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    ISEGORA. Revista de Filosofa Moral y PolticaN. 53, julio-diciembre, 2015, 661-677, ISSN: 1130-2097

    doi: 10.3989/isegoria.2015.053.11

    El monolingismo del husped*

    The Monolinguism of the hostMIRIAM JERADE

    University of Pennsylvania

    661[Recibido: diciembre 2013 / Aceptado: febrero 2015]

    RESUMEN. En una nota a pie de pgina de suElmonolingismo del otro (publicado original-mente en francs en 1996), Derrida presenta unareflexin sobre la lengua que denomina el mo-nolingismo del husped. Este monolingismodel otro se contrapone a la nocin de lengua ma-terna que haba propuesto Hannah Arendt. El

    presente artculo pretende ahondar en ese mo-nolingismo del husped tomando como puntode partida el concepto derridiano de idioma ysu reflexin sobre el acto de traducir. Buscamosdemostrar cmo las ideas de Derrida puedenservir para repensar la relacin entre lengua yhospitalidad, nocin esta crucial dentro del con-cepto del monolingismo del otro.

    Palabras clave: Derrida; hospitalidad; lengua ma-terna; polticas de la lengua; traduccin; Arendt.

    ABSTRACT. In a footnote to Derridas Mono-lingualism of the Other(originally published inFrench in 1996), the French philosopher in-troduces his concept of monolingualism of theguest. Derridas monolingualism of the guestrevises the notion of mother tongue as distinc-tively described by Hannah Arendt. In this ar-

    ticle, I will investigate Derridas monolin-gualism of the guest by relying on his notionof idiom and on his thinking about transla-tion. My aim will be to demonstrate how Der-ridas ideas can help exploring the relation-ship between language and hospitality, a keyconcept embedded in his concept of mono-lingualism of the guest.

    Key words: Derrida; Hospitality; Mother Ton-gue; politics of language; translation; Arendt.

    A Marc Crpon, quien me ense a pen-

    sar la violencia del lenguaje y su promesa

    En una larga nota a pie de pgina en Elmonolingismo del otro o la prtesis del

    origen (1996), Derrida expone la refle-

    xin de cinco filsofos judos en torno a lalengua: Rosenzweig, Scholem, Arendt,Adorno y Levinas, y seala que esto po-dra ser el tema de un estudio sobre los ju-dos en el siglo XX, sobre la lengua ma-terna y la lengua del otro, cuyo ttulo msambicioso sera El monolingismo del

    c

    * Este trabajo se realiz gracias a una beca postdoctoral del Conacyt y a la hospitalidad del De-partamento de Humanidades de la UAM-Cuajimalpa.

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    husped. Dicho estudio, precisa Derrida,sera de tipo histrico y socioantropol-

    gico. Este prefacio podra ser una extensareflexin en torno al lenguaje por pensa-dores que experimentaron condiciones deexilio y desarraigo. Sin embargo, a lolargo del texto, Derrida desarrolla una re-flexin poltica sobre la lengua que re-sume en una frase: Toda cultura se insti-tuye por la imposicin unilateral de algunapoltica de la lengua1.

    El monolingismo del husped secircunscribe primeramente a la reflexinde Franz Rosenzweig sobre el hecho deque las comunidades judas se habanvisto confrontadas a una relacin ambi-gua con la cultura de las naciones endonde habitaban, pues la lengua hebreahabra permanecido como una lengua deoracin, una lengua sagrada y no una len-gua de uso comn. Esto oblig a las co-

    munidades judas a adoptar la lengua delos pases donde se asentaron. A finalesdel siglo XVIII, algunos pases europeosconcedieron a los judos la nacionalidad2,siempre acompaada de una exigenciade asimilacin, al tiempo que estaba enboga la nocin de lengua materna comoexpresin de la singularidad de un pue-blo3. Derrida se refiere expresamente a

    las pginas de La estrella de la reden-cin4 donde Rosenzweig escribe que elpueblo judo el pueblo eterno, eshusped de la lengua del lugar a dondeemigra:

    [el pueblo eterno] habla en todas partesla lengua de sus destinos exteriores, lalengua del pueblo con el que residecomo husped (bei dem es etwa zuGaste wohnt) [] nunca posee esa len-gua debido a su pertenencia a la misma

    sangre sino, siempre, como la lengua deinmigrantes llegados de todas partes: el

    judeoespaol [dzudezmo] en losBalcanes y el tatsch [otro nombre delyiddish] en Europa del este son sim-plemente los casos ms conocidos en laactualidad. En tanto que todos los otrospueblos, por consiguiente, se identifi-can con su lengua propia y sta se de-seca en sus labios el da en que dejan deser pueblo, el pueblo judo ya no seidentifica nunca enteramente con lalengua que habla (wchst das jdischeVolk mit den Sprachen, die es spricht,

    nie mehr ganz zusammen).5

    Rosenzweig se refiere enLa estrellade la redencin a una experiencia de hos-pitalidad no slo nacional o territorialsino lingstica, pues segn l, el puebloeterno no se identifica con la lengua

    que habla sino que habla una lengua deinmigrantes llegados de todas partes.En algunos casos no slo adopta una len-gua sino que crea un idioma a partir deesa lengua de adopcin y del hebreo porejemplo, el yiddish que se construye apartir del alemn y las lenguas eslvicaso el ladino a partir del espaol antiguo.Este texto publicado en 1921, a pesar de

    haber sido escrito sin que su autor si-quiera imaginara que el hebreo se con-vertira en una lengua nacional, da pie aDerrida a pensar la relacin entre la len-gua como parte de la construccin de laidentidad (personal, comunitaria o na-cional) y la hospitalidad. Derrida retomaprincipalmente de Rosenzweig la ideade una relacin con la lengua que no estbasada en la pertenencia o en la identifi-cacin.

    Miriam Jerade

    ISEGORA, N. 53, julio-diciembre, 2015, 661-677, ISSN: 1130-2097doi: 10.3989/isegoria.2015.053.11

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    El monolingismo del otro es contem-porneo a los textos de Derrida sobre la

    hospitalidad:Adis a Emmanuel LevinasyDe la hospitalidad. Ambos se publicanen 1997, slo un ao despus queEl mo-nolingismo del otro, y en Canallas(2003), Derrida vuelve a la cuestin de lahospitalidad desde el punto de vista de lasoberana. La hospitalidad es un temaesencial de la filosofa de Derrida, ya quepermite la articulacin entre la tica y lapoltica, no sin ponerlas en entredicho, yaque una comunidad cultural o lingstica,una nacin, ponen necesariamente en sus-penso el principio de la hospitalidad paraproteger un en casa, garantizar lo propioy la propiedad.6

    Ahora bien, el monolingismo delhusped podra leerse como una posibili-dad distinta de habitar la lengua dentro delo que Derrida llama el monolingismo

    del otro, que no es una defensa del pluri-lingismo, sino una confesin sobre lacomplejidad de la condicin de la relacinde todo sujeto con la lengua. Derrida de-fine de la siguiente manera:

