Bahnsen Equidad de La Ley Judicial

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Penpoint, Volumen 4, Número 7, Octubre 1993 Penpoint, Volumen 4, Número 7, Octubre 1993 LA ASAMBLEA DE WESTMINSTER LA ASAMBLEA DE WESTMINSTER y la “Equidad de la Ley Judicial” y la “Equidad de la Ley Judicial” Por Dr. Greg L. Bahnsen En 1643 la Asamblea de Westminster se reunió por primera vez en la Capilla Enrique VII en la Abadía de Westminster en Londres. Este mes el Dr. Bahnsen inicia un recorrido para impartir conferencias en Londres, abogando por la teología de Westminster para nuestra propia época. Este año (1993) celebramos el 350 aniversario de la convocación y reunión de la Asamblea de Westminster (1643 – 1649), aquel cuerpo de teólogos que produjo la magnífica expresión de la doctrina Reformada en la Confesión de Fe de Westminster y en los Catecismos. Aquellos que aman la fe una vez dada a los santos debiesen regocijarse por la memoria de este evento que marcó una época y saborear la solidez de los estándares teológicos que son el legado perdurable de la asamblea. El logro en Westminster fue profundo para la historia, tanto de la iglesia como del estado. El Escenario Político El Rey Carlos I de Inglaterra, quien favorecía al Romanismo y odiaba a los Puritanos, se había ganado el desdén para sí mismo al nombrar dos cortes persecutorias bajo su reinado: La Cámara Estrellada (civil) y la Alta Comisión (iglesia). En 1629 se atrevió a disolver el Parlamento Inglés y gobernó sin él hasta 1640. Cuando intentó imponer el episcopalismo y un nuevo libro de oración en la iglesia de Escocia, los Escoceses firmaron un “Pacto Nacional” en 1638, un juramento para resistir su intromisión, manteniendo la libertad religiosa y la política presbiteriana. La guerra estalló en 1639. Esto obligó al Rey a reunir nuevamente al Parlamento Inglés en Abril de 1640, para levantar fondos, pero lo disolvió prontamente otra vez (de allí el nombre de “corto” Parlamento) cuando este le dirigió varias quejas formales. Sin embargo, en su desesperación, convocó nuevamente al Parlamento en Noviembre (el “largo” Parlamento), encontrando para su consternación que este ahora estaba determinado a tomar el gobierno de Inglaterra en sus propias manos. En 1642 el Rey huyó de Londres, y la guerra civil estalló entre los realistas (Anglicanos y Romanistas) y el partido parlamentario (alineado por los Puritanos, de variedades presbiteriana y separatista). La batalla contra el absolutismo, tanto en el estado como en la iglesia, se convirtió en la herencia Puritana.

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  • Penpoint, Volumen 4, Nmero 7, Octubre 1993Penpoint, Volumen 4, Nmero 7, Octubre 1993

    LA ASAMBLEA DE WESTMINSTERLA ASAMBLEA DE WESTMINSTERy la Equidad de la Ley Judicialy la Equidad de la Ley Judicial

    Por Dr. Greg L. Bahnsen

    En 1643 la Asamblea de Westminster se reuni por primera vez en la Capilla Enrique VIIen la Abada de Westminster en Londres. Este mes el Dr. Bahnsen inicia un recorrido paraimpartir conferencias en Londres, abogando por la teologa de Westminster para nuestrapropia poca.

    Este ao (1993) celebramos el 350 aniversario de la convocacin y reunin de la Asambleade Westminster (1643 1649), aquel cuerpo de telogos que produjo la magnficaexpresin de la doctrina Reformada en la Confesin de Fe de Westminster y en losCatecismos.

    Aquellos que aman la fe una vez dada a los santos debiesen regocijarse por la memoria deeste evento que marc una poca y saborear la solidez de los estndares teolgicos que sonel legado perdurable de la asamblea. El logro en Westminster fue profundo para la historia,tanto de la iglesia como del estado.

