EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA:...

29
EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE EN DOS NÚCLEOS AGRARIOS DE LA RESERVA DE LA BIOSFERA MARIPOSA MONARCA Aaron J. Martin* EL COLEGIO DE MICHOACÁN RELACIONES 89, INVIERNO 2002, VOL. XXIII

Transcript of EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA:...

Page 1: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTEEN DOS NÚCLEOS AGRARIOS DE LA RESERVA

DE LA B IOSFERA MARIPOSA MONARCA

A a r o n J . M a r t i n *E L C O L E G I O D E M I C H O A C Á N

R E L A C I O N E S 8 9 , I N V I E R N O 2 0 0 2 , V O L . X X I I I

Page 2: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

5 5

urante los meses estivales, la mariposa monarca migra-toria (Danaus plexippus plexippus) vive dispersamenteen el continente norteamericano, pero en septiembre,cuando las temperaturas bajan y los días se vuelvenmás cortos, inicia su migración al sur. La gran mayoría

al oriente de las montañas Rocallosas vuelan un promedio de 3 000 ki-lómetros hasta llegar a unos pocos cerros en la zona limítrofe entre losestados mexicanos de Michoacán y México. Allí habitan los bosques deoyamel entre noviembre y marzo en colonias densas de unos 10 millo-nes de mariposas por hectárea hasta iniciar su migración de vuelta alnorte (de la Maza 1995, 6-12; SEMARNAP 1997, 12-15; INE 2001, 25-31;McAllister 1992, 17 y 23-25; Brower 1995, 51).

El 30 de septiembre de 1986, el presidente de la república Miguel dela Madrid firmó un decreto que estableció un área natural protegidapara la protección del hábitat invernal de la mariposa monarca (DOF

1986). La nueva área protegida, posteriormente denominada la Reservade la Biosfera Mariposa Monarca, comprendía cinco “santuarios” geo-gráficamente desconexos con una superficie total de aproximadamente16 100 hectáreas. Cada santuario se dividía entre una zona núcleo, don-de se prohibía toda actividad productiva y una zona de amortigua-miento, donde dichas actividades eran restringidas. Sin embargo, el de-creto no implicó cambios en la tenencia de los recursos, y dentro delterritorio delimitado seguían predominando los regímenes ejidales y

D

Los dos núcleos agrarios de la Reserva de la Biosfera MariposaMonarca, examinados aquí, difieren marcadamente en su manejoforestal. Bajo el marco analítico institucionalista de Ostrom, mues-tro que estas diferencias coinciden con divergencias entre susarreglos institucionales. Sin embargo, pregunto ¿por qué desarro-llaron y mantienen arreglos tan distintos? Planteo que estos arre-glos se desarrollaron con base en identidades y redes de lealtadeshistóricamente construidas (bosque, mariposa monarca, manejoforestal comunitario, Ostrom)

* [email protected].

Page 3: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

5 7

MA

PA:M

unic

ipio

s de

la R

eser

va d

e Bi

osfe

ra M

arip

osa

Mon

arca

.

AARON J . MART IN

5 6

comunales de usufructo. De la superficie, 85 por ciento de la reserva co-rrespondía a un conjunto de 52 núcleos agrarios: 39 ejidos y 13 comuni-dades indígenas otomíes y mazahuas.

A pesar de la creación de la reserva en papel, Snook (1995, 51) obser-vó que el bosque se deterioró en estructura, salud y extensión de mane-ra significativa en la década posterior. Otro estudio, emitido por la Fon-do Mundial de la Naturaleza (WWF) en 2000, encontró una reducción enla cobertura forestal de 44 por ciento desde 1971, con un incrementoen la tasa de deforestación después del decreto de reserva en 1986 (Or-landi 2000; Pérez 2000). Aún otros estudios observaron que el deterioroforestal no era uniforme en toda la zona de reserva. Algunos núcleosagrarios habían conservado sus bosques, mientras que en otros se prac-ticaba la tala clandestina o el cambio de uso de suelos para abrir nuevosterrenos al cultivo (Chapela 1999; Merino y Alatorre 1997, 77; Martínez1996, 443-4; Merino 1996, 17; INE 2001, 39).

En 1998 inicié una investigación cuyo objetivo era indagar el mane-jo forestal en la reserva, las razones por su variabilidad de un núcleoagrario a otro y las razones por el deterioro forestal continuo. Escogí dosnúcleos agrarios, un ejido y una comunidad indígena, para llevar a caboestudios de caso de su manejo forestal. El ejido El Mirador y la comuni-dad indígena San Juan Xoconusco se ubican en una zona poco estudia-da en el extremo sur de la reserva en el municipio de Donato Guerra,Estado de México. Los integrantes de ambos cuentan con una historiacompartida y están enlazados en la misma microrregión. Al principiodel siglo XX, había sólo un pueblo de indígenas, denominado San JuanXoconusco, pero con la Reforma Agraria dos grupos de pobladores ob-tuvieron dotaciones ejidales y otro gestionó un tercer núcleo agrariobajo la categoría jurídica de comunidad indígena. También en el trans-curso del siglo XX, dos barrios del pueblo (Barrio de Arriba y Mesas Al-tas) se independizaron administrativamente, recibiendo sus propias de-legaciones municipales. Todos estos cambios generaron la situaciónactual en la cual un solo pueblo de indígenas se ha transformado en treslocalidades y tres núcleos agrarios cuyos lazos comerciales, religiosos,sociales y de parentesco constituyen una microrregión. Me centré en loscasos del manejo forestal en sólo dos de los núcleos agrarios, ya que eltercero, el ejido San Juan Xoconusco, es predominantemente agrícola.

Page 4: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

5 7

MA

PA:M

unic

ipio

s de

la R

eser

va d

e Bi

osfe

ra M

arip

osa

Mon

arca

.

AARON J . MART IN

5 6

comunales de usufructo. De la superficie, 85 por ciento de la reserva co-rrespondía a un conjunto de 52 núcleos agrarios: 39 ejidos y 13 comuni-dades indígenas otomíes y mazahuas.

A pesar de la creación de la reserva en papel, Snook (1995, 51) obser-vó que el bosque se deterioró en estructura, salud y extensión de mane-ra significativa en la década posterior. Otro estudio, emitido por la Fon-do Mundial de la Naturaleza (WWF) en 2000, encontró una reducción enla cobertura forestal de 44 por ciento desde 1971, con un incrementoen la tasa de deforestación después del decreto de reserva en 1986 (Or-landi 2000; Pérez 2000). Aún otros estudios observaron que el deterioroforestal no era uniforme en toda la zona de reserva. Algunos núcleosagrarios habían conservado sus bosques, mientras que en otros se prac-ticaba la tala clandestina o el cambio de uso de suelos para abrir nuevosterrenos al cultivo (Chapela 1999; Merino y Alatorre 1997, 77; Martínez1996, 443-4; Merino 1996, 17; INE 2001, 39).

En 1998 inicié una investigación cuyo objetivo era indagar el mane-jo forestal en la reserva, las razones por su variabilidad de un núcleoagrario a otro y las razones por el deterioro forestal continuo. Escogí dosnúcleos agrarios, un ejido y una comunidad indígena, para llevar a caboestudios de caso de su manejo forestal. El ejido El Mirador y la comuni-dad indígena San Juan Xoconusco se ubican en una zona poco estudia-da en el extremo sur de la reserva en el municipio de Donato Guerra,Estado de México. Los integrantes de ambos cuentan con una historiacompartida y están enlazados en la misma microrregión. Al principiodel siglo XX, había sólo un pueblo de indígenas, denominado San JuanXoconusco, pero con la Reforma Agraria dos grupos de pobladores ob-tuvieron dotaciones ejidales y otro gestionó un tercer núcleo agrariobajo la categoría jurídica de comunidad indígena. También en el trans-curso del siglo XX, dos barrios del pueblo (Barrio de Arriba y Mesas Al-tas) se independizaron administrativamente, recibiendo sus propias de-legaciones municipales. Todos estos cambios generaron la situaciónactual en la cual un solo pueblo de indígenas se ha transformado en treslocalidades y tres núcleos agrarios cuyos lazos comerciales, religiosos,sociales y de parentesco constituyen una microrregión. Me centré en loscasos del manejo forestal en sólo dos de los núcleos agrarios, ya que eltercero, el ejido San Juan Xoconusco, es predominantemente agrícola.

Page 5: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

AARON J . MART IN

5 8

El ejido El Mirador tiene 41 integrantes quienes viven principalmen-te en la ranchería denominada Mesas Altas de Xoconusco. El predio eji-dal abarca aproximadamente 400 hectáreas, de las cuales el cien por cienes bosque y queda dentro de los límites del mismo santuario de la reser-va, casi la mitad en la zona núcleo. Cuenta con un permiso de aprove-chamiento maderable por diez anualidades en la zona de amortigua-miento, y ha tenido pocas instancias de tala ilegal. Tiene una reputaciónentre técnicos forestales e investigadores de contar con un bosque bienconservado (Merino y Gerez 1996; Sigala 1999).

En cambio, la comunidad indígena cuenta con 211 comuneros quie-nes también viven en Mesas Altas de Xoconusco así como en dos otraslocalidades: la ranchería Barrio de Arriba de Xoconusco y el pueblo SanJuan Xoconusco. Los bienes comunales abarcan una superficie de 1 623hectáreas, de las cuales más del 90 por ciento es bosque y aproximada-mente 23 por ciento se ubicaba en el Santuario Cerro Pelón de la reser-va, predominantemente en la zona de amortiguamiento. También cuen-ta con un permiso de aprovechamiento maderable por diez anualida-des, pero para agilizar su tramitación optó por no solicitar aprovecha-mientos en la zona de amortiguamiento. Su fama se deriva de la talaclandestina, por la cual la Procuraduría Federal de Protección al Am-biente (PROFEPA) suspendió su permiso en 1998 e impuso una multa de211 000 pesos, el equivalente en ese entonces a 7 000 días de salario mí-nimo.

Viví en estos núcleos agrarios por un total de 6 meses de marzo a ju-nio de 1999 y de julio a septiembre de 2000. Observé y participé en lasactividades de los habitantes locales, realicé entrevistas formales y pláti-cas informales con los comuneros y ejidatarios, consulté documentosque la gente poseía y asistí a las asambleas comunales y ejidales. Lasprimeras entrevistas revelaron que los individuos estaban muy cons-cientes de eventos pasados, y éstos parecían influir en sus percepcionesy decisiones respecto a los recursos forestales. En consecuencia, decidítambién realizar trabajo de archivo en Toluca en el Archivo Históricodel Estado de México, el Registro Agrario Nacional, la SEMARNAP (Secre-taría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca) y la PROFEPA.

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

5 9

OBSERVACIONES BÁSICAS SOBRE EL MANEJO FORESTAL

En ambos núcleos agrarios se aprovechan múltiples recursos prove-nientes del bosque: madera verde, madera muerta, resina de pino, hon-gos, plantas silvestres y hojitas de pino (el ocojal). Venden la maderaverde en pie a contratistas, y una empresa de Ciudad Hidalgo, Michoa-cán, compra su producción resinera. Utilizan la madera muerta paraleña y como murillos y vigas para sus casas. Varios hongos y plantas sil-vestres son comestibles o medicinales y los aprovechan para su auto-consumo y venta local, o en raras ocasiones para su venta a comprado-res de fuera. Finalmente, algunas mujeres hacen artesanías de ocojalpara la venta generalmente a compradores de fuera. Ambos núcleosagrarios también llevan a cabo actividades de cuidado del bosque: abreny mantienen brechas cortafuego, reforestan y combaten incendios.

Podemos hacer cuatro observaciones básicas sobre su manejo fores-tal. Primero, las normas sobre el acceso a los recursos varían; en gene-ral, el grado de exclusividad corresponde al valor potencial del recursoy a su abundancia. Sólo los individuos con derechos en los núcleos agra-rios participan en el reparto de utilidades de la venta de madera verdeo cuentan con acceso a la resina. Pero sus familiares sin derechos en losnúcleos agrarios pueden aprovechar hongos, plantas silvestres y made-ra muerta para murillos y vigas. Finalmente, el acceso a la leña estáabierto a todos los habitantes locales.

En segundo lugar, según sus discursos normativos, todos los ejida-tarios o comuneros deben contribuir igualmente al cuidado del bosque,pero dicha igualdad no ocurre en la práctica. La participación en las fae-nas para cortar brechas, reforestar o combatir incendios nunca llega acien por cien; siempre faltan algunos ejidatarios o comuneros. Esto ge-nera malos sentimientos por parte de los que trabajan y provoca tensio-nes entre los integrantes. La participación en toda actividad de cuidadose convierte en punto de pugnas y negociación continuas. A veces el tra-bajo se hace a pesar de las pugnas, pero es más tardado y con peores re-sultados. En otras ocasiones, no se logra llevar a cabo. Por ejemplo, enuna ocasión en la comunidad indígena se organizaban 21 grupos de co-muneros, los cuales se rotarían diariamente la responsabilidad de vigi-

Page 6: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

AARON J . MART IN

5 8

El ejido El Mirador tiene 41 integrantes quienes viven principalmen-te en la ranchería denominada Mesas Altas de Xoconusco. El predio eji-dal abarca aproximadamente 400 hectáreas, de las cuales el cien por cienes bosque y queda dentro de los límites del mismo santuario de la reser-va, casi la mitad en la zona núcleo. Cuenta con un permiso de aprove-chamiento maderable por diez anualidades en la zona de amortigua-miento, y ha tenido pocas instancias de tala ilegal. Tiene una reputaciónentre técnicos forestales e investigadores de contar con un bosque bienconservado (Merino y Gerez 1996; Sigala 1999).

En cambio, la comunidad indígena cuenta con 211 comuneros quie-nes también viven en Mesas Altas de Xoconusco así como en dos otraslocalidades: la ranchería Barrio de Arriba de Xoconusco y el pueblo SanJuan Xoconusco. Los bienes comunales abarcan una superficie de 1 623hectáreas, de las cuales más del 90 por ciento es bosque y aproximada-mente 23 por ciento se ubicaba en el Santuario Cerro Pelón de la reser-va, predominantemente en la zona de amortiguamiento. También cuen-ta con un permiso de aprovechamiento maderable por diez anualida-des, pero para agilizar su tramitación optó por no solicitar aprovecha-mientos en la zona de amortiguamiento. Su fama se deriva de la talaclandestina, por la cual la Procuraduría Federal de Protección al Am-biente (PROFEPA) suspendió su permiso en 1998 e impuso una multa de211 000 pesos, el equivalente en ese entonces a 7 000 días de salario mí-nimo.

