Crea tu buena suerte

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1 Crea tu buena suerte La Buena Suerte... ¡¡Nos está esperando!! En nuestras vidas cotidianas solemos confundir la suerte y el azar, cuando no son exactamente lo mismo. El azar (del árabe “flores”) es el caso fortuito, la circunstancia imprevista. La suerte (del latín “sortis”, división de tierra de trabajo; un sorteo es que hay unas tierras más productivas que otras) es, además de un encadenamiento de sucesos “considerado” como fortuito o casual. Cada un@ nos forjamos nuestra buena suerte en función de que aprovechemos nuestras oportunidades.

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Entre más trabajo más suerte tengo. La suerte es cuestión de actitud. Buena o mala suerte, siempre cuando alguien gana otro pierde.

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Crea tu buena suerte

La Buena Suerte... ¡¡Nos está esperando!!

En nuestras vidas cotidianas solemos confundir la suerte y el azar, cuando no son

exactamente lo mismo. El azar (del árabe “flores”) es el caso fortuito, la circunstancia

imprevista. La suerte (del latín “sortis”, división de tierra de trabajo; un sorteo es que hay

unas tierras más productivas que otras) es, además de un encadenamiento de sucesos

“considerado” como fortuito o casual. Cada un@ nos forjamos nuestra buena suerte en

función de que aprovechemos nuestras oportunidades.

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En la revista Psychology Today (www.psychologytoday.com/collections/201307/make-

your-own-luck/serendipity-its-everywhere). Rebecca Webber nos enseña cómo Crear

nuestra propia suerte. Para que las circunstancias actúen a nuestro favor, nos

recomienda:

1. Ver la Serendipia en todas partes. Para los expertos, somos más pelotas

lanzadas al aire que capitanes al timón del barco. Elizabeth Nutt Williams, profesora de

psicología del St. Mary’s College de Maryland, estudió a 13 mujeres profesionales: las que

tomaron ventaja tenían autoconfianza, eran competentes y contaban con una buena red

de contactos. Otro estudio de la Universidad del Estado de Carolina del Norte, con 42

ingenieros, demostró que sus trabajos llegaron de circunstancias inesperadas. Es

inevitable referirse a Richard Wiseman (Universidad de Hertfordshire), que lleva más de

una década analizando las expectativas de las personas sobre su propia suerte. La gente

que se considera con suerte suele ser más extravertida, se presta más a encuentros

supuestamente fortuitos y mantiene más el contacto con otras personas. L@s suertud@s

puntúan más alto en apertura, más bajo en neuroticidad y tendencia a experimentar

estados de ánimo negativos como la ansiedad, la ira, la culpabilidad y la depresión. La

suerte, para quien se la trabaja, porque las profecías se autocumplen (las personas “con

buena suerte” encuentran una moneda en la calle; las de “mala suerte”, ni se fijan).

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2. Practica el Reconocimiento con la Suerte. La Serendipia favorece a quienes se

toman la vida de una forma más relajada, a quienes se marcan objetivos a largo plazo, a

quienes no se obsesionan por los detalles. Personas que no buscan convertirse en uno de

los mejores cirujanos de la Clínica Mayo, sino en ser un/a buen/a médico y ayudar a sus

pacientes. La apertura a las sorpresas de la vida, esa flexibilidad cognitiva (de

pensamiento) y conductual (de comportamiento) sirve para tener buena suerte.

Advertencia de Wiseman: “No prejuzgues, no clasifiques a las personas ni a las

situaciones hasta que las tengas a mano”. La conexión con otras personas (presencial, en

redes sociales), aporta buena suerte. “Haz cosas diferentes”, sugiere Ben Fletcher,

también de la Universidad de Hertfordshire. Si cambias hábitos, la suerte te favorece.

Amplia horizontes. Y responde de un modo positivo a lo que la vida te ofrece (la

información visual es mayor, y por tanto las oportunidades). Por el contrario, la ansiedad

nos avoca a una “visión de túnel”, rígida y estrecha.

“A la suerte tienes que crearla, no esperar a que llegue…”

3. Ve adelante. La consciencia no es amiga de la serendipia. La obsesión con los

logros (la consciencia como hacer lo que se supone que debas hacer y mantenerte en

ello, para Carol Sansone (Universidad de Utah), es un problema. Con un solo enfoque te

pierdes lo inesperado, y probablemente el éxito. Richard Wiseman condujo un famoso

experimento en el que les dio a los participantes un periódico para que contaran el

número de fotografías en el mismo. “Hay 43”, dijeron algunos en poco tiempo. En la

segunda página, había un anuncio: “Deja de contar. Hay 43 fotos en el periódico”. Unos

supieron verlo y el resto ni se fijó. Si no te obsesionas con la tarea, la vida te ofrece atajos

ventajosos. Otra baza a favor de la flexibilidad. O somos personas con curiosidad o

hemos “cristalizado” nuestro pensamiento y nuestros hábitos hasta el punto de no

permitirnos lo que nos merecemos. Las reglas rígidas eliminan la buena suerte.

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4. Di que sí. Cuando hay oportunidades en la vida, debemos aprovecharlas. La

mayoría no lo hace, por duda y por ansiedad. “¿Cuál es tu impulso”, se pregunta

Kashdan. Si no es el de la apertura y la curiosidad, te lo pierdes. Las personas que

aprovechan la serendipia se atreven a probar cosas nuevas en lugar de lamentarse de su

situación. Los buenos resultados incrementan la auto-eficacia, la creencia de que somos

capaces de conseguir lo que queremos. Si creemos que no somos lo suficiente buenos,

capaces o atractivos, no llegaremos a experimentarlo. Deja que la intuición te ayude. “Si

esperamos a que todas las emociones negativas desaparezcan, no vamos a ninguna

parte”, dice Kashdan. Ante una decisión difícil de tomar, plantéate qué es lo peor que

puede pasar. “A veces hay un coste a corto plazo, en tus recursos, tiempo o estrés.”,

explica Sonja Lyubomirsky, “Es como ir a una fiesta cuando no conoces a nadie. Provoca

ansiedad. Pero al final te lo pasas genial y conoces gente nueva. Pagas un coste a corto

plazo para un beneficio a largo plazo”.

5. Asume los errores. No todas las oportunidades son positivas. Lo que ocurre es

que la gente que aprovecha la serendipia es resiliente (tiene serenidad y perspectiva). La

clave es perseverar. Recientes estudios de la Dra. Lyubomirsky demuestran que buscar la

novedad eleva el contento a corto y largo plazo. Y celebrar las circunstancias azarosas

añade novedad a nuestras vidas frente a la caída cognitiva del envejecimiento.

