Casanovas Anna - Hermanos Marti 01 5 - El Dia Perfecto
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Anna Turr Casanovas, 2009
Este relato no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del
propietario. Todos los derechos reservados.
Diseo portada: Marina Turr Casanovas, 2009 Web: www.marinaturro.com
Depsito Legal: B-2950-09
ANNA CASANOVAS
EL DA PERFECTO
EL DA PERFECTO
Anna Casanovas
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John parpade dos veces para asegurarse de que no estaba soando. En la
biblioteca haba un ngel. Volvi a cerrar los ojos y cont hasta diez antes de volver
a abrirlos. S, un ngel que de puntillas trataba de alcanzar un libro del estante ms
alto de uno de los armarios, obsequindole as con las vistas de unas piernas
perfectamente torneadas. Cerr el libro de derecho internacional y vio que en la
silla de enfrente haba un carcaj lleno de flechas. Se quit las gafas y se frot los
ojos; todo eso deba de tener una explicacin.
Maldito libro! farfull el ngel.
John se puso de pie y decidi acercarse a la estantera, aunque slo fuera
para asegurarse de que no se haba vuelto loco.
Puedo ayudarte en algo? pregunt al colocarse junto a esas perfectas
piernas.
Sujtame. Ya casi lo tengo. Alargando los dedos poda acariciar el lomo
del libro.
John, atnito ante tal peticin, hizo lo que le peda, y tan pronto como
coloc las manos sobre el ngel supo que era una chica muy, muy terrenal.
Eureka! exclam victoriosa antes de saltar al suelo.
Por suerte a esas horas ya casi no quedaba nadie en la biblioteca, pues de lo
contrario alguien ya les habra llamado la atencin.
Gracias dijo el ngel. Si no llega a ser por ti me caigo o tiro la
estantera.
De nada respondi John y, convencido de que ella no iba a decir nada
ms, regres a su silla para seguir estudiando. Slo tuvo tiempo de destapar el
rotulador y ponerse las gafas cuando ella le demostr que estaba equivocado.
Ests estudiando? le pregunt guardando el libro en una mochila color
verde con un enorme Popeye dibujado en la parte delantera.
Eso intento.
Un viernes? Se coloc la mochila en un hombro, esquivando las alas
que llevaba cosidas a la tnica blanca, el carcaj con las flechas en el otro, y recogi
el arco que antes haba dejado en el suelo.
Un viernes.
Vaya, no eres muy hablador que digamos. Se acerc a l y curiose lo
que estaba leyendo por encima del hombro.
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Te interesa mucho? pregunt l incmodo. Siempre le haba molestado
que la gente hiciera eso.
Parece aburridsimo dijo ella sin inmutarse. Vamos, acompame
afuera aadi, tirando ligeramente de la manga de la camisa de John.
Y l, sin saber muy bien por qu, se levant, cogi su abrigo, y la sigui al
exterior.
En Boston no es de extraar que hiele en febrero y que la temperatura oscile
entre los tres grados bajo cero y los diez por encima los das de sol. Ese da haca
muchsimo fro. Sin embargo, pens John, el ngel slo llevaba una bufanda color
rojo, guantes lilas y un diminuto anorak que an no se haba puesto.
Con las alas no puedo ponrmelo respondi ella como si le hubiera ledo
la mente. Sujtame esto, quieres? Le entreg el arco y la mochila de Popeye y
se coloc el anorak alrededor de los hombros. Gracias le dijo al recuperar sus
cosas.
Se quedaron all unos segundos viendo caer la nieve.
No te parece raro que vaya vestida de ngel? pregunt la muchacha
con una sonrisa.
Supongo.
Alguna vez respondes con ms de dos palabras?
Alguna.
El ngel tuvo un ataque de risa y John tuvo que esforzarse por no sonrer.
Haca aos que no senta ese cosquilleo en los extremos de los labios.
Me llamo Hannah.
John. Le tendi la mano y ella la acept.
Encantada, John. De verdad eres tan serio como parece?
De verdad.
No te creo. Le resbal el carcaj y opt por dejarlo en el suelo. No
tienes ojos de serio.
Tengo ojos de miope.
Cuatro palabras! Espera un segundo, creo que me he mareado de la
impresin. Fingi llevarse una mano a la frente y John ya no pudo reprimir las
ganas de sonrer.
Me rindo, por qu vas vestida de ngel? pregunt l, y para asegurarse
de que no volva a burlarse de la cantidad de palabras que haba utilizado enarc
una ceja por encima de la montura de las gafas.
Vaya, esa ceja es letal. Me gusta.
El disfraz le record l sealndole las flechas. De qu vas vestida?
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No puedo creerme que no sepas qu da es hoy dijo ella, como si eso lo
explicara todo. Y mira que pareces listo.
Catorce de febrero respondi John a la defensiva, y por fin lo entendi.
San Valentn.
Bingo.
Y? Cada da te vistes del santo que aparece en el calendario? pregunt
con genuina curiosidad.
Pues claro que no. Conoces el centro comercial que hay cerca de la
universidad? John asinti. Me han contratado para que hoy diera publicidad a
todos los que entraban. Ha sido agotador, pero en Navidad fue mucho peor.
Por?
Tuve que disfrazarme de elfo.
Ah.
Sabes lo que es, no?
Por supuesto.
Te apetecera ir a tomar un caf conmigo? pregunt Hannah de
repente. Ya s que acabamos de conocernos, pero
No, gracias John la interrumpi en seco y se levant. Tengo que
estudiar aadi sin disculparse.
Slo un caf.
No, lo siento.
En ese instante la sonrisa de Hannah se desvaneci y John tuvo la sensacin
de que el vestbulo quedaba a oscuras, pero no asoci que una cosa iba ligada a la
otra.
Ser mejor que me vaya. Maana tengo que regresar al centro comercial,
como San Valentn ha cado en viernes quieren aprovechar todo el fin de semana
y... Viendo que l no la escuchaba, Hannah detuvo su explicacin. Adis, John.
Fiel a los monoslabos respondi con una sola palabra.
Adis.
Hannah, dando por perdida la batalla, se dio media vuelta y sali a
enfrentarse al fro bostoniano, que seguro iba a ser ms clido que el hombre que
tena a su lado.
John estuvo all sin moverse como mnimo media hora, incapaz de dejar de
mirar la puerta por la que haba desaparecido la mujer ms atractiva que haba
visto jams. Su ngel era menudo, como mucho debera llegarle a la altura del
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torso, y tena los ojos color miel ms bonitos del mundo. Hannah era rubia, de esas
que con el sol an lo son ms, y tena una sonrisa increble. Por eso no haba
querido ir a tomar un caf con ella. Consciente de que esa explicacin careca
completamente de lgica, opt por sentarse en el banco y buscar otra lnea de
razonamiento. Los exmenes; no haba querido ir a tomar un caf con ella porque
tena que estudiar. Para unos exmenes que tendra dentro de medio ao. Claro,
eso s que tena lgica. Frustrado, agach la cabeza entre las rodillas para seguir
lamentndose de s mismo, pero algo en el suelo capt su atencin: las flechas.
Hannah se haba olvidado las flechas.
Hannah tena el firme convencimiento de que para encontrar la felicidad
haba que buscarla, y viva su vida segn esa premisa. Y por culpa de eso has
hecho el ridculo, se dijo a s misma al recordar el rechazo de John. Ella no sola
ser tan descarada, de hecho con el sexo opuesto era muy tmida, a no ser que se
tratara de nios de como mucho hasta seis aos. Hannah estaba en el ltimo curso
de magisterio, y combinaba la carrera con unas prcticas no remuneradas en una
escuela infantil cerca de all. Trabajaba para pagarse los estudios, pero ese
semestre haba tenido que renunciar a su puesto de recepcionista del doctor Malone
por ser incompatible con los horarios de la escuela, y haba recurrido a esos
trabajos puntuales en el centro comercial.
Esa tarde, al salir del centro comercial, se acord de que tena que presentar
un pequeo trabajo el lunes y que para hacerlo necesitaba un libro de la biblioteca.
Tena tanto miedo de que cerraran que haba decidido ir directamente all sin
cambiarse. Para variar, el destino no colabor con ella y el libro en cuestin estaba
en la estantera ms alta del mundo, y justo cuando crea que iba a caerse, John
apareci para rescatarla. Se le vea tan serio, tan preocupado, pero algo en el brillo
de sus ojos la cautiv al instante y, sin saber muy bien por qu, supo que quera
conocerlo mejor. Y por eso se arriesg a preguntarle si quera tomar un caf con
ella. La negativa de l le dej claro que a la nica a la que le haba afectado ese
encuentro haba sido a ella. Qu se le iba a hacer? Al menos lo haba intentado.
John recogi del suelo el carcaj, que result ser un tubo para planos forrado
con fieltro, y regres a la biblioteca a por sus cosas. Con los libros en una mano y
las flechas en la otra, cruz el campus hacia el pequeo piso que haba sido su
hogar durante los ltimos cinco aos. An recordaba el primer da, cuando su
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madre y su padre lo acompaaron all desde Nueva York. Le haba costado mucho
convencerlos de que le dejaran estudiar en Boston, pero al final lo haba
conseguido, y era lo que ms lamentaba de toda su vida. Casi un ao y medio
despus de eso, sus padres murieron en un accidente de coche cuando iban a
visitarlo. Si se hubiera quedado en Nueva York como ellos queran, o si l no
hubiera insistido en quedarse all aquel maldito fin de semana, an seguiran vivos.
Sus padres haban muerto porque l haba querido asistir a una estpida fiesta. l
les haba mentido, les haba dicho que tena un examen y que prefera quedarse en
la universidad, y ellos haban decidido ir a darle una sorpresa. Esa noche, cuando
su abuelo lo llam supo que algo muy grave haba sucedido. John sigui caminando
y pens en que si su abuelo se enteraba de lo que estaba pensando le sermoneara.
