La infancia de Ecolollito

Cuando la maestra Rosalbina y su esposo Julián se enteraron de que iban a tener un bebé se abrazaron y lloraron, estaban muy felices. Luego de unos pocos meses decidieron y exclamaron: “Se llamará Ecolollito”.

Como Rosalbina había asistido a clases de estimulación temprana ella le cantaba, le contaba historias, le hablaba de los árboles y plantas, de los ríos, etc.

Cuando Ecolollito nació sus padres lloraban de felicidad abrazaron a su nuevo hijo y Rosalbina exclamó: “Soy la mujer más feliz del planeta”.

Ecolollito crecía, hasta que llego el día de ir a la escuela, él era el primero en todo sin esforzarse demasiado, era el más feliz y claro el más juguetón.

El empezó a comunicarse con las plantas, flores y árboles de su casa, cosa que extrañaba a sus padres.

Ecolollito conversa con los lupunas

Ecolollito deseaba ir al monte con su padre a traer leña para cocinar porque sabía que allí había árboles y quería verlos, pero su padre siempre le decía:

-Cuando cumplas 7 años te llevaré.

Al llegar el ansiado día, Ecolollito estaba más feliz que nunca mientras su padre cortaba un árbol el percibió el temblar de 2 lupunas y exclamó: “¿Por qué tiemblan?”

- Porque tu padre nos puede hacer daño.- respondieron

Le contó a su padre esta escena quien en vista de que este episodio se repetía lo llevó con un médico, quien después de largos minutos de escuchar a Ecolollito concluyó que tenía poderes sobrenaturales.

Días después el padre Ecolollito lo llevó de nuevo al monte, en eso Ecolollito tuvo una excelente idea que se la dijo a su padre:

-Papá ¿por qué en vez de talar árboles recogemos las ramas secas de ellos?

_ Me has dado una buena idea.- respondió el padre.

Cada fin de semana solo recogían las ramas secas, Ecolollito cada vez sabía más y más cosas de los árboles por sus “conversaciones” y les prometió que los defendería de los “depredadores” como llamaban a los que cortaban árboles.

Encuentro de Ecolollito con un otorongo

Ecolollito cada vez se internaba más en el bosque, luego de muchas horas de “conversar” con los árboles decidió irse a casa cuando de pronto divisó a un otorongo, se asusto mucho por primera sentía lo que era el miedo.

Ecolollito pensó tal vez puedo comunicarme con el igual que con las plantas, estaba en esos pensamientos cuando un rayo color naranja cayó del cielo e iluminó a Ecolollito, este último no siento más miedo y le transmitió el siguiente mensaje:

-Quiero ser tu amigo para defenderte de los cazadores y tú me ayudes a proteger los árboles de los depredadores. Mi nombre es Ecolollito y tú te llamaras Valiente”

- Te ayudaré a proteger los árboles y te agradezco por defenderme de los cazadores

El otorongo después de decir esto se fue. Ecolollito regresó a casa al ir escucho decir que gracias a los depredadores se quedarían sin árboles, después de contar su aventura le comento este hecho a su padre quien le dijo que eso jamás sucedería que siempre habría árboles cosa que tranquilizo a Ecolollito.

Aventuras Increíbles en el Amazonas

El Sr. Julián propuso ir al pueblo a informar la tala ilegal en una carta que todos firmarían, cinco personas se ofrecieron a ir, entre ellos el padre de Ecolollito. Ecolollito muy emocionado por ver el Amazonas pidió permiso para ir el cual fue concedido.

Partieron en canoa Ecolollito pudo hablar con los peces y les prometió que los protegería de los pescadores. Después de horas de remar y remar llegaron al pueblo y dejaron la carta en la Municipalidad, la Prefectura y la Comandancia Policial.

En la noche, ya habiendo partido, durmieron a la intemperie, horas después los despertó un grito uno de los bogas estaba siendo devorado por una anaconda Ecolollito actuó rápido, ahorcó a la brutal anaconda y la arrojó lejos. A la noche siguiente viendo la experiencia pasada tomaron muchas precauciones se turnarían a hacer vigilancia y dejarían una lámpara encendida.

Por la mañana ya estaban cerca subieron a la canoa, pero el padre de Ecolollito fue ferozmente atrapado por la mandíbula de un lagarto Ecolollito nuevamente lo salvo.

