IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y...

14

Transcript of IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y...

Page 1: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales
Page 2: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

1

IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia

El racismo no pinta nada

Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales (Asturias), 21 marzo 2014

Los racismos en la Gran Recesión:

peligros del “deslizamiento” antiinmigrante

Lorenzo Cachón Rodríguez

Universidad Complutense de Madrid

21 de marzo: Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial:

El 1966 la Asamblea General de NNUU proclamó el 21 de marzo de cada año como

Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial en recuerdo y

como homenaje a las 69 personas muertas por disparos de la policía en una

manifestación pacífica contra las leyes del apartheid en Sharpville, Sudáfrica.

Es un día que nos recuerda nuestra responsabilidad colectiva e individual de

promover y proteger los ideales de la Declaración Universal de los Derechos

Humanos, cuyo primer artículo afirma que “todos los seres humanos nacen libres e

iguales en dignidad y derechos”.

Es también un Día que debería recordar a los Estados que su función fundamental es

garantizar la libertad y la igualdad de los todos los seres humanos que habitan en su

territorio.

Esquema de la intervención

1. Vivimos tiempos difíciles: las tres crisis: la económica, la social, la política o el

triángulo de las Bermudas [de la “cuestión migratoria” y del racismo]

2. Pero ¿qué es el racismo en el siglo XXI?

3. Racismo y Gran Recesión

4. Racismo en Europa, racismos en España: el “deslizamiento” de los discursos, de las

políticas y de las prácticas sociales

5. ¿Qué hacer? Otro tipo de discurso, otro tipo de política es posible

Page 3: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

2

1. Vivimos tiempos difíciles: las tres crisis: la económica, la social, la política o el

triángulo de las Bermudas [de la “cuestión migratoria” y del racismo]

Vivimos tiempos difíciles…

tiempos difíciles económicos: la crisis y la recesión económica y los efectos que

traen consigo nuevos peligros de exclusión social de las clases populares y, entre

ellas, de inmigrantes y gitanos;

tiempos sociales difíciles: que aceleran el miedo fluido de las opiniones públicas

(construidas) y que tienden a “culturalizar” los problemas sociales;

tiempos políticos difíciles: con discursos y políticas en la Unión Europea, en los

Estados miembros y en España que acentúan los peligros del populismo xenófobo.

La confluencia de estos tres malos vientos hace que nos movamos en una especie de

“triángulo de las Bermudas” donde las tormentas son auténticas galernas y amenazan

con hacernos naufragar.

A)

La crisis económica de 2008 ha puesto fin a una larga etapa de “crecimiento dinámico”

sostenido desde mediados de los noventa. Y lo ha hecho de un modo repentino y brutal

pero no inesperado, porque, como suele recordar Krugman, había señales más que

suficientes que anunciaban el crack. Señales que los responsables políticos y

económicos no fueron capaces de ver o no lo quisieron o (algunos, al menos, desde los

mercados financieros) ocultaron lo que estaban cocinando.

Los efectos de la GR sobre el empleo tienen tres características generales si se

comparan con otras crisis: esta crisis es la más profunda, la más larga y la que tendrá

una salida más lenta.

España vive además esta crisis, por primera vez, con un nivel de inmigración elevado

(la mayor proporción de extranjeros entre los países grandes de la UE) y esto se ha

reflejado en al aumento de la vulnerabilidad de los inmigrantes en distintos campos:

laboral (con más de un 1,1 millón de parados y tasas de paro del 37%), Social (como

muestra el notable incremento que ha habido en los últimos meses de personas

inmigrantes (además de autóctonos) que acuden a los servicios sociales de

organizaciones de apoyo o a los ayuntamientos), Habitacional (por los crecientes

problemas que les llevan a perder sus viviendas) y Legal (por el peligro de perder sus

“papeles”).

Se ha producido un incremento de la competencia en el mercado de trabajo entre

inmigrantes y determinados grupos de trabajadores autóctonos (especialmente los de

menor cualificación) por la necesidad y el intento por parte de éstos de “recuperar”

empleos que en años anteriores habían podido rehuir por mejores puestos de trabajo. Y

esto conduce a un mayor riesgo de conflictos ligados a la inmigración (con o sin el

mercado de trabajo y su “competencia” de por medio: lo ocurrido en el invierno de 2008

con la recogida de la aceituna en Jaén fue sólo uno de los primeros ejemplos visibles de

estos procesos).

B)

El “clima de miedo”, de que habla Solinka, que caracteriza a las sociedades

occidentales, se ha posado desde hace unos años en la inmigración, en el “otro”

Page 4: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

3

inmigrante. Por una parte, especialmente desde el 11-S, en los colectivos musulmanes,

musulmán/árabe/marroquí: mezclando religión, etnia y nacionalidad en España. Por

otra, en los (nuevos) gitanos, en esos “otros” que forman parte histórica del “nosotros”

europeos. Incluso son ciudadanos comunitarios rumanos, pero esa ciudadanía no ha

evitado que los miedos se hayan posado (o mejor, los hayan hecho posar) sobre ellos.

C)

Este miedo fluido de las opiniones públicas está en gran medida construido desde el

poder político, deliberadamente o no: hay una combinación de los dos elementos que se

retroalimentan.