Sus abuelos le haban dicho mil veces que l no tena la culpa de la muerte de sus
padres; el hielo y un conductor borracho fueron los responsables. Le haban
repetido hasta la saciedad que sus padres le queran y que tena que seguir
adelante con su vida, pero John no escuch ninguno de esos consejos. El nico
mtodo que encontr para estar relativamente en paz consigo mismo fue refugiarse
en sus estudios, al menos as tal vez lograra que, estuvieran donde estuviesen, se
sintieran orgullosos de l. Dej de ir a fiestas, de salir con chicas, de jugar al ftbol,
de hacer cualquier cosa que pudiera distraerle de su objetivo. Al principio quiz lo
hiciera tambin como castigo, pero a la larga descubri que as se senta mejor; si
no se rea nunca ms quiz tampoco volvera a llorar. Y lo haba conseguido, hasta
esa misma tarde, cuando aquella chica disfrazada de ngel consigui arrancarle una
sonrisa.
Entr en su habitacin y dej el carcaj en el suelo. Maana ira al centro
comercial para devolvrselo. Ni siquiera la saludara, se dijo a s mismo, le dara las
flechas al encargado y regresara a la biblioteca. Slo le faltaban seis meses para
licenciarse y pasar el examen final, y a esas alturas nada iba a desviarle de su
objetivo.
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De dnde diablos haba salido tanta gente? El centro comercial estaba
abarrotado de parejas, nios, adolescentes y gente mayor paseando. Era una
locura, y John, al que ya de por s no le gustaban las aglomeraciones ni los espacios
cerrados, no vea la hora de salir de all. l no sola ir a esos lugares, y mucho
menos un sbado, pero como todo el mundo pareca muy tranquilo supuso que
esas concentraciones eran habituales. Los pasillos del centro comercial estaban
decorados con corazones y nubes tremendamente falsas, horrible, pero muy acorde
con las fechas. La msica que sonaba por los altavoces iba desde la cancin de
Titanic a la de Love Story pasando por los mticos temas de Barbara Streisand, y
John tuvo que reprimir las ganas de correr. Era todo tan pegajoso que si fuera
diabtico ya habra tenido una subida de azcar. Lleg a la zona de los restaurantes
y vio a una chica que, aunque no era Hannah, tambin iba vestida de ngel. Se
acerc a ella y le pregunt dnde poda encontrarla. Al parecer, Hannah se haba
ofrecido voluntaria para entregar publicidad en la zona de ocio infantil, la ms
odiada por el resto de sus compaeros, segn le cont su informadora. John sigui
las instrucciones que, por desgracia, le obligaron a pasar por todo el piso superior
mientras sonaba I will always love you, de Whitney Houston, y estuvo tentado de
dejar las flechas all mismo e ir a buscar al encargado de elegir la msica y matarlo.
Por suerte, encontr a Hannah en ese mismo instante, y esos pensamientos tan
nefastos se evaporaron de su mente.
Hannah estaba rodeada por un montn de nios que miraban fascinados
cmo converta un globo alargado en un caniche. Al terminar, se lo regal a una
nia con trenzas y el resto corri a inspeccionarlo ms de cerca.
Ayer te dejaste esto dijo John al acercarse a ella.
Buenos das, a m tambin me alegra mucho volver a verte respondi
ella sarcstica ante el poco tacto de John.
Lo siento farfull l, y para mayor vergenza suya se sonroj. Es que
Seal hacia arriba justo cuando empezaban a sonar las primeras notas de otra
cancin de Cline Dion.
Hannah entendi lo que quera decir y sonri.
Ya, es demasiado. Acept el carcaj con las flechas. Gracias por
trarmelo, me has ahorrado el viaje a la biblioteca.
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De nada. Ahora que ya haba finalizado con su misin, y no tena ningn
motivo ms para seguir all, se dio cuenta de que no quera irse. Hasta qu hora
trabajas?
Hasta las seis. Por qu? pregunt ella entregando otro folleto a una
pareja que pasaba por su lado.
Por nada.
Ah.
Me voy dijo John incmodo.
Ya nos veremos. Hannah tena que confesar que estaba disfrutando
torturando a ese chico. Se le vea tan tenso y preocupado que no pudo resistir la
tentacin de tomarle el pelo.
Claro, ya nos veremos repiti l sin moverse de all.
Ella se coloc bien la diadema que llevaba en el pelo y que haca de alo y
sigui con lo suyo.
John se coloc bien las gafas, algo que haca siempre que estaba nervioso, y
despus escondi las manos en los bolsillos para no volver a hacerlo.
Te gustara tomarte un caf conmigo? pregunt por fin. Por mucho que
quisiera negarlo, se haba pasado toda la noche pensando en que quera volver a
verla, y tener que devolverle las flechas era la excusa perfecta que necesitaba su
conciencia para no sentirse culpable por no estudiar.
Ella no dijo nada, as que John supuso que despus del desplante que l le
haba hecho el da anterior iba a devolvrsela. Pero Hannah volvi a demostrarle
que se equivocaba.
Si quieres puedes venir aqu a las seis y media le dijo con una sonrisa.
Te esperar en el caf que hay en la entrada.
Perfecto, all estar.
Cline Dion solt uno de sus gritos y Hannah sonri.
Vamos, escpate t que puedes.
John se fue de all pensando en que no haba sido tan difcil. Y el que tuviera
las manos empapadas de sudor era pura casualidad.
Slo vas a tomar un caf, se repiti a s mismo por ensima vez. Slo es
un caf, y lo haces para disculparte por haber sido tan maleducado con ella. No
pasa nada. Durante toda la maana haba estado tentado de anular la cita, pero
no tena el nmero de telfono de Hannah y pens que no presentarse era ya el
sumo de la cobarda y de los malos modos. A las cinco cerr el libro de derecho
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administrativo, o era el de penal?, y decidi ir caminando hasta el centro
comercial. Lleg all veinte minutos antes de la hora prevista pero opt por ir al
caf y esperarla leyendo el peridico.
Hannah an no poda creerse que John hubiera ido a verla. Despus del
fiasco del da anterior, se haba acostado convencida de que jams volvera a verlo.
l le haba gustado, esa mirada perdida y esa mandbula que apretaba cuando se
concentraba eran impresionantes, por no hablar de las gafas. Y adems pareca
muy listo y, aunque l quisiera ocultarlo, se vea a leguas que era un trozo de pan.
La maana se le pas volando, pero despus de comer las horas se le hicieron
eternas, y las seis parecan no llegar jams. Cuando lleg Mnica, el ngel del
ltimo turno, sali de all disparada hacia los vestuarios de los empleados y se
cambi en un santiamn. Eran las seis y veinticinco, as que se regal dos minutos
frente al espejo para arreglarse un poco el pelo y pintarse los labios. Esa maana
no haba previsto tener una cita con la versin moderna del seor Darcy, as que
iba vestida con vaqueros y un jersey de cuello alto verde limn que no era de sus
preferidos. Por suerte, llevaba uno de sus clips de la suerte, una flor de cristal
violeta, y se recogi el mechn que siempre le cubra el ojo derecho. Satisfecha con
el resultado, y dicindose que tampoco iba a suceder nada, corri de nuevo por los
pasillos para no llegar tarde. Entr en el caf con la respiracin entrecortada y
como no lo vio por ningn lado pens que le haba dado plantn, pero entonces
escuch el ruido de las pginas de un peridico y descubri a John sentado a la
mesa de la esquina.
Hola, siento llegar tarde dijo al pararse frente a l.
John levant la vista y algo debi de impactarle porque tard varios
segundos en responder.
Hola. Trag saliva. No pasa nada. Estaba leyendo el peridico.
Ya veo. Ests bien? pregunt Hannah al sentarse. Tienes una cara
muy rara.
Acabo de darme cuenta de que es la primera vez que te veo vestida
normal. Y ante su propio asombro aadi: Ests muy guapa.
El piropo tambin cogi a Hannah desprevenida y lo nico que consigui
balbucear fue:
Gracias.
Qu van a tomar? pregunt el camarero.
Yo un caf dijo John, guardando ya el peridico.
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Qu clases de ts tienen? Hannah mir la pizarra que haba en la pared
del local. Cul es el ms extico?
Tenemos uno nuevo del Himalaya sugiri el empleado.
Pues se.
Has pedido t del Himalaya? Y si no te gusta? pregunt John.
Si no lo pruebo nunca lo sabr, no crees? Adems, es slo un t. T
siempre pides lo mismo?
Claro, as me aseguro de que comer o beber algo que me guste.
No te parece aburrido? Ese chico era tan ordenado que daban ganas de
gritar que se relajara.
No.
Nunca pruebas nada nuevo?
Nunca.
Volvemos a jugar a lo de los monoslabos?
No dijo l con una sonrisa. Lo siento, es que hace mucho tiempo que
no hago esto.
El qu? Hablar?
Ms o menos.
El camarero apareci con sus bebidas y John observ la reaccin de Hannah
al probar el t himalayo.
Te gusta?
No est mal, quieres probarlo? le ofreci la taza como si fuera un reto.
Est bien. Acept la taza y dio un sorbo. Es bueno.
Lo ves? Si no lo hubieras probado no lo sabras. Hannah recuper el t
y bebi un poco ms. Estudias derecho?
S, cmo lo sabes?
Ayer, en la biblioteca, estabas leyendo un libro muy aburrido dijo ella
con una sonrisa.
Y slo por eso tena que ser de leyes? Y no era aburrido se defendi l.
Si t lo dices.
Y t?, de qu era el libro que te llevaste? l haba estado tan
embobado mirando las alas y las flechas que no se haba fijado en nada ms.
De psicologa infantil, estudio magisterio.
Te pega, siempre quisiste ser maestra?
Siempre. Bebi un poco ms de t y despus de vaciar la taza sirvi el
que quedaba en la pequea tetera que le haban trado. Me encantan los nios,
estoy haciendo unas prcticas en una escuela muy cerca de aqu, y no veo la hora
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de terminar la carrera y poder dedicarme a ello a tiempo completo. Y t?,
siempre quisiste ser abogado?
Ms o menos respondi John, en realidad, l haba elegido derecho por
elegir algo, no tena vocacin y al principio no se lo haba tomado demasiado en
serio. Pero despus del accidente de sus padres su actitud cambi radicalmente. El
juicio contra el conductor borracho que caus la colisin fue declarado nulo por un
estpido defecto formal, y el seor se salv de pagar una indemnizacin y de ir a la
crcel. A John, la cuestin econmica no le importaba lo ms mnimo; su abuelo
haba fundado Biotex, una importante empresa farmacutica que su padre, antes
de morir, haba llevado hasta lo ms alto. Tampoco le importaba el que ese hombre
fuera o no la crcel, nada de eso hara regresar a sus padres. Pero s le importaba
que el sistema judicial funcionara tan mal que pudiera llegar a esos extremos. A
partir del accidente, John empez a tomarse sus estudios en serio y descubri que,
en las manos adecuadas, las leyes podan ser de lo ms tiles.
