Cornelio Hispano en El Valle Del Cauca

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(opoelio 5ispaoo en el BOGOTA 1921 -

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Trabajo clasico de Cornelio hispano sobre el valle geografico del río Cauca.

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(opoelio 5ispaoo

en el

BOGOTA

1921

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en el

Valle õel (£loca

BOGOTA-

JUAN C/.SIS, EDITOR

1.i)21.

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A L AL ~I A P (J R A D E 'tI I M A.DR r}

R A S largos años de éJl1~,encia, en que~Imis pies hallaron tierras de leyenda,

.~--:~~¿:!y mis ojos se apacentaron en la visiónde m;¡res alumhrados por el Cisne de Leda y laCruz del Sur, el cumplimiento del último deberfilial me condujo. con impensado imperio e irre-sistible impulso, al amado Valle del Cauca, mitierra natal, en vísperas de la Nochebuena delventuroso afio de 1918. Llevaba conmigo unapiedra blanca y en ella esculpidas estas palabras,de rara y dulce oportunidad e inefable elocuen-cia: Slcut mater unieum lilium sum, ita e.l¿o tt

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CORNELiO HISPANO

diligebam. Torpe mi mente y rebeldes mis labiospara balbucir vocablo alguno digno de ella y desu santa memoria, el Libro de los Reyes vino en miauxilio; dio expresión a mi ternura y voz a mi len-gua, y pude así rendir el triste y postrer tributo delágrimas a la mejor de las madres.

En la antigua y piadosa ciudad de Buga, cuna ysepulcro de sus abuelos, en el rústico cementerio,de amarillentas y carcomidds tumbas, Que sombreancipreses llorosos y aroman jazmines del Cabo y dela India, reposa para siempre una de aquellas divi-nidades inmortales, cuyo culto ha vivido y vivirámás que las religiones, más que todas las filosofías,y Que sólo a Eurípides, en el dorado paganismo,le fue dado definir clamando:

O PIKRON FILON PROSEGOREMA MATEROS.

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E N E L V A L L E D E IJ C A U C A

EL COKCIEH.TO DEl, DOMINGO

(Hellos, Buga).

I~IO tenemos palabras suficientemente ex-! i pres/vas para decir él nuestros lectoresI ~~ __-1 toda la grata y perdurable impresiónque dejó en nuestro ánimo el brillante conciertoefectuado el último domingo.

Baste anotar que ese festival de refinado artees una de las más claras revelaciones de que estaciudad posee, quizás sin saberlo, artistas de ver-dad, capaces de constituir timbre y honor de cual-quier capital que no sea ajena a los nobles espar-cimientos del espiritu.

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OORNELIO HISPANO

Cornelfo Hispano abrió el acto con una magis-tral disertación, en la cual no supimos qué admirarmás: si el estilo diáfano de cláusulas impecables oel acendrado amor que guarda el poeta por estavieja ciudad para la cual ha tenido sus más felicesestrofas. Esa oración familiar constituye, a no du-darlo, el elogio definitivo de esta villa del Guada-lajara, hecho por uno de sus hijos más dilectos. Elpublico buguefio, a quien las palabras de Hispanohirieron las fibras más recónditas y estimularonlas más queridas añoranzas, supo aplaudir deli-rante al ilustre escritor.

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EN EL VA.LLE DEL CA.UCA

ELOGIO DE BUGA.

Seiloru, .eilorel:

l(llllN nuestra amada Bugu las virludes crio-tianas de austeridad, clemencia, ternu-ra, caridad, son terrigenas, nacidas del

propio suelo materno, y asi como algunas flores sedan sin cultivo en nuestros paties y jardines, bro-tan ellas espontáneas en vuestros corazones, comorosas maravillosas de santidad, cargadas de esen-cias paradisiacas, y son tan anti~uas como las mus-gosas piedras que yacen entre adormideras y la-

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CORNELIO HISPANO

gartos, allá arriba, donde fue la primer Guada-lajara.

El cuadro de honor de los benefactores bugue-nos es lujoso y bien conocido de vosotros, peroimporta grabarlo en oro viejo sobre los muros delos monumentos que su consagración, generosidady desinterés erigieron y transmitieron a las suce-sivas generaciones agradecidas. Esos cuadros dehonor, puestos a la vista de los niftos, serían lec-ciones prácticas de moral, patrones de virtudes,espejos de cultura, y perpetuarían, como en los ci-vilizados pueblos de ultramar, la magnanimidadde los que antepusieron al egoísmo o la avaricialos más bellos impulsos del corazón. En Buga,conviene no olvidarlo, los benefactores han sidoIgualmente promotores de civilización, estimula-dores de adelanto, y así, en hermoso concierto, sehan dado la mano la beneficencia y el progreso, lamoral y la cultura. Los que lograron la alegría deInscribir sobre los frisos del hospital concluído lasreglamentarias palabras: Finis coronal opera,levantan hoy los muros de nuestro teatro; han al-zado un palacio para la educación de la juventudy sembrado jardines públicos que recrean los ojosy dan sombra refrescante a nuestras damas en las

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EX EL VALLE DF:L CAUCA----------- ------.----.-

tardes cálidas y penumbras discretas en las no-ches de luna.

Permitid, señores, que el más humilde de losbugefios, que ha vivido en perpetua nostalgia lamayor parte de su vida fuera de este dulce suelo,si bien ligado a él por las fibras más sensibles delcorazón y la magia de los rtcuerdos; que un día,en representación de Colombia, en la ocasiónmás solemne, bajo los legendarios tamarindos deSan Pedro Alejandrino, ante la sombra augusta delLibertador, Je rindió un homenaje filial, de entra-fiable emoción; que en Par::s, la Babilonia mo-derna, puso en prensas, cuyos crujidos repercutenen todos los ámbitos del mundo, cantos en cuyosabor vernáculo y acentos familiares y reminis-centes habéis reconocido vu,:stro ambiente sopo-rosa, los rumores de vuestro río trovador, la ale-gría de las campanas de pasCJa, los déjos vesper-tinos de nuestras aves siniestras; escenas caserasque se repiten cotidianamente, y aun las frugalesgolosinas predilectas de vuestros paladares; per-mitid, os digo, que honre mis labios pronunciando,en esta ocasión, algunos de esos nombres, que osson caros, no pocos de los cuales unieron a todoslas excelencias del espiriru los dones físicos, in-

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CORNELIO HISP.àNO

de don Joaquín Mosquera, cuyo rostro, al decir delos contemporáneos, era una urna de belleza, ornatode los salones florentinos, amigo de las Bonapar-tes, y en Caracas, la patria de Miranda y de Bello.Recordad, si no, a don Manuel Antonio Sancle-mente yadon jOf.é Maria Cabal, quienes, por susnobles continentes, vieja estirpe y actitud señoril,cualquiera hubiera tomado por graves y ceremo-niosos lares ingleses; don Abraham Fernández deSoto, de talla intelectual y fisica de jurisconsultoromano; don Luciano Rivera Garrido, flor de selec·ción de esta tierra, que él amó apasionadamente ydescribió, con mágica pluma, en páginas de melan-cólica dulzura, y su padre don Luciano Rivera,quien (lo veo eoIT'O en una lejana penumbra in-fantil) alto, escuálido, nevado por muchos invier-nos, ciego, inclinado sobre un bordón y conducido~or un lazarillo a través de estas softoJientas callesbugueñas, evocaba la trágica figura de Edipo Rey,y aún otras sombras más de auténticos hidalgoscastellanos, a quienes sólo faltó el espadin y lagorguera y las espuelas de plata, descendientes deaquellos fieros halcones que, desp:.Jés de haberfundado la magnífica ciudad de los Reyes, domadoa Atahualpa y sus tribus ricas y belicosas, atrave-

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E.N E IJ V A L L E D E L C A U C A

zaron, como ciclopes, las volcánicas latitudes ecua-toriales, las agrias tierras de los pastos, para caer,con Belalcázar, a la elísea campifía payanés, repo-sar allí, deleitosamente, de la ruda conquista delImperio de los Incas, limpiar los escudos, tomadosdel orin, y afilar los hierros con (ue habían de en-trar, en espléndido galardón a sus fatigas, a estevalle feliz, a este Paraíso de América, como lollamó el Libertador cuando de regreso del Pe~ú,desde una cumbre andina, volviÓ la vista, con latristeza de Boabdil, para contemplar, por últimavez, la tierra que un día le había cado con larguezaJas legiones de bravos que se batieron como leonesen Bomboná, en Junín, en Ayacucho; a este valleencantado de las Hespérides; a esta armoniosaguitarra caucana, cuyo cordaje es la cinta de platade su epónimo rio, y cuyo talle sonoro está enBuga, la tierra de los primeros afios de mi vida,donde, me complazco en repetiria, a pesar de vein-tidós años de ausencia y no ob¡;tante Jas distan-cias, a veces enormes, con que la varia suerte meha apartado de ella, mi corazón y mi mente hanvivido siempre.

Mis Elegias Caucanas, que entre mi pobrelabor literaria parece preferís, fueron, casi todas,

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CORNELIO HISPANO

modernos. El Secreto de Toledo es muy distinto delsecreto de Buga; aquél tiene la rudeza y sequedadcasteIlanas, la marchitez y rigidez misticas, la pe-sadez y crudeza españolas, que aparecen en las fi-guras largas, escuálidéls, graves, cadavéricas, deultratumba, del pintor cretense, como por ejemplo,en El Entierro del Conde de Drj[az. El secreto oencanto de Buga, si bien ofrece también un pálidofondo religioso, tiene, en cambio, cierto fuego pa-sional, como una diafanidad de ensueño, ciertajuventud, cierta gracia, no sé qué frescor acari-ciante que recuerdan esos cuadros de los primi-tivos italianos, de los virgineos prerrafaelistas quepintaban, con celestes pinceles, demacradas silue-tas de santos anacoretas, en medio de deliciososcármenes y jardines. Y de tal suerte es percepti-ble ese encanto de que os hablo, aun para los ex-traños, que una vez, en Caracas, leyendo a unreputado escritor y poeta ver~ezolano, algunas delas elegías caucanas, acabadas de escribir en esaciudad, de un clima igual al nuestro, donde flore-cen también los jazmines del Cabo, al air él, porprimera vez, el nombre de Buga, le causó extra-Beza su sonido, y, al encontramos después, solíadecirme: Buga, este nombre tiefte algo raro; Buga,

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EN EL VALLE DEL CAUOA--------- ---.----- ----------

esta palabra tiene como acento y color de leyenda,suena triste, misteriosa; Buga, Buga .... El poetacaraquefío había adivinado el secreto encanto denuestr:l urbe, la vieja Guadalajara de las sencillastradiciones galantes, de las doradas leyendas reli-giosas, tiernas y melancólicas como las del país deGoélo, en la brumosa Bretaña, quc impregnaron dearmonía y aticismo el genio de Renán; la villa tran-quila y cálida que parece dormir una eterna siestaa la orilla de su rio familiar, recostada sobre sushistóricas colinas de esmeralda; Buga, la ciudadde las matronas, pero de aquellas de estirpe roma-na que hilaban, como la Reina Berta, y, al amor delhogar, contaban los Cuentos de mi madre la Oca;Buga, la Real, donde el manso Jesús de Nazaret,como en la aldea de Emaús a sus cliscípulos, ha apa-recido a nosotros milagrosamente; la de ¡¿IS auste-ras costumbres patriarcales, las alegres nochebue-nas y los Reyes Magos; la de las argentinas nochesde luna, las huertas de yerbabuena y manzanilla,las tapias coronadas de belllsimas, los patios olo-rosos a albahaca, sombreados de arrayanes y gra-nadas en flor; Buga, la de los jazmines del Cabo yde las jóvenes de ojos aterciopelados y sOffadares,de donde copió Jorge Isaacs los de Marta; Buga.

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CORNELIO HISPANO

la muy noble y muy leal ciudad de los caballeros,la dulce tierra de mi infancia, la tierra sagrada demi madre, mi tierra I

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EN HONOR DE HISPANO

(Reléos, 8~a).

F~~';I:;:O::''';'-'f¡;'.~·' V': I~N selecto grupo de caballeros buguellosr~ I. ,;. obsequió, en la noche del 5 de Jas co-

lho:"lli!~.~~I rrientes, en el Hotel Nápoles, zl ilustreliterato Cornelio Hispano, con una espléndidacena.

Entre los concurrentes recordamos a los doctoresRafael Rengifo O., Emilio Quintero Vo, Roberto Be-cerra Delgado, José Ignacio Ospina G., ]en;{ro CruzV., Antonio Montoya Payán, León Cruz Santos, F.López Pomareda y Tulio Enrique Tascón y los

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CORNELIO HISPANO

señores Besalio y Rafael F. de Soto, Alfonso e IsaíasSaavedra S., Eduardo E., Luis y Ernesto SalcedaOspina, Aristides Holguin, Gilberta Garrido, CH-maca Becerra, Jorge Latorre, Saulo Patiño B., AbelCruz Santos,Jaime y Alejandro Cabal Pamba, Fran-cisco J. Sinisterra, Jasón Guzmán, Ulpiano CabalS., Francisco Peláez M., Alberto Cucalón, CarlosDominguez O., Daniel Mena y López, Daniel Valle-jo, Manuel y Luis Salazar, Augusto Cabal, LuisDominguez Sánchez, Alonso Figueroa y CésarVallejo.

El señor D. Gilberto Garrido ofreció la manifes-tación en estrofas felices, y el señor Alfonso Saave-dra, en un aplaudido discurso. El poeta Hispanoagradeció la manifestación en frases elocuentes yrehozantes de cariño por esta tierra.

