El Evento de la Familia Hispana en San Antonio,...

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Hay dos formas de compartir una experiencia: como un reportero que busca sólo la noticia que pue- da generar algún interés en la au- diencia, o como participante que en la intimidad de su corazón me- dita sobre aquello que fue lo más importante para su vida. Aquí de- seo tomar el papel de un partici- pante y de esa manera echar una mirada al evento que considero ha sido el más importante de la comunidad hispana latina dentro de la iglesia Presbiteriana de los EUA. Más de 360 mujeres, hombres, jóvenes, pastores y pastores comisionados laicos hispanos latinos, se reunieron en la Universidad Trinity para celebrar un histórico evento bajo el lema “Una Familia y un Llamado con Propósito”. Si piensa que esto se trataba de una feliz reunión familiar, está completamente equivocado o equivocada. La idea de los organizadores así como el diseño del evento eran completamente distintos de ese modelo. Si, somos una familia y pertenecemos a una familia, pero lo que nos mantiene unidos no es ese sentido de pertenencia sino que estamos convocados por un mismo llamado de Dios. Somos familia porque tenemos una llamado de Dios y detrás de ese lla- mado, Dios siempre esconde un propósito que a veces no es visible en un momento histórico particular, pero es como una semilla plantada “junto a corrientes de agua , que da su fruto a su tiempo” (Salmo 1:3). El evento de la familia hispana latina en San Antonio, Texas es como una semilla histó- rica plantada para fructificar en un futuro aun desconocido. La planificación del evento tomó alrededor de tres años pero la idea comenzó a ser discutida, medita- da y analizada desde 1999 cuando un grupo de líderes hispanos/as latinos/as, se reunieron en Cleveland, Ohio para discutir el sueño de cele- brar un evento que pudiese reunir a todos los grupos de la familia hispana latina de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos de América. Varios años de conversaciones y coordi- naciones precedieron a la primera reunión del Comité Planificador que se llevó a cabo en julio del 2007. Las organizaciones hispanas latinas de mujeres, hombres y jóvenes así co- mo el Caucus Nacional Hispano Latino y las oficinas de la Asamblea General que atienden los ministerios hispanos latinos, conformaron este comité. Por primera vez en la historia de la Iglesia Presbiteriana EUA, el pueblo hispano latino estaba planificando un evento que no sólo incluiría a todas las organizaciones hispanas latinas sino que también reuniría a líderes y presentadores de diferentes posiciones teológicas, sociales y políticas para intercambiar ideas alrededor del texto de 1 de Pedro 2:9 , “Ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa”. Un extraordinario y diverso equipo de 23 líderes, liturgistas y predi- cadores, quienes condujeron estudios bíblicos, 3 devocionales, 2 pa- neles, 2 conferencias y 12 talleres en español y en inglés, fueron los instrumentos de Dios para llamarnos. Dios los usó de tal manera que todos fuimos capaces de percibir un solo mensaje aunque con dife- rentes tonos, como una sinfonía en donde se escuchan los diferentes instrumentos aunque unificados en la misma melodía. El Evento de la Familia Hispana en San Antonio, Texas: Una Semilla Histórica para un Futuro aún Desconocido Rev. José Luis Casal Fotos - Julio y Paula Damiani (JD), Marissa Galván-Valle (MGV), Julio Travieso (JT) y Mauricio Chacón (MC) Cartel promocional del evento Autor Gustavo Vasquez Esta parte de la liturgia del Culto de Instalación de las directivas de las organizaciones parece afirmar: Somos una familia diversa, pero hemos sido llamados a este lugar para cumplir con el propósito de Dios. (Foto JD) Pastoras Marissa Galván-Valle y Rosa Blanca González presen- tando el Estudio Bíblico basado en el texto del evento. (Foto JD)

Transcript of El Evento de la Familia Hispana en San Antonio,...

