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EL PATITO FEO HANS CHRISTIAN ANDERSEN Ediciones elaleph.com

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    H A N S C H R I S T I A NA N D E R S E N

    Ediciones elaleph.com

    Diego Ruiz

  • Editado porelaleph.com

    1999 Copyright www.elaleph.comTodos los Derechos Reservados

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    Era verano, y la regin tena su aspecto msamable del ao. El trigo estaba dorado ya, la avenaverde todava. El heno haba sido apilado en parvassobre las frtiles praderas, por las que ambulaba lacigea con sus rojas patas, parloteando en egipcio,nico idioma que su madre le haba enseado.

    En torno del campo y las praderas se veangrandes bosques, en cuyo centro haba profundoslagos. Y en el lugar ms asolado de la comarca seergua una antigua mansin rodeada por unprofundo foso. Entre ste y los muros crecanplantas de grandes hojas, algunas lo bastanteamplias como para que un nio pudiera estar de piebajo ella. Y all entre las hojas, tan retirada yescondida como en lo profundo de una selva, estabauna pata empollando.

    Los patitos tenan que salir dentro de muy poco,pero la madre se senta muy cansada, pues la tarea

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    duraba ya demasiado tiempo. Para empeorar lascosas, slo reciba muy contadas visitas, pues suscongneres preferan nadar en el foso ms bien queir moviendo la cola hacia el nido de mam pata paracharlar con ella.

    Por ltimo, uno tras otro, los huevos empezarona crujir suavemente. Chu, chu dijeron. Toda lacra acababa de venir al mundo y estaba asomandosus cabecitas.

    -Cu, cu -dijo la pata, y al orla los patitosrespondieron a coro con sus ms fuertes voces ymiraron a su alrededor por entre las hojas verdes.Su madre los dejaba hacer, pues el verde es buenopara la vista.

    -Qu grande es el mundo! -dijeron todos lospequeos. Ciertamente ahora tenan ms espaciopara moverse que en el interior de sus cascarones.

    -Se imaginan ustedes que esto es todo elmundo? -dijo la madre-. Pues el mundo se extiendehasta bastante ms all del jardn, por el campo delprroco, aunque en verdad yo nunca me heaventurado tan lejos. Pero, a propsito, estn yatodos ustedes? -La pata se levant y miralrededor-. No, por cierto que no estn todos an.Queda por abrir todava el huevo ms grande.

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    Cunto tiempo tardar? -se pregunt, volvindosea echar en el nido.

    -Hola! Cmo va eso? -interrog en ese instanteuna vieja pata que se haba llegado de visita.

    -Hay un huevo que est tardando mucho tiempo-respondi la pata que empollaba. Esa cscara no sequiere romper. Pero, mira los otros! Son los mspreciosos patitos que he visto en mi vida. Tienentodos la mismsima cara de su padre, el gran pilloque ni siquiera se da una vuelta por aqu a verme.-Djame ver ese huevo que tarda en romperse -dijola pata vieja-. Puedes estar segura que no es unhuevo de nuestra especie, sino de pava. A m meengaaron as una vez, y no puedo decirte el trabajoy la preocupacin que me dieron aquellos chicos,porque te dir que tienen miedo del agua. Nuncaconsegu hacerlos meter en ella. S, es un huevo depava. Djalo donde est, y dedcate a ensear anadar a esas criaturas.

    -No; me quedar echada otro poco. Heesperado tanto que ya no me costara nadaquedarme hasta la feria del verano.

    -Pues, haz tu gusto -respondi la pata vieja, y sealej.

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    Por ltimo el huevo que tardaba en abrirseempez a crujir.

    -Chip, chip -dijo el recin nacido, y sali delcascarn tambalendose. Qu grandote y qu feoera! La pata lo mir con disgusto.

    Para pato es de un tamao monstruoso -dijo-.Ser acaso un pichn de pavo? Bueno, notardaremos mucho en saberlo. Al agua ir, aunquetenga yo misma que arrojarlo de un puntapi.

    El da siguiente amaneci esplndido; mampata se fue a la orilla, y se zamp en el agua. Cuac,cuac! chill, y uno tras otro los patitos se zam-bulleron detrs de ella. El agua los cubri hasta lacabeza, pero ellos volvieron a salir a flote y se sos-tuvieron perfectamente. Las patas se les movieronsolas... y ya estaba. Hasta aquel grandote, gris y feonad tambin con ellos.

