Caro Baroja Julio - De Nuevo Sobre La Historia de La Brujeria

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    De nuevo sobre la historia

    de la brujera(1609-1619)*

    DOS LEGAJOS DE LA INQUISICINCON PAPELES SOBRE LA BRUJERA

    L

    a personalidad de Alonso de Salazar y Fras, como inquisidor que dioel paso ms decisivo en el enjuiciamiento de los hechos referentes a

    brujera vasco-navarra, ha sido puesta de relieve varias veces, desde que Leale dedic unas pginas en su gran historia de la inquisicin espaola1. Per-sonalmente me he ocupado tambin algo de l en mi libro sobreLas brujas

    y su mundo2y hace muchos aos ya que publiqu una memoria del mismo,

    en que haca recuento y sntesis de sus actividades, memoria que es unmodelo de clarividencia3. Algn tiempo despus de publicarla, tuve curio-sidad por reunir ms noticias acerca de su vida y familia. Veo que en unapublicacin reciente y detalladsima prologada por mi amigo el Marqus deGauna, al que debo su conocimientos, se dedica bastante espacio al linajede los Fras Salazar, o Salazar y Fras4. No volver, pues sobre este asunto,pero s quiero indicar que los memoriales y papeles reunidos por l en suempresa inquisitorial y crtica a la vez (el unir estos dos conceptos pareceque es paradjico) merecen nuestra atencin. Y por eso, ahora doy a losestudiosos del pas estos apuntes que perfilan y aun rectifican algo de loescrito anteriormente. Sin que ello reste mritos a la capacidad de nuestroinquisidor, habr que advertir en primer lugar, que, en su enjuiciamiento delos actos atribuidos a brujas y brujos, tuvo ya colaboradores activos en las

    *Prncipe de Viana,XXX, nms. 116-117, 1969, pp. 265-328.1. Henry Charles Lea,A History of the Inquisition of Spain, IV (Nueva York, 1907),

    pp. 225-237. En su poca los documentos estaban en Simancas.2.Las brujas y su mundo,1.aed. (Madrid, 1961), pp. 263-268.3.Relacin y eplogo de lo que a resultado de la visita que hizo el Santo Off. en las

    montaas del Rey. , de Navarra y otras partes con el hedito de gracia concedido a los queouiessen yncurrido en la secta de Brujas conforme a las relaciones y papeles que de todo ellose han remitido al Consejo.Biblioteca Nacional, Madrid; ms. 2.031, fols. 129 r.-132 vto.Anuario de Eusko Folklore, XIII (1933), pp. 115-130.

    4. Alfonso Quintano Ripolls,Un linaje burgals. La casa de Quintano y sus enlazados(Madrid, 1967), pp. 518-523, especialmente. Eran originarios de Fras, mercaderes opulentosen el siglo XV. Fund Rodrigo de Fras Salazar a comienzos del siglo XVI, la capilla de losFras en la parroquia de San Esteban de Burgos.

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    personas de varios hombres de Iglesia con autoridad en el pas, desde elprelado que estaba a la cabeza de la dicesis de Pamplona por los aos de

    1611, al tiempo de su actuacin, a humildes miembros del clero secular yalgunos padres de la Compaa, que haban predicado en las zonas msperturbadas. Tuvo, asimismo, orientadores arriba, muy arriba, en el Conse-

    jo de Madrid y en la persona del Gran Inquisidor, nada menos que el Car-denal Arzobispo de Toledo. Tuvo, por ltimo, antecesores en lo que serefiere al punto de vista que adopt en el mismo Santo Oficio.

    Conviene, pues, que todos los documentos relativos a su actuacin, alos que alude de modo puntual en varias memorias, se vayan publicando,aunque la cosa no es fcil, porque el mtodo de Salazar fue de una minu-ciosidad que asusta un poco. En el Archivo Histrico Nacional de Madrid,

    seccin de Inquisicin, hay un legajo que lleva el n. 1.679, en el que dospartes, voluminosas, se relacionan con sus actuaciones. Estas dos partes, laprincipal de las cuales lleva un ttulo general moderno y algo inexacto, el dePapeles sueltos, cartas, etc. sobre brujas 1611-1618,nos dan, al por menor,los elementos necesarios para enjuiciar la actuacin de don Alonso. Fuerontrados de Simancas hace ya mucho y la primera noticia que tuve de ellosarranca de la poca en que estaban all. Pero despus, Natividad MorenoGarbayo, que en el Archivo Histrico madrileo dirige la seccin deInquisicin con singular competencia y que tanto nos ha ayudado amuchos, me dio facilidades para volverlos a estudiar. Otros investigadoresse hallan metidos en la empresa de trabajar sobre ellos. Y creo que a los lec-

    tores de esta publicacin les interesar tener una idea ms o menos sucintade su contenido. El legajo 1.679, 2, al que aadiremos la letra A, paraentendernos y diferenciarlo del 1.679, 2 que va en segundo trmino (B),contiene, en realidad, algunos pocos papeles que corresponden a fechasposteriores a lo que dice su ttulo. Tambin a asuntos distintos al que ahorainteresa. Pero, en conjunto se puede decir que est constituido por docu-mentos que reuni don Alonso de Salazar y Fras durante diez aos, de1609 a 1619, poco ms o menos. Estos documentos no van hoy ordenadosde modo cronolgico y coherente, ni numerados en su totalidad. De suerteque a la numeracin que llevan, con el sello del Archivo, he aadido otra,en primer trmino, que va corrida y por la que se puede apreciar que regis-

    tro hasta ochenta y tres papeles, de tamao y significado desigual, reparti-dos desigualmente.

    Las fechas fundamentales en la actuacin de Salazar y Fras son, 1609,cuando aparece ya en discrepancia con sus colegas; 1611, cuando hace lavisita al norte de Navarra con el edicto de gracia; 1612, cuando estableceunas conclusiones radicales; 1614, cuando de Jan va a Madrid a trabajarotra vez, en la Suprema sobre el negocio, llegndose a una resolucin gene-ral importante; 1617, cuando interviene en un asunto de brujera de Vizca-ya. An en 1619 la cuestin coleaba, como vulgarmente se dice.

    Empecemos, pues, con los negocios de 1609, dando antes, en nota final,el catlogo sucinto de los dos legajos, para hacer ms fciles las referencias5.

    Poda, sin duda, mejorarse el catlogo y ampliarse la documentacinrespecto a unas fechas memorables en la historia de la prctica y del pensa-miento inquisitoriales. Pero lo reunido en este dossier es ms que sufi-ciente para obtener idea clara de los problemas planteados secularmente, detensiones y de discrepancias, en las que -a veces- aparece lo humano,

    5. Leg. 1679, 2.

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    demasiado humano ms que el servicio de Dios, o lo que pudiera conside-rarse como diablico por razones misteriosas. El demonio pierde, en ver-

    dad, caracteres horripilantes y poticos y es ahora un demonio conatributos menos medievales, un demonio como el que puede actuar enun hospital psiquitrico, en un tribunal de menores o en un juzgado deguardia. No por eso la visin que obtenemos deja de ser escalofriante.Todo lo contrario.

    De un mundo lleno de figuras con aire de grgola gtica o de dibujosdel Bosco, pasamos a otro en que no hay lugar para ironas o imgeneshumorsticas. Ni Cervantes, ni Goya hubieran podido reir o sonreir antelos hechos que vamos a relatar. Lo que ellos vieron fue lo que se vea desdefuera. Desde dentro se poda ver ms y mejor. Pero la visin obtenida que-

    d sepultada en los archivos inquisitoriales durante siglos.Y gracias a haber estado en Simancas se salvaron estos papeles6, que tie-

    nen ms que ver con la prctica forense, con la encuesta judicial, con lamedicina legal en una palabra, que con lo que a muchos antroplogos,etnlogos y folkloristas les interesa an hoy primordialmente al ocuparsede temas como este. Nada digamos de aquellos cultivadores, ms o menosinteresados del Satanismo y la Demoniolatra que hablan de todo estopro

    pane lucrandoa un pblico internacional de majaderos. Perdone el lector elexabrupto, debido al recuerdo de alguna crtica hecha a mi libro sobre lasbrujas en que se me acusa de no adoptar una actitud mstica ante los

    hechos. Creo que va siendo hora de que los autores de libros empecemosa reaccionar ante cierto tipo de crtica.

    ANTECEDENTES DEL PROCESOY AUTO DE FE EN LOGROO (1609)

    Del archivo de la antigua Inquisicin de Logroo ha desaparecido laparte ms considerable, porque en el siglo XIX, al tiempo de la guerra de laIndependencia, ya fue objeto de destruccin 7. As pues, no poseemos la

    suma de documentos que se relacionan con el famossimo auto de fe de1610, y durante mucho no se habl de l sino a travs de larelacinimpresay reimpresa luego varias veces, con notas volterianas de Moratn 8. Estarelacin refleja el punto de vista de dos de los tres jueces y provoc elrevuelo correspondiente.

    6. La Inquisicin de Logroo dur hasta que los franceses entraron en la ciudad. Losinquisidores huyeron y muchos procesos anduvieron rodando por tiendas. El archivo secre-to fue objeto de las miradas del vecindario, ms atento a chismes que a otra cosa, como se ve

    por las terribles memorias de Santiago Gonzlez Mateo, acerca de las que preparo un estu-dio. Vase Manuel Serrano y Sanz, Autobiografas y memorias, en TV.B. A. E.,II(Madrid, s. a.) p. CVI.

    7. Vase la nota anterior y un artculo del seor Garca del Moral, tituladoPginas in-ditas de la Historia de Logroo. El San Bernab de 1808, bajo dominio francs, enNuevaRioja, domingo 11 de junio de 1967, p. 13.

    8. La edicin ms asequible es, as, la que se halla en las Obras de D. Nicols y D.Leandro F. de Moratn, enB. A. E., II, pp. 617-631. Hizo el estudio bibliogrfico AgustnG. de Ameza enEl casamiento engaoso y el coloquio de los perrosedicin crtica de lasdos obras de Cervantes (Madrid, 1912) en que trat mucho de la Brujera: pp. 154-157. Larelacin data de 1611.

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    Tuvo incluso ecos literarios y artsticos 9. Los literarios empiezan en elmismo siglo XVII y llegan a nuestros das 10. Fueron algunos de ellos los

    que movieron mi curiosidad infantil. Los artsticos son, en parte, proble-mticos. Se ha sospechado, por ejemplo, que Goya pudo inspirarse en lalectura de esta Relacin, que le franqueara acaso su amigo Moratn. Peropersonalmente me parece ahora que sus ideas sobre la brujera son msdirectas, sacadas del folklore de los pases con los que estuvo ms fami-liarizado, es decir, Aragn y Castilla. Y pienso, por otra parte, en que acasoley tambin algo de lo que sobre las brujas de Barahona haba escritodurante la primera mitad del siglo XVIII, para uno de sus almanaques, Die-go de Torres Villarroel 11.

    Pero ahora resulta que algunos antecedentes del proceso de Logroo ytambin las consecuencias ms importantes de l, pueden estudiarse a la luzde los documentos reunidos en el legajo reseado, que nos pone ante unmundo dramtico, mucho ms humano que el de las fbulas supersticiosaso el de las abstracciones jurdicas que forman, casi siempre, el meollo detoda discusin escolstica sobre brujas. Esta, por otra parte, no se desarro-ll como si se tratara de una disputa en aulas, de letrados o estudiantones,sino que iba unida a grandes problemas de conciencia, a situaciones tensasen diversos grupos humanos, con intereses distintos.

