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    Edesio Snchez Cetina

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    Contenido

    Presentacin

    En la instruccin de YHVH est su delicia. La Palabra de Dios en la iglesia, 7

    El culto, reflejo del Dios adorado y del pueblo que adora, 15

    La familia, educadora de la fe, 22

    Hgalo usted mismo! La Biblia de estudio y la interpretacin de un pasaje: Salmo 13, 36

    Para que se entienda, 38

    Los pueblos indgenas de Amrica Latina, 46

    La Biblia y los pueblos indgenas, 51

    Palabra de Dios, palabra del pueblo. Traduccin de la Biblia en tiempos posmisioneros, 53

    Jehov, Yahv, Seor?, 66

    Violencia en la Biblia, 72

    Masculinidad desde los nios: un mundo nuevo, un ser humano nuevo, un nuevo proyecto, 78

    Arqueologa bblica, 86

    Apndice

    Edesio S. Cetina: Ser evanglico hoy en Latinoamrica?, Jacqueline Alencar, 92

    http://labibliaweb.com/traducciones-de-la-biblia/traducciones-en-lenguas-indigenas/2175-los-pueblos-indigenas-de-america-latina.htmlhttp://labibliaweb.com/traducciones-de-la-biblia/traducciones-en-lenguas-indigenas/2175-los-pueblos-indigenas-de-america-latina.html
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    Presentacin

    sta coleccin de ensayos es apenas una pequea muestra del trabajo exegtico y de

    traduccin que ha llevado a cabo el doctor Edesio Snchez Cetina durante unos 30 aos de

    labor ininterrumpida como profesor, editor y traductor ligado al enorme esfuerzo que requiere la

    difusin bblica. Como consultor, asesor y coordinador de proyectos en las Sociedades Bblicas

    Unidas ha tenido que ver con las traducciones ms recientes de las Sagradas Escrituras, lo que

    representa una alta exigencia acadmica, lingstica y teolgica.

    Con el paso de los aos, Snchez Cetina ha desarrollado una visin muy certera de lo que se

    requiere para responder muy positiva y coherentemente al desafo de la divulgacin de los textos

    bblicos en el mbito de habla hispana. Partiendo de un slido conocimiento de las lenguas bblicas

    y del contexto cultural que reflejan las Escrituras, ha realizado magnficas aportaciones al campo dela exgesis y la teologa, pues nunca ha perdido la muy necesaria intuicin proftica que le permite

    hacer cortes transversales de la situacin social y de la manera en que hay que responder a ella

    desde las comunidades de fe.

    Producto de estar situado su autor en varias trincheras simultneas, estos textos dan fe de la

    evolucin de un pensamiento que ha sido capaz de incorporar los mejores elementos de la

    investigacin y el anlisis actual y, por ello, se presentan como una clara refutacin de quienes

    piensan que la fe cristiana, el anlisis cientfico serio y la preocupacin pastoral estn enemistadas y

    que, si coinciden en una sola persona sta no ser capaz de discernir lo conducente para situar el

    mensaje divino en el mundo de hoy. Nada ms lejano de ello que los textos de Snchez Cetina,

    autntico maestro en el arte de conciliar creativamente muchas de las dudas, contradicciones y retos

    que surgen a la hora de leer en profundidad la Biblia.

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    EN LA INSTRUCCIN DE YHVH EST SU DELICIA. LA PALABRA DE DIOSEN LA IGLESIA

    Fraternidad Teolgica Latinoamericanawww.ftl-al.org/index.php?option=com_content&view=article&id=110:en-la-instruccion-de-yhvh-

    esta-su-delicia-edesio-sanchez&catid=23:articulos-&Itemid=104

    El culto es la respuesta ms concreta a la pregunta hecha para saberdnde est la iglesia.

    A.D. MLLER

    Alejen de m el ruido de sus cantos!No quiero or el sonido de sus arpas!Pero que fluya como agua la justicia,y la honradez como un manantial inagotable.

    AMS 5.23-24. Dios habla hoy

    Introduccin

    Si el libro de los Salmos se hubiera editado hoy tanto el orden como el tipode salmos cambiara drsticamente. Tal como practica su liturgia la iglesiaevanglica latinoamericana de hoy, dejara afuera prcticamente todos lossalmos de queja y lamento y mantendra todos los de alabanza, y empezaracon el salmo 150 para terminar, como apndice innecesario con el salmouno. Es decir, a la iglesia de hoy le interesa sobre todo alabar, celebrar alSeor victorioso y triunfante, coronado en la gloria y majestad, y reduce

    al mnimo, si acaso, el tema de la Palabra, su instruccin y su obediencia.Mientras que la afirmacin teolgica del Salterio bblico es la de empezar con la obediencia

    (Sal 1) y terminar con la alabanza (Sal 150), el Salterio latinoamericano evanglico prefiereafirmar teolgicamente que no es la obediencia la que lleva a la alabanza, sino que la alabanza lleva

    si hay tiempoa la obediencia.

    La centralidad de la instruccin de la Palabra en los SalmosLa opinin mayoritaria, entre los biblistas, es que la edicin final del Salterio viene de la poca delposexilio (a partir del 538 a.C.). Con el pueblo exiliado viajaron varias colecciones de salmos quesirvieron a la comunidad exiliada como fuente de oracin, reflexin y alabanza. Pero fueprecisamente en la poca cuando los judos retornaron a su tierra que la comunidad se propuso,entre sus varias tareas, a coleccionar los diversos escritos que formaran lo que hoy conocemoscomo el canon bblico.

    De las varias pequeas colecciones de Salmos, los ltimos que llegaron a formar parte delSalterio fueron los salmos conocidos como Salmos de la Torah por tener como su tema central lainstruccin de la Palabra. Son 17 salmos los que forman esta coleccin (1,18, 19, 25, 33, 78, 89,93, 94, 99, 103, 105, 111, 112, 119, 147, 148), y de ellos, los salmos 1, 19 y 119 parecen ser losltimos en anexarse . Ellos forman la coleccin ms corta del Salterio y a la vez los ms tardos.Estos tres salmos, de manera especial, tienen como tema central el de la Instruccin de la Palabra,y se desarrollaron a partir de la influencia de la Torah como base de la instruccin para una vida en

    justicia y verdad. Como tal, estos salmos ofrecen los parmetros para entender cmo el ser humano

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    y el mundo en general se insertan en los caminos de YHVH. En todos estos salmos se constata quela Torah se aplica a todo rincn de la vida humana.

    Varios elementos caracterizan a los tres salmos:(1) Tienen como su objetivo principal hablarde la importancia de la Palabra (enseanza) en la vida humana; (2) sus autores, deliberadamentecitaron (como antologa) porciones de otras partes del canon hebreo. En el caso del Salmo 1.1, con

    la cita del ashrey (dichoso, feliz) y la anttesis entre los malvados y los justos, se hace eco,especialmente, del libro de Proverbios. Con los versculos 2 y 3 se hace una cita de Josu 1.7-9,relacionando este salmo con la pasada historia de Israel desde la perspectiva de la Historiadeuteronmica (Dt 17.18-20) y el libro de Jeremas (17.5-8). Y con los versculos 4-6, se retomauno de los temas clave de la literatura sapiencial: el tema del camino (conducta) y el del destinodiferente del justo con el del malvado.

    En el caso del Salmo 19, se nota una combinacin del cosmos, la torah y la oracin, dandouna importante e interesante secuencia: el idioma de los cielos, la instruccin de YHVH y la oracindel salmista. Este salmo se alimenta sobre todo de Proverbios: alaba a YHVH como Proverbiosalaba a la Dama Sabidura (8.1-21). Adems al citar las palabras ley, dictamen, preceptos,mandato, temor de YHVH y juicios, el autor deliberadamente coloca al salmo en sintona con

    varias fuentes literarias: varios otros salmos, Proverbios, Deuteronomio-Reyes, etctera.En el caso del Salmo 119, desde hace muchos aos se ha dicho que este salmo es un ramilletede frases recogidas de los otros libros del canon hebreo, incluyendo los salmos. Una lecturadeuteronmica de las enseanzas de Proverbios, y los discursos de Jeremas, sobre todo. Tambinpueden encontrarse en el salmo 119 rastros de Isaas y Job. En efecto, si consideramos la fecha decomposicin de este salmola mayora lo coloca en el perodo posexlico, podremos decir queel salmo 119 es un extenso texto de promocin de la puesta en escrito de las Sagradas Escriturasque hoy componen casi todo el Antiguo Testamento. El salmo 119, como lo parecen ser los salmos1 y 19, se produce en medio del calor y entusiasmo de la etapa final de la formacin del canonhebreo. Por ello la insistencia en depender 100 % de la Palabra de Dios; por ello es que se recogentextos y pensamientos de aqu y de all, dentro del texto cannico.

    Este salmo, como pieza literaria, es nico en su gnero dentro de los cantos de la Biblia. Espor cierto el poema ms extenso de la Biblia y el ms comprehensivo. Es el producto magistral deun corazn muy creativo. Tiene 22 estrofas (como letras tiene el alfabeto hebreo) y cada una deellas con ocho juego de lneas paralelas, empezando todos con la respectiva letra del alfabeto. Se lecoloca entre los salmos sapienciales (de sabidura), y su tema es la vida. En este salmo, que de suyoabarca toda la riqueza de los restantes 149 salmos, se encuentran expresiones de bendicin y dealabanza (vv. 7, 18, 27, 62); hay palabras duras contra los malvados (vv. 22, 39) y dichos de alientopara el justo (vv. 1-2); hay accin de gracias (vv. 46 y 108), confesiones y lamentos (vv. 25, 28; hayafirmaciones de confianza y consejos para la vida (vv. 9, 33 y 44). Es decir, el salmo 119, es uncomplejo enjambre de ideas y sentimientos por el solo hecho que habla de la vida humana en suexpresin cotidiana. El hecho de que el salmista haya estructurado el salmo cubriendo todo el

    alfabeto hebreo (algo as como de la a a la z) indica que su intencin era abarcar todo lo que es elespacio y el tiempo de la vida humana. El Salmo 119 no se compuso para los momentos picos oespeciales de la vida, sino para el 90 % o ms del tiempo, cuando parece no pasar nada.

    Pero en medio de toda esa maraa de la vida se levanta un canto a la Palabra de Dios, que esen realidad un canto a Dios. Y en esta ocasin, hermanos, en el contexto de nuestro mundo en ladcada de los noventa, quiero que meditemos en la enseanza de este canto. Obviamente no medetendr a meditar en cada una de las 22 estrofas. Mucho menos tratar de explicar los 176versculos que componen el salmo, no saldramos hoy de aqu! Lo que quiero es resaltar los

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    diferentes temas que resaltan en la poesa. Lo que s debemos considerar es que hasta en suextensin y su carcter repetitivo, este salmo, nos ofrece su mensaje. El propsito del Seor y delautor no es cansar o aburrir al lector. No lo es para nada! Tanto la extensin como la constanterepeticin del concepto de Palabra de Dios en el salmo, acentan el mensaje que la Biblia haafirmado una y otra vez: La presencia constante y sobreabundante de la Palabra de Dios en la vida

    de cada uno de sus hijos (vase Dt 6.6-9).Una lectura ininterrumpida del salmo, adems de dejarnos casi exhaustos, nos dejaimpregnada en la memoria una sola idea: La palabra de Dios es factor decisivo y esencial paracada rincn de la vida.

