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    Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociologa

    ISSN 1315-0006 / Depsito legal pp 199202ZU44Vol. 14 No. 2 (abril-junio 2005): 265-278

    Capacidad de resistencia, vulnerabilidad

    y cultura de riesgos

    Alfredo Cilento Sarli*

    Resumen

    La ocurrencia de cataclismos como sismos, aludes, tsunamis, hu-racanes, entre otros, constituyen amenazas naturales para los se-res vivos, pero los seres humanos son los que convierten las ame-nazas encontingencias desastrosas.Por ello, la lucha contra losde-sastres provocados por los hombres y mujeres que habitan el pla-neta, es labatallapor el logrodeunaculturadeseguridad y preven-cin, respetuosadelmedio ambientenatural y de lacalidad del me-dioconstruido.Esa cultura derivade la capacidad de resistenciadela poblacin, y de una adecuada educacin y preparacin para en-frentar lascontingenciasantes dequeocurran,durante su ocurren-ciay despus deocurridas.El findeterminantees eldesalvarvidasy propiedades, y recuperar las facilidades para la vida y el trabajo,corrigiendo las fallas y viciosexistentesantes deocurrida la contin-

    gencia. En el desarrollo de esa cultura de seguridad el papel de lascomunidades educativas, acadmicas y cientficas es preponde-rante,al igualque la justa evaluacinde lacapacidad deresistenciade la sociedad,comoelemento claveen losestudiosde vulnerabili-dadde losasentamientos humanos. En este trabajo se planteanal-gunos de losesfuerzosatribuibles a losactores mencionados, par-ticularmente a las universidades pblicas, dentro del marco de laDcada de la Educacin para el Desarrollo Sostenible 2005-2014,designada por Naciones Unidas.

    Palabras clave: Catstrofes, vulnerabilidad, capacidad de resis-tencia, cultura de riesgos.

    Recibido: 26-01-05/ Aceptado: 27-03-05

    * Facultadde Arquitectura y Urbanismo, Universidad Central de Venezuela. Caracas,Venezuela.E-mail: [email protected]

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    Resistance Capacity, Vulnerabilityand Risk Cultures

    Abstract

    The occurrence of cataclysms such as earthquakes, avalanches,tsunamis,hurricanes, among other, constitutes a natural threat forhuman beings, but human beings are the ones who transform

    threats into disastrous contingencies. The fight against disasterscaused by the men and women who inhabit the Earth is the battlefor theachievement of a safe and prevention-conscious culture, re-spectful of the natural environment and of the quality of the con-structed environment. That culture evolves from the resistance ofthepopulation, andfrom adequateeducation, andthepreparationto face contingencies before, duringandafter they occur. Thedeci-sive goal is tosavelives andproperty, and to recover the facilitiesorpossibilities for life and work, correcting the flaws and vices beforecontingencies occur. In the development of this culture the role ofthe educational, academic and scientific communities is key, aswell as the just evaluation of the resilience of the society, as a keyelement in studies of the vulnerability of human settlements. Thispaper deals with some of the efforts attributable to the aforemen-

    tioned actors, particularly to that of public universities, within theframework of the Decade of Education for Sustainable Develop-ment 2005-2014, declared by the United Nations.

    Key words: Disasters, vulnerability, resilience, risk culture.

    Introduccin

    En muchas oportunidades hemos sealado que la pobreza, represen-tada por el deterioro del salario y el desempleo abierto o encubierto, las ca-rencias educativas y de salud, as como la proliferacindeasentamientos nocontrolados o informales, es la mayor de las vulnerabilidades de la pobla-cin y, concomitantemente, de los centros urbanos venezolanos, y en gene-ral delmundo en subdesarrollo. Adems la pobreza es la mayor dificultad de

    la sociedad para asumir las tareas de prevencin, mitigacin, preparacin, ypara generar capacidades de rehabilitacinen el caso de un desastremayor.Esto ya se ha comprobado, fehacientemente, en los ltimos cinco aostranscurridosdespusdeldesastre delEstadoVargasdeDiciembre de1999,

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    y queden palpable evidencia con los efectosdel desastre provocado por eltsunami ocurrido en el golfo de Bengala, a fines de 2004.