La fiesta se prolongó hasta la madrugada ydejó en todos los concurrentes las más gratas im-presiones.

Estrofas dé) señor Garrido:

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EN EL VALLE DEL CAUCA.

A CORNELIO HISPANO

ofreciér.dole el banquete con que los bugueños celebrom03.hoy 5 de enero de 1919. su regreso 01 terruño

Te fuiste un día, solo, ellllmaen primavera de ilusión,y de tu espíritu en la calmadormida aún la inspiraci6n.

Oaminos largos, más caminostu joven planta trajinó:-dó están del genio los destinai?un dfa tu alma preguntó.

y como el Genio cerca estaba,muy pronto hubiste de saberlo que tu mente Ilmbicionabuy hllbra inquirido sin temer.

arda entonces la voz faustaquisiste el Genio hacer salir;en nuestra .Ateua s inexhaustafuiste los medial:> a adq\lirir.

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COR~ELIO HISPANO

y oyendo xuavas, dulces glosas,I:'ntraRte un día con tu morralpOI' el sendero do las rO:iasen el jardín espiritual.

Fuiste, ceñido el primer lauro,la rica Hólaùe a escrutar,jinete en lomos del "Centauro"en un sonoro galopar.

y cual los heroes de Apolouio:-no tenóis agua que me eléis?dijiste, hermano de Suetollio,a Hesperia, Egle y Eritéis.

y el Olmo) el .Alam(¡ y el Sauce,menos rebeldes a tu fin,te dieron todo el sacro cauceque aprisionaste en tu Jardín.

Despuós) oh místico ateniense !calló el pagano ruiseñor;para el divino Estridonensecantaste el cántico illE'jor:

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EN EL YALLJiJ DEL CAeCA------------------------

(Cornelio, divino pseudónimo,más grande aquí mi devoción:tú me metiste a San JerÓnimoen la mitad del corazón ..... )

La primavera de otros díasbiza en tu alma florecerlas más sentidas "Elegías"para esta tierra enaltecer.

El Genio as!, buscando al Genio,torn6se al fin historiador:de nuestro histórico prosceniohizo un altar encantador.

En él es Dios el dulce amanteaquél de Fanny de YiIlard,y tú del rito el oficianteque allí nos das de comulga!'.

(Cornelio, oh buzo divino!tú me infundiste al Gran Simón,al de Casilda, al Dias Andino,en la mitad del corazón .... )

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CORNELIO HISPANO

Vives poemas de amor puro:siempre el Crinado te besó;el apotegma de Epicurotu estro, en otro, lo inspiró.

De lo infinito en el abismola esfinge fuiste a aprisionar,y allf te encontraste tù mismoy te pusiste a sollozar ...

Los dioses diéronte su abrigoallá en el mágico pais:puedes también gustar un higodulce de Egilos, cual Tirsis.

Más grata que estas golosinas,en otra mesa, a ti más fiel,te dieron miel de las encinas,«panales dorados de mie!.,.

Ni un días aquf que te consuele;!iba este vaso de perdón:"qué deliciosamente huele"este hidromiel del corazón!

Gilberto Oarric1o

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PA.LABRAS

del :¡eñor D. Alfon:¡o Saavedra :S.

o N la misma autoridad con que la~~ II doncella de la montaña, ruda y vibran-

--,. __ n _ UJ te, admira la belleza de un crepúsculo,sin más cultura que la encauzada entre los cui-dados de su madre que la atisJa y el constanteesfuerzo de sus labores, sobre la pendiente de unhogar que bulle derltro de ella. Con las mismaspnrrogativas con que el mozo labriego, dejando

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CORNI<~LIO HISPANO

el hacha, añora los cuidados de su viejecita, ven-go a rendir el tributo de mi admiración espon-tánea, sin literatura, sin arte, al alto poeta e insignepatricio.

Siento en mi alma que la falta de erudición meincapacite para lIamarme crítíco- que así mis pala-bras serían para Cornelio Hispano el óleo con quese unge a los glorificados; ellas son apenas un lau-rel campesino; ellas sólo representan la expresiónnatural del enamorado de lo bello; quizá por esotengan semblanza remota a ese sol de los venadosque habéis cantado, al perfume ingenuo del tomi-llo y de la albahaca; ellas son como la obstinacióndel corderillo engreído en la ribera de alfombra es-meralda, donde brotan flores bellas, donde el aguadel arroyo que pasa es más fría, impoluta y rumo-rosa, dor.de la asoma y el gilgero cantan sin temo-res de cazador y de rapaces, porque en esa riberasiente más grata la vida.

Yo sólo sé declros que alleeros todos gozamos:la abuela regañona, la sencilla muchacha inculta; eTaldeano enamorado; la dama os comprende, la n¡fiaos canta, el músico os interpreta, el literato os aà-mira, el poeta os t:nvidía, el soñador campesino eI-perimenta que en las fibras delicadas de su alno

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EN EL VALLE DEL CAUCA

sentimiento se entretejen las sutilezas de un arte di-vino y cifra allí melodias y mojulaciones armonio-sas que su idioma no sabe expresar.

Al aIm;!,patria habeis dado, acorde con el ordende vuestro sentir, temple inmenso y propÓsitos irre-mediables. Habéis mostrado al colombiano, en ma¡;-níficos libros, desde cómo vivió este trozo de mun-do en el idealismo heleno, hasta cómo nació glorio-samente la Patria, y cómo el hermano, a quien casiamamantó, la ultraja.

Yo, adorador de mi Patria yenamorado de labelleza, os admiro, os venero y os agradezco.

Tomemos esta capa par la armonia, representa-da en la persona de Camelia Hispano, por quiennos hemos congregado aquí, para satisfacción gra-t[sima, hijos de Buga.

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HISPANO A. LOS BUGUER'OS

Amigos míos y conterráneos:

I R A C I A S por este alegre ágape que! me ofrecéis tan espontánea y efusi-

vamente. Oracias, por haberme reu-nido, en torno de esta mesa, a tántos queridoscamaradas, viejos y jóvenes bugueños, condiscí-pulos ;>,.lgunos, toaos predilectos de mi carino.Oracias por haberme ofrecido la ocasión de volvera deciros que, a pesar de mi larga ausencia, mi co-

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EN }~L V A..L L E D E L C A U C Á.

razón y mi mente han estadc siempre aquí convosotros; que soy bugueño por nacimiento y portemperamento; bugueño con toda mi aL11a;bugueñoa macha martilJo, como las aguas de nuestro río,bajo las cuales me siento volver a los qui¡1ce años,como los decrépitos árboles dr mi casa que mevieron nacer y que he abrazac'o como si fueranmis hermanos, y a cuya sombra, como al amparode los barbudos Términos de los antiguos, juntaríacon ~usto la tierra que soy a mi madre ti'~rJ·a.

y al pronunciar estas dulces palabras, madretierra, con que los elegíacos griegos empezabanlos epigramas funerales consagrados a sus amadaso a sus amigos, viene a mi recuerdo una escenaencantadora, habida en propicia ocasión, semejantea ésta por su sinceridad y sencillez, tiernas floresdel alma que se dan lozanas en todas Jas latitudes.

Un dia de noviembre de 1830, Federico Cho-pin, el inmortal autor de los Noctl1rnos, de las Po~lonesas y de la Marcha fúnebre, dejaba, muy jovenaún, a Varsovia, su ciudad natal, en busca de lagloria. Un grupo de amigos, a la cabeza de loscuales se hallaba su viejo maestro Elsner, se ha-bía reunido para acompaflarlo hasta la primeraaldea situada sobre la ruta, hasta Wola, lugar his-

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CORNEL~O HISP.d~O

tórico donde se efectuaba en otro tiempo la elec-ción de los reyes de Polonia. Allí sus amigos ento-naron una canción, expresamente compuesta parael acto, y, al terminar el ágape de despedida, leofrecieron una copa de plata, artísticamente cince-lada, llena hasta los bordes, no de vino, como su-pondréis vosotros, sino de la tierra de la patrianatal. Federico no pudo contener las lágrimas ....

Diez y ocho años más tarde, Chopin, muertoen París en pleno vigor del genio, fue conducidoal cementerio del Père Lachaise, donde debía re-posar al lado Je Bellini, y el primer puñado depolvo que se arrojó sobre su tumba fue aquellatierra polonesa que, un triste día de noviembre, ha-bía traldo consigo, en una copa de plata, al salirde su patria para no volver jamás.

Este episodio, amigos mias, es un bello sím-bolo de ese amor, tan antiguo como el mundo, queune, con inefables vínculos, a todas las almas no-bles al lugar donde, abiertas a la luz y a la vida,primero respiraron y sonrieron. Por eso, antes queuna voz del concierto universal, un poeta, y Cho-pin lo fue sublime, es un acento, un acorde de unrincón de tierra determinado. Alli tuvo él contactocon la madre Naturaleza; allí alumbró el sol sus

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EN EL VALLE DEL CAUCA.

ojos y palpitó su corazón; allí pensó, amó, padeció.Un poeta es una patria que canté.!

En un viejo cuento bretón se asegura que unamaldición pesa sobre el emigrzdo que no hayavuelto a ver, antes de su muerte, su campanarioparroquia!. Yo he vivido mucho~ años lejos de micasa, pero arraigado siempre po~ el corazón a micasa, y ahora vuelvo a ver mi campanario parro-quia!. Estoy, pues, libre de maldición, y por elloos ruego me acompañéis a alzar este vaso, y tam-bién por este encantado Valle, tanto más queridocuánto más distante, y por los talentosos compa-fieros que han ofreci do esta fiesta con frases tanelegantes como halagüeñas y abrumadoras parami, aficionado a las letras; por la satisfacción dehallamos reunidos aquí alegremente, ya que laalegría es dón del cielo, y los griegos la cultivabantanto como la salud, su heraldo, y sin la cual noexiste. Ella sirvió de base a la divina doctrina deEpicuro, cuyo encanto, al decir de Diógenes Laer-cio, igualaba la dulwra de las sirenas; ella fuepredicada por el Santo de Asís C'Jmo una obliga-ción canónica: los franciscanos deben estar siempregaudentes in Domino, y por la alegría, por la sanaalegría, conviene brindar en Buga para acabar con

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CORNELIO HISPANO

la fama de su tristeza, difundida por los que malla conocen o la quieren, y que confunden el ruidocon el júbilo, la algazara con el entusiasmo. Alzomi copa también a la salud de todos vosotros, hijosprogresistas de Buga, incuicadores de cultura, ypor el creciente adelanto material, intelectual y mo-ral de esta querida tierra del alma.

En medio de la ~Iegria de la fiesta, Hispanorecitó las mejores de sus Elegías Caucanas: Lacasa natal, Leyenda del charco del burro, Chimbi-laca, La escuela, impregnadas todas del ambientebuguefio y de las fragancias del dulce Valle cau-<:ano:

EL BORRIQUITO BLANCO

leyenda :5agrada del Charco de! Burro.

El agreste riodel Guadalajara,bajo el bosque umbrío,una historia raracuenta al caserio.

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EN EL VALT.JE DEL CAUOA.

85tO era un lllJtígllo sábar10 ce ramos;Jesús aguardaba Sll mallso jumentoPara entrar al pueblo, bnjo alegre,; ramos,lIas en todo el pueblo no había un jumento.

Sólo un asno 1181'010';0, (!e Ull rico hacendado,PlIstailflo, cruzaba ia fértil COmtlrCa,

Pero ese opulento y adusto haceneladoEra el mús avaro de aquella COJlarca.

Ya, a la tarele, todos volrían al pueblo'l'ristes, pues no hallaban mÍls que aquel borrico,Cuanelo vieron, antes de entrar eu el pueblo,Salir, reb1lznando, del río un borrico.

Era el borriqllitc más manso y más blanco j

Cogido, lleváronlo en triunfo él la aldea,

Y, subre el burrito más manso J" más blanco,Entró al otro día Je~ús en la aldea.

Hosanna! a su paso, clamaban las gentes,Alegrúos hijas de Salem, Hosanna!Y, bajo las palmas de rústicas gpntes,Iba el borriquito con Jesús, Hosanna I

Y.bó aql1r que al blijarse Jesú:~ del pollino,En el templo lleno do mirra y de flores,Hacia el río, al trote, marchóse el pollino,Libre ya de ricos arneses y floret.

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CORNELIO HISPANO

y aqur acaba el cuento del borrico bluncoQue sali6 del rfo de Guadalajara:Fue aquel el burrito más manso y más blancoQue vieron las gentes en Guadalajara.

y el agre~te rioDe Guadalajara,Bajo el bosque umbrío,Aun la historia raraCuenta al caserío.

LA CASA NATAL

En Buga, cerca al río, cuyas brisasSerenlts deshojaban lus rosalesEn tibias noches de infantiles risa~,Mi casa está bajo árboles frutales.

Cuán viva la recuerdo! El patio, el huerto,La palmera más alta del poblado;Todo ahora estará ya mustio o muerto:El mamey, los madroños, el granado;

La toma que bajaba de El Molino,Entre habas, tamarindos y ciruelos,y a nuestra huerta entraba en cristalinoAIroyo, bifurcado en arroyuelos,

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EX EL VA.LLE DEL CAUCA

Que regaban la roza y hOI'~alizas,U raudos, al eorrer b¡¡jo los limosE higuera~, apol'cadas COll cenizas,Meclan, retozll.ntes, los racimus.