Viví en estos núcleos agrarios por un total de 6 meses de marzo a ju-nio de 1999 y de julio a septiembre de 2000. Observé y participé en lasactividades de los habitantes locales, realicé entrevistas formales y pláti-cas informales con los comuneros y ejidatarios, consulté documentosque la gente poseía y asistí a las asambleas comunales y ejidales. Lasprimeras entrevistas revelaron que los individuos estaban muy cons-cientes de eventos pasados, y éstos parecían influir en sus percepcionesy decisiones respecto a los recursos forestales. En consecuencia, decidítambién realizar trabajo de archivo en Toluca en el Archivo Históricodel Estado de México, el Registro Agrario Nacional, la SEMARNAP (Secre-taría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca) y la PROFEPA.

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

5 9

OBSERVACIONES BÁSICAS SOBRE EL MANEJO FORESTAL

En ambos núcleos agrarios se aprovechan múltiples recursos prove-nientes del bosque: madera verde, madera muerta, resina de pino, hon-gos, plantas silvestres y hojitas de pino (el ocojal). Venden la maderaverde en pie a contratistas, y una empresa de Ciudad Hidalgo, Michoa-cán, compra su producción resinera. Utilizan la madera muerta paraleña y como murillos y vigas para sus casas. Varios hongos y plantas sil-vestres son comestibles o medicinales y los aprovechan para su auto-consumo y venta local, o en raras ocasiones para su venta a comprado-res de fuera. Finalmente, algunas mujeres hacen artesanías de ocojalpara la venta generalmente a compradores de fuera. Ambos núcleosagrarios también llevan a cabo actividades de cuidado del bosque: abreny mantienen brechas cortafuego, reforestan y combaten incendios.

Podemos hacer cuatro observaciones básicas sobre su manejo fores-tal. Primero, las normas sobre el acceso a los recursos varían; en gene-ral, el grado de exclusividad corresponde al valor potencial del recursoy a su abundancia. Sólo los individuos con derechos en los núcleos agra-rios participan en el reparto de utilidades de la venta de madera verdeo cuentan con acceso a la resina. Pero sus familiares sin derechos en losnúcleos agrarios pueden aprovechar hongos, plantas silvestres y made-ra muerta para murillos y vigas. Finalmente, el acceso a la leña estáabierto a todos los habitantes locales.

En segundo lugar, según sus discursos normativos, todos los ejida-tarios o comuneros deben contribuir igualmente al cuidado del bosque,pero dicha igualdad no ocurre en la práctica. La participación en las fae-nas para cortar brechas, reforestar o combatir incendios nunca llega acien por cien; siempre faltan algunos ejidatarios o comuneros. Esto ge-nera malos sentimientos por parte de los que trabajan y provoca tensio-nes entre los integrantes. La participación en toda actividad de cuidadose convierte en punto de pugnas y negociación continuas. A veces el tra-bajo se hace a pesar de las pugnas, pero es más tardado y con peores re-sultados. En otras ocasiones, no se logra llevar a cabo. Por ejemplo, enuna ocasión en la comunidad indígena se organizaban 21 grupos de co-muneros, los cuales se rotarían diariamente la responsabilidad de vigi-

Page 7: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 1

EL MARCO ANALÍTICO DE OSTROM

En los núcleos agrarios estudiados, al igual que en 85 por ciento de laReserva de la Biosfera Mariposa Monarca, los derechos de usufructo delos recursos forestales corresponden a colectividades. El contexto locales un contexto de propiedad común, característica que se vuelve clavepara lograr una comprensión del manejo forestal. La propiedad comu-nal engloba una serie de relaciones sociales y retos para su manejo sos-tenible que están ausentes de la propiedad indvidual.1 Por ejemplo, silos individuos pueden beneficiarse del aprovechamiento de los recursoscomunales sin contribuir tiempo y esfuerzo a su cuidado, ya que otrosdel grupo lo harán, entonces hay una tendencia de no cuidarlos. Ya se-ñalamos que esto sucede en ambos núcleos agrarios y conduce a peoresresultados en las actividades de cuidado o en algunos casos a su hundi-miento total (como en el caso de la vigilancia organizada en la comuni-dad indígena San Juan Xoconusco). Además, según la elección racional,los individuos tendrán incentivos para aprovecharse con oportunismo,ya que pueden beneficiarse personalmente, mientras que los costos (i.e.,la degradación natural y la pérdida de recursos aprovechables) se com-parten entre la colectividad.

Estas observaciones, fundamentadas en supuestos de la elección ra-cional, condujeron a las teorías convencionales de la tragedia de los co-munes (p. ej., Hardin 1968). Según estas teorías, la mera condición deser colectivos conduce a la destrucción inevitable de los recursos natu-rales. Concluyen que la racionalidad individual (la búsqueda de ganan-cias personales) impide la racionalidad o el bienestar colectivo (el man-tenimiento del sistema de recursos para su aprovechamiento continuo alargo plazo).

Sin embargo, existen casos empíricos de grupos que logran manejarsus recursos colectivos sin provocar su deterioro, lo que Elinor Ostromdenomina el autogobierno “exitoso” (Ostrom 1990 y 1998; McKean yOstrom 1995). Con base en el análisis de un número impresionante de

AARON J . MART IN

6 0

lar el bosque comunal. Sin embargo, cuando algunos comuneros no par-ticipaban, los que sí vigilaron al inicio decidieron no continuar. No lesparecía justo que sólo ellos hacían un trabajo del cual todos se benefi-ciarían, aún sin participar en la vigilancia.

Una tercera observación es que el ejido El Mirador y la comunidadindígena San Juan Xoconusco no representan dos polos extremos encuanto a su manejo forestal. A pesar de la reputación del ejido de con-tar con un bosque bien conservado, han sucedido algunas instancias detala ilegal y en una ocasión el ejido fue sancionado por la PROFEPA. Para-lelamente, la comunidad indígena tiene fama por su tala ilegal, pero loscomuneros no son meros destructores del bosque. También mantienenbrechas cortafuego, reforestan y combaten incendios (un trabajo duro ypeligroso). Además, algunos comuneros han asumido costos moneta-rios y riesgos a su propia seguridad para enfrentarse a los taladores ile-gales.

Sin embargo, el contraste entre los dos núcleos agrarios es notable.En los últimos seis años, sólo han sucedido tres instancias de tala clan-destina en El Mirador y éstas eran de poca gravedad. En el peor caso sederribaron 20 árboles sin marca con un volumen total de 53 metros cúbi-cos. En cambio, la tala clandestina en la comunidad indígena San JuanXoconusco ha sido relativamente continua durante ese tiempo, y sólo elgrado ha fluctuado. Después de un episodio particularmente intenso en1997, la PROFEPA encontró más de 350 tocones sin marca, los cuales arro-jaban un volúmen total de casi 2000 metros cúbicos.

Finalmente, la cuarta observación es que existe una diferencia cuali-tativa entre el manejo de madera verde y el de la resina. El manejo de laprimera ha sido punto de tensiones y pugnas entre los integrantes dela comunidad indígena, quienes suelen describirlo como “puro pleito”y “puro fregar”. Pero los mismos individuos dicen tener pocos proble-mas con el manejo de la resina de pino.

Estas últimas dos observaciones conducen a las siguientes pregun-tas. ¿Por qué difieren los dos núcleos agrarios en cuanto a la frecuenciay el grado de la tala clandestina? ¿Por qué el manejo de la resina parecepoco problemático en la comunidad indígena, mientras que el manejode madera verde es fuente de conflictos continuos?

1 Por “manejo sostenible” me refiero a un manejo que no rebasa la tasa de regenera-ción y que evita el deterioro del recurso con el tiempo.

Page 8: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 1

EL MARCO ANALÍTICO DE OSTROM

En los núcleos agrarios estudiados, al igual que en 85 por ciento de laReserva de la Biosfera Mariposa Monarca, los derechos de usufructo delos recursos forestales corresponden a colectividades. El contexto locales un contexto de propiedad común, característica que se vuelve clavepara lograr una comprensión del manejo forestal. La propiedad comu-nal engloba una serie de relaciones sociales y retos para su manejo sos-tenible que están ausentes de la propiedad indvidual.1 Por ejemplo, silos individuos pueden beneficiarse del aprovechamiento de los recursoscomunales sin contribuir tiempo y esfuerzo a su cuidado, ya que otrosdel grupo lo harán, entonces hay una tendencia de no cuidarlos. Ya se-ñalamos que esto sucede en ambos núcleos agrarios y conduce a peoresresultados en las actividades de cuidado o en algunos casos a su hundi-miento total (como en el caso de la vigilancia organizada en la comuni-dad indígena San Juan Xoconusco). Además, según la elección racional,los individuos tendrán incentivos para aprovecharse con oportunismo,ya que pueden beneficiarse personalmente, mientras que los costos (i.e.,la degradación natural y la pérdida de recursos aprovechables) se com-parten entre la colectividad.

Estas observaciones, fundamentadas en supuestos de la elección ra-cional, condujeron a las teorías convencionales de la tragedia de los co-munes (p. ej., Hardin 1968). Según estas teorías, la mera condición deser colectivos conduce a la destrucción inevitable de los recursos natu-rales. Concluyen que la racionalidad individual (la búsqueda de ganan-cias personales) impide la racionalidad o el bienestar colectivo (el man-tenimiento del sistema de recursos para su aprovechamiento continuo alargo plazo).

Sin embargo, existen casos empíricos de grupos que logran manejarsus recursos colectivos sin provocar su deterioro, lo que Elinor Ostromdenomina el autogobierno “exitoso” (Ostrom 1990 y 1998; McKean yOstrom 1995). Con base en el análisis de un número impresionante de

AARON J . MART IN

6 0

lar el bosque comunal. Sin embargo, cuando algunos comuneros no par-ticipaban, los que sí vigilaron al inicio decidieron no continuar. No lesparecía justo que sólo ellos hacían un trabajo del cual todos se benefi-ciarían, aún sin participar en la vigilancia.

Una tercera observación es que el ejido El Mirador y la comunidadindígena San Juan Xoconusco no representan dos polos extremos encuanto a su manejo forestal. A pesar de la reputación del ejido de con-tar con un bosque bien conservado, han sucedido algunas instancias detala ilegal y en una ocasión el ejido fue sancionado por la PROFEPA. Para-lelamente, la comunidad indígena tiene fama por su tala ilegal, pero loscomuneros no son meros destructores del bosque. También mantienenbrechas cortafuego, reforestan y combaten incendios (un trabajo duro ypeligroso). Además, algunos comuneros han asumido costos moneta-rios y riesgos a su propia seguridad para enfrentarse a los taladores ile-gales.

Sin embargo, el contraste entre los dos núcleos agrarios es notable.En los últimos seis años, sólo han sucedido tres instancias de tala clan-destina en El Mirador y éstas eran de poca gravedad. En el peor caso sederribaron 20 árboles sin marca con un volumen total de 53 metros cúbi-cos. En cambio, la tala clandestina en la comunidad indígena San JuanXoconusco ha sido relativamente continua durante ese tiempo, y sólo elgrado ha fluctuado. Después de un episodio particularmente intenso en1997, la PROFEPA encontró más de 350 tocones sin marca, los cuales arro-jaban un volúmen total de casi 2000 metros cúbicos.

Finalmente, la cuarta observación es que existe una diferencia cuali-tativa entre el manejo de madera verde y el de la resina. El manejo de laprimera ha sido punto de tensiones y pugnas entre los integrantes dela comunidad indígena, quienes suelen describirlo como “puro pleito”y “puro fregar”. Pero los mismos individuos dicen tener pocos proble-mas con el manejo de la resina de pino.

Estas últimas dos observaciones conducen a las siguientes pregun-tas. ¿Por qué difieren los dos núcleos agrarios en cuanto a la frecuenciay el grado de la tala clandestina? ¿Por qué el manejo de la resina parecepoco problemático en la comunidad indígena, mientras que el manejode madera verde es fuente de conflictos continuos?

1 Por “manejo sostenible” me refiero a un manejo que no rebasa la tasa de regenera-ción y que evita el deterioro del recurso con el tiempo.

Page 9: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 3

y un pequeño grupo de comuneros ha logrado mantener control sobrelos puestos de autoridad y, por ende, sobre la toma de decisiones. Con-trolan los contratos madereros, la distribución de los ingresos consi-guientes y los flujos de información sobre los volúmenes de maderaaprovechados y el precio de venta. Han utilizado sus puestos de autori-dad para obtener mayores beneficios personales del aprovechamientomaderable legal, para talar clandestinamente con más seguridad y paracobrar otros taladores clandestinos para darle una fachada de legalidada sus aprovechamientos ilegales. Además, el presidente del comisariadode bienes comunales escoge su propio consejo de vigilancia, por lo queéste suele ser su brazo derecho y colaborador más que una instancia au-tónoma de monitoreo.

Muchos comuneros perciben que la distribución de costos y benefi-cios es desigual e injusta, pero frecuentemente se sienten incapaces deefectuar cambio, ya que los comuneros responsables, quienes son losprincipales beneficiados, también son las autoridades comunales y efec-tivamente controlan la toma de decisiones. Por ende, muchos comune-ros dicen que tienen que “ponerse abusados” para beneficiarse de losrecursos y deciden también participar en la tala clandestina o derivarbeneficios personales desproporcionados de sus puestos de autoridadcuando las oportunidades se presenten. En consecuencia, un númerocreciente de comuneros ha concluido que la tala clandestina y la distri-bución desigual de ingresos son resultados inevitables del manejo de re-cursos colectivos, y propone el parcelamiento del bosque para indivi-dualizar la tenencia de los recursos forestales.

En contraste, las autoridades ejidales tienen poco margen de acciónindependiente. La asamblea ejidal de El Mirador no termina hasta quese haya tratado cada punto del orden del día (hasta cinco horas conti-nuas en reunión) y ejerce un control casi total sobre la toma de decisio-nes y los flujos de información. Exige que los contratistas interesados encomprar su madera presenten sus propuestas ante la asamblea y queposteriormente en otras asambleas den informes sobre los volúmenesaprovechados y reparten los pagos directamente a cada ejidatario. Ade-más, la mesa directiva rinde un informe de todos sus gastos y los tieneque justificar en cada asamblea. Ahora bien, las autoridades ejidales senombran según los resultados de una elección para presidente del comi-

AARON J . MART IN

6 2

estudios de caso, Ostrom argumenta que el manejo sostenible de bienesde uso común depende de los arreglos institucionales que tienen losgrupos de usufructuarios. Identifica ocho características de institucio-nes colectivas que aumentan las probabilidades de un manejo sosteniblede los recursos:

1. Límites claramente definidos de la membresía y del recurso;2. Reglas congruentes con condiciones locales ecológicas, sociales y

culturales;3. Mecanismos participativos para la toma de decisiones;4. Monitoreo eficaz de los recursos y del comportamiento de los inte-

grantes de la colectividad;5. Sanciones graduadas para castigar el incumplimiento de los arre-

glos colectivos;6. Mecanismos para resolver conflictos;7. Reconocimiento del derecho a organizarse; y8. Organización en unidades más pequeñas de toma de decisión cuan-

do la colectividad es grande y no puede tomar decisiones y resolverconflictos cotidianos eficientemente.