    El Escenario Poltico

    El Rey Carlos I de Inglaterra, quien favoreca al Romanismo y odiaba a los Puritanos, sehaba ganado el desdn para s mismo al nombrar dos cortes persecutorias bajo su reinado:La Cmara Estrellada (civil) y la Alta Comisin (iglesia). En 1629 se atrevi a disolver elParlamento Ingls y gobern sin l hasta 1640.

    Cuando intent imponer el episcopalismo y un nuevo libro de oracin en la iglesia deEscocia, los Escoceses firmaron un Pacto Nacional en 1638, un juramento para resistir suintromisin, manteniendo la libertad religiosa y la poltica presbiteriana. La guerra estallen 1639.

    Esto oblig al Rey a reunir nuevamente al Parlamento Ingls en Abril de 1640, paralevantar fondos, pero lo disolvi prontamente otra vez (de all el nombre de cortoParlamento) cuando este le dirigi varias quejas formales. Sin embargo, en sudesesperacin, convoc nuevamente al Parlamento en Noviembre (el largo Parlamento),encontrando para su consternacin que este ahora estaba determinado a tomar el gobiernode Inglaterra en sus propias manos.

    En 1642 el Rey huy de Londres, y la guerra civil estall entre los realistas (Anglicanos yRomanistas) y el partido parlamentario (alineado por los Puritanos, de variedadespresbiteriana y separatista). La batalla contra el absolutismo, tanto en el estado como en laiglesia, se convirti en la herencia Puritana.

  • La Reforma Teolgica

    El 12 de Junio de 1643, el Parlamento pas una ordenanza para la convocacin de unaAsamblea de telogos eruditos y piadosos... para el establecimiento del gobierno y laliturgia de la Iglesia de Inglaterra, y la vindicacin y claridad de dicha Iglesia de lascalumnias y falsas interpretaciones. Fue una asamblea verdaderamente representativa delmbito Ingls y de una amplia diversidad de opiniones teolgicas. Se reuni originalmenteel 1 de Julio de 1643 en la Abada de Westminster.

    Ese mismo verano el Parlamento entr en El Pacto y la Liga Solemne con Escocia,acordando reformar la iglesia Inglesa en doctrina, adoracin y gobierno para asegurar launiformidad religiosa entre Escocia, Irlanda e Inglaterra. En consecuencia, ochocomisionados Escoceses se unieron a la Asamblea de Westminster y ejercieron unconsiderable liderazgo en sus deliberaciones y direccin. Los mejor conocidos de ellosfueron Henderson, Baillie, Rutherford y especialmente George Gillespie.

    Entre Agosto de 1644 y Diciembre de 1646 la Asamblea de Westminster escribi 33captulos cubriendo sistemticamente las doctrinas fundamentales de la Escritura y losapremiantes asuntos religiosos de la poca. En Abril de 1647 la Asamblea accedi a lapeticin de la Cmara de los Comunes, y agreg textos probatorios Escriturales en losmrgenes de la Confesin. Para el fin de ao se haban aadido los Catecismos Mayor yMenor para la enseanza de los adultos y de los nios, respectivamente, la teologaReformada presentada en la nueva Confesin de Fe.

    Estos estndares fueron adoptados por la Iglesia de Escocia, pero solo temporalmente y enforma modificada en Inglaterra. Sin embargo, llegaron a ser los estndares subordinados(secundarios a la Escritura) por todas las iglesias presbiterianas del mundo por ejemplo,adoptada en Amrica en 1729 y representaba la cspide de los credos Protestantes quebrotaron de la Reforma.

    La Ley Civil

    Est claro que el celo Puritano por la teologa Reformada no era, dada la agitacin de suda, hostil a los intereses socio-polticos. La palabra infalible de Dios en la Escritura, cuyaautoridad confesaban como superior a todas las tradiciones y opiniones humanas, era elestndar moral para toda la conducta en todas las reas de la vida. Esto inclua los asuntosciviles.

    Dada la condicin degenerante de la sociedad moderna, con una escalada aterradora deactividad criminal y casi el fracaso total de nuestro actual sistema penal, no es irracionalpara aquellos que aman la fe Reformada y su cosmovisin Bblica global pedir lo quenuestros antecesores Puritanos confesaron con respecto a la justicia de Dios en el rea de laley civil. Podran sus voces de hace 350 aos hablarnos con una mayor consistencia ysolidez Escritural que las confusas opiniones de nuestra dbil y caprichosa generacin?