    El nfasis en el tema de la Palabra es notorio. Adems de los ocho sinnimos para referirse aella, ley, testimonios, mandamientos, estatutos, dichos, juicios, palabras,ordenanzas, tenemos las palabras camino y sendas. A ellas se le agregan todos los adjetivosque hablan de su eficacia en las diferentes reas de la vida. Este conglomerado de palabras no estanto una lista de sinnimos para referirse a una sola entidad, sino ms bien el vocabulario que serefiere a una variedad de escritos que cumplen una misma funcin. Esta lista tiene como propsitoincluir todo aquello que sirva para instruir al hijo de Dios en los caminos del Seor y de sus siervos.

    La Palabra de Dios es gua y consejero, luz y verdad, rectitud y lealtad; ensea, ilumina y hacesabio, da juicio y discrecin, discrimina el bien del mal, retiene y libra de pecado, ensancha elcorazn, consuela y da la vida, defiende y da la paz; es preciosa y amable, buena y dulce, durable,acrisolada, justa, vasta, maravillosa y temible. Por ser tan esencial para la vida, el creyente nopuede hacer otra cosa que estudiarla, meditarla, recordarla y no olvidarla, buscarla, obedecerla ycumplirla, la elige, la ansa, es el objeto de su amor, afeccin, celo, y placer. En ella est suseguridad, confianza y esperanza. Ella es la fuente de su dicha total.

    Los tres puntos anteriores no nos dejan otra opcin que la de recalcar la importancia ynecesidad impostergable de aprender de memoria la Palabra de Dios y de interiorizarla:

    v.16: No me olvidar de tus palabrasv.93: Nunca me olvidar de tus mandamientosv.97: Oh, cunto amo yo tu ley!Todo el da es ella mi meditacinv.98: Tus mandamientos siempre estn conmigov.105: Lmpara es a mis pies tu palabra,Y lumbrera a mi caminov.110: Yo no me desvo de tus mandamientosv.111: Por heredad he tomado tus testimonios para siemprev.112: Mi corazn inclin a cumplir tus estatutosDe continuo, hasta el finv.129: Tus testimonios... he guardado en mi almav.141: No me he olvidado de tus mandamientosv.153: De tu ley no me he olvidadov.176: No me he olvidado de tus mandamientos.

    El Salmo 1.2 dice: En la ley de Jehov est su delicia y en ella medita de da y de noche.En el espritu de todos estos versculos Deuteronomio 6.6-9 (vase tambin Dt 31.9-13) nos ensea:Grbate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y ensalas continuamente a tus hijos;hblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes.Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como seales, y escrbelos en el marcode la puerta de tu casa y en las puertas de tus ciudades .Al nuevo lder de los peregrinos hebreos

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    hacia la Tierra prometida, Josu, Dios le insisti ms de una vez (Jos 1.7-8): Solamente esfurzatey s muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moiss te mand; no teapartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.Nunca se apartar de tu boca este libro de la ley, sino que de da y de noche meditars en l, paraque guardes y hagas conforme a todo lo que en l est escrito; porque entonces hars prosperar tu

    camino, y todo te saldr bien. Esdras 7.10 es un excelente resumen de lo anterior y unacaracterizacin del maestro, lder y padre de acuerdo a la Biblia.Todo padre y madre cristianos, si de verdad estn comprometidos con la enseanza de vida

    cristiana integral de cada miembro de su familia, no pueden menos que esforzarse que la Palabra deDios se anide profundamente en la mente y corazn de sus hijos (2 Tim 3.14-17). Vivimos en unapoca en la que la propaganda y el estilo de vida penetran en la mente de nuestros hijos, hasta elsubconsciente porque ellos s han aprendido el mtodo pedaggico de Deuteronomio 6.6-9. Pero loshogares cristianos y las iglesias todava no despiertan a esa realidad.

    Mezclados entre las declaraciones de la excelencia de la Palabra, el salmo 119 coloca a cadapaso, splicas, lamentos y quejas de la situacin presente del justo. El justo vive en una sociedadadversa y hostil a la Palabra de Dios (vv. 139, 150). El salmista vive en medio de gente que se burla

    de su fidelidad a la palabra (v.42, 51), de gente mentirosa (v.69, 118) y calumniadora (v.78); degente hipcrita (v.113). Gente que no slo hiere con la boca y las palabras, sino que atenta contra lavida del justo: Prncipes se sentaron y hablan contra m. (v.23). ...me persiguen (v.85).Aydame contra los que han cavado hoyos . . . y me persiguen sin razn (vv.8587). Vive su vidaen constante peligro de muerte (v.109). En otras palabras, el salmista canta la Palabra de Dios enmedio de la opresin (vv. 121, 122, 134). Leer el salmo en este contexto es serio y radical. Enrealidad slo cuando se toma en serio el contexto de peligro y zozobra en que vive el justo, es quese puede comprender qu tan hondo y firme est la fortaleza que mana de la Palabra de Dios.

    Con la presencia del Salmo 1 al principio del Salterio, se quiere hacer una invitacin paraestar siempre abiertos a la instruccin de YHVH. Al lector u oyente se le invita a recibir todo lo queest incluido en el Salterio como fuente de instruccin divina. En este sentido, se nos desafa a no

    solo considerar los Salmos como oraciones y cantoses decir, material litrgicosino tambin comoTorah, como instruccin. El hecho de que el Salterio est divido en cinco libros resalta ms eseelemento instructivo o de enseanza: la Torah tradicionalmente se considera como los cinco librosdel Pentateuco. As que analgicamente, los salmos tambin son Torah, y los fieles deben leerlos yescucharlos como instruccin divina.

    Los Salmos 19 y 119, junto con los otros catorce salmos enlistados como Salmos de la Torah,son tambin indicativo que el Salterio no solo empieza insistiendo en el valor de la instruccin deYHVH, sino que por todo su extensin se reitera la centralidad de la Torah como modeladora deuna vida de acuerdo con la voluntad de Dios. Llama la atencin que el Salmo 119como reflexinpotica proverbialaparezca en el libro V, indicando as que de principio a fin, el Salterio deberusarse como documentacin de la revelacin divina anloga al Pentateuco.

    Como instruccin, los Salmos no solo nos ensean el camino de YHVH, sino tambin lamanera de adorar y orar tal como indica Juan Calvino en la introduccin a su comentario al libro delos Salmos. Termina diciendo Calvino: Aunque los Salmos estn repletos de preceptos que nosayudan a enmarcar nuestras vidas dentro de cada aspecto de santidad, piedad y rectitud, ellos nosensearn e instruirn principalmente para llevar la cruz de Cristo.

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    El Seor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malos lleva al desastreCuando se leen los otros salmos, y no tan solo el salmo uno y el 150 acompaados de los salmos 19y 119, se descubre que el asunto no es tan sencillo. Un salmo como el 73, colocado como centroteolgico del Salterio, es un serio desafo a una postura demasiado ingenua y estrecha respecto de loque significa que Dios bendice y prospera a los justos, si se toma al salmo uno fuera del contexto

    total de los Salmos y de la Biblia entera.El salmo 73 se abre con el mismo espritu del salmo uno: Qu bueno es Dios con Israel, conlos de limpio corazn (v.1, DHH) = bienaventurado...el que se deleita en la enseanza del Seor(Sal 1.1). Sin embargo, matizando la declaracin del salmo uno, el salmo 73 muestra con msrealismo el contexto en el que se debe leer y entender el mensaje del salmo uno. Por eso losversculos 3-13 se mueven de la actitud tan segura establecida por el salmo uno, y afirman que esemismo malvado al que el salmo uno compara con la paja y anuncia su castigo, prospera y le vamuy bien (Sal 73.3-9, TLA):

    pues me llen de envidiaal ver cmo progresanlos orgullosos y los malvados.

    Tan llenos estn de saludque no les preocupa nada!No tienen los problemas de todos;no sufren como los dems.Se adornan con su orgulloy exhiben su violencia.Tan gordos estnque los ojos se les saltan!En la cara se les vensus malos pensamientos!Hablan mal de la gente;de todo el mundo se burlan!Tan grande es su orgullo

    que slo hablan de violencia.Con sus palabras ofendena Dios y a todo el mundo.

    La tentacin, para el salmista, es dura y difcil de vencer. La forma de vida de muchosmalvados tienta al justo para hacer a un lado los principios morales establecidos en la Torah paraacomodarse a un mundo arrogante, auto indulgente y ajeno a los principios de la enseanza de laPalabra divina. Sin embargo, todo cambia cuando el salmista se dirige al templo, y en el contexto dela adoracin (73.17) regresa a los valores establecidos por el salmo uno, y reafirma sin titubeos nitemores que el malvado en verdad perecer (73.18-20).

    Los versculos 23-26 manifiestan cmo el salmista vence la tentacin y toma una postura defirme confianza en el Seor: S, es verdad que los malvados tienen su porcin de este mundo, almenos temporalmente, pero para los justos, para el salmista, YHVH es su porcin. El salmistallega a convencerse que la comunin con Dios es el valor supremo y que todo lo dems essecundario y tangencial a ese valor.

    En efecto, lo que el salmo 73 seala es que la bienaventuranza y la prosperidad de las quehabla el salmo uno quedan matizadas por una importante porcin del Salterio: entre la invitacin dela responsabilidad obediente del salmo uno y la adoracin exuberante del salmo 150, se afirma quela vida del hijo y de la hija de Dios no est exenta de angustias, pruebas y dolores. En efecto, del

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    salmo tres en adelante hasta llegar al final de la primera parte del Salterio (Sal 72), la mayora de lossalmos presentes en los dos primeros Libros del Salterio son de queja y lamento: Dios mo, sonmuchos mis enemigos; son muchos los que me atacan, son muchos los que me dicen que t no vas asalvarme (Sal 3.1-2, TLA). Por qu? Por qu si el salmo uno afirma la bienaventuranza, laprosperidad y el cuidado de Dios de los justos, una importante cantidad de salmos no hablan de otra

    cosa ms que de las penurias y congojas de los justos?El estudio cuidadoso del salmo 73 y del uso de la palabra bienaventurado en el Salterio nospermiten ver que en la Palabra de Dios la bienaventuranza y la bondad divinas no afirman para nadael xito material ni la prosperidad econmica como medio para calificar lo bien que le va al justo,sino ms bien apuntan que la bienaventuranza o verdadera felicidad se manifiestan como el deleiteo amor en y por la instruccin del Seor (Sal 1.2-3) en el refugiarse en el Seor (Sal 2.12) y en elpreocuparse por proteger al pobre y al dbil (Sal 41.1). De hecho, llama poderosamente la atencinque en el libro V (107-150), donde vuelven a concentrarse ms las citas de la palabrabienaventurado, al justo se le califique como tal por hacer de YHVH su Dios, su refugio y lafuente de su instruccin.

    Es slo a partir de esta reorientacin que el justo o piadoso est listo para abandonarse a la

    alabanza y no a la inversa. Es decir, entre la obediencia como premisa y la adoracin comoculminacin se experimenta, de acuerdo con los Salmos, una vida de sufrimiento expresada en lossalmos de lamento y queja, y una vida de esperanza afirmada en los himnos de confianza y gratitud.

