Boletín Coyuntura&Análisis 48ª Edición

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48 a Edición & Análisis Coyuntura Boletín Semanal, Facultad de Estudios Internacionales www.esumer.edu.co

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Boletín Coyuntura&Análisis48a Edición, Febrero 2015

Macro Editor y RedactorLeonel Arango Vásquez

Docente Tiempo CompletoFacultad de Estudios Internacionales

PBX: (57-4) 403 81 30 ext.4281E-mail: [email protected]

Columnista

Colombia y los conveniosde doble imposición

Germán Horacio Cardona VélezDocente Tiempo Completo

Facultad de Estudios InternacionalesPBX: (57-4) 403 81 30 ext.4119

E-mail: [email protected]

EdiciónCatalina Muñoz Garzón

Coordinadora de Comunicaciones y Mercadeo@catamug

PBX: (57-4) 403 81 30 ext.4258E-mail: [email protected]

DiagramaciónAnderson Echavarría Severino

Analista de Comunicaciones@aes702

PBX: (57-4) 403 81 30 ext.4228E-mail: [email protected]

Institución Universitaria EsumerCalle 76 N.80 - 126 Carretera al mar

PBX: (57-4) 403 81 30Fax: (57-4) 264 98 55

E-mail: [email protected]ín, Colombia – Surámerica

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Escáneres en lospuertos del país

Lunes, 2 de febrero de 2015

En un intento del Gobierno Nacional por fortalecer la lucha contra el contrabando y el narcotráfico, se instala-rán en el país diez escáneres en los principales puertos (Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y Buenaventura), que deberán estar en pleno funcionamiento finalizando el año 2015. La iniciativa también contempla la instalación de escáneres en aeropuertos, pasos de frontera y en algunas vías del país. El viceministro de Desarrollo Empresarial (Ministerio de Industria y Comercio), Felipe Sardi Cruz, hizo hincapié en las bondades de esta medida, debido a que se espera que con ella se genere una mayor agilidad en el embarco y descarga de mercan-cías que salen y entran al país. Según Sardi, serán siete los primeros puertos en contar con esta tecnología, y posteriormente se implementará en los tres restantes.unipymes.com

Después de los diversos paros que se presentaron en el país en el año 2013, el gremio de camioneros ha anunciado que el próximo 23 de febrero de 2015 se convocaría otro gran paro de escala nacional, justificado por razones económicas, especialmente en lo relacionado con los elevados costos operativos y la no disminución en Colombia del precio de la gasolina, aunque en el mercado internacional el petróleo sí haya experimentado una importantísima reducción en el precio del barril. Al respecto Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, COLFECAR, expre-sa: “Estamos enfrentando el aumento del dólar, lo que encarece sustancialmente varios rubros de los costos operati-vos y no hemos sentido internamente las ventajas que traería consigo la disminución de los combustibles de manera acorde con la caída internacional del precio del petróleo; esto se refleja en la variación de 4.08% del índice de precios al transportador para enero de 2015”. Sin embargo, el dirigente no está a favor de las vías de hecho, esto es: la realización de un paro nacional, lo que ha dejado bastante claro al señalar que “(…) aunque el transporte de carga por carretera está en crisis, y varios gremios están impulsando el paro, algo que es totalmente respetable, a nosotros nos parecen mejores las vías de derecho”.

El Gobierno Nacional ha señalado que este proyecto, por contemplar una mayor modernización en los puertos nacionales, requiere una inversión de 5 millones de dólares estadounidenses y, según la prontitud que tengan algunas de las autoridades portuarias del país en realizar todos los trámites requeridos, no se descarta la posibilidad de lograr que algunos de esos escáneres estén en pleno funciona-miento en el mes de julio del presente año.

Por los puertos seleccionados circula cerca del 80% del total de mercancías del país, razón que justifica la necesi-dad de instalar en esas terminales portuarias escáneres de pallets y paquetes, así como escáneres capaces de detectar sustancias químicas, narcóticos y explosivos. En palabras del propio Sardi, “Estas herramientas nos ayudan a la competitividad del país, además facilitan y agilizan las operaciones para los usuarios del comercio exterior”.

Igualmente, desde el Gobierno se han hecho conocer algunos mensajes de gran satisfacción por la puesta en marcha de este proyecto, dado que desde hace varios años la instalación de los escáneres se había convertido en una prioridad para el sistema de carga colom-biano. Al respecto, Santiago Rojas Arroyo, director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), ha manifestado que:Algo muy importante para cualquier aduana es usar tecnología de punta para las actividades de control. Una de esas tecnologías, que no se ha utilizado en el país y que vamos a emplear, es la inspección no intrusiva a través de los escáneres. Durante muchos años se ha tratado de contar con estos equipos en puertos, aeropuertos y cruces de frontera. Por fin hay una visión clara que permitirá que en el segundo semestre de este año contemos con escáneres en los principales puertos del país. Además, estamos traba-jando en aeropuertos y fronteras.

¿Por qué son tan importantes estos escáneres para Colombia? Una de las principales características que tienen es que son “no intrusivos”, lo que implica que no sea necesario abrir un contenedor para inspeccionar la mercancía. Este

factor favorece el comercio internacional, ya que en muchas operaciones las respectivas autoridades no tienen cuidado al realizar el chequeo de la mercancía y, terminado el proceso, la carga no se organiza de la misma forma en que se encontraba originalmente, lo cual puede generar grandes complicaciones a los exportadores colombianos, puesto que los clientes en el exterior podrían recha-zar cualquier contenedor que haya sido abierto o que no esté organizado adecuadamente. Por otra parte, la implementación de esta medida les permite a las autoridades colombianas cumplir con los estándares internacionales en cuanto a protección y seguridad de la carga. Además, es importante recordar que algunos países importadores tienen como exigencia que la inspección de la carga se haga en el país de origen; por lo tanto, los escáneres en Colombia tendrían un efecto positivo en el comercio, permitiéndole a muchas empresas nacionales llegar a mercados foráneos a los cuales antes no tenían acceso.

Otra ventaja importante de contar con esta clase de tecnología es que no se hace necesario que en el país receptor la mercancía sea inspeccionada, lo que reduce considerablemente la posibilidad de que las autoridades de esos países puedan estropear o alterar las condiciones iniciales de la carga. En Colombia, además, los escáneres ayudarán a reducir el tiempo que tardan las inspecciones de la mercancía, así como las horas requeridas para el proceso completo de “desaduanamiento”; así, si en la actualidad se estiman unas 216 horas para este proceso, con la nueva tecnología sólo tardaría 48.

La difícil situación del sector transportador de carga colombiano ha contribuido a que los agentes pertenecientes a dicho sector deseen discutir con el Gobierno Nacional cuáles son las alternativas que se les puede ofrecer para que su actividad no siga siendo afectada económicamente por el lado de los costos. En este mismo sentido, Jorge García, presidente de la Asociación Colombiana de Transportadores, ha manifestado que se encuentra esperando una respuesta formal del

ministro de Minas, Tomás González, para concertar la fecha de la reunión en la cual se van a abordar las principales problemáticas que hoy tiene el sector que, entre otras cosas, es vital para la dinámica del comercio exterior colombiano.

La Asociación de Transportadores de Carga (ATC) ha sido la entidad que ha mostrado un mayor interés en lograr que el paro nacional de transportadores sea un hecho el próximo 23 de febrero, reuniéndose con diversas asociaciones de transportadores con el fin de definir el programa de ese día y los puntos de encuentro para iniciar las protestas. Algunos miembros de la ATC han informado que el 23 de febrero habrá una especial participación de camioneros en puntos neurálgicos del país como Antioquia, el Eje Cafetero, Ibagué, Atlántico y Cundinamarca.