John, ests bien?
Eh, s, perdona. Parpade y se dio cuenta de que se haba quedado
absorto en sus pensamientos. Qu decas?
Nada. Ella se ri. No te preocupes respondi Hannah, quitndole
importancia. Pero en realidad le habra gustado preguntarle en qu estaba
pensando, pues en esos instantes de silencio la tristeza que vio en los ojos de ese
chico le lleg al corazn. Jams haba visto unos ojos tan tristes. Qu haces esta
noche?
Estudiar. Me falta muy poco para licenciarme y me estoy preparando para
los exmenes finales.
Yo tambin me grado este ao. l no coment nada ms, as que ella
opt por seguir. Vas a trabajar aqu en Boston? Dado que l no le pregunt
por sus planes de esa noche ella tampoco insisti.
No, soy de Nueva York.
Yo tambin! exclam ella. Ya deca yo que tu cara me sonaba
apunt con una sonrisa.
Seguro. l semisonri un poco. T vas a quedarte aqu?
No s, supongo. La escuela en la que hago prcticas me gusta mucho,
pero no s si podr quedarme. Ya veremos, tampoco sirve de nada que ahora me
preocupe, no te parece? Por el modo en que la mir fue obvio que no coincida
con ella.
Supongo que no dijo l por decir algo. Mir el reloj. Debera irme,
tengo que estudiar.
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Eso ya lo has dicho antes. Vio que l empezaba a levantarse y, decidida
a no volver a humillarse como el da anterior, lo dej marchar. Yo tambin me
voy. Supongo que ya nos veremos por aqu. Era obvio que a pesar del cumplido
inicial, y de que haban pasado un rato agradable, l no quera volver a verla.
Claro. Cuando ya estuvo completamente abrigado volvi a mirarla. Era
muy guapa, demasiado, la luz de esos ojos y de esa sonrisa era demasiado
peligrosa, y, por si eso fuera poco, era divertida, simptica e inteligente. Tena que
irse de all cuanto antes. Gracias por aceptar mi invitacin respir hondo y se
disculp, ayer, cuando t se interrumpi, perdona. Lamento haber sido tan
grosero.
Hannah, atnita, pues no esperaba que John mencionara para nada lo
sucedido en la biblioteca, tard unos segundos en reaccionar.
No pasa nada, pero gracias por disculparte. Ella tambin se abrig. Era
la primera vez que le peda a un chico si quera tomar un caf conmigo, as que mi
ego y yo te agradecemos las disculpas.
John se recoloc las gafas. Tena que dejar de hacer eso.
Ahora me siento an peor. De verdad era la primera vez?
De verdad, pero bueno, siempre he credo que en la vida hay que cazar las
oportunidades al vuelo, y como t no parecas inclinado a hacer nada y tienes los
ojos ms tristes que he visto jams y pens que quera verte sonrer y Debera de
dejar de hablar. Hazme un favor, quieres? Olvida estos ltimos minutos.
Ambos sonrieron y John fingi acceder a su peticin. Los ojos ms tristes
que haba visto jams? Quera verlo sonrer?
Voy hacia el campus, y t? A pesar de su decisin de no volver a verla,
John quera alargar al mximo la despedida.
Yo tambin, tengo un pequeo apartamento alquilado en la calle Sherborn.
Bibiana, mi compaera de piso es brasilea y est pasando unos das con su
familia, as que estoy sola, pero bueno. De noche tengo un poquito de miedo, pero
de da es genial, as puedo estudiar y Te estoy aburriendo, no? pregunt
sonrojada al darse cuenta de que pareca una cotorra.
No, qu va, sigue respondi sincero. John no tena amigos, los pocos
conocidos que haba hecho durante los primeros aos de universidad haban ido
desapareciendo a medida que l haba dejado de asistir a las fiestas.
T lo has querido. En fin, ahora que Bibiana no est tengo todo el
apartamento para m sola, as que esta noche vendrn unos amigos a cenar, nos
reiremos un rato y maana me levantar tarde, desayunar como una reina y me
pondr a estudiar.
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Yo tengo que girar hacia all. John seal la calle que quedaba a su
izquierda.
Dame tu mvil dijo Hannah tendiendo una mano. Vamos, dmelo
antes de que me arrepienta.
John la obedeci sin saber muy bien el motivo.
ste es mi nmero. Hannah apret las teclas del telfono de John. No
hace falta que me des el tuyo. Sonri. Seguro que tampoco me lo daras. Qu
vergenza estoy pasando. John, ya te he dicho antes que no suelo hacer estas
cosas pero me ha gustado mucho estar contigo. Al ver que l levantaba una ceja
incrdulo, aadi: Ya, yo tampoco lo entiendo. Eres bastante antiptico y tus
tcnicas de conversacin dejan mucho que desear, pero mira, al parecer me gustas
de todos modos. Me voy. Se apret la bufanda y le tendi la mano. Ha sido un
placer, John.
John estrech la mano, con guante fucsia, y respondi:
Lo mismo digo, Hannah. El corazn le iba a mil, ella le estaba sonriendo
con los ojos, esperando a que l dijera algo. Qu? Qu hace uno cuando conoce a
la que puede ser el amor de su vida en el momento equivocado? Nada,
comportarse como un imbcil. Tengo que irme.
Ya, bueno. Yo tambin. Le solt la mano y empez a caminar. Tena que
dejar de escuchar a esa vocecita que tena en la cabeza y que le deca que se
arriesgara. Jams haba hecho tanto el ridculo como con ese chico. Seguro que
pensaba que estaba loca de atar. Adis dijo para despedirse definitivamente.
John cont hasta diez. Se record que tena que terminar un trabajo para la
clase de penal y repasar unos temas de internacional, pero su mano derecha se
hundi en el bolsillo del abrigo, sac el telfono mvil y le dio a la tecla de llamar.
Diga? pregunt Hannah al no identificar quin la llamaba.
Ahora t tambin tienes mi nmero. John esper a que ella se diera la
vuelta. Y despus de mirarse unos segundos a los ojos, colg, se levant las
solapas del abrigo y sigui su camino.
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Cuando Hannah lleg a su apartamento an tena una sonrisa en los labios.
Esa llamada a lo John Wayne haba sido una de las cosas ms sexys que le haban
ocurrido en la vida. Aunque a decir verdad tal vez fuera la nica. Y qu ms daba,
se dijo a s misma. Tampoco era para tanto, se record. Pero no, no haba nada que
pudiera borrarle la sonrisa o apaciguar el latido de su corazn. John tena ya de por
s una voz muy profunda, de esas que son como si unos dedos te recorrieran la
espalda muy, muy despacio. Pero por telfono, y en plan enigmtico, era como si
todo su cuerpo se hubiera hundido en una baera de agua caliente llena de
espuma. Fue a su habitacin para colgar el abrigo y dejar los trastos y despus
entr en la cocina. Era una lstima que l no se hubiera animado a ir a cenar, pero
seguro que se lo pasara muy bien con sus amigos.
Haca semanas que tenan organizada esa cena; una especie de venganza
contra Cupido por mantenerlos solteros y desparejados el fin de semana de san
Valentn. Prepar la mesa y se asegur de tener todos los ingredientes necesarios
para que Lola, una de sus amigas, preparara su famosa tortilla de patatas. A la
cena tambin iban a asistir, Adam, Chase, Vanesa y Laura. Los seis se haban
conocido en la residencia de estudiantes en la que haban estado alojados durante
el primer ao de sus respetivas carreras. Se hicieron amigos en seguida, y, por
desgracia, como sola decir Adam, no se sentan atrados los unos por los otros ni
por casualidad. Adam tena la teora de que en una vida pasada haba sido, como
mnimo, un dictador, porque el destino no poda ser tan cruel como para hacerle
tener tan buenas amigas y no enamorarse de ninguna. La verdad era que su grupo
era de lo ms peculiar, todos estudiaban carreras distintas y todos tenan a su vez
amigos en sus correspondientes facultades, pero sus cenas eran sagradas y Hannah
saba que siempre poda contar con ellos. Pens en John y lament que no fuera a
estar all. A lo largo de los aos, ella nunca haba presentado a ningn novio a
sus amigos; tena la sensacin de que hacerlo lo convertira en oficial, y ella nunca
haba tenido una relacin que se mereciera tal calificativo.
Al llegar a su piso, John, que se prohibi a s mismo analizar los motivos de
esa llamada, se sent en el escritorio y se puso a estudiar. O mejor dicho, a ver
cmo desfilaban las letras delante de sus narices. Pasadas un par de horas llam a
su abuelo, quien le cont que l y la abuela estaban ansiosos por irse de crucero.
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EL DA PERFECTO
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Celebraban un montn de aos de casados y se era el regalo que ambos haban
decidido hacerse. Charlar con sus abuelos siempre le pona de buen humor, as que
cuando colg estaba ya menos tenso, pero aun as, le fue imposible concentrarse.
En un intento por solucionar la situacin, John pens que podra ducharse; el agua
caliente sola fallar mucho en su edificio, y ducharse con agua fra, o helada, seguro
que le espabilara. Puso el plan en marcha, y bajo el chorro de agua no pudo evitar
tatarear la cancin de Titanic. Decididamente iba a matar al que haba elegido la
msica del centro comercial. Cerr el grifo y cuando se gir en busca de la toalla
resbal y perdi el mundo de vista. La cada debi de durar apenas unos segundos,
pero para John sucedi a cmara lenta y lo primero que sinti al abrir los ojos fue
un indescriptible dolor en el hombro. Trat de moverlo pero la punzada que sinti
casi consigui dejarlo inconsciente, as que se levant como pudo del suelo del
bao, apoyndose slo en una mano. Haca meses que pensaba que tena que
cambiar esas baldosas, y que se repeta que la alfombra que estaba junto a la
ducha no absorba el agua, pero nunca tena tiempo y ahora estaba pagando las
consecuencias. Fue a su habitacin y se puso con torpeza unos calzoncillos y unos
pantalones de chndal, pero fue incapaz de levantar el brazo y ponerse tambin
una camiseta. No haca falta ser mdico para saber que se haba roto algo o, como
mnimo, dislocado el hombro. Tena que ir al hospital, pero antes necesitaba que
alguien lo ayudara a terminar de vestirse y que lo acompaara hasta all. Llamar a
sus abuelos slo servira para preocuparlos, ellos estaban en Nueva York y desde
all no podan hacer nada, as que armndose de valor llam a la nica persona que
se vea capaz de pedirle ayuda, a pesar de que slo haca un da que la conoca.
