El babelismo traductológico. Rosa Luna

10
Temas de traducción 2002 1 El babelismo traductológico: una propuesta de sistematización I. Panorama general del “Babelismo” Traductológico: Antes de entrar de lleno en el tema que nos toca desarrollar, haremos algunos deslindes conceptuales en cuanto a la noción científica de la categoría metalenguaje. Para los fines de este artículo, entenderemos por metalenguaje, siguiendo al epistemólogo MIGUEL ANGEL RODRÍGUEZ (1986: 28 y ss.), el paradigma de las ciencias factuales constituido por el discurso del cuerpo de conocimientos de una ciencia específica. Y, aplicando esta definición a nuestra disciplina, entenderemos por metalenguaje traductor el conjunto de categorías, referidas a la traducción al traducir, tanto conceptuales como operacionales, que tienen vigencia en la comunidad científica traductora. Una vez definida nuestra categoría rectora, y luego de pasar revista a la bibliografía que aborda esta problemática, intentaremos describir, en forma sintética, el estado actual del metalenguaje traductor para lo cual nos referiremos, en primer lugar, a los antecedentes teórico-prácticos existentes, y posteriormente, a las disyuntivas centrales de dicho metalenguaje poniendo énfasis en las características del quehacer metalingüístico traductor para concluir con la propuesta de algunos lineamientos básicos para la elaboración de un diccionario razonado de traductología. En la primera etapa del desarrollo de la teoría de la traducción, su metalenguaje se caracterizó por la abundante presencia de categorías pertenecientes a ciencias afines, particularmente al campo de las ciencias del lenguaje y a otras tales como la informática, la comunicación, la semiótica, etc. Este metalenguaje, tan heterogéneo en cuanto a su procedencia disciplinaria ha experimentado en los últimos años, una serie de transformaciones que han brindado importantes aportes a la disciplina traductora. El papel desempeñado por la aplicación el método científico de investigación al campo de la traducción y de la interpretación ha sido decisivo en lo concerniente a la acuñación de categorías definidas en gran medida conceptualmente, siendo aún bastante limitado, como veremos más adelante, el aporte en el nivel de categorías operacionales. Este amplio y variopinto universo discursivo de la traducción constituyen, sin duda, un obstáculo tanto para la comunidad traductora en general como para los legos interesados en la materia. Lo paradójico del caso es que, en el pasado, el surgimiento de la actividad traductora sirvió de panacea al problema de Babel y, en el presente, es precisamente ella quien lo revive al interior de la disciplina.

Transcript of El babelismo traductológico. Rosa Luna

Page 1: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

1

El babelismo traductológico: una propuesta de sistematización

I. Panorama general del “Babelismo” Traductológico:

Antes de entrar de lleno en el tema que nos toca desarrollar, haremos algunos deslindes conceptuales en cuanto a la noción científica de la categoría metalenguaje. Para los fines de este artículo, entenderemos por metalenguaje, siguiendo al epistemólogo MIGUEL ANGEL RODRÍGUEZ (1986: 28 y ss.), el paradigma de las ciencias factuales constituido por el discurso del cuerpo de conocimientos de una ciencia específica. Y, aplicando esta definición a nuestra disciplina, entenderemos por metalenguaje traductor el conjunto de categorías, referidas a la traducción al traducir, tanto conceptuales como operacionales, que tienen vigencia en la comunidad científica traductora.

Una vez definida nuestra categoría rectora, y luego de pasar revista a la bibliografía que aborda esta problemática, intentaremos describir, en forma sintética, el estado actual del metalenguaje traductor para lo cual nos referiremos, en primer lugar, a los antecedentes teórico-prácticos existentes, y posteriormente, a las disyuntivas centrales de dicho metalenguaje poniendo énfasis en las características del quehacer metalingüístico traductor para concluir con la propuesta de algunos lineamientos básicos para la elaboración de un diccionario razonado de traductología.