    Examinaremos ahora los antecedentes. La fama de la montaa de Nava-rra, como pas lleno de brujas viene arrastrada de fines del siglo XV. Losliteratos espaoles se hacen eco de ella, de la misma manera que los italia-

    nos se refieren al Val Camonica 12

    o a la tierra de Benevento 13

    . Y en algn

    9. G. de Ameza demostr que Cervantes no tuvo que inspirarse en ella. Su erudicinamplia no le impidi, sin embargo, dar una visin totalmente equivocada del asunto. Los ecosliterarios del siglo XVII pueden verse recordados enLas brujas y su mundo,ed. cit., pp. 307-308. Creo que he de rectificar lo dicho por m sobre Goya, pp. 309-312. Vase el apndice I.

    10. Cuando mi to escribiLa dama de Urtubi,novelita que apareci primero enLanovela corta (Madrid, 1916) (vase en Obras completas, VIII [Madrid 1951], pp. 601-622), haba ledo laRelacinde Logroo y a Llrente y Menndez Pelayo; y algo, tambinde De Lancre.

    Tuvo la precaucin de fingir que el autor de su relato era un hombre de fines del sigloXVIII. Las licencias literarias, novelescas, no van en el ms all de lo que le permitan los

    historiadores. Pero, adems hay muchos detalles, curiosas y poderosas evocaciones deambiente. Despus, hasta 1935, form una coleccin, bastante buena, de libros acerca de laBrujera, que aprovech alguna vez en otros escritos. Recuerdos de las brujas, enLa leyendade Jaun de lzate,de 1922, parte III & X (Obras completas, VI (Madrid, 1948) p. 1.135 ysobre todo parte IV, & V-XIV (ed. cit. pp. 1.148-1.159).

    Tomando las tradiciones literarias, tambin al pie de la letra, escribi Arturo Campinun cuento, fechado en Pamplona, mayo de 1883, que se llama Grachin (Narraciones bas-kas [Madrid, 1928], pp. 174-192). Ms metido en corriente romntica walterscottiana estu-vo Jos Mara de Goizueta, Leyendas vascongadas (Madrid, 1856) pp. 9-36. La primera deellas se llama Aquelarre.

    11. El texto en el apndice I.12. En el Orlandino de Tefilo Folengo (1491-1544), cuyos textos datan impresos de

    1526 y 1527, se habla de l, como de habitculo de brujas, de maestras en el Arte:

    Signori miei, son stato in val CamonicaPer consultar le streghe di quel loco,Se mi saprebbon di Turpin la CrnicaMostrar perforza d'incantato foco;Una vecchiarda in volto malenconica,Rispse allor con un vocione roco:Gnaff che si; tu la vedrai di botto,Entra qui tost meco, e nonfar motto.Captulo I, estr. XII:Orlandino di Limerno Pitocco, Nuovamente stampato, diligente-

    mente correto, ed arrichito di annotazioni(Londres 1773) p. 7.13. Cuando Agnolo Firenzuola adaptEl asno de oroal italiano, coloc las escenas pri-

    meras referentes a las hechiceras en el regno di Napoli: Scritti scelti ed annotati da

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    modo, estas famas, fundadas en hechos ms o menos legendarios, sirvenpara justificar actuaciones reales 14. El miedo a las brujas era de todas suer-

    tes, cosa muy extendida en el pas vasco-navarro, pese a que alguna autori-dad eclesistica, ya desde antiguo, haba querido prevenir con sus escritoscontra la tendencia a dar una realidad absoluta a lo que se deca de susactuaciones, etc. 15. Pero esta actitud discreta, que arrancaba de tiemposmuy anteriores del medievo, chocaba, no slo con las preocupaciones vul-gares o populares, sino tambin con la tesis mantenida en distintas partesde Europa desde el siglo XIV por muchos jueces, tanto civiles como ecle-sisticos, que escribieron libros perniciossimos sobre el particular, con el

    Malleus maleficaruma la cabeza.Ha de advertirse que aunque la composicin de esta clase de obras

    arranque del modelo citado, luego fue muy gustada por cierto tipo de jue-ces y magistrados civiles y que a veces sorprende que hombres reputadospor su capacidad en otros rdenes cayeran en la tentacin de darlas a luz,haciendo gala de una credulidad que no tenan personas tan empingorota-das. Como modelo a este respecto podemos poner a Bodin16de un lado. AMartn del Ro de otro17.

    Empacho mayor que el que padecieron de letras sagradas y profanas nocabe imaginar. Hay, pues, que echar un tanto de culpa a los libros eruditos(no a las opiniones vulgares) cuando se busca el origen de ciertas actuacio-nes 18, como la que tuvieron dos de los inquisidores de Logroo. Hoy tam-bin padecemos en muchos rdenes empacho de letras... y de tcnicas.

    El 13 de febrero de 1609 los inquisidores de Logroo Don AlonsoBecerra Holgun y Don Juan de Valle Alvarado, escriban al Consejo de laGeneral Inquisicin de Madrid, remitiendo los procesos de seis brujas ybrujos.

    El 12 de enero anterior haban recibido noticia de una gran complicidadde brujos y brujas del pueblo de Zugarramurdi, que consideraban, inexac-tamente, situado en Navarra la baxa.

    Vistos los autos, se instruyeron sobre el asunto, estudiando lo provistopor el Consejo en estos casos y tambin las cartas relativas a otros hechos

    parecidos de 1526 (14 de septiembre) y 1555 (12 de septiembre y 2 deoctubre).La cabeza de la complicidad era una Graciana de Yriart con dos hijas y

    dos yernos, que, en efecto, haban confesado al vicario de Zugarramurdique eran brujos, apstatas. Pero luego se presentaron en Logroo y en laaudiencia que se les dio a cada uno, aisladamente, dijeron que iban a pedir

    justicia, porque, en realidad, no eran tales brujos: dixeron -aaden los

    Domenico Re a Alfredo Panzini (Miln, s. a.) p. 64. Pero es concretamente Benevento laciudad escogida por el autor renacentista para sustituir a la griega del autor antiguo en quetenan lugar hechos extraos (pp. cit., p. 68). Una ciudad tesalia, se convierte en Bologna,porque tambin en ella floreca el arte mgina (pp. cit., pp. 86 y 94). As Firenzuola hacams comprensible el relato a la gente de su poca.

    14. Los textos renacentistas sobre las brujas de Navarra se convierten en puros remedoslucianescos o de Apuleyo:Las brujas y su mundo,pp. 217-218.

    15. Me refiero a Martn de Arles cannigo de Pamplona, a comienzos del siglo XVI. Desu tratado acerca de las supersticiones se dice algo en el apndice II.

    16.Las brujas y su mundo, pp. 173-174.17.Las brujas y su mundo, pp. 177-180.18. Sobre sta he escrito algo enVidas mgicas e Inquisicin II (Madrid, 1967) pp. 305-

    339, al tratar del Padre Feijoo y la crisis de la Magia.

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    11. Si se confesavan en ese tiempo y si confesavan estas cosas a sus confesores yquantas vezes las confesaron y si rescivian el Sanctisimo Sacramento y quantas vezeslo hizieron y si dizian oraciones den xrianos y quales.

    12. Si tenian por cierto que ban corporalmente a las dichas juntas o si con eldicho unguento se adormiesen y se les imprimen las dichas cosas en la imaginacin ofantasia.

    13. Si resultare muertes de nios o de otras personas, o, haver sacado los corao-nes a los nios, se procure varificar estos delictos y actos con testigos. (fol. r.).

    14. Quando examinaren algn testi. o reo le pregunten los cmplices y a cadauno de los cmplices le pregunten lo mismo para ber si contestan en los actos y delic-tos y en la complicidad, para que mejor se pueda averiguar y aclarar la verdad 21.

    Este cuestionario merece que se comente. Refleja de modo bastante cla-ro la opinin de muchos de los inquisidores espaoles, que, ya en el siglo

    XVI, no slo dudaban de la realidad de los actos atribuidos a las hechice-

    ras, o, mejor dicho, a las brujas, sino que crean que, en su proporcinmayor, eran ilusiones, aunque, a veces, diablicas. Poda incluso admitirseque en casos obraba sobre su conciencia alguna materia o sustancia natural,extrada de hierbas como lo haba expuesto el Doctor Laguna en su famo-simo comentario a Dioscrides22.

    Pero, si con arreglo a este criterio se haba castigado a bastantes mujeresen Castilla y otras partes, infligindolas penas no muy fuertes, pese al tratodiablico, considerndolas ms bien como embaucadoras y mentirosas,perjudiciales por esto 23, no dejaba de haber gentes de toda clase que eranmucho ms crdulas... Y entre los inquisidores haba asimismo partidariosde la opinin, madurada durante los siglos XIV y XV sobre todo, segn vadicho, que vena a defender la realidad absoluta de las intervenciones dia-blicas, en relacin con las brujas y sus actos.

    Muchos magistrados civiles, muchas autoridades locales haban partidode esta base en sus actuaciones. En todo el Occidente de Europa donde sedaban las grandes plagas. En Espaa stas se circunscriban a Navarra,las provincias vascas y algunos puntos del Pirineo cataln. La razn esoscura. Pero, de una manera u otra, se haban repetido. Los dos jueces deLogroo que aparecen actuando en 1609 fueron, por mala fortuna, de losque crean en la realidad total de los actos de las brujas y brujos, considera-dos no individualmente, sino como pertenecientes a una secta. En esto hay

    que confesar que no se diferenciaban de una parte considerable de natura-les de los pases en donde iban a actuar, con tan poco tacto como seguridad.Los vascongados, en general y con esta denominacin ahora debe aludirse atodos lo hombres y mujeres de habla vasca, llevaban casi siglo y medio conobsesiones peridicas producidas por los males que atribuan a los brujos,sorguiak

    24. Y la Inquisicin hubo de frenar su deseo de castigos violentosms de una vez. Ahora tampoco cogi el asunto a los seores de Madridcompletamente desprevenidos. Pero en Logroo las cosas se vean de otramanera.

    El 22 de mayo de 1609 los dos inquisidores de aquella ciudad volvan a

    escribir a Madrid, respondiendo sumisos, en apariencia, a las indicacionesrecibidas y ya expuestas. Entre tanto -aadan- se haban presentado otrasseis personas ms, voluntariamente, las ms principales cabeza y caudillo

    21. Documento n. 7 del legajo: n. 20 de la nuestra.22.Las brujas y su mundo,pp. 159-160.23. Vase mi libroVidas mgicas e InquisicinI (Madrid, 1967) pp. 9-122 especialmente.24.Las brujas y su mundo,pp. 211-228.

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    de todos aquellos brujos segn que suficientemente les est probado.Puestos todos en las crceles secretas, negaban su condicin de brujos, pero

    los dos inquisidores no dudaban como se va viendo. Haba, as, seis reosnegativos y cuatro confitentes, segn la jerga inquisitorial. La prosecucinde los procesos les daba tal trabajo que Valle Alvarado, al que le tocaba, nohaba podido salir a la visita. En la carta, por ltimo, pedan instruccinacerca de lo que se deba de hacer con los menores de doce aos que sonya Brujos renegados y con los de hasta veinte y cinco aos y con todos losdems.... Las pruebas eran abundantes25.

