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 LOS NUDOS HISTÓRICOS DE L SISTEMA POLÍTICO MEXICANO MANUEL CAMACHO E L SISTEMA POLÍTICO mexicano, ta n difícil de clasificar,  ha sido más efectivo que l a mayoría de los sistemas políticos de países en situación social seme  jan te a la de México. E l caso de México es el  más debat ido en los trabajos de clasificación de sistemas políticos de Dahl y Rustow (probablemente los mejore s trabajos clasificatorios)  9  quienes usando distintos criterios operacionales  clasificaron a los prin cipal es si st emas políticos, coincidiendo en todos los  casos de los 25  pa ís es  que en 1975 tenían má s de 20 millones d e habita ntes. Pa ra  Dahl, sólo ocho de es os estados er an  poliarquías,  que coincidían con los mismos ocho  pa ís es  que para Rustow eran sistemas democráticos.  Ambos consideraban que Turquía s e acercaba a ser una poliarquía y Rustow, a diferencia de Dahl, consideraba que México s e acercaba a ser un sistema democrático. 1 L a eficacia política de l sistema mexicano también es comparativamente considerable. Los criterios capaces de respaldar esta afirmación radicarían en que fundamentalmente se trata de un sistema probado que, co n s us ca racterísticas  distintivas, para el mérito de s us fundadores, rebasa el medio siglo de antigüedad.  E l sistema ha  permitido también u n a transmisión pa cífica de l poder  y h a mantenido bajo control las pugnas entre l a clase polí tica—sus distintos grupos— evitando  la formación de liderazgos de oposi ción internos que recurran a las alianzas abiertas  con grupos y sectores externos  al  sistema. Finalmente el sistema ha limitado y regulado (según *as necesidades políticas y del crecimiento de la economía)  la  participación "*:ica y l a movilización política  co n multitud  de recursos de cooptación ntrol. í eficacia comparativa de l sistema de México ha  llevado a que junto ^.obert A.  Dahl, Polyarchy: Participation and  Opposition, Yale University Press, Haven, 1971 y Rustow, Dankwart, A World of  Nations: Problems of  Political ¡mization, The Brookings Institution, Washington, D. C , 19 6 7 . Referido por ' J. Linz, "Totalitarian and Authoritarian Regimes", Handbook of  Political  ye, Volume 3 , Macropolitical Theory, ed. Fred Greenstein an d Nelson Polsby, -lon-Wesley Pub. Go., Reading, Massachusetts, 1975. 587

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  • LOS NUDOS HISTRICOS DEL SISTEMA POLTICO MEXICANO

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    E L S I S T E M A POLTICO mexicano, tan difcil de clasificar, ha sido ms efectivo que la mayora de los sistemas polticos de pases en situacin social seme-jante a la de Mxico.

    E l caso de Mxico es el ms debatido en los trabajos de clasificacin de sistemas polticos de Dahl y Rustow (probablemente los mejores trabajos clasificatorios) 9 quienes usando distintos criterios operacionales clasificaron a los principales sistemas polticos, coincidiendo en todos los casos de los 25 pases que en 1975 tenan ms de 20 millones de habitantes. Para Dahl, slo ocho de esos estados eran poliarquas, que coincidan con los mismos ocho pases que para Rustow eran sistemas democrticos. Ambos consideraban que Turqua se acercaba a ser una poliarqua y Rustow, a diferencia de Dahl, consideraba que Mxico se acercaba a ser un sistema democrtico. 1

    L a eficacia poltica del sistema mexicano tambin es comparativamente considerable. Los criterios capaces de respaldar esta afirmacin radicaran en que fundamentalmente se trata de un sistema probado que, con sus ca-ractersticas distintivas, para el mrito de sus fundadores, rebasa el medio siglo de antigedad. E l sistema ha permitido tambin una transmisin pa-cfica del poder y ha mantenido bajo control las pugnas entre la clase pol-ticasus distintos grupos evitando la formacin de liderazgos de oposi-cin internos que recurran a las alianzas abiertas con grupos y sectores externos al sistema. Finalmente el sistema ha limitado y regulado (segn *as necesidades polticas y del crecimiento de la economa) la participacin

    "*:ica y la movilizacin poltica con multitud de recursos de cooptacin ntrol. eficacia comparativa del sistema de Mxico ha llevado a que junto

    .^obert A. Dahl, Polyarchy: Participation and Opposition, Yale University Press, Haven, 1971 y Rustow, Dankwart, A World of Nations: Problems of Political

    mization, The Brookings Institution, Washington, D. C , 1967. Referido por ' J. Linz, "Totalitarian and Authoritarian Regimes", Handbook of Political ye, Volume 3, Macropolitical Theory, ed. Fred Greenstein and Nelson Polsby, -lon-Wesley Pub. Go., Reading, Massachusetts, 1975.

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    con las democracias representativas y con las democracias populares, se le haya considerado como un ejemplo de institucionalizacin poltica que en alguna medida podran imitar otros pases en desarrollo.2 A los historiadores polticos corresponder explicar la gnesis de esa eficacia comparativa, los cambios paulatinos del sistema y las regularidades en su comportamiento en relacin con otros periodos de la historia de Mxico y de otros pases.

    A nosotros nos interesa reconocer hasta qu grado sigue siendo eficiente el sistema poltico en s, en relacin con los requerimientos actuales de la economa, respecto a la estructura social en que est inscrito y en compara-cin con otros sistemas polticos contemporneos: no slo los fallidos que lleven a sentirnos "tuertos en un mundo de ciegos55, sino tambin con los sistemas polticos de mayor xito.

    Nos interesa reflexionar acerca de la eficacia actual del sistema poltico mexicano y, en caso de que el sistema est cerca de sus lmites, establecer cules son las posibilidades de sustitucin del mismo. Es decir, vamos a analizar los nudos3 histricos lmites y alternativas del sistema poltico de Mxico. Cmo podemos enfrentar tericamente el problema de los nu-dos de un sistema poltico? Qu alternativas polticas aparecen al referirnos a la realidad mexicana?

    L a respuesta a la primera pregunta es el esfuerzo fundamental de este artculo, pues como se ver, sta nos lleva a un interesantsimo problema metodolgico que es el de* la articulacin de las perspectivas tericas de la poltica comparada 4 (que con ciertas calificaciones es el anlisis macro

    2 Esta idea est implcita en Samuel P. Huntington, Political Order in Changing Societies, Yale U. Press, New Haven, 1968.

    3 El trmino nudo que desarrollaremos ms adelante lo hemos tomado en su senti-do orogrfico: punto de unin entre dos sistemas montaosos. Leopoldo Sols en su discurso inaugural como miembro del Colegio Nacional (de Mxico) hizo una refe-rencia semejante al comparar el paradigma neoclsico de la economa, con el marxista.

    4 Tomando el formato del curso de H. Eckstein (1972), Foundations of Com-parative Politics, Department of Politics, Princeton University, las perspectivas te-ricas generalmente aceptadas en la poltica comparada, seran: el enfoque "formal legal" (estudio de partidos polticos tal como el de Duverger y de sistemas electorales como Hermens y sobre estructuras y funciones gubernamentales como Watkins, Fr drich, C. J., Price y Laski); el enfoque de "Las lites de poder" (histrico, G. Mosca; general, como Lasswell; emprico, como Michels; nacional, como W. y la crtica al modelo de las lites de Dahl); el enfoque de la "cultura pol (estudios comparativos de culturas polticas como Almond y Verba y sobre la i cacin de actitudes polticas o socializacin poltica, como Hyman); el enfoqi: "sistemas" (aplicacin de la teora de sistemas a la vida poltica, como East Deutsch, y el anlisis funcional como en Levy, Merton y Apter) ; el enfoque "r nalista" (la nueva economa poltica como en Downs); y el enfoque de los gr (tanto el planteamiento general como el estudio de los grupos de presin). ( enfoques, como la "teora de las decisiones" y la "teora de la organizacin'

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    de lo que se llama ciencia poltica) con el materialismo histrico. Desde luego que la integracin entre ambas "escuelas" del pensamiento poltico no la pretendemos realizar en el nivel ms abstracto, pero s lo intentamos en torno a los conceptos de Estado (en un sentido amplio) y de sistema poltico referidos al problema especfico de los nudos histricos. Esta ar-ticulacin parte de la "teora poltica" que implcitamente est contenida en los Cuadernos de la crcel de Gramsci. 3

    L a respuesta a la segunda pregunta es slo tentativa, no puede ser defi-nitiva debido a que existen limitaciones considerables de informacin, sobre todo en lo referente a cada clase, grupo y dirigentes sociales que sin duda influyen en el peso de la interpretacin. Pero s trataremos de presentar una respuesta inicial que pueda ser til a la reflexin sobre este tema tan vasto y, a la vez, tan urgente. Toca ahora responder a la pregunta de cmo po-demos enfrentar tericamente el problema de los nudos histricos.

    I

    Los problemas de clasificacin de los sistemas polticos, la determinacin de sus elementos constitutivos, sus cambios y la vinculacin de los sistemas polticos con la estructura social que se desarrolla en la historia son proble-mas comunes tanto para la poltica comparada como para el anlisis polti-co marxista. Las interrogantes bsicas que plantean estos problemas son las mismas para ambas escuelas. Las respuestas a cada interrogante varan dependiendo del procedimiento de estudio, de la perspectiva o estrategia terica dentro de cada escuela del pensamiento poltico y sobre todo de escuela a escuela.

    Utilizamos el trmino escuela puesto que nos parece que el trmino para-digma, tal como lo desarrolla Thomas Kuhn , 6 se prestara a confusiones, tanto porque no se podra sostener que en la poltica comparada exista

    seran estrictamente macropolticos. Desde luego habra que excluir a las perspectivas micropolticas, * como los estudios de actitudes electorales y comportamiento, biogra-fas psicopolticas, estudios de actitudes en grupos particulares y todos aquellos que tienen como punto de referencia a grupos o individuos. Aunque existen diferencias en relacin a cules son macro y cules son micro, estas perspectivas en buena me-dida representan lo que sera la "ciencia poltica".

    6 Antonio Gramsci, Cuadernos de la crcel, parcialmente contenidos y traducidos al espaol, en Antologa, Ed. Siglo XXI, Mxico, 1970. The Modern Prince and Other Writtings, International Publishers, Nueva York, 1972. Corresponde bsica-mente a Notas sobre Maquiavelo, sobre poltica y sobre el Estado moderno. Los inte-lectuales y la organizacin de la cultura, Juan Pablo ed., Mxico, 1975.

    6 Thomas Kuhn, The S'tructure of Scientific Revolutions, Chicago University Press, 1969.

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    un paradigma generalmente aceptado (hay un acuerdo casi general de que lo que existen son perspectivas tericas), como porque tambin sera difcil sostener que la "teora poltica" que se deriva del marxismo constituya un nuevo paradigma frente a las perspectivas o estrategias tericas general-mente aceptadas en la poltica comparada.

    Ahora veamos qu procedimientos se podran seguir para el estudio de un sistema poltico o aspectos especficos de ste, tanto en la escuela de la poltica comparada como, posteriormente, en la escuela marxista.

