Cómo entrenar un cachorro de San Bernardo

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Cómo entrenar un cachorro de San Bernardo Entrenar un San Bernardo es como pelear con un alce. El perro es grande, torpe y divertido. Como raza, son amables y tranquilos, aunque a veces pueden usar su volumen para ponerse pesados y hacer lo que quieren. Esa raza se aburre con las repeticiones, así que trata de que las sesiones de entrenamiento sean cortas y animadas. Recuerda que un cachorro joven que traes a casa es cómo un bebé gigante, por lo que el entrenamiento será lento a medida que crece y madura. Mantener una rutina con el perro es importante y ayudará a que tu perro sepa que esperar y a confiar en ti. Sigue leyendo y encontrarás más tips para hacerte la vida más fácil con tu nuevo y peludo amor. Instrucciones 1. Cuando traigas a tu perro por primera vez a casa, muéstrale el lugar donde debe dormir. Le querrás dar un lugar cómodo donde el pueda estar con la familia y donde pase la noche seguro hasta que esté acostumbrado a la casa. Es posible que llore las primeras noches porque extraña a sus compañeros, pero pronto se adaptará a su nueva familia. 2. Durante los primeros meses con tu cachorro de San Bernardo, estarás centrado solamente en que aprenda indicaciones como "siéntate", "quédate quieto", "ven" y "no". Puedes practicar estas entradas con él 10 minutos cada día. Los primeros meses serán para establecer una rutina que ayudará a tu cachorro a sentirse cómodo: comer en determinadas horas, ir al baño justo después de comer, un tiempo para jugar, cepillar ese largo abrigo y entre una cosa y otra un rato de siesta. Cuanta más interacción pueda tener con tu familia y extraños (yendo a caminatas o en el coche)más ayudarás a tu perro a socializar y sentirse seguro y cerca de ti. 3. Así como para evitar malos hábitos, la mejor manera de evitar que tu San Bernardo ladre mucho es pararlo con un firme "no". Lo mismo funciona para evitar mordiscos, mascar y aullar. Un cachorro dejará de hacer estas cosas si obtiene de ti una respuesta negativa y si estás cerca para enseñarle comportamientos positivos. Enseñarle pronto a un San Bernardo a no saltar sobre la gente es esencial. Si empieza a saltar, da un tirón a la correa y di "no". Aprenderás, a medida que lo conozcas, el momento en el que va a saltar sobre alguien y podrás hacer que se siente o que esté quieto para que eso no suceda y recompensarlo para darle un sentido positivo a la orden de sentarse o de estar quieto. 4. Un San Bernardo responde bien al entrenamiento en casa si empiezas y continúas exactamente de la misma forma cada día. Si el perro tiene una rutina sólida y sabe cuándo comer y cuándo salir, y que se espera que orine fuera, se

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Cómo entrenar un cachorro de San BernardoEntrenar un San Bernardo es como pelear con un alce. El perro es grande, torpe y divertido. Como raza, son amables y tranquilos, aunque a veces pueden usar su volumen para ponerse pesados y hacer lo que quieren. Esa raza se aburre con las repeticiones, así que trata de que las sesiones de entrenamiento sean cortas y animadas. Recuerda que un cachorro joven que traes a casa es cómo un bebé gigante, por lo que el entrenamiento será lento a medida que crece y madura. Mantener una rutina con el perro es importante y ayudará a que tu perro sepa que esperar y a confiar en ti. Sigue leyendo y encontrarás más tips para hacerte la vida más fácil con tu nuevo y peludo amor.

Instrucciones

1. Cuando traigas a tu perro por primera vez a casa, muéstrale el lugar donde debe dormir. Le querrás dar un lugar cómodo donde el pueda estar con la familia y donde pase la noche seguro hasta que esté acostumbrado a la casa. Es posible que llore las primeras noches porque extraña a sus compañeros, pero pronto se adaptará a su nueva familia.