    -No; no es un pavo -reflexion la pata-. Hayque ver qu bien se maneja con las patas y qu dere-cho se sostiene. Es mi propio pollo, despus detodo, y no tan mal parecido si se lo mira bien.Cuac, cuac! Vengan conmigo ahora y los sacar almundo y los introducir en el corral. Pero qudensebien cerca de m, no sea que alguien vaya a pisarlos.Y tengan cuidado con el gato!

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    Se fueron todos al corral, donde encontraron unespantoso alboroto provocado por dos pollos queestaban peleando por la cabeza de un pescado. Alfinal terci en la discusin el gato y se llev para sla cabeza.

    -As ocurren las cosas en el mundo -coment lamadre pata. Y se lami el pico, pues ella tambindeseaba aquella cabeza de pescado.

    -Ahora aprendan a usar las patas -dijo luego- ysaluden con la cabeza a ese pato viejo que est all.Es el ms importante de todos nosotros. Tienesangre espaola en las venas, y esa es la explicacinde su tamao. Ven ese trapo rojo que tiene en lapata? Eso es algo extraordinario, la ms elevadaseal de distincin que pueda alcanzar nunca unpato. Vamos ahora! Cuac, cuac! No pongan losdedos para adentro! Un pato bien educado tienesiempre las patas bien abiertas; as, eso es. Ahora in-clinen la cabeza y digan: Cuac!

    Los patitos hacan cuanto se les ordenaba; perolos otros patos del corral los miraban diciendo envoz alta:

    -Vean eso! Ahora tendremos que aguantar tam-bin a toda esa tribu, como si no nos bastramos

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    nosotros. Adems..., oh, querida, qu feo ese patito!No se lo puede mirar.

    Y un pato corri hacia el patito feo y le dio unpicotazo en el cuello.

    -Djalo! -suplic la madre-. No hace dao anadie.

    -Puede que no -replic el que haba atizado elpicotazo-. Pero es tan desmaado y raro que danganas de darle una paliza.

    -Todos esos otros patitos son muy hermosos-dijo el pato viejo, el que tena el trapo atado a lapata-. Muy bonitos todos, excepto se, que resultun ejemplar bastante desdichado. Es una lstimaque no se lo pueda empollar de nuevo.

    -Eso es imposible, seora -respondi mampata-. Ya s que no es lindo, pero se porta bien ynada con tanta destreza como los otros. Hastapodra aventurarme a decir que mejorar con laedad, o quiz tambin disminuya de tamao atiempo. Estuvo mucho tiempo dentro del huevo, ypor eso no sali con muy buen estado. -Palme alpatito en el pescuezo y agreg: -Adems, es unvaroncito, de modo que su belleza fsica no importamucho. Creo que ser muy fuerte, y que sabrabrirse camino en el mundo.

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    -Los dems patitos son muy lindos -dijo el patoviejo-. Ahora pnganse cmodos; estn en su casa.Y si encuentran otra cabeza de pescado puedentrarmela.

    Y se sintieron todos cmodos, y en su casa,menos el pobre patito que haba sido el ltimo ensalir del huevo, y que era tan feo. A ste lopicotearon y empujaron, y se burlaron de l patos ygallinas.

    -Qu grandote es! -comentaban todos.El pavo, que haba nacido con espolones y en

    consecuencia se senta todo un emperador, se inflcomo el velamen de un barco y grazn y graznhasta que la cara se le puso roja. El pobre patitoestaba tan desconcertado que no saba hacia qulado volverse. Le daba mucha pena ser tan feo,despreciado por todo el corral.

    As transcurri el primer da; luego las cosas fue-ron ponindose cada vez peor. Al pobre patito nohaba quin no lo corriera o le diera empujones.Hasta sus hermanos y hermanas lo miraban mal, ydecan a cada momento:

    -Ojal te agarrara el gato, antiptico!Hasta su madre dijo:

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    -Quisiera que estuvieras a muchos kilmetros dedistancia.

    Los patos y las gallinas lo picoteaban, y la mu-chacha que les traa la comida lo haca a un lado deun puntapi.

    Hasta que por fin el patito dio una corrida y unsalto por encima del cerco, haciendo volarasustados a los pajaritos.

    Todo es porque soy tan feo -pensaba el pobrepatito cerrando los ojos, pero sin dejar de correr.As lleg a un extenso pantano en cuyos bordes yaguas vivan patos silvestres; estaba tan cansado ytan apenado que se qued all a pasar la noche. Porla maana los patos silvestres se acercaron volandopara inspeccionar al nuevo camarada.