Recurrí a estos planteamientos institucionalistas de Ostrom para tra-tar de contestar las dos preguntas planteadas en el apartado anterior so-bre las diferencias en el manejo de madera verde entre el ejido y la co-munidad indígena así como las diferencias entre la madera verde y laresina. Este análisis revela divergencias institucionales marcadas entrerecursos y entre núcleos agrarios, las cuales coinciden con los plantea-mientos de Ostrom.

Tanto la comunidad indígena como el ejido cuentan con estructuraspolíticas comunes en México. Según plantean sus integrantes, la asam-blea comunal o ejidal es la máxima autoridad de toma de decisiones yelige una mesa directiva para implementar sus decisiones, ser responsa-ble de la administración cotidiana y representar el núcleo agrario anteotros actores sociales. Sin embargo, en la comunidad indígena la asam-blea comunal raramente logra tomar decisiones. Suele ser un foro dealegatos y contra-alegatos que se desintegra antes de resolver el primerorden del día. La toma de decisiones se centraliza en la mesa directiva,

Page 10: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 3

y un pequeño grupo de comuneros ha logrado mantener control sobrelos puestos de autoridad y, por ende, sobre la toma de decisiones. Con-trolan los contratos madereros, la distribución de los ingresos consi-guientes y los flujos de información sobre los volúmenes de maderaaprovechados y el precio de venta. Han utilizado sus puestos de autori-dad para obtener mayores beneficios personales del aprovechamientomaderable legal, para talar clandestinamente con más seguridad y paracobrar otros taladores clandestinos para darle una fachada de legalidada sus aprovechamientos ilegales. Además, el presidente del comisariadode bienes comunales escoge su propio consejo de vigilancia, por lo queéste suele ser su brazo derecho y colaborador más que una instancia au-tónoma de monitoreo.

Muchos comuneros perciben que la distribución de costos y benefi-cios es desigual e injusta, pero frecuentemente se sienten incapaces deefectuar cambio, ya que los comuneros responsables, quienes son losprincipales beneficiados, también son las autoridades comunales y efec-tivamente controlan la toma de decisiones. Por ende, muchos comune-ros dicen que tienen que “ponerse abusados” para beneficiarse de losrecursos y deciden también participar en la tala clandestina o derivarbeneficios personales desproporcionados de sus puestos de autoridadcuando las oportunidades se presenten. En consecuencia, un númerocreciente de comuneros ha concluido que la tala clandestina y la distri-bución desigual de ingresos son resultados inevitables del manejo de re-cursos colectivos, y propone el parcelamiento del bosque para indivi-dualizar la tenencia de los recursos forestales.

En contraste, las autoridades ejidales tienen poco margen de acciónindependiente. La asamblea ejidal de El Mirador no termina hasta quese haya tratado cada punto del orden del día (hasta cinco horas conti-nuas en reunión) y ejerce un control casi total sobre la toma de decisio-nes y los flujos de información. Exige que los contratistas interesados encomprar su madera presenten sus propuestas ante la asamblea y queposteriormente en otras asambleas den informes sobre los volúmenesaprovechados y reparten los pagos directamente a cada ejidatario. Ade-más, la mesa directiva rinde un informe de todos sus gastos y los tieneque justificar en cada asamblea. Ahora bien, las autoridades ejidales senombran según los resultados de una elección para presidente del comi-

AARON J . MART IN

6 2

estudios de caso, Ostrom argumenta que el manejo sostenible de bienesde uso común depende de los arreglos institucionales que tienen losgrupos de usufructuarios. Identifica ocho características de institucio-nes colectivas que aumentan las probabilidades de un manejo sosteniblede los recursos:

1. Límites claramente definidos de la membresía y del recurso;2. Reglas congruentes con condiciones locales ecológicas, sociales y

culturales;3. Mecanismos participativos para la toma de decisiones;4. Monitoreo eficaz de los recursos y del comportamiento de los inte-

grantes de la colectividad;5. Sanciones graduadas para castigar el incumplimiento de los arre-

glos colectivos;6. Mecanismos para resolver conflictos;7. Reconocimiento del derecho a organizarse; y8. Organización en unidades más pequeñas de toma de decisión cuan-

do la colectividad es grande y no puede tomar decisiones y resolverconflictos cotidianos eficientemente.

Recurrí a estos planteamientos institucionalistas de Ostrom para tra-tar de contestar las dos preguntas planteadas en el apartado anterior so-bre las diferencias en el manejo de madera verde entre el ejido y la co-munidad indígena así como las diferencias entre la madera verde y laresina. Este análisis revela divergencias institucionales marcadas entrerecursos y entre núcleos agrarios, las cuales coinciden con los plantea-mientos de Ostrom.

Tanto la comunidad indígena como el ejido cuentan con estructuraspolíticas comunes en México. Según plantean sus integrantes, la asam-blea comunal o ejidal es la máxima autoridad de toma de decisiones yelige una mesa directiva para implementar sus decisiones, ser responsa-ble de la administración cotidiana y representar el núcleo agrario anteotros actores sociales. Sin embargo, en la comunidad indígena la asam-blea comunal raramente logra tomar decisiones. Suele ser un foro dealegatos y contra-alegatos que se desintegra antes de resolver el primerorden del día. La toma de decisiones se centraliza en la mesa directiva,

Page 11: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 5

AARON J . MART IN

6 4

Hay tres recibidores comunales y otro del ejido El Mirador, a quien losresineros también pueden entregar su producción, ya que el compradory el precio son iguales. Hay sólo un comprador de resina en la región yel precio que paga por kilogramo es fijo. Además, paga una comisión alos recibidores por separado, y los núcleos agrarios no cobran ningúnderecho de monte. Por ende, los productores reciben cien por ciento delprecio de venta y pueden calcular el valor de su producción. Se dancuenta cuando un recibidor no les entrega el pago entero. En tales casos,llevan su producción a otro recibidor, y el primero pierde su clientela ysus ingresos. Si no rectifica sus pagos pronto, los resineros eligen otrorecibidor y cambian el almacén a su casa.

En suma, los arreglos colectivos para el manejo de madera verde enel ejido El Mirador o para el de resina en la comunidad indígena SanJuan cuentan con mecanismos más participativos para tomar decisionesy resolver conflictos, mejor vigilancia de los recursos económicos y delcomportamiento de las autoridades comunales o ejidales, y sancionesmás eficaces para el incumplimiento con los arreglos colectivos. Segúnlos principios institucionales de Ostrom, no es de sorprenderse que elmanejo de la madera verde en la comunidad indígena se caracteriza pormayor oportunismo individual y más dificultades con estrategias colec-tivas de uso y cuidado. Tampoco es de sorprenderse que sus experien-cias con el manejo de resina, al igual que las de los ejidatarios de El Mi-rador con la madera verde, han sido distintas.

Los planteamientos de Ostrom sobre arreglos institucionales consti-tuyen una herramienta útil para un diagnóstico del manejo de recursoscolectivos; sin embargo, surgen nuevas preguntas. ¿Cómo desarrollan,mantienen y modifican los actores sociales sus arreglos institucionales?¿Por qué los comuneros de San Juan Xoconusco y los ejidatarios de ElMirador han desarrollado arreglos institucionales tan diferentes?¿Cómo lograron unos cuántos comuneros controlar la política de la co-munidad indígena en primer lugar, y cómo han logrado mantener el sta-tus quo frente a otros comuneros quienes están inconformes? A conti-nuación planteo que la respuesta a estas preguntas tiene que ver conidentidades y lealtades históricamente construidas así como con proce-sos de pugnas y negociación entre intereses en conflicto.

sariado ejidal; los candidatos perdedores ocupan los otros puestos deautoridad, por lo que los presidentes del comisariado y del consejo de vi-gilancia no suelen ser aliados políticos. Cuarenta por ciento de los ejida-tarios ha sido presidente, secretario o tesorero del comisariado o presi-dente del consejo de vigilancia.

En cada instancia de tala clandestina, la asamblea levanta un acta dedenuncia en el cual nombra los responsables, si los puede determinar,lo que representa una fuerte censura social y una amenaza clara de de-nunciarlos ante la PROFEPA. En al menos un caso que observé, la asam-blea también levantó una acta en la cual oficialmente extendió “protec-ción” a dos ejidatarios quienes nombraron los responsables de la talailegal de cinco árboles. Fue una manera de mostrar que los que denun-cian la tala cuentan con el respaldo formal de la asamblea, por lo quecualquier amenaza o violencia contra ellos sería un delito contra el ejidoen sí.

Los arreglos para el manejo de resina de pino en la comunidad indí-gena también contrastan con los de la madera verde. El acceso a la resi-na está individualizada. Es decir, cada resinero cuenta con acceso exclu-sivo a una área determinada del bosque para la extracción de resina,aunque los árboles en sí siguen siendo comunales. Una minoría de co-muneros cuenta con áreas para resinar, y otros se sienten excluidos. Al-gunos consideran que su exclusión es injusta ya que, según ellos, todoslos comuneros deben beneficiar igualmente de los recursos comunales.Otros comuneros piensan que su exclusión es legítima porque creen queal dividir la resina entre todos, la actividad ya no le convendría a nadie;la cantidad aprovechable por resinero sería poca.

Los resineros conocen la producción de sus árboles y se dan cuentacuando alguien les quita resina. Al mismo tiempo, los comuneros yotros habitantes locales consideran que el “robo” de resina es un agra-vio serio que implica conflictos personales con el resinero. En conse-cuencia, es muy raro que alguien, ni un comunero inconforme con ladistribución de acceso a la resina, extraiga el recurso de una área que nole corresponde.

Los resineros llevan su producción a un “recibidor” de la resina,quien la almacena hasta que el comprador la recoge y también distribu-ye los pagos de venta según la cantidad entregada por cada productor.

Page 12: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 5

AARON J . MART IN

6 4

Hay tres recibidores comunales y otro del ejido El Mirador, a quien losresineros también pueden entregar su producción, ya que el compradory el precio son iguales. Hay sólo un comprador de resina en la región yel precio que paga por kilogramo es fijo. Además, paga una comisión alos recibidores por separado, y los núcleos agrarios no cobran ningúnderecho de monte. Por ende, los productores reciben cien por ciento delprecio de venta y pueden calcular el valor de su producción. Se dancuenta cuando un recibidor no les entrega el pago entero. En tales casos,llevan su producción a otro recibidor, y el primero pierde su clientela ysus ingresos. Si no rectifica sus pagos pronto, los resineros eligen otrorecibidor y cambian el almacén a su casa.

En suma, los arreglos colectivos para el manejo de madera verde enel ejido El Mirador o para el de resina en la comunidad indígena SanJuan cuentan con mecanismos más participativos para tomar decisionesy resolver conflictos, mejor vigilancia de los recursos económicos y delcomportamiento de las autoridades comunales o ejidales, y sancionesmás eficaces para el incumplimiento con los arreglos colectivos. Segúnlos principios institucionales de Ostrom, no es de sorprenderse que elmanejo de la madera verde en la comunidad indígena se caracteriza pormayor oportunismo individual y más dificultades con estrategias colec-tivas de uso y cuidado. Tampoco es de sorprenderse que sus experien-cias con el manejo de resina, al igual que las de los ejidatarios de El Mi-rador con la madera verde, han sido distintas.

Los planteamientos de Ostrom sobre arreglos institucionales consti-tuyen una herramienta útil para un diagnóstico del manejo de recursoscolectivos; sin embargo, surgen nuevas preguntas. ¿Cómo desarrollan,mantienen y modifican los actores sociales sus arreglos institucionales?¿Por qué los comuneros de San Juan Xoconusco y los ejidatarios de ElMirador han desarrollado arreglos institucionales tan diferentes?¿Cómo lograron unos cuántos comuneros controlar la política de la co-munidad indígena en primer lugar, y cómo han logrado mantener el sta-tus quo frente a otros comuneros quienes están inconformes? A conti-nuación planteo que la respuesta a estas preguntas tiene que ver conidentidades y lealtades históricamente construidas así como con proce-sos de pugnas y negociación entre intereses en conflicto.

sariado ejidal; los candidatos perdedores ocupan los otros puestos deautoridad, por lo que los presidentes del comisariado y del consejo de vi-gilancia no suelen ser aliados políticos. Cuarenta por ciento de los ejida-tarios ha sido presidente, secretario o tesorero del comisariado o presi-dente del consejo de vigilancia.

En cada instancia de tala clandestina, la asamblea levanta un acta dedenuncia en el cual nombra los responsables, si los puede determinar,lo que representa una fuerte censura social y una amenaza clara de de-nunciarlos ante la PROFEPA. En al menos un caso que observé, la asam-blea también levantó una acta en la cual oficialmente extendió “protec-ción” a dos ejidatarios quienes nombraron los responsables de la talailegal de cinco árboles. Fue una manera de mostrar que los que denun-cian la tala cuentan con el respaldo formal de la asamblea, por lo quecualquier amenaza o violencia contra ellos sería un delito contra el ejidoen sí.

Los arreglos para el manejo de resina de pino en la comunidad indí-gena también contrastan con los de la madera verde. El acceso a la resi-na está individualizada. Es decir, cada resinero cuenta con acceso exclu-sivo a una área determinada del bosque para la extracción de resina,aunque los árboles en sí siguen siendo comunales. Una minoría de co-muneros cuenta con áreas para resinar, y otros se sienten excluidos. Al-gunos consideran que su exclusión es injusta ya que, según ellos, todoslos comuneros deben beneficiar igualmente de los recursos comunales.Otros comuneros piensan que su exclusión es legítima porque creen queal dividir la resina entre todos, la actividad ya no le convendría a nadie;la cantidad aprovechable por resinero sería poca.

Los resineros conocen la producción de sus árboles y se dan cuentacuando alguien les quita resina. Al mismo tiempo, los comuneros yotros habitantes locales consideran que el “robo” de resina es un agra-vio serio que implica conflictos personales con el resinero. En conse-cuencia, es muy raro que alguien, ni un comunero inconforme con ladistribución de acceso a la resina, extraiga el recurso de una área que nole corresponde.

Los resineros llevan su producción a un “recibidor” de la resina,quien la almacena hasta que el comprador la recoge y también distribu-ye los pagos de venta según la cantidad entregada por cada productor.

Page 13: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 7

AARON J . MART IN

6 6

zar y asaltar a personas de ambos asentamientos y asesinó a varios indi-viduos de ambos lugares quienes habían promovido la solicitud. Noobstante, el gobierno federal dio posesión provisional de tierras de lahacienda en 1924, y el siguiente año emitió una resolución presidencialde dotación de ejidos con una superficie de 532 hectáreas. El ejido per-tenecía al pueblo en su conjunto, y todos los 245 individuos capacitadostenían derechos. Dividieron el terreno ejidal a su manera, dando parce-las a cada individuo capacitado según la extensión que manifestó podercultivar.