    Puestoque lamayor partedelos sistemasms eficientesde preparacin ydegeneracindecapacidadde respuestaposterior, sesostienenconlascontri-buciones voluntarias y las acciones de las autoridades localesalnivel de las co-munidades,apoyadosen lacapacidadderesistenciao resiliencia1 dela gen-te, las sociedades ms pobres tienen que sufrir largos perodos de penuria an-tes de lograr una mediana recuperacin. Pero, no slo la pobreza de la gentepropicia escenariosde riesgo, lo ms gravees que lapobreza ticadeprofesio-nales, autoridades, empresarios de la construccin, militares, dirigentes polti-cos y sindicales, ha contribuido tambin de manera determinante.

    Las malas prcticas constructivas, la violacin sistemtica de las orde-nanzasurbansticas y deconstruccin, el bote deescombrosencualquier lu-gar; as como la ineficiencia y el descuido en el trabajo ordinario, la falta demantenimiento y conservacin de las edificaciones, construcciones en ge-neral y de instalaciones y equipos, producen incrementos importantes en losriesgos, e inclusiveaccidentes graves y desastresmayores. Los efectosdeunterremoto en una ciudad conmuy graves amenazas, como San FranciscodeCalifornia, sern superados ms rpidamente, y seguramente con menoscostoenvidashumanas, que igualdesastre enuna poblacin como Caracas.La razn es que, obviamente, la pobreza y sus perversos acompaantes in-crementan el riesgo en los pases ms pobres (Cilento, 2004:69-86).

    Una definicin compactadel concepto de riesgo es laque loconsiderael resultado de sumaramenaza+ vulnerabilidad. Esto permite asociar las

    amenazas de carcter natural con las accionesde los humanos, que en resu-midas cuentas son los que originan las catstrofes, desde el calentamientoglobal, pasando por las guerras, el terrorismo y los accidentes nucleares,hasta los efectos catastrficos de deslaves o terremotos.

    En realidad las amenazas naturales se transforman en catstrofes, de-bido a las acciones u omisionesde losseres humanos. El riesgoentoncesessubsidiario de la vulnerabilidad; y sta es multidimensional: vulnerabilidadfsica, social, econmica, jurdica, institucional, tica El subdesarrollo y lapobreza incrementan ese complejo de vulnerabilidades: desempleo, bajosniveleseducativos, malaatencin mdico-sanitaria, inseguridad de bienes ypersonas, ingobernabilidade inseguridad jurdica, asociadosal resquebraja-miento tico de la sociedad.

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    1 La resiliencia sera una versin castellanizada, no aceptada por la Aca-demia de la Lengua, de la voz inglesa resilience.

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    Por ello, lassociedades pobres enfrentan ms riesgos y mayores prdi-das en vidas humanas aunque,por supobreza, losdaos materiales origina-dos, porunacatstrofe equivalente, seanmenoresque enun pas industriali-zado. El terremoto de Kobe en Japn (1995) produjo 6.400 muertos y dejdaos por 100.000 millones de dlares, mientrasque el de Izmet en Turqua(1999) dej 17.200 muertos y 12.000 millones de dlares en daos: casi eltriple de muertos y nueve veces menos daos cuantificados.

    Segn Jarqun (2002:16-25), la reduccin de la vulnerabilidad es unainversin clave, no solamente para aliviar los costos humanos y materialesde los desastres naturales, sino tambin para alcanzar el desarrollo sosteni-ble. La reduccin de la vulnerabilidad es una condicin indispensable parael logro de la sostenibilidad de las acciones de los humanos en la creacin

    del medio ambiente modificado, y para enfrentar los riesgos que acarreanesas mismas acciones. Hay que sealar que la sostenibilidad tambin es unconcepto multidimensional que abarca las dimensiones tecnolgica, ecol-gica, econmica, social, poltica y tica. De hecho, lo que es tecnolgica-mente factible abarca un espectro infinitamente mayor que lo ecolgica,econmica, social, poltica o ticamente aceptable.

