Construcción de un índice de Xenofobia-Racismo...Construcción de un índice de Xenofobia-Racismo...

18
L as ciencias sociales en particular, como todas las ciencias en general, necesitan instrumentos de medición para poder definir y explicar la realidad, sea Østa social o natural. Los conceptos, en unas disciplinas y en otras, son abstractos, y requieren su operacionalización, lo cual requiere consenso entre quienes los utilizan, si es que se quiere que las mediciones puedan ser replicadas y sus resultados comparados. La diferencia estÆ en que las ciencias duras o experimentales se han formalizado desde hace mÆs siglos, lo que ha permitido que los científicos e investigadores hayan podido lle- gar a acuerdos sobre la utilización e interpre- tación de sus instrumentos de medición, mientras que en las ciencias sociales, mucho mÆs recientes, no se ha llegado a esos niveles de consenso, entre otras razones porque la ideología y los valores intervienen mÆs en la definición de los conceptos e incluso en la construcción de los instrumentos de medición en las ciencias sociales que en las denomina- das naturales, duras o experimentales. El problema de la medición de conceptos socioló- gicos es muy antigua, siendo famosa la con- troversia entre Lundberg 1 y Blumer 2 sobre la operacionalización de los conceptos, contro- versia en la que el primero defendía su uso incluso cuando no estuviese todavía total- mente definido el concepto y su operacionali- zación, mientras que el segundo abogaba por una definición y operacionalización precisas hasta el punto de demorar su utilización has- ta que esas dos tareas no estuviesen total- mente bien realizadas. La problemÆtica de medir conceptos abs- tractos, aœn siendo mÆs frecuente en las cien- cias sociales, no es ni mucho menos descono- cida en las ciencias denominadas «duras». Conceptos como longitud, peso, temperatura, por seæalar solo algunos de los mÆs conocidos, no pueden ser medidos directamente, sino que requieren instrumentos de medición que han sido previamente consensuados por la comunidad científica. Prueba de ello es que los instrumentos de medición que se han uti- lizado en diferentes sociedades han variado tanto en el espacio como en el tiempo, e inclu- so cuando se ha mantenido un instrumento (p.e., el metro para medir distancias) su defi- nición ha cambiado a lo largo del tiempo, a medida que se ha avanzado en precisión en las mediciones. En el caso de la medición de la temperatura el consenso no ha sido unÆnime, hasta el punto de que co-existen varias esca- las para medirla: la centígrada, la Fahren- heit, la Celsius, la Kelvin, la Rankine, la Rea- 21 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80 * Universidad Complutense, Madrid. 1 G. A. LUNDBERG: «Operational definitions in the social sciences», American Journal of Sociology, 47, 1942. 2 H. BLUMER: «Science without concepts», American Journal of Sociology, 36, 1931. Construcción de un índice de Xenofobia-Racismo JUAN D˝EZ NICOL`S*

Transcript of Construcción de un índice de Xenofobia-Racismo...Construcción de un índice de Xenofobia-Racismo...

Las ciencias sociales en particular, como todas las ciencias en general, necesitan instrumentos de medición

para poder definir y explicar la realidad, seaésta social o natural. Los conceptos, en unasdisciplinas y en otras, son abstractos, yrequieren su operacionalización, lo cualrequiere consenso entre quienes los utilizan,si es que se quiere que las mediciones puedanser replicadas y sus resultados comparados.La diferencia está en que las ciencias duras oexperimentales se han formalizado desdehace más siglos, lo que ha permitido que loscientíficos e investigadores hayan podido lle-gar a acuerdos sobre la utilización e interpre-tación de sus instrumentos de medición,mientras que en las ciencias sociales, muchomás recientes, no se ha llegado a esos nivelesde consenso, entre otras razones porque laideología y los valores intervienen más en ladefinición de los conceptos e incluso en laconstrucción de los instrumentos de mediciónen las ciencias sociales que en las denomina-das naturales, duras o experimentales. Elproblema de la medición de conceptos socioló-gicos es muy antigua, siendo famosa la con-troversia entre Lundberg1 y Blumer2 sobre la

operacionalización de los conceptos, contro-versia en la que el primero defendía su usoincluso cuando no estuviese todavía total-mente definido el concepto y su operacionali-zación, mientras que el segundo abogaba poruna definición y operacionalización precisashasta el punto de demorar su utilización has-ta que esas dos tareas no estuviesen total-mente bien realizadas.

La problemática de medir conceptos abs-tractos, aún siendo más frecuente en las cien-cias sociales, no es ni mucho menos descono-cida en las ciencias denominadas «duras».Conceptos como longitud, peso, temperatura,por señalar solo algunos de los más conocidos,no pueden ser medidos directamente, sinoque requieren instrumentos de medición quehan sido previamente consensuados por lacomunidad científica. Prueba de ello es quelos instrumentos de medición que se han uti-lizado en diferentes sociedades han variadotanto en el espacio como en el tiempo, e inclu-so cuando se ha mantenido un instrumento(p.e., el metro para medir distancias) su defi-nición ha cambiado a lo largo del tiempo, amedida que se ha avanzado en precisión enlas mediciones. En el caso de la medición de latemperatura el consenso no ha sido unánime,hasta el punto de que co-existen varias esca-las para medirla: la centígrada, la Fahren-heit, la Celsius, la Kelvin, la Rankine, la Rea-

21REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

* Universidad Complutense, Madrid.1 G. A. LUNDBERG: «Operational definitions in the

social sciences», American Journal of Sociology, 47, 1942. 2 H. BLUMER: «Science without concepts», American

Journal of Sociology, 36, 1931.

Construcción de un índicede Xenofobia-Racismo

JUAN DÍEZ NICOLÁS*

mur, y la de los gases perfectos, por mencio-nar solo algunas de las más conocidas.

No obstante, y a pesar del carácter relati-vamente reciente de la elaboración de indica-dores sociales su crecimiento ha sido tan rápi-do como abundante, hasta el punto de quecualquier intento por sistematizar su númerosería inútil, pues incluso en áreas pequeñasdel conocimiento será necesariamente limita-do. Un trabajo pionero y clásico fue el deMerrit y Rokkan relativo a indicadores paracomparar naciones3, y otro clásico posteriorfue el de Russet y otros4 en el que se incluíanya varios centenares de indicadores relativosa países como unidades de análisis, no a pro-piedades individuales, una distinción que espreciso recalcar, porque se trata de dos nive-les de análisis a veces muy diferentes.

Gross5, al referirse a esa problemática,planteó la frecuente necesidad de tener queelegir entre utilizar un indicador no refinadodel concepto en el que se tiene interés o utili-zar un indicador preciso pero que solo seaproxima a dicho concepto. En cualquiercaso, parece claro que la definición del con-cepto, con la mayor precisión posible, debe serprevia a la elaboración de indicadores paramedirlo. En efecto, si la definición del concep-to se ha hecho con precisión, se podrán cono-cer sus diferentes dimensiones, y por tanto sepodrán posteriormente seleccionar los indica-dores que midan con la mayor precisión posi-ble esas diferentes dimensiones. En estadinámica entre los conceptos abstractos y losindicadores concretos se resume la tarea dedefinir la elaboración del sistema de indica-

dores, que culmina con la elaboración de índi-ces mediante la combinación en una solamedición de los distintos indicadores que sehayan seleccionado para medir cada una delas dimensiones diferenciadas del concepto.

