujer. . . porque es la heroína y la antiheroína en todos los casos. . . y se da con todo y todo. . . Pues. . . yo busqué a la mujer ...

Mi compañero, austero, sin dejar de comer. . . simuló que se le­vantaba co11 intenciones de retirarse . . . Y o le hice el juego y le retuve, continuando:

-. . . y la encontré. . . naturaimente. . . en todas sus fases ... textualmente. . . en Concha Espina . . . Se acuerda: la prima de Germán Cueto. . . A ella acudí contándole qué acababa de llegar a Madrid con la misión de escribir una serie de ensayos acerca de los escritores europeos más leídos en la América española. . . Le hablé de La Esfinge Maragata, confesándole que era la única novela que conocía y que, para completar mi juicio necesitaba documentarme más. . . leyendo sus obras principales ...

-¿Qué libros míos deseais? -Interrogó. -Sus obras completas. . . -Respondí, súbito. Seguía charlando de La Esfinge Maragata; de su mundo árido

en las estepas sociales de nuestros tiempos. . . rural y proletario. ·: de sus estudios sobre el alma femenina. . . de su resignación reli­giosa al afirmar que debemos seguir sufriendo ...

Al despedirme me dio una tarjeta para la Editorial Mundo La· tino.

Como algunas de sus novelas ya estaban agotadas. . . me pro-

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sólo diez ejemplares, entre ellos, La rosa dé los vientos, metal de los muertos y Altar mayor ... -¡Diez ejemplares de Concha Espina. . . a peseta ejemplar ...

diez pesetas ... ! -Aclaró el librero de ocasión ... y me entre­estos duros. . . que le han causado estupor ... En seguida nos trasladamos al café de Pombo. . . para tomar Gómez de la Serna. . . el café de Antonio Machado ...

De todas las mujeres que iban y venían de Montparnasse ... a una J?~jer que iba. . . pero que no venía de Montpar­Una muJer extraña. . . porque además. . . contaba con

lo que cuenta una mujer para la vida común y corriente ... Voluntariosa, dominante, irresistible. . . seducía a simple vista,

olfato, gusto, tacto. . . por el color de su piel como la de :l<>rm<>'tvo<> por sus ojos, el iris de oasis en el desierto, en cuarto

como los éxtasis de Nefertiti cuando cantaba desnuda al sol, por sus manos musicales como las de las muchachas

..... ,_,~u,;a;:s en los festivales tebahos, por sus piernas como las de la que cerraba y abría el ritual de Tuta:hkamón, por sus

como los de las clamorosas en los harenes de las más puras y por su sonrisa como la de la esfinge joven ...

Frecuentó las tertulias plásticas de van Dongen, las musicales Vare~se, las poéticas de André Bretón, las dramáticas de Geor­

Polb, Y era amiga de Maillol. Se rumoraba en los círculos artísticos que ella sirvió de modélo al gran escultor para

tFimorl:a el ideal femenino de nuestros tiempos en la Femme collier, conocida como la Venus de Maillol, y comprobada si

tomado las medidas de su carne de bronce, en las Tulle-

Soñadora. . . en los cafés se abstraía fuera del barullo, obsesio­contemplando el asiento vacío en el rincón de una mesa,

-.. u'ó"''a.•.•u'J"'t: al hombre inesperado. . . en las representaciones es­.... ... ,"a."'. delineaba al personaje que en su concepto faltaba para la

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Page 80: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

concepción.'integral de la situación dramática; en la vida, aludía a lo natural, ausente algunas veces, para la ilusión de la realidad ...

E){tremista del término medio. . . detestaba los extremos que no coincidían en el infinito ...

Detestaba mi literatura y acaso por ello me auguraba un gran porvenir. . . y un pequeño presente. . . aunque P?r ella: Geor~es Pilliment tradujo mi novela El Viaje Redondo; y R1bemont Desaig­nes me permitió escribir gacetillas en L'Intransigeant Y en Pour Vous Madame ...

Ella me enseñó la simplicidad de la vida. . . que sólo se entrega como una mujer. . . después de descubrir sus secretos al oído ... a oír música a comer, a dormir, a soñar. . . juntos recorrimos los

. aledaños de ia leyenda. . . el Moulin de la Galette, el Lapin Agile, la Butte, les Grands Halles, la Opera, Menilmont, Pigalle, el Sena, el Bosque de Boulogne, el medio día de Francia, el alba, las no­ches de París ... · -Me gustaría hacer un viaje contigo. . . un viaje intermina­ble. . . -me dijo una vez, subiendo la colina de Montmartre.

-. . . pero no el red~ndo. . . --entredije. . . -No ... -respondí()....!.. -No me gusta ... Es del}1asmdo mte-

ligente .. . Tal vez por guardar rencor al escritor. . . y simpatía al ho_m­

bre. . . se preocupaba tanto por mi destino, frecuentando conmigo saraos, conciertos, exposiciones de pinturas, tertulias literarias· · · creyendo más en lo que e~cribiría yo ep la madurez . . . . .

Con el tiempo y el silencio. . . llegué a creer en sus predicciO­nes. . . y sigo creyendo . . . Acaso por sus advertencias persisto en querer comprobar lo que no se comprueba nunca. . . y me aferro ~ la ilusión de que quienes no alcanzamos la inmortalidad con la VI­

da. . . tal vez la alcancemos con la muerte ... porque ella así lo va­ticinaba; y le respondía:

-. . . yo sé que todo es verdad. . . pero yo vivo de una única mentira. . . de creer en todo ...

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Columna «Galerías" Revista de América, No. 106

México, D.F., julio 4 de 1959

Al dia siguiente de todos los días. . . a la misma hora de todas horas ... una mujer desconocida me esperaba junto y aliado de

mujer desconocida de la mañana a la noche del día anterior .. . Al reconocerme, ambas se desprendieron la una de la otra ... ,

l.'lll""u''v si estuvieran hechas de sus partes iguales. . . Y una de ellas marchó sin despedidas, mientras la otra se arrellanaba en su

·-~~·~·~ intimidad y en la mía también, tomándome del brazo ... . . . he aquí al hombre. . . al hombre de quien hemos hablado ... -Dijo, cifrando sus p;:tlabras de un sentido a las claras ...

Y sin dar tiempo a ninguna respuesta, agregó: - ... y he aquí a la mujer ... -¿A la mujer ... ? - ... a la muje:¡; que le encuentra ... Yo la escuchaba, absorto, sin creer en sus vaticinios y sin dejar creer, vislumbrando algo inaudito en sus labios, invisible en sus

intacteable en sus manos. . . como si contuviera el contraste recuerdo, de. todo devenir ...

Hablaba, misteriosamente, en tono agorero, entre servicial y entre cotidiano y milenario ...

Yo no quería hacer caso de sus palabras. . . sin embargo, como l~corttec:!e con quienes poseen un poder de forma. . . me convencía

de algo que jamás hubiera aceptado, dicho con otras

Y quedamos silenciosos. Al cabo del silencio interrumpido por la voz del camarero anun­

• ., .... .,,uu la hora de cerrar; otra vez, tomándome del brazo me hizo el café y nos echamos a caminar por la ribera del río

a lo largo de la Schiffbauerdamm. . . • A medida que ella trataba de intimar acercándose más y más

mi ausencia ... la presentía como más lejana. . . y sólo la advertí que pronunció algunas palabras insignificantes predicadoras

la trivialidad de su enigma. . . ' Ella era la misma. . . como todas . . . un poco menos, tal vez, la primitiva visión que nos persigue siempre desde los primeros

Y, como en toda persecución, ambos nos echamos a correr uno Pos del otro. . . descendiendo indefinidamente, lentos, co~o· si

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Page 81: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

hubiésemos perdido la pesantez; pero sin sustraernos a la ley de la gravitación. . . aunque sin alcanzar jamás el vacío ...

Mientra,s descendía en su transfiguración, pude ver sus ojos sin pupilas, oír sus labios sin resonancias, tocar sus manos sin tacto ...

Arrebatado por su torbellino, rne envolvía en sus arrobos, apre­sando mi pensamiento en sus brazos, llevados a la cabeza en torno, a la manera de un halo de sujeciones. . . y permanecí unos ins­tantes, como clavado en una cruz cuya cabecera y pedestal estu­vieran dispuestos en forma de parábola. . . mientras ella se tendía en forma de ocho. . . para hacerse infinita ...

No obstante que continué rodando en el fondo. . . en el rincón más sombrío de la noche que caía de su cuerpo, en medio de nues­tras soledades. . . no alcanzaba a descifrar su naturaleza recóndi­ta. . . y apartando mi mano de su secreto . . . al dejar su sentido oculto. . . percibía que ella era sólo la mitad de la mujer. . . que la otra mitad se la había escamoteado el doble de su sombra ... y que al permanecer intacta. . . su cuerpo no podría estar ni en el cielo. . . ni en el infierno. . . acaso en el limbo. . . a donde van las mujeres que mueren sin recibir el sacramento del amor ...

Entonces, ella, llorando, me dijo: -¡Soy una mujer sella,da ... vallada ... desdichada ... a quien

nadie. . . ni tú. . . podrá salvar .. .

LA CONDESA DE NOAILLES: EL AMOR EN SUS BRAZOS .. ·

Algunos cronistas la llamaban la corifea, . . tal vez por presidir el coro de las admiraciones en el mundo de las letras, o porque se dedicó al culto de la poesía, o porque era muy bella. . . en su orto de luna. . . o en su estado crepuscular ...

Cuando la conocí las sombras habían pasado ya del otro lado de sus colinas. . . proyectándose en la misll).a forma de sus versos: como la caricia de la noche sobre este mármol fantasma:

Así la recuerdo, como un mármol languidescente ... los ojos lánguidos, la boca lánguida, los brazos lánguidos, las piernas lá.n· guidaas. . . el cuerpo tocado por un lirismo ardiente ...

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Estaba obsesionada por los espíritus de la naturaleza a la ma­ant~gua griega; se sentía acechada, perseguida por Ía muerte

forma de faunos, íncubos, que tomaban a veces hasta la apa~ ll'iiencia de hombres comunes y corrientes ...