En la primera etapa del desarrollo de la teoría de la traducción, su metalenguaje se caracterizó por la abundante presencia de categorías pertenecientes a ciencias afines, particularmente al campo de las ciencias del lenguaje y a otras tales como la informática, la comunicación, la semiótica, etc. Este metalenguaje, tan heterogéneo en cuanto a su procedencia disciplinaria ha experimentado en los últimos años, una serie de transformaciones que han brindado importantes aportes a la disciplina traductora. El papel desempeñado por la aplicación el método científico de investigación al campo de la traducción y de la interpretación ha sido decisivo en lo concerniente a la acuñación de categorías definidas en gran medida conceptualmente, siendo aún bastante limitado, como veremos más adelante, el aporte en el nivel de categorías operacionales.

Este amplio y variopinto universo discursivo de la traducción constituyen, sin duda, un obstáculo tanto para la comunidad traductora en general como para los legos interesados en la materia. Lo paradójico del caso es que, en el pasado, el surgimiento de la actividad traductora sirvió de panacea al problema de Babel y, en el presente, es precisamente ella quien lo revive al interior de la disciplina.

Page 2: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

2

En la actualidad, la disciplina se encuentra inmersa en un caos terminológico y el gran responsable de esta situación es el investigador o traductólogo quien, en forma consciente o inconsciente, genera el problema a través de su práctica científica. Sin embargo, no debemos alarmarnos. Es común que toda disciplina joven, que hace denodados esfuerzos por adquirir el status de ciencia, se enfrente a problemas metalingüísticos, en especial en los periodos de efervescencia teórica como el actual.

Todo ello se trasluce en la enorme proliferación de categorías traductoras, en su mayoría acuñadas de manera totalmente arbitraria. La acuñación de metalenguaje traductor supera, con creces, la reflexión teórica sobre la problemática metalingüística y los trabajos propiamente terminológicos (diccionarios, glosarios, tesauros, etc.) aplicados a nuestro campo. Este contexto documental evidencia la urgente necesidad de intercomprensión existente en la comunidad traductora de la cual, afortunadamente, han tomado conciencia los traductólogos al proponerse satisfacerla a través de su producción científica.

En lo que respecta a la reflexión teórica, uno de los autores que ha brindado mayor aporte es el traductólogo francés JEAN LADMIRAL (1987) Este autor considera que nos encontramos en la etapa productiva de la traducción orientada a la elaboración o construcción de un metalenguaje o metadiscurso propio generado a partir de la práctica traductora. A su criterio, una teoría de la traducción debe ser básicamente a una teoría para la traducción y para el traductor en tanto que el grueso del metalenguaje vigente emana de especialidades afines y las categorías propiamente traductoras son cuantitativamente limitadas. De otro lado, JACKY MARTIN (1982), dedica todo un artículo a reflexionar sobre las nociones centrales como traducción, traducir, traductor, entre otras y propone una serie de neosemantismos fundamentando la falta de adecuación, contradicciones y distorsiones de las definiciones difundidas en la producción literaria traductológica.

STEVEN TÖTÖSY DE ZEPETNEK (1995: 421), consciente de los problemas de comprensión producto de la aparición de nuevas teorías propone una taxonomía para el estudio de la traducción, tomando como base el Dictionary of Analysis of Literary Translation de ANTON POPOVIC con un enfoque polisistémico. El aporte brindado por este artículo gira en torno al carácter operatorio de la mayor parte de nociones traductoras definidas en él. En la línea de pensamiento de JEAN LADMIRAL, se encuentra la obra de los franceses Jean y CLAUDE DEMMANUELLI quienes en 1995 publicaron el libro: La traduction: mode d'emploi. Glossaire analytique. La finalidad del glosario, según los autores, no es consignar todos los términos censados pertenecientes al metalenguaje descriptivo de la traducción sino mas bien esclarecer ciertos términos, nociones u expresiones que constituyen la base teórica de una práctica de la traducción. Esta guía se orienta a determinar las estrategias de solución ante problemas puntuales a los que se enfrentan corrientemente los traductores y está circunscrita al par de lenguas inglesa y francesa.

Un trabajo semejante, aun cuando más exhaustivo y abarcador en cuanto a número de lenguas, es el libro Terminologie de la Traduction editado por JEAN DELISLE, HANNELORE LEE-JAHNKE Y MONIQUE C. CORMIER (1999) que compila 1419 términos correspondientes a 838 nociones relevantes para la didáctica de la traducción en cuatro lenguas utilizando la metodología propuesta por la Oficina de lengua francesa de Québec. Existen otros dos trabajos recientes sobre el metalenguaje de la traductología que nos servirán como fuente de consulta obligatoria: Dictionary of Translation Studies elaborados por MARK SHUTTLEWORTH y MORIA COWIE (1997) y Routledge Enciclopedia of Translation Studies a cargo de la editora MONA BAKER cuya orientación es más enciclopédica que terminológica (1998).