    Soy monolinge. Mi monolingismomora en m y lo llamo mi morada;[]Ese monolingismo, para m, soyyo.[] Me constituye, me dicta hasta

    la ipsidadde todo, me prescribe, tam-bin, una soledad monacal, como si es-tuviera comprometido por unos votosanteriores incluso a que aprendiese ahablar.7

    La lengua nos constituye. Slo a travsde ella podemos describirnos, dirigirnos alotro e inventar posibilidades polticas. Asi-mismo, nuestra singularidad depende de lalengua, de su cuerpo. Esto da lugar a la pa-

    radoja del monolinge, es decir, a la rela-cin de todo individuo con la lengua que

    Derrida describe en los siguientes trmi-nos: S, no tengo ms que una lengua;ahora bien, no es la ma.8 Estamos en lalengua como dentro de un elemento, diceDerrida, y aqu se encuentra el punto cen-tral de su argumento: este elemento no esnatural. La lengua nos precede, nos cons-tituye y, sin embargo, dice Derrida, estalengua no es ma. Esta ltima afirmacinrevela la dimensin poltica deEl mono-lingismo del otro, ya que toda construc-cin identitaria se mantiene a partir de unfantasma de la pertenencia y exige unaapropiacin de la lengua y de sus normas.La violencia est siempre ligada a la cues-tin de la identidad y de la identificacin,a aquello que nos constrie de maneranormativa, a la formacin incluso de esenosotros; pero tambin a las represen-

    taciones que los otros se hacen de nos-otros, a aquello que los otros nos exigenque seamos, y esto ltimo siempre pasa atravs de la lengua como criterio de iden-tificacin.

    El presente ensayo se divide en tressecciones que desarrollan algunas intui-ciones de la nota al pie de pgina antesmencionada. En un primer momento ana-

    lizaremos la condicin del monolingesegn la presenta Derrida enEl monolin-gismo del otro, y la idea de cultura comouna imposicin unilateral de una polticade la lengua. En un segundo momentoahondaremos en la crtica que hace De-rrida a Arendt a propsito del estatuto dela lengua materna, concepto ya de por scargado ideolgicamente que exalta elmonolingismo a partir de una naturali-zacin de la lengua y de supuestos lazos

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    originarios en una comunidad nacional.En un tercer momento ahondaremos en

    lo que podra significar el monolingismodel husped dentro de la condicin del sermonolinge, y la reflexin sobre la hospi-talidad en la lengua a partir de las nocio-nes de idioma y de traduccin.

    1. Monolingismo y colonialismo

    El monolingismo del otro es el texto en elque Derrida habla de manera ms espec-fica sobre la condicin del sujeto en rela-cin con la lengua. ste es quizs el textoms autobiogrfico de Derrida, y en ldesarrolla extensamente su relacin con lalengua francesa.9 En dicha obra, Derridada testimonio de una situacin histrica yde una realidad colonial: los judos de Ar-gelia haban obtenido la ciudadana fran-cesa por el decreto Crmieux en 187010.

    En esta comunidad, el francs, lengua dela metrpoli, era la lengua de uso, la solalengua hablada pues, segn explica De-rrida, no hablaban rabe desde haca dosgeneraciones ni tampoco conocan el be-rebere. Asimismo, haban perdido toda re-lacin con la cultura juda y con el hebreo:no haba ninguna lengua interna a la co-munidad como lo haba sido el yiddish

    para los judos de Europa Central o el la-dino para otras comunidades sefarades.El anlisis de Derrida se cifra sobre

    todo en una excepcin, pues entre 1940 y1943, bajo el mandato de Vichy11, la ciu-dadana les fue retirada a los judos deArgelia. Esta excepcin puso en evidenciala disociacin y el desarraigo de dicha co-munidad, incapaz de reconocerse en unalengua nacional o comunitaria. Derridaexpone cmo esta excepcin devel de

    sobremanera la precariedad y el artificiode la nacionalidad12 que, como la lengua,

    siempre borra su historia en una preten-dida naturalizacin..Derrida sostiene que dicha comunidad

    haba sido disociada por tres restriccio-nes a manera de trauma a la vez estruc-turante y desestructurante con sus efectospsquicos y polticos: primeramente delrabe, una decisin de estado que se tra-dujo en un programa escolar, ms bien undispositivo pedaggico dice Derrida, unaprohibicin que no era tal, un encamina-miento basado en juicios axiolgicos si-lenciosos, algo que no era alentado por elsistema13. Y, sin embargo, haba tambinuna estrategia geopoltica en no ensear lalengua de los vecinos, una gerencia de lacercana o el alejamiento entre los distin-tos grupos14.

    La segunda restriccin es en relacin a

    la lengua francesa como lengua de la me-trpoli15. Recordemos que El monolin-gismo del otro fue redactado para un en-cuentro en Louisiana alrededor del temade la francofona, en donde Derrida insis-ti no slo en analizar lo que significa serfranco-magreb, sino en demostrarle aAbdelkebir Khatibi que l es el msfranco-magreb puesto que tuvo y perdi

    la ciudadana francesa. Por un lado, De-rrida se refiere a una historia singular, alhecho particular de los judos de Argeliade ser magrebes, tener nacionalidad fran-cesa y haber perdido la nacionalidad du-rante ciertos aos, pero sobre todo, De-rrida busca subrayar que el silencio deese guin no pacifica ni apacigua nada,ningn tormento, ninguna tortura. Nuncahar callar su memoria.16 Ese silencio seimpone tambin sobre la narracin de las

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    historias minsculas. El poder colonialpasa tambin por una agencia pedaggica;

    cortados por un continente, Francia y Eu-ropa eran un polo distante a pesar de queen la escuela su propia historia era su-plantada por la historia de Francia.17

    Pero, sobre todo, la lengua francesa, comolo subraya Marc Crpon, era la lenguamaterna de otros, ella no conduca a unnosotros sino a un ellos (aqullos dela metrpoli)18.