Zeisel6 señaló cuatro aspectos a tener encuenta en la construcción de índices: exacti-tud (validez), utilidad teórica y práctica, eco-nomía, y claridad. El índice, por tanto es unnúmero estadístico que intenta resumir enun solo instrumento de medida la informa-ción proporcionada por uno o más indicadoresde un concepto. A manera de resumen, puedeafirmarse que la construcción de un indicadorrequiere las siguientes tareas: definición delconcepto, descomposición del concepto en susdiferentes dimensiones o aspectos, selecciónde indicadores para medir cada una de lasdimensiones o aspectos, y combinación de losindicadores (con pesos o ponderaciones quepueden o no ser diferentes) en un índice queresume el concepto del que se había partido.

Durante los últimos cuarenta años, sinembargo, se han multiplicado los intentos porconstruir sistemas de indicadores sociales,políticos y económicos para diferentes secto-res de la sociedad, y cada vez más los intentosse refieren no a un país concreto, sino al con-junto de los países en la esfera internacional.Cada vez es más frecuente también la elabo-ración de indicadores basados en los datosque proporcionan encuestas, como el Senti-miento del Consumidor, el Índice de Post-materialismo, la Satisfacción con el funciona-miento de la Democracia, los diversos índicesde Status Socio-económico, los de Xenofobia yRacismo, de Dogmatismo, de Posición Social,que son utilizados cada vez por un mayornúmero de investigadores en muy diferentespaíses, acercándose también en este ámbitode las actitudes y los valores culturales alconsenso con el que se aceptan otros indica-dores en el ámbito de las ciencias naturales.

ESTUDIOS

22 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

3 RICHARD L. MERRIT and STEIN ROKKAN (Eds). Compa-ring Nations: The use of quantitative data in cross natio-nal research, New Haven: Yale University Press, 1966

4 BRUCE M. RUSSETT, HAYWARD R. ALKER, JR., KARL W.DEUTSCH y HAROLD D. LASSWELL: Análisis Comparado deIndicadores Sociales y Políticos, Euramérica, Madrid,1969. (Traducción de J. Díez Nicolás).

5 B. M. GROSS: «The State of the nation: Social sys-tems accounting», en R. A. BAUER (ed.): Social Indicators.The M.I.T. Press, Cambridge, Mass., 1966.

6 H. ZEISEL: Say it with Figures. Harper and BrothersPublishers, New York, 1957.

Y han comenzado también a desarrollarseindicadores basados en el juicio o evaluaciónde expertos, como son los índices de desarro-llo democrático construidos respectivamentepor Freedom House7 y por el Banco Mundial8,o el índice de Corrupción elaborado porTransparency International9, o el índice deSostenibilidad Ambiental10, todos los cualesse basan en las puntuaciones que determina-dos «evaluadores» o jueces asignan a cadapaís en dichos aspectos de la realidad social.La dificultad de definir los conceptos en cien-cias sociales es por tanto significativamentemayor que en las ciencias naturales y experi-mentales, hasta el punto de que conceptoscomo libertad, desarrollo, felicidad, e inclusocomo los de sexo y edad, están sujetos a enor-mes variaciones culturales y temporales.Tradicionalmente se ha medido el sexo comoformado por dos categorías mutuamenteexcluyentes que agotaban el concepto, pero lacada vez más frecuente aceptación social dela homosexualidad, y la práctica del transe-xualismo que han hecho posible las cienciasde la salud, están ampliando y complicandolas diferentes categorías que constituyen elinstrumento para medir esa propiedad indi-vidual. En cuanto a la edad, la consideraciónque en la actualidad se hace del término«joven» es muy diferente de la que se acepta-ba en España en otros tiempos. Hoy se aceptaese término para definir a los menores de 30 eincluso 35 años, cuando en otras épocas bas-tante recientes se consideraba que la juven-tud acababa prácticamente al llegar a lamayoría de edad de entonces, es decir, a los21 años, si es que no antes. El adelanto de lamayoría de edad a los 18 años no solo no haadelantado el final de la juventud, sino que loha ampliado al doble de esa edad.

Así pues, para poder medir un conceptoabstracto lo primero que debe hacerse es defi-

nirlo, y aunque la definición constituye habi-tualmente un motivo de polémica entre loscientíficos, incluso en las ciencias sociales seva llegando a cierto consenso en la definiciónde algunos conceptos generales y frecuente-mente utilizados. Por ejemplo, cada vez exis-te más consenso entre los expertos en definirla «democracia» como un sistema político querequiere la existencia de más de un partidopolítico, que establezca y garantice la convo-catoria y realización de elecciones periódicas,que garantice la posibilidad real de alternan-cia en el ejercicio del poder, que garantice elrespeto a un conjunto relativamente biendefinido de derechos, libertades y garantíasindividuales, y que establezca un sistemareal de control del poder y rendición de cuen-tas al pueblo soberano. Otra cosa bien distin-ta es, por supuesto, que no todos los sistemaspolíticos denominados «democracias» cum-plen en la misma medida con cada uno deestos criterios o dimensiones. Y esta es, preci-samente, la esencia de la tarea de medir con-ceptos abstractos: la definición del concepto,que entraña la descomposición del mismo ensus múltiples componentes o dimensiones,que a su vez son susceptibles de ser medidosde manera diferenciada y con instrumentosigualmente diferenciados.

LA ELABORACIÓN DE UN ÍNDICE DEXENOFOBIA Y RACISMO

La primera tarea que debe abordarse alintentar construir un Índice de Xenofobia yRacismo implica, precisamente, definir quése entiende por esos dos términos. De unamanera muy general puede afirmarse que laxenofobia se refiere a las actitudes y/o com-portamientos relativos a la exclusión socialde los extranjeros, de las personas con unanacionalidad distinta a la propia, mientrasque el racismo se refiere a las actitudes y/ocomportamientos relativos a la exclusiónsocial de los miembros de otras razas diferen-tes de la propia. Aunque teóricamente pue-den diferenciarse ambos conceptos, en la

