Cuadernil.(1)
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Departamento de Lengua Castellana y Literatura
I.E.S. Canarias Cabrera Pinto
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TIPOLOGA TEXTUAL
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PAUTAS ELEMENTALES DE PRESENTACIN DE ESCRITOS
1.- La escritura debe ser legible.
2.- Los escritos se presentarn de forma adecuada (limpieza, orden, sin tachones). Si el alumno se equivoca, debe trazar una cruz o una raya sobre la palabra que ha escrito incorrectamente y escribir al lado la correcta.
3.- Se deben respetar los mrgenes. El margen de la derecha debe ser aproximadamente la mitad que el de la
izquierda, y el inferior igual o menor que el superior. Suele recomendarse para el de la izquierda unos 23 mm.
Para el cuaderno de clase se consiente cierta relajacin, sobre todo, en el margen derecho.
4.- Se tendrn en cuenta los sangrados. Al comienzo de cada prrafo se sangran los escritos, es decir, se empieza
el rengln ms hacia la derecha. Esto debe hacerse tambin al empezar a escribir.
5.- Se escribir con bolgrafo azul o negro, nunca rojo excepto para destacar algo. Tampoco se utilizar el lpiz;
slo se usar para subrayar en textos o libros.
6.- Se utilizarn flechas o llaves solamente en los esquemas.
7.- No se debe abusar del uso de correctores.
8.- Se tendr en cuenta que en los textos escritos no deben aparecer expresiones coloquiales.
9.- No se aceptan abreviaturas del tipo q., xq., tb.,...
10.- No se escribir todo un texto con maysculas.
11.- Manolo, Toi, Juanjo, etc. no son el nombre y los apellidos de un alumno. Esos diminutivos pueden usarse en el mbito familiar o con los amigos. En el entorno acadmico el alumno escribir su nombre completo
y sus dos apellidos.
12.- Es fundamental escribir las palabras correctamente, ya que esto demuestra el nivel cultural del interesado.
Cuando desconozca la escritura correcta de una palabra, el alumno utilizar el diccionario.
13.- Deben usarse adecuadamente los signos de puntuacin y tambin las tildes.
14.- Los ttulos se subrayan siempre. Se escribir con mayscula la inicial de la primera palabra. Las citas
textuales, fragmentos de obras, etc. van entre comillas (Ej: De todos los inventores y artesanos del pasado, Ddalo fue el mejor y el ms famoso, de El libro ilustrado de los mitos). Tambin se colocan entre comillas los apodos (Alfonso X El Sabio, Robustiano El Chopa).
15.- Antes de empezar a escribir hay que pensar lo que se va redactar. El alumno debe hacer una reflexin previa
al acto de escritura para organizar sus conocimientos y transmitirlos de forma ordenada. En este sentido, puede
ser de mucha ayuda un guin o un breve esquema.
16.- Para las bibliografas o listas de libros consultados, hay que atenerse a las siguientes normas:
- Apellido del autor en maysculas, seguido de coma GALA,
- Nombre del autor (primera letra en mayscula) seguido de dos puntos Antonio:
- Ttulo de la obra seguido de punto En propia mano.
- Editorial seguido de punto Ed. Espasa-Calpe.
- Lugar de edicin seguido de coma y ao seguido de punto Madrid, 1983.
GALA, Antonio: En propia mano. Ed. Espasa Calpe. Madrid, 1983.
17.- Finalmente, se recomienda al alumno que revise siempre todos aquellos textos escritos que entregue para su
correccin y valoracin. Un ltimo vistazo le permitir darse cuenta de omisiones, errores, etc.
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TEXTOS
VARIEDADES DEL DISCURSO
Tipos
Narracin: sucesin de hechos reales o ficticios.
Descripcin: observaciones de la realidad.
Exposicin: explicacin ordenada de ideas.
Argumentacin: razonamientos para convencer al receptor.
Dilogo: situacin directa de comunicacin. Es variedad del discurso cuando
se utiliza como estrategia discursiva (transmitir informacin).
LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE.
Todo hablante se comunica con una finalidad. Segn la intencionalidad con la que
se emplee la lengua estaremos utilizando una o unas de las distintas funciones del lenguaje:
Funcin Finalidad Recursos
Representativa Transmitir informacin Lxico objetivo. Oraciones
Enunciativas
Expresiva Manifestar la emocin o estado de
nimo del hablante
Oraciones exclamativas
Connotaciones. Prefijos y sufijos
afectivos
Apelativa
o conativa
Influir en la conducta del receptor
o
moverle a hacer algo
Imperativos. Interrogaciones.
Interjecciones.
Ftica Iniciar, mantener, continuar
o interrumpir una comunicacin
Muletillas. Frases hechas
Metalingstica Hablar del propio lenguaje El diccionario. La gramtica.
Una clase de lengua.
Potica o esttica Llamar la atencin sobre la forma
del lenguaje.
Recursos literarios
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Propiedades del texto Adecuacin: El texto debe tener el nivel de lenguaje adecuado a la situacin
comunicativa. Ej.: es inadecuado utilizar vulgarismos en un ejercicio de redaccin.
Coherencia: Un texto es coherente si tiene unidad de significado, o sea que habla de las mismas cosas o de cosas que se relacionan entre s. Ej.: sera incoherente hablar de
feminismo en un texto sobre el cambio climtico...
As, para alcanzar un buen nivel de coherencia textual se precisan ideas claras, completas y desarrolladas y ordenadas de manera lineal y progresiva.
Correccin gramatical: El texto debe ajustarse a la norma del idioma en cada uno de los niveles: fnico, morfosintctico y lxico-semntico.
Cohesin: Es el conjunto de mecanismos lingsticos de que se sirve un texto para asegurar la conexin entre sus partes y dar solidez al conjunto. Sin estos elementos
cohesivos, el texto sera una serie de frases inconexas y el receptor tendra graves
dificultades para comprenderlo.
La estructura sintctica del texto: cohesin. Procedimientos de cohesin RECURRENCIA
Lxica: repeticin de una determinada palabra en diferentes enunciados. Semntica: aparicin de trminos relacionados semnticamente por:
Sinonimia: Me compr un coche. El automvil tiene... Antonimia: Me agradan las personas simpticas; las antipticas... Hiperonimia: Me regal un ramo de rosas, pero estas flores... Hiponimia; La ropa me queda pequea: los pantalones me aprietan... Asociaciones pragmticas: Un profesor........ los exmenes...... los alumnos...
Sintctica Paralelismo: repeticin de una misma estructura sintctica.
Fnica: repeticin intencionada de fonemas. Por ejemplo, la rima. SUSTITUCIN
Empleo de proformas Pronombres (relaciones anafricas y catafricas): Anunci que se iba a casar. Esto
nos caus gran alegra.
Proadverbios: Fuimos al cine. All encontramos... Proformas lxicas: empleo de comodines, como la palabra cosa.
ELIPSIS: omisin de elementos que pueden ser entendidos por el contexto: por ejemplo, omisin del sujeto o de verbos.
MARCADORES DISCURSIVOS Pragmticos: se refieren a elementos del discurso:
Vocativos: Juan, cllate de una vez. Apelaciones Elementos con funcin ftica: Bueno, me encantara ir... Comentarios oracionales: Gracias a Dios no ocurri nada. Interjecciones
Textuales: llamamos marcadores textuales a los enlaces o relacionantes extraoracionales u ordenadores del discurso. De acuerdo con la funcin que cumplen
o la instruccin que tales piezas sealan al receptor del texto podemos clasificarlos
en:
Aclaracin o explicacin: es decir, esto es, o sea, en (con) otras palabras, en (con) otros trminos, mejor dicho.
Adicin e intensificacin: y, adems, tambin, asimismo, es ms, ms an, de igual forma (modo, manera).
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Causa: porque, pues, puesto que, ya que. Cierre discursivo: en fin, por fin, finalmente, por ltimo, en ltimo lugar. Concesividad: aunque, a pesar de, con todo, de todos modos, de todas formas
(maneras).
Confirmacin o constatacin: en efecto, efectivamente, sin duda, desde luego, de hecho, por supuesto, naturalmente.
Consecuencia: pues, luego, entonces, por (lo) tanto), en (por) consecuencia, por consiguiente, as (que) (pues), de ah (aqu) (que), por eso (esto, ello).
Contraste u oposicin: pero, no obstante, sin embargo, ahora bien, por el contrario, en cambio, antes bien, ms bien.
Ejemplificacin o ilustracin: (as) (como) por ejemplo. Enumeracin y ordenacin: primero - segundo ... ; en primer lugar - en segundo
lugar ... ; por (de) una parte - por (de) otra parte; por (de) un lado - por (de) otro
lado.
Recapitulacin, resumen y conclusin: en resumen, en conclusin, en resumidas cuentas, en suma, en una palabra, en dos (pocas) palabras.
CLASIFICACIN SEGN M ANTONIA MARTN ZORRAQUINO
ESTRUCTURADORES DE LA INFORMACIN COMIENTADORES: Pues, pues bien, as las cosas, dicho esto... ORDENADORES: En primer lugar / en segundo lugar.. ; por una parte, por otra parte
... ; de un lado /de otro lado...
DIGRESORES: Por cierto, a propsito, a todo esto, dicho sea de paso, entre parntesis.
CONECTORES ADITIVOS: Adems, encima, aparte, por aadidura, incluso, inclusive, es ms... CONSECUTIVOS: Por tanto, por consiguiente, por ende, en consecuencia, de ah,
entonces, pues, as, as pues, entonces CONTRAARGUMENTATIVOS: En cambio, por el contrario, al contrario, antes bien,
sin embargo, con todo, no obstante, ahora (que), eso s...
REFORMULADORES EXPLICATIVOS: O sea, es decir, a saber, esto es, en otras palabras, dicho de otro
modo...
RECTIFICATIVOS: Mejor dicho, mejor aun, mas bien, digo... DE DISTANCIAMIENTO: En cualquier caso, en todo caso, de todos modos / formas /
maneras,- de cualquier modo / forma /manera...
RECAPITULATIVOS: En suma, en conclusin, en resumen, en sntesis, en definitiva, en fin, al fin y al cabo, total, despus de todo...
OPERADORES ARGUMENTATIVOS DE REFUERZO: En realidad, en el fondo, de hecho DE CONCRECIN: Por ejemplo, en concreto, en particular
MARCADORES CONVERSACIONALES DE MODALIDAD EPISTMICA: Claro, desde luego, por lo visto... DE MODALIDAD DENTICA: Bueno, bien. vale... ENFOCADORES DE LA ALTERIDAD: Hombre, mira, oye... METADISCURSIVOS CONVERSACIONALES: Bueno, eh, esto...
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1. Ordena el texto y explica la falta de coherencia y cohesin
POR ESCRITO GALLINA UNA
Con lo que pasa es nosotras exaltante. Rpidamente del posesionadas mundo estamos hurra.