Page 3: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

3

Todos estos trabajos, aun cuando limitados cuantitativamente hablando, proporcionan una enorme contribución a la sistematización del metalenguaje traductor. La aparición de diccionarios de traductología es beneficiosa para el desarrollo de la disciplina tanto por lo que descartan como por lo que incorporan con la unificación y consenso terminológico que, inicialmente, se limitará a comprobar mas que a imponer el uso y la vigencia de determinado metalenguaje.

II. Disyuntivas metalingüísticas:

La práctica metalingüística se caracteriza por la presencia de conflictos atribuibles a la existencia de posturas antagónicas en el quehacer científico traductor. En esta oportunidad, nos centraremos a analizar las que consideramos como las cuatro disyuntivas centrales de dicha práctica, a saber:

• Terminología innovadora vs. terminología purista; • Visión teórica vs. visión práctica; • Dependencia vs. autonomía terminológica; • Solipsismo vs. consenso terminológico.

2.1. Terminología innovadora vs. terminología purista:

El conflicto existente entre la postura innovadora defendida por los científicos noveles y traductólogos experimentados y la postura tradicional, a cargo de científicos experimentados de especialidades afines. Se trata sin duda de la típica lucha entre las viejas y las nuevas teorías y, por ende, de las terminologías antigua y nueva terminología, precio de la investigación y, en especial, de las disciplinas jóvenes como mencionamos líneas arriba. Es bastante común que los traductólogos noveles e innovadores deban enfrentarse a la resistencia clásica con que se topa todo lo nuevo. Pero, ¿cuáles son las características del metalenguaje de los traductólogos novatos y experimentados?

El recurso más utilizado es la reacuñación de términos ya existentes a través de neologismos y neosemantismos. Como bien sabemos, la reacuñación de términos ya existentes es una práctica terminológica que no contribuye en absoluto al desarrollo de la disciplina. Ella es reflejo de la postura solipsista que gobierna la literatura de la especialidad, esto es la tendencia a partir de cero en cada investigación sin tomar en cuenta los antecedentes teóricos existentes. Esta neologitis, o vicio de terminologitis aguda, es una suerte de enfermedad típica del científico joven o candidato a científico que consiste en volver a bautizar un concepto bien elaborado por otro sin causa justificada.

¿A qué se debe este fenómeno? En el caso del científico joven, puede atribuirse a la malentendida exigencia de originalidad científica que hace que éste tenga la ilusión de haber descubierto algo nuevo por el solo hecho de rebautizarlo, así como al espíritu competitivo, que raya en lo comercial del quehacer científico actual, en donde la acuñación terminológica se limita a un cambio de etiquetas cada vez más llamativas.

Ahora bien, la movilización, a ultranza, conduce inevitablemente a un babelismo traductológico. La proliferación de categorías nuevas, por lo general, tiene una circulación y aceptación, escasa o nula, por parte de la comunidad científica traductora. Además, a medida que la ciencia evoluciona, los términos acuñados, aun

Page 4: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

4

cuando puedan resultar adecuados a las nociones, corren el riesgo de ser arrastrados al aparecer nuevas teorías.

Los puristas, por su parte, manifiestan una resistencia contra cualquier terminología nueva y, concretamente, rechazan los excesos en los que caen algunos científicos al acuñar terminología en forma totalmente arbitraria, críptica, cerrada a una elite y, en casos extremos, a una sola persona.

Sin saberlo, la protesta contra la creación terminológica genera un nuevo dilema terminológico: Inmovilizar la terminología implica inmovilizar la investigación y movilizarla supone el riesgo de volver a empezar con la Torre de Babel. La inmovilización terminológica es inadmisible dado que todo metalenguaje se construye a la par de los descubrimientos e inspiraciones de los científicos; las ciencias descubren, día a día, objetos nuevos, fenómenos, conceptos, procedimientos métodos, puntos de vistas, en consecuencia, pensar en una ciencia acabada supone una contradicción.