Rebecca Webber considera que si bien algunas oportunidades se escapan, otras

aparecen. Y también que, por sutiles influencias en el desarrollo del feto, las personas que

nacen en verano (julio, agosto, septiembre) suelen considerarse con mejor suerte que

quienes cumplen años en invierno. Richard Wiseman proclama que tu sentido de la suerte

puede tener que ver con cuándo llegaste a este mundo (no es astrología, sino ciclos de

sueño, etc). L@s “chic@s del verano” suelen ser más abiertas de mente, menos

neuróticas, que l@s de invierno (como toda regla, admite excepciones).

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Finalmente, la flexibilidad que atrae a la suerte se demuestra en tu diálogo interior. Si

quieres relaciones románticas, no te obsesiones con el perfil que debe cumplir tu pareja;

disfruta de las oportunidades de la vida. En el trabajo, no te pases de exigente; incluye

cierta apertura laboral. Con l@s amig@s, atrévete a ampliar tu círculo. Y así con todo lo

demás.

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Mi gratitud a Rebecca Webber y a los investigadores (Richard Wiseman, Sonja

Lyubomirsky, Elizabeth Nutt Williams, Carol Sansone, Kashdan). Atraer la suerte que

queremos para nosotr@s tal vez sea sentido común, pero hemos de convertirlo en

práctica común.

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10 maneras de crear tu buena suerte

La diligencia es la madre de la buena suerte. -Benjamin Franklin

¡Tengo una gran noticia! Hoy puede ser tu día de suerte. No es cuestión de

oportunidad, es cuestión de elección. Las personas afortunadas son personas comunes y corrientes que crean su propia buena suerte practicando sencillos y productivos hábitos.

Esto es lo que necesitas hacer:

1. Prueba constantemente nuevas cosas.

Hay un dicho que define locura como hacer la misma cosa una y otra vez y esperar resultados diferentes. Si quieres mejorar tu suerte, tienes que probar

cosas nuevas para ver lo que funciona y lo que no. Las personas desafortunadas tienden a ser criaturas de hábito. Toman la misma

ruta para ir y volver del trabajo todos los días, hablar con el mismo tipo de personas en las funciones sociales, y viven la misma rutina día tras día. En contraste, las personas afortunadas tratan de introducir variedad en sus vidas.

Por ejemplo, un amigo suertudo que conozco, recientemente me describió cómo pensó en un color antes de llegar a una convención de negocios y luego se

presentó a las personas que usaban ese color. Este tipo de comportamiento aumenta la probabilidad de oportunidades al introducir una variedad en una

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situación de statu-quo contraria. Y en el caso particular de mi amigo, su (rara)

táctica le condujo a cerrar una sustancial cantidad de contratos con su nuevo cliente.

2. Piensa en lo afortunado que eres ahora mismo.

Las personas afortunadas tienden a ver el lado positivo de su mala fortuna. Se imaginan cómo las cosas podrían haber sido mucho peor. Por ejemplo, hace poco

conocí a una cliente alegre, exitosa y afortunada que se presentó en nuestra reunión con un yeso desde el hombro hasta la muñeca de su brazo izquierdo. Entonces me explicó cómo se había caído por las escaleras. “Pero yo soy la

persona más afortunada viva”, continuó. “Salí de la caída con un brazo roto en lugar de un cuello roto.”

Otro ejemplo interesante de esto es cómo las investigaciones sugieren que los atletas olímpicos que ganan medallas de bronce son generalmente más felices que sus contrapartes que ganan medallas de plata. Esto es porque los que

ganaron la medalla de plata piensan que si se hubieran tenido un desempeño ligeramente mejor, podrían haber ganado la medalla de oro. En contraste, los que

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ganaron una medalla de bronce se enfocan en que si hubieran estado un poco

peor, no hubieran ganado nada. Tener una actitud positiva ante la vida es obligatorio si vas a convertirte en una

persona afortunada. Si tu visión ante la vida es pesimista, entonces eso es todo lo que experimentarás. Afortunadamente, lo contrario también es cierto. Tú controlas tu suerte y tu vida, controlando tus pensamientos.

Mira a tu alrededor. Aprecia las cosas que ya tienes en estos momentos. Muchas personas no tienen tanta suerte

Nota las pequeñas cosas y resuelve pequeños problemas.

Recientemente hablé con un aspirante a desarrollador de aplicaciones web que se

quejaba de que todas las grandes ideas ya se habían desarrollado y que no había nada más para hacer que sea novedoso. Mientras hablaba, me di cuenta de que

estaba haciendo referencia proyectos masivos en los que otros estaban trabajando y que parecían que (en su mayoría) estaban fuera de su alcance. Y mientras pensaba en todas esas “grandes ideas” Me di cuenta de que en la

mayoría de los casos, probablemente no comenzaron con un plan o proyecto masivo, sino que comenzaron tratando de resolver un problema sencillo.

Esta es la impresión que tengo cuando leo acerca de las primeras etapas de compañías como Google. Estoy bastante seguro de que los fundadores de Google

no tenían el objetivo organizar la información de todo el mundo, como enfoque principal cuando empezaron – en vez de eso, comenzaron con una serie de

pequeños problemas (los problemas son oportunidades potenciales) y poco a poco ampliaron su meta final hasta ahí.

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3. Trabaja en cosas por las que sientas pasión.

Algunos de nosotros nacimos para ser músicos. Algunos de nosotros nacimos para ser poetas. Algunos de nosotros hemos nacimos para ser empresarios y crear crecimiento y oportunidades donde otros ven basura. Y así, algunos de

nosotros nacimos para hacer eso que nos apasiona.

No desperdicies tu vida cumpliendo los sueños y deseos de otra persona. Debes seguir tu intuición. La buena suerte y la riqueza verdadera le vienen naturalmente a aquellos que son apasionados de su trabajo. Lee Quitter.

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4. Relaciónate con personas que compartan tus mismos intereses.

Si ya hay algo que te apasione, encontrarte y conectarte con personas que

compartan tu pasión te puede ayudar de muchas maneras. Puede aprovechar sus conocimientos sobre el tema, compartir tus propias ideas y experiencias, y a menudo compartir y aprender cosas fuera de tu área de interés.

