El bicentenerio en la contemporaneidad

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EL BICENTENERIO EN LA CONTEMPORANEIDAD: EL SIGNIFICADO DE LOS IDEALES EMANCIPADORES EN LA REALIZACIÓN

DEL PROYECTO DE NACIÓN.

Por Cesar Augusto Quintero Buritica Ahora que conmemoramos doscientos años de Independencia solo nos queda reflexionar sobre nuestro recorrido y re-pensar aspectos que se juraron enaltecer en pro de la consecución de la libertad humana y se sustentaron en la abolición de toda forma de absolutismo anacrónico y tiránico. Ante esto, cabe preguntarse sobre lo acertado que podía haber llegado a ser el discurso con el cual la élite criolla sello el destino para el continente latinoamericano y sobre su relevancia en la constitución de una nueva sociedad. Sobre todo, el paradigma que ejemplificó el nuevo modelo de sociedad ya había germinado en el seno del continente europeo, resquebrajando lo que parecía ser una estructura socio-económico tan sólida validada en las dos grandes formas de opresión humana según la lectura histórica de Bakunin1: Dios con la Iglesia y el Estado con la Monarquía. Aquel paradigma se inmortalizaría en la historia universal bajo el apelativo de Revolución Francesa. La pregunta que emerge ahora es ¿hasta qué punto la independencia americana dejaba de ser un paso para construirnos históricamente y se constituía en un intento de europeizar el continente? En la contemporaneidad la pregunta no carece de sentido. Luego de dos centurias de libertad como nación podemos encontrarnos con nuevas forma de opresión, conflictos entre los pueblos latinoamericanos que van desde la implantación del Utis possidetis juris2 hasta las nuevas desavenencias entre los Estados Americanos pasando incluso por los conflictos armados internos en diversos países –incluidos Nicaragua, Perú y principalmente Colombia- y por qué no, hasta los regímenes militares característicos del cono sur. ¿Qué será ahora del recuerdo de ilustre Antonio Nariño al ver que el territorio colombiano se ha ido desmembrando cada vez más, quedando convertido en una periferia amorfa revoloteando en torno al distrito capital?, ¿Cómo habrá de sentirse Bolívar en su necrótico letargo al ver una Latinoamérica más separada en cuya tierra parece incompatible la prevalencia de la fraternidad intercultural entre las distintas naciones que la componen?, ¿O del noble poeta José Martí al ver lejana la posibilidad de una América más humana y amena con el bienestar de todos los que hacen parte de ella?.

1 En su obra más celebre Dios y el Estado Mijail Bakunin (1814-1876) recalca el rol protagónico que para la

historia de Occidente ha significado la institucionalización de las clases clericales y la ostentación absolutista del poder por parte de la nobleza. Ambas forma – Dios y el Estado - se complementan axiológicamente, ya que encontramos en los Estados Monárquicos Europeos un realce de la cultura cristiana con la finalidad de cimentar su ejercicio del poder en una clase social que tiene autonomía sobre lo social y lo económico. Aún luego de la Revolución Francesa no pudo extirparse completamente la monarquía pero sí pudo debilitarse mediante la creación de Constituciones Políticas que auparan el camino de la nueva clase en ascenso: La Burguesía. Claramente, Bakunin pudo evidenciar ambas etapas lo que le llevó a repudiar por completo la noción de Estado y proponiendo la conformación de una sociedad fundamentada en el anarquismo. 2 Proposición romana que traduce “Poseerás como poseías”. Con esta se buscaba establecer una división del

territorio ya liberado del yugo europeo pero conservando la división administrativa elaborada por las potencias europeas.

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Al parecer, las condiciones de cambio en Europa fueron mucho más oportunas para que esta pudiera llevar a cabo aquella transición que le permitiría edificarse como el continente que durante varias décadas llevaría la delantera mundial. Pero en Latinoamérica encontramos un escenario distinto, mucho menos homogéneo en comparación con el europeo. Latinoamérica es bastante contradictoria, al ser amplia espacialmente carece de un patrón de poblamiento3 dejando inhóspitas bastante áreas del territorio; rica en recursos desde los periodos de la colonia pero deficiente en modelos económicos capaces de aprovecharlos siguiendo los lineamientos de la seguridad social y ambiental4. El ejemplo no fue lo bastante claro para todos los habitantes del territorio latinoamericano, solo para algunos pocos que sí lograron cristalizar su versión de ascensión burguesa sin las barreras monárquicas del virreinato español y la imposición de las prerrogativas de la metrópoli sobre sus dominios en el Nuevo Mundo. Pero, ¿podemos imaginar que los prístinos mártires de la emancipación no creían en los idearios ilustrados de la libertad, igualdad y fraternidad? De hecho, pensar en Nariño es concebirlo como un Owen o un Babeuf5 es decir, como un precursor de la revolución aventajado socialmente en una clase social en consonancia con los avances intelectuales de la época pero aun así lo suficientemente altruista para entender la necesidad de mancomunar todos los habitantes del territorio nacional –neogranadino para ese entonces- bajo una sola administración que cohesionara a los distintos sectores de la sociedad y defendiera fervorosamente los derechos del hombre y del ciudadano, lamentablemente no contaba con lo accidentado de la geografía colombiana y con los problemas que surgirían posteriormente frente al mando del poder conllevando a la lamentable etapa de la Patria Boba y su consecuencia más obvia, la Reconquista. Frente a la pregunta del se es en verdad consecuente , se admitiría que no. La liberación de Latinoamérica debería haber sido emprendida por indígenas pero estos fueron borrados del mapa bajo los designios del destino manifiesto y su tono progresista catolicista. O por qué no por las negritudes; la respuesta es no porque estas eran provenientes de otros lugares, por tal razón no lograban verse como parte del lugar, simplemente eran traídos a la fuerza para sostener el modelo social europeo. Vemos de esta manera que solo en los criollos se reunían las condiciones apropiadas para llevar a cabo tal labor, confluyendo la ideología liberal con las ansias de cambio se concretó una empresa que terminaría por birlar la noción de igualdad para iniciar así un periodo de dominación que deberá desembocar, como lo expresa Marx6, en otra sucesión