    En libro de los Salmos, como sucede en toda la Biblia, no encontramos una religin fcil ouna gracia barata, en palabras de Dietrich Bonhoeffer. Y esto es lo que debemos de afirmar en elcontexto de la prctica eclesistica evanglica actual de Amrica Latina.

    Dios bendice a los que cuidan de los pobresAs como hay una bienaventuranza para quienes castigan a los malvados (Sal 137.8-9), tambin lahay para quien se preocupe por la situacin de los pobres e indigentes (Sal 41.1). Una lecturacuidadosa del Salterio nos permite convencernos de la centralidad de la justicia social en este libro

    en el que la liturgia y la pastoral son centrales. En ms de un lugar he afirmado y por supuesto yono soy el nicoque el mensaje central de la Biblia, resumido en el shem (Dt 6.4.5) abarca tanto lalealtad total a Dios y la justicia social. Eso explica por qu Jess, cuando se le inquiere sobre lapalabra ms importante en la Biblia responda resumiendo los dos grandes bloques del Declogo:preocupacin por la fidelidad a Dios y preocupacin por el bienestar del prjimo: Ama Dios contodo lo que eres y ama a tu prjimo como a ti mismo (Mc 12.28-34).

    En un estudio del Salmo 100, he concluido que en la adoracin o liturgia, el centro de todoslos componentes de la misma es el conocimiento de Dios:conoced (de) que YHVY es Dios...(vv. 3 y 5). Todo gira en torno a esa verdad imperativa. Pero qu significa ese conocer a Dios,cmo reconocemos a ese Dios frente a otros posibles dioses? En un ejercicio de intertextualidadlabsqueda de ecos temticos y textuales en el resto de la Bibliadescubrimos tanto en la literatura

    proftica como en los escritos juaninos que el conocimiento y reconocimiento del verdadero Dios seda por la va de la justicia social y del amor radical al prjimo. Varios textos vienen a la mente alrespecto: Oseas 4.1-3, 6-14; 5.1-5; 6.1-6; 1 Juan 4.75.5; cf, Romanos 13.8-10. Pero el mselocuente me parece que es Jeremas 22.13-16 (TLA, el nfasis es mo):

    Qu mal te ir, Joacn!Edificas tu casa con mucho lujo;piensas ponerle grandes ventanas,

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    y recubrirlas con finas maderas.Pero maltratas a los trabajadores,y para colmo no les pagas.Te crees un gran reyporque vives en lujosos palacios.Tu padre Josas disfrut de la viday celebr grandes fiestas,pero siempre actu con justicia.Protegi al pobre y al necesitado,y por eso le fue bien en todo.

    A eso le llamo conocerme!El salmo 100 nos desafa a considerar que la adoracinque el ejercicio litrgicoes de suya unafuerza tanto iconoclasta como justiciera. En el culto no hay espacio para otros dioses ni para lainjusticia y la maldad. Por ello, dice el Salterioen varios de sus salmosque en el culto y en elejercicio pastoral, los himnos y las oraciones son el medio por los cuales los sin-voz, los que hanperdido la capacidad y poder de articular su propia voz ya sea por el profundo dolor que hareducido el habla a quejidos y lamentoso por la opresin y la injusticia, la recuperan y la hacen

    bien audible por medio de la solidaridad de la comunidad de fe que los cobija y la voz de Dios quees la voz de su Palabra.Veamos como ejemplo Salmos 9-10. Este es un poema que arranca con la voz afirmativa y

    enrgica del poeta, hablando en primera persona: te alabo, proclamo, me alegro, me regocijo,canto(vv. 1-2). A esa voz, se agrega la poderosa accin divinaen segunda personaen contra delmalvado y a favor del pobre o inocente: t has mantenido [mi derecho y mi causa], te has sentado[para juzgar con justicia], t reprendiste [a las naciones], t destruiste [al malvado], t borraste [elnombre del malvado para siempre], t arrancaste [las ciudades de los malvados]. Pero cuando elpoeta habla de los malvados, los cita solo en tercera persona, distancindolos de s mismo y de lospobres de tal modo que, aunque fsicamente los tuviera encima, lingsticamente los relega alsilencio. El salmista, en un acto de solidaridad y suprema valenta, le niega al enemigo el derecho

    de voz en su cancin de protesta ante Dios. As el salmo se convierte en un acto social dedescalificacin del malvado. De este modo, el poema se convierte en el nico medio a travs delcual el pobre y vulnerable puede expresar su voz en forma audible y enrgica. Y esto solo se lograteniendo a Yav, juez justo, como interlocutor (1995, pp. 218-221). De acuerdo al libro de losSalmos, solo cuando YHVH es el interlocutor del pobre, es que ste tiene la posibilidad de serescuchado (vase el caso del Sal 109 como otro ejemplo). Por ello, tiene inmenso valor orar con lossalmos. Pues ellos vienen a ser hoy como ayer uno de los pocos mediosy a veces el nicomedioa travs del cual el afligido y maltratado no solo pueden articular su voz, sino hacerla ortambin en un foro en el que el interlocutor ms importante es nada menos que YHVH, el Dios delos pobres.

    ConclusinEl desafo que tenemos por delante es el escuchar atentamente el mensaje total de los Salmos yreconocer que la vida cristianay en especial su liturgiano es tan solo oraciones e himnos parareconocer el poder y la gloria de Dios y darle gracias por sus bondades y bendiciones, sino sobretodo instruccin para forjar una vida orientada a la volutad de Dios y para entrenarse en el caminode la oracin, la liturgia y la vida.

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    Como los clamores profticos de Ams e Isaas, la afirmacin teolgica y cannica delSalterio es que el problema de nuestras iglesias evanglicas hoy no es la falta de msica y buenamsica, sino lo que con ella se hace, para qu se usa y cul es su objetivo central.

    La himnologa contempornea, en una gran proporcin, va en contra de los principios antesarticulados y que emanan del mensaje de los Salmos. En la liturgia e himnologa evanglica

    latinoamericana, no hay denuncia ni espacio para la afirmacin solidaria ni la restauracin delangustiado y doliente. El porcentaje mayor de los cantos y la msica lo que hace es afirmar no a unacomunidad sirviente, sino a un imperio con un rey glorificado y majestuoso ajeno a las necesidadesde los pobres y abatidos, y que toma partido con los seorones dueos del poder eclesistico y quedefinen la bienaventuranza y la prosperidad (de las que habla el salmo uno) como una vida carentede problemas y enfermedades, y repleta de bienes materiales y un pase seguro a la gloria.

    La vida eclesistica, por su parte, ha silenciado a la Palabra de Dios y ha convertido en sudeleite e inspiracin la voz serpentina de lderes vidos de poder y riquezas. Cuntas de lasllamadas mega-iglesias han cambiado la predicacin expositiva de la Palabra por complacientesmasajes espirituales o lo que es peor por relatos de revelacin directa de Dios a tal o cualapstol o profeta. En ms de una ocasin he estado en lugares en los cuales el pastor termina el

    culto con tan solo la lectura del texto bblico de su sermn y la bendicin pastoral, porque elequipo de alabanza no le dej tiempo para le predicacin.

    BibliografaBrueggemann, Walter (1991), Bounded by Obedience and praise, enJournal for the Study of the

    Old Testament, vol 50: 63-92.Mays, James Luther (1987), The Place of the Torah-Psalms in the Psalter, Journal of Biblical

    Literature 106 (1987): 3-12.Deissler, Adolf (1955), Psalm 119(118) un seine Theologie, Mnchener Theologische Studien 1/2,

    Munich, Zink, 1955, pp. 270-280.Gonzlez, ngel (1966),El libro de los Salmos, Barcelona, Herder.

    Levenson, Jon D. (1987), The Sources of Torah: Psalm 119 and the Modes of Revelation inSecond Temple Judaism, enAncient Israelite Religion, ed. por P. D. Miller, P. D. Hanson y D.McBride, Philadelphia, Fortress Press, pp. 563-567.

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    EL CULTO, REFLEJO DEL DIOS ADORADO Y DEL PUEBLO QUE ADORA

    www.casadelabiblia.org/2011/06/09/materiales-taller-dedeuteronomio/

    Introduccin

    n 1988, a raz de la lamentable partida de Orlando E. Costas, colabor con un ensayo sobrela adoracin en el libro que la Fraternidad Teolgica Latinoamericana public en homenaje aese gran amigo, maestro, colega y misionlogo que nos haba dejado a tan corta edad. En eseensayo, tom como pasaje central el Salmo 100 y, a partir de l, seal que la teologa bblica delculto afirma de manera contundente la centralidad del conocimiento de Dios como eje en torno alcual debe girar todo nuestro quehacer litrgico.

    Previo a ese ensayo haba trabajado en mi tesis doctoralel tema de la singularidad deYHVH como eje teolgico en torno al cual gira toda la fe bblica. Los textos clave son, sin duda, eldeclogo (Ex 20 y Dt 5) y el shem (Dt 6.4-9). La tesis del trabajo doctoral se expresa as: Quieromostrar que la demanda de lealtad absoluta a YHVH y la llamada a practicar la justicia social sonimperativos que se pertenecen mutuamente. Que ambos elementos, aunados a los temas del xodo y

    la alianza, son cruciales para entender la radical diferencia entre YHVH y los otros dioses e dolos.Con estos cuatro conceptos el pueblo de Israel tiene las directrices fundamentales para saber quines YHVH y para asegurar una respuesta apropiada a su voluntad.

    Aunque inherente al tema, en aquella ocasin no agregu a la tesis algo que me pareceesencial: que los cuatro elementos son cruciales para entender tambin la radical diferencia entre elverdadero pueblo de Dios y los falsos pueblos, y entre los miembros verdaderos y los miembrosfalsos del verdadero pueblo de Dios.

    La historia de la exgesis e interpretacin del libro de Deuteronomio ha demostrado que estedocumento es esencial para comprender de manera ms plena una serie de elementos claverelacionados con la formacin del pueblo hebreo, la comprensin teolgica del Antiguo Testamentoy la creacin del mismo canon. En Deuteronomio se encuentran dos textos centrales de la fe bblica:

    el shem y el declogo. El Deuteronomio se presenta, adems, como documento constitucional delpueblo de Dios y como palabra de Dios, mediada por boca proftica, que instruye y conforma alpueblo para una nueva coyuntura histrica y geogrfica. No es, entonces, nada accidental que eneste libro se presenten pautas concretas tendientes a modelar una liturgia que se entronque con el ejeteolgico de la Biblia, presente en Deuteronomio 5.6-21; 6.1-4 y 12-26, y confirmados por Jess enMarcos 12.28-34.

    YHVH es nuestro nico Dios, y nadie ms!Tanto el shem como el declogo afirman de entrada que YHVH es nuestro/t Dios (Dt 5.6 y 6.4)

    ambos pronombres referidos a los miembros del pueblo de la alianza. Este es el eje teolgico dellibro de Deuteronomio, de todo el Antiguo Testamento y de toda la Biblia. Por ello, tanto el

    declogo como el shem ofrecen, de inmediato, pautas claras y concretas para asegurar que esecentro se mantenga inclume en cada segmento de la vida del individuo y de la comunidad de laalianza (Los primeros cuatro mandamientos del declogo y los vv. 5-9 del shem). De manerapositiva, el shem ensea que el amor a Dios debe saturar todo rincn de la vida humana: 5 Ama atu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y con todo lo que vales. 6 Aprndete dememoria todas las enseanzas que hoy te he dado, 7 y reptelas a tus hijos a todas horas y en todolugar: cuando ests en tu casa o en el camino, y cuando te levantes o cuando te acuestes. 8

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    Escrbelas en tiras de cuero y talas a tu brazo, y culgalas en tu frente. 9 Escrbelas en la puerta detu casa y en los portones de tu ciudad.

