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Educando en la obediencia y respeto. LIC. ANA MARÍA AGUILAR REBOLLO PSICÓLOGA CLÍNICA- EDUCATIVA

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Educando en la obediencia y respeto.L I C . A N A M A R Í A A G U I L A R R E B O L L O

P S I C Ó L O G A

C L Í N I C A - E D U C AT I VA

Definiciones OBEDIENCIA

El término obediencia (con origen en el latín oboedientĭa), está relacionado con el acto de obedecer (es decir, de respetar, acatar y cumplir la voluntad de la autoridad o de quien manda).

RESPETO

La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”.

Está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien.

El respeto incluye miramiento, consideración y deferencia.

Relación

Relación de autoridadFacultad o derecho de mandar o gobernar a personas que están

subordinadas.

Con origen en el vocablo latino auctorĭtas, el concepto de autoridad hace referencia a una potestad que logra alguien, a un líder legítimo y a alguien que obtiene poderes o facultades sobre un

grupo de personas.

¿Cómo estas ejerciendo tu

autoridad?

Existen muchas maneras de educar a un niño sin tener que

recurrir a las amenazas. La clave radica

en establecer pocas normas que el niño

pueda comprender y que estén adaptadas a su etapa del desarrollo.

1. Corrige asertivamenteExisten diferentes maneras de corregir un comportamiento.

Es muy diferente decir “Cállate, siempre estás molestando” a “Por favor, ¿puedes guardar silencio?”.

Tus palabras pueden arrollar o pueden convertirse en un ejemplo de cómo relacionarse de manera respetuosa.

El lenguaje es una de las principales herramientas para educar, así que es muy importante utilizarlo adecuadamente.

2. Déjale tomar pequeñas decisionesEs importante que los niños vayan aprendiendo a tomar decisiones desde pequeños y que asuman la responsabilidad que estas conllevan.

Así irás fomentando la autoconfianza. Cuando sea pequeño, lo ideal es que le des solo dos opciones, pero a medida que crezca puedes darle mayor libertad y animarle a reflexionar sobre las consecuencias de sus decisiones.

3. La consecuencia debe ser educativoSi tienes que recurrir a consecuencias negativas, asegúrate de que tu hijo comprenda las causas.

El miedo al consecuencia negativa por sí solo no sirve de nada; La consecuencia es inútil si el niño no entiende qué ha hecho mal y por qué.

Además, para que una consecuencia pueda ser educativo, debes brindar opciones alternativas de conducta, de manera que tu hijo sepa cómo debe comportarse en una situación similar en el futuro. Y jamás uses frases que humillen o coloquen etiquetas, como “eres un niño malo” o “eres muy torpe”.

4. No reprimas sus emocionesLas emociones son reacciones naturales, por lo que nunca se le debe decir a un niño frases como “no debes enfadarte” o “llorar es de débiles”.

Quien esconde o ignora sus emociones no tiene una buena inteligencia emocional.

Por eso, el papel de los padres es enseñar a sus hijos a expresar de manera más asertiva sus emociones y sentimientos. Un niño jamás debe tener miedo a expresar lo que siente.

5. Educa en el respetoLos niños aprenden en gran medida por imitación, por lo que el ejemplo de los padres es fundamental para que desarrollen sus estrategias de resolución de conflictos.

Si te equivocas, pídele disculpas, así tu hijo se sentirá valorado y en el futuro tendrá la humildad necesaria para pedir disculpas cuando se equivoque.

Recuerda que no estás educando solamente al niño, sino al adulto del mañana.

debemos tener en cuenta al educar a nuestro hijo es que no se trata de que sea obediente porque sí, que haga lo que le decimos porque yo lo mando. La obediencia no es un fin en sí misma sino un medio para alcanzar un fin que es la formación de su propia personalidad, de su carácter, la obediencia es una virtud y como todas las virtudes son medios para alcanzar metas superiores. Al educar en la obediencia educamos el tan deseado autocontrol, la lealtad, la sinceridad, la humildad, el saber mandar, la responsabilidad, etc.

tres tipos de obediencia:1. Obediencia refleja. Simple ejecución exterior de una orden: !Firmes¡ en el contexto militar, o cuando le decimos a nuestro hijo !Siéntate¡. No interviene casi la voluntad, es simplemente un acto reflejo.

2. Obediencia voluntaria: presupone un cierto interés por parte del sujeto, e intervención del razonamiento, aunque supone simplemente la ejecución de una orden. Por ejemplo cuando mandamos a un hijo que recoja la mesa, o que lleve un recado a la abuelita.

3. La obediencia reflexiva. Esta supone sumisión del propio juicio, que no se hace por temor al castigo sino que el sujeto actúa por convencimiento y lealtad.

Esta es la auténtica y deseable obediencia porque se trata de "aceptar, asumiendo como decisiones propias las de quien tiene y ejerce la autoridad, con tal de que no se opongan a la justicia".

Por ejemplo, si decimos a nuestro hijo que debe llegar el viernes a las 11 de la noche, él lógicamente no estará de acuerdo, pero asume esa orden porque se somete a la autoridad de sus padres, es más procurará arreglárselas para estar en casa con puntualidad y si alguna vez transgrede la norma pedirá disculpas, llamará por teléfono si se retrasa diez minutos, etc.

Otro ejemplo menos transcendente: si le mandamos ordenar su cuarto no sólo lo hará, sino que pensará la mejor forma de hacerlo. Este es el tipo de obediencia que debemos fomentar.

Algunos trucos para enseñar a los niños a obedecer- No permitas evite las órdenes inventándose excusas. Al final terminaría por adquirir el

hábito de esquivar con este método sus propias responsabilidades en casa.

- Procura no mandar al niño varias cosas a la vez. Sobre todo en esta etapa es mejor que nuestras exigencias sean pocas y muy claras.

- No permitas que intente delegar en otro hermano, todo aquello que le hayamos mandado. Los niños suelen desarrollar pronto cierta picardía.

- No repitas muchas veces la orden, pues cada vez tardarán más en obedecer. En algunas ocasiones, la crisis de obediencia es, en realidad, crisis de autoridad de los padres.

- No pidas lo que sabes que no serán capaces de llevar a cabo. Lo único que estaríamos consiguiendo es "desgastar" inútilmente nuestra autoridad.

Cada vez que obedezca no escatimes en alabanzas o halagos. Es mejor que le premiemos de este modo que con beneficios o pequeños regalos.

- Se concreto en lo que pides, asegurándote de que sabe lo que tiene que hacer y por qué. Deben ser cosas que podamos comprobar fácilmente si las ha cumplido o no.

Lic. Ana María Aguilar Rebollo 044-55-2863- 9768

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