El Cuidado

Formación de seres integrales bajo la pedagogía del cuidado MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Recuperado por: Dr. Rer. Nat. Dipl. Biol. Mary Ruth García Conde ([email protected])

El contenido de esta cartilla proviene de una serie de consultas que conducen a recopilar información de varias fuentes, que al final de este material se referencian, dado que permite la aplicación de talleres y preguntas de reflexión, entre otras actividades; razón por la cual agradecemos a los autores la producción de dicho material. De manera que su uso es estrictamente pedagógico.

“Que os amen, que os aborrezcan, que lean o desprecien vuestros escritos, nada importa.

Decid lo que es cierto, haced lo que sea bueno. Lo que importa al hombre es cumplir con sus deberes en la tierra”

(Jaime Bedoya Martínez)

El cuidado

Cuando amamos cuidamos y cuando cuidamos amamos (…), el cuidado constituye la categoría central del nuevo paradigma de civilización que trata de emerger en todo el mundo. El cuidado asume una doble función de prevención, de daños futuros y regeneración de daños pasados. (Leonardo Boff).

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¿Qué es el cuidado?

Es el amor o el afecto en su máxima expresión, el cual facilita un desarrollo psicológico, emocional, afectivo, social e intercultural adecuado y sano. El cuidado se inicia con el contacto verbal, empático, físico o afectivo. La ética del cuidado aborda el cuidado de sí mismo, de la palabra, del otro y de lo que es de todos.

El escenario presente

La incorporación de la mujer al mundo del trabajo remunerado y de tiempo completo como resultado de la aspiración de ésta a la igualdad dentro y fuera del hogar y, a la difícil situación económica de la mayor parte de hogares colombianos, ha llevado a que la vinculación exclusiva de la mujer a las tareas domésticas, que incluyen el cuidado de los hijos de los enfermos y ancianos, sea en la actualidad, un modelo casi superado. Por esta razón, el nuevo modelo tendrá que tener en cuenta los siguientes factores:

1. Los hombres deberán acometer nuevas responsabilidades como cuidadores, de modo que estas tareas se repartan equitativamente entre los miembros de la familia.

2. El Estado debe construir un marco legislativo para promover de manera efectiva la igualdad.

3. Instituciones públicas y privadas deben proporcionar instalaciones y servicios a través de los cuales una parte de este cuidado pueda realizarse fuera de la familia.

El cuidado no es una opción o aprendemos a cuidar o desaparecemos. La opción pensar lo ético como disposición de acción con el otro, cuidar al otro

como acción ética.

Los seres humanos somos frágiles y vulnerables comparados con otras especies, porque desde el momento del nacimiento hasta la adquisición de la capacidad de supervivencia autónoma, pasan varios años de dependencia, casi absoluta y casi continua. Además, se asume como deber y como práctica social la atención a quienes no pueden valerse por sí mismos a causa de la edad avanzada, por enfermedad o por limitaciones de algún tipo. Esto nos lleva a que todos fuimos, somos y seremos dependientes y necesitamos a los demás para sobrevivir, aunque unos lo necesiten más que otros.



¿Cómo se expresan las necesidades de cuidado?

El cuidado de la trascendencia

La trascendencia es el valor de lo importante, de lo que requiere cuidado y atención porque prevalecerá a través del tiempo. El cuidado de la trascendencia es ser consciente que nuestros actos y palabras traerán consecuencias para siempre y marcarán el rumbo de nuestra vida y de las personas con quienes interactuamos. Durante el transcurrir de nuestra existencia, hay muchas cosas que trascienden el tiempo y la distancia. Las adversidades nos marcan y nuestras decisiones son trascendentes. Por eso, debemos reflexionar previamente sobre las consecuencias de nuestros actos, para decidir bien y siendo conscientes de que lo que hacemos hoy, será lo que marcará nuestro mañana.

El cuidado del individuo

El cuidado se articula en una variedad de dimensiones, cuyo objetivo es asegurar la disponibilidad de recursos básicos para el mantenimiento de las personas en correspondencia con lo que se considera socialmente aceptable. Esto requiere toda una serie de tareas variadas, encaminadas a asegurar la nutrición, la higiene, el abrigo, el descanso y un ambiente sano.

La ética del cuidado es una forma de vida que prioriza las relaciones humanas alrededor del cuidado.

Hay cuatro formas en las que se expresan los actos de cuidado: cuidado de la

trascendencia, cuidado del medio, cuidado del otro y cuidado de sí mismo.