Temía a los ruidos que se escuchaban en la soledad de los cam­Y se apart~ba de la fauna y de la flora, como de fuerzas des­

D;<>nCIClCias que ~ntentaran violar su imaginación mitológica. . . su en germinación plástica. . . Un olor acre se convertía en . . . un olor suave, en arcángel. . . una sensación de calor,

Eros. . . una voz en la lejanía, en eco. . . Las arcanas fuerzas de la tierra, del aire, qel agua, del fuego, se personi­

-· ... a.~•o.u en una teoría de hombres ... Pero temía tanto a la muerte como a lo fugitivo y temporal ...

_,,t'r·•n la nostalgia de lo infinito. . . a tal grado que cuando estaba pie, se sentía pasajera, inestable, sustituible. . . De ahí que al

la estación violenta de las estaciones, se encamara, temerosa ser sorprendida y raptada por un milagro de los dioses ... Pasaba largas temporadas en su lecho de pétalos como en sus

••~"'"''"'\"' al abrigo del buen tiempo delicado que calid~ce su gargan­desnuda. . . donde reposa su voz dulce como una paloma ... Tomaba sus vacaciones en la época en que todos se van de Pa­... y volvía a su ambiente de leyendas olvidadas de metamor-

antiguas, de reliquias amorosas. . . ' Después de algunos recuerdos, las imágenes de su~ antepasados

.,... .. ~.--~ se develaban en los espejos; y nosotros mis!DOS parecíamos en sus aguas represas ...

Contagiados por el espíritu de su poesía del corazón innom­la sombra de los días, los deslumbramientos, los vivos y los

las fuerzas eternas. . . yo también retorné a los sueños añoranzas, a los imposibles. . . y para complacerla del tod~

anhelado arrebatarla como en los antiguos mitos. . . tras­...... "<~uu ~n agua, vehículo de amor. . . en fuego, ya que en la vida

es drgno lo que es capaz de arder. . . en tierra, para dejarle en labios el sab~r de los comie!lzo~ del hombre. . . en aire, para in­

del sentido de lo que Jamas echa raíces . . . Pero su estan­me pareció como una callejuela sin salida. . . ni a la vida ni a

muerte. . . un vericueto por donde sólo se podía pasar en aluci-

Así, rec~inada, como en su poesía, realizaba un ideal de perfec­fememna, en su cuerpo como en su lírica: ~wostarse al lado de

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Page 82: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

la frescura de las fuentes con el deseo de sus amores. . . y se opri­mió a sus sombras vanas: .. porque Anna Mathieu de Noailles, sen­tía en el hombre tanto lo fugitivo como lo imperecedero de la exis­tencia; y en su 'corazón, en el fondo del entendimiento, al pobre corazón humano como un brote de los árboles. . . estando en el se­creto único rev~lable. . . que un día se alejaría de ella, como su juventud. . . pero llevando al amor en sus brazos ...

COLETTE: PROMESA T ARDIA •.•

Cuando la conocí Colette tramontaba el meridiano otoñal. · · Sus encantos esplendían aún como las tardes doradas últimas de la estación de la cosecha que ya recuerda la temporada de sombras que está por venir. . . ..

Sonreía con tonalidades súbitas, vivas y fugaces. . . aunque :1 sensualismo de sus labios se revelara constante al paladear la si-laba más grave cómo la más aguda. . . .

Sus ojos eran todavía más golosos q~e su b_?ca; impe~céptibl~ cuando quedaba silenciosa, en consonancia meditativa, umsona a estado cogitabundo de su pensamiento ...

Las sensaciones físicas, los impulsos instintivos, las impregna­ciones milenarias de la naturaleza, los placeres de los sentidos, que fundamentaron su vida y receraroh su obra, impresionaban .~un Y no sólo se percibían sino podían palparse en l~ ~mramenta_cwn ~~ su realidad inmediata. . . tan presta al goce labil que encierra misterio de lo infinito. . . . , . , . . ali·

Sus encantos esplendían aún en una fus10n msohta de amm dad y espiritualidad. Sin embargo, para mi juventud de ~ntonc~~Í yo prefería a la Colette absorta en su mundo no descubierto todo y apenas revelado en sus novelas La Vagabunda) La Ingenua Libertina y Mitsou) o en cómo el espíritu llega a las muchachas · · · por obra y gracia de la carne. . . . ,

0 Ignorante aún y desconocido de la f?rtuna, c~n?Iderandomeo ~s

mismo como un desdichad~. . . l~ prefena, I?elancolica, con los el Ia. bajos, en sombras. . . con los labios hermebcos y su caoellera d

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••. ,,"u"'" parca ... dialogando en silencio con las bestezuelas de su mi­cotidiana, ajena a toda fealdad material o espiritual, y co­

ITE:~tel:tnc1o su sensualidad como otra de las innúmeras bestezuelas en se transformaba su genio ...

La prefería delicada, única, como una promesa tardía o prema-al mismo tiempo. , . la prefería con la contextura de sus per­

.,.,·~··~J~-" que son como una evasión, como un sueño que ha tomado de sus propios deseos. . . como un todo de vida que no en­

• ....,,n<>ni-1•"' su identidad en el transcurso de los hechos diarios, comu­Y corrientes, o como una realidad que no encuentra la sutil

ll.l:~ontte:x:ttn dé sus sueños ... Sus personajes tomados del acaecer cotidiano que no alcanzaron

confeccionarse con los últimos lampos de sus sueños. . . todavía .., ...... a.u por ahí, maltrechos y moribundos. . . Muchos de ellos logra­

en la literatura, el éxito de una mujer o de un hombre, en la . . . Otros, permanecen huraños y hasta coiltradictorioos entre

realidad y los sueños que funden la materia prima de la vida en amalgama inextricable. . . ·

Su estilo era como ella misma; como su talle, flexible; y como cuerpo, sencillo, natural y manuable. . . con todas las voluptuo-

, ...... ,"'"''=" que procura la naturaleza concebida y amada con un pan­primitivo ...

Colette, evócando sus primeros contactos con su propia natura­recordaba, placentera, sus inquietudes iniciales. . . cuando se

.,... ..... ,.ua sobre la tierra cálida, bocabajo, identificando su contextura •4~men:ina con lo terrena¡ y finito. . . sensaciones expresadas en su

leve, casi como un verso: ·

jardín se restablece lentamente de su larga jornada de calor

Así ella también entraba en convalescencia, difícilmente, des­de una interminable estación ardiente. . . en que sus deseos se

ncE:mdiatlan solos como las selvas tropicales al sentir el fuego del

Columna ((Galerías" Revista de América, No. 706 México, D.F., mayo 30 de 1959

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Page 83: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

LA I:JISTINGUETT: MIS .•. TIN ..• GUETT ••.

En la época en que Jeanne Bourgeois sintió sus primeras incl~­naciones artísticas el público exigía, además de una cara bom-ta ... buena voz, eÍ gesto y el ademán en equ~valencias a la. ~mo-ción ... No sólo la dote física era un requrimiento ... tp.mbien el talento ...

y Jeanne Bourgeois, aspirante a vedette, era fea ... En los comienzos de su vida, los muchachos de 1~ Butte : . . la

seguían gritándole: "Adiós, Miss Helyet. .. " porque Iba vestida al estilo del personaje femenino de una op~reta a la _moda. . . Ella, para espantarlos. . . ingenuamente se estiraba los OJOS -como las exóticas de hoy en noche. . . les sacaba la lengua. . . y para -salvar­se de sus persecuciones. . . se levantaba el vestido para poder correr a su gusto... · d

Al verla . los muchachos permanecían atónitos de la precocida de sus form'as. . . hechas con anticipación a la primavera Y al oto­ño. . . y la aplaudían su manera de caminar. . . como si ya fuera mujer... ,

y así era, en verdad ... jovenzuela, para darle calor a l_li1 m':­chacho que padecía de frío. . . el médico del pueblo, la habill; o~h­gado a acostarse a su lado. . . Y como su padre te111a u~a fabrica de colchones. . . por tradición, ella heredó el "sumergido" mue­lle ... de esa industria; y desde los ocho a_~os, es~i~ulada por la sensación de los colchones, sintió su vocac10n artlstlca ....

De los aplausos que le tributaron, siendo fea, deduJo que toda mujer tiene un encanto suplementario ~1 de la ?ellez~. . . la gra: cia. . . y que si la gracia triunfa en la VI~ . . . tnunfaria en el tea tro ... en el Casino de París o en el Moulm Rouge . . . a

y como no podía mostrar su rostro, porque era fea ... mostra~ las piernas. . . las más bellas del mundo. . . y cantaba con v_oz ca~ lida. . . en eterna adolescencia, como si la práctica de la v1da n hubiera develado sus secretos. . . , .

1_

Por la elegancia en sus modales conservo el mote de Miss H~ yet ... pero en cuanto la oyeron cantar. . . en vez de Helyet, ~dJe­tivo que correspondió al género de la opereta, la llamaron, Mis· · · tin ... guett ... tin, por la tonalidad de su voz; guett, por la man:~ ra de mirar que era como un acecho al espectador. . . Y porq una canción' en boga se refería a "La Vertinguette" . . . _

Por euforia y por analogía, Mistinguett fue su nombre de fa

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. .. Y desde entonces; en carteles, revistas, como la "Parisiana", Rta·n"''"<>r•io'"'" el candor y calor de sus ojos y la gracia de sus piernas, lic•Omto los hallazgos más significativos del arte del music hall. . . Y

el "Moulin Rouge" se abrió una nueva etapa en el arte serio de frivolidad ... Al mismo tiempo que Toulousse Lautrec descubría lo caricatu-

111resco de lo solemne de la vida. . . y lo trascendental de lo fugiti­Y Mallarmé, el secreto recóndito de la palabra simbólica, in­

las musicalidades del lenguaje. . . Mistinguett descubría invirtiendo los términos de la figura humana, el secreto

la seducción. . . y en vez de mostrarse. . . de pie. . . al públi­. . . se mostraba de cabeza. . . aunque copservara la verticalidad la horizontalidad a la manera griega. . . Desde ese primer mo­

IIIlertto de su realidad artística, nadie, ninguno, la vió en su posición . . . Todos la vislumbraron como la encarnación de un nuevo -·=· ...... • mitológico. . . que sin perder la: integridad de su cuerpo ...

mostraba la mitad ... la que correspondía a lo divino ... míen­desaparecía la otra . . . en el esplendor de sus movimientos ...