Durante los próximos 10 años hubo poca distinción entre el puebloy el ejido. Este último era representativo de la población del pueblo yadministraba tanto las tierras dotadas como los bienes comunales. Me-sas Altas seguía siendo simplemente un barrio del pueblo San Juan, ysus habitantes participaban en el ejido como autoridades elegidas yusufructuarios de parcelas. Todos actuaron conjuntamente de nuevo en1933 para pedir una ampliación ejidal que no procedió y reclamaron porunanimidad en 1935 cuando el gobierno federal ordenó un parcela-miento nuevo en las tierras ejidales según criterios que sólo arrojarían59 parcelas.

A pesar de la protesta, se llevó a cabo el parcelamiento nuevo. Sólo58 ejidatarios recibieron parcelas (una era para la escuela) mientras queun total de 240 pobladores capacitados quedaron sin tierras en el ejido.Dado el déficit de parcelas, el gobierno otorgó una ampliación ejidal en1937, pero ya quedaban pocas tierras de la hacienda para expropiar. Laampliación sólo arrojó 60 parcelas adicionales. Estos eventos marcan elinicio de procesos de inclusión y exclusión que fraccionaron las redes derelaciones sociales y de lealtades así como condujeron al surgimiento denuevas identidades comunitarias diferenciadas.

El nuevo parcelamiento y la ampliación impulsaron una divisiónpor primera vez entre los ejidatarios y los no ejidatarios, división quefue reforzada por el hecho de que el gobierno federal reconoció el dere-cho del ejido a seguir administrando los bienes comunales, los cualessupuestamente pertenecían a todos los pobladores. Los dos eventostambién generaron una división entre Mesas Altas y el resto de SanJuan. Los habitantes de Mesas Altas, incluyendo algunas ex-autorida-des ejidales, fueron excluidos de las parcelas ejidales. Posiblemente esta

IDENTIDADES, LEALTADES E INTERESES

La creación de los núcleos agrarios y el desarrollo de sus arreglos insti-tucionales fueron moldeados por procesos históricos de fragmentacióncomunitaria. Históricamente el pueblo representaba un nodo bien defi-nido en las redes de relaciones sociales y podemos suponer que conta-ba con una identidad comunitaria. Sin embargo, una serie de sucesos enel siglo XX, ligados al control de recursos estratégicos, provocó un proce-so de diferenciación de las redes de relaciones sociales y de identidades.Los ejidatarios de El Mirador siguen compartiendo una identidad y es-tán enlazados en redes de lealtades generadas por una gran variedad devínculos sociales. En cambio, a la hora de la constitución jurídica de lacomunidad indígena, los comuneros contaban con identidades y redesde lealtades diferenciadas, lo que influyó en su organización políticadesde un principio. Explico este punto en mayor detalle a continuación.

El pueblo San Juan Xoconusco y la hacienda colindante de San Bar-tolo ya coexistieron desde el siglo XVI (García Castro 1999, 350; Mondra-gón 1999, 106), y otra hacienda colindante, la de Xoconusco, existíacuando menos a principios del siglo XVIII. En el transcurso del tiempo,el pueblo tuvo numerosos conflictos sobre tierras y aguas con dichas ha-ciendas. Éstas despojaron terrenos del pueblo repetidamente, incluyen-do partes de su fundo legal.

Cuando los vecinos del pueblo solicitaron una restitución de tierrasen el año 1918, aún tenían posesión de aproximadamente 1 750 hectá-reas, pero creían tener derecho a la restitución de 5 437 hectáreas. La ha-cienda ya unida de San Bartolo y Xoconusco, con otro anexo (Galeras),rodeaba al pueblo casi por completo, con la excepción de una pequeñafranja en la parte más lejana y difícil de acceder a los bienes comunales,donde lindaban con tierras de otra comunidad indígena (San AndrésJilotepec, hoy Nicolás Romero). Los bienes comunales restantes eran fo-restales sobre todo, con pequeñas zonas agrícolas. La mayor parte de lospobladores vivían dispersos en el actual barrio El Rincón, mientras queMesas Altas contaba con unas 10 o 20 casas cuando mucho.

Los habitantes de San Juan, incluyendo los de Mesas Altas, actuaronconjuntamente en su solicitud de tierras y otra de aguas y conjuntamen-te sufrieron las consecuencias. La hacienda contrató gente para amena-

Page 14: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 7

AARON J . MART IN

6 6

zar y asaltar a personas de ambos asentamientos y asesinó a varios indi-viduos de ambos lugares quienes habían promovido la solicitud. Noobstante, el gobierno federal dio posesión provisional de tierras de lahacienda en 1924, y el siguiente año emitió una resolución presidencialde dotación de ejidos con una superficie de 532 hectáreas. El ejido per-tenecía al pueblo en su conjunto, y todos los 245 individuos capacitadostenían derechos. Dividieron el terreno ejidal a su manera, dando parce-las a cada individuo capacitado según la extensión que manifestó podercultivar.

Durante los próximos 10 años hubo poca distinción entre el puebloy el ejido. Este último era representativo de la población del pueblo yadministraba tanto las tierras dotadas como los bienes comunales. Me-sas Altas seguía siendo simplemente un barrio del pueblo San Juan, ysus habitantes participaban en el ejido como autoridades elegidas yusufructuarios de parcelas. Todos actuaron conjuntamente de nuevo en1933 para pedir una ampliación ejidal que no procedió y reclamaron porunanimidad en 1935 cuando el gobierno federal ordenó un parcela-miento nuevo en las tierras ejidales según criterios que sólo arrojarían59 parcelas.

A pesar de la protesta, se llevó a cabo el parcelamiento nuevo. Sólo58 ejidatarios recibieron parcelas (una era para la escuela) mientras queun total de 240 pobladores capacitados quedaron sin tierras en el ejido.Dado el déficit de parcelas, el gobierno otorgó una ampliación ejidal en1937, pero ya quedaban pocas tierras de la hacienda para expropiar. Laampliación sólo arrojó 60 parcelas adicionales. Estos eventos marcan elinicio de procesos de inclusión y exclusión que fraccionaron las redes derelaciones sociales y de lealtades así como condujeron al surgimiento denuevas identidades comunitarias diferenciadas.

El nuevo parcelamiento y la ampliación impulsaron una divisiónpor primera vez entre los ejidatarios y los no ejidatarios, división quefue reforzada por el hecho de que el gobierno federal reconoció el dere-cho del ejido a seguir administrando los bienes comunales, los cualessupuestamente pertenecían a todos los pobladores. Los dos eventostambién generaron una división entre Mesas Altas y el resto de SanJuan. Los habitantes de Mesas Altas, incluyendo algunas ex-autorida-des ejidales, fueron excluidos de las parcelas ejidales. Posiblemente esta

IDENTIDADES, LEALTADES E INTERESES

La creación de los núcleos agrarios y el desarrollo de sus arreglos insti-tucionales fueron moldeados por procesos históricos de fragmentacióncomunitaria. Históricamente el pueblo representaba un nodo bien defi-nido en las redes de relaciones sociales y podemos suponer que conta-ba con una identidad comunitaria. Sin embargo, una serie de sucesos enel siglo XX, ligados al control de recursos estratégicos, provocó un proce-so de diferenciación de las redes de relaciones sociales y de identidades.Los ejidatarios de El Mirador siguen compartiendo una identidad y es-tán enlazados en redes de lealtades generadas por una gran variedad devínculos sociales. En cambio, a la hora de la constitución jurídica de lacomunidad indígena, los comuneros contaban con identidades y redesde lealtades diferenciadas, lo que influyó en su organización políticadesde un principio. Explico este punto en mayor detalle a continuación.

El pueblo San Juan Xoconusco y la hacienda colindante de San Bar-tolo ya coexistieron desde el siglo XVI (García Castro 1999, 350; Mondra-gón 1999, 106), y otra hacienda colindante, la de Xoconusco, existíacuando menos a principios del siglo XVIII. En el transcurso del tiempo,el pueblo tuvo numerosos conflictos sobre tierras y aguas con dichas ha-ciendas. Éstas despojaron terrenos del pueblo repetidamente, incluyen-do partes de su fundo legal.

Cuando los vecinos del pueblo solicitaron una restitución de tierrasen el año 1918, aún tenían posesión de aproximadamente 1 750 hectá-reas, pero creían tener derecho a la restitución de 5 437 hectáreas. La ha-cienda ya unida de San Bartolo y Xoconusco, con otro anexo (Galeras),rodeaba al pueblo casi por completo, con la excepción de una pequeñafranja en la parte más lejana y difícil de acceder a los bienes comunales,donde lindaban con tierras de otra comunidad indígena (San AndrésJilotepec, hoy Nicolás Romero). Los bienes comunales restantes eran fo-restales sobre todo, con pequeñas zonas agrícolas. La mayor parte de lospobladores vivían dispersos en el actual barrio El Rincón, mientras queMesas Altas contaba con unas 10 o 20 casas cuando mucho.

Los habitantes de San Juan, incluyendo los de Mesas Altas, actuaronconjuntamente en su solicitud de tierras y otra de aguas y conjuntamen-te sufrieron las consecuencias. La hacienda contrató gente para amena-

Page 15: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 9

AARON J . MART IN

6 8

por su explotación. También se sentían excluidos de los beneficios de losproyectos públicos. La percepción de otredad se arraigó cada vez más.

Con el transcurso del tiempo, la población de Mesas Altas creció yen los cincuenta cumplió los requisitos para convertirse en una jurisdic-ción administrativa independiente de San Juan, con su propio delegadomunicipal. Los habitantes dejaron de participar en la política del puebloSan Juan y se interrelacionaron solamente entre sí para elegir su dele-gado municipal y tomar decisiones sobre Mesas Altas. En la misma dé-cada construyeron una capilla. Mientras que continuaban asistiendo alas misas en la iglesia de San Juan, dejaron de participar en su sistemade cargos. En su lugar, establecieron un sistema de cargos en su propiacapilla. Nombraron a la Virgen de Guadalupe su santa patrona y nega-ban un altar a San Juan, el santo patrón del pueblo. Luego, en los sesen-ta en Mesas Altas se construyó su propia escuela primaria.

Todos estos cambios representan alteraciones en las redes de relacio-nes sociales; los diversos nexos que integraban a la gente de Mesas Altascon los habitantes del resto del antiguo pueblo de San Juan se disolvie-ron, y los habitantes de Mesas Altas interactuaban cada vez más entre sícomo un grupo distinto, estableciendo así un nodo de relaciones cadavez más distinguible. Estos cambios también se presentaron en térmi-nos identitarios. Los habitantes de Mesas Altas desarrollaron una iden-tidad diferenciada a la de San Juan, y en los años setenta algunos habi-tantes propusieron que se cambiara el nombre de la localidad a MesasAltas de Guadalupe en vez de Mesas Altas de Xoconusco, aunque nun-ca se llevó a cabo.

La fragmentación del antiguo pueblo indígena continuó en los se-tenta. Barrio de Arriba de Xoconusco había crecido y también se inde-pendizó jurídicamente de San Juan al constituir su propia jurisdicciónadministrativa con su propio delegado municipal. En Mesas Altas loshabitantes siguieron sintiéndose excluidos del ejido San Juan y de los be-neficios económicos de control sobre tierras y bosques. Solicitaron su pro-pio ejido otra vez y en 1980 recibieron la dotación del ejido El Mirador.

Al mismo tiempo, un residente de Mesas Altas, y un ejidatario deSan Juan empezaron a gestionar la legalización de los bienes comunales.Aunque la gestión inicialmente contaba con el respaldo del ejido, even-tualmente provocó conflictos entre la mayoría de los ejidatarios y los

exclusión se debiera a la carencia de autoridades ejidales de Mesas Altasen ese tiempo, su ubicación más retirada de las tierras ejidales, el hechode que Mesas Altas contaba con tierras agrícolas particulares o la dedi-cación de sus habitantes al trabajo remunerado en la explotación made-rera de la zona. No obstante, la separación fue claramente evidentecuando los vecinos de Mesas Altas solicitaron una dotación de ejidos en1938 independientemente de los habitantes del resto de San Juan. Sinembargo, ya no quedaban tierras afectables y la dotación no procedió.

Durante las siguientes décadas la fragmentación de San Juan se pro-fundizó, a pesar de que varios individuos de Mesas Altas obtuvierontierras ejidales y uno fue elegido comisariado ejidal dos veces en los se-senta. Los individuos que se dedicaban al cultivo de sus tierras ejidales,incluyendo el comisariado mencionado, solían mudarse permanente-mente de Mesas Altas para estar más cerca de sus parcelas. Los habi-tantes de dicho asentamiento reconocieron que esos individuos eran eji-datarios pero también percibieron que ya no eran de Mesas Altas. Almismo tiempo, los habitantes con tierras ejidales quienes quedaban enMesas Altas solían estar marginados del ejido y no ser vistos como eji-datarios. Contaban con parcelas pequeñas y pobres y dedicaban sóloparte de su tiempo a ellas, mientras que seguían cultivando en MesasAltas y resinando en los bienes comunales. Por ende, la participación dealgunos habitantes no cambió la percepción de que Mesas Altas quedóexcluido del ejido, mientras que los ejidatarios eran los otros que vivíanen el valle abajo, en San Juan.

Según el Artículo 144 del Código Agrario vigente en los años cua-renta, la tierra comunal automáticamente quedaba sujeta al ejido cuan-do el gobierno federal daba una dotación a un pueblo indígena. Tantolos ejidatarios como los agentes gubernamentales supusieron que el ar-tículo se aplicaba al caso de San Juan y que sustentaba el control delmonte comunal por parte de la asamblea ejidal. Así, los ejidatarios con-trolaban los contratos para la explotación de madera y la venta de resi-na. Los derechos de monte consiguientes entraban al fondo común eji-dal, y los ejidatarios determinaron su uso. La mayoría de los proyectoselaborados beneficiaron el área central de San Juan. Mesas Altas estabarodeado por el bosque comunal y los habitantes manifestaban que lespertenecía, pero no controlaban los contratos ni los derechos de monte

Page 16: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

6 9

AARON J . MART IN

6 8

por su explotación. También se sentían excluidos de los beneficios de losproyectos públicos. La percepción de otredad se arraigó cada vez más.

Con el transcurso del tiempo, la población de Mesas Altas creció yen los cincuenta cumplió los requisitos para convertirse en una jurisdic-ción administrativa independiente de San Juan, con su propio delegadomunicipal. Los habitantes dejaron de participar en la política del puebloSan Juan y se interrelacionaron solamente entre sí para elegir su dele-gado municipal y tomar decisiones sobre Mesas Altas. En la misma dé-cada construyeron una capilla. Mientras que continuaban asistiendo alas misas en la iglesia de San Juan, dejaron de participar en su sistemade cargos. En su lugar, establecieron un sistema de cargos en su propiacapilla. Nombraron a la Virgen de Guadalupe su santa patrona y nega-ban un altar a San Juan, el santo patrón del pueblo. Luego, en los sesen-ta en Mesas Altas se construyó su propia escuela primaria.

