El SisteiDa OrbitaEl SisteiDa Orbita M. Carmen Fajardo Contreras (Médica Acupuntora) D efinido por...

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, El Sistea Orbita M. Carmen Fajardo Coneras (Médica Acupuntora) D efinido por Porket en 1974, el concepto de Ó rbita integra en una visión de globalidad el macro y microscosmo, haciendo de ambos un sistema coherente, regido por las mismas leyes, en el cual se establece una influencia bidireccional y simultánea entre ambos sistemas. Ó rbita se puede definir como el conjunto de vectores energéticos inteconexionados entre sí co- rrespondientes a un movimiento concreto, más di- cho movimiento y sus relaciones macrocósmicas. En la definición podemos distinguir, por tanto, dos partes: la microcósmica formada por los vec- tores energéticos (meridiano unitario) y el movi- miento (órgano y víscera) y la macrocósmica in- tegrada por las relaciones macrocósmicas del mo- vimiento. Según esto, el soporte real o anatómico de la Ó r- bita está formado por: 1) Ó rgano y víscera de un movimiento. 2) Meridiano unitario : - Meridianos tendino-musculares. - Meridianos principales. - Vasos Lo. - Meridianos distintos. Esta estructura energética permite determinar una unidad funcional y anatómica entre todos los elementos que la componen con las consecuen- cias fisiológicas, patogénicas y terapéuticas que de ello se derivan. Así un órgano estaría directamen- te influenciado y conexionado con todos los me- ridianos propios y con los de la víscera acoplada, al igual que con la propia víscera. Lo mismo po- demos decir acerca de la víscera. Recientemente en un estudio realizado por Gó- mez y Lázaro (1988) no se ha podido establecer una relación específica entre alteraciones patoló- gicas de los meridianos y órgano y/o víscera de una misma órbita. Si, en cambio, este estudio nos ha orientado hacia la funcionalidad del sistema, con un funcionamiento en base a cuestiones de territorialidad para la superficie y en base a leyes energéticas para la profundidad. NCIONALIDAD DE ÓITA Si representamos al hombre basándonos en la teoría c i e Lavier (1974), considerándolo en sus tres planos, según establecemos en el esquema 1, plan- teamos de una forma vertical todas las correspon- dencias de órganos y vísceras en los distintos mo- vimientos, con unas funciones intelectivas para el 30 - Natura Medicatr. Verano 1 989 (n ° 2 1) plano superior, unas funciones afectivas para el plano medio y unas funciones somáticas para el plano inferior. Por otra parte y con esta misma estructura esta- bleceremos una relación con los elementos ma- crocósmicos que inciden directamente, y con la misma distribución por planos, en los órganos y vísceras de los distintos movimientos: colores para el plano superior, olores y sonidos para el medio y sabores para el inferior. Pero la relación entre órganos y vísceras y sus correspondencias macrocósmicas estaría verdade- ramente dificultada sin la existencia de unos vec- tores que comunicaran la profundidad con el me- dio exterior, estos vectores como podemos com- prender son los meridianos, y en el caso concreto de la Ó rbita, como ya hemos dicho, el meridiano unitario. Nos queda por considerar un último plantea- miento en cuanto a este sistema; es el de las res- tantes relaciones macrocósmicas de los movimien- tos. Conocemos la relación de un movimiento con un clima, una estación, un punto cardinal, un pla- neta, etc. Con todo esto podemos establecer no só- lo unas deducciones patogénicas (enfermedades producidas por las energías