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Breve guía para hacer una comunicación que contribuya a la paz 1

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“No hay camino para la paz, la paz es el camino”

Mahatma Gandhi

Educación Radiofónica de Bolivia Calle Ballivián Nº 1323 Edif. SmidTeléfonos: 2204011—2203650 Fax: 2203888Página web: www.erbol.com.boLa Paz — Bolivia2018

Investigación:Inés Gonzales SalasDirectora Ejecutiva

Ilustraciones:Reyna Maribel Suñagua Copa

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Indice

Un poco de historia

¿Qué es educación?

¿Qué es paz?

¿Qué es la violencia estructural?

El poder y la violencia estructural

La importancia de la democracia

¿Qué es la educación para la paz?

¿Cómo podemos contribuir desde nuestras radios a la paz?

Elementos para diseñar estrategias

Bibliografía

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Un poco de historia...En una entrevista realizada a Marvin Harris , se le preguntó si existe alguna sociedad humana que no conozca la guerra. El antropólo-go respondió que existieron diversos grupos en el norte y sur de América, como los indios misioneros, que no practicaban la gue-rra pero, en general, la guerra es común, aunque puedo acreditar que no está basada en los instintos, sino en las condiciones ma-teriales, que también se dan en todo el mundo, como la escasez de alimentos, de territorio, de animales para cazar, de petróleo… (Hernáez, 1996).

Entonces, podemos deducir que los seres humanos hemos convivido con el conflicto desde el princi-pios de nuestra historia pero las dos guerras mundiales dieron origen a un movimiento pacifista importante.

1 Marvin Harris fue un antropólogo estadounidense, creador y figura principal del materialismo cultural; corriente teórica que trata de expli-car las diferencias y similitudes socioculturales dando prioridad a las condiciones materiales de la existencia humana.

¿Cuándo surge la comunicación para la paz?La comunicación para la paz tiene sus orígenes en la educación para la paz y esta teoría es producto de una larga evo-lución que se inicia a principios del siglo XX, en el contexto de la Primera Guerra Mundial. Al finalizar la contienda se produce un movimiento educativo caracterizado por la idea de evitar la guerra; este movi-miento, se denomina la Nueva Escuela.

En los años 30 del siglo pasado se fortalecen las ideas nacionalsocialistas y finalmente estalla la segunda guerra mundial. Concluida esta guerra, se quiso promover la comprensión internacional a través de la formación en temas interculturales y cooperación internacional. Ambas vías fueron impulsadas con la creación de las Naciones Unidas y específicamente de la UNESCO, con su Proyecto de Escuelas Asociadas que incorporó la educación para los derechos humanos y para el desarme.

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5Pero recién en los años 60, surge la investigación por la Paz como disciplina científica. En 1959 se constituye en Oslo el Instituto de Investigación Social y en 1964 el IPRA (Asociación Internacional de Investigación por la Paz), que recoge las ideas de Johan Galtung sobre violencia estructural y las propuestas de Paulo Freire que ligan la educación con el desarrollo de los pueblos y la superación de las desigualdades sociales.

Gandhi, por su parte, dejó un legado de la no violencia que enriqueció la educación para la paz con una propuesta y una práctica tanto social como pedagógica, basada en la firmeza, la verdad y la acción no violenta, así como en el desarrollo de la autonomía personal y la desobediencia a estructuras injustas.

En los 70, en plena carrera armamentística, la educación por la paz puso especial énfasis en aspectos relacionados con la industria de armas, la amenaza nuclear y la bipolaridad del mundo, en dos bloques militares enfrentados.

Hacia finales de los años 80 la educación por la paz gira hacia enfoques prácticos y pone el acento en la convivencia dentro de la comunidad cercana (el aula, la escuela, el barrio, etc.). Se pretende preparar a las per-sonas para participar de forma activa y res-ponsable en la construcción de una cultura de paz actuando desde la propia comunidad con programas de tratamiento no violento de conflictos.