    El mbito de los riesgos

    Porotraparte, losproblemasde vulnerabilidady riesgoscorrespondenadistintos mbitos: global, nacional, regional y local. Hay vulnerabilidades yriesgos de carcter global, en losasentamientoscosteros, en buenaparte delplaneta, por los efectos potenciales del calentamiento global y la subida del

    nivel del mar. Lo mismo puede ocurrir en el mbito nacional en el caso degrandes inundaciones, hambrunaso guerras internas; incluso entre nacionescomo los riesgos generados en cuencas compartidas (p. ej. voladura de oleo-ductosen Colombia,por la narcoguerrilla colombiana, que afectan al Lago deMaracaibo, va el ro Catatumbo), o graves conflictos fronterizas entre nacio-nes vecinas. En el mbito regional de un pas: grandes tormentas tsunamis einundaciones o terremotos ponen de manifiesto las vulnerabilidades. En to-dos estos casos tambin se dejan sentir, como en cascada, los efectos sobrelos mbitos locales, donde otras vulnerabilidades y riesgos pueden ser slopuntuales, como la inseguridad de bienesy personas, incendiosy otrascats-trofes tecnolgicas o provocadas por el hombre, circunscritas localmente.

    Tanto las amenazascomo los riesgos derivadosen cada esferao mbi-to tienenun timing distinto que implica, para cada caso, urgencias de distin-ta cronologa,a muy largo, largo mediano, corto plazoo inminentes. Y, comopara atenuar los riesgos es necesario reducir las vulnerabilidades, el timingde las acciones tambin vara.

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    Por ello, cada mbito requiere de polticas,estrategiasy acciones particu-lares. Desde los acuerdos internacionales, como el Protocolo de Kyoto; losacuerdos binacionales, como en el caso de las cuencas compartidas; las polti-cas y estrategias nacionales y regionales; hasta las acciones locales, como lamicro zonificacin ssmica y los sistemas de alerta temprana. Las reas metro-politanas estn conformadas pordistintosmbitos locales (municipios, conda-dos, reparticiones)que puedenactuarconindependenciafrentea unacatstro-fe local,sinembargo, la administracinmetropolitanadeberatener competen-cia en todo su mbito, tanto en materia de reduccin de vulnerabilidad y ries-gos,como enelmanejodelas redes y sistemasmetropolitanos.Unterremotooun macro deslizamiento que afecte severamente los barrios del Oeste de Cara-cas, tendrn efectos concomitantes sobre toda la Regin Metropolitana.

    La capacidad de resistencia y la cultura del riesgo

    Sin embargo, si la pobreza es la mayor debilidad de una sociedad, sumayor fortalezapuede ser sucapacidad de resistencia, enfrentadaa lavulne-rabilidad. Segn Aguirre, esta resistencia implica la capacidad de: reac-cionar apropiadamente en un momento de crisis que no ha sido anticipa-

    do. Es sinnimo de capacidad de adaptacin y de reaccin, de poder en-

    frentarse positivamente y sin excesiva demora o dificultades, a las de-

    mandas y losefectos no anticipados de desastres y crisis de todos tipos(Aguirre, 2004). Esto no indica necesariamente que la resistencia frente a lacalamidad signifique que las cosas deban mantenerse, o simplemente serrestituidas al mismo estado anterior al desastre, sino ms bien el reconoci-

    miento de la capacidad reactiva de la sociedad (y sus instituciones) para re-construir la organizacin y el territorio, afectados por el desastre, conmayorefectividad y menor vulnerabilidad. La capacidad de resistencianoes slo f-sicao anmicapara soportarcualquiercalamidad, incluyetambin lasexpec-tativas y esperanzas, la experiencia acumulada, el conocimientodel entornoy de las amenazas naturales, la percepcin, las tradiciones, la solidaridad, yotros valores transmitidos por generaciones, que conforman una parte muyimportantede laculturade riesgos.Dealguna manerasignificaaceptaralde-sastre como una nueva oportunidad para mejorar las condiciones del hbi-tat, y aceptar la capacidad de resistencia como un valioso recurso de la co-munidad. Por ello, involucrar a la comunidad en losprogramas de reduccinde riesgos es el medio para transformar esacapacidad de resistencia, o resi-liencia,en capacidad de accin. La capacidad de resistencia debe ser vista

    entoncescomo un sustraendo social de la vulnerabilidad, lo que incidira enuna disminucin del riesgo.