JUAN DÍEZ NICOLÁS

23REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

7 http://www.freedomhouse.org 8 http://www.bancomundial.org

9 http://www.transparency.org 10 http://www.eclac.org

práctica diaria se comprueba que cuando unespañol se niega a alquilar una vivienda a unnigeriano sería difícil medir si lo hace porqueno es español o porque no es blanco/caucásico,o incluso, porque su condición socio-económi-ca es más baja que la del sujeto que se niega aalquilar. Por tanto, una primera auto-críticaque debe hacerse aquí es que, cuando se des-ciende al terreno de las actitudes y comporta-mientos concretos, resulta muy difícil sepa-rar las distintas modalidades de exclusiónsocial, porque los instrumentos de mediciónno lo suelen permitir. Por ejemplo, cualquierinvestigador sabe que, en España, el término«inmigrante» se refiere a cualquier no-español que establece su residencia temporalo permanente en España. Pero esa es la defi-nición legal, porque la que se utiliza en el len-guaje diario no incluye a los extranjeros pro-cedentes de países desarrollados. Nadiedefine al director de una multinacional quetenga nacionalidad alemana o francesa como«inmigrante». La definición está muy condi-cionada por el país de procedencia (p.e., en ellenguaje diario se habla de los dominicanos oecuatorianos como inmigrantes, pero raravez se utiliza ese término para referirse a losargentinos o mexicanos que residen enEspaña). Pero incluso los procedentes de unmismo país recibirán o no el calificativo deinmigrante según su color de piel y según sucondición socio-económica. Por ello, cuandoen cualquier investigación por encuesta seformulan preguntas relativas a «inmigran-tes» no resulta fácil saber cuál es la imagenque se evoca en el entrevistado, es decir, no sesabe con certeza cual es el referente que elentrevistado tiene en mente al contestar. Elproblema subsiste cuando se formula la pre-gunta más precisa, indicando que se pregun-ta por los procedentes de un determinadopaís, pues los nacionales de ese país puedentener diferentes colores de piel y diferentescondiciones socio-económicas.

Cuando en 1991 se inició la serie deencuestas anuales ASEP-CIRES sobre «Acti-tudes de los Españoles hacia los Inmigran-

tes», utilizando un cuestionario que apenasha variado desde entonces hasta 2007, con elfin de asegurar la comparación temporal delos resultados, no se estableció de antemanoel objetivo de elaborar un índice para medir laxenofobia o el racismo, dos conceptos que,como se ha indicado, se solapan entre sí y conotros conceptos (como la clase social o engeneral el status socio-económico) muchomás de lo que los investigadores querríamosadmitir. Más bien, como sucede con frecuen-cia en el proceso de investigación, la necesi-dad de elaborar tal índice surgió al analizarlos datos, para disponer de una variable queresumiera la información proporcionada pormuchas otras variables incluidas en el cues-tionario. Sería fácil ahora afirmar que seincluyeron determinadas preguntas con elobjetivo de construir un índice, pero lo ciertoes que se procedió al revés, se construyó uníndice aprovechando determinadas pregun-tas incluidas en el cuestionario que, intuiti-vamente, parecían medir racismo o xenofo-bia11. La honestidad científica requiere rela-tar como se elaboró ese primer índice de xeno-fobia y racismo (que de ahora en adelantedenominaremos IXR-1), y no hacer una«reconstrucción» del proceso para acomodarloa lo que exigen los cánones establecidos por lametodología más estricta.

En la primera investigación de la serie,iniciada por ASEP para el proyecto CIRES12,

ESTUDIOS

24 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

11 KAREL KOSIK, La Dialéctica de lo Concreto. Grijalbo:México. 1967. Kosik diferenciaba entre la «lógica en uso»(cómo se había hecho realmente la investigación) y la«lógica reconstruida» (como se decía que se había hechola investigación). En realidad no es la investigación el úni-co ámbito en que se procede así. Generalmente, al escri-bir un libro, las conclusiones son lo primero que se escri-be, mientras que el prólogo es lo último.

12 El proyecto CIRES fue solo un nombre para unproyecto, nunca fue una institución. Como ASEP llevabahaciendo un sondeo mensual nacional sobre «La Opi-nión Pública de los Españoles» desde octubre de 1986,ASEP y los patrocinadores-promotores del proyecto(Fundación BBV, Fundación Cajamadrid y FundaciónBBK) decidieron dar el nombre de CIRES al proyecto de

no se construyó el IXR-1, sino que se constru-yó una primera variable que resumía las acti-tudes hacia los inmigrantes como positivas,neutras y negativas (aunque posteriormentesí se ha podido elaborar, porque las preguntassí estaban incluidas). Fue en el informe deresultados de la investigación de 1992 cuandopor vez primera se construyó el IXR-1, y se haseguido construyendo desde entonces hasta lainvestigación de 2007 sobre la base los mis-mos ítems, con el fin de garantizar la compa-ración, puesto que si se hubiera modificado sucomposición no se podría determinar si loscambios se debían a cambios reales en laxenofobia-racismo de los españoles o a uncambio del instrumento de medición. Parabien o para mal, por tanto, se ha podido medirla persistencia o cambio de las actitudes delos españoles hacia los inmigrante duranteun período de diecisiete años (y dieciochoinvestigaciones, pues se realizaron dos en1995, la última del proyecto CIRES y la pri-mera continuada por ASEP desde entonces,que ha incluido el modulo todos los años den-tro de uno de sus cuestionarios mensuales).

«Las preguntas utilizadas para elaborareste índice de xenofobia se refieren a las acti-tudes básicas hacia la inmigración medidas através de cinco frases de acuerdo-desacuerdoque se propusieron a los entrevistados:

a) Solo se debería admitir a trabajadoresde otros países cuando no haya españolespara cubrir esos puestos de trabajo.

b) Bastante difícil es la situación económi-ca de los españoles como para además tener

que destinar dinero a ayudar a los inmigran-tes.

c) Se diga lo que se diga, a todos nosmolestaría que nuestros hijos tuvieran com-pañeros de otras razas en sus escuelas.

d) La inmigración extranjera acabará pro-vocando que España pierda su identidad.

e) Los ciudadanos de cualquier paísdeberían tener derecho a establecerse encualquier otro país, sin ningún tipo de limita-ciones.

A quienes respondieron estar «muy deacuerdo» o «de acuerdo» con las frases a), b), c)y d), o «muy en desacuerdo» o «en desacuerdo»con la frase e), se les asignó un punto. Delmismo modo, se asignó un punto a los entre-vistados que prohibirían a su hija tener rela-ciones con un hombre de cada uno de lossiguientes grupos sociales: gitanos, norteafri-canos, africanos de raza negra, sudamerica-nos y europeos del este. Finalmente, seasignó también un punto a quienes juzgaronmolesta la convivencia en el vecindario consudamericanos, gitanos, africanos de razanegra y marroquíes. El índice de xenofobiaasí elaborado puede variar entre 0 (nadaxenófobos) y 14 puntos (muy xenófobos)»13.

La distribución de los entrevistados (alre-dedor de 1.200 en cada investigación) en laescala del IXR-1 ha sido muy similar todos losaños desde entonces, y su relación con dife-rentes variables socio-demográficas y actitu-dinales ha sido igualmente reiterada año trasaño con diferencias estadísticamente no sig-nificativas14. En la parte descriptiva del IXR-

JUAN DÍEZ NICOLÁS

25REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

realizar una investigación mensual sobre un temamonográfico, distribuyendo los ficheros de datos brutosa más de 200 universidades y centros de investigaciónen España y 150 en el extranjero. Una de esas investiga-ciones mensuales, en el curso 1990-91, fue precisamen-te la de «Actitudes de los Españoles hacia los Inmigran-tes», Juan Díez Nicolás, La Realidad Social en España,1990-91. Centro de Investigaciones sobre la RealidadSocial (CIRES), Fundación BBV, Caja de Madrid, Bilbao-Bizkaia-Kutxa, Madrid, 1992.