En los años 90, la educación por la paz se ha relacionado con la educación intercultural. Ha desarrollado estrategias y herramientas peda-gógicas para prevenir la violencia y para resol-ver el conflicto de forma pacífica y actualmente se desarrollan muchas experiencias en varios países tanto de América como de Europa.

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¿Qué es la educación?Primero intentemos comprender lo que significa educar. La educación es un proceso que dura toda la vida. No comienza ni termina en la escuela. Muchos dicen que la educación es tarea de la familia y la escuela. Esto es una verdad a medias porque además de estos actores, también hay otros que intervienen en la educación y uno de ellos son precisamente los medios de comunicación. La educación juega un papel trascendental en la transmisión de valores y pautas sociales; por lo tanto, no es un proceso neutro porque supone un intento de acomodar a los individuos a los valores y pautas sociales que sostenga un Estado o una institución.

Por eso, debemos plantearnos la educación como un acto consciente que plantee con claridad

hacia qué modelo de sociedad y de ser humano apuntamos, comprometiéndonos como

profesionales y como personas.

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¿Qué es la paz? ¿Cómo sería un mundo donde todos estemos de acuerdo en todo? Sería maravilloso, sin duda. Pero eso no es posible. Siempre encontraremos alguien que no comparta nuestros criterios y opiniones. La naturaleza de los seres humanos es así. Existen formas de ser que no compartimos con otras culturas, con otras ciudades, con otros pueblos, con nuestros vecinos, nuestros padres, nuestros hermanos y nuestros hijos. Como los seres humanos somos diferentes, es natural que se planteen los conflictos porque uno querrá imponer su criterio sobre los otros. Y cuando un criterio intenta imponerse sobre los otros, surge el conflicto y puede derivar en violencia. Entonces, la paz no consiste en la ausencia del conflicto, pues donde haya dos personas compartiendo un espacio, siempre se plantearán los conflictos. Y si la paz no es la ausencia de conflicto ¿qué es? la paz consiste en la contención de la violencia que puede producirse cuando surge un conflicto. No pode-mos evitar los conflictos, pero si podemos contener la violencia con la que se in-tenta resolver esos conflictos.

Para construir una sociedad pacífica necesitamos, entonces, aprender a contener la violencia que suelen generar los conflictos. Necesi-tamos aprender a resolver los conflictos sin llegar a la violencia.

Para hablar de paz es muy im-portante diferenciar entre una paz positiva y una paz negativa.

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8 La paz negativa es la concepción que pone énfasis en la ausen-cia de guerra, de la violencia directa, de la agresión física. En ese sentido, la paz sería simplemente la “no-guerra” y consistiría en evitar los conflictos armados. La paz positiva, en cambio, es mucho más profunda. Supone un ni-vel reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia.

Con esta paz se persigue la armonía social, la igualdad, la justicia y, por tanto, el cambio radical de la sociedad. La paz no es lo contrario de la guerra sino la ausencia de violencia estructural, la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.

Luchar por la paz no significa rechazar el conflicto, al contrario, se trata de aprender a afrontar los conflictos y a resolverlos de forma pacífica pero sobre todo justa.

¿ Y qué es la violencia estructural?El término “violencia estructural” se refiere a las formas de violen-cia que surgen de las estructuras sociales; es decir, de las des-igualdades entre individuos, grupos y sociedades que impiden a las personas satisfacer sus necesidades fundamentales, materiales y espirituales.

Este tipo de violencia es indirecta porque por ejemplo, las acciones que provocan el hambre en el mundo, no se realizan con ese fin, sino que derivan de políticas económicas injustas que reparten las riquezas de modo desigual. Esta violencia es invisible pero causa muchos daños a la sociedad, como la pobreza.

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¿Qué es el poder?Según Michel Foucault -fi lósofo francés– el poder es algo que no podemos ver ni tocar. Es, por así decirlo, una fuerza que se ejerce sobre una o varias personas. Esta fuerza no necesariamente es violenta. Hay poderes institucionalizados y otros que no lo están. Los poderes institucionalizados son todos aquellos que como sociedad aceptamos empezando por la familia y terminando en los poderes del Estado (judicial, ejecutivo, legislativo).