Cuando Hannah oy sonar su telfono mvil se sorprendi, nadie llamaba a
esas horas, pero cuando vio el nombre que sala por la pantalla crey estar
alucinando. Tard unos segundos en reaccionar, de hecho, si no hubiera sido por
Lola, que le preguntaba si pensaba responder, tal vez no lo habra hecho.
Si? dijo ella al deslizar la tapa.
Hannah? Soy John. Apret los dientes del dolor que senta y debi de
hacer algn ruido porque ella en seguida pregunt:
Ests bien?
No. Le cont lo que le haba sucedido. S que es mucho pedir, pero
podras venir a mi piso y acompaarme al hospital?
Claro. Hannah se puso de pie y camin hacia la cocina para coger un
papel y un bolgrafo. Dame tu direccin. En veinte minutos estoy all.
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EL DA PERFECTO
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Gracias. Volvi a cerrar los ojos de dolor y colg.
Hannah les cont a sus atnitos amigos lo sucedido y Adam se ofreci a
acompaarla, as que pronto los dos, abrigados hasta las cejas, abandonaron la
partida de cartas que estaban jugando y fueron a auxiliar a John. El que Adam
hubiera decidido acompaar a Hannah se deba a varios motivos; uno, no quera
que fuera sola a esas horas por la ciudad, dos, qu saban de ese tal John, tal vez
fuera un manaco?, y tres, si de verdad se haba hecho dao quiz l podra
ayudarlo y evitarle la visita al hospital. Adam estaba en el ltimo ao de medicina y
algo saba sobre huesos rotos. Tal y como haba prometido Hannah, veinte minutos
despus de la llamada estaban frente a la puerta de su piso. Llamaron y segundos
ms tarde un John con el pelo hmedo, sin camiseta, y con cara de estar pasndolo
muy mal les abri la puerta.
Gracias por venir fue lo primero que dijo al ver a Hannah y a su
acompaante.
La visin de ese torso desnudo le dej claro a Hannah que John haca algo
ms que estudiar, pero al ver el dolor que se reflejaba en sus ojos se olvid de
frivolidades, por deliciosas que fueran, y se centr en lo importante.
Ese hombro tiene muy mal aspecto. Le coloc un dedo encima y en ese
mismo instante John se apart de la puerta para dejarlos entrar. ste es Adam.
Hola. John se ruboriz al pensar que tal vez haba mal interpretado lo
sucedido esa tarde.
Soy amigo de Hannah solt Adam al intuir lo que pensaba el otro
hombre. Estudio medicina, por qu no te sientas all y dejas que te examine el
hombro?
John se sent en el sof y ech la cabeza hacia atrs, pero tan pronto como
Adam le toc la clavcula se tens de dolor.
Me temo que te has roto la clavcula y la mueca confirm al apartarse
. Ser mejor que te vistas y te llevemos al hospital. Voy a llamar a un taxi. Hannah
se dirigi a su amiga, que se haba sentado al lado de John y le apretaba la mano
que tena ilesa sin l darse cuenta, por qu no le ayudas a ponerse una
camiseta?
Claro. Vamos, John. Tir de la mano para ayudarlo a levantarse.
Dnde est tu habitacin?
Es esa de all. Vio que ella no le soltaba la mano y eso le reconfort
mucho ms que cualquier otra cosa. Siento haberte metido en esto.
No digas tonteras. Crea que me costara mucho ms verte desnudo. Al
ver que haba conseguido hacerle sonrer aadi. Adems, luego tendrs que
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EL DA PERFECTO
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compensarme por todo, seguro que se me ocurrir algo con lo que torturarte, no
s, tal vez incluso te obligue a acompaarme al cine a ver una reposicin de Love
Story.
Eso s que no. John se sent en la cama y le sonri. Gracias, de
verdad.
Vamos, djalo ya, o tu reputacin de to duro se ir por los suelos.
An no lo est?
No, tranquilo. Dnde tienes las camisetas? pregunt ella para cambiar
de conversacin y ver si as se le pasaban las ganas de recorrerle ese torso con las
manos.
En el primer cajn.
Hannah lo abri y vio que estaban perfectamente ordenadas y alineadas las
unas con las otras.
Vaya, si mi madre viera este cajn se pondra a llorar de emocin dijo
cogiendo una camiseta.
Se acerc a l y se coloc entre sus rodillas. John estaba en silencio, con la
cabeza gacha y la mirada fija en el suelo, y, aunque saba que poda hacerlo l,
Hannah le quit las gafas. Ese gesto consigui que l levantara el rostro y Hannah
vio que l estaba tan perdido como ella. Slo haca un da que se haban conocido,
apenas haban hablado, pero los dos saban que iban a ser muy importantes el uno
para el otro. Sin abandonar ese pensamiento, Hannah le desliz la camiseta por la
cabeza y le coloc primero el brazo ileso y, luego, con muchsimo cuidado el otro.
Despus se asegur de que la camiseta le cubriera el torso y el estmago y no
pudo evitar darse cuenta de que l tena la respiracin acelerada y que los
pantalones de deporte le apretaban ms que antes. Levant la vista, volvi a
colocarle las gafas y le acarici el pmulo con los nudillos.
El taxi ya est aqu grit Adam desde el pasillo.
Hannah se apart y cogi el anorak que John haba dejado antes en el
respaldo de la silla de su habitacin. Lo ayud a ponrselo, y, entrelazando los
dedos con los de l, y sin decir ni una palabra, lo acompa hacia fuera.
Media hora ms tarde llegaban a urgencias, y una hora y cuarenta minutos
despus seguan all sentados.
Gracias a Dios que no estoy desangrndome, o a estas alturas ya estara
muerto se quej John.
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Hannah estaba sentada a su lado dndole la mano, y trataba de distraerlo
contndole tonteras. En ese instante por fin apareci Adam que haba ido a ver si
encontraba a alguien que pudiera atenderlos.
Vendrn en seguida. Al parecer es una noche muy concurrida, pero por
uno de los pasillos me he cruzado con un compaero de clase y me ha dicho que
ahora manda a alguien.
Y como si con esa frase hubiera conjurado a los enfermeros, dos chicos con
uniforme entraron en la sala de urgencias y se acercaron a John. Tras las preguntas
pertinentes se lo llevaron a hacer una radiografa que por desgracia confirm el
diagnstico de Adam. John se haba roto la clavcula y se haba dislocado la
mueca. El doctor, un hombre con cara de agotamiento, le vend el hombro y le
inmoviliz el brazo. Al terminar, lo acompa hasta donde Hannah y Adam estaban
esperndolo.
John tiene que hacer reposo le explic el doctor a Hannah, dando por
hecho que era su novia. Cuanto menos mueva el hombro y el brazo antes se
curar. Voy a recetarle unas pastillas para el dolor, y venid a verme dentro de tres
semanas. De acuerdo?
De acuerdo contestaron John y Hannah a la vez, pero fue ella la que
cogi la receta del mdico.
Vamos dijo Adam. De camino a tu piso podemos pararnos en una
farmacia le explic a John, ayudndolo a ponerse el abrigo por encima del
cabestrillo.
Los tres se subieron en un taxi y, como era de madrugada, pudieron ver
despertar la ciudad. Llegaron al piso de John, y Hannah le dijo a Adam que poda
irse; saba que su amigo tena previsto pasarse el domingo trabajando en un nuevo
proyecto y no quera entretenerlo ms. John le dio las gracias a Adam por su ayuda
y despus de que Hannah le prometiera que lo llamara si suceda algo, el
estudiante de medicina se fue a dormir un rato.
Las pastillas le tenan un poco atontado, y el dolor y el cansancio no
contribuan demasiado a su agudeza mental, pero John saba que tena que dejar
que Hannah se fuera. El problema era que no quera estar sin ella, tal vez fuera por
lo que haba sucedido antes de ir hacia el hospital, o por el modo en que ella le
haba dado la mano en urgencias, pero fuera lo que fuese, John quera que ella
siguiera all con l. Hannah abri la puerta del piso y lo ayud a quitarse el abrigo.
Deberas irte dijo l, a pesar de que en realidad deseaba todo lo
contrario. Es muy tarde.
No te preocupes respondi ella, esforzndose por no bostezar.
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Si te ests durmiendo de pie. Vete tranquila, ya has hecho ms de lo que
era necesario. Se coloc bien las gafas con la mano que no tena lesionada.
Siento muchsimo haberte llamado. Levant la mitad superior del labio en una
sonrisa burlona. Seguro que ahora te arrepientes de haberme dado tu nmero, la
verdad es que no saba a quin llamar. John opt por callarse. Esas pastillas le
estaban soltando la lengua y a este paso seguro que terminara por contarle lo de
sus padres. Algo que l nunca comparta con nadie.
No digas tonteras. Volvi a cogerlo por la mano y tir de l hacia su
habitacin. Vamos, ser mejor que te acuestes un rato. El doctor ha dicho que
tenas que hacer reposo.
John se dej llevar, ver a Hannah guindolo por el pequeo pasillo era de lo
ms ertico que le haba sucedido en la vida. Vaya, esas pastillas eran en verdad
un peligro. Respir hondo y sacudi la cabeza. Al llegar a la habitacin, ella le solt
la mano y se acerc a la cama para colocar bien los cojines y apartar la colcha.
John estaba tan hipnotizado con los movimientos de Hannah que apenas se dio
cuenta de que ella volva a enlazar los dedos con los de l y lo llevaba hasta la
cama. Una vez estuvo sentado, vio que le quitaba las gafas y que con delicadeza
las colocaba encima de la mesilla de noche.
Duerme un poco le susurr, pasndole una mano por el pelo.