Todos estos cambios representan alteraciones en las redes de relacio-nes sociales; los diversos nexos que integraban a la gente de Mesas Altascon los habitantes del resto del antiguo pueblo de San Juan se disolvie-ron, y los habitantes de Mesas Altas interactuaban cada vez más entre sícomo un grupo distinto, estableciendo así un nodo de relaciones cadavez más distinguible. Estos cambios también se presentaron en térmi-nos identitarios. Los habitantes de Mesas Altas desarrollaron una iden-tidad diferenciada a la de San Juan, y en los años setenta algunos habi-tantes propusieron que se cambiara el nombre de la localidad a MesasAltas de Guadalupe en vez de Mesas Altas de Xoconusco, aunque nun-ca se llevó a cabo.

La fragmentación del antiguo pueblo indígena continuó en los se-tenta. Barrio de Arriba de Xoconusco había crecido y también se inde-pendizó jurídicamente de San Juan al constituir su propia jurisdicciónadministrativa con su propio delegado municipal. En Mesas Altas loshabitantes siguieron sintiéndose excluidos del ejido San Juan y de los be-neficios económicos de control sobre tierras y bosques. Solicitaron su pro-pio ejido otra vez y en 1980 recibieron la dotación del ejido El Mirador.

Al mismo tiempo, un residente de Mesas Altas, y un ejidatario deSan Juan empezaron a gestionar la legalización de los bienes comunales.Aunque la gestión inicialmente contaba con el respaldo del ejido, even-tualmente provocó conflictos entre la mayoría de los ejidatarios y los

exclusión se debiera a la carencia de autoridades ejidales de Mesas Altasen ese tiempo, su ubicación más retirada de las tierras ejidales, el hechode que Mesas Altas contaba con tierras agrícolas particulares o la dedi-cación de sus habitantes al trabajo remunerado en la explotación made-rera de la zona. No obstante, la separación fue claramente evidentecuando los vecinos de Mesas Altas solicitaron una dotación de ejidos en1938 independientemente de los habitantes del resto de San Juan. Sinembargo, ya no quedaban tierras afectables y la dotación no procedió.

Durante las siguientes décadas la fragmentación de San Juan se pro-fundizó, a pesar de que varios individuos de Mesas Altas obtuvierontierras ejidales y uno fue elegido comisariado ejidal dos veces en los se-senta. Los individuos que se dedicaban al cultivo de sus tierras ejidales,incluyendo el comisariado mencionado, solían mudarse permanente-mente de Mesas Altas para estar más cerca de sus parcelas. Los habi-tantes de dicho asentamiento reconocieron que esos individuos eran eji-datarios pero también percibieron que ya no eran de Mesas Altas. Almismo tiempo, los habitantes con tierras ejidales quienes quedaban enMesas Altas solían estar marginados del ejido y no ser vistos como eji-datarios. Contaban con parcelas pequeñas y pobres y dedicaban sóloparte de su tiempo a ellas, mientras que seguían cultivando en MesasAltas y resinando en los bienes comunales. Por ende, la participación dealgunos habitantes no cambió la percepción de que Mesas Altas quedóexcluido del ejido, mientras que los ejidatarios eran los otros que vivíanen el valle abajo, en San Juan.

Según el Artículo 144 del Código Agrario vigente en los años cua-renta, la tierra comunal automáticamente quedaba sujeta al ejido cuan-do el gobierno federal daba una dotación a un pueblo indígena. Tantolos ejidatarios como los agentes gubernamentales supusieron que el ar-tículo se aplicaba al caso de San Juan y que sustentaba el control delmonte comunal por parte de la asamblea ejidal. Así, los ejidatarios con-trolaban los contratos para la explotación de madera y la venta de resi-na. Los derechos de monte consiguientes entraban al fondo común eji-dal, y los ejidatarios determinaron su uso. La mayoría de los proyectoselaborados beneficiaron el área central de San Juan. Mesas Altas estabarodeado por el bosque comunal y los habitantes manifestaban que lespertenecía, pero no controlaban los contratos ni los derechos de monte

Page 17: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 1

AARON J . MART IN

7 0

de decisiones y control de bienes comunes y habían desarrollado identi-dades diferenciadas. Los habitantes de cada localidad sentían que com-partían algo en común que les distinguía de los habitantes de los otrosasentamientos.

La constitución tanto del ejido El Mirador como de la comunidad in-dígena San Juan Xoconusco correspondió primordialmente al deseo porparte de sus solicitantes de controlar recursos naturales con valor eco-nómico, deseo que fue reforzado por décadas de exclusión de los bene-ficios económicos obtenidos por el ejido San Juan a través de su controlde bosques y tierras agrícolas. Sin embargo, cada núcleo agrario se yux-tapuso de manera distinta a la organización social y a las identidadesexistentes. En el caso del ejido El Mirador, los ejidatarios eran de MesasAltas únicamente. Compartían la misma historia, la misma tradiciónproductiva y la misma identidad basada en su exclusión del ejido SanJuan y su dedicación a labores del monte. Eran vecinos y tenían muchosnexos sociales por su participación compartida en la política local deMesas Altas, las obras públicas, el sistema de cargos de la capilla y el sis-tema de agua de riego. Además, existían relaciones de parentesco entreprácticamente todos.

Sus identidades compartidas y nexos sociales en otros ámbitos agre-garon multiples dimensiones a las relaciones entre ejidatarios y gene-raron mayores lealtades. Los ejidatarios se interesaron por los posiblesbeneficios económicos de sus recursos forestales, pero estaban poco dis-puestos a perjudicar sus familiares, vecinos, amigos y compadres parabeneficiarse más en lo personal. Desde un principio han buscado lamanera de mantener igualdad entre todos en la distribución de benefi-cios y responsabilidades. Esta meta ha moldeado los arreglos institucio-nales observados e influye en todas las decisiones colectivas. Los ejida-tarios otorgan gran peso a la toma de decisiones por la asamblea ejidaly minimizan el margen de acción independiente de las autoridades eji-dales para que no tengan oportunidades de obtener beneficios despro-porcionados. Cuando surgen brotes de desigualdad en la distribuciónde beneficios o responsabilidades, sea por una instancia de tala clandes-tina o por la falta de participación en trabajos colectivos, la mayoría delos ejidatarios actúa para pararla y restaurar mayor igualdad.

residentes sin derechos ejidales. Mientras que el comisariado y la asam-blea ejidales pretendieron legalizar los bienes comunales como una am-pliación del ejido, los residentes sin derechos ejidales quisieron que selegalizaran bajo la figura jurídica de una comunidad indígena. Dada suexclusión histórica del ejido, muchos preferían constituir un núcleoagrario independiente. Los dos grupos se pugnaron ante el CuerpoConsultivo Agrario y se amenazaron con violencia. Dicha dependenciafederal eventualmente falló a favor de la titulación de los bienes comu-nales en vez de la ampliación del ejido, y todos los individuos capacita-dos de alguna localidad correspondiente al antiguo pueblo indígena,quienes no contaban con derechos ejidales, tenían derecho a apuntarseen el censo básico. La figura jurídica de la comunidad indígena San JuanXoconusco se constituyó en 1986 mediante la titulación de los bienes co-munales y agrupaba habitantes de tres localidades: Barrio de Arriba,Mesas Altas y San Juan.

En resumidas cuentas, entre 1935 y los ochenta, cuando se crearonlos dos núcleos agrarios examinados por este trabajo, se habían alteradolas redes de relaciones sociales y de lealtades y habían surgido identida-des diferenciadas. Los habitantes de Barrio de Arriba, Mesas Altas y SanJuan compartían una historia (la de provenir del antiguo pueblo de in-dígenas San Juan Xoconusco) y relaciones de parentesco y compadraz-go. Todos usaban la iglesia de San Juan, y dicho pueblo contaba con laúnica escuela secundaria. Además, era el centro comercial con tiendas yun mercado sobre ruedas una vez a la semana.

Sin embargo, las redes de parentesco y compadrazgo eran más den-sas dentro de Mesas Altas o Barrio o San Juan. Cada localidad contabacon un sistema independiente de cargos religiosos, y tenía su propia es-cuela primaria y delegación municipal. Así los habitantes de cada locali-dad se interrelacionaban por separado de las otras localidades respectoal sistema de cargos religiosos, la escuela primaria y todos los asuntosde competencia de las delegaciones municipales: la elección de delega-dos, la resolución de conflictos sobre propiedades agrícolas particularesy la gestión de obras públicas, como los caminos, el agua potable y laelectricidad. A pesar de las relaciones sociales que aún vinculaban loshabitantes de Barrio, Mesas Altas y San Juan más entre sí que con locali-dades aledañas, estaban separados en casi todas las instancias de toma

Page 18: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 1

AARON J . MART IN

7 0

de decisiones y control de bienes comunes y habían desarrollado identi-dades diferenciadas. Los habitantes de cada localidad sentían que com-partían algo en común que les distinguía de los habitantes de los otrosasentamientos.

La constitución tanto del ejido El Mirador como de la comunidad in-dígena San Juan Xoconusco correspondió primordialmente al deseo porparte de sus solicitantes de controlar recursos naturales con valor eco-nómico, deseo que fue reforzado por décadas de exclusión de los bene-ficios económicos obtenidos por el ejido San Juan a través de su controlde bosques y tierras agrícolas. Sin embargo, cada núcleo agrario se yux-tapuso de manera distinta a la organización social y a las identidadesexistentes. En el caso del ejido El Mirador, los ejidatarios eran de MesasAltas únicamente. Compartían la misma historia, la misma tradiciónproductiva y la misma identidad basada en su exclusión del ejido SanJuan y su dedicación a labores del monte. Eran vecinos y tenían muchosnexos sociales por su participación compartida en la política local deMesas Altas, las obras públicas, el sistema de cargos de la capilla y el sis-tema de agua de riego. Además, existían relaciones de parentesco entreprácticamente todos.

Sus identidades compartidas y nexos sociales en otros ámbitos agre-garon multiples dimensiones a las relaciones entre ejidatarios y gene-raron mayores lealtades. Los ejidatarios se interesaron por los posiblesbeneficios económicos de sus recursos forestales, pero estaban poco dis-puestos a perjudicar sus familiares, vecinos, amigos y compadres parabeneficiarse más en lo personal. Desde un principio han buscado lamanera de mantener igualdad entre todos en la distribución de benefi-cios y responsabilidades. Esta meta ha moldeado los arreglos institucio-nales observados e influye en todas las decisiones colectivas. Los ejida-tarios otorgan gran peso a la toma de decisiones por la asamblea ejidaly minimizan el margen de acción independiente de las autoridades eji-dales para que no tengan oportunidades de obtener beneficios despro-porcionados. Cuando surgen brotes de desigualdad en la distribuciónde beneficios o responsabilidades, sea por una instancia de tala clandes-tina o por la falta de participación en trabajos colectivos, la mayoría delos ejidatarios actúa para pararla y restaurar mayor igualdad.

residentes sin derechos ejidales. Mientras que el comisariado y la asam-blea ejidales pretendieron legalizar los bienes comunales como una am-pliación del ejido, los residentes sin derechos ejidales quisieron que selegalizaran bajo la figura jurídica de una comunidad indígena. Dada suexclusión histórica del ejido, muchos preferían constituir un núcleoagrario independiente. Los dos grupos se pugnaron ante el CuerpoConsultivo Agrario y se amenazaron con violencia. Dicha dependenciafederal eventualmente falló a favor de la titulación de los bienes comu-nales en vez de la ampliación del ejido, y todos los individuos capacita-dos de alguna localidad correspondiente al antiguo pueblo indígena,quienes no contaban con derechos ejidales, tenían derecho a apuntarseen el censo básico. La figura jurídica de la comunidad indígena San JuanXoconusco se constituyó en 1986 mediante la titulación de los bienes co-munales y agrupaba habitantes de tres localidades: Barrio de Arriba,Mesas Altas y San Juan.

En resumidas cuentas, entre 1935 y los ochenta, cuando se crearonlos dos núcleos agrarios examinados por este trabajo, se habían alteradolas redes de relaciones sociales y de lealtades y habían surgido identida-des diferenciadas. Los habitantes de Barrio de Arriba, Mesas Altas y SanJuan compartían una historia (la de provenir del antiguo pueblo de in-dígenas San Juan Xoconusco) y relaciones de parentesco y compadraz-go. Todos usaban la iglesia de San Juan, y dicho pueblo contaba con laúnica escuela secundaria. Además, era el centro comercial con tiendas yun mercado sobre ruedas una vez a la semana.

Sin embargo, las redes de parentesco y compadrazgo eran más den-sas dentro de Mesas Altas o Barrio o San Juan. Cada localidad contabacon un sistema independiente de cargos religiosos, y tenía su propia es-cuela primaria y delegación municipal. Así los habitantes de cada locali-dad se interrelacionaban por separado de las otras localidades respectoal sistema de cargos religiosos, la escuela primaria y todos los asuntosde competencia de las delegaciones municipales: la elección de delega-dos, la resolución de conflictos sobre propiedades agrícolas particularesy la gestión de obras públicas, como los caminos, el agua potable y laelectricidad. A pesar de las relaciones sociales que aún vinculaban loshabitantes de Barrio, Mesas Altas y San Juan más entre sí que con locali-dades aledañas, estaban separados en casi todas las instancias de toma

Page 19: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 3

AARON J . MART IN

7 2

En cambio, al titular los bienes comunales de San Juan Xoconusco,los 211 comuneros legalmente reconocidos conformaban una agrupa-ción social nueva, sin paralelos en la organización social, que engloba-ba redes e identidades diferenciadas. Un comunero de Mesas Altas teníapocos vínculos sociales con los de Barrio de Arriba o San Juan y sólo co-nocía algunos por vista. Cada comunero tenía más nexos sociales y ma-yor confianza y lealtad con sus familiares, primero, y, en segundo lugar,con otros de su asentamiento. Además, su identidad de ser comunerosuele tener poco peso relativo a identidades ligadas a sus asentamientosy familias.

Por ende, desde un principio los comuneros estaban organizados enfacciones interesadas en obtener beneficios económicos y sin fuerteslealtades compartidas con otras facciones. Esta situación influyó en losdistintos arreglos institucionales que se desarrollaron en la comunidadindígena. En sus discursos normativos hablan de igualdad, pero en lapráctica los comuneros suelen actuar para maximizar sus intereses per-sonales y faccionales. Entonces, los intereses de las facciones están encompetencia, lo que debilita la asamblea comunal como instancia detoma de decisiones. Los comuneros se organizan detrás de ciertos lí-deres de familias extensas o de asentamientos bajo la premisa que re-cibirán más beneficios si su cabeza alcanza la mesa directiva. En todomomento, conviene a ciertas facciones mantener la debilidad de laasamblea comunal para que sus aliados en la mesa directiva tengan unmayor margen de acción independiente y mayor posibilidad de obtenerbeneficios desproporcionados. Paralelamente, en todo momento otrasfacciones están inconformes con la distribución de beneficios y con eldesempeño de las autoridades comunales y recurren a los discursosnormativos respecto a la igualdad para tratar de efectuar cambio.