    Pero, la relacin entre capacidad de resistencia y vulnerabilidad no esunvoca. Una sociedad u organizacin puede ser muy vulnerable pero tener

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    una gran capacidad de resistencia, como sucede con los millones de perso-nas afectadas peridicamente por las grandes inundacionesdel YangTseenChina, o provocadas por el monzn en Bangladesh. Las instituciones de sa-lud y su burocracia especializada tienen una gran capacidad de resistenciaparaatender toda clasedecrisisy emergencias, pero lasedificacioneshospi-talarias han probado su alta vulnerabilidad, en casi todas las grandes cats-trofes.Por lo contrario, lasescuelasno tienen ni la capacidad de resistencia,ni estn preparadas para reducir su vulnerabilidad.

    El mayor desastre provocado por los venezolanos, probablemente ensu historia, sin contar las sangrientas guerras del siglo XIX, ha sido el de losaludes del 15, 16 y 17 de diciembre de 1999. Los eventos naturales que ve-nan ocurriendo durante siglos, desataron una catstrofe justamente donde

    a la gente, sabiendo que no deban, o quizs sin saberlo, les fue permitidoconstruir sus alojamientos y entorpecer las quebradas torrentosas de El vi-la, que de siempre se conoce que provocan aludes y deslaves, en una espe-cie de endemia demoledora. Esto es lo que se denomina ignorancia supina,esdecir, laqueprocede de lanegligencia, o de ignorar loqueesbien sabido;y es la mayor evidencia de nuestra absoluta falta de cultura de seguridad yprevencinde desastres.El resultado: msde 10.000 muertoso desapareci-dos,msde 10.000viviendas destruidas y ms de 100.000 personassinho-gar, solamente en El Litoral y Caracas.

    Lasaccionesdesarrolladas por lasautoridadesnacionales, civiles y mi-litares, no tomaron en cuenta lo que Caldern denomina el conocimientocultural (etno knowledge), o sea la cultura de las poblaciones en riesgo,

    que lessirveen partepara reaccionar, resistir y subsistirenuna localidadque sufre amenazas(Caldern, 2001:67). Por lo contrario, en el caso deVargas, se hicieron masivos traslados indiscriminados de poblacin, haciaremotos lugares, que ignoraron la capacidadde resistenciade las comunida-des asentadas. Hoy estn de vuelta a los mismos lugares, en bastantes peo-res condiciones que en el momento de la tragedia. Esa capacidad de resis-tencia es muy real y se puede constatar en todos los asentamientos huma-nos que comportan amenazas y riesgos. Si no fuera por la capacidad de re-sistencia, como podra explicarse que centenares de familias todava conti-nen viviendo en Nueva Tacagua?2.

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    2 Desde hace ms de quince aos las ms de 3.000 viviendas construidaspor el INAVI en ese sector del oeste de Caracas se han ido derrumbando

    progresivamente por fallas geotcnicas del terreno, se han construidonuevos alojamiento provisionales y reparado edificios que tambin sehan derrumbado; y la gente ha construido, una y otra vez, precarios ran-

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    La propiedad del riesgo y la tica profesional

    Tal como lo seala Aguirre (2004), la discontinuidad en los mandos yen el personal operativo de las instituciones de defensa civil y de losorganis-mos encargados de respuesta y mitigacin de desastres en Latinoamrica,como consecuencia de los constantes cambios polticos, conspira contra eldesarrollo y mantenimiento de esa cultura del riesgo entre las autoridades,lo que tambin disminuye la capacidadde resistenciade lasorganizaciones.Esta falta de estabilidad en las posiciones burocrticas es producida porcambios gubernamentales que ocurren permanentemente, con eleccioneso sin ellas,en los distintos mbitos del poder pblico, y es la causa del crni-co desequilibrio e ineficiencia en los programas de los gobiernos.