Las tapias del jardín, tapias de piedraQue daban a la calle, florecidasDA bellísimas ante.31 hoy de hiedraCubiertas estarán y derrllfda~;

Tristp el zaguán, donde ágiles corvetasHacra, al ensillarlo, el ca.'1tañito,En días de paseo a Zabaletas,Sonso, Las Playas, Guacarf, El Cerrito.

y td, frondoso cidro, cuyas ramasDe todo el pueblo uyeron Ias lisonjas:Di, la casa natal hoy embalzamas?Aúo bañas en las aguas las to.ronjas?

Por recoger las frutas que e,ifan,Yo madrugaba, a veces, con la aurora,Un coco, un mango, un caimo, siempre hacíanLadrar el perro fiel de Ra lsia'ora.

En otro predio rústico, vecino,Mataban lOll domingos un carneroCebón, o chamuscaban un cochino,y de chuparse el dedo era el puchero;

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CORXELIO HI~PANO

Empanadas, los sábados, y rarosJueves, COli mucho aliño de las ôras;Cómo me SUDoreo al recordarasTamales, sin rival, de las lliveras i

Ra Pax, prima Prudencia, mi sia Anita,Nombres que merecieron tÚntas loasDel vencindurio, humilrle capillitaDo invitaban a orar lrlS Pigucl'Oas.

Isabel, :\largaritl1, Flora, Elisa,A todas las recuenla mi cari:10,Con su risueiío delantal de frisa,y sus falons de olán y su corpiiio.

Nombrr,; de la niñez que no ha podidoBorrar la ausencia, el tiempo, la distancia;Nombres que siempre tornan rIel olvidoCon su viejo (landor y su fragancia!

Por eso, mientras viva, dulce casaQue los guardas, a ti irá mi reclamo;Tu vejez, y hasta el liquen que te arrasa,Sólo un amo tendrán: tu anti~110 amo!

y cuando ya no exista, tu ruinaAl pasante dirá, con voz secreta:En otro tiempo aquí se alzó, vecinaDe este l'ta, la casa de un poeta.

Parts, 1912

- X~XVI -

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E:t<i .E L y A L L E D E L C JI... U C A--- --.--.- ------- ..------- ---

LA ESCUELA

Entollces, vecina cie guarlunl sombroso,Muy cerca drl río se alzaba la Ermita.Donda el campesino pueblo al llfilfl.lJroso,Ferviente, alumbraba cnn cern bendita.

La escuela de niiíos queda.ba on la esquina,En :;:enda trillada p0r las IIp;uadorasjEran las mae.;tras dos bueut S señoras,Regañonas, sordas y muy rezandcras,De fald6n morado, chaqueta, esclavina,Y caja de p(llvo el1 las faltriqueras.

Las acompaiiuba un perrc" una gat:!,Un loro parlero que pedía clcao,Y una tirnaneju, rolliza mulata,Que cantaba cc'plas de pipiripao.

Todos los domin¡;os recib\an vi"itaDel cura del pueblo, (JI Padre Donnto,Viejito encorvado, rubicundo y chuto,Y, ya por la tarde, se iban a la Ermita,

También otro antiguo saeristán de Baga,Cuya cara era Ulla sola arruga,Y, no obstante, fresca como una lechuga,

- XXXVII

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COl{~BLIO HISPANO

Iba en la semuna, uua vez o dos,Con ruaua, chamhergo y estudiada to~,A pC'dír limosna para el niüo Dios.

Estos contertulios hablaban de sautas,Cuya vida y obras eran su prurito,De la mula errada, de brujas y espantos,y del pavoroso farol de San Vito.

gn la sala habfa, con un caleudario,Un globo terrestre y un abecedario;Un viejo pesebre, con su asno y su buey,Sus magos, pastores y cÚndida grey;Sobre las cornizas, piadosos retablos,Calvos San Antonios y ~raves San Pablo s,y contra los muros, pesarias y cojas,Tres sillas dA Córdoba, dos escaparates,Con loza vidriada, bandejas y mates,y en rededor del tosco tilllljero, entre hojasDe aliso, badeas, piñas y aguacates.

Luégo, el claro patio, la huerta, el pensil,Donde, entre las blancas rosas de Castilla,Flotaba el perfume de la manzanilla,Mejorana, orégano, ruda y pffegil,De la yerbabuena, malva y toronjil.

A las seis en punto se servia la cena,Que estaba gnardada bajo la alacena:

- :n:xvm -

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EN EL VALLE DEL CAUOA

Ohocolate, queso, dulce y ag:la claray fresca del r10 del Guadalajara.

Oh têmpora, oh mores! Oh escuela divina,Oomo las de Atenlls! Oh buenas seño:asPatriarcales, sordas y muy rezado ras,De faldón morado, chaqueta, esclavina,El 6ltimo afecto yo quiero rendirosHoy que, CODmi madre, sois3ll el Señor,Y un tierno se~reto del alma deciros:Que do lo que el mundo guarda en sus creadorasEntrai\as y zODas, bajo las estrellas,Las cosas más puras, m:\s dubas, más bellas,Son las que en un tiempo, de amor y candor,Me enseñaste, oh sordas y santas se liaras !

OIlIMBILAGO

La luna era el dia; los ágile3 niñosLlenaban de cantos y risail la calle;Gerca, hocha unas pascuas, y toda cariños,La abuelita blanca como los al'miños,Y, lejos, el vasto silencio del Yalle.

- Ohimbilaco, que te coge el día!- A. que no liE, cogerá!

- XXXIX-

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CORNELIO HISPANO

En la selva el fosco morrocó, turbandoLa nacho, lanzaba su tétrico g-rita,'Mientras, las manitas juntas sobre el blandoRegazo materno, y balbuceando,El medroso niño lezaba el Bendito.

-Chimbilaco, que te coge el dta!- A que no me cogerá!

Tormenta lejana, COD lumbres de argento,Las cumbres andinas, de pronto, abrillanta;Disuelto en el aire se pierde un lamento,y sigue la abuela contando su cuentoDel péjaro que haf¡la y el árbol que canta.

- Chimbilaca, que te coge el dta!- A que no me cogerá!

Ay! cuán brevemente pasar::m las horas,Cenidas de rosas y ensueños antaño!DIáfanas y frescas y retozadoras,aomo en los jardines IflS fuentes cantoras,

Ay! COD quó tristeza recuérdase ogaño!- Chirubilaco, que te coge el dra!- A que no me cogerá!

Si, al menos, como antes ent~e enredaderasSe alzara el tejado de la vieja casa,Si el huerto luciera sus plácidas éras,

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E K E L V A. L L E DE ¡. C A. U C A.--.---------.---. --- ------~--

Sus tapias floridus y sus tnlnnquerai:l,Mas todo se acaba, pero todo pasa.

- Chimbilaco, que te coge el dia!- A. qne no ne cogerá!

Si pudiera, oh slleiios! vol ver a mi tiorray ofr las rondallas, de són elegíaco,Que cantan las hijas del pl1eblo en la sierra;Sentir el misterio que la pampa encierra,y ver a los nifioil jugar chimbilaco .

.. Chimbílaco, quo te cogo el día!- A. que no me cogerá!

Caracas, 1!lll

¡.: L S O L D E L OS Y E N A D O S

Reposa el mcnte y la campiña, y correFI J'fo, blljo el puente, balbuciendo;Tiñe de rosa el sol lejana tone,y por el campo el buey pasa mugiendo.

Tardos y silenciosos campcEinosDescienden de la sierra, duerr1e el vionto,y los añosos bosques vespertinosParecen exhalar como un lamento.

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CORNELIO HISPANO

Las muchachas del pueblo que en la fuenteHunden sns rojos cántaros, medrosas.Miran, bajo los árboles del plllmte,Temblar la onda ell floración de rosas.

Suena en el aire mfstico tañido ....y el poeta, en la playa solitaria,De cara al sol, escucha enternecido,Como un sueño de amor, esta plegaria.

Es la hora en que dejan la espesuray vienen a pacer a los collados,y a triscar, como en tibia onda pll~a,En el sol de la tarde, los ,·enados.

A ESTELA

En los bug-uenos jardines,De claveles y jazmines,Donde con áureos reflejosLiban miel los tominejosy vuela la mariposa,Eres, Estela, una rosa,

- xU! -

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EN EL VALLE DEL CAUCA

Rosa Ciue por b maiïanaRespira a la luz temprana,y en la soporosa tardeCual ascua encendida ai:de;A las vespertinas ~raua:>,Estela, así, te engalanas.

Rosa que aceudra ambrosíaY, al despertar, con el día,Abre sus prístinas hojas,Ya rubias, albas o rojas,y da su aroma a las brisas,Como tú nos das sonrisa~.

Rosa crema, sin espinas,Así en la viùa caminas,Dejando en Ins corazonesComo acentos de canciones;Quién podrá olvidarte, Estela,Rosa colar de canela!

Tú que naciste a la AUl'ora,Como Venus tentadora,Tienes la virtud secretaDe la morada violetll,y ante tu aliento se humil.'ay esconde la manzanilla.

- XI,l11 -

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COHNELIO HISPANO

Rosa t6, virg(nea rosa,Blanca y casta y deleito,,~\,At mirar tu epifanin,Ansiamos tu euc:uistíaAlzar hasta n nestras bocas:Estela, asi nos provocas.

y como en tu f¡IZ palpitaSangre de la SlIlamita,Estela, preciosa illfiel,Te asemejas a RICJuely n las rosas de SaarónQue amaba el rey Salom6n.

Cuando el céfiro te acosaLlneves botones de rosa,Como el durazno sus pomasAl posarse las asomasiRosal qne en mi verso alabo,Te envidia el jazmill del Cabo.

En otras tierras y climasTe dirán mejores rimas,Pero nnnca más sincer~s,l\"i tus gracias hechicerasTendrán marco más risueñoQne nuestro huerto bugneño,

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EN EL VALLE DEL CAUCA

RosfI I que al afio florecesCual lo~ de P6stnm dos veces,Cómo se inclinan tus ramas,y tus cosechas derrama~,De ¡.¡onrisas ! Yo te q niETO

Como a In flor del romero.

En los bugueiius jard; nes,De claveles y jazmines,Dondll COll áureos reflejosLiban miel los to!ninejosy vuela la mariposa,Eres, Estela, una rosa!

Buga, Nochebuena de 1918

- XLT -

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L I T E R A T O E H 1 S T O R I Ó G I{ A F O

ACTUALMENTE HUESPED DE ESTA CIUDAD

(Relatof, Cali)

O e o S de los intelectuales colombia-nos contemporáneos pueden, como Hls-

_ pano, exhibir una obra tan selectacomo intensa. En sus poemas -- ya agrupadosen tres hermosos libros - rebosa el clasicismohelénico, la blanda sugestión de las leyendasbíblicas y las reverberaciones quemantes del tró-pico. El Jardin de las Hespérides (poemas pa-ganos) es urna bellísima guardadora de las pre-dilecciones de Hispano de todo cuanto trans-parenta el alma de la Grecia antigua. En La

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EN EL VAT"LE DEL CADCA------------ -------------Leyenda de Oro (poemas cristianos) flota suave-mente, acarician te, el espíritu d{~la vida tranquila,incomplicada, allá de remotns siglas. Pero el ve-nero riquísimo del pensamiento poético de His-pano-quizá por la expontánea sugestión del suelonativo,-Io hallamos en Las EleRías Caucanas: aliisupo derramar el perfume indeficiente de su almasensitiva; en esas estrofas su retina de artistaparece haber copiado los cielos maravillosos delvalle, los crepúsculos incomparables, el sol muní-fico, el río rumoroso que lleva tajo sus ondas losanhelos de un pueblo ... Al leerlas, nos distan-ciamos de la influencia de esta naturaleza, desbor-dante y agresiva, y sentimos el balanceo rítmicoque lleva nuestra alma como por sobre obedien-tes ondas de aire.

La prosa de Hispano, diáfana y vigorosa, hadado a la bibliografía continental productos ópti-mos. Por las páginas d~ su libro De Paris al Ama-zonas, Hispano conduce al lector a través de lostesoros artísticos del mundo parisino y luégo lotrae por entre las intrincadas selvas del padre delos ríos: el contraste es sorprendentel El Diario deBucaramanga, la extraña obra del General L. Perùde Lacroix, cuyos manuscritos yacían en las empol-

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OORNELIO HISPANO

vadas estanterías de una biblioteca caraqueña,por efecto de un erróneo concepto de lo que debeser la historia, fue copiado por Hispano con p~-ciencia benedictina; y cuando el libro salió de lasprensas cie la C'lsa Ollendorff, se levantó airada laprotesta de la incomprensión, como si el eruditohistoriógrafo bugueño se hubiera hecho reo deatróz cielito! Ahora, revaluada esa apreciación,hecha al golpe de las impresiones de quienes cre-yeron que Ja persona de Bolivar se deslustrabacon los apuntes íntimos sobre sus pasiones y ca-prichos, se ha apreciado debidamente el servicio he-cho a la historia americana por Hispano. Colombiaen la guerra de la independencia, otro volumen deHispano, constituye preciadísimo aporte en pro dela gloria nacional, en el que se hacen resaltar Josesfuerzos realizados por nuestra patria en favor dela emancipación.

Hispano ama con delirio la gloria del liberta-dor. A ella ha consagrado sus mejores estudios yla aplicación analítica de sus atinadas observacio-nes. Está ya en prenSJ y pronto saldrá a la luzpública la Historia secreta de Bolivar, libra pordonde pasarán las aventuras galantes y amo rosasdel Libertador, quien, al decir de Hispano, supo

- :ILvm -

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EN EL VALLE DEL CAUCA

sintetizar la vida en un tríptico admirable: gloria,mujel y vino.