El autocuidado

El conocimiento acerca de cómo funciona nuestro cuerpo y cómo cuidarse desarrolla las habilidades de las personas y de las familias para tomar decisiones a favor de un estilo de vida saludable. Ø Las personas son las responsables de

su salud y tienen el derecho a tomar decisiones respecto al cuidado de su salud.

La opción, un estilo saludable

Los seres humanos tienen el potencial para desarrollar habilidades intelectuales y prácticas y, mantener la motivación para el cuidado de ellos mismos y de los miembros de su familia, lo cual requiere una compleja serie de conductas: Ø La toma de conciencia del propio estado

de salud. Ø Un deseo consciente de satisfacer las

necesidades de autocuidado. Ø Tomar la decisión de realizar una

conducta de autocuidado. Ø Diseñar un plan o procedimiento. Ø Implementar un plan que le permita

tener un estilo de vida saludable.

La dignidad y el cuidado de sí mismo

La dignidad es el respeto por uno mismo y emerge como consecuencia de tenerse a sí mismo como objeto de cuidado y supone por parte del sujeto:

Ø La capacidad de autoreconocerse valioso, Ø tener como valioso el conocimiento de sí mismo y Ø la determinación de afirmar la propia valía ante sí mismo, los otros y frente a las

circunstancias.

Una diferencia entre la dignidad y el cuidado de sí mismo consiste en que mientras la dignidad no trasciende el ámbito del sujeto, pues se encuentra encerrada en él mismo, las consecuencias del cuidado pueden encontrarse más allá del individuo, incluso cuando parece que el sujeto sólo se ocupa de sí mismo, el cuidado que tenga de sí, siempre impactará de algún modo en los otros y en el medio.



Responsabilidad con el otro

Más allá del cuidado concreto de las personas, se plantea un nuevo enfoque ético, cuyo elemento central sería la responsabilidad en la relación con los demás, frente a la noción dominante de derechos y obligaciones.

El cuidado del desarrollo

La función de los padres, madres, cuidadores y maestros es contribuir al desarrollo y formación cognitiva e intelectual de los niños y niñas, con el fin de que ellos logren descubrir y alcanzar el perfeccionamiento de sus capacidades y talentos, de acuerdo a sus diferencias y potencialidades.

Los adultos necesitan establecer un nuevo contrato con la infancia en el que proteger y educar sean tareas inseparables y esenciales, con las premisas de preservar el valor de la lengua, de la palabra y del tiempo para el diálogo (R.

Gagliano).

El cuidado de la palabra

“Sólo el ser humano, entre los animales, posee la palabra. La voz es una indicación del dolor y del placer; por eso la tienen también otros animales. En cambio, la palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto” (Aristóteles). La palabra es real, genera interacciones, produce efectos y decir es más que hablar. No hay cuidado de uno mismo y del otro, sino hay cuidado de la palabra. La palabra es poder y funge como un arma, el adjetivo puede hacer daño, generar una acción y tiene un resultado.



Compromiso con nuestra palabra

Si la palabra hace posible expresar el pensamiento, comunicar experiencias y generar espacios para el encuentro y la creación, transformémonos en individuos que dicen lo que piensan, piensan lo que dicen y hacen y viven lo que piensan y dicen. Con la palabra puedo acariciar, cuidar y construir y con ella misma puedo dañar, maltratar y destruir, entonces comprometamos nuestra palabra y nuestros actos como signos de cuidado y respeto por el otro, por el entorno y por nosotros.

El cuidado de los otros

El cuidado de los otros se plasma en el desarrollo del sentido de solidaridad y corresponsabilidad en la construcción de un entorno familiar, escolar, social de paz, de confianza y de colaboración y en la protección de un ambiente sano, en el que se protegen los bienes y servicios ecosistémicos, lo cual garantizará el bienestar general y la calidad de vida individual.

El cuidado del entorno

Al reconocer mi casa, mi escuela, mi barrio como una extensión de mis afectos, de los bienes y pertenencias que me permiten mejorar mi calidad de vida, entonces comprendo la importancia de mantener y conservar, no sólo mi patrimonio y objetos privados, sino los bienes públicos como requisito para mantener mi entorno en excelentes condiciones de aseo y buen estado y para mejorar el bienestar de mi comunidad.