Para Foucault, todas las relaciones están atravesadas por el poder. Una ma-dre ejerce su poder sobre sus hij os, el jefe sobre sus subalternos, el agente de tránsito sobre los conductores, los gobiernos sobre los gobernados, etc.

Un aporte muy importante de Foucault es que, como el poder lo poseemos todos de algún modo, éste no se ejerce sólo

de arriba hacia abajo, sino que también se puede ejer-cer de abajo hacia arriba. A ese poder que

se opone a lo establecido, lo defi ne como resistencia.

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10Hay poderes legítimos y otros impuestos. Un gobierno que “llega al poder” con amplia votación por ejemplo, es un poder legítimo porque goza de la adhesión de los dominados por ese poder. Un gobierno que se queda a pesar del rechazo de la mayoría es un poder impuesto.

El poder no sólo lo ejercen las personas.

Las costumbres, las tradi-ciones y las leyes, son po-deres que manejan las

vidas de las personas, en la medida en que éstas son aceptadas

por ellas.

¿Cómo el poder genera violencia estructural?Ahora que comprendemos qué es el poder, será fácil entender cómo el poder genera violencia directa y estructural. La violencia contra las mujeres por ejemplo, es producto del poder que tienen las costumbres y creencias de que el hombre es superior a la mujer o que los roles de unos y otras son diferenciados y preestablecidos. Esta creencia legitima el maltrato a las mujeres en muchos lugares. Esta misma creencia genera violencia estructural. Aunque formalmente se asume que hombres y mujeres son iguales, a las mujeres les cuesta mucho más llegar a un cargo superior. Los porcentajes de participación en la representación política son inequitativos (30% para las mujeres y 70% para los varones en promedio). El acceso al empleo, a la escuela,

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11todo se hace inequitativo. Así, las inequidades y las injusticias se reproducen infinitamente y se abren las brechas entre hombres y mujeres. Eso ocasiona injusticias sociales que permanentemente generan conflictos.

Si los poderes institucionalizados se concentran en pocas manos y toman decisiones poco consensuadas, más tarde o más temprano ocasionarán resistencia y con ella, los conflictos. La pobreza es, probablemente, el resultado más catastrófico del ejercicio del poder concentrado y abusivo.

La importancia de la democraciaLa historia de la humanidad tiene ya millones de años y, a no dudarlo, hemos evolucionado mucho como especie. En la Europa medieval los conflictos entre personas, pueblos y culturas, se resolvían por la vía de la violencia. Las guerras fueron una constante en la historia de Europa, incluso en el siglo XX. Y aunque ya los antiguos griegos platearon la de-mocracia como el mejor sistema de vida en sociedad, recién acabamos de comprender la dimensión de su importancia en la segunda mitad del siglo XX, que es cuando se impone este sistema en casi todos los países del mundo.

¿Y cómo surge la democracia? William Ury dice que “en términos históricos, se desarrolló en Europa

como una confrontación no violenta en reem-plazo de la guerra civil entre los barones y

los reyes. Las partes beligerantes gene-raron partidos políticos y el parlamento

reemplazó el campo de batalla como lugar para resolver los enfrentamien-

tos… En las democracias actuales, el poder surge de las elecciones. Deciden los votos, no las balas”.

La democracia no niega los po-deres, sino que los regula. No hay poderes absolutos, éstos

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• La violencia representa la principal causa de muerte en las mujeres, incluso por encima del cáncer y los accidentes automovilísticos.