    PROCEDIMIENTOS PARA E L ESTUDIO DE U N SISTEMA POLTICO

    E l camino que siguen la mayor parte de los estudiosos de la poltica for-mados en las universidades europeas y sobre todo norteamericanas es que, dependiendo del problema a estudiar, aplican una de las perspectivas ge-neralmente aceptadas en la poltica comparada. E l trabajo de Rafael Sego-via sobre la socializacin de los nios mexicanos7 sera un ejemplo de este camino5 pues aplica fundamentalmente el enfoque de la cultura poltica, particularmente de la socializacin poltica, al anlisis de la inculcacin de actitudes polticas entre los nios mexicanos y sus repercusiones sobre, el sis-tema poltico. Esta investigacin parte de los estudios norteamericanos, pero los enriquece con los trabajos europeos.

    Otro camino sera emprender un estudio configurativo, si se quiere liberal, en cuanto que no se limita a s mismo por cnones de ninguna perspectiva terica, sino que formula un ensayo de periodismo ilustrado al detectar las piezas fundamentales y plantear preguntas inteligentes. E l trabajo de Daniel Coso Villegas sobre el sistema poltico mexicano sera un ejemplo de esta segunda posibilidad metodolgica. 8

    Cabra una tercera posibilidad fundamentalmente inductiva. En sta no se partira de la interpretacin (configurativa), pero tampoco se tratara de imponer una perspectiva determinada pues, como explica Cobban,9 las leyes sociales generales terminan siendo afirmaciones dogmtipas, lugares comu-nes o, para adaptarlas a la realidad, deben irse calificando paulatinamente hasta que terminan siendo aplicables a un solo caso.

    Las restricciones que imponen las perspectivas tericas desde luego no

    7 Rafael Segovia, La politizacin del nio mexicanos El Colegio de Mxico, M-xico, 1975.

    8 Daniel Coso Villegas, El sistema poltico mexicano, J. Mortiz, Mxico, 1972. Vase sobre todo el ensayo, "Crisis poltica en Mxico", Cuadernos Americanos, XXXII, marzo-abril, 1947, que treinta aos despus conserva una enorme actualidad.

    9 Alfred Cobban, The Social nterpretation of the French Revolution, Cambridge University Press, England, 1971, pp. 8-18.

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    deberan llevar al abandono de la teora, pues nos quedaramos en la narra-cin que aunque a veces es genial no permitira la comparacin. De ah que aparentemente se est ante una contradiccin, pues por una parte se necesitara ir ms all de la narracin y, por otra, existen serias limita-ciones en las generalizaciones sociolgicas. Slo se puede escapar a este dilema abandonando ambas posiciones y tratando de encontrar otra solu-cin: enfrentar al sistema poltico concreto en periodos especficos con el antecedente del planteamiento general que ayude a formular hiptesis, pro-posiciones y preguntas, pero que de ninguna manera las contesta. En vez de partir de una perspectiva terica, se parte de la realidad con el auxilio de la teora. U n ejemplo que aunque no es estrictamente correspondiente ilustra esta perspectiva es el estudio sobre Zapata y la Revolucin Mexicana de Womack 1 0 que es una historia poltica, pero tambin social.

    Precisamente cuando se quiere recurrir a la posibilidad inductiva es ne-cesario explorar las distintas estrategias tericas desde un punto de vista crtico y desde luego referidas a un objeto especfico, pues de otra manera se pierde el sentido de la teora para caer en la comprobacin o refutacin emprica.

    Resumiendo, dentro de la escuela de la poltica comparada (la ciencia poltica desarrollada en Europa y los Estados Unidos) son tres los caminos fundamentales que podemos seguir para el estudio de un sistema poltico. E l primero consiste en aplicar una perspectiva terica al caso particular de estudio, llenando todos los requerimientos metodolgicos que tal estrategia requiera (en la mayor parte de los casos resulta muy difcil superar este obstculo). E l segundo consiste en abandonar la camisa de fuerza de una perspectiva terica predeterminada y formular un ensayo que describa y analice el caso particular de que se trate. L a tercera posibilidad, que a nues-tro parecer constituye el campo ms frtil para la investigacin, consiste en enfrentar el sistema poltico concreto los aspectos que nos interesan con el antecedente de la crtica a las perspectivas tericas que lleve a for-mular las hiptesis, proposiciones y preguntas, para que, en caso de que proceda, desde una visin terica de alcance medio podamos ascender, enriqueciendo o replanteando las abstracciones ms generales de alguna de las perspectivas tericas.

    Desde luego que en la prctica estas tres posibilidades metodolgicas se mezclan entre s; digamos que el trabajo de Segovia recurre a la induccin, el de Coso Villegas gira en torno a un esquema propio de clasificacin y el de Womack, siendo una historia concreta, tiene vigencia general. Sin em-bargo nos parece que estas posibilidades "ideales" dan una nocin del tipo de alternativas a las que tiene que enfrentarse un investigador.

    1 0 John Womack, Zapata y la Revolucin Mexicana, Siglo XXI ed., Mxico, 1969.

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    Puede ocurrir tambin que el problema que nos interesa estudiar escape a las perspectivas tericas que ha desarrollado la poltica comparada. En este caso la otra escuela, el materialismo histrico, puede quiz ofrecer una respuesta y en algunos casos la respuesta terica apropiada. Con ello no queremos decir que la seleccin de perspectiva terica y sobre todo de escue-la sea un problema estrictamente cientfico, pues puede representar desde cierta facilidad, acceso y conocimiento de una perspectiva terica especfica, hasta una clara inclinacin poltica e ideolgica como lo ha analizado Pablo Gonzlez Casanova en su trabajo sobre los estilos en las ciencias sociales y la posicin poltica. 1 1

    - L a escuela del materialismo histrico puede responder a algunas de las interrogantes ms generales que plantea el desarrollo de los sistemas polticos, pero es frecuente que se pueda llegar a posiciones mecnicas o de manual, donde al fijar el anlisis en los modos de produccin y en sus determinacio-nes superestructurales se pierde la posibilidad de realizar un anlisis poltico particular. Este anlisis particular no es incongruente con el marxismo y para ello basta leer El 18 brumario,12 Qu hacer?/3 La historia de la Re-volucin rusa14 y Las condiciones de los campesinos de Hunn.15 4

    Lo que s es ms difcil de encontrar en el materialismo histrico es "una teora poltica". Los fundamentos de esa "teora poltica" nos parece que estn contenidos en los Cuadernos de la crcel de Gramsci. Los cuadernos no estn ordenados debido a las propias limitaciones en que fueron escritos y por tanto no existe un modelo explcito, pero revisando sobre todo los textos "Anlisis de situaciones. Correlaciones de fuerzas" y "Sobre Maquia-velo, sobre poltica y sobre el Estado moderno" 1 6 puede llegarse a un plan-teamiento general de la poltica al que nos referiremos ms adelante.

    Una vez que hemos mencionado los procedimientos para estudiar un sis-tema poltico o determinados aspectos del mismo, veamos cules son los principales problemas de clasificacin de sistemas polticos, determinacin de sus elementos constitutivos, la vinculacin con la estructura social y los cambios de sistema, atendiendo a las respuestas que les han dado la poltica comparada y el materialismo histrico (ambas escuelas).

    / 1 1 Pablo Gonzlez Casanova, Las categoras del desarrollo econmico y la invest* fgacin en ciencias sociales, Ed. Nueva Visin, Buenos Aires, Argentina, 1973.

    1 2 Karl Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Ed. Progreso, Mosc. 1 3 V. I. Lenin, Qu hacer?, Obras escogidas, Vol. 1, Ed. Progreso, Mosc,

    pp. 117-271. 1 4 Len Trotsky, The History of the Russian Revolution, Doubleday Anchor,

    1959. 1 5 Mao Tse-Tung, "Investigacin del movimiento campesino de Junan", Obras es-

    cogidas, tomo I, ed. Lenguas Extranjeras, 1968. 1 6 Antonio Gramsci, op. cit.

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    H . Eckstein 1 7 considera que los tres primeros problemas estn en el cen-tro de las dificultades a las que se enfrenta la poltica comparada. Dejemos para ms tarde el cuarto problema del cambio de sistemas polticos y veamos cules son algunas de las principales interrogantes que se plantean a la pol-tica comparada (siguiendo a Eckstein) y al materialismo histrico (recu-rriendo a otros autores).

    E n primer lugar, por lo que se refiere a su clasificacin, cmo se puede comparar un ordenamiento weberiano de tipos puros de dominacin, que parte de la manera como se legitima la autoridad (tradicional, racional legal y carismtica) , 1 8 con una clasificacin marxista que parte del modo de produccin predominante (esclavista, feudal, capitalista o socialista) ; 1 9

    es decir, hasta dnde se corresponden los tipos tradicional con el modo de produccin feudal y el racional legal con el modo capitalista. (Para Weber, gran conocedor del marxismo, la estructura social no determina los tipos de dominacin.) Es ms fcil tender un puente de Weber hacia otro tipo de clasificaciones contemporneas tales como el trabajo de L i n z 2 0 que di-vide a los sistemas en democrticos y no democrticos, estudia a los no demo-crticos tanto totalitarios como autoritarios y a los regmenes de autoridad tradicional y gobierno personal; estos ltimos corresponden al tipo tradi-cional y carismtico, mientras que las democracias, los regmenes autorita-rios e incluso los totalitarios seran fundamentalmente correspondientes al tipo racional legal.

    E n segundo lugar, por lo que respecta a la determinacin de los elementos que constituyen un sistema poltico tambin existen distintas visiones te-ricas: desde la visin tradicional que considerara las estructuras y funciones del ejecutivo, del legislativo y del poder judicial, hasta las nuevas perspec-tivas, como la de Apter, 2 1 para quien el sistema poltico est constituido fundamentalmente por el gobierno, los grupos polticos y los sistemas de estratificacin social; la de Easton 2 2 para quien los sistemas polticos tienen

    1 7 Vase para una caracterizacin de los problemas de clasificacin, determinacin de elementos y ubicacin en el contexto social, a Harry Eckstein, "A perpective on Comparative Politics, Past and Present", parte I, Introduccin, Comparative Politics, ed. Harry Eckstein y David E. Apter. The Free Press, Nueva York, 1968.

    1 8 Max Weber, The Theory of Social and Economic Qrganization, ed. y la intro-duccin de Talcott Parsons, Free Press, Nueva York, 1947, pp. 56-63, y 325-386.

    1 9 Marta Harnecker, Los conceptos fundamentales del materialismo histrico, ed. Siglo XXI, Mxico, 1968.

    2 0 Juan Linz, "Totalitarian and Authoritarian Regimes", op. cit.s 1975. 2 1 David E. Apter, "A comparative method for the study of politics", aparece en

    Comparative Politics, op. ext., y fue publicado inicialmente en American Journal of Socilogy, Vol. LXIV, No. 3, Chicago University Press (noviembre, 1958).

    2 2 David Easton, A Systems Analysis of Political Life, John Wiley and Sons, Nueva York, 1965.