    Esta triple denegacin (la lengua y lacultura rabe, la lengua y la cultura fran-cesa y la memoria juda) responda comohemos ya sealado, a un programa geo-poltico: Triple disociacin de aquelloque, sin embargo, hay que seguir desig-nando, por una ficcin cuyo simulacro ycrueldad son aqu nuestro tema, como lamisma comunidad, en el mismo pas, lamisma repblica, tres departamentos del

    mismo Estado-Nacin.19 y, justamenteel Estado Nacin se sostiene en una ciertaontologa de la lengua como polo identi-ficador de un pueblo y, a su vez, promulgala idea de una identidad de la lengua con-sigo misma, de su correccin hablada o es-crita contra las aberraciones idiomticas.Derrida confiesa haber estado marcadopor esta situacin: Tal habra sido, en

    todo caso, la incultura radical de la que sinduda jams sal.20

    Dicha situacin colonial llevar a De-rrida a refutar dos supuestos centrales so-bre la lengua que estn en el corazn delproyecto de la deconstruccin como de-nuncia de todo etnocentrismo y de todapoltica de la hegemona: 1. Que la lengua,principalmente la lengua materna, es unapropiedad natural y que ella asegura laidentidad y la pertenencia a una comuni-

    dad. 2. Que la lengua es homognea y co-mn a sus hablantes, que existe algo como

    la unidentidad de la lengua. Ambas pre-posiciones o suposiciones se resuelven enuna paradoja: S, no tengo ms que unalengua; ahora bien, no es la ma. Estaparadoja tomar la forma de una ley a par-tir de una antinomia, que Derrida enunciacon dos proposiciones contradictorias:

    1. Nunca se habla ms que una solalengua, o ms bien un solo idioma

    2. Nunca se habla una sola lengua, oms bien no hay idioma puro21

    No es cuestin de plurilingismo o bi-lingismo, sino de la relacin de todo ha-blante con la lengua y de la pluralidad enel seno de una misma lengua. La primeraproposicin se refiere a la posibilidad dedecir yo: el lenguaje nos constituye, ocomo lo expresa Derrida: [] no puedo

    recusarlo ms que al atestiguar su omni-presencia en m. Me habr precedidodesde siempre. Soy yo. Ese monolin-gismo, para m, soy yo22. Esto no signi-fica concebir la lengua materna como unacualidad natural borrando todo lo que enella proviene de la ley, sino ms bien, com-prender que la ipseidad el s mismo de-pende de la alteridad de la lengua.

    La segunda proposicin subraya lapluralidad en el seno de una misma len-gua: para hablar una lengua, es necesarioque sta no sea una o que sea ms de una.El ms de un idioma, as como la rela-cin del poder para instaurar la unidenti-dad de la lengua: el monolingismo im-puesto por el otro tiende, reprimible eirreprimiblemente, a reducir las lenguas alUno, es decir, a la hegemona de lo ho-mogneo.23

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    Estas dos proposiciones explican tam-bin lo que Derrida llama el monolin-

    gismo del otro, pues la ley de la lenguaobliga a una apropiacin aparentementeautnoma, mientras que la esencia de todaley, as como la de toda lengua, es que pro-vienen del otro:

    El monolingismo del otro sera en pri-mer lugar esa soberana, esa ley lle-gada de otra parte, sin duda, pero tam-bin y en principio la lengua misma dela Ley. Y la Ley como Lengua. Su ex-periencia sera aparentemente aut-noma, porque debo hablar esta ley yaduearme de ella para entenderlacomo si me la diera a m mismo; perosigue siendo necesariamente as loquiere, en el fondo, la esencia de todaley heternoma.24

    Una de las mayores exigencias de ha-

    blar una lengua es obliterar su dimensininstitucional: puesto que la lengua no esun bien natural, su apropiacin requiereredoblar la violencia. Derrida apunta: Mihiptesis es que nunca hay apropiacin oreapropiacin absoluta. Dado que no haypropiedad natural de la lengua, sta no dalugar ms que a la furia apropiadora, alos celos sin apropiacin.25 La posibilidad

    de deconstruir la relacin del singular a lalengua es posible puesto que reside en unaconstruccin, o como escribe Derrida: unproceso no natural de construcciones po-ltico-fantasmticas26. Son estas cons-trucciones justamente las que dan lugar ala furia apropiadora.

    Uno de los elementos ms relevantesde este texto, si bien no lo hace menos pro-blemtico, es que Derrida hace de su con-dicin singular la de ser un judo franco-

    magreb una estructura universal27. De-rrida problematiza la singularidad del tes-

    timonio y la generalidad del lenguaje:Qu pasa cuando alguien llega a descri-bir una situacin presuntamente singu-lar, la ma por ejemplo, a describirla dandotestimonio de ella en unos trminos que lasuperan, en un lenguaje cuya generalidadasume un valor en cierta forma estructural,universal, trascendental u ontolgico?28.El problema de la singularidad tambinatraviesa la cuestin de la hospitalidad,como veremos, sobre todo en la nocin deidioma como una manera singular de fir-mar en la lengua. Por otra parte y, en tr-minos polticos, lo universal sera la es-tructura colonial de la lengua ligada a esailusin de propiedad. Cito El monolin-gismo del otro:

    Porque no es propia del amo, no poseecomo propio, naturalmente, lo que no

    obstante llama su lengua; porque, no im-porta qu quiera o haga, no puede man-tener con ella relaciones de propiedad oidentidad naturales, nacionales, cong-nitas, ontolgicas; porque slo puedeacreditar y decir esta apropiacin en elcurso de un proceso no natural de cons-trucciones poltico-fantasmticas; por-que la lengua no es su bien natural, por

    eso mismo, histricamente puede, a tra-vs de la violacin de una usurpacincultural vale decir, siempre de esenciacolonial, fingir que se apropia de ellapara imponerla como la suya.29

    Esta esencia colonial y la construc-cin de la lengua como propiedad permi-tirn a Derrida pensar la hospitalidad, porun lado, a partir de la violencia de estasconstrucciones poltico-fantasmticas de

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    la lengua como bien natural; por el otro, encuanto a la relacin del singular a la len-

    gua y su posibilidad de marcarla sin apro-pirsela. La primera invita a problematizarla naturaleza de lo que comnmente sellama la lengua materna; la segunda guiara Derrida hacia la cuestin de la hospita-lidad en el idioma y la traduccin.

    2. La lengua materna y la naturaleza

    de la ley

    En esa larga nota delMonolingismo delotro a la que anteriormente hemos hechoreferencia, Derrida expone la postura dedos filsofos judeo-alemanes sobre la len-gua alemana: Hannah Arendt y TheodorW. Adorno. Ambos haban huido hacialos Estados Unidos durante el nazismo yse vieron confrontados a la necesidad deaprender ingls. Arendt permaneci en

    Estados Unidos, mientras que Adorno re-gres a Alemania una vez terminada laguerra, en parte para escribir y publicar,aunque siempre critic toda auto-celebra-cin del alemn como lengua privilegiadao como afirmacin de una esencia colec-tiva o narcisismo colectivo.30 Arendt,por su parte, si bien permaneci en Esta-dos Unidos y escribi sus obras de teora

    poltica en ingls, pareca significar unarraigo casi metafsico a la lengua ma-terna, como lo expres en una entrevistacon Gnter Gaus en 1964 en la televisinalemana31. Cuando Gaus le pregunt:qu es lo que queda y qu es lo que seha ido? refirindose a la Alemania pre-hi-tleriana, Arendt respondi: qu queda?:queda la lengua. Inclusive agreg quehaba tenido que hacer distancia del fran-cs o del ingls para mantener cierto lazo

    con el alemn, la lengua materna en lacual recuerda poemas y a cuya permanen-

    cia califica con un siempre. Sin em-bargo, intempestivamente Arendt se vioinvadida por el ingls para decir que la po-esa en lengua materna is in the back ofmy mind, como si desde algn lugar pro-fundo de su mente el multilingismo vi-niera a echar por tierra el argumento.