13 JUAN DÍEZ NICOLÁS, Las Dos Caras de la Inmigra-ción. Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI).Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales: Madrid, 2006,págs. 91-92.

14 Algunas de las publicaciones en que se ha utiliza-do el IXR-1 son: J. DÍEZ NICOLÁS, La Realidad Social enEspaña, 1990-91, 1991-92, 1992-93, 1993-94, 1994-95 y 1995-96. Centro de Investigaciones sobre la Reali-dad Social (CIRES), Fundación BBV, Caja de Madrid, Bil-

1 puede observarse que alrededor de dos ter-ceras partes de los españoles de 18 y másaños son poco o nada xenófobos o racistas,mientras que alrededor de una tercera partemuestran algún grado de xenofobia o racis-mo. Sobre la base de la media aritmética, ysuponiendo que el índice mide realmentexenofobia o racismo, habría que concluir quelas actitudes xenófobas o racistas han sidomuy minoritarias a lo largo de estos diecisie-te años, si bien disminuyeron entre 1991 y1998-1999, y han aumentado progresivamen-te desde el año 2000 hasta el presente. Unahipótesis explicativa sería la de que entre1991 y 1999 el incremento de la poblaciónextranjera en España creció un 15% anualcomo promedio, mientras que el crecimientoentre 1999 y 2007 ha sido 29% anual comopromedio, es decir, casi el doble que en elperíodo precedente. Se trata por tanto de uncrecimiento no solo absoluto, sino relativo, demanera que se podría hablar de un incremen-to crecientemente acelerado durante los últi-mos años. En apoyo de esta hipótesis puedecitarse que la proporción de españoles queopinan que las personas de otras nacionalida-des en España «no son muchas» ha pasado dealrededor del 50% en 1991 a un 5% en 2007,mientras que la proporción de los que creenque «son demasiadas» ha pasado de un 10%en 1991 a un 60% en 2007.

El hecho de que el IXR-1 haya variado muylentamente a lo largo de 17 años, y que suvariación haya seguido una pauta temporalcon dos tramos, uno de disminución gradual

del racismo-xenofobia, y otro de incrementoigualmente gradual, aunque algo más acele-rado en los últimos años, sugiere que se tratade un índice relativamente válido (mide loque dice que mide, en este caso xenofobia-racismo) y fiable (sus mediciones son prácti-camente iguales en sucesivas mediciones, eneste caso esto se traduce en que los cambiosno han sido bruscos, sino paulatinos ysiguiendo dos líneas de tendencia en dosperíodos diferentes del tiempo). Estos suelenser los criterios que se suelen exigir de cual-quier instrumento de medición, que realmen-te midan el fenómeno que se pretende mediry no otro, y que reiteradas mediciones propor-cionen la misma medición. En cuanto a la fia-bilidad ya se ha indicado que a lo largo de 17años no ha producido resultados con cambiosbruscos, sino más bien al contrario, demos-trando una gran estabilidad. Pero esa estabi-lidad se ha producido igualmente en cuanto alas variables explicativas del IXR-1 tomadocomo variable descriptiva y tomada comovariable dependiente en modelos explicati-vos. En efecto, utilizando un amplio conjuntode variables para describir las diferencias enel IXR-1 en distintos segmentos sociales se hapodido verificar, en todas las investigaciones,que el grado de xenofobia-racismo medido poreste índice es prácticamente idéntico parahombres y mujeres, es mayor cuanto más altaes la edad del entrevistado, es menor cuantomayor es su nivel educativo, y en generalcuanto más alto es su nivel socio-económico,es mayor entre los de derecha que entre los deizquierda, etc.

Mediante modelos de regresión se ha podi-do precisar mejor cuales son las variables que«explican» en mayor medida las variacionesen el grado de xenofobia-racismo medido porel IXR-1. Concretamente, se ha podido verifi-car en cada una de las investigaciones quecuando se toman como variables indepen-dientes las socio-demográficas clásicas (sexo,edad, tamaño del hábitat de residencia, niveleducativo, ingresos mensuales en el hogar,índice de posición social, e índice de status

ESTUDIOS

26 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

bao-Bizkaia-Kutxa, Madrid, 1992, 1993 y 1994. Bilbao,1995, 1996 y 1997. J. DÍEZ NICOLÁS, Actitudes Hacia losInmigrantes, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO),Madrid, 1998. J. DÍEZ NICOLÁS, Los Españoles y la Inmi-gración. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Institu-to de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO),Madrid, 1999. J. DÍEZ NICOLÁS y Mª JOSÉ RAMÍREZ LAFITA,La Inmigración en España. Ministerio de Trabajo y Asun-tos Sociales. Instituto de Migraciones y Servicios Sociales(IMSERSO), Madrid 2001. Y, J. DÍEZ NICOLÁS, Las DosCaras de la Inmigración. Op. cit.

socio-económico familiar), el modelo explicamenos del 10 por ciento de la varianza en elIXR-1, y las variables que más contribuyen aesa explicación controlando todas las otrasvariables son la edad (positivamente) y elnivel educativo (negativamente). Es decir,manteniendo constantes todas las otrasvariables incluidas en el modelo, se observaque cuanto mayor es la edad del individuomayor es su grado de xenofobia-racismomedido por el IXR-1, y cuanto mayor es sunivel educativo menor es su xenofobia-racis-mo. Un conjunto de variables actitudinalescomo la ideología, la práctica religiosa, el sen-timiento español-nacionalista, o la orienta-ción hacia los nuevos valores post-materialis-tas15 explican incluso una proporción menorde la varianza en el IXR-1, menos del 5%, y laideología y la orientación post-materialistaparecen ser las variables que más contribu-yen a explicar la varianza en presencia de lasotras variables citadas en el modelo. Además,y contrariamente a lo que a veces se sugiere,el hecho de vivir en una Comunidad Autóno-ma o en otra no parecer contribuir significati-vamente a la explicación de la varianza en elIXR-1, o lo que es lo mismo, las diferenciasque se observan al comparar los promedios enel IXR-1 en diferentes Comunidades Autóno-mas desparecen cuando se controlan otrasvariables individuales (como la edad o el niveleducativo) u otras variables «macro» como larenta per capita. Es decir, las diferenciasobservables entre Comunidades Autónomasno se deben al hecho de ser valenciano o galle-go o madrileño, sino a que las poblaciones delas diferentes Comunidades difieren en cuan-to a su distribución por edades, su nivel edu-cativo, su estructura ocupacional, etc.

