DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a...

16
DIOSCUROS El Espejo de la Verdad ERYA

Transcript of DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a...

Page 1: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

DIOSCUROS

El Espejode la Verdad

ERYA

Page 2: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

DIOSCUROS

El Espejo de la Verdad

ERYA

Page 3: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

© 2018, Erya© Ilustración de cubierta: Ico Lizhen, Pietro Víktor Carracedo AhumadaCorrección: Ana EscuderoPrimera edición: septiembre 2018

Derechos de edición en español reservados para todo el mundo.

© 2018, Ayaxia Ediciones www.ayaxiaediciones.com

ISBN: 978-84-947717-7-4

Depósito Legal: M-30337-2018

Impreso en España.

Queda rigurosamente prohibida, sin autorización por escrito del editor, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 7021970 / 93 2720447).

Page 4: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

Querido lector:

Estoy emocionada de verte de nuevo por aquí. ¿Disfrutaste del viaje a Ahtti? Espero que sí. Ya has podido descubrir mu-chas cosas de Anbes y de los personajes, pero no creas que todo ha sido desvelado...Si te gusta, por favor, da tu opinión sobre esta aventura, re-comiéndala y compártela, ya que solo llegaremos a la recta final si muchos viajeros se unen a nosotros.¡Gracias!

Page 5: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

A Pilar y Mireya, que también han hecho posible este proyecto.

Page 6: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

6

El fuego bailaba ante los ojos rosados de la joven, que se arrebujaba en el interior de su capa. Echaba de menos la calidez del sur, y le alegraba saber que pronto se adentra-rían en el cálido reino de Ireen, donde reinaba la dioscura del este. Le encantaba el calor. Se retiró un mechón dora-do y lo colocó tras su oreja, con la mirada fija en las llamas hipnotizadoras.

Fhirodall avivaba la hoguera con una mano, acariciaba su pierna izquierda, la de madera, con la otra y echaba fuga-ces miradas lila hacia una chica que estaba apoyada en un árbol cercano, envuelta en la oscuridad de la noche. Cruzaba sus brazos sobre el pecho y su cabeza miraba hacia abajo, lo que provocaba que sus cabellos azules con algún mechón plateado ocultaran parte de su cara. El chico se pasó una mano por su pelo moreno de puntas blancas. No estaba muy seguro de qué decir en un momento como ese.

Los otros se habían marchado al descubrir que Ereh-na era una dioscura y él un asesino. Dedkare había querido llevarse a Oione con él, pero la muchacha había preferido quedarse con Erehna. Cudrinn había seguido los pasos del otro chico, y Oerara, la lince inseparable de Fhiro, también se había marchado con ellos.

Se notaba su ausencia. Incluso la de Cudrinn, por iróni-co que fuese.

I

Page 7: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

El Espejo de la Verdad

7

El cazador suspiró. Sabía que ellas no lo estaban llevan-do nada bien. Dedk siempre había sido como un hermano mayor para Oione, por lo que tenía entendido. Podía com-prender a la doncella: él se había sentido así al tener que se-pararse de su hermano. Además, había hecho buenas migas tanto con el rey como con la lince. Y en cuanto a Erehna… La miró durante unos segundos. En alguna ocasión la ha-bía visto mantener conversaciones profundas con Cudrinn. Y, por otro lado, era fácil apreciar sus sentimientos al ver cómo miraba a Dedk.

Él, sin embargo, estaba acostumbrado a eso: las perso-nas entraban en su vida y, en cuanto empezaba a sentir algo por ellas, desaparecían… Dedk y Cudrinn le caían bien y ha-bía llegado a considerarlos amigos. Y en cuanto a Oerara… ¿Por qué se había ido con ellos? Apretó los dientes y volvió a mirar al fuego. No lo entendía.

—¿Por qué no eres como tus hermanos?La voz de Oione se extendió por el pequeño claro en

que se hallaban. Fhiro levantó la mirada, intrigado, y miró también a Erehna, quien dirigió sus ojos lilas hacia ambos. Se acercó a ellos, permitiendo que la luz de las llamas la ilu-minara. Se sentó entre sus compañeros y sus ojos reflejaron las llamas durante unos instantes.