    An hay otra carta de 4 de septiembre de 1609, recibida en Madrid el15, en que los inquisidores dan cuenta de la prosecucin del asunto.

    APARICIN DE DON ALONSO DE SALAZAR Y FRASY AUTO DE FE (1609-1610)

    Pero esta vez firman ya Becerra Holgun el decano y don Alonso deSalazar Fras, con referencia a instrucciones recibidas y fechadas a 24 de

    julio y 7 de agosto. Valle Alvarado haba ido, por fin, a la tierra teatro de lacomplicidad mayor y de all iba a mandar presos a los que resultabanms comprometidos. Haban ordenado sus colegas que fueran a Logroo,Fray Pedro de Arburu y Martinena fraile del monasterio de Urdax, y Juande Borda, clrigo, por estar como estn testificados por todos los diez tes-

    tigos que fueron presos desta complicidad dems de los ocho testigos de laprimera testificacin por los quales se comenz a entrar en complicidad ytambin por parecemos que siendo como son sacerdotes sabrn el castella-no o por lo menos el latn y tendrn discurso y raon para que con ellospodamos descubrir y entender los fundamentos maraas y secretos destadiablica secta. Pedan tambin algunas personas que les ayudasen, enfin26. Aqu hay una falta o hiato en la documentacin, aunque por papelesposteriores podemos saber algo de lo que hizo Valle Alvarado en su visita,que sembr el terror y la confusin en parte de la tierra del Bidasoa, aun-que ms responsabilidad que a l, parece que les cupo al rector de Vera,licenciado Hualde y al antiguo seor de lzate, que viva en el chutean

    d'Urtubiey que fue el que, en el Labourd, provoc la persecucin llevada acabo por Pierre de Lancre27de modo que pronto produjo escndalo. Perode esto se suministran ms detalles, luego, al hablar de lo ocurrido durantela primera mitad del ao 1611.

    De septiembre de 1609 al momento del auto de fe, la discrepancia de losdos inquisidores ms antiguos con el ms moderno debi de ir aumentan-do. En este legajo no aparece la documentacin que condujo al auto de1610. Hay, sin embargo, copia de parte de los votos en la causa de Mara de

    Arburu y de las dems personas que salieron el auto, fechada a 8 de juniode 1610, estando reunidos los tres inqusidores y don Lzaro de Badarn,

    cannigo de la colegial, con poder del obispo de Pamplona. Aparece aqu,Salazar tomando ya una actitud crtica, pero evidentemente jurdica, res-pecto a las declaraciones de la mujer rstica e ignorante. Segn l, las tes-tificaciones no concuerdan y hay contradiccin continua28. El espritu que

    25. Documento n. 12 del legajo: n. 27 de la numeracin nuestra.26. Documento n. 40 del legajo: n. 81 de la numeracin nuestra.27.Las brujas y su mundo,pp. 229-246.28. Documento n. 30, C del legajo: n. 59 de la numeracin nuestra.

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    se advierte en este voto concreto se desarrollar en 1611, cuando Salazarllev adelante su visita, con un edicto de gracia en mano. Las razones por

    las que se le dio a l el poder para administrarlo, siendo el ms moderno delos tres inquisidores de Logroo, vienen a aclararse tras el examen devarios papeles, anteriores tambin a la visita, y en los que los hechos de losbrujos no son objeto de credulidad ciega o de meros escrpulos legales,sino de una confrontacin terrible de la realidad con ideas, ms o menosestereotipadas. Una de las mayores tachas que se han puesto en la Inquisi-cin ha sido la de la ndole secreta de sus actividades. Personalmente creoque esta tacha es cierta y ms por razones que no se alegan que por las quese dan. En punto a la persecucin de las creencias y prcticas supersticiosashubiera sido un gran beneficio para los pases donde funcion, que losinquisidores hubieran dado mayor publicidad a lo que averiguaban. Pero

    encerrados en un mutismo absoluto dejaban, en cambio, publicar librosque no estaban de acuerdo del todo con su praxis o la de los ms avisa-dos de ellos. El auto de fe de Logroo que tuvo lugar los das siete y ochode noviembre de 1610, dio ocasin a un escrito tremendo y lleno de fbu-las, peor o mejor redactadas, que si en una masa crdula poda producirefectos terrorficos, al cabo de los siglos fue una pieza acusatoria muy graveaunque considerada a la vez ridicula29. Cmo se dio licencia a este relato,mientras que a la par se haba dictado un edicto de Gracia a favor de quelos que acusados de crmenes tan horribles se acogieran a la piedad del San-to Oficio? He aqu una ambigedad censurable en verdad. Varios letradosque lo leyeron le pusieron objeciones. Las ms agudas estn en dos discru-so de Pedro de Valencia 30que se han publicado y que fueron escritos porencargo del Gran Inquisidor y Cardenal de Toledo a la sazn, el cual apare-ce en este negocio, como persona muy avisada y prudente. Le daba, sin duda,mayor autoridad en el caso el que aos antes haba estado a la cabeza de lasede pampilonense y aun en tiempos en que se promovi alguna causa 31.Pero la credulidad de los inquisidores de Logroo no tena freno... o noqueran reconocer dos de ellos un yerro que poda parecer comprometedoren su carrera.

    A este respecto es muy ilustrativa una carta de los mismos recibida enMadrid el 18 de febrero de 1611. Segn sta, ms de un ao antes, el 9 deenero de 1610, haban escrito otra, suplicando al Consejo que no se usaradel edicto de gracia que ste haba concedi a los culpados en la secta de losbrujos, hasta despus de celebrarse el auto de fe. Cosa que concedi elConsejo por carta el 25 de enero de aquel ao. Queran los inquisidoresprender tambin antes a los brujos viejos, cabezas y maestros y que des-pus fuera cuando se saliera a la visita del distrito. Haban dado cuenta, ensu correspondencia abundante, de la multiplicacin de akelarres y compli-cidades, de los alborotos de los pueblos, de las actuaciones de los regidoresde stos: y aunque al principio por orden de V. S. fuimos respondiendo alos lugares que tubiesen buen animo y paciencia, y encomendasen a Dios la

    causa que con brevedad el Santo Officio probehera del remedio conve-niente, como todava crecan los clamores tomamos por remedio para losapaciguar el prender en algunos lugares algunas de las cabezas y maestros

    29.Las brujas y su mundo,pp. 247-258.30.Las brujas y su mundo,pp. 259-263.31. Llrente indicaHistoire critique de l'lnquisition d'Espagne, III (Paris, 1818) p. 427,

    que ocup el cargo en 1607 y que muri en 1618. Se le considera, por lo dems, Inquisidorde los duros.

    [9] 749

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    principales de sus aquelarres hasta tres o quatro de cada vno. El mal sehaba apaciguado algo despes, pero segua y el Consejo callaba. Los inqui-

    sidores de Logroo, en consecuencia, pedan que diera el remedio... Nomandaba a Madrid, como prueba de lo que decan todas las testificaciones,sino tres documentos que consideraban fundamentales y que eran:

    1o) Una carta del comisario de Vera, que escrive como desesperadopor el gran trabajo que ha padecido en ms de vn ao que ha que tiene ensu propia casa a dormir todas las noches ms de quarenta muchachos, con-fitentes que sus padres se los lleban all para los librar de los grandes daosy malos tratamientos que los brujos los hazen llebandolos al Aquelarre. Ysobre defenderlo le han sucedido casos y cossas extraordinarias, que esmucho para agradecerle lo que ha padecido y la persecucin que en ello ha

    tenido porque en aquel lugar ay vn grande Aquelarre del qual estn testifi-cados por sus nombre mas de ducientas personas.2o) Una carta del vicario de Santesteban sobre cuatro brujas maestras,

    de las cuales dos estaban presas y otras dos se haban presentado a confesar.3o) Otra carta del abad de Urdax, hombre docto y buen religioso, segn

    los inquisidores, que haba desplegado celo singular en descubrir muchonmero de aquelarres, con testigos y pruebas.

    Remedio, remedio siempre pedan los inquisidores, contra los hechosde ms de 1.500 personas testificadas y que no daban reposo a los comisa-rios, escribanos, etc. Algunas, acogindose al edicto de gracia iban a Logro-

    o a reconciliarse. Otras por miedo a la infamia se callaban, sobre todo lasde familias principales.Danos cuydado ver que esta gente viene a buscar su remedio sin traer

    dinero de que se puedan sustentar y tambin el mucho trabajo que padecenpor el camino porque las persiguen en los lugares hasta maltratarlos apedradas.... La tierra del norte del distrito estaba en situacin miserable,pero los inquisidores crean que ya muy cerca tenan los mismos daos.

    En fin; qu se haca con las confiscaciones tras el edicto de gracia? 32.Es claro que los inquisidores de Logroo queran hacer algo, dentro deunas normas, que no eran las viejas del Consejo de Madrid y para ello

    daban un valor enorme a las comunicaciones de los comisarios ya aludidos.Parecan los tres acordes, al menos en lo exterior. O dominando en el Tri-bunal el nmero de los votos, siempre ganaban dos, contra uno: Becerra elsnior, con Valle, autor de la visita, frente a Salazar. Podemos imaginarsin embargo, un clima de recelos y parcialidades. De solidaridad tambinen el error, y la responsabilidad mayor en su propagacin parece que vienede las acciones de ciertos comisarios.

    EL CLERO FRENTE A LOS COMISARIOS DEL SANTO OFICIO

    EN LA MONTAA, O DIVERSIDAD DE PARECERESEstudimoslas ahora individualmente. El 10 de enero de 1611 el Comi-

    sario del Santo Oficio de Vera, licenciado Hualde, escriba la carta citada,que no era tampoco la primera, acerca del mal tan grande que estas mon-

    32. Documento n. 35 del legajo: n. 76 de nuestra numeracin. En postscriptumdaban cuenta de que enviaban tambin la carta de Aranbar, el abad de Urdax, sobre losasuntos de Legasa.

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    taas padecen de bruxas. Las cosas haban llegado, segn l a tal extremo,que los padres de los nios que haban confesado, estaban dispuestos a

    matar a las maestras principales de la secta, por haberlos llevado a losaquelarres en la noche de Navidad, azotndolos cruelmente. Pero aun de lacasa del licenciado los sacaban, aunque tres estaban cerrados en su aposen-to. La gente (es decir, sus partidarios) crea que, hecho el auto, los inquisi-dores iran al pas a administrar justicia ms dura. En Pamplona, enLessaca, en Yanci no se dice cosa sino que todo para ligero y el pulpitocalla por nuestra mudando pues el cura de Echalar no ayuda poco, aunqueno se descubre tanto como antes. Encubiertamente anima a que no seconfiese... Hualde estaba de acuerdo con Fray Len, el comisario deUrdax. Daba algunos detalles sobre la situacin y entre las brujas que ha-can ms dao pona a Domenja de Peruchena, su cuada33.

