Boletín Alfonso Caso, núm. 8

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1ra Época. Mayo - Agosto 2009. No. 8 8 ÍNDICE • Editorial • Artículo - Fondo Fotográfico “Ada D’Aloja Ameglio” • Efemérides - Pablo Martínez del Río, J. C. Olivé Negre- te, Johanna Faulhaber, Leonardo Manrique • Noticias - IX Jornadas Archivísticas de la Red Na- cional de Instituciones de Educación Su- perior (REINAIES). • Ex - Libris - Ada D’Aloja Ameglio EDITORIAL La vida de Ada D’Aloja Ameglio puede ser vista como un ejemplo de los logros de las mujeres del siglo XX. A ella le gustaba re- cordar que de pequeña aprendió a montar caballos y manejar carros tirados por ellos, luego se volvió buena conductora de autos. Sus primeros viajes para cruzar el Atlántico fueron por barco y los últimos en jet. De sus distinguidos maestros europeos apren- dió a hacer complicados cálculos estadísti- cos “a mano” y llegó a aventurarse por el mundo de las computadoras. Fue la antro- póloga que abrió en México las ventanas de la demografía e incursionó en el estudio de poblaciones vivas, tanto indígenas como de obreros, además de ser de las primeras por interesarse en los avances que prometía la moderna genética. Fue una gran nadadora y en tiempos difíciles se ganó la vida impar- tiendo clases de natación. Sufrió los efectos de dos guerras mundiales en carne propia, para finalmente vivir en paz y tranquilidad albergada en su cubículo universitario. Por sus fotos se constata que además era una bella mujer o mejor dicho, una muy bella dama. Su vida no escapó a situaciones difíciles, ya que en oca- siones fue marginada por sus colegas, alguna vez tuvo que renunciar a su trabajo por haber supuesto que su ideología era contraria a la de sus empleadores. Sin embargo, nuestra Universidad la acogió varias veces con generosidad, reco- nociendo su valía y talento. La última y más larga fue en nuestro Instituto, gracias a la invitación de Jaime Litvak. Uno de sus grandes méritos fue haber sido profesora fundadora de la Escuela Nacional de Antropología e His- toria, antes de que la institución recibiera dicho nombre. Su influencia sobre las primeras generaciones de antro- pólogos fue decisiva, dados sus conocimientos, muy mo- dernos para la época y su capacidad docente. La recuerdo pidiendo que reuniera a las muchachas para conversar con ella, cuando sus antiguas alumnas, Johanna Faulhaber y Barbro Dahlgren se acercaban a los 80 años de edad. Tam- bién fue objeto de confusiones chuscas que pudieron llegar a ser vergonzosas. Después de muchos años de haberse alejado de la ENAH, algún grupo le pidió que volviera a dar clase. Ella fue con gusto a registrarse como profesora y la persona responsable le solicitó que entregara sus pa- peles, completos, incluyendo su carta de pasante, ya que era la época cuando nuestra escuela se llenó de profeso- res no graduados. La maestra, quien tenía dos doctorados y una muy larga trayectoria docente no sabía qué era ese documento. Por fortuna alguien que la conocía remedió el desaguisado. Los años que pasó entre nosotros le valieron nuestro respeto y reconocimiento, ya que aún siendo mayor de 90 años no escatimaba comentarios académicos y consejos personales. Conservemos viva su memoria. Los invitamos a explorar el legado documental y grá- fico que nos ha dejado y descubrirán una obra valiosa que debe ser revalorada. Dr. Luis Alberto Vargas Instituto de Investigaciones Antropológicas Dra. Ada D’Aloja Ameglio

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1ra Época. Mayo - Agosto 2009. No. 88

Índice

• Editorial• Artículo- Fondo Fotográfico “Ada D’Aloja Ameglio”

• Efemérides- Pablo Martínez del Río, J. C. Olivé Negre-

te, Johanna Faulhaber, Leonardo Manrique

• Noticias- IX Jornadas Archivísticas de la Red Na-

cional de Instituciones de Educación Su-perior (REINAIES).