    Segn Claude Gilbert (1998: 84-87) la propiedad de un riesgo es unanocinque viene de la sociologanorteamericana(JosephGustfield), es la ideadeque unactoro una organizacin seconsideren propietarios deunriesgopor-que este es un reto de envergadura y porque tienen no slo la voluntad sino lacapacidad detomarlo a sucargo. Uno de los obstculos parael reconocimientoy tratamiento de una contingencia consiste precisamente en que sta carez-ca de propietario, no est inscrita en campos de competencia bien defini-

    das, competa a varios organismos de prerrogativas mal definidas y con in-

    tereses limitados. Un riesgo se gestiona mejor si es objeto de apropiacionesdiversificadas, fuertes y duraderas; y el que estas apropiaciones sean conflicti-vasnonecesariamente esmolesto, al contrario.Hayconflictosentrequienesseexponen al peligro y quienes lo producen o se encargan administrativamentedel.Asimismo en el campo administrativopuede haber incertidumbres y ten-

    siones para determinar a qu estructura competen: medio ambiente, sanidad,economa, obras pblicas, orden pblico, etc. (Gilbert, 2000: 93-102).

    Por otra parte, en los crculos acadmicos y profesionales se habla rei-teradamente de excelencia, pero realmente poco se hace para contribuir agarantizar la seguridad y la calidad antesque la cantidad. Solamente para re-ferirnos a lo que hacen promotores inmobiliarios, constructores, funciona-rios, ingenieros y arquitectos, baste mencionar la mezquina calidad de lasedificacioneseducacionales, ambulatorios, hospitales, vasy puentes,cons-truidos por el sector pblico en los ltimos 25 aos, y la de las llamadas so-luciones habitacionales, viviendas completas o viviendas dignas cons-truidas por los gobiernos y promotores mercantiles. Y estas banalizadas

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    chos sobre losescombros y terrenosya severamente afectadospor movi-mientos de masas, mientras esperan una reubicacin definitiva que seles ha prometido una y otra vez.

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    obras de ingeniera y arquitectura son programadas, diseadas, construi-das, inspeccionadas, supervisadas, y supuestamente mantenidas,porarqui-tectos e ingenieros egresados de nuestras universidades. Aqu hay eviden-cias de un enorme irrespeto a la tica profesional, del que no escapan poromisin, y a veces por comisin, los institutos de educacin superior y loscolegios profesionales. Pero, a quin y cmo se puede exigir responsabili-dadessi, adems, el sistema judicial delpas est totale igualmente colapsa-do por una tica menguada?

    La prevencin y preparacin de la poblacin como

    componente cultural

    Es indudable que hay unnexo importante entre desastre y culturaque nosiempre es reconocidoen susigno positivo.Unveterano ingenierovenezolano,ligadoa laproblemtica de riesgos, sealaba, luegodeldesastredeVargas,quelo ocurrido se deba a que la poblacin asentada en las faldas del vila era deorigen conuquero y no montas, estosltimoss habran tenidopresenteslos riesgos de establecer sus hogares en medio de los cursos de potencialesaguas torrentosas. Este comentario revela el reconocimiento de la existenciade esa cultura frente a los desastres. Sin embargo, lo que generalmente se pre-gonaesque son los expertos quienes deben decirle a lagente comoresguardar-se de los desastres, y como organizarse para enfrentarlos. Aguirre, antes men-cionado,sealaque lacuestin noresuelta esotra:Cules son las formas p-timas de integrar la cultura ante desastres y la gestin de riesgo de una co-

    munidad, al conocimientocientficoy los programasde ayuda?Es evidente

    que unaparte importantede la respuestaestribaenapoyara lasorganizacionescomunitarias. No puede haber gestin efectiva de riesgos si no hay tambingestin comunitaria y reconocimiento explcito de la capacidad de resistenciade la gente que permita aprovechar su participacin en dicha gestin.