3 Lo que los geógrafos denominan déficit de territorialidad. GOUËSET, Vincent. El territorio colombiano y sus

márgenes: La difícil tarea de la construcción territorial. 4 Tanto en Colombia como en muchos países de Latinoamérica predomina una distribución inicua de la

riqueza producida de la explotación de los recursos naturales –incluyendo la agricultura- y de las ganancias en materia económica obtenidas en otros sectores de la economía. También la concepción de desarrollo

sostenible no se encuentra lo suficientemente definida en la mentalidad colectiva perjudicando notablemente una de las mayores riquezas de este continente: la biodiversidad. 5 Tanto el inglés Owen como el francés Babeuf fueron exponentes de la denominada corriente del socialismo utópico defendieron las clases populares de la época y desarrollaron una serie de propuestas ideológicos acerca de la organización social y la defensa de los intereses y necesidades de los trabajadores. Sus propuestas no llegaron a permear lo suficiente pero presagiaron cambios notables para la historia, como la revolución de 1848, y la elaboración del socialismo científico de Karl Marx y Friedrich Engels. 6 Karl Marx señala en su materialismo dialéctico que en el avance helicoidal de la sociedad, las nuevas

contradicciones surgidas del modo de producción se sintetizaran dando paso a un cambio en el modelo de producción manifestado en las nuevas formas de organización social, política y cultural.

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revolucionaria frente al poder. Así se dejaría claro que la historia es dinámica y nunca inacabada. Como bien puede verse, Latinoamérica es como tal una deuda con el pasado, un proyecto que primero debe comprenderse para luego e mprenderse . La pluriculturalidad y la heterogeneidad de esta parte del mundo no son un factor negativo que inhibe su realización como proyecto histórico sino que implican a cabalidad el cumplimiento de los derechos humanos pero no bajo su sentimiento de liberalismo económico, en defensa del individualismo a ultranza, sino como un paso decisivo para concretar lo que seria un proyecto de Nación cada vez más pendiente. Definir lo que seria el patrón social latinoamericano conlleva a revisar las consecuencias históricas del periodo de la Independencia y a cuestionarnos sobre su incidencia en la formación del proyecto Nación. El rescate de los valores que en un principio permitieron la emancipación ha de ser considerado fundamental para establecer con que horizonte se deben guiar las naciones de las repúblicas democráticas y soberanas. Para ello cabe evocar el sentimiento bolivariano panamericano y su crítica a las repercusiones que para las naciones emergentes podría significar la implantación política y económica del liberalismo. La necesidad de materializar las libertades humanas es evidente y sobre todo necesaria, el tema que ha de ser cuestionado es sobre la intencionalidad que orientó el descontento social liderado por los criollos. ¿Hasta que punto es viable la cohesión de las naciones americanas bajo el sentimiento panamericano? En la contemporaneidad, parecería difícil establecer el grado de viabilidad de dicho proyecto entendiendo que la desigualdad se erige como el común denominador de todas las naciones latinoamericanas, pero su implementación redundaría notablemente en la construcción de las naciones latinoamericanas. La deuda con el pasado realza su necesidad ahora que los problemas en materia social, política, ambiental, cultural y económica7 dejan entrever la fragmentación de Latinoamérica mientras permanece estático el sentimiento de comunión bolivariano, la constitución de la Nación- Territorio por parte de Nariño como también subyace la pregunta sobre la trascendencia histórico de todos aquellos que lucharon a favor de la libertad y que anhelaron la existencia de un continente independiente capaz de trazar su propio destino.

7 Cabe recordar que frente a lo social, la emancipación significó un cambio en la organización social,

definiendo nuevas clase y concediendo la preponderancia de las libertades. En lo ambiental podemos citar la relevancia de la Expedición Botánica por parte de Álvaro Mutis y la corográfica por parte de Agustín Codazzi. En lo político, el paso a nuevas formas de gobierno democrático y en lo económico con la ascensión de la burguesía y la defensa de la propiedad privada bajo su forma capitalista.