• Ex - Libris- Ada D’Aloja Ameglio

ediTORiAL

La vida de Ada D’Aloja Ameglio puede ser vista como un ejemplo de los logros de las mujeres del siglo XX. A ella le gustaba re-cordar que de pequeña aprendió a montar caballos y manejar carros tirados por ellos, luego se volvió buena conductora de autos. Sus primeros viajes para cruzar el Atlántico fueron por barco y los últimos en jet. De sus distinguidos maestros europeos apren-dió a hacer complicados cálculos estadísti-cos “a mano” y llegó a aventurarse por el mundo de las computadoras. Fue la antro-póloga que abrió en México las ventanas de la demografía e incursionó en el estudio de poblaciones vivas, tanto indígenas como de obreros, además de ser de las primeras por interesarse en los avances que prometía la moderna genética. Fue una gran nadadora y en tiempos difíciles se ganó la vida impar-tiendo clases de natación. Sufrió los efectos de dos guerras mundiales en carne propia, para finalmente vivir en paz y tranquilidad albergada en su cubículo universitario. Por sus fotos se constata que además era una bella mujer o mejor dicho, una muy bella dama.

Su vida no escapó a situaciones difíciles, ya que en oca-siones fue marginada por sus colegas, alguna vez tuvo que renunciar a su trabajo por haber supuesto que su ideología era contraria a la de sus empleadores. Sin embargo, nuestra Universidad la acogió varias veces con generosidad, reco-nociendo su valía y talento. La última y más larga fue en nuestro Instituto, gracias a la invitación de Jaime Litvak.

Uno de sus grandes méritos fue haber sido profesora fundadora de la Escuela Nacional de Antropología e His-toria, antes de que la institución recibiera dicho nombre. Su influencia sobre las primeras generaciones de antro-pólogos fue decisiva, dados sus conocimientos, muy mo-dernos para la época y su capacidad docente. La recuerdo pidiendo que reuniera a las muchachas para conversar con ella, cuando sus antiguas alumnas, Johanna Faulhaber y Barbro Dahlgren se acercaban a los 80 años de edad. Tam-

bién fue objeto de confusiones chuscas que pudieron llegar a ser vergonzosas. Después de muchos años de haberse alejado de la ENAH, algún grupo le pidió que volviera a dar clase. Ella fue con gusto a registrarse como profesora y la persona responsable le solicitó que entregara sus pa-peles, completos, incluyendo su carta de pasante, ya que era la época cuando nuestra escuela se llenó de profeso-res no graduados. La maestra, quien tenía dos doctorados y una muy larga trayectoria docente no sabía qué era ese documento. Por fortuna alguien que la conocía remedió el desaguisado.

Los años que pasó entre nosotros le valieron nuestro respeto y reconocimiento, ya que aún siendo mayor de 90 años no escatimaba comentarios académicos y consejos personales. Conservemos viva su memoria.

Los invitamos a explorar el legado documental y grá-fico que nos ha dejado y descubrirán una obra valiosa que debe ser revalorada.

Dr. Luis Alberto VargasInstituto de Investigaciones Antropológicas

Dra. Ada D’Aloja Ameglio

ARTÍcULO

FONDO FOTOGRÁFICO “ADA D’ALOJA AMEGLIO”

El 26 de junio del presente año se cum-ple el 109 aniversa-rio del natalicio de la Dra. Ada D’Aloja Ameglio, pionera de la Antropología Física en México e ilustre catedrática de Nuestra Casa de Es-tudios.

Nació en el seno del matri-monio formado por Alessandro D’Aloja y Anna Ameglio en Bolonia, Italia en 1900. De su padre, ingeniero militar, heredó su férreo carácter, su disciplina y agrado por el deporte, y de su madre, mujer con amplia cultu-ra y gusto por el arte, el interés por conseguir una preparación universitaria.