Haz un esfuerzo extra para llegar a la gente que hayas identificado que tienen un

interés en común. Si por casualidad conoces a alguien que casualmente tiene un interés en común contigo, no lo dudes, salta a esa conexión. Puede proporcionarte una gran oportunidad para que construyas una amistad en un lugar inesperado.

Comparte tus conocimientos, ideas y conocimientos libremente con los demás. Si

ya estás involucrado en un grupo con un interés en particular, haz el esfuerzo para atraer a nuevos interesados. No sólo una cara amigable te ayudará a animarlos a

participar, a menudo te tendrán gran estima si eres el que rompa esa barrera de “novatos” en ellos. Del mismo modo, cuando la gente venga a esas reuniones en busca de ayuda, no dudes en ayudarlos en cualquier forma que puedas.

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5. Ayuda a los demás cuando puedas.

Recuerda, en la vida, consigues lo que das. La suerte a menudo viene en la

forma de ayuda cuando la necesitas, y la mejor forma de “engrasar los rieles” para que te ayuden cuando eventualmente lo necesites es ayudando a otros en este momento. Si se te presenta la oportunidad de ayudar (especialmente

cuando lo puedas cumplir sin que afecte a tus otras responsabilidades) la cosa más afortunada que posiblemente puedas hacer es ayudar en todo lo que

puedas.

Y cuando ayudes a los demás, no esperes algo a cambio. En lugar de eso, simplemente disfrutar de la experiencia de ayudar a esa persona y construir

una relación personal fuerte con ellos. Esa fuerte relación estará allí para ti a la hora que la necesites; sólo confía en él y sé un amigo útil siempre que puedas.

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Para evitar la mala suerte este día:

6. Toma riesgos calculados.

Las personas afortunadas toman más riesgos. Esto no significa que se juegan su supervivencia tomando riesgos imprudentes en oportunidades de negocio

incompletos. Tomar un riesgo se puede calcular; analizando tus opciones, sabiendo cuanto te puedes dar el lujo de perder, e ir a por él. Si no funciona, irás a por ello otra vez cuando puedas permitirte el lujo de perder un poco más.

Cuando tomas pequeños y calculados riesgos, o tuviste éxito o aprendiste algo. Ganar-Ganar. Recuerda, si nunca actúas, nunca lo sabrás con seguridad,

y te quedarás en el mismo lugar de mala suerte para siempre.

7. Préstale mucha atención al presente.

La gente desafortunada suele vivir en los errores del pasado, obsesionados con la mala suerte que los puso en su situación actual de mala suerte, o

preocupándose demasiado por los ideales futuros. Las personas afortunadas, por otra parte, se concentran en el presente.

La vida te está pasando en este momento. No puedes aprender algo nuevo o

descubrir una nueva oportunidad que esté sucediendo ahora mismo si tu mente está atrapada en otro tiempo. Las oportunidades se presentan todos los

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días, a tu alrededor, pero tienes que prestarle mucha atención a tu entorno

para notarlos. .

8. Identifica la lección.

Todo es una lección de vida. Todos a los que conoces, todo a lo que te

encuentras, etc. Todos ellos son parte de esta experiencia de aprendizaje que llamamos ‘vida’.

9. Nunca se olvides agradecer la lección, especialmente cuando las cosas no

salgan bien. Si no consigues el trabajo que querías o una relación no funciona, sólo significa que algo mejor está ahí fuera esperándote. Y la lección que

acabas de aprender es el primer paso hacia ella. Recuerda, tener buena suerte es una elección. Usa todas las lecciones que aprendiste para a tomar decisiones informadas y crear buena suerte para ti en

el futuro.

10. Trabaja para lograr tus metas todos los días sin falta.

Entre más duro trabajes, más afortunado te convertirás. Deja de esperar que las cosas funcionen por sí solas. No lo harán. Si sigues haciendo lo que estás

haciendo, seguirás obteniendo lo que estás obteniendo.

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Mientras que muchos de nosotros decidimos en algún momento durante el

curso de nuestras vidas que queremos seguir nuestra vocación, sólo unos pocos de nosotros realmente trabajamos en ello. Por “trabajamos en ello”, me

refiero a que realmente nos dedicamos a ellos hasta el final. El resto de nosotros nunca actuamos acorde a nuestra decisión. O, en el mejor de los casos, pretendemos actuar poniendo solo un poco de inspiración y esfuerzos.

Si quieres buena suerte en tu vida, tienes que estar dispuesto a dar el 100% todos los días. ¡Sin aflojar el ritmo! Lograr tus sueños y metas puede tomar un

montón de trabajo. Prepárate para ello.

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7 frases sobre la suerte

Algunas personas creen que la suerte puede definir su futuro y se sientan a esperar que la buena fortuna les sonría. Otros piensan que a la suerte hay que

ayudarla. También podemos encontrar un grupo de gente que opina que la suerte no existe.

Como podemos ver, hay muchas visiones sobre esta palabra. A continuación veremos siete frases que nos mostrarán que la suerte está muy presente en la

mente de las personas, tanto para aquellos que piensan que existe como para los que no…

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Esto es suerte:

“Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan.” Voltaire

“La suerte no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables.” Orison Swett Marden

“Todo lo que la tierra da y todo aquello que se llama felicidad sólo es un juguete de

la suerte; lo que nosotros somos, eso sólo nos pertenece.” Johann Kaspar Lavater “La suerte no se puede almacenar.” Romy Schneider

“La mitad de la vida es suerte, la otra disciplina; y ésta es decisoria ya que, sin

disciplina, no se sabría por dónde empezar con la suerte.” Carl Zuckmayer “La suerte favorece sólo a la mente preparada.” Isaac Asimov

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"La suerte no existe; Dios no juega a los dados con el universo." Albert Einstein

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Crea tu propia suerte

Si crees que la única suerte que existe es la de ganar millones en la lotería, o recibir la herencia de un pariente lejano y rico al que nunca conociste, entonces estamos de acuerdo contigo: la suerte es de otros.

Pero hay otro tipo de suerte; la que tú puedes crear para ti.

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¿Cuál usare hoy?

Tienes suerte cuando eres tu quien dirige tu vida y estás abierto/a a aprovecharte

de todas las bondades que te ofrece. Tienes suerte cuando ves el vaso medio lleno, en vez de medio vacío. Y tienes

suerte cuando puedes alegrarte porque el sol sale cada día porque eso significa que estás vivo/a. Si es así, tus sueños están de camino.