El modelo de regresión construido toman-do como variable dependiente el IXR-1 y comovariables independientes-explicativas todaslas citadas, permite verificar las anterioresrelaciones, y el modelo en su conjunto explicaentre un 10% y un 15% de la varianza total enel IXR-1. Además, y para asegurar aún másla verificación, se agruparon los datos detodas las investigaciones en tres grupos, tal ycomo se presentan en el Cuadro 1. En estecuadro se confirman todas las relacionesantes citadas en cada uno de los tres gruposde investigaciones. La fiabilidad del IXR-1queda pues suficientemente probada tantodesde el punto de vista descriptivo (escasavariación de las medias aritméticas de laescala y seguimiento de unas tendencias tem-porales claras), y desde la perspectiva expli-cativa-causal, en la medida en que sus rela-ciones con un conjunto de variables socio-económicas y actitudinales son extraordina-riamente estables a lo largo de un amplioperíodo de tiempo.

Según este modelo explicativo, el menorgrado de xenofobia-racismo se encuentraentre los jóvenes con mayor nivel educativo,de izquierdas y con una orientación post-materialista, mientras que el mayor grado dexenofobia parece encontrarse entre las perso-nas mayores con bajo nivel educativo, dederechas y con una orientación hacia valoresmaterialistas. No obstante, debe subrayarseque el modelo de regresión no explica másallá del 15% de la varianza en el IXR-1, unaproporción que no es alta pero que, además deser estadísticamente significativa al nivel0,001, tampoco puede considerarse pequeña,por comparación con proporciones de explica-ción habituales en ciencias sociales.

Pero si los anteriores datos sugieren que elIXR-1 cumple los requisitos de fiabilidad,otros análisis parecen demostrar que cumpleigualmente los requisitos de validez (el índicemide lo que dice medir, es decir, xenofobia-racismo). En efecto, diversos modelos deregresión en los que se utilizaron como «pre-dictores» la ideología, el nivel educativo, la

JUAN DÍEZ NICOLÁS

27REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

15 RONALD INGLEHART, The Silent Revolution. N.J.:Princeton University Press. 1977. J. DÍEZ NICOLÁS, «LaEscala de post-materialismo como medida del cambiode valores en las sociedades contemporáneas», en F.ANDRÉS ORIZO y J. ELZO, (eds.) España 2000, entre el loca-lismo y la globalidad. La Encuesta Europea de Valores ensu tercera aplicación, 1981-1999. Madrid: Editorial San-ta María. 2000.

edad, la orientación post-materialista y elIXR-1, y como variables dependientes diver-sas frases relativas a la inmigración. Entodos los casos es el IXR-1 la variable queexplica una mayor proporción de la varianzade cualquiera de las variables dependientes,demostrando su mayor capacidad explicati-va-predictiva.

PROPUESTA DE REVISIÓN DEL ÍNDICEDE XENOFOBIA Y RACISMO

Aunque los estudios teóricos y empíricossobre la inmigración han proliferado en for-ma exponencial a partir de 1990, pocos hansido los trabajos tendentes a diseñar indica-dores que midan el racismo o la xenofobia.

ESTUDIOS

28 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

CUADRO 1. MODELO EXPLICATIVO DEL ÍNDICE DE XENOFOBIA-RACISMO DE LOSESPAÑOLES*

* La variable omitida es la Comunidad Valenciana.Fuente: Juan Díez Nicolás, Las Dos Caras de la Inmigración. Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI). Minis-terio de Trabajo y Asuntos Sociales: Madrid, 2006, pág. 103.

Una excepción es sin duda Cea D�Ancona, queha combinado con gran profesionalidad losanálisis de conceptualización de la xenofobiay el racismo con el análisis estadístico dedatos de encuesta16. Sus trabajos han servidode estímulo para revisar el IXR-1, partiendonuevamente de los criterios ya citados esta-blecidos por Zeisel hace ya más de 50 años, yque siguen teniendo plena vigencia: exacti-tud (validez), utilidad teórica y práctica, eco-nomía, y claridad. Los dos primeros parecenque en gran medida fueron cumplidos por elIXR-1 según se ha explicado más arriba. Perohace falta cumplir mejor con los criterios declaridad y economía. Para ello se ha tomadoen consideración que algunos de los indicado-res más utilizados por investigadores (y nosolo investigadores) de todo el mundo se cons-truyen con muy pocos ítems. Así, por ejemplo,el Índice de Sentimiento del Consumidor,desarrollado en la Universidad de Michiganen la década de los años 60s, se basa en cua-tro preguntas: la evaluación en una escala decinco categorías de la situación económica delpaís en el presente comparada con la de hace6 meses y en los siguientes seis meses, y lasmismas dos evaluaciones relativas a la situa-ción económica personal del entrevistado. ElISC se construye por simple agregación de lascuatro respuestas para componer una escalaque puede variar entre 0 y 20 puntos. Es másque probable que se puedan encontrar variasdecenas de preguntas que puedan medir laconfianza de los individuos en la economía,pero lo cierto es que simplicidad de su cons-trucción y la utilidad práctica de su mediciónexplican que su uso se haya generalizado entodo el mundo, y que los medios de comunica-ción de muchos países lo publiquen como unbuen predictor de la confianza de los ciudada-nos en la situación económica17. Otro ejemplo

es el Índice de Post-materialismo desarrolladopor Inglehart para medir la orientación hacianuevos valores, construido sobre la base dedoce ítems, aunque la mayoría de los investiga-dores utilizan una versión reducida de 4 ítems,y que ha sido utilizado en miles de publicacio-nes en todo el mundo por centenares de inves-tigadores. Los doce ítems se dividen en seis quesupuestamente miden valores post-materialis-tas y otros seis que miden valores materialis-tas (confirmado por un análisis de componen-tes principales), y la versión reducida se basaen dos y dos ítems de cada orientación18. Por nocitar la Renta per cápita como indicador dedesarrollo económico, basado exclusivamenteen el cociente entre PNB y población total, uni-versalmente criticado y universalmente utili-zado por su sencillez y economía.

En consecuencia, el primer objetivo de larevisión ha sido el de subsanar algunas de lasmalas prácticas iniciales, comenzando porinvestigar hasta qué punto los 14 ítems utili-zados para construir el IXR-1 constituyenindicadores de un mismo concepto o devarios, y si miden diferentes dimensiones delconcepto que se pretende medir o miden unasola dimensión. Adicionalmente, se pretendeaveriguar si hay redundancia o no entre losdiferentes ítems. La práctica habitual es dis-poner de dos ítems para medir una variablelatente (sea ésta una dimensión de un con-cepto o el concepto mismo). Por ello se ha rea-lizado un análisis de componentes principa-les con los 14 ítems para cada año y para elconjunto de todos los años entre 1991 y200719. Por razones ya indicadas algunos delos datos no existen para la investigación de1991, pero sí para el resto.

JUAN DÍEZ NICOLÁS

29REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

NICOLÁS, «Los Españoles, la Economía y la Bolsa». Revis-ta Bolsa de Madrid, 100. Junio-Julio, Madrid, 2001.