Era un inofensivo aparentemente cohete lanzado Caaveral americanos Cabo por los desde. Razones
se desconocidas por rbita de la desvi, y probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvi a.
Cresta nos cay en la paf, y mutacin golpe entramos de. Rpidamente, la multiplicar aprendiendo de
tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de historia, qumica menos un poco desastre hasta
ahora deportes, no importa pero: de ser gallinas cosmos el, carajo qu.
Julio Cortzar
2. Ordena los prrafos y justifcalo. TRUCOS PARA CONSEGUIR UN EMPLEO
Est buscando desesperadamente un
empleo? Detngase por un instante y acte con
astucia. Hay una serie de trucos que pueden
convertirle en el candidato ideal, y evitarn,
para empezar, que su currculum vaya a la
basura.
Primero, infrmese sobre la empresa
en cuestin: actividades, situacin econmica,
nmero de empleados, planes a corto y medio
plazo y, lo esencial, sus perspectivas en ella.
Antes de remitir el currculum,
entrese del nombre del responsable de la
seleccin de personal. Despus, evite las
fotocopias; as dar la sensacin de que su
solicitud no es una de las muchas que ha
enviado a las diferentes empresas. Demuestre
en una carta -con un lenguaje claro y dinmico-
que conoce la empresa; ponga en evidencia sus
aptitudes, conocimientos y puntos fuertes.
Procure no extenderse ms de dos
folios y recuerde que siempre tiene que
aparecer su formacin acadmica, perodos de
prcticas, experiencia personal, idiomas y, para
finalizar, incluya sus aficiones y otras
actividades de inters. Si despus de todo esto
resulta elegido, enhorabuena, Pero an no ha
acabado el martirio: queda la entrevista
personal. Aqu, sea natural, seduzca a su
adversario, evite los sntomas de nerviosismo
(comerse las uas, fumar, crujir los dedos...) y
responda a las preguntas de forma espontnea.
Si lo logra, ya tiene el puesto en el bolsillo.
Cuando redacte el currculum, hgalo
de forma que sea rpido de leer, y que la
informacin esencial resalte a primera vista.
Segn los expertos en contratacin de personal,
muy pocos renen estas dos condiciones.
La mayora se hacen pesados e
interminables. Una simple falta de ortografa o
una penosa redaccin pueden ser trampas
mortales para el futuro del aspirante. Evtelas a
toda costa.
Muy Interesante
3. Divide el texto en prrafos y justifcalo
EL SOL EST ENFADADO
No hace mucho, los franceses quedaron atnitos al ver que su cielo haba sufrido un terrible cambio.
Estaba envuelto en una capa de luz multicolor y variable, rabiosamente iluminado en rojos y verdes. Algunos
llegaron a comparar tan singular belleza con las luces de colores emitidas por un tubo de nen. Otros vieron cerca
el fin del mundo. Se trataba de una aurora boreal, un espectculo exclusivo de las zonas antrticas de la Tierra.
Para los habitantes de estas regiones es un fenmeno habitual, a la vez que misterioso y fantstico. Naturalmente
hay una explicacin cientfica para este fenmeno. Las auroras aparecen en estas zonas porque es hacia aqu
donde el campo magntico del planeta atrae con ms rabia las partculas cargadas, y de forma muy especial los
electrones procedentes del Sol. Las perturbaciones solares, que se elevan desde la estrella hasta alturas superiores
a los 50.000 kilmetros, originan vientos que viajan por el espacio y pueden llegar a la Tierra en forma de
tormentas de protones y otras partculas. Esta lluvia de partculas sobre los polos divide algunas molculas del
aire, hacindolas brillar espectacularmente. Que haya ocurrido en un pas mediterrneo es del todo inhabitual. La
razn reside en la intensa actividad de nuestras estrellas. Una semana antes del extrao acontecimiento, los
astrnomos detectaron una gigantesca explosin -la mayor de los ltimos diez aos- en la superficie del Sol. Al
parecer, ste ha entrado en un perodo de suma agitacin que culminar el prximo mes de diciembre.
Muy Interesante
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4. En los siguientes enunciados coloca conectores para expresar la relacin entre las ideas.
a. No me esperis. Hoy no tengo ganas de salir. Me duele un poco la cabeza.
b. El Gobierno apenas est haciendo nada para combatir el paro. Las ltimas
medidas econmicas que ha tomado no han producido sino un alud de
nuevos desempleados.
c. Recuerda lo que tienes que hacer: pides la vez en la ventanilla, recoges el
impreso de solicitud y lo rellenas, te haces las fotografas, vuelves y lo
entregas todo en la ventanilla.
d. Nunca se puede tener nada bajo control. Siempre suceden cosas que uno
nunca se espera. Te estudias bien un examen y te preguntan lo nico que te
has dejado sin repasar. No estudias nada y te cae lo nico que te sabes.
Puedes ir por la calle tan tranquilo y se te cae una teja en la cabeza. La vida
es un laberinto. Un absurdo.
5. Anlisis de los recursos lingsticos de cohesin textual.
La historia pasada est patas arriba porque la realidad presente anda cabeza abajo. Y no slo al
sur de Amrica: tambin al norte.
Quin no conoce, en los Estados Unidos, a Teddy Roosevelt? Este hroe nacional predic la
guerra, y la practic contra los dbiles: la guerra, proclamaba Roosvelt, purifica el alma y mejora la
raza. Por tanto, recibi el Premio Nobel de la Paz.
En cambio, quin conoce, en los Estados Unidos, a Charles Drew? No es que la historia lo haya
olvidado: simplemente, nunca lo conoci. Sin embargo, este cientfico salv muchos millones de vidas
humanas, desde que sus investigaciones hicieron posible la conservacin y transfusin del plasma.
Drew era director de la Cruz Roja de los Estados Unidos. En 1942, la Cruz Roja prohibi la transfusin
de sangre de negros. Entonces Drew renunci. Drew era negro.
EDUARDO GALEANO: Ser como ellos y otros artculos.
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6. Creacin de textos a) Lee detenidamente los siguientes datos y agrpalos en prrafos.
b) Redacta cada prrafo partiendo de dichos datos y usando los recursos necesarios para que el resultado sea
un texto con adecuacin, coherencia y cohesin.
DATOS.
Rafael Alberti naci en el Puerto de Santa Mara (Cdiz) en 1902. Muri en la misma ciudad en Octubre de 1999
Mara Teresa de Len y Asuncin Mateos son dos mujeres en su vida. En un principio se dedicar a la pintura. La literatura ser el centro de su vida. Pertenece al Grupo Potico del 27, tambin conocido como Generacin del
27.
Los componentes del Grupo Potico del 27 son: Salinas, Garca Lorca, Aleixandre, Dmaso Alonso, Jorge Guilln, etc.
Es republicano. Milita en el Partido Comunista. ;,. Despus de la guerra civil ha de exiliarse. Exilio en Mjico, Pars y Roma. En 1976 regresa del exilio: "Me fui con el puo cerrado y he vuelto con la
mano abierta."
En la transicin democrtica es elegido senador real. Su obra es extensa; es bsicamente potica. Ttulos: Marinero en tierra, Cal y
canto, Sobre los ngeles, Retorno de lo vivo lejano, Entre el clavel v la
espada. En La arboleda perdida, compuesta de tres partes, recoge todas sus
vivencias.
Sus temas poticos se centran en el mar, el compromiso social y el exilio.
El poeta se siente marinero en tierra: El mar/ la mar/ El mar. (Slo la mar/ Por qu me trajiste, padre, a la ciudad? / Por qu me desenterraste de la
mar?/ En sueos, la marejada/ me tira del corazn/ se lo quisiera llevar./
Padre, por qu me trajiste ac?
El exilio marca profundamente su vida; desde Pars afirma su soledad: "Bajo esta bruma caporal de tabaco/miro el ro de Francia/ (...)/ Mis ojos ya
no ven los ros y los lamos de Espaa."
El compromiso social queda reflejado en poemas como "Coplas de Juan Panadero".
El poeta gaditano se mueve entre un optimismo negro y un pesimismo rosa". En algn momento dir: "Siento esta noche heridas de muerte las palabras".
Literariamente representa la fusin entre lo popular y lo culto, lo tradicional y la vanguardia, el surrealismo.
Humanamente representa la coherencia ideolgica, el valor de la amistad. Es smbolo del inconformismo.
Vivi los avatares de toda una poca. "Me voy con los ojos llenos de los acontecimientos de un siglo."
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LA NARRACIN: variedad del discurso que consiste en el relato de uno o varios hechos.
Aspectos pragmticos: Emisor: narrador que recrea en la mente del receptor una serie de hechos (Hay que
diferenciar los hechos narrados de los hechos de la narracin).
Funcin comunicativa predominante: referencial. Importan los referentes, los hechos. Situaciones comunicativas diferentes: en los medios de comunicacin (noticias), en la
comunicacin cotidiana, argumentos de carcter narrativo, en la comunicacin literaria...
Receptor El sujeto oyente. El narratario: receptor que aparece en el texto narrativo (ej.: un personaje al que va
dirigida la narracin).
Contexto: acciones, personajes, espacio y tiempo narrativo. Verosimilitud: la interrelacin entre los elementos hace que el relato tenga apariencia de
verdad.
Canal: depende de las tcnicas narrativas Narracin oral Narracin escrita Imgenes: cine, cmic...
Cdigo: depende del gnero narrativo.
Aspectos estructurales: elementos de la narracin Accin: a partir de una historia externa, el narrador recrea y construye la accin (puede o no
coincidir con el orden de la historia).
Argumento: resumen de la historia. Estructura: forma en que el narrador distribuye los sucesos de la historia dentro de la
accin.
Estructura de la accin Clsica: planteamiento, nudo y desenlace. Alteraciones: In media res (comienzo por el conflicto), In extrema res (comienzo por el
final), final abierto, digresiones del narrador (anticipando hechos, por ejemplo)
Narraciones abiertas (episodios relacionados o no entre s y que admiten la inclusin de otros episodios.
Tiempo narrativo Tiempo externo: poca histrica en que suceden los hechos relatados. Tiempo interno: orden cronolgico de los sucesos narrados y su duracin.
Ritmo de la narracin (lentitud o rapidez ) Elipsis: salto temporal. Resumen Retardamientos: digresiones del narrador y descripciones.
Narracin lineal. No se altera el orden cronolgico.
Evocaciones retrospectivas (analepsis): saltos temporales hacia el pasado.
Anticipaciones prospectivas (prolepsis): saltos temporales hacia el futuro. El espacio narrativo: reelaboracin que hace el autor del lugar en el que transcurre la
historia.
Ambiente: lo crean las descripciones del lugar (extico, urbano, misterioso...). Espacio objetivo: reflejo ms o menos fiel del mundo real o imaginado. Espacio subjetivo: percepcin que realiza el personaje desde su subjetividad y estado de
nimo.