¿Cuál es el principal reclamo que le hacen hoy los transpor-tadores del país al Gobierno Nacional? El punto de mayor importancia que quieren poner sobre la mesa es la brecha que desde el año 2008 se ha estado ampliando entre las tarifas que ellos cobran por la prestación del servicio y los costos operativos propios de la actividad: mientras que las primeras no han mostrado una variación significativa, los segundos se han incrementado de forma considerable, haciendo la actividad cada vez menos rentable. A esto hay que sumarle el proceso de modernización de parque automotor que ha sido realmente paquidérmico y, por supuesto, el precio del combustible, materia prima funda-mental para el transporte de carga por carretera. Luis Orlan-do Ramírez, presidente de la ATC, ofrece una descripción bastante clara acerca de la situación actual del sector: (…) nos están subiendo el costo de peajes desde el 1 de enero y no solo el 3,66 %, sino que están subiendo desde el 1 de enero el 3%, el 5% y en diferentes casetas suben el precio en diferentes fechas (…) Son altísimos los incrementos y no tenemos forma de asumirlos. Viene un anuncio del Gobierno sobre 20 resoluciones para aumentar hasta en 300 % los peajes en diferentes rutas. Por ejemplo, en la ruta a Girardot van a quedar 4 de los 3 peajes de $52.400 cada uno para camiones de carga. Vienen 27 casetas nuevas, esto es para las vías de cuarta generación, y pienso que esto no tiene consideración financiera ni ningún cálculo porque son altísimos los incrementos y no tenemos en este momento forma de asumirlos.

A propósito del precio de la gasolina en Colombia, sería especialmente importante que en este momento, en el que

existe la amenaza de un paro nacional de grandes proporciones que paralice la actividad comercial del país, el Ministro de Hacien-da se pronunciara al respecto explicándole a los colombianos en general y a los transportadores en particular, por qué razón el precio de la gasolina en las estaciones de servicio apenas ha experimentado leves reducciones, mientras que el precio del barril del petróleo ha caído en más de un 50% en el mercado internacio-nal. Si el gobierno explicase esta situación, tal vez se podría evitar la realización del paro y se aportaría para el fortalecimiento de un canal de comunicación eficiente entre el gobierno y los ciudada-nos, el cual al día de hoy parece no estar muy consolidado.

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En un intento del Gobierno Nacional por fortalecer la lucha contra el contrabando y el narcotráfico, se instala-rán en el país diez escáneres en los principales puertos (Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y Buenaventura), que deberán estar en pleno funcionamiento finalizando el año 2015. La iniciativa también contempla la instalación de escáneres en aeropuertos, pasos de frontera y en algunas vías del país. El viceministro de Desarrollo Empresarial (Ministerio de Industria y Comercio), Felipe Sardi Cruz, hizo hincapié en las bondades de esta medida, debido a que se espera que con ella se genere una mayor agilidad en el embarco y descarga de mercan-cías que salen y entran al país. Según Sardi, serán siete los primeros puertos en contar con esta tecnología, y posteriormente se implementará en los tres restantes.

23 de febrero de 2015:posible paro nacionalde camioneros

Martes, 3 de febrero de 2015

Después de los diversos paros que se presentaron en el país en el año 2013, el gremio de camioneros ha anunciado que el próximo 23 de febrero de 2015 se convocaría otro gran paro de escala nacional, justificado por razones económicas, especialmente en lo relacionado con los elevados costos operativos y la no disminución en Colombia del precio de la gasolina, aunque en el mercado internacional el petróleo sí haya experimentado una importantísima reducción en el precio del barril. Al respecto Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, COLFECAR, expre-sa: “Estamos enfrentando el aumento del dólar, lo que encarece sustancialmente varios rubros de los costos operati-vos y no hemos sentido internamente las ventajas que traería consigo la disminución de los combustibles de manera acorde con la caída internacional del precio del petróleo; esto se refleja en la variación de 4.08% del índice de precios al transportador para enero de 2015”. Sin embargo, el dirigente no está a favor de las vías de hecho, esto es: la realización de un paro nacional, lo que ha dejado bastante claro al señalar que “(…) aunque el transporte de carga por carretera está en crisis, y varios gremios están impulsando el paro, algo que es totalmente respetable, a nosotros nos parecen mejores las vías de derecho”.

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http://www.radiosantafe.com/2015/01/23/puertos-de-colombia-tendran-escaneres-para-revisar-mercancias/

http://www.portafolio.co/economia/entrevista-director-la-dian

http://www.portafolio.co/economia/economia-colombia-contrabando-escaneres-2015

http://www.mincit.gov.co/publicaciones.php?id=32361

Fuentes

El Gobierno Nacional ha señalado que este proyecto, por contemplar una mayor modernización en los puertos nacionales, requiere una inversión de 5 millones de dólares estadounidenses y, según la prontitud que tengan algunas de las autoridades portuarias del país en realizar todos los trámites requeridos, no se descarta la posibilidad de lograr que algunos de esos escáneres estén en pleno funciona-miento en el mes de julio del presente año.

Por los puertos seleccionados circula cerca del 80% del total de mercancías del país, razón que justifica la necesi-dad de instalar en esas terminales portuarias escáneres de pallets y paquetes, así como escáneres capaces de detectar sustancias químicas, narcóticos y explosivos. En palabras del propio Sardi, “Estas herramientas nos ayudan a la competitividad del país, además facilitan y agilizan las operaciones para los usuarios del comercio exterior”.

Igualmente, desde el Gobierno se han hecho conocer algunos mensajes de gran satisfacción por la puesta en marcha de este proyecto, dado que desde hace varios años la instalación de los escáneres se había convertido en una prioridad para el sistema de carga colom-biano. Al respecto, Santiago Rojas Arroyo, director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), ha manifestado que:Algo muy importante para cualquier aduana es usar tecnología de punta para las actividades de control. Una de esas tecnologías, que no se ha utilizado en el país y que vamos a emplear, es la inspección no intrusiva a través de los escáneres. Durante muchos años se ha tratado de contar con estos equipos en puertos, aeropuertos y cruces de frontera. Por fin hay una visión clara que permitirá que en el segundo semestre de este año contemos con escáneres en los principales puertos del país. Además, estamos traba-jando en aeropuertos y fronteras.

¿Por qué son tan importantes estos escáneres para Colombia? Una de las principales características que tienen es que son “no intrusivos”, lo que implica que no sea necesario abrir un contenedor para inspeccionar la mercancía. Este

factor favorece el comercio internacional, ya que en muchas operaciones las respectivas autoridades no tienen cuidado al realizar el chequeo de la mercancía y, terminado el proceso, la carga no se organiza de la misma forma en que se encontraba originalmente, lo cual puede generar grandes complicaciones a los exportadores colombianos, puesto que los clientes en el exterior podrían recha-zar cualquier contenedor que haya sido abierto o que no esté organizado adecuadamente. Por otra parte, la implementación de esta medida les permite a las autoridades colombianas cumplir con los estándares internacionales en cuanto a protección y seguridad de la carga. Además, es importante recordar que algunos países importadores tienen como exigencia que la inspección de la carga se haga en el país de origen; por lo tanto, los escáneres en Colombia tendrían un efecto positivo en el comercio, permitiéndole a muchas empresas nacionales llegar a mercados foráneos a los cuales antes no tenían acceso.

Otra ventaja importante de contar con esta clase de tecnología es que no se hace necesario que en el país receptor la mercancía sea inspeccionada, lo que reduce considerablemente la posibilidad de que las autoridades de esos países puedan estropear o alterar las condiciones iniciales de la carga. En Colombia, además, los escáneres ayudarán a reducir el tiempo que tardan las inspecciones de la mercancía, así como las horas requeridas para el proceso completo de “desaduanamiento”; así, si en la actualidad se estiman unas 216 horas para este proceso, con la nueva tecnología sólo tardaría 48.

La difícil situación del sector transportador de carga colombiano ha contribuido a que los agentes pertenecientes a dicho sector deseen discutir con el Gobierno Nacional cuáles son las alternativas que se les puede ofrecer para que su actividad no siga siendo afectada económicamente por el lado de los costos. En este mismo sentido, Jorge García, presidente de la Asociación Colombiana de Transportadores, ha manifestado que se encuentra esperando una respuesta formal del

ministro de Minas, Tomás González, para concertar la fecha de la reunión en la cual se van a abordar las principales problemáticas que hoy tiene el sector que, entre otras cosas, es vital para la dinámica del comercio exterior colombiano.