    La tareade mejorar la prevencin, preparacin, mitigacin y rehabilita-cin (respuesta post-desastre), frente a desastres naturales o provocadospor el hombre, compete al Poder Pblico en todos sus mbitos, en coopera-cin con empresas de seguros, ONGs., organizaciones de la comunidad, ycomunidades acadmicas, educativas, de la salud y cientficas. Una socie-dad preparadaparaenfrentary resistir riesgos que hansidoprevistos, es unasociedad concultura de riesgos. Ello implica,adems de la voluntad, coope-racin y solidaridad de la sociedad en general, la existencia de una organiza-cin, capacitada tcnicamente, para manejar un plan y las acciones deriva-das, que permitan disponery coordinar eficientemente los recursos necesa-rios para actuar con eficacia y prontitud en el caso de una emergencia.

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    Capacidad de resistencia de la poblacin y el papel

    de acadmicos y profesionales

    Como se ha apuntado, la resiliencia de las comunidades frente a lasamenazasde suentorno es unvalor cultural que incideen la reduccin de lavulnerabilidady por ende de los riesgos.Paraayudar a fortalecer esascapaci-dades, las comunidades acadmicas y profesionales pueden contribuir en(Cilento, 2000: 28-30):

    La estructuracin de un sistema amplio de informacin sobre los ries-gos que pueden afectar reaspropensas a desastres, integrado a lapla-nificaciny diseo de losasentamientos humanos,que reconozca y seapoye en lacapacidad de resistenciade laspoblacionesasentadas.Lasinstituciones de educacin superior y la comunidad cientfica debenintegrarse a este sistema, institucionalizando programas educativos,formales e informales, para apoyar a las comunidades.

    La promociny el soporte desolucionesasequibles debajo costo,pro-puestas innovadoras y prcticas apropiadas, que permitan identificarlos riesgos crticos de comunidades vulnerables (Por ejemplo, mapasde riesgos y programas de reduccin de vulnerabilidad centrados enlas capacidades y experiencia de las comunidades). Esta es otra tareavinculada a la investigacin y extensin universitarias.

    La promocin de normas y ordenanzas especficas sobre uso del sue-lo, planificacin, diseo y construccin, basadas en evaluaciones deriesgos y vulnerabilidad, efectuadas profesionalmente.

    Propuestas parareforzar oportunamente3 la resistenciade infraestructu-ras importantes, redes vitales y servicios crticos, en particular aquelloscuyo colapso puede producir un desastre secundario y/o constreir lasoperaciones de emergencia (escuelas, hospitales, puentes, vas eleva-das, tneles, lneasdealtatensin, tuberasmatrices,etc.) es tareaprio-ritaria,caractersticade losprogramasdeextensinque puedenrealizarlas instituciones universitarias y los centros de investigacin.

    El desarrollo de programas que faciliten la relocalizacin voluntaria, ylaposibilidaddeacceso, a toda lagente a reas que sean menosprocli-ves a desastres, implica la identificacin y descarte de las reas msvulnerables, por ejemplo mediante el uso de mapas de riesgos. Estas

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    3 En este caso oportunamente quiere decir que no se debe esperar laocurrencia de una contingencia para efectuar las obras de reforzamientonecesarias.

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    actividades tambin deben movilizar la participacinde las comunida-des universitarias junto a la gente que pudiera ser afectada por desas-tres.

    El refuerzo y/o desarrollo de sistemas de observacin y alerta tempra-na de desastres inminentes, a nivel local, regional y nacional, es res-ponsabilidad compartida entre el Estado y las comunidades acadmi-cas y cientficas. Pero, estos sistemas tambin deben basarse en laspropias capacidades resistentes y conocimiento emprico de la pobla-cin.

    El desarrollo, difusin de informacin, transferencia de conocimientosy asistencia tcnica sobre materiales, componentes y tecnologas deconstruccin, que permitan mejorar la construccin que realmenteejecuta lagente,e incrementar la capacidadde resistenciaen laszonasresidenciales populares, mayoritariamente auto producidas por susocupantes. Esto tambin est relacionado con la formacin profesio-nal y con las actividades de docencia, investigacin y extensin querealizan los centros de educacin superior.