Saltos espaciales: marcados mediante referencias lingsticas.
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Personaje: no es necesariamente una persona sino un elemento textual, una representacin subjetiva del autor.
Funcin: relacin que un personaje mantiene con los dems y con los elementos de la narracin.
Personajes principales: Protagonistas (individual o colectivo). Antagonistas (se opone o est en conflicto con el protagonista).
Personajes secundarios.
Personajes fugaces Caracterizacin: datos fsicos, sociales, psicolgicos...del personaje.
Descripciones
Dilogos
Monlogo interior
Atributos del personaje: el nombre, un objeto asociado... El narrador: es una figura literaria, el emisor de la informacin narrativa. Punto de vista de la narracin
Narrador externo: cuenta los hechos desde fuera.
Narrador interno: personaje que participa en la accin. Narrador-protagonista Narrador-personaje secundario Narrador-testigo: su intervencin en los acontecimientos es escasa o nula.
Persona narrativa: l persona: corresponde al narrador
2 persona: corresponde al narratario (el narrador se dirige al personaje, que se convierte en narratario).
3 persona: corresponde al personaje (narracin externa). Perspectiva temporal
Narracin en presente (o actual): verbos en presente.
Narracin en pasado (retrospectiva): verbos en pasado o presente histrico.
Narracin en futuro (prospectiva) Dominio de la historia narrada
Narrador omnisciente (generalmente asociado al narrador externo).
Perspectivismo: narracin de un mismo suceso desde dos o ms puntos de vista.
Narrador objetivista: acta como una cmara cinematogrfica. Los dilogos y las relaciones entre los personajes nos permiten conocer la interioridad de los mismos.
Intervenciones del narrador Narrador subjetivo: interviene valorando y criticando.
Narrador objetivo: procura no intervenir.
Algunas tcnicas narrativas Tcnica del relato dentro del relato Autor como editor (el autor finge haber encontrado la obra).
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TEXTOS: la narracin 3 persona.
El Magistral dej atrs el zagun, grande, fro y desnudo, no muy limpio; cruz un patio cuadrado,
con algunas acacias raquticas y parterres de flores mustias; subi una escalera cuyo primer tramo era de
piedra y los dems de castao casi podrido; y despus de un corredor cerrado con mampostera y ventanas
estrechas, encontr una antesala donde los familiares del obispo jugaban al tute. La presencia del Provisor
interrumpi el juego.
(Clarn: La Regenta)
1 persona.
Pues sepa Vuestra Merced ante todas cosas que m llaman Lzaro de Tormes, hijo de Tom
Gonzlez y Antonia Prez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del ro
Tormes, por la cual causa tom el sobrenombre, y fue desta manera. Mi padre, que Dios perdone, tena cargo
de proveer una molienda de una acea que est ribera de aquel ro, en el cual fue molinero ms de quince
aos; y estando mi madre una noche en la acea preada de m, tomle el parto y parime all. De manera
que con verdad me puedo decir nacido en el ro.
(Lazarillo de Tormes)
2 persona.
Das ms tarde lo volviste a ver, descalzo an y con alzada al hombro, atravesando el jardn con
direccin al huerto cuando con tus primos disputabais la diaria partida de croquet y alguno del grupo
acusaba a Jorge de arrastrar el mazo para acompaar la bola, anacrnicos todos, piensas ahora, como los
graves personajes fotografiados cincuenta aos atrs en el lbum, igualmente ornamentales, caducos.
(Juan Goytisolo. Seas de identidad)
Ejercicios resueltos
Teniendo en cuenta que los siguientes son textos completos, comenta en ellos todos los aspectos
que consideres de inters en relacin con la estructura de la accin narrativa: argumento de la
historia, estructura de la accin, episodios que la componen, tcnicas utilizadas, etc.
Un estudiante alemn va una noche a un baile. En l descubre a una joven, muy bella, de cabellos
oscuros, de tez muy plida. En torno a su largo cuello, una delgada cinta negra, con un nudito. El
estudiante baila toda la noche con ella. Al amanecer, la lleva a su buhardilla. Cuando comienza a
desnudarla, la joven le dice, implorndole, que no le quite la cinta que lleva en torno al cuello. La tiene
completamente desnuda en sus brazos con su cintita puesta. Se aman; y despus duermen. Cuando el
estudiante se despierta el primero, mira, colocado sobre el almohadn blanco, el rostro dormido de la
joven que sigue llevando su cinta negra en torno al cuello. Con gesto preciso deshace el nudo y la
cabeza de la joven rueda por la tierra.
[Kostas Axelos: Cuentos filosficos]
Argumento de la historia.
La historia de este relato puede resumirse as: un estudiante descubre en un baile a una joven muy
bella con una cinta en tomo al cuello, con quien baila toda la noche. Al amanecer, la lleva a su
buhardilla y la joven, antes de que la desnude, le suplica que no le quite la cinta. Despus de amarse y
quedarse dormidos, el estudiante se despierta y le quita la cinta; la cabeza de la joven cae al suelo.
Estructura de la accin.
La accin se desarrolla en un orden que coincide con el de la historia y presenta una estructura
clsica. En las tres primeras lneas (hasta donde dice "toda la noche con ella. ") se hace un
planteamiento: el estudiante va al baile y descubre a la joven en cuyo cuello destaca la cinta negra;
bailan juntos toda la noche. Conocemos, as pues, a los personajes principales, el estudiante y la joven;
la situacin inicial, el baile; el tiempo y el espacio, por la noche en un saln de baile, probablemente; y
el motivo de la cinta en el cuello de la joven, elemento aparentemente ornamental que resultar ser al
final de una enorme importancia.
El nudo del relato ocupa otras tres lneas: cuando, al amanecer, van a la buhardilla del estudiante, la
joven implora que no le desate la cinta del cuello; el estudiante la desnuda -pero le deja la cinta-, se
aman y se duermen. Al contrario de lo que suele ser habitual, el conflicto (aunque, como ya
sealamos, ya se aluda a l en la primera parte de la accin) aparece en este momento: la peticin de
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respetarle ese elemento aparentemente ornamental.
En la ltimas tres lneas (a partir de donde dice "Cuando el estudiante se despierta... "), se produce
el desenlace que cierra la narracin: el estudiante contempla a la joven, quien permanece dormida, con
su cinta negra al cuello; el estudiante no puede soportar la intriga que le supone no poder quitarle la
cinta a la muchacha, se la desata y la cabeza de la joven rueda por el suelo.
Como vemos, puede observarse el perfecto equilibrio de la trama: son tres partes de idntica
extensin y en las tres destaca el motivo fundamental: la cinta negra en torno al cuello de la bella
joven.
Los elementos que configuran la estructura se organizan en tres episodios diferentes, uno por cada
parte que hemos distinguido en la accin: EL BAILE: 1) el estudiante va al baile; 2) descubrimiento de
la joven con la cinta; 3) baile de ambos durante la noche; LA NOCHE DE AMOR: 1) el estudiante la
lleva a su buhardilla; 2) splica de la joven de que no le quite la cinta; 3) se aman y quedan dormidos;
DESENLACE TRGICO: 1) el estudiante se despierta y observa el rostro de la joven con la cinta; 2)
deshace el nudo; 3) la cabeza de la joven rueda por la tierra.
Tcnicas utilizadas.
La narracin se sita en un presente actual que la acerca a los lectores:
"Un estudiante alemn va una noche" (lnea 1) "(...) la lleva a su buhardilla" (lnea 3) "Se aman;
y despus duermen" (lnea 5) " la cabeza de la joven rueda por la tierra" (lnea 8)
Asimismo, la atencin es captada en todo momento por la cinta negra, la cual destaca siempre
sobre un fondo blanco: primero, el de la "tez muy plida" (lnea 2) del rostro, luego, el del cuerpo de la
joven "completamente desnudo (lnea 5), y, finalmente, el del "almohadn blanco " (lnea 6). Son colores de un valor simblico que contribuyen a situar este breve pero desasosegante relato en torno a
los temas universales de la vida (primera parte), el amor (el nudo) y la muerte (desenlace).
En cuanto a las referencias temporales, no hay en absoluto referencias temporales externas; se
trata de una narracin lineal con un tiempo interno que no supera las veinticuatro horas: la primera
parte transcurre durante la noche, la segunda se desarrolla con el amanecer y la tercera tiene lugar tras
el descanso de los amantes -sin quedar temporalmente marcada de modo preciso ("Cuando el
estudiante se despierta" -lnea 6). Por lo que respecta a las referencias espaciales, hay un
desplazamiento desde el baile, en la primera parte, a la buhardilla en la segunda y la tercera; cabe
sealar que puede apreciarse una progresiva entrada en el mundo de la intimidad: baile-buhardilla-
cama.
SE ACAB LA RABIA DE MARIO BENEDETTI
Aunque la pierna del hombre apenas se mova, Fido, debajo de la mesa, apreciaba grandemente esa
caricia en los alrededores del hocico. Esto era casi tan agradable como recoger pedacitos de carne asada
directamente de las manos del amo. Haca ya dos aos que, en contra de su vocacin y de su contextura
(patas gruesas y firmes, cogote robusto, orejas afiladas), Fido se haba convertido en un perro de apartamento,
condicin que pareca avenirse mejor con los cuzcos afeminados, histricos y meones, que desprestigiaban el
segundo piso.
Fido no perteneca a una raza definida, pero era un animal disciplinado, consciente, que por lo
general aplazaba sus necesidades hasta el medioda, hora en que lo sacaban a la vereda para que efectuara su
revista de rboles. Saba, adems, cmo aguantarse en dos patas hasta recibir la orden de descanso, traer el
diario en la boca todas las maanas, emitir un ladrido bartono cuando sonaba el timbre y servir de felpudo a
su dueo y seor cuando ste volva del trabajo. Pasaba la mayor parte del da echado en un rincn del
comedor o sobre las baldosas del cuarto de bao, durmiendo o simplemente contemplando el verde sedante
de la baera.
Por lo general, no molestaba. Cierto que no senta un afecto especial hacia la mujer, mas como era
ella quien se preocupaba de prepararle el sustento y de renovarle el agua, Fido, hipcritamente, le lama las
manos alguna vez al da, a fin de no perturbar servicios tan vitales. Su preferido era, naturalmente, el
hombre, y cuando ste, despus de almorzar, acariciaba la nuca o la cintura o los senos de la mujer, el perro
se agitaba, celoso y receloso, en el rincn ms sombro del comedor.
Los grandes momentos del da eran, sin duda: las dos comidas, el paseo diurtico por la vereda, y
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especialmente, este solaz despus de la cena, cuando el hombre y la mujer charlaban, distrados, y l senta
junto a su hocico el roce afectuoso de los pantalones de franela.