    Qu dijeron los telogos de Westminster sobre aquellas provisiones en la Escritura que sedirigen a los magistrados civiles y al castigo del crimen, particularmente aquellas normas

  • civiles encontradas entre las leyes judiciales de Moiss (e.g., xodo 21-22)? En elcaptulo 19, seccin 4, la Confesin nos ensea: (1) A los israelitas, en cuanto cuerpopoltico, tambin se les dio leyes judiciales; (2) estas expiraron junto con ese estado; (3)aquello que es ahora obligatorio en esas leyes es lo que la equidad original de ellas lorequiera pero (4) nada ms.

    La actitud popular de nuestra generacin tanto fuera como dentro de la iglesia Cristiana(lo cual es un comentario en s mismo) es que las leyes civiles de la revelacin Mosaicason descabelladas, anticuadas y con seguridad no son moralmente aceptables para losestados modernos. Aquellos que, como los teonomistas, no repudian la validez moral y eluso de las leyes judiciales Mosaicas en los asuntos polticos contemporneos se hanamontonado desprecios sobre ellos como tontos anacrnicos y tiranos peligrosos. Hoyincluso telogos que afirman ser Reformados ridiculizan ampliamente o enfticamenterechazan la aprobacin teonmica de la validez de las leyes civiles del AntiguoTestamento.

    Pero debisemos preguntar honestamente: Quines estn ms cerca de la teologaReformada de la Confesin de Westminster sobre este punto hoy, los teonomistas o susdetractores?

    An un crtico tan hostil como Meredith Kline tuvo que conceder que la Confesin deWestminster y los Catecismos son teonmicos en perspectiva (Westminster TheologicalJournal, v. 41, 1978, pp. 173-174). Tomando una mirada ms detallada a la cuestin,Sinclair Ferguson tuvo que reconocer ms tarde que la seccin 19.4 en la Confesin es enverdad consistente con la posicin teonmica, y que hay una coincidencia prctica entrelos puntos de vista de los comisionados de Westminster y las aplicaciones civiles de lavisin teonmica hoy (Teonoma: Una Crtica Reformada, eds. Barker & Godfrey,Zondervan, 1990, pp. 329, 334, 347).

    Su nica esperanza era mostrar que la Confesin de Westminster no requiere estrictamenteuna interpretacin teonmica (pp. 345, 346, 348-349). Sin embargo, an argumentando afavor de esta tesis disminuida, la precisin del artculo de Ferguson se deteriora mientrasexagera y mal interpreta de esa manera la visin teonmica de la equidad general (pp.331, 343, 347), y confunde exegticamente la nocin de una equidad encontrada en la leycon la nocin lgicamente distinta y filosficamente diferente de la equidad de la ley (pp.330-331).

    Leyendo la Confesin en Contexto

    Cuando los telogos de Westminster hablaron de la equidad general de las leyesjudiciales, se referan al principio moral subyacente que se ilustra por los casos particularesmencionados en las leyes judiciales. As pues, en el contexto Confesional, encontramos queofrecieron como texto probatorio el ejemplo de 1 Corintios 9:8-10 que aplica lailustracin del buey amordazado (va el principio subyacente) al caso del pastor noretribuido. Este mismo tipo de tratamiento se encuentra a travs de toda la exposicin delCatecismo Mayor de los Diez Mandamientos donde las leyes casusticas del AntiguoTestamento son citadas fcilmente como autoritativas, aunque dndoles una aplicacin

  • moderna (e.g., # 135 con respecto a las verjas en el tejado).