Por eso hay que poner el foco más importante en los vientos que se pueden producir

desde el campo de la política. Son muy preocupantes algunos discursos y algunas

políticas que se van consolidando en Europa y que cuentan también con sus réplicas en

España. Y son peligrosos, sobre todo, porque se producen en esta época de crisis, que es

un humus propicio en el que pueden germinar “las flores del mal” (dicho esto en

homenaje a Tzvetan Todorov, Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de 2008), es

decir, del racismo en algunas de sus diversas manifestaciones. Algunos de esos

discursos son claramente racistas, otros tienen un tufillo demasiado xenófobo para que

pueda ser ignorado; en otros subyace una concepción meramente utilitarista de la

inmigración; otros ponen, injustificadamente, sobre los hombros de los inmigrantes la

responsabilidad de las insuficiencias del Estado de bienestar, de “nuestro” Estado de

bienestar. Todos estos discursos no sólo no ayudan nada a la comprensión por parte de

la sociedad de un fenómeno complejo como son las migraciones internacionales sino

que dificultan la puesta en marcha de políticas coherentes que favorezcan la eficacia de

la gestión de los flujos y la integración de los inmigrantes a través de la única vía

posible en un país democrático: el reconocimiento efectivo de derechos.

2. Pero ¿qué es el racismo en el siglo XXI?

Un fantasma recorre Europa en este desde el inicio del siglo XXI: el fantasma del

racismo. O mejor, habría que decir: Un fantasma recorre de nuevo Europa: el fantasma

del racismo. Porque en 2014, en este primer centenario del inicio de la PGM, hay que

recordar que Europa no aprendió (mucho) de las lecciones de la Gran Guerra, sino que

al firmar su final puso las bases para que empezara la SGM. Y parece que tampoco

hemos aprendido de las causas alemanas y europeas que llevaron luego al Holocausto y

a los campos de exterminio.

Contra lo que a veces se da por sobreentendido o en ocasiones se formula, ni el racismo

es un fenómeno del pasado ni lo es en la actualidad sólo de otras latitudes siempre

“diferentes” a la nuestra. El racismo está entre nosotros, en nuestras sociedades. Y

constituye una de los grandes desafíos del presente y del futuro de Europa y de España.

Como señala Wieviorka (1998), “debemos saber que, cualquiera que sea la evolución

futura, es muy probable que nuestras sociedades sean cada vez más tentadas por el

racismo. El racismo constituirá cada vez más, si no una realidad perceptible, al menos

un desafío, una amenaza siempre susceptible de surgir y extenderse (...) El racismo es

un desafío que no hay que tratar ni por exceso, haciendo de él una plaga masiva o

dramatizando los acontecimientos que lo traducen, ni por defecto, banalizándolo o

minimizándolo”.

Page 5: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

4

Hay signos de que se trata de un fenómeno de creciente importancia, como lo ponen de

relieve los diversos informes periódicos de la Agencia de Derechos Fundamentales de la

Unión Europea (antes Observatorio sobre el racismo de la Unión Europea) en Viena, de

la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de

Europa, del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia. Basta seguir la “revista

de prensa” que elabora MUGAK.

No es de extrañar que hace unos años Balibar (1991) afirmaran que, “con formas

tradicionales o renovadas, (...) el racismo no está en regresión, sino en progresión en el

mundo contemporáneo. Este fenómeno conlleva desigualdades, fases críticas (...) pero

en definitiva, sólo se puede explicar por causas estructurales”.

Pero es complejo abordar la cuestión del racismo. En países como España esta dificultad

tiene razones políticas, porque no está en la agenda que se quiere dominante. Y tiene

causas sociales, porque excepto en los grupos de extrema derecha no es aceptable que

alguien pueda ver calificados sus actos como racistas.

Pero más allá de estos hechos, hay dificultades ligadas al concepto mismo de “racismo”.

Miles (1989) comienza su clásico Racism señalando que “como otros conceptos

sociológicos, el de racismo tiene un uso cotidiano y muchos significados cotidianos (...)

gran parte de este uso cotidiano es acrítico. Pero el concepto tiene una particularidad por

el hecho de que está muy cargado negativamente (...) Todo esto hace que el científico

social que intenta utilizar el concepto se encuentre con una especial dificultad”.

Entre las diversas definiciones que se han dado de “racismo” recordaré dos de ellas, una

académica y otra institucional. Para Wierviorka (1998:7), “el racismo consiste en

caracterizar a un conjunto humano por atributos naturales, ellos mismos asociados a

características intelectuales y morales que valen para cada miembro que forma parte del

grupo y, a partir de ahí, en poner eventualmente en marcha prácticas de inferiorización y

de exclusión”. Por su parte, el Consejo de Europa, a través de la Comisión Europea

contra el Racismo y la Intolerancia [en su Recomendación nº 7 sobre legislación

nacional para combatir el racismo y la discriminación racial de 13 de diciembre de

2002] define el racismo como “la creencia de que, por motivo de la raza (concepto que

la ECRI rechaza), el color, el idioma, la religión, la nacionalidad o el origen nacional o

étnico, se justifica el desprecio de una persona o grupo de personas o la noción de

superioridad de una persona o grupo de personas”.