La Asociación de Transportadores de Carga (ATC) ha sido la entidad que ha mostrado un mayor interés en lograr que el paro nacional de transportadores sea un hecho el próximo 23 de febrero, reuniéndose con diversas asociaciones de transportadores con el fin de definir el programa de ese día y los puntos de encuentro para iniciar las protestas. Algunos miembros de la ATC han informado que el 23 de febrero habrá una especial participación de camioneros en puntos neurálgicos del país como Antioquia, el Eje Cafetero, Ibagué, Atlántico y Cundinamarca.

¿Cuál es el principal reclamo que le hacen hoy los transpor-tadores del país al Gobierno Nacional? El punto de mayor importancia que quieren poner sobre la mesa es la brecha que desde el año 2008 se ha estado ampliando entre las tarifas que ellos cobran por la prestación del servicio y los costos operativos propios de la actividad: mientras que las primeras no han mostrado una variación significativa, los segundos se han incrementado de forma considerable, haciendo la actividad cada vez menos rentable. A esto hay que sumarle el proceso de modernización de parque automotor que ha sido realmente paquidérmico y, por supuesto, el precio del combustible, materia prima funda-mental para el transporte de carga por carretera. Luis Orlan-do Ramírez, presidente de la ATC, ofrece una descripción bastante clara acerca de la situación actual del sector: (…) nos están subiendo el costo de peajes desde el 1 de enero y no solo el 3,66 %, sino que están subiendo desde el 1 de enero el 3%, el 5% y en diferentes casetas suben el precio en diferentes fechas (…) Son altísimos los incrementos y no tenemos forma de asumirlos. Viene un anuncio del Gobierno sobre 20 resoluciones para aumentar hasta en 300 % los peajes en diferentes rutas. Por ejemplo, en la ruta a Girardot van a quedar 4 de los 3 peajes de $52.400 cada uno para camiones de carga. Vienen 27 casetas nuevas, esto es para las vías de cuarta generación, y pienso que esto no tiene consideración financiera ni ningún cálculo porque son altísimos los incrementos y no tenemos en este momento forma de asumirlos.

A propósito del precio de la gasolina en Colombia, sería especialmente importante que en este momento, en el que

existe la amenaza de un paro nacional de grandes proporciones que paralice la actividad comercial del país, el Ministro de Hacien-da se pronunciara al respecto explicándole a los colombianos en general y a los transportadores en particular, por qué razón el precio de la gasolina en las estaciones de servicio apenas ha experimentado leves reducciones, mientras que el precio del barril del petróleo ha caído en más de un 50% en el mercado internacio-nal. Si el gobierno explicase esta situación, tal vez se podría evitar la realización del paro y se aportaría para el fortalecimiento de un canal de comunicación eficiente entre el gobierno y los ciudada-nos, el cual al día de hoy parece no estar muy consolidado.

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lupa.net

http://www.colfecar.org.co

http://www.elespectador.com/noti-cias/economia/el-23-de-febre-ro-camioneros-se-iran-paro-articulo-542204

http://www.elcolombiano.com/colfe-car-no-apoyara-el-paro-de-ca-mioneros-NX1220942

http://www.radiosantafe.-com/2015/01/19/20-dias-de-ene-ro-y-ya-suena-el-primer-paro-camionero/

http://www.portafolio.co/econo-mia/plan-choque-evitar-paro-camionero

Fuentes

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Después de los diversos paros que se presentaron en el país en el año 2013, el gremio de camioneros ha anunciado que el próximo 23 de febrero de 2015 se convocaría otro gran paro de escala nacional, justificado por razones económicas, especialmente en lo relacionado con los elevados costos operativos y la no disminución en Colombia del precio de la gasolina, aunque en el mercado internacional el petróleo sí haya experimentado una importantísima reducción en el precio del barril. Al respecto Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, COLFECAR, expre-sa: “Estamos enfrentando el aumento del dólar, lo que encarece sustancialmente varios rubros de los costos operati-vos y no hemos sentido internamente las ventajas que traería consigo la disminución de los combustibles de manera acorde con la caída internacional del precio del petróleo; esto se refleja en la variación de 4.08% del índice de precios al transportador para enero de 2015”. Sin embargo, el dirigente no está a favor de las vías de hecho, esto es: la realización de un paro nacional, lo que ha dejado bastante claro al señalar que “(…) aunque el transporte de carga por carretera está en crisis, y varios gremios están impulsando el paro, algo que es totalmente respetable, a nosotros nos parecen mejores las vías de derecho”.

El Gobierno Nacional no ha dado explicaciones hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados internacionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

Todo lo concerniente al precio de la gasolina ha estado rodeado últimamente de ambigüedades. De claroscuros.Tratándose de un asunto tan delicado, lo menos que se le puede pedir al Gobierno es mayor transparencia y claridad.

Quisiera analizar en este artículo dos ejemplos concretos de dichas ambigüedades: primero, la manera como se tramitó en la última reforma tributaria el nuevo tributo parafiscal a la gasolina. Y segundo, las explicaciones –o mejor la falta de explicaciones– que el Gobierno ha dado hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados interna-cionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

I. La última reforma tributaria creó el llamado tributo del “diferencial de participación” para financiar el Fondo de estabilización de los combustibles. En rigor, no estamos frente a un mico como se ha dicho, pues finalmente se trata de dos artículos (69 y 70) que se votaron y quedaron incluidos en el texto de la ley 1739 del 2014. Pero sí, se trata de una habilidad gubernamental inaceptable. Como las muchas que rodearon el diseño, cuantificación y trámite de la última reforma tributaria.

¿Por qué decimos esto?La contribución parafiscal creada con la última reforma es nada menos que un nuevo tributo. Recuérdese que las contribuciones parafiscales son tributos según definición constitucional.Ahora bien, ¿cómo es que algo tan serio como es la creación de un nuevo tributo ni siquiera hizo parte del texto original del proyecto que se presentó inicialmente al Congreso?Por mucho menos se le cayó a Roberto Junguito una ley en la Corte Constitucional, porque esta consideró inexequible que algo tan delicado como una modificación en la tarifa del IVA no se hubiera incluido en el texto original.Si esto dijo la Corte frente a una mera modificación a la tarifa del IVA, ¿qué va a decir ahora cuando lo que se añadió durante el trámite parlamentario fue nada menos que la creación de un nuevo tributo?A alguien se le ocurre, por ejemplo, que el Fondo del Café se hubiera creado en los artículos misceláneos de una reforma tributaria, y no a través de una norma especial como lo hizo Carlos Lleras en 1940 durante el gobierno de Eduardo Santos.

II. Cuando se analizan con cuidado las normas legales que rigen la fijación del precio de los combustibles en Colombia, empieza a encontrársele una respuesta a la pregunta que hoy con toda razón se formulan atónitos los ciudadanos: ¿por qué habiendo caído en las últimas semanas casi un 60 % el precio internacional, en los surtidores de gasolina escasamente ha bajado un 3 %?Solo que esa respuesta no la ha dado paladinamente el Gobierno hasta ahora, como corresponde.

La difícil situación del sector transportador de carga colombiano ha contribuido a que los agentes pertenecientes a dicho sector deseen discutir con el Gobierno Nacional cuáles son las alternativas que se les puede ofrecer para que su actividad no siga siendo afectada económicamente por el lado de los costos. En este mismo sentido, Jorge García, presidente de la Asociación Colombiana de Transportadores, ha manifestado que se encuentra esperando una respuesta formal del

ministro de Minas, Tomás González, para concertar la fecha de la reunión en la cual se van a abordar las principales problemáticas que hoy tiene el sector que, entre otras cosas, es vital para la dinámica del comercio exterior colombiano.

La Asociación de Transportadores de Carga (ATC) ha sido la entidad que ha mostrado un mayor interés en lograr que el paro nacional de transportadores sea un hecho el próximo 23 de febrero, reuniéndose con diversas asociaciones de transportadores con el fin de definir el programa de ese día y los puntos de encuentro para iniciar las protestas. Algunos miembros de la ATC han informado que el 23 de febrero habrá una especial participación de camioneros en puntos neurálgicos del país como Antioquia, el Eje Cafetero, Ibagué, Atlántico y Cundinamarca.