    Deca Hualde, por otra parte, que los confitentes de Echalar no dorman,porque les tenan en vela siempre: no poda encarecer tampoco las lgrimasde los padres... y los clrigos los amenaan en especial el R.or del pulpi-to. Es decir, que las opiniones eran encontradas en el clero y miembros del como este rector de Echalar que advirti a Hualde y al notario que elSanto Oficio haba de librar mal, por aquella que consideraba intromisininjusta. Tambin los teatinos que haban estado en ausencia de Hualde porla tierra, haban actuado de forma que el Comisario consideraba poco favo-rable y que explicaba, segn l por qu haban callado tanto los de Lesaca y

    Yanci34. Dejemos ahora a este hombre a un lado y examinemos la actuacin

    y parecer de sus contrarios tan hombres de Iglesia como l.Los tres beneficiados de Echalar parece que estaban de acuerdo en

    defender, en lo que podan, a la mujeres acusadas. Eran stos el licenciadoLabayen, don Miguel de Orgaray y don Toms de Urrutia. Llevaban -enefecto- a sus casas a las mujeres acusadas para velar y ver que pasaba, cuan-do se deca que iban a las juntas. El obispo de Pamplona, a peticin deLabayen, haba intercedido por una Mara de Endara, acusada, que habadado a luz en las crceles inquisitoriales y haba producido algn escndalocon sus disputas, segn una comunicacin hecha por los inquisidores deLogroo al Consejo de Madrid, recibida all a 4 de febrero de 1611. Haba

    cuestiones de parentesco por medio

    35

    . Pero esto no era lo principal.Otras cartas suceden a sta, por las que se confirma la discrepancia deopiniones. He aqu que el 9 de febrero de 1611 mismo el alcalde de lanobel villa de Rentera, Esteban de Alduin, que era escribano a la par yque desde haca ms de un ao estaba en relacin con el Tribunal de Logro-o, viene a pedir ms auxilio y remedio a la situacin de los nios en aquelmunicipio. Porque despus de haberse asegurado que tras la muerte deMara de Zozaya no concurran a los aquelarres se ha averiguado que conmucho misterio les llevaba el Demonio. Parece que lo haba descubierto

    Agustn de Aguirre, hijo de Magdalena de Araneche, presa por el Santo

    Oficio. El alcalde pide remedio cueste lo que cueste, como se dice. Y estoviene a demostrar, una vez ms, que entre el elemento seglar el miedo y lapreocupacin eran casi ms fuertes que en el religioso 36. Ms fuertes o porlo menos ms homogneos. Porque en la coleccin de cartas las hay de

    33. Documento n. 27 del legajo: n. 45 de nuestra numeracin.34. Documento n. 1 del legajo: n. 1 de nuestra numeracin.35. Documento n. 15 del legajo: n. 30 de nuestra numeracin.36. Documento n. 1 del legajo: n. 2 de nuestra numeracin.

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    miembros del clero dominados por la misma credulidad. Fray Len deAranbar, abad de Urdax, la manifiesta en varias, que reflejan un celo pare-

    cido al del rector de Vera. Este abad, hombre de confianza de los inquisido-res de Logroo, escriba desde Elizondo, a 29 de enero de 1611, dandocuenta de ms gestiones que haba realizado ltimamente, carta que fue aMadrid al fin. Segn ella mandaba presas al Tribunal regional a dos mujeresde Santesteban y trataba de los brujos de Arryoz, donde dice que la brujams prfida y pertinaz que haba visto en su vida era Graciana de Barrene-chea, que tan pronto negaba como no. Tena esta hija, nietos, hermana queconfesaron. Luego la mujer rectific. La gente del pueblo alborotada la ata un poste y los malos tratos que recibi fueron causa de que la dejaranmuerta. Cuando estaban resueltos a enterrarla, despus de haber pensadoen echarla al ro, volvi en s: luego llego la gritera de las mugeres a quedixesse el bendito nombre de Jesus, pero nunca dixo sinomuy aunque laqueran dar una candela bendita en las manos no las abri para asi della a

    juzgar que muy bien pudiera, finalmente ella espiro luego y estando en laagona, una muchacha confitente que estaba presente dio gritos diziendoque veya un hombre negro junto a ella lo que no veya otro ninguno de losque all estavan y por la ynformacin consta lo que los bruxos hazen en susepultura donde ella esta enterrada. En Donamara y Gaztelu habadexado muchos nios confitentes el mismo Doctor, quedando por ellamuy acusado Miguelcho de Micheltorena. Tambin dos viejas MagdalenMoxa y la de Enecorena de Gaztelu. Haba hecho informacin en Oronoz

    y Legasa y con satisfaccin indicaba que lo de Elizondo va muy buenocon testificaciones y confessiones de personas mayores.... No ay rincndonde no aya mucho en que entender que parece imposible poderse acabaresto en mil aos. As dejaba de especificar muchas declaraciones de nios,las de los viejos iban cortas... Todas las pruebas eran sin embargo, conclu-yentes. Una vieja de Elizondo haba muerto. Al morir una muchacha dijoque en el trance haba visto a un cabrn que mordia por las quixadas a lasusodicha. En Legasa la gente, por su cuenta, prendi a varias mujeres,entre ellas a la mujer de Eneco de Eliamendi y tenindola en los cepos laapedrearon los padres de los nios inficionados y estaba malsima. EnErrazu las brujas haban ahogado a una nia y el lugar estaba alterado... y

    en Francia los trabajos eran semejantes.Advierte Aranbar, en fin Los juezes del Parlamento de Burdeos que

    este ao les a cabido ser del crimen proceden en lo de los bruxos por unextremo muy grande en respecto de los juezes del ao passado, porquecomo no aya actos positivos y exteriores no les hazen cargo ni admiten tes-tificaciones y han dado libertad a muchos de los que antes estavan presos.Ha de causar esto mucho mal en esta tierra de Francia. Se ve, en suma, queera un admirador de los procedimiento de Pierre de Lacre, un aliado dellicenciado Hualde, hombre de confianza -por lo tanto- de Valle Alvaradoy Becerra Holguin.

    Terminaba su informe haciendo alguna observacin mas, respecto a laresistencia de los confitentes a hablar de; cmplices, sobre la perplejidad enla administracin de los sacramentos y en lo que se deba de hacer conalgunas personas de repecto implicadas.

    Un tema que resolvi Aranbar tambin, muy a favor del interesado,fue el de informar sobre la genealoga, vida y costumbres del rector de San-testeban, misin que le haban encomendado los inquisidores 37. Por qu?

    37. Documento n. 11 del legajo: n. 26 de nuestra numeracin.

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    Porque ste les debi parecer que, en un momento, no comulgaba con susideas y se les hizo sospechoso.

    Era rector de Santesteban don Miguel de Irisarri, el cual a 4 de febrerode 1611 envi a Logroo una informacin sobre las personas acusadas enaquella villa, junto con una carta aclaratoria. La acusacin principal caasobre varias mujeres de las que iban presas a Logroo, Mara Barco deDindart y Graciana llamada Maquerra. Tambin haban confesado y acu-sado a varias personas, Mara Miguel de Ermiaga y Mara de uraurre38.

    Pero si en esta comunicacin fra, el rector Irisarri no daba mucha ideade lo que pensaba, s lo manifest en otras actuaciones personales o en con-versaciones con otros hombres de Iglesia. Por todas partes llegaban aLogroo demostraciones de adhesin al Santo Oficio. Pero los inquisido-

    res Valle y Becerra ya deban de saber en estas fechas que no slo tenancelosos defensores, sino tambin contradictores radicales.Hualde, Aranbar y bastantes autoridades civiles locales estaban de su

    lado. Aranbar parece haber acutado en un ambito mayor que Hualde,como se decuce de otras cartas suyas de esta misma poca.

    El 3 de febrero de 1611, desde Elizondo, l mismo haba escrito a losseores de Logroo dndoles cuenta de la situacin desastrosa de los valles,de Baztn y Brtiz, donde ocurran cosas que no es possible creerlas...sino vindolas. En la villa de Legassa vbo vias de hecho y cuchilladas yvandos y tres o quatro hombres estn mal heridos i a determinado la villa

    embiar al Rector a suplicar a V. S.a

    se sirua de mandar se lleuen presas aGraciana de Maribertizena y su hija la muger de Eneco de Eliamendi yGracia Prez que son las que llevan a los nios a los aquelarres y despusde la informacin ac an inficionado a muchos. Va el susodicho Rector conesta a cuya relacin me remitto... 39. El abad de Urdax, que iba a terminarhaciendo una pobre retractacin, como se ver luego, demostraba un celoajustado a lo que ms convena a dos de sus superiores inmediatos, que cre-yeron encontrar en l un apoyo decisivo. As llegaban sus cartas, al Conse-

    jo de Madrid... El efecto que all producan es harina de otro costal.

    Segn otra carta suya, dirigida a Logroo y fechada en Elizondo a 25

    de febrero de 1611, haba trabajado tambin en Zugarramurdi y despus detratar de cuentas ocasionadas por su misin, deca Los del lugar de Rabie-ta embian de hecho tres presos a essas crceles con sus camas y cada dozedn.os y son Pedro Unaya llamado Xeru.

    M.ade Matheorena y Echeberria, muger de Pedro de Aritzu.Marijoan de Maritrecoa.Todos tres caudillos en las bellaqueras de los aquelarres del dicho lugar

    y los ms obstinados y perniciosos que he visto en gente de su profession.Es tanto el dao que an hecho y cada dia yvan haziendo en el lugar que hasido harto no averos hecho tajados. En Zubieta, el rector Licenciado Iri-

    goyen, era tan crdulo y activo como el abad Aranbar y haba sido el quehaba llevado adelante los autos. Terminaba Aranbar, despus de dar otrosdetalles sobre el particular, diciendo que los curas estaban perplejos porquehaba tanto confitente y no obstante del anatema publicado por el Inquisi-dor en su visita (se trata de la de Valle Alvarado) se les admita a los oficiosdivinos40. Qu ms pruebas de celo y verdad se podan pedir?

    38. Documento n. 13 del legajo: n. 28 de nuestra numeracin.39. Documento n. 33 del legajo: n. 74 de nuestra numeracin.40. Documento n. 2 del legajo: n. 3 de nuestra numeracin.

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    No menos celo demostraba el Doctor San Vicente, que, en Logroomismo, se ofreca para hacer no slo de fiscal sino tambin de secretario en

    asuntos de esta ndole el 5 de marzo de 1611, porque, segn el mismo, tenamas manoseadas estas cossas de brujas que cualquier otro41...No sospechaba acaso el buen Doctor que era de este manoseo, preci-

    samente, del que desconfiaban algunas autoridades del Consejo y las jerar-quas. Ente ellas nada menos que el obispo de Pamplona... al que, en unmomento, sigui en sus pareceres el Inquisidor General.

    CRTICAS TOCANTES A LA ACTIVIDADDE LA INQUISICIN EN ESTOS CASOS

    Los meses de la primavera de 1611 debieron de ser de gran zozobraprofesional para Becerra y Holguin y Valle Alvarado. Sus cartas al Consejolo demuestran. Salazar y Fras acta, al menos de modo aparente, junto aellos en unas ocasiones, en otras, no. Pero, al fin los dos primeros seencuentran: 1o) Con una actitud hostil del obispo de Pamplona, en relacindirecta con el Cardenal Inquisidor. 2o) Con una actitud negativa o evasivadel obispo de Calahorra. 3o) Con la actuacin firme e insistente del padreGolarte, un jesuita que haba sido misionero en la tierra. 4o) Con la actitudsemejante a la de este, de gran parte del clero del pas, al que ya haba acu-sado Hualde de poco celo. 5o) Con los votos en discordia de Salazar, pese a

    que, en casos, aparece solidario.El 5 de marzo de 1611 los inquisidores de Logroo mandaban a Madridla carta del Abad de Urdax (Aranbar) fechada el 3 de febrero anterior ylos votos en discordia tocantes al asunto de Zubieta, del 3 de marzo mismo.