La venida de Hispano a Cali representa paraquier;es lo conocemos, algo asi co:no el rescate,transitorio, de los padecimientc1s de nuestra grismonotonía, algo que l1a hecho f'orecer de alegrianuestros campos de esperanzas. Pase, pues, élbajo las arcadas triunfales de admiración que aquílevantamos al vallecaucano mirr_ado de las bellasletras.

Un grupo de distinguidos caballeros de estaciudad obsequiará mañana a Hispano con un sun-tuoso banquete.

~ XLIX -

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II O JI E ~ A J E A li I S P A N O E N C A L I

(Correo del Cauca, Cali, enero 20. 1919)

•-, " N O e H E, como lo habíamos anunciado,Q I se efectuó en los elegantes comedo! es

~_i del Hotel Europa, el banquete organi-zado por un grupo de amigos y admiradores delhistoriógrafo vallecaucano e inspirado poeta Cor-nelio Hispano.

Estuvieron presentes las siguientes personas:Señoritas: Stella López, Margarita López. Eu-

genia López e Irma López.Señores: Cornelio Hispano, doctor Manuel Ma-

ria Rodriguez, doctor Evaristo García, don BIas S.Scarpetta, don J. Emiliano Otero, don Ricardo Nieto,

- L -

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EX E~. Y á. L L E D E L C A U C A

do.:~')r Federico López Pomarcda, don ErnestoFr~:lco S., don Abraham Domínguez, doctor Salva-dor Iglesias, don Jorge Santander, doctor Teodo-miro Calderón D., don Jorge Zawadzky, doctor Pri-mitivo Iglesias, doctor Francisco Magaña C., doc-tor Ernesto García Vásquez, don Pedro Cucalón O.,don Luis R. López, doctor Juliu Fajardo H., donOlimpo López Lema, don GuUermo López, donIsaias Saavedra, don Alfonso López, doctor Lauren-tino Quintana, doctor Ciro Molina Garcés, don Her-nando Zaw(luzky, en representación de Relatar;don Hernando Guerrero, de La Orientación; donFrancisco A. Paláu, del COrïf!O del Cauca.

La mesa se hallaba arreglada con exquisitogusto artístico, y cn los muros de los comedoresondeaba el pabellón nacional.

Las mayores animación y cordialidad reinarondurante la hermosa fiesta, que será siempre degrata recordación para quienes asistieron.

A la hora del champagne, don Ricar;lo Nieto,nuestro excelso vate, se dirigió a Hispano, en nom-bre de los concurrentes, en los siguientes términos:

"Señor Hispano:«El grupo de amigos que os rodea en este mo-

mento ha querido, de manera muy modesta pero de

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CORKELIO HISPAXO

modo muy cordial, testificar su admiración al egre-gio historiador de Bolívar y de nuestra indepen-dencia; su entusiasmo al literato y su afecto alpoeta que tras luengos años vuelve hayal Valle deEfraín y de María, que él cantó en estrofas que tie-nen la suave cadencia de la brisa en las ramasde nuestras selvas y el apacible murmurio de lasondas del Zabaletas y del Nima.

Poeta, literato, historiador: hé aq uí los tres títu-los con los cuales se presenta. gallardo y victorioso,quien ha hedlO célebre en donde quiera el nombrede «Camelia Hispano.» Fecunda labor la de estehijo de nuestro Valle, cuya gloria es nuéstra, comoson nuestros la gloria del cielo inmaculado quenos cobija y la del sol radiante que enciende nues-tras venas! Fecunda labor la de este acto exponentede la moderna cultura colombiana, que con lamisma pluma que traza las Elegias Caucanas o laLeyenda de oro, describe en páginas imperecederas,a Colombia, la Heroica, y erige un monumentoliterario al Padre y Libertador de la Patria.

Belleza y verdad parece haber sido el lema Quegrabara en sus cuarteles heráldicos este hijo deApoio y de Clío que, junto a la flor de lis y a la CÍ-

tara encantadora, calzó el coturno de la Diosa que

- LU -

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EN EL VALLE DEL CAUCA

los griegos 1epresentan-terri blemente belIa--conun libro cn la mano. Belleza y verdad, verdad y be-lleza: ¿existe algo en el Cosmos más digno del es-píritu humano? ¿Y no es por ellas por donde elhombre se asoma hasta ese cóncavo azul dondetiemblan los astros y se encienden las estrellas?¿Qué ideales más altos que e~tos atributos del SérExcelso y Suoremo, que un L1iatallan en mármolla Venus de Milo y otro día tallan con la plumala efigie de César o la estatua de Alejandro?

Primero fue la poesia, después la historia. comoprimero fue la flor, después el fruto. Tres fasescomprcnde la obra poética de Hispano: Grecia, elCristianismo, la tierra natal. Sediento de ese vino"que 110 beben los bárbaros," H spano clavÓ sus ojosen esa Bélade antigua que oyó a Homero, y de losbloques de mármol de Paros que sirvieron para laVenus Victrix o para el ApoIo de Belvedere,construyó el jardín de las H'!spérides, por dondevagan los centauros índómitcs y se asoman lasOreadas llorosas, mientras las nillfas de los bos-ques, coronadas de yedra, corren perseguidas porlos Faunos risuer-os o por los Sátiras, de ajas cen-tellantes.

Pero el dios Pan había muerto. Y entonces es

-LIll-

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COHXELIO IlI:SPAXO

Jerónimo quien llora "bajo rotos quitasoles de pal-mera." Es el santo solitario, de luengas barb;¡s yojos hundidos, el que clama en el desierto. El mi-lagro se ha clanplido: los hombres no acuden ya aDeltas, en donde la pitonisa ha terminado; se vanen lentas caravanas a buscar en la soledad de los de-siertos, no la carne perfumada de Afrodita, sino lapaz espíritual, siempre buscada y nunca consegui-da. Ahí tenéis La leyenda de oro.

Después .... la patria, mejor dicho, el terïlliir).y ésta es para mí la f¿¡z poética más simpática deHispano. Callejones polvosos saturados del arumade las piñuelas maduras; remanso del río donde seasoman los carboneros y los guásimos; casas des-tartaladas y antiguas. de amplios corredores y pa-tios o)(¡fOSOS a albahaca, en d0nde a las seis de 11

tarde rezan el rosario el pratriarca bugueño y su fa-milia; mangas donde pastan los ganados a lasombra de los chimangos y de los guayabos en flor;río Cauca, callado y amarillo, en cuyas riveras can-tan (as zarcetas y meditan las garzas; la piedra endonde muchachos nos sentábamos antes de C<ler alcharco transparente; el primer caballo que montá-mos y la primera pena que tuvimos, .... y

-"Chimbilaco, que te coge el día!-a que nome cogerá!"

- LIV -

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E N E L V A L L E D E TJ C.A. U C A.

........... , .Teda, toda esa infancia muerta y esa adolescen-

cia marchita; y esas costumbres oxidadas, más be-llas a través de la distancia; yesos paisajes, pordesgracia vivos cuando se halla muerto el corazón;fado eso, digo, está encerrado en la urna que llamóHispano ELegias caucanas, verdaderas elegías porla melancólica dulzura del pasado, y caucanaspor los temas regionales que en ellos se cantan.

El literato se confunde con el poeta. La prosade sus libros corre cristalina como un río de nues-tro Valle; es la prosa renaniam., sencilla como unárbol, pero difícil en su aparente sencillez. De Pa-ris aL Amazonas tiene páginas exquisitas. Cuandoel poeta llega a la ciudad luz, s~ transforma. No esya el poeta de las ELegias, sino el amante quebesa a la amada en los risas y en los labios:

«Es con la piedad, amor y veneración con quelos grandes romanos volvían los ojos hechizados aAtE'nas, y los atenienses,. niños mimados de la glo-ria, en SUR crueles días de zozobra y decaden-cia, como vuelvo hoya ti mi corazón y mis pensa-mientos, oh París! PoIífila cap:tal de la Repúblicade las almas! Atenas rediviva! Antorcha del mun-do! Dar y nata de todo lo noble y de todo lo bello,

- LV -

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CORNELIO HISPANO----------------------

compendio y síntesis de la vieja Galia eterna de losdruidas f1orestales .•.. París! París!"

Y en pos del literato y del poeta aparece el quemás lauros ha desgajado para su cabeza y para laPatria, y el que ha hecho conocer más en el país, yfuera de él, el nombre armonioso que tiene algo delLacio de Virgilio y de Tácito, y algo de la Hispa-nia del Romancero del Cid y del Arcipreste de Hita:Camelia Hispano. Es el historiador laborioso yameno; el biógrafo de Bolívar, el Grande; el com-pañero de Blanco Fombona, de Villanueva y deGarcía Calderón. Rodó lo aplaude, y el actual Pre-sidente de Colombia prologa una de sus obras. Ta-rea larga y extraña a este momento seria hablar dela obra histórica de Hispano, desde aquel estu-dio macizo y admirable sobre el Creador de Amé-rica, comparable sólo al delliteralo uruguayo, hastael último que se anuncia ya y en que veremos noal Bolívar del Delirio sobre el Chimborazo sino alBolivar íntimo, enamorado y galante, mezcla de LuisXV y de Condé, impetuoso como un torrente deltrópico; al amante de Fanny de Villars en su pri-mavera, y de Manuelita Sáenz en su ocaso; al Bo-lívar-hombre, en una palabra, y no al Bolívar-diosque todos conocemos.

- LVI -

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E.l'\ EL VALLE DEL CAUCA

En Hispano, el literato y el artista sirven alhistoriógrafo. No es ya su obra -y ésta es una desus cualidades- aquel hacinamiento de fechas ydocumentos, de citas y de nombres, a que tandados han sido los antiguos reconstructores denue~tn vida nacional. Es algo distinto de aquello.La helleza no anda reñida con la verctad. sino quese completan. Hisrano es, e·, este sentido, unhijo f'e.: aquel exquisito y ddicioso historiadorfrancés, Amadeo Thierry, el je los Relatos m/'-rovinzios •. un hermano espiritual de aqucl IlcnryHoussaye, que r.ns hace asistir a la tragedia deWaterloo y a ],;s dolorosas retaliaciones delTerror Blanco •. de aquel Federico Masson porcuyas paginas, consagradas todas al Corso de Ma-renho, pasa é~te no con el triccrnio de las batallas,sino con el vestido de Jas demás hombres, perode~tacándose, en media de ellos, como el sol entreles demás astros de nuestro sistema planetario.Historia exquisita es ésta, que no tiene las aridecesde los desiertos, sino la verclura de los camposprimóverales.

Mas .... ¿a qué seguir en este asunto tan cono-cido de vosotros, los que lo h:lbéis leido? Ni estees el momento, ni soy yo elllllmado a hacerla.

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CORNELIO HISPANO

La comisión que los aqui presentes tuvierona bien darme, era sólo la de dedicar este ágapefraternal al litera~o y al amigo que nos honra consu visita. El/a está cumplida, aunque ha faltadola palabra de oro con que debió hacerse, por care-cer cie ella el apoderado que elegisteis.

Hispano: Cuando el autor de Marco Aurelio,ya célebre y glorioso, volvió a esa dulde Bretañaque años atrás había abandonado, joven y desco-nocido; y oyó en la suave melancolía de la tardeel eco de las campanas nativas; y vio las gavillasde trigo en donde jugueteaban los chicuelos deTréguier; y escuchó nuevamente el himno de lasolas al romperse en el acantilado de las costas delNorte, sintió humedecerse los ojos y besó conhondo cariño la tierra en donde se habían abiertoa la luz. Algo análo~o ha debido sucederas alvolver, tras)a ausencia, a nuestro Valle amado, yrecorrer los mismos sitios cantados, el mismo solrefulgente, el mismo dela cariñoso, azul y pen-sativo ....

y al veros entre nosotros, quizá murmuréis, envoz baja, el verso admirable de Musset, que todosrecitamos, n::>cuando se abre la vida literaria comoun botón de rosa, sino cuando empieza ya a des-hojarse suavemente, como una flor de otoño:

- LVIlI -

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.E X E L V A L L ~l D E L C A U C A

"EIre admiré n'est rien,l'affaire est d'etre aimé!»«Ser aJmirado es poco, más ser amado es mu-

cho! •.He dicho.

Estrepitosos aplausos interrumpieron varias ve-ces al orador.

Acto seguido, Hispano pronunció LIn bellísimodiscurso d~ "gradccimiento, qœ nuestros ]~ctoresverán ,~n la edición de hoy de Relator.

Don Jorge Zawadzky dio lectura a una hermosay sent:da carta alus~va éll acto, dirigid:':! por donAlberto Carvajal, quien no pudo concurrir a lafiesta por motivos de salud.

Los doctores Evaristo Garc;'a y Manuel MaríaRodriguez deleitaroil a los concurrentes con feiicesim provisaciones.

Nieto, Hisnano y Molina Garcés recilaron esco-gidas composiciones, cediendo a las repetidas ins-tancias de los presentes.

Un expresivo telegrama de Saavedra G11indo,asociándose al homenaje rendido a Hispano, sehizo conocer de los circunstantes.

La Orq'Jesta Unión Musical amenizó esplén-didamente el banquete.

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OORNELIO HISPANO

Nada más justo y merecido que esta hermosamanifestación de aprecio y admiración hecha auno de los más altos exponentes de la intelectua-lidad colombiana, cuyo nombre es conocido en to-dos los países en que se habla el idioma de Cer-vantes.

En seguida fue leída esta carta del doctor Saa-vedra Galindo.

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La Cumtre, enero 2 de 1919.

Señor D. Isaías Saavedra S.--Buga.