El racismo es un atributo de las sociedades modernas, de las sociedades individualistas,

igualitarias, universalistas. El llamado racismo “científico” surge en el contexto de los

procesos de colonización e imperialismo del XIX y de la expansión de los

nacionalismos europeos del siglo XIX con aportaciones “científicas” de las ciencias

sociales. Este racismo se basaba en las diferencias biológicas que se establecían entre

las distintas “razas”. Pero este concepto ha perdido todo su valor científico después de

los trabajos UNESCO (de 1952 y 1960) y ha sido desacreditado por la ciencia y la

moderna genética.

Sin embargo, el concepto “raza” es recurrente porque tiene una utilidad funcional en el

marco del discurso y de las prácticas racistas.

Las “razas” no tienen un fundamento biológico sino que son relaciones de grupo

naturalizadas. En ese sentido no sólo existen sino que son continuamente

(re)construidas socialmente. Y hoy el campo de acción fundamental del racismo se

llama inmigración. Pero no hay que olvidar el otro campo de acción relevante (y

tradicional) del racismo en España y otros países europeos (¿hay que recordar el siglo

Page 6: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

5

de persecuciones a que Suecia ha sometido a los gitanos hasta muy recientemente?): los

gitanos; y las nuevas confluencias de inmigración y gitanos: en la Unión Europea y en

España.

Se puede plantear si hay dos racismos (uno clásico, biológico y otro nuevo, “cultural”)

que se habrían sucedido en los años cincuenta y sesenta al salir de la experiencia del

nazismo y entrar en la de la descolonización (como defiende Taguieff 1988) o si hay un

solo racismo pero con “dos lógicas distintas, de jerarquización y de diferenciación,

contradictorias y sin embargo necesariamente co-presentes en toda experiencia

significativa de racismo” como defiende Wieviorka (1998).

El “nuevo racismo” [concepto introducido por Martin Baker en 1981] cambia la

argumentación “legitimadora” del discurso racista desde la inferioridad biológica del

racismo clásico a la diferencia cultural y se produce como un racismo “cultural”,

“diferencialista” (Taguieff), “simbólico”. Si la “lógica” del racismo clásico era la “pura

jerarquización (…) (que) hace del grupo caracterizado por la raza una clase social, una

modalidad extrema del grupo explotado” (Wieviorka 1998), la “lógica” que incorpora el

nuevo racismo es “una lógica de pura diferenciación, que tiende a rechazar los contactos

y las relaciones sociales, que reenvía a la imagen de la exterioridad radical de los grupos

humanos considerados, que en el límite no tienen ningún espacio común donde

desplegar la menor relación, sea racista o no” (ibid.). De tal manera que el nuevo

discurso racista “se legitimaría menos por la invocación de una desigualdad de ‘razas’

como por la idea de la irreductibilidad y la incompatibilidad de ciertas especificidades

culturales, nacionales, religiosas, étnicas u otras” (ibid., 33).

En este nuevo racismo “la cultura puede funcionar también como una naturaleza,

especialmente como una forma de encerrar a priori a los individuos y los grupos en una

genealogía, una determinación de origen inmutable e intangible” (Tanguieff.). Además,

aunque formalmente en este planteamiento desaparece la cuestión de la jerarquía para

resaltar la diferenciación, esto es más aparente que real, porque “de hecho, la idea de

jerarquía (...) se reconstruye en el uso práctico de la doctrina (por lo que no necesita que

se enuncie explícitamente) y en el tipo de criterios que se aplica para concebir la

diferencias de culturas” (ibid.).

Los “otros” van cambiando a lo largo del tiempo. Porque, como ha señalado Miles

(1989), el racismo adopta formas “específicas históricamente”. Nuestras sociedades han

desplegado dispositivos de construcción social del racismo que reproducen la lógica de

inclusión/exclusión que busca sustitutos funcionales de la “raza” como objetos sobre los

que construir representaciones racializantes. Se podría decir, extremando el argumento

puesto que – por ejemplo – en España y otros lugares de Europa seguimos teniendo un

grupo social muy “racializado” como son los gitanos, que hoy en Europa la “raza” se

llama inmigración.

Para Balibar (1991), la inmigración aparece como elemento funcional sustitutorio de

“raza” en el modus operandi racista tras los procesos de descolonización y los flujos

inmigratorios en norte y centro de Europa tras la segunda guerra mundial.

Antes de la crisis económica de los años setenta la inmigración aparece, sobre todo,

como un fenómeno de clase: los inmigrantes aparecen como trabajadores extranjeros,

son definidos sobre todo en términos sociales, por su posición en la estructura social.

Tras la crisis comienzan a ser extranjeros (vagamente definidos como en términos

étnicos/culturales), trabajadores o no. Y así comienza a producirse, por decirlo

sincréticamente, un proceso de racialización de la “clase inmigrante” (Cachón 2005).