    Realizacin de cursosde extensin, ampliacin de conocimientos y deespecializacin, centrados en el entrenamiento en prcticas de cons-truccin sostenibles, que incluyan la reduccin de riesgos, dirigidos adiseadores y constructores. Programas de capacitacin pueden tam-binestablecerse para pequeos contratistas, queejecutan la mayorade las viviendas y otras obras en los pases en desarrollo. En general,en los planes de estudios deben incorporarse la variable ambiental y

    los conceptos de sostenibilidad y de reduccin de riesgos. La promocin y estmulo a la participacin de todos los sectores de la

    sociedad en la planificacin de la preparacin frente a desastres, enreas como almacenamiento de agua y alimentos, primeros auxilios,seguridad de bienes y personas; y en prevencin de desastres,a travsde actividades que contribuyan a construir una verdaderacultura de laseguridad, es tarea en la que las instituciones y comunidades educati-vas juegan un papel clave.

    Laexigenciaa las universidades y colegiosprofesionales, deuna slidaformacin deontolgica que afronte los problemas ticos asociados alejercicio profesional de ingenieros y arquitectos, relacionados con elmal usodel suelo, losdelitos ambientales, la violacin de las ordenan-zas, el menosprecio por la calidad y la malapraxisprofesional.

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    Prevencin de desastres tecnolgicos e industriales

    Losasentamientos humanos contemporneos tambincontienen,den-tro o en su periferia, grandes edificaciones e instalaciones industriales quecomportan potencialesamenazas contra la poblacin. Losdosms recientesaccidentes tecnolgicosocurridosenVenezuela:el incendiode tanquesdeal-macenamiento de petrleo en Tacoa y el del gasoducto en la autopista delcentro, ilustran losriesgos a que nosreferimos4. Estos son casos tpicos en losque las iniciativas de prevencin pueden anular los riesgos. Para ello, al me-nos, deberanconsiderarselassiguientes acciones,en lasque tambinlasco-munidades acadmicas pueden tener una amplia participacin:

    El impulso a las actividades de investigacin, mitigacin efectiva y mi-

    nimizacinde losposibles efectosde accidentes tecnolgicosmayores(oleoductos, depsitos de combustibles, derrames petroleros, incen-dios,etc.) mediante polticasde uso del suelo y promocin de tecnolo-gas seguras. Entre otras acciones, esto es materia de investigacin yconsultora especializada, disponible en universidades y empresas deconsultora tcnica.

    Impedir el establecimiento de nuevos desarrollos alrededor de activi-dades o instalaciones industriales peligrosas que puedan incrementarel riesgo de los efectos de un accidente mayor, es tambin una accinen laque lascomunidadesacadmicas jueganel rol de monitoreo y de-nuncia. Igualmente en el de denunciar para impedir el paso o localiza-cin de instalacionespeligrosas, a travs o en las inmediaciones de zo-nas pobladas, que pudieranserafectadas en caso de un accidente ma-yor.

    La promocin y estimulo a la participacin amplia de la poblacin quehabita en la vecindad de instalaciones peligrosas, en las actividadesdepreparacin para enfrentar desastres, suministrndoles regularmenteinformacinadecuada sobre lospotencialespeligros, de manera de re-forzar su capacidad de resistencia.

    Monitorear y denunciar la negligencia y fallas de mantenimiento y fun-cionamiento de los sistemas operativos en edificaciones e instalacio-nes industriales, que pudieran ocasionar accidentes mayores.

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    4 Otro caso es el del incendio de la Torre Este de Parque Central en Cara-cas,ocurridoel17deoctubre de2004, afortunadamente endadomingocuando estaba desocupada.

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    Tambin debera corresponder a las instituciones de educacin superiorparticipar con las organizaciones comunitarias, en el desarrollo y, even-tualmente,elmantenimientodesistemasdeobservaciny alerta tempra-na a la poblacin, para el caso de un accidente tecnolgico mayor.