John se ech hacia atrs y se tumb despacio.
No te vayas dijo con los ojos cerrados.
Ella no respondi, sino que se agach y le dio un carioso beso en los labios.
Fue un susurro, un suspiro, pero al apartarse vio que l, completamente dormido,
sonrea.
Hannah dej a John durmiendo y sali de la habitacin. Lamentaba tener
que curiosear por el apartamento, pero si quera saber qu le haca falta no tena
ms remedio que investigar un poco. Limit su inspeccin a la cocina y vio que
John, adems de no salir con amigos, tampoco visitaba el supermercado con
demasiada frecuencia. Faltaban pocas horas para las diez de la maana, y aunque
era domingo un par de establecimientos abran para abastecer a los rezagados y
despistados como John. Ella tambin estaba cansada, pero se conoca lo suficiente
como para saber que le sera imposible dormir. No con todo lo que le estaba
pasando por la cabeza y el corazn. Ella jams haba tenido tantas ganas de
abrazar a nadie como cuando vio a John sentado en la cama esperando a que ella
lo ayudara a vestirse, y tampoco haba querido tanto cuidar de nadie como de l.
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Deban de ser sus ojos, pens, esos ojos tristes y asustadizos. Sonri para s
misma, si l supiera lo que estaba pensando seguro que levantara esa ceja y le
dira que no dijera tonteras. l y sus frases monosilbicas. Decidida a no seguir
dndole ms vueltas al tema, y fiel a su conviccin de que la vida hay que vivirla,
Hannah cogi un papel y un bolgrafo y le escribi una nota: He ido a comprar.
Regresar en seguida. Hannah.
Iba a ponerle algo ms pero se abstuvo. Al fin y al cabo, John era un
hombre de pocas palabras.
Dos horas ms tarde, y cargada con comida y su mochila llena de libros,
Hannah regres al piso de John. Abri la puerta despacio para hacer el menor ruido
posible pero le bast con dar un solo paso para ver que l segua durmiendo. Se
acerc a la mesa y cogi la nota que haba resultado ser del todo innecesaria, y
despus se dirigi a la diminuta cocina para guardar las cosas. Finalizadas las
tareas domsticas, opt por sentarse en el sof y empezar a leer el libro que el
viernes haba sacado de la biblioteca.
John se despert y al tratar de incorporarse el dolor que le atenaz el
hombro le record todo lo sucedido. Se levant y se puso las gafas, el cabestrillo le
pesaba y la cabeza an le daba vueltas por la medicacin, pero de entre todos los
pensamientos que cruzaban por su mente en ese instante haba uno que destacaba
por encima del esto. Hannah le haba dado un beso? O esas drogas eran mejores
de lo que los propios mdicos crean? Sali de su habitacin decidido a llamar a
Hannah para darle de nuevo las gracias por todo, aunque pronto descubri que no
iba a necesitar el telfono para hacerlo. All, dormida en el sof estaba su precioso
ngel. Se acerc a ella y con cuidado apart el libro que an tena en las manos. La
tap como pudo con una manta que siempre tena all por si a caso y antes de
apartarse inclin la cabeza y le dio un beso en los labios. Se dijo a s mismo que
slo lo haca para saber si de verdad haba estado soando antes, se repiti que no
tena importancia, pero al sentir los labios de Hannah bajo los suyos descubri que
ni lo de antes haba sido un sueo y que sin duda era la caricia con ms significado
de toda su vida. Con el corazn en un puo, se sent junto a ella y le acarici el
pelo con la mano que tena libre. Una hora ms tarde Hannah entreabri los ojos y
con una sonrisa en los labios dijo:
Hola.
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Hola respondi l ensimismado. An ests aqu aadi, como si
quisiera asegurarse de que no estaba imaginndosela. Aunque si eso fuera un
sueo no tendra que enfrentarse a los sentimientos que esa chica le estaba
despertando ni tampoco tendra que hacer frente a sus miedos.
Claro. Hannah se desperez y se incorpor para sentarse junto a John.
Cmo tienes el hombro?
Roto.
Ella sonri.
Espero que no te moleste dijo ella al levantarse. Pero antes he salido
un momento y he ido a comprar cuatro cosas. Tenas la nevera ms triste que he
visto nunca.
Gracias respondi l un poco incmodo. No deberas preocuparte
tanto.
Tranquilo, ya encontrar el modo de que me compenses, te apetece
desayunar?
John iba a decir algo pero su estmago se le adelant.
Ya veo que s. Vamos Hannah le tendi la mano, ven a la cocina
conmigo y cuntame algo ms sobre ti mientras yo preparo el caf.
l obedeci pero no le cont nada, sino que se limit a escucharla hablar
acerca de su trabajo en la escuela infantil y de lo mucho que le gustaba hacer esas
prcticas all.
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EL DA PERFECTO
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Pasaron toda la maana y parte de la tarde juntos. El nico momento un
poco tenso fue cuando ella lo ayud a cambiarse de camiseta. Ese par de minutos
fueron an ms sensuales que los de la noche anterior, no dejaron de mirarse a los
ojos ni un segundo, ella fingi que le acariciaba los brazos sin querer, y l hizo ver
que su nariz haba rozado la oreja de ella por casualidad. John no llevaba nada bien
lo de no mover el brazo y se pona de muy mal humor cada vez que intentaba
hacer algo y el cabestrillo se interpona en su camino. Pero cuando eso suceda,
Hannah estaba all para ayudarlo y hacerle alguna broma al respecto. De hecho,
despus de comer empez a llamarlo Capitn Garfio, y le dijo que si no se portaba
bien le pondra el compact de Kenny G, a lo que l respondi poniendo cara de
terror.
John no recordaba la ltima vez que se lo haba pasado tan bien con nadie,
as como tampoco recordaba un domingo sin estar rodeado de libros. Hannah
hablaba sin cesar, pero no de un modo pesado ni repetitivo, era ingeniosa,
divertida y sus ancdotas eran sinceras. No era de esa gente que habla para
escuchar su propia voz, John tena la sensacin de que todo lo que le contaba era
verdad y a travs de esas historias vio que Hannah era cariosa, demasiado buena,
atolondrada y una soadora. Todo lo contrario a l. Si l era el invierno, ella era el
verano, y mientras l prefera la soledad, ella necesitaba compartir su visin de la
vida con el resto del mundo.
Te duele mucho? pregunt ella al ver que l frunca las cejas. Tal vez
deberas tomarte otra pastilla. Se levant y fue a por un vaso de agua.
No, la verdad es que ya no me duele tanto. Mir el reloj. Es muy
tarde, creo que ir a acostarme un rato. Muchsimas gracias por quedarte a pasar el
da conmigo. l no se lo haba pedido, sencillamente despus de desayunar las
cosas haban ido fluyendo solas, como si llevaran meses viviendo juntos.
De nada. S, la verdad es que empieza a oscurecer. Empez a guardar el
libro en la mochila. No me gusta dejarte aqu solo.
Tranquila, me las apaar.
Hannah busc su abrigo y cuando lo encontr lo sujet entre los brazos.
Seguro que estars bien?
Seguro. John le sonri. No te preocupes.
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Recuerda lo que te ha dicho el mdico y no muevas el hombro. Deberas
vivir con alguien, claro que entonces no me habras llamado y no habramos pasado
el da juntos y luego Tengo que dejar de hablar.
Por m no lo hagas, me gusta or tu voz.
Ella levant una ceja.
Ya, por eso aceptaste volando mi invitacin de ir a tomar un caf el
viernes.
Rectificar es de sabios.
S, y a quien madruga Dios lo ayuda. Yo tambin s refranes. Se puso el
abrigo y cogi su mochila. Qu hars maana?
Lo normal, me levantar y despus ir a clase, y por la tarde tena
pensado estudiar. Y t?
Tengo un par de clases por la maana y por la tarde tengo que ir a la
escuela. Estamos ensayando una obra de teatro, se llama El da perfecto.
El da perfecto?
Es fantstica, maana cuando venga te cuento el argumento. Ni en
Broadway encontrars nada igual.
Maana? Una parte de l quera volver a verla, e incluso empezaba ya a
echarla de menos, pero otra quera recuperar la normalidad a la que estaba
acostumbrado, quera recuperar la soledad.
Vamos, prometo que te traer regaliz. En un momento de debilidad John
le haba confesado su adiccin.
Si hablando poco consigues que te desvele todos mis secretos, no puedo
ni imaginarme qu pasara si hablara como t.
Que meteras tanto la pata como yo. Promteme que me llamars si
necesitas algo. Al ver que l iba a rechistar aadi. Minteme si hace falta, pero
no me ir de aqu hasta que me lo prometas.
Est bien, te lo prometo. Trat de doblar la manta del sof con una
mano y termin por carsele al suelo. Esto es horrible, no soportar estar tres
semanas as.
No seas exagerado, Capitn Garfio, tampoco pasa nada si dejas la manta
sin doblar durante unos das dijo ella, doblando la tela y colocndola en el
respaldo del sof.
Supongo que estoy cansado se defendi l. Te acompao hasta la
puerta.
Hannah lo sigui hasta la entrada y se detuvo junto a l. Se puso el gorro, la
bufanda y los guantes y lo mir a los ojos.
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De verdad estars bien? pregunt de nuevo preocupada.
De verdad respondi l con sinceridad, pero ahora que vea que ella iba
a irse ya no le pareca tan buena idea. Tal vez podra quedarse y . Te
apetecera comer conmigo maana? Podramos quedar en esa pizzera que hay
cerca de la biblioteca.
Me encantara, pero tendr que ser pronto porque a las tres tengo que
estar en la escuela.
Te va bien a las doce y media?
Perfecto. Nos vemos maana, ves como no es tan difcil pedir una cita?
le dijo ella con una sonrisa.
Ser para ti, yo tengo la espalda empapada de sudor confes l antes de
poder evitarlo.
Pobrecito le acarici la mandbula con un dedo fucsia.
John se qued petrificado, y a medida que ese dedo le recorra el labio cerr
los ojos y dio un paso hacia atrs.
John, abre los ojos susurr ella, y cuando vio que lo haca aadi. Voy
a darte un beso.