¿Cuál es el principal reclamo que le hacen hoy los transpor-tadores del país al Gobierno Nacional? El punto de mayor importancia que quieren poner sobre la mesa es la brecha que desde el año 2008 se ha estado ampliando entre las tarifas que ellos cobran por la prestación del servicio y los costos operativos propios de la actividad: mientras que las primeras no han mostrado una variación significativa, los segundos se han incrementado de forma considerable, haciendo la actividad cada vez menos rentable. A esto hay que sumarle el proceso de modernización de parque automotor que ha sido realmente paquidérmico y, por supuesto, el precio del combustible, materia prima funda-mental para el transporte de carga por carretera. Luis Orlan-do Ramírez, presidente de la ATC, ofrece una descripción bastante clara acerca de la situación actual del sector: (…) nos están subiendo el costo de peajes desde el 1 de enero y no solo el 3,66 %, sino que están subiendo desde el 1 de enero el 3%, el 5% y en diferentes casetas suben el precio en diferentes fechas (…) Son altísimos los incrementos y no tenemos forma de asumirlos. Viene un anuncio del Gobierno sobre 20 resoluciones para aumentar hasta en 300 % los peajes en diferentes rutas. Por ejemplo, en la ruta a Girardot van a quedar 4 de los 3 peajes de $52.400 cada uno para camiones de carga. Vienen 27 casetas nuevas, esto es para las vías de cuarta generación, y pienso que esto no tiene consideración financiera ni ningún cálculo porque son altísimos los incrementos y no tenemos en este momento forma de asumirlos.

A propósito del precio de la gasolina en Colombia, sería especialmente importante que en este momento, en el que

existe la amenaza de un paro nacional de grandes proporciones que paralice la actividad comercial del país, el Ministro de Hacien-da se pronunciara al respecto explicándole a los colombianos en general y a los transportadores en particular, por qué razón el precio de la gasolina en las estaciones de servicio apenas ha experimentado leves reducciones, mientras que el precio del barril del petróleo ha caído en más de un 50% en el mercado internacio-nal. Si el gobierno explicase esta situación, tal vez se podría evitar la realización del paro y se aportaría para el fortalecimiento de un canal de comunicación eficiente entre el gobierno y los ciudada-nos, el cual al día de hoy parece no estar muy consolidado.

Veamos. En comunicado conjunto que expidieron los ministerios de Hacienda y de Minas hace una semana dijeron textualmente: “La reforma tributaria no modifica la fórmula de precios, ni obliga a que suban ni evita un descenso de los mismos”.O sea, la última reforma tributaria –según el Gobierno– no es la causante del gigantesco diferencial que se presenta entre precio internacional y precio interno. Entonces ¿quién es el causante?Cuando la Corte Constitucional en sentencia C-621 del 2013 declaró inconstitucional el Fondo de Estabilización de los

Precios de los Combustibles, porque dicho fondo fue creado por reglamento y no por ley (cosa que se subsanó en la última reforma tributaria), dijo lo siguiente: “Una de las fuentes de finan-ciación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combusti-bles será la diferencia entre el precio de paridad internacional y el precio de referencia, cuando este último sea mayor que aquel.

Un elemento indispensable del análisis de constitucionalidad es que el precio de referencia es fijado por el Ministerio de Minas y Energía, sin que existan parámetros de rango legal que determi-nen los criterios que debe seguir el Ministerio al realizar dicha tarea”. Lo anterior, dicho en buen romance, significa que si el precio de referencia que fija el Ministerio de Minas y Energía está por encima del llamado precio de paridad (que no es otro que el internacional), tal diferencia irá a engrosar las arcas del Fondo de Estabilización y no a aliviar el bolsillo del consumidor.

Que es exactamente lo que ha sucedido en estos últimos días: el precio de paridad se vino al suelo y el de referencia se quedó por las nubes. Corresponde entonces al Ministerio de Minas explicar-le al país –cosa que no ha hecho aún– qué criterios lo han guiado para dejar el precio de referencia por las nubes cuando el precio del crudo se ha descolgado casi un 60 %. Al reglamentar la última reforma tributaria, cosa que no se ha hecho tampoco, tendrá que definírsele el Ministerio de Minas cuáles son los criterios que deberá utilizar al establecer el precio de referencia de los combus-tibles hacia adelante. No puede seguir fijándolo arbitrariamente, como ya lo advirtió la Corte.

Ojalá esto se haga pronto. Pues mientras no se le diga al país por qué se ha dejado ampliar la brecha entre precio de referencia y precio de paridad de la gasolina en magnitud tan exorbitante, el estupor de los colombianos seguirá –y con toda razón– vigente.

Ojalá que la razón de esta ambigüedad no sea que el Gobierno ha resuelto pasar habilidosamente de agache en dar esta explica-ción, o sea: que no ha querido ponerle la cara al gran debate del precio de los combustibles en Colombia, para recoger silenciosa-mente mientras tanto los 4,2 billones de pesos a que asciende el déficit del Fondo. Sin que los consumidores ni la economía en general se beneficien de la caída de los precios internacionales. Como sí está sucediendo en todo el mundo, ante las desalentado-ras proyecciones del crecimiento para el 2015.

Y aun, si tal es la razón, tampoco se justifica la ambigüedad gubernamental: debería al menos decirle con claridad al país cuál es su propósito. Para que todos sepamos a qué atenernos.

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Después de los diversos paros que se presentaron en el país en el año 2013, el gremio de camioneros ha anunciado que el próximo 23 de febrero de 2015 se convocaría otro gran paro de escala nacional, justificado por razones económicas, especialmente en lo relacionado con los elevados costos operativos y la no disminución en Colombia del precio de la gasolina, aunque en el mercado internacional el petróleo sí haya experimentado una importantísima reducción en el precio del barril. Al respecto Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, COLFECAR, expre-sa: “Estamos enfrentando el aumento del dólar, lo que encarece sustancialmente varios rubros de los costos operati-vos y no hemos sentido internamente las ventajas que traería consigo la disminución de los combustibles de manera acorde con la caída internacional del precio del petróleo; esto se refleja en la variación de 4.08% del índice de precios al transportador para enero de 2015”. Sin embargo, el dirigente no está a favor de las vías de hecho, esto es: la realización de un paro nacional, lo que ha dejado bastante claro al señalar que “(…) aunque el transporte de carga por carretera está en crisis, y varios gremios están impulsando el paro, algo que es totalmente respetable, a nosotros nos parecen mejores las vías de derecho”.

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El precio de la gasolina:ambigüedades

Miércoles, 4 de febrero de 2015

El Gobierno Nacional no ha dado explicaciones hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados internacionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

Todo lo concerniente al precio de la gasolina ha estado rodeado últimamente de ambigüedades. De claroscuros.Tratándose de un asunto tan delicado, lo menos que se le puede pedir al Gobierno es mayor transparencia y claridad.

Quisiera analizar en este artículo dos ejemplos concretos de dichas ambigüedades: primero, la manera como se tramitó en la última reforma tributaria el nuevo tributo parafiscal a la gasolina. Y segundo, las explicaciones –o mejor la falta de explicaciones– que el Gobierno ha dado hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados interna-cionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

I. La última reforma tributaria creó el llamado tributo del “diferencial de participación” para financiar el Fondo de estabilización de los combustibles. En rigor, no estamos frente a un mico como se ha dicho, pues finalmente se trata de dos artículos (69 y 70) que se votaron y quedaron incluidos en el texto de la ley 1739 del 2014. Pero sí, se trata de una habilidad gubernamental inaceptable. Como las muchas que rodearon el diseño, cuantificación y trámite de la última reforma tributaria.