Dada la debilidad de la asamblea comunal y el amplio margen deacción de las autoridades comunales, éstas tienen muchas oportunida-des para obtener beneficios personales sea por desviar recursos econó-micos del núcleo agrario, acaparar apoyos gubernamentales, talar clan-destinamente o cobrar a otros para dar su aprovechamiento clandestinola apariencia de legalidad. Sin embargo, para mantener su control sobrelos puestos de autoridad tienen que distribuir beneficios a otros comu-neros para mantener sus bases políticas. Estos beneficios varían. A algu-

nos comuneros pueden regalar unos refrescos o unos cientos de pesos;a otros pueden ofrecer puestos secundarios de autoridad, otorgar dere-chos comunales a sus familiares o facilitar la participación en la talaclandestina. Las elecciones comunales de 1999 ejemplifican este punto.

Cuando se convocó una elección en mayo de 1999, el permiso deaprovechamiento maderable del núcleo agrario estaba bajo suspensiónpor la tala clandestina intensiva que ocurrió en 1997 y 1998. El primercomunero a lanzar su campaña para el comisariado fue un abogado, lla-mado Juan, quien había regresado a San Juan y había recuperado susderechos comunales hacía menos de un año.2 No tenía ningún vínculocon los taladores principales y propuso cambios institucionales signi-ficativos para tratar de frenar la tala clandestina, instituir rendiciones decuentas e implementar mayor transparencia con la información finan-ciera. Adoptó así una postura en conflicto directo con los intereses delos taladores principales. El segundo candidato en lanzarse, llamadoJosé, también representaba una amenaza para ellos. En 1998 había pre-sionado a PROBOSQUE (Protectora de Bosques), la agencia forestal estatal,a frenar la tala clandestina y sancionar a los responsables. Muchos co-muneros creen que su denuncia provocó la suspensión del permiso.

Los pocos comuneros quienes habían controlado los puestos de au-toridad en el pasado y quienes ya se habían convertido en los principa-les taladores clandestinos no quedaron satisfechos con los candidatos.En consecuencia, decidieron aliarse y lanzar una tercera candidatura conla finalidad de derrotar los intentos de derrocarles de sus posiciones deprivilegio. La planilla que formaron exhibe una especie de cuotas de po-der, ya que cada talador principal, o grupito de taladores, recibió unpuesto.

Durante las siguientes semanas emplearon diversas estrategias decampaña. Primeramente, invitaron a otros comuneros a comer o tomarrefresco y cerveza, y según algunos comuneros, distribuyeron dineropara “comprar votos”. Podemos suponer que la convivencia generaconfianza, pero algunos informantes también explicaron que, entre loscomuneros que no tienen fuertes vínculos a un candidato u otro, la dis-

2 Todos los nombres de personas han sido cambiados en este trabajo.

Page 20: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 3

AARON J . MART IN

7 2

En cambio, al titular los bienes comunales de San Juan Xoconusco,los 211 comuneros legalmente reconocidos conformaban una agrupa-ción social nueva, sin paralelos en la organización social, que engloba-ba redes e identidades diferenciadas. Un comunero de Mesas Altas teníapocos vínculos sociales con los de Barrio de Arriba o San Juan y sólo co-nocía algunos por vista. Cada comunero tenía más nexos sociales y ma-yor confianza y lealtad con sus familiares, primero, y, en segundo lugar,con otros de su asentamiento. Además, su identidad de ser comunerosuele tener poco peso relativo a identidades ligadas a sus asentamientosy familias.

Por ende, desde un principio los comuneros estaban organizados enfacciones interesadas en obtener beneficios económicos y sin fuerteslealtades compartidas con otras facciones. Esta situación influyó en losdistintos arreglos institucionales que se desarrollaron en la comunidadindígena. En sus discursos normativos hablan de igualdad, pero en lapráctica los comuneros suelen actuar para maximizar sus intereses per-sonales y faccionales. Entonces, los intereses de las facciones están encompetencia, lo que debilita la asamblea comunal como instancia detoma de decisiones. Los comuneros se organizan detrás de ciertos lí-deres de familias extensas o de asentamientos bajo la premisa que re-cibirán más beneficios si su cabeza alcanza la mesa directiva. En todomomento, conviene a ciertas facciones mantener la debilidad de laasamblea comunal para que sus aliados en la mesa directiva tengan unmayor margen de acción independiente y mayor posibilidad de obtenerbeneficios desproporcionados. Paralelamente, en todo momento otrasfacciones están inconformes con la distribución de beneficios y con eldesempeño de las autoridades comunales y recurren a los discursosnormativos respecto a la igualdad para tratar de efectuar cambio.

Dada la debilidad de la asamblea comunal y el amplio margen deacción de las autoridades comunales, éstas tienen muchas oportunida-des para obtener beneficios personales sea por desviar recursos econó-micos del núcleo agrario, acaparar apoyos gubernamentales, talar clan-destinamente o cobrar a otros para dar su aprovechamiento clandestinola apariencia de legalidad. Sin embargo, para mantener su control sobrelos puestos de autoridad tienen que distribuir beneficios a otros comu-neros para mantener sus bases políticas. Estos beneficios varían. A algu-

nos comuneros pueden regalar unos refrescos o unos cientos de pesos;a otros pueden ofrecer puestos secundarios de autoridad, otorgar dere-chos comunales a sus familiares o facilitar la participación en la talaclandestina. Las elecciones comunales de 1999 ejemplifican este punto.

Cuando se convocó una elección en mayo de 1999, el permiso deaprovechamiento maderable del núcleo agrario estaba bajo suspensiónpor la tala clandestina intensiva que ocurrió en 1997 y 1998. El primercomunero a lanzar su campaña para el comisariado fue un abogado, lla-mado Juan, quien había regresado a San Juan y había recuperado susderechos comunales hacía menos de un año.2 No tenía ningún vínculocon los taladores principales y propuso cambios institucionales signi-ficativos para tratar de frenar la tala clandestina, instituir rendiciones decuentas e implementar mayor transparencia con la información finan-ciera. Adoptó así una postura en conflicto directo con los intereses delos taladores principales. El segundo candidato en lanzarse, llamadoJosé, también representaba una amenaza para ellos. En 1998 había pre-sionado a PROBOSQUE (Protectora de Bosques), la agencia forestal estatal,a frenar la tala clandestina y sancionar a los responsables. Muchos co-muneros creen que su denuncia provocó la suspensión del permiso.

Los pocos comuneros quienes habían controlado los puestos de au-toridad en el pasado y quienes ya se habían convertido en los principa-les taladores clandestinos no quedaron satisfechos con los candidatos.En consecuencia, decidieron aliarse y lanzar una tercera candidatura conla finalidad de derrotar los intentos de derrocarles de sus posiciones deprivilegio. La planilla que formaron exhibe una especie de cuotas de po-der, ya que cada talador principal, o grupito de taladores, recibió unpuesto.

Durante las siguientes semanas emplearon diversas estrategias decampaña. Primeramente, invitaron a otros comuneros a comer o tomarrefresco y cerveza, y según algunos comuneros, distribuyeron dineropara “comprar votos”. Podemos suponer que la convivencia generaconfianza, pero algunos informantes también explicaron que, entre loscomuneros que no tienen fuertes vínculos a un candidato u otro, la dis-

2 Todos los nombres de personas han sido cambiados en este trabajo.

Page 21: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 5

AARON J . MART IN

7 4

veces, “Vámonos a Donato”, donde el candidato a gobernador priístatenía un evento de campaña el mismo día, y los comuneros empezarona salir. La asamblea terminó sin que los otros candidatos pudieran to-mar la palabra para explicar sus ideas.

Poco antes del día de las elecciones, un cuarto candidato (Diego) de-claró su candidatura. Al igual que los primeros dos, manifestaba su in-conformidad con la tala clandestina y la actuación de las pasadas autori-dades comunales. Había encabezado la oposición en una pugna sobre elreparto de utilidades en 1996, alegando una mala distribución de los in-gresos financieros, y en 1997 y 1998 había acusado a las autoridades enlas asambleas comunales por complicidad en la tala clandestina. Ade-más, había liderado un grupo de comuneros que pagó a un vigilante au-tónomo de la documentación de madera.

La planilla de los taladores y autoridades pasadas ganó la eleccióncon 66 votos, mientras que el abogado recibió 48 votos, José 47 y Diego15. A pesar de que la mayoría de los comuneros habían votado por can-didatos de la oposición, los taladores lograron controlar la mesa directi-va y todos los posibles beneficios que esto conlleva. Es decir, a través deuna alianza oportuna, habilidad política, pagos para extender sus redesde complicidad y otras estrategias, lograron mantener el status quo, consus posiciones de privilegio. Los candidatos que manifestaron su incon-formidad con la tala clandestina y con el desempeño de las autoridadescomunales recibieron la mayoría de los votos, pero los dividieron. A pe-sar de su inconformidad compartida, no pudieron formar un frente co-mún para triunfar en las elecciones. Los tres se ubican en diferentes no-dos de las redes de relaciones sociales y no había confianza entre ellos.En consecuencia, cada candidato inconforme con la tala clandestina seopuso no solamente a la planilla del status quo, sino también a los otrosdos candidatos de la oposición porque dudaba de la veracidad de su vo-luntad para efectuar el cambio.

Debemos preguntar porqué la diferenciación identitaria y de lealta-des no han afectado de manera semejante los arreglos institucionalespara el manejo de la resina. Planteo que el manejo de la resina contrastacon el de la madera verde por dos razones principales: diferencias en lastécnicas de apropiación y en los mercados. El aprovechamiento de re-sina requiere un burro y herramientas simples y baratas. Dados estos

tribución de algunos beneficios (refrescos y cervezas) les convence queuna planilla les conviene más. Lo ven como un indicio de mayores be-neficios futuros y de que la planilla está dispuesta a repartirlos.

En segundo lugar, criticaron a los otros candidatos. Dijeron que elabogado no conocía bien los linderos de los bienes comunales, por loque no iba a poder defender los derechos de los comuneros. Además,dada su educación superior iba a poder hacer tranzas fácilmente. Tam-bién criticaron su propuesta de parcelar los bienes comunales porque,según ellos, el reparto de parcelas sería desigual y él, con su educaciónsuperior, acapararía con una parte desproporcionada. En cuanto al se-gundo candidato, recordaron a los otros comuneros de la reputación deél y su familia de ser “rateros”, quienes habían agarrado muchos bene-ficios personales de bienes colectivos. En cambio, declararon que sucandidato, Pedro, era el mejor posicionado, según sus redes políticas ex-tralocales, para lograr la derogación de la suspensión del permiso.

La tercera estrategia era fomentar la debilidad de la asamblea comu-nal para impedir que los otros candidatos se defendieran. Durante laasamblea previa a la elección, el abogado propuso que cada cabeza deplanilla presentara un plan de trabajo para poder aclarar su plataformay hacer un compromiso con la gente. El segundo candidato respaldó laidea, y el primero agregó que también estaba dispuesto a entregar unplan de trabajo por escrito si alguien lo pidiera. Los taladores principa-les inmediatamente actuaron para ahogar la voz de los otros candidatosy hundir la asamblea. Uno tras otro atacó la propuesta del abogado y locriticaron personalmente con cada vez más pasión y volumen. Otro ca-minó a la periferia de los comuneros, gritó sus reclamos y ataques desdeallí y fomentó discusiones de grupitos de comuneros en la periferia.Con gente gritando simultáneamente desde diferentes direcciones ycada vez más comuneros platicando entre sí, los taladores principaleslograron generar una disrupción creciente.

Un observador no informado habría pensado que la asamblea sedesintegró en un caos por sí sola; es decir, por una dinámica grupalfuera del control de los actores individuales. Al contrario, era un caosplaneado y fabricado por ciertos individuos interesados en mantener elstatus quo, fomentar la debilidad de la asamblea y, por ende, socavar asus oponentes. Cuando el caos llegó a su culminación, uno gritó varias

Page 22: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 5

AARON J . MART IN

7 4

veces, “Vámonos a Donato”, donde el candidato a gobernador priístatenía un evento de campaña el mismo día, y los comuneros empezarona salir. La asamblea terminó sin que los otros candidatos pudieran to-mar la palabra para explicar sus ideas.

Poco antes del día de las elecciones, un cuarto candidato (Diego) de-claró su candidatura. Al igual que los primeros dos, manifestaba su in-conformidad con la tala clandestina y la actuación de las pasadas autori-dades comunales. Había encabezado la oposición en una pugna sobre elreparto de utilidades en 1996, alegando una mala distribución de los in-gresos financieros, y en 1997 y 1998 había acusado a las autoridades enlas asambleas comunales por complicidad en la tala clandestina. Ade-más, había liderado un grupo de comuneros que pagó a un vigilante au-tónomo de la documentación de madera.

La planilla de los taladores y autoridades pasadas ganó la eleccióncon 66 votos, mientras que el abogado recibió 48 votos, José 47 y Diego15. A pesar de que la mayoría de los comuneros habían votado por can-didatos de la oposición, los taladores lograron controlar la mesa directi-va y todos los posibles beneficios que esto conlleva. Es decir, a través deuna alianza oportuna, habilidad política, pagos para extender sus redesde complicidad y otras estrategias, lograron mantener el status quo, consus posiciones de privilegio. Los candidatos que manifestaron su incon-formidad con la tala clandestina y con el desempeño de las autoridadescomunales recibieron la mayoría de los votos, pero los dividieron. A pe-sar de su inconformidad compartida, no pudieron formar un frente co-mún para triunfar en las elecciones. Los tres se ubican en diferentes no-dos de las redes de relaciones sociales y no había confianza entre ellos.En consecuencia, cada candidato inconforme con la tala clandestina seopuso no solamente a la planilla del status quo, sino también a los otrosdos candidatos de la oposición porque dudaba de la veracidad de su vo-luntad para efectuar el cambio.

Debemos preguntar porqué la diferenciación identitaria y de lealta-des no han afectado de manera semejante los arreglos institucionalespara el manejo de la resina. Planteo que el manejo de la resina contrastacon el de la madera verde por dos razones principales: diferencias en lastécnicas de apropiación y en los mercados. El aprovechamiento de re-sina requiere un burro y herramientas simples y baratas. Dados estos

tribución de algunos beneficios (refrescos y cervezas) les convence queuna planilla les conviene más. Lo ven como un indicio de mayores be-neficios futuros y de que la planilla está dispuesta a repartirlos.