    Tambin la peticin de la villa de Rentera. De todo lo cual sacabancomo consecuencia que la situacin era grave y que haba que recurrir anuevos remedios...42.

    Frente a la violencia de Hualde, la prolijidad de Aranbar o la compla-cencia en la tarea del Doctor San Vicente, el obispo de Calahorra a 6 deabril de 1611 escriba, al Inquisidor General al parecer, con referencia al

    asunto y concretamente al auto, de modo escueto: y deste obispado por lamisericordia de Dios no hubo ningn castigado en dicho auto, ni casi haymemoria que deste obispado haya havido declaradamente brujos ni deaquella mala secta 43. El obispo parece que procuraba desentenderse de loshechos... aunque los inquisidores se refieren una y otra vez a brujos y bru-

    jas de Guipzcoa, de Vizcaya y de lava, pertenecientes a sus antiqusimadicesis. Esto coincidi con la accin, mucho ms radical y categrica, delobispo de Pamplona. Pero antes los inquisidores, celosos de sus prerrogati-vas y sin dar muestra de sospecha respecto a la opinin que las jerarquassuperiores podan tener de ellos (o de dos de ellos al menos) procurarondesautorizar al Padre Golarte y a los que defendan un punto de vista, con-trario a cuanto se haba hecho de 1609 a 1611. En el ataque eran duros.

    Antes de entrar en el estudio de la controversia y de los memoriales yde los documentos que reflejan la actuacin de Salazar durante su visita,conviene recordar tambin que un licenciado, Surez de Guzmn, emiti

    41. Documento n. 3 del legajo: n. 4 de nuestra numeracin.42. Documento n. 34 del legajo: n. 75 de nuestra numeracin.43. Documento n. 14 del legajo: n. 29 de nuestra numeracin.

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    un parecer detallado acerca de la justificacin de la sentencia dada por eltribunal de Logroo contra las hechiceras, como les llam. Son cuatro

    las dudas jurdicas que plantea y resuelve de modo desfavorable a tal sen-tencia:1.aSobre si los que le acusan son parte legtima para poderle acusar.2.a Sobre si las sentencias fueron justas y si conforme a sus delitos los

    brujos merecan pena de muerte de fuego, y si fueron herejes o sospecho-sos de hereja.

    3.a Si el proceso est bien sustanciado y si el orden en el proceder fuejurdico.

    4.aSi le deba otorgar la opinin en las dichas sentencias conforme, o de

    hecho se haba de ejecutar.Conserv Salazar este texto jurdico, contrario a la sentencia como vadicho 44 junto a un escrito con un caudal grande de noticias acerca de losprivilegios de la Inquisicin, dividido en ocho consideraciones, y que, sinduda, hubo de utilizar para defender sus actuaciones en Navarra y sobretodo en Vizcaya45. Porque no hay que perder de vista que era muy celosode aquellos privilegios.

    Pero en este momento de comienzos de 1611 la decisiva, la fundamen-tal, parece la actuacin de un padre jesuita llamado Hernado de Golarte.Era ste, sin duda, del grupo de los sacerdotes que estaban ms en contra

    del pensamiento y actuacin que condujeron al auto de Logroo, a juzgarpor sus cartas fechadas en Bilbao, el 17 y 26-27 de enero de 1611, respecti-vamente, y dirigidas al Padre Gaspar de Vegas, provincial de la Compaade Jess en la provincia de Castilla, con sede en Valladolid, al que le debande haber escrito antes otras muchas sobre el negocio de las bruxas. Contodo, insista. La primera carta de Hernando de Golarte que se conserva enel legajo, est fechada en Bilbao, como va dicho, a 17 de enero de 1611.

    La historia era larga segn l. Haba estado el jesuita como predicadorprimero en Lesaca, luego en Vera, Echalar, Aranaz y Yanci, por este orden.Se encontr con gran confusin, variedad de pareceres, inconstancia,

    inquietud. Las contradicciones de los testificados eran evidentes. Perocomo haba orden de la Inquisicin de que no se confesara a los que esta-ban culpados, los curas no se atrevan a tomar confesin. Se enfrentGolarte en algn caso, encontrando con que en ocasiones la misma familiahaba amenazado a pobres mujeres para que confesasen. La carta prolija ydifcil de leer, lleg a Logroo y fue presentada al inquisidor Valle, el que,en realidad, haba provocado la situacin. Qued archivada entre la docu-mentacin y anotada. Al margen se lee ojo, es falsso y otras expresio-nes que demuestran el efecto que haba producido46.

    En la segunda carta Golarte insiste.

    El rector de la villa de Yanci, que, a su juicio era el hombre ms doctode la tierra, tenido casi como orculo, le avisaba que las cosas de aquelnegocio iban de mal en peor. El martes anterior a que escribiera, en Sumbi-lla, a la hora de la misa a un vieja de setenta y ms aos dieron question detormento ciertas mugeres del mismo lugar, y aviendole dado tormento porms de una ora entera, y no confessando nada la vieja, sino solo dezir que

    44. Documento n. 9 del legajo: n. 23 de nuestra numeracin.45. Documento n. 9 (a) del legajo: n. 24 de nuestra numeracin.46. Documento n. 8 del legajo: n. 21 de nuestra numeracin.

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    ella jams avia confessado ni echo pecado de bruxeria, ni avia llevado a nin-guna criatura a aquelarres, la vaxaron del tormento, y la llevaron a la parro-chia de San Joan del mismo lugar las mismas mugeres, y alla con muchos

    alagos unas vezes, y otras con grandes amenaas, la hizieron nuebas pre-guntas para que dixese como era bruxa, y ella al cavo como le prometieronde ponerla en el mismo tormento de cuerdas dixo que la dexasse y no (sic)la llevassen a casa y que confessava ser bruxa, pero jamas avia echo malninguno de bruxeria, y preguntada por ellas mismas dixesse los cmplices,respondi no savia y no podia dezir cmplices ningunos y como en esteestubo fuerte las mesmas mugeres volvironla a su casa, y la pusieron en lamesma question a donde espiro y muri, sin otra cosa, y sin sacramentos,ni testamento ni nada, digo muri en el mismo tormento sin vaxarla.Cuenta tambin que en Legasa haban prendido a dos mujeres y las pusie-ron en un cepo en lugar fro y hmedo, y les atormentaron metindoles las

    piernas en unas gamellas de agua helada y las amenazaron para que declara-sen. Se les helaron las piernas y as confesaron a un clrigo que eran brujas.Los nios de Legasa, por su parte, negaban todo. El rector de Yanci, queescriba esto a 13 de enero, se llamaba el licenciado Yrisarri. Insisti conGolarte otras veces47.

    El 14 de febrero de 1611 los tres inquisidores firmaban un largo comu-nicado, dirigido al Consejo, a la vez que remitan las dos cartas del PadreHernando de Golarte entregadas en el Santo Oficio por otro jesuita. Con-sideraban que estaban escritas con gran atrevimiento, y vean grandesdaos en lo de reducir a opiniones y disputas las maldades de la secta, ale-

    gando la gran experiencia del tribunal de Logroo para afirmar que todoera verdad.Suministra este mismo texto una curiosa informacin acerca del viaje

    que haba hecho el inquisidor Valle Alvarado visitando Lesaca, Vera y otrasvillas de la montaa, pasando luego a San Sebastin y Tolosa, donde hall alobispo de Pamplona, de visita diocesana tambin; al hacerse ciertas prisio-nes, el obispo escribi al inquisidor en favor de Mara de Endara, viuda,residente en Echalar, accedindose a que la prisin no se hiciera en la formacomn y para que compareciese en Logroo con Miguel de Oragaray,presbtero. All se dice tambin que Labayen, el visitador del obispado dePamplona, doctor Zalba, y otros empezaron a negar la existencia de brujas,incluso ante al prelado. De su actidud haban dado cuenta los comisarios,como va expuesto. Labayen, adems vestido de peregrino, emprendi unviaje, camino de Santiago en penitencia; pero en realidad lo que hizo fue ira Logroo a pretender sonsacar al alguacil mayor del Santo Oficio, Juan de

    Jaca, y saber si l estaba entre los posibles acusados adems quiso tambinhablar con Mara de Endara. El alguacil dio cuenta al Tribunal de sus actua-ciones y ste, de modo indirecto, recomend a Labayen que si se sentaculpado de brujera, lo confesase tambin. Al fin, Labayen lleg a hablarcon el inquisidor Becerra, para hacer la defensa de la mujer y de otrosinculpados, conforme a las experiencias que l y otros haban efectuado,

    llevando a las mujeres a sus casas, velndolas y preguntando luego a loschicos si les haban llevado, a lo que stos respondieron que s. Le ataj elInquisidor, reprendindole y tomando la cosa por el lado de la pudibundezpor lo mal que pareca que l y sus compaeros llevaran a sus casas a muje-res. Labayen, dice la carta, llor al oir esto.

    47. Documento n. 28 del legajo: n. 46 de nuestra numeracin. No parece el mismo deSantesteban o fue trasladado.

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    Desapareci luego y volvi a aparecer, de regreso de Santiago, segndeclar. Se acusa luego tambin a Labayen de que era padre de la criatura

    que haba dado a luz Mara de Endora... y se dan otros detalles acusatorios.Mentira o verdad. Para el caso es lo mismo. Que Labayen se interesaba porMara, es evidente, pero el problema era otro. El problema que molestaba alos inquisidores era el de que se experimentara negativamente y que elDoctor Zalba, delante del obispo mismo, pusiera en disputa la cuestin dela brujera. Despus, en este escrito, los tiros iban contra Golate y los pre-dicadores de la compaa de Jess que frente a lo que hicieron los de variasrdenes, no consultaron con los inqusidores para realizar su tarea misional.Menosprecian stos en su escrito a Irisarri y acusan a Golarte de complici-dad con los alborotados sacerdotes de Echalar. Lo obra de todos ellos era alfin del Demonio; pecados de soberbia, de falta de respeto a la autoridad,

    etc. Los tormentos de que Golarte hablaba en la segunda carta eran fabulo-sos. La verdad de todo estaba en las cartas del abad de Urdax. Haba, ensuma, que tomar tambin medidas de disciplina eclesistica48.

    Se ve, as pues, que el criterio de Valle Alvarado y de Becerra Hoguinno slo no haba variado, sino que aparecen ms firmes en la credulidad, amedida que les llegan indicios o pruebas de que los que vean las cosas conotros ojos eran ms y ms. En apariencia Salazar y Fras no les desampara;pero la documentacin que reuni demostr que estaba echando piedras aun tejado que pareca el propio, pero que, en realidad, no lo era. Las adver-tencias del Consejo no podan ser, sin embargo, ms ajustadas a principios

    de prudencia, menos afines a la credulidad manifestada en los escritos quele llegaban de Logroo. Estos eran obstinados.