18 J. DÍEZ NICOLÁS, «La escala de post-materialis-mo�.», op. cit.

19 Todos los cálculos a partir de este momento sehan llevado a cabo sobre la base del fichero de datosagregado para las 18 investigaciones que está disponibleen Colección Inmigrantes, Banco de Datos ASEP/JDS,www.jdsurvey.net para su consulta interactiva en línea ypara su descarga en fichero spss.

16 Mª A. CEA D�ANCONA, «La medición de las actitu-des ante la inmigración: evaluación de los indicadorestradicionales de racismo», REIS, 99: 87-111, 2002. De lamisma autora, «La compleja detección del racismo y laxenofobia a través de encuesta. Un paso adelante en sumedición», REIS,125: 19-46, 2009.

17 En España se pudo comprobar una muy fuertecorrelación entre el ISC y el índice de la Bolsa. J. DÍEZ

Los análisis libres (sin pre-fijar un deter-minado número de factores a extraer) de com-ponentes principales anuales coincidieron enobtener 3 factores (excepto en 2004 y 2006, enque se obtuvieron cuatro, lo que se ha consi-derado una excepción). Los tres factoressiempre han salido en el mismo orden y conlos mismos ítems como componentes de cadauno de ellos, excepto en los dos años señala-dos en que el cuarto factor parece basarse enun solo ítem que habitualmente se encontra-ba, con muy baja saturación, en el tercer fac-tor. Los datos confirman nuevamente la fiabi-lidad del IXR-1, pues no se puede esperarmayor reiteración en los resultados (en estecaso no descriptivos, como porcentajes, sino

analíticos). La saturación de cada uno de loscomponentes es prácticamente igual en las 17investigaciones analizadas, y entre los tresexplican más de dos tercios de la varianza.

En el cuadro 2 se presentan los resultadospara el total de las 17 investigaciones (algomás de 20.000 entrevistas). Fácilmente puedeobservarse que posiblemente bastaría con unsolo ítem por dimensión, pues cada una de lastres dimensiones parece medir rechazo oexclusión social en ámbitos que van desde elmás personal (que una hija se enamore de�),al de vecinos (molestia como vecinos), y alsocial general (trabajo y solidaridad social).En realidad los tres factores parecen ordenar-

ESTUDIOS

30 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

CUADRO 2. SATURACIÓN DE CADA FACTOR(% DE LA VARIANZA EXPLICADA POR CADA FACTOR)

* Este modelo no se pudo obtener para 1991 porque en el cuestionario de ese año no se incluyó la pregunta relativa ala reacción del entrevistado si una hija se enamorase de una persona procedente de la Europa del Este.Fuente: Colección Inmigrantes. Banco de Datos ASEP/JDS www.jdsurvey.net

se como si se tratase de una escala de distanciasocial como las utilizadas por Bogardus20. Perolo importante es subrayar que, adoptando elcriterio de seleccionar solo ítems con valoressuperiores a 0,700, el resultado para cada añoes el mismo con muy escasas excepciones, esdecir, el primer factor incluye cuatro de los cin-co ítems relativos a la reacción del entrevista-do si una hija se enamorase de un gitano, unnorte-africano, un africano negro o un suda-

mericano, pero el ítem relativo a los europeosdel Este no ha alcanzado en el total agregadoun valor superior a 0,700 porque se omitió esapregunta en el cuestionario de 1991, pero entodos los demás años supera también, como losdemás ítems, el valor 0,800. De manera simi-lar, los cuatro ítems relativos a molestia comovecinos obtienen casi todos los años valoressuperiores a 0,700, si bien el relativo a los gita-nos está por debajo de ese valor en siete oca-siones, y casi todos los años obtiene el valormás bajo de los cuatro. Este resultado confir-ma, por otra parte, la observación que hemossugerido desde hace muchos años, en el senti-do de que la exclusión social de los gitanos enEspaña tiene un carácter diferente al de laexclusión de otros grupos sociales, incluidoslos inmigrantes. En primer lugar, siemprehemos defendido que los términos racismo y

JUAN DÍEZ NICOLÁS

31REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

20 En efecto, la escala de distancia social de Bogar-dus establecía los siguientes ámbitos de mayor cercaníaa mayor lejanía: parentesco por matrimonio, amigosíntimos, vecinos de calle, compañeros de trabajo, con-ciudadanos, visitantes al país, y excluiría del país. EmoryS. Bogardus, «Social Distance in the City». Proceedingsand Publications of the American Sociological Society.20, 1926, 40-46.

CUADRO 3. ANÁLISIS DE COMPONENTES PRINCIPALES DEL IXR-1

Fuente: Colección Inmigrantes. Banco de Datos ASEP/JDS www.jdsurvey.net

xenofobia no son aplicables a este grupo social,puesto que no son de un país distinto (los gita-nos llevan establecidos en España desde hacemás o menos 500 años, y por tanto son incues-tionablemente españoles) y no son de una razadistinta (precisamente por lo anterior, su mez-cla con el resto de españoles ha sido tan inten-sa, a pesar de todo, que los gitanos que volun-tariamente deciden no auto-definirse comogitanos no son percibidos como tales, y muchos«payos» tienen aspecto físico difícilmente dife-renciado del estereotipo que se atribuye a losgitanos). Los gitanos constituyen más bien ungrupo cultural, al que pertenecen quienes seauto-identifican como gitanos, y su exclusiónsocial por parte de los «payos», que es una delas mayores en la sociedad española, tiene raí-ces muy diferentes a las que parecen explicar(que no justificar) la exclusión social de otrosgrupos sociales, incluidos los extranjeros einmigrantes. Por el contrario, el tercer factorpresenta una mayor heterogeneidad, demanera que solo dos de los cinco ítems restan-tes superan el valor 0,700 en el conjunto de lasinvestigaciones y en cada una de las investiga-ciones anuales. El ítem relativo a que la inmi-gración podría provocar que España perdierasu identidad supera el valor 0,700 solo en cin-co ocasiones, pero debe resaltarse que tres deellas son las tres últimas (2005-2007), lo quesugiere que puede estar incrementando suimportancia en esta dimensión. Y el ítem quehace referencia a que todas las personas debentener el derecho a establecerse donde quieranes el que en dos ocasiones ha provocado la apa-rición de un cuarto factor, pero incluso enton-ces su valor es superior a 0,700 solo uno de losdos años.

La evidencia proporcionada por los análisisde componentes es tan robusta y estable quepermite simplificar el índice de xenofobia-racismo para hacerle más económico y senci-llo. Así, se han elegido los dos ítems de mayorvalor en cada una de las tres dimensiones: laprohibición de enamorarse de un norte-africa-no y de un africano negro, la consideracióncomo vecinos molestos de africanos de raza

negra y de marroquíes, y el acuerdo con que«solo se debería admitir a trabajadores deotros países cuando no haya españoles paracubrir esos puestos de trabajo» y con que «bas-tante difícil es la situación económica de losespañoles como para además tener que desti-nar dinero a ayudar a los inmigrantes»21.