    Por su parte, el declogo, en sus tres primeras palabras salvaguarda la integridad de YHVHy de su nombre impidiendo la presencia de otros dioses en su culto, la adoracin de las imgenes deesos dioses y el uso indebido del nombre de Dios. Lo que ambos textos establecen como elemento

    central de la teologa bblica es la singularidad de YHVH manifestada en la vida de su pueblo atravs de una lealtad absoluta y nica.Ahora bien, por qu YHVH y no otro dios, por qu un YHVH anicnico, por qu un YHVH

    impronunciable, por qu un YHVH a quien hay que amar sin reservas? Porque YHVH no es un diospara conocer desde el sesgo ontolgicode all que la Biblia nunca insista en afirmar o negar laexistencia de Dios, sino desde el mbito relacional; es decir, YHVH no es El que Es, sino Elque est disponible para. Por ello no se le revela a los filsofos o acadmicos en la Biblia, sino aun pueblo oprimido (Ex 3.1-15; Os 12.9; 13.4). Es el Dios que est con (Gn 39.2-4; 20-22; Ex3.12; Dt 2.7; 20.1; 31.6, 8, 23; Jos 1.5, 9, 17; 3.7; 1 S 3.19; etctera.); por ello, la mejor expresin osinnimo de YHVH es emmanuel (con-nosotros-Dios, Is 7.14).

    En la Biblia, y de manera especial en el Antiguo Testamento, la alianza es el medio principal

    a travs del cual se manifiesta el carcter relacional de YHVH con el ser humano. No es por otrarazn que al declogo se le considere en Deuteronomio como el principal documento de la alianza(Dt 4.13). De acuerdo con ese documento, YHVH se convirti en el nico Dios de Israel, por elxodo, por la liberacin de la opresin (Dt 5.6). Todo lo que se diga acerca de la relacin YHVH-Israel en el declogo se hace a la luz del xodo; de ese evento que corresponde, sin duda, a la ticasocial. Para resaltar este asunto, la versin deuteronmica del Declogo cambia la dinmica retricadel texto al mover el tema primordial del declogo ms antiguo (el de Ex 20) del principio hacia elcentro. De esta manera, la palabra sobre el sbado (Dt 5.12-15) rene todo lo que se quiere decirsobre lo que se espera que el miembro del pueblo de Dios haga en su relacin con Dios y todo loque se espera que haga con el prjimo. Es decir, como eje central, el mandamiento sobre el sbadoatrae hacia s lo que los primeros tres mandamientos dicen acerca de Dios, y atrae hacia s los

    mandamientos que le siguen y que ofrecen pautas para la relacin con el prjimo.Tanto el declogo como el shem (y as lo entiende el mismo Jess en Mc 12.28-34) colocanel tema de la singularidad de YHVH y la responsabilidad con el prjimo como elementosinseparables, como las dos caras de la misma moneda as lo entender tambin 1 Juan en 4.7ss.De all la tesis enunciada al principio de este ensayo.

    La nica manera correcta de articular el nombre de Dios, YHVH, es hacindonos semejantesa Dios en el fondo de su ser; el relacional, el estar con, el solidario. Nuestra relacin correcta conDios tiene que integrar el compromiso con el otro especialmente con el pobre, con el dbil yvulnerable, y a la vez, nuestra relacin con el otro tiene que integrar nuestra relacin con Dios.No hay manera de relacionarnos con otro ser humano y con la naturaleza sin que se haga pormediacin divina. Si no es as, cmo entender a fondo la exhortacin del shem de amar a Dios con

    toda nuestra mente, con todo nuestro ser y con todo lo que tenemos y valemos (Dt 6.5). Si nuestroamor a Dios invade cada rincn de nuestra vida, entonces no hay manera de relacionarnos con losotros y con nuestro entorno ecolgico, sino a travs del tamiz del amor de Dios y a Dios.

    Un examen cuidadoso en todo el Antiguo Testamento de la tesis enunciada al principio llevaa concluir que cuando se abandona a YHVH y se obedece y adora a otros dioses e dolos, se abre elcamino a la violencia, la indiferencia y la injusticia; y cuando la violencia y la injusticia seconvierten en el denominador comn de nuestra vida, el verdadero Dios se ausenta y en su lugar noshacemos de dioses falsos e dolos.

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    Dime qu clase de culto celebras y te dir qu clase de iglesia eres, y cul es el dios que adorasEl libro de Deuteronomio est presto a sealar que el espacio litrgico es el locus principalis dondese manifiesta el principio teolgico central de la fe bblica. El declogo se entrega de manera directaa la asamblea del pueblo reunida en torno al monte Sinai, en medio de manifestaciones teofnicascon alto contenido litrgico. El shem se entrega en el contexto del hogar, y concretamente en

    relacin con la prctica cultual familiar (Dt 6.20-25). Pero sobre todo, el espacio en el queDeuteronomio discurre sobre los dos temas teolgicos centrales, los captulos 12-26, conocidoscomo el Cdigo deuteronmico, estn inmersos en un cargado ambiente litrgico.

    La estructura del Deuteronomio coloca al Cdigo deuteronmico en su centro, pues es latorah o documento constitucional (politeia) que ensea Moiss, en las planicies de Moab paranormar la vida del pueblo de la alianza al entrar a tomar posesin de la Tierra prometida. En eseCdigo, Moiss estipula para el pueblo todo lo que tiene que ver con su relacin con YHVH, suDios, y con los otros miembros del pueblo y las personas y pueblos ajenos a la alianza. El temalitrgico o cultual aparece como el marco que encierra la enseanza con respecto a Dios y conrespecto al ser humano.

    El culto define todo el pensar y el actuar del pueblo de la alianza: Desde el culto y hacia el

    culto se define el ser (ontos) y el actuar (ethos) del pueblo de Dios, de la iglesia. Qu bien calza eneste elemento caracterstico de Deuteronomio el aforismo acuado por el telogo litrgico A. D.Mller: El culto es la respuesta ms concreta a la pregunta hecha para saber dnde est la iglesia.Este aforismo refleja el inters del Cdigo por sealar esa inseparable pertenencia del culto con lavida cotidiana; ambos son, a fin de cuentas, liturgia (leitourgia [de los = pueblo y rgon =trabajo], el quehacer del pueblo).

    Deuteronomioelaborado como politeia para el pueblo, en forma de discursos dados porMoiss en el momento en el que el pueblo de la alianza se aprestaba a entrar en la Tierraprometidaes una retrica de la torah que presenta una visin litrgica para un pueblo que esdesafiado a crear un nuevo estilo de vida diferenteel statu quoal que han definido e impuestodiversos poderes hegemnicos a travs de la historia del pueblo de DiosEgipto, Babilonia, Persia.

    En otras palabras, Deuteronomio es una alternativa o, como Brueggemann ha denominado, mundocontra-imaginado frente al status quo. Y para ello, Deuteronomio usa el espacio litrgico, pues esprecisamente en el culto donde el oferente deja el individualismo y el egocentrismo para vincularsecon el otro y la otra en comunidad. El culto, adems, es para Deuteronomio el lugar donde el puebloen pleno testifica de su compromiso con Dios y con su prjimo; en el culto se refleja de qu manerase vive la vida cotidiana, de cules son sus valores, sus prioridades y con quienes y con qu estcomprometida. El culto, tambin, es el espacio en el que lugares distintos y tiempos diferentes seconjugan en el aqu y ahora de la comunidad adorante. Para el Deuteronomio, el culto, aunquerememora el pasado y visualiza el futuro, le pertenece a la comunidad oferente, y por eso el hoyes lo acentuado: Jehov nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padreshizo Jehov este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aqu hoy vivos (Dt 5.2-3). En el

    culto, la generacin presente, la de hoy, es responsable de no cometer los errores y pecados de lageneracin pasada, la de ayer, pero s de ensear y preparar a la generacin futura, la de maana, avivir de acuerdo con la torah deuteronmica, la antigua Palabra de Dios remodelada para nuevostiempos y nuevos desafos. Todo eso, se encuentra contenido en la metfora del sbado, daespecialsimo donde lo litrgico adquiere lugar primordial.

    Abramos el Cdigo deuteronmico para que sea el texto quien nos desvele esa amalgamaentre la liturgia y el tema central de la Biblia.

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    Al igual que el declogo (Dt 5.6-21), el cdigo (caps. 12-26) ofrece un movimiento que vadel compromiso con Dios (caps. 12-18) hacia la responsabilidad con los otros seres humanos (caps.19-25). Pero a diferencia del declogo que hace girar toda su temtica en torno a la palabra sobreel sbado, la torah deuteronmica (12-26) encierra todas las estipulaciones respecto de Dios y delprjimo en el contexto del culto:

    El culto, base y fundamento de la comunidad de alianza (12.1-13.18) El culto, base para la prctica de la justicia social (14.22-16.17) Administradores de las estipulaciones de la torah (16.18-18.22) Administracin de la justicia (19-25) Culto, responsabilidad ante Dios y ante el prjimo (26.1-15)

    El marco litrgico del Cdigo Deuteronmico (12.1-13.18 y 26.1-15)La singularidad de YHVH y la demanda de fidelidad total se presentan de varias maneras en estemarco. Sobre todo, el nfasis se da en la indivisibilidad o armona de la comunidad de la alianza:YHVH no se divide. Dios, en su unicidad, refleja su sueo y proyecto respecto del pueblo: una

    nacin que no se divide, ni poltica ni socialmente. Lo primero que expresa esa indivisibilidad es lafrmula el lugar que Jehov vuestro Dios escogiere que parece de manera constante por todo elpasaje (12.5, 11, 14, 18, 21, 26; 26.2). Con ella se aseguraba la exclusin del culto a otros dioses, laprctica de ritos cultuales inapropiados y la insercin de personal desautorizado para llevar a cabola liturgia. Adems, se aseguraba el trato justo de miembros de la comunidad que por su situacinde vulnerabilidad eran propensos a ser marginados y maltratados.

    Lo segundo que expresa la indivisibilidad es la accin de comer, actividad que se cita msde 20 veces en el marco litrgico del Cdigo; por ello no se deba de comerlo relacionado con lossacrificios y ofrendasfuera del lugar establecido para el culto (v. 17): (a) la comida es parte de lacelebracin litrgica y festiva (12.7,18; 26.11, 12); (b) la comida representa la ddiva abundante deDios (12.7, 15, 20-21; 26.1-2,15); (c) la comida manifiesta la solidaridad con los ms dbiles y

    vulnerables de la sociedad (12.18-19; cf. v. 12; 26.11-13). En otras palabras, con la accin decomer, el pueblo relaciona todo su vivir con Dios y con el prjimo.Lo tercero que expresa la indivisibilidad es la palabra todo (14 veces en 12:1-28; tres veces

    en 26.1-15) enfatiza el radicalismo con el que cada miembro de la comunidad deber ser fiel aYHVH, obedecer sus ordenanzas, gozar de su bondad y proteger la igualdad de la nacin. Slo unavida de total entrega al Seor y su justicia asegurar el bien para el pueblo de Dios (vv. 25, 28). Lacentralizacin del culto busca proteger tanto la integridad de la fe yavista como la integridad de lacomunidad. Por un lado, se asegura con ello la singularidad y unicidad de Yav, y por el otro lado,se asegura tambin el acceso a los bienes materiales y al descanso festivo detodos los miembrosde la comunidad. De nuevo, la teologa central de Deuteronomio la unidad y totalidadenlazalos dos elementos claves de la alianza: un Dios y un pueblo. El banquete alegre, celebrado en el

    nombre de Dios, es un evento festivo que afirma la igualdad y la justicia. El culto es un espacioliberador en el que todos son iguales ante Dios (v. 12).

    Deuteronomio 12.113.18 presenta el principio de la singularidad de YHVH establecido porel shem (6:4-5), pero en sentido negativo: Destruirn por completo todos los lugares dondeadoran a sus dioses las naciones que ustedes van a desposeer (v. 2). Adems de la destruccintotal, tambin se exige la extirpacin radical de los nombres de esas divinidades: Borrarn de esoslugares los nombres de sus dioses. (v. 3). Yav no puede vivir en medio de un pueblo que quieracompartir su vida con otros dioses. Cada rincn de la vida de la comunidad debe estar limpia de

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    toda idolatra y estar ocupada enteramente por Yav. No slo el espacio fsico deber estar librepara Yav, sino tambin la mente y el corazn del pueblo. En asuntos de idolatra, Deuteronomiopide un *lavado de cerebro+. Para que el *nombre de Dios+ pueda morar en medio de su pueblo (v.5), es necesario que antes desaparezca el nombre de cualquier otro dios (v. 3). Sin embargo, lasingularidad de Yav tambin se muestra, por la va negativa, en dejar de hacer las cosas por cuenta

    propia: *Ustedes no harn all lo que ahora hacemos aqu, donde cada uno hace lo que mejor leparece+ (v. 8). No se trata slo de *servir a otros dioses+; la fidelidad se manifiesta tambin en elmantenimiento de la sintona con la voluntad de Dios. El voluntarismo no slo le abre las puertas ala idolatra, sino tambin al desmembramiento de la comunidad. Slo en la unidad de Dios seasegura la unidad del pueblo (Cf. Flp. 2:1-11). El desarraigo de los nombres de los otros dioses y elreemplazo de la voluntad humana individualista marcan el fin del orden antiguo (idolatra yegocentrismo), y dan cabida a un nuevo orden, totalmente estructurado bajo la voluntad de Dios Clalealtad absoluta que asegura el bien comn.

    Deuteronomio 26.1-15 presenta el tema de la singularidad de YHVH valindose de losconceptos del xodo y de la alianza. YHVH es el nico Dios de Israel porque fue l y no otro diosque se jug su poder, su nombre y su esencia divina al decidir sacar de la opresin y hacerlo su

    pueblo a un grupo de esclavos oprimidos por el poder hegemnico de Egipto (vase Dt 32). YHVHes el nico Dios de Israel porque cumple con sus compromisos de alianza: la ddiva de la tierra y desus abundantes frutos.

    Al leer el marco del Cdigo (12.113.18; 26.1-15) se nota que la preocupacin por lafidelidad a YHVH y la prctica de la justicia social se expresan considerando el asunto sobre lugardel culto (12.1-28), el objeto del culto (12.2913.18) y el tiempo litrgico (26.1-15). La regulacinde estas tres reas no tiene como propsito el control y manipulacin de la comunidad de la alianza,sino la proteccin de la integridad de YHVH, el nico Dios de este pueblo, la comunidad en sutotalidadsobre todo a los miembros ms vulnerables a quienes comnmente se margina, silencia yoprimey la creacin en general. En otras palabras, la retrica de la torah deuteronmica concibeal culto como ofrenda a YHVH y como servicio solidario al otro.

    El culto, base para la prctica de la justicia social (14.22-16.17)En esta unidad, el concepto del sbadoel nmero siete abunda en estos captulos cargado deactividades litrgicas y fechas festivasfunciona como amarre de todo lo que se diga sobre el cultocomo fundamento de la prctica de la justicia social. De nuevo, aqu, se conjugan en el culto laafirmacin de la unicidad y singularidad de YHVH (14.23, 24, 25; 15.20; 16.2, 6, 7, 11, 15, 16) y laigualdad de todos los miembros de la comunidad que se presenta ante Dios (14.29; 15.4, 7, 9, 11;16.11, 14). En este texto se acenta todava ms el tema de la igualdad social con el uso de laanaloga de las relaciones familiares; una y otra vez se usa la palabra hermano para referirse alprjimo hebreo, incluyendo a los inmigrantes, y a todos ellos se les considera parte del entornofamiliar en las celebraciones de las fiestas y del culto. Todos, desde el rey hasta el esclavo, son, por

    la presencia de la palabra hermano, puestos bajo un denominador comn. Aunque tal sueo nofue siempre una realidad (y as lo reportan Ams y Oseas al hablar de una sociedad dividida entrericos y pobres), esta enseanza era una joya que la comunidad fiel retomaba a cada paso de suhistoria y que provena de las ms antiguas tradiciones del pueblo de Dios. La lectura del Cdigodeuteronmico fue y seguir siendo una ayuda vital para descubrir la importancia de la justiciacomo camino hacia la igualdad en la nacin de la alianza. Y esta enseanza se da, sobre todo, en lassecciones que tienen que ver con la instruccin litrgica; all est el eje de la vida de quienes hansido convocados por Dios para servirle y servir a sus hermanos.

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    Sin embargo, no debemos olvidar que este tema de la hermandad y de la justicia social senutre de la memoria del xodo (15.15; 16.12). La llamada a practicar la justicia en la comunidad dela alianza tiene como mvil el evento liberador del xodo: los hebreos, liberados de la cautividad yla esclavitud, debern practicar la justicia y la igualdad porque ellos fueron receptores de justicia ygracia de parte de su Dios, YHVH.

    Esta seccin nos recuerda que todo elemento perteneciente al culto y a la adoracin a Diostiene que ser, necesariamente, compartido y celebrado por todos en la comunidad del pueblo deDios. Se afirma as, una vez ms, que el culto no es slo una fuerza iconoclasta, sino tambin unafuerza justiciera.

    Esta conjugacin de fidelidad y justicia no puede producir, por consecuencia lgica, otra cosams que un espritu de alegra y festividad. De acuerdo con Deuteronomio, el culto al nico Dios yla afirmacin de la hermandad son experiencias que se celebran con fiestas y abundante alegra. Elverbo alegrarse aparece cuatro veces en esta unidad (14.26; 16.11, 13, 15), y la palabra fiesta,siete veces (16.8, 10, 13, 15, 16). El culto viene a ser as la celebracin, en esperanza, de lo quetodava no es una realidad completa. Porque si en la vida cotidiana muchas fuerzas impiden el logrode una sociedad basada en la justicia y la igualdad, el culto se convierte en el espacio en el que s se

    realiza tal sueo; de otra manera no sera culto . Porque slo con la presencia de la fidelidadabsoluta a nuestro Dios y con la prctica de la justicia es que el culto existe.En efecto, de acuerdo con la retrica de la torah deuteronmica, el culto no es la celebracin

    de una teora acerca de la justicia y la igualdad, o de la fidelidad al Seor. Ms bien, se dan pasosconcretos para demostrar que, en efecto, el culto es el espacio que permite la subsistencia de ambasrealidades: la celebracin de la fidelidad se muestra al efectuarse el culto en el lugar escogido porDios; la celebracin de la justicia se muestra al compartir la comida con el necesitado ymenesteroso, al liberar a los esclavos, al perdonar las deudas y al rerse y gozarse en experiencias yeventos en los que a nadie se le deja afuera.

    Administradores de lapoliteia deuteronmica (16.18-18.23)

    Esta unidad habla de manera particular de los diferentes cargos o responsabilidades dentro delpueblo de la alianza: jueces (16.1817.13), reyes (17.14-20), sacerdotes levticos (18.1-14),profetas (18.15-22). Su tarea, como es de esperarse, se concentra en asegurar que la torah (Cdigodeuteronmico) es enseado y obedecido por ser la expresin concreta del proyecto de Dios para elpueblo de la alianza. La tarea central es, obviamente, asegurar que la singularidad de YHVH y lafidelidad completa del pueblo se mantengan ntegras, y que la justicia social sea la prctica de vidade todo miembro de la comunidad.

    La variedad de tareas asegura, sin lugar a dudas, que ningn individuo ni grupo particular searrogue poder exclusivo. Adems, esa distribucin de autoridad y poder asegura que el primer yprincipal mandamiento se mantenga en toda su integridad: el poder total reside exclusivamente enDios, y el poder o autoridad de quienes detentan los diferentes cargos es simple y llanamente

    derivativo; no les pertenece lo han recibido para el servicio de Dios y de los dems. En otraspalabras, su lugar de privilegio es para la obediencia y el servicio; al exclusividad de poder yautoridad, el uso del cargo para ser servido y privilegiado no son otra cosa ms que unamanifestacin de idolatra.

    En relacin con el culto o la liturgia, los sacerdotes-levitas y los profetas ocupan lugarcentral. Los primeros como educadores de la comunidad y como responsables de todos los actos yritos litrgicos realizados en el templo y en medio de la comunidad completa; los segundos comoproclamadores y voceros de Dios.

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    ConclusinEste ensayo se engarza con otros dos escritos previos sobre el tema de la liturgia: El culto comofuerza iconoclasta: un estudio del salmo 100 y En la instruccin de YHVH est su delicia: culto,Palabra y obediencia. Juntos, estos tres ensayos discurren sobre el ser de Dios, su conocimiento yla prctica correcta de la liturgia.

    Si la actividad litrgica dice cul es el ser y el hacer de la iglesia, se hace imperativo ennuestro aqu y ahora que el eje teolgico al que nos hemos referido se convierta en el punto dereferencia para todo quehacer cultual y para la constante evaluacin de la prctica litrgica ennuestra Amrica Latina evanglica.

    Toda actividad litrgica que le robe la gloria a Dios es sin duda, una prctica idoltrica.Cuando nuestros cultos no son otra cosa que el reflejo del statu quo la ideologa del poderhegemnico, tal prctica es idolatra. Cuando en el culto una de las reas de responsabilidad tomael lugar central y margina o hace a un lado a otras, eso atenta contra la integridad de laindivisibilidad de Dios y de la comunidad adorante.

    El culto es profundamente comunitario, solidario e igualitario. En l, aunque parezcacontradictorio, ni siquiera Dios desea adjudicarse el lugar central, si se le considera o define como

    Dios ajeno al ser humano y a la creacin. El Dios de la Biblia no es ni narcisista ni egocntrico. Esun dato testificado en la misma Biblia que en la prctica de la adoracin los que ms resultanbeneficiados son los adorantes y no el adorado.

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    LA FAMILIA, EDUCADORA DE LA FE

    Jorge Maldonado, ed.,Fundamentos bblico-teolgicos del matrimonio y la familia. GrandRapids, Libros Desafo, 1995.

    a crisis que hoy da sufre la mayora de nuestras iglesias se debe, en mucho, al hecho de habertransferido la enseanza de fe y vida cristiana de su lugar esencial, el hogar. Es el hogar, no eltemplo, el centro de enseanza vital de la fe. La Biblia en su conjunto es bien clara al respecto. Eltemplo sirvi como centro de adoracin y alabanza comunal. La fe de la iglesia del primer siglo sedesarroll bsicamente en el seno de los hogares.

    Varias y complejas son las razones por las cuales los padres han perdido la oportunidad decolaborar y de ser sujetos clave en la educacin de la fe familiar (tmese en cuenta que la fe abarcala totalidad de la vida humana). En la mayora de los casos, los padres se muestran incapaces deguiar a sus hijos por los laberintos de la vida, a partir de la fe. Decisiones sobre fe, moral, profesin(por citar algunas) se han dejado a cargo de las escuelas, colegios, medios de comunicacin masiva,compaeros de escuela o vecindario y, en menor grado, centros religiosos.

    Debemos insistir en una pastoral que dirija todas sus energas a ministrar los hogares, de talmanera que ellos sean sujeto y objeto de evangelizacin, humanizacin y liberacin. Los centrosreligiosos deben servir sobre todo de punto de enlace para que las familias se renan para convivir,compartir y ministrarse. La membresa de la iglesia debe verse primeramente no a partir deindividuos, sino de familias que la forman. Antes de hablar de iglesias locales, de parroquias,debemos hablar de iglesias domsticas. En su discurso inaugural en Puebla, el lder mximo de laIglesia Catlica deca: Haced todos los esfuerzos para que haya una pastoral familiar. Atended acampo tan prioritario con la certeza de que la evangelizacin en el futuro depende en gran parte dela Iglesia domstica.2

    La intencin del presente trabajo es mostrar que aquello que la Biblia tiene como prioritariopara la fe del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento se enfoca en la familia y es a ella a la que

    tiene como sujeto de accin.

    La familia es imagen de Dios

    Y dijo Dios:Hagamos a un hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los pecesdel mar, las aves del cielo, los animales domsticos y todos los reptiles. Y cre Dios al hombre asu imagen; a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre. Y los bendijo Dios y les dijo Dios:Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cieloy todos los vivientes que reptan sobre la tierra (Gn. 1:2628).Cuando el Seor cre al hombre, lo hizo a su propia imagen, varn y hembra los cre, los bendijoy los llam Hombre al crearlos. Cuando Adn cumpli ciento treinta aos, engendr a su imagen ysemejanza y llam a su hijo Set (Gn. 5:13).El hombre exclam: sta s que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre ser

    Hembra, porque la han sacado del Hombre. Por eso un hombre abandona padre y madre, se junta asu mujer y se hacen una sola carne (Gn. 2:2324).

    Los dos primeros pasajes destacan la creacin del Hombre como una pluralidad, una comunidad. Locreado desde un principio no es el individuo, sino la humanidad, humanidad que tiene su ncleobsico en la familia. El tercer pasaje termina subrayando lo mismo, pero demostrando laimposibilidad de que la humanidad exista en un solo individuo. En este pasaje es notorio el hechode que la creacin de la mujer viene como clmax del relato con la familia como cima. El hombre

    L

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    reconoce a la mujer como parte de s mismo en el claro ambiente del hogar. Todos estos pasajessealan que la imagen de Dios no se reduce al individuo como tal, sino a la comunidad creada(hombre-mujer, hombre-mujer-hijo).

    Desde la obertura del gran drama de la humanidad, la Biblia deja bien claro que todaafirmacin sobre el Hombre es una afirmacin sobre la familia. Cuando la Biblia habla de la

    humanidad no parte del individuo, sino de la familia, de esa comunidad esencial que da razn de seral individuo. Desde el principio del proyecto humano, la familia es la que aparece en la base, y aella se le impone la tarea de hacer ms humano al ser humano y hacer de este mundo el kosmosdel Seor.

    Israel y la base de su sociedadLlama la atencin en el Antiguo Testamento el cuidado con el que se regula, especialmente en elPentateuco y en los libros Sapienciales, la vida familiar en Israel. Era necesario hacer todo tipo deprincipios y de leyes para resguardarla y mantenerla como la base de la vida del pueblo de Dios. Lapresencia del pueblo de Israel entre culturas paganas exiga una verdadera y seria legislacinfamiliar en Israel. Dice O. J. Babb en su artculo Family: La mayora de los escritores bblicos se

    opusieron vigorosamente a fuerzas que arriesgaran la integridad y seguridad de la familia, talescomo los cambios econmicos y la influencia de culturas y religiones extranjeras. Toda una largaserie de pasajes en el Pentateuco y los Sapienciales seala el establecimiento de regulaciones paratodos los niveles de las relaciones familiares. Tales pasajes sealan que la familia era, sobre todo, elcentro de la instruccin religiosa. Como comunidad religiosa ella preserv las tradiciones delpasado y las transmiti a travs de la instruccin y la alabanza. La fiesta central en el AntiguoTestamento, la Pascua, era un festival familiar, celebrado en el hogar. La Pascua era un rito que nonecesitaba sacerdote ni templo. Todo el ritual tena como contexto el hogar y el padre lo presida.En medio de la celebracin, en el momento del segundo vaso, uno de los hijos haca la pregunta:Por qu esta noche es diferente de las otras?. Esta consulta abra la oportunidad a la narracin dela redencin histrica del pueblo de manos de los egipcios. Esta prctica fue cuidada y trasmitida de

    generacin en generacin; Jess y sus contemporneos la celebraron igualmente.8

    En este contexto resalta en forma central Deuteronomio 6:49 (1025). Notamos aqu cmoel autor sagrado seala el papel de la familia como la primera responsable de obedecer y mantenersiempre actuales las ordenanzas del Seor. La afirmacin que aqu se hace sobre la familia es desingular importancia, por cuanto aparece en el contexto directo de uno de los pasajes centrales de lateologa bblica y de la vida de Israel hasta nuestros das (el shem). Jess mismo no titube encitarlo como el pasaje que resume la Ley (Mr. 12:2830).

    La familia en el DeuteronomioAntes de observar ms de cerca este pasaje, veamos el contexto histrico literario donde seencuentra; es decir, hablemos un poco de las caractersticas del Deuteronomio.

    Vale la pena notar que el Deuteronomio ha desempeado un papel vital en el desarrollo de lafe bblica. Aparece como el libro de texto y base de la reflexin teolgica en los grandes momentosde la historia de Israel (la reforma de Josas, el exilio). De hecho, este libro provey las basesteolgicas para la creacin de la monumental obra histrica del deuteronomista (de Josu a 2Reyes). Con este libro se evalu la historia del pueblo, de los sacerdotes y de los reyes. Es uno delos libros ms citados en el Nuevo Testamento (83 veces). Varios biblistas contemporneos afirmanque el libro del Deuteronomio se presenta como el centro de la teologabblica Una teologa del

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    Antiguo Testamento deber tener su centro en Deuteronomio porque es all donde aparecenconcentrados los elementos bsicos de la teologa del Antiguo Testamento.

    Los estudios que por aos se han hecho manifiestan que la presente redaccin delDeuteronomio es un mosaico de innumerables y variadas piezas de tradiciones literarias. Elmismo libro nos ofrece varios ttulos (1:1; 4:44; 6:1; 12:1), lo cual demuestra su largo y complejo

    proceso de crecimiento. Partiendo con Moiss en los llanos de Moab (siglo xiii a.C.), pasando por elreino del Norte (hasta 722 a.C.),13 por Jud con la reforma de Ezequas (ca. 705 a. C.), la reforma deJosas (622 a.C.)15 y el exilio.

    En cada uno de esos momentos histricos el Deuteronomio recogi y dej huellas. Laprincipal audiencia del Deuteronomio no es el pueblo que estuvo a los pies de Horeb ni en lasplanicies de Moab. Estas palabras se dirigen a un nuevo Israel que ya conoce Palestina con todassus tentaciones religiosas, con un rey y un servicio civil; un Israel que ya no vive la economapatriarcal, sino que ha entrado a un estado de economa basada en el intercambio monetario, contodas sus consecuencias peligrosas; conoce a los profetas y de hecho ha tenido experiencias pocoplacenteras con estos hombres.

    Esta nueva comunidad deja atrs seis siglos de historia repleta de pecado, apostasa constante

    e infidelidades. Ahora a esta comunidad, al igual que al Israel del Horeb, se la convoca a or lapalabra de salvacin y de desafo de parte del Seor. La renovacin de la alianza y la reubicacin delas antiguas tradiciones y leyes confirman a este pueblo que l es el pueblo de Dios; que, as comoel Israel de Horeb, a l tambin se lo convoca a pararse ante el mismo Dios y su siempre actualpalabra de gracia y juicio.

    He aqu el gran valor del Deuteronomio, que surge como un libro que toma la palabra deDios, hablada a una antigua generacin, con sus pasadas tradiciones, y la actualiza para beneficio deun nuevo pueblo, una nueva generacin. El Deuteronomio es clara indicacin de un hechoindiscutible del mensaje bblico: que si bien momento, historia y audiencia varan, la palabra es lamisma. Deuteronomio es ejemplo de una correcta hermenutica, en la que la palabra y el contextohistrico se encuentran en un dilogo responsable, en el cual se reconoce que la palabra slo habla

    su mensaje cuando se inserta en el contexto del oyente y desde all le habla.El propsito del libro es acercarse a una nueva generacin, en una nueva situacin histrica yexplicarle la antigua ley. Por ello era necesario recapitular, recontar y explicar lo que haba pasado ylo que estaba ocurriendo aqu y ahora.

    El libro habla de la ley pero no desde un punto de vista jurdico. No se escribi para el uso dejueces o sacerdotes, sino, teniendo en mente a todo el pueblo de Israel, para el empleo en el hogar.Por ello, junto a las rdenes de obediencia a la ley encontramos la insistencia en su enseanza einstruccin (4:1, 5, 9, 10, 14, 39; 5:1, 31; 6:1, 79, 20s.; 11:1820). De hecho, este uso didctico dellibro hace justicia al sentido bsico del trmino Torah: la ley no es un simple conjunto de reglas; es,especialmente, la fe enseada; es instruccin. Los sujetos de la enseanza son los padres. Ellosdebern ensear a los hijos el camino y la palabra del Seor. No hay otro libro en la Biblia que

    coloque la instruccin de nios y jvenes en el centro de su mensaje como lo hace el Deuteronomio(4:9s.; 6:7, 20ss.; 11:19; 31:13; etctera).

    En relacin con el propsito de este libro hay varios elementos importantes. Primero, apareceel asunto generacional. Es notorio el hecho de cmo el Deuteronomio va llevando la narracinacompaada de una constante referencia a los de ayer, los de hoy y los de maana: tuspadres, t, tus hijos (1:35s., 38s.; 4:9, 25; 5:23, 29; 6:2s., 7, 20s.; 7:9; 8:1, 16; 9:5; 10:11, 15;11:2, 19, 21; 29:10, 1415, 22, 29). Hacia cada generacin tiene una actitud diferente. En el libro, lageneracin de ayer, tristemente, no hizo la voluntad del Seor (1:35; 4:3). La generacin

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    presente est a prueba (1:39; 4:19, 15ss.). Los de maana, dependiendo de la enseanza de losde hoy, bien podran ser infieles (4:2528) o fieles y obedientes (4:2931, 3940, 5:3233). Larelacin de Dios con su pueblo depender de la calidad de vida de ste: lo que el Seor espera esobediencia y fidelidad. La calidad de vida de la generacin futura, segn el Deuteronomio,depender en gran medida de la vida de la presente (6:13).

    Segundo, junto con el tema de las generaciones aparece el concepto temporal hoy. J.Briend escribe al respecto:

    El trmino expresa con una fuerza inigualable la percepcin profunda de que la accin de Dios sesita en la existencia concreta del pueblo. El lugar que este trmino ocupa en el Deuteronomiomanifiesta que la concepcin de la temporalidad que aparece en el documento es la misma desde elprincipio hasta el final. Todas las generaciones de Israel deben ser testigos de la accin de Dios y desu Palabra: Escucha, Israel los mandatos y decretos que hoy te predico (5:1; cf. 5:3, 24). De estaforma se hace participar a todas las generaciones de la accin de Dios, establecida en un hoy quedepende totalmente de l. Frente a la Palabra de Dios, todos son llamados a obedecer, a poner enprctica y a guardar esta palabra en su corazn (6:6) para que les sirva de gua en el camino de lafelicidad.

    La Palabra de Dios, unida al pueblo a travs de una alianza, siempre habla al hombre de hoy.Invita a quienes estn en el ahora a mirar al ayer (segn el Deuteronomio, una historia derebelda del pueblo, de intercesin por parte de Moiss y de una nueva reconciliacin por parte deDios). No puede olvidarse el ayer so peligro de correr al maana sufrindolo ya desde hoy(8:19). Al distinguir el tiempo de los padres con la generacin de hoy, el Deuteronomio insiste enque el futuro depende en mucho de los de la generacin actual, aunque son herederos de unahistoria. Por ello, el libro constantemente apela a los que hoy estn oyendo: recuerda, cuida deno olvidar (6:12; 8:18s.). El olvido es un pecado contra la fe y la esperanza. Por ello es necesarioatender a la Palabra que hoy se dice, reflexionar sobre cmo la vivieron ayer los antepasados, estarvigilantes y decidir para el futuro (29:28s.). El hoy no es slo ahora; es tambin maana(29:13s.). La alianza as lo confirma. El pacto renovado en Moab, Siqun, Jerusaln es una

    invitacin a moldear el futuro desde el dilogo presente. De la alianza y su soberano nos amarramoshoy para asegurar el maana.

    Tercero, si el propsito es explicar la ley a una nueva generacin, en una nueva situacin, noexiste mejor forma literaria que el estilo homiltico. El libro presenta una apelacin, una urgencia, ypor ello da sermones. Todos los intentos de estructurar al Deuteronomio como un tratado devasallaje terminan haciendo vuelcos artificiales que alejan al libro de su propsito esencial. Escierto que existen influencias de los tratados, tanto en forma como en vocabulario, pero elDeuteronomio no es en s un tratado. El libro se presenta como una serie de discursos o sermones aun pueblo parado frente a su lder que ahora se despide. Toda referencia a los elementos de lostratados de vasallaje tiene el propsito de resaltar el hecho de que la generacin de hoy, tal como lade ayer, est atada a la alianza. As, estilo homiltico y estructura de tratados de vasallaje se

    entrelazan para sealar, junto con otros elementos, que el Deuteronomio est estructurado para suactualizacin constante en favor de las nuevas generaciones de Israel.

    Deuteronomio es un libro para un pueblo en transicin (una nacin amenazada portentaciones y desastres), para una generacin cuya tarea es conquistar y construir una nueva tierra,una nueva sociedad. Es un libro que, al igual que Mateo en el Nuevo Testamento, se ofrece comomanual para los miembros del Reino de Dios. Qu actual resulta para nosotros hoy!

    El libro est formado por cinco secciones, mejor entendidas si se colocan en tres crculosconcntricos. En el ncleo tenemos los captulos 1226 (seccin II), los cuales contienen el cdigo

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    legal o la ley de la alianza. En el siguiente crculo tenemos los captulos 511 (seccin III) y 2730(seccin IV), los cuales ubican al cdigo legal en el contexto de esa nueva situacin que ahora sevive. Los captulos 511 empiezan con dos elementos decisivos de la alianza establecida con elpueblo: la teofana del Sina seguida del Declogo. As, antes de presentar el cdigo legal (1226) aesta nueva generacin, se la hace partcipe de la alianza. Este evento del pasado ahora se coloca en

    una seccin introductoria y enmarcada entre dos versculos en los que aparece el trmino hoy(5:1; 11:32). Todo lo de ayer ahora pertenece al hoy. Asimismo, al principio y al final de estaseccin se encuentran dos pasajes, casi paralelos, los cuales insisten en que la enseanza de la fepertenece al hogar y es obligacin de los padres (6:49, pasaje inmediato al recuento de la alianzaen Sina; 11:1820). Los captulos 2730 se presentan como la conclusin del cdigo legal ydemandan a las nuevas generaciones (29:1415, 29) una respuesta obediente a la totalidad de la ley,en esa nueva situacin que ahora enfrentan. El ltimo crculo contiene las secciones I (captulos 14) y V (captulos 3134). El papel de los captulos 14 es el de recapitular la historia de lageneracin pasada y confrontar a la actual con un nuevo inicio. Forman el prlogo del libro y juntocon la seccin II (captulos 511) responden a la pregunta: Cmo se relaciona lo viejo con lonuevo? La primera seccin recuerda el fallo de la pasada generacin; la segunda, presenta el desafo

    a la nueva generacin. La quinta seccin se coloca como conclusin de todo el libro. El captulo 31describe las ltimas acciones realizadas por Moiss: termina su sermn y lo coloca por escrito;comisiona a Josu, deposita la ley junto al arca y establece la prctica de la lectura de la ley. Elcaptulo 32 (un poema) es una presentacin proftica en la cual Moiss habla de la fidelidad de Dioscontrapuesta a la rebelda del pueblo. En este poema Moiss une las tres distintas generaciones. Elcaptulo 33 (tambin en poesa) dibuja, en perspectiva proftica, una situacin futura, ms bienideal: el Reino de Dios. All aparece Dios como el refugio eterno de Israel. El pueblo halla susalvacin eterna. El captulo 34 da la nota final. Se va un lder (antigua generacin), y viene unonuevo (nueva generacin).

    Deuteronomio 6:4-9

    Las insinuaciones y afirmaciones generales que hemos hecho acerca de la familia apuntan aDeuteronomio 6:49 y se irradian desde all. Aqu, en forma explcita, se trata de este tema en elcontexto de la afirmacin teolgica ms categrica acerca de Yav, el Seor (el shem). ElDeuteronomio no haya otro lugar ms importante para depositar el meollo de la fe bblica que elhogar.

    Estos versculos pertenecen a una unidad ms extensa (6:425), cuyo final es parte de undilogo pedaggico familiar: el padre responde a una pregunta del hijo (vv. 2025). Los versculos4 al 9 constituyen la parte ms antigua. De estos versculos, los dos primeros (45) vienen a ser eleje de toda la unidad. De hecho, todo el libro es, sin exageraciones, un comentario de estos dosversculos. McBride dice de Deuteronomio 6:45: No hay otro pasaje que capte con mselocuencia el espritu que invade el libro del Deuteronomio.

    Deuteronomio 6:49 est estructurado de tal manera que todo cuanto se declara y ordena sedirige al principio de la unidad. En el versculo 6, la frase estas palabras sirve de punto de enlace,a la vez que de elemento enftico. Con esta frase el autor ata cada elemento de la unidad; con ella,tambin el autor asegura que en cada nueva demanda, la declaracin de los versculos 4 y 5 retumbecon majestuoso sonido. Verbos, pronombres, artculos, son materialmente arrastrados al principio:Escucha, Israel, el Seor, nuestro Dios, es solamente uno. Amars al Seor, tu Dios Todocuanto se diga en Deuteronomio 6:49 slo tiene valor en relacin con ese ncleo que ligantimamente una afirmacin dogmtica (v. 4b) y una exigencia tico-religiosa (v. 5a).

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    Con la frase el Seor, nuestro Dios, es solamente uno el autor expresa en forma positiva elprimer mandamiento del Declogo. Israel de nuevo es confrontado con el hecho de la unicidad delSeor. Esta declaracin nicamente se entiende cuando la colocamos en el contexto histrico,poltico y religioso en el que se dio la tradicin deuteronomista. Cada vez que se recuente la historiadel pasado se deja en claro que Israel vive slo porque Yav dirige su vida. l gobierna a Israel. La

    vida de Israel depende de su reconocimiento de Yav como su soberano. Por ello al autor lepreocupan sobremanera las tentaciones que enfrentan al pueblo en Canan: tanto dios para adorar,tanto lugar alto para asistir, tanta prctica excitante en que participar!

    Consecuencia lgica del reconocimiento del Seor como uno slo es el amor a Dios en formatotal. Unicidad y totalidad pertenecen al mismo crculo semntico. Si slo se reconoce a un Seor,entonces el amor es slo para l. El amor a Dios en el Antiguo pertenece al contexto de la alianza.Sin embargo, no est atado a una enseanza legalista. El amor que se demanda a Israel es unarespuesta con la misma moneda. Es una respuesta apropiada a la fidelidad de Dios, quien siempremantiene y cumple sus promesas (Dt. 4:37; 10:15; 7:7s.). A Israel se lo invita a amar porque Dios loam primero (cf. 1 Jn. 4:19). Esta primicia del amor divino en el Deuteronomio es la raz de todaobediencia. Deuteronomio es el primero que utiliza extensivamente el tema del amor del hombre

    hacia Dios,41

    y desarrolla el concepto a partir del contexto de la familia; es all el nico lugar dondeel telogo puede aprender lo que es amor teniendo al hombre como sujeto. Y no hablamos aqu desentimientos meramente; hablamos de un amor que razona, y por ello puede presentarse en formade una orden. Es ese amor que los hijos deben a los padres cuyo sinnimo es la obediencia.

    El conjunto de frases que siguen (vv. 5b y 7) a la demanda del versculo 5a destacan elsentido de totalidad y perfeccin. Los sustantivos corazn, alma y fuerzas configuran latotalidad del ser humano. El vocablo todo, repetido tres veces, insiste en la perfeccin eintensidad del compromiso del amor. Aquello que en la antropologa hebrea es el asiento de lasfunciones squicas se presenta aqu como el asiento del amor a Dios. En el versculo 7 el conjuntode frases, todas con verbos en infinitivo, presenta el sentido de totalidad y perfeccin en la anttesisde un doble par de verbos: sentarse-caminar, acostarse-levantarse. En este conjunto se presenta,

    en forma concisa, toda la actividad humana habitual. El hombre en la totalidad de su existencia vivepara amar a un solo Dios, el Seor.La temtica de la unicidad de Yav, el amor slo a l y la pugna anti-idoltrica aparece a cada

    paso en todo el trabajo del deuteronomista (Deuteronomio hasta 2 Reyes). De hecho, cada vez queel deuteronomista evala las distintas etapas de la historia de Israel, la aprobacin o reprobacin delpueblo o de sus lderes depende de la fidelidad, o falta de ella, hacia el Seor. Deuteronomio 6:1025 es categrico al respecto: Al Seor, tu Dios, respetars, a l slo servirs, slo en su nombre

    jurars. No seguirs a dioses extranjeros, dioses de los pueblos vecinos (vv. 1314). La reforma deJosas se concentr sobre todo en la purga de dolos y cultos falsos en el seno de Jud (2 R. 2213).El rey que precedi a Josas, Manass, es considerado como el peor de los reyes del pueblo de Dios,por su idolatra (2 R. 21). La dura evaluacin al reino del Norte (2 R. 17:723), a su cada, es en s

    una mirada al destino de Jud (vv. 19s.).El pueblo de Dios est en el exilio, s, por haber sido infiela Yav, su nico Dios; por no haber aprendido a amarle en forma total y perfecta.

    Dnde ve el deuteronomista la fuente del problema? La ve exactamente en la desobedienciadel pueblo, al no seguir los lineamientos establecidos por el Seor.

    Desde el Declogo se elabora este mandamiento en el contexto de la familia: No te harsdolos: figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de latierra. No te postrars ante ellos ni les dars culto, porque yo, el Seor, tu Dios, soy Dios celoso:castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y bisnietos cuando me aborrecen. Pero acto con

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    lealtad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos (Dt. 5:810; cf. x. 20:46).

    El pasaje en cuestin (Dt. 6:49), central en todo el Deuteronomio, lo hace mas explcito; unay otra vez, en el contexto del dilogo pedaggico del hogar (Dt. 6:2025; 11:1832; cf. 4:9, 10;6:13) se recuerda la urgencia de ser fieles al Seor.

    Si bien es cierto que esta ley (base de toda la alianza) aparece en el contexto del culto (x.1924; Jos. 24; 2 R. 2223) ante toda la asamblea de Israel, el deuteronomista siempre deja en claroque el primer lugar de pertenencia de esta ley es el hogar. Aun en el contexto de la asamblea delpueblo, siempre hay una cita referente a los padres y los hijos (x. 20; Dt. 5; 6:4ss.; 30) o a lafamilia (Jos. 24:15). Fidelidad al Seor y educacin en el hogar van tomadas de la mano. No esaccidental el hecho de que en aquellos perodos de infidelidad y apostasa, el hogar de losprotagonistas estuviera en bancarrota (Jue. 1416; 1 S. 2:12, 17, 2225, 29ss.; 3:1314; 4:17ss.; 1R. 11; 2 R. 21:6). Inclusive, el deuteronomista no deja de estampar su crtica amarga, como manchaindeleble, en la vida familiar de aquellos a quienes aprecia como fieles seguidores del Seor (1 S.5:15; 2 S. 12; 1 R. 1).

    No cabe duda de que el deuteronomista tena siempre en la mira a Deuteronomio 6:49 al

    escribir la historia de Israel hasta el exilio. Necesitaba ver en claro que el desastre del presente sedeba al hecho de no haber sido celosos en guardar ese marco ideal, dado al principio de su vidanacional: la enseanza de fidelidad y amor al Seor tiene su base y centro en el hogar.

    No hay que perder de vista, entonces, el punto de partida de un estudio sobre la familia. Todadiscusin sobre la familia debe partir de su centro y principio: el Seor. Segn el pasaje,inmediatamente despus de la presentacin de ese elemento bsico (que en s es el contenido de lafe y la enseanza), viene la presentacin de los pasos pedaggicos: qu se espera que suceda en lacomunidad del pueblo de Dios?

    Es interesante notar el paso de lo colectivo y general (Israel) a lo individual y concreto ( tucorazn, tu casa, tus hijos), y de nuevo a lo general (las puertas de tus aldeas). Esto sealaque lo presentado aqu es un programa de vida que mantiene en equilibrio a la comunidad y al

    individuo, teniendo al hogar como eje de ese equilibrio.En relacin con lo anterior, encontramos en el pasaje un triple compromiso pedaggico: 1)hacia uno mismo (las palabras que hoy te digo quedarn en tu memoria las atars a tu muecacomo signo, sern en tu frente una seal); 2) hacia los hijos (se las inculcars a tus hijos); y 3)hacia la comunidad (las escribirs en tus portales). Es obvio que el compromiso pedaggico sevuelca primordialmente al hogar. Los versculos 7 y 9 colocan al hogar como el ambiente dondeestas palabras son objeto de enseanza y prctica. Los versculos225 hablan de esa interaccinpedaggica: el hijo levanta una pregunta al padre, el padre responde narrando los actos portentososdel Seor en el pasado y de sus demandas hoy para el futuro.

    El siguiente esquema destaca el nfasis pedaggico del texto:

    Recepcin de la enseanza: escucha las palabras (v. 4) Puesta en prctica de la enseanza: Amars al Seor (v. 5) Apropiacin de la enseanza: Quedarn en tu memoria (v. 6) Transmisin de la enseanza: se las inculcars a tus (v. 7) Repaso de la enseanza: hablars de ellas...

    las atars...las escribirs (79)

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    El pasaje nos ofrece, entretejidos en forma magistral, el qu y el cmo: el contenido y elproceso de la enseanza. En el pasaje encontramos el sujeto: los padres; el receptor: los hijos; elcontenido: estas palabras; el lugar: el hogar; el tiempo: toda la actividad humana habitual; laforma: la comunicacin oral, escrita y prctica.Enseanzas para hoy

    Dos puntos resaltan de todo cuanto hemos dicho: contenido y lugar de la enseanza de la fe(vida). Ambos elementos son cruciales hoy. Al tomarlos en serio, frente a nuestras prcticascontemporneas, nuestras perspectivas y proyectos pastorales dan un viraje de ciento ochentagrados. La urgencia de cambio se acrecienta al colocar la realidad de la familia cristiana denuestros tiempos junto a la demanda bblica. Ya no podemos trazar una marcada lnea de distincinentre el estilo de vida, la educacin, las prcticas y las prioridades de las familias cristianas y de lasno cristianas. Aquella romntica creencia de que los cristianos vivimos lejos del mundanal ruido,hoy se ha hecho trizas. En realidad eso nunca se ha dado!

    Hgase un sencillo inventario de las experiencias formativas en la vida de una familia. Sever que los sujetos de esa formacin, en su mayor parte, estn fuera de nuestro control, conpropsitos y objetivos alejados de (y las ms de las veces en contra de) la fe bblica. Al compararlos

    con la calidad y el tiempo dedicados a la enseanza de la vida cristiana, no podemos esperar msque un impacto pauprrimo de esta ltima en la vida de individuos y comunidades.La cultura uniformadora de los medios de comunicacin masiva ha roto con los lmites de

    estratos sociales, distancias geogrficas y niveles de formacin acadmica. Vivimos en medio de unsistema con poder omnipresente, cuya filosofa de vida alcanza materialmente a todos.

    Necesitamos desarrollar una pastoral de la familia que mantenga en balance la enseanzabblica y las circunstancias histricas en las cuales se desenvuelven nuestras familias. Lo que seensea y dnde se ensea, constituyen los dos elementos centrales en este estudio que nos sirvencomo directrices para tal pastoral, pues proveen un frente de combate ante las fuerzas de lafilosofa de vida del sistema en el que vivimos.

    a) La teologa (contenido de la enseanza)La afirmacin bblica el Seor, nuestro Dios, es solamente uno. Amars al Seor, tu Dios, con todoel corazn, con toda el alma, con todas las fuerzas (6:45) nos presenta hoy da todo su peso tico-dogmtico. Presenta un principio y una demanda con valor perenne. Lo variable es el contextohistrico-geogrfico en el que esa afirmacin se inserta.

    Es urgente desarrollar el discurso sobre Dios en el contexto de vida de nuestras comunidadeslatinoamericanas. Es necesario volver a encontrar en la Biblia las lneas que definen a tal Dios ySeor y sus actos de gracia y juicio, frente a tanto dios, dolo y fetiche. As podrn tenerse a manopautas de diferenciacin para hoy, entre Dios, el Seor, y los otros dioses e dolos. Conceptos comoconocimiento de Dios e idolatra necesitan volver a estudiarse tanto en la Biblia como ennuestra sociedad contempornea.

    Falsas lecturas de la Biblia y tendencias teolgicas pueblan el sistema de fe de nuestrospueblos. Cmo se necesita acercar ms a nuestros pueblos al Dios-lejano del ms all y librar alos Cristos de la religiosidad popular! Lo que falta mucho ms es desenmascarar a tanto diosimpostor que ofrece con el nombre de Dios, falsos (vanos) estilos de vida y una religinamordazada, sirvienta de este sistema econmico, materialista y deshumanizante.

    Es imposible desarrollar aqu las ideas generales expresadas arriba. Las citamos slo paraacentuar la necesidad de mantener en buen equilibrio el qu y el dnde de la enseanza de fe.Ambos son bsicos e indivisibles. El desarrollo de una estrategia de educacin cristiana, a partir del

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    hogar, sin la contribucin de la teologa fidedigna, es inoperante. De igual modo sucede si sloexiste la preocupacin por desarrollar una teologa liberadora olvidando al hogar como su punto departida. Es obvio que la mejor reflexin teolgica no llega a los miembros de las iglesias y muchomenos a los hogares. S, en cambio, los hogares se ven bombardeados por el sistema idoltrico delmundo contemporneo, a travs de los medios de comunicacin masiva: valores y teologa de

    pelculas y telenovelas; concepto de vida y prioridades de los anuncios publicitarios. Gran cantidadde iglesias y hogares han fundado su fe sobre la anti-teologa de la teologa-ficcin y delevangelio barato, presente, sobretodo, en las llamadas libreras evanglicas.

    As como es necesario desarrollar una estrategia pedaggica desde el hogar (la iglesiadomstica), de igual modo es urgente que se desarrolle un contenido teolgico-bblico fidedigno dela educacin cristiana. En ambos casos, deber tomar lugar central el dilogo responsable y verazentre la fe bblica y el contexto histrico-geogrfico de nuestros pueblos.

    b) El hogar (lugar de la enseanza)Dos realidades, aparentemente encontradas, se nos presentan en un estudio conjunto sobre lafamilia como educadora:

    1. En nuestra sociedad no puede verse a la familia como un sistema cerrado. Debe vrsela comoun sistema abierto a una multitud de influencias externas Cuando se toma en cuenta el tiempoque los miembros de la familia pasan dentro y fuera del hogar, inmediatamente se hace claro queconsiderar a la familia como la fuente de todas las influencias significativas es una falacia.2. El hogar es un redondel donde puede tomar lugar, virtualmente, toda la gama de lasexperiencias humanas Los padres haran muy bien en cuidar de la educacin de sus hijos,

    porque en el hogar se producen las primeras y ms duraderas influencias Para bien o para mal,

    todos debemos reconocer que dentro de la familia tiene lugar una rica variedad de encuentroseducacionales: pleitos, violencia, amor, delicadeza, honestidad, engao, sentido de propiedadprivada, participacin comunitaria, manipulacin, decisiones en grupo, centros de poder,igualdad Todo esto puede darse en el