2. Durante los primeros meses con tu cachorro de San Bernardo, estarás centrado solamente en que aprenda indicaciones como "siéntate", "quédate quieto", "ven" y "no". Puedes practicar estas entradas con él 10 minutos cada día. Los primeros meses serán para establecer una rutina que ayudará a tu cachorro a sentirse cómodo: comer en determinadas horas, ir al baño justo después de comer, un tiempo para jugar, cepillar ese largo abrigo y entre una cosa y otra un rato de siesta. Cuanta más interacción pueda tener con tu familia y extraños (yendo a caminatas o en el coche)más ayudarás a tu perro a socializar y sentirse seguro y cerca de ti.

3. Así como para evitar malos hábitos, la mejor manera de evitar que tu San Bernardo ladre mucho es pararlo con un firme "no". Lo mismo funciona para evitar mordiscos, mascar y aullar. Un cachorro dejará de hacer estas cosas si obtiene de ti una respuesta negativa y si estás cerca para enseñarle comportamientos positivos. Enseñarle pronto a un San Bernardo a no saltar sobre la gente es esencial. Si empieza a saltar, da un tirón a la correa y di "no". Aprenderás, a medida que lo conozcas, el momento en el que va a saltar sobre alguien y podrás hacer que se siente o que esté quieto para que eso no suceda y recompensarlo para darle un sentido positivo a la orden de sentarse o de estar quieto.

4. Un San Bernardo responde bien al entrenamiento en casa si empiezas y continúas exactamente de la misma forma cada día. Si el perro tiene una rutina sólida y sabe cuándo comer y cuándo salir, y que se espera que orine fuera, se acostumbrará a este hábito y continuará haciéndolo. En casa tiene que estar contenido cuando no estén jugando con él, de forma que sepas donde está y que no sea libre para moverse y cometa un error orinando en la casa. Una vez esté entrenado podrá moverse con libertad, pero un cachorro joven no es lo suficientemente maduro para entender el comportamiento dentro de la casa. La rutina durante varios meses hará que la aprenda.

5. Un San Bernardo es un animal adorable y devoto. Si celebras todos sus logros verbalmente ("Bien" y "Sí"), tu perro se esmerará en complacerte. Las recompensas de comida también son buenas, pero tú querrás que tu perro responda a tus reacciones amables. Ayúdale a que aprenda las conductas correctas y enfatiza lo bueno cuando el perro esté obedeciendo, y lo tendrás obedeciendo en poco tiempo. El único

momento para corregir una conducta negativa es justo en el momento en el que está haciéndola. Si ha destrozado el sofá y tú lo descubres horas después y lo castigas, el no tendrá idea de qué haces y sólo aprenderá a tenerte miedo. Trata de que los comportamientos negativos sean mínimos confinando al perro a un área segura cuando no estés con él ¡así tendrás menos motivos para enojarte y más motivos para felicitarlo!

El San Bernardo es un perro con mucha historia tras su lomo. Actualmente se le considera un perro idóneo para la vida en familia por los cuidados y el cariño que aporta. Parece como si estuviera destinado a causar felicidad y evitar el mal en las personas. Esto lo demuestran las muchas y contrastadas historias sobre su labor de guía y rescate en zonas montañosas, evitando así ingentes muertes por el frío a viajeros perdidos.

 

Con una altura que varía entre los 70 y 90 centímetros, posee unas habilidades especiales para el rescate. Su finísimo olfato le ayuda a localizar personas enterradas en la nieve, aunque se encuentren a varios kilómetros. Y esto lo hace por iniciativa propia. Por lo tanto, no tiene precio como rastreador. Además se sabe desenvolver muy bien en terrenos hostiles.

 

Los San Bernardo se usan ya más como animal de compañía que como perro de salvamento. Con él, se tiene la protección asegurada. A pesar de su bondad, atacará si cree que le quitan algo que considera de su propiedad o atacan a uno de los suyos. Y aunque pueda parece torpe por sus atribuciones físicas, es más ágil de lo que se cree.