—No lo sé —confesó.—¿Cómo no vas a saberlo? —La doncella no lo entendía.—Los dioscuros somos seres malvados que tenemos

prohibido unirnos con seres inferiores, pero algunos, como mi madre, desobedecen. Nuestro padre era un sabio, no un dioscuro, y yo creo que eso ha tenido algo que ver. —Se lle-vó las rodillas al pecho y las rodeó con sus brazos—. Ya lo visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él. Y luego estoy yo. Nunca he querido hacer lo que se supone que, como dioscu-ra que soy, debo hacer. —Se miró las manos—. Soy un bicho raro para los míos y objeto de desprecio para los vuestros…

Page 8: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

Erya

8

—Nosotras no te despreciamos —afirmó Oione con una sonrisa—. Eres genial… A veces —musitó para sí. El he-cho de que su amiga fuera una dioscura todavía le imponía.

Erehna intentó sonreír.—Lo que no entiendo… —intervino Fhiro, pensativo.

Era el único que había sabido desde que dejaron Svilda que Erehna era una dioscura. Pero no conocía su historia por completo—, es por qué tus hermanos nunca han interferi-do en Arcadia. Quiero decir, no creo que les hiciera mucha gracia que su hermana no se comportase como debía… ¿no?

—Nunca lo han sabido. —Le devolvió la mirada—. Siempre he simulado asesinatos y he provocado desapa-riciones en Arcadia. También he destruido algunas cosas, como edificios importantes. Así provocaba que la gente me temiera y todo ello llegara a oídos de mis hermanos. Era la única forma de proteger Arcadia contra ellos.

—¿Qué quiere decir simular asesinatos? —Oione se puso un dedo en la mejilla mientras trataba de comprender aquello—. ¿Actores? ¿Te crees que una dioscura va a hacer algo tan cutre como eso? —se preguntó a sí misma.

Erehna suspiró y se levantó. Se llevó la mano izquierda a la cadera y con la otra hizo como si de ahí desenfundara una espada. Lo que Oione no esperaba era que realmente sacara el arma. Fhiro abrió mucho los ojos. Ya lo había visto una vez, pero no dejaba de ser sorprendente. La espada te-nía un mango azul zafiro y la hoja de plata, ambos muy bien cuidados y trabajados. La empuñadura parecía haber sido fabricada por la propia magia, aunque teniendo en cuenta que lo había creado una dioscura, tenía sentido que así hu-biera sido.

La dioscura dio unos pasos hacia el cazador, que la mi-raba expectante. En un rápido movimiento le clavó la espa-da en el pecho. Oione gritó, aterrada.

Page 9: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

9

Miró a su derecha. La lince le miraba fijamente. Por fin había convencido a Dedkare de que se detuviese a descansar. Este había echado a andar a paso ligero, queriendo alejarse de los otros. Y allí estaban, sentados uno frente al otro, apoyan-do sus espaldas en dos robustos árboles. Oerara estaba a su lado y eso le extrañaba, pues el animal y él nunca se habían llevado especialmente bien. Se atrevió a estirar el brazo lentamente para acariciarla, mientras con la otra mano se revolvía su pelo negro. Oerara no se apartó al sentir el con-tacto, sino que empezó a ronronear con gusto. Cudrinn tuvo la impresión de que la lince necesitaba apoyo. Y él también. Descubrir la verdad sobre Erehna había sido un duro golpe. Jamás lo habría creído si no lo hubiera visto con sus propios ojos. ¿Cómo imaginarse que una vulgar bibliotecaria podía ser en realidad la dioscura del sur? Una de las pocas perso-nas que confiaban en él… era el ser malvado y despiadado que le había quitado su reino. ¡Cuánto teatro! ¿Cómo había sido capaz de engañarlos tan bien?