Pero esta noche Fido estaba extraamente inquieto. El golpeteo de la cola no era, como en otras
sobremesas, una seal de mimo y reconocimiento, una treta habitual de perro viejo. En esta noche el pasado
inmediato pesaba sobre l. Una serie de imgenes, bastante recientes, se haban acumulado en sus ojitos
llorosos y experimentados. En primer trmino: el Otro. S, un atardecer que estaba solo en el apartamento,
durmiendo su siesta frente a la baera, la mujer lleg acompaada del Otro. Fido haba ladrado sin timidez,
se haba comportado como un profeta. El tipo lo haba llamado repetidas veces en un falsete carioso, pero a
l no le gustaban ni aquellos cortantes pantalones negros ni el antiptico olor del hombre. Dos o tres veces
pudo dominarse y se acerc husmeando, pero al final se haba retirado a su rincn del comedor, donde el olor
de la frutera era ms fuerte que el del intruso.
Esa vez la mujer slo haba hablado con el Otro, aunque se haba redo como nunca. Pero otro da en
que ella estaba sola con Fido y apareci el tipo, se haban tomado de las manos y terminaron abrazndose.
Despus, aquella cara redonda, con bigote negro y ojos saltones, apareci cada vez con ms
frecuencia. Nunca pasaban al dormitorio, pero en el sof hacan cosas que le traan a Fido violentas
nostalgias de las perritas de cierta chacra en que transcurriera su cachorrez.
Una tarde -quin sabe por qu- volvieron a notar su presencia. Desde el comienzo, Fido haba
comprendido que no deba acercarse, que los ladridos profticos del primer da no podan repetirse. Por su
propio bien, por la continuidad de los servicios vitales, por el ansiado paseo a la vereda. No lama la manco
de nadie, pero tampoco molestaba. Y, sin embargo, ellos haban advertido su presencia. En realidad, fue la
mujer; y era natural, porque con el tipo no tena nada en comn. Acaso ella tuvo especial conciencia de que
el perro exista, de que estaba presente, de que era un testigo, el nico. Fido no tena nada que reprocharle,
mejor dicho, no saba que tena algo para reprocharle, pero estaba all en el bao o en el comedor, mirando.
Y bajo esa mirada hmeda, lagaosa, la mujer acab por sentirse inquieta y no tard en ser atrapada
por un odio violento, insoportable.
Naturalmente, poco de esto haba llegado a Fido. Pero una cosa lo alcanzaba y era el rencor con que
se le trataba, la desusada rabia con que se admita su obligada vecindad.
Y ahora que reciba la diario cuota de afecto, ahora que senta junto al hocico el roce y el olor
preferidos, se saba protegido y seguro. Pero, y despus? Su problema era un recuerdo, el ms cercano.
Haca un da, dos, tres -un perro no rotula el pasado- el tipo haba tenido que irse con apuro (por qu?) y
haba dejado olvidada la cigarrera, una cosa linda, dorada, muy dura, sobre la mesita del living.
La mujer la haba guardado, tambin con apuro (por qu?) bajo una cortina de la despensa. Y all,
no bien estuvo solo, fue a olfateara Fido. Aquello tena el olor desagradable del tipo, pero era dura,
metlica, brillante, una cosa cmoda de lamer, de empujar, de hacerla sonar contra las tablas del piso.
La pierna del hombre no se movi ms. Fido entendi que por hoy la fiesta haba concluido.
Perezosamente fue estirando las pocas y se levant. Lami todava un pedacito de tobillo que estaba al
descubierto, entre el calcetn rado y el pantaln. Despus se fue sin gruir ni ladrar, con paso lento y
reumtico, a su rincn tranquilo.
Pero sucedi entonces algo inesperado. La mujer entr al dormitorio y regres enseguida. Ella
y el hombre hablaron, al principio relativamente calmos, despus a los gritos. De pronto la mujer se
call, descolg el saco de la percha, se lo puso a los tirones y -sin que el hombre hiciera ningn
ademn para impedirlo- sali a la calle, dando un portazo tan violento que el perro no tuvo ms
remedio que ladrar.
El hombre qued nervioso, concentrado. A Fido se le ocurri que ste era el momento. Nada
de venganza; en realidad, no saba qu era. Pero el instinto le indicaba que ste era el momento.
El hombre estaba tan ensimismado, que no advirti enseguida que el perro le tiraba de los
pantalones. Fido tuvo que recurrir a tres cortos ladridos. Su intencin era clara, y el hombre, despus
de vacilar, lo sigui con desgano. No fue muy lejos. Hasta la despensa. Cuando el perro apart la
cortina, el hombre slo atin a retroceder, despus se agach y recogi la cigarrera.
En realidad, Fido no esperaba nada. Para l, su hallazgo no tena demasiada importancia. De
modo que cuando el hombre dio aquel brbaro puetazo contra la pared y se puso a gritar y a llorar
como un cuzco del segundo piso, no pudo menos que, tambin l, retroceder asustado ante la
conmocin que provocara. Se qued silencioso, pegado al marco de la puerta, y desde all observ
cmo el hombre, con los dientes apretados, saltaba y gema. Entonces decidi acercarse y lamerlo con
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ternura, como era su deber.
El hombre levant la cabeza y vio aquel rabo movedizo, aquel cargoso que vena a
compadecerlo, aquel testigo. Todava Fido jade satisfecho, mostrando la lengua hmeda y oscura.
Despus se acab. Era viejo, era fiel, era confiado, tres pobres razones que le impidieron asombrarse
cuando el puntapi le revent el hocico.
1.-) Resumen
Fido era un perro sin raza y muy noble que viva en un apartamento con un matrimonio. ste
prefera ms al hombre, quien le mimaba y acariciaba, pero era la mujer la que le alimentaba y sacaba
a pasear.
Un da descubre que la mujer engaaba al marido con otro hombre, y en una de sus visitas a la casa,
el amante se tiene que marchar a toda prisa ante la llegada de su marido, por lo que se dej olvidada
una cigarrera, guardada con apuro por la mujer detrs de una cortina.
Aprovechando la marcha de la mujer tras una pelea familiar o quiz una separacin, Fido lleva a su
amo hasta la cigarrera que dej olvidada el amante de sta, pero lo que Fdo nunca pens fue que su
dueo, queriendo descargar su rabia, reaccionara reventndole el hocico.
2.-) Analiza los elementos narrativos del relato (narrador, tiempo, espacio, personajes y tema)
Personajes.
El autor no utiliz apenas los adjetivos para caracterizar a los personajes, pues lo que le interesaba e
importaba era narrar la historia, sin pararse a describir pequeos detalles. Tal es la prisa por contar que
cuando el escritor se ve en la obligacin de tener que describir mnimamente al perro lo hace
acumulando los adjetivos en un parntesis, como si quisiera decirque quiere pasar rpidamente por ese
trmite:
"Haca ya dos aos que, en contra de su vocacin y de su contextura (patas gruesas y firmes,
cogote robusto, orejas afiladas), Fido se haba convertido en un perro de apartamento (...) " (primer
prrafo).
Lo primero que llama la atencin en el cuento es que los personajes carecen de nombre propio,
excepto el protagonista, Fido, y su antagonista, el "otro", apelativo que lo identifica precisamente
como "el sin nombre, el que ni tan siquiera tiene derecho a eso. Es como si se nos dijera que lo que ocurre en este cuento es un hecho generalizable, no importa cmo se llamen l o ella, el hombre o la
mujer; lo importante es que el perro, un perro concreto, Fido en este caso, aunque demuestre
constantemente su fidelidad, no puede esperar nada mejor de sus amos que los despojos de alguna
caricia en el mejor de los casos, cuando no el desprecio, el rencor e incluso la crueldad, como ocurre al
final del relato.
Efectivamente, Fido es el protagonista de este breve cuento, un perro sin raza definida que desde
hace dos aos es la mascota de una pareja que lo cuida y lo alimenta, es un perro al que sus dueos,
poco a poco lo empiezan a despreciar. l es el testigo de lo que est pasando entre su duea y el "otro",
pero cuando intenta ayudar a su dueo, ste le propina una patada que le revienta el hocico. Es tal la
importancia del personaje que todo se cuenta desde la visin que pueda tener Fido de los dems
personajes; as, lo que destaca, por ejemplo, del hombre es su pierna:
(...) I senta junto a su hocico el roce afectuoso de los pantalones de franela.
(Cuarto prrafo)
Incluso hasta el transcurso temporal se miel desde su perspectiva:
"Haca un da, dos, tres -un perro no rotula el pasado- (...) (prrafo 1 0)
La duea del animal, al igual que su amo, no estn descritos fsicamente en el texto, ya que al autor
lo que le importa mostrar el tipo de personas que son. Como el cuento est narrado desde la
perspectiva del chucho, la mujer est retratada negativamente en el relato, pues demuestra antipata
hacia el perro, y aprovecha las ausencias de su marido para encontrarse en su casa con su amante, el
"otro". De igual manera, Fido no le tiene aprecio, a pesar de que es ella quien le prepara la comida y lo
saca a la calle; incluso llega a sentir celos de ella cuando el hombre le presta ms atencin a su esposa
que a l:
"Su preferido era, naturalmente, el hombre, y cuando ste, despus de almorzar, acariciaba la
nuca o la cintura o los senos de la mujer, el perro se agitaba, celoso y receloso, en el rincn ms
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sombro del comedor. " (Prrafo 3)
El amo es, por lo tanto, el preferido de Fido, aunque l apenas le corresponde; cuando su mujer lo
engaa con otro hombre y se entera de ello gracias a su perro, la paga con Fido y le da tan fuerte
patada en el hocico que es probable, aunque no se diga, que acabe con la vida del perro.
Por ltimo, el "otro, designado de esa manera sin nombre propio, es decir, el que sobra, el que est de ms, el que est ocupando un lugar que no le corresponde y que, de hecho, se interpone entre la
felicidad de Fido y la pareja (siempre desde la perspectiva del can). Es un hombre del que lo nico que
sabemos es que tiene la "cara redonda, con bigote negro y ojos saltones " (prrafo sexto) y que
mantiene un romance en secreto con la mujer. En un determinado momento, deja olvidada la cigarrera
en el apartamento; este descuido servir para provocar el duro desenlace del relato.
El narrador.
El narrador del relato es claramente omnisciente en tercera persona; lo sabe todo acerca de sus
personajes:
"Y bajo esa mirada hmeda, lagaosa, la mujer acab por sentirse inquieta y no tard en ser
atrapada por un odio violento, insoportable. (Octavo prrafo) As pues, no slo narra los hechos que ocurren sino tambin los sentimientos y pensamientos de
todos los personajes y se identifica con los sentimientos del protagonista, el perro Fido:
"Los grandes momentos del da eran, sin duda, las dos comidas, el paseo diurtico por la vereda y,
especialmente, este solaz despus de la cena (prrafo cuarto)
El tiempo.