    -Qu clase de animal eres? -preguntaron, mien-tras el patito se volva a un lado y otro y saludaba lomejor que poda-. De dnde has salido, tan feo?Aunque eso en realidad no importa, mientras nopretendas buscar novia en nuestras familias.

    El pobrecito no haba pensado siquiera enbuscar novia. Todo lo que pretenda era permisopara echarse entre los juncos y beber un poco deagua del pantano.

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    Dos das enteros permaneci all. Luegovinieron dos gansos silvestres, mejor dicho, dosnades. Como no haca mucho que haban salidodel cascarn eran petulantes en grado sumo.

    -Bueno, camarada -dijeron-, eres tan feo que tehemos tomado simpata. Quieres reunirte connosotros y ser un ave de paso? Hay por aqu cercaotro pantano, y en l algunas gansitas silvestres en-cantadoras. Eres bastante feo para probar suerteentre ellas.

    En ese preciso momento: Bang! Bang!resonaron dos estampidos en el aire, y los dosnades silvestres cayeron muertos entre los juncos,tiendo de rojo el agua con su sangre. Bang!Bang!, siguieron rugiendo las escopetas, y unrevuelo de gansos silvestres se alz por sobre lascaas, mientras los perdigones diseminaban lamuerte entre ellos.

    Se trataba de una partida de caza, y todo elpantano estaba rodeado de deportistas, la mayoraocultos entre los juncos; algunos sentados en lasramas de los rboles que se extendan por sobre elagua. El humo azulado de la plvora flotaba porentre las frondas como nubecillas.

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    Los perros de caza saltaban de un lado a otro,chapoteando en el agua y agitando a su paso losjuncos y caas de un lado a otro. Todo aquello eraterriblemente alarmante para el pobre patito. Volvila cabeza para meterla bajo el ala, y en ese momentoun enorme y espantoso perro se apareci muy cercade l, con la lengua fuera y los ojos llameantes deperversidad. El perrazo abri sus terribles faucesante la cara del patito; mostr sus puntiagudos col-millos... y se alej de un salto, salpicando el agua, sintocarlo siquiera.

    Oh, gracias a Dios! -suspir el patito-. Soy tanfeo que ni siquiera el perro se molesta en mor-derme!

    Se qued all, enteramente inmvil, mientras losproyectiles silbaban por todas partes y las detona-ciones sacudan el ambiente. La conmocin sloces ya muy entrado el da, pero ni an as seatrevi el pobre patito a levantarse. Esper anvarias horas antes de alzar la cabeza y mirar, yentonces huy del pantano con tanta velocidadcomo pudo. Corri a travs de campos y praderas,aunque haca tanto viento que le costaba trabajoavanzar.

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    Hacia el anochecer lleg a una pequea y pobrecasita, tan miserable que pareca quedarse en pieslo por no saber de qu lado haba de caerse. Elviento silbaba con tal fiereza junto al patito que stese vio obligado a sentarse para resistir el empuje.Entonces vio que la puerta tena un gozne roto y sesostena tan desmaadamente que por la rendija sepoda entrar en la casa. El pato se meti dentro.

    En la casita viva una anciana con un gato y una,gallina. El gato, que se llamaba Nene sabaarquear el lomo, ronronear y lanzar chispaselctricas cuando se le frotaba la piel a contrapelo.La gallina era de patas cortas, y por eso le decanTachuela. Pona huevos de excelente calidad, y laanciana la quera tanto como si hubiera sido supropia hija.

    Por la maana, los dos animales no tardaron endescubrir la presencia del extrao pato. El gato em-pez a ronronear y la gallina lo acompa con sucloqueo.

    -Qu diablos pasa? -dijo la mujer, mirando a sualrededor, pero su vista no era muy buena y lo quepens fue que el patito era un pato gordo ex-traviado.

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    -Qu maravilla! -exclam-. Ahora tendremoshuevos de pata... si es que no se trata de un pato.Habr que esperar a ver lo qu resulta.

    De modo que tom al patito a prueba por tressemanas, al final de las cuales no haba podido en-contrar ningn huevo.

    El gato y la gallina eran algo as como dueos deaquella casa. Siempre decan: "Nosotros y elmundo pues crean que ellos representaban lamitad del mundo; y por cierto que la mejor mitad.

    El patito pensaba que podan existir dosopiniones al respecto, pero el gato ni siquiera queraescucharlo.

    -Sabes poner huevos? -pregunt una vez"Nene".