Dedk se levantó, incapaz de aguantar sentado por más tiempo. Se desordenó el pelo castaño, nervioso. Apoyó la muñeca en el árbol y en ella la cabeza, con la mirada esme-ralda perdida. No debía haber dejado a Oione con aquellos seres. No había querido obligarla, pero quizás debía haber-lo hecho por su bien. ¿Y si le hacían algo? Respiró hondo. Fhirodall se había metido en el grupo sin que sospecharan

II

Page 10: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

Erya

10

nada de él. Se había ganado la confianza de todos, incluso la suya propia, en un parpadeo. ¿Los habría utilizado para pasar desapercibido? Inspirar, espirar. Y finalmente estaba ella. Erehna. ¡Qué bien le había engañado! Pero también era su culpa: no había estado atento a las evidencias. Se había dejado llevar por esa máscara que siempre había mostra-do ante los demás. Esa máscara que había hecho despertar sentimientos profundos en él. Y también en otros, como Ga-bbeindar. Recordó el beso que se dieron en Ahtti. Todavía podía sentirlo en sus labios.

«No». Apretó los dientes con rabia y apartó sus senti-mientos, enterrándolos en lo más hondo de sí. Tenían algo muy importante que hacer: salvar Arcadia.

Giró la cabeza para mirar a su compañero. Este acari-ciaba a Oerara con aire distraído. Había tenido que acabar precisamente con el rey. No era su mejor baza para ayudar al reino, pero no tenía a nadie más. Aunque, ¿qué podrían lograr juntos? Quizás encontrar una muerte segura.

Con un gesto de cabeza, le indicó a Cudrinn que conti-nuaran. Sin embargo, el rey no se movió. Consideraba que no habían descansado lo suficiente. La noche estaba casi so-bre ellos: lo mejor que podían hacer era intentar conseguir algo que llevarse a la boca y descansar, y así se lo hizo saber a su compañero.

—¡No podemos perder más tiempo! —gritó Dedk.—¿Comer y descansar te parece perder el tiempo? ¡Cla-

ro! Lo mejor es que continuemos hasta que no podamos más, hasta que no tengamos fuerzas ni para conseguir ali-mento. —Cudrinn se levantó, encarándose con él.

—Encontraremos algo por el camino para comer.—Claro, los alimentos van a venir a nosotros suplicán-

donos que los comamos —replicó el rey sarcástico.—Podemos continuar un buen trecho.—Estás loco. —El rey negó con la cabeza. Oerara seguía

a su lado y miraba a Dedk suplicante.

El Espejo de la Verdad

Page 11: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

El Espejo de la Verdad

11

—¿Loco? —Se acercó más a su compañero—. Te re-cuerdo que tu reino ha sido atacado, y a saber en qué condi-ciones se encuentra ahora… Cuanto antes lleguemos a Arca-dia, antes podremos hacer algo…

—¿Esto es por Arcadia o es por ti?—¿Cómo? —preguntó Dedk con una mueca que deno-

taba incredulidad.—Necesitas tener la mente ocupada. Necesitas hacer

algo que te haga olvidar. Necesitas alejarte de ella… —Seña-ló con la cabeza la dirección en la que se encontraba el resto del grupo y se cruzó de brazos. Supo que había dado en el clavo al ver que Dedk desviaba su mirada verdosa hacia un lado.

—Bobadas. Necesito recuperar mi vida.El rey puso los ojos en blanco ante la testarudez de su

compañero. Chasqueó la lengua y desapareció entre los ár-boles en busca de algo que cenar. Nunca había cazado —la caza no le había atraído especialmente, como al resto de miembros de la nobleza—. De eso siempre se había encar-gado Fhiro, pero él no estaba y, al parecer, Dedk no estaba por la labor de intentarlo. Cudrinn dudaba de poder con-seguir alguna pieza, sin embargo, debía intentarlo. Por un momento, una pequeña sonrisa irónica floreció en su rostro real: ¿cuándo se habían intercambiado los papeles?

Oerara le siguió trotando alegremente y el rey pensó que podría serle de ayuda.

El otro chico los vio desaparecer. Cogió aire varias veces y lo soltó con lentitud, tratando de relajarse. Había estado a punto de lanzarse a por él, de pegarle un buen puñetazo en la cara por hablar más de la cuenta.

«¿A quién quiero engañar? Cudrinn tiene razón, maldi-ta sea…».