Interesada por el área científi-ca ingresó en 1924 a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Roma obteniendo su primer doctorado en Química en 1928 y cuatro años después obtendría el segundo en Geografía con es-pecialización en Antropología.

Fue su profesor, Sergio Ser-gi, quien despertó su interés por la antropología y fue el contac-to con Corrado Gini, presidente del Comitato Italiano por lo Es-tudio dei Problemi della Popo-

lazione, quien realizaba investigaciones demo-

gráficas en México en 1933, lo que decidió a Ada a viajar a nuestro país ese mismo año, lugar donde fijó de manera permanente su residencia y se naturalizaría mexicana en 1960.

Cuatro años después, en 1937, ingresó como investi-gadora al Instituto Panameri-cano de Geografía e Historia, institución para la cual rea-lizó el estudio antropológico de diversos grupos indígenas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua durante 1938.

A partir de 1938 inició una vida académica muy intensa alternando su tiempo entre la investigación y la enseñanza, actividades que no dejó de ejer-cer hasta cumplidos los noventa años, edad a la que aún mante-nía una lucidez sorprendente.

Ya en México, al año si-guiente, 1939, ingresó como in-vestigadora al Departamento de

Ada D’Aloja con su padre Alessandro y su hermano Eraldo, c. 1905

Ada D’Aloja a los 5 años de edad

Agosto 1932. Roma, Italia

1933

1937

Ada D’Aloja con los trabajadores en Nicaragua, 1938.

Ada D’Aloja realizando un estudio biotipológico.

Nicaragua, 1938.

Guatemala, 1938.

Antropología Física del Museo Nacional de Antropología, en donde permaneció hasta 1941 trabajando en la recopilación de datos antropométricos entre los indígenas chinantecos de Oaxa-ca así como entre niños escolares de Mixquic en el D.F.

De manera paralela a estas investigaciones, la maestra D’Aloja partici-pó en la fundación de la carrera de Antropología Física en el Departamen-to de Antropología de la Escuela Nacional de Bio-logía del Instituto Poli-técnico Nacional, la cual poco tiempo después se convertiría en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).

También a partir de 1939 inició sus activida-

des docentes en las instituciones de enseñanza más reconocidas de México. Así, impartió las materias de antropología física, estadística y biometría a los prime-ros alumnos de la recién creada carrera de Antropología Física. Durante los primeros años de la ENAH enseñó biotipología y demografía (1944 a 1962), genética hu-mana (1959 a 1963) y un seminario de investigación antropológica. Durante diez años, de 1942 a 1952, se desenvolvió como Jefa del Laboratorio de Biotipo-logía del Instituto Politéc-nico Nacional.

Corría el año de 1945 cuando el Instituto de In-vestigaciones Sociales de la Universidad Nacional le financió una investigación antropológica entre los in-

dígenas otomíes del Valle del Mezquital en Hidal-go.

En el México City College (actual Universidad de las Amé-ricas) impartió los cursos de an-tropología física (1952 a 1976), demografía (1963 a 1969) y es-tadística (1967 a 1972). Durante el año de 1975 a 1976 se hizo cargo de la jefatura del Departa-mento de Antropología y Socio-logía de esa Institución.

Ingresó a la Facultad de Ciencias Políticas y So-

ciales de la UNAM en 1953 impartiendo las mate-rias de antropología física y bioantropología hasta 1960, demografía de 1961 a 1966 y estadística de 1962 a 1965. A partir de 1955 y hasta 1966 se des-empeñó como investigadora de tiempo completo de esa misma dependencia.

También los estudiantes de la Universidad Ibero-americana se beneficiaron de sus conocimientos, ya que en esa institución impartió las materias de de-mografía (1962 - 1969) y estadística (1965 - 1966).

Durante 1963, la Organización de Estados Americanos (OEA) le otorgó una beca para hacer investigación sobre cromosomas humanos en el La-boratorio de Genética de la Escuela de Salud Públi-ca de la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania.