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    fundamentalmente dos elementos: insumos (demandas y apoyos) y pro-ductos (decisiones de autoridad); la de Almond, 2 3 quien desglosa distintos tipos de insumos (socializacin poltica y reclutamiento, articulacin de intereses, agregacin de intereses y comunicacin poltica) y de productos (elaboracin de leyes, aplicacin de leyes y conciliacin y arbitraje). En el marxismo encontramos el planteamiento leninista 2 4 en el cual el sistema poltico est constituido fundamentalmente por los aparatos de coercin (polica, ejrcito, burocracia) que permiten la dictadura de una clase social (dominante) sobre otras clases subordinadas; y el planteamiento gramscia-no, 2 5 para el cual al elemento de dominazione (coercin en el sentido leni-nista ms amplio) propio de la sociedad poltica habra que agregar el ele-mento de direzione (liderazgo que se apoya en el consenso, la supremaca ideolgica y cultural) propio de la sociedad civ i l . 2 6

    Finalmente, interesa dilucidar si los sistemas polticos son autnomos o dependen de otros aspectos de la sociedad. Para Easton y Almond, los siste-mas son estrictamente polticos en sus funciones, independientemente de $m ubicacin social. Para Apter, la estratificacin social tiene un alto poder explicativo en la determinacin de las funciones polticas. Para otros autores (Lipset) 2 7 el comportamiento poltico se articula con los niveles de desarro-llo econmico. Dentro del materialismo histrico, las superestructuras pol-ticas (ideologa y gobierno) estn determinadas por la estructura econ-mica. 2 8 A l menos para Orarnsci, ello no impide que el problema de la rela-cin entre la estructura y la superestructura puede variar al grado de que el anlisis poltico sea fundamentalmente un anlisis de la superestructura y de quienes actan en ella, pues est ligada a la estructura pero no mec-nicamente, sino a manera de un momento o fase histrica, dialcticamente articulada. 2 9

    2 3 Citado por H. Eckstein, op. cit., p. 4. 2 4 V. I. Lenin, "El Estado y la revolucin", Obras escogidas, Vol. 2, Ed. Pro-

    greso, Mosc, 1960. 2 5 El anlisis de las relaciones entre la sociedad poltica y la sociedad civil est

    bastante claro en Hugues Portelli, Gramsci y el bloque histrico, Siglo XXI, Ar-gentina, 1973.

    2 8 El equilibrio entre la sociedad poltica y la sociedad civil constituye la hege-mona. Cuando una, clase social logra mantener hegemona sobre la sociedad (con las vinculaciones orgnicas entre los elementos de la superestructura y la estruc-tura) a travs de la coercin y el consenso se forma un bloque histrico.

    2 7 Citado por Eckstein, op. cit., p. 5. 2 8 Marta Harnecker, op. cit., pp. 83-95. 2 9 Esta idea est implcita a lo largo de la obra de Gramsci ya citada.

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    C A M B I O DE LOS SISTEMAS POLTICOS

    E l cuarto problema al que tratan de responder las dos escuelas del pensa-miento poltico es el del cambio de los sistemas polticos. Este problema coincide con la preocupacin fundamental de nuestra reflexin. Para de-terminar cules son los cambios sustantivos y cul es el "mapa" dentro del que se mueven los sistemas polticos necesitamos de algn esquema de clasi-ficacin. Para ello partimos del trabajo de clasificacin terica de Linz (1975) 3 0 que nos permite establecer las coordenadas donde se realiza el cambio poltico.

    El mapa de Linz. Aparte de las crticas que puedan hacerse a la termino-loga de Linz (que desde ah partira la crtica marxista), nos parece que estamos ante un trabajo bastante acabado que permite en principio con multitud de problemas de operacionalizacin localizar a los estados na-cionales de acuerdo a su tipologa. Una vez que localicemos los puntos representativos dentro de las coordenadas que la perspectiva de Linz explica, trataremos de entender por qu y cmo se pasa de un punto a otro (que la perspectiva de Linz no explica). 3 1

    L a formulacin inicial del concepto de rgimen autoritario 3 2 a partir del anlisis del rgimen franquista, particularmente despus de 1945, que lo distingue tanto de los gobiernos democrticos como de los sistemas totalita-rios, ha sido extendida por Linz a todos los sistemas polticos no demo-crticos. 3 3

    Quitndole el nfasis original al papel de las mentalidades y del lder 5 Linz corta a los distintos sistemas polticos autoritarios en base a dos di-mensiones fundamentales: el grado o tipo de pluralismo limitado que existe en dicho rgimen y el grado en que dichos regmenes se apoyan en la apata poltica y la desmovilizacin de la poblacin o las movilizaciones limitadas y controladas.

    Los distintos subtipos3 4 se agrupan,3 5 por lo tanto, respecto a:

    3 0 Juan J. Linz, op. cit., 1975. 3 1 Es posible que algunas de estas respuestas aparecern en Juan J. Linz y Alfred

    Stepan, eds. (en prensa), Breakdown and Crises of Democracies. 3 2 Juan J. Linz, "An Authoritarian Regime", Gleaveges, Idelogies and Party

    Systems: Contributions to Comparative Political Sociology, ed. Erik Allardt y Y. Littuhen, Turky, Finlandia, 1964. Vase infra, nota 37.

    3 3 Juan J. Linz, op. cit., 1975. 3 4 En el sentido de "tipos ideales" weberianos. 3 5 Los tipos y subtipos que Linz considera, pero que no incluimos en el texto por

    carecer de inters para los propsitos de este artculo son: I. Totalitarios: a) fascistas y sobre todo el nacional-socialismo alemn; b) co-

    munistas. -.; , .; ;' :;:

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    a) Grado o tipo de pluralismo limitado. A qu instituciones y grupos se les permite expresarse, y de qu manera, y cules estn excluidos?

    b) Grado de desmovilizacin poltica en que se apoyan. Por qu se l i -mita la movilizacin y qu caractersticas tiene la desmovilizacin o apata poltica de la poblacin?

    Respondiendo a la primera pregunta surgen varios subtipos de regmenes : aquellos dominados por una lite burocrtica militar-tecnocrtica que en gran medida era preexistente; los de participacin privilegiada e ingreso a la lite a travs de un partido nico o dominante que emerge de la socie-dad; y otros regmenes donde el Estado crea o permite la participacin de grupos e instituciones sociales, o sea el estatismo orgnico (o corporati-vismo).

    Respondiendo a la segunda pregunta, se encuentra que en los regmenes burocrticos militares-tecnocrticos existen pocos (o ningn) canal de par-ticipacin para las masas y que los gobernantes ni siquiera tienen un inters particular por manipular la participacin. Por otra parte, estaran los reg-menes que buscan movilizar de manera limitada a las masas principalmente a travs del partido nico o predominante y sus organizaciones de masas: stos seran los regmenes autoritarios movilizacionales. Finalmente, en los regmenes autoritarios de estatismo orgnico, la movilizacin es muy l i -mitada. 3 6

    As, los cuatro subtipos principales de rgimen autoritario seran: reg-menes autoritarios burocrtico tecnocrtico-militares ; regmenes de estatismo orgnico; movilizadores en sociedades posdemocrticas, y movilizadores en naciones recin independizadas.

    Linz (1975) presenta un diagrama sobre la tipologa de los sistemas auto-ritarios, donde adems de las dos variables fundamentales a las que nos he-mos referido (movilizacin y pluralismo) incluye un vector de "ideologi-zacin", que en cierta medida se refiere a su trabajo inicial (1964) 3 7 pero

    II. De autoridad tradicional y gobierno personal: a) sultanistas; b) caudillismo y caciquismo; c) democracia oligrquica.

    III. Autoritarios. Adems de los subtipos mencionados en el texto: a) "Demo-cracias" raciales y tnicas; b) situaciones y regmenes pretotalitarios o defectivos; c) postotalitarios.

    3 6 Es muy frecuente que se confunda a los regmenes corporativistas con los fas-cismos italiano e incluso alemn, con caractersticas muy distintas incluso entre ellos. No hay que olvidar que estos fascismos eran esencialmente movilizadores a diferen-cia de los regmenes corporativistas y de los regmenes burocrticos militares demo-crticos. Para un anlisis distintivo de los fascismos europeos, vase, Ernst Nolte, Tkree Faces of Facism: Action Franaise, Italian Facism and National Socialism, Mentor, Nueva York, 1969.

    3 7 "Los sistemas autoritarios son aquellos con pluralismo poltico limitado, no res-ponsable5 que carecen de una ideologa elaborada pero que poseen mentalidades dis-

  • A B R - J U N 77 E L S ISTEMA POLTICO M E X I C A N O 597

    que no corresponde fundamentalmente a su nuevo planteamiento. Terica-mente, nos parece que este diagrama se podra extender a todos los siste-mas polticos si se incluyeran tres dimensiones adicionales que seran: ideo-loga, tipo de lite y conciencia y organizacin de las clases subalternas (la segunda probablemente podra incluirse en el grado de pluralismo). Como resulta imposible presentar un diagrama de cinco dimensiones, cuyas relaciones causales e importancia habra que explicar y justificar, se podra limitar (con todas las salvedades de no inclusin de variables significativas) a las dos variables que Linz utiliza para clasificar a los sistemas autoritarios la representacin de todos los sistemas polticos, es decir, las democracias representativas, los regmenes autoritarios y los totalitarismos comunistas (no se incluir a los totalitarismos fascistas por ya no existir en la actualidad ni el nacional socialismo, ni el fascismo de Mussolini y puesto que los "fascis-mos" contemporneos no son movilizadores, carecen de una ideologa "total" y de partidos de masas; y nosotros substituiramos el trmino totalitarismo comunista por democracias populares para no caer en la terminologa de la guerra fra). U n diagrama de esta naturaleza nos ser til para tratar de ex-plicar la ubicacin de los cambios de un sistema poltico y, al final de este trabajo, las alternativas del sistema poltico mexicano.

    Dentro del diagrama una democracia representativa (A) como Inglate-rra, sera plural en grado extremo y tambin movilizadora, aunque nunca como en los casos de las democracias populares (B) como Vietnam y Cuba, que seran sumamente movilizadoras y limitadamente plurales. Chile (C) sera el caso extremo de un rgimen que se impone en una sociedad amplia-mente plural y considerablemente movilizada, excluyendo por la fuerza la expresin de numerosos sectores y evitando tambin por la fuerza la movi-lizacin de sectores importantes que se haban movilizado durante los go-biernos de la democracia cristiana y sobre todo de la Unidad Popular. E n Mxico, actualmente estaramos en el punto M o donde ya existe un plura-lismo considerable aunque limitado y una movilizacin reducida pero an existente. Los otros puntos M (1, 2, 3 y 4) corresponden a las alternativas que presentaremos tentativamente al final de este estudio.

    E l trabajo de Linz es fundamentalmente clasificatorio, de tipologas pol-ticas, y no busca explicar el por qu y cmo se evoluciona de un punto a otro, de un subtipo a otro o de un tipo a otro diferente.