Bien querido Isaías :[miA Z tenido la idoa feliz de iniciar conotros compaflcros tina espontánea ma-

l nifestación social a Cornelio Hispano,esclarecido hijo de Buga. Y te has acordado demí para darme el grato y honroso encargo de ofre-cerIa al ilustre festejado, que visita ahora Jas caroslares de su ciudad natal. Por varias aspectos mees honorífica y placertera senejante designación,que sé agradecerte en todo lo que vale, y quecumpliera ton positivo gusto, si el reciente que-branto de salud de mi primogénito SaúI, no mehubiera forzado a este campo en busca de unclima mejor para restablecerlo.

Dcbo confesarte primeram'~nte que en todo Jo

-LX!-

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CORNELIO HISPANO------- -"- - -. -'. -- -. - -."-- --.--- _o. _" __

que de Buga se trata, en asuntos de honor, experi-mento una íntima sensación, mitad orgullo y mitadplacer, que se asemeja mucho a lo que siente elhijo en todas las satisfacciones y alegrías dt: supropia madre.

A esto se agrega, que ser el portavoz de aquellafiesta gentil, exponente de la actual juventud bu-gueña, tan bien dotada de cerebro y de alma, ypresidida por Cornelio Hispano, representa inne-gab/emente un claro timbre para ufanar a cual-quiera, y despierta en el espíritu intelectual el re-cuerdo de una mañana de Atenas.

Y, fina/mente, dirigir /a palabra -alma eternade las cosas-a tan eminente literato, es asuntode elevada selección, que por sí mismo honraél quien lo hace, y deja, además, imborrable con-tento a los amigos que de veras hemos sabidoapreciar /a pluma de oro del consllgrado escritorvallecaucano

Pero ya que no puedo estar contigo y con tusnobles companeros en esta apetecible reunión, hequerido que al menos vaya esta carta, escrita conel estrecho margen que me deja la partida del tren,inexorable como la muerte, para que sea esta mi-siva el heraldo de todo lo que de mi sér pueda irhacia ustedes, quedándome yo aquL

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EN EL VALLE DEL CAUCA

Tu designación para ofrecer aquella fiesta decultura me ha hecho soñar en una hora de solaz yde exransíÔn, en medio de las flores de nuestroscármenes caucanos (que con sus rosas y azucenasinmort,dizó María, la de Isaacs), aromando con suclásico perfume y luciendo ~,us matices como es-estrellas de la tierra, subre jarrones antiguos queostentan la elegancia etruria, Cll el lino de unamesa cubierta por vajilJ:¡s de léS fábricas de Toledoy de Bohemia.

Oyendo la música de lo~ inspirados artistasde t:S[J privilegiada sección, que a la cabeza de Sa-lazar, han hecho de las cuerdas un rito, aún másque una armonía.

Viendo subir del labio al pensamiento, comouna ola de alegría, el espumo!;o vino, que rebozaen los bordes dorados del fino vaso bacarat.

-. - - - .. - - ..

Qué hermosa y merecida fie:;ta!No es posible en tan pequeño espacio, ni aun

abreviar el esbozo de la persoralidad de CornelioHispano. Pero es preciso recordar--eso siquiera-que aquella manifestación está dedicada c.1 dilectohijo de Buga, que se fue un día, sólo, niño, desco-nocido, camino de Bogotá, «con el azul cuaderno

- LX!Il -

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CORNELIO IIISPA~O

bajo el ala, y vuelve hoy nimbada sa frente poruna fama de escritor que ha salvado los mares desu Patria, para colocaria entre las plumas america-nas de primera magnitud.

Comprendiendo Camelia Hispano que paravencer con el espíritu es preciso, como lo hizoel divino Francés, «nutrirse de raíces griegas," sefue a los campos del helenismo y violó los sellosdel idioma inmortal de Píndaro y Hornero.

Sintiendo en S:I espíritu como Isaacs y RiveraGarrido los impulsos amorosos de la tierra poé-tica en que nació, la cantó en rimas de soberbiovalor métrico, en Elegías CafJcanas, que esta «tie-rra del alma» no podrá olvidar nunca.

Como crítico, Cornelio Hispano ha batido re-mos de candor. Ha hecho obra admirada por eru-ditos y pensadores de la éra contemporánea.

Como historiador, ha fatigado las más encon-tradas opiniones de los últimos tiempos. Comba-tido muchas veces, hasta con acerbía, como cuandofue a los archivos de Caracas a desentrañar gran-des amarguras para el patriotismo -la historia esimpasible como la naturaleza;- y aplaudido siem-pre por los tesoros que él ha descubierto en laBiblioteca Nacional de Bogotá, en donde vive Cor-nelio como buzo en el mar.

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EN EL VALLE DEL CAUCA------------- ------ -------

Comó poeta, tiene cantos de la más clásica mo-delación, verdaderas esculturas marmóreas, puli-das y perfectas, como las que nos quedan paramostramos lo que fue el arte griego.

~o alcanz') más, mi caro amigo.Desgajen ustedes al1á, p.lra Cornelio Hispano,

el más fresco laurel que darse pueda sobre losmontes sacros de la histórica ciudad del Guadala-jara; que ella le conozca y le ame ahora a él, comoél la ha amado y dado a con:>cer tan lejos con eloro sideral de su pluma.

Yo me quedo aqui acompaftándolos con el espí-ritu, en medio de la paz de esta fresca montaña,cumpliendo el anhelo íntimo de Salvador Rueda:

"Tener UIl hijo que me diese llliento,que fuese como un prolorgamientode mi sér, y pasar la vida entoracon él a solas dedicado al cuidude su alma y su razón, para quo fueralo que yo soñé ser, y nUMa he sido.»

Tu primo y amigo afectísmo que te estrechafuertemente la mano .

..J. M. Saa"e~ra CialiQ~o

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EN HONOR DE CORNELIO HISPANO

(Relator, Cali)

BI:ENTUROSAS pueden considerarse las¡ ocasiones en que nuestro media mer-

___ ~ cantil permite un sesgo hacia preocu-paciones más elevadas. y así la uQuedad delInterés y la monotonía de lo prosaico se tras-muten y amerja la vida espiritual regocijada. Poreso el banquete con que fue obsequiado ano-che Cornelio Hispano, en los comedores del HotelEuropa, brinda infinitas consolaciones. Encausadosen lecho de oro, al poeta fueron los afectos de susadmiradores, con toda su esponteneidad, con todasu ternura, libres, llevando cada cual-como río queva recogiendo pétalos y hojas y copiando en suslinfas pedazos de cielo y paisaje-la ofrenda me-recida.

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E X Ji; L V A L L E DEL C.A. U C A.

La presencia de gentiles damas, encendió la ale-gría entre todos. Preciso es subrayar, como merece,el realce dado a la fiesta pür las bellas señoritasStela, Margarita, Eugenia e Irma López. Los con-currentes supieron tributarIes ~l culto que demandala mujer distinguida, la mujer como símbolo delevantadas ídealidades del espíritu humano. A esasdamas, sobre cuyas cabezas parecian fulgir rayosgIorificadores, consagramos caras y deferentes pala-bras de simpatia.

Hispano ocupó el puesto de honor, y a su dere-cha e izquierda tomaron asiento los doctores Eva .•risto y Pablo García A. Asi, la fiesta semejaba unágape ·-suntuoso ágape,-en donde las rimas sono-ras y los faws de la sabiduría alternaban en pro-metiùa emulación.

Ricaruo Nieto ofreció el banquete en frases in-superables. Rápidamente esbozó los cartdales men-tales y obra de Hispano. Nieto tiene el don de ha-cer sentir lo que él siente,lü que palpita en sualma s~nsÍbjlizada por el arte. La naturaleza ejercesobre él dominio completo. La sangre late en susvenas con ímpetu de ola sobrc~ el tajamar. El dis-curso del señor Nieto mereció calurosos aplausos.

Hispano contestó con donosura y brillantez. Su

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CORNELIO HISPANO

emoción era visible. Sus palabras cálidas, con acen-to de añoranzas queridas, brotaban desde el fondode su noble corazón. Cali sabrá agradecerle, espe-cialmente, el recuerdo consagrado al egregio JorgeIsaacs. Frenéticas palmas recibió Hisp¡¡no al con-cluir su m:'\gnifica oración. La publicación que deella hacemos en seguida, nos releva de ampliar suelogio.

El doctor Manuel María Rodrígucz- afortuna-damente presente para el complemento de la fiesta .-accedió a dejarse oír. Sus ojos apagados para mí-rar las cosas del mundo, abiertos están para inda-gar sobre todo orden de manifestaciones espiritua-les y mentales. El doctor Rodriguez es nuestro másalto exponente de intelectualidad. Nadie como élque sepa cincelar la frase y nadie como él que sub-yugue con la suavidad e ilustración del concepto.

Con vehemencia, muy sentida, el doctor Evaris-to García, prodigó los danes de su palabra. Entu-siasmo delirante produjeron las frases brotadas delsabio venerable. Sobre su cabeza, nevada por lanieve de los años, flotan, en plena florescencia deju ventud, los más hermosos anhelos.

Nieto, Hispano y Ciro MoUna-cediendo a reite-radas exigencias de los circunstantes-recitaron se-

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RX E L Y A L L E D fi~L C A IT C A

Icctisimas c:;trofas. Gajos de laurel cayeron sobrelas manos d~ los tres apolonidas.

Hispano debe sentirse orgulloso, no por el va-lor intrínseco del presente, sino por su significadode afecto y de enseñanza. A eso vino él a Cali: ahacer recluta de almas para su cruzada de nobleidealismo y a repartir entre nosotros el sacramentode las IdeaS.

Publicamos a continuación la carta de don Al-berto Carvajal, alusiva a la fiesta. Muy sensible fueque el laureado poeta no estuviera anoche presente.Su carta Ileva el sello de la p liera caballerosidadque distingue al señor Carvajal. El doctor Saave-dra Galindo se asoció igualmente al acta por mediade un telegrama.

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Cali, enero 19 de 1919

Sefiores Don Ricardo Nieto, don Jor~e Zawadzky,don Bias S. Scarpetta y doctor Salvad·)rlglcsias.

E. L. C.

Muy estimados amigos míos:I~'III mal estado de salud me impide, muya mi pesar, estar con ustedes esta no-

. che, lo que regocijaría sobremanera miánimo. ya que se trata de festejar a quien me unenlos más estrechos lazos de amistad, de una amistadantigua e inalterable, y de honrar a quien con susobras en prosa y verso ha contribuído, y no poco,a dar lustre a las patrias letras. Decir a ustedes queCornelio Hispano es una de nuestras más brillantesfiguras literarias, lujo y orgullo de este Valle queri-do, al que tan hermosamente ha cantado en estrofasde armonía perdurable, sería decir lo que ustedesy todos los amigos y admiradores que hoy le rin-den homenaje saben mejor que yo.

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EN EL VALLE DEL CAUCAYo lo admiro más que por su prosa de una sen-

cíllez y elegancia renaniana!\, más que por su eru-dición benedictina, más que por su gran talento poé-tico y por la seductora mlÍsica de sus versos, porque sus triunfos representan un esfuerzo personalí-sima; a su constancia y abnegación, y no a ajenosimpulsos, debe cu~nto es y cuanto vale. Yo lo quie-ro más que por las cordiales y constantes manifes-taciones de su amistad, con que me ufano, por elamor entrai'lable de que siempre, b mismo en elmomento de desencanto que en la hora de triunfo,le he visto dar muestras (y a\l[ están diciéndolo suslibro')), al terrufio inolvidable, al Valle «patriade SU5 verdes años,. al que hoy trae «en macetasperfumadils, el mirto y el laurel como un tesoro.»

Desde mi obligado retiro comparto con ustedesla alegría de esta manifestación, Hi no ostentosa,como en ocasión más propicia hubiera sido, sentidasi y merecida como pocas, y estrecho con calor lamano generosa que tan puras y vibrantes notas haarrancado a la lira, y que con tánto vigor ha corri-do para defender, precisando gallarclamente contro-vertidos puntos históricos, las glorias sagradas dela Patria.

De ustedes muy atento servidor y amigo,f\lberto Car"'~J~1

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ELOGIO DE CALI

POR CORNELIO HISPANO

Queridos paisanos y amigos:

Vivamente conmovido, os presento mi rendidaacción de gracias por esta espléndida y regocijadafiesta con que habéis querido honrar, en mi insig-nificante persona, a las ilustres letras vallecaucanasy a los jóvenes que las cultivan y Jas hacen floreceren ubérrinlas cosechas de eterna juventud.

Vuestra bella ciudad capital, en medio de la ac-tividad de su comercio, que la enriquece; al ladode sus modernas empresas de progreso, que la civi-lizan, embellecen y a¡;igantan, no olvida, pues, quees también la cuna del mayor ingenio colombiano,del egregio bardo que más lejos y más melodiosa-

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E N E L V Â. L L E D E r, CA u C A

mente ha hecho conocer y élmar en el mundo elnombre de Colombia, y, el aún más caro a nuestrocorazón, de nuestro valle caucano, que alumbra laCruz del Sur, y que yo ¡;;iempre he llamado, comoLnr Byron a Roma: "querida tiería del alma," por-que aqui, en estas campos deleitables, abundantes,fructíferos, más que en parte algunil, parece pensa-do este suave an_helo del autor de Manón: "U n jar-dín, un::! vaca y dos gallinas me bastan."

Ser la cllna de Jorge Isaacs es poseer un hlasónde encanto, una inefable aurecla de miste!"io y poç-sia, un preclaro y resonante título que muclns ciu-dades de las más repuestas regiones y vilrios cli-mas codiciarían para ellas; es ser lo que han sido,en la ardiente imaginación de todns los pueblos,los lugares consagrados po~ €'I n'lcimiento de lospreciosos varones que anhelaron, en tOGas los tiem-pos, hacer fJor~cer el ensuefio en el mundo: poetasdel amor desde Anacreonte y Tibulo hasta Petrar-ca y Lamartine.