    Ayuda post-desastre, rehabilitacin, reconstruccin

    y reasentamiento

    Al igualque la capacidadde resistencia de la poblacin, el rol de las ins-tituciones de educacin superior y de las comunidades cientficas es tam-bin de primera importancia, durante la fase de rehabilitacin y reasenta-miento de las comunidades. Particularmente, por la necesidad de crear las

    condiciones para que el alojamiento de la poblacin se pueda desarrollarbajocriteriosde sostenibilidadque reduzcanvulnerabilidad y riesgos.Lassi-guientes acciones seran imprescindibles:

    La investigacin en los aspectos tcnicos, sociales, econmicos y am-bientales de la reconstruccin post-desastre, a fin de garantizar laadopcin de lineamientos y estrategias sostenibles, que se apoyen enlas capacidades de resistencia de las propias comunidades.

    El desarrollode planes de contingencia o emergencia,as como planesde alojamiento, cientfica y tcnicamente evaluados, que permitan ac-tuar inmediatamente en los procesos de rehabilitacin, reconstruc-cin y reasentamiento. Estas acciones deben concebirse como unaoportunidad inaplazable para garantizar la sostenibilidad del asenta-

    miento rehabilitado, o de un nuevo asentamiento en otro lugar. La insercin de losplanes dealojamientoen las polticas econmicasy

    en losplanesnacionales y localesdedesarrollourbanoy vivienda. Estoimplica la habilitacin en avance de tierras, que adems de atender laprogramacin ordinaria, pudieran ser utilizadas para reasentamientosen casos de catstrofes.

    La promocin de la realizacin de simulacros y ejercicios para ensayarla respuesta y los planes de auxilio inmediato a las comunidades quepudieran ser afectadas por desastres.

    El uso de lascapacidades instaladas, cientficas y de ingeniera, para ladeterminacin y monitoreo de daos, y para implementar tcnicas es-peciales de rehabilitacin y reconstruccin.

    La identificacin y el apoyo a propuestas relativas a las necesidades ur-gentes de alojamiento de los afectados o internamente desplazados,incluyendo la investigacin y desarrollo de tcnicas para la construc-cin de alojamientos temporales o de emergencia con servicios bsi-cos, si ese fuera el caso.

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    Soportar tcnica y cientficamente a los grupos relevantes interesadosen apoyar las actividades de alivio, rehabilitacin y reconstruccin; y alas comunidades afectadas para garantizar su participacin activa.

    Participar en la evaluacin y aseguramientode que en todos los esfuer-zos de comunicacin, rescate, relocalizacin, rehabilitacin y recons-truccin, sean consideradas las necesidades particulares de madres,nios,ancianos, personasdiscapacitadas y otrosgrupos vulnerables.

    Conclusin

    La reduccin de la vulnerabilidad de los centros urbanos frente adesastres naturales o artrpicos, est indisolublemente ligada a la capaci-

    dad de resistencia de la poblacin y a la necesidad de desarrollar asenta-mientos humanos sostenibles, o en todo caso de aumentar la sostenibilidadsocial, econmica, tcnica y ambiental de los asentamientos existentes.Pero estos requerimientos -reducir la vulnerabilidad y aumentar la sostenibi-lidad- no podrn ser alcanzados si no se desarrollan enfoques comprehensi-vos, sostenidosen el mediano y largo plazo,que sustituyan la improvisaciny el mientrastantismo que han caracterizado las actuaciones pblicas entodos sus mbitos, en la Venezuela de los ltimos treinta aos.

    La mitigacin de los desastres debe ser incorporada a la planificacineconmica y social, no slo con la visin de preservar la infraestructura fsi-ca,sino ante todoconel objetivo deestimular laconstruccin desociedadesresistentes a los desastres. Diagnsticos y estudios especficos existen, loapremiante es pasar de las propuestas a la accin, y ello slo ser posible sise crea paralelamente, como se ha sealado, una slida cultura de seguri-dad, calidad y prevencin de desastres. Y en la construccin de esa culturatodo el sistema educativo, las universidades y otros institutos de educacinsuperior, as comoloscolegiosprofesionales, juegan un papel preponderan-te y tienen una responsabilidad urgente e ineludible con la sociedad.

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