    -No.-En ese caso ten la bondad de callarte la boca.

    -Luego de una pausa insisti-. Sabes arquear ellomo, ronronear o sacar chispas elctricas?

    -No.-Pues entonces gurdate tus opiniones cuando la

    gente sensata est hablando.El patito se sent en un rincn, de muy mal

    humor, empez a pensar en el aire libre y el sol, y loinvadi una irreprimible nostalgia de flotar en el

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    agua. Por ltimo cedi a la tentacin de hablar deltema a la gallina.

    -Qu bicho te ha picado? -inquiri Tachue-la-. Es el ocio, al no tener nada que hacer, lo que temete en la cabeza esos disparates. Pon mediadocena de huevos, o aprende a ronronear, y verscmo se te pasa el antojo.

    -Pero es tan delicioso flotar en el agua! Tanlindo sentirla correr por la cabeza cuando uno sezambulle hasta el fondo!

    -Vaya diversiones! -rezong la gallina-. Me pa-rece que te has vuelto loco. Pregunta, si no, al gatoqu opina; es el animal ms inteligente que conozco.Pregntale si le gusta flotar en el agua o zambullirse.Por mi parte no te digo nada. Pregntale tambin anuestra patrona, la vieja. No hay nadie en el mundoms lista que ella. Y crees que tiene algn deseo demeterse en el agua?

    -Ustedes no me comprenden -dijo el patito.-Bueno, si no te comprendemos nosotros,

    quin va a comprenderte? No creo que teconsideres ms inteligente que el gato o la vieja, porno decir que yo. No te comportes como un tonto,hijo, y agradece a tu buena suerte el bien que tehemos hecho. Acaso no has vivido en este cuarto

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    caliente, y en compaa de seres de los cuales podashaber aprendido algo? Pero eres un idiota, y nada segana asocindose contigo. Creme; hablo muy enserio. Te estoy diciendo verdades de a puo, y esees el mejor medio de saber quienes son los buenosamigos. Limtate a poner huevos, o aprende aronronear, o a sacar chispas.

    -Lo que me parece es que me voy a marcharotra vez por el mundo -respondi el patito.

    -Pues hazlo; ser lo mejor -fue la terminanterespuesta de la gallina.

    Y el patito se fue.Anduvo flotando en el agua y zambullndose

    todo cuanto le dio la gana, pero siempre mirado condesdn y de soslayo por toda criatura viviente,debido a su fealdad. As hasta que lleg el otoo, ylas hojas del bosque se pusieron pardas y amarillas.El viento se las llev, y las hizo danzar enremolinos. El cielo se puso fro, cubierto de nubescargadas de nieve y granizo. Un cuervo fue aposarse sobre una cerca y grazn, del fro que tena.Slo pensarlo haca temblar. El pobre patito estabaciertamente en un gran apuro.

    Una tarde, cuando el sol estaba ponindose entodo su invernal esplendor, una bandada de

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    hermosas aves blancas apareci surgiendo de entrelos matorrales. Nunca haba visto el patito nada tanhermoso. Eran de una deslumbrante blancura, conlargos y sinuosos cuellos. Se trataba de cisnes, quelanzando su grito peculiar extendan las alas yvolaban alejndose de las regiones fras hacia tierrasms clidas. Ascendieron muy alto, muy alto, y elpobre patito feo se qued extraamente intranquilo.Dio vueltas y vueltas en el agua, como una rueda,levantando la cabeza hacia la direccin por donde sealejaban aquellas aves. Luego lanz l mismo ungrito tan penetrante y extrao que lo asust. Oh, nopoda olvidar aquellas hermosas aves, felices aves!En cuanto estuvieron fuera de su vista, el patito sezambull hasta el fondo y cuando sali de nuevo ala superficie estaba completamente fuera de s. Nosaba qu clase de pjaros eran aqullos, ni haciadnde volaban, pero se senta ms atrado haciaellos que lo que nunca lo haba sido por ser alguno.Y no era que los envidiara en lo ms mnimo,cmo poda ocurrrsele envidiar aquella maravillade belleza? Se habra sentido agradecido con sloque los patos lo hubiesen tolerado entre ellos, tantaera la certeza de su fealdad.