    En el contexto histrico podemos confirmar que el entendimiento anterior es lo que losPuritanos queran decir por la equidad de la ley. Por ejemplo, en 1575 ThomasCartwright habl de la ley judicial, diciendo el prncipe y el magistrado, guardando lasustancia y la equidad de ellas (como si fuese la mdula), pueden cambiar la circunstanciade ellas, como los tiempos, los lugares y las maneras en que la gente pueda requerirlo. Laforma cultural puede ser alterada, pero la mdula o sustancia subyacente es requeridaperpetuamente. (Por cierto, Cartwright hall tal equidad perpetua en la pena de muerte porla blasfemia, el adulterio y el incesto!) William Perkins la hallo en la pena capital para lasbrujas. Philip Stubbs dijo de la pena de muerte por blasfemia, cuya ley judicial permaneceen vigencia hasta el fin del mundo. Vea el Diario de la Reconstruccin Cristiana, v. 5,1978-79, pp. 30, 31).

    Para los Puritanos de Westminster la sustancia de las leyes judiciales era tan obligatoriacomo los Diez Mandamientos. Las leyes judiciales servan para dar definicin a los DiezMandamientos; invalidar los primeros sera por lo tanto invalidar (o alterar) los ltimos.Esa es la razn por la que leemos que, de acuerdo a los estndares de Westminster, elDeclogo no es la extensin plena de la ley moral, sino ms bien el sumario de la leymoral (Catecismo Mayor # 98). Estamos obligados a toda la ley moral y no simplemente asu expresin sumaria.

    Note, luego, que los escritores de la Confesin de Westminster fueron bastante precisos ensu declaracin acerca de las leyes judiciales de Moiss. De acuerdo a ellos estas leyes nofueron abrogadas, que es el lenguaje usado de la ley ceremonial (19.3), que fue puesta aun lado debido al cambio de administracin pactal del Antiguo al Nuevo Pacto (7.5-6).

    La Confesin nos ensea, no que las leyes judiciales fueron abrogadas, sino ms bien queexpiraron debido a la expiracin de Israel como un cuerpo poltico. Cuando el cuerpopoltico particular para el cual fueron formuladas pas, la formulacin literal o formaespecfica de las leyes judiciales fue puesta fuera de circulacin. Solamente el principiosubyacente (equidad) de aquellas ilustraciones histricas contina siendo obligatorio.

    Expiraron no puede significar, en el contexto Confesional, que los Cristianos modernosestn libres de la obligacin de las leyes judiciales. Esto es claro sin dejar lugar a dudas delcaptulo 20, seccin 1, donde la Confesin de Westminster ensea como la libertad de loscreyentes del Nuevo Testamento es ensanchada con respecto a los creyentes bajo la leydel Antiguo Testamento. Especifica libres del yugo de la ley ceremonial a que estabasujeta la Iglesia Judaica pero no dice absolutamente nada acerca de libertad de las leyesjudiciales. Se tomaba su equidad como perpetuamente obligatoria.

    Qu significaba la seccin 19.4 para los Puritanos en el contexto histrico? Casi todos losestudiantes reconocen que el telogo destacado y la autoridad ms persuasiva en laAsamblea de Westminster fue el comisionado Escocs George Gillespie. En 1644, mientrasparticipaba de la Asamblea, public en Londres un tratado titulado La SeveridadSaludable Reconciliada con la Libertad Cristiana (reimpreso en Antologa de LiteraturaPresbiteriana y Reformada, 1991, pp. 178ss.). El prominente telogo de Westminster

  • apenas pudo haber sido ms claro o ms directo.

    Gillespie disputa con un crtico hipottico que podra tener escrpulos en contra de usar lasleyes judiciales Mosaicas. Preguntar si el Magistrado Cristiano est obligado a observarlas leyes judiciales de Moiss, como lo estaba tambin el Magistrado Judo, Gillespiedeclar que l est obligado a aquellas cosas en la ley judicial que son incambiables, ycomunes a todas las naciones; pero no a aquellas cosas que son mutables, o propias de laRepblica Juda (tales como el ao del Jubileo de la remisin de las deudas, la institucindel levirato, etc.) trazando as la distincin exacta entre la forma o peculiaridad cultural yla equidad subyacente de las leyes judiciales que hemos sealado antes.

    Gillespie presenta razones que, dice l, prueban que el Magistrado Cristiano estobligado a observar estas leyes judiciales de Moiss que asignan los castigos de lospecados contra la ley moral. El requerimiento perpetuo de la ley judicial inclua paraGillespie, de esta manera, las sanciones penales del cdigo civil Mosaico.