    Modernizacin y desarrollo poltico. El modelo liberal. De acuerdo con los enfoques tericos generalmente aceptados en la poltica comparada, pa-

    tintivas, sin movilizacin poltica extensiva o intensiva, excepto en algunos momentos de su desarrollo, y en el cual un lder u ocasionalmente un pequeo grupo ejerce el poder dentro de lmites formales poco precisos pero bastante predecibles", Linz (1964), op. cit.

  • 598 M A N U E L C A M A C H O FI XVII4

    Grfica 1

    M A P A DE LOS SISTEMAS POLTICOS CONTEMPORNEOS

    Sjioo

    A

    00 P l u r a l i s m o p o l t i c o

    recera que el sistema poltico mexicano no su caracterizacin, sino el estudio de sus cambios pudiera analizarse a partir del enfoque de la mo-dernizacin y del desarrollo poltico. En Amrica Latina esta perspectiva ha sido ampliamente criticada, sobre todo en sus supuestos liberales que llevan a concluir que en nuestros pases se repetira el modelo norteameri-cano (occidental) de evolucin social. Estas crticas, contenidas en los tra-bajos de los economistas/8 fueron reforzadas desde el ngulo de la sociologa poltica. 3 9 E l modelo liberal que sostena que el desarrollo socioeconmico llevara a una mayor igualdad social, que a su vez permitira una mayor

    3 8 Celso Furtado, Teora y poltica del desarrollo econmico, Siglo XXI ed., M-xico, 1969, p. 160. '

    3 9 Fernando H. Gardoso y Faletto Enzo, Dependencia y desarrollo en Amrica Latina Siglo XXI, ed., 1969; Mauro Ruy Marini, Subdesarrollo y revolucin, Siglo XXI, ed., Mxico, 1971; Rodolfo Stavenhagen, Las clases sociales en las sociedades agrarias, Siglo XXI, Mxico, 1969.

  • A B R - J U N 77 E L S ISTEMA POLTICO M E X I C A N O 599

    participacin y estabilidad polticas (como parte de un proceso en que se transformaran las sociedades tradicionales en sociedades modernas) no ha ocurrido siquiera en las sociedades europeas continentales, cuya historia y desarrollo han sido bastante ms complejos, ya no se diga en Amrica L a -tina donde la modernizacin ha acentuado las diferencias en la distribu-cin del ingreso y la riqueza, ha sido acompaada de dosis crecientes de violencia y ha conducido a la supresin de las democracias representativas.40

    Modelos revisionistas del desarrollo poltico. Dentro del propio enfoque del desarrollo poltico (dentro de la poltica comparada) se han planteado severas crticas al modelo liberal de los aos cincuenta y sesenta desde los ngulos metodolgicos, histrico y emprico. Huntington y Nelson 4 1 han re-visado el modelo liberal de desarrollo para sustituirlo por cuatro modelos en los que vinculan la variable de participacin poltica con las variables del crecimiento econmico y la modernizacin. A diferencia de sus pre-decesores, para ellos los objetivos del crecimiento econmico y la participa-cin poltica son fundamentalmente incompatibles (dentro de un modelo que no sea el de una revolucin social polticamente exitosa).

    Los "modelos revisionistas" tratan de captar el tipo de cambios y la vincu-lacin entre las variables tal como ocurre en la mayor parte de los pases subdesarrollados, con la excepcin fundamental de aquellas naciones donde ha ocurrido una revolucin social y poltica exitosa. Es decir que sus mo-delos seran aplicables a la mayor parte de las sociedades latinoamericanas. Los cuatro tipos que elaboran son el "burgus", el autocrtico, el populista y el tecnocrtico. En la grfica 2 representamos los tres modelos ms rele-vantes para este estudio: populista, tecnocrtico y liberal.

    Huntington y Nelson (1976) consideran que dentro de la evolucin de una sociedad es probable que vayan cambiando los niveles de participacin poltica. En una primera fase el problema lo constituye la expansin de la participacin poltica de la clase media urbana, mientras que en una segun-da fase el problema es la expansin de la participacin de las "clases bajas urbanas y rurales". En la primera fase la alternativa est entre un modelo "burgus" y un modelo autocrtico. En la segunda fase habra que escoger entre un modelo populista y uno tecnocrtico.

    Para Huntington y Nelson, cuando el problema poltico lo constituye la participacin de la clase media, una sociedad podra optar por un modelo

    4 0 Un ejemplo tpico del modelo liberal fue el planteado por Lerner con la si-guiente secuencia: urbanizacin-alfabetismo-contacto con los medios de comunicacin masiva-ingreso-votaciones. Lerner, The Passing of Traditional Society, Nueva York, Free Press, 1958.

    4 1 Samuel P. Huntington y Joan M. Nelson, No Easy Cholee, Politicl Participa-tion in Develo ping Countries, Harvard University Press, Boston, Massachusetts, 1976, pp. 17-41.

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    "burgus" donde se dara participacin a las clases medias desarrollando las instituciones electorales y parlamentarias y ocurrira un crecimiento econmico razonablemente rpido y una mayor desigualdad tanto por la propia lgica del crecimiento econmico (capitalista) como por las presiones de las clases medias que tratan de expandir sus beneficios. Asimismo, exis-te la alternativa de que la sociedad pudiera optar por el modelo auto-crtico donde el poder est concentrado, la participacin de las clases me-dias es suprimida, se buscan el crecimiento econmico y cierta igualdad social para contar con las clases subalternas en contra de las clases medias.

    E l modelo "burgus" encuentra sus lmites cuando las clases subalternas son movilizadas a demandar oportunidades de participacin poltica y acce-so al poder. E l modelo autocrtico en el corto plazo llega a sus lmites por la presin de las clases medias y en el largo plazo debido a la presin ejercida por las clases populares que habiendo obtenido cierto beneficio econmico (reforma agraria) luchan por acceso al sistema poltico. U n ejemplo del modelo "burgus" lo constituira Colombia y un ejemplo del modelo auto-crtico sera Taiwan.

    Cuando los modelos "burgus" y autocrtico tienen frente a s el proble-ma de la participacin de las clases subalternas entran en una segunda fase en la que tienen que optar entre un modelo populista y uno tecnocrtico. E l modelo tecnocrtico se caracteriza por bajos niveles de participacin poltica, altos niveles de inversin (particularmente extranjera) y crecimiento eco-nmico y desigualdades crecientes en el ingreso. En este modelo los autores consideran que debe suprimirse la participacin poltica para promover el desarrollo econmico. E l modelo populista es casi el reverso del anterior. Altos y crecientes niveles de participacin poltica van acompaados de be-neficios gubernamentales crecientes, mayor igualdad y eventualmente bajas tasas de crecimiento econmico (debido a la ampliacin del consumo que disminuye el ahorro pblico y privado).

    Estos dos modelos plantean problemas de difcil solucin. Para Huntington y Nelson el modelo tecnocrtico no puede ser un modelo final, pues, "en qu medida es compatible una desigualdad creciente del ingreso con bajos niveles permanentes de participacin poltica?"; a la vez, "la dismi-nucin de la participacin poltica, el crecimiento, la mayor desigualdad y represin no constituyen un crculo vicioso donde la iniciativa del proceso y el poder tienden a colocarse en ios extremos?" Los problemas del modelo populista radican en que la mayor participacin de los grupos frente a una economa estancada aumenta los conflictos sociales y la polarizacin de la sociedad. " E l modelo tecnocrtico lleva a la represin para prevenir la par-ticipacin, mientras que el populista lleva al conflicto civil como resultado de la participacin poltica." U n ejemplo de modelo populista sera el

  • A B R - J U N 77 E L SISTEMA POLTICO M E X I C A N O 601

    Brasil de Goulart y de modelo tecnocrtico el Brasil que surgi del golpe de Estado a Goulart.

    E l comportamiento de estos dos ltimos modelos, adicionando un criterio

    de secuencia histrica, lo hemos representado en la grfica 2. M L repre-

    senta al modelo liberal donde el crecimiento y la modernizacin son total-

    Grfica 2

    M O D E L O S REVISIONISTAS DE DESARROLLO POLTICO

    CRECIMIENTO ECONOMICO (Fose II) Y M O D E R N I Z A C I N

    mente compatibles con la participacin poltica: a mayor crecimiento y modernizacin, mayor participacin poltica. M P representa al modelo po-pulista donde la participacin crece a una tasa ms acelerada que el creci-miento econmico, pasando por un punto A que significa que la participa-cin es superior a la ocurrida en pases como los Estados Unidos (donde ocurre una alta participacin electoral y en asociaciones privadas, pero una reducida participacin en trabajos comunitarios) y convirtindose en una pendiente casi infinita, puesto que llega un momento en que la participa-cin es tan amplia que se llega al estancamiento econmico^ si no es que al retroceso M P a . En esos momentos se limita drsticamente la participacin (por medios fundamentalmente coercitivos) para instaurar un nuevo mo-

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    dlo tecnocrtico que al consolidarse reduce la participacin an ms que ei modelo liberal (por abajo de B) , pero que con el tiempo, y como resul-tado de la propia diferenciacin modernizadora requerir de una mayor participacin, que puede hacer explosin M T a , o ser paulatinamente asimi-lada al sistema M T b .

    Estos modelos que podran inscribirse dentro de la perspectiva de la mo- dernizacin y del desarrollo poltico (desde luego una perspectiva revisio-nista) por la incompatibilidad que plantean entre distintos objetivos, como el crecimiento econmico y participacin poltica, estn ms cercanos que el modelo liberal a la realidad contempornea de los pases subdesarrollados y su contenido de anlisis poltico es considerablemente ms rico. 4 2 Aunque pueden tener cierta utilidad para detectar los lmites de un sistema poltico, su propio empirismo los lleva a perder la visin del contexto histrico en que estn inscritos. Especficamente, cules seran las principales limitaciones del nuevo planteamiento del desarrollo poltico?

    Crtica a los modelos revisionistas. En primer lugar, las lites o clases gobernantes, las clases polticas, tienen su propia historia cultural, vincula-ciones estructurales que determinan sus intereses, su "frmula poltica" y su "defensa jur dica" 4 8 que les impiden poder optar por alternativas polticas

    4 2 Huntington y Nelson pasan por alto el elemento de legitimidad de los sistemas polticos, pero no insistiremos en criticar esta deficiencia puesto que ese vaco es cubierto al analizar con amplitud los efectos de la modernizacin socioeconmica en la cultura poltica, vase Samuel P. Huntington y Jorge I. Domnguez, "Political Development", aparece en Handbook of Political Science, Vol. 3, 1975, pp. 15-33.

    4 3 Aunque de manera un tanto dispersa por la multitud de temas que trata, la "teora de las lites del poder", histrica, de Gaetano Mosca (tan susceptible a la crtica poltica y cientfica, enriquece algunos de los puntos dbiles de los modelos del desarrollo poltico a que nos hemos referido. Las proposiciones y conceptos b-sicos de la perspectiva de Mosca seran los siguientes. En virtud de ciertas caracte-rsticas permanentes del gnero humano "tendencias psicolgicas" en toda so-ciedad existe una tendencia a la separacin de sus miembros en dos clases: los gobernantes y los gobernados. Independientemente del tipo de gobierno (monarqua o democracia), la clase gobernante es siempre una minora. La clase gobernante o poltica (donde Mosca no incluy a los propietarios del capital) es aquella que ad-quiere el contrlele los mecanismos partidistas (por tanto decide quin puede entrar a la contienda poltica, si es que no decide quin puede gobernar) y que tiene en su poder los puestos gubernamentales de mando y los principales mecanismos de in-fluencia. Toda clase poltica tiende a justificar la forma prevaleciente de gobierno mediante una frmula poltica, o sea creencias morales y filosficas que prevalecen en la sociedad que tienden a justificar su posesin del poder, que en gran medida son diseados conscientemente por los gobernantes, pero cuya importancia, sin em-bargo, se deriva fundamentalmente de una aceptacin no coercitiva de reglas y valores.