    PROPUESTAS DEL TRIBUNAL DE LOGROOY RPLICAS DEL CONSEJO DE MADRID

    A este respecto es importantsima la carta fechada en aquella ciudad, a 9de mayo de 1611, en que los tres inquisidores siempre y de una manerameliflua aceptan las indicaciones y disposiciones del Consejo..., pero hacenbreve historia del asunto, segn su criterio. Vale la pena copiar el prraforelativo a la extensin de los aquelarres: Zugarramurdi y Vrdax son losdos primeros lugares donde se comento a descubrir esta secta, caen a labuelta de los montes Perineos que mira a el Reyno de Francia en lo llanodella junto a la raya que divide los reynos y en los lugares que ay en losaltos y faldas y valles de las montaas que miran a la parte de Navarracorriendo de los lugares de Legassa, Narbart, Oyerigui y Oronoz donde ayquatro Aquelarres la cordillera de la sierra acia mano hizquierda hasta dosleguas ms adelante de la villa de S. Sebastian que es en la provincia de Gui-pzcoa por espacio de diez u once leguas de longitud es el mayor mal quehasta ahora se ha descubierto, y tenemos por cierto que muy pocos lugares

    de los que hay en aquel contorno se escapan de tener Aquelarres y en eldicho contorno hasta ahora estn descubiertos veinte y siete, y en ellos tes-tificada tan gran multitud de personas como lo podra V. S. I. mandar ver enun memorial que sera con esta de los Aquelarres que hasta ahora estn des-cubiertos en todo el distrito que son mas de cinquenta en la forma que enel se refiere. Pero aunque all estuviera el climax, tambin haba aquelarresen lo llano del reino de Navarra, si bien no enteramente descubiertos: y

    48. Documento n. 29 del legajo: n. 47 de nuestra numeracin.

    [17] 757

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    JULIO CARO BAROJA

    algunos -prosiguen- lo estn en la provincia de Alava y es mucho mayor eldao que ay en la de Guipuzcoa y segun los yndicios y testificaciones corre

    el dao muy adelante por los brazos de los montes Perineos assi acia laspartes de Aragon como a las de San Uicente de la Varquera y Santillana,aunque de los daos que ay en toda esta longitud no tenemos suficientetestificacion.... Algo se notaba tambin cerca de Logroo. Se necesitaban,as clrigos, confesores y predicadores diestros en la lengua bascongada.

    A los cuatro meses de aplicado el edicto de gracia se proceder contramalos confitentes y negativos, prendiendo a los culpados y encarcelndolosen Logroo. Y acabado de purificar todo aquel Reyno (el de Navarra) yProvincia de Guipuzcoa nos parece se podr proseguir visita por dosInquisidores, por lava, Vizcaya, etc. Despus volvera a hacerse visitaordinaria por la montaa de Navarra49.

    Y he aqu que el obispo de Calahorra daba un ments a esto en carta yaaludida, dirigida al Inquisidor General. La mezcla de espritu burocrtico yde secreto que caracteriza a muchos organismos polticos y policiales anti-guos y modernos, ha sido causante de algunas ventajas y de no pocas des-ventajas. Unos funcionarios hinchan o inflan los asuntos. Otros losdeshinchan. Los seores del tribunal de Logroo -de modo evidente- pro-curaban hinchar el volumen del negocio.

    Una nota con la misma fecha que la carta citada antes y firmada asimis-mo por lo tres inquisidores, dirigida al confesor de Su Majestad, se refera auna relacin incluida, sobre los lugares donde haba aquelarres, relacinque se copia en nota50. Segn aquel papeln estadstico el Demonio triun-faba en Navarra y las provincias Vascongadas de modo escalofriante. Peroentonces (ms que hoy an) las estadsticas eran mentirosas por el vicio dedar entidad numrica a cosas sin entidad real. Frente a la pedantera pobrede los nmeros actu la inteligencia individual; una vez ms el espritu definura tena que salir al paso de los excesos del espritu de geometra.

    49. Documento n. 20 del legajo: n. 35 de nuestra numeracin.50. Documento n. 23 del legajo: n. 39 de nuestra numeracin.+ Relacin de los lugares donde ay Aquelarre descubiertos y de los testigos Reos con-

    fitentes que los testifican y del nmero de personas testificadas en cada uno dellos.Reos confitentes343223(R. C.)1927192010

    50202317150202

    3131(fol.)1

    AquelarresCugarramurdi y Urdax

    Villa de VeraVilla de LesacaVilla de EchalarVilla de Rentera

    Aranaz y SumbillaArrayoz y Ciga

    Villa de YanciElgorriaga y Santestevan

    Donamaraubieta y AurtezOronoz y Narbarte y Oyeregui

    LegassaLeceta en LarraunArriba de Arayz

    Garayn(A.)1.373

    (P.t.)Tafalla

    Personas testificadas124187230

    (P.t.)082084110040084

    119109072073032018009

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    En Madrid se ve que ni el Consejo ni el Gran Inquisidor se fiabandemasiado de los seores de Logroo. No slo pidieron, en consecuencia,

    un parecer al obispo de Calahorra sino que el Gran Inquisidor lo solicitpersonalmente del obispo de Pamplona. Era este don Antonio Venegas deFigueroa el cual respondi con mucha energa, con mucho radicalismotambin, el 4 de marzo de 1611 51. El haber pertenecido a la iglesia de Tole-do, como cannigo, acaso le daba mayor libertad, o confianza para hablarleal primado.

    S. Sebastin y Asteatu 0411 Ainduayn 0034 Fuenterrauia 1622 Urnieta 0093 Eguinoa 0061 Alegra de Alaba __1 Miranda de Ebro 0031 Labastiada 0014 Gaztelu 009(fol. vto.) (repite las sumas arriba).Dems de los dichos Aquelarres que estn descubiertos con testigos confitentes dellos

    resultan de la dicha testificacin y de otras y grandes yndicios y actos positivos comproba-dos que ay Aquelarres en los lugares siguientes que los mas son en el Reyno de Navarra,provincia de Guipzcoa, y otros de diversas partes de todo el distrito.

    a La villa de los ArcosEzpeletGorrite(Gaztelu: borrado).

    Aoizb Oyargum

    PamplonaPuente la Reyna

    c RiuafrechaAzamilVaares

    Sojuela y Medranod HaroMatuteBrujeroSantander

    51. Don Antonio Venegas tena tambin prctica inquisitorial.Fray Prudencio de Sandoval en suCatlogo de los Obispos, qve ha tenido la Santa Igle-

    sia de Pamplona, desde el ao de ochenta, que fue el primero della el santo Martyr Fermn,su natural Ciudadano.(Pamplona 1614) fols. 136 vto.-137 r. da el nmero 68 del Episcolo-gio a D. Antonio Venegas, y dice de l lo que sigue: Por la promocin dicha del Obispodon fray Matheo de Burgos a la Iglesia de Siguenza, present el Rey don Phelipe el Tercero,a esta, a don Antonio Venegas, Cannigo de Toledo, y del Consejo Supremo de la generalInquisicin. Cavallero muy noble. Tomo possession de este Obispado por el, don Alonso

    Lpez Gallo, Chantre de Palencia, y administrador del Hospital Real de Montes Doca.Sbado por la maana a 15 de Abril 1606, y quedo por su Governador hasta su venida.Reparo a su costa el rgano grande, fue promovido a la Iglesia de Siguena, ao 1611.

    Alter el concierto, que don fray Matheo de Burgos avia hecho con los Notarios, ySecretarios de la Curia, quitando el ser renunciables, pero dexoles la perpetuidad y aadiootro, de manera que son tres. Descargoles de la pensin perpetua, que avian de dar a la Igle-sia, y anex a una de las dichas Secretarias las obras, y tambin hizo perpetuo el oficio de

    Alguacil mayor. No se con quanta firmea ni quan conveniente sea a la buena administra-cin de la justicia; y a la calidad, rectitud y suficiencia de tales oficiales. Sandoval, que seincluye en el catlogo el ltimo (fols. 137 r-137 v). dice que el entr en Pamplona a 17 de

    junio de 1612 y que antes haba tomado posesin en su nombre el Doctor alva, cannigo yenfermero, como vicario general y gobernador, a 5 de junio de 1612.

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    ACTUACIN DEL OBISPO DE PAMPLONAFRENTE A LOS HECHOS

    Deca, pues, el obispo en su primera respuesta tras de algunos circunlo-quios, lo que sigue: Y aora por mayor digo a V. S. I. que siempre e tenidopor cierto que en este negoio ay grande fraude y engao y de tres partesde lo que se dize las dos no son verdaderas y que mucho de lo que publicande nios y de mujeres moas y de hombres es levantado nacido todo de lademasiada diligencia que los Comisarios de la Inquisicin an hecho, aora,sea movidos con buen zelo aora con fines particulares solicitando y habien-do grandes diligencias y extraordinarias como lo vera V. S. I. por los dichosde las personas que me an escrito. El obispo tambin deca que en su visitahaba llegado a la conclusin de que la mayor parte del mal venia de laexpectacin que haba producido lo hecho en Francia por un juez atrope-

    llado al que se le impidi seguir adelante, pero antes ya haba hecho morir amuchos 52. Al final de la carta reiteraba, prometindole el envo de papelespertinentes al caso: realmente Seor Illmo. -dice al final- tengo para mipor zierto con todas las dems razones que ay y se an verificado que eneste negoio no ay tanto dao verdadero como se encareze que lo mas delaunque aya algo es ficcin y ylusion mucho dello, y levantamiento nazidode muchachos y de gente ygnorante que an hablado en estas materias, ydesprendido trminos dellas por lo que an oydo y de la comunicacin quean tenido de lo que como e dicho paso en Francia.... El obispo prometaemitir un parecer ms categrico an ms tarde 53. Entre las cifras de lamemoria y las breves observaciones del prelado hay un abismo. Aprove-

    chemos la leccin hoy da en que si no hay plaga de brujas, s, hay plaga deestadsticas hechas a la diabla.

    No se vaya a creer, sin embargo, que el obispo actuaba por plenas intui-ciones. Conoca bien a su clero, al parecer. Para satisfacer al InquisidorGeneral, movi a varios elementos de l, y por irona cruel del destino,empezaba pidiendo informaciones a aquel padre jesuta Golarte, sobre elque los inquisidores de Logroo haban escrito tan airadamente. Como esde suponer Golarte respodi puntual.

    As escriba al obispo de Pamplona, desde Oyarzun, a 25 de marzo de1611, dndole cuenta de sus actividades, y envindole una memoria sobrelas personas que por engao y violencia dixeron a ministros de la Inquisi-cin contra si y contra otros en las cinco villas de Navarra. El rector deSantesteban suscriba el punto de vista. El de Lesaca parece que se inclinabaahora tambin a pensar que no es tan grande la maldad como se suea. Elpadre Golarte, antes de ir a Bilbao, quera cumplir con el deseo del obispode tener sus datos 54. La memoria de Golarte es breve, pero sustanciosa 55.Creo que no puede haber una ilustracin mejor a lo que acerca de la mito-mana infantil dejaron sentado algunos especialistas en Medicina legal decomienzos de este siglo (Dupr entre ellos) y sobre lo que ya llam la aten-cin en mi libro acerca de las brujas en general56. Pero esta es slo una par-

    te de lo que el obispo de Pamplona utiliz para dar su parecer definitivo.

    52. Esta parte de la carta es el documento n. 26 del legajo: n. 44 de nuestra numera-cin. Pero en realidad sigue al n. 31 (67).

    53. Documento n. 31 del legajo: n. 67 de nuestra numeracin.54. Documento n. 31 del legajo: n. 68 de nuestra numeracin.55. Documento n. 31 del legajo: n. 69 de nuestra numeracin.56. Las brujas y su mundo,pp. 351-352. Aqu he de decir que mi libro ha tenido un

    poco ms de eco entre los siquiatras que entre los antroplogos. Y es clara la razn.