Ambas posturas traen negativas consecuencias para el desarrollo de la especialidad entrampándola en un conflicto que puede ser perfectamente resuelto a través de un cambio de actitud científica orientada al logro del consenso terminológico.

2.2. Visión teórica vs. Visión pragmática:

La posición teórica respecto del metalenguaje traductor es antagónica a la pragmática. El quehacer metalingüístico teórico se ha caracterizado por su marcada tendencia a la abstracción, falta de transparencia y por el desmedido afán de coherencia interna en sus propuestas conceptuales.

El logro de coherencia interna hace que los teóricos descarten, de plano, la terminología vigente, más o menos conocida, para proponer a cambio un sistema conceptual, considerablemente abstracto y totalmente nuevo, que guarda una gran coherencia interna, pero no externa, con el marco conceptual general de la disciplina. Estos teóricos manifiestan una clara incapacidad para trabajar con un léxico compartido. Lo que complica aún más este panorama es la supeditación de la vigencia de la terminología al consenso que adquiera en la comunidad científica traductora.

Ahora bien, los pragmáticos rechazan la mayor parte de las categorías que los teóricos acuñan, por considerarlas demasiado abstractas e inaplicables. Reclaman, asimismo, la falta de transparencia de las categorías teóricas debido a los fenómenos de polimorfia (abundancia de términos para referirse a un mismo contenido conceptual) y de la polisemia (abundancia de definiciones para un mismo término) que entorpecen el entendimiento metalingüístico. Finalmente, los prácticos de la traducción demandan la existencia de categorías operativas u operacionales, que faciliten y perfeccionen su actividad traductora. Recordemos siguiendo a UZOMA CHUKWY (1991: 558), los prácticos de la traducción juzgan a la disciplina, más en términos de su utilidad, que de su coherencia interna o externa.

2.3. Dependencia vs. autonomía terminológica:

Esta es, sin lugar a dudas, una de las disyuntivas centrales del metalenguaje traductológico. Para entenderla, nos referiremos a las diferentes etapas por las que ha atravesado el metalenguaje traductor. En sus inicios, la disciplina traductora fue vista

Page 5: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

5

como arte y oficio. Posteriormente, en cuanto los investigadores de disciplinas afines se percataron del aporte que podría brindar la traducción a sus propios objetos de estudio y de la tentación de apropiarse de un objeto de estudio ajeno, empezaron a acuñar ingentes cantidades de metalenguaje, de procedencia teórica bastante heterogénea (que va desde la lingüística general, hasta la informática, pasando por la lingüística estructural, gramática generativa transformacional, lingüístico-contrastiva, literatura-comparada, psicolingüística, sociolingüística, entre muchas otras), cuya contribución a la disciplina resulta inobjetable.

Todos estos alcances ratificaron la compleja y plural naturaleza del fenómeno traductor. Esta perspectiva fue adquiriendo cada vez más importancia, a raíz de la puesta en práctica de una nueva exigencia científica contemporánea: la interdisciplinariedad y bidisciplinariedad del conocimiento científico, que se patentiza en categorías tales como “Traductique”, para referirse a la traducción automática. La premisa básica de la interdisciplinariedad plantea la inexistencia de disciplinas que puedan valerse enteramente por sí solas, dado que la interacción interdisciplinaria se hace cada vez más necesaria para comprender los diferentes fenómenos de estudio de manera íntegra.

A partir de ese momento, los traductólogos empezaron a manifestar una actitud conciliadora y ecléctica frente a la terminología acuñada por especialidades afines, hecho que fue en detrimento de la transmisión del saber traductor y puso en evidencia la poca autonomía del especialista ante su propia disciplina reflejada en el sometimiento, sin reparos, a las corrientes teóricas dominantes.

El desplazamiento de términos de disciplinas afines, como recurso de acuñación terminológica, dio como resultado la contaminación terminológica en la cual las ciencias menos desarrolladas toman prestado el metalenguaje de las más desarrolladas o de los descubrimientos científicos exitosos. Los préstamos interdisciplinarios han estado a la orden del día. Las teorías específicas de la traducción se han organizado sobre la base de un metalenguaje cuya aplicación a nuestra disciplina resulta, las más de las veces forzada, cuando no inoperante. En estos momentos, la comprensión de la literatura traductora se ve complicada por la presencia de términos ajenos a la disciplina, cuya internalización supone una infructífera inversión de tiempo por parte de los especialistas, tanto experimentados como novatos, al igual que de estudiantes y prácticos de la traducción. De allí la importancia de que el traductólogo adquiera una formación científica rigurosa, conducente a lograr una cabal discriminación terminológica.