Hay dos formas de compartir una

experiencia: como un reportero

que busca sólo la noticia que pue-

da generar algún interés en la au-

diencia, o como participante que

en la intimidad de su corazón me-

dita sobre aquello que fue lo más

importante para su vida. Aquí de-

seo tomar el papel de un partici-

pante y de esa manera echar una

mirada al evento que considero ha

sido el más importante de la comunidad hispana latina dentro de la iglesia Presbiteriana de los EUA.

Más de 360 mujeres, hombres, jóvenes, pastores y pastores comisionados laicos hispanos latinos, se reunieron en la

Universidad Trinity para celebrar un histórico evento bajo el lema “Una Familia y un Llamado con Propósito”. Si

piensa que esto se trataba de una feliz reunión familiar, está completamente equivocado o equivocada. La idea de

los organizadores así como el diseño del evento eran completamente distintos de ese modelo. Si, somos una familia

y pertenecemos a una familia, pero lo que nos mantiene unidos no es ese sentido de pertenencia sino que estamos

convocados por un mismo llamado de Dios. Somos familia porque tenemos una llamado de Dios y detrás de ese lla-

mado, Dios siempre esconde un propósito que a veces no es visible en un

momento histórico particular, pero es como una semilla plantada “junto a

corrientes de agua , que da su fruto a su tiempo” (Salmo 1:3). El evento de

la familia hispana latina en San Antonio, Texas es como una semilla histó-

rica plantada para fructificar en un futuro aun desconocido.

La planificación del evento tomó alrededor de tres

años pero la idea comenzó a ser discutida, medita-

da y analizada desde 1999 cuando un grupo de

líderes hispanos/as latinos/as, se reunieron en

Cleveland, Ohio para discutir el sueño de cele-

brar un evento que pudiese reunir a todos los

grupos de la familia hispana latina de la Iglesia

Presbiteriana de los Estados Unidos de América. Varios años de conversaciones y coordi-

naciones precedieron a la primera reunión del Comité Planificador que se llevó a cabo en

julio del 2007. Las organizaciones hispanas latinas de mujeres, hombres y jóvenes así co-

mo el Caucus Nacional Hispano Latino y las oficinas de la Asamblea General que atienden

los ministerios hispanos latinos, conformaron este comité. Por primera vez en la historia de

la Iglesia Presbiteriana EUA, el pueblo hispano latino estaba planificando un evento que no

sólo incluiría a todas las organizaciones hispanas latinas sino que también reuniría a líderes

y presentadores de diferentes posiciones teológicas, sociales y políticas para intercambiar

ideas alrededor del texto de 1 de Pedro 2:9 , “Ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey,

una nación santa, un pueblo adquirido por Dios y esto es así para que

anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la

oscuridad para entrar en su luz maravillosa”.

Un extraordinario y diverso equipo de 23 líderes, liturgistas y predi-

cadores, quienes condujeron estudios bíblicos, 3 devocionales, 2 pa-

neles, 2 conferencias y 12 talleres en español y en inglés, fueron los

instrumentos de Dios para llamarnos. Dios los usó de tal manera que

todos fuimos capaces de percibir un solo mensaje aunque con dife-

rentes tonos, como una sinfonía en donde se escuchan los diferentes

instrumentos aunque unificados en la misma melodía.

El Evento de la Familia Hispana en San

Antonio, Texas: Una Semilla Histórica

para un Futuro aún Desconocido

Rev. José Luis Casal

Fotos - Julio y Paula Damiani (JD), Marissa Galván-Valle (MGV), Julio Travieso (JT) y

Mauricio Chacón (MC)

Cartel promocional del evento

Autor Gustavo Vasquez

Esta parte de la liturgia del Culto de Instalación de las

directivas de las organizaciones parece afirmar: Somos

una familia diversa, pero hemos sido llamados a este

lugar para cumplir con el propósito de Dios. (Foto JD)

Pastoras Marissa Galván-Valle y Rosa Blanca González presen-

tando el Estudio Bíblico basado en el texto del evento. (Foto JD)