Te damos algunas ideas para disfrutar de un día afortunado:

1. No seas “razonable”: Sí, deja de lado tu viejo-libro-de-lo-razonable sobre

la vida y lo que funciona, o no funciona. Todos los genios fueron locos de los que alguien se río y gracias a ellos hoy viajamos en avión, o hablamos por teléfono, o lanzamos objetos al espacio

2. Busca la oportunidad oculta en cada adversidad: Creas tu suerte

cuando enfocas las crisis en busca de nuevas oportunidades. La vida nos

entrega todos los momentos negativos con una lección positiva oculta en su interior. Esto no quiere decir que debas negar la realidad de tus sentimientos, sólo que mires más allá… y tal vez en el horizonte, empiece a

amanecer. ¡Ese es el comienzo de un día con suerte!

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3. Deja de lamentarte por tu mala suerte y empieza a llamar a tu buena

suerte: Da un giro de 180 grados a tus pensamientos y a tu vida. El mundo no puede ser tan horrendo como para estar especialmente preocupado en hacerte la vida imposible o miserable.

o Cierra los ojos y atrévete a pensar ¿cómo sería mi vida si yo fuera una persona con suerte, si me atreviera a dejar de ser una víctima?

o Ahora ábrelos y fíjate en todas aquellas cosas que realmente ya tienes… aunque hasta ahora no les habías dado importancia.

o 4. Atrae a la buena suerte: Cuando piensas y te comportas con optimismo

empiezan a pasarte un montón de cosas buenas. Cuando te dejas sorprender, la vida te sorprende. Yo te recomiendo que: “no te vistas como lo que eres, sino como lo que quieres llegar a ser”. Fíjate en los

grandes millonarios, o en las personas de éxito en todos los sectores, ¡se

consideran merecedores de ese éxito! ¿Te consideras tú merecedor de buena suerte?

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5. Escucha a tu intuición: Cuando tengas una corazonada, haz una pausa y

escucha tu voz interior. La intuición sintoniza con los aspectos del mundo que están fuera de los límites de la mente racional. A menudo, la intuición le dice a la mente racional dónde buscar las respuestas. ¡Deja la seguridad de

lo racional y supera el miedo a ser feliz disfrutando de tu suerte!

¡Precaución! Si sigues estos pasos, puedes encontrarte un día amando tu vida. Cuando amas la vida, avanzas con valentía y todo empieza a funcionar

“milagrosamente”. ¿Es eso suerte?

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“Cómo hacer tu propia suerte”

Es explorar la suerte creo que un tema por demás muy interesante. Pero en

realidad se trata de como hacer tu propia suerte. Se trata también de creer que

tienes buena suerte, ya que lo que usted cree y espera es lo que usted

conseguirá.

Muchas personas juran que tienen la mala suerte, y puede demostrarlo. Ellos

podrían decir que disfrutan contando sus historias de la desgracia y el dolor

infinito. También están aquellos que no creen en la suerte de ningún tipo. Y hay

quienes creen que son “afortunados”, muy probablemente en la categoría buena

suerte.

Empecemos con una definición de la suerte del Diccionario Merriam-Webster:

a: una fuerza que trae buena fortuna o la adversidad

b: los eventos o circunstancias que operan a favor o en contra de un individuo

c: el azar favorece, también: el éxito gran crecimiento o suerte

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Veamos una definición A. (sin nombre) fuerza que trae buena fortuna o la

adversidad. Interesante. Hay tantas maneras de interpretar esto. Es esta fuerza a

una benévola que nos trae lo que necesitamos en un momento dado. Es similar a

destino, ya que es lo que está escrito en nuestras vidas, pero no parece tener

circunstancias lógicas. O bien, podría ser el resultado de nuestros planes y sueños

y acciones que estimulen la actividad detrás de las escenas que parecen traernos

buena fortuna o la adversidad.

Solía pasar un poco de tiempo con mi abuela. Ella se consideraba muy

afortunada. Yo iría con ella a jugar Bingo y ella iba a ganar al menos una vez. Yo,

no tanto. Ella tenía una cita semanal con la lotería billetes raspaditos. Fue

emocionante ver a su principio y revelar sus ganancias. Parecía que el punto de

equilibrio o mejor la mayor parte del tiempo. Cuando crecí me di cuenta de que se

refería a sí misma como la suerte, un ganador. Y era verdad, sobre todo en

relación con los demás (incluyéndome a mí) que se consideraban de mala suerte.

Definición B: los eventos o circunstancias que operan a favor o en contra de un

individuo. Similar a la primera definición en que el funcionamiento de estas

circunstancias y eventos es por una fuerza desconocida. Podríamos darle la vuelta

y decir: Un individuo en medio de los acontecimientos que operan en (buena

suerte) o en contra (de mala suerte) ellos. Y esto puede y debe cambiar

constantemente-de las circunstancias a las circunstancias. Ahora, podemos ver

que tenemos cierto control sobre nuestra suerte. Podemos hacer cosas que

ayuden a llevar a cabo eventos que trabajan para nosotros-como presentarnos a

alguien en el campo nos encantaría el trabajo, lo que conduce a una entrevista

para una apertura que sería un ajuste perfecto. O bien, al no tener nuestro

vehículo con regularidad y tener una avería en el camino a una reunión

importante. Lo llamamos suerte, pero ¿es realmente tan fuera de nuestro control?

Definición C: favoreciendo oportunidad, también: el éxito. Ah, aquí está una nueva

arruga, el éxito. Se define como:

A: grado o medida de éxito

B: resultado favorable o deseado, también: el logro de la riqueza, a favor o

eminencia

El ejemplo de esta definición utiliza suerte y éxito indistintamente en relación con

el cultivo de orquídeas. Sugiero que puede ser utilizado en relación con todo lo

que desea tener, ser o hacer. Todavía tenemos que tener cuidado de las

orquídeas, para hacer esas cosas que aseguren su crecimiento: el agua, la luz

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adecuada, drenaje, etc, pero cuando lo hacemos nos encontramos con éxito, o

tener buena suerte.

Solía considerarme mala suerte, como si el universo no le gustó lo suficiente como

para compartir su abundancia conmigo. Con los años he cambiado de paradigma

en este tema. Sé más de lo que quiero y voy a seguir mis instintos para avanzar

en esa dirección. A mis hijos les dirán que soy afortunado, yo gano cosas todo el

tiempo. Y es cierto, en el último año o así he ganado entradas de conciertos,

entradas de ballet, tarjetas de regalo, un hermoso banco tallado a mano, y más

porque creo que puedo y voy a ganar. Estas son cosas que me gustan y disfruto

experimentando.