El tiempo histrico del cuento se puede situar perfectamente en el presente, en la actualidad (el
hecho de que, por ejemplo, los personajes vivan en apartamentos). En cuanto al tiempo narrativo, la
introduccin hace referencia al tiempo que Fido lleva viviendo en el apartamento; un tiempo previo a
la narracin:
"Haca ya dos aos que (...) Fido se haba convertido en un perro de apartamento" (prrafo primero)
A partir de ah, la accin se desarrolla durante: varios das a partir del momento en que comienzan
las visitas del amante a la casa, todo ello en un transcurso temporal impreciso:
"Pero esta noche Fido estaba extraamente inquieto (Prrafo 5) "Despus (...) [el otro] apareci cada vez con ms frecuencia (Prrafo 6) "Una tarde -quin sabe por qu- volvieron a notar su presencia (Prrafo 7) "Haca un da, dos, tres (...) el tipo haba tenido que irse con apuro" (Prrafo 10)
Predomina el uso de dos tiempos verbales: el pretrito perfecto simple y el pretrito imperfecto,
todos ellos del modo Indicativo. La utilizacin de estas formas verbales remiten al lector a unos hechos
ya ocurridos, pasados. Ejemplos de lo citado anteriormente se pueden encontrar en
cualquier prrafo del texto:
"Aunque la pierna del hombre apenas se mova, Fido, debajo de la mesa, apreciaba grandemente
esa caricia (...) " (primer prrafo)
Por lo general, no molestaba. Cierto que senta un afecto (tercer prrafo) "Despus, aquella cara redonda, con bigote negro y ojos saltones, apareci cada vez con ms
frecuencia (sexto prrafo) "Y bajo esa mirada hmeda, lagaosa, la mujer acab por sentirse inquieta y no tard en ser
atrapada por un odio violento, insoportable (octavo prrafo)
El espacio.
El espacio es real y se desarrolla siempre en el mismo escenario: la casa donde viven Fido y el
matrimonio que se ocupa de l, en el interior del departamento:
"Fido se haba convertido en un perro de apartamento, condicin que pareca avenirse mejor con
los cuzcos afeminados, histricos y meones, que desprestigiaban el segundo piso." (Prrafo primero)
El tema.
El tema de este relato podra ser que en ocasiones pagan justos por pecadores; el perro no tena
nada que ver con el engao de la mujer, pero aun as sali peor parado que el amante o que ella misma.
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Y adems, por intentar consolar a su amo, acab pagando con su vida aos de compaa junto a ellos.
No hay que implicarse en los problemas ajenos, cuando intentas abrir los ojos a alguien para que vea la
realidad, en vez de agradecerlo, descarga su rabia en quien presta esa ayuda. Esto es exactamente lo
que le ha ocurrido a Fido. Siempre est protegiendo a su dueo, y cuando le muestra la verdad para
ayudarlo, ste se lo devuelve con una patada brutal en el hocico, que probablemente acabe con la vida
del perro, corno sugiere el ttulo del cuento: "Se acab la rabia. Dicho ttulo nos recuerda el dicho "muerto el perro, se acab la rabia "; es decir, desde el mismo ttulo se presagia el triste final del
relato: la muerte del animal. Pero dicho ttulo podra poseer asimismo una segunda interpretacin,
acorde con el final: la rabia por la separacin de la pareja la descarga el hombre ingrato en ese puntapi
con lo primero que pill, su perro fiel.
Podemos apreciar tambin un tema secundario, pues parece como si el autor quisiera contraponer
dos ideas: la fidelidad y la inflilefidad: la fidelidad de Fido a su amo y la infidelidad de la mujer a su
marido.
3.-) Analiza su estructura narrativa
Introduccin:
La introduccin presenta a Fido, el protagonista de esta historia, y presenta la situacin inicial,
esto es, la relacin de felicidad y bienestar que mantiene el perro con sus amos, el hombre y la mujer
que constituyen los personajes secundarios:
"Los grandes momentos del da eran, sin duda, las dos comidas, el paseo diurtico por la vereda y,
especialmente, este solaz despus de la cena (prrafo 4)
Se describe brevemente tambin el espacio donde se desarrolla el cuento: toda la accin se
desarrolla, como ya hemos sealado, en el apartamento de la pareja, con espordicas salidas a la calle
para solucionar las necesidades del perro. Por otro lado, su vida diaria es muy normal y rutinaria:
"Pasaba la mayor parte del da echado en un rincn del comedor o sobre las baldosas del cuarto
de bao, durmiendo o simplemente contemplando el verde sedante de la baera. (segundo prrafo)
Nudo:
Se desarrolla la trama mediante un conflicto: la mujer se busca un amante, por lo que la situacin
inicial de felicidad se empieza a resquebrajar cuando aparece el antagonista, el "Otro, que rompe la relacin de fidelidad/felicidad de la pareja y, con ello, la situacin de bienestar de Fido:
"Pero esta noche Fido estaba extraamente inquieto (...) En primer trmino: el Otro. S, una tarde
(...) la mujer lleg acompaada del Otro (...) (Prrafo 5) En este punto comienza exactamente el nudo, remarcado por el hecho de que va introducido con la
palabra "pero", que en este caso indica claramente un conflicto con toda esa situacin inicial de
bienestar que se nos ha presentado hasta ahora.
Un da, en su apuro por salir de la casa ante la inminente llegada del marido (no se dice pero se
supone), el amante deja olvidada la pitillera en la casa. Este objeto ser precisamente el que precipite
ese final tan violento y cruel.
A partir de aqu todo se rompe: ella abandona al marido tras una discusin y se resquebraja tambin
la felicidad entre el perro y su amo, representada en la frase con que comienza el duodcimo prrafo:
"La pierna del hombre no se movi ms (Prrafo 16) Esa pierna que se contrapone precisamente al inicio del cuento, en el que esa misma pierna
simboliza un estado de placidez en la relacin con su amo:
"Aunque la pierna del hombre apenas se mova, Fido, debajo de la mesa, apreciaba grandemente
esa caricia en los alrededores del hocico (Prrafo 1) Ahora, en cambio, esa inmovilidad absoluta de la pierna del protagonista la entiende Fido
perfectamente:
"La pierna del hombre no se movi ms. Fido entendi que por hoy la fiesta haba concluido (Prr. 16)
Esta segunda parte acaba en el momento en el que la mujer abandona la casa dejando solos a su
marido y a Fido, momento en el que, por tanto, desaparecen del escenario en el que se desarrolla la
historia las personas que ocasionaban el conflicto (la mujer y su amante).
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Desenlace:
El final del relato comienza con el deseo de Fido de ensearle el objeto que haba escondido, testigo
mudo de la infidelidad de su esposa, explicacin ltima de su abandono:
"El hombre qued nervioso, concentrado. A Fido se le ocurri que ste era el momento. Nada de
venganza; en realidad no saba qu era. Pero el instinto le indicaba que ste era el momento (Prr. 14)
La situacin final es el resultado de un conflicto resuelto negativamente: la infidelidad entre la
pareja provoca la ruptura y la infelicidad de todos, y se contrapone, como ya hemos sealado, a la
fidelidad llevada a su extremo del perro, que paga un alto precio por ella. Todos los personajes
cambian, evolucionan, no son los mismos del principio del relato: la mujer rompe con su marido e
incluso llega a sentir rencor por el perro; el amo ignora e incluso rechaza a su perro:
Fido entendi que por hoy la fiesta haba concluido. Perezosamente fue estirando las patas y se levant. Lami todava un pedacito de tobillo que estaba al descubierto, entre el calcetn rado y el
pantaln. (Prrafo 12) En fin, a partir del descubrimiento de la pitillera, resulta paradjico que sea de esa pierna de la que
estaba constantemente tan pendiente el perro de la que partiera el golpe final, ese puntapi con el que
acabar probablemente la. pobre existencia de nuestro protagonista:
"Era viejo, era fiel, era confiado. Tres pobres razones que le impidieron asombrarse cuando el
puntapi le revent el hocico. (ltimo prrafo)
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EL TEXTO NARRATIVO
1. Anlisis de la estructura y el tiempo de los siguientes textos. a)
Para que su horror sea perfecto, Csar, acosado al pie de la estatua por lo impacientes puales de sus
amigos, descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y
exclama: T tambin, hijo mo! Shakespeare y Quevedo recogen el pattico grito.
Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetras; diecinueve siglos despus, en el sur de la
provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijado suyo y le
dice con mansa reconvencin y lenta sorpresa (estas palabras hay que orlas, no leerlas): Pero, che! Lo matan y
no sabe que muere para que se repita una escena.
JORGE LUIS BORGES: El Hacedor
b)
What is this?-preguntaban los turistas.
Balmaceda sonrea, disculpndose, y negaba con la cabeza. l llevaba, como todos, guirnaldas de flores
en el pescuezo, anteojos de sol y camisa con palmeras, pero estaba todo empapado de sudor por culpa de un
paquete muy pesado.
Pareca condenado a carga perpetua. Haba intentado abandonar el enorme bulto en el bao de un hotel
de Manila y en el mostrador de la aduana de Papeete; haba intentado arrojarlo por la borda del barco y haba
intentado olvidarlo en varios frondosos parajes de las islas del archipilago de Tahit. Pero siempre haba alguien
que lo alcanzaba corriendo:
- Seor, seor, que se ha dejado algo!
Esta triste historia haba empezado cuando el dictador Marcos invit al dictador Pinochet a visitar las
Filipinas. Entonces la cancillera chilena haba enviado un busto en bronce del general OHiggins desde Santiago a Manila. Pinochet iba a inaugurar esa efigie del prcer nacional en una plaza central de la ciudad. Pero Marcos,
asustado por las furias de su pueblo, cancel sbitamente la invitacin. Pinochet tuvo que volverse a Chile sin
aterrizar. Entonces el funcionario Balmaceda recibi categricas instrucciones en la embajada chilena en Manila.
Por telfono, le ordenaron desde Santiago:
- Basta de papelones. Deshgase de ese busto como pueda. Si vuelve a Chile con l, pierde el empleo.
EDUARDO GALEANO: El libro de los abrazos
c)
Recientemente, en Francia, un sujeto se arroj desde una de las torres de Notre Dame con intencin de
suicidarse y mat a una nia de 13 aos. El mes pasado, en San Sebastin, el conductor de un automvil falleci
por culpa de una vaca que se cruz en la carretera. Ole Bentzen, un oftalmlogo sueco bien situado, muri en
mayo de un ataque de risa mientras vea la pelcula Un pez llamado Wanda. Fructuoso Barragn y Martina Paz,
de 48 y 44 aos respectivamente, casados y con residencia en Monesterio (Badajoz), fallecieron en junio al
irrumpir un camin en la habitacin donde dorman. Un mes antes, esta vez en Madrid, muri Alfonso Sez, de
18 aos, al caer desde un sexto piso cuando intentaba algo tan inocente como coger una mariposa.