¿Por qué decimos esto?La contribución parafiscal creada con la última reforma es nada menos que un nuevo tributo. Recuérdese que las contribuciones parafiscales son tributos según definición constitucional.Ahora bien, ¿cómo es que algo tan serio como es la creación de un nuevo tributo ni siquiera hizo parte del texto original del proyecto que se presentó inicialmente al Congreso?Por mucho menos se le cayó a Roberto Junguito una ley en la Corte Constitucional, porque esta consideró inexequible que algo tan delicado como una modificación en la tarifa del IVA no se hubiera incluido en el texto original.Si esto dijo la Corte frente a una mera modificación a la tarifa del IVA, ¿qué va a decir ahora cuando lo que se añadió durante el trámite parlamentario fue nada menos que la creación de un nuevo tributo?A alguien se le ocurre, por ejemplo, que el Fondo del Café se hubiera creado en los artículos misceláneos de una reforma tributaria, y no a través de una norma especial como lo hizo Carlos Lleras en 1940 durante el gobierno de Eduardo Santos.

II. Cuando se analizan con cuidado las normas legales que rigen la fijación del precio de los combustibles en Colombia, empieza a encontrársele una respuesta a la pregunta que hoy con toda razón se formulan atónitos los ciudadanos: ¿por qué habiendo caído en las últimas semanas casi un 60 % el precio internacional, en los surtidores de gasolina escasamente ha bajado un 3 %?Solo que esa respuesta no la ha dado paladinamente el Gobierno hasta ahora, como corresponde.

La difícil situación del sector transportador de carga colombiano ha contribuido a que los agentes pertenecientes a dicho sector deseen discutir con el Gobierno Nacional cuáles son las alternativas que se les puede ofrecer para que su actividad no siga siendo afectada económicamente por el lado de los costos. En este mismo sentido, Jorge García, presidente de la Asociación Colombiana de Transportadores, ha manifestado que se encuentra esperando una respuesta formal del

ministro de Minas, Tomás González, para concertar la fecha de la reunión en la cual se van a abordar las principales problemáticas que hoy tiene el sector que, entre otras cosas, es vital para la dinámica del comercio exterior colombiano.

La Asociación de Transportadores de Carga (ATC) ha sido la entidad que ha mostrado un mayor interés en lograr que el paro nacional de transportadores sea un hecho el próximo 23 de febrero, reuniéndose con diversas asociaciones de transportadores con el fin de definir el programa de ese día y los puntos de encuentro para iniciar las protestas. Algunos miembros de la ATC han informado que el 23 de febrero habrá una especial participación de camioneros en puntos neurálgicos del país como Antioquia, el Eje Cafetero, Ibagué, Atlántico y Cundinamarca.

¿Cuál es el principal reclamo que le hacen hoy los transpor-tadores del país al Gobierno Nacional? El punto de mayor importancia que quieren poner sobre la mesa es la brecha que desde el año 2008 se ha estado ampliando entre las tarifas que ellos cobran por la prestación del servicio y los costos operativos propios de la actividad: mientras que las primeras no han mostrado una variación significativa, los segundos se han incrementado de forma considerable, haciendo la actividad cada vez menos rentable. A esto hay que sumarle el proceso de modernización de parque automotor que ha sido realmente paquidérmico y, por supuesto, el precio del combustible, materia prima funda-mental para el transporte de carga por carretera. Luis Orlan-do Ramírez, presidente de la ATC, ofrece una descripción bastante clara acerca de la situación actual del sector: (…) nos están subiendo el costo de peajes desde el 1 de enero y no solo el 3,66 %, sino que están subiendo desde el 1 de enero el 3%, el 5% y en diferentes casetas suben el precio en diferentes fechas (…) Son altísimos los incrementos y no tenemos forma de asumirlos. Viene un anuncio del Gobierno sobre 20 resoluciones para aumentar hasta en 300 % los peajes en diferentes rutas. Por ejemplo, en la ruta a Girardot van a quedar 4 de los 3 peajes de $52.400 cada uno para camiones de carga. Vienen 27 casetas nuevas, esto es para las vías de cuarta generación, y pienso que esto no tiene consideración financiera ni ningún cálculo porque son altísimos los incrementos y no tenemos en este momento forma de asumirlos.

A propósito del precio de la gasolina en Colombia, sería especialmente importante que en este momento, en el que

existe la amenaza de un paro nacional de grandes proporciones que paralice la actividad comercial del país, el Ministro de Hacien-da se pronunciara al respecto explicándole a los colombianos en general y a los transportadores en particular, por qué razón el precio de la gasolina en las estaciones de servicio apenas ha experimentado leves reducciones, mientras que el precio del barril del petróleo ha caído en más de un 50% en el mercado internacio-nal. Si el gobierno explicase esta situación, tal vez se podría evitar la realización del paro y se aportaría para el fortalecimiento de un canal de comunicación eficiente entre el gobierno y los ciudada-nos, el cual al día de hoy parece no estar muy consolidado.

Veamos. En comunicado conjunto que expidieron los ministerios de Hacienda y de Minas hace una semana dijeron textualmente: “La reforma tributaria no modifica la fórmula de precios, ni obliga a que suban ni evita un descenso de los mismos”.O sea, la última reforma tributaria –según el Gobierno– no es la causante del gigantesco diferencial que se presenta entre precio internacional y precio interno. Entonces ¿quién es el causante?Cuando la Corte Constitucional en sentencia C-621 del 2013 declaró inconstitucional el Fondo de Estabilización de los

Precios de los Combustibles, porque dicho fondo fue creado por reglamento y no por ley (cosa que se subsanó en la última reforma tributaria), dijo lo siguiente: “Una de las fuentes de finan-ciación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combusti-bles será la diferencia entre el precio de paridad internacional y el precio de referencia, cuando este último sea mayor que aquel.

Un elemento indispensable del análisis de constitucionalidad es que el precio de referencia es fijado por el Ministerio de Minas y Energía, sin que existan parámetros de rango legal que determi-nen los criterios que debe seguir el Ministerio al realizar dicha tarea”. Lo anterior, dicho en buen romance, significa que si el precio de referencia que fija el Ministerio de Minas y Energía está por encima del llamado precio de paridad (que no es otro que el internacional), tal diferencia irá a engrosar las arcas del Fondo de Estabilización y no a aliviar el bolsillo del consumidor.

Que es exactamente lo que ha sucedido en estos últimos días: el precio de paridad se vino al suelo y el de referencia se quedó por las nubes. Corresponde entonces al Ministerio de Minas explicar-le al país –cosa que no ha hecho aún– qué criterios lo han guiado para dejar el precio de referencia por las nubes cuando el precio del crudo se ha descolgado casi un 60 %. Al reglamentar la última reforma tributaria, cosa que no se ha hecho tampoco, tendrá que definírsele el Ministerio de Minas cuáles son los criterios que deberá utilizar al establecer el precio de referencia de los combus-tibles hacia adelante. No puede seguir fijándolo arbitrariamente, como ya lo advirtió la Corte.

Ojalá esto se haga pronto. Pues mientras no se le diga al país por qué se ha dejado ampliar la brecha entre precio de referencia y precio de paridad de la gasolina en magnitud tan exorbitante, el estupor de los colombianos seguirá –y con toda razón– vigente.

Ojalá que la razón de esta ambigüedad no sea que el Gobierno ha resuelto pasar habilidosamente de agache en dar esta explica-ción, o sea: que no ha querido ponerle la cara al gran debate del precio de los combustibles en Colombia, para recoger silenciosa-mente mientras tanto los 4,2 billones de pesos a que asciende el déficit del Fondo. Sin que los consumidores ni la economía en general se beneficien de la caída de los precios internacionales. Como sí está sucediendo en todo el mundo, ante las desalentado-ras proyecciones del crecimiento para el 2015.

Y aun, si tal es la razón, tampoco se justifica la ambigüedad gubernamental: debería al menos decirle con claridad al país cuál es su propósito. Para que todos sepamos a qué atenernos.

Page 7: Boletín Coyuntura&Análisis 48ª Edición

Nota: para tener una mayor compren-sión acerca del precio de la gasolina en Colombia, tomamos la columna escrita por el Exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, el día 20 de enero del año 2015, la cual fue publicada en el diario Portafolio.

http://www.portafolio.co/opinion/el-pre-cio-la-gasolina-ambigueedades

Fuentes

Boletín Semanal, Facultad de Estudios Internacionales www.esumer.edu.co6

El Gobierno Nacional no ha dado explicaciones hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados internacionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

Todo lo concerniente al precio de la gasolina ha estado rodeado últimamente de ambigüedades. De claroscuros.Tratándose de un asunto tan delicado, lo menos que se le puede pedir al Gobierno es mayor transparencia y claridad.