La Mistinguett fue una revolucionaria del arte ligero y de la' IIIWlSIO>n de la n;tujer. . . A partir de su actuación en los escenarios, _.A__. .... , ninguno, pudo ni vislumbrar nf advertir a ninguna mujer, en

posición natural. .. En la calle, los transeúntes, recordando a Mistinguett, invertían los términos de la figura femenina. . . y veían. . . de cabeza ... La evaluación de la belleza femenina, recordando a la Mistin­

se hacía a la inversa ... Los ojos dejaron de ser el espejo del . . . Desde que el mundo andaba boca bajo. . . recordando a la

las piernas eran el espejo del alma. . . Y hasta los psi­..-•VE,,v.,, revolucionados por las volteretas de las piernas de la Mis­

formularon el nuevo apotegma: "por la gracia de las pier­se puede intuir la fuerza intelectual de la mujer ... "

Y la idea del mundo cambió, de la misma manera y por las •1srr1as maneras. . . el c,i~lo se convirtió en suelo. . . Según la le­-~ ..... '"-• se percibían los rostros de sus pasos en lo luminoso de las -~L~'"""'· .. Y como en la antigüedad primitiva, el mundo volvía

quedar sostenido por dos columnas. . . y esas dos columnas eran piernas de la Mistinguett ... También, a la inversa de todas las famas pasajeras. . . que pa­en cuanto pasa la juventud. . . la celebridad de la Mistinguett

acrecentaba. . . a medida que transcurrían los años. . . mientras·

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Page 84: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

'

las estrellas recientes se opacaban. . . porque sólo se alumbraban con la belleza de su rostro. . . la estrella de la Mistinguett se ha­cía más deslumbrante. . . alumbrada con el fulgor de sus piernas ... . Después de las canciones Méme du Casino. . . Pero, sobre to­das, después de Ca c'est Paris. . . las demás estrellas fueron me­didas en su apogeo. . . por la magnitud de la Mistinguett ...

L~ Mistinguett se conservó siempre joven. . . porque nadie, nin­guno miraba su rostro. . . lo que envejece. . . sino sus piernas ... que siempre mantuvieron magnificencia y lucidez ...

Por su cachette ... las piernas de la Mistinguett ... se procla­maron como la octava maravilla del mundo ...

De todos los climas, los peregrinos . . . devotos del género chi­co ... acudían a beber en sus aguas ... el secreto de la juventud ...

Sus admiradores le pedían que los autógrafos. . . los firmara con la estilográfica de sus piernas ...

Como la Mistinguett no usaba sus piernas para caminar. . . las compañías de seguros las aseguraron en un millón de dólares ...

Por las piernas de la Mistinguett. . . pasaron. . . como por de­bajo del Arco del Triunfo, . . los sueños de los music.-halls ...

Su vida será siempre exaltada. . . porque vivió de hinojos ... Su monumento. . . deben erigirlo con las piernas en alto ...

Columna "Galerías''· Revista de América, No. 526 México, D.F., enero 21 de 1956

JOSEPHINE BAKER: JUICIO BLANCO Y MORAL NEGRA· · ·

En un restaurante de una gran ciudad de los Estados Unidos de Norteamérica --de cuyos nombres no queremos acordarnos, para no hacerles publicidad, ya que de publicidad vive ahora todo el mundo: aun el mundo de los muertos, en el día de muertos .. · en un lugar público y si se paga tiene derecho a ser bien servido, Josephine Baker '-la gran artista negra- sufrió un desaire corno nunca lo había sufrido en las tablas, donde el público, es de todaS formas y colores -sin distinciones- más exigente.

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Ella .. : la que ha conquistado tantas adqliraciones, igualmente los paiSes de habla bl_anca como en los países de habla negra, que desbor~aba y hacia desbordar en todas las galerías sensa­

R,ciorles. ecuato:m:es, anhelo~ tórridos, con sus miradas ecuatoriales, piernas torndas, sus OJOS negros, y sus labios rojos· su sonrisa

uu.•a."•ca Y negra, y su botón rojo de clavel en el ojal, cua~do bailaba de gentleman; cuando rasguñaba la música en el charleston

sus manos rojinegras, ella ... Josepbine Baker, ha sido dese­JDJ!.:.uaua en los ~stados Unidos de Norteamérica, y una mesera y un

cualqmeras, se han negado a servirle. . . A ella que ha ser­tanto a los Estados Unidos de Norteamérica ... más que mu­embajadores ...

En P31rís, en Berlín, en ~oma, en Londres, en Moscú, en Madrid, conocm a los Estados Umdos de Norteamérica por Josephine Ea­

como se conoce a México por Pancho Villa Un comentarista dice que el desaire se debe ·a que existe un jui­blanco Y una moral negra, y que muchas veces el juicio blanco en los negros y la moral negra, en los blancos. ·

Nosot~os pensamos que el desaire se debe a que Josephine Baker no e~ JOVen, como en otros tiempos, cuando su carne negra era lummosa como las auroras boreales. . . ·

Y. . . pasados los años ... Josephine Baker. . . la cantante célebre en Paris bailando el

Y cant~~do spirituals con todo su cuerpo y con toda alma. . . se retiro de las tablas hace un año. . . y ahora .se re­.de ~as. otr~~ tabla.s. . . después de un ciclo de conferencias sobre

discnmmac10~ racml. . . que ella supo armonizar adoptando un cor~espondiente a cada uno de los colores que matizan la mez­

del genero humano ... Cuando J osephine Baker estuvo en México. . . viendo la ciudad

todas las horas qel día y de la noche, exclamó: el porvenir del está en los niños vagabundos ...

Y confesó que hubiera querido ser madre de todos ...

Columna "Galerías" Revista de América México, D.F., julio 13 de 1957

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Page 85: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

MARY: WIGMAN: DANZARINA ANCHUROSA

Una de las realidades más ágiles del arte coreográfico de nues­tro tiempo y espacio, . es Mary Wigman. Su ,presentación en Berlín, en la época del expresionismo, al margen de los cartele~ .com11:nes Y corrientes no es obstáculo _:_no lo será nunca- para ~IJarla mten­sa y extensa en el ritmo, en la predicción plá:stica d~ su. cuerpo en plena primavera estética, en plena dinámica ~e sus mstmtos en movimiénto. . . porque así es ella. . . toda una pnmave_ra en sensa-ciones invisibles de raíces, flores y frutos . . . · .

En sus interpretaciones, la danza ha dejado de ser una te~tatl­va de alejarse de lo terrenal y finito de la vida, en anhelos. msa­tisfechos de tocar el cielo . . . con las manos en alto Y los p1es de puntillas. . . Al contrario, el cielo inaccesible, cerrado, clau~urado para siempre. . . lo abre y lo sostiene entre sus brazos, mas_ ~n­churoso aún ... porque en Mary Wigman la conversión de la mus1~a en movimientos ya no se trama en el transporte a ~ !fiundo .extrano e iluso sino en la equivalencia del sonido y sensac10n de tiempo. Y de es~acio, desbordamien~os de vitalidad y secuencias cadenclO· sas... , .

Su figura en movimiento es una animación de la mus1ca · · · Dicho de otra manera: la corporeidad del sonido ... Esta realidad correspo~diente de su arte logra hasta el re~orno

a lo terreno, de quienes viVen fuera del mundo de las sensaciOnes plásticas dinámicas. .

La Danza al Sol el Allegro Airoso -pretextos interpretativos-' · bstrac· muestran la fuerza de su voluntad creadora al convertir en a

ciones objetivas las materialidades del :itmo. . , . ultá· Antes de Mary Wigman nunca hablamos visto y mdo slffi . •

neamente -con tanta animación, con tan original gracia- el su:n_ ple movimiento transformado en cadencias íntimas; el estado e~ tremecido interno, en movimientos d~ cueryo y a~a. : - T~m~ ni habíamos visto, ni el hurnaur -lo mas sutil de la mtehge~cla lásti· lo airoso -lo más sutil de la carne- trasmutados en gracia P negro ca, tal como aparecen en las danzas de la !Iau:rée. y del A eh y airoso, animadas por Mary Wigman en su msp1rac10n de Ba de una suite española. erpo

Y no es sólo su figura terrenal, el poder creador de s~ cu 10 en movimiento al plasmar el sentido del sonido en sensacw?e~, su determinante de su estética, sino una original gracia interwr'

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transportación a un concepto de sublimidad en su trabajo. . . que · la embriaga de un profundo diálogo de silencio como en la danza del Sacrificio, en donde Mary Wigman alcanz~ una madurez so­brenatural. . . equivalencia de la madurez del fruto en el árbol del c11:erpo femenino en la vida. . . nada de rituales adorativos, de pan­teismos conceptuosos. . . La Danza al Sol es una representación P!~stica diz;ámica de las sensaciones cálid~s, más que una invoca­Cion al vac10 celeste ...

Su vestuario completa el ceremonial de su cuerpo. . . extraño al tiempo y al espacio medido por los números finitos . . . La figu­ración de sus movimientos -metáforas de su cuerpo- contiene la

más fuerte de la coreografía moderna. . . Mary Wigman a la danza lo que Glesekind a la concesión de una interpretación la música ... Mary Wigman evoca el sentimiento táctil ... en

violentos y misteriosos, en imperturbada duración en círcu­concéntricos ... - como una vorágine· de amor. . . que fuera a dar

infinito ... Y en torno de sus movimientos, U:na sencillez, como la del tiem­

. . . de color ágiL ..

RIA MESTRE Y LA MET AFORA DE SUS PIERNAS

Gloria Mestre ha llegado a circunscribir el universo en la me­de sus piernas. . . Desde chiquilla caminaba como con músi­

. . . como si de su cuerpo emanara, al moverse, una .partitura si­proveniente de su alma desnuda de ruidos cotidianos. . . como

en su vértice convergieran todos los signos pitagóricos y encon­en su infinito su número y su cadencia.

En. el a;te es al mismo tiempo y en el vasto espacio, su cifra par su cifra rmpar. . . conteniendo y desbordando el principio y el fin las fuerzas creadoras, gravitantes en su proporción que oscila su realidad corporal a la imagen de su alma, y de su alma a la

de su cuerpo, en una armonía que no tiene limites ni huma­ni divinos.