Page 7: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

6

Este cambio en la construcción del objeto por parte del racismo y su planteamiento en

términos “étnicos” tiene, como ha señalado Chebel d’Appollonia (1998) ventajas

evidentes: “apelar el ‘sentido común’ para constatar que hay diferencias entre grupos

humanos; utilizar el término ‘étnia’ en vez de ‘raza’ pero sin dejar de insistir en su

carácter innato; e introducir de nuevo el principio de desigualdad (...) para establecer

una jerarquía no ya de razas (...) sino de ‘producciones culturales’”. Con ello se

explicaría el título, sólo aparentemente contradictorio, de un capítulo del libro de esta

autora: “Las razas no existen, pero la raza explica muchas cosas”.

Típicamente, nuestras “razas”, que es el eco que llega cuando hablamos de étnias, se

llaman inmigrantes. No se quiere decir que otros colectivos como los gitanos o los que

nacionales (de origen o por nacionalización) que tienen rasgos fenotípicos diferentes de

los mayoritarios en nuestra sociedad, o los judíos u otros colectivos con religiones o

culturas distintas no puedan ser y sean sometidos a procesos de “racialización”, pero sí

que estos procesos racializantes se producen sobre todo con algunos colectivos de

inmigrantes.

Dos peligros mayores en nuestro tiempo, relacionados entre sí y con efectos

multiplicadores el uno en el otro:

El paso de un (fomentado) “estado de xenofobia” a una “xenofobia de estado”

(formalmente como respuesta a aquel)

discurso antiinmigrante/antimusulman: desde la extrema derecha se ha ido

inoculando, extendiendo, a algunos políticos de la derecha conservadora y a

veces también a ciertos políticos progresistas. Es a este proceso a lo que llamaré

“deslizamiento”, fruto de una “inoculación”.

3. Racismo y Gran Recesión

Ya hemos recordado que las crisis son un humus especialmente proclive al crecimiento

del racismo y la xenofobia. Pero conviene recordar qué son las crisis. Porque la Gran

Recesión (GR) que estamos viviendo tiene dos componentes relevantes: uno la recesión

económica y sus efectos sobre el mercado de trabajo (con las destrucción de cerca del

20% del empleo en España en los últimos seis años): pero otro aspecto íntimamente

ligado al anterior, porque aquel le ha servido en gran medida de justificación y de

disculpa para su implementación, son las políticas de recortes de derechos que se están

llevando a cabo. Y para ver qué relación hay entre el racismo y la GR hay que tener en

cuenta estos dos aspectos.

La desestructuración de las relaciones sociales características de la era industrial ya se

venía produciendo desde el triunfo de las políticas neoliberales en los años ochenta. Su

resultado viene siendo el crecimiento de las desigualdades sociales, con aumento del

paro estructural, de la precarización y de la exclusión social. Con ello, los “antiguos”

referentes sociales y políticos han entrado en un período de incertidumbre. Como dice

Bauman (2001): “Actualmente, el sentir dominante está instituido por un nuevo tipo de

incertidumbre, que no se limita a la propia suerte o talento, sino que atañe a la futura

configuración del mundo, a la forma adecuada de vivir en él y a los criterios en función

de los cuales juzgar los aciertos y errores de cada forma de vida”.

Un segundo registro para comprender el racismo contemporáneo es la crisis de las

instituciones que deberían garantizar la socialización de los individuos como son la

Page 8: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

7

escuela pública y los servicios públicos, especialmente la sanidad. Y aquí es donde

entran en juego las políticas de recortes sociales que se están llevando a cabo. Ya antes

de la crisis Wieviorka (1998) había señalado cómo la escuela pública “parece penar por

cumplir su misión y, a menudo, sus dificultades son imputadas, una vez más, a la

inmigración. El racismo, aquí, consiste en acusar a las principales víctimas de esta crisis

de ser responsables de la misma, a hacer a los inmigrantes la causa del mal

funcionamiento de la escuela”. Pero las políticas puestas en marcha con la disculpa de la

GR han profundizado el deterioro de las instituciones responsables de la seguridad

social y de la solidaridad que tienen que abordar realidades nuevas y diversas en medio

de escasez de personal y de recursos financieros y sin la preparación adecuada lo que

lleva a la pérdida de la noción de “servicio público”.

Que la crisis de la relación salarial que se vive en la actualidad sea un humus más

favorable para la aparición de fenómenos racistas no debe hacernos caer, como ha

señalado Balibar (1991), en explicaciones mecanicistas del tipo: crisis paro

precariedad aumento de la competencia en el mercado de trabajo exclusión social

hostilidad, xenofobia violencia racista. Hay que poner de relieve correlaciones

indiscutibles entre ambos fenómenos, pero una correlación que va en las dos

direcciones: la crisis como factor del racismo y el racismo como factor (multiplicador)

de la crisis. Porque “es indiscutible que la existencia del racismo, los actos de violencia

que le dan cuerpo, se convierten en un componente activo de la crisis social, pesando

por ello en su evolución” (Balibar 1991). Por eso “más que de causa y efecto, habría que

hablar de acción recíproca de la crisis y del racismo en la coyuntura: es decir, hay que

calificar, especificar la crisis social como crisis racista, investigar sobre las

características del ‘racismo de crisis’ que aparece en un momento dado en una

formación social determinada”. Con la crisis entran en escena “capas y clases sociales

nuevas (o individuos cada vez más numerosos de capas sociales nuevas), que adoptan

una postura de ‘racificación’ de situaciones cada vez más variadas” (ibid.).