Orígenes

Hay muchas teorías sobre el origen de la especie. José Ramón Hoz, criador, nos ilustra un poco: ""La teoría que mas convence a la mayoría de los estudiosos es la dirigida por C. Séller, H. Kramer y A. Heim en la que se relaciona al San Bernardo con el antiguo moloso de la estirpe asiriobabilónica."" Dicha raza data de la época del primer emperador romano. Las vicisitudes de la expansión militar romana ayudaron al auge de la especie por los Alpes según la teoría.

Durante la Edad Media serían usados como perros de guardia en castillos. Así hasta que llegamos al punto en el que todas las teorías se ponen de acuerdo. Y esto es cuando los monjes del Hospicio del Gran San Bernardo, fundado por el noble Bernardo de Mentoneen el año 1.049, empezaron a usarlos como guías. Debido a un incendio en el que ardieron varios manuscritos, no podemos confirmar en qué fecha exacta tuvo lugar este hecho.

Así pues, los San Bernardo empezaron a rescatar montañistas y viajeros perdidos por estas zonas. De ellos el más recordado es 'Barry', del que se dice que salvó 40 vidas humanas. Por su parte, la raza se mantiene con pocos cambios debido al aislamiento que se produjo en relación a otros ejemplares caninos. El nombre de San Bernardo se le atribuyó en el siglo XIX, siendo conocido anteriormente como Mastín de los Alpes.

Carácter

Este perro es conocido por su carácter bonachón y cariñoso. Es un amigo fiel y tranquilo. En especial coge mucho afecto a los niños y a los ancianos, y les cuida más que a ningún otro miembro de la casa. Por eso se dice de él que es el 'perro niñera'. Obedece a su amo sin remilgos y ama la paz. Sabedor de su fuerte físico, suele evitar peleas aunque no se lleva muy bien con las razas pequeñas.

Además es el perfecto guardián de la casa. Como ya se ha mencionado, los más pequeños están seguros con él.

Otra ventaja que tiene respecto a demás perros es que no suele destrozar los muebles ni pagar su curiosidad con almohadas y cojines. Si esto fuera poco, su buena voluntad se ve en su

predisposición al aprendizaje y el juego. Lo único que se le podría achacar es que es algo tozudo.

Cuidados

A priori, no necesita de unos cuidados especiales. Como todos los perros, necesita que se le cepille semanalmente, se le bañe un par de veces, al año, etc. También hay que llevar al día la vacunación y desparasitación. Respecto al ejercicio, debe hacerlo pero de forma moderada. Ni debe quedarse todo el día tumbado ni debe ejercitarse en exceso ya que eso le puede perjudicar.

Algo que necesita para vivir es afecto. Tiene la necesidad de verse involucrado en la familia, sentirse uno más. Si esto no pasa, el perro tiende a ser arisco. Aún así esto no es lo habitual y el can nos demuestra su cariño siempre que puede. Otro requisito es el espacio. No puede tenerse en un piso, necesita moverse libremente, incluso para dormir.

 

Una de las características que tiene es su salivación. Tiende a babear mucho, eso es importante saberlo a la hora de planificar la higiene de la casa. También ronca pero es que si no lo hiciera, sería demasiado perfecto.

FICHA TECNICA

SUS CARACTERISTICAS: COLA: ancha en la base, puntiaguda en el extremo, cuelga en reposo y se curva un poco cuando está en acción

CABEZA: cráneo algo abombado y macizo. Morro corto y cuadrado. Cuello muy musculoso.

CUERPO: lomo ancho y pecho profundo.

EXTREMIDADES: miembros anteriores restos y sólidos. Los posteriores bien desarrollados, y muslos poderosos. Pies grandes y compactos.