Entre las distinciones que recibió la maestra D’Aloja, en reconocimien-to a su larga trayectoria tanto en la enseñanza co-mo en la investigación, es-tán el premio Universidad Nacional en el área de Do-cencia en Ciencias Socia-les en 1986. La ENAH le otorgó un Diploma en re-conocimiento a su impor-tante labor en el campo de las Ciencias Antropológi-cas así como por ser parte de la Primera Generación

Recibiendo el premio Universidad Nacional de manos del Rector

Jorge Carpizo, 1986.

Chinantecos. Oaxaca, 1940.

Mujer Chinanteca. Oaxaca, 1940.

Guatemala, 1938.

1960

DIRECTORIOCarlos serrano sánChez

Directorluis BarBa Pingarrón

Secretario AcadémicoaliCia Cervantes Cruz

Coordinadora de la BibliotecaaliCia a. reyes sánChez y José luis de la rosa r.

Recopilación de información y elaboración de artículosDiseño • César Augusto Fernández Amaro

Corrección de estilo • Adriana IncháusteguiApoyo gráfico • Silvia Abdalá Romero

Apoyo editorial • Martha González Serrano

NOTICIAS

La Universidad de Guadalajara a través de la Coordinación de Trans-parencia y Archivo General, invitan a las IX Jornadas Archivísticas de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior (RENAIES) mismas que se realizarán del 22 al 25 de junio del presente año en la ciudad de Guadalajara.

EFEMÉRIDESDon Pablo Martínez del Río nació en la ciudad de México el 10 de mayo de 1892.El 15 de mayo de 1914 nació Julio César Olivé Negrete en la ciudad de México.Johanna Faulhaber nació en Essen, Alemania el 6 de junio de 1911 y falleció el 24 de julio de 2000 en México.El 17 de agosto de 1934 nació en Mixcoac Leonardo Manrique Castañeda y falleció el 29 de agosto de 2003.

de Profesores de esa Escuela (1988). La Asociación Mexicana de Antropología Biológica (AMAB) la reco-noció como socio fundador en 1996.

Entre sus publicaciones podemos mencionar: Informe sobre la investigación antro-pológica - demográfica que realizó la Dra. Ada D’Aloja en Guatemala, Nicaragua, Hon-duras y El Salvador (1939); Sobre la variabilidad de al-

gunas características antropológicas entre indígenas centroamericanos (1939); Caracteres somáticos de los indios otomís (1960); La población del Valle del Mez-quital (1980); Función pulmonar en mineros de la Sie-rra de Juárez, Oaxaca (1986); Chinantecos y zapotecos: com-paración entre algunas ca-racterísticas somatométricas (1987); Población de la ciu-dad de San Luis Potosí: datos bio-antropológicos (1991). En coautoría con José Gómez Ro-bleda: Estudios biotipológicos de los otomíes (1961) y Data antropométrica (1972).

A partir de 1977 la Maestra D’Aloja se desempe-ñó como investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, hasta su sentido

fallecimiento ocurrido el 27 de agosto de 2004 en la ciudad de Morelia, a los 104 años de edad.

El acervo textual de la Dra. Ada D’Aloja aún se encuentra en proceso de organización, pero su acervo fotográfico ya se encuentra disponible para su consulta en el Área de Fondos Documentales “Alfonso Caso”. Se compone de 900 imágenes –fotografías, negativos y diapositivas–, tomadas entre 1905 y 2000, de tipo personal, de sus investigaciones entre los grupos indí-genas de Guatemala y El Salvador, así como entre los chinantecos de Oaxaca. Además, cuenta con una co-lección de 78 fotografías de los otomíes del Valle del Mezqui-tal tomadas por Richard Morris Ramsay para su tesis doctoral titulada Gundho: An ethnogra-

phic study of cultu-

re change in an otomi mountain community of the Mezquital Va-lley. Mexico, 1974.

Ada D’Aloja en su cubículo del IIA, c. 2000.

Guatemala, 1938.

Guatemala, 1938.

Vendedora y Músicos del Valle del Mezquital (R. Morris Ramsay)