JUAN JOS MILLS: La suma de todos los placeres
2. Comenta los aspectos relativos al narrador y a la caracterizacin de los personajes. d)
Era el cumpleaos del padre de Karl. Por una vez le haban dado permiso para quedarse con la gente grande
despus de la cena. l permaneci sentado en un rincn, calladito, mirando a los amigos y parientes que beban y
charlaban. Al levantarse, Karl choc con una mesa y tir al suelo una copa de vino blanco.
No es nada dijo el padre. La madre barri los vidrios y limpi el piso con un trapo. El padre acompa a Karl a su dormitorio y le dijo:
A las once, cuando se hayan ido los invitados, te pegar. Durante ms de dos horas, desde la cama, Karl estuvo pendiente de las voces y del paso de los minutos.
A las once en punto de la noche lleg el padre, se sac el cinturn y lo azot.
Lo hago por tu bien, para que aprendas dijo el padre, como siempre deca, mientras Karl lloraba, desnudo, con la cabeza enterrada en la almohada.
Hace algunos aos, Karl me cont, en Montevideo, esta historia de su infancia en Alemania.
EDUARDO GALEANO: Das y noches de amor y guerra
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e)
Nunca pude escribir la historia de esa monjita de Pereira que me cont el doctor Uribe. Era sobre una
niita que haba quedado hurfana a los dos aos, y desde entonces viva enclaustrada en el convento, sin ver el
mundo. Ahora tiene veinte, y estaba enferma, y quiz iba a morir. Al convento slo poda entrar un hombre, y
eso en casos desesperados. Ese hombre era mi amigo el mdico, una especie de patriarca, el nico mortal con
licencia para penetrar en aquellos muros inexpugnables. Cuando examin a la monjita en su lecho ella tena el
rostro oculto tras un velo negro como usan las mujeres en Oriente. A travs del velo se poda adivinar una belleza
lnguida que lentamente se extingua en la fiebre. El mdico, que slo haca preguntas profesionales, se atrevi a
preguntar a la monjita algo que lindaba en los terrenos de la poesa, y que poda quedar como la expresin de su
ltima voluntad. Era esto:
Monjita, qu es lo que ms te gustara conocer del mundo de afuera? Y ella contest dulcemente: "Un ro".
GONZALO ARANGO: Obra negra
3. Comentario de los aspectos estructurales del siguiente relato. f)
El general tiene slo ochenta hombres, y el enemigo cinco mil. En su tienda el general blasfema y llora. Entonces escribe una proclama inspirada, que palomas mensajeras derraman sobre el campamento enemigo.
Doscientos infantes se pasan al general. Sigue una escaramuza que el general gana fcilmente, y dos regimientos
se pasan a su bando. Tres das despus el enemigo tiene slo ochenta hombres y el general cinco mil. Entonces el
general escribe otra proclama, y setenta y nueve hombres se pasan a su bando. Slo queda un enemigo, rodeado
por el ejrcito del general que espera en silencio. Transcurre la noche y el enemigo no se ha pasado a su bando.
El general blasfema y llora en su tienda. Al alba el enemigo desenvaina lentamente su espada y avanza hacia la
tienda del general. Entra y lo mira. El ejrcito del general se desbanda. Sale el sol.
JULIO CORTZAR: Historias de cronopios y de famas
OTROS TEXTOS
Escuchar a Mozart
Pensar, capitn Montes, que hubieras podido seguir durmiendo tu siesta. En realidad, ests cansado. Hay
que reconocer que la faena de ayer fue dura, con esos doce presos que llegaron juntos, ya bastante maltrechos, y
ustedes tuvieron que arruinarlos un poquito ms. Eso siempre te deja un malestar, sobre todo cuando no se
consigue que suelten nada, ni siquiera el nmero de zapatos o el talle de la camisa. Las pocas veces en que
alguien habla, pensando (pobre ingenuo) que eso quiz signifique el final del infierno, entonces el trabajo sucio
te deja por lo menos una satisfaccin mnima. Despus de todo, te ensearon que el fin justifica los medios, pero
vos ya no te acords mucho de cul es el fin. Tu especialidad siempre fueron los medios, y stos deben ser
contundentes, implacables, eficaces. Te metieron en el marote que estos muchachitos tan frescos, tan sanos, tan
decididos (vos agregaras: y tan fanticos), eran tus enemigos, pero a estas alturas ya ni siquiera ests demasiado
seguro de quines son tus amigos. Por lo menos sabs a ciencia cierta que el coronel Ochoa no es tu amigo. El
coronel, que jams se mancha el meique con ningn trabajo que apeste, te considera un dbil, y te lo ha dicho
delante del teniente Vlez y del mayor Falero. Vos no siempre alcanzs a comprender cmo Falero y Vlez
pueden efectuar tan calmosamente un interrogatorio tras otro, sin perder nada de su compostura, sin que se les
afloje un botn ni se les desacomode el peinado, negro y engominado en Falero, ondeado y pelirrojo en Vlez. La
siesta te deja siempre de mal humor. Pero hoy ests especialmente malhumorado. Quiz porque Amanda te
sugiri anoche, tmidamente, despus de haber hecho el amor con una tensin inevitable y frustrnea, "si no sera
mejor que", y vos estallaste, casi rugiste de indignacin y despecho, acaso porque tambin pensabas lo mismo,
pero a quin se le ocurra ahora pedir el retiro, algo que siempre despierta fastidiosas sospechas y aprensiones. Y
adems, en "poca de guerra interna", el pretexto tendra que ser tremendo, nunca menos que cncer,
desprendimiento de retina o cirrosis. Pero lo lamentable es que Amanda lo haya pensado, simplemente pensado.
"Pienso en Jorgito y me da pnico". Y qu se cree? Que vos vislumbrs un porvenir esplndido? Y eso que ella
no sabe los pormenores de cada jornada. No sabe cmo te sentiste cuando a la muchacha que cay en La Teja
hubo que irle sacando los dientes uno por uno, con paciencia y con celo. O cuando tuviste conciencia de que, al
cabo de una sola sesin de trabajo, aquel obrerito mofletudo haba quedado listo para que le amputaran el
testculo. Ella no sabe nada. Incluso a veces te comenta si ser cierto lo que dicen las malas y peores lenguas: que
en el cuartel tal y en el regimiento cual, arrancan confesiones mediante espantosos procedimientos. Y es increble
que te diga: "Ojal nunca te ordenen hacer algo as. Porque, claro, tendras que negarte, y vaya a saber qu te
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sucedera". Y vos tranquilizndola como de costumbre, sin poderle confesar que cuando te lo ordenaron la
primera vez ni siquiera esbozaste una tmida negativa, porque no le podas dar al coronel Ochoa ese pretexto en
bandeja. Fue en esa amarga jornada cuando te jugaste tu carrera y decidiste no perder, y aunque de noche
estuviste vomitando durante horas, y Amanda, al despertarse con el fragor de tus arcadas, te pregunt qu te
pasaba y vos inventaste lo del lechn que te haba cado mal, la cosa no termin ah y durante muchas noches
soaste con aquel muchacho que, cada vez que comenzaba el castigo, abra la boca sin emitir sonido alguno y
apretaba los ojos y pona el pescuezo duro como una viga. Ahora penss, claro, a qu darle ms vueltas. Una vez
que te decidiste, chau. De todas maneras, vos cres que tens motivos morales para hacer lo que hacs. Pero el
problema es que ya casi no te acords del motivo moral, sino pura y exclusivamente de una boca que sangra o un
cuerpo que se dobla. De modo que aparentemente es bastante lgico que conectes el tocadiscos y coloques en el
plato una cualquiera de las sinfonas de Mozart. Hace poco, la msica te limpiaba, te equilibraba, te depuraba, te
ajustaba. Ahora mismo, en esa ascensin espiritual, en este bro juguetn, te alejas de las imgenes sombras, del
patio del cuartel, de los gritos desgarradores, de tu propia vergenza. Los violines trabajan como galeotes, las
violas acompaan como hembras fidelsimas, el corno interroga sin demasiada conviccin. Pero no importa. Vos
tambin a veces interrogs sin conviccin, y si aplics la picana es precisamente por eso, porque no tens
confianza en tus argumentos, porque sabs que nadie va a convertirse de pronto en traidor nada ms que porque
vos evoques la patria o lo putees. Mozart te gusta desde que ibas con Amanda a los conciertos del Sodre,
cuando todava no haba Jorgito ni subversin, y la faena ms irregular de los cuarteles era tomar mate, y por
cierto qu bien lo cebaba el soldado Martnez. Mozart te gusta, no desde siempre, sino desde que Amanda te
ense a gustarlo. Y fijate qu curioso, ahora Amanda no tiene ganas de escuchar msica, ninguna msica, ni
Mozart ni un carajo, sencillamente porque tiene miedo y teme atentados y vela por Jorgito, y claro a Mozart no se
lo puede escuchar con miedo sino con espritu libre y la conciencia tranquila. O sea, que mejor apag el
tocadiscos. As est bien. De todas maneras, los violines, viste?, quedan sonando como un prodigio que
lentamente se deteriora, tal como a veces quedan sonando en el cuartel los alaridos de dolor cuando ya nadie los
profiere. Ests solo en la casa. Linda casa. Amanda fue a ver a su madre, vieja podrida y meterete, apunts. Y
Jorgito no volvi an del Neptuno. Hijito lindo, apunts. Ests solo, y por el ventanal del living entra la soleada
imagen del jardn. Ochoa estar ahora con Vlez y Falero. El coronel les da confianza nada ms que para
conseguir aliados contra ti. Porque te odia, claro. Nadie lo pone en duda. Puede ser que t odies a los presos,
nada ms que por ellos son el pretexto de odio de Ochoa. Rebuscado, no? Hacs mritos y sin embargo
comprends que es intil. Por fuerte o desalmado que seas, o parezcas, demasiado sabes que Ochoa nunca te
perdonar. Porque fuiste t el que una noche, entre interrogatorio e interrogatorio, le pregunt si era cierto que su
hija "haba pasado a la clandestinidad". Se lo preguntaste con cautela, y tambin con un amago de solidaridad, ya
que, pese a tus encontronazos con el tipo, despus de todo tens bien arraigado el "espritu de cuerpo". Nunca vas
a olvidarte de la mirada resentida que te dedic, porque claro, era cierto, aquella esplendorosa piba, Aurora
Ochoa, alias Zulema, haba pasado a la clandestinidad y era requerida en los comunicados de las ocho, y el
coronel haba encontrado una frase exorcista a la que se aferraba con uncin: "No me mencionen a esa
degenerada; ya no es mi hija". Sin embargo, a vos no te la dijo, y eso fue acaso lo ms grave. Simplemente te
taladr con la mirada, y orden: "Capitn Montes, retrese". Y t, despus del saludo ritual, te retiraste. No se lo
habas preguntado con mala leche, sobre todo porque te hacas cargo de lo que representaba para Ochoa el hecho
(escalofriante para cualquier oficial) de que la subversin se hubiera colado en su propio hogar. Pero te borraste,
y a partir de esta reculada comprendiste que mientras Ochoa estuviera al frente de la unidad, estabas liquidado.