    Derrida comenta: No haba para ellaningn recurso, ni en la lengua sagrada nien un nuevo idioma como el yiddish, sinoun apego indesarraigable a una lengua ma-terna nica, el alemn.32 Las declaracionesde Arendt sobre la lengua materna conlle-van una dimensin no slo metafsica sinopoltica segn Derrida, sobre todo cuandoniega que la lengua materna pueda enlo-quecer. Cito la entrevista con Gaus: Medeca: qu hacer? Pese a todo no es la len-gua alemana la que se volvi loca! Y en se-

    gundo lugar: nada puede reemplazar a lalengua materna 33. Llama la atencin estadenegacin de la locura y este arraigo a lalengua materna por parte de la terica po-ltica que tanto haba escrito sobre la pro-paganda y la ideologa, y por otro lado,sorprende tambin la afirmacin de loirremplazable de la lengua materna.

    Derrida contestar a la primera, ah

    donde Arendt se aferra no slo a la lenguamaterna, sino al sentido comn:[] en s misma una lengua pueda vol-verse loca, incluso convertirse en una lo-cura, la locura misma, el lugar de la lo-cura, la locura en la ley. Arendt no puedeo no quiere pensar esta aberracin: paraque los sujetos de una lengua se vol-vieran locos, perversos o diablicos,enfermos de un mal radical, verdadera-mente fue preciso que la lengua tuviera

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    algo que ver [] verdaderamente tieneque suceder que el ciudadano hablante

    se vuelva loco en una lengua loca, en laque las mismas palabras pierdan o per-viertan su sentido presuntamente co-mn. Y no se comprender en absolutoalgo como el nazismo si se excluye del, junto con la lengua y el lenguaje,todo lo que es inseparable de ellos: no esuna nada, sino casi todo.

    Derrida concluye diciendo que de otromodo, no se entendera en absoluto algocomo el nazismo o, como escribe en Po-tique et politique du tmoignage, loseventos de los cuales la lengua alemanahabra sido justamente un testigo privile-giado34. Derrida niega que se pueda diso-ciar la lengua de los eventos polticos, noslo de manera psicolgica para una con-ciencia subjetiva, como lo ejemplifica

    Arendt cuando en la entrevista habla deciertos casos de judos que por un shockpsicolgico olvidaron su lengua materna(Arendt precisa que puede ser una repre-sin debido al trastorno que les caus ha-ber escuchado hablar sobre Auschwitz).Decir que hay una relacin entre el dis-curso poltico y la lengua es aceptar queella no es un instrumento de comunica-

    cin; es reconocer una agencia de la vio-lencia poltica en la lengua. Justo as lohizo el fillogo Victor Klemperer35 en susdiarios, en los que fue tomando nota de loscambios que sufra el alemn y de unatendencia del discurso poltico a vaciar allenguaje de sus matices. Paul Celan dijoen elDiscurso con motivo del premio de laciudad de Bremen, en1958: S, la lenguano se perdi a pesar de todo. Pero tuvo quepasar entonces a travs de la propia falta

    de respuesta, a travs de un terrible en-mudecimiento, pasar a travs de las ml-

    tiples tinieblas del discurso mortfero.36

    Celan contradice el Siempre de Arendt,la respuesta que ella da a Gaus cuando lepregunta si inclusive la lengua permaneceen los momentos ms amargos. No obs-tante, como lo muestra Marc Crpon,Arendt contesta de algn modo que la len-gua y la cultura estn necesariamente re-lacionadas a una comunidad poltica, aligual que critica la confusin de registroscuando se sostiene que una emotividadhacia la lengua crea una solidaridad conun destino poltico. Eso es ya poner encuestin la idea de lengua materna.37

    No obstante, al hablar de los casos depersonas que pierden la lengua materna,Arendt supone no slo un corte con la len-gua sino con el pensar, arguyendo que sibien dichas personas logran tener un mejor

    dominio de la lengua extranjera, enuncianun clich tras otro aquello justamente quems le reclamar Arendt a Eichmann du-rante el juicio en Jerusaln38. Segn Arendt,con la prdida de la lengua materna hay uncorte con la productividad de la lengua,como si el pensar profundo estuviese unidoesencialmente a la lengua materna.

    Es importante recordar la nocin de len-

    gua materna que aparece a finales del sigloXVIII: se distingue del trmino latino lingua

    materna que se utilizaba para referirse a las

    lenguas vernculas, pues conlleva una carga

    ms emocional e ideolgica. Pensadores

    como Herder, Lessing, Schleiermacher o

    Humboldt sostenan que uno puede nica-

    mente pensar, sentir y expresarse propia-

    mente en su lengua materna. La nocin de

    lengua materna fue fundamental para la

    construccin del Estado-Nacin como un

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    espacio homogneo y dio lugar a las polti-

    cas monolinges39 de las cuales da testimo-

    nio Derrida enEl monolingismo del otro.Ahora bien, la nocin de lo materno en la

    lengua da una idea de un origen natural, pri-

    mario a diferencia del padre, se sabe na-

    turalmente quin es la madre. La lengua

    materna responde tambin a una nueva con-

    formacin de la familia y de la madre bur-

    guesa, as como de la sociedad y el Estado40.

    La lengua materna, adems de tener uncontenido emocional e ideolgico de iden-tidad nacional, hace pasar a la lenguacomo una facultad natural. Pero entonces,si sta es natural, cmo explicar la exis-tencia de las instituciones que se dedicana la enseanza de la lengua? Por qu laexigencia de apropiarse de aquello quesupuestamente es natural? Cmo enten-der los discursos pedaggicos sobre elbuen uso de la lengua, que no son menos

    polticos? De alguna manera, como lo ex-presa Marc Crpon, al hablar una lenguaextranjera o inclusive al escribirla com-prendemos mejor la dimensin contractualde toda lengua41. Esto explica tambin elsubttulo de la obra de Derrida: La pr-tesis del origen, pues si bien la lenguamaterna tiende a pensarse como un ele-mento natural, la prtesis es de origen.El

    monolingismo del otro recuerda entoncesuno de los movimientos principales de ladeconstruccin, pues decir que la lenguano es nunca idntica a s misma y el he-cho de que ella sea una construccin ins-titucional hace referencia a la decons-truccin del origen, al reconocimiento delas prtesis que llevan a criticar la nocinde la violencia como la violacin o lausurpacin de la pureza original. De al-guna manera, la deconstruccin es siem-

    pre la demostracin de una contamina-cin y una desmitificacin de la idea de un

    origen puro o simple, perdido en algnmomento de la historia. Esto contradice laidea de la lengua materna como un medionatural, en el cual el sujeto estara en casa,y que da lugar a tantos movimientos deapropiacin y de salvaguardia.