El Maestro de Egina, a tiempo de morir, diogracias a su Genio y ~ la Fortl na por haber nacidohombre y no animal, griego y no bárbaro. y, sobretodo, por haber vivido en Aten:ls, en losdías de Só-crates; y Euripides decía que la primera piedra dela fe!ícidad es haber nacido en una ciudad famosa.

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OORNELIO HISPANO

De ahí vuestro p~ofundo amor a este dulceterruño, y el orgullo consiguiente de haberlo por pa-tria chica, lo que es una de las características ma~nifestaciones que he observado y admiro en vos~otros, y que revela, elocuentemente, vuestra vitali-dad y nobleza, vuestro arresto y magnanimidad.Ser caleiios es para vosotros un precioso gaje, pre-sente de los dioses, como lo es para los caraqueños,haber nacido en las floridas márgenes del Guairey tener por conlerráneo a la más esplcndorosa glo-ria de América. Ese amor y orgu:lo de la tierra con~sagrada por el aliento del genio, es ;lni versaI, y entodos los tiempos disputado. El vuestro, por fortu-na, no lo ha d;sput;¡do ni lo disputa nadie.

Pero no es sólo por ser cuna del cantor de "Ma-ría" por lo que estáis orgullosos, sino también pur-que vuestra ciudad, privilegiada por la Naturaleza,representa en la RepÚblica el espiritu de innovacióny de progreso, la audaz amplitud liberal, la alegríade vivir, que fue la divina pasión de los antiguos,lo que los hizo inimitables en sus obras de arte yde pensamiento y en todas sus enérgicas realizacio-nes. Crear y trabajar con alegria, hé ahí lo que hacegrandes a los individuos y a los pueblos. La tris-teza puede inspirar tiernoR sentimientos y obras

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r~:\ E L "'\ A L L~; D l'~L C A U C A--------- ,------------ ----

maestras artísticas, per,) '10 h:1d:l nada duraderoen las naciones.

Spinoza, el padre de)a elCégesis, cuyo geniofue en los tiempos modernos 10 qlle el sol de Epi-curo en los antiguos; Spinoza, con haber vivido unavida entera de miseria y sacrificio, condenaba latristeza. Es la superstición, d~cía, lo que erige enbien la tristeza y en mal todo b que procura la ale-gría. La alegría no puede ser mala nunca, en tantoque esté regulada por la ley de nuestra ulili":adverdadera. Es de sabios disfrutar de las co,as dela vida y el gozar cuanto sea. posible; el refoci-larse con una alimentación moderada y agradable;el encantaj los sentidos con los perfum'2s y elbrillo nïllegLle.~nte de Ias p~l';1as; el :ldornar, ¡J\I-

lir)' atildi1r Sll pcr~¡:ma; e! (¡¿[citarse con la mú-sica, con los jue~os, con los èspectác:u'os y Lontodas IJS diversiones que cacia !mo pueda p~ocu-rarse, sin perjuicio para sí !1Ú,m'1. y un maravi-lloso discípulo de Spínoza nos aconseja que sea-mos naturalment~ ~usteros, pe~() que no empobrez-camos la vidJ; C],!~ no privemos a la humanidadde sus ;¡!egrías y, antes bien, :~ücemos viénJolagozar; q'le el goc~ de los demás es una granparle del nuéstrJ, plies COi1stituy~ dqueila gran

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COR~ELIO HISPANO

recompensa de la vida honrada, que es la alegría.En suma: aparejarse cada día a morir, decía Kem-pis; aparejarsc cada dia a vivir, digamos nosotroslos caucanos.

Tenèis razón de estar orgullosos de vuestraciudad, porque ninguna otra en la República tieneun porvenir más próximo y cierto, ni situación máshalagüeña, ni mayores posibilidades de engrande-cimiento. Sois casi ribereños del mar océano quedescubrió B;,¡lboa desde un pico del Darién, ydonde el genio profético del Libertador entrevió,desde 1815, la futura civilización del mundo, rivalde la milenaria occidental. Tenéis delante, a trav~sde los mar~~, el Japón, que ayer no más era unalinda leyenda de Marco Polo, veneciano, y hoyesun formidable Imperio romano que no verá losCésares de la decade:1cia.

Recordad también que aquí acampó Bolívaren 1822, en su marcha hacia el Sur; que desdeesta ciudad anunció a los quiteños ei iris de laVictoria. y a Sucre q u ~ iba a com p!etar la \tbe rtadde Colombia; que aquí meditó su magno plan decampaña sobre el Perú y soM con un canal queuniría los dos mares por el AtrMo: últimamente,que aqui, en esta « capital,» como él la llamaba,

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EN EL VALLE DEL CA.UCA.--- ....-------- ---- --- ---

leyendo, sin duda, con su genio profético el porve-nir, descansó, en 1829, de regreso de Tarqui.

Vuestro venerable claustro d~ Sama Librada,ante el cual me he descubierto con el respeto conque un día me descubrí en Paris ante la Sorbona;vuestros enhiestos farallones, que parecen custo-diar la Reina del Valle como ciclopes mitológicos;vuestros paseos de San Antonio, deliciosa colina,siempre verde, que domina la ciudad, corno lasacrópolis griegas, y que COI(¡nauna vetusta ermitaevocadora; Las Ceibas, por donne extiende sucinta de bruñida plata vuestro eterno poeta, el ríofamiliar y trovador de Cali; El Peñón, La Chanca,El Aguacatal, Pance, Arroyo/zondo y Jlfeléndez, sonotros tantos monumentos, deleitosos y agrestescigarrales y ven tarros que rodean :a urbe como unmarco de talladores e i1uminadores florcntinos, yque una vez vistos no se olvidan nunca.

Mirando la nueva A venida López Muñoz,amplia, recta, plana, cuyos lindes ~;econfunden enla lejanía con el horizonte azul, yo he recordado,la otra tarde, las grandes avenidas parisienses, ycon esto no deseo lisonjearas sino consignar unasimple irnpresión personal de turista desintere-sado.

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COR~ELIO HISPA~O

Fundáis también vùestro altivo y laudable or-gullo en vuestros hombres de ciencia y de letras,y a fe mía que estáis en lo cierto, y para ello mebasta pronunciar los nombres insignes de Evaristoy Pablo García, patricios de la ciencia, en mediade los cuales habéis tenido la refinada galanteríade colocarme en esta mesa; los de Ricardo Nido,Isaías Gamboa, los Carvajales, Gilberto Garrido,Saavedra Galindo, Ciro Molina Garcés, Manuel A.Bonilla, Julio C. Arce, Villafafíe, BIas Scarpetta,que han calltado, los primeros, nuestro risuenoValle en estrofas de alada melodia, y, el últimomantenido, como una vestal, el fuego sagrado dela cultura intelectual en el Val/e; los de Tulia En-rique Tascón, Alfonso y Jorge Zawadzky, eximioscultores de la historia nacional y vallecuacana; te-néis periódicos de vieja data y de firmes basa5 que,como Correo del Cauca, fundado y dirigido porun gran patriota y ~jemplar ciudadano, como la cul-tísima Orientación, Helios, El Pijao, El escudo, LaIdea y otros, son celosos y temidos centinelas denuestros intereses vitales y de nuestro decoropatrio, y un paladín, moderno y valiente, Relator,que en poco tiempo ha coronado las más altascimas del prestigio periodístico, cuyas vibrantes

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EN EL VALLE DEL CAUCA----------._------------ -.

prosas de fondo son frecuentemente: acogidas y co-mentadas por la prensa bogotana.

Sentirse orgulloso de su patria, es admiraria, esquereria, es preferirIa, corno a una mujer hermosay amada, a toda~ las demás; es estar dispuesto asacrificarse por ella, yeso es lo qUE hace él los poe-tas y a los heroes, escasos y mara\'iJlosos árboleg,florecidos de estrellas, en este va~to y monótonoerial de los humanos.

¿ Quiénes más atenienses que los áticos hijosde Minerva; ni más romanos que los descendientesde los que amamantó la loba latina; ni más pari-sienses que los parisienses? Cuan do la Patria esgrande y ricél, el amor a ella es cJmún y casi sinmérito; cuando es pequeña y pobre es una bellavirtud y un perpetuo y precioso aguijón estimula-dar de mejoramiento.

Cuenta Goethe que al pisar la frontera del Ti-rol, y divisar el maravilloso lago de Garda, vinoa su memoria, vivo y palpitante, e3te verso de Vir-gilio:

Fluctivus et fremituRe~onans Benace marillo;

con tal sortilegio el cisne mantuano, a quien lasMusas del campo dieron el encanto y la ternura,

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CORNELIO HISPANO---- -_._- - .-- .----.- -- -------había interpretado la belleza de su tierra natal ydejado en ese verso el calor de su corazón!

Napoleón amaba tánto la isla de Córcega, don-de nació, que pretendía reconocerla por el solo olordel ciste respirado a muchas leguas en el mar. Esefino instinto del gran Corso, nosotros lo compren-demos y nos orienta cuando, descendiendo delNorte, sobre la más alta cumbre de la montaña,desde donde, como en un recorte del cielo, se divisael Valle, con las palpitaciones del corazón, hemossentido el aroma de la albahaca y el triste canto delos pellares. Porque el Valle es triste; este Vallede agricultores y pastores donde

San Isidro Labradorquila el aguay Irae el sol.

El Valle es triste, y en las horas vespertinasnuestra alma aquí parece exhalar esa queja jamásconsolada, esa melancólica canción que no puedealegrarse nunca de los mandurianos, hijos deAlesia;

Malinconicu cantu, e allegru mai.Melancólica canción y nunca alegre.

Yo os aplaudo y os conjuro a conservar y acre-centar ese insigne orgullo con que os llamáis cale-

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E~ EL "VALLE DEL CAUCA

fios y vallecaucanos, como lo hLbiera aplaudidoy envidiado cualquiera de los jóvenes de Platón,o uno de t,lntos bravos condottieres del Renaci-

. miento, y como lo ha elogiado y IJ elogia hoy, enestilo de oro, uno de los más elcf:antes escritoresfranceses, quien ha cantado su patri3 chica, su cieloazul, sus pomares, sus blancos campanarios, lastumbas de sus mayores, y ensalzado, aún sobre elAtica, aún sobre Atenas, las encantadoras campiñasy los ciruelos de su vieja Lorena.

Infundir el sentimiento de la tierra natal escrear el auténtico sentimiento nacional, es volver afundar la Patria sobre bases sólidaf, e indestructi-bles, pues la Patria es, o debe ser, un conjuntoarmónico de patrias chicas entre las cuales no pue-de haber rivalidades, porque la prosperidad de ellases la de la Nación, es la propia.

Yo levanto mi vaso por ese sentimiento nobilí-sima de que he hablado, que os distingue y queconsidero dominante en este ambiente caucano; quealgunos beodos os censuran sin jus:icia y con tor-peza beocia, y que yo he hallado y admirado enpueblos hermanos, de cste hemisferio: en ci inmensoBrasil, "el país más bello del mundo» para todobrasileño; y en Caracas, "la nodriza que amamantó

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CORNEL10 HISPANO

la Libertad de América," al decir de todo cara-queño.

Cultivad, aún más, y transmitid a las generacio-nes venideras ese sentimiento de los fuertes y delos grandes, y nuestro amado Valle del Cauca, yCali, la Reina del Valle, alcanzarán sus grandes des-tinos. Seremos el escudo de Aquiles de la Repú-blica y daremos la ley a los beocios!

Bebo también por el dilecto compañero que haofrecido tan elegantemente esta suntuosa tiesta, aquien me unen los vínculos de inolvidable y antiguafraternidad intelectual, d más profundo cariño yla admiración más sincera, y sin olvidar que lagratitud se parece a cierto licor de Oriente quesólo se conserva en vasos de oro, que perfuma lasgrandes almas y se avinagra en las pequefías, bebopor la dicha personal de cada vno de vosotros,munificentes camaradas y hermanos!

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Bogotá, marzo 2 de 1919

Sefíor doctor D. Evaristo García.-- Cali.

Venerado maestro y amigo:

- -~~u A N D O estaba con lé; pluma en laII mano y puestos los lentes con el pen-

. j samiento de dirigirle una carifiosa carta,recibo la suya del 20 de febrero, :on la cual meha vencido usted una vez más, y qué derrota tangloriosa Péira mí!

Lo que iba a decirle es que los días que pasécon ustedes en Cali son de los más felices de mivida; que especialmente de usted, grande y buenamigo, guardo los 'llás deliciosos recuerdos; que

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CORNELIO HISPANO

aquí he pensado mucho en algo que puede ser in-diferente para el común de las gentes, pero que nolo es. La circunstancia, casual o deliberada, dehaberme colocado a mí, que paso por poeta, enmedia de dos médicos, en la mesa de un banquete,deja mucho margen para hacer agradables reminis-cencias clásicas. Recuerde, Doctor, que ApoIo noes solamente el dios de la luz, que dispen~a lavida, sino también el arquero celeste cuya acciónbenefactora aleja los flagelos de la humanidad. Re-cuerde que conduce el coro de las Musas sobrelas cimas del Parnaso, en medio de los minas ylos olivos; que inspira a los poetas, y que, al pro-pio tiempo, es el Médico divino que ha dado suciencia a su hijo Asclepias, para aliviar los doloresde los hombres. Es, pues, el dios de las Artes y eldios de la Medicina.