• Una mujer es agredida sexualmente cada 15 segundos.• Una mujer es asesinada cada tres días. (UNIR, 2010:73)• Uno de cada tres niños sufre alguna forma de agresión sexual y 75% ocurren en el hogar (UNIR, 2010:74)• 59% de los estudiantes sufren agresiones verbales, frecuentes.• Cuatro de cada diez estudiantes con víctimas de golpizas, al menos dos veces por semana.• Seis de cada 10 maestros dicen que los padres autorizan el castigo para enseñar a sus hijos.

se establecen con el criterio fundamental del bien común. Si es así, la democratización del poder es una tarea urgente, pues sólo de este modo se puede garantizar el equilibrio de esos poderes establecidos. La democracia es, por lo tanto, el mejor sistema inventado hasta este momento, para resolver los conflictos entre los seres humanos.

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13Estos son sólo algunos datos que nos permiten afirmar que la violencia se ve como parte de la formación de las personas. Es una construcción social que se aprende de generación en generación, según un estudio realizado por la fundación UNIR.

Según López Cardozo (2011:7376) hay cinco razones principales que gene-ran conflicto en el país: altos niveles de pobreza y desigualdad de oportu-nidades, discriminación y exclusión, desconfianza en la gestión del Estado y enfrentamientos recurrentes entre el Estado y los movimientos sociales que muchas veces convierten los métodos populares de presión en en-cuentros violentos, entre otros.

La paz tiene un valor económicoTradicionalmente se ha medido el progreso de los países con el crecimiento económico que se refleja en el PIB (Producto Inter-no Bruto) y progresivamente se han incorporando otros criterios como las necesidades básicas satisfechas y el desarrollo huma-no. A todo esto, se añade ahora el Indice de Paz Global porque se comprende que “la paz no sólo tiene un valor moral, sino también un valor financiero” (Konrad Adenauer Stiftunf: 2016) y para medir este índice se consideran criterios como:

• El nivel de criminalidad percibida en la sociedad• Número de agentes de seguridad interna por 10.000 habitantes• Número de homicidios por cada 10.000 habitantes• Número de personas encarceladas por cada 100.000 habitantes• Probabilidad de manifestaciones violentas • Inestabilidad política

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14El impacto económico de la contención de la violencia en la economía mundial durante el 2015 se estimó en 13 billones de dólares, aproximadamente. Si se reparte ese dinero entre los habitantes del mundo, cada uno pudo haber recibido 1.876 dólares. (Konrad Adenauer: 2016).

Así podemos comprender por qué la paz supone benefi cios económicos pero la inversión pública y mundial en la paz apenas representa el 2% en relación al costo de la violencia.

¿Qué es educación para la paz?

Ahora, si podemos interrelacionar estas dos palabras: “educar” y “paz” (en sentido positivo) y comprenderemos que una educación para la paz signifi ca:

• Comprender el acto educativo como un proceso permanente, activo y creativo. • Tomar partido por valores que alienten el cambio social y personal. • Visibilizar tanto la violencia directa como la estructural, alentando la capaci-dad crítica y la armonía personal.

• Luchar contra la violencia estructural. • Crear una nueva sensibilidad que fa-vorezca la aceptación y comprensión del otro.

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¿Y cómo podemos contribuir a construir la paz desde nuestras radios? En los últimos años hemos visto con mayor claridad una fuerte tendencia de los medios de comunicación a publicar y difundir el hecho violento dejando de lado su contexto, sus causas o sus posibles soluciones. Se privilegia la presentación cruda de los hechos con el propósito de causar impacto y se deja a un lado la investigación ante la urgencia de publicar noticias. Se tiende más al impacto de la sensibilidad que a la ilustración del conocimiento. Se crean estereotipos y alimentan prejuicios en lugar de contribuir al aprendizaje social para un entendimiento de la realidad y un compromiso en su transformación.

Por otro lado, las fuentes a las que suelen recurrir los medios para obtener y difundir informaciones y opiniones son oficiales. En este sentido, hay voces y corrientes de opinión que se escuchan demasiado, mientras otras no suelen ser escuchadas por los medios. Esto provoca exclu-siones que reproducen el esquema del sistema social vigente. Finalmente, se ha venido consolidando la tendencia de que los periodistas y los medios en general,

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16juzgan a las partes en confl icto e inclusive toman posición respecto del mismo, lo cual resta la posibilidad de que se constituyan en mediadores de los confl ictos.