ESTUDIOS

32 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

21 En la escala para medir la prohibición de enamo-rarse se ha dado 2 puntos a los que contestan «Prohibiríaque continuara» y 1 punto a los que contestan «aconse-jaría que lo dejasen», y 0 puntos al resto. En la escala quemide el grado de molestia de diversos grupos de vecinosse han asignado 2 puntos a quienes contestan 10(«molestaría mucho»), y 9, 1 punto a los que contestan8, 7 y 6 puntos, y 0 puntos al resto. Y en relación con lasfrases con las que se pedía estar de acuerdo o en desa-cuerdo, se han asignado 2 puntos a quienes están «muyde acuerdo» y 1 punto a los que están «de acuerdo». Asípues, la escala pude fluctuar entre 0 y 12 puntos, siendo12 puntos el máximo grado de xenofobia-racismo.

CUADRO 4. DISTRIBUCIÓN DEL ÍNDI-CE DE XENOFOBIA-RACISMO 2 (IXR-2)

Fuente: Colección Inmigrantes. Banco de Datos ASEP/JDSwww.jdsurvey.net

En el Cuadro 5 se incluye la distribucióndel total de entrevistados en las 18 investiga-ciones realizadas, verificándose otra vez elbajo nivel de xenofobia-racismo de losespañoles, al menos cuando se miden actitu-des verbalizadas, es decir, opiniones. No obs-tante, muy diversas investigaciones realiza-das en España dentro de proyectos interna-cionales comparados confirman que el nivelde xenofobia y racismo es de los más bajos enla Unión Europea22.

La comparación entre los índices de xenofo-bia-racismo muestra una gran semejanza, nosolo en la distribución de las medias aritméticasa lo largo de los 17 años, sino también en los valo-res absolutos de dichas medias, a pesar de que, sibien los ítems utilizados en el índice revisado for-maban parte del original, la metodología fue algodiferente, puesto que se dieron 2 y 1 puntos enlugar de solo 1 punto para las distintas respues-tas que implicaban actitudes racistas.

También debe subrayarse que la desviacióntípica es todos los años y en los dos índices muysimilar, e incluso superior con gran frecuencia,a la media aritmética, sugiriendo que la varia-ción en las respuestas que dan los españoles esmuy grande, o lo que es lo mismo, que se tratade preguntas que discriminan mucho, que noprovocan respuestas más o menos uniformes,similares, entre los entrevistados.

JUAN DÍEZ NICOLÁS

33REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

22 Véase módulo sobre Identidad Nacional, ISSP,1995 en www.issp.org y Colección Estudios de Valores(EVS y WVS), en www.jdsurvey.net, así como J. DÍEZ

NICOLÁS y Mª JOSÉ RAMÍREZ LAFITA, La inmigración enEspaña: Una década de investigaciones, Madrid: IMSER-

CUADRO 5. COMPARACIÓN ENTRE DOS ÍNDICES DE XENOFOBIA Y RACISMO*(media aritmética y desviación típica)

* El Índice X R-1 está basado en 14 ítems.* El Índice X R-2 está basado en 6 ítems (los dos ítems con mayor saturación de cada uno de los tres factores obteni-dos mediante el análisis de componentes principales).Fuente: Colección Inmigrantes. Banco de Datos ASEP/JDS www.jdsurvey.net

Al examinar la serie temporal de ambosíndices se pone en evidencia con gran clari-dad la existencia de dos fases en la evolucióndel racismo-xenofobia de los españoles, unaprimera fase en la que después de un ciertorechazo inicial a comienzos de la década delos 90s, cuando la economía española sufrióuna profunda crisis económica que coincidiócon el final de las celebraciones de los JuegosOlímpicos en Barcelona y la Feria Internacio-nal en Sevilla, en 1992. Cuando los españolesadvirtieron que aumentaba el número deinmigrantes en España y disminuía el paro,como así sucedió, su desconfianza y rechazoal inmigrante fue disminuyendo. Pero, a par-tir de finales de esa misma década, al aumen-tar el numero absoluto y la tasa de crecimien-to de la población inmigrante, sobre todo apartir del año 2000, año en que se aprobarondos leyes sobre extranjería e inmigración, lossentimientos racistas y xenófobos, aún siendominoritarios (un promedio que no ha supera-do nunca los 3,5 puntos ni en la escala de 14

puntos del IXR-1 ni en la escala de 12 puntosdel IXR-2).

El coeficiente de correlación entre los dosíndices es, lógicamente, muy alto y estadísti-camente muy significativo (r = 0,87), como loson también los coeficientes de correlacióndel nuevo IXR-2 con el índice de post-mate-rialismo y el índice de posición social, seña-lando por una parte que las elites, los de posi-ción social alta, muestran un nivel de xenofo-bia-racismo muy inferior al de la periferiasocial, algo lógico de acuerdo con la teoríacentro-periferia desarrollada por Galtung23,en el sentido de que los individuos de másalta posición social son en general quienesantes internalizan los nuevos valores socialesy posteriormente los difunden a la periferia

ESTUDIOS

34 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

GRAFICO 1. EVOLUCIÓN DE LOS DOS ÍNDICES DE XENOFOBIA(MEDIA ARITMÉTICA), 1991-2007

23 JOHAN GALTUNG, «Social Position and the Image ofthe Future», en H. ORNAUER et al. (eds.), Images of theWorld in the Year 2000. Paris: Mouton, 1976.

social, y que las personas más orientadashacia los nuevos valores post-materialistas,de auto-expresión, son quienes muestranniveles más bajos de xenofobia-racismo, cohe-rentemente con la teoría sobre el cambio devalores en las sociedades industriales desa-rrollada por Inglehart24, y que ha sido confir-mada ampliamente por los datos de valoresen gran número de países. Así, el centrosocial es menos racista y xenófobo que la peri-feria social pues ésta es la que al convivir enmayor proximidad a los inmigrantes tienemás probabilidades de entrar en conflictoscon ellos, derivados de la convivencia en elvecindario y de la competencia en la búsque-da de empleo. Y como el centro social es el queantes internaliza los nuevos valores, entre loscuales están los de aceptación del extranjero,es lógico que el centro social sea también más

post-materialista que la periferia social, yque como consecuencia los más orientadoshacia los nuevos valores post-materialistas yde auto-expresión sean los menor xenófobos yracistas. El nuevo índice de xenofobia-racis-mo también confirma su robusta relaciónpositiva con la edad (cuanto mayor es el indi-viduo, mayor es su propensión a la xenofobiay el racismo) y negativa con el nivel educativa(cuanto mayor es el nivel educativo menor esel racismo y la xenofobia). Además, la religio-sidad parece estar positivamente relacionadacon el racismo y la xenofobia, mientras que elstatus socio-económico familiar muestra unarelación positiva. Todos estos resultados con-firman una vez más los hallados anterior-mente con el antiguo IXR-1,

Finalmente, se ha construido un modelo deregresión en el que se ha incluido el nuevoíndice, el IXR-2, como variable dependiente, ycomo variables explicativas un conjunto devariables socio-demográficas y actitudinales.