Quisiera analizar en este artículo dos ejemplos concretos de dichas ambigüedades: primero, la manera como se tramitó en la última reforma tributaria el nuevo tributo parafiscal a la gasolina. Y segundo, las explicaciones –o mejor la falta de explicaciones– que el Gobierno ha dado hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados interna-cionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

I. La última reforma tributaria creó el llamado tributo del “diferencial de participación” para financiar el Fondo de estabilización de los combustibles. En rigor, no estamos frente a un mico como se ha dicho, pues finalmente se trata de dos artículos (69 y 70) que se votaron y quedaron incluidos en el texto de la ley 1739 del 2014. Pero sí, se trata de una habilidad gubernamental inaceptable. Como las muchas que rodearon el diseño, cuantificación y trámite de la última reforma tributaria.

¿Por qué decimos esto?La contribución parafiscal creada con la última reforma es nada menos que un nuevo tributo. Recuérdese que las contribuciones parafiscales son tributos según definición constitucional.Ahora bien, ¿cómo es que algo tan serio como es la creación de un nuevo tributo ni siquiera hizo parte del texto original del proyecto que se presentó inicialmente al Congreso?Por mucho menos se le cayó a Roberto Junguito una ley en la Corte Constitucional, porque esta consideró inexequible que algo tan delicado como una modificación en la tarifa del IVA no se hubiera incluido en el texto original.Si esto dijo la Corte frente a una mera modificación a la tarifa del IVA, ¿qué va a decir ahora cuando lo que se añadió durante el trámite parlamentario fue nada menos que la creación de un nuevo tributo?A alguien se le ocurre, por ejemplo, que el Fondo del Café se hubiera creado en los artículos misceláneos de una reforma tributaria, y no a través de una norma especial como lo hizo Carlos Lleras en 1940 durante el gobierno de Eduardo Santos.

II. Cuando se analizan con cuidado las normas legales que rigen la fijación del precio de los combustibles en Colombia, empieza a encontrársele una respuesta a la pregunta que hoy con toda razón se formulan atónitos los ciudadanos: ¿por qué habiendo caído en las últimas semanas casi un 60 % el precio internacional, en los surtidores de gasolina escasamente ha bajado un 3 %?Solo que esa respuesta no la ha dado paladinamente el Gobierno hasta ahora, como corresponde.

Veamos. En comunicado conjunto que expidieron los ministerios de Hacienda y de Minas hace una semana dijeron textualmente: “La reforma tributaria no modifica la fórmula de precios, ni obliga a que suban ni evita un descenso de los mismos”.O sea, la última reforma tributaria –según el Gobierno– no es la causante del gigantesco diferencial que se presenta entre precio internacional y precio interno. Entonces ¿quién es el causante?Cuando la Corte Constitucional en sentencia C-621 del 2013 declaró inconstitucional el Fondo de Estabilización de los

Precios de los Combustibles, porque dicho fondo fue creado por reglamento y no por ley (cosa que se subsanó en la última reforma tributaria), dijo lo siguiente: “Una de las fuentes de finan-ciación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combusti-bles será la diferencia entre el precio de paridad internacional y el precio de referencia, cuando este último sea mayor que aquel.

Un elemento indispensable del análisis de constitucionalidad es que el precio de referencia es fijado por el Ministerio de Minas y Energía, sin que existan parámetros de rango legal que determi-nen los criterios que debe seguir el Ministerio al realizar dicha tarea”. Lo anterior, dicho en buen romance, significa que si el precio de referencia que fija el Ministerio de Minas y Energía está por encima del llamado precio de paridad (que no es otro que el internacional), tal diferencia irá a engrosar las arcas del Fondo de Estabilización y no a aliviar el bolsillo del consumidor.

Que es exactamente lo que ha sucedido en estos últimos días: el precio de paridad se vino al suelo y el de referencia se quedó por las nubes. Corresponde entonces al Ministerio de Minas explicar-le al país –cosa que no ha hecho aún– qué criterios lo han guiado para dejar el precio de referencia por las nubes cuando el precio del crudo se ha descolgado casi un 60 %. Al reglamentar la última reforma tributaria, cosa que no se ha hecho tampoco, tendrá que definírsele el Ministerio de Minas cuáles son los criterios que deberá utilizar al establecer el precio de referencia de los combus-tibles hacia adelante. No puede seguir fijándolo arbitrariamente, como ya lo advirtió la Corte.

Ojalá esto se haga pronto. Pues mientras no se le diga al país por qué se ha dejado ampliar la brecha entre precio de referencia y precio de paridad de la gasolina en magnitud tan exorbitante, el estupor de los colombianos seguirá –y con toda razón– vigente.

Ojalá que la razón de esta ambigüedad no sea que el Gobierno ha resuelto pasar habilidosamente de agache en dar esta explica-ción, o sea: que no ha querido ponerle la cara al gran debate del precio de los combustibles en Colombia, para recoger silenciosa-mente mientras tanto los 4,2 billones de pesos a que asciende el déficit del Fondo. Sin que los consumidores ni la economía en general se beneficien de la caída de los precios internacionales. Como sí está sucediendo en todo el mundo, ante las desalentado-ras proyecciones del crecimiento para el 2015.

Y aun, si tal es la razón, tampoco se justifica la ambigüedad gubernamental: debería al menos decirle con claridad al país cuál es su propósito. Para que todos sepamos a qué atenernos.

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Banco de la RepúblicaBogotá, Colombia

panoramio.com

El Gobierno Nacional no ha dado explicaciones hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados internacionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

Todo lo concerniente al precio de la gasolina ha estado rodeado últimamente de ambigüedades. De claroscuros.Tratándose de un asunto tan delicado, lo menos que se le puede pedir al Gobierno es mayor transparencia y claridad.

Quisiera analizar en este artículo dos ejemplos concretos de dichas ambigüedades: primero, la manera como se tramitó en la última reforma tributaria el nuevo tributo parafiscal a la gasolina. Y segundo, las explicaciones –o mejor la falta de explicaciones– que el Gobierno ha dado hasta el momento de por qué habiéndose descolgado estrepitosamente el precio del crudo en los mercados interna-cionales, el precio interno de la gasolina y del ACPM apenas ha caído imperceptiblemente.

I. La última reforma tributaria creó el llamado tributo del “diferencial de participación” para financiar el Fondo de estabilización de los combustibles. En rigor, no estamos frente a un mico como se ha dicho, pues finalmente se trata de dos artículos (69 y 70) que se votaron y quedaron incluidos en el texto de la ley 1739 del 2014. Pero sí, se trata de una habilidad gubernamental inaceptable. Como las muchas que rodearon el diseño, cuantificación y trámite de la última reforma tributaria.

¿Por qué decimos esto?La contribución parafiscal creada con la última reforma es nada menos que un nuevo tributo. Recuérdese que las contribuciones parafiscales son tributos según definición constitucional.Ahora bien, ¿cómo es que algo tan serio como es la creación de un nuevo tributo ni siquiera hizo parte del texto original del proyecto que se presentó inicialmente al Congreso?Por mucho menos se le cayó a Roberto Junguito una ley en la Corte Constitucional, porque esta consideró inexequible que algo tan delicado como una modificación en la tarifa del IVA no se hubiera incluido en el texto original.Si esto dijo la Corte frente a una mera modificación a la tarifa del IVA, ¿qué va a decir ahora cuando lo que se añadió durante el trámite parlamentario fue nada menos que la creación de un nuevo tributo?A alguien se le ocurre, por ejemplo, que el Fondo del Café se hubiera creado en los artículos misceláneos de una reforma tributaria, y no a través de una norma especial como lo hizo Carlos Lleras en 1940 durante el gobierno de Eduardo Santos.

II. Cuando se analizan con cuidado las normas legales que rigen la fijación del precio de los combustibles en Colombia, empieza a encontrársele una respuesta a la pregunta que hoy con toda razón se formulan atónitos los ciudadanos: ¿por qué habiendo caído en las últimas semanas casi un 60 % el precio internacional, en los surtidores de gasolina escasamente ha bajado un 3 %?Solo que esa respuesta no la ha dado paladinamente el Gobierno hasta ahora, como corresponde.