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Page 86: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

En cuanto danza, su cuerpo se le transforma en pura meta­física. . . y el fruto qe la savia se vuelve sabiduría del ritmo. Así sintió su vida, ·en la forma de su cuerpo en movimiento acompasado, violento; en transportes y pausas redondas, como sus valores plásti­cos ornamentales.

El movimiento, una de las facultades naturales del ser viviente -simple y sin trascendencia en la multitud~ tiene en Gloria Mestre un sentido profundo y sin límites: de ahí que su noción de espacio no termine con la medida de todos los pasos. . . y se ex;tienda in­finitamente hasta confundirse con el ritmo de su propia vida. De ahí también que no se sepa cuándo comenzó su pasión por la dan­za; y que no se sepa tampoco si emana de su cuerpo o de su al-ma ...

Su historia es la misma de. todas las artistas que sólo llevan la riqueza del arte. . . tan fuertémente ¡1rraigada ·a la existencia que esa única riqueza la salva de todas las miserias materiales y de to­das las pobrezas espirituales ...

Vicisitudes, sinsabores, apremios de lo cotidiano, modelaron su voluntad para sobreponerSe a los contratiempos de la vocación. Mientras su madre, en la soledad familiar, trabajaba para sostener a la única hija, la única esperanza, la única gloria. . . la chiquilla precoz se refugiaba en la Escuela de Danza; primero, informalmen­te y después, como alumna de número de Nelly Campobello.

Allá. . . en los actos practicaba los pasos iniciales; y en los en­treactos soñaba con llegar a ser una bailarina célebre. . . no sólo en México sino en el mundo del arte universal. . . Sus sueños eran los mismos de sus compañeras; pero las demás contaban única­mente con sus sueños. . . y Gloria Mestre contaba además con su belleza física. . . con las piernas más bellas de la coreografía me­xicana y de la misma talla y a la misma altura de las piernas de Mistinguette o de MarJene Dietrich, de acuerdo con las exigencias de los estetas que seleccionaban los músculos largos, por corres­ponder al canon de la elegancia, en todos los climas y en todos los tiempos.

Sus sueños volaginosos . . . eran menos ágiles que sus piernas. · · Y así la condujeron más vertiginosamente a su nomb;re. . . a la gloria ...

Al iniciarse la formación de El Ballet de la Ciudad de México -el primer cuadro de baile compuesto con elementos artísticos me­xicanos-, una de las primeras figuras que fueron seleccionadas por

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talla esbelta y sus pie_rnas. . . las más bellas . . . fue Gloria Mes­

En la temporada de El Ballet de la Ciudad de México, actuó en la coreografía como si fuera la única. . . con la misma pasión con qu~ bai~aba sola en la intimidad de sus ensayos, segura de que en

arte. . . cuando se intenta crear una obra de categoría. . . hay que paramentar de vida cualquier tentativa.

Al verla bailar con ese fervor, el coronel W. de Basil la contra­pm;a fonna:r parte del Ballet Ruso; y con este cuerpo de baile fama mundial recorrió como bailarina de número la América Sur, las Antillas, N orteamérica y Europa. Durante aquella jira se entregó al arte con todos los impulsos los sentidos. Y así como nunca supo cuál era la vida y qué era

arte. . . así tampoco supo en dónde comenzaba el amor y en dón-terminaba el arte ... Y el amor la arrebató del arte ... Dejó el

.,. .... ,unoL ••• Pero como todo amor para no morir se está renovando , Gloria Mestre volvió al arte para renovar su amor.

Y en un reestreno se presentó en el Ballet Chapultepec. -La temporada del Ballet Chapultepec es la hazaña artística

grande de mi vida. . . -dice, sonriente, recordando que sostu-1"'"'1"''"~ en el Follies durante un año, un espectáculo para el cual no

preparado el público . . . acostumbrado a ovacionar a las om­. . . sosteniendo obras coreográficas qÚe exigen algo más

un desvestido circunstancial ... -. . . esa fue su prueba decisiva ... Sin quedarse pensativa, como si su pensamiento estuviera a flor labio, contradijo una idea muy generalizada de que todas las

•-·»+•n-1-n recuerdan su mejor actuación. . . y su .presentación defini­en el tablado. . . Gloria Mestre piensa que todas han sido sus

ores actuaciones y sus presentaciones definitivas al público ... 1'1l1"'.,.,n, cada una de ellas corresponde al proceso de su desenvolvi­.¡¡;~··«;Ul.u artístico, y cada etapa de su desenvolvimiento artístico ...

cada escala de su experiencia en la culminación de su vida. . . De que su trayectoria en el arte: de corista a primera bailarina de

Opera de México ... represente en todos sus periodos lo funda­tal de su triunfo. . . y su trabajo la haya dejado siempre satis-

·. - ... yo no soy como a!gunas artistas que están insatisfechas .. ¡ de lo que han realizado. . . Yo estoy satisfecha porque en cada ac­

. tuación he puesto lo mejor de mí misma. . . Y estar satisfecha no

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Page 87: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

quiere decir que no aspiro a superarme. . . El anhe~o de ir m~s allá en el arte. . . proviene de la fuerza que se adqmere en la VI­

da ... Estar satisfecha es haberse entregado con todo lo que se tiene. . . a la realización de una obra. . . cualquiera que sea: la más significativa como la más insignificante. . . En arte no exi?ten pri­meros y segundos papeles ... un personaje sin importancia puede convertirse en principal. . . depende de cómo se interprete·: . No obstante que en la Opera un número de baile es siempre circun~­tancial y nunca se le había dado su lugar artístico, en Aída, ba1~ lando una coreografía compuesta con música de Sain~-Saens logre que el ballet tuviera valor por sí mismo y no se considerara como un mero accesorio del espectáculo ...

Sin perder su naturaleza natural de bailarina, Gloria Mestre ha interpretado, identificándose con el personaje, a Leslie, las he­roínas de La Carta de Sommerset Maugham, y de Columna So-

. ' cial, de Celestino Gorostiza. .

Ballet, teatro, cine, t€llevisión. . . todos son motivos este_lares para su temperamento. Así ha pasado del drama, a la comed_ia en Música, Mujeres y Amor, La Malinche Desnuda, y Maraton de Baile.

Su trabajo es brillar, esplender. . . ese es su destino· · · -¿Usted cree en el destino? -Naturalmente ... y hasta creo que podemos mo~ificarlo. · · 1~ oponernos al azar. . . según como actuemos en la VIda· · · En n­

vida como en el arte todo depende de la voluntad. . . Y del ~ale to. . . Y en el caso de usted, Gloria. . . de la belleza. . . ademas · ¡~

Al sonreír y ponerse de pie para comprobarse. . . recuerdo a chiquilla de los tiempos escolares . . . Esta es la colegiala qu~ al P~~ sentarse en un festival en la Secundaria Once; al v_~rla bmlar e ti· toda su alma cuando estaba aún en la flor. . . prediJeron su. des no . . . elogiándola como una promesa del arte. . . y de m~Jer · · ~ Ahora que está en el fruto es la misma. . . Sólo que ahora baila ~;a toda su alma y con todo su cuerpo. . . en la plenitud de la VI ·

. . de A é . No 664 Columna "Galerías'' Revwta m nca, • t958

México, D.F., septiembre 13 de

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ALFONSINA STORNI: SENTIDA Y RESENTIDA

El refugio de Alfonsina Storni fue siempre un solaz para mis •·<1U\Acu.u.cLo:> ••• me fuera o no ... volviera o no ... arraigado o de pa­

so en las encrucijadas de París ... S~ n? hubiera sido por la locura que ha prorrogado los finales

de m1, vida_ P?r algunos momentos -porque razonablemente ya no deber1~ eXIStir-:- aquella mujer de cielos y tremedales que llevaba Alfonsma Storm. . . hecha en cuerpo y alma de su cuerpo y de su

~ncontrada en l~s riberas de la poesía como una flor per­... ,si~ sa?er ella como ... perduraría -en mi· tiempo exfolia­

dor .. : umca, mvulnerable a la estación de tránsito ... As1 h~biera sido: . . pero nunca la dejé en paz ni conmigo ni

•·c:onsie:o m1sm~. . . ~u con _su presente ni con su pasado. . . jamás di a ~us. 1d~ahsmos mtransigentes o a sus realidades condes-

. . . m siqUiera a sus tentativas de evasión ... Reveses de fortuna dejaron en su vida, desde su niñez recuerdos

. ; r~veses de infort~io anidaban en su fronda ~gitada por VIento sm rosa de los VIentos, trasmutando ilusiones entristeci­

das que nunca llegaron a ilusiones. . . y realidades alborozadas que • ••u11t:a llegáron a realidades del todo ...

Era in~ran~igente y apacible como la . existencia misma. . . igual contradictoria. . . intimidada por el placer tanto como por el do­. . . en ~a in~estidura de su cuerpo y desnudez de su alma ...

••uuc:u:~~w.·a mterwr Y f~ero interno. . . a quien apelaba, a veces, per­en la forma de Jugzar sus d(;:!sfallecimientos, desprecios, efu­

IISLOni::!S y humildades ... Co~ió en todo y en todos . . . pero en algunos encuentros con

~h·~r·"'e:_a _ _,hdad o con la i~us~ón, de~confiaba hasta de su propio corazón, . con sentilmentos acres o generosidades inmateriales ...

Na~I?a para el amor -para el gran amor de las mitologías, de rehg¡ones, de las leyendas, de las tragedias de amor- quiso al­

•t>ILl•cts veces trat~r. al amor con violencias sensoriales; y otras, con , . purificadas, llorando al final de la inútil primavera,

lagnma cuadrada. . . que trastornó la geometría de su cuer-

Rebelde a contraposiciones ancestrales, escondía "su desdicha en .e¡ fondo de su condición femenina -impertérrita, titubeante-- aun­fue afloraba en. fruto maduro, súbita, indomable, hasta dejar que a tocaran ebulhda, expuesta a la alta tensión del hastío a la som-

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Page 88: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

bra, paramentada de superficies lábiles por un avatar de sus de­seos ...