    La defensa jurdica son los frenos que el gobierno impone a la sociedad, principal-mente por el respeto a la ley y al gobierno legtimo (en sentido jurdico). Pero para

  • A B R - J U N 77 E L SISTEMA POLITICO M E X I C A N O 603

    mltiples o "tipos sociales" distintos. Sus opciones son muy limitadas, pues estn condicionadas por lo que la clase poltica es (cultural y estructural-mente) y por las circunstancias del momento histrico concreto.

    Esta limitacin que principalmente partira de la perspectiva histrica de las lites del Poder de Mosca contenida en su teora de las clases go-bernantes {Elementi de Scienza Poltica) , 4 4 no es suficiente para invalidar la perspectiva revisionista del desarrollo poltico, pues se podra plantear que una clase poltica puede ser parcialmente sustituida por otra clase pol-tica u organizacin que no tenga las limitaciones de una "clase poltica tradicional". Digamos que mediante un golpe de Estado puede realizarse una transmisin no revolucionaria del poder que lleve a una "nueva clase" poltica (pues en gran medida ya exista) al poder, sin todas las limitaciones culturales, intereses, frmula poltica y "defensa jurdica" del grupo anterior.

    Pero an en el caso de una sustitucin parcial de la clase poltica, la "clase nueva" no tiene ante s una realidad social nueva. L a estructura econmica y social, as como el poder efectivo de las distintas fuerzas so-ciales limitaran las alternativas entre las que podra optar el nuevo grupo gobernante. Difcilmente podran escoger un modelo populista o tecnocr-tico de manera neutral, sino que la seleccin dependera de los intereses de la clase gobernante (en la que desde luego habra que incluir y dife-renciar a los propietarios del capital y a los estratos sociales aliados a ellos), de los apoyos polticos, econmicos y militares externos y de su vinculacin con las clases subalternas en un momento histrico concreto.

    Finalmente, la "lgica" de la participacin de las clases populares que Huntington y Nelson toman como punto de partida es en numerosos casos distinta de la que ellos presentan. L a participacin popular no es una simple manipulacin poltica que se hace desde el asiento del rey, del presidente o del general; la participacin poltica de las clases subalternas tiene en

    que las leyes se cumplan deben partir del reconocimiento de conflictos ideolgicos y reales entre las distintas fuerzas sociales, por lo que la mejor garanta para que opere la defensa jurdica es la existencia de mltiples y diversas fuerzas sociales. Las fuerzas sociales son todos los intereses y costumbres de los grupos que consolidan el statu quoy o que en caso de oposicin con l orden poltico establecido atentari contra l desde todos los ngulos; es decir que para Mosca las fuerzas sociales son los grupos y sus ideologas. Finalmente para Mosca la estructura de la clase poltica es la que determina el tipo social que sera la forma particular de gobierno, de relacin entre la clase poltica y los gobernados, tanto poltica como cultural. Las causas de el envejecimiento de las sociedades y de los tipos sociales seran fundamentalmente la prdida de contacto de la clase poltica con los gobernados que impide la repre-sentacin adecuada de las fuerzas sociales y la decadencia moral o prdida de con-fianza o conviccin de gobierno por parte de la clase poltica.

    4 4 Gaciano Mosca, The Ruling Class [Elementi di Scienza Poltica], Me. Grawhill, Nueva York, 1939.

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    abundantes casos especficos dinmica propia, direccin poltica, organiza-cin y visin cultural del mundo ajenas a la manipulacin del sistema poltico.

    Recurrimos a los modelos de Huntington y Nelson para explicarnos la transicin de un tipo de rgimen a otro (la explicacin de un cambio de sistema poltico que se expresara como un movimiento dentro de la grfi-ca 1). A estos modelos los hemos criticado en torno a dos dimensiones: desconocimiento de las caractersticas histricas de las lites gobernantes; y sobre todo, pasar por alto la determinacin de los intereses, ideologa y fuerza de dicha lite poltica junto a otras clases dominantes (fundamental-mente los propietarios y sus aliados), en relacin con las clases subordinadas. Es precisamente este anlisis "ms amplio" el que se dificulta a las dis-tintas perspectivas de la poltica comparada.

    De manera semejante a como en la economa el paradigma neoclsico no puede responder a las interrogantes que plantea el desarrollo de largo plazo de una economa subdesarrollada y se vuelve necesaria la utilizacin de otro paradigma, 4 5 as en el terreno poltico el estudio de los nudos his-tricos no puede realizarse exclusivamente con los distintos enfoques macro-polticos, sino que se requiere plantear la necesidad de utilizar la teora poltica de la otra escuela. Qu puede ofrecernos el materialismo histrico?

    L A TEORA POLTICA DE G R A M S C I

    Como habamos mencionado al principio, es posible realizar anlisis pol-ticos particulares dentro de la escuela del materialismo histrico, lo que es ms difcil de encontrar en el materialismo histrico es una "teora po-ltica".

    L a escuela del materialismo histrico ha venido enriqueciendo su anlisis de las superestructuras y el de su relacin con la estructura para arrojar luz en torno al problema de los nudos histricos del sistema poltico y del Estado.

    E l punto de partida de esta "teora poltica" que tendra que enrique-cerse o reformarse con base en la investigacin concreta lo encontramos en los Cuadernos de la crcel de Gramsci, sobre todo en los textos de los Cuadernos posteriores a 1931.

    E n los Cuadernos se parte de un planteamiento estratgico de la poltica y la ideologa, donde la lucha contempornea fundamental no ocurre entre quienes dominan y quienes son dominados (pues este principio fundamental

    4 5 Leopoldo Sols, "Economa, ciencia e ideologa", Foro Internacional, Vol. XVII, No. 3, enero-marzo, 1977.

  • A B R - J U N 77 E L SISTEMA POLTICO M E X I C A N O 605

    ocurre siempre), 4 6 sino entre el grupo que domina (sociedad poltica) y dirige (sociedad civil) desde las organizaciones del Estado (con el fin lti-mo de sostener un equilibrio de clases que le favorece) y el partido que en un momento dado persigue fundar un nuevo tipo de Estado.

    Para Gramsci (en los Cuadernos) el Estado abarca tanto a las organiza-ciones coercitivas propias de la sociedad poltica, como a las organizaciones "privadas" correspondientes a la sociedad civil a las que dan forma y con-tenido los "grandes intelectuales". E l partido es la expresin de un grupo social (un partido orgnico que representa a una clase subalterna y sus alia-dos), con una direccin que adems de ser una vanguardia poltica en el sentido leninista, sea una direccin moral, cultural e ideolgica que desde las posiciones de las clases subalternas sostenga una lucha ideolgica cuyo propsito ltimo sea el rompimiento de la hegemona y la elaboracin de un nuevo orden.

    Aunque el contenido de los Cuadernos se refiere fundamentalmente a los elementos de la superestructura (precisamente el componente menos estu-diado por Marx) ya sea el Estado, el partido, el papel de quienes en la sociedad tienen la funcin de intelectuales y las caractersticas particulares de la poltica y la cultura nacionales; en stos siempre est presente el problema de las relaciones entre la estructura y la superestructura, la vincu-lacin del desarrollo de las fuerzas productivas y las fuerzas sociales, con el anlisis de la ideologa y la poltica.

    Esta vinculacin de niveles (estructura y superestructura) tiene el pro-psito de llegar a un anlisis acertado de las fuerzas que operan en la histo-ria en un cierto periodo. A Gramsci le interes toda su vida explicarse y en su caso corregir por qu uno de los "partidos" resulta vencedor en una confrontacin histrica: A diferencia de Marx que se dedic a encontrar las leyes del desarrollo capitalista, a Gramsci le interesaba ms hacer un corte en ese desarrollo histrico para explicarse las contradicciones polticas de esas leyes y determinar as las posibilidades de accin humana y utilizarlas en la lucha por un nuevo orden que, para l, no podra ser ms que un bloque histrico obrero campesino.

    Cmo articula Gramsci los elementos estructurales del desarrollo con los elementos concretos de la lucha poltica de las lites y las clases subalternas? Cmo explica el resultado de una confrontacin histrica? E n el texto sobre "Anlisis de situaciones. Correlaciones de fuerzas", que es uno de los lti-mos textos de sus Cuadernos, nos ofrece los lincamientos de ese anlisis global. L a respuesta la ofrece en torno a tres rdenes o momentos (su ma-nera peculiar de incluir un elemento dentro de una totalidad dialctica).

    4 6 Gramsci, The Madem Prince, op. cit.} p. 143.

  • 606 M A N U E L C A M A C H O FI X V I I 4

    E l primer momento lo constituira una correlacin de fuerzas sociales47

    estrechamente ligada a la estructura, al desarrollo de las fuerzas materiales de produccin. Para Gramsci, independientemente de la voluntad humana, el desarrollo de las fuerzas productivas hace surgir agrupaciones sociales con una funcin y posicin dadas en la produccin misma.

    U n segundo momento es la correlacin de las fuerzas polticas y de par-tido, esto es: "la estimacin del grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organizacin alcanzado por los distintos grupos sociales". Desde luego que la conciencia colectiva no surge de inmediato sino que se inicia en una fase econmica corporativa, por ejemplo, donde se unen un comerciante con otro miembro de su mismo gremio. En una segunda fase se conquista la conciencia de solidaridad de intereses de todos los miembros del grupo social (comerciante con industrial) pero todava en el terreno meramente ecnmico. Y en este momento se plantea la cuestin del Estado, pero slo en el sentido de aspirar a conseguir una igualdad jurdico-poltica con los grupos dominantes. En la tercera fase se llega a la conciencia de que los mismos intereses corporativos propios, en su desarrollo actual y futuro, su-peran el ambiente de grupo meramente econmico, y pueden y deben con-vertirse en los intereses de otros grupos subordinados. "sta es la fase ms estrictamente poltica, la cual indica el paso claro de la estructura a la esfe-ra de las superestructuras complejas; es la fase en la cual las ideologas antes germinadas se hacen Partido." "Surge una unidad de fines econmicos, polticos, intelectuales y morales que puede plantear las cuestiones de cada grupo particular como cuestiones generales, crendose as la hegemona de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados." "Es aqu donde se plantea directamente la cuestin del Estado, ya no slo en el sentido de igualdad jurdica poltica, sino de hegemona de un grupo que promueve su mx ima expansin a travs de una continua formacin y superacin de equilibrios inestables con los grupos subordinados."