En su primera reunión del año 2015, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) decidió por sexta vez consecu-tiva dejar inalterada la tasa de interés de referencia, la cual ha estado desde el mes de agosto (2014) en el 4.5%. Esta tasa ha sido el principal instrumento de política monetaria usado por el Banco de la República para lograr su meta de inflación objetivo (3%), aunque el dato de 2014 se ubicó por encima de dicho nivel, quedando en un 3.6%, cifra que está dentro del rango meta (2% - 4%). Los resultados en términos de política monetaria para Colombia son positivos, aunque el actual entorno nacional e internacional presenta algunos matices que pueden generar diversos efectos en la economía nacional.

Por el lado internacional, la junta debe estar atenta a lo que suceda en Europa, Estados Unidos y Japón. La situación en Europa sigue siendo preocupante por el crecimiento que no termina de despegar y por la amenaza de deflación, situación a la que ahora se le suma la nueva fuerza política en Grecia que, entre otras cosas, ha logrado obtener el apoyo de Italia en su lucha contra las medidas de austeridad. El menor crecimiento en Europa obliga a que haya menos expor-taciones a ese destino y ello, a su vez, implica un menor ingreso de divisas (USD) para Colombia; pero por otra parte, el USD sigue siendo muy apreciado con respecto al peso colombiano, así que la autoridad monetaria busca mantener su influencia en el tipo de cambio para que esa apreciación no genere efectos inflacionarios en el país.

&AnálisisCoyuntura

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Jueves, 5 de febrero de 2015

Primera reunióndel Emisor en el 2015

Veamos. En comunicado conjunto que expidieron los ministerios de Hacienda y de Minas hace una semana dijeron textualmente: “La reforma tributaria no modifica la fórmula de precios, ni obliga a que suban ni evita un descenso de los mismos”.O sea, la última reforma tributaria –según el Gobierno– no es la causante del gigantesco diferencial que se presenta entre precio internacional y precio interno. Entonces ¿quién es el causante?Cuando la Corte Constitucional en sentencia C-621 del 2013 declaró inconstitucional el Fondo de Estabilización de los

Precios de los Combustibles, porque dicho fondo fue creado por reglamento y no por ley (cosa que se subsanó en la última reforma tributaria), dijo lo siguiente: “Una de las fuentes de finan-ciación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combusti-bles será la diferencia entre el precio de paridad internacional y el precio de referencia, cuando este último sea mayor que aquel.

Un elemento indispensable del análisis de constitucionalidad es que el precio de referencia es fijado por el Ministerio de Minas y Energía, sin que existan parámetros de rango legal que determi-nen los criterios que debe seguir el Ministerio al realizar dicha tarea”. Lo anterior, dicho en buen romance, significa que si el precio de referencia que fija el Ministerio de Minas y Energía está por encima del llamado precio de paridad (que no es otro que el internacional), tal diferencia irá a engrosar las arcas del Fondo de Estabilización y no a aliviar el bolsillo del consumidor.

Que es exactamente lo que ha sucedido en estos últimos días: el precio de paridad se vino al suelo y el de referencia se quedó por las nubes. Corresponde entonces al Ministerio de Minas explicar-le al país –cosa que no ha hecho aún– qué criterios lo han guiado para dejar el precio de referencia por las nubes cuando el precio del crudo se ha descolgado casi un 60 %. Al reglamentar la última reforma tributaria, cosa que no se ha hecho tampoco, tendrá que definírsele el Ministerio de Minas cuáles son los criterios que deberá utilizar al establecer el precio de referencia de los combus-tibles hacia adelante. No puede seguir fijándolo arbitrariamente, como ya lo advirtió la Corte.

Ojalá esto se haga pronto. Pues mientras no se le diga al país por qué se ha dejado ampliar la brecha entre precio de referencia y precio de paridad de la gasolina en magnitud tan exorbitante, el estupor de los colombianos seguirá –y con toda razón– vigente.

Ojalá que la razón de esta ambigüedad no sea que el Gobierno ha resuelto pasar habilidosamente de agache en dar esta explica-ción, o sea: que no ha querido ponerle la cara al gran debate del precio de los combustibles en Colombia, para recoger silenciosa-mente mientras tanto los 4,2 billones de pesos a que asciende el déficit del Fondo. Sin que los consumidores ni la economía en general se beneficien de la caída de los precios internacionales. Como sí está sucediendo en todo el mundo, ante las desalentado-ras proyecciones del crecimiento para el 2015.

Y aun, si tal es la razón, tampoco se justifica la ambigüedad gubernamental: debería al menos decirle con claridad al país cuál es su propósito. Para que todos sepamos a qué atenernos.

Otros mercados importantes para Colombia, como China y Japón, siguen con una economía debilitada, lo que mantiene la presión bajista sobre los precios de los commodities en los mercados internacionales y con ello,

los flujos de ingresos hacia nuestro país vía exporta-ciones de materias primas siguen siendo bajos; esto en comparación con años previos donde los precios internacionales se encontraban en niveles superio-res. Adicionalmente, el precio actual del petróleo sigue en puntos cercanos a los USD50/barril, aunque exhibe cierta volatilidad a lo largo de ciertas sesiones en algunas de las principales plazas bursá-tiles.

Con respecto a Estados Unidos el panorama parece ser más alentador, debido a que ahora hay un mayor optimismo en cuanto a la recuperación económica del país; sin embargo, los resultados empresariales que se han revelado en los últimos días no han sido los mejores (casi la mayoría de las grandes empre-sas estadounidenses han mostrado unos resultados financieros inferiores a los esperados), y el principal problema con estas cifras es que han hecho corregir los pronósticos de los resultados empresariales a lo largo del 2015, presentándose en la mayoría de los

casos correcciones a la baja, lo que podría empezar a reflejarse prontamente en las cotizaciones de las Bolsas de Valores. Por otra parte, los bajos precios del petróleo empiezan a generar pérdidas en algunas pequeñas y medianas empresas del sector petrolero estadounidense, lo que genera a su vez cierta incertidumbre acerca de lo que podrán lograr esas compañías a lo largo del año, de continuar el precio en los niveles actuales.

Cambiando de frente, desde una perspectiva doméstica se espera que el desempeño de la economía colombiana para el 2015 presente un comportamiento menos dinámico comparado con el registrado en el 2014, el cual según Banrep podría arrojar una cifra de crecimiento del 4.8% (En un primer momento el Banco Central pronosticaba un crecimiento del 5%). El impacto del precio del petróleo es también importante para el país y explica en gran medida los pronósticos más conservadores que se tienen para este 2015. El principal efecto de la caída del precio del petróleo es la disminución de inversiones provenientes del exterior, por el temor que la economía se contraiga de forma importante y, por supuesto, se disminuya notablemente el ingreso nacional por cuenta de las menores exporta-ciones y la menor tributación.

Así, son muchas las variables que la junta directiva de la autoridad monetaria debe revisar, en aras de tomar las decisiones de política más apropiadas para lograr el objetivo de estabilidad de precios a nivel nacional. En ese sentido el entorno actual es retador y exige un análisis detallado y profesional de las variables y del futuro comportamiento de estas. Sin embargo, dada la excelente trayectoria que ha tenido el Banco de la República, no hay dudas acerca del éxito que tendrá su gestión durante este 2015.

Page 9: Boletín Coyuntura&Análisis 48ª Edición

En su primera reunión del año 2015, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) decidió por sexta vez consecu-tiva dejar inalterada la tasa de interés de referencia, la cual ha estado desde el mes de agosto (2014) en el 4.5%. Esta tasa ha sido el principal instrumento de política monetaria usado por el Banco de la República para lograr su meta de inflación objetivo (3%), aunque el dato de 2014 se ubicó por encima de dicho nivel, quedando en un 3.6%, cifra que está dentro del rango meta (2% - 4%). Los resultados en términos de política monetaria para Colombia son positivos, aunque el actual entorno nacional e internacional presenta algunos matices que pueden generar diversos efectos en la economía nacional.