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    El 1 de abril de 1611 escriba otra carta al Inquisidor General, excusn-dose de no haberle enviado antes los papeles que haba prometido y que

    ahora le enviaba, en forma de relacin. Pero, adems, le daba el parecerdefinitivo o maduro que antes tambin haba anunciado y que es funda-mental para explicar lo ocurrido despus. Dice, as, el obispo, en primerlugar, que los inquisidores de Logroo son muy grandes ynquisidores yque an procedido en este negocio con muy gran cuidado y zelo y que de suparte han hecho lo que devan hazer. Pero despus de este prembulo lau-datorio, diplomtico, viene lo sustancioso... que no es tan halageo, nimucho menos.

    Los dos comisarios del Santo Oficio de Vera y Lesaca, que habanintervenido en el negocio, poda afirmar el obispo con autoridad (pues eransus vicarios a la par) que no son nada inteligentes. Convendra, pues, queen futuras actuaciones estubiesen quedos.

    Para apurar la verdad y demostrar que se haba ido demasiado lejos enla credulidad, podran mandarse a la tierra inquisidores. Bien. Pero que nofueran los de Logroo... a lo menos dos dellos que es el antiguo (es decirBecerra) y el Licenciado Albarado porque aunque son los que e dicho mepareze que como el uno dellos a sido el que comeno a entender en el des-cubrimiento desta mala seta en la visita que higo, y el antiguo a lo que eentendido esta demasiadamente embarcado en este negoio y con granresoluin de parezerle que es todo verdad no podran hazer la diligenziaque concierne tan libremente que se pudiesse sacar a luz lo que se preten-

    de. El obispo no alude a Salazar. Pide uno o dos inquisidores de scienciay conienia con la exclusin indicada. Eso es todo. Da pena, segn l, vera gente buensima, cristiana y pa, envuelta en acusaciones y difamaciones.Deban mandarse, adems, un juez o dos que fuesen averiguando todo loque oliera a yuenion y leuantamietno, para proceder contra los culpa-bles, que el obispo crea eran muchos, desde este punto de vista del embele-so. Pero ello era cuestin de la Justicia Real. Junto con su relacin el obispomandaba la memoria del Padre Golarte y terminaba: Dios por su miseri-cordia aclare la verdad y libre a esta miserable gente que huuiere el demo-nio hecho presa en sus almas, del y de tan mala seta, y a los dems que noestn yuficionados, de testimonios y embustes...57. Del mundo de lo demo-niaco positivo, de la creencia en un Satanismo practicante, pasemos al de lacalumnia y el escndalo. Los jueces son culpables y los alguaciles, alguaci-lados. Tambin andar el Diablo por medio, pero con su viejo oficio deseparador.

    La Relacin hecha a Don Antonio Venegas de Figueroa obispo dePamplona del Consejo de Su Magd. por las personas que su seora a ocu-pado, asi religiosas, como otras en los lugares donde se a dicho que ay estamala seta de Brujos y brujas comentando desde el mes de junio del ao demill y seiscientos y diez hasta el mes de diziembre del mismo ao 58 estambin un documento de primera importancia. Consta de nueve folios

    escritos hasta el 9 recto. Comienza haciendo historia de los hechos desde elmomento en que el seor de Urtubia, cuios palacios son dos leguas delas cinco villas en el Reyno de Francia prendi a unas viejas por su autori-dad y a una de ellas le sac un memorial de brujas de la tierra. Present lue-go el escrito al Parlamento de Burdeos y el juez que procedi en las dichas

    57. Documento n. 31 del legajo: n. 70 de nuestra numeracin.58. Documento n. 31 del legajo: n. 71 de nuestra numeracin.

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    caussas de brujas parei que sin sustaniar los proesos conforme a Dere-cho los condenaba 59. Claro es que aqu estamos ante Pierre de Lacre y un

    descendiente del antiguo seor de lzate que haba terminado de dueo deUrtubie despus de una curiosa histria de amor60.El Parlamento suspendi esta accin. Las brujas acusadoras al ser con-

    denadas a muerte dijeron ser falsas todas las acusaciones y hechas por pre-sin del seor de Urtubia, que, a lo que parece, estaba auxiliado por elrector de Vera, Hualde: porque por ser ambos franeses y el dicho deUrtubia hauerle presentado para la Rectora de Vera tienen estrecha amis-tad61. Aqu empieza verse a Hualde desde otro punto de vista que el de unsimple fantico. La situacin de la villa de Vera frente al seor de lzate,ausente, era muy tpica del momento. Eran Hualde y Urtubia enemigos de

    la mayor parte de los vecinos de Vera, porque la villa contradeca el queHualde fuera francs 62, y Urtubia no poda ser bien visto, dada su actitudde despego que se exager con el tiempo en sus descendientes. Quin sabesi el incendio de la villa por las tropas francesas, en 1638, que se atribuy aotro seor del mismo chateu no era an venganza de lo sucedido porestas fechas! 63. Creo, pues, que de una u otra forma, la poltica local inter-viene mucho en el juego de opiniones. Creo, tambin, que en la Navarradel siglo XVI, las viejas luchas civiles, los bandos y parcialidades dejaronalguna huella en la vida local. La acusacin de delitos de brujera podamanejarse de acuerdo con los odios hereditarios. Ahora estamos en unmomento en que las villas luchan contra las prerrogativas de viejos seores,

    representantes de los banderizos de los siglos XIV y XV 64

    . A la par, enZugarramurdi se descubran varias personas acusadas de brujera. El Inqui-sidor Alvarado en visita prendi a algunos de los acusados, que fueron loscastigados en Logroo 65. Pas tambin por las cinco villas y en Vera nohubo denuncias ni se habl de asunto tal. Pero luego que qued Hualde deComisario con don Domingo de San Pal y su teniente don Juan de SanPal, stos se dedicaron a proclamar desde el plpito que en la tierra habainnumerables personas de la secta y que ellos sauian quienes eran y quetenian roldes dellos y de sus nombres66.

    Las prdicas exponan la doctrina segn lo que en Francia se deca. El

    grabado que ilustra el libro de Lancre podra haber servido de ilustracin, aestas prdicas. En gran parte tambin las descripciones del rector Hualdeson -al parecer- la fuente de lo que se recoge en la Relacin... del auto deLogroo67. A veces el que compuso la relacin enviada por el obispo, vas-

    59. Fols. 1 r. 1 vto. de la Relacin....60. Sobre la marcha de los lzate al Labourd, Jean de Jaurgain, Chateaux basques,

    Urtubie (Bayonne, 1896). El seor a que aludo fue Rodrigo de Gamboa, seor de lzate{pp.cit.p. 25).

    61. Fol. 1 vto. de la Relacin....

    62. Fol. 1 vto. de la Relacin....63. Del incendio de Vera, atestiguado por varias inscripciones, se habla con detalle en laobra del Padre J. Moret, traducida al castellano por Manuel Silvestre de Arlegui, con el ttu-lo barroco de Empeos del valor, y bizarros desempeos, o sitio de Fuenterraba (Pamplona,1763) pp. 61-64, Urtubie estaba con Saint Simn.

    64. Vase mi estudio, Las bases histricas de una Economa tradicional en Cuader-nosde Etnologa y Etnografa de Navarra,I. 1 (Pamplona, 1969) pp. 7-33.

    65. Fol. 2 r de la Relacin....66. Fol. 2 r de la Relacin....67. Fols. 2 vto. 3 vto.: 1) nios cuidando sapos, 2) transporte de los mismos por las

    maestras, 3) presentacin al macho cabro, 4) relacin carnal del Demonio en figura de hom-bre con los brujos, 5) banquetes ficticios con gran apariencia y slo barro, 6) muestra del

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    co sin duda, da cuenta de algo que no est ni en libros de De Lancre, ni enla tal Relacin... impresa. Presentaban, as los brujos a los nios segn se

    deca, ante el cabrn a la ora de la mayor solemnidad cantando todostupulu tupuOrain ere gendeberria dugu,que quiere deir animo que aora y todo gente nueua tenemos68.La gente aprendi de memoria estas historias de plpito y los embro-

    llos familiares empezaron 69: y ansi los padres preguntavan a los hijos sieran brujos, y assi mismo a los padres los hijos y en sus cassas los amos asus criados y gente de familia, y desto acontei que comentaron algunosnios a descubrir a sus madres algunas cossas de las dichas de la dicha seta

    y arte de los brujos nombrando por complies a otros nios de su edad70

    .Los comisarios de Vera y Lesaca empezaron a encerrar nios que, al cabo,confesaban. Las acusaciones fueron concentrndose sobre la cabeza dedeterminadas personas. El alboroto pblico se produjo. Todo lo de los vue-los, las marcas del Demonio, las abjuraciones y reniegos se tom al pie dela letra. En fin, nadie en las cinco villas se fiaba del prjimo 71. Los clrigosresponsables dominaban por el terror 72. El miedo a la infamia hereditariaunido a toda condena inquisitorial actu tambin sobre las familias, per-suadiendo los padres a los hijos a que confesaran y se acogieran al edicto degracia73. Los demonios eran expulsados de modo materialsimo y tangibleen Vera y Lesaca74y cuando no valan alagos se aplicaban tormentos75. En

    Aranaz en donde durante la visita de Valle no se haba descubierto nada, unnio acus luego a un vaquero llamado Yriia de haberle llevado al aque-larre. El padre del nio furioso se fue donde estaba el acusado, le ech alsuelo, le puso un pual sobre la garganta y le hizo confesar. Y en Logrooestaba ya el hombre, preso tras la informacin del Comisario de Lesaca.Despus hasta treinta nios del mismo pueblos de Araaz se dedicaron aacusar a ms y a medida que se iba prediendo a alguien nuevo76. El mal seextenda por el resto de la montaa de la misma o parecida forma77el terrorproducido por los nios se una al que causaba el tormento. En l los acu-sados confesaban. Negaban luego78pero nadie oa las retractaciones79y los

    fuego del infierno, que no era mal lugar, 7) oficios y cargos del aquelarre, 8) fabricacin deponzoas con sapos, etc. Tomo el grabado adjunto para dar idea del tinglado levantadopor De Lancre de la obra de ste. Este grabado ilustra el Tablean de Vinconstance des mau-vais anges et dem ons . Ou il est amplement traict de la Sorcelerie et Sorciers (Paris, 1612).Son raros los ejemplares que lo tienen. El de la biblioteca de Itzea est falto de l. En eltexto espaol de mi libro sobreLas brujas y su mundono lo di. Pero s pudo ilustrar las tra-ducciones inglesaThe wold of the Witches (Londres, 1964, lmina 9) y alemanaDie Hexenund ihre Welt(Stuttgart, 1967), gracias al Prof. Nigel Glendinning.

    68. Fol. 2 vto. de la Relacin....

    69. Fols. 3 vto. 4 r. de la Relacin...70. Fol. 4 r. de la Relacin....71. Fol. 4 vto. de la Relacin....72. Fols. 4 vto. 5 r. de la Relacin....73. Fol. 5 r. de la Relacin....74. Fol. 5 r. de la Relacin....75. Fol. 5 vto. de la Relacin....76. Fols. 5 vto. 6r. de la Relacin....77.Fol. 6 vto. de la Relacin....78. Fols. 6 vto. 7r. de la Relacin....79. Fol. 7 r. de la Relacin....