La Rev. Magdalena García, una de las oradoras principales inauguró el evento describien-

do las bases de nuestro llamado común. “Nuestro tema central – dijo – tomado de 1 de

Pedro 2:9, nos recuerda que como cristianos y cristianas, somos una familia, un sacerdo-

cio, una nación y un pueblo. Esto tiene tremendas implicaciones. Significa que nuestro

llamado tiene una naturaleza colectiva y por lo tanto tiene que ser vivido en un contexto

de diversidad. ¿Parece maravilloso, verdad? Pero no es fácil por al menos dos razones, En

primer lugar, vimos y servimos en una iglesia y una sociedad crecientemente individualis-

ta donde la Teología de la Prosperidad es mejor recibida que la Teo-

logía de la Liberación. Aún los cristianos reformados han sucumbido a

esta mentalidad que personaliza la fe a expensas del pueblo de Dios al

justificar y multiplicar las disparidades económicas. Y en segundo lu-

gar, porque resulta muy difícil aceptar la diversidad que Dios nos ha

regalado porque todos tenemos nuestra propia lista de personas inde-

seadas o sospechosas debido a la raza, o género, orientación sexual, situación migratoria u

otra característica con las cuales no nos gustaría asociarnos”. El otro orador principal, el Dr.

Joel Gajardo, completó la idea retando al grupo “a ser una voz profética dentro de nuestra

propia Iglesia Presbiteriana”. “Me pregunto” – dijo – “si nosotros como familia hispana lati-

na tendremos el coraje y la visión para desenmascarar con fortaleza pero también con gran

humildad y amor, la cautividad cultural en que se encuentra la Fe Cristiana en nuestra sociedad. La cultura occi-

dental, tan predominante en nuestras congregaciones anglo, no puede ser confundida con la auténtica expresión

del Evangelio”. También nos alertó que “debemos tener en mente

nuestras propias limitaciones para evitar cualquier tipo de auto-

indulgencia o narcisismo cultural”. Estas palabras, pronunciados en

medio de un colorido culto de adoración que fue abierto con una pro-

cesión de banderas de los países de América, nos recordó que a los

ojos de Dios no existe una cultura dominante, superior o más desarro-

llada que otras, sino que cada hombre, mujer, nación, región o conti-

nente son parte del hermoso arcoíris creado por Dios con iguales valores

y condiciones para cada uno.

El mismo llamado fue repetido de diferentes maneras a través de los talleres que se impartieron.

El Rev. Tony Aja y Rubén Armendariz impartieron el taller: ¿Cómo será la Iglesia cuando los

“blancos” ya no sean la Mayoría? El título en sí mismo ya era un reto, pero el Rev. Aja fue más

específico al afirmar “Dios desea una iglesia verdaderamente inclusiva y diversa y Jesús, duran-

te su ministerio terrenal rompió con todos los tabúes culturales y raciales. En el Pentecostés, el

Evangelio fue escuchado en diferentes idiomas y personas de diferentes etnias se unieron a la

iglesia y el Concilio de Jerusalén bajo la dirección del Espíritu Santo declaró que las personas

no tenían que cambiar de cultura para unirse a la iglesia de Jesucristo.”

Los participantes también tuvieron la oportunidad de ver el lado práctico del ministerio

multicultural. Los talleres “Mas Allá de la Iglesia Multicultural” dirigido por los reverendos

José Luis Casal y Mauricio Chacón y el taller “El Don de ser Hispano/a” dirigido por la

Rev. Karen Hernández ofreció esta perspectiva. La Rev. Hernández nos describió “el lado

bueno, malo y horrendo de un proceso de transformación cuando una iglesia mono-cultural

entra en la transición hacia un ministerio multicultural, y el Rev. Chacón compartió sus ex-

periencias sobre cómo conectar la iglesia con la comunidad en la cual ella está inmersa. De-

finitivamente, la naturaleza multicultural e inclusiva de la iglesia fue un fuerte componen-

te del llamado de Dios a nuestra familia hispana latina reunida en San Antonio, Texas.