Page 12: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

12

El cuerpo de Fhiro cayó inerte en el suelo. Oione se alejó tapándose la boca con las manos, muerta de miedo. Erehna pensó que quizás había sido un poco drástica con la demos-tración, pero era mejor verlo que contarlo. Con una simple explicación no habrían comprendido la realidad de lo que había estado haciendo durante años para parecer una ase-sina, no solo ante los ojos de sus hermanos, sino también de todo el reino de Arcadia.

Unos pasos se acercaron y alguien surgió de entre los árboles, sacudiéndose la ropa y mirando su propio cadáver. Oione se llevó un buen susto al verle aparecer. Miró al cuer-po y luego al cazador, y repitió la acción varias veces. Fhiro se agachó a los pies de la dioscura, donde supuestamente yacía él.

—Creo que me he perdido algo —dijo sin poder evitar que una carcajada escapara de su boca.

—No puede ser… No puede ser… —decía Oione—. ¿Tú lo has visto? ¿Verdad? ¿No han sido imaginaciones mías? —se preguntó a sí misma antes de acercarse también a examinar el cadáver.

—Hechicé esta espada para que, en el momento que en-trara en contacto con una persona, esta apareciera en otro lugar. Lo que veis ahí tirado no es más que una ilusión —ex-plicó la joven de pelo azul.

III

Page 13: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

El Espejo de la Verdad

13

Oione extendió su brazo y con el dedo índice tocó el cuerpo. No era una ilusión.

—Será más real cuanto más creáis en ella. —Erehna avanzó, y por un momento pensaron que iba a subirse sobre la tripa del yaciente. Sin embargo, sus pies lo atravesaron, para sorpresa de sus compañeros.

—Entonces… ¿esto fue lo que le hiciste al sirviente de Dreander? —Fhiro se levantó y la miró a los ojos, completa-mente aliviado de saber por fin la verdad. Ella le había expli-cado que era una dioscura y que no era como sus hermanos, pero se había guardado muchos detalles para sí, como el tema del asesinato que presenció. Su amiga asintió, devol-viéndole la mirada.

—Ahora está en un lugar seguro y mucho mejor.—Nunca… —La doncella también se levantó, apartan-

do sus cabellos dorados y dirigiendo sus ojos a la dioscu-ra—. ¿Nunca has matado a nadie? Todos los asesinatos que se decía que cometías… Cuando mataste a aquella familia el día que yo fui al mercado… —Un escalofrío le recorrió la espalda al recordarlo. Aquel día había estado cubierto de nubes negras. Su madre estaba enferma, así que ella había ido en su lugar a por unos ingredientes que necesitaban en las cocinas reales. La dioscura apareció sobre la fuente de la plaza. La gente gritó y muchos huyeron despavoridos. Otros, como ella, se quedaron quietos, inmovilizados por el pánico. La dioscura del sur nunca dejaba su rostro al descubierto. Iba con una capucha que la tapaba casi en su totalidad, pro-porcionando una oscura sombra hasta la barbilla. De vez en cuando iba a la ciudad en busca de diversión. Gracias a la reina Dánade, sus visitas solían estar espaciadas entre sí, dando un respiro a los habitantes. Eligió a un niño de tres años para llevárselo, pero los padres se postraron y le su-plicaron que se los llevase a ellos. Como se negó a atender su petición, el hombre se enfrentó a ella mientras su esposa huía con su hijo. Sin embargo, la dioscura creó su famosa espada, un arma cuyo reflejo azul y plateado era lo último

Page 14: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

Erya

14

que uno veía antes de morir, y se la clavó al hombre en el corazón. Luego persiguió a la mujer y le dio muerte. El niño corrió la misma suerte—. ¿No están muertos? Eso… eso no puede ser.

—Todas aquellas personas que «maté» aparecían sanas y salvas en mi castillo. —Erehna guardó su espada y, ante la mirada interrogante de ambos, se apresuró a aclarar—: Ahora lo he cambiado para que no te fueras tan lejos. —Fhi-ro sonrió y desvió la mirada—. Luego las llevaba a un lugar donde podían vivir en paz y a salvo de mis hermanos. Un lugar bien oculto en la frontera de Arcadia. Ni siquiera yo puedo encontrarlo en realidad, pero conozco la zona que lo comprende.