En su verso se vislumbra de cuándo en cuándo un can~ado des­dén por la vida; y de cuando en cuando un anhelo de .abuso de su debilidad. . . de los cuales no pudo escapar ni en sus viajes sin re-torno ni en sus letanías solitarias. . . .,

Yo adivinaba los sueños de su carne. . . pero jamás qqise tras­tornar la geometría de su alma ...

Se sintió y se resintió conmigo por mi mutable manera de ofus­carla. Yo le explicaba que trataba de sustraer la monotonía de su vida. Pero ella, en vez de solazarse, se conturbabg. con las boufudes que fragüé para distraer sus tristezas ...

En ocasiol}es se condolía porque yo contestaba afirmativamen­te a todo ... o, por lo contrario, sufría porque yo, negándole la ra­zón o el sentimiento, terminaba .por contradecirla en todo ...

En el fondo yo discutía con ella tan sólo por ver su cielo borras­coso, su mar en oleajes incesantes, su floresta en floraciones des­hojadas, su noche en resco}do y su día en el despuntar ...

Las discusiones versaron siempre sobre lo indiscut~ble: el hom­bre, la mujer, el amor ...

Yo le dije que más que en un dios. . . creía en una diosa ... y más que en una ·diosa ... , en una diablesa. . . y más que en una diablesa. . . en el arte .. .

Y al final afirmé que la liviandad consistía en que la mujer todo lo lleva al sexo. . . incluso el arte. . . y el hombre, al contrario ... todo lo lleva al arte . . . incluso el sexo ...

Le disgustó tanto mi juego de palabras que, mostrándome la puerta, inmisericorde, me despidió. de su lado para siempre ... No quería volver a verme ...

No obstante, recordando a la mujer ... cómo es y cómo deja de ser .. , regresé más tarde y ~lamé a su habitación.

Muchas veces insistí . . . pero ella no abr~a ... Pasé toda la noche llam¡:¡.ndo a su puerta inútilmente ... Al amanecer, condolida, acaso arrepentida; detrás de la cerra-

dura, preguntó: -¿Quién eres? -. . . nadie. . . -repuse. -¿Qué quieres? -. . . nada -agregué-. . . contarte un cuento .. . Pero ella había cerrado su puerta para siempre .. .

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LENICA PUYHOL: MAREMAGNUM

A principios del siglo pasado, Aloysius Bertrand inicia la era del . poema en prosa, concebido como fantasías pictóricas -claroscu:?s, · frías tibias cálidas en Gaspar de la Noche- o, tambten,

' ' ' .,.comlo una caracterización de tipos célebres, ignorados, enclaustra-.. dos, callejeros, caseros, vagabundos; igualmente, c?mo. sensaciones • instantáneas, observaciones insólitas, confesiones musitadas, men-sajes, sin temáticas relacionantes. .

Baudelaire en sus Pequeños poemas en prosa publicados en continú~ la tradición primigenia, aportando sólo metáforas

• 15 .... u. .... ., como bajo la capa esplinética del cielo~ esas estrellas ne-que imponen curiosidad. . . .

Rimbaud en 1872 compone Las iluminaciones y Una semón en . infierno~ ~on las mismas cara~terísti_cas_: ~uadros _citadi~os, pa¡., sajes interiores, recuerdos de la mfancia, tmagenes Impreswnant~s

nuevas: yo he realizado todos tus recuerdos~ yo soy a:mo del s~-lencio mar hecha' de una eternidad de lágrimas cálidas.

ne:spués, a fines del siglo XIX, Turgueniev realiza sus poe~as en prosa; y luego, a principios del siglo nuestro, Tagore prosigue la trayectoria inicial sin aportaciones sin?Ulares en 0t~ nueva Y Ofrenda lírica: lucubraciones, amonestaciOnes, supersticiOnes ... No obstante las tentativas intencionales, desde Baudelaire hasta Tago-

la prosa poética se desenvuelve, invari~ble, _doctr~naria, sir: mu­•a.~-•v ....... ni en lo formal ni en lo sustancial: tipologias extranas o comunes y corrientes, atisbos individuales o m~ched~broso~, r:­currencias sentimentales disvariaciones, sentencias, aciertos sicolo-

.1.45 .... v.,, inciertos anónimos'; personajes desacostumbrados, asíduos, es-~ ... ''"''"'"'' volaginosos ...

La única novedad aportada, ineludible, radica en lo propio que . introduce a la cultura toda fuerza creadora en la factualidad de su obra ...

Pero he ahí que de súbito, sin antecedentes, surge en México una ·mujer que transforma la manifestación natural del lenguaje en en­tidad poética, en un ensayo: análisis de bifurcaciones his~óricas, filosóficas, religiosas, estéticas, éticas, eróticas. . . secuencias del

. motivo conductor. Maremagnum es el primer libro escrito en prosa poética, estruc­

turado con unidad indescifrable. . . porque constituye una cifración de constancias de la vida.

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Page 89: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

La sustancia de la trova no contiene introspecciones; encierra más bien, una abscondición de sucesos lustrales: proviene de una marejada milenaria acumulada e;n acerbos acallados, estremecidos, del peregrinar de la mujer sin estancias, sin augurios, sin térmi­nos ...

Un mundo desconocido, apenas vislumbrado en Juana de Asba­je, Pelmira Agustini, Alfonsina Storni ...

Maremagnum dilucida lo que aún no se había acendrado, ni siquiera presentido en las apariciones de las grandes mujeres ofer­torios, precursoras de la purificación ...

Descubre lo que nunca ha revelado la locura, confiesa lo que jamás ha musitado el amor o exaltado la pasión, lo que ninguna vez ha explayado una tormenta de lágrimas, lo que siempre ha apartado la soledad. . . lo que sólo la muerte podría balbucir en secreto sin decantar del todo metáforas y enigmas ...

En Maremagnurn todo s~ deshace y se reintegra con el silencio a gritos. . . con la alegría contenida ...

Todo es exhaustivo y desbordaJ1te, hermético y sugerente, final y comienzo. . . Hasta las desesperanzas, los desasociegos, los olvi­dos, se fortalecen. . . aun lo extinto se renueva. . . reconstruyendo la existencia con los vestigios de vida ...

Hechos, fantasías, recuerdos, olvidos, paramentados, ahondados de soñadoras realidades, conllevan la intensidad de lo que no se recuerda, ni se olvida. . . sino se sigue viviendo intensamente, vivi­ficante; de lo que se sueña con los ojos abiertos y se' toca con el pensamiento y se escucha en las profundidades de los piélagos ín­timos ...

Nada proviene de las afueras de ese mundo violado, intacto, in­audito, inconsútil. . . Mundo de irrealidades que transfiere a la in­finitud la más suspensa de las realidades ...

Naturalmente perduran brisas de las tormentas, el rescoldo Y lo abrasador que hace quemarse solo al mismo fuego. . . Flota Ja ilusión que intenta atrapar alguna vez la eternidad del instante .. . El hombre pasa. . . la mujer conlleva algo muerto en los brazos .. . y una esperanza en los ojos ...

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ELA CORONA: JUEGO DEL ARTE JUEGO DE LA VIDA " J

!sabela Corona impresionó al público desde su aparición, pár­todavía, en los festivales de fin de fiesta en los estudios del

Atl, descubridor de los valores jóvenes en las artes y en las

Algo sobrenatural trascendía de la presencia de !sabela Corona, se acentuaba con la tonalidad de su voz y penumbra de sus

os. Su figura traía a la memoria el recuerdo de las mujeres legen­

. . . reales sólo en las creaciones artísticas; heroínas de la 1D11~1uu y de los sue:f!os ... como Nausícaa, Eloísa, Beatriz ... imá­IR(~ne~s de las figuras del romanticismo inmortalizadas por Delacroix

las escenas de las masacres de ScioJ Desdémona a los pies de su ..... __ ;, ___ La Novia de Abydos . .. mujeres que nunca llegan a tomar

en la vida común y corriente. . . aunque sintamos que hechas de carqe y aromadas de vino, como la mejor musa de Daría.

Lo natural de sus movimientos, la calidez de su presencia nos pensar en una mujer para la vida ... Pero en cuanto habla­

el dramatismo de sq voz, impregnado de lejanías y reminiscen­insondables o su silencio ritual. . . nos trasladaba a represen­

D<JLcnJut::s femeninas más allá de la vida, ~n paisajes y hechos que tienen realidad en el arte ...

Al quedarse quieta, pensativa, percibíamos la sensación de lo de lo irremediable, que sólo desaparecía al sonreír, por

gracia de sus labios, que la reintegraba al círculo de la familiari­en las cercanías de la existencia y convivio cotidianos.

Al contemplarla otra vez compruebo que el trato cori las gentes le ha quitado lo sobrenatural en el arte ... y el trato con el

no le ha quitado lo natural en la vida ... Tiene bien deslinda-los campos de su actuación: es una mujer sencilla, visible, au­

y tangible en la vida; y es una mujer complicada, inconsútil, • .... ·•--·-~''-' , una teoría de mujeres en el arte, comprensibles sólo en

" fábula de las pasiones. . . porque !sabela Corona encarna la vi­de mujeres que todos los temperamentos masculinos sueñan

llevar a su lado más allá de la realidad ... Su fuerza dramática está en la forma cómo crea las situaciones:

en la acción objeto del drama; en la facultad que tiene para pres-

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Page 90: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

' cindir de su personalidad, a fin d~ dar a los personajes, la energé-tica de su personalidad ...

Por esa misma fuerza de su temperamento no ha podido deslin­dar su destino, del destino del arte. Las asperezas de los caminos artísticos en el teatro han sido las únicas asperezas en los viales de su vida. Cuando la heroína de una obra no se afina ni confina con su temperamento, o la interpretación de un personaje resta estímulos sensibles a su individualidad, rehusa contratos que po­drían convertir a la vida en un boato diario, en los continuos deba­tes de la existencia.