Su padre estaba malherido pero, gracias a Ecolollito seguía con vida.

Los depredadores hieren a Valiente

Ecolollito al ver que las autoridades no habían tomado medidas para proteger el bosque decidió trazar un plan proteger el bosque de ellos, para empezar se reunió con Valiente y lo citó para la próxima semana.

A la semana siguiente ellos se acercaron lo más que pudieron a los depredadores, Valiente se lanzó a uno de ellos, sus compañeros se alejaron; pero 2 hombres armados con un rifle le dispararon al pobre otorongo, este cayó herido. Cuando los depredadores se alejaron creyendo muerto a Valiente, Ecolollito decidió curarlo con plantas medicinales.

Un día después Ecolollito regresó a ver como estaba Valiente, se sorprendió al ver que ya no estaba se alegró porque sabía que si se había podido irse estaba mejor.

Cada vez que Ecolollito se internaba en el bosque ya no oía las sierras de los depredadores se puso muy feliz.

“Ahora si podre estudiar con más tranquilidad” pensó.

Visita de los escolares al bosque de Aljapampa

El colegio de Ecolollito organiza 4 vistas al año al bosque de Aljapampa, a él le maravillaba; pero no le gustaba que sus compañeros llevaran hondas para tumbar a los pobres pájaros y llevárselos en jaulas a sus casas.

Ecolollito decidió alertar a las aves, estas últimas cada vez que oían el mensaje se iban de las ramas y luego agradecían a Ecolollito por salvarlos de que les quitaran su libertad.

Al regreso del paseo Ecolollito le dijo a su papá:

- ¿Papá, quien es el más afectado de la tala de árboles?

- Nosotros, los humanos.

- ¿Por qué?

-Porque los árboles purifican el aire contaminado y solo nos dejan el aire bueno, pero sin embargo muchos no se dan cuenta de esto y por eso los talan y cortan, hijo.- respondió mi padre.

Conversaciones de Ecolollito después de la comida

Ecolollito es hijo único, pero es laborioso y no es exigente, cuando su padre le pregunta que quiere para Navidad él responde:

- Maderitas y palo de topa

Su padre siempre se asombraba con esta respuesta. Cuando Ecolollito ya sabía leer, su padre le dijo que escogiera el libro que más le gustará de la biblioteca. Ecolollito escogió Cuentos de la Selva de Horacio Quiroga.

Después de las comidas Ecolollito le preguntó a su padre.

- Papá ¿cuando tú eras niño tenías canoa?

- Por supuesto hijo, desde pequeño.

Después de decir esto le cantó un lindo poema sobre su canoa, luego ante la insistencia de Ecolollito también le canto sobre un trompo, de un tambor, y por último la que más le gusto a Ecolollito la del río

Ecolollito se quedó fascinado agradeció a su papá por contarle tan bonitas poesías y melodías.

Ecolollito y su perro amaestrado

Ecolollito tiene un perro color ladrillo llamado Volcán es común, pero aprende muy rápido, mediante la “comunicación” que tienen Volcán ya sabe muchos trucos.

“Saluda a mis amigos” dice y Volcán cumple la orden.

Pero a veces, el que a Ecolollito le vistan muchos niños, no le hace caso. “Ya me canse” piensa, pero solo él puede captar lo que le dice, no hace otra cosa que reírse, ante el desconcierto de los niños.

Curiosamente cuando lo visitan solo niñas Volcán no deja de levantar la pata.

Volcán desea ir con Ecolollito al monte pero siempre le dice:

-“Quédate cuidando la casa cuando crezcas, yo te llevaré”

Pero una vez Volcán desoyó la advertencia y lo siguió, Ecolollito se dio cuenta kilómetros adelante. Volteó y vio a volcán a punto de ser mordido por una shushupe. Actuó rápido corrió hacia Volcán y se fue, la shushupe no pudo aguantarle la carrera.

De regresó a casa le dijo: “Ya ves, casi eres devorado por la serpiente cuando crezcas yo mismo te pediré que me acompañes, eso sí cuando puedas defenderte de los peligros que hay en el bosque

Ecolollito y sus conversaciones con el sacerdote

Desde que Ecolollito cumplió seis años iba a la iglesia a oír la misa. Cuando fue por primera vez imitaba a su madre, pero después de que hizo su primera comunión el ya no tenía que imitarla; ya sabía qué hacer.