El corazn le iba a mil por hora, as que se puso de puntillas y le dio un
suave beso en los labios. Iba a apartarse cuando l le rode la cintura con la mano
y la apret contra l. La mir a los ojos y durante unos segundos baj la guardia y
dej que ella viera lo solo que estaba y lo mucho que significaban para l esas
caricias. Despacio, inclin la cabeza y empez a besarla como slo se haba
atrevido a imaginar. Le recorri el labio inferior con la lengua, le dio pequeos
besos en las comisuras y la sedujo hasta que ella le permiti acceder a su interior.
Desliz la lengua y apret los dedos con los que segua sujetndola. El sabor de
Hannah era igual que ella; dulce e imprevisible. Ella le devolvi el beso, rodendole
el cuello con los brazos, devorndole tambin los labios con pasin, pero al estar de
puntillas se tambale un poco y sin querer le dio un golpe en la mueca que tena
dislocada y l no pudo evitar gemir de dolor.
Lo siento dijo ella, apartndose al instante.
Odio esto farfull John levantando el brazo. Nunca me haba sentido
tan torpe con nadie.
Te he hecho dao? pregunt Hannah acaricindole el pelo.
Slo en el orgullo. Se sonroj y aadi: Normalmente se me da mejor.
No tengo ninguna queja. Nos vemos maana?
Claro.
Ella le dio un ltimo beso y se fue hacia su casa.
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A John le cost muchsimo desnudarse y ponerse el pijama pero al final lo
consigui y gracias a toda esa gimnasia, y a las emociones contra las que haba ido
batallando durante todo el da, se durmi tan pronto como se meti en la cama.
Cuando Hannah lleg a la pizzera en la que haba quedado para comer con
John y vio que l no estaba tuvo un pequeo ataque de pnico. Esper unos
minutos y al ver que no apareca empez a preocuparse. Iba ya a llamarlo cuando
un John furioso entr por la puerta.
Siento llegar tarde, es que con esto levant el cabestrillo no puedo
hacer nada. No he podido afeitarme, he tardado media hora en abrocharme la
camisa y la cafetera se ha negado a colaborar. En clase no s cmo sentarme y el
dolor del hombro me est matando.
Sin decir ni una palabra, Hannah se acerc a l, lo abraz y le dio el beso
con el que se haba pasado soando toda la noche. Lo bes hasta que sinti que l
empezaba a relajarse y a devolverle el beso con esa ternura que slo senta entre
sus brazos.
Hola dijo ella al apartarse.
Hola susurr l.
Ests mejor? pregunt Hannah con una sonrisa.
John tard unos segundos en responder.
S, la verdad es que s. Gracias.
Qu quieres comer? dijo ella cambiando as de tema. No quiero
meterte prisa pero tengo que estar en la escuela a las tres.
Pizza, pero me temo que tendrs que cortrmela en pedazos. Odio estar
as.
Tranquilo Garfio, yo me encargo. Cuando te recuperes si quieres podemos
ir a cazar o a hacer algo muy masculino para que vea que eres todo un hombre.
Soy todo un hombre. Le gui un ojo y l se sorprendi mucho ms que
ella. Cunto haca que no flirteaba?. Pero si lo dices en serio, cuando me quiten
esto podramos ir a esquiar.
A esquiar? Ni loca, si quieres t esquas y yo te espero leyendo una
novela en la cafetera. Yo slo paso fro por obligacin, y con lo torpe que soy
seguro que me pasara ms rato tirada en medio de la nieve que no encima de los
esqus.
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Est bien, no iremos a esquiar. Despus de lo que ests haciendo por m.
Movi la cara hacia la pizza que en esos instantes le traa el camarero. Haremos
lo que t quieras.
Lo que yo quiera? Y si quiero ir al cine a ver una pelcula muy, muy, muy
romntica o ya s!, quiero que me acompaes a la fiesta de disfraces que se va a
celebrar en el colegio dentro de dos semanas.
Fiesta de disfraces? No me gusta disfrazarme.
Qu raro, pero como ests en deuda conmigo tendrs que hacerlo de
todos modos, no te parece?
Lo que me parece es que he cometido un grave error al darte carta blanca.
Le sonri. Gracias por cortarme la pizza.
De nada.
El almuerzo pas en un abrir y cerrar de ojos y cuando Hannah se levant
para irse, John no lo pens dos veces:
Por qu no vienes luego a mi piso? Como an no haba conciliado la
idea de que empezaba a enamorarse, aadi: As me cuentas lo de la obra de
teatro y me ayudas a preparar la cena. Yo solo soy capaz de causar un incendio.
Est bien, pero llegar tarde.
Tranquila, yo estar estudiando.
Se levantaron y salieron del restaurante. Fuera, ella lo ayud a abrigarse y
l aprovech la cercana para agacharse y darle otro beso. Se apartaron con las
respiraciones entrecortadas y ella fue corriendo a buscar el autobs para no llegar
tarde.
Faltaban diez minutos para las nueve de la noche cuando Hannah lleg al
piso de John. l tard unos segundos en abrir la puerta y por la cara que puso, ella
supo que estaba enfadado.
Qu pasa? pregunt al entrar.
Quera ducharme solt l furioso, pero he sido incapaz de ponerme la
funda de proteccin del yeso. Dios, slo llevo as dos das y ya he estado tentado
de arrancarme todo esto en ms de una ocasin.
Vamos, yo te ayudo. Dnde est la funda?
Creo que la ltima vez que he visto ese objeto de tortura estaba en el
bao.
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En el bao haba una toalla en el suelo, una caja de cartn rota que antes
deba contener la funda del yeso, un bote de champ en el suelo, y la funda en
cuestin colgaba de la cortina de la ducha.
Veo que te has enfadado de verdad se burl ella al ver tal estropicio.
Sintate aqu. Le seal el bao.
John, que segua echando humo por las orejas, se sent. Hannah cogi la
funda, coloc bien la toalla y el champ y se acerc a l. Volvi a colocarse entre
los muslos de John, gesto que haba repetido unas cuantas veces y durante los
ltimos das y que le haba hecho llegar a la conclusin de que era su lugar
preferido del mundo. Le quit las gafas y l movi la cara para acariciarle la mano
con la mejilla. Hannah ni trat de controlar la ternura que sinti y se agach para
darle un beso. Iba a ser un beso carioso, no sensual, pero algo pareci encenderse
dentro de John y cerr los muslos para apresarla entre ellos. La bes con una
pasin que hasta entonces slo haba insinuado, como si esa pasin fuera una
bestia enjaulada dentro de l que pocas veces sacaba a la luz. Levant la mano que
no tena escayolada y la desliz por debajo del jersey de Hannah para poder tocarle
la piel. Iba a desnudarla, tena que sentirla ms cerca, pero con una sola mano ni
siquiera poda hacer eso. Furioso consigo mismo interrumpi el beso. Ella tard
unos segundos en abrir los ojos y cuando lo hizo vio lo tenso que l estaba. Le
acarici el pelo con suavidad y sin decir nada empez a quitarle la camiseta, pero
esta vez sin ocultar que al mismo tiempo le estaba acariciando. Le recorri el torso
con los dedos, se detuvo unos segundos en el abdomen y despacio levant la tela
hasta desnudarlo.
John susurr, yo No s muy bien qu estoy haciendo.
Yo tampoco dijo l levantando la vista. Por qu no me ayudas a
ponerme esto y me ducho? Luego, si quieres, hablamos.
Hannah le coloc la funda sobre el yeso y sali del bao. Si le ayudaba a
quitarse los pantalones hablar sera lo ltimo que haran.
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EL DA PERFECTO
Anna Casanovas
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John se duch sin poder quitarse de la cabeza ese ltimo beso. Antes de la
muerte de sus padres haba salido con unas cuantas chicas, no demasiadas, porque
por aquel entonces prefera salir con los amigos de fiesta. Desde el accidente, slo
haba tenido un par de citas y haban sido completamente absurdas e
insignificantes. l tena claro su objetivo; graduarse entre los mejores de su
promocin y regresar a Nueva York a trabajar. Se hara un nombre y luego quiz
ira a ayudar a su abuelo con la empresa farmacutica. No tena tiempo, ni valor,
para qu negarlo, para establecer una relacin con Hannah. Pero cuando la tena
cerca el corazn le lata de un modo distinto, senta un cosquilleo en los dedos de
las ganas que tena de tocarla y se mora por contarle todo lo que le pasaba por la
cabeza. Con un chorro de agua fra, lleg a la conclusin de que todo eso deba de
ser culpa de la clavcula rota y decidi que lo mejor sera regresar a la normalidad.
Se sec y se visti como pudo, los calzoncillos y el pantaln no fueron problema, y
la camiseta consigui ponrsela despus de varios intentos. Al salir, vio que Hannah
lo estaba esperando en la cocina, frente a un par de sndwiches que haba
preparado mientras l se duchaba.
Espero que te guste el queso dijo ella al verlo entrar.
Me gusta. Te parece bien que nos sentemos en el sof? pregunt l.
Claro, al fin y al cabo es tu casa.
Hannah puso los platos, un par de vasos y una botella de agua en una
bandeja y la llev hasta la mesa que haba frente al sof.
Cmo han ido los ensayos? pregunt John antes de dar el primer
mordisco.
Muy bien. Los nios de mi clase tienen cinco aos, y son todos muy
divertidos.
De qu va la obra?
Del da perfecto. Ella comi un poco antes de continuar. Al igual que
en la pelcula, el protagonista de la obra, un nio muy travieso, repite el mismo da
una y otra vez hasta que todo le sale bien.
Y cmo es el da perfecto? A pesar del discurso de la ducha, John no
pudo evitar inclinarse hacia ella y acariciarle el pelo.
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El da perfecto? No s, depende respondi ella a media voz. El mo de
hoy no est nada mal. John le bes la parte interior de la oreja y ella se
estremeci.
No? Le mordi el cuello con delicadeza.
No. Ech la cabeza hacia atrs para que l tuviera mejor acceso. Me
he levantado. l le bes una mejilla. He ido a clase. La otra. He comido
contigo suspir si haces eso no puedo hablar.
l sonri.
Vaya dijo, y entonces la bes en los labios con una pasin que ni l
mismo saba que tena.
Hannah le devolvi el beso pero segundos ms tarde se apart.
No queras hablar? le pregunt tras recuperar un poco la calma.