Prefiere abstenerse, a cumplir superficialmetne con un arte que sólo proporciona un bienestar material. !sabela Corona necesita del deleite íntimo para realizarse en la interpretación de un personaje. De ahí que sus martirios cotidianos provengan siempre del martiro­logio de sus personajes creados. . . porque se entrega a sus desig­nios en vida y en muerte. . . Ha vivido por ellos y si hubiera sido necesario morir. . . hubiera muerto. Y cuando ha sido necesario morir. . . ha muerto para darles una mejor vida. . . haciéndolos in-mortales. . . ¡'

La historia del teatro contemporáneo en México comienza con !sabela Corona, Antonieta Rivas Mercado, Clementina Otero, Lupe Medina, Xavier Villaurrutia, Julio Bracho, Salvador Novo y Celes­tino Gorostiza.

!sabela recuerda los comienzos: -Los primeros ensayos de un arte escénico nuevo se hicieron

en el Teatro de Ulises y en el Teatro Orientación. Fuimos los pio­neros del teatro moderno, representando obras como La Más Fuer­te, de Strindberg; Or[eo, de Jeart Cocteau; Ligados, de Eugenio O'Neill; Jinetes Hacia el Mar, de John Singe; El Tiempo es Sueño, de Lenormand; en el ambiente hostil de la época. Principiamos en el Teatro de Ulises únicamente con el fervor y la pasión por el ar­te. Después, cuando la entonces Jefatura de Bellas Artes acondi­cionó una sala de la Secreta:i:'íá de Educación Pública para confe­rencias y conciertos. . . a mí se me ocurrió -recuerda !sabela­sugerir que se destinara también para espectáculos teatrales. Así nació el Teatro Orientación.

De estas primicias parten los primeros principios, el desenvol­vimiento y la era del auge del teatro en México. Actores, directo­res, autores, escenógrafos, encontraron en el Teatro de Ulises y en el Teatro Orientación estímulos para su proyección artística. Esta

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fue la primera escuela de teatro de nuestros tiempos; el crisol en donde se fraguaron todas las tendencias. Allá también, comenzó a

al público, sustrayéndolo poco a poco de los espectáculos en una labor estética inconcebible hoy en día.

Los frutos, la flor del teatro contemporáneo en México tienen origen en estas raíces. Perduran aún en el recuerdo sus temporadas. Y o no las recuerdo -porque para recordarlas hubiera tenido olvidarlas- están fijas en mi memoria con la fuerza y en la

creadora de sus realizadores. Recuerdo sus personajes fe­•"·'""' .. '''v;:, en Lázaro Río, Antígona •.. Pero !sabela, --como todas

mujeres que viven de sus últimos sentimientos- prefiere re­su actuación en El largo viaje de un día hacia la noche, de papel que le ha costado parte de su vida y parte de su

. . . porque según sus conjeturas no volverá a vivir ese per­con la misma intensidad ... y acaso ni su misma muerte

, .. TI"T'"',_, tanta realidad como esa apariencia de muerte que interpretó, con una fuerza que sólo puede igualarse a la de la

El público formulaba hipótesis, desechaba fórmulas, sin expli­cómo pudo Isabela Corona encarnar el personaje de El. largo de un día hacia la noche, sin poseer los secretos de los paraí-

artificiales. . . Y una leyenda popular divulgó el secreto. . . la estaba en el secreto ...

Ese pensamiento es el mejor pensamiento de los malos pensa­nnrlient(lS . . . que piensa el público sobre una artista. . . porque el

que no se propone nada, que no busca nada, que no demuestra n"•uu.u. . . alcanza todos los propósitos, lo encuentra todo y lo re­inn .. ac·on1r<> todo ... Lo que hay de sobrenatural en el personaje ínter­

lo desentrañó de su propia vida. El arte es siempre un

Así, no obstante las realizaciones evaluadas como definitivas ... Isabela Corona volverá a representar, con la misma fuerza de SUS'

! sentimientos, todos los personajes de la dramaturgia antigua como de la moderna. . . porque todos los personajes están latentes en su mundo interno . . . porque todos los personajes del drama se nutren de su vida ...

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Page 91: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

MARIA DOUGLAS: ATRIBUTO DE PERSONAJES

Cuando el teatro en México estaba en su flor, María Douglas estaba en su fruto ... Ella traía aportaciones que hubieran envidia­do las heroínas legendarias: el oro de sus cabellos y la plata de su voz. . . Sus cabellos, pensamientos deshilados . . . Su voz, estre­mecimiento de su carne hecha con el barro de las montañas cu­biertas de nieve. . . tan ardiente en su cuerpo que alcanzaba una tonalidad luminosa ...

Su voz revelación de sentimientos recónditos y pensamientos arcanos .. : es al unísono, grave y risueña, trasfundida y delimita­da en sus sugerencias musicales ...

Traía también su prestancia la contextura de las 36 situacio­nes dramáticas; y en su alma, los atributos de los personajes ... las siete virtudes y los siete pecados capitales. . . la naturaleza de las ninfas de las damas hieráticas, de las esclavas, de las diablesas, ' . de las demonias, de las impúdicas, de las pudorosas, de las mge-nuas, de las nostálgicas, de las tristes, de las alegres, de las humil­des de las arrogantes de las complicadas, de las sencillas, de las

' ' aventureras, de las sedentarias, y de la simple mujer. . . . Cifraba en su unicidad el repertorio de la humanidad femem­

na. . . desentrañable de la multiplicidad ... Encarnaba los antiguos personajes como si existieran por pri­

mera vez. . . y los actuales, como si fueran a perdurar a través de todos los tiempos. . . Su materia se sutilizaba al interpretar la :s­piritualidad femenina hasta devenir intangible. . . o, al contrariO, se gravitaba de pesantez cuando representaba a la mujer compac­ta. . . Así, jamás se encontró consigo misma, sino al margen del arte ...

En la vida es tan esplendorosa como en la escena. Su voz es, entonces, confidencial como la belleza de su cuerpo. Se transforma en la equivalencia de lo finito y temporal. Teje sus propios sue­ños, urde sus propias tramas. Ninguna ha tenido tanto poder hu­mano para apoderarse de lo suprahumano; tanta naturalidad para crear lo sobrenatural; tanta simplicidad para las complejidades de la vida ...

La hemos visto pasar de la realidad cotidiana a la realidad del arte. . . que es como pasar de una realidad externa a una realidad interna; una realidad creada por la noción de sus sentidos ... como si entre más la despojaran de lo terrenal, más se paramentara de

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los sueños que han dado vida a los personajes. . . porque los perso­najes que interpreta están también en lo que ella sueña ...

De tanto vivir en la intimidad consigo misma ... ha llegado a ser una de las más grandes artistas ... del gran público ... como si la fuerza interior se convirtiera en fondo común. . . como si el se­creto de la vida. . . lo que nunca se revela al oído. . . se manifesta­ra hacia el espectador, en secreto . . . más allá de la vida. . . que es secreto del arte ...

Secreto que se trasfunde en crear a los personajes, no sólo con las acotaciones del autor, sino con las vivencias acumuladas en los

con la realidad cotidiana, en los instantes en que nadie sorprende ... Sólo una artista como María Douglas . . . sabe que

veces, el alma es sólo una vestimel)ta del cuerpo . . . y a veces, el • .... , 01""" es sólo una transparencia del alma ...

En el arte, María Douglas ha alcanzado al mismo tiempo, el dua­• ..... ., .... v y la unicidad suprema de la vida ...

ROSAURA REVUELTAS: REVELACION

Rosaura Revueltas . . . no ha sido solamente la revelación del año de 1951. . . Siempre fue la revelación de una forma del arte ... Y de un fondo de la vida. . . Ella está hecha también con la sal de la tierra. . . Y con un día de vida. . . es suficiente para determi­nar sus valores estéticos ...

Ahora que es grande. . . en el arte . . . la recordamos de chiqui­ila en la vida. Su vocación por el teatro apareció desde los pri-

. meros sentimientos. Cqando niña, soñaba con ser cirquera y se Vestía con las medias anchas y largas de su madre, representando las pantomimas de los aires, de un trapecio a otro, mecida en los columpios ...

Después soñó con ser una bailarina a la española . . . o una 1 danzarina a la mexicana ...

En realidad· y en sueños, Rosaura Revueltas estuvo hecha del folklore del mundo . . . Por esta condición de su individualidad hu-

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Page 92: Arqueles Vela [1980] -Sincrónicas

mana pudo representar personajes como los de Mamá Juanita y Las Islas Marías.

Su vida artística no comenzó con la coreografía de Carmen ... comenzó con el despertar de su propia vida . . . La recordamos en los ensayos del coral puesto en la Escuela Popular Nocturna de Música, con la letra del poema Urbe~ de Manuel Maples Arce. Desde enton­ces fue una revelación ... aun en La desconocida de Arras, de Char­les Rooner ...

Como Silvestre, en la música, Fermín Revueltas en la pintura, José Revueltas en la literatura, Rosaura Revueltas en el teatro y en el cine, dio al arte lo mejor de su vida ...

Naturalmente, al cumplir la mayoría de edad artística, Rosaura Revueltas ha tenido que emigrar hacia otros climas estéticos .. . porque en México, a una artista que ha trabajado con Bert Brech .. . tienen que dejarla. . . en el cuadrante de la soledad ...

Columna "Galerías'' Revista de América, No. 602 México. l}.F., julio 6 de 1957

ESTHER PUYHOL Y SU FORMA POETICA VEGETATIVA . . ·

'

nito pueden interpretarse con elementos inorgánicos. . . voces la­tentes. . . víncWos inauditos. . . como si jamás hubieran dejado su vida imperceptible, táctil, visiva, fragante, más allá de la materia acariciable ...

Una intensidad inmóvil desplaza su proyección de la superfi!. cie. . . a la hondura abisal en donde ya no existe ni un eco, ni un fWgor, ni una ondWación ... y la vida se está transformando eh un pasado de silencio inexorable. . . como si el contexto interior no se contuviera en los acordes de sonidos, violando el fenómeno físico de lo audible a la simple percusión de la carne. . . corrientes que se confunden con el mar. . . vientos que se pierden en la inmensi:

, dad. . . voces incesantes que nadie escucha. . . : Quién sabe si en la. vida como en el arte perdure sólo aquello

que alcanza su forma vegetativa. . . más allá de lo que pueda com­' probarse con los propios sentidos instantáneos ...