Después de la misa Ecolollito se quedaba unos instantes a conversar con el sacerdote, el padre Venancio. Un día le preguntó si él creía en los milagros.

A lo que el padre no dudó en decirle que si y le contó un milagro que le sucedió: el estaba en la universidad y fue de noche a nadar él se subió al trampolín más alto que había, luego el vigilante al ver que se iba a lanzar a la piscina prendió la luz y ¡no había agua!

Ecolollito se sorprendió y le dijo que le contará otro milagro más, pero el padre se rehusó y le hablo de los milagros que él había hecho como cuando salvaste al boga de ser devorado por la serpiente o a tu papá lo salvaste de que el lagarto se lo comiera o también cuando salvaste a tu perro de ser mordido por la shushupe. Pero ¿sabes que milagro ocurre siempre?

- No padre

- Es la respiración.

Y así cada domingo después de la misa Ecolollito se quedaba a hablar con el sacerdote sobre los milagros.

Anécdotas de Ecolollito en la escuela

Ecolollito ya tiene 15 años y cursa 4° de secundaria es respetuoso y amable con sus maestros y amigos: no le gustan las peleas y cuando otros están a punto de agarrars3e a golpes él está allí para evitarlo.

“No debemos pelearnos porque algún amigo nos insulta o se ríe de nosotros, a mi ustedes a veces me dicen mono, mentiroso y no me molesto “dice Ecolollito

“No sé qué es lo que hace Ecolollito pero siempre me convence” decía Griceldo Tapullima uno de sus compañeros de aula.

“Es verdad yo siento que Ecolollito tiene algún poder” afirma Gilberto Rodríguez.

A veces Ecolollito les juega bromas a sus compañeros. Por ejemplo, cuando la maestra Meliana pregunta si alguien tiene alguna duda uno de los alumnos responde:

- Yo señorita Malaria

Otra broma es cuando la maestra Dolores pregunta quien quiere salir a la pizarra otro responde:

- Yo señorita Dólares

Y las risas se escucharon en todo el colegio.

Ecolollito y la lectura

A Ecolollito le gusta leer cuentos porque sus padres le inculcaron este hábito antes de que incluso aprendiera a leer, su mamá siempre le contaba muchos cuentos y a él le gustaban mucho.

Ecolollito tenía su propio lugar para leer era un pequeño escritorio, pero era suyo, siempre leía allí era un lugar alejado de los ruidos que podían interrumpir su lectura. Ecolollito tenía una afición especial por la poesía; llegó a ganar el primer lugar en un concurso con las composiciones sobre un trompo y de la Navidad.

Ecolollito es de contextura muy normal, pero es fuerte gracias a que come de todo en especial cosas nutritivas o alimentos con poca grasa.

Sin embargo no hay alimento que no le guste, por eso se sorprendió al escuchar hablar a una de las mamás que su hijo solo come pollo a la brasa con papas fritas y añade “Pues si le sirvo otro menú no come”.

Ecolollito se lo comentó a su papá quien le dijo que: “La culpa lo tienen sus padres por no enseñarle a comer variado”.

Las novias de Ecolollito

Casi todas las chicas que estudian con Ecolollito afirman ser su novia.

-Yo soy la novia de Ecolollito- dice Marieta

-Mentirosa porque la novia oficial de Ecolollito soy yo.- Dice Yesenia

-Y ¿por qué eres su novia “oficial “?

- Porque a mí el me besó.

-El único que puede decir quien en su verdadera novia es Ecolollito.

En efecto los niños dicen que ninguna es su novia pero si notan que una de sus amigas preferidas era Melanie, quien estuvo en el grupo y no dijo nada.

Ecolollito ayudaba a sus compañeros a estudiar en las materias que estaban desaprobados, ayudaba en especial a Andrés pues sus padres no tenían paciencia con él y lo maltrataban. Un día decidió contarle al maestro Zegarra.

Este último fue a casa y converso con sus padres durante muchas horas, el resultado fue que ya no lo maltrataban. Y ahora el estudiaba porque quería y no por temor de ser golpeado con una correa.