    E l tercer momento es el de las correlaciones polticas o las potencialmente militares que para Gramsci es el momento inmediatamente decisivo en cada caso.'18

    4 7 Las correlaciones sociales objetivas seran las internas a una nacin, desde lue-go vinculadas internacionalmente. Pero para Gramsci las relaciones internacionales seran ia variable dependiente, mientras que las relaciones sociales internas seran la variable independiente. Este planteamiento invierte, si no la causalidad propia del enfoque dependentista, al menos la ponderacin de la explicacin.

    4 S La concepcin de Gramsci sobre la estrategia militar que aparece en los Cua-dernas resulta actualmente muy cuestionable. La defensa que hace de la "guerra de posicin" frente a la "guerra de movimiento" (que en trminos polticos planteaba Rosa Luxemburgo en su Huelga general) estaba demasiado influida por los re-sultados de la primera guerra mundial (y de las derrotas comunistas posteriores).

  • A B R - J U N 77 E L SISTMA POLTICO M E X I C A N O 607

    En l habra, a su vez, dos fases: la estrictamente militar, o tcnico-mili-tar y la fase poltico-militar. 4 9

    Los rdenes de una correlacin histrica, o sea el anlisis global de una situacin nacional en un momento histrico los podramos representar gr-ficamente (grfica 3). Esta representacin nos plantea un problema de "lgicas" pues los rdenes de Gramsci son parte de una totalidad dialctica, mientras que las variables de un diagrama son elementos de una lgica for-mal. No obstante nos parece que su representacin es muy ilustrativa y pue-de constituir un esfuerzo por presentar inicialmente una parte medular de la "teora poltica" de los Cuadernos. L a manera como trataremos de sal-var el problema de las lgicas es recurriendo al planteamiento de los cortes sincrnicos (la complejidad horizontal) y diacrnicos (la complejidad his-trica) de H . Lefebvre y J . P. Sartre5 0 que nada tiene que ver con la sin-crona poltica de un pas en poltica comparada.

    En el momento I tendramos que el desarrollo de las fuerzas sociales dependera "en ltima instancia" del desarrollo de las fuerzas productivas. L a curva que se forma (que tendra que tener una pendiente menor que uno dada la mayor rapidez en el desarrollo de las fuerzas productivas) co-rresponde a la complejidad histrica. Para realizar el anlisis poltico se requiere forzosamente cortar esa complejidad histrica en un momento especfico ("anlisis concreto de la realidad concreta") de manera horizon-tal o sincrnica.

    A l realizar ese corte determinamos un desarrollo de las fuerzas sociales en un momento dado que! son aquellas sobre las que actuarn los distintos grados de conciencia y organizacin. E l procedimiento del corte es un re-curso analtico ya que la coyuntura es precisamente la expresin ms ntida de las contradicciones que se desarrollan en la historia. Las coordenadas del momento II (fuerzas sociales y conciencia colectiva y organizacin) son

    donde la estrategia defensiva result mucho ms efectiva que la estrategia ofensiva (sobre todo por el uso de armas automticas y de trincheras). Posteriormente, en la segunda guerra la estrategia ofensiva (alemana), con el uso generalizado de tan-ques y aviacin, result muy superior a la estrategia defensiva de la lnea Maginot francesa. (El caso de la estrategia francesa en ambas guerras es, como lo destaca Klaus Knorr, el caso tpico de los generales que se preparan para la guerra que ya pas). Si la concepcin militar de Gramsci se traslada a la poltica, entonces s tiene mucho mayor actualidad en la medida en que corresponde bastante las estra-tegias utilizadas en las revoluciones china y vietnamita, y con la estrategia de algunas fuerzas socialistas y comunistas en pases avanzados como los de Europa occidental.

    4 9 Una fuerza poltica militar es aquella que mediante acciones polticas logra en el enemigo efectos de carcter militar. Existen dos maneras fundamentales de lograr-lo: provocando la escisin interna u obligndolo a disgregar sus fuerzas.

    5 0 Henri Lefebre, "Perspectives de sociologie rurale", Cahiers de sociologie, 1953. Referido y en cierta manera reelaborado por J. P. Sartre, Search for a Method (Cri-tique de la raison dialectique), Vintage, pp. 52-53.

  • M A N U E L C A M A C H O FI X V I I 4

    Grfica 3 L O S RDENES DE U N A CORRELACIN HISTRICA

    I i l

    FUERZAS PRODUCTIVAS CONCIENCIA COLECTIVA Y ORGANIZACIN

    vpc

    Posibilidad Contrarrevolucionario

    IH

    Posibilidad Revolucionaria

    vpr FUERZAS POLTICAS

  • A B R - J U N 77 E L S ISTEMA POLTICO M E X I C A N O 609

    mutuamente independientes, de ah que puedan existir distintos niveles de conciencia. E l nivel 1 corresponde a la unificacin gremial o corporativa (comerciante con comerciante) ; el nivel 2, a la unin de elementos distintos de una misma clase (comerciante con industrial), pero sin plantear el pro-blema del Estado y, finalmente, el nivel 3, donde una clase con sus aliados se hace partido para instaurar un nuevo Estado (un nuevo orden).

    Para poder vincular los distintos niveles de conciencia y organizacin del momento II con las variables de la lucha poltica hemos introducido un supuesto de equivalencia entre grado de conciencia colectiva y organizacin y fuerzas polticas revolucionarias Vpr . E l supuesto no invalida ninguno de los postulados de la teora contenida en los Cuadernos.

    E l momento III est representado por un anlisis vectorial que nos parece el ms apropiado para establecer los resultados de las distintas fuerzas en confrontacin. E l vector de fuerzas polticas V p corresponde a las fuerzas polticas que, hacia la derecha del origen constituiran las fuerzas revolucio-narias Vpr, y hacia la izquierda las contrarrevolucionarias Vpc. Adems de las fuerzas polticas, son cruciales en los resultados finales las fuerzas milita-res, que hacia arriba del origen seran las fuerzas militares revolucionarias V m r y hacia abajo las fuerzas militares contrarrevolucionarias V M c .

    E l resultado histrico de una confrontacin correspondera directamente a la diferencia entre los poderes de ambos partidos: si la resultante de los vectores contrarrevolucionarios Re fuera mayor que la de los vectores re-volucionarios Rp, el triunfo sera para estos ltimos, digamos la victoria fascista en Italia sobre el partido proletario que tanto preocup a Gramsci.

    L a relacin de causalidad del momento III con el II se establece slo con Vpr , o sea con la fuerza poltica revolucionaria. Pues aunque se po-dran plantear distintas hiptesis digamos que Vmc (fuerzas militares de coercin) sera mayor entre mayor fuera V p r (la fuerza poltica revolu-cionaria), stas quedaran sujetas a la corroboracin particular.

    Asimismo, no existe relacin causal entre los niveles de conciencia y organizacin, con el desarrollo de las fuerzas sociales. Es decir, que a un determinado desarrollo de las fuerzas sociales pueden corresponder distintos niveles de conciencia. Es aqu donde aparece el problema de relacin entre estructura (fuerzas productivas y fuerzas sociales) con la superestructura (poltica e ideolgica).

    Para Gramsci, el anlisis poltico es un anlisis de las superestructuras, pero no desligado del desarrollo histrico (o sea de las estructuras) sino que para dicho anlisis se necesita realizar un corte histrico. Por lo tanto, la superestructura es independiente de la estructura, pero slo en un momento dado. En el curso de la historia la estructura condicionara a la superestruc-tura, pero ese objetivo terico ya no correspondera al anlisis poltico estric-to, sino a la economa poltica.

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    E n la grfica 4 se representa el planteamiento general de Gramsci sin atender a las relaciones de causalidad. E l rectngulo de la base corresponde a la estructura compuesta por el desarrollo de las fuerzas productivas y el desarrollo de las fuerzas sociales. E l tringulo tiene por base la propia estruc-tura y sus lados son la sociedad poltica y la sociedad civil que integran la superestructura.

    Grfica 4

    Sociedad p o l t i c a

    Sociedad c i v i l

    SUPERESTRUCTURA

    Fue rzas sociales ESTRUCTURA

    Fuerzas sociales

    Fuerzas Productivas

    Tres problemas de la "teora poltica33 de Gramsci. E l planteamiento de Gramsci es muy til para ubicar los acontecimientos polticos dentro de las tendencias de largo plazo en el desarrollo de las sociedades, as como los resultados histricos de las "grandes confrontaciones sociales", de los "gran-des partidos" en el sentido de Tocqueville. Sin embargo, deja tres lagunas que requeriran de una elaboracin complementaria o de una sustitucin terica: resulta difcil operacionalizarlo, escapan a l las "pequeas y me-dianas confrontaciones". Y es una perspectiva muy extensa cuya aplicacin exige de una amplia disposicin de tiempo.

    E n primer lugar, surge el problema de operacionalizar sus planteamientos generales, o sea de ligar sus postulados tericos con la realidad concreta. Es evidente que estamos ante problemas de medicin cualitativa de los elementos y de su interpretacin. Quiz se pueda medir el desarrollo de las fuerzas productivas, pero cmo se medira el desarrollo de las fuerzas sociales en un momento dado?, cmo se mediran los grados de conciencia

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    y organizacin o potencial poltico revolucionario? De ah la gran importan-cia de la ponderacin subjetiva.

    Aunque desde luego estos obstculos son considerables, quiz no sean insalvables. Tratemos de ejemplificar los problemas de operacionalizacih en los tres niveles, planteando preguntas relevantes que nos sean tiles para nuestra reflexin sobre Mxico. En el primer orden cabran interrogan-tes como: cul es el origen y particularidad de la vinculacin econmica con el mercado internacional?, qu cambios cuantitativos y cualitativos han ocurrido en la produccin y en su distribucin?, cul es la magnitud y caractersticas de la participacin del sector pblico en la economa?, cmo ha cambiado la composicin de la poblacin entre asalariados (jor-naleros agrcolas, trabajadores ocasionales, obreros no sindicalizados, "aristo-cracia obrera", empleados de los servicios y la burocracia), pequeos propie-tarios (agrcolas, de talleres, de comercios), "clases medias" (profesionales independientes, tcnicos al servicio del capital, funcionarios gubernamen-tales, profesores universitarios)?, cules son las caractersticas tecnolgicas de la produccin y la capacitacin de quienes la generan?, cmo se ha alterado el peso especfico de las ciudades y su poblacin (distintos tipos de ciudades) en comparacin con el campo (distintos tipos de economa ru-ral) ? E n sntesis: por su vinculacin con la produccin, cul es la correla-cin de fuerzas al interior de una sociedad?

    E n el segundo nivel habra que estimar el grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organizacin alcanzado por los distintos grupos sociales, ya se trate de los grandes propietarios, las clases medias con todas sus carac-tersticas, los asalariados tambin con sus distintos tipos propios de una es-tructura social tan heterognea como la de Mxico.

    E n el tercer momento cabran preguntas como: qu tan cohesivo es el sistema poltico y sobre todo el Estado?, existen fuerzas anti-Estado actua-les o potencialmente considerables?, con qu apoyos internacionales cuenta cada bando?, cul es su capacidad poltica y tcnico-militar?