En segundo lugar, criticaron a los otros candidatos. Dijeron que elabogado no conocía bien los linderos de los bienes comunales, por loque no iba a poder defender los derechos de los comuneros. Además,dada su educación superior iba a poder hacer tranzas fácilmente. Tam-bién criticaron su propuesta de parcelar los bienes comunales porque,según ellos, el reparto de parcelas sería desigual y él, con su educaciónsuperior, acapararía con una parte desproporcionada. En cuanto al se-gundo candidato, recordaron a los otros comuneros de la reputación deél y su familia de ser “rateros”, quienes habían agarrado muchos bene-ficios personales de bienes colectivos. En cambio, declararon que sucandidato, Pedro, era el mejor posicionado, según sus redes políticas ex-tralocales, para lograr la derogación de la suspensión del permiso.

La tercera estrategia era fomentar la debilidad de la asamblea comu-nal para impedir que los otros candidatos se defendieran. Durante laasamblea previa a la elección, el abogado propuso que cada cabeza deplanilla presentara un plan de trabajo para poder aclarar su plataformay hacer un compromiso con la gente. El segundo candidato respaldó laidea, y el primero agregó que también estaba dispuesto a entregar unplan de trabajo por escrito si alguien lo pidiera. Los taladores principa-les inmediatamente actuaron para ahogar la voz de los otros candidatosy hundir la asamblea. Uno tras otro atacó la propuesta del abogado y locriticaron personalmente con cada vez más pasión y volumen. Otro ca-minó a la periferia de los comuneros, gritó sus reclamos y ataques desdeallí y fomentó discusiones de grupitos de comuneros en la periferia.Con gente gritando simultáneamente desde diferentes direcciones ycada vez más comuneros platicando entre sí, los taladores principaleslograron generar una disrupción creciente.

Un observador no informado habría pensado que la asamblea sedesintegró en un caos por sí sola; es decir, por una dinámica grupalfuera del control de los actores individuales. Al contrario, era un caosplaneado y fabricado por ciertos individuos interesados en mantener elstatus quo, fomentar la debilidad de la asamblea y, por ende, socavar asus oponentes. Cuando el caos llegó a su culminación, uno gritó varias

Page 23: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 7

AARON J . MART IN

7 6

compradores potenciales de la madera y los términos que ofrecen sonmuy variables. Las autoridades comunales pueden aprovechar de estaincertidumbre para beneficiarse.

CONCLUSIÓN

En respuesta a la ineficacia de la reserva, el presidente Zedillo imple-mentó cambios mediante otro decreto, emitido en noviembre de 2000(DOF 2000). Dicho decreto amplió la superficie de la reserva más de tresveces, hasta aproximadamente 56 000 hectáreas. Abrió la posibilidad deaprovechamientos de madera muerta y plagada en las zonas núcleo ycontempló pagos a los núcleos agrarios por la pérdida de aprovecha-mientos maderables ya autorizados y por los “servicios ambientales” delas superficies que se localizan en las zonas núcleo. La SEMARNAP tam-bién destinó una suma de aproximadamente 40 millones de pesos en losaños fiscales de 2000 y 2001 a la creación de empleos de protección am-biental, tales como la apertura de brechas cortafuego, la construcción decercado alrededor de áreas de reforestación, la recolección de semillas yla construcción de presas de retención de agua. Al mismo tiempo, el go-bierno federal continúa impulsando el Programa de Desarrollo Regio-nal Sustentable Mariposa Monarca (PRODERS) y, junto con el gobiernocanadiense y los de Michoacán y el Estado de México, sigue financian-do Bosque Modelo Mariposa Monarca, A.C. Ambos programas preten-den crear fuentes alternativas de ingresos que son compatibles con odan incentivos para la protección del bosque.

En suma, todas estas estrategias revelan una premisa que las razo-nes por el deterioro forestal son principalmente económicas. Es decir, latala clandestina y el cambio de uso del suelo resultan de una falta de al-ternativas económicas y se puede lograr la conservación del bosque me-diante la creación de otras fuentes de ingresos. Mejor aún, fuentes de in-gresos que dependen del bienestar del bosque darán incentivos para suprotección.

Sin embargo, el análisis de dos núcleos agrarios de la reserva señalaque las diferencias en su manejo forestal no corresponden primordial-mente a cuestiones económicas. En ambos existen fuertes incentivos

costos menores, el aprovechamiento de manera individual es factible, loque facilita que los productores conozcan las cantidades de su produc-ción.

Además, dada la extensión geográfica y el relieve accidentado de losbienes comunales así como la dispersión geográfica de los diversosasentamientos, no es factible tener un solo recibidor de la resina, a quientodos los resineros entregan su producción. Resulta mucho más conve-niente tener un recibidor en Mesas Altas, otro en Barrio de Arriba y aúnotro en San Juan. El comprador de la resina está dispuesto a recoger laproducción de la comunidad indígnea de tres almacenes en vez de unoy de distribuir los pagos a cada almacén por separado. En consecuencia,la producción resinera se lleva a cabo en tres unidades, cada una organi-zada alrededor de un recibidor. Estas unidades coinciden con las iden-tidades y las redes de lealtades correspondientes a los distintos asenta-mientos. En este sentido, la organización resinera en la comunidad indí-gena parece más al manejo de madera verde en el ejido El Mirador queen la propia comunidad indígena.

Ahora bien, hay un solo comprador de resina en la zona y sus pre-cios son fijos. Son los mismos precios en la comunidad indígena que enel ejido El Mirador y en otros núcleos agrarios cercanos. Esta falta de in-certidumbre sobre los precios de venta en combinación con la informa-ción sobre las cantidades de producción significan que los resineros sa-ben con relativa certeza el valor comercial de su producción. Si el reci-bidor no le paga la cantidad correcta, pueden entregar su producción aotro recibidor, aunque sea un poco menos conveniente. Esta alternativaes particularmente importante en Mesas Altas, donde el ejido El Mira-dor también tiene un recibidor. De nuevo, dada la índole del mercado,no importa si un resinero de la comunidad indígena entrega su produc-ción a un recibidor comunal o ejidal.

En cambio, el aprovechamiento de madera requiere motosierras ygrúas, camiones troceros y la construcción de caminos forestales, lo queimplica considerables costos, un obstáculo para el aprovechamientoindividual. Pero el aprovechamiento colectivo genera mayor incerti-dumbre sobre los volúmenes vendidos, incertidumbre que el transportepor el contratista del monte comunal directamente a su aserradero par-ticular no ayuda a aclarar. Al mismo tiempo, hay un gran número de

Page 24: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 7

AARON J . MART IN

7 6

compradores potenciales de la madera y los términos que ofrecen sonmuy variables. Las autoridades comunales pueden aprovechar de estaincertidumbre para beneficiarse.

CONCLUSIÓN

En respuesta a la ineficacia de la reserva, el presidente Zedillo imple-mentó cambios mediante otro decreto, emitido en noviembre de 2000(DOF 2000). Dicho decreto amplió la superficie de la reserva más de tresveces, hasta aproximadamente 56 000 hectáreas. Abrió la posibilidad deaprovechamientos de madera muerta y plagada en las zonas núcleo ycontempló pagos a los núcleos agrarios por la pérdida de aprovecha-mientos maderables ya autorizados y por los “servicios ambientales” delas superficies que se localizan en las zonas núcleo. La SEMARNAP tam-bién destinó una suma de aproximadamente 40 millones de pesos en losaños fiscales de 2000 y 2001 a la creación de empleos de protección am-biental, tales como la apertura de brechas cortafuego, la construcción decercado alrededor de áreas de reforestación, la recolección de semillas yla construcción de presas de retención de agua. Al mismo tiempo, el go-bierno federal continúa impulsando el Programa de Desarrollo Regio-nal Sustentable Mariposa Monarca (PRODERS) y, junto con el gobiernocanadiense y los de Michoacán y el Estado de México, sigue financian-do Bosque Modelo Mariposa Monarca, A.C. Ambos programas preten-den crear fuentes alternativas de ingresos que son compatibles con odan incentivos para la protección del bosque.

En suma, todas estas estrategias revelan una premisa que las razo-nes por el deterioro forestal son principalmente económicas. Es decir, latala clandestina y el cambio de uso del suelo resultan de una falta de al-ternativas económicas y se puede lograr la conservación del bosque me-diante la creación de otras fuentes de ingresos. Mejor aún, fuentes de in-gresos que dependen del bienestar del bosque darán incentivos para suprotección.

Sin embargo, el análisis de dos núcleos agrarios de la reserva señalaque las diferencias en su manejo forestal no corresponden primordial-mente a cuestiones económicas. En ambos existen fuertes incentivos

costos menores, el aprovechamiento de manera individual es factible, loque facilita que los productores conozcan las cantidades de su produc-ción.

Además, dada la extensión geográfica y el relieve accidentado de losbienes comunales así como la dispersión geográfica de los diversosasentamientos, no es factible tener un solo recibidor de la resina, a quientodos los resineros entregan su producción. Resulta mucho más conve-niente tener un recibidor en Mesas Altas, otro en Barrio de Arriba y aúnotro en San Juan. El comprador de la resina está dispuesto a recoger laproducción de la comunidad indígnea de tres almacenes en vez de unoy de distribuir los pagos a cada almacén por separado. En consecuencia,la producción resinera se lleva a cabo en tres unidades, cada una organi-zada alrededor de un recibidor. Estas unidades coinciden con las iden-tidades y las redes de lealtades correspondientes a los distintos asenta-mientos. En este sentido, la organización resinera en la comunidad indí-gena parece más al manejo de madera verde en el ejido El Mirador queen la propia comunidad indígena.

Ahora bien, hay un solo comprador de resina en la zona y sus pre-cios son fijos. Son los mismos precios en la comunidad indígena que enel ejido El Mirador y en otros núcleos agrarios cercanos. Esta falta de in-certidumbre sobre los precios de venta en combinación con la informa-ción sobre las cantidades de producción significan que los resineros sa-ben con relativa certeza el valor comercial de su producción. Si el reci-bidor no le paga la cantidad correcta, pueden entregar su producción aotro recibidor, aunque sea un poco menos conveniente. Esta alternativaes particularmente importante en Mesas Altas, donde el ejido El Mira-dor también tiene un recibidor. De nuevo, dada la índole del mercado,no importa si un resinero de la comunidad indígena entrega su produc-ción a un recibidor comunal o ejidal.

En cambio, el aprovechamiento de madera requiere motosierras ygrúas, camiones troceros y la construcción de caminos forestales, lo queimplica considerables costos, un obstáculo para el aprovechamientoindividual. Pero el aprovechamiento colectivo genera mayor incerti-dumbre sobre los volúmenes vendidos, incertidumbre que el transportepor el contratista del monte comunal directamente a su aserradero par-ticular no ayuda a aclarar. Al mismo tiempo, hay un gran número de

Page 25: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 9

AARON J . MART IN

7 8

También he señalado que el desarrollo de los arreglos institucionalespara el manejo de distintos recursos están influidos por factores geográ-ficos, demográficos y el mercado por los productos. Dadas las diferen-cias en las técnicas de apropiación y en el mercado por la resina, las au-toridades comunales cuentan con menos oportunidades para obtenerbeneficios desproporcionados. Además, dichas diferencias provocanque las mismas identidades y lealtades en la comunidad indígena en-tren en juego de manera distinta.

En conclusión, mis observaciones sobre el manejo forestal ponen enduda el supuesto que se puede lograr la conservación del bosque y elmanejo sustentable de recursos forestales solamente a través de reglasrestriccionistas y estímulos económicos. También ponen en duda la fac-tibilidad o la facilidad de otra estrategia frecuentemente mencionada, lade institution building, el desarrollo de nuevas instituciones comunita-rias vistas como más adecuadas para un manejo sostenible de los recur-sos. Esta estrategia, ligada a los planteamientos de Ostrom, suele igno-rar que los arreglos institucionales existentes en los núcleos agrariostienen raíces profundas. La modificación de los arreglos institucionalesno es una simple cuestión de proponer e implementar nuevos mecanis-mos de toma de decisiones, de resolución de conflictos y de vigilanciacomo si los usufructuarios operaran en un vacío social e histórico, aisla-dos de otros actores y procesos sociales. Al contrario, operan en un es-pacio social y un campo de relaciones sociales históricamente construi-dos; la organización social, procesos históricos, actores de fuera de la co-lectividad de usufructuarios y procesos sociales más amplios tienenconsiderable peso en el desarrollo de sus arreglos institucionales einfluirán mucho en los intentos de cambiarlos. En un caso como el de lacomunidad indígena San Juan Xoconusco, las identidades y lealtadesdiferenciadas en la colectividad moldearán instituciones nuevamenteimpulsadas al igual que moldearon las estructuras de la asamblea co-munal y la mesa directiva impuesta por el gobierno federal para titularlos bienes comunales.

económicos para talar clandestinamente, los cuales no desapareceráncon los estímulos económicos del gobierno. No obstante, sus experien-cias con dicha actividad ilícita son marcadamente diferentes. Estas di-ferencias coinciden con divergencias observadas en sus arreglos insti-tucionales y, a su vez, dichas divergencias se deben a las relacionesdistintas de los núcleos agrarios con redes de relaciones sociales, leal-tades e identidades. Hay incentivo económico para talar clandestina-mente en el ejido El Mirador, pero las ocurrencias de dicha actividadson pocas porque los usufructuarios están enlazados por sus lealtadesmutuas. Sus nexos sociales van mucho más allá del manejo forestal, ysus interrelaciones en otros ámbitos influyen en sus arreglos institucio-nales y su manejo forestal. Crean mayores obstáculos para actuar conoportunidad, obteniendo mayores beneficios personales a cambio deperjudicar a los demás.

En cambio la tala clandestina y otro comportamiento oportunistaocurren con más frecuencia en la comunidad indígena San Juan Xoco-nusco. Las identidades comunitarias y las redes de relaciones sociales yde lealtades están diferenciadas entre la totalidad de sus integrantes.Cada comunero comparte multiples nexos sociales con algunos, sobretodo sus familiares y vecinos, pero su relación con otros es unidimen-sional; se limita al manejo de los recursos. Además, aunque se conside-ra comunero, esta identidad es marginal comparada con otras identi-dades de localidad o de familia. En resumidas cuentas, la organizaciónsocial y una jerarquía de identidades comunitarias en la comunidad in-dígena generan y refuerzan lealtades y solidaridades faccionales en vezde comunales. Los comuneros compiten para obtener mayores benefi-cios económicos de los recursos que comparten.

Como he mostrado en este trabajo, las identidades comunitarias, lasredes de lealtades y las de relaciones sociales son históricamente cons-truidas. Además, su construcción ocurre dentro de procesos más am-plios, como los de la formación del Estado. Las relaciones conflictivasentre el antiguo pueblo indígena San Juan y las haciendas colindantes,la creación de los núcleos agrarios, la diferenciación de acceso a tierrasy aguas, y la fragmentación administrativa del pueblo están fuertemen-te ligadas a grandes transformaciones del Estado entre la época colonial,el siglo XIX y la Revolución.