Recuerde también, doctor, que el punto de par-tlda de Charcot, en sus investigaciones médicoar-tísticas sobre la «gran neurosis,» fue la vísta deaquel famoso cuadro de Rubens, que está en laiglesia de San Ambrosio, en Oénova, y que repre-senta una escena de exorcismo, palpitante de ver-dad, y que parece tomada del natural, rasgo porrasgo, en alguna sala de la Salpetriere.

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EN EL VALLE DEL CAUCA

Las obras de los artistas de todos los tiemposatestiguan esta mútua simpatia entre el Arte y laMedicina. Nuestro Silva hizo estrofas que puedentraducir los médicos y despachar los boticarios, y,al revés, Varga Vega, el de la eabeza wa~neriana,amigo íntimo del suicida, tenía siempre los labiosimpregnados de sabia ironía, que, más eficaz quelas drogas más activas, devolvía al paciente el ape-tito y las fuerzas, y cuya mirada aguda, al hun-dirse en los ojos del enfermo, desentrañaban lasdolencias del cuerpo y Jas torturas del alma.

Las flores del Mal de Baudelaire son como unafarmacia para el alma: ásperas y hasta nauseabun-das, por lo cual D'Annunzio ha dicho que es unerrar pueril creer que las faculbdes del artista ylas del sabia sean inconciliables; que la ciencia esobra de imaginación y de poesia y mina incompa-rable para el artista, y de ahí qu~ se haya podidodecir con verdad que la ciencia ha devuelto al artehasta aquel elemento antiguo que parecía perdidopara siempre: lo maravilloso.

Todas estas cosas han venido a mi mente alrecordar la deliciosa noche del [9 de enero, enque se vieron, 1.Inavez más, en Cali, casual o de-liberadamenta, juntos y fundidos en el mismo en-

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COHNELIO HISPANO

tusiasmo espiritual, el Arte y la Ciencia, quiero de-cir: un mal poeta y dos sabías auténticos.

Esta carta es, pues, también para mi grande ybuen amigo, el doctor Pablo Garcia, nuestro iius-tre compañero de aquella noche inolvidable, en quedebimos (fue un olvido imperdonable, doctor!)consagrar un gallo a Esculapio ...

Su apasionado admirador y amigo devotísimo,

C. Hispal)o

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Bogotá, junio 5 de 1921

Querida Saavedra Galindo:

( ..••.•.~;-~-*~. ~rA un abrazo, muy estrecho, por tu sen-

l':tida oración al inaugurar el ferrocarril

___! en tu aldea natal, cuyo nombre me escaro: GuacarÍ I Pueda ser que no corra la suertede otros! Con delicia he leído los loores quetributas a ese agreste villorrio, tan cercano y tanhermano de Buga, y que tan inti l1amente ligadoestá a nuestros recuerdos de infancia. La ceibacentenaria de la plaza mayor, donde tántas vecesescampamos el sol abrasador del Valle; el PadreLiborio y su caballo blanco; la fi¡~sta de San Ro-que con sus romeros, que recuerdan, como loinsinúas muy bien, aquellos alel~res pardons dela dulce tierra de Renán.

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CORNELIO HISPANO

S610 una cosa he lamentado en tu discurso: ese«rico y hermoso Valle de Ginebra» de que ha-blas, haciéndote, inocentemente, cómplice de la es-tulticia oficial o eclesiástica (ignoro cuál de las dos,y no quiero saberlo), que en mala hora y peor sa-zón, arrebató a ese rincón paradisíaco del Cauca,su hermoso y propio y antiguo nombre, para apo-daria, ridículamente, con uno ajeno y extrafioa nuestra raza. Cuando ahora más de dos años,después de muchos de ausencia, en paseo inolvi-dable al escenario de Marla, atravesé, rayando elalba, esos sitios de mi niñez y quise desmontarme abesar [a tierra, supe que un impío [os había profa-nado, y que en adelante perderian mucho de susentido y ternura aquellos versos que dicen:

Triste el zaguán, donde ágiles corvetasHacia, al ensillar/o, el castanito,En dias de paseosa Zabaletas,S01lS0, Las Playas, Guacari, el Cerrito.

Es bárbaro y profundamente antipatriótico des-pojar a nuestras aldeas y ciudades de los nombresque les dieron sus fundadores, que conservar.:>ny transmitieron con amor y veneración nuestrosabuelos, y que fueron de las primeras palabras

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EN EL VALLE DEL OAUOA-----------------------que nosotros aprendimos a balbucir. Y esa barba-rie, duele decirlo, ha partido de esta fría altiplani-cie, donde ya no existe el pueblo preferido de losbogotanos raizales en otro tiempo, y que todosllamaban con el bello nombre de Serrezuela. Hoy,merced a los estultos y noveleros, se va en unahora en tren de Bogotá a Madrid I La Ventaquema-da, célebre en nuestra historia, pasó también a serla cuna de San Ignacio. Si los beo::ios siguen siendolos amos del país, temo mucho, amigo mío, en mipróximo y anhel:ldo viaje al Cauca, no encontrarla tierra en que nací. Aun al rebautizar nuestroDepartamento se cometió un error, porque no debellamarse Departamento del Valle, sino Deparla-mentn dt!! Valle del Cauca. Yo no sé qué raro pres-tigio tienen esas palabras COlica, cal/cano, perosiento que al quitárnoslas, nos arrebatan algo muyhondo del alma, de nuestra índole y carácter terrí-geno. Tú, que eres patriota y c1ccuente como nues-tras cigarras natales, a lo menos en nuestro valleamado, lejos de auxíliarla, ataja la Beocia!

Y ahora, las dos manos, y hasta luégo.

C. Hispal)o

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OH.ACION

pronunciada en la Quinta de San Pedra Ale-jandrino el19 de abril de 1911, con motivo de laperegrinación patriótica de la Escuela Náutica

\7enezolana a la tumba de BOLl\7AR.

¡mmlo· r N A tierna solicitud, un piad~so regocijo. ~ ~ nos congrega aquI, caraquenos y sama-

__ - rios, con atlstero recogimiento, a rendirhomenajes inmortales y solemnes tributos al varónesclarecido a cuya invicta espada debieron lospueblos la libertad y cuya mente fue creadorade instituciones seculares.

Los antiguos, que exaltaron la alegría de la vidaaún en los mismos sepulcros, se reunían al rededorde las estelas de sus héroes para vigorizar sus al-

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E.\" Ji; r. v A L L ~~ D I~ L C A IT C A

mas en las re:nii1iscencias d~ sus proaas y virtu-des, y para aiabarlos por la vida ablJn:hnte y flo-reci~llte, y la radiosa posteriùad que los dioses leshabian concedido. Simbólicos dones, arrancadosa la tierra, madre de todos alternaban con Jas sa-gradas libaciones que consllmian los enternecidosperegrinos de las tumbas, y fue así como-emble-mas de augustas glorificaciones -los gajos reciéncortados del Jaurel expresaron los atributos d2 lapoesía y ciíïeron serenamenle las sienes apolínc:as;las cosas perfumaron la pasión de los amantes, yla verde encina fue insigne palma de los ínclitos ace-ros! Elocuentes ofrendas dif,pensadas por la tierraa sus hijos inspirados de sus sacros misterios o ro-bustecidos en su fecundo ali2nto! El silencio losacompañaba, porque los afectos inmensos, los pro-fundos pensamientos, manchan su lozana bellezay virginidad al cubrirse con ti tosco lenguaje de loshombres.

Estos frescos lauros, est:: s ramas de roble, es-tos pálidos cipreses y delicadas rosas, húmedosde rocío y fragantes del aroma de las florestas nata-les, son las palabras invioladas, los inmacuJadospanegíricos que nuestra lengua se niega a articular;ellos hablan armoniosamente por nosotros el idio-ma de las cosas inefables.

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~ólo un recuerdo quiero haceros, puesto queen estos instantes todos repasamos, religiosamente,con un dulce sentido de leyenda, la maravillosatrama de la vida de Simón Bolívar. No os con-taré ninguno de sus innumerables episodios heroi-cos o magnánimos o abnegados, ni os hablaré desus soberbios días consulares de bril10 y volup-tuosidad, sino de algo que debe resonar en este re-cinto para el cual parece adivinado el ademán me-lancólico que imprimió al bronce el experto pulgarde Tenerani, de algo que podrá distraer la penaque ahora nos causa el recuerdo de Jas postrerasamarguras del caudillo.

Cuando la muerte nos priva de aquellos seresque nos fueron más queridos, se mezcla siempre aldolor de su pérdida un indecible remordimiento alpensar que en vida quizá no correspondimos debi-damente a Jas beneficios que de ellos recibimos.Un sentimiento semejante me obliga a recordaras,con júbilo, que cuando el gran Bolívar, proscrito desu' patria, abandonado de sus amigos, perseguidopor sus enemigos, pobre, enfermo, triste hasta lamuerte, se paseaba en esta playa del mar pensandoen sus estériles sacrificios por la libertad y la de-mocracia, yen alejarse para siempre de estas cos-

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tas e ir a sentarse al hogar de otros pueblos, llegóhasta él un noble mensaje de adhesión y gratitudque le dirigia el Valle del Cauca, desde la ciudadde Suga. Permitid, oh compatriotas de Bolívar! queun humilde hijo de esa t!erra leal reivindique hoyesta gloria para ella.

"Una sóla voz se ha escuchado en el Cauca,decía el 14 de noviembre de lE30, en su proclamaél los pueblos, el general Pedro Murgueilio, prócercaucano, Presidente de la Asamblea Departamentaly Comandante General del Vélll~, un solo deseo, larestauración de Colombia. Y Colombia alza la fren-te majestuosa desde que los pUE:blos invocan al li-bertador!

"Por nuestros sufragios y su generosidad, estáconsagrado a la salud pública dd genio tutelar delsuelo americano. Su poder es tan ilimitado, comoeminent~ la opinión que funda sus virtudes. S'nleYès, sin ejército, dio sér a la f,atria; no la resta-blecerá con él y con ellas? Sí, s('guramente!

"Caucanos. !Oigamos la voz del padre de lospueblos, y la paz, la dulce paz, vendrá a indemni-zamos de los males que trajo la feroz discordia!"

Era, señores, el clamor de un pueblo de eximiaspatricios, de bravos soldados que se batieron

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como leones en Junín y en Ayacucho, sobre la in-grata tierra peruana; que vieron, más de una vez,pasa; por sus fértiles campos, desolados por laguerra, al héroe vencedor y magnánimo y a sustropas dominadoras; que le ofrecieron, a manos lle-nas, las primicias de su ubérrimo suelo, y la san-gre de sus hijos con el fiero gesto de las madresespartanas, y que, ahora, en la desgracia, en la so-ledad del infortunio, en el lecho de la muerte, leenviaba n el último presente de su ciega admiracióny el más vivo latido de su pecho hidalgo!

Todo aquí nos habla al corazón con una melan-colía incomparable, ya la manera que el sol, al de-clinar, baña todas las tardes estas colinas. de púr-pura tristisíma, el ocaso de Bolívar impregnó estesitio de su desolación y de su gloria.

En medio de este huerto silencioso vivió SIlS

postreros días el Padre de Colombia, là Grande,cuyos fundamentos fueron tan gigantescos quepara verla se pusieron de pie las naciones; alIadode estas sonoras palmeras, cerca de este claro marCaribe, exhaló el más poderoso soplo de vida quehoya animado jamás al barro humano; aquí suslabios pronunciaron las más excelsas palabrasde su vida: "Mis últimos votos son por la felicidad

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de la Patria; si mi mueïte contribèlye a que cesen lospartidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquiloal sepulcr0;" de esta misma playa, caraqueños ysamdrios, des~i16, hace sete;1ta y nuen años, en undía brümo3o, una procesión fune~:ll que devolvíaa su patria sus veneran das reIi::¡uias, después dedoce años de olvido; am, en esa espléndida bahi:! sedetuvo el cortejo; callaror. los sordos tambores, yla trémula voz de un viejo soldado de Colombiadespidió el precioso tesoro, con lIar:to y para siem-pre, de este we!o hospitalario; aquí, en las nochesestrelladas, cuando so;:lan frag~ntes brisas marinasbajo estes históricos tamariî1dos, discurre la som-bra pensativa del Libertador ... - ..

Consagremos este recinto a ia veneración dela3 generaciones.!

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DISCURSO EX LA IN.\.UGURA.CION

DEL FERROCARR~L DEL CAUCA EN BUGA

Señores Miembros de la Junta Administradora delFerrocarril del Cauca; señores miembros de laJunta de festejos; señoras; señores:

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:A Junta de Festejos, honrándome sobre-, manera, me ha confiado el noble encar-

____._~ go de dirigiras la palabra en esta fiestade familia, que es a un mismo tiempo fiesta deregocijo y gloria para la Patria entera.

La gentil invitación y el férvido anhelo de visi-tar una vez más la casa natal y el Valle amado,han prestado alas a mi corazón y a mis pies.

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EN EL VALLE DEL CAUCA------------------------Estoy entre vosotros y los años de ausencia sedisipan como sombra vana.

Algo he peregrinado por los caminos del mun-do, y hasta creo haber aida el canto de las sirenasen mares lejanos; pero a dondequiera que mellevó el destino, la visión del Valle encantado yel rumor del patrio rio fueron perpetuo embelesoy alegria de mis ajas y de mis aidas. He cantado-antes que empezase a caer sobre mi frente laluz oblicua del sol-la dulzura y la gracia de latierra caucana; hoy vengo a alabar y a magnificarla obra de los hombres.