COMO HACER TU PROPIA SUERTE

Esta versión también es rechazada en todas partes, cuando las personas

describen a otros que se convierten en un gran éxito, a veces “durante la noche”.

Usted puede escuchar su éxito se describe como “suerte” o “estar en el lugar

correcto en el momento adecuado”. La idea es que este éxito era algo fuera de su

alcance sin el factor suerte.

A veces me pregunto si utilizamos el término suerte y como crear tu propia

suerte de tomar la responsabilidad del éxito de nosotros mismos y en el destino, o

alguna otra fuente no identificada. Prefiero pensar de esta suerte como algo que

creo para mí, ya sea bueno o malo. De cualquier manera, mis éxitos o fracasos

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son míos, debidamente ganado por mis pensamientos y acciones con respecto a

la situación.

Por lo tanto, les pido ahora. ¿Qué tipo de suerte estás haciendo por ti mismo?

¿Cómo te ves a ti mismo, buena o mala suerte? ¿Cómo se puede llegar a un lugar

de buena suerte, éxito en su vida?

Piensa en ello. Ahora no es demasiado tarde para tener el éxito que siempre has

querido. De hecho, usted puede hacer que suceda, sólo cree que puede, y dar un

paso en esa dirección. Antes de que usted lo sepa, usted puede escuchar a los

demás en referencia a usted como “suerte”. Pero usted sabe mejor que...

¿Desea que su vida fuera diferente, pero no sabes por dónde empezar? ¿Está

atrapado en un círculo vicioso e incapaz de liberarse? O, ¿es necesario para

organizar o agilizar su vida para conseguir más de él? ¿Necesita a alguien para

apoyarte y lo controle, mientras se mueve hacia la vida de sus sueños?

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¿Cómo cambiar tu suerte?

Entre sus amigos, Joan tenía fama de cenizo. En menos de tres días, su novia le había plantado por su amigo de toda la vida, sus jefes le habían concedido un

traslado al destartalado despacho del semisótano -un magnífico habitáculo de 2x2 con vistas al muro del patio- y su gato había aprovechado el momento para

practicar el salto de altura desde la ventana de su apartamento, en un octavo piso. El gato, además, había demostrado experimentalmente que eso de las siete vidas era, en realidad, un cuento chino. Pero aquella mañana, Joan creía tener un buen

motivo para pensar que su suerte, por fin, iba a cambiar. Allí mismo, bajo la mesa del despacho, relucía una brillante moneda de un euro. "Ahí está ?pensó nuestro

hombre-, el euro de la suerte", y con un rápido movimiento se lanzó a por él. En su entusiasmo, Joan no percibió que la mesa era algo más ancha por aquel lado, así que cuando alzó la cabeza se golpeó violentamente. Un compañero lo encontró

inconsciente unos minutos después. La moneda, por cierto, había desaparecido. ¿Acaso el Destino juega con el bueno de Joan? ¿Paga los pecados de una vida

anterior? ¿Olvidó la pata de conejo en casa? En absoluto. Tras su aparente mala suerte no se esconde un pavoroso hado, ni ha sido víctima de un funesto mal de ojo, porque la fortuna, en definitiva, depende de nosotros mismos. Eso al menos

es lo que sostiene el psicólogo Richard Wiseman, autor de un más que curioso estudio sobre este fenómeno.

Nuestra actitud influye notablemente en ella

Tras diez años de investigaciones y centenares de experimentos, Wiseman no sólo afirma que dejar la suerte en manos de la superstición resulta ridículo, sino

que con nuestra actitud podemos influir notablemente en que cambie para bien. Pero lo que el profesor Wiseman ha planteado ahora ante la comunidad científica lo intuían desde hace tiempo otros autores. Así, el prolífico dramaturgo Jacinto

Benavente ya afirmaba hace casi un siglo que "todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento".

Hasta 19 entradas recoge el diccionario de la Real Academia sobre este fenómeno, que define desde "encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito o casual" hasta "circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o

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adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede". Así, según Wiseman, nuestra

Academia no puede estar más equivocada. Al menos desde cierto punto de vista. La gente afortunada encuentra su pareja perfecta, obtiene lo que se propone en la

vida y cumple sus objetivos con una pasmosa facilidad, aunque no sea especialmente inteligente ni tenga un determinado talento. Simplemente parece que estas personas se encontraran en el momento preciso y en el lugar adecuado

para beneficiarse de todo lo bueno de la vida. ¿Azar, magia, fuerzas ocultas? "Nada de eso", sostiene Wiseman. "Sólo los supersticiosos creen que alguien

nace con estrella o estrellado."

Gobernados durante siglos por la superstición

En un artículo publicado en la revista Skeptical Inquirer, este profesor de Psicología afirma que las personas han buscado durante siglos una vía eficaz para llevar la buena fortuna a sus vidas como, por ejemplo, usar amuletos, desde patas

de conejo hasta herraduras. Según este autor, "estas creencias perviven aún hoy por el increíble poder de la suerte, un poder que la gente reconoce capaz de

transformar las vidas de las personas". Y es que nuestra percepción nos indica que unos momentos de mala fortuna bastan para que se pierdan años de trabajo. Y ahí es donde entra en juego la superstición, como un modo irracional de atraer

la esquiva buena suerte. Su influencia es tal que, según un estudio del doctor Kenji Hira, del Departamento de Medicina General y Epidemiología Clínica de la

Universidad de Kioto, las convicciones de algunos pacientes en Japón sobre el día más o menos afortunado en el que tendrían que abandonar el hospital han aumentado enormemente los gastos del sistema nacional público japonés. Aun

así, Hira reconoce que en ciertos casos el efecto psicológico que causa ignorar las supersticiones es considerable en algunos enfermos. La suerte y todos los mitos

que la rodean contribuyen a explicar lo incomprensible y, por tanto, han pervivido como un intento de control de este elusivo factor. Conseguirlo sería perfecto, si no fuera por un hecho indiscutible: la superstición no funciona. Según Wiseman, esto

es así porque estas falsas creencias se basan en una forma incorrecta de pensar. "Provienen de una época en la que las personas creían que la suerte era una

extraña fuerza que sólo podía ser controlada mediante extraños rituales", señala. El maldito gato negro pasa por el

laboratorio

Mark Levin, uno de los miembros de la Asociación de Escépticos de Nueva York, llevó a cabo un curioso experimento para demostrar

que los denostados gatos negros son de lo más inofensivo en lo que a la suerte se refiere.