La autonomía científica sólo se podrá garantizar cuando los traductólogos, rigurosamente formados, puedan construir el metalenguaje a partir de los datos empíricos, obtenidos de los traductores en ejercicio, mediante un proceso de abstracción teórica. Toda disciplina que se precie de tal, debe poseer un conjunto de categorías propias válido para describir su objeto de estudio y diferenciarse de las ciencias afines. En principio, cuantitativamente hablando, el número de categorías propiamente traductoras debe ser superior al porcentaje de préstamos interdisciplinarios. El aporte de la interdisciplinariedad es innegable, pero debe ser tomado con pinzas por una disciplina que, como la nuestra, se encuentra en una etapa de germinación terminológica, con la finalidad de no complicar su desarrollo armónico en tanto que "mezclar teorías implica mezclar terminologías".

2.4. Solipsismo vs. consenso terminológico:

Page 6: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

6

La última disyuntiva que analizaremos se plasma a través de la siguiente interrogante: ¿A quién le compete la creación del metalenguaje traductor: a los investigadores o a la comunidad científica?. ¿Será acaso más conveniente crear comités, comisiones de índole científica o ministerial para que se encarguen de elaborar las propuestas y presentar informes que, posteriormente, se ratificarían en Congresos Internacionales considerados como la única instancia de peso para tomar decisiones terminológicas?

A juicio de GEORGE MOUNIN (1979: xi y ss), la solución al problema es colectiva en el punto de llegada, mas no en el de partida. El plantear una solución de carácter colectivo, en su punto de partida, sólo sirve para que el investigador no asuma su verdadera responsabilidad: cambiar de hábitos científicos. La verdadera solución al problema radica tanto en el cambio de actitud epistemológica por parte de los traductólogos, como en la puesta en práctica de principios de higiene intelectual y científica en el nivel individual.

Seguidamente, presentaremos algunos de los axiomas que deben regir la práctica científica:

1. Definir rigurosamente la terminología empleada, cualquiera que sea el tipo de producción científica; o, en su defecto, indicar a qué definición uno se ciñe.

2. Emplear, de preferencia, el metalenguaje perteneciente a una sola teoría y, si por la índole de la investigación, se requiriera de un análisis bidisciplinario o multidisciplinario, especificar y diferenciar claramente las categorías centrales.

3. Limitarse a crear neologismos cuando resulte estrictamente indispensable. Valerse de todos los recursos que están a su alcance agotando todas las posibilidades que ofrece la terminología existente para evitar forjar nuevos términos.

4. Cuanto más seguro esté el traductólogo de que aporta una novedad, es cuando más debe preocuparse por ser inteligible en sus propuestas de neologismos o neosemantismos para garantizar su fácil difusión.

5. Adoptar los términos que han adquirido consenso en la disciplina. En otras palabras, eliminar todo término que no haya superado el uso de su propio inventor.

6. Tratar, en la medida de lo posible, de elaborar una terminología en la cual se dé el máximo grado de isomorfismo entre los significantes y los significados de las categorías propuestas.

7. Construir definiciones operativas u operacionales. 8. Contribuir con la reducción de la polimorfia y la polisemia que

caracteriza el metalenguaje de la especialidad 9. Tocar la terminología únicamente para mejorarla, cuando es imperfecta

y para corregirla, cuando es incorrecta.

III. Diccionario razonado de Traductología:

3.1. Objetivos:

La información hasta aquí presentada ha pretendido hacer un balance preliminar sobre la situación metalingüística traductora que tendrá que ser confrontada necesariamente con la información obtenida a partir del análisis del corpus, a nuestro juicio indispensable, para cualquier trabajo terminológico publicado o en proceso de

Page 7: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

7

confección. Cuanto más variados sean los enfoques y metodologías empleados, mayor será el beneficio para la disciplina traductora.