Una de nuestras más antiguas costumbres, ycostumbre equivale a afecto, cO:1servada con reli-gioso cariño por nuestros mayores, quiere queen el dia de Ia Nochebuena se reúnan en torno delhogar paterno todas las personas de la familia, yque a los ausentes se les consagren tiernos recuer-dos, impregnados de dulce melancolía. Es la fiestatradicional, pudiera aún decirse, la fiesta nacionalde este Valle, porque en este ;,iÍa toman relievenuestros ideales y se manifiestan espontáneosnuestros más íntimos sentimientos; es el día delos regalos a los amigos y del perdón a los ene-

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CORNELIO HISPANO

migas; horas de gratos aniversarios y de sencillosalborozos. en que nu~stras casas resuenan con elruido de las vajillas de plata, desenterradas delas viejas alacenas; en que nuestras cocinas inci-tan a la gula con sus pantagruélicas exhalaciones;en que nuestros comedores, apenumbrados porlas bellisimas, se adornan con los bejucos en florde nuestras campiñas, con los colores y maticesde todas las flores de nuestros jardines y detodas las frutas de nuestras huertas.

No sé por qué raro e invencible impuiso de micorazón, al sentir el regocijo que nos rodea enestos dias y observar vuestros rostros risueños,pienso que estamos celebrando una de tántasNochebuenas bugueñas; pero ahora no la que sealegra con los recuerdos del pasado, sino]a quevibra y se exalta ante las mágicas visiones delfuturo; la que nos habla con el instinto vital dela esperanza, fuente de toda energia y de toda ver-dad. Antes entonábamos el himno de la paz y delamor, hoy entonamos el de la voluntad, el de laacción, porque sabemos que el hombre que se preo-cupa mucho de su pasado no merece tener porve-nir. Y con esto no nos despedimos, ingratos, de loque fuimos, sino que con este tesoro entramos en

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E~ EL VALLE DEL CAUCA

una nueva vida, menos poética, p~ro más fecunda,ya que los progresos materiales son igualitarios enel lHás noble sentido; tienen como fin la cultura yel refinamiento, y redundan en beneficio del pueblo,y el bienestar social es hoy la condición evidentede la más alta civilización.

Uno que era sabio y a quien le fue dado ex-presar la bellen suprema con el candor y la armo-nía de los hijos del Atica, embriagado un día desu arte, COIllO las cigarras de sol, escribió que elprogreso y las industrias acaban con la bellezadel pasado y de la Naturaleza: que un campo defrondosas retamas y de zarzas f,ilvestres es máspintoresco que una simétrica sementera; que si setrata àe escoger un paisaje, el pintor buscará unrepuesto soto, la margen silenciosa de un río, y nola estación por donde pasa un ferrocJrril. ¿Quécosa más vulgar, decía, que una carretera? ¿Cuálmás encantadora que un sendero florecido? Peroese era un mago del estilo que soñaba vivir en laGrecia de Pericles, en la Italia de Benvenuto, enla Francia de Luis XIV, que nunca fueron estadosindustriales, ní se vieron avasallados por la idola-tría materialista de nuestro tiempo; que si abrie-ron concursos fue por el arte, la poesía, la fuerza

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CORNELIO HISPA~O

y la perfección corporal, y cuya actividad se diri-gió siempre hacía la vida pública. Hoy el mundoes muy distinto de aquell03 siglos de oro, porquecon la multiplicación de los hombres y el aumentode la riqueza han surgido aspiraciones y proble-mas más prosaicos, pero más humanos y raciona-les que se disputan su imperio. Antes los pobresvivían contentos con su pobreza, mirando, conojos deslumbrados, el fausto de los ricos, en es-pera de un paraíso compensa dar de sus mis~riasterrenas; hoy esos esclavos, que sólo han tenidoel rótulo de libres, se agitan en todo el mundo endemanda de igualdad y de justicia, yesos anhelosde dignificación humana han coincidido con trans-formaciones fundamentales de las naciones y conlQS hallazgos de la ciencia, destinados todos, mis-teriosamente, a acercar Y poner en comunicacióna todos los hombres de todos los hemisferios y detodas las razas. A qué otro ideal responden losferrocarriles que enlazan estrechamente a los pue-blos y unen los continentes; los monstruosos trans-atlánticos Y transpacificos cuyas hélices rompenvertiginosamente los mares; los aereoplanos quenavegan, como aves gigantescas, por el éter azul;los inalámbricos, que sin más contacto que el aire,transmiten el pensamiento al rededor del mundo I

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EN EL V A LLE DEL CA GCA

Hoy nue:;tra amada Buga entra en ese conciertode la civilización, viene a formar parte de la familiahumana de todos los climas y latitudes, a parti-cipar de sus ansias, de sus dolores, de sus suef'losy aún de sus delirios; para ella el mar no será ya unmisterio, y desde hoy los ojos de este altivo pueblo,del cual soy hijo, podrán espaciar sus miradas enese infjnito azul y comprender que ese vasto y pa-cifico océano, ignorado de los antiguos, y descubiertopor los ojos de águila de un halcón de nuestra raza,desde un pico del Darién, es una imagen perfecta deesta vida terrena, efímera y mudable, y de la con-ciencia humana,en que las ideas, como las olas amar-gas, vienen y pasan y mueren, siempre en el mismovaivén, y después de contemplaria reflexivamente,querrán, como él, ser fuertes, audaœs y libres; pu-ros como él que acendra todas las excrecencias delnlUndo, y donde los cuerpos y las almas, como ladel ilustre enlabiador del De profundis, van a sanarsus llagas; éictivos e indomables como él, que eter-namente lucha y se agita y se cl)nmueve en subli-me rebelión, y terminarán también por comprcnderque la tristeza y la superstición 501 debilidades eindicios de barbarie, por lo cual Heródoto deciaque el griego se distinguía del bárbaro en que era

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OORNELIO HISPANO

más vivo, más alegre y más libre de absurda cre-dulidad; que la miseria y la pobreza, contra lo quedigan los que ni conocen la miseria, ni son pobres,totalmente degradan, embrutecen y quitan al hom-bre hasta la conciencia de sus propios males; enuna palabra, que lo esencial de la vida es vivir; yúltimamente, deducirán que antes sólo conocíanuna parte del universo, que el mundo es más gran-de de lo que ellos suponían, y que sólo se con-quista a fuerza de constancia y de energia, sin ol-vidar nunca que la inconformidad es la vil tudoriginal del hombre y que mediante ella se ha con-quistado este progreso que lo hace feliz.

Qué noble orgullo despierta en nuestros corazo-nes cada signo de inteligencia, de e~fuer:o y deconstancia que descubrimos a lo largo de esta ca-rrilera, incrustada en la roca por manos fraternasy teñida a veces con sangre generosa. En empresascomo ésta, que ponen a prueba la inteligencia y laenergía de las naciones, se descubren aspectos queconmueven y regocijan el alma del patriota. El tra-bajador anónimo que viene a tierra extr¿¡ña aprestar el concurso de sus brazos, debe sentirdoble fatiga bajo el calor y el peso del dia; no asíel que trabaja en la propia tierra. El debe sentir,

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ES E L Y A. L L E D E L C A U C A

en su leal corazón, que está laborando en bien desus hermanos y de sus hijos; y ,sí como el soldadocuenta la historia de los campos donde partió elsol, un día, s~ntado a la puerta de su bohío, él rela-tará a sus :Jietos sus proezas de cavador y picape-drero. Cuántos de vosotros, cuyas manos encalle-cidas estrecharía con cariño, habréis sentido decaerla fatiga en los manglares de Buenaventura o enlos riscos del Dagua, pensando que acá en las ori-llas del Cauca o del Ouadalajar2., saludaríais un díala locomotora triunfante entre el alborozo de vues-tra familia y camaradas

Dentro de este estrecho cauce de acero, circula-rán, en recíproco vaivén, el oro de nuestros f~utostropicales y el oro auténtico con que habrán depagárnoslos; y correrá también 1:1 vena invisible delos sentimientos y las ideas que transformarán nues-tra tristeza mistica en serena alegria; nuestra caute-losa reserva, en franqueza cordial; nuestra inclina-ción al sofisma y al disimulo, en cálido amor a laverúad. Contemplando así la obra del ferrocarril delPacífico, en su doble aspecto positivo e ideal,puede considerarse como augurio de redenciónpara la Patria y de ventura cierta para este Vallefe \iz:

Donde erraron ya sombras de alto eiemplo.- em -

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CORNELIO HISPANO

Un día quizá pudo decirse con razón que Co-lombia era el país de los tristes destinos, y la gene-ración a que yo pertenezco pudo repetirlo con amar-gura; todavía hay sombras en el cuadro, pero aúnlos menos or-'timistas miran sin sobresalto el por-venir.

Hé aquí, señores, lo que significa el acta quenos congrega aqui. Al parecel' poco significa unaestación más de ferrocarril, pero si levantamosnuestro punto de visión, tal cual lo hace el astróno-mo pare abarcar la comba esfera estrellada, adver-tiremos que justamente en la vida de los puebloslos sucesos már, insignificantes engendraron lasmayores transformaciones de la conciencia uni-versal.

No ohstante, nosotros, los caucanos, los que tanhondamente arraigados nos sentimos a esta tierray a la vida oculta que mana de esta Naturaleza,como de una maravillosa fuente de juvencia ; losque desde ni fías hemos saboreado la divina dulzuraque destilan las cosas de este Valle sin par; nos-otros creemos que el hombre se debe más a su san-gre y a su tierra que a si mismo, y nuestro cultoprimordial se dirige a esas divinidades inefables.Nuestro genuino carácter, nativa índole, vernáculas

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EN EL VALLE DEL CA.UOA.

tradiciones, más que un tema de estudio, son paramí una vasta perspectiva donde mi fantasía se de-leita en vagar, y donde pláceme .guarecerme comoen una patria ideal.

" No PAsf:¡s SIN RJ<:XD[l{ HOME.,.'.;AJi<:AL GEXIO DE Y_'>T£

I.O(lAI~ !,. oigo que me dicen esas divinldades agres-tes, y ese genio es el numen oriental de Jorge Isaacs,el que, ál són de pastoril zampofta, erigió en esteValle un monumento de impereœdera ternura, másduradero que el bronce, aere perennius, tornandoasí nuestros bosques en florestas bíblicas, impreg-nadas de incienso y de mirra. Pasan los dioses en-vueltos en sudarios de púrpura; se suceden las filo-sofías; la misma ciencia sufre eclipses parciales, sólola Belleza es la única cosa contra la cual se estre-lla el Tiempo, sólo ella es de todas las épocas y detodos los c1ímas, porque es la alegria eterna! Athing of beauty is a joy for ever!

Sefíores Miembros de la Junta Administradoradel Ferrocarril del Pacífico: en nombre de Guadala-jara de la Victoria de Buga, y en numbre de la Jun-ta de Festejos, os dedico este b,mquete como unacorta muestra de la gratitud que obliga hada vos-otros a esta noble y leal villa, cuya reconocida aus-

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CORNELIO HISPANO

teridad hace más valioso para vosotros este home-naje. Sefior doctor Molina: os habéis encanecidoai servicio de la República; vuestra carrera públi-ca data de medio siglo; pero permitid me que, inter-pretando los sentimientos que en estos instanteshacen palpitar nuestros corazones de buguenos,hacia vos y vuestros dignos e ilustres companl~rosde la Junta Administradora, os diga que para loscaucanos, vuestros conterráneos, los más bellosdías de esa carrera son los que, felizmente, habéisconsagrado a esta empresa redentora.

Señores: este Ferrocarril del Cauca, que empie-za su odisea en Jas orillas del mar de Balboa; queluégo esc;lla, empenachado y arrogante, las másinaccesibles cumbres de los Andes, y corre, comoen una estampa de Gustavo Doré, entre las rocas ydesfiladeros infernales del Dagua, para después,como un león que deja sus cavernas, lanzarse ru-giente sobre este jardin del Valle, es digno, por supoder y belleza, de esta tierra, de la cual puededecirse, con sobrada razón, lo que de Italia escri-bió Alfieri, que: la Pianta uomo nasce pía robustache in quulunque altra, puesto que, ignorando a Al-fieri, se dijo siempre que En el Cauca todo es gran-de, hasta el delito!

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EN EL VALLE DEL CAUCA

Hoyes dia de remembranzas 'relices y de ensue-rios óptimos. Quiero imaginar que los manes delos fundadores y patricios de mi ciudad amada es-tán presidiendo esta fiesta. Sus ojos maravilladoscontemplan la máquina aligera, vencedora del es-pacio. que viene a conquistar los Andes desde elmar Pacífico, y sus manos trémllas se alzan parabendecir a los nietos venturoso!; que han sabidohonrar, guardar y defender la tierra y la Repúblicaque fueron para ellos el amor de sus amores.

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I ND I C E

I. AI alma pura de mi madre.II. :El concierto del domingo .ill. EloRio de Buga •......IV. En honor de Hispano, de Gilberto

Garrido .V. Palabras de Alfonso Sahvedra S.VI. Hispano a los bu~ueños .....

El borriq uito blanco .......•.La casa natal. .La £scuola .Chirnbilaco .El sol de los venados ..A Estela .

VII. Literato e historiógrafJ, de JorgeZawadzky .

rIll. IIomenaje a Hispano el'. CaIL-Dis-curso ùe Ricardo Nieto ...

IX. Carta de Saavedra Galindo ..X. En llOnor de Camelia Hispano.

XI. Carta de Alberto Carvaj.li ...XII. Elogio de Cali, por Camelia Hispano.

XlII. Carta al doctor Evaristo Garcla ••.XIV. Carta a Saavedra Galindo .XV. Oración en San Pedro Alejandrino.

XVI. Discurso eu la inaugun~oión del,Fe·rrocarril del Cauoa en Buga.

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