Para confirmarlo, Levin pidió a dos personas que practicaran un sencillo juego consistente en arrojar unas monedas al aire. Luego, se hizo

que un gato negro se cruzara frente a uno de

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los participantes y se continuó el juego. Más tarde se hizo lo mismo con un gato

blanco. Por supuesto, ninguno de los dos felinos afectó en absoluto el desarrollo de la prueba. Tampoco romper espejos ni caminar bajo una escalera traerá

peores consecuencias que el peligro físico que puede entrañar estas acciones. ¿Entonces, cuál es el secreto que tan celosamente guardan los

suertudos? En realidad, la gente a la que consideramos afortunada encuentra todo

tipo de oportunidades, mientras que quienes parecen no tener buena suerte son incapaces de hallarlas. Alex Rovira y Fernando Trías de Bes, dos profesores de la

Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE), recogen este principio en su obra de reciente aparición La Buena Suerte: claves para la Prosperidad. En su trabajo, ambos expertos concluyen que "la buena suerte

únicamente consiste en crear circunstancias, por lo que solamente depende de nosotros y, así, nunca llega a nuestras manos por casualidad". Según indican

Rovira y Trías de Bes como colofón a su ensayo, el problema es que "muchos son los que quieren tenerla, pero pocos los que de verdad deciden ir a por ella". Especialistas en saber aprovechar las oportunidades

Las personas afortunadas utilizan, aunque sea sin saberlo, una serie de estrategias: tienen un espíritu constructivo, están más abiertos a los demás y poseen una cierta habilidad para crear oportunidades y seguir su intuición.

Wiseman, decidido a demostrarlo, llevó a cabo un experimento en el que se proponía a un grupo de voluntarios que contaran el número de fotografías que

aparecía en un periódico. Inmediatamente todos se pusieron a la tarea, pero mientras que los poco afortunados tardaban algo más de dos minutos en completarla, los afortunados concluían la misión en unos segundos. Simplemente

habían visto que en la segunda página un gran anuncio proclamaba: "deje de contar, el periódico tiene 43 fotografías". A continuación, Wiseman hizo lo mismo,

pero sustituyó el mensaje por otro en el que se leía: "deje de contar, diga al controlador que ha visto este anuncio y ganará 250 dólares". Una vez más, sólo algunos lo detectaron. En realidad, los que estaban más tensos y preocupados por

contar las imágenes lo pasaron por alto. La buena predisposición es un factor importante en lo que se refiere a la buena suerte. Tanto es así, que incluso hay

una cierta verdad en aquello de que las personas supersticiosas deberían quedarse en casa los días que les da mal fario. Según Wiseman, "las personas supersticiosas que creen firmemente que son poco afortunadas realmente

se sentirán más tensas ciertos días. Con total seguridad se sentirán estresadas,

conducirán peor, posiblemente estarán más distraídas y serán más propensas a

tener un accidente". La mala suerte es consecuencia de la conducta de uno mismo. Además, su ansiedad contribuirá a que no adviertan lo inesperado, así que también pasarán por alto las oportunidades que les surjan

Cuanto más preocupado esté, peor suerte tendrá

Y es que las personas tienen mala suerte sencillamente porque o no ven las buenas ocasiones que aparecen a diario a su alrededor o las desaprovechan. Así,

alguien puede ir a una fiesta tan preocupado por encontrar a su pareja perfecta

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que seguramente no se dará cuenta de que podría hacer buenos amigos. Otros

buscarán en un periódico el trabajo que les obsesiona sin prestar atención a otras ofertas que cambiarían su vida para mejor. Pero no se trata sólo de aprovechar

oportunidades. También es importante si la percepción que tienen las personas de lo que les sucede es positiva o negativa. Por ejemplo, si un atracador dispara su arma y hiere a un cliente en el brazo, ¿éste se sentirá afortunado o

desafortunado? Es cierto que podría no haberle dado, pero también es cierto que podría haber muerto. Una persona a la que sus vecinos consideraran afortunada

pensaría que se ha librado de una buena y que incluso podría vender la exclusiva y sacar algún dinero. La primera Escuela de la Fortuna abre sus puertas

En las clases de la Escuela de la Fortuna fundada por el doctor Wiseman en la Universidad de Hertfordshire se aprende que uno es el dueño de su propia suerte y que, a diferencia de lo que mucha gente cree, las personas no nacen

afortunadas o desafortunadas. Allí se enseña que quienes piensan que no hay

nada que hacer para remediar la fortuna de cada uno están equivocados, que no

es posible influir en la suerte con talismanes o sortilegios, sino con una mejor predisposición hacia la vida, y que nada ni nadie controla la fortuna de los demás, ni se la da, ni se la quita. Wiseman pensó que lo aprendido durante sus 10 años

de investigaciones podría ser utilizado por la gente para incrementar su propia cantidad de suerte. Y así, en la Escuela de la Fortuna se practican distintos

ejercicios encaminados a aumentarla y a hacer que cualquier persona piense y se comporte como si fuera un verdadero suertudo. Durante un mes, los expertos de las escuela preparan a los estudiantes para aprovechar las oportunidades, para

romper la rutina diaria y, en definitiva, para "cambiar el chip" por uno más positivo. Al final, según indica el propio Wiseman, más del 80 por 100 de los asistentes

declara sentirse mejor y más afortunado. Wiseman es rotundo: "Percibir que la suerte depende de nuestra razón junto con una dosis de ciencia y sano escepticismo puede ser muy positivo en nuestras vidas".

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¿Cómo cambiar mi suerte “Me pregunto a veces cómo cambiar mi suerte”. Si te sientes identificado con esta

frase, sigue leyendo y encontrarás la respuesta. Pero te lo advierto desde ya, te lo

vas a tener que trabajar, implica trabajo duro, tanto físico como de tu actitud ante

la vida y las circunstancias. Así que, si no estás dispuesto a aportar estas dos

“condiciones” abandona esta lectura, que te puede cambiar la vida… y la suerte.

Quien se siente en una situación desfavorable, suele actuar

lamentándose de su “mala suerte”, como la Zarzamora, que llora y

llora por los rincones

Pero, lo dicho, no esperes que YO haga ningún milagro y que en la lectura de este

artículo aparezca una fórmula mágica, pócima o truco como prometen algunos por ahí. La suerte hay que currársela. Pero si no es tu momento para pasar por un

proceso, no te preocupes, y solamente lee atentamente, asimila y después… ACTÚA!!