Es importante recordar que la misión de los medios de comunicación, en tiempos de confl icto, es informar con la mayor objetividad posible y desde todas las partes implicadas.

Elementos para diseñar estrategias Es importante que nuestra contribución a la paz sea planifi cada porque sólo así podremos defi nir actividades concretas que refl ejen nuestra intención de contribuir a la paz. Aquí van algunas ideas que pueden ser parte de las estrategias que diseñemos en nuestras radios para contribuir a la paz.

Una primera cuestión necesaria es concretar claramente los valores y actitudes que queremos promover desde nues-tras radios.

También es importante diseñar estrategias que permitan delinear claramente las acciones que vamos a realizar para lograr nuestro propósito. Aquí van algunos elementos que servirán para diseñar nuestras estrategias.

Defi nir y practicar internamente un conjunto de normas que resalten el respeto y aprecio hacia uno mismo y los de-más. Estas defi niciones y prácticas pueden concretarse en la elaboración de un código de ética interno.

Permitir la participación real de todos los actores sociales de la comunidad, abriendo sufi cientes cauces de diálogo y negociación, de forma que la convivencia -siempre confl ictiva- de los distintos intereses de las diferentes partes, encuentre un cauce adecuado para el acuerdo y el compromiso en la toma de decisiones.

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Practicar la autocrítica porque a veces, sin darnos cuenta, desde nuestras radios se ensalza de forma “más o menos” encubierta emociones, situaciones, personajes e incluso contravalores violentos como el exceso de orgullo local o diferenciación cultural.

Organizar acciones movilizadoras desde nuestra radios para unir a nuestra audiencia en torno de objetivos comunes, programas que rescaten la cotidianidad y las preocupaciones y gustos comunes a la gente, ha-ciendo énfasis en esas cosas comunes y no en las diferencias.

Es también muy importante el carácter “festivo” de la Paz, que puede orientar muchas actividades y pro-puestas como festivales de música diversa, espacios para compartir juegos intergeneracionales y otras actividades que favorezcan una relación divertida, atractiva y amable entre nuestros oyentes.

Respaldar las acciones no violentas para la resolución de confl ictos

Promover actividades de conocimiento e intercambio con otras culturas.

Permitir el debate abierto o coloquio sobre aquellos temas que provocan confl icto, favoreciendo siempre una refl exión posterior.

Es importante involucrar y movilizar a los jóvenes en torno de la paz. Pueden hacerse por ejemplo jornadas desde los colegios que muestren nuestro tejido intercultural.

Estimular la producción de programas que hagan énfasis en las buenas prácticas de los diferentes actores sociales que confl uyen en un mismo escenario.

Interpelar por igual a autoridades y ciudadanos sobre la obligatoriedad de cumplir las normas.

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Sin duda, aquí no se agotan las estrategias ni las ideas para hacer una comunicación que contribuya a construir la paz. Seguir explorando géneros interpretativos, consolidar nuestras radios como escenarios de diálogo público y tomar distancia crítica de los diversos poderes que luchan por cooptarlos, son desafíos que productores, locutores, periodistas y todos quienes estamos involucrados en la comunicación radiofónica debemos encarar todos los días.

Bibliografía y sitios de consulta • BOHM, David. 2001. Sobre el Diálogo. Editorial Kairós • URY, L. William 2000. Alcanzar la paz. Diez caminos para resolver conflictos en la casa, el trabajo y el mundo. Edito-

rial Paidós.• FOUCAULT, Michel. 1976. Historia de la sexualidad. Volumen I. La voluntad de saber. Siglo XXI Editores.• GITTINS, Phill. VELASQUEZ, Iván. Paz y conflictividad en Bolivia. Konrad Adenauer Stiftung.• www.sipaz.net• www.mediosparalapaz.org • www.wikipedia.org• http://animadores.iespana.es/animadores/edupaz/edupaz03.html

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