S, no s qu me pasa, pero cuando te tengo cerca Se levant y en un
gesto reflejo se acerc a una de las estanteras en las que haba una foto de sus
padres. Se qued en silencio unos instantes.
Son tus padres? pregunt Hannah desde el sof.
S respondi l de espaldas.
Te pareces mucho a l. Los ves a menudo?
Estn muertos. Apret el marco con fuerza. Murieron hace unos
cuantos aos en un accidente de coche cuando venan a verme dijo la frase de
carrerilla, convencido de que era la nica manera de hacerlo.
Lo siento. Ella se levant y se acerc a l, pero no se atrevi a tocarlo,
pues por lo tensos que tena los hombros John no quera que lo hiciera. Debi de
ser muy duro.
Fue hace tiempo. Coloc bien la foto y dio por zanjado el tema. Me
duele la cabeza minti. Te importara que lo dejramos para otro da?
No, pero si quieres que me vaya no hace falta que te inventes nada. Se
levant y fue a buscar sus cosas.
l tard unos segundos en reaccionar pero cuando lo hizo se apresur a
detenerla.
Tienes razn, lo siento. La sujet por un brazo. Es que no s si esto
que siento es de verdad, o es porque estoy solo y triste por culpa de esta mierda de
la clavcula.
Ella lo mir a los ojos, sorprendida ante tal sinceridad y agradecida de que
John no tuviera miedo de abrirle un poquito el corazn.
Y qu es lo que sientes? le pregunt entrelazando sus dedos con los de
l.
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EL DA PERFECTO
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John respir hondo y respondi.
No lo s, tengo ganas de besarte, de cuidarte, de contarte cosas que
nunca le he dicho a nadie, pero Ella le coloc un dedo en los labios y lo detuvo.
No hace falta que sepas ahora todas las respuestas, John le dijo, y se
puso de puntillas para darle un beso.
Ese beso, a diferencia de los anteriores, no par all sino que fue avanzando
hasta que ninguno de los supo dnde empezaba uno y terminaba el otro. Sus
lenguas se buscaban con pasin, las manos de Hannah le recorrieron el torso y l
utiliz la nica que tena para acariciarle las nalgas. John dio unos pasos,
empujando sutilmente a Hannah hacia el sof, y cuando alcanz su destino dej de
besarla durante unos segundos para poder mirarla. Se perdi en la mirada de
Hannah y levant la mano para acariciarle el rostro. Despacio, la desliz hacia
abajo y le acarici los pechos por encima del jersey. Inclin la cabeza para besarla
de nuevo y cuando ella se sent a horcajadas encima de su regazo se qued sin
aliento. En ese gesto que ahora le era tan familiar, Hannah le quit las gafas y la
camiseta. Sin decir nada, ella empez a recorrerle el torso a besos, recrendose en
el cuello de tal modo que pens que iba a enloquecer.
Hannah farfull l. Qutate el jersey.
Ella obedeci y cuando John sinti la piel de Hannah contra la suya todo su
cuerpo se estremeci. Llevaba un sujetador muy femenino, de seda lila, y a John le
sorprendi lo sofisticado que era.
Tengo debilidad por la ropa interior explic ella sonrojada.
Creo que soy el hombre ms afortunado del mundo respondi l sin
apartar la mirada de la exquisita prenda.
Hannah volvi a besarle en los labios y l dibuj esos preciosos pechos con
la nica mano que tena hbil.
Soy el peor seductor del mundo farfull furioso. Creo que me
arrancar el yeso con los dedos.
No digas tonteras, Garfio. A m me parece muy sexy. Sonri con
picarda. As tienes que ser ms creativo.
John levant la comisura del labio, dejando claro que cuando quera poda
ser todo un pirata, y empez a besarle el escote para luego acariciar toda esa piel
con la lengua.
Te parece bastante creativo? susurr sin apartarse.
Ella se limit a mover la cabeza al sentir cmo se le erizaba la piel. Siguieron
en el sof besndose y acaricindose hasta que l supo que ya no poda ms.
Hannah, cario, tenemos que parar dijo echando la cabeza hacia atrs.
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Por qu? pregunt ella, besndole el cuello que ahora haba quedado
expuesto.
Porque me muero de ganas de hacerte el amor.
Eso la detuvo en seco.
Y?
Cmo que y? Slo hace unos das que nos conocemos y Se sonroj
al ver que ella lo miraba alucinada. Y no quiero que pienses que suelo actuar as.
Hannah sonri.
No pienso nada parecido. John, yo s que no suelo actuar as. Le dio un
beso en la nariz. Pero contigo, no s, todo es tan perfecto. Es como si supiera
dnde tocarte, dnde besarte. Y ahora voy a decir algo muy cursi pero ah va; es
como si hubiera nacido para ti. Trat de levantarse.
No te muevas. La cogi por la cintura y la bes con todas sus fuerzas.
Fue un beso largusimo, con alma y sentimientos, y cuando por fin la solt le dijo:
Perfecto.
Se levantaron despacio. Una vez de pie Hannah cogi la mano que John le
ofreca y fueron hacia su habitacin. Al llegar all l volvi a besarla, despacio,
tocndole la espalda al mismo ritmo que se mova su lengua. Ella desliz una mano
por debajo del pantaln y le acarici a medida que segua desnudndolo. l trat de
hacer lo mismo, pero ante sus limitaciones, Hannah se limit a sonrer y se
desabroch los pantalones para luego deslizrselos por las piernas. John iba a
decirle que tena las piernas ms preciosas que haba visto jams, pero su
capacidad de razonar lo abandon por completo y lo nico que pudo hacer fue
besarla de nuevo. Entre besos y abrazos se tumbaron en la cama y siguieron
conocindose, descubriendo qu caricias los hacan estremecer, hasta que John
volvi a gemir furioso.
Me muero de ganas de hacerte el amor y no puedo tocarte como quiero.
Como necesito.
Ella lo bes hasta que sinti que se tranquilizaba.
No te preocupes, yo te besar. Y lo ech hacia atrs.
Los dos estaban desnudos, ensimismados el uno con el otro, besndose y
escribiendo lo que iba a ser el principio de su gran historia de amor, as que Hannah
se arm de valor y se sent encima de l.
No soy virgen dijo de sopetn, pero nunca he estado as con nadie.
As? pregunt l sorprendido por la confesin.
Nunca he estado desnuda con nadie y nunca he hecho el amor encima.
Con qu imbcil has estado?
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Con uno. Basta decir que los dos tenamos dieciocho aos y creamos ser
muy adultos. Fue pattico.
En ese instante a John le sucedieron dos cosas increbles; la primera, se
excit an ms, y la segunda, tuvo ganas de ir a darle un puetazo a ese imbcil.
Qu clase de hombre poda estar con Hannah y no desvivirse por darle placer?
Ante tal ataque de posesividad volvi a besarla y despacio le acarici de nuevo la
espalda.
Si quieres, podemos esperar a que me quiten esto dijo sin poder creer
sus propias palabras.
Ests loco! Le recorri el torso con los dedos. Si no hago el amor
contigo ahora mismo me morir. En serio aadi cuando l levant una ceja, y
para demostrarle que hablaba en serio le recorri los pectorales con la lengua.
Ven aqu farfull l, y tras ponerse un condn se hundi dentro de ella.
Te he hecho dao? pregunt al notar que Hannah se tensaba.
No. Me has sorprendido, eso es todo. Le bes. Ahora lo entiendo.
El qu? pregunt l, si ella era capaz de razonar seguro que estaba
haciendo algo mal.
Todo eso sobre la pasin. Es increble.
John la bes y con la mano que tena en la cadera de ella le indic cmo
moverse. Ambos se perdieron en ese beso, en esas caricias, en las sensaciones que
se crearon entre sus cuerpos y cuando John alcanz el orgasmo ella lo sigui
segundos despus. Se quedaron quietos unos segundos, con la respiracin
entrecortada y el pulso acelerado. l le dio unos besos en el pelo, y ella otros en el
hombro. Poco a poco, Hannah se apart y le sonri. John le devolvi la sonrisa y la
bes con ternura en los labios. Al terminar el beso, Hannah le toc la clavcula que
llevaba vendada.
Sabes una cosa, Garfio? l le dio otro beso, empezaba a gustarle ese
apodo. No te lo tomes a mal, pero me alegro de que te cayeras en la ducha.
l sonri.
Y yo.
Volvieron a besarse y cuando John se qued dormido, Hannah se levant, se
puso la camiseta de John, cogi las sbanas para cubrirlos a ambos y volvi a
tumbarse a su lado.
A partir de esa noche, Hannah prcticamente se mud al piso de John. Los
primeros das los dos utilizaron la excusa del brazo de John, pero pronto dejaron de
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fingir y decidieron llamar las cosas por su nombre; se estaban enamorando. Una
maana, John le dej un juego de llaves junto a la mochila de Popeye, as sin ms.
Y Hannah llev algo de ropa tambin del mismo modo. No lo haban hablado, en
realidad cada vez que se vean empezaban a besarse y terminaban haciendo el
amor en el lugar ms insospechado. John saba que ya no volvera a mirar del
mismo modo ni el sof, ni la cocina, ni la ducha, ni el escritorio en el que se
supona que tena que estudiar. Hannah estaba tan contenta que asista a las clases
con una perenne sonrisa en los labios, sonrisa que no perda ni cuando los
mequetrefes de la escuela le hacan las peores trastadas. La primera semana les
pas volando, y la segunda ni siquiera la vieron venir.
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Hannah abri los ojos y mir el despertador. Eran las diez de la maana de
un domingo y el sol brillaba por su ausencia. Se coloc de lado y acarici despacio
el brazo enyesado de John. Estaba enamorada de l, de eso ya no tena ninguna
duda. Los primeros das se haba preguntado si era amor o si sencillamente el sexo
era tan fantstico que la tena absorta, pero le bast con ver sonrer a John
mientras le contaba la ltima aventura de sus alumnos para saber que lo quera.
Esa semana iban a quitarle el yeso, John estaba impaciente por poder mover los
dos brazos como un hombre normal, segn sus propias palabras, pero ella saba
que siempre sentira especial cario por esa escayola. Al fin y al cabo, tal vez si
John no se hubiera cado en el bao habran tardado mucho ms en estar juntos.