    Arendt reafirma la lengua materna, esdecir, una lengua a la cual se le otorgauna virtud de originariedad escribe De-rrida, esa lengua sigue siendo la esencialtima del suelo, la fundacin del sentido,la inalienable propiedad que uno trans-porta consigo.42 A la postura de Arendt,Derrida contrapone la experiencia de Le-vinas, para quien el francs no fue unalengua materna sino una lengua de adop-cin. Derrida menciona que Levinas en al-guna ocasin dijo que la lengua francesaera para l un suelo; pero en este caso, el

    suelo no es un fundamento identitario, nitiene el sentido de un lugar seguro o sa-grado, de la sacralidad de la raz. De-rrida recuerda que para Levinas la esen-cia del lenguaje es amistad yhospitalidad. Por un lado, Levinas hacedel vocativo la esencia del lenguaje, esdecir, la posibilidad de dirigirse al otro, deser interpelados, de responder. Por otro

    lado, Levinas hace del s mismo (la ipsei-dad) el lugar de la hospitalidad como al-teridad y apertura. En este sentido, Derridaretoma la hospitalidad como una respuestaa la locura del sentirse en casa o de tenera la lengua como propiedad natural:

    Este discurso sobre lo insensato nosaproxima a una energa de la locura quebien podra estar ligada a la esencia de lahospitalidad como esencia de la casa pro-pia, esencia del ser uno mismo o de la ip-

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    seidad como estar en la propia casa. Perotambin como lo que identifica la Ley con

    la lengua materna, la arraiga o la inscribeen ella, en todo caso.43

    3. Traduccin y hospitalidad

    En El monolingismo del otro, Derridaahonda sobre el hecho de dominar unalengua, dado que nuestra identidad de-pende de la posibilidad de describirnos apartir de la lengua que nos precede y nosdicta ciertas normas. Asimismo, la lenguanos integra en una comunidad lingstica,define un nosotros. Este nosotros quese abroga una lengua como propiedad dalugar a todo tipo de furias apropiadoras.Derrida dar dos respuestas que apuntan ala hospitalidad: por un lado, el idiomacomo la posibilidad del singular de firmaren la lengua, por otro, la traduccin.

    El primer autor en la lista de El mono-lingismo del husped es Franz Rosenz-weig, quien enLa estrella de la redencincomplica la relacin de un nosotros a lalengua, pues sostiene que para el puebloeterno, tanto la tierra como la lengua sonsantas. Es decir: no se relaciona con ellascomo propiedades, de ah que Derrida citelas pginas donde Rosenzweig habla de

    Abraham y de una historia que no comienzapor la autoctona, pues subraya que el padrede Israel era un inmigrante.44 Derrida ponenfasis en el hecho al que se refiere Ro-senzweig de hablar una lengua en tanto quehusped: El pueblo eterno ha perdido sulengua propia (seine eigene Sprache verlo-ren hat), habla en todas partes la lengua desus destinos exteriores, la lengua del pueblocon el que reside como husped (bei dem esetwa zu Gaste wohnt). El pueblo eterno

    habla la lengua del pueblo en el que residecomo husped. La cuestin se complica

    cuando la lengua se convierte en un factorde identificacin nacional, y por ende enuna frontera cultural. No tengo registro desi Rosenzweig conoca los escritos de Ri-chard Wagner sobre la cuestin juda, perolas frases de Rosenzweig parecen invertir elsentido antisemita de El judasmo en lamsica, de 1850, en el que Wagner intentaargumentar por qu el judo no puede hacercreaciones artsticas. El compositor da comorazn el hecho de que el judo est escindidode la lengua materna o, al menos del ge-nio de esa lengua:

    En primer lugar, el hecho de que el judosolo hable las lenguas Europeas moder-nas como lenguas aprendidas y no comouna lengua materna, debe en general im-pedirle toda facultad de expresarse encada una de ellas conforme a su genio

    con originalidad y personalidad. Unalengua, as como su facultad de expre-sin, no es la obra de individuos, sino deuna comunidad histrica [] Pero el ju-do se mantena fuera de tal comunidad,solo con su Jehov, en una raza y en unatribu dispersa y desarraigada, a la quetoda evolucin deba serle negada y cuyalengua particular (el hebreo) deba que-

    dar en una lengua muerta. Hasta aqusiempre fue imposible, an para los msgrandes genios, hacer obra de verdaderopoeta en una lengua extranjera; por otraparte, toda nuestra civilizacin y todonuestro arte europeo han quedado para eljudo una lengua extranjera []45

    Si la condicin de errante y la no-iden-tificacin con la lengua hacen segn Ro-senzweig la singularidad del pueblo eterno,

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    para Wagner dan pie a la exclusin de los ju-dos de la identidad nacional e inclusive de

    la civilizacin europea que permanecerapara ellos, como la lengua, extranjera. Loque le interesa a Derrida del texto de Ro-senzweig es sealar la extranjera en la len-gua, a la que denominar idioma (lidiome)como esa desapropiacin de la lengua detoda ideologa nacionalista y de toda emo-tividad patritica, tanto la que hace el yid-dish del alemn como la que hace por ejem-plo Celan a partir del genio idiomtico delalemn o inclusive Derrida en el francs.46

    El idioma como una ruptura con la lenguanacional, como un desarraigo segn lodefine enEl monolingismo del otro:

    La ruptura con la tradicin, el desarraigo,la inaccesibilidad de las historias, la am-nesia, la indescifrabilidad, etctera, todoesto desencadena la pulsin genealgica,el deseo del idioma, el movimiento com-

    pulsivo hacia la anamnesis, el amor des-tructor de la interdiccin.47

    El idioma se convierte en una lenguaimpropia tanto por la pertenencia comopor la correccin o la pureza que hacefrente a la lengua de la cultura oficial,tambin para dar lugar al testimonio deesas historias ntimas o inaccesibles. De

    ah que hacia el final delMonolingismodel otro, Derrida exhorte al idioma:[] inventa por lo tanto en tu lengua sipuedes o quieres entender la ma, in-venta si puedes o quieres hacer enten-der mi lengua como la tuya, all dondeel acontecimiento de su prosodia nosucede ms que una vez en su hogar,all mismo donde su en su hogar mo-lesta a los cohabitantes, los conciuda-danos, los compatriotas []48

    Quizs aquello que desapropia a la len-gua de toda conmocin nacionalista o pa-

    tritica, lo que justamente molesta a los co-habitantes y a los conciudadanos, es lo quepermite un acontecimiento en la lengua queda lugar tanto a la singularidad como aldilogo. Pero, qu es lo que molesta a losconciudadanos, a los compatriotas? Adorno,por ejemplo, haba percibido un rechazo alas palabras extranjeras [Fremdwrtern] quehaban sido un blanco de ataque en Alema-nia y que, justamente le haban reprochadoal mismo Adorno. Los extranjerismos comoaquellos elementos lingsticos que no ha-ban sido bien asimilados49 y que enMinimaMoralia relaciona con la condicin de losjudos: Fremdwrter sind die Juden derSprache50, los extranjerismos son los ju-dos de la lengua. La insercin de un cuerpoextrao irrumpe las convenciones de la len-gua materna. En aras de la reflexin sobre

    el monolingismo del husped, podramosconcluir que an si Adorno vuelve a Ale-mania para sentir una naturalidad con lalengua, para recobrar cierta seguridad delmonolingismo, hay una desapropiacin dela lengua atravesada por la alteridad idio-mtica que le puede otorgar el uso de pala-bras extranjeras.