Rev. Karen Hernández

(Foto JD)

Desfile de banderas en el culto de aperture (Foto JD)

Rev. Tony Aja (Foto JD)

Rev. Magdalena García (Foto JD)

Dr. Joel Gajardo

(Foto JD)

Gran interés generó el taller “Hombres y Mujeres desarrollando una Iglesia Integral”

dirigido por el Rev. Pablo Caraballo y Eileen Méndez. Ellos describieron las carac-

terísticas de una iglesia integral donde “hombres y mujeres desarrollan su ministerio

sirviendo a la comunidad, donde ellos viven y usan sus talentos para transformar la

iglesia y la comunidad”. Ideas similares fueron compartidas por la Rev. Reina Mai-

rena en el taller “Utiliza tus Talentos para anunciar las Maravillas de Dios” y sucedió

lo mismo en el taller de la Anciana Leticia Morales “El Ministerio de los Miembros

de la Iglesia”. La palabra “servicio” fue mencionada muchas veces como otra carac-

terística del llamado de Dios a nuestra familia hispana latina.

Otro componente del llamado de Dios es la permanente transformación de

la iglesia que llamamos “cambio”. El Rev. José Irizarry, decano del Seminario Evangélico en Río Pie-

dras, Puerto Rico hablándole a los pastores y a los pastores comisionados laicos señaló, “ser cristiano es

aceptar el reto de cambiar la forma en cómo hacemos, vemos e interpretamos las cosas”. La Rev. Car-

men Rosario abordó el tema del “cambio” en su taller “Nunca lo habíamos hecho así”. Ella explicó

los diferentes modelos y procesos que se pueden usar para propiciar cambios que transformen el mi-

nisterio y la estructura de la iglesia. Una experiencia práctica de cambio e innovaciones fueron las

liturgias y devocionales preparadas por la Rev. Marissa Galván-Valle, Asociada para recursos hispanos latinos del

Concilio de la Asamblea General. Ella describió las liturgias como “un experimento de participación, usando varia-

dos estilos de adoración con especial énfasis en tres diferentes idiomas”. Si, Dios estaba llamando a los y las pres-

biterianos/as hispanos/as latinos/as a promover el cambio y a modelar una actitud que propicie el cambio para ser-

vir de ejemplo a toda la iglesia.

El evento fue una combina-

ción de reuniones de nego-

cios, servicios de adoración

y entrenamiento. Las Muje-

res Hispanas Latinas Presbi-

terianas y el Caucus Nacio-

nal Hispano celebraron sus

asambleas y eligieron a sus

nuevos/as oficiales para el

trienio 2010-2013. Después

de cinco exitosos años de

trabajo, Cecilia Casal fue

reconocida con el prendedor

de oro como “Miembro Honorario Vitalicio de las Mujeres Presbiterianas de la Iglesia Presbiteriana de EUA y en-

tregó el liderazgo a la nueva moderadora electa Florence Vargas de Puerto Rico. El Caucus Na-

cional Hispano también eligió como su nuevo moderador al Rev. Mauricio Chacón después de

terminar dos períodos de servicio el Rev. Alfredo Miranda. Un servicio de instalación con mo-

mentos de despedidas y bienvenidas fue la tónica del sábado en la noche cuando fueron instala-

dos los nuevos oficiales de am-

bas organizaciones. El Rev.

Héctor Rodríguez, asociado

para el Desarrollo Congre-

gacional Hispano Latino

dijo durante el servicio de

instalación. “El futuro de nuestras dos organizacio-

nes está unido al futuro de nuestra iglesia, hoy es-

tamos cambiando el liderazgo pero la Cabeza de la

iglesia sigue siendo la misma”.