“Cómo cambiar mi suerte” es algo que la mayoría de las personas se ha

preguntado alguna vez. Todo aquel que se siente en una situación

desfavorable, suele actuar lamentándose de su “mala suerte”, llorando por las

esquinas, o por los rincones, como la Zarzamora, que llora y llora. Pero esa no es

la actitud.

…yo no creo en la existencia de eso de la ley de la atracción, El Secreto y demás,

pero sí estoy segura de que tu actitud determina tu suerte.

Un logro como cambiar mi suerte, ahí es nada, no se consigue lamentándose y

dándole vueltas a lo mismo constantemente. Si ese es tu caso, ¿crees que

quejarte y lamentarte de “la tua cruda sorte” cambiará algo? Al contrario, no hará

más que generar más “mala suerte”. De ahí viene lo de levantarse con el pie

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izquierdo, que es cuando una sucesión de lo que la gente llamaría “eventos

desafortunados” o “catastróficas desdichas”, – como el libro de Snicket –

sobrevienen a aquel que lo sufre durante todo un día, como poco. Podría afirmar

desde aquí, casi con certeza, que tú, algún día te has dicho o le has dicho a

alguien que te has levantado con el pie izquierdo.

Ojalá me equivoque.

YO no creo en la existencia de eso de la ley de la atracción, las habladurías del

Secreto y demás, pero sí estoy segura de que tu actitud determina tu suerte. Y te

voy a explicar por qué. Si por la mañana me levanto y, no sé, debido a un mal

sueño que no recuerdo, me levanto con una actitud algo negativa y no hago algo

al respecto, seguramente no será un buen día. Lo que ocurre es que, cuando

tienes esa sensación, comienzas a tener pensamientos que estén en

concordancia con esa emoción. (Me he levantado algo “depre”, voy a generar

pensamientos algo “depres”. Hasta ahí creo que es bastante lógico y estaremos

de acuerdo). Pero, seguramente desconoces los hechos científicos tras esta

afirmación. He aquí lo que lo que demuestra la BIOLOGÍA y la NEUROCIENCIA,

explicado de forma sencilla:

Las emociones son sustancias químicas liberadas por nuestro cerebro. El

hipotálamo es como una mini-fábrica de péptidos y otras sustancias que se

encarga de emparejarlas con nuestras emociones.

Las emociones son sustancias químicas liberadas por nuestro cerebro. El

hipotálamo es como una mini-fábrica de péptidos y otras sustancias que se

encarga de emparejarlas con nuestras emociones. Hay cadenas de proteínas para

el enfado, la tristeza, la ira, la lujuria, la repugnancia, el miedo, la alegría… O sea,

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para cada estado emocional hay una sustancia química que lo produce. Pues

bien, en el momento en que experimentamos ese estado emocional, el hipotálamo

reunirá inmediatamente el péptido adecuado para liberarlo a través de la pituitaria

en la corriente sanguínea, donde encuentra su camino hacia diferentes partes del

cuerpo (de ahí que nuestro estado emocional se refleja en nuestra postura

corporal, pero ese es otro tema).

Pero la cosa no termina ahí. Resulta que, como decía hace un momento, esas

emociones no sólo generan “disparos” de sustancias químicas, sino también

pensamientos… que son disparos eléctricos entre neuronas. El cerebro se

asemeja al paisaje de una tormenta de rayos porque está constantemente

generando pensamientos y recuperando recuerdos. Esa actividad cerebral va

creando redes neuronales a través de las conexiones nerviosas, que, cuanto más

se repitan, más se reforzarán, creando NUESTROS PATRONES DE

PENSAMIENTO. Así es como formamos nuestra forma de ser, de pensar, de

actuar, y de sentir. Por lo general, cuanto mayores nos hacemos, menos

conexiones neuronales hacemos porque solemos repetir los mismos

pensamientos, formamos hábitos. Si esa sensación con la que te levantaste esta

mañana es algo excepcional, seguramente, debido a que tus patrones mentales

suelen ser diferentes, no serás de los que van llorando por las esquinas ni de los

que se levantan con el pie izquierdo. Pero si es algo habitual, si tus conexiones

nerviosas se han reforzado con malos pensamientos y emociones a través del

tiempo y la repetición, ese patrón resulta difícil de romper. De ahí que todo te

salga mal, y que tengas “mala suerte”. Ese modelo te impide fijarte en otras cosas

que no sean las negativas, porque es lo que estás enfocado o enfocada.

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El cerebro se asemeja al paisaje de una tormenta de rayos porque está

constantemente generando pensamientos y recuperando recuerdos. Esa actividad

cerebral va creando redes neuronales a través de las conexiones nerviosas, que,

cuanto más se repitan, más se reforzarán, creando NUESTROS PATRONES DE

PENSAMIENTO. Así es como formamos nuestra forma de ser, de pensar, de

actuar, y de sentir.

Si te centras en lo malo y no aprecias lo neutral y lo bueno, si te enfadas a diario,

si te sientes frustrado o frustrada a diario, si te dices cosas negativas a diario, estás creando conexiones neuronales cada vez más fuertes, estás re-conectando, reintegrando esas redes a diario y ahora esas conexiones tienen una “relación”

estable, a largo plazo, unas conexiones que… forman tu IDENTIDAD.

También sabemos que es posible lograr que esas conexiones nerviosas antiguas

y reforzadas, con un esfuerzo consciente y emocional, pierdan esa conexión a la

larga. Cada vez que interrumpimos un proceso de pensamiento “típico” que

produce una respuesta química (emoción) en tu cuerpo, estamos ayudando a que

esas conexiones empiecen a deshacerse, a perder aquella relación estable, a que

las redes empiecen a desintegrarse.

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Hay quienes viendo su situación, no hacen más que preguntarse “¿¡por qué!?.

Otras intentan ver algo mejor en su futuro y dicen: “¡por qué no!”. Esa es la

diferencia. De modo que no preguntes cuándo cambiará la “tua cruda sorte”;

pregúntate cuándo, cómo, por qué y para qué vas a cambiar TÚ para que tu suerte

cambie.

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Siembra un pensamiento y cosecharas una acción.

Siembra una acción y cosecharas un hábito.

Siembra un hábito y cosecharas un carácter.

Siembra un carácter y cosecharas un destino.

Tipos de personas, ¿cuál eres tú?