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    El fro invernal era tan intenso que el patito sevea obligado a nadar en crculo en el agua slo paralibrarse de quedar helado, pero noche tras noche elagujero del hielo por el cual se zambulla se ibahaciendo ms y ms pequeo, hasta que se hel contanta fuerza que la superficie se resquebraj y elpatito se vio obligado a mover las patas sin cesarpara que el agua no se congelara a su alrededor,aprisionndolo. Por ltimo, ya tan cansado que nopoda moverse ms, cedi y se qued rpidamenteaterido en el hielo.

    Aquella maana a primera hora acert a pasarpor all un campesino, que al ver al patito se acerc,abri un boquete en la superficie del hielo con suzapato herrado y se llev a su pequeo rescatado.La esposa del campesino se hizo cargo de l, y notard en revivirlo con sus cuidados. En la casa, losnios quisieron servirse de l para sus juegos, peroel patito, recelando de que lo maltrataran, huy es-pantado y fue a caer en la cazuela de la leche ha-ciendo salpicar el lquido por todo el cuarto. Lamujer solt un chillido y extendi los brazos; elpatito dio un segundo salto y esta vez fue a parardentro de la cuba de la mantrca. Sali enseguida,pero es de imaginarse cul sera su aspecto. La

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    duea de casa volvi a chillar y trat de golpearlocon las tenazas. Los chicos cayeron unos sobreotros en sus intentos por capturarlo, dando todosverdaderos alaridos de risa. Por suerte la puertaestaba abierta, y el patito huy por entre losmatorrales y la nieve recin cada. Y all qued,completamente exhausto.

    Sera tarea muy triste el detallar todas las priva-ciones y miserias que tuvo que soportar durante ellargo y duro invierno. Cuando el sol empez a ca-lentar de nuevo la tierra, el patito yaca en el pan-tano, entre los juncos. Las alondras cantaban; aca-baba de llegar la hermosa primavera.

    De pronto el patito alz las alas, y stas se agita-ron con mucha ms fuerza que antes, hacindolo as-cender vigorosamente hacia el cielo. Antes que sediera cuenta de dnde estaba se encontr en unamplio jardn, rodeado de manzanos en flor respi-rando un aire perfumado por las lilas que crecan enlas irregulares orillas del lago.

    Y vio tambin tres hermosos cisnes que seacercaban a l saliendo de entre un macizo deplantas. Nadaban suave y gilmente, con un tenuerumor de plumas. El patito reconoci a las

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    majestuosas aves y no pudo evitar que losobrecogiera una extraa melancola.

    Volar hacia ellos -se dijo-. Me acercar a losreales pjaros aunque me deshagan a picotazos por-que soy tan feo. No importa! Mejor ser destrozadopor ellos que por los patos o las gallinas, o por losfros y las calamidades del invierno.

    Se lanz, pues, al agua, y nad en direccin delas seoriales aves. Estas lo vieron y se precipitaronhacia l con las plumas encrespadas.

    Mtenme si quieren! -exclam el pobrecito, einclin la cabeza hacia el agua, previendo y te-miendo la muerte. Pero, qu fue lo que vio en latransparente superficie?

    Vio su propia imagen, pero sta no era ya la deun desmaado pajarraco gris, sino la de un cisne.Era un cisne! Nada importaba haber nacido en uncorral, si uno proceda de un huevo de cisne!

    Hasta se alegr de haber pasado por tantaspenurias y tribulaciones, que lo capacitaban mejorpara apreciar ahora su actual felicidad, su nuevasituacin entre toda aquella belleza que acuda arecibirlo. Los grandes Cisnes estaban nadandoalrededor de l, rozndolo al pasar con el pico.

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    Unos nios llegaron al jardn con pedazos depan y granos que arrojaron al agua, y el mspequeo exclam:

    -Hay uno nuevo!-S, ha llegado otro! -aprobaron los dems,

    aplaudiendo y saltando.Luego corrieron hacia su padre y su madre,

    arrojaron ms pan al agua, y uno de ellos aadi,coreado por todos: -Ese nuevo es el ms bonito detodos! Es tan joven! Tan elegante!

    El patito se sinti cohibido y escondi la cabezabajo las alas. No saba qu pensar. Era muy feliz,pero sin orgullo, pues su buen corazn nunca sedejaba llevar por ese sentimiento. Record cuntasveces haba sido corrido y despreciado, sin soarque un da iba a or decir que era el ms hermoso delos pjaros. Las lilas inclinaron sus ramas hacia elagua en su presencia; y el sol se puso ms clido yacogedor que nunca. Y l agit las alas, alz suesbelto cuello y dijo lleno de jbilo:

    Nunca imagin semejante felicidad cuando yoera el Patito Feo.