EL POEMA DE CONCHA MICHEL Y LA UNIDAD DEL MUNDO

La poesía encierra en metáforas y símbolos y en sus melodías recónditas, el sentido del mundo que percibimos y el entendimien.:. to del universo en cierne en todas las manifestaciones recientes de

La poesía de Esther Puyhol aparece en la estética dé la palabra la experiencia del hombre. de nuestros tiempos sin saber cómo. . . como las florescencias es- La idea de la unidad determinada por el movimiento eterno y tratificadas de las tierras cálidas sedimentarias, abiertos sus cáli- , cambiante de todo cuanto existe aparece en el poema de Concha ces de la luz a la sombra en cristalizaciones musgosas, savias en Michel, como el fundamento de la vida. En los elementos más ele-rumor, pétalos exánimes, néctares ardientes, animados con la mis- mentales de la reciprocidad se vislumbra el principio de todos los ma apariencia de muerte. . . principios, expandido en espirales por los ámbitos del infinito.

Su naturaleza táctil, fragante, visiva, se esconde en el desafue- : · En la tierra está el fuego; en el fuego, la lüz y en la luz el ro de germinar a la intemperie y transcurre como los ríos sin cauce, ! . pensamiento. el viento sin otoño, las hojas sin tempestades, los brotes sin pri· En la tierra está el agua; en el agua, los seminales que enrai-maveras ... en una secuencia de estados difíciles equivalentes de zan la conjunción de la flor y del fruto. La materia en movimiento sus formas que han dejado un temblor en el cuerpo y una resanan- es principio y fin de lo acaecido y fin y principio de lo venidero. cia irrepercutible en los ámbitos de los sentidos. . . La sabiduría está a flor de labio en e¡ amor. . . fruto de la gran

Su secreto está en la forma sin contornos, sin repercusión, sin sombra del árbol que aprisiona al sol en sus clorofilas y en sus coloraciones; en la proposición de que tanto lo finito como lo infi· fragancias, expandidas por siglos y siglos imperecederos.

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f En la fqente de la mujer yace el agua -vehículo de amor- y

en la fuente del hombre se yergue. el agua -vehículo de amor­y en la conjunción de sus ritmos -ambos a dos- se tornan en un sólo, único. fundamento dualista que deviene monista en la uni­dad de sus contrarios ...

La vida es un proceso constante de intercambio de sustancias oscilantes del cenit al nadir. Una flor, los ojos de una mujer, cons­tituyen focos de epergía vital, afluyen simpatías universales, de donde arrancan todas las fuerzas. Una mujer, una flor, simbolizan al Prometeo cot~diano, resplandeciente en sus miradas, hechas de .astillas de luz, como el poema de Concha Michel: mujer-dios del monismo estético ...

AURORA DE LA LUZ PUYHOL: POETISA DEL ENCANTO BOREAL

Conocí a Aurora de la LJz como una hermosa mujer, dedicada toda su hermosura mate:r;ial1y espiritual a las tareas del hogar Y amorosamente <:!-1 amor de su esposo, el doctor Federico Vergara, en quien recuerdo al amigo y a mi doctor fraternos. Me enteré por plática, no de ella, sino de su padre, que desde muy chiquilla, ape­nas supo leer y escribir, escribía, contaba cuentos y decía. poemas y que tenía algo de niña prodigio al igual que las prodigiosas niñas poetas del modernismo. Sin decir nada a nadie, entonces enviaba sus pequeñerías literarias a los periódicos y revistas de la época. Y. algunos premios y consideraciones estimulantes recibió de los mis­mos. En aquellos días de su sensibilidad precoz, tenía el domínate parecido con el verso de su nombre. Pudo ser desde entonces poeti­sa, pero para una mujer de temperamento poético para la vida como ella, es tanto más importante vivir e¡ amor como sentir la poesía del amor. Vivía con el amor y los ojos de cuándo en cuándo perdidos en la añoranza. Es una poetisa que poco habla de la muerte en sus poemas porque la muerte la llevó al terrible poema de la viudez. No es por tema romántico y no del todo modernista,

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su tema favorito. Su tema, entre otros es la melancólica soledad boreal. Suya soledad.

Después de haber vivido -sin escribir durante años perdidos en el amor -su soledad-, me acerqué a sus sombras para decirle: Aurora de la Luz divina y humana, la poesía es 1uz como usted. ¿Por qué no inter{ta consolarse con su poesía? ¿Por qué no inten­ta ser aquélla que fue . . . aquella remota que fue en los tiempos de Ibn Hasan, el de "El Collar de la Paloma"? Con su rostro ará­bigo me aceptó el encanto de volverla a la belleza. Y volvió a re­mozar su adolescencia perdida a través de los años y reconquistada a través de los años. Un dulce frescor volvió a sus antojos poéticos. Y volvió a mirar los siete alcatraces blancos ... de su pequeño jar­dín casero, y subió los ojos muy altos, infinitos hasta el cielo diario del más allá de su casa, hasta el mar, y versificó: ave que cruzas la estancia marina: y contempló el mar distante y la ~mpresionó la imagen: naufragio de ~uz; y cerró los ojos a la noche para meta­forizar: pernoctan sus ojos en 1a noche. Y ahora: Nunca tan cerca de mi sol dorado ..•

Y viajando viajando por los países más antiguos, más lejanos, más futuristas encontró versos, que mudamente se estilaban en su alma de poeta; amantes venían a ella con sólo sentirse en esta~o poético, y así entregarse extasiada a la religiosidad de la poesm, con sólo contemplar lo poético y contemplarse enpoemada:

¿En qué enramada te escondes ahora enamorada paloma azul, paloma de los ojos de agua ...

Auro:ra de la Luz vuelve al AZUL. Otro azul, más azul, que el azul del Modernismo: su azul:

Mar libro azul melancolía .•.

Ahora Aurora de la Luz es una mujer más bella, todavía más bella, dedicada a la poesía. ¡Muy linda poesía! La releo. Rara vez se puede decir con verdadero estado de ánimo en lindo, que una

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poesía es linda. La releo: Como a una chiquilla, de amor, es linda su poesía. ¿O será que como hombre y poeta me encanta su poe­sía linda como para enamorar al poeta del Sendero Gris?

LA VOZ POETICA DE DIGNA DE CAMACHO

Es difícil encontrar las equivalencias de los ritmos sugeridos por la naturaleza, aunque se perciban en los sentimientos y fluyan, socaven o enraicen en un pensamiento, penetrando hasta las re­conditeces del mundo metafórico; aunque sentimientos y pensamien­tos conlleven sus tonalidades y énfasis, correspondientes al gesto y actitudes ...

Pero es aún más difícil encontrar las equivalencias de los ritmos provenientes de la naturale;¡:a y de los hechos cotidianos; y que, exprensando úna concreción de la realidad; además, contengan con­notaciones y cifraciones promovidas por estados emocionales sú­bitos o lentos, acaecidos en lo singular del mundo interior y emer­gentes con propósitos de volver a sentirse como intensidad de la vida ...

En el decurso del lenguaje, las palabras se impregnan de evo­caciones y deseos, imperecederos, en correspondencias misteriosas con lo coloquial y con las singularidades de un temperamento en consonancia con su música y su plástica ...

Las palabras encierran desde los albores de la convivencia, un conocimiento oculto que espera, escondido en la musicalidad de los sentimientos, su revelación. . . en el confín de acciones análo­gas al movimiento interior que propulsó su advenimiento por la articulación del sonido, visión de los ojos, comprobación de las manos, en armonía cabal del alma y cuerpo entero ...

Las sinonimias sonoras y plásticas, el ritmo de la acción, cons­tituyen experiencias estéticas de una intención que vuelve a la vida ...

Las concepciones más dramáticas, inás alborozadas, si no se plasman en realidades audibles, visibles, inteligibles con los prin­cipios de la imaginación y de la fantasía; si no es posible medirlas

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con cánones de la Vida. . . no alcanzan sus propósitos artísticos. La imaginación y la fantasía del poeta ocluídas en la palabra, no son suficientes. . . es preciso trasmitir al espectador el sentido de la música del arte de la palabra, porque también es indispensable el ritmo del espectador, el contag~o de la emoción ...

Digna de Camacho -la gran artista ecuatoriana- paramenta · y ahonda a la creación poética con su naturaleza apasionada. La figura con su gracia, convulsa con su drama remansa con sus

. ' tiempos de silencio. Singular y plural, sensible e intelectiva, la mú-l sica íntima del poeta se verifica en sus labios y se pronuncia en evocaciones y se suspende en deseos. . . .

Su voz transfiere el sentido, como los sueños la estofa del mun­cotidiano. . . como una partitura de la realidad aprisionada en ejecución verbal. . . Su voz es un sonido figurado en la medida

infinita de sus labios, en la plasticidad dramática de sus actitudes :y en la coliteración de su gracia al gesto y ademán ... · Los espejismos de las sílabaas, los vacíos de las cesuras, se transforman en motivos melódicos. Aunque a veces los poetas abu­san de la palabra. . . Digna de Camácho atempera con su fantasía verbal los contrapuntos del lenguaje ...

En su voz conmocional la poesía vuelve ... en Ondas Muertas · de Gutiérrez Nájera; Discurso por las flores) de Carlos Pellicer; . El objeto y su sombra) de Carrera Andrade; Romance del conspira­: dor enamorado) de Abel Romeo Castillo; La presencia de Dios) de Jaime Cucicanqui Velazco.

Grandes valoraciones estéticas de poemas desconocidos u olvi­dados distienden su significación artística en relación directa con la vida, en las audiciones del Organismo de Promoción Internacio­nal de Cultura, de la Secretaría de Relaciones Exteriores en la Dirección de Miguel Alvarez Acosta y Abigael Bohórquez. '

Sólo la vida que fluye en la interpretación de Digna de Cama­cho puede revelarnos la intensidad de una forma verbal que mani­fiesta su poder irresistible y lo trasciende con sentido profundo, vast~ente, en movimimentos que sostienen el ritmo del poema, es­tableciendo consonancias entre el motivo poético y la emoción que conmueve, tanto a una élite . . . como a las Il!ultitudes ...

"México en lct Cultura" Novedades México, D.F., mayo 10 de 1970

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COREAN A: LITERATURA ..•

La guerra en la península coreana ha puesto a la moda esta re­gión de la leyenda -siempre en lucha por la libertad- desde los vagabundos tiempos de Li-Tai-Pe. La propaganda bélica despierta -por la necesidad de la vida- una propaganda de muerte y sal­vajismo.