    E l segundo problema que plantea la "teora poltica" de Gramsci con-siste en que adems de las grandes confrontaciones histricas entre "grandes partidos", existen confrontaciones cotidianas entre dirigentes y grupos, y, finalmente, confrontaciones "medias", como el cambio de un sistema pol-tico a otro (no de un Estado a un nuevo orden) que requieren ser expli-cadas, puesto que aunque en menor medida que las grandes confrontaciones histricas, stas tambin afectan la vida de los ciudadanos (desde luego, la de algunos sectores subalternos y de las clases dominantes).

    Aunque el planteamiento de Gramsci plantea problemas de operaciona-lizacin y de ubicacin de "pequeas y medianas" confrontaciones polticas, ofrece la posibilidad de vincularse con las perspectivas de poltica comparada

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    -algunas de ms fcil operacionalizacin y que atienden a fenmenos po-lticos cotidianos y de importancia "media". L a integracin, como se ver, tiene que empezar por la clarificacin de los conceptos.

    Es evidente que los principales conceptos de la "teora poltica" de Grams-ci de la escuela del materialismo histrico no corresponden con los conceptos relacionados de la escuela de la poltica comparada. Como hemos visto, aunque las preguntas generales en torno a los sistemas polticos pue-dan ser similares, las respuestas de cada escuela son distintas, as como el lenguaje que ellas utilizan.

    Los CONCEPTOS DE ESTADO Y SISTEMA POLTICO

    L a articulacin entre las dos escuelas a partir del planteamiento gramsciano exige precisar y diferenciar los conceptos de Estado y sistema poltico, as como presentar una descripcin inicial del trmino nudo histrico.

    E l concepto de Estado tiene dos acepciones: una exclusivamente poltica y otra ms general que prcticamente lo identifica con la sociedad.51 La primera corresponde al concepto de Estado en su sentido estricto. L a se-gunda equivale al sentido amplio del trmino.

    E n su sentido estricto, el trmino se ha definido en torno a una perspec-tiva jurdica y poltica. L a jurdica asociada a Bodino y la poltica a We-ber. 5 2 Para Bodino, por encima de las divisiones nacionales internas (en su momento entre el soberano francs y la Iglesia catlica) debera prevalecer el legislador reconocido soberano cuyas decisiones leyes deberan ser aceptadas por todos los ciudadanos y por encima de las divisiones in-ternas en una sociedad territorialmente delimitada. 5 3 L a perspectiva polti-ca weberiana lleva a definir al Estado como al conjunto de instituciones que tienen (en una sociedad territorialmente delimitada) el monopolio legtimo de la coercin. 5 4

    Para las perspectivas de poltica comparada (ciencia poltica macro) el trmino Estado en su sentido estricto fue excluido paulatinamente de su

    5 1 International Encyclopedia of the Social Sciences, Macmillan and Free Press, 1968, Vol. 15, pp. 144-156.

    5 2 Aunque algunos autores piensan que la acepcin de Estado como cuerpo pol-tico proviene de vaquiavelo, otros consideran que era el orden poltico que sostena una organizacin social al que se refera Maquiavelo. La idea de Estado como body politic la sintetiza George Sabine en su contribucin de 1938 a la Encyclopedia of the Social Sciences. La segunda posicin es de Gramsci, Sobre Maquiavelo, op. cit. En virtud de opiniones diferentes tomamos la definicin weberiana como clsica, aun cuando corresponda a una idea ms generalizada.

    5 3 Encyclopedia of the Social Sciences, op. cit., 1968. 5 4 Max Weber, La poltica como vocacin.

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    vocabulario, quedando el trmino limitado al campo de las relaciones inter-nacionales. E n la poltica comparada al trmino de Estado en su sentido estricto se le sustituy por el de sistema poltico (que aunque ms amplio pues se le adicionaron elementos constitutivos, o fue formulado en torno a una actividad [el poder] general y no normativa) conserv los elementos distintivos del trmino originaL Las razones de la sustitucin de Estado por sistema poltico probablemente fueron- polticas y cientficas. En las demo-cracias representativas (donde fundamentalmente se desarroll la poltica comparada) el trmino de Estado ya no poda tener un sentido legitimador como lo haba tenido en la poca del despotismo ilustrado, pues desde la Revolucin francesa la nica legitimacin posible en una democracia re-presentativa ha sido la "voluntad popular". Asimismo, el uso de mtodos y tcnicas de otras especialidades (psicologa, "teora de sistemas", inform-tica) permiti refinamientos y presentaciones rrs"" generales de lo que es un sistema poltico.

    E l desarrollo del trmino sistema poltico, con sus particularidades pro-pias de las definiciones de la poltica comparada, como las presentamos al inicio de este trabajo, representa un avance considerable respecto del tr-mino Estado en un sentido estricto. De ah que siguiendo a las perspectivas de poltica comparada presentamos una definicin inicial.

    Por sistema poltico nos referiremos al conjunto de instituciones guber-namentales y no gubernamentales55 que cumplen funciones de dominacin poltica, direccin poltica y administracin social, as como al personal directivo que (en sus interacciones con los ciudadanos y con los grupos) las sostiene y las utiliza. Es decir, que el concepto incluye tanto a las orga-nizaciones polticas que han permanecido en el tiempo, como a la clase gobernante; a la vez que no se limita a las funciones de coercin, sino que incluye las de "legitimacin" y administracin social que han resultado de creciente importancia poltica para los pases en desarrollo.

    E n resumen, diramos que el concepto de sistema poltico, entendido como el conjunto de instituciones de dominacin poltica, direccin poltica y administracin social, as como al personal directivo que en sus interac-ciones con los ciudadanos y los grupos las sostiene y utiliza, es un trmino ms apropiado para el anlisis poltico que el trmino de Estado en su sentido estricto de "conjunto de instituciones que tienen el monopolio leg-timo de la coercin", aunque no es un trmino fundamental diferente. Ambos trminos cabran dentro de la escuela de la poltica comparada.

    5 5 Esta divisin entre instituciones gubernamentales y no gubernamentales la he-mos adoptado de acuerdo a la agrupacin de temas que se hizo para la elaboracin de Fred I. Greenstein and Nelson W. Polsby, Handbook of Political Science, Vol. 4 and 5, Addison-Wesley, Reading, Massachusetts, 1975.

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    E n cambio, el concepto de Estado en el sentido amplio que prctica-mente corresponde a la sociedad ha sido desarrollada fundamental, aunque no exclusivamente, por la escuela marxista. Tomemos tres definiciones de Estado, las de Mosca, Gramsci y O'Donell.

    Para Mosca, el Estado es la organizacin de las principales fuerzas so-ciales en un sistema coordinado capaz de realizar las funciones polticas. (En donde fuerzas sociales seran todos los intereses competitivos de los grupos con influencia que sostienen el statu quo, o en caso de discrepancia con el orden poltico establecido, tambin aquellos que luchan contra dicho orden; incluye Mosca dentro de este trmino incluso a las ideologas y con-vicciones morales, tanto aquellas de quienes defienden el orden establecido como las de quienes se oponen a l . ) 5 6

    Para Gramsci, 5 7 el Estado es el organismo a travs del cual un grupo so-cial logra su mxima expansin (sin llegar al inters econmico corporati-vo) mediante un conjunto de equilibrios con las clases subalternas que mantiene a travs de la coercin y el consenso.

    Para O'Donell, el Estado sera no slo el conjunto de instituciones o "apa-ratos", sino tambin y ms fundamentalmente el entramado de relacio-nes de dominacin poltica (en tanto actuado y respaldado por esas institu-ciones en una sociedad territorialmente delimitada), que sostiene y contri-buye a reproducir la desigual y contradictoria "organizacin" de clases de una sociedad".58

    Para nosotros, el Estado en su sentido amplio sera: el "orden" de clases y fuerzas sociales contrarias que busca reproducir en un momento histrico una clase o grupo en el poder por medio de la clase poltica y las institu-ciones polticas (gubernamentales y no gubernamentales) de coercin, ad-ministracin social y de direccin. E l sistema poltico incluye a las insti-tuciones polticas y a la clase poltica. E l Estado adems de las instituciones

    5 6 Vase nota 43, para ubicar el concepto de Mosca dentro de su teora de las clases gobernantes, Elementi di Scienza Poltica, op. cit.

    5 7 Gomo la mayor parte de los conceptos que presenta Gramsci, es frecuente que las definiciones de uno de ellos no sean idnticas, de ah que preferimos sintetizar una definicin que se desprendera de su planteamiento. Para una definicin textual, vase A. Gramsci, Antologa, la. edicin, op. cit., p. 417.

    5 8 Guillermo O'Donnell, "Estado y Alianzas en la Argentina, 1956-1976", Docu-mento CEDES/CE. CLACSO/No. 5, Buenos Aires, Argentina, 1976. Esta definicin nos fue de gran utilidad para clarificar la diferencia entre Estado y sistema poltico. Slo hemos adicionado el elemento de direzione que l refiere de manera separada al hablar de la sociedad civil, y el elemento clase poltica que aunque no tiene un valor terico general es muy explicativo en el caso que analizaremos. La di-visin entre instituciones polticas (gubernamentales y no gubernamentales) busca la referencia directa al concepto de sistema poltico. Pqro a no ser por estas peque-as diferencias, nos habra gustado utilizar su definicin textualmente.

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    y la clase poltica incluye fundamentalmente al orden social, de clases, que las instituciones y la clase poltica buscan reproducir. Desde luego que la manera como se interrelacionan entraman las instituciones polticas con una "organizacin" de clases no es mecnica sino orgnica. 5 9

    U n a vez que se ha vinculado a la parte con el todo, al sistema poltico con el Estado (y por esta intermediacin a un concepto central de la es-cuela de la poltica comparada con otro de la escuela del materialismo histrico), cabe ahora referir estos conceptos a nuestra preocupacin fun-damental de reconocer los lmites y las posibilidades de sustitucin de un sistema poltico y de un Estado que lo incluye. Ello nos lleva al estudio de los puntos de unin entre dos sistemas o dos estados; terminemos la primera parte de este trabajo refirindonos a los nudos histricos.

    Los NUDOS HISTRICOS

    Estaremos ante un lmite en el sistema poltico cuando las instituciones polticas dejan de funcionar dentro de sus propsitos de dominacin pol-tica, direccin poltica y administracin social, o cuando la clase poltica pierde la capacidad de hacer uso de las instituciones polticas. Ello puede ocurrir por falta de cohesin de la clase poltica, insuficiencia de represen-tacin de las fuerzas polticas, prdida de legitimidad y falta de capacidad administrativa.

    Estaremos ante un lmite en el Estado cuando el "orden" de clases y fuerzas sociales prevalecientes pierde su capacidad para crear las mximas posibilidades para la expansin del grupo o clase en el poder, o cuando una de las clases subalternas (y sus aliados) adquiere la capacidad poltica, intelectual y moral para imponer un nuevo "orden".

    L a existencia de un nudo histrico exige de posibilidades alternativas. Si no existe una posibilidad de sustitucin, cuando un sistema o un Estado llegan a sus lmites, entran en una crisis que si se profundiza producira las propias posibilidades sustitutivas, pues una verdadera crisis (que se profun-diza) de un sistema o de un Estado lleva directamente a la guerra civil o a la revolucin que, por lo general, gestan nuevas posibilidades de sus-titucin.