—¿Existe un lugar donde los dioscuros no pueden en-trar? —Oione entrecruzó los dedos por debajo de su barbi-lla con la esperanza brillando en sus ojos—. ¿Nos llevarás allí? —Fhiro y Erehna supieron enseguida que se refería a ella misma y a esa persona invisible con la que hablaba.

—Si es lo que quieres —dijo acercándose a su amiga y mirándola con cariño—, te llevaré allí cuando terminemos en Ireen.

La doncella se abrazó a ella gritando de alegría. Un lu-gar libre de dioscuros, de dolor y muertes. Algo que siempre había soñado.

—¿Sabes? Ella sabía que nunca has matado a nadie. Me lo dijo desde que descubrimos quién eres… —Miró a la dios-cura con sus ojos asalmonados y esta se emocionó. Luego Oione se separó y se sentó de nuevo con las piernas cruza-das—. ¡Queremos que nos cuentes una historia!

Erehna alzó una ceja, pero al ver que Fhiro también to-maba asiento y dirigía sus ojos expectantes hacia ella, se en-cogió de hombros y aceptó. Se aclaró la garganta y comenzó:

—Al nacer, vemos la luz; ella nos augura una larga y be-lla vida… ¿Felicidad? Sí, ella inunda nuestra esencia cuando florecemos; solo hay felicidad.

Page 15: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

El Espejo de la Verdad

15

»Pasamos la infancia cual estrella fugaz: brillante y es-plendorosa, veloz y breve. Pronto alcanzamos la hermosa juventud, la cumbre de nuestra existencia, la gloria más re-gia. Hay quienes encuentran la mitad de su ser, aquella con la que recorrerán el resto del camino, juntos… para siempre. A otras, una montaña inaccesible nos separa de ella y nunca la llegamos a conocer. Sí, yo soy de estas. Comencé sola mi camino, lo he recorrido sola y así será por siempre.

»Ya se acerca mi final, llego al término de mi errante vida. Sigo viendo la luz, ella siempre me acompaña y será quien me dedique la última mirada. No importa lo que ven-ga después; no me importa fundirme en el suave valle, o morir en el más cálido abrazo, o ser llevada por el viento, conociendo otros lugares hasta exhalar mi último suspiro. Ni importa siquiera caer a la nada, y por ende al olvido, ser pisoteada incluso después de la muerte.

»Otras más vendrán después de mí, y cada una narrará su propia historia…

La doncella sollozó con los dedos entrelazados bajo su barbilla. Fhiro seguía mirándola, perdido en las palabras que acababa de escuchar.

—¿De quién trata la historia? —preguntó el cazador.—¿No os habéis dado cuenta? —inquirió Oione. Al es-

perar la respuesta negativa de él y otra que solo ella podía escuchar, aclaró—: Es la historia de una lágrima.

Entonces Fhiro recordó cada palabra y supo que tenía sentido. Que la montaña inaccesible era la nariz. Incons-cientemente se la tocó, provocando la risa de las chicas por la cara que estaba poniendo.

—¡Cuéntanos otra! —exigió Oione.—Es tarde…—Oh, venga, por favor…Erehna suspiró, pero se mantuvo firme.—Si queremos aprovechar bien mañana, lo mejor es

que descansemos ya.Oione hizo un mohín, pero obedeció.

Page 16: DIOSCUROS El Espejo de la Verdad - Ayaxia Ediciones · 2019. 12. 16. · visteis en Dreander: a veces es bueno, a veces, malo. Sin em-bargo, Ehrik… no hay rastro de bien en él.

Erya

16

Por la mañana, la doncella dormía plácidamente con la boca abierta y su pelo tapando la mitad de su cara. Pare-cía una niña. Erehna vio que algo había caído de su bolso y, curiosa, se acercó a echar un vistazo. Era un pergamino arrugado. Lo estiró y vio a Fhiro retratado en él: se le acusa-ba de asesinato y se ofrecía una cuantiosa recompensa por su cabeza.