Pero hay efectos directos de la GR en el racismo que se han podido medir. Un reciente

estudio de la London School of Economic de Febrero de 2014 de David W. Johnston y

Grace Lordan, ha cuantificado algunos efectos contracíclicos directos de la crisis

económica sobre el racismo a través de la discriminación por origen racial o étnico en el

mercado de trabajo. Con datos británicos han podido mostrar que un incremento de un

1% en el desempleo produce un aumento de un 4% en el prejuicio racial auto-reportado

en los varones de mediana edad con alto nivel educativo empleados a tiempo completo.

Este resultado sugiere que los trabajadores no blancos tienen más probabilidades de

encontrarse con empresarios y directivos con prejuicios raciales en momentos de mayor

desempleo.

[Otros resultados muestran que la brecha de empleo racial y salarios aumentan con el

desempleo y que estos efectos son mayores para los trabajadores negros de alta

cualificación. Por ejemplo, un incremento de un 1% en el desempleo aumenta las

brechas salariales de negros y blancos para las personas altamente cualificadas. Es decir,

los autores han podio mostrar sólidamente que los no blancos sufren

desproporcionadamente más que los blancos durante las recesiones, como consecuencia

de cambios en el mercado y de cambios en las actitudes hacia ellos. Dicho de otra

manera, las recesiones exacerban las desigualdades raciales ya existentes.]

Pero ¿qué está ocurriendo en el nivel político en Europa y en España?

Page 9: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

8

4. Racismo en Europa, racismos en España: conflictos ligados a la inmigración y

el “deslizamiento” de los discursos, de las políticas y de las prácticas sociales

El racismo, la xenofobia, adquiere una mayor gravedad cuando entra en el terreno de lo

político, cuando desde un “estado de xenofobia” se pasa a la “xenofobia de estado”. Por

la capacidad destructiva que tiene la política y porque se multiplica su nivel potencial de

difusión.

De ahí la importancia de luchar por mantener a la política y a las instituciones sin ser

contaminadas por el racismo, sin que se produzca una xenofobia institucional. Pero la

realidad de Europa y de mucho Estados miembros arroja señales muy preocupantes. Se

podría calificar de dos maneras:

Proceso de inoculación: los planteamientos xenófobos de la extrema derecha se han ido

infiltrando en algunos partidos conservadores en Europa (y en Estados Unidos), e

incluso, en algunos casos, en políticos “progresistas”.

Proceso de deslizamiento: porque algunos partidos conservadores en Europa, e incluso,

en algunos casos, políticos “progresistas” se han ido “deslizando” hacia posiciones

xenófobas, posiciones que han sido tradicionales de la extrema derecha.

Todo ello ha llevado a una cierta “banalización” del racismo en los discursos y en la

acción política.

Un caso bien claro es el de Francia. Pero se podría poner otros ejemplos en Europa

porque, por desgracia, abundan. La más reciente incorporación a este “club del

deslizamiento xenófobo” es el Reino Unido.

En Francia la extrema derecha hace años que ha inoculado su discurso xenófobo en

líderes de la derecha tradicional. ¿Hay que recordar a Sarkozy llamando “racaille”

(escoria) a los jóvenes magrebíes que se manifestaban (con violencia o sin violencia) en

las calles? ¿hay que recordar su iniciativa sobre la “identidad” francesa? Pero no sólo en

la derecha. El muy popular ministro socialista de interior del gobierno de Hollande ha

lanzado diatribas contra los gitanos que legitiman el discurso racista del Frente Nacional

y que muestran cómo ese discurso va inoculando a la izquierda tradicional francesa (por

un puñado de votos). La expulsión de la familia gitana Dibrani a Kosovo levantó mucha

polvareda (sobre todo porque una alumna gitana Leonarda fue detenida por la policía

durante una excursión escolar). Pero las actuaciones contra los gitanos que se han

desarrollado en Francia en los dos últimos años rayan el racismo institucional. Y así un

candidato del Frente Nacional puede decir que a los gitanos hay que “concentrarlos en

campos” porque son una “lepra” y… no pasa nada! ¿Hay que recordar que en Francia

hubo campos de concentración de judíos y gitanos (y resistentes antifascistas, entre ellos

republicanos españoles) previo a su envío a los campos de exterminio en Alemania?

Los gitanos o los inmigrantes son muy “útiles” porque los discursos populistas

xenófobos encuentran en ellos el “chivo expiatorio” de todos nuestros males y porque

los políticas hacen echar humo con ellos para tapar sus actuaciones al servicio de

política neoliberales que esas sí, están en la base de nuestros males.

¿Hay que recordar el renaciente antisemitismo en Europa? En una Europa donde aún

viven algunos supervivientes de los campos de concentración de la época nazi, se

asaltan cementerios judíos o algún humorista pone de moda gestos antisemitas.

Page 10: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

9

¿Hay que recordar la islamofobia que recorre Europa y Estados Unidos, acelerada tras

los atentados del 11S, del 11M o del 7J en Londres? En el día de ayer, el líder de la

extrema derecha en Holanda proclamó, con un tufo de incitación al odio que no es

posible ignorar, que “quería menos, menos, menos, marroquíes” en Holanda. Pero no

son marroquíes sino musulmanes holandeses de lo que está hablando realmente. Habla

de nacionalidad, pero quiere decir… “raza”.