    E n el caso de un sistema, las posibilidades de sustitucin aparecen cuando

    5 9 El trmino orgnico no es exclusivamente gramsciano. Ferdinand Toennies lo define as: "Cualquier cosa real en la medida en que pueda ser considerada como algo relacionado a la totalidad de la realidad y definido en su naturaleza y mo-vimiento por esa totalidad". Ferdinand Toennies, Gemeinschaft (comunidad) y Guellschaft (sociedad), aparece en, Theories of Society, Talcott Parsons, ed. Edmund Shills, et al, The Free Press, Nueva York, Vol. 1, 1961, p. 192.

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    v la clase poltica logra: reconstruir o transformar las instituciones polticas para permitir la comunicacin y cierta absorcin de las nuevas lites y fuer-zas sociales; encontrar nuevos expedientes de control y legitimacin efec-tiva, y mejorar su capacidad administrativa. O cuando una "nueva clase poltica" hace uso de las instituciones que ya no se podan aprovechar por la falta de cohesin e incapacidad de la clase poltica anterior, o las trans-forma de acuerdo con su proyecto poltico.

    E n el caso del Estado, las posibilidades de sustitucin aparecen cuando el grupo o clase en el poder consigue alterar las alianzas sociales bsicas para recuperar su amplia expansin, o cuando una clase subalterna (y sus alia-dos) cuenta con suficiente fuerza, conciencia y capacidad poltica inmediata como para imponer a la sociedad un nuevo equilibrio (un nuevo orden).

    stos son los lmites y las posibilidades de sustitucin que dan contenido a un nudo histrico. E l aspecto de la posibilidad es el ms estrictamente poltico, es decir, el que depende de mayor nmero de circunstancias y explicaciones, as como el principal objeto de la decisin humana.

    L a presentacin de estas definiciones tiene dos propsitos. En primer lu-gar, hacer compatibles y comparables los conceptos de sistema poltico y Estado que provienen de la poltica comparada y de la teora poltica mar-xista. E n segundo lugar, no dejar fuera de dichos conceptos ningn ele-mento de la realidad de los pases en desarrollo.

    L a compatibilidad de estos conceptos en ningn momento debe abolir la diferencia en los objetos de estudio, pues las perspectivas de poltica comparada son apropiadas para el estudio de los sistemas polticos de las instituciones y de las lites que las dirigen, pero a esta escuela escapa la problemtica del Estado. Mientras que el estudio del Estado lleva, nece-sariamente, el problema de las clases sociales, donde el materialismo hist-rico ofrece mejores posibilidades de "visualizacin" y entendimiento.

    Tomando como punto de partida los conceptos de Estado y sistema pol-tico, tratamos de establecer lo que sera un cambio de sistema poltico y de Estado. A l trmino nudo le dimos una acepcin poltica al englobar en l las ideas de lmite y posibilidad de sustitucin. Finalmente, con el auxilio de las proposiciones fundamentales sobre el cambio de sistema y de Es-tado que han hecho la escuela de la poltica comparada y la escuela del materialismo histrico procedimos a caracterizar lo que seran los lmites y las posibilidades de sustitucin de un sistema y del Estado que lo incluye.

    II

    E n la reflexin terica de la primera parte de este estudio tratamos de aclarar y vincular ios conceptos de sistema poltico y Estado (en el sentido

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    amplio del trmino). Decamos que la presentacin de ambas definiciones ha tenido dos propsitos. En primer lugar, hacer compatibles y compara-bles estos conceptos que provienen de la poltica comparada y de la teora poltica marxista. En segundo lugar, no dejar fuera de dichos conceptos ningn elemento explicativo de las realidades de los pases en desarrollo.

    Tambin decamos que sobre la base de esos dos conceptos tratamos de establecer lo que sera un cambio de sistema poltico y de Estado. A l tr-mino nudo (que en Orografa expresa el punto de unin entre dos sistemas d montaas) le dimos una acepcin poltica al englobar en l las ideas de lmite y posibilidad de sustitucin. Finalmente, con el auxilio de las propo-siciones fundamentales sobre el cambio de sistema y de Estado que han hecho la escuela de la poltica comparada y la escuela del materialismo histrico procedimos a caracterizar lo que seran los lmites y las posibilida-des de sustitucin de un sistema poltico y del Estado que lo incluye.

    En esta segunda parte vamos a referir nuestra reflexin al caso de Mxi- v co. Pero antes aclaremos que la primera parte de este estudio no constituye un marco terico (que en ciencia poltica no existe), si acaso se trata de una perspectiva terica que sirva de "lente55 para mirar a la realidad nacional. Pero sobre todo el proceso de crtica a las distintas perspectivas de la pol-tica comparada y de la teora poltica marxista, nos permiten estar en la posibilidad de plantear preguntas sustantivas y de no pasar por alto ele-mentos y proposiciones que nos lleven al fondo del tema estudiado.

    En un trabajo en preparacin nos vamos a referir a los nudos histricos del Estado mexicano.6 0 Por lo pronto nos concentraremos en los nudos his-tricos del sistema poltico. Nos interesa saber si este sistema contina siendo eficaz, o si ya existen fenmenos nuevos que muestran que ha llegado a sus lmites. Y en este ltimo caso reconocer qu salidas tiene el sistema poltico de Mxico. i Puesto que no existe consenso acerca de qu tipo de sistema poltico es el de Mxico, hemos preferido no quedarnos en el nivel de la caracterizacin terica a partir de la cual no podramos reconocer los cambios del sistema. En vez de ello presentaremos las caractersticas distintivas del sistema pol-tico cuyo cambio posibilite distinguir las transformaciones del sistema. Una vez referidos los elementos distintivos veremos cules son los obstculos que se han presentado al sistema en las ltimas dcadas y la manera como los ha enfrentado. De la evaluacin de las respuestas mediatas del sistema y de las limitaciones de stas, desprenderemos las alternativas polticas que aparecen en el mediano y largo plazo.

    6 0 El ltimo captulo del proyecto sobre la historia de la clase obrera en Mxico, intitulado "Los trabajadores y el futuro de Mxico", que prepara la UNAM.

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    INSTITUCIONES Y FUNCIONES DISTINTIVAS

    Por sistema poltico nos hemos referido al conjunto de instituciones gu-bernamentales y no gubernamentales que cumplen funciones de dominacin poltica, direccin poltica y administracin social, as como al personal di-rectivo que (en sus interacciones con la poblacin y los grupos) las sostiene y utiliza.

    Generalmente cuando se habla de instituciones gubernamentales (en cien-cia poltica mas no en derecho) se piensa en el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Y cuando se estudia las instituciones no gubernamentales de ca-rcter poltico se tiene en mente a los partidos polticos y a los grupos de inters. Sin embargo en Mxico estas instituciones no tienen las mismas caractersticas y funciones que en los regmenes donde se desarrollaron es-tos poderes y conceptos. De ah que sea necesario encontrar las diferencias destacando las "instituciones distintivas" y las "funciones distintivas" que estas desempean.

    Las instituciones y funciones distintivas del sistema poltico mexicano seran:

    Xj L a Presidencia de la Repblica al frente del Ejecutivo, cuyos am-

    plsimos poderes formales y reales repercuten en la relativa debilidad del Congreso de la Unin y la Suprema Corte de Justicia, as como en la falta de autonoma de los poderes estatales.

    Las principales funciones que hacen tan poderoso al presidente de Mxico son: ejercer sus poderes constitucionales; ser el jefe de la clase poltica; ser arbitro de las pugnas mayores de casi todas las fuerzas que participan en la contienda poltica; ser el vrtice de la transmisin de poder y, finalmen-te, tener un amplio dominio sobre el proceso de distribucin de los recur-sos pblicos.

    L a Constitucin Poltica de Mxico le otorga al Ejecutivo amplsimas facultades en el proceso de elaboracin y aplicacin de las leyes, que las prcticas de gobierno han ampliado an ms. A su vez, de acuerdo con la ley fundamental el presidente tiene el mando directo sobre las fuerzas arma-das y las policas federales y del Distrito Federal a quienes para propsitos de seguridad interna puede utilizar sin la aprobacin o siquiera la inter-mediacin de los otros poderes federales y con la intermediacin, no ne-cesaria en la prctica, de los gobernadores de los Estados.

    Corno jefe de la clase poltica, el presidente determina quines ocuparn las numerosas posiciones de poder e influencia en el sector pblico y en las instituciones estrictamente polticas, incluyendo a las Cmaras de Diputados

    _ y Senadores, a la Suprema Corte de Justicia y a las fuerzas armadas. Tam-1 bien decide quines quedarn excluidos. En Mxico existe un amplio con-senso sobre todo entre la clase poltica de que el presidente puede

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    premiar, castigar y perdonar en grados que estn por encima de la razn y por abajo de la dignidad.

    Las posibilidades de arbitraje presidencial no se limitan a los grupos po-lticos y a los polticos profesionales, sino que abarcan a grupos ajenos al sector pblico con quienes no existe una vinculacin de mando directo. Con la mayor parte de los grupos de inters y de opinin el presidente tiene la posibilidad del arbitraje en el caso de que los conflictos puedan desbordar la estabilidad poltica.

    E l presidente es el vrtice de la transmisin de poderes, principalmente de su propia investidura presidencial que al renovarse sexenalmente permite la circulacin y renovacin de las lites, as como los cambios de direccin y frmula poltica tan necesarios en un sistema considerablemente centra-lizado. 6 1

    Las posibilidades que tiene el presidente para disponer de los recursos pblicos son amplsimas, puesto que el Congreso tiene slo un^intervencin protocolaria en la evaluacin de las finanzas gubernamentales y ya que las propias autoridades administrativas son por lo general incapaces de opo-nerse a las decisiones presidenciales de gasto, al menos dentro de mrgenes que permiten al presidente un considerable juego poltico.

    2) E l presidente detenta el poder formal y real del Ejecutivo, pero desde luego que su poder no es monoltico. Las secretaras de Estado (que en Mxico no son ministerios) y las principales entidades del Sector Pblico tienen importancia propia, llegando incluso a actuar de acuerdo con los intereses de su organizacin (dados por la dimensin, profesionalizacin y funciones especficas) que frecuentemente tiene comunicacin y nexos con distintos grupos de inters que no ejercen su influencia a travs de lobbies, del Congreso o de los partidos, sino de su contacto con los funcionarios del gobierno y su acceso a los medios de difusin.

    Por tradicin y atribuciones la secretara ms poderosa ha sido Gober-nacin. Desde el siglo pasado con frecuencia ha desempeado el papel de "primer ministerio", pues adems de las funciones propias a un ministerio del interior, la Secretara de Gobernacin desempea funciones estricta-mente polticas de conduccin del proceso electoral, orientacin de los medios de difusin, relacin con los gobernadores de los estados, con los poderes federales, con el PRI y los otros partidos, e incluso contacto con gru-pos ajenos al sistema poltico.

    Las otras secretara