Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

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Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos” Abraza la Oscuridad, Charles Bukowski.

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Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos” Abraza la Oscuridad, Charles Bukowski.

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Editorial Antítesis

Colección “Arquitectura del caos”

Charles Bukowski, Poemas

2da edición, últimos días de invierno, La Serena, 2016.

Antítesis ediciones:

www.facebook.com/EditorialAntitesis

La reproducción total

O parcial de la obra

Está autorizada por los

Editores. La propiedad

Es un robo. Piratea y

Difunde.

Page 3: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

Charles Bukowski.

“Lo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va

a descubrir de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban

cuando estaba vivo abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras

estarán en todas partes. Se crearan clubes sociales y sociedades. Será

como para volverse loco. Se hará una película de mi vida. Me pintarán

mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento del que

tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los dioses. La

especie humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su

importancia.”

Nacido en 1920, Bukowski no se parece a ningún otro autor de su

generación. Ni siquiera del siglo. Autobiográfico, transgresor, directo

y confesional, fue un poeta y cronista del submundo alcohólico de Los

Ángeles. Sus más de mil poemas están escritos con líneas sólidas,

imágenes claras y una voz íntima y descabellada. Sus novelas cuentan

su vida de trabajos precarios, romances caóticos, y su devoción por la

bebida y las carreras de caballos.

Para espanto de las ilustres academias y torres de marfil, Charles

Bukowski fue y sigue siendo uno de los poetas más adorados del

mundo.

Vivió hasta los 73 años (1994) bebiendo y escribiendo todos los días,

hasta el final.

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TODO

Los muertos no necesitan

aspirina o

tristeza

supongo, pero quizás necesitan

lluvia,

zapatos no

pero un lugar donde

caminar,

cigarrillos no,

nos dicen,

pero un lugar donde

arder.

O nos dicen:

Espacio y un lugar para

volar,

da

igual.

Los muertos no me necesitan.

Ni los

vivos.

Pero quizás los muertos se

necesitan

unos a

otros.

En realidad, quizás necesitan

todo lo que nosotros

necesitamos

y

necesitamos tanto

Si sólo supiéramos

qué

es

probablemente

es

todo

y probablemente

todos nosotros moriremos

tratando de

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conseguirlo

o moriremos

porque no

lo

conseguimos.

Espero que

cuando yo esté muerto

comprendáis

que conseguí

tanto

como

pude.

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LOS MEJORES DE LA RAZA

No hay nada que

discutir

no hay nada que

recordar

no hay nada que

olvidar

es triste

y

no es

triste

parece que la

cosa más

sensata

que una persona puede

hacer

es

estar sentada

con una copa en la mano mientras

las paredes

blanden

sonrisas de

despedida

uno pasa a través de

todo

ello

con una cierta

cantidad de

eficiencia y valentía

entonces

se va

algunos aceptan

la posibilidad de

Dios

para ayudarles

en su

paso

otros

lo aceptan

como es

y por estos

bebo esta noche.

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ABRAZA LA OSCURIDAD

La confusión es el dios

la locura es el dios

la paz permanente de la vida

es la paz permanente de la muerte.

La agonía puede matar

o puede sustentar la vida

pero la paz es siempre horrible

la paz es la peor cosa

caminando

hablando

sonriendo

pareciendo ser.

no olvides las aceras, las putas,

la traición,

el gusano en la manzana,

los bares, las cárceles

los suicidios de los amantes.

aquí en Estados Unidos hemos

asesinado a un presidente y a su

hermano,

otro presidente ha tenido que dejar

el cargo.

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La gente que cree en la política

es como la gente que cree en dios:

Sorben aire con pajitas

torcidas

no hay dios

no hay política

no hay paz

no hay amor

no hay control

no hay planes

mantente alejado de dios

permanece angustiado

deslízate.