JUAN DÍEZ NICOLÁS

35REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

24 R. INGLEHART, Modernization and Post-moderniza-tion, Princeton: Princeton University Press, 1997.

CUADRO 6. MATRIZ DE CORRELACIONES (r de Pearson) ENTRE EL IXR-2 CON ELIXR-1 Y OTRAS VARIABLES SUPUESTAMENTE EXPLICATIVAS DE LA

XENOFOBIA Y EL RACISMO

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).** La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).Fuente: Colección Inmigrantes. Banco de Datos ASEP/JDS www.jdsurvey.net

Los resultados son, lógicamente, muysimilares a los obtenidos con el IXR-1 que sehan mostrado en el Cuadro 1, de manera que,aunque se han incluido algunas variablesexplicativas adicionales y se han suprimidootras cuyos efectos son muy redundante conlos de otras variables que se han mantenidoen el modelo, las variables que más contribu-yen a la explicación de la varianza en el gradode racismo y xenofobia son, por orden de suimportancia explicativa-predictiva: el niveleducativo, el auto-posicionamiento ideológi-co, la edad, la orientación hacia los nuevosvalores post-materialistas y de auto-expre-sión, y el tamaño del hábitat de residencia,pero la práctica religiosa no parece contribuira la explicación de la varianza en el grado deracismo y xenofobia cuando están presentesestas otras variables en el modelo.

A modo de conclusión puede afirmarse queel nuevo índice de xenofobia y racismo, IXR-2,parece cumplir más que suficientemente lasexigencias de validez y fiabilidad, así comolas de economía y sencillez, pues puede cons-truirse con solo seis ítems, dos por cada unade las tres dimensiones que se han obtenido,y que se refieren respectivamente al rechazo

o exclusión social de los inmigrantes en elámbito familiar, en el ámbito del vecindario,y en el ámbito del trabajo y la integraciónsocial. Por otra parte, se ha confirmado nue-vamente que las variables que mejor explicanel grado de xenofobia y racismo de los españo-les son tres socio-demográficas: la edad (rela-ción positiva), el nivel educativo y el tamañodel hábitat de residencia (ambas con relaciónnegativa), así como dos variables que midenvalores culturales, la orientación hacia losnuevos valores post-materialistas (relaciónnegativa con el racismo y la xenofobia), y laideología (el derechismo está positivamenterelacionado, mientras que el izquierdismoestá negativamente relacionado). No se haincluido la posición social en el modelo deregresión porque su relación positiva con elpost-materialismo, con el nivel educativo ycon la edad es tan fuerte que produce «ruidos»al entrar en un modelo explicativo con estasvariables.

Al señalar la bondad y utilidad del IXR-2no se rechaza la posibilidad de que otros índi-ces construidos con ítems diferentes puedanser igualmente buenos instrumentos demedición. De hecho, aunque no se han inclui-

ESTUDIOS

36 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

CUADRO 7. MODELO DE REGRESIÓN PARA EXPLICAR EL ÍNDICE DEXENOFOBIA-RACISMO (IXR-2)*

* Variable dependiente: índice XR2Fuente: Colección Inmigrantes. Banco de Datos ASEP/JDS www.jdsurvey.net

do aquí los resultados, se ha puesto de relieveque cuando se sustituyen los indicadores uti-lizados por otros ítems de los que se disponeen estas investigaciones, los resultados sonprácticamente iguales, pues los individuosmuestran un alto grado de coherencia en susactitudes hacia los inmigrantes. De hecho, laúnica forma de establecer si un instrumentode medición, que también lo es de explica-ción-predicción, es mejor o peor que otro esponer los dos en la misma investigación, demanera que se pueda contrastar mediantediferentes modelos estadísticos explicativoscuál de ellos es el mejor predictor. Esa es unatarea que esperamos poder llevar a la prácti-ca en breve tiempo, y es la que desde el rigorcientífico mejor puede resolver la pregunta

respecto a qué indicador es más eficaz y útil.En nuestra opinión, y como se ha indicadomás arriba, cuanto más claro y sencillo es uníndice más fácil es que sea utilizado por otrosinvestigadores, permitiendo así más posibili-dades de comparación en el tiempo y en elespacio25. No hay muchos ejemplos enEspaña de investigaciones sobre una parcelade la realidad social que se hayan repetido alo largo de un período de casi veinte años, loque ha permitido constatar la estabilidad delIXR-2 en cualquier aspecto metodológico quese desee. Instrumentos de medición que, porcomplejos y caros, solo acaban utilizándoseen una investigación, en poco contribuyen ala acumulación de conocimientos.

JUAN DÍEZ NICOLÁS

37REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

25 No es frecuente en España la replicación de unainvestigación, y menos aún la utilización del mismo ins-trumento de medición. Por ello merece resaltarse laimportancia de la investigación realizada por HERRANZ DE

RAFAEL en Almería, utilizando básicamente los mismositems para construir el IXR-1, con resultados práctica-mente idénticos a los que aquí se han comentado. Lareplicación es absolutamente imprescindible para elavance acumulativo del conocimiento científico, tantocuando confirma como cuando rechaza resultados pre-cedentes. En este caso los resultados son confirmatoriosde los de España. Véase GONZALO HERRANZ DE RAFAEL,Xenofobia y Multiculturalidad, Ed. Tirant lo Blanch,Valencia, 2008.

ESTUDIOS

38 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

RESUMEN Durante más de quince años se ha utilizado un índice de xenofobia-racismo utilizando labase de datos de ASEP que incluye una investigación anual desde 1991 sobre actitudes delos españoles hacia los inmigrantes. Los items para construir el índice han sido iguales alo largo de estos años, pero una revisión crítica sugiere que algunos de ellos pueden serreiterativos y por tanto redundantes, por lo que el objetivo de este trabajo ha sido reducirel número de items para incluir solo aquellos que miden dimensiones diferenciadas de losconceptos «xenofobia-racismo», así como maximizar su nivel de validez y fiabilidad. Elnuevo índice de xenofobia y racismo que se ha construido aquí parece cumplir más que su-ficientemente las exigencias de validez y fiabilidad, así como las de economía y sencillez,pues puede construirse con solo seis ítems, dos por cada una de las tres dimensiones quese han obtenido, y que se refieren respectivamente al rechazo o exclusión social de los in-migrantes en el ámbito familiar, en el ámbito del vecindario, y en el ámbito del trabajo yla integración social. Por otra parte, se ha confirmado nuevamente que las variables quemejor explican el grado de xenofobia y racismo de los españoles son tres socio-demográfi-cas: la edad (relación positiva), el nivel educativo y el tamaño del hábitat de residencia(ambas con relación negativa), así como dos variables que miden valores culturales, laorientación hacia los nuevos valores post-materialistas (relación negativa con el racismo yla xenofobia), y la ideología (el derechismo está positivamente relacionado, mientras queel izquierdismo está negativamente relacionado).

Palabras clave: Inmigración, Racismo, Xenofobia, Indicadores sociales, España.