ALIMENTACION

Tipo de comida: piensos de primera calidad con una proporción equilibrada de nutrientes, sobre todo en su etapa de cachorro

Agua: renovada y limpia y siempre a su disposición. Más aún en épocas calurosas.

SU TARJETA DE IDENTIDAD

Talla: 65 cms. para la hembra y 70 para el macho

Peso: de 50 a 55 Kg. como mínimo

Pelo: semilargo, plano o ligeramente ondulado, o corto (más raro).

Color: Blanco con grandes manchas rojas o amarillo-marrón, con marcas blancas obligatorias, precisamente situadas en la cabeza y el cuerpo.

Cabeza: Poderosa y ligeramente abombada con hocico corto y ancho y labios muy desarrollados.

Su imponente volumen y sus hazañas de perro de avalanchas le han merecido su reputación. En todo el mundo es el símbolo del perro grande aunque el estándar evoca modestamente a un animal relativamente grande. Es evidente que un San Bernardo no puede ser más que muy grande de estatura. Por otro lado, su llegada a los escenarios cinófilos estuvo marcada por especímenes de medidas excepcionales, Lion, el primer representante de la raza, llegó a Gran Bretaña y fue inmortalizado por el célebre pintor de animales Laudseer, este medía 80 cms. a la cruz. En cifras, estaba muy lejos del

famoso Lord Bute, presente en la Exposición de Sheffield en 1887, el cual medía 109 cms. con un contorno de pecho de 120 cms. y sobrepasando los 112 Kgs. de peso. Este perro, evidentemente causó sensación y finalmente lo vendió a precio de oro a un rico americano. También podemos recordar a Courage, uno de los fundadores de la cría alemana que alcanzaba los 90 cms. a la cruz. Para remitirnos a épocas más cercanas, podemos citar a Arco von Helenhof, 88 cms. con 100 Kgs. y Jago del Soccorso, de 96 cms. con 108 Kgs. Otros especímenes entraron en el libro de los records, sobrepasando los 115 Kgs.

La búsqueda de volúmenes tan considerables causó rápidamente anomalías en la raza. Grande no quiere decir obeso. Se buscaban sujetos que midieran 77 a 80 cms. de cruz para los machos y 72 a 75 para las hembras. Para el macho, el rapport ideal talla-peso es de 1 Kilo por centímetro de talla, y de 0.850 grs. por centímetro para las hembras. En altura, la caja torácica no debe superar el nivel del codo. Los miembros posteriores deben presentar una angulación. Pero es por la cabeza por lo que se reconoce a un San Bernardo. Grande con un cráneo ancho, muy ligeramente abombado, un hocico corto y derecho, muy ancho. Cráneo y hocico están separados por un stop muy pronunciado, especialmente en el macho. Destacan los pliegues en la frente y el morro está bien desarrollado.

El San Bernardo posee una estructura muy particular que se acerca más a la del dogo que a la de un perro de montaña (tipo montaña del Pirineo). Los ojos oscuros están un poco hundidos y caídos, con un párpado inferior en canal. Las orejas no demasiado grandes, ni pegadas muy altas, son muy móviles, sin estar pegadas a las mejillas.

CUIDADOS

Para alimentar a nuestro San Bernardo debemos tener en cuenta ciertas premisas.

Debemos contar con un mínimo de 750 gr./día y hasta 1 Kg/día, según volumen (de 50 a 70 Kgs.), de alimento seco completo (croquetas). Esta ración la debemos repartir en dos comidas. Un cachorro que llegue a la mitad de su peso adulto puede necesitar 1000 g./día y más de alimento seco completo “especial para razas gigantes”. También debemos hacer un seguimiento del perro a través de un veterinario conocedor de los problemas de crecimiento de las razas gigantes.

El San Bernardo es un perro muy rústico por lo que su pelaje no necesita cuidados muy meticulosos. Pero un vigoroso cepillado por semana es indispensable. Durante los periodos de muda podemos utilizar una almohaza o peine de hierro todos los días, y cepillarlo a fondo para eliminar el pelo muerto y evitar que se le enmarañe demasiado.