Ahora te servs whisky, por ms que no te gusta empezar tan temprano. Pero no te tortures, torturador; no es
posible que de una sola vez te quedes sin Mozart y sin whisky. Por lo menos el whisky tiene menos exigencias
que Mozart. Al menos, para disfrutar cada trago, no es imprescindible que tengs la conciencia tranquila. Ms
an, mala conciencia con dos cubitos de hielo, es una bella combinazione, como bien dice el capitn Cardarelli,
de tu derecha, cuando se concede una tregua a medianoche, despus de administrar una compleja sesin de
picana en paladar, submarino seco y trompadas en los riones. Alguna vez pensaste qu habra sido de vos si te
hubieras negado? Claro que lo pensaste. Y tens datos muy cercanos y esclarecedores: la brutal sancin al
teniente Ramos y la humillante degradacin del capitn Silva, de tu izquierda. Ellos no se animaron a hacerse
cargo del trabajo mugriento, no se autorizaron a s mismos aunque con esa decisin mandaran su carrera a la
mierda. O quiz fueron simplemente decentes, and a saber. Decentes e indisciplinados. Una pregunta por el
milln: Hasta dnde te llevar tu sentido de disciplina, capitn Montes? Te llevar a cometer ms crmenes en
nombre de otros? A rehuir tu imagen en los espejos? Hasta dnde te llevar tu sentido de la disciplina,
capitancito Montes? A ir cancelando tu capacidad de amor? A convertir tus odios en rutina?O a permitir que
tu rutina agreda, hiera, perfore, fracture, viole, ampute, asfixie, inmole? A lograr que cada inmolacin te deje
ms reseco, ms fro, ms podrido, ms inerte? Hasta dnde te llevar tu sentido de disciplina, capitn,
capitancito? Pensaste alguna vez que el sancionado Ramos y el degradado Silva acaso puedan escuchar a
Mozart, o a Troilo (o a quien se les d en los forros), aunque sea en la memoria? Ahora que por fin ha vuelto
Jorgito y se acerca a besarte, no estara mal que pensaras en l. Crees que con el tiempo tu hijo te perdonar lo
que ahora ignora? A lo mejor lo quers. A tu manera, claro. Pero tu manera tambin ha cambiado. Antes eras
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franco con l. La rgida disciplina no slo te haba inculcado el rigor, sino algo que t llamabas, sin precisin
alguna, la verdad. Antes en el cuartel empuabas tus armas slo para ejercicios, simulacros. Cuando sorprendas
a Jorgito en una insignificante mentira, descargabas en l tu clera sagrada. Tu santsima trinidad estaba
integrada por Dios, el Comandante en Jefe, y la Verdad. Muchas veces le pegaste a Jorgito porque se le haba
quedado a Amanda con un msero vuelto, o porque deca saber la tabla del siete, y no era cierto. Hace tanto, y en
realidad tan poco, de esos arranques. La subversin era todava atendida en la rbita meramente policial, y
ustedes seguan tomando mate en los cuarteles. Pero esas veces en que el botija recibi sin una lgrima las
primeras trompadas de su vida, fueron, te acords?, inevitablemente seguidas por las primeras y frustrneas
noches en que no fuiste capaz de seguir escuchando a Mozart. En una ocasin hasta perdiste la calma, y, ante el
estupor de Amanda, hiciste aicos el concierto para flauta y orquesta, y como consecuencia de la rabieta hubo
que reparar el Garrard. Pero hace mucho que te borraste de la verdad. La santsima trinidad se redujo a una
dualidad todava infalible: Dios y el Comandante en Jefe. Y no es demasiado aventurado pronosticar desde ya la
unidad final: el Comandante en Jefe a secas. Ahora no le exigs, perentoriamente a Jorgito que te cuente la
verdad estricta, inmaculada, despojada de adornos y disimulos, quizs porque jams te atreveras a decirle la
verdad, la escandalosamente sucia verdad de tu trabajo. Pensar, capitn Montes, capitancito, que podas haber
seguido durmiendo la siesta, y en ese caso an no habras enfrentado (quizs tendras que enfrentarla maana,
aunque nunca se sabe cmo funcionan en los chicos las claves del olvido) la pregunta que en este instante te
formula tu hijo, sentado frente a vos en la silla negra: "P, es cierto que vos torturs?" Y tampoco te habras
visto obligado, como ahora, despus de tragar fuerte, a responder con otra pregunta: "Y de dnde sacaste eso?",
aun sabiendo de antemano que la respuesta de Jorgito va a ser: "Me lo dijeron en la escuela". Y claro, decs,
masticando cada slaba: "No es cierto. No es cierto como te lo dijeron. Pero, hijito, tens que comprender que
estamos luchando con gente muy pero que muy peligrosa que quiere matar a tu pap, a tu mam, y a muchas
otras personas que vos quers. Y a veces no hay ms remedio que asustarlos un poco, para que confiesen las
barbaridades que preparan". Pero l insiste: "Est bien, pero t... torturs?". Y de pronto te sents cercado,
bloqueado, acalambrado. Slo atins a seguir preguntando: "Pero a qu llams tortura? Jorgito est bien
informado para sus ocho aos: "Cmo a qu? Al submarino, p. Y a la picana, y al telfono". Por primera vez
esas palabras te taladran, te joden. Sents que te pons rojo, y no tens modo de evitarlo. Rojo de rabia, rojo de
vergenza. Intents recomponer de apuro cierta imagen de serenidad, pero slo te sale un balbuceo: "Se puede
saber cul de tus compaeritos te mete esas porqueras en la cabeza?". Pero ya lo ves, Jorgito est implacable.
"Para qu quieres saberlo? Para hacer que lo torturen?". Eso es demasiado para vos. De pronto adverts -no
sabs exactamente si horrorizado o estupefacto- que te has vaciado de amor. Deposits sobre la alfombrilla
marrn el vaso con el resto de whisky, y empezs a caminar a pasos lentos y marcados. Jorgito sigue en la silla
negra, con sus ojos verdes cada vez ms inocentes y despiadados. Das un largo rodeo para situarte detrs del
respaldo, acaricis con ambas manos aquel pescuezo desvalido, exculpado, con pelusa y lunares, y empezs a
decirle: "No hay que hacer caso hijito, la gente a veces es muy mala, muy mala. Entiende, hijito?". Y no bien el
pibe dice con cierto esfuerzo: "Pero, p", vos segus acariciando esa nuca, oprimiendo suavemente esa garganta,
y luego, renunciando (ahora s) para siempre a Mozart, aprets, aprets inexorablemente, mientras en la casa
linda y desolada slo se escucha tu voz sin temblores: "Entendiste, hijito de puta?"
MARIO BENEDETTI: Cuentos
EL ENCAJE ROTO
Convidada a la boda de Micaelita Arnguiz con Bernardo de Meneses, y no habiendo podido
asistir, grande fue mi sorpresa cuando supe al da siguiente la ceremonia deba verificarse a las diez de la noche en casa de la novia que sta, al pie del mismo altar, al preguntarle el obispo de San Juan de Arce si reciba a Bernardo por esposo, solt un no claro y enrgico; y como reiterada con
extraeza la pregunta, se repitiese la negativa, el novio, despus de arrostrar un cuarto de hora la
situacin ms ridcula del mundo, tuvo que retirarse, deshacindose la reunin y el enlace a la vez.
No son inauditos casos tales, y solemos leerlos en los peridicos; pero ocurren entre gente de clase
humilde, de muy modesto estado, en esferas donde las convivencias sociales no embarazan la
manifestacin franca y espontnea del sentimiento y de la voluntad.
Lo peculiar de la escena provocada por Micaelita era el medio ambiente en que se desarroll.
Parecame ver el cuadro, y no poda consolarme de no haberlo contemplado por mis propios ojos.
Figurbame el saln atestado, la escogida concurrencia, las seoras vestidas de seda y terciopelo, con
collares de pedrera; al brazo la mantilla blanca para tocrsela en el momento de la ceremonia; los
hombres, con resplandecientes placas o luciendo veneras de rdenes militares en el delantero del frac;
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la madre de la novia, ricamente prendida, atareada, solcita, de grupo en grupo, recibiendo
felicitaciones; las hermanitas, conmovidas, muy monas, de rosa la mayor, de azul la menor, ostentando
los brazaletes de turquesas, regalo del cuado futuro; el obispo que ha de bendecir la boda, alternando
grave y afablemente, sonriendo, dignndose soltar chanzas urbanas o discretos elogios, mientras all,
en el fondo, se adivinaba el misterio del oratorio revestido de flores, una inundacin de rosas blancas,
desde el suelo hasta la cupulilla, donde convergen radios de rosas y de lilas como la nieve, sobre rama
verde, artsticamente dispuesta, y en el altar, la efigie de la Virgen protectora de la aristocrtica
mansin, semioculta por una cortina de azahar, el contenido de un departamento lleno de azahar que
envi de Valencia el riqusimo propietario Arnguiz, to y padrino de la novia, que no vino en persona
por viejo y achacoso detalles que corren de boca en boca, calculndose la magnfica herencia que corresponder a Micaelita, una esperanza ms de ventura para el matrimonio, el cual ir a Valencia a
pasar su luna de miel. En un grupo de hombres me representaba al novio algo nervioso, ligeramente plido, mordindose el bigote sin querer, inclinando la cabeza para contestar a las delicadas bromas y a
las frases halageas que le dirigen...
Y, por ltimo, vea aparecer en el marco de la puerta que da a las habitaciones interiores una
especie de aparicin, la novia, cuyas facciones apenas se divisan bajo la nubecilla del tul, y que pasa
haciendo crujir la seda de su traje, mientras en su pelo brilla, como sembrado de roco, la roca
antigua del aderezo nupcial...Y ya la ceremonia se organiza, la pareja avanza conducida con los
padrinos, la cndida figura se arrodilla al lado de la esbelta y airosa del novio... Apase en primer
trmino la familia, buscando buen sitio para ver amigos y curiosos, y entre el silencio y la
respetuosa atencin de los circunstantes..., el obispo formula una interrogacin, a la cual
responde un no seco como un disparo, rotundo como una bala. Y siempre con la imaginacin notaba el movimiento del novio, que se revuelve herido; el mpetu de la madre, que se lanza para proteger y amparar a su hija; la insistencia del obispo, forma de su asombro; el
estremecimiento del concurso; el ansia de la pregunta transmitida en un segundo: Qu pasa?