Page 26: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

7 9

AARON J . MART IN

7 8

También he señalado que el desarrollo de los arreglos institucionalespara el manejo de distintos recursos están influidos por factores geográ-ficos, demográficos y el mercado por los productos. Dadas las diferen-cias en las técnicas de apropiación y en el mercado por la resina, las au-toridades comunales cuentan con menos oportunidades para obtenerbeneficios desproporcionados. Además, dichas diferencias provocanque las mismas identidades y lealtades en la comunidad indígena en-tren en juego de manera distinta.

En conclusión, mis observaciones sobre el manejo forestal ponen enduda el supuesto que se puede lograr la conservación del bosque y elmanejo sustentable de recursos forestales solamente a través de reglasrestriccionistas y estímulos económicos. También ponen en duda la fac-tibilidad o la facilidad de otra estrategia frecuentemente mencionada, lade institution building, el desarrollo de nuevas instituciones comunita-rias vistas como más adecuadas para un manejo sostenible de los recur-sos. Esta estrategia, ligada a los planteamientos de Ostrom, suele igno-rar que los arreglos institucionales existentes en los núcleos agrariostienen raíces profundas. La modificación de los arreglos institucionalesno es una simple cuestión de proponer e implementar nuevos mecanis-mos de toma de decisiones, de resolución de conflictos y de vigilanciacomo si los usufructuarios operaran en un vacío social e histórico, aisla-dos de otros actores y procesos sociales. Al contrario, operan en un es-pacio social y un campo de relaciones sociales históricamente construi-dos; la organización social, procesos históricos, actores de fuera de la co-lectividad de usufructuarios y procesos sociales más amplios tienenconsiderable peso en el desarrollo de sus arreglos institucionales einfluirán mucho en los intentos de cambiarlos. En un caso como el de lacomunidad indígena San Juan Xoconusco, las identidades y lealtadesdiferenciadas en la colectividad moldearán instituciones nuevamenteimpulsadas al igual que moldearon las estructuras de la asamblea co-munal y la mesa directiva impuesta por el gobierno federal para titularlos bienes comunales.

económicos para talar clandestinamente, los cuales no desapareceráncon los estímulos económicos del gobierno. No obstante, sus experien-cias con dicha actividad ilícita son marcadamente diferentes. Estas di-ferencias coinciden con divergencias observadas en sus arreglos insti-tucionales y, a su vez, dichas divergencias se deben a las relacionesdistintas de los núcleos agrarios con redes de relaciones sociales, leal-tades e identidades. Hay incentivo económico para talar clandestina-mente en el ejido El Mirador, pero las ocurrencias de dicha actividadson pocas porque los usufructuarios están enlazados por sus lealtadesmutuas. Sus nexos sociales van mucho más allá del manejo forestal, ysus interrelaciones en otros ámbitos influyen en sus arreglos institucio-nales y su manejo forestal. Crean mayores obstáculos para actuar conoportunidad, obteniendo mayores beneficios personales a cambio deperjudicar a los demás.

En cambio la tala clandestina y otro comportamiento oportunistaocurren con más frecuencia en la comunidad indígena San Juan Xoco-nusco. Las identidades comunitarias y las redes de relaciones sociales yde lealtades están diferenciadas entre la totalidad de sus integrantes.Cada comunero comparte multiples nexos sociales con algunos, sobretodo sus familiares y vecinos, pero su relación con otros es unidimen-sional; se limita al manejo de los recursos. Además, aunque se conside-ra comunero, esta identidad es marginal comparada con otras identi-dades de localidad o de familia. En resumidas cuentas, la organizaciónsocial y una jerarquía de identidades comunitarias en la comunidad in-dígena generan y refuerzan lealtades y solidaridades faccionales en vezde comunales. Los comuneros compiten para obtener mayores benefi-cios económicos de los recursos que comparten.

Como he mostrado en este trabajo, las identidades comunitarias, lasredes de lealtades y las de relaciones sociales son históricamente cons-truidas. Además, su construcción ocurre dentro de procesos más am-plios, como los de la formación del Estado. Las relaciones conflictivasentre el antiguo pueblo indígena San Juan y las haciendas colindantes,la creación de los núcleos agrarios, la diferenciación de acceso a tierrasy aguas, y la fragmentación administrativa del pueblo están fuertemen-te ligadas a grandes transformaciones del Estado entre la época colonial,el siglo XIX y la Revolución.

Page 27: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

8 1

AARON J . MART IN

8 0

Quellet y Martha Judith Sánchez (coord.), El Ropaje de la Tierra: Naturaleza ycultura en cinco zonas rurales, México, Editorial Plaza y Valdez y el Institutode Investigaciones Sociales de la UNAM, 1996.

MCALLISTER, Heidi Margrit, Quetzalpapalotl: La mariposa sagrada., Metepec, PRO-BOSQUE, 1992.

MCKEAN, Margaret y Elinor OSTROM, “Common property regimes in the forest:just a relic from the past?”, Unasylva, vol. 46, núm 180, 1995.

MERINO, Leticia y Gerardo ALATORRE, “Las condiciones de los aprovechamien-tos forestales en los casos de distintas comunidades en México”, en LeticiaMerino (coord.), El manejo forestal comunitario en México y sus perspectivas desustentabilidad, Cuernavaca, UNAM, SEMARNAP, el Consejo Mexicano para laSilvicultura Sostenible y World Resources Institute, 1997.

MERINO, Leticia, “Condiciones de la tenencia de la tierra y el control de los re-cursos naturales” en Leticia Merino (coord.), La Reserva Especial de la BiosferaMariposa Monarca: Problemática y Perspectivas, México, El Colegio de México,tomo I, 1996.

MERINO PÉREZ, Leticia y Patricia Gerez Fernández, “Situación de la conserva-ción de la mariposa monarca en México”, informe para la Comisión de Coo-peración Ambiental de Norteamérica, México, Consejo Civil Mexicano parala Silvicultura Sostenible, 1996.

MONDRAGÓN, Justino Antonio, Donato Guerra: Monografía Municipal, Toluca, Ins-tituto Mexiquense de la Cultura, 1999.

ORLANDI, Lorraine, “Mexico Seeks To Save Monarch Butterfly Habitat”, TheNews (Reuters), el 14 de septiembre, p. 14, 2000.

OSTROM, Elinor, “Self-governance and Forest Resources”, Bloomington,Indiana, Workshop in Political Theory and Policy Analysis, Center for theStudy of Institutions, Population, and Environmental Change, IndianaUniversity, 1998.

––––, Governing the Commons: The evolution of institutions for collective action, NewYork, Cambridge University Press, 1990.

PERÉZ U., Matilde, “Pérdida, la mitad del santuario de las mariposas monarca”,en La Jornada, 13 de septiembre, p. 45, 2000.

Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Estrategia Integralpara el Desarrollo Sustentable de la Región de la Mariposa Monarca: Una Propues-ta para Discusión, México, 1997.

BIBLIOGRAFÍA

BROWER, Lincoln P., “Revisión a los mitos de Jurgen Hoth”, en Ciencias (Revistade la Facultad de las Ciencias de la UNAM), México, UNAM, núm. 39, pp. 50-51, 1995.

CHAPELA, Gonzalo, “Degradación y conservación de los recursos naturales depropiedad común: la región de la mariposa monarca”, presentado en el Ta-ller de Análisis sobre el Deterioro de los Recursos Forestales y el CambioInstitucional en el Campo en México, organizado por PROFEPA y Coord. Hu-manidades de la UNAM, México, el 11 y 12 de febrero, 1999.

DE LA MAZA ELVIRA, Roberto G., “La monarca del vuelo”, en Ciencias (Revista de laFacultad de las Ciencias de la UNAM), México, UNAM, núm 37, pp. 4-18, 1995.

Diario Oficial de la Federación, “Decreto por el que se declara área natural prote-gida, con el carácter de reserva de la biosfera, la región denominada Mari-posa Monarca, ubicada en los municipios de Temascalcingo, San Felipe delProgreso, Donato Guerra y Villa de Allende en el Estado de México, asícomo en los municipios de Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitá-cuaro y Aporo en el Estado de Michoacán, con una superficie total de56,259-05-07.275 hectáreas”, el 10 de noviembre, 2000.

Diario Oficial de la Federación, “Decreto por el que por razones de orden públicoe interés social, se declara áreas naturales protegidas para los fines de la mi-gración, invernación y reproducción de la mariposa Monarca, así como desus condiciones ambientales la superficie de 16,110-14-50 hectáreas ubica-das en los municipios que se indican pertenecientes a los Estados de Mi-choacán y del Estado de México”, el 9 de octubre, 1986.

GARCÍA CASTRO, René, Indios, territorio y poder en la provincia Matlatzinca: La nego-ciación del espacio político de los pueblos otomianos, siglos XV-XVII, México,CIESAS, INAH y El Colegio Mexiquense, 1999.

HARDIN, GARRETT, “The Tragedy of the Commons”, en Science, núm 162, pp.1243-48, 1968.

Instituto Nacional de Ecología, Dirección de la Reserva de la Biosfera MariposaMonarca, Programa de manejo de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca.Morelia, enero, 2001.

MARTÍNEZ, Estela B., “La ‘visibilidad social’ del problema ambiental en la reser-va de la mariposa monarca (Danaus plexippus L.) en México”, en Luisa Paré

Page 28: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

E L MANE JO FORES TA L CONTRAS TANTE

8 1

AARON J . MART IN

8 0

Quellet y Martha Judith Sánchez (coord.), El Ropaje de la Tierra: Naturaleza ycultura en cinco zonas rurales, México, Editorial Plaza y Valdez y el Institutode Investigaciones Sociales de la UNAM, 1996.

MCALLISTER, Heidi Margrit, Quetzalpapalotl: La mariposa sagrada., Metepec, PRO-BOSQUE, 1992.

MCKEAN, Margaret y Elinor OSTROM, “Common property regimes in the forest:just a relic from the past?”, Unasylva, vol. 46, núm 180, 1995.

MERINO, Leticia y Gerardo ALATORRE, “Las condiciones de los aprovechamien-tos forestales en los casos de distintas comunidades en México”, en LeticiaMerino (coord.), El manejo forestal comunitario en México y sus perspectivas desustentabilidad, Cuernavaca, UNAM, SEMARNAP, el Consejo Mexicano para laSilvicultura Sostenible y World Resources Institute, 1997.

MERINO, Leticia, “Condiciones de la tenencia de la tierra y el control de los re-cursos naturales” en Leticia Merino (coord.), La Reserva Especial de la BiosferaMariposa Monarca: Problemática y Perspectivas, México, El Colegio de México,tomo I, 1996.

MERINO PÉREZ, Leticia y Patricia Gerez Fernández, “Situación de la conserva-ción de la mariposa monarca en México”, informe para la Comisión de Coo-peración Ambiental de Norteamérica, México, Consejo Civil Mexicano parala Silvicultura Sostenible, 1996.

MONDRAGÓN, Justino Antonio, Donato Guerra: Monografía Municipal, Toluca, Ins-tituto Mexiquense de la Cultura, 1999.

ORLANDI, Lorraine, “Mexico Seeks To Save Monarch Butterfly Habitat”, TheNews (Reuters), el 14 de septiembre, p. 14, 2000.

OSTROM, Elinor, “Self-governance and Forest Resources”, Bloomington,Indiana, Workshop in Political Theory and Policy Analysis, Center for theStudy of Institutions, Population, and Environmental Change, IndianaUniversity, 1998.

––––, Governing the Commons: The evolution of institutions for collective action, NewYork, Cambridge University Press, 1990.

PERÉZ U., Matilde, “Pérdida, la mitad del santuario de las mariposas monarca”,en La Jornada, 13 de septiembre, p. 45, 2000.

Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Estrategia Integralpara el Desarrollo Sustentable de la Región de la Mariposa Monarca: Una Propues-ta para Discusión, México, 1997.

BIBLIOGRAFÍA

BROWER, Lincoln P., “Revisión a los mitos de Jurgen Hoth”, en Ciencias (Revistade la Facultad de las Ciencias de la UNAM), México, UNAM, núm. 39, pp. 50-51, 1995.

CHAPELA, Gonzalo, “Degradación y conservación de los recursos naturales depropiedad común: la región de la mariposa monarca”, presentado en el Ta-ller de Análisis sobre el Deterioro de los Recursos Forestales y el CambioInstitucional en el Campo en México, organizado por PROFEPA y Coord. Hu-manidades de la UNAM, México, el 11 y 12 de febrero, 1999.

DE LA MAZA ELVIRA, Roberto G., “La monarca del vuelo”, en Ciencias (Revista de laFacultad de las Ciencias de la UNAM), México, UNAM, núm 37, pp. 4-18, 1995.

Diario Oficial de la Federación, “Decreto por el que se declara área natural prote-gida, con el carácter de reserva de la biosfera, la región denominada Mari-posa Monarca, ubicada en los municipios de Temascalcingo, San Felipe delProgreso, Donato Guerra y Villa de Allende en el Estado de México, asícomo en los municipios de Contepec, Senguio, Angangueo, Ocampo, Zitá-cuaro y Aporo en el Estado de Michoacán, con una superficie total de56,259-05-07.275 hectáreas”, el 10 de noviembre, 2000.

Diario Oficial de la Federación, “Decreto por el que por razones de orden públicoe interés social, se declara áreas naturales protegidas para los fines de la mi-gración, invernación y reproducción de la mariposa Monarca, así como desus condiciones ambientales la superficie de 16,110-14-50 hectáreas ubica-das en los municipios que se indican pertenecientes a los Estados de Mi-choacán y del Estado de México”, el 9 de octubre, 1986.

GARCÍA CASTRO, René, Indios, territorio y poder en la provincia Matlatzinca: La nego-ciación del espacio político de los pueblos otomianos, siglos XV-XVII, México,CIESAS, INAH y El Colegio Mexiquense, 1999.

HARDIN, GARRETT, “The Tragedy of the Commons”, en Science, núm 162, pp.1243-48, 1968.

Instituto Nacional de Ecología, Dirección de la Reserva de la Biosfera MariposaMonarca, Programa de manejo de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca.Morelia, enero, 2001.

MARTÍNEZ, Estela B., “La ‘visibilidad social’ del problema ambiental en la reser-va de la mariposa monarca (Danaus plexippus L.) en México”, en Luisa Paré

Page 29: EL MANEJO FORES T - El Colegio de Michoacán€¦ · EL MANEJO FORESTAL CONTRASTANTE 57 MAPA: Municipios de la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca. AARON J. MARTIN 56 comunales de

AARON J . MART IN

8 2

SIGALA PÁEZ, Pascual, Coordinador General de la Alianza de Ejidos y Comuni-dades de la Reserva de la Mariposa Monarca, comunicación personal, Zitá-cuaro, Michoacán, 1999.

SNOOK, Laura K., “Conservación del bosque”, en Ciencias (Revista de la Facul-tad de las Ciencias de la UNAM), México, UNAM, núm. 40, pp. 50-51, 1995.

◆ ◆ ◆