Existen varias formas de clasificar a los colaboradores, empleados o jugadores según

distintos criterios. Para crear tu buena suerte más vale que sepas que tipo de persona

eres. La clasificación que aquí se detalla te servirá para GUIARTE mejor tanto a ti como a

tu equipo y obtener el máximo rendimiento de cada integrante.

Podemos clasificarlos en:

1. Los que no saben que saben: Este tipo de personas se caracterizan por una baja

autoestima. Generalmente son quienes hace mucho que trabajan en una misma empresa

o en un mismo puesto. Son quienes adquieren, en forma lenta y continua, un aprendizaje

sistemático que se aplica solamente a un proceso. Estas personas, cuando descubren

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que realmente saben, se motivan por un lado y se desmotivan al pensar que están

desaprovechados. Puede esto generar que intenten buscar otros trabajos o bien soliciten

una mejora en el acuerdo salarial. En estos casos es bueno adelantarse, ayudarlos a

reconocer su experiencia y plantearles un nuevo desafío. Este grupo tiene una tendencia

a la desmotivación y a la rutina. No son aptos para puestos jerárquicos y suelen ser muy

fieles a los principios de la empresa. Muchas veces descubren todo lo que saben después

de renunciar por aburrimiento o desmotivación.

2. Los que saben que no saben: Es uno de los mejores grupos. Es el ignorante por

excelencia pero el ignorante consiente, real. El ignorante sano. Es una ignorancia

positiva, dado que enmarca un límite del conocimiento. Sabe que sabe hasta ese límite.

En realidad este tipo de persona es muy buena en todo grupo. Es la personalidad

práctica, pragmática, simple, rápida, resumida, de poco margen de error, eficiente. La

contra de este grupo es que no es un grupo que arriesgue, ni tampoco es creativo. Son

personalidades más bien técnicas con un propósito claro: hacer lo que saben porque son

conscientes de que saben que no saben. Temerosos al error. Aprenden lento y van

siempre a lo seguro. Esto los ayuda a equivocarse poco y a tener un alto grado de

eficiencia con las tareas que conocen.

3. Los que no saben que no saben: Definitivamente éste es el peor grupo de

todos. Son personas arrogantes, charlatanes, no miden las consecuencias y el margen de

error en sus tareas es altísimo. Son peligrosos ya que no saben tampoco sobre los

riesgos de hacer mal algo que piensan que saben hacer, pero que en realidad no tienen

idea. Estas personas NO DEBEN estar en un grupo de trabajo. Deben ser capacitados

inmediatamente hasta que puedan, al menos, saber que no saben. Debemos tener

mucho cuidado con estas personas. Su característica principal es que se animan a todo y

a todo dicen que sí. Siempre tienen respuestas y muy pocas preguntas. Son de leer

mucho pero poco, es decir empiezan muchas lecturas que dejan incompletas. Casi

siempre han dejado a la mitad algún estudio o capacitación. Siempre dicen saber más

que sus jefes o sus profesores. Son altaneros y les gusta hablar. Pregonan con la teoría

pero en la práctica son muy pobres. Prefieren buscar excusas. Poseen un alto grado de

carpetas médicas y faltas justificadas. Son expertos en echarle la culpa a los demás o en

buscar razones por las cuales algo no se hizo bien. Nunca asumen la responsabilidad.

“La mala suerte” los persigue según ellos.

4. Los que saben que saben: Es definitivamente el experto. Es el que sabe que sabe. El

que lo que hace, lo hace bien. El que conoce con exactitud sus límites. Es primo hermano

del que sabe que no sabe. Con la diferencia de que este tipo de persona es menos

temerosa que el otro. Arriesgan y exigen al máximo su conocimiento. Les gustan los

desafíos y son muy buenos aprendiendo cosas nuevas y ampliando sus límites. Son de

los que aprenden y aplican y luego enseñan lo aplicado. Son creativos y multitasking. Les

gusta saber y buscan tareas que dominen sin embargo no temen aceptar desafíos porque

aprenden fácilmente y no harán nada que no sepan hacer, es decir, se capacitarán hasta

saber, y luego harán. Es el líder por excelencia.

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Atención: NO Importa si Crees o NO Crees Las Reglas de la Buena

Suerte están AQUI…

Reglas de la Buena Suerte

El autor tardó Más de Tres Años de trabajo cotidiano para Obtener Estas Reglas “Utilízalas con Sabiduría”

Primera Regla de la Buena Suerte La Suerte no Dura Demasiado Tiempo Porque NO Depende de ti. La Buena Suerte la Crea Uno Mismo, por eso Dura Siempre

Segunda Regla de la Buena Suerte Muchos Son Los Que Quieren Tener Buena Suerte, Pero Pocos Son Los Que Deciden Ir por Ella.

Tercera Regla de la Buena Suerte Si Ahora no Tienes Buena Suerte Tal Ves Sea Porque las Circunstancias son las de Siempre. Para que la Buena Suerte Llegue, Es Conveniente Crear Nuevas Circunstancias.

Cuarta Regla de la Buena Suerte Preparar Circunstancias para la Buena Suerte No Significa Buscar solo el Propio Beneficio , Crear Circunstancias para que otros También Ganen , Atrae a la Buena Suerte.

Quinta Regla de la Buena Suerte

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Si Dejas para Mañana la Preparación de las Circunstancias La Buena Suerte Quizá Nunca Llegue Crear Circunstancias requiere dar siempre un primer paso Dalo HOY.

Sexta Regla de la Buena Suerte Aún Bajo las Circunstancias Aparentemente Necesarias, A Veces La Buena Suerte no Llega, Busca en Los Pequeños Detalles Circunstancias Aparentemente Innecesarias Pero Imprescindibles.

Séptima Regla de la Buena Suerte A los que solo Creen en el azar, Crear Circunstancias les Resulta Absurdo, a los que se Dedican a Crear Circunstancias , el azar no les preocupa

Octava Regla de la Buena Suerte Nadie Puede vender Suerte, La Buena Suerte NO se Vende, desconfia de los vendedores de suerte.

Novena Regla de la Buena Suerte Cuando ya hallas creado todas las Circunstancias , ten Paciencia NO abandones , Para que la buena Suerte llegue CONFIA..

Decima Regla de la Buena Suerte Crear Buena Suerte, Es Preparar las Circunstancias a la Oportunidad, Pero la Oportunidad no es Cuestión de Suerte o Azar, Siempre está Ahí. Nueva

Regla de la Buena Suerte Estas Reglas de la Buena Suerte NO Llegaron a ti Por casualidad De alguna manera Creaste las Circunstancias para que llegara a ti.