Y luego le agradece a Ecolollito y al maestro Zegarra.

Las increíbles aventuras de Ecolollito

-Padre ¿Cuándo llegan los guardabosques?

-No los e hijo mío, ya casi ha pasado un año.

Ecolollito dijo para sí: “Me parece que ya es hora de utilizar mis poderes para el bien “.

Se interno en el bosque lo primero que hizo fue “hablar” con sus amigos lupunas que temblaban viendo que muchos de sus amigos habían sido cortados. Ecolollito los tranquilizo diciéndoles que él los defendería de los depredadores.

Después de muchas semanas Ecolollito se internó en el bosque y se acerco hacia los depredadores, pero entonces uno de los depredadores se dio cuenta de que alguien los veía así que cogió su rifle y disparó, la bala pasó muy cerca a Ecolollito, le contó a su papá peo no le dijo que casi lo matan.

-¿Y cómo puedes saber tú sobré eso si está a dos días de camino?

-Porque yo corro más rápido que un carro.

Su padre no le creyó pero en la mañana siguiente al verlo correr llamó a su esposa y Ecolollito corrió 200 metros en menos de 20 segundos. Le hizo prometer que ese sería su “pequeño” secreto.

Días después su padre le advirtió que no siguiera adentrándose tanto en el bosque porque podría cruzarse con el chullachaqui, que era una especie de demonio que confundía alos viajeros y los hacía perderse.

Encuentro de Ecolollito con el chullachaqui

Un día en los que Ecolollito estaba en el bosque vio al chullachaqui y pensó “este duendecito me puede ayudar a ayuntar a los depredadores”. Con estas ideas Ecolollito le transmitió al chullachaqui el siguiente mensaje:

“Deseo que me ayudes a castigar a los hombres malos que están talando los árboles y matando a los animales”

El chullachaqui se quedó un momento como pensativo y le dijo: “Yo también estoy preocupado por la situación, si siguen cortando árboles yo no sé dónde voy a vivir”.

¡Qué bien! Dijo ¿Me ayudarás a castigar a los depredadores?

-Por supuesto, pero necesitamos un plan.

Ecolollito llamó a Valiente y les dijo que lo vería mañana a las 7:00 a.m. y después de decir esto el chullachaqui desapareció y Valiente se alejo rugiendo.

Se adentró en el bosque cuando... un enorme mono o maquisapa que lo estaba observando, lo agarró y lo puso de cabeza. Ecolollito no sintió miedo e intento comunicarse con él le dijo: “Que lo ayude a espantar a los depredadores”. A lo que el maquisapa respondió: “Voy a matarlos”. Ecolollito se apresuró a decir: “No quiero que los mates, solo debes asustarlos”. Después de decir esto el maquisapa se fue.

A la mañana siguiente se reunió con Valiente y l chullachaqui y les dijo: “Vamos”. “Hoy queremos darles un gran susto a los depredadores, si queremos que se vayan para siempre”. Dio unas rápidas instrucciones a todos sobre lo que tenían que hacer.

Ecolollito se subió a la copa de un árbol y desde allí tiró bolas de arcilla con su baladora, luego fue el turno del chullachaqui:

Se hizo pasar por personas conocidas y todos los depredadores gritaban: ¡Mamá! , ¡Papá!

Luego el otorongo Valiente vino con nuevos amigos, que asustaron aún más a los depredadores, tanto asustados que disparaban a cualquier hoja que se movía, uno de ellos se dio cuenta de que Ecolollito estaba en el árbol y cogió su rifle y disparó. Ecolollito saltó de rama en rama y cayó en montón de hojas. La bala solo lo rozó; el hombre que apretó el gatillo corrió para atraparlo. Estaba a punto de cogerlo, pero una mano lo atrapo y lo lanzó por los aires, luego hizo lo mismo con otro, y otro y otro era el maquisapa. Valiente se acercó para ayudarlo y para animarlo le dijo que ya no había más hombres.

A las pocas semanas la herida de Ecolollito sanó, al contar su hazaña el director decidió premiarle agradeciéndole públicamente, pero sabía que nunca podría compensárselo. Y esa es la historia de Ecolollito, después de todo, un gran héroe que sería recordado por todos.