Por el lado internacional, la junta debe estar atenta a lo que suceda en Europa, Estados Unidos y Japón. La situación en Europa sigue siendo preocupante por el crecimiento que no termina de despegar y por la amenaza de deflación, situación a la que ahora se le suma la nueva fuerza política en Grecia que, entre otras cosas, ha logrado obtener el apoyo de Italia en su lucha contra las medidas de austeridad. El menor crecimiento en Europa obliga a que haya menos expor-taciones a ese destino y ello, a su vez, implica un menor ingreso de divisas (USD) para Colombia; pero por otra parte, el USD sigue siendo muy apreciado con respecto al peso colombiano, así que la autoridad monetaria busca mantener su influencia en el tipo de cambio para que esa apreciación no genere efectos inflacionarios en el país.

http://www.dinero.com/economia/arti-culo/tasas-interes-del-ban-co-republica/205274

http://www.eltiempo.com/econo-mia/sectores/por-el-petroleo-emi-sor-rebaja-su-expectativa-de-crecimiento-a-36-/15173444

http://www.portafolio.co/economia/-banco-la-republica-inflacion

http://www.eltiempo.com/econo-mia/sectores/crecimiento-econo-mia-colombiana/15171515

Fuentes

Boletín Semanal, Facultad de Estudios Internacionales www.esumer.edu.co8

El fenómeno de la globalización definido por Manuel Castell en su libro Sociedad en Red, como la capacidad de un país de ofrecer y demandar bienes y servicios en tiempo real, le permiten a las economías alrededor del mundo establecerse como un todo bajo la oferta y la demanda, creando empresas multinacionales y empresas transnacionales por medio de las cuales se generan nuevos intercambios y una nueva interacción para el manejo de los mercados y de las producciones. Es así como este fenómeno impone nuevos desafíos a los países que se quieren integrar a la nueva estructura, pues ella demanda altos niveles de conocimiento, innovación y tecnología que permitan crear vínculos entre ellos para generar una plataforma globalizada.

Otros mercados importantes para Colombia, como China y Japón, siguen con una economía debilitada, lo que mantiene la presión bajista sobre los precios de los commodities en los mercados internacionales y con ello,

los flujos de ingresos hacia nuestro país vía exporta-ciones de materias primas siguen siendo bajos; esto en comparación con años previos donde los precios internacionales se encontraban en niveles superio-res. Adicionalmente, el precio actual del petróleo sigue en puntos cercanos a los USD50/barril, aunque exhibe cierta volatilidad a lo largo de ciertas sesiones en algunas de las principales plazas bursá-tiles.

Con respecto a Estados Unidos el panorama parece ser más alentador, debido a que ahora hay un mayor optimismo en cuanto a la recuperación económica del país; sin embargo, los resultados empresariales que se han revelado en los últimos días no han sido los mejores (casi la mayoría de las grandes empre-sas estadounidenses han mostrado unos resultados financieros inferiores a los esperados), y el principal problema con estas cifras es que han hecho corregir los pronósticos de los resultados empresariales a lo largo del 2015, presentándose en la mayoría de los

casos correcciones a la baja, lo que podría empezar a reflejarse prontamente en las cotizaciones de las Bolsas de Valores. Por otra parte, los bajos precios del petróleo empiezan a generar pérdidas en algunas pequeñas y medianas empresas del sector petrolero estadounidense, lo que genera a su vez cierta incertidumbre acerca de lo que podrán lograr esas compañías a lo largo del año, de continuar el precio en los niveles actuales.

Cambiando de frente, desde una perspectiva doméstica se espera que el desempeño de la economía colombiana para el 2015 presente un comportamiento menos dinámico comparado con el registrado en el 2014, el cual según Banrep podría arrojar una cifra de crecimiento del 4.8% (En un primer momento el Banco Central pronosticaba un crecimiento del 5%). El impacto del precio del petróleo es también importante para el país y explica en gran medida los pronósticos más conservadores que se tienen para este 2015. El principal efecto de la caída del precio del petróleo es la disminución de inversiones provenientes del exterior, por el temor que la economía se contraiga de forma importante y, por supuesto, se disminuya notablemente el ingreso nacional por cuenta de las menores exporta-ciones y la menor tributación.

Así, son muchas las variables que la junta directiva de la autoridad monetaria debe revisar, en aras de tomar las decisiones de política más apropiadas para lograr el objetivo de estabilidad de precios a nivel nacional. En ese sentido el entorno actual es retador y exige un análisis detallado y profesional de las variables y del futuro comportamiento de estas. Sin embargo, dada la excelente trayectoria que ha tenido el Banco de la República, no hay dudas acerca del éxito que tendrá su gestión durante este 2015.

Viernes, 6 de febrero de 2015

Colombia ylos convenios de

doble imposición

Lo anterior requiere grandes flujos de capital, siendo la inversión la manifestación expresa de ello. Las empresas requieren financiación internacional, así como también trabajo, bienes y servicios de otras naciones, lo cual significa que la nueva forma de relacionarse desde el punto de vista económico requiere de una apertura a los mercados, a la

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cual subyace el principio de libertad económica y libre elección. Sin embargo, la globalización no está en el punto de partida, es un punto de llegada; es decir, es un objetivo que se deben plantear los territorios.

Muchos de esos territorios han defendido hasta las últimas consecuencias el paradig-ma del proteccionismo económico, que se opone al paradigma de la globalización, por lo tanto, esas naciones han impuesto barreras al comercio internacional a través de tres mecanismos: aduanas, sistema tributario y subsidios a determinados sectores económicos. El cierre de la economía al mundo trae como consecuencia la obsoles-cencia de la estructura productiva del país, aparejado a ello ineficiencias en los proce-sos productivos e incrementos en los costos de producción que finalmente se le trasladan al consumidor final por el mecanismo de los precios, encareciendo el consumo. Ese era el escenario colombiano hasta 1990

A partir de ese año Colombia decidió incorporarse a los mercados internacionales por mandato constitucional. Para atender ese mandato, los gobiernos de los últimos veinte años han hecho ingentes esfuerzos en materia de política económica para materializar lo propuesto: se inició la apertura de la economía en 1991 con la reduc-ción de los impuestos de aduanas a las importaciones, flexibilización del trabajo, disminución de la tarifa del impuesto de renta, un incremento sustancial en los benefi-cios tributarios a las empresas, entre otros. Es indiscutible que con ese gran cambio se hizo posible el ingreso al país de nuevos bienes, servicios, tecnología y capital extranjero.

Ahora, cuando se hace el tránsito de una economía cerrada a una economía abierta, surgen nuevos aspectos de gran relevancia, especialmente desde el punto de vista tributario: la doble tributación internacional, que se produce cuando una misma renta o un mismo elemento patrimonial se grava en el mismo periodo impositivo por dos Estados a través de un impuesto de la misma o similar naturaleza. Esto quiere decir que cuando una persona natural o jurídica es residente de un estado y negocia con otro estado, sus rentas, producto de sus inversiones, serán afectadas con el impuesto de renta en los dos estados. Este fenómeno pone barreras a la inversión, así, los capitales no pueden circular libremente y asentarse en donde se les ofrezca una mayor rentabilidad.

La solución a este fenómeno son los acuerdos de doble imposición, que son tratados internacionales en donde los países realizan un acuerdo voluntario que consiste en disminuir la carga tributaria de parte y parte o, en otro caso, uno de ellos renuncia al tributo. Es así como en el mercado financiero mundial pueden circular billones de dólares al servicio de los mercados reales, en y desde cualquier lugar del mundo. Colombia no es la excepción. En nuestro territorio se han firmado cinco convenios de doble imposición entre el año 2006 y el año 2015 (con España, Chile, Suiza, Canadá y México), impactando a la inversión extrajera directa de manera importante. De hecho, existen cifras que muestran que la inversión extranjera directa en los últimos años se ha triplicado y según la CEPAL, entre enero y junio del 2014 Colombia experimentó un aumento sustancial en inversión extranjera ocupando el tercer lugar en la región, después de Panamá y República Dominicana.