¿Hay que recordar al dirigente de la Liga Norte en Italia que defendía bombardear los

barcos con inmigrantes indocumentados antes de que se acercaran a Lampedusa? Claro

que aún no habían muerto 232 personas en una embarcación.

¿Hay que recordar los discursos de dirigentes de la extrema derecha en Europa en el

Reino Unido, en Bélgica, en Austria, en Dinamarca y en varios países, todos ellos

comunitarios, del este de Europa?

¿Hay que recordar los reiterados insultos racistas dirigidos a dos ministras en ejercicio

en Francia y en Italia, las dos negras, las dos mujeres, algunos de esos exabruptos

proferidos por diputados de los parlamentos?

¿Hay que recordar los discursos antinmigración copiados de la extrema derecha pero

enunciados por partidos conservadores y a veces incluso progresistas, hechos sobre todo

en vísperas electorales, pensando en un puñado de votos? Puede que luego no cumplan

las promesas de restricciones a la inmigración porque son irreales y negativas para el

país y para Europa (bienvenido incumplimiento), pero lo que sí contribuyen es a

sembrar la cizaña antiinmigante y la cizaña germinará y otros serán los que recojan la

cosecha y entonces verán crecer a la extrema derecha pero ya no habrá remedio: el

deslizamiento ha ido demasiado lejos. De nuevo el ejemplo de Francia debe ser

recordado.

Porque estos discursos no han empezado hoy. Llevamos años con ellos. Años oyendo a

Berlusconi, Cameron o Merkel criticar sin matices el multiculturalismo. Años olvidando

la función de pedagogía (no de demagogia) que debe tener la política.

Un momento especialmente significativo fue la aprobación el día 19 de junio de 2008

por parte del Parlamento Europeo de la (llamada) Directiva de Retorno. Una directiva

que ha suscitado tanto rechazo dentro y fuera de Europa y que ni fortalece ni legitima a

la Unión Europea. Entonces tuve ocasión de recordar un texto de Coetzee en Diario de

un mal año: “Llegan tiempos en los que la indignación y la vergüenza son tan grandes

que sobrepasan a todo cálculo y toda prudencia, y uno debe actuar, es decir, hablar”.

Se podría pensar que en España no estamos en una situación tan grave. Y hay algunos

datos (del Eurobarómetro) que así permiten afirmarlo en términos comparativos. Pero

depende donde queramos poner el acento. Por ejemplo, si se analizan los conflictos

ligados a la inmigración, España no ha sufrido hechos tan graves como los que han

tenido lugar en Francia, Reino Unido, Alemania, Italia o Suecia.

En España tampoco tuvieron lugar violentas reacciones antiislámicas después de los

atentados del 11M como ocurrió en el Reino Unido (o como siguen ocurriendo en

Estados Unidos) (Cachón 2011: 437-8).

Pero España dista mucho de ser una “Arcadia” para los inmigrantes. Baste recordar los

asesinatos de inmigrantes (comenzando por el de Lucrecia Pérez en 1992) o los sucesos

racistas de El Ejido el año 2000, o los de otro cariz de Elche en 2004.

Page 11: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

10

Una clave importante para entender esta mejor situación comparativa en España es la

respuesta que se ha dado desde ayuntamientos y ONGs muy implantadas en el terreno:

ese tejido social ha sido fundamental.

Pero hay hechos recientes muy preocupantes que muestran un racismo institucional o

situaciones muy próximas a él. Las expulsiones ilegales (es decir, donde el Estado

español viola sus leyes en vigor) o el abuso que supone lanzar pelotas de goma contra

inmigrantes que intentan entrar ilegalmente en el territorio y que un día llegaron a

producir 15 muertos en Ceuta, políticos llevados a juicio por incitación al odio racial, el

Servicio Estados Público de Empleo condenado por discriminar a inmigrantes

marroquíes en las prestaciones por desempleo, dos mossos de escuadra condenados por

acusar falsamente a una mujer gitana rumana de maltratar a su hija: son todos ejemplos

recientes de racismo institucional en España.

Pero déjenme que señale otro aspecto muy preocupante en España: es la tolerancia con

cierto tipo de manifestaciones racistas. El tema del Día Internacional de la Eliminación

de la Discriminación Racial 2013 es: “El racismo y el deporte”. Y quiero recordar un

hecho racista que se banalizó desde la opinión pública y desde los responsables políticos

y que tuvo graves consecuencias por el enorme eco que tuvo.

Un suceso banal: “negro de mierda” y los códigos del fútbol” en España (Cachón

2005: 260-6)

Acto primero: “negro de mierda” (Luis Aragonés dixit)

Acto segundo: el eco amplifica el grito: insultos racistas en el Bernabeu contra

los negros que juegan en la selección inglesa de fútbol”

Acto tercero: los racistas son los antirracistas. Paradoja

Este es un “excelente” ejemplo de deslizamiento: estos hechos racistas hay que cortarlos

de raíz y desde el principio: ¿cómo hubiera sido la noticia las palabras de Aragonés en

el Reino Unido? Aragonés es cesado por un acto racista (recogido y multiplicado por la

TV).