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    comisarios, contra todo derecho, escriban en las actas que las confesioneseran espontneas 80. El miedo a los inquisidores haca que, por otra parte,muchos hombres de Iglesia a los que los encausados iban a pedir amparo,no les quisieran absolver81pruebas de que en muchos casos obraba el odioy el rencor, no faltaban tampoco82. La Relacin... episcopal concluye conuna descripcin de los tormentos aplicados con cuerdas, escaleras, etc. Unamujer haba muerto en Sumbilla, a otra preada se le haba atormentado en

    Aurtiz, barrio de Ituren... 83. A algunos les metan en cepos o los colgabanen los puentes sobre el agua84. Las afrentas pblicas no se podan enumerar.Pero este sadismo colectivo, provocado, queda ahora un poco al margen delo sustancial de la investigacin, una vez que sabemos que se dio. Nopodra imaginar un racionalista a la antigua, estilo Moratn, por ejemplo,que un documento como el que se extracta saliera de las oficinas de un

    obispado. Pero el caso es que sala... y de forma que invalida, no slo lasstiras orientadas en el aludido sentido morantiniano o similar, sino tam-bin los escritos de quienes por defender a la Iglesia, defienden, por sistemaa la Inquisicin y a ciegas, incluso dando los aquelarres, etc., como cosacierta, cuando la realidad es que la opinin general de los inquisidores eraopuesta a la creencia. Tambin la de hombres de Iglesia superiores en jerar-qua. El pretender dar unidad, homogeneidad, rigor sistemtico a unsupuesto pensamiento ortodoxo en cosas que no son de Dogma puede tra-er conclusiones histricas fatales para comprender el pasado. Dejemos los

    juicios generales a un lado y sigamos examinando los documentos de la pri-mavera de 1611.

    He aqu su contenido:En la villa de Vera entre otras que ay que claramente se bolvieron a desdecir ay dos

    hermanas que por la mucha importunacin de sus deudos y fuera que su padres les io astaponelles varias vezes vn pual en los pechos desnudandolas que dixeron vna larga confesiontoda machinada y fingida y aora o lloran con artas lagrimas continuamente.

    En la villa de Echalar vn pastorello de asta quince aos dixo que aviendole prometidosu ama y otra muger vna camissa y quatro reales le dixeron dixese que Fulana le llevava alaquerlar, y que alli veia a Fulano y Fulana de manera que cada maana le catequizavan y alcaso le exortavan que no dixese en manera ninguna que ellas le avian impuesto en ello y estemismo dixo que savia avian impuesto tambin a otros muchachos estas mismas mugeres.Este pastor dixo que avia visto a otros muchachos y quanto los demas dezian que veyan eltambin dezia lo veia, por llevar adelante su mentira, y este ya publicamente lo ha dicho quefue engaado y a las engaadoras en su propia cara.

    En esta villa tambin dixo otro, o otros dos que sin que aver sido llevados dixeron con-tra si y confesaron porque les acusavan los otros muchachos y no les dexavan en paz suspadres.

    Un muchacho ay en esta villa de Echalar de asta treze aos que dixo el pastorcillo aversido impuesto y acusado del mismo falsamente este dize mas que nadie cosas sucias y abo-minables asta dezir que el demonio cada noche tenia acceso con el a este deziendole conblandura que no era posible tanto como dezia no ser fingido comento luego a llorar y hazerestremos de sentimiento porque sienten mucho que les digan que no son llevados porque lesparece no les regalaran sus padres.

    En la villa de Aranaz avia un muchacho de asta 14 aos que avia venido de Sumbil y erafrancs. Este dixo avia enrredado mucho y mentido en Sumbil y lo mismo en Aranaz por-que le dieron de comer y le regalaron unas mugeres, este dezia que conoceria luego qual-

    quiera que fuese bruxa en los ojos, que estaria sellado y se mostrava sensible que era vnallaguilla que tenia en cierta parte del cuerpo, y dixo que no era sino de una postema que ieavia salido alli.

    80. Fol. 7 vto. de la Relacin....81. Fol. 7 vto. de la Relacin....82. Fol. 8 r. de la Relacin....83. Fol. 8 r. de la Relacin....84. Fols. 8 vto. 9 r. de la Relacin....

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    DE NUEVO SOBRE LA HISTORIA DE LA BRUJERA (1609-1619)

    En esta villa hubo otras muchachas y muchachos como asta cinco que dixeron aviandicho contra si mismas despus de muchas acusaci- (fol. vto.) ones de otros muchachos eymportunaciones de sus propias madres y padres.

    En la villa de Yanci vna mouela de asta quinze aos dixo contra si por aver sido acusa-

    da de otros, y los ministros que la examinaron dezian que tenia el sello de un lunar junto albrao yzquierdo siendo verdad que jamas tubo tal cosa, ni avia estado en aquerlar, y destamanera ay muchos y dixeron lo mismo asta otros quatro, y aunque nos pareci que era lomismo en los dems nios y nias en estos lugares no quisimos preguntar a mas por nohazer ruido y porque no se sintiese. Las muchachas desta villa dezian tener acceso con eldemonio, y habindose examinado se han aliado enteras.

    Una moa de la v.ade Lesaca de asta 19 aos que ha dicho mucho y contra muchas,dixo con muchas lagrimas y sentimiento averio dicho todo porque dos mugeres en vn mon-te la cogieron y la amenzaron de muerte si no dezia lo que ellas le dezian y que si dezia ledarian muchas cosas y asi dixo las cosas que constaran ante el comisario de Lesaca.

    Otro muchacho de esta villa de asta 16 aos nos dixo que quanto avia dicho avia sidofalso para descargo de su conciencia y por librarse de la vexacion de los ministros de Justiciaque le perseguirian por el dicho y acusacin de los otros nios. Y esto dezian con tanta sen-

    siblez y verdad que preguntaun si dicha esta verdad y confesndolos habia cielo para ellos.En esta villa ay gente de crecida hedad que engaadas y reducidas por sus parientes dixeronfalsamente contra si y estn llorando las noches enteras su pecado.

    Acude la gente perseguida y afligida de Vera con varios conjuros y maneras, con ame-nazas y temores de muerte, tentada a desesperacin y varias vezes a tomar un cuchillo yatravesrsele por verse infamadas y sin culpa y desto ay arto en las dems (fol. r.) villas queno duerme el enemigo del linage humano para hazer sus mangas en estas ocasiones.

    De junto a Yturen acudi por remedio vn hombre de asta quarenta aos que por miedode no ser echado de vna puente auaxo con vna soga atado confeso ser bruxo y acuso a otrosque dezian serlo. Y no faltan de la villa de la Renteria y otras villas otros semejantes que sealiaran ser verdad quien con christiandad y blandura lo quisiere experimentar.

    INSISTENCIA DEL TRIBUNAL DE LOGROO

    Llegaban a la Suprema, o a la cabeza de ella, estos informes de un lado85,mientras que el otro del criterio opuesto, se manifestaba por las cartas delos Aranbar, etc., que Valle Alvarado y Becerra enviaban tambin paraapoyar su actuacin. Pero en el mismo tribunal de Logroo exista discre-pancia y de ella haba que dar cuenta asimismo. En marzo se enviaron aMadrid las cartas de Aranbar ya resumidas.

    Pero poco antes de que se enviaran, en las votaciones relativas a proce-sados que estaban en Logro, volva a expresarse la discrepancia de Salarcon sus colegas. As ocurri a 3 de marzo de 1611 mismo, al examinarse lastestificaciones contra Pedro de Unaya, llamado Xeru, Mara de Matheore-na Echeberra, mujer de Pedro de Aritzu, Mari Juan de Mariticoa, Catalinade Aranbar de la casa de Chipicoa, todos vecinos de Zubieta y llevados aLogroo por el alcalde y regidores del lugar. Salazar y Fras, reconoca laabundancia de las testificaciones y la existencia de un tumulto popular con-tra los acusados. Pero este mismo tumulto haba producido violencias ymalos tratos para que confessaran ser brujas ponindolas metidas en el roy atadas tambin algunas noches en vnos rboles con que les hicieron con-fesar algunos dellos y boluian despus a retroeder de sus confessiones,segn refiri el mismo alcalde. Poda, pues, haber coaccin y votaba quedeba verificarse y ajustarse todo y que se consultara a los seores del Con-sejo. En cambio, Becerra y Valle defendan que todo estaba suficientementetestificado, y que se deba proceder contra los presos, sin ms reservas 86.Esto fue sacado del fol. 125 del libro de votos para uso de Salazar.

    85. Tngase en cuenta, tambin, que a la par emitan informe hostil hombres de unaautoridad como la de Pedro de Valencia.

    86. Documento n. 32 del legajo: n. 73 de nuestra numeracin.

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    JULIO CARO BAROJA

    Por fin lleg el golpe fuerte, acaso ya esperado, para los dos inquisido-res ms antiguos. El Gran Inquisidor hablaba. Responda a las violentasacusaciones de los inquisidores contra los que no compartan sus ideas, demodo desconsolador para ellos. El 9 de marzo respondan, por orden delCardenal, desde Madrid. Las medidas que este recomendaba eran de lamxima prudencia y benignidad. Que no se maltrate a los brujos que van agozar de la gracia; que no hay por qu implantar tribunales extraordina-rios; que salgan dos de los inquisidores a los lugares ms afligidos a aplicarel decreto de gracia; que se empiece por el Pirineo, por los valles de Salazary Roncal, avanzando hacia el Oeste y bajando luego al llano; que se vayacon secretarios y personas facultadas. En fin, daba todas o casi todas lasnormas que se aplicaron 87algn tiempo despus. Pero an haba de perfi-

    larse algo ms la situacin. En Madrid, sin duda, ya tenan pensado que eledicto de gracia no haba de ser llevado en visita por los dos inquisidoresms antiguos en Logroo y responsables del auto. Lo que se hizo, al pare-cer, es no darles a entender esto. Durante algn tiempo ms debieron decreer los mismos que todava podan convencer al Consejo.

    El mismo da 9 de marzo de 1611 en que haban escrito otras cartas, lostres inquisidores escribieron, al final, una ms al Consejo mismo dandocuenta de que haba llegado un propio con la carta del Cardenal InquisidorGeneral, en razn del remedio que este pretenda dar al asunto de la bruje-ra. Los clamores de los pueblos eran continuos, los inquisidores no sabanqu hacer con tanto brujo o bruja, que llegaban a confesar o a negar. Con elparecer cardenalicio se poda, ya, actuar ms claramente. Pero con todo,eran 1.800 los testificados. Qu se iba a hacer con los brujos viejos, queestaban ya en la categora de maestros, tenan sapos y hacan ponzoas?Qu con los nios o jvenes? Salazar an firma con los otros dos 88, comosi actuaran sin discrepancia. Pero durante lo que qued de marzo y abril sedio el segundo golpe contra Valle Alvarado y Becerra Holguin. No fuerondos inquisidores de fuera, como haba propuesto el obispo de Pamplona,sino uno de Logroo el encargado de la administracin del edicto de graciay de la visita: don Alonso de Salazar y Fras. Esto no pudo gustar, claro es,a sus dos compaeros. Sin embargo, el 21 de mayo de 1611 los tres inquisi-

    dores firmaban tambin la carta, que se copia a continuacin: El SeorInquisidor Salazar va a la visita como ya V. S. save con el deseo que esrazn de remediar tan grandes males como el Demonio va introducido portodas partes de este distrito y como es