Qu hay? La novia se ha puesto mala? Que dice "no"? Imposible... Pero es seguro? Qu
episodio!...
Todo esto, dentro de la vida social, constituye un terrible drama. Y en el caso de Micaelita, al
par que drama, fue logogrifo. Nunca lleg a saberse de cierto la causa de la sbita negativa.
Micaelita se limitaba a decir que haba cambiado de opinin y que era bien libre y duea de
volverse atrs, aunque fuese al pie del ara, mientras el s no hubiese partido de sus labios. Los
ntimos de la casa se devanaban los sesos, emitiendo suposiciones inverosmiles. Lo indudable era
que todos vieron, hasta el momento fatal, a los novios satisfechos y amarteladsimos; y las
amiguitas que entraron a admirar a la novia engalanada, minutos antes del escndalo, referan
que estaba loca de contento y tan ilusionada y satisfecha, que no se cambiara por nadie. Datos
eran stos para oscurecer ms el extrao enigma que por largo tiempo dio pbulo a la
murmuracin, irritada con el misterio y dispuesta a explicarlo desfavorablemente.
A los tres aos cuando ya casi nadie iba acordndose del sucedido de las bodas de Micaelita, me la encontr en un balneario de moda donde su madre tomaba las aguas. No hay cosa que facilite las relaciones como la vida de balneario, y la seorita de Arnguiz se hizo tan
ntima ma, que una tarde, paseando hacia la iglesia, me revel su secreto, afirmando que me
permite divulgarlo, en la seguridad de que explicacin tan sencilla no ser creda por nadie.
Fue la cosa ms tonta... De puro tonta no quise decirla; la gente siempre atribuye los sucesos a causas profundas y trascendentales, sin reparar en que a veces nuestro destino lo fijan las
nieras, las pequeeces ms pequeas... Pero son pequeeces que significan algo, y para ciertas
personas significan demasiado. Ver usted lo que pas: y no concibo que no se enterase nadie,
porque el caso ocurri all mismo, delante de todos; slo que no se fijaron porque fue, realmente, un
decir Jess.
Ya sabe usted que mi boda con Bernardo de Meneses pareca reunir todas las condiciones y
garantas de felicidad. Adems, confieso que mi novio me gustaba mucho, ms que ningn
hombre de los que conoca y conozco; creo que estaba enamorada de l. Lo nico que senta era no
poder estudiar su carcter, algunas personas le juzgaban violento; pero yo le vea siempre corts,
deferente, blando como un guante, y recelaba que adoptara apariencias destinadas a engaarme y a
encubrir una fiera y avinagrada condicin. Maldeca yo mil veces la sujecin de la mujer soltera para
la cual... es un imposible seguir los pasos a su novio, ahondar en la realidad y obtener informes leales,
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sinceros hasta la crudeza los nicos que me tranquilizaran. Intent someter a varias pruebas a Bernardo, y sali bien de ellas; su conducta fue tan correcta, que llegu a creer que poda fiarle sin
temor alguno mi porvenir y mi dicha.
Lleg el da de la boda. A pesar de la natural emocin, al vestirme el traje blanco repar una
vez ms en el soberbio volante de encaje que lo adornaba, y era regalo de mi novio. Haba
pertenecido a su familia aquel viejo Alenzn autntico, de una tercia de ancho una maravilla, de un dibujo exquisito, perfectamente conservado, digno del escaparate de un museo. Bernardo
me lo haba regalado encareciendo su valor, lo cual lleg a impacientarme, pues por mucho que el
encaje valiese, mi futuro deba suponer que era poco para m.
En aquel momento solemne, al verlo realzado por el denso raso del vestido, me pareci que la
delicadsima labor significaba una promesa de ventura y que su tejido, tan frgil y a la vez tan
resistente, prenda en sutiles mallas dos corazones. Este sueo me fascinaba cuando ech a andar
hacia el saln, en cuya puerta me esperaba mi novio. Al precipitarme para saludarle llena de alegra
por ltima vez, antes de pertenecerle en alma y cuerpo, el encaje se enganch en un hierro de la
puerta, con tan mala suerte, que al quererme soltar o el ruido peculiar del desgarrn y pude ver que
un jirn del magnfico adorno colgaba sobre la falda. Slo que tambin vi otra cosa: la cara de
Bernardo, contrada y desfigurada por el enojo ms vivo; sus pupilas chispeantes, su boca
entreabierta ya para proferir la reconvencin y la injuria... No lleg a tanto porque se encontr
rodeado de gente; pero en aquel instante fugaz se alz un teln y detrs apareci desnuda un alma.
Deb de inmutarme; por fortuna, el tul de mi velo me cubra el rostro. En mi interior algo cruja
y se despedazaba, y el jbilo con que atraves el umbral del saln se cambi en horror profundo.
Bernardo se me apareca siempre con aquella expresin de ira, dureza y menosprecio que acababa de
sorprender en su rostro; esta conviccin se apoder de m, y con ella vino otra: la de que no poda,
la de que no quera entregarme a tal hombre, ni entonces, ni jams... Y, sin embargo, fui acercndome
al altar, me arrodill, escuch las exhortaciones del obispo... Pero cuando me preguntaron, la verdad
me salt a los labios, impetuosa, terrible... Aquel no brotaba sin proponrmelo; me lo deca a m
propia..., para que lo oyesen todos!
Y por qu no declar usted el verdadero motivo, cuando tantos comentarios se hicieron? Lo repito: por su misma sencillez... No se hubiesen convencido jams. Lo natural y vulgar es
lo que no se admite. Prefer dejar creer que haba razones de esas que llaman serias...
Emilia Pardo Bazn (1851-1921)
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LA DESCRIPCIN: variedad del discurso a travs de la cual se atribuye a objetos determinadas cualidades o propiedades.
ASPECTOS PRAGMTICOS Funciones.
Referencial: el inters se centra en el referente de la descripcin. Expresiva: el emisor describe sentimientos propios. Conativa: descripcin publicitaria de un producto Potica: en las descripciones literarias.
Perspectivas o puntos de vista. Espacial: el objeto se ve como algo prximo como algo lejano. Temporal: actual, pasado, futuro. Emotiva: el emisor hace su descripcin desde un punto de vista determinado.
Actitud descriptiva: Descripcin objetiva
Descripcin tcnica: finalidad prctica, lxico denotativo, precisin, claridad, funcin referencial...
Descripcin subjetiva: subjetividad, expresividad, predominio de la funcin potica, finalidad esttica....
El referente: el objeto descrito o tema. Realidades fsicas: personas, animales, cosas... Realidades abstractas: sentimientos, creencias, conceptos... Procesos: por ejemplo, una receta de cocina.
Canal y cdigo: son variables. Cdigo verbal: narracin oral o escrita. Cdigo no verbal: gestos, mmica. Cdigo mixto: por ejemplo, en la publicidad.
ASPECTOS ESTRUCTURALES: Fases del proceso: observacin, seleccin de datos relevantes, tcnica descriptiva (tratamiento que se
hace de esos datos relevantes).
Descripcin exhaustiva: imagen completa y minuciosa. Descripcin selectiva: seleccin de pocos rasgos. Descripcin dinmica (cinematogrfica): realidad en movimiento. Descripcin esttica: realidad inmovilizada. Descripcin realista: fiel a la realidad. Descripcin idealizada: seleccin de rasgos positivos. Descripcin caricaturesca: exageracin de los rasgos para crear una imagen ridcula o grotesca.
Ordenacin del contenido: espacial, temporal, lgico ( de lo general a lo particular o de lo particular a lo general)...
Un ejemplo de ordenacin en muchas descripciones tcnicas:
Composicin: enumeracin de los elementos que la constituyen.
Uso: funcionamiento o proceso para su utilizacin.
Propiedades o utilidad.
Descripcin dentro del relato Retrato: descripcin de personajes (fsica y psicolgica).
Prosopografa: datos sobre el aspecto fsico.
Etopeya: datos sobre el carcter psicolgico. Paisaje: descripcin del espacio fsico, de ambientes o de objetos relevantes.
ASPECTOS LINGSTICOS Formas verbales.
Imperfectivas: presente intemporal (descripciones tcnicas, por ejemplo) o pretrito imperfecto (descripciones insertadas en los relatos, por ejemplo).
En la descripcin dinmica: verbos de accin o proceso. En la descripcin esttica: verbos de estado.
Importancia de sustantivos y adjetivos. Recursos estilsticos: enumeracin, metfora, comparacin, personificacin, animalizacin,
cosificacin...
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TEXTOS: la descripcin
- Tcnica.
El Sol tiene un dimetro de 1 391 000 km (Unas 109 veces mayor que el de la Tierra): Por lo menos
ste es el dimetro del enorme globo de gas del cual nos llega la luz solar. La superficie brillante, constituida principalmente por los gases hidrgeno y helio, se encuentra a una temperatura de 6 000 grados
centgrados y se denomina fotosfera. No obstante, cuando hablamos de la fotosfera como superficie debemos indicar que el globo gaseoso no presenta una corteza como la superficie slida de nuestro planeta.
Por encima de la fotosfera hay una capa gaseosa ms fra - a unos 5 000 grados centgrados- cuyo espesor...
- Literaria.
Salid de esas capillas y oratorios: entrad en el convento. La piedra gris vuelve a saltaros a los ojos en
la grande escalera, chata y maciza, en los largos claustros de bvedas rechonchas en los anchos patios de
eminentes muros desnudos [...] Os asomis a una ventana y contemplis el vasto panorama de la huerta
conventual. Por sus rectos caminos van, vienen las manchas negras de los ejercitantes que en estos das
limpian y sahman sus conciencias en el retiro.
(Azorn. Los pueblos)
1. Comenta las diferencias entre las dos descripciones siguientes.
Ocaso. (Del lat. occsus). 1. m. Puesta del Sol, o de otro astro, al transponer el horizonte.
Un astro y, en particular, el Sol, est en el ocaso cuando atraviesa el plano del horizonte y pasa de nuestro
hemisferio visible al no visible. Es decir, cuando su altura es cero, pasando de positiva a negativa. En el caso del
Sol, ello determina el fin del da.
OCASO
Era un suspiro lnguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El da,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prenda.
Pero su seno el mar alz potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundi en las olas la dorada frente,
en una brasa crdena deshecho. () Manuel Machado
2. Indica de qu tipo de descripcin se trata segn el referente (Retrato, prosopografa, etopeya o topografa)
Texto A.-
El to Lucas era ms feo que Picio. Lo haba sido toda su vida, y ya tena cerca de cuarenta aos. Sin embargo, pocos
hombres tan simpticos y agradables habr echado Dios al mundo. Lucas era en aquel entonces de pequea estatura, un
poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampio, narign, orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable. Dijrase