El mayor peligro del “deslizamiento” es no frenarlo a tiempo: Hay que matar la víbora

racista desde el huevo: Si el deslizamiento se prolonga, su fuerza se multiplica y cada

vez es más difícil luchar contra él.

Con palabras de D. Nandy (Lester 2000) ¿Hay que recordar que “es un deber de los

políticos escuchar a la opinión popular. Que es igualmente un deber de los políticos

educar a la opinión pública. Pero en la teoría de la política democrática nada requiere a

los políticos para que den cancha a los prejuicios populares, especialmente cuando están

en juego los derechos de las minorías”?.

5. ¿Qué hacer? Otro tipo de discurso, otro tipo de política es posible

Creo que hay dos campos donde la mejor manera de luchar contra el racismo es

dotarnos colectivamente de proyectos políticos. Uno es una cierta idea de Europa el otro

es una concepción de la convivencia en Europa. Se podrá pensar, no sin fundamento,

que lo que voy a hablar son ideas y que lo que cuentan en nuestro mundo son los

intereses. Pero conviene recordar un olvidado mensaje que nos dejó Keynes [Teoría

general de la ocupación, el interés y el dinero: Capítulo (24) final: “Notas finales sobre

la filosofía social a que podría conducir la teoría general”]:

Page 12: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

11

“las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto cuando son correctas

como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comúnmente se

cree (…). Los hombres prácticos, que se creen exentos por completo de

cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de algún economista

difunto (…) Estoy seguro de que el poder de los intereses creados se exagera

mucho comparado son la intrusión gradual de las ideas (…) Pero, tarde o

temprano, son las ideas y no los intereses creados las que presentan peligros,

tanto para bien como para mal”.

Permítanme, por ello, que enuncie esas dos ideas que anunciaba.

A) Hacia una Europa red de bienestar keynesiano

En las Jornadas sobre el porvenir de Europa del Instituto Berggruen celebradas a finales

de febrero en Madrid, se enunciaron a mi modo de ver dos diagnósticos y una

perspectiva: El primer diagnóstico: “El avance del populismo en muchas partes de

Europa es nuestra principal preocupación” (Mario Monti). El segundo diagnóstico:

“Quizá este es el momento más difícil en la construcción europea. El apoyo ciudadano

está en mínimos. La opinión pública considera que Europa no responde a sus

expectativas. La idea de que juntos lo hacemos mejor ha perdido fuerza” (Pascal Lamy,

presidente de Notre Europe). La perspectiva la enunció bien Enrico Letta: “El sueño

tiene que ser la unión política”.

La deslegitimación de la UE se está produciendo porque muchos ciudadanos europeos

la perciben como la causa de la pérdida de derechos (hoy sobre todo como consecuencia

de las políticas económicas, monetarias, fiscales, laborales y sociales que se han

adoptado como respuesta a la Gran Recesión): la UE está perdiendo “legitimidad”, esa

condición que hace que los ciudadanos consideren “aceptable” un orden político. En el

imaginario de las gentes, los aspectos positivos de “Europa”, de la construcción

europea, pertenecen al pasado. Los aspectos negativos (y deslegitimadores) al presente.

Hoy no hay una verdadera “identidad europea” que venga “legitimar” Europa. Reforzar

la democracia y la unión política en Europa son condiciones necesarias pero no

suficientes. La “identidad europea” exige dotar de contenido a la “ciudadanía

europea” en el Estado red Unión Europea.

No me detendré en la idea de Estado-red enunciada por Castells, que exige

“mancomunar y compartir soberanía más que transferirla a un nivel superior” (Keoane y

Hoffman, citado por Castells 1998). Pero el Estado red no es suficiente: “La unificación

europea, en una perspectiva a largo plazo, requiere una identidad europea” (ídem, 367).

Esa “identidad europea” no se puede apoyar (véase Castells, 1998)

El cristianismo (puesto que muchos europeos no la comparten)

La democracia (puesto que muchos otros países la compartes)

La etnicidad (puesto que además de peligroso, Europa es cada vez más diversa)

La identidad “nacional” (puesto que es el elemento superado)

La economía (“nadie se enamora del euro”, parafraseando a Delors).

¿Cuál podría ser el contenido de dicha identidad proyecto europea? “La única, la

verdadera justificación económica de la construcción europea es que permite acrecentar

el bienestar de los pueblos –es decir, su nivel de vida y sus oportunidades de lograr

Page 13: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

12

empleo. No es cuestión de perseguir la virtud financiera en detrimento de la cohesión

social” (Fitoussi 1995).

Europa encontrará la “identidad europea” y con ello su legitimación actual y el mejor

remedio contra todo tipo de populismo xenófobo en el proyecto de construcción de un

“Estado red europeo de bienestar” que gire en torno a la defensa del Estado de

bienestar, de la solidaridad social, del empleo estable y de los derechos de los

trabajadores. No se trata de “una proclamación utópica de sueños, sino (de enunciar) la

lucha por imponer modos alternativos de desarrollo económico, sociabilidad y

gobierno” (Castells 1998).