Fragmento de lenguajes del cuidado

Un buen educador siempre fue un buen cuidador. Cuidar no es solamente contener físicamente, visualmente, afectivamente a los niños y los jóvenes. Cuidar es interpelar la totalidad del ser como potencia del mundo que es cada aprendiz. Ese cuidar está indisociablemente unido a la tarea de educar, facilitar el acceso a la cultura, crear posibilidades para multiplicar las filiaciones simbólicas. Cuidar a un niño es conocerlo a fondo, confiar en que puede conocer, dándole valor y dignidad a su voz y a la responsabilidad de estar y hacer en el mundo. Los niños descuidados se hacen rápidamente invisibles y se sienten cachorros amenazados siempre en riesgo de perder todo en cualquier momento. Al cuidar a un niño lo hacemos visible para el otro y para sí mismo y lo habilitamos para que la oruga se piense al mismo tiempo como oruga y mariposa… (abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/.../13_gagliano.pdf)

Ejercicio de reflexión

Ø Realice la lectura de R. Gagliano y explique porqué el autor considera que la sociedad dejó de cuidar y cuáles son las consecuencias de haberlo hecho.

Ø ¿Está de acuerdo con el autor? Ø ¿Cómo deberíamos asumir el cuidado de los niños?

Bioética, territorio y cuidado

La bioética es considerada como la reflexión sobre el accionar cotidiano personal que protege la vida, no sólo humana sino la de otras especies de la naturaleza y como la conciencia clara con que se orientan las acciones, elecciones y decisiones de los hombres y mujeres en las diferentes regiones del mundo, integrando su territorio como el entorno natural que hace posible la vida, la integridad y la salud como premisas fundamentales para el desarrollo humano en lo individual y colectivo. Ética que busca recuperar el cuidado de sí y el cuidado de los otros, desde la ciudadanía y la política para integrar todos los aspectos y dimensiones que incluyen el desarrollo integral humano.

La ética de la solidaridad y la compasión (PNUD)

El informe sobre Desarrollo Humano 2005 (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) invita a retomar como orientación la reflexión sobre la Ética de la Solidaridad y la Compasión como estrategias para recuperar la sensibilidad humana y social, adormecida por el afán de posesiones de diversa índole que alimenta el egoísmo, el individualismo y la indiferencia frente al que sufre.



A través de ésta, se busca renovar la responsabilidad individual y colectiva que lleve a aportar tiempo y recursos y maneras para reducir el sufrimiento y la pobreza extrema en un mundo afectado por las desigualdades.

El cuidado como alivio a las desigualdades

El cuidado como alivio, el cual genera interés por la suerte del congénere, requiere reflexión para recrear la conciencia centrada en la atención hacia los demás. La ética del cuidado consiste en cambiar los comportamientos destructivos por otros centrados en la protección de los seres humanos y de la naturaleza; en reconocimiento al derecho fundamental de la vida, a la integridad de los ciudadanos del mundo y las demás especies, es promover la vida. Repensar la ética, como una bioética que busca recuperar el cuidado de sí y el cuidado de los otros, requiere centrar el ámbito de su aplicación no sólo en la ciudadanía, sino en la política y en favor del desarrollo humano.

El carácter social es el que les imprime al hombre y a la mujer el sentido pleno de su vida como proyecto en permanente avance hasta el despliegue total de

sus potencialidades de ser, estar, saber y hacer en el mundo. (Franco P., Velásquez G., 2007).

Reflexión

Ø ¿De qué manera usted podría incidir en alcanzar un mundo mejor mediante el cuidado?

Ø ¿Qué actitudes de cuidado deberíamos exigir a nuestros políticos acorde con el principio de responsabilidad política con los electores?

Ø ¿Por qué razón considera que los colombianos no cuidamos lo público? Ø ¿Qué relación encuentra entre violencia y descuido del cuidado? Ø ¿Qué relación hay entre enfermedad y descuido en el autocuidado? Ø ¿Qué sucedería si la ética del cuidado fuera la premisa de cada colombiano?



BIBLIOGRAFÍA

Franco P., Zoila y Velásquez G., Carlos Andrés. Desarrollo humano y ética del cuidado en el mundo globalizado y fragmentado de hoy. Revista Eleuthera, Vol. 1, Enero-Diciembre 2007. Recuperado: 4 de septiembre de 2012 de: http://eleuthera.ucaldas.edu.co/downloads/Revista1_9.pdf Gagliano R. Recuperado: 4 de septiembre de 2012 de: abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/.../13_gagliano.pdf

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