    El nacionalismo lingstico y el re-

    chazo hacia las palabras extranjeras noson exclusivos de la historia europea. En-contramos un paralelo en Luis Cabreracuando habla de la necesidad de tender ala unificacin del idioma espaol en M-xico, sobre todo entre la poblacin ind-gena, para lograr una unidad nacional:

    Es un hecho que el nico idioma quepuede tener pretensiones de generali-dad en la Repblica Mexicana es elidioma espaol. Debe, por consi-

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    guiente, tenderse a la unificacin delidioma entre las clases indgenas.

    Son contrarios a la unificacin de la Pa-tria todos esos snobismos acadmicosque pretenden la conservacin y an lapurificacin de los idiomas indgenas,que como lenguas muertas pudieran te-ner un inters histrico y arqueolgico,pero que como lenguas vivas son barre-ras tnicas. Debemos escoger el espaolcomo lengua nica y convertir a ella atoda nuestra poblacin indgena.51

    La idea de Cabrera hace eco a la pro-blemtica del monolingismo en Derrida, sibien no bajo la forma de colonialismo ni deuna lengua materna, sino de una forzadaunidad lingstica a partir de dispositivospedaggicos. Cabrera ahonda adems en loque l considera un peligro: Existe otropeligro ms para la unificacin de la lengua

    en la actualidad y es la propagacin del in-gls, que se ha introducido ya en casi todoel elemento criollo.52 No es casualidadque el nacionalismo lingstico se expresebajo la retrica del peligro en un esfuerzode unificacin, instrumentalizacin y ho-mogenizacin de la lengua en un proyectonacional. Contra esto ltimo se erigira elmonolingismo del husped.

    Hay otro elemento del monolingismodel husped que se relaciona con la tra-duccin. Derrida cuenta en la nota a pie depgina antes citada que, como hemosvisto, da pie a diversas reflexiones sobre lalengua, que un da Gershom Scholem enJerusaln se acerc a Martin Buber, quienhiciera junto con Rosenzweig una nuevatraduccin de la Biblia al alemn para de-volverle a la traduccin de Lutero el sen-tido que sta habra anquilosado o, segn

    Rosenzweig, para darle cabida a la lenguahebrea53. Scholem le coment a Buber que

    esa traduccin era ya un Gastgeschenk, unagradecimiento por la hospitalidad reci-bida, ya que los judos para quienes habanemprendido esa traduccin ya no estaban,y sus hijos que escaparon de la catstrofeya no hablaban alemn. Scholem hablainclusive de un cenotafio, y Derrida es-cribe en un tono casi melanclico:

    Una traduccin de la Biblia como pie-dra sepulcral, una piedra sepulcral enlugar de un don del husped o un ob-sequio de hospitalidad (Gastgeschenk),una cripta funeraria para agradecer poruna lengua, la tumba de un poema enmemoria de una lengua dada, unatumba que engloba tantas otras[]54

    Ese obsequio de hospitalidad es uncenotafio de esa comunidad judeo-ale-

    mana que, como deca Celan, cav sutumba en el cielo. Pero a su vez, habraque preguntarse si toda traduccin no esen cierta manera un regalo de hospitali-dad, por un lado como la traduccin de laBiblia que efectuaron Rosenzweig y Bu-ber para abrir el texto a nuevas posibili-dades de escucha, para una especie delector providencial, pero tambin la tra-

    duccin como promesa de apertura hete-rolgica en la lengua: la promesa delidioma. Derrida escribe en El monolin-gismo del otro: El milagro de la tra-duccin no se produce todos los das.55

    Hacia el final de El monolingismodel otro, Derrida habla de la traduccin ab-soluta como la condicin de ese monolin-ge ejemplar y que, como subraya Ben-nington56, pretende ser un resumen delargumento del libro:

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    Resumamos. El monolinge del que ha-blo habla una lengua de la que estpri-

    vado. El francs no es la suya. Debido aque est por lo tanto privado de toda len-gua y ya no tiene otro recurso ni elrabe, ni el berebere, ni el hebreo, ni nin-guna de las lenguas que habran habladolos ancestros, [] se ve arrojado en latraduccin absoluta, una traduccin sinpolos de referencia, sin lengua originaria,sin lengua de partida. No hay para lms que lenguas de llegada []57

    Si bien la idea de una traduccin sinlengua de partida parecera completa-mente absurda, esta figura sera otro nom-bre del idioma con un contenido de pro-mesa que hara, a mi parecer, ese saltohacia el monolingismo del husped, ha-cia la hospitalidad de la lengua y en la len-gua. Derrida escribe:

    Inventada para la genealoga de lo queno sucedi y de la cual habr estado au-sente el acontecimiento, tras dejar slohuellas negativas de s mismo en lo quehace la historia, tal preprimera lengua[lengua de preestreno] no existe. Ni si-quiera es un prefacio, un foreword, unalengua de origen perdido. No puede serms que una lengua de llegada o ms bien

    de porvenir, una frase prometida, una len-gua del otro, adems, pero muy otra que lalengua del otro como lengua del amo o delcolono, aunque a veces las dos puedanproclamar entre ellas, alimentndolas ensecreto o guardndolas en reserva, tantassemejanzas perturbadoras.58

    Por un lado, esta preprimera lengua(avant premire langue) est cortada detodo origen, de toda ilusin mtica de looriginario, de lo materno; por otro lado,

    esta lengua de llegada es una lengua pro-metida, es una lengua del otro, no como len-

    gua del amo o del colono, sino como elofrecimiento del idioma, la singularidad enla lengua como un Gastgeschenk. No obs-tante, apunta Derrida, el idioma puede siem-pre querer reconvertirse en la lengua delamo a partir de una decisin poltica. Es porello que el monolingismo del husped,como idioma y traduccin, debe habitar se-gn Derrida en una zona fuera de la ley,fuera de las normas. La preprimera lenguaque no es una lengua originaria tampoco esuna lengua dada, sino una lengua porvenirque est relacionada con la escritura:

    []unazona fuera de la ley, el enclaveclivado de una referencia apenas audibleo legible a esa muy otrapreprimera len-gua, a ese grado cero menos uno de la es-critura que deja su marca fantasmagricaen la susodicha monolengua. Hay all

    adems un fenmeno singular de tra-duccin. Traduccin de una lengua quetodava no existe y que no habr existidonunca, en una lengua de llegada dada.