Todos h~blan de la ferocidad de los coreanos, del sino fatal de su historia, de su exterminio, por lo menos a lo más, hablan de una necesidad ineludible de compartirla en dos. . . para beneficio de ~~z i

Todos insisten en someter de cualquier modo su tierra a la moda ... Todos recuerdan sus rebeldías; nadie recuerda el alma sentimental del Imperio de la mañana ,apacible ~como llama Gó­mez Carrillo a Corea en sus Ljteraturas Exóticas.

Ahora que el estruendo de la máquina impide escuchar la músi­ca del hombre, sus sentimientos poéticos, recordemos la novela Chun-Hyang: La Perfumada Primavera) historia de un amor ínti­mo, o lo que es lo mismo: historia de un amor como todos los amores que no se sacian ni siquiera con el amor, y son ejemplo eterno.

Chun-Hyang, la hija del pueblo, heroína de la novela -dice el rey- que sirva de ejemplo a las demás mujeres, y que los hombres se inspiren en ella, como símbolo de fe y esperanza.

Si los contendientes leyeran esta novela pastoril coreana, madi- 1

ficarían los adjetivos sobre estos horp.bres, ignorados en sus valores más profundos, y lucharíap. indudablemente por el retorno de la ma:Qana apacible, al alma sentimental que vive, sueña y muere co­mo en los cuentos de todos los países.

El alma popular, en la literatura popular, es la misma en los lejanos, como en los cercanos climas. Pero el hombre es también el mismo . . . Y no se convence ...

Columna "Galerías" Revista de América

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EMILIA ELlAS DE BALLESTEROS: PEDAGOGA-MILICIANA

Antes de arribar a nuestras tierras -que ahora son más suyas que nuestras ... - antes de estrechar su mano de compañera diri­gente. . . su pensamiento convivía con el nuestro, intensamente, porque todo pensamiento revolucionario llega a todas partes en el acto de la palabra o de la letra. Y, así, sus libros constituyeron su misiva misionada de lo que iba a ser su presencia activa ep. las aulas y en nuestra vida militante educativa. . . Ella completó, con sus sentimientos y con sus ideas, la incipiente labor renovadora

pr1encjidla por quienes, de lejos, seguíamos sus principios y sus •:rmt~S sociales en bien de la formación de una juventud útil al bien­

de las mayorías ... Emilia Elías de Ballesteros llega a México en la época carde­

.1 ... ~"~'"'' convulsiva y anhelante de crear nuevos valores en la realidad del convivía mexicano. . . La fuerza de su pensamiento se sumó a

flébiles balbuceos nuestros que intentaban articular los estruen­dosos fonemas insurgentes, inmuduros aún en los propósitos jóve­nes ...

Ella se sumó a nuestras esperanzas de cr.ear un México eficaz en todas las actividades culturales: en las de sentir y pensar labo­ralmente como en las de actuar acordes al destino de la Nación ... Ella se sumó a nuestras desdichas y a nuestras primeras alegrías de recoger los primeros frutos de la enseñanza.

Ella completó lo que faltaba en las mentes, desbrozando lo superfluo, ahondando en lo determinante para alcanzar el ideal del

1 hombre, concebido como lo mejor de la sociedad. . . Su humanismo se detectaba hasta en los hechos más ajenos al hombre. . . Siem­pre encontró una forma de atenuar, resolver, acrecentar las posi­bilidades humanas dentro de las relaciones convivientes ...

En tierras inhóspitas, florecimientos y cosechas, brotaron de sus manos fructíferas. En tíempos de sequías. . . aportó manantia­les ...

Ella nos ayudó a entendernos y a entender a los demás. . . con sus convicciones humanísticas ...

Ella se va. . . y nosotros nos quedamos, más solos . . . porque ella tiene quien la espere con los brazos abiertos . . . allá. . . en el recuerdo. . . y desde donde regresa el que deja su huella perenne en la tierra y obra.

Su oficio lo ofició, apasionadamente. . . Supo surcar las aguas

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frías de todas las realidades y de todas las soledades. . . Supo arran­carse de su pecho el viacrucis de las cruces gamadas que el fascis­mo sembró en las dolidas tierras de la madre patria.

Sus cenizas están aún ardientes. . . Fuego de heroína. Fuego de escolasta.

"Luctuosa'' Revista de la Escuela Normal Superior, No. 19 México, D.F., 1976

INDICE

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AS

otro mundo de Don Quijote ........ '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Don Miguel de Unamuno: faraón de los gitanos . . . . . . . . . . . . 34 Valle-Inclán: Marqués de la nobleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Juan Ramón Jiménez y su fantasma de amor . . . . . . . . . . . . . . 31 Gómez de la Serna, en su supramundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 / Antonio Marichalar y la nueva crítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Don Jacinto Benavente no habla a tontas y a locas . . . . . . . . 1¡3 Emilio Carrere y la pipa de los sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 Antonio Machado y su rosa de amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1¡6 Manuel Machado: espuma de champán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Villaespesa: dádiva de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 Rivas-Cherif: contertulio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Díez-Canedo en la poeSÍa de sus hijas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 El reverso de García Larca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51¡ v Moreno Villa estaba enamorado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 González Martínez oye la palabra del viento . . . . . . . . . . . . . . 58 Alvarez del Vayo: La Providencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 Eduardo Zamacois: el hombre nube . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Ernesto Vilches: domador de demonias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 El caballero audaz en la literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 Un cuento de Luis G. Urbina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Francisco Orozco Muñoz: ilusionista de la mercería . . . . . . . . 68 El dibujante Garza: vendedor de antepasados . . . . . . . . . . . . . . 10

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Felipe Sassone: aprendiz de todo ....................... . Comida a deshoras con Gómez de la Vega ................ . Rubén Darío y las . primeras letras .................... . El pensamiento de Rubén Daría ........................ . Ricardo Arenales y la dama de la cabellera ardiente ..... . Mariano Brull y la musa chiquilla ...................... .

v/vargas Vüa: seductor ................................. . José Santos Chocan o y los noveles ...................... . Regino Pedroso: canto futu.ro .......................... . Nicolás Guillén: poesía para bailar ..................... . Juan Marinello: poesía y política ....................... . Alejo Carpentier: esotérica popular ..................... . Pita Rodríguez: chamanista del día ..................... . Hernández Catá y su cautivera ......................... . Miguel Angel Asturias: el embozado .................... . Cardoza y Aragón: contemporáneo ..................... .

~Ortega: periodismo trasfondo ............................ . Máximo Gorki en la universidad ....................... . Tagore: fantasma del idealismo ........................ . 15 minutos de silencio con Rabindranath Tagore . · ........ . Una sobremesa con Luigi Pirandello .................... . Ultima ((entrecharla" con Pirandello .................... . Las memorias de D' Annunzio .......................... . Musset: su musa la desdicha .......................... . De poeta a poeta: Paul Fdrt-Paul Valéry ................. . Claude Ferrere: escritor ............................... . Alfred Jarry: fantasmagor ............................. . Mynona: el burlista ...... '· ............................ . Giraudoux: fantasía ...... 1

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Paul Morand: letras de carr¡,bio ......................... . André Bretón: tránsfuga .............................. . Pillement: traduttore-traditore .......................... . Louis Aragón: palinódico ............................... . Robert Desnos: espantador ............................. . Torres Bodet-Jean Cocteau ............................. . Jean Cassou .......................................... .

0,;a muerte del creador del amarillismo .................. . Francisco Rojas González .............................. . Ermilo Abreu Gómez .................................. . Angel Salas: un gran diletante ......................... .

72 73 75 79 83 85 87 88 90 92 91¡. 95 97 98

100 102 103 108 110 111 113 115 117 119 121 121¡. 125 127 128 130 131 133 135 131 138 11¡0 11¡2 11¡1¡. 11¡5 11¡6

MUJERES EN MI VIDA ... ARTISTICA

Concha Espina: la clave ................................ . .Alix ................................................. . .Larissa .............................................. . La condesa de N oailles: el amor en sus brazos ........... . 'colette: promesa tardía ·\ .............................. .

Mistinguett: mis. . . tin. . . guett ..................... . ns:¡;mn;:.nP. Baker: juicio blanco y moral negra ........... .

Wigman: danzarina anchurosa .................... . Mestre y la .metáfora de sus piernas .............. .

Storni: sentida y resentida .................... . Puyhol: maremagnum ........................... .

llll:?abeúL Corona: juego del arteJ juego de la vida .......... . María Douglas: atributo de personajes ................... . Rosaura Revueltas: revelación .......................... . l!iSi~rw:r Puyhol y su forma poética vegetativa ............. . El poema de Concha Michel y la unidad del mundo ........ .

1Aurora de la Luz Puyhol: poetisa del encanto boreal ...... . La voz poética de Digna de Camacho ................... . Coreana: literatura ..................................... . 'Emilia Elías de Ballesteros: pedagoga-miliciana .......... . '

YALE

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Sincrónicas· 1 se terminó de imprimir el 29 de febrero de 1980, en los talleres de "La Impresora Azteca", S. de R. L., Av. Poniente 140 N9 681, Col. Industrial Vallejo, México 16, D. F. En su compo­sición se utilizó tipo Regal 10/11. La edición de 2,000 ejemplares más sobran­tes para reposición estuvo al cuidado de

Fernando Delmar y Alfonso López.

1 1

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TITULOS PUBLICADOS

El mar es una llaga, Carlos lllescas (poesía)

19 bajo cero, Volumen colectivo (poesía)

A solas con mis ojos, Enrique González Rojo (poesía)

Cuentos, Juan García Ponce (cuento)

POR PUBLICARSE

Escorpión e:n invierno, Raymundo Ramos (poesía)

El traje que vestí mañana, Juan Bañuelos (poesía)

En alguna parte ojos de mundo, Rolando Rosas (poesía)

Para decir buen provecho, Carlos Santibáñez (poesía)

Miscelánea de poesía norteamericana, selección y traducción de Isabel Fraire

Los engaños de mi voz, Mario Sánchez (poesía)

Poesía panameña contemporánea, selección y prólogo de E. Jaramillo Levi

Imágenes subliminales, S. Takahashi (poesía)