Rev. Pablo Caraballo y Eileen Méndez

(Foto JD)

Rev. Dr. José

Irizarry (Foto ar-

chivo)

Nuevo Equipo Coordinador de las Mujeres Hispanas Lati-

nas Presbiterianas—(Foto JD)

Rev. Héctor Rodríguez (Foto JD)

Nuevo Comité Ejecutivo del Caucus Nacional Hispano La-

tino Presbiteriano - falta Blanca Rosa González (Foto JD)

El servicio fue seguido de una noche cultural

con un grupo de mariachis y otro de danzas

folclóricas.

Inmigración fue otra importante palabra

mencionada muchas veces durante el evento.

La Dra. Julia Thorne de la oficina de inmi-

gración de la Asamblea General retó a los

participantes con las siguientes palabras:

“Mientras esperamos que el gobierno de los Estados Unidos establezca regulacio-

nes justas para nuestras comunidades de inmigrantes, las iglesias presbiterianas deben aprender

nuevas formas de Ser Iglesia para Todos. Debemos educar a nuestras iglesias con una teología

que nos permita entender la inmigración, hay que abogar por nuevas leyes migratorias y hay que

conocer cómo los presbiterianos han respondido en otras épocas ante el problema migratorio. De-

bemos compartir nuestras historias unos con otros para poder ser una familia y así construir una

iglesia en donde todos sus miembros son escuchados y protegidos”. La organización ecuménica,

Servicio Mundial de Iglesias estuvo presente en el evento

donando 100 camisetas con la pregunta “¿Parezco un inmi-

grante Indocumentado?”. La presentación de Julia y estas cami-

setas fueron una combinación perfecta para expresar

nuestra solidaridad cristiana con aquellos que viven

en temor por la falta de documentos legales para vi-

vir en los Estados Unidos. El servicio de clausura

del evento fue otra muestra de solidaridad cuando

uno de los predicadores, la seminarista Lis Valle,

enseñando su pasaporte norteamericano afirmaba:

“Este documento no me hace diferente o superior a

otras personas, lo que me hace diferente es mi ciuda-

danía en los cielos que me reta a amar, defender, apoyar y abrazar a otros que no tienen este documento”.

En el mismo servicio de clausura del evento el otro predicador,

Rev. José Luis Casal retó a la audiencia a “escuchar el llamado

de Dios y remover las cercas que hemos creado en la iglesia y

en la sociedad para dividir a las personas por su raza, género,

posición política, situación migratoria, nivel social y posiciones

teológicas”. Durante el servicio, se desarrolló otra demostración

silenciosa y no organizada de solidaridad. Entre los asistentes,

muchas mujeres decidieron vestir con ropas blancas para expre-

sar su solidaridad con el grupo cubano Mujeres

de Blanco, que atrajo la atención mundial cua-

tro meses antes de nuestro evento por su protesta civil por las calles de

la Habana, demandando libertad para sus hijos, esposos y familiares,

todos ellos presos políticos en las cárceles cubanas. “Sueño con el día

cuando no sea necesario vestirse de blanco ni aquí ni en Cuba, ni en

ningún lugar del mundo porque cada ser humano será respeta-

do y protegido”, expresó el Rev. Casal en sus palabras finales.

El evento de San Antonio, Texas, no tomó acuerdos ni reso-

luciones o declaraciones, pero no cabe dudas que la voz de Dios se hizo sentir. ¡Definitivamente Dios nos

llamó en San Antonio a plantar una histórica semilla que fructificará en un futuro aún desconocido para noso-

tros!

Mariachi y Grupo de Danza en la actividad

cultural del evento (Fotos JD)

Julia Thorne (Foto JD)

Sem. Lis Valle

(Foto archivo)

Participantes vistiendo la camiseta regalada por el servicio Mundial de Iglesias. Al

centro el Rev. Mauricio Chacón, Moderador Nacional del Caucus Hispano Latino

Presbiteriano (Fotos MC y JD)

Rev. José Luis Casal (Foto JT)

Participantes vistiendo de blanco. Arriba al centro Marta Rodríguez,

Moderadora de las Mujeres Presbiterianas de toda la Iglesia (Fotos

MGV y JD)