EDUCACION Y COMPORTAMIENTO 

Es de buen carácter, es un modelo de bondad, de fuerza tranquila que capta sus medidas únicas. Todos los aficionados a la raza alaban sus cualidades de inteligencia. Ante todo es un animal muy afectuoso que odia estar separado de su dueño. No tardaremos en pedirle que no de muchas muestras de cariño, debido a su gran fuerza,

debemos prestar especial atención a los movimientos agitados de su cola. Su mirada un poco triste no deja adivinar un carácter muy alegre. A medida que vaya creciendo irá sentando la cabeza poco a poco. El macho es, a menudo , muy cabezota y testarudo. Debemos imponerle disciplina sin brutalidad, pero con firmeza y constancia, de forma que no haga lo que él quiera con su fuerza y según la edad. No es fácil dominar un peso como el del San Bernardo. No obstante, raramente es un perro dominante hasta el punto de resultar agresivo, si es enseñado por su dueño. Generalmente no busca pelea con otros perros, ladra rara vez.

¿Es un buen guardián? Su tamaño es muy disuasivo, pero va precedido por su fama de gentil. No obstante, es capaz de advertir a cualquiera que se le acerque con malas intenciones. Los San Bernardo no tienen necesidad de avisar cada vez que una persona se acerca a casa o llega el coche.

A pesar de su talla, todo en él es razonable. No es muy exigente en lo que a espacio se refiere. Prefiere vivir en la ciudad con sus dueños que en un espacioso jardín, solo.

Adora los viajes en coche, por lo que podremos llevarlo a todas partes siempre que su volumen no sea un inconveniente. Es un perro de casa, tranquilo y silencioso. A veces babea, pero se puede corregir con una buena higiene. Las comidas deben darse a horas regulares, nada de picar entre horas. Durante nuestra comida o después de ésta no debemos darle nada, esto evitará que babee.

La vida de un San Bernardo no gira en torno a la nutrición como muchos creen, necesita hacer ejercicio y se le debe acostumbrar desde pequeño. Le gusta el agua y sobretodo la nieve, su elemento natural en cualquier expresión.

No olvidemos su formidable resistencia, puede dormir todas las noches del año en un simple lecho en el jardín.

Su destino no puede ser otro que el de salvar viajeros perdidos en las tempestades de nieve. Aunque también posee capacidad para prevenir avalanchas, detectar vida enterrada bajo la nieve (hasta 3 metros).

Actualmente, utiliza todos sus instintos como salvaguarda de su familia, en particular de los niños.

SALUD

De raza gigante, un San Bernardo de 4 ó 5 meses puede pesar como un Pastor Alemán adulto. Su alimentación debe ser rica en proteínas, minerales y vitaminas, pero sin exceso. La elección de un alimento seco de buena calidad, especialmente indicado para razas gigantes es el más indicado. Un aporte de vitamina C no sólo no es perjudicial, sino que además es beneficioso para la prevención de la displasia de cadera. Estudios recientes americanos indican que el San Bernardo es una de las razas más propensas a padecer displasia de cadera. Alrededor de un 40% de los perros americanos están

afectados. Esta cifra no es trasladable a nuestro país. El entorno también es importante: por ejemplo la nutrición y en particular la sobrealimentación.

Con sus ojos caídos, el San Bernardo posee una mirada nostálgica que le otorga un aire de encanto. Pero una exageración de esta característica conduce a una mala posición de los párpados, con irritación de los ojos producida por las pestañas. Debe hacerse operar, aunque esta operación es benigna si no se demora.

Igual que para todas las razas de orejas colgantes, una prevención de otitis y otras afecciones es indispensable en el San Bernardo. De forma eventual debemos depilar el pelo en exceso que impide que la oreja se airee.