El objetivo central de este artículo es, tal como mencionamos anteriormente la propuesta de los lineamientos básicos para la elaboración de un Diccionario razonado de Traductología destinado a la comunidad traductora hispana que se encuentra en situación de dependencia frente a las comunidades inglesa, francesa y alemana dado que estas ostentan, en cifras gruesas, las tres cuartas partes de la producción literaria especializada. Los traductólogos hispanos se limitan a ser usuarios y no acuñadores de términos traductológicos, práctica que acrecienta los problemas terminológicos intradisciplinarios por la falta de consenso en cuanto a las equivalencias hispanas, dando como resultado una polimorfia caótica con la consecuente acentuación de la ininteligibilidad intradisciplinaria. Entre los objetivos específicos podemos mencionar los siguientes:

1. Determinar las constantes y variantes existentes en el discurso traductológico en lo tocante a categorías y enfoques, desde una perspectiva tanto diacrónica como sincrónica.

2. Poner a disposición de la comunidad traductora hispana una herramienta que le permita familiarizarse con el metalenguaje que ha adquirido determinado grado de consenso en la disciplina, y que sirva como herramienta de trabajo tanto a investigadores, docentes, estudiantes y traductores en ejercicio, al igual que a gente interesada en la materia.

3. Discriminar las categorías propiamente traductoras de aquellas acuñadas por disciplinas afines a fin de facilitar la intercomprensión intra e interdisciplinaria.

3.2. Metodología:

3.2.1. El corpus:

Las fuentes de consulta a las que nos remitiremos (universo textual) estarán constituidas por fuentes indirectas (documentales) y fuentes directas (orales: traductólogos autorizados). Incluiremos, entre las fuentes documentales las obras más representativas de la literatura especializada pertenecientes tanto a escuelas tradicionales como contemporáneas de la traducción, en especial a aquellas que anexan glosarios terminológicos o índices temáticos, material terminológico o metalingüístico sobre traducción (DEMMANUELLI 1995; SHUTTLEWORTH AND COWIE 1997; BAKER (dir.) 1998; DELISLE et al. 1999), artículos de revistas especializadas en el área, poniendo especial énfasis en aquellos que tratan sobre el metalenguaje traductológica en general o sobre algún aspecto específico del mismo.

En cuanto a las fuentes indirectas trataremos, en lo posible, de ponernos en contacto con los traductólogos hispanos con cuya ayuda validaremos la terminología pertinente. Para lograr una discriminación objetiva de las fuentes directas se pondrá en práctica todas las recomendaciones dadas por DANIEL GILE en su artículo La lecture critique de la traductologie (1995: 5 y ss).

Inicialmente se trabajará con un corpus genérico conformado por todas las categorías traductológicas que presentan mayor frecuencia de ocurrencia en la literatura especializada, al margen de su pertenencia a determinadas corrientes de pensamiento tradicionales o contemporáneas. Posteriormente, este corpus genérico

Page 8: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

8

será depurado con la finalidad de constituir el corpus específico (de trabajo) que incluirá únicamente las categorías de mayor consenso en la comunidad traductora. En otras palabras, se consignará únicamente el metalenguaje que ha trascendido el uso del autor que lo acuño y que aparece citado en la producción literaria de diversos autores.

Todas las categorías del corpus específico serán vaciadas a una base de datos especialmente diseñada para este propósito. El corpus será trabajado en versión monolingüe en una primera etapa, y paulatinamente se irán incorporando equivalencias en italiano, inglés y francés.

La ficha terminológica contendrá 8 campos:

1. ENTRADA: En este primer campo se consignará la categoría traductológica en castellano.

2. ETIMOLOGÍA: Campo que nos remitirá a la lengua en que se acuño el término en cuestión.

3. ESCUELA DE TRADUCCIÓN: Escuela, corriente, tendencia teórica o autor al que pertenece el término.

4. DEFINICIÓN: Definición rigurosa de la entrada. 5. FUENTE DE REFERENCIA: Código asignado a la fuente en que aparece el

término. 6. EQUIVALENCIAS: Equivalentes en inglés, italiano y francés. 7. REMISIONES: Su carácter será puramente informativo y no reflexivo. Ellas

especificarán las relaciones que mantiene con otras categorías y conceptos del mismo campo.

8. NOTAS: Las notas ampliarán la información sobre la denominación o el concepto del termino en cuestión, cuando se estime necesario.