Aunque estaba convencida de que habran terminado por estarlo.
Buenos das, cario farfull l al abrir los ojos. En qu ests
pensando?
En que te quiero respondi sin ms. Llevaba das pensndolo, se mora
de ganas de decrselo, a pesar de que todava se senta un poco insegura. John se
tens, y vio que en sus ojos apareca un brillo especial, pero antes de que pudiera
preguntarle nada, l la bes con todas sus fuerzas.
En el beso de John haba pasin y ternura, y desesperacin pens Hannah.
Le sujet la cara con la mano ilesa como si tuviera miedo de que ella fuera a
desvanecerse. Se movi para pegarse a ella y, sin dejar de besarla, desliz dicha
mano hacia abajo para desabrocharle la blusa del pijama. Tras varios intentos
fallidos intentos, se apart furioso.
No puedo farfull entre dientes. O te la quitas o har como en las
pelculas y arrancar los botones con los dientes. Mientras ella lo pensaba, volvi
a besarla y no la solt hasta que ella hizo el gesto de apartarse.
Te he contado alguna vez que hace aos me apunt a clases de strip
tease?
Qu has dicho? Esa chica acabara por causarle un infarto.
S le explic mientras se levantaba. Unas amigas y yo cremos que
poda ser divertido.
Divertido? farfull l al ver que ella se contoneaba.
S, y va muy bien para ejercitar los msculos.
Ejercitar?
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Vuelves a hablar con monoslabos? Se burl ella, desabrochndose con
estudiada lentitud los botones.
Aj. Estaba tan embobado y excitado que no se vea capaz de formular
nada ms elaborado.
Vaya, y yo que crea que ya se te haba pasado. Coloc una pierna
encima de la cama y tir despacio del lazo que anudaba los pantalones del pijama.
l ya no trat de decir nada ms.
Completamente desnuda, se arrodill en el colchn, justo frente a los pies
de John, y susurr:
T djate llevar, Garfio.
Lo nico que pudo hacer John fue asentir y luego ella se concentr en
desnudarlo y en recorrerle el cuerpo a besos. Hannah pareca decidida a no dejar ni
un centmetro de piel sin recorrer y no se detuvo hasta que con sus besos y caricias
condujo a John hasta la locura. Iba a darle un beso en una parte mucho ms ntima
cuando l la sujet por la cadera.
Ni se te ocurra, cario. Ya no puedo ms.
Ella le sonri y le dio un beso en los labios. El beso sigui y sigui, y ella
aprovech que l estaba completamente entregado para prepararle para hacer el
amor. Despacio, se incorpor un poco encima de John y le hizo el amor como
siempre haba soado, sin ocultar lo que senta.
Te quiero, John.
Y al igual que antes, l no respondi con palabras sino con los ojos, y
despus la bes y no dej de besarla hasta que los dos tocaron el cielo. Al terminar,
se quedaron abrazados y l pudo sentir que ella sonrea contra su torso.
De qu te res? pregunt John acaricindole la espalda.
Jams pens que me atrevera a hacer un strip-tease a nadie. Lo he
hecho bien?
Bien? Si lo haces mejor me da un infarto. La apart para poder darle un
beso. Pero tu carrera como bailarina extica ha terminado. Al ver que ella lo
miraba ofendida, aadi: A partir de ahora, slo bailars para m.
Pasaron un par de das maravillosos, pero el mircoles todo cambi. John
fue a clase como de costumbre pero al entrar vio que el profesor les reclamaba un
trabajo que puntuaba para nota. Mierda. Saba de sobra lo de ese trabajo, pero
durante esas dos ltimas semanas no tena cabeza para nada. Se haba olvidado.
Mierda. Se pas toda la clase furioso consigo mismo por haber permitido que tal
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cosa sucediera y trat de echarle la culpa de todo a Hannah. Ella le distraa con sus
historias, con sus besos. Cuando estaba con ella no poda pensar en nada ms y si
no estaba con ella era an peor. Si no estaban juntos no poda dejar de
preguntarse dnde estaba o qu estaba haciendo. Era tan atolondrada y tan
despistada que siempre acababa metida en algn lo, como aquel da que acab
cosiendo los disfraces para ms de la mitad de sus alumnos y l estuvo ayudndola
hasta las tantas. Eso tena que acabar. Haban ido demasiado rpido, si
prcticamente estaban viviendo juntos y apenas haca tres semanas que se
conocan. Decidido, al finalizar la clase fue a hablar con el profesor y le pidi un par
de das ms para entregarle el trabajo. Por suerte, y gracias tanto a su excelente
currculum como estudiante como al cabestrillo, que le ofreca la excusa perfecta, el
hombre acept y le dio hasta el viernes.
Ya estoy aqu! grit Hannah al entrar. John, no te creers lo que me
ha sucedido hoy, la directora de la escuela me ha pedido se detuvo al verle la
cara. Te pasa algo? Te encuentras mal?
No, pero tenemos que hablar.
Les ha pasado algo a tus abuelos? Por el modo en que la miraba,
Hannah supo que algo iba mal, muy mal.
No, mis abuelos estn bien, supongo que siguen de crucero. Se sent en
una silla y le indic que hiciera lo mismo. Hoy tena que entregar un trabajo de
derecho internacional.
Un trabajo? pregunt ella sin entender nada.
S, es una parte muy importante de la nota y con todo lo que ha sucedido
estas semanas no lo he hecho.
Bueno, no te preocupes.
S me preocupo, Hannah. Se coloc bien las gafas. No todos somos
como t.
Qu quieres decir con como t?
As, despreocupados.
Crees que yo soy despreocupada?
Y no slo eso afirm l, nunca sabes dnde dejas las cosas. Todo mi
piso est lleno de libros tuyos y de restos de purpurina.
Y eso te molesta?
La verdad es que s respondi l. Necesito orden para estudiar, mi
carrera es muy difcil.
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Y la ma no?
No he querido decir eso.
Y qu has querido decir?
l respir hondo y decidi que haba llegado el momento de seguir con el
plan que se haba marcado desde un principio.
Quiero decir que te agradezco mucho que me hayas ayudado tanto
durante todos estos das, pero Vio que a Hannah le brillaban los ojos pero se
oblig a seguir. He llamado al hospital para ver si podan adelantarme la cita y en
principio maana me quitarn la escayola. Ya no hace falta que te quedes.
Qu ests haciendo, John? Ella se levant y se acerc a l. Todo esto
no es por un trabajo, dime qu es lo que de verdad te preocupa.
No me preocupa nada, es slo que tengo que estudiar y contigo aqu no
puedo hacerlo.
Di mejor que no quieres hacerlo. En estas dos semanas yo he tenido tres
exmenes y he sacado muy buena nota en todos. Iba a acariciarle la mejilla pero
al ver lo vacos que tena los ojos ech la mano hacia atrs. Ya est, no? Todo
ha terminado.
Podemos seguir siendo amigos dijo l sin mirarla.
Claro, amigos. Cogi la mochila que haba dejado en la mesa y fue
llenndola con sus libros. Vendr ms tarde a por mis cosas.
De acuerdo.
De acuerdo? Eso es lo nico que tienes que decir?
Qu quieres que diga? pregunt l apretando las manos.
Me quieres? le pregunt ella colocndose frente a l. No vas a
responderme? Perfecto. Dime entonces una cosa, qu crees que pensaran tus
padres de esto? John por fin la mir. Vaya, veo que al menos hablar de ellos
consigue hacerte reaccionar.
Ellos no tienen nada qu ver en esto, Hannah. Lo nico que sucede es que
prefiero vivir slo, por m podemos seguir vindonos.
Claro, siempre y cuando no te tome demasiadas horas y no te cause
ningn trastorno emocional atac ella dando en el clavo.
Eso lo has dicho t, no yo.
Bueno, uno de los dos tiene que ser valiente. Fue a la cocina y cogi una
bolsa en la que empez a guardar la ropa que tena en el armario.
No has dicho que vendras ms tarde?
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Lo he pensado mejor respondi furiosa. As no tendrs que tropezarte
con mis cosas ni un minuto ms. Toma, aqu tienes tus llaves. Las dej en la
mesa de la entrada. Lamento haberte hecho perder el tiempo.
Hannah, no te vayas as. A John empez a sudarle la espalda slo de
imaginarse que no volvera a verla jams.
Hannah se detuvo unos segundos frente a la puerta, esperando a que l
tratara de impedirle que la abriera, aguantndose las lgrimas que no quera verter
delante de l, pero como John no hizo nada, respir hondo y sali de all.
John se pas la noche sentado en el sof, mirando un bote de purpurina que
Hannah se haba olvidado. Qu diablos haba hecho? Incapaz de pensar en lo que
acababa de suceder, a la maana siguiente John fue a clase y trat de ser el mismo
de antes, pero no pudo. No poda dejar de pensar en Hannah. Le quitaron el yeso y
pens en lo distinto que sera todo si ella siguiera all, pero se neg a ir a buscarla.
En vez de eso, opt por terminar el dichoso trabajo de derecho internacional. As
pasaron dos semanas. De da consegua funcionar, pero de noche no poda cerrar
los ojos sin soar con ella. Un domingo, harto ya de dar vueltas por la cama, se
levant y fue en busca de la foto de sus padres. Estuvo mucho rato mirndola y de
repente fue hacia el armario en el que almacenaba aquella caja en la que guardaba
algunos de los recuerdos que tena de ellos en ese piso. La abri y entre fotos y
cartas encontr un pedazo de papel en el que haba escrito furioso todo lo que iba a
hacer en su vida para conseguir que sus padres se sintieran orgullosos de l. Se
quit las gafas y se frot los ojos. Poda recordar perfectamente lo que sinti al
escribirlo. Haca dos das del funeral de sus padres y sus abuelos ya no saban qu
hacer para animarlo. Estaba encerrado en su habitacin y en un impulso se sent
en el escritorio y escribi todo lo que hara para compensar lo egosta que haba
sido durante esos ltimos aos. Observ la lista y se dio cuenta de que Hannah no
sala en ella. Cmo iba a salir si la haba conocido haca tres semanas? En la lista
aparecan grandes cosas; terminar la carrera con honores, triunfar en el trabajo,
llevar la empresa familiar hasta lo ms alto. Pero en