    Esta zona fuera de la ley deja una marca

    en la lengua, es un fenmeno de traduccin que

    inventa en la lengua para ofrecerla al otro, para

    desapropiarla y prometerla. Si bien, como lo

    expresa Marc Crpon, esta promesa debe dis-tinguirse de la redencin que representa en mu-

    chos casos la sacralizacin de la lengua ma-

    terna59. Ms bien, esa preprimera lengua mar-

    ca de manera fantasmagrica a la monolengua,

    le imprime una extraeza, permite hacer de la

    cultura el lugar de la hospitalidad.

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    1 Derrida, J, El monolingismo del otro,Manantial, Buenos Aires, 1997, p.53.

    2 En 1871 Francia le otorg la ciudadanaa los judos y ms tarde lo hicieron los dems

    pases europeos.3 Sobre la lengua materna ver el artculo de

    Marc Crpon: La langue sans communaut.Amry, Adorno, Arendt et la langue materne-lle, Rue Descartes, n26, diciembre 1999,

    pp.117-140. Y sobre todo la obra de YaseminYildiz, Beyond the mother tongue, the pos-tmonolingual condition, NY, Fordham Uni-versity Press, 2011.

    4 Vanse a este respecto los pasajes queRosenzweig consagra a la lengua sagrada, enel primer libro (el fuego o la vida eterna) dela tercera parte deLa estrella de la redencin.Rosenzweig, F, La estrella de la redencin,Salamanca, Sgueme, 2a edicin, 1997.

    5 Jacques Derrida, El monolingismo,op.cit. nota 1 p. 84

    6 Ver a este respecto la entrevista que De-rrida concede a Dominique Dhombres Il nya pas de culture ni de lien social sans un prin-

    cipe de lhospitalit que se public en LeMonde el 2 de diciembre de 1997; as como laentrevista sobre la hospitalidad realizada porAntoine Spire para el programa Staccato el 19de diciembre de 1997.

    7 Derrida,El monolingismo, op.cit,p.5-6.8Ibid, p.5.9 En una entrevista con Antoine Spire en

    2004, Derrida coment sobre su relacin con lalengua francesa: Comienzo a tomar concien-cia del hecho de que trabajo ms o menos en

    una cierta tradicin filosfica, ms o menosfrancesa, no escribo ms que en francs, uncierto francs a la vez muy viejo y muy vivo.Intento asumir todas mis responsabilidadesfrancfonas, que consisten en heredar de ma-nera activa, afirmativa, transformativa, fiel einfiel como siempre, infiel por fidelidad. Perono se puede recomenzar todo a cada instante.Sera una locura desde el punto de vista eco-nmico. De ah la necesidad de los relevos pe-daggicos de la escuela, la universidad y los

    medios. Quienquiera que escriba cuenta con

    esta economa potencial y con sus mediaciones,con esta solidaridad y tambin con sus ries-gosLa cuestin de la enseanza atraviesatodo mi trabajo y todos mis compromisos po-ltico-institucionales, ya sea que conciernen laescuela, la universidad o los medios [la tra-duccin es nuestra]

    Je commence par prendre acte du fait queje travaille ici et l, dans telle tradition philoso-phique plus ou moins franaise, je ncris quenfranais, un certain franais, la fois trs vieuxet trs vivant. Jessaie dassumer toutes mes res-

    ponsabilits francophoniques, qui consistent hriter de faon active, affirmative, transforma-trice, fidle infidle comme toujours, infidle

    par fidlit, Mais on ne peut tout recommencer chaque instant. Ce serait une folie du point devue conomique. Do la ncessit des relais

    pdagogiques de lcole, de luniversit, des me-dias. Quiconque crit compte sur cette conomie

    potentielle et sur ces mdiations, sur ces solida-rits, et compte avec ces risques aussi ... Laquestion de lenseignement traverse tout mon tra-vail et tous mes engagements politico-institu-

    tionnels, quils concernent lcole, luniversit oules media.. Publicado en el sitio personal de An-toine Spire: http://antoinespire.com/Jacques-De-rrida.

    10 El decreto Crmieux fue promulgado en1870 por Isaac Adolphe Crmieux, distinguido

    jurista judeo-francs que logr que NapolenIII les concediera la nacionalidad francesa a al-rededor de 37,000 judos de Argelia, retirn-doles el estatuto civil del que disponan hastaentonces. En 1940, el general Ptain promulga

    la ley sobre el estatuto de los judos y abrogael decreto Crmieux.

    11 Derrida deja muy claro en el texto queesto fue obra de una decisin administrativafrancesa, pues Argelia nunca fue ocupada porlos alemanes: Argelia nunca estuvo ocupada.Con esto quiero decir que si alguna vez lo es-tuvo, no fue ciertamente por el Ocupante ale-mn. El retiro de la ciudadana francesa a los

    judos de Argelia, con todo lo que sigui, fueobra exclusiva de los franceses. Derrida, El

    monolingismo, op.cit, p. 30.

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    NOTAS

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    12 Una ciudadana, por esencia, no creceas como as. No es natural. Pero su artificio ysu precariedad aparecen con ms claridad,como en el relmpago de una revelacin pri-vilegiada, cuando la ciudadana se inscribe enla memoria de una adquisicin reciente: porejemplo la ciudadana francesa otorgada a los

    judos de Argelia por el decreto Crmieux en1870. Ibid, p.29.

    13 No haba all ni frontera natural ni lmitejurdico. Tenamos la opcin, el derecho formalde aprender o no aprender el rabe o el bere-

    bere. O el hebreo. No era ilegal, ni un delito.[] La interdiccin operaba por lo tanto por

    otros caminos. Ms solapados, pacficos, si-lenciosos, liberales.Ibid, p.50.

    14 [] habida cuenta de la desaparicin encurso del rabe como lengua oficial, cotidianay administrativa, el nico recurso era todava laescuela; y en sta el aprendizaje del rabe,

    pero en concepto de lengua extranjera; de estaextraa especie de lengua extranjera como len-gua del otro, es cierto, aunque, y esto es lo ex-trao e inquietante, del otro como el prjimoms cercano. Unheimlich. Para m, fue la len-

    gua del vecino. Puesto que yo viva en el lmitede un barrio rabe, en una de esas fronteras dela noche, a la vez invisibles y casi infranquea-

    bles: la segregacin era en ella tan eficaz comosutil.Ibid, pp.55-6.