B) Hacia un multiculturalismo integrador

Para enunciar la segunda idea, debemos arrancar del argumento de B. Parekh (en

Rethinking multiculturalism) perfectamente aplicable a Europa, a España y a Asturias:

a) “Hoy en día, casi todas las sociedades son multiculturales y probablemente lo

seguirán siendo en el futuro previsible” (realmente se podría quitar el casi todas…).

b) “Una sociedad multicultural no puede ser estable (…) sin desarrollar un sentido de

pertenencia entre el ciudadano común. El sentido de pertenencia no puede ser étnico

o basado en una cultura, una etnia u otras características compartidas. (…) ha de ser

de naturaleza política y basada en un compromiso compartido hacia la comunidad

política”

c) “Las sociedades multiculturales afrontan problemas que no tienen paralelo en la

historia. Necesitan encontrar formas de conciliar las reivindicaciones legítimas de

unidad y diversidad, lograr unidad política sin uniformidad cultural, ser inclusivas

sin ser asimilacionistas, cultivar entre sus ciudadanos un sentido de pertenencia

respetando sus legítimas diferencias culturales, albergar identidades culturales

plurales sin debilitar la preciosa identidad de la ciudadanía compartida. Se trata de

una formidable tarea política y, hasta la fecha, ninguna sociedad multicultural ha

conseguido resolverla de manera exitosa”.

Por eso, frente a derivas “culturalistas”, tanto en la lucha contra el racismo como en las

políticas de integración de y con los inmigrantes, hay que insistir en la necesidad de

apoyarse de forma simultánea en la justicia en dos dimensiones: (la vieja) justicia

redistributiva y (la nueva) justicia de reconocimiento. De ahí las “3R”: Redistribución,

Reconocimiento y Representación. Pero en esta argumentación hay un Kilómetro 0, un

punto previo de partida del que hay que arrancar: políticas que garanticen la igualdad de

trato, la lucha contra la discriminación y el racismo en todas sus manifestaciones

(Cachón 2009)

Sobre estas cuatro patas se puede apostar por un desarrollo progresivo de una sociedad

más justa donde impere un “multiculturalismo integrador”, “multiculturalismo

integrador” que intenta conseguir la unidad (en igualdad) y en (el respecto y aceptación

de) la diversidad (Cachón 2011).

La crisis económica no debe ser el tobogán por el que nos deslicemos a terrenos

peligrosos, pasando de un (fomentado) “estado de xenofobia” a una “xenofobia de

estado” (presentada como respuesta a aquella). Otro tipo de discurso es posible y

durante las crisis económicas es más necesario que nunca.

Page 14: IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia - Blog OIJ Gijón · 1 IX Jornadas contra el racismo y la xenofobia El racismo no pinta nada Ayuntamiento de Gijón y Organizaciones sociales

13

Espero que no sea vano terminar con el final de Sobre la paz perpetua de Kant:

“Si es un deber, y al mismo tiempo una esperanza, el que contribuyamos todos a

realizar un estado de derecho público universal, aunque sólo sea en

aproximación progresiva, la idea de la ‘paz perpetua’ (…) no es una fantasía

vana, sino un problema que hay que ir resolviendo poco a poco, acercándonos

con la mayor rapidez al fin apetecido, ya que el movimiento del progreso ha de

ser, en el futuro, más rápido y eficaz que en el pasado”.

Bibliografía

Balibar, E. y Wallerstein, I (1991): Raza, Clase y Nación, Madrid, IEPALA.

Bauman, Z. (2001): La modernidad y sus descontentos, Madrid, Akal.

Cachón, L. (2005): Bases sociales de los sucesos de Elche de septiembre de 2004. Crisis industrial,

inmigración y xenofobia, Madrid, Observatorio Permanente de la Inmigración.

Cachón, L. (2009): La “España inmigrante”: marco discriminatorio, mercado de trabajo y políticas de

integración, Barcelona, Anthropos.

Cachón, L. (2011) (Director): Inmigración y conflictos en Europa. Aprender para una mejor convivencia,

Barcelona, Hacer.

Castells, M. (1998): La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol. 3, Madrid, Alianza.

Fitoussi, J.-P. (1996): El debate prohibido. Moneda, Europa, pobreza, Barcelona, Paidós.

Kant, I. (1964): Sobre la paz perpetua, Madrid, Espasa Calpe.

Lester, A. (2000): “The politics of Race Relations Act 1976”, en M. Anwar, P. Roach y R. Sosdhi (ed.),

From legislation to integration? Race relations in Britain, Palgrave Macmillan, Hampsihe.

Miles. R. (1989): Racism, Londres, Routledge.

Mückenberger, U. y otros (1996): Manifeste pour une Europe sociale, París, Desclée de Brouwer.

Parekh, B. (2000): Rethinking multiculturalism: cultural diversity and political theory, Cambridge,

Harvard Uni. Press.

Sen, A. (2007): Identidad y violencia. La ilusión del destino, Buenos Aires, Katz.

Taguieff, P.-A. (1988): La force du préjugé. Essai sur le racisme et ses doubles, París La Découverte.

Wieviorka, M. (1998): Le racisme, une introduction, París, La Découverte.