MODELO DE FICHA

ENTRADA

ETIMOLOGÍA

ESCUELA/CORRIENTE

DEFINICIÓN

EQUIVALENCIAS

Page 9: El babelismo traductológico. Rosa Luna

Temas de traducción 2002

9

FUENTE DE REFERENCIA

REMISIONES

NOTAS

3.2.2. Organización del diccionario:

Por razones de orden práctico, el diccionario se ordenará de manera alfabética con remisiones a entradas afines, a manera de anexo, se encontrará un índice temático organizado por corrientes o escuelas teóricas específicas (tradicionales y contemporáneas), así como un índice alfabético de las lenguas estudiadas.

El material metalingüístico que proponemos no será de corte enciclopédico de acuerdo con el cual cada entrada constituye una extensa lección de traductología, y la suma de las mismas un manual de la disciplina. Tampoco se tratará de confeccionar un diccionario puramente terminológico que reduzca las definiciones al mínimo para comprender el término en un contexto. El objetivo de trabajar un diccionario razonado se encamina a describir los usos, haciendo referencia a la extensión y limitación de los términos, al igual que su vigencia o antigüedad. Tendrá un carácter sincrónico, es decir que sólo incluirá la terminología utilizada actualmente en la producción especializada multilingüe.

Tenemos la esperanza de que esta propuesta, conjuntamente con otras en proceso de confección, coadyuve, de alguna manera, a la intercomprensión tanto intra como interdisciplinaria. La comunidad traductora debe tener en cuenta que el único medio efectivo para garantizar la estabilidad de su metalenguaje es el consenso y que los términos incluidos únicamente pueden ser modificados en forma igualmente colectiva. Sólo llegaremos a entendernos y a hacernos entender cuando manejemos una terminología común a la que todos los traductores asignen el mismo sentido. No perdamos de vista que la terminología no es una cuestión de gusto sino un instrumento de comunicación del que se vale la ciencia. Afortunadamente, el gran interés que se está despertando en nuestra disciplina por los problemas metalingüísticos es un excelente síntoma de la madurez científica. Esperamos que, en un corto plazo, el metadiscurso traductor logre alcanzar una de las exigencias epistemológicas fundamentales para lograr el estatus de ciencia sólida: LA COHERENCIA INTERNA.

Page 10: El babelismo traductológico. Rosa Luna

BIBLIOGRAFÍA

1. BAKER, M. (dir.) 1998 Routledge Encyclopedia of Translation Studies, Routledge, London.

2. BERMAN, A. 1989 “La traduction et ses discours” en META, XXXIV, 4, Les Presses de l´Université de Montréal, Montréal

3. CHUKWU, U. 1991 “Plaiyoder pour la part de la jurisprudence en traductologie”, en META, XXXVI, 4, Les Presses de l´Université de Montréal, Montréal.

4. DEMMANUELLI, J. / DEMMANUELLI, C. 1995 La traduction: mode d´emploi. Glossaire analytique, Masson, Langue et civilisation anglo-américaines, Nanterre.

5. DELISLE, J. / LEE-JAHNKE, H. / CORMIER, M. (editors) 1999 Terminologie de la traduction. Translation Terminology. Terminología de la traducción. Terminologie der Übersetzung, John Benjamins Publishing Company, Amsterdam/Philadelphia.

6. GILE, D. 1995 La lecture critique en traductologie, en META, Vol. 40, Nro. 1, Les Presses de l´Université de Montréal, Montréal.

7. LADMIRAL, J. 1987 La traduction: de la théorie a la didactique, Presses Universitaires de Lille, Lille.

8. MOUNIN, G. 1979 Diccionario de Lingüística, Editorial Labor, Barcelona. 9. RODRIGUEZ SOSA, M. A. / RODRÍGUEZ RIVAS, M. A. 1986 Teoría y

diseño de la investigación científica, Editorial Atusparia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.

10. SHUTTLEWORTH, M. / M. COWIE 1997 Dictionary of Translation Studies, St Jerome Publishing, Manchester.

11. TÖTÖSY DE ZEPETNEK, S. 1995 Towards a Taxonomy for the Study of Translation, en META, Vol. 40, Nro. 3, Les Presses de l´Université de Montréal, Montréal.

ROSA LUNA - [email protected]