    15 Si bien habra que sealar que Franciafue el paradigma de la poltica del monolin-gismo como fundamento del Estado-Nacin.A partir del siglo XVIII se instaura en Franciauna poltica interna para homogenizar la lenguade la poblacin, una pedagoga monolinge

    que al parecer se aplic posteriormente en lascolonias.

    16Ibid, p.2417 [] lo que nos contaban, justamente,

    de la historia de Francia; entendamos conello lo que se enseaba en la escuela con elnombre de historia de Francia, una disci-

    plina increble, una fbula y una biblia, perouna doctrina de adoctrinamiento casi imborra-

    ble para los nios de mi generacin. Sin hablarde la geografa: ni una palabra sobre Argelia, ni

    una sola acerca de su historia y su geografa,cuando podamos dibujar con los ojos cerrados

    las costas de Bretaa o el estuario del Gi-ronda.Ibid, pp. 65-6.

    18 Ver Crpon, M Ce quon demande auxlangues in Les promesses du langage, Vrin,Paris, 2001.

    19El monolingismo del otro, op.cit,p.78.20Ibid, p. 75-6.21Ibid, p. 22.22Ibid, p.1323Ibid, p.58.24Ibidem25Ibid, p.38.26Ibidem27 Ver a este respecto el artculo de Geof-

    frey Bennington Double Tonguing: DerridasMonolingualism, Tympanum 4, 2000. URL:http://www.usc.edu/dept/comp-lit/tympa-num/4/bennington.html

    28 Derrida,El monolingismo, op.cit,

    p. 3429Ibid, p. 3830 Ver Theodor W. Adorno, Auf die Frage:

    Was ist deutsch? in Gesammelte Schriften,10.2, Suhrkamp, Frankfurt, 1970, pp.691-693.

    31 La entrevista se puede ver en la siguiente

    direccin web: https://www.youtube.com/watch?v=WDovm3A1wI4 (minuto 38) y fue

    publicada en Hannah Arendt, Qu queda?Queda la lengua materna, Ensayos de com-

    prensin 1930-1945, Madrid, Caparros, 2005,pp.17-40.

    32 Derrida, El monolingismo,op.cit.

    p. 8933 Arendt, Qu queda?...., op.cit. p.3034 Potique et politique du tmoignage in

    Cahier de LHerne Jacques Derrida, Marie-

    Louis Mallet et Ginette Michaud (Ed.),LHerne, Paris, 2004

    35 Un ejemplo de ello son los testimoniosdel fillogo en los que muestra la agencia delnazismo sobre la lengua alemana: Victor Klem-

    perer,LTI. La lengua del Tercer Reich.Apun-tes de un fillogo, Editorial Minscula, Barce-lona, 2001.

    36 Paul Celan, Obras completas, Trotta,Madrid, 1999, p.497.

    37 Marc Crpon, La langue sans commu-

    naut,Rue Descartes, n26, diciembre 1999,pp.117-140.

    Miriam Jerade

    ISEGORA, N. 53, julio-diciembre, 2015, 661-677, ISSN: 1130-2097doi: 10.3989/isegoria.2015.053.11

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    38 Ver: Arendt, H,Eichmann en Jerusaln.Un estudio acerca de la banalidad del mal, Lu-men, Barcelona,1999. Sobre el juicio de Arendta Eichmann: Judith Butler, Hannah Arendtchallenge to Adolf Eichmann, The Guardian,9 agosto 2011, URL:http://www.theguardian.com/commentis-free/2011/aug/29/hannah-arendt-adolf-eich-mann-banality-of-evil

    39 Sobre la lengua materna en los pensa-dores del siglo XVIII y su relacin con el na-cionalismo a partir de una comunidad de len-gua ver la obra de Marc Crpon: Les

    gographies de lesprit, Paris, Payot, 1996.

    Ver tambin la introduccin de Yasemin Yil-diz, Beyond the mother tongue, the postmo-nolingual condition, Fordham UniversityPress, Nueva York, 2011.

    40 Ver Yasemin Yildiz,Beyond the mothertongue, op.cit.

    41 Crpon, Langues sans communaut,op.cit.

    42 Derrida,El monolingismo, op.cit.p.96

    43Ibid, p. 94-9544 Sobre la relacin de Derrida con la figura

    de Abraham ver Jacques Derrida, Dar lamuerte, Barcelona, Paidos, 2000: Jacques De-rrida: Abraham lautre en Judits, Ques-tions pour Jacques Derrida, Joseph Cohen/Ra-

    phal Zagury-Orly (Ed.), Paris, Galile, 2003.Ver tambin Hammerschlag, Sarah: Another,other Abraham, Derridas figuring of Levi-nas Judaism, Shofar: An interdisciplinary

    Journal of Jewish Studies, vol. 26, n 8, verano2008, pp. 74-96.

    45 Wagner, Richard. Judaism in Music, inJudaism in Music and other essays, trad. As-hton Ellis, University of Nebraska Press, Ne-

    braska, 1994, pp.84. La traduccin al espaol

    est tomada de una versin que circula en laweb. URL: http://www.webs.ulpgc.es/webau-las/ficheros/wagner/El_judaismo_en_la_mu-sica.pdf

    46 Sobre las lecturas que hace Derrida deCelan en relacin al idioma, me permito remi-tir al lector a mi artculo Herir la lengua. Poruna poltica de la singularidad. Derrida, lectorde Celan, Revista Aisthesis, n 57, verano2015, pp. 73-92.

    47 Derrida, El monolingismo del otro,op.cit,p. 100

    48Ibid, p.8149 Yasemin Yildiz, Beyond the mother,

    op.cit.50 T.W. Adorno,Minima Moralia, Taurus,

    Madrid, 1987, p.10951 Luis Cabrera.El balance de la revolu-

    cin, Conferencia impartida en la BibliotecaNacional de Mxico el 30 de enero de 1931,Mxico, 1931, p.31

    52Ibidem53 La Biblia y Lutero, enLo humano, lo

    divino y lo mundano. Escritos de Franz Ro-

    senzweig, trad. Marcelo G. Burello, Lilmod,

    Buenos Aires, 2007. Para un anlisis sobre eltexto de Rosenzweig vase: Marc Crpon, Laherencia de las lenguas, Acta potica, 31-1,enero-junio, 2010, pp. 9-30.

    54 Derrida,El monolingismo, op.cit.

    p. 8855Ibid, p. 11556 Bennington, Double Tonguing, op.cit.57 Derrida,El monolingismo, op.cit,

    p. 10158Ibid,p. 102

    59 Marc Crpon, Ce quon demande auxlangues, (Autour duMonolinguisme de lautre) inLes promesses du langage, op.cit.

    El monolingismo del husped

    ISEGORA, N. 53, julio-diciembre, 2015, 661-677, ISSN: 1130-2097doi: 10.3989/isegoria.2015.053.11

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