    En buen estilo teonmico, Gillespie argumentaba que si esto no fuese cierto, los castigosciviles se haran arbitrarios lo que es contrario a lo que se requiera del magistrado: quefuncione como un ministro de Dios. El magistrado moderno no puede mejorar ni lajusticia ni la sabidura de la ley de Dios segn Gillespie. Puesto que todo ha de hacerse parala gloria de Dios (1 Cor. 10:31), Cmo glorificar el Magistrado Cristiano a Dios msque por observar las propias leyes de Dios, las ms justas, siendo que como tales no puedenmejorarlas?

    Ms adelante prob su punto a partir de Mateo 5:17, notando que las palabras de Cristo allabarcan la totalidad de la ley judicial. Uno debe presumir la continua validez de cualquierley del Antiguo Testamento a menos que haya una justificacin Bblica para hacerla a unlado o alterar su observancia. El argumento de Gillespie es totalmente teonmico: Quiensostenga que el Magistrado Cristiano no est obligado a aplicar tales castigos para talespecados est obligado a probar que esas anteriores leyes de Dios estn abolidas, y mostraralgunas Escrituras para ello.

    Gillespie escribi que la misma razn de inmutabilidad que se encontraba en los castigosMosaicos se encuentra tambin en las ofensas. Si el adulterio es todava tomado comouna ofensa hoy, entonces la penalidad asignada para ello en la ley tambin debiese sernormativa hoy.

    Continuando su lnea teonmica de argumentacin, Gillespie sealaba que la ley judicialno era tpica, y as no poda agruparse con la ley ceremonial. Aunque tenemos escriturasclaras y completas en el Nuevo Testamento para abolir la ley ceremonial, sin embargo noleemos en ninguna parte en todo el Nuevo Testamento de la abolicin de la ley judicial, entanto que concerna al castigo de los pecados contra la ley moral.

    Entonces, no puede haber duda que el telogo ms destacado e influyente en la Asambleade Westminster sostena que la equidad general de las leyes judiciales Mosaicascontinuaban requiriendo de los oficiales civiles en la era del Nuevo Testamento quehicieran valer las sanciones penales de esa ley. Segn George Gillespie, la voluntad de

  • Dios en lo concerniente a la justicia civil y a los castigos en ninguna parte es revelada tanplena y claramente como en la ley judicial de Moiss. Esta, por lo tanto, debe ser el puntaly la estancia ms segura para la conciencia del Magistrado Cristiano.

    Gillespie abiertamente declaraba que no tena dudas en sostener que aquel que seracastigado con la muerte bajo la ley judicial an es punible hoy por la muerte; y aquel queno fue castigado con la muerte entonces, no ha de ser castigado con la muerte ahora. lmiraba al estado moderno como regulado en su cdigo civil por las provisiones penales dela ley de Moiss.

    Sinclair Ferguson reconoce el fuerte beneficio hermenutico de mirar las perspectivas delos comisionados Escoceses Gillespie y Rutherford al interpretar la Confesin deWestminster en la seccin 19.4 (loc. cit., p. 340). Incluso aade que Rutherfordargumentaba, en un tratado de 1649, que cualquier cosa que los gobernantes fuesenordenados para hacer en el Antiguo Testamento, todos los gobernantes estn obligados ahacerlo. (Desdichadamente Ferguson luego procede falazmente a representar eldesacuerdo subordinado con Gillespie sobre la manera o severidad de algunas de laspenalidades civiles como una disputa anti-teonmica, en lugar de un debate interino entreteonomistas acerca de lo que la evidencia Bblica requiere especficamente.)

    Conclusin

    Aquellos que abogan por la justicia, la sabidura y la continua autoridad de las leyes civilesMosaicas para nuestra sociedad degenerante hoy tienen una razn especial para regocijarseen el 350 aniversario de la Asamblea de Westminster. Que la fidelidad Bblica, laconsistencia teolgica y la relevancia social de nuestros antecesores Puritanos sean unejemplo inspirador y de confianza para todos nosotros. Que su voz sea escuchada otra vezen nuestra generacin.