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LOS LOCOS SIEMPRE ME

HAN AMADO

Y los subnormales

a lo largo de párvulos

primaria

secundaria

universidad

los no queridos

se prendían

de mí.

los mancos

los epilépticos

los tartamudos

los tuertos,

cobardes

misántropos

asesinos

fenómenos

y ladrones.

en el trabajo y en

el ocio

siempre atraje

a los indeseables. me encontraban

y se prendían de mí. aún lo

hacen.

Ahora en este vecindario

hay uno que me ha

encontrado.

Él merodea empujando un carrito

de supermercado

lleno de basura:

latas abolladas, cintas de zapatos,

bolsas vacías de papas fritas,

envases de leche, periódicos,

portaplumas…

“Ey, cuate, ¿Cómo estás?”

me detengo y conversamos

un rato

luego me despido

pero él

me sigue.

paso las cantinas

y los burdeles…

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“manténme informado,

cuate, manténme informado,

quiero saber qué pasa.”

él es mi novedad.

nunca lo he visto

conversar

con nadie más.

el carrito traquetea

un momento

detrás de mí

entonces algo

cae.

él se detiene

para recogerlo.

entretanto yo

camino por

la puerta principal

del hotel verde de la esquina

cruzo a lo largo

del vestíbulo

y salgo por la puerta

trasera

hay un gato

enmierdándolo todo ahí dentro

absolutamente encantador,

me sonríe. y la luna y las estrellas

y el mundo

largas caminatas

nocturnas

son buenas

para el

alma:

viendo furtivamente a través de las

ventanas

mirando extenuadas amas de casa

intentando escabullirse

de sus frenéticamente

encervezados

maridos.

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ZAPATOS

Cuando eres joven

un par

de zapatos

femeninos

de tacón alto

inmóviles

solitarios

en el ropero

pueden encender

tus huesos;

cuando estás viejo

son sólo

un par de zapatos

sin

nadie

en ellos

y

también.

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PARA JANE

225 días bajo la hierba

y ya me conoces mejor que yo

mismo.

Ellos se han llevado tu sangre,

eres un palo seco en una canasta.

¿Es así como funciona?

En este cuarto

las horas de amor

aún hacen sombras

cuando te fuiste

te llevaste casi

todo

me arrodillo en las noches

ante tigres

que no me dejarán ser.

Lo que fuiste

no volverá a suceder.

Los tigres me han encontrado

y no me importa.

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CONOCÍ A UN GENIO

Conocí a un genio en el tren

hoy

como de 6 años de edad

se sentó a mi lado

y mientras el tren

avanzaba a lo largo de la costa

llegamos hasta el océano

entonces él me miró

y dijo,

no es hermoso.

Fue la primera vez que me

percaté

de ello.

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CONFESIÓN

Esperando a la muerte

como a un gato

que saltará sobre la

cama

estoy muy afligido por

mi esposa

ella verá este

tieso

blanco

cuerpo

lo sacudirá una vez, quizá

de nuevo

“Hank!”

Hank no

responderá

no es mi muerte lo que

me preocupa, es mi esposa

abandonada con este

montón

de nada.

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Quiero

hacerle saber

sin embargo

que todas las noches

durmiendo

a su lado

incluso los más triviales

argumentos

fueron cosas

siempre espléndidas

y las difíciles

palabras

que siempre temí

decir

pueden ser

dichas ahora:

Te

amo.

Page 16: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

POESÍA

Se

requiere

de mucha

desesperación

insatisfacción

y desilusión

para

escribir

unos

pocos

buenos

poemas.

no es para

todo mundo

ya sea para

escribirlos

o siquiera para

leerlos.

Page 17: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

BIEN, ASÍ ES LA COSA…

A veces cuando todo parece ir de

mal

en peor

cuando todo conspira

y corroe

y las horas, días, semanas

años

parecen desperdiciados-

tendido sobre mi cama

en la oscuridad

mirando hacia el techo

concibo lo que muchos

considerarán un

detestable pensamiento:

Aún es agradable ser Bukowski.

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LA SUERTE NO ERA DAMA

PARA MÍ.

Siendo medianamente joven me

sentaba en los bares

poniéndome hasta las orejas

pensando en algo que pudiera

sucederme, quiero decir, intentaba

con las damas:

“Oye, muñeca, escucha, los

vendedores ambulantes

lloran por tu belleza…”

O algo así.

Ellas nunca volteaban, miraban

hacia el

frente, justo hacia el frente,

aburridas.

“Oye, muñeca, escucha, soy un

genio, ja, ja…”

Calladas frente al espejo del bar,

estas

mágicas criaturas, estas sirenas

secretas,

de grandes piernas, estallando

desde sus

vestidos, usando brillantes tacones

como

dagas, pendientes, bocas de fresa,

sentadas ahí, sentadas ahí,

sentadas ahí.

Una de ellas me dijo: “Me

aburres.”

“No, muñeca, estás

atrasada…” “Oh, cállate…”

Entonces entraba el galán, algún

tipo

pulcro con traje, bigote de lápiz,

corbata de moño;

delgado, ligero, musical, delicado

y tan sabihondo

y todas las damas comenzaban a

llamarlo

por su nombre: “oh, Murray,

Murray”

o algo así.

“Qué tal, muchachas!”

siempre supe que podía derribar a

uno de esos

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jodidos pero eso difícilmente

hubiese tenido relevancia

entre la suma total de cosas,

las damas simplemente se reunían

alrededor de Murray

(o algo así) y continuaban

ordenando

bebidas,

compartiendo la música de la

sinfonía

y escuchando la risa de sus

bromas privadas

que yo difícilmente

podía

Oír.

yo me preguntaba cuántas cosas

maravillosas

me estaba perdiendo, el secreto de

la

magia, algo que ellos conocían,

y me sentí otra vez como el idiota

en el

patio de la escuela, a veces un

hombre nunca sale

de ahí -queda marcado, uno se da

cuenta con un

simple vistazo

y así

me excluían,

“soy el rostro perdido de

Jano,” (*) pude haber dicho en

algún

momento de silencio.

para ser,

por supuesto

ignorado.

ellos enfilaban

hacia sus carros en el

estacionamiento trasero

fumando

riendo para alejarse

hacia una consumada

victoria eterna

dejándome

para seguir bebiendo

yo solo

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sentado ahí

con el rostro del

cantinero cerca del

mío: “ÚLTIMA RONDA!”

Su carnoso rostro indiferente

de pacotilla bajo la luz

barata

después de mi último trago

salía hacia mi carro de diez años

de edad

junto a la banqueta

subía

y manejaba siempre

cuidadosamente

hacia mi cuarto

de alquiler

recordando el patio de la escuela

de nuevo,

durante el recreo,

me escogían al último

para el juego de beisbol,

el mismo sol brillando sobre mí

igual que sobre ellos,

luego oscurecía,

la mayoría de la gente del mundo

reunida;

mi cigarrillo colgante,

y yo escuchaba el sonido

del motor.

Page 21: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

AMOR

Gas, dijo el, ámame

bésame

besa mis labios

besa mi pelo

mis dedos

mis ojos, mi cerebro

hazme olvidar.

Gas, dijo el, ámame

él tenía una habitación en el tercer

piso

rechazado por una docena de

mujeres

35 editores

y media docena de agencias de

empleo

y no digo que él fuera nada

bueno

abrió todos las fogones

Sin encenderlos

y se fue a la cama

algunas horas más tarde un tipo

yendo a la habitación 309

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encendió un cigarrillo en el

hall y un sofá voló por la ventana

una pared estalló como arena

húmeda

una llama púrpura ardió a 20

metros en el aire

el tipo en la cama no lo supo, ni le

importó

pero tengo que decir que él

estuvo bastante bien

ese día.

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Sin Sueños

Las camareras de pelo gris

en los cafés por la noche

se rindieron,

y mientras camino por las veredas

de la luz

y miro las ventanas

de las casas de las enfermeras

puedo ver que ya no es

con ellas.

Veo gente sentada en los bancos

de la plaza

y puedo ver por la manera

en que se sientan y miran

que se acabó.

Veo gente manejando autos

y veo por la manera en que

manejan sus autos

que ni aman ni son

amados

ni consideran el sexo

está todo olvidado

como una vieja película.

Veo gente en las tiendas y

supermercados

caminando por los pasillos

comprando cosas

y puedo ver por la manera en que

les queda la ropa y por la manera

en que

caminan y por sus caras y sus ojos

que no les importa nada

y nada se preocupa

por ellos

puedo ver cien personas por día

que se rindieron

del todo

si voy al hipódromo

o a algún espectáculo deportivo

puedo ver miles

que no sienten nada por nada o

por nadie

y no reciben

ningún sentimiento.

Por todas partes veo a aquellos que

no mendigan nada sino

Page 24: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

comida, refugio y

ropa, ellos se concentran

en eso,

sin sueños.

no entiendo por qué esa gente no

desaparece

no entiendo por qué esa gente no

expira

por qué las nubes

no los asesinan

o por qué los perros

no los asesinan

o por qué las flores y los niños

no los asesinan,

no entiendo

supongo que ya están asesinados

sin embargo, no puedo

acomodarme al

hecho de que existan

porque son

demasiados

cada día cada noche

hay más de ellos

en los subtes

en los edificios

en los parques

no sienten terror

por no amar

o por no

ser amados.

Tantas, tantas, tantas

de mis criaturas

compañeras.

Page 25: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

EL INFIERNO ES UNA

PUERTA CERRADA

Hasta cuando me moría de hambre

las notas de rechazo difícilmente

me molestaban:

sólo creía que los editores eran

verdaderamente estúpidos

y sólo fui y escribí más y

más.

Hasta consideraba los rechazos

como

acción; Lo peor era el buzón vacío.

Si una debilidad o un sueño tuve

fue

sólo querer ver a uno de aquellos

editores

que me rechazaron,

ver la cara de él o de ella, la forma

en que vestían, la forma en que

cruzaban

una habitación, el sonido de su

voz, la mirada

de sus ojos...

Sólo una mirada a uno de ellos-

ves, cuando miras esto

un pedazo de papel impreso

diciéndote que

no eres muy bueno

entonces hay una tendencia

a pensar que los editores

son más parecidos a dioses que

lo que son.

El infierno es una puerta cerrada

cuando te estás muriendo de

hambre por tu

maldito arte

pero algunas veces sientes al

menos que

echas una mirada a través del ojo

de la cerradura.

joven o viejo, bueno o malo,

no creo que nada muera tan lenta y

duramente como un

escritor.

Page 26: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

ATRAPADO

No desvistas mi amor

podrías encontrar un maniquí:

No desvistas el maniquí

podrías encontrar

mi amor. Hace mucho que ella

me ha olvidado.

Se está probando un nuevo

sombrero y parece más

coqueta que nunca.

Ella es una cría

y un maniquí

y muerte.

No puedo odiar

eso ella no hizo

nada

fuera de lo normal.

Yo sólo quería

que lo hiciera.

Page 27: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

CUANDO PIENSO EN MI

MUERTE

Pienso en automóviles

estacionados en un

estacionamiento

cuando pienso en mi muerte

pienso en sartenes

cuando pienso en mi muerte

pienso que alguien te hace el amor

cuando no estoy cuando pienso en

mi muerte

tengo problemas para respirar

cuando pienso en mi muerte

pienso en toda la gente que espera

morir

cuando pienso en mi muerte

pienso que no podré tomar agua

nunca más, cuando pienso en mi

muerte

el aire se vuelve completamente

blanco

las cucarachas en mi cocina

tiemblan y pienso que alguien

tendrá que tirar mi ropa interior

limpia y sucia muy lejos.

Page 28: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

MELANCOLÍA.

La historia de la melancolía

nos incluye a todos.

me retuerzo entre las sábanas

sucias

mientras fijo mi mirada

en las paredes azules

y nada.

Me he acostumbrado tanto a la

melancolía

que la saludo como a una vieja

amiga. Ahora tendré 15 minutos de

aflicción

por la pelirroja que se fue,

se lo diré a los dioses.

me siento realmente mal

realmente triste, entonces me

levanto

PURIFICADO

aunque no haya resuelto

nada (...)

Hay algo mal en mí

además de la melancolía.

Page 29: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

VERDAD

Una de las mejores líneas de Lorca

es,

“Agonía, siempre

agonía…”

Piensa en esto cuando

mates una

cucaracha o

recojas un hoja para

afeitarte

despertando en la mañana

para

enfrentar el

sol.

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SE BUSCA UNA MUJER

Edna bajaba por la calle con su bolsa de la compra, cuando pasó a la altura

del automóvil. Había algo escrito en la ventanilla lateral:

SE BUSCA UNA MUJER.

Se paró. Era un cartón pegado a la ventanilla, con alguna especie de anuncio.

En su mayor parte estaba escrito a máquina. Edna no podía leerlo desde el

lugar de la acera en que se encontraba. Sólo podía ver las letras grandes:

SE BUSCA UNA MUJER.

Era un coche nuevo y de los caros. Edna cruzó la hierba y se acercó a leer la

parte mecanografiada:

«Hombre de 49 años. Divorciado. Busca una mujer con fines matrimoniales.

Que tenga entre 35 y 44 años. Me gusta la televisión y los films. La buena

comida. Soy contable y tengo el trabajo bien asegurado. Tengo dinero en el

banco. Me gustan las mujeres algo rellenas.

Edna tenía 37 años y estaba algo rellena. Había un número de teléfono.

También había tres fotos del caballero que buscaba una mujer. Parecía rico y

elegante, con su traje y corbata. También parecía algo estúpido y un poco

cruel. Y hecho de madera, pensó Edna, hecho de madera...

Siguió su camino, con una pequeña sonrisa. También sentía una especie de

repulsión. Pero cuando llegó a su apartamento ya se había olvidado por

completo de todo. Fue varias horas más tarde, sentada en la bañera, cuando

empezó a pensar en él otra vez, y esta vez pensó en lo solo, en lo

terriblemente solo que debía encontrarse para haber llegado a hacer una cosa

así:

SE BUSCA UNA MUJER.

Se lo imaginó llegando a la casa, encontrándose las facturas del gas y del

teléfono en el buzón, desnudándose, tomando un baño, la televisión

encendida. Después leería el periódico de la tarde.

Page 31: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

Luego entraría en la cocina a hacerse la cena. Allí, quieto, mirando cómo se

fríe el pan, en calzoncillos. Luego cogería la comida y la llevaría a una mesa,

se la comería. Le podía ver bebiéndose su café. Luego más televisión. Y

quizás un solitario bote de cerveza antes de acostarse. Debía haber millones

de hombres como él en toda América.

Edna salió de la bañera, se secó, se vistió y salió del apartamento. El coche

seguía allí. Apuntó su nombre, Joe Lighthill, y el número de teléfono. Leyó

de nuevo toda la parte mecanografiada. «Films». Era un término muy culto.

La gente decía «películas» normalmente. Se busca una mujer. El anuncio era

bastante atrevido. Por lo menos había mostrado ser original al escribirlo.

Cuando Edna volvió a casa se tomó tres tazas de café antes de marcar el

número. El teléfono sonó cuatro veces. «¿Hola?» Contestó él.

— ¿Señor Lighthill?

— ¿Sí?

—Es que vi su anuncio. Su anuncio en el coche...

—Ah, sí.

—Me llamo Edna.

— ¿Cómo estás, Edna?

—Oh, muy bien. Pero hace tanto calor. Este tiempo es demasiado.

—Sí, hace la vida difícil.

—Bueno, señor Lighthill...

—Llámame Joe, a secas.

—Bueno, Joe, ja, ja, ja, me siento como una tonta. ¿Sabes por qué he

llamado?

—Viste mi anuncio.

Page 32: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

—Bueno, quiero decir, ja, ja, ja. ¿Qué es lo que te pasa? ¿No puedes

conseguir una mujer?

—Creo que no. Edna, dime. ¿Dónde están?

— ¿Las mujeres?

—Sí.

—Oh, pues en todas partes, ya sabes.

— ¿Dónde? Dime. ¿Dónde?

—Bueno, en la iglesia, por ejemplo. Hay mujeres en la iglesia.

—No me gusta la iglesia.

—Oh.

—Escucha. ¿Por qué no te vienes aquí, Edna?

—¿Quieres decir allí, a tu casa?

—Sí. Tengo un buen apartamento. Podemos tomarnos una copa, conversar.

Sin compromiso.

—Es tarde.

—No es tan tarde. Escucha, viste mi anuncio y llamaste. Debes estar

interesada.

—Bueno, es que...

—Tienes miedo, eso es lo que te pasa. Tienes miedo.

—No, yo no tengo miedo.

—Entonces vente, Edna.

—Bueno, es que...

—Vamos.

Page 33: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

—Bueno, de acuerdo. Estaré allí en quince minutos.

Era en el último piso de un moderno complejo de apartamentos. Apartamento

17. La piscina reflejaba las luces. Edna llamó. La puerta se abrió y allí estaba

el señor Lighthill. Con una calvicie incipiente; la nariz afilada con pelos

saliéndole de los orificios; la camisa abierta por el cuello.

—Entra, Edna...

Ella pasó y la puerta se cerró detrás. Edna se había puesto un vestido de seda

azul. No se había puesto medias. Iba en sandalias y fumando un cigarrillo.

—Siéntate. Te serviré algo de beber.

Era un sitio bonito. Todo estaba decorado en azul y verde, y además estaba

muy limpio. Pudo oír al señor Lighthill canturreando sordamente mientras

preparaba las bebidas... Parecía relajado y eso la tranquilizó.

El señor Lighthill —Joe— salió con las bebidas. Le alcanzó a Edna la suya y

fue a sentarse a una silla en el lado opuesto de la habitación.

—Sí —dijo él—, hace calor, un calor infernal. Pero yo tengo aire

acondicionado. ¿Te has dado cuenta?

—Sí, ya lo noté. Está muy bien.

—Bebe algo.

—Oh, sí.

Edna probó un trago. Estaba bueno, un poco fuerte, pero sabía bien. Vio a

Joe inclinar la cabeza hacia atrás al beber. Tenía una gruesa papada. Y sus

pantalones eran demasiado holgados. Parecían ser varias tallas más grandes.

Le daban a sus piernas un aspecto cómico, ridículo.

—Llevas un vestido muy bonito, Edna.

—¿Te gusta?

—Oh, sí, te cae muy bien. Parece cómodo, muy cómodo.

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Edna no dijo nada. Y Joe tampoco. Y allí estaban, sentados, mirándose el uno

al otro, bebiéndose sus vasos.

¿Por qué no habla?, pensó Edna. Se supone que es él quien debe empezar la

conversación. Verdaderamente tenía algo de madera...

Edna terminó su bebida.

—Deja que te sirva otro —dijo Joe.

—No. Me tengo que ir ya.

—Oh, vamos —dijo él—; déjame que te sirva otro trago. Necesitamos beber

algo para soltarnos.

—Está bien, pero después de éste me voy.

Joe se llevó los vasos a la cocina. Esta vez no canturreó. Salió, le dio a Edna

su vaso y volvió a sentarse en la silla al lado opuesto de la habitación. La

bebida era ahora más fuerte.

—Sabes —dijo—, soy bastante bueno en el sexo.

Edna bebió su vaso y no contestó nada.

—¿Qué tal eres tú en la cuestión sexual? —preguntó Joe.

—Nunca lo he hecho.

—Deberías hacerlo, sabes, así te darías cuenta de quién eres y qué eres.

—¿Tú crees que todo eso es verdad? Quiero decir, yo lo he leído en los

periódicos, no sé qué pensar. Yo no lo he hecho nunca pero he visto fotos —

dijo Edna.

—Por supuesto que es verdad, deberías hacerlo.

—Tal vez no sea muy buena para estas cosas —dijo Edna—. Tal vez es por

eso que estoy sola. —Se tomó un buen trago del vaso.

—Cada uno de nosotros, al fin y al cabo, siempre solos —dijo Joe.

Page 35: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

— ¿Qué quieres decir?

—Quiero decir que, no importe cómo vaya la cuestión sexual, o el amor, o

ambos, llega un día en que todo se acaba.

—Eso es triste —dijo Edna.

—Sí, claro. Así llega un día en que todo se pasa. Y entonces, o se corta o

todo se convierte en una tregua infernal: Dos personas viviendo juntas sin el

menor sentimiento entre ellas. Creo que es mucho mejor vivir solo que eso.

— ¿Tú te divorciaste de tu mujer, Joe?

—No, ella se divorció de mí.

— ¿Y qué es lo que fue mal?

—Las orgías sexuales.

— ¿Las orgías sexuales?

—Sí, ya sabes, una orgía es el lugar más solitario del mundo. Esas orgías...

Me sentía desesperado... Esas pollas deslizándose dentro y fuera...

Perdóname...

—No pasa nada.

—Bueno, esas pollas deslizándose dentro y fuera, piernas enredadas, los

dedos trabajando, hurgando por todos lados, bocas, todo el mundo babeando,

y sudando, y una ciega determinación a hacerlo... como sea.

—No sé mucho acerca de esas cosas, Joe —dijo Edna.

—Yo creo que, sin amor, el sexo no es nada. Las cosas sólo pueden tener un

significado cuando existe algún sentimiento entre los participantes.

—¿Quieres decir que a cada uno le debe gustar el otro?

—Eso ayuda bastante.

Page 36: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

— ¿Supón que ambos se casen. Supón que tienen que seguir juntos, por

cuestiones económicas, niños, cualquier cosa?

—Las orgías no arreglarán nada.

— ¿Y entonces qué?

—Bueno, no sé. Tal vez el swap.

— ¿El swap?

—Sí, ya sabes, cuando dos parejas se conocen muy bien y entonces hacen

intercambio de componentes. Los sentimientos, al fin y al cabo, tienen una

oportunidad. Por ejemplo, digamos que a mí siempre me ha gustado la mujer

de Mike. Me viene gustando desde hace meses. La he visto pasear por la

habitación. Me gustan sus movimientos, llaman mi atención. Me imagino, ya

sabes, lo que va con esos movimientos. La he visto furiosa, la he visto

borracha, la he visto sobria. Y entonces, el swap. Estás en la cama con ella, y

por fin la estás conociendo. Existe la posibilidad de que sea algo real. Por

supuesto, Mike se está tirando a tu mujer en la otra habitación. Muy bien,

buena suerte, Mike, piensas, y espero que seas tan buen amante como yo.

— ¿Y funciona bien?

—Bueno, no sé... Los swaps pueden traer problemas... a la larga. Tiene que

estar todo muy hablado... bien hablado y con tiempo. Y aún así puede haber

gente que no sepa bastante, no importa cuánto se haya hablado...

— ¿Tú sabes bastante, Joe?

—Bueno, estos swaps... Creo que pueden ser buenos para algunos... Tal vez

para muchos. Pero me temo que conmigo no funcionan. Soy bastante

mojigato.

Joe acabó su bebida. Edna se bebió de un trago el resto de la suya y se

levantó.

—Escucha, Joe, me tengo que ir...

Page 37: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

Joe cruzó la habitación hacia ella. Parecía un elefante mientras se acercaba,

con esos pantalones. Vio sus grandes orejas. Entonces la agarró y comenzó a

besarla. Su mal aliento arrastraba todas las bebidas; era un olor agrio. Parte

de su boca no hacía contacto. Era fuerte pero su fuerza no era real. Ella

apartó su cabeza pero él la siguió agarrando.

SE BUSCA UNA MUJER.

— ¡Déjame, Joe! ¡Estás yendo muy de prisa, Joe! ¡Deja que me vaya!

— ¿Por qué viniste aquí, zorra?

La intentó besar otra vez y lo consiguió. Era horrible. Edna subió la rodilla

bruscamente. Y le alcanzó de lleno. Él se llevó las manos a las partes y cayó

al suelo.

—Dios, Dios... ¿Por qué has tenido que hacerme esto? Me has querido

asesinar... ¡Auuggh!

Rodó por el suelo gimiendo.

Su trasero, pensó ella, tiene un trasero tan horrible.

Le dejó tirado en el suelo y bajó corriendo las escaleras. El aire estaba limpio

allá fuera. Mientras bajaba, pudo oír gente hablando, pudo oír sus televisores.

Su casa no estaba muy lejos. Sintió que necesitaba darse otro baño, quitarse

su vestido de seda azul y lavarse bien todo el cuerpo. Hacía calor. Más tarde,

salió de la bañera, se secó y se colocó unos rulos rosados en el pelo. Decidió

no volver a verle más.

Page 38: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

Pájaro Azul

Hay un pájaro azul en mi corazón

que

quiere salir

pero soy duro con él,

le digo quédate ahí dentro, no voy

a permitir que nadie

te vea.

Hay un pájaro azul en mi corazón

que

quiere salir

pero yo le echo whisky encima y

me trago

el humo de los cigarrillos,

y las putas y los camareros

y los dependientes de ultramarinos

nunca se dan cuenta

de que esté ahí dentro.

Hay un pájaro azul en mi corazón

que

quiere salir

pero soy duro con él,

le digo quédate ahí abajo,

¿Es que quieres

hacerme un lío?

¿Es que quieres

mis obras?

¿Es que quieres que se hundan las

ventas de mis libros

en Europa?

Hay un pájaro azul en mi corazón

que quiere salir

pero soy demasiado listo, sólo le

dejo salir

a veces por la noche

cuando todo el mundo duerme.

Le digo ya sé que estás ahí,

no te pongas

triste.

Luego lo vuelvo a introducir,

y él canta un poquito

ahí dentro, no le he dejado

morir del todo

y dormimos juntos

así

con nuestro

pacto secreto

y es tan tierno como

para hacer llorar

a un hombre, pero yo no

lloro,

¿Lloras tú?

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Page 40: Editorial Antítesis Colección “Arquitectura del caos”

En el arrebato y en la agresividad que todos podemos experimentar,

Bukowski fluye por nuestras venas aunque no lo sepamos; el carácter

del escritor amero-germano, quien quizá sea el más importante en

habla inglesa para la segunda mitad del siglo XX, es un ser metafísico

que comparte con la mayoría del mundo una doble faz de la

violencia, el cual juega tanto con el papel de víctima como con el de

victimario.

A pesar de tener un amplio cuerpo poético en su producción literaria,

son sus novelas, sus narraciones, esas piezas que hacen embonar el

rompecabezas a la perfección. Extrañamente, este acertijo material-

discursivo no advierte su sentido absoluto si no estamos en la

pérdida total de nuestros sentidos convencionales, aquellos que se

relacionan de manera directa con la buena costumbre y lo acordado

hipócritamente en la sociedad.

"Querido lector,

¿Tú entiendes algo?

los que siguen haciendo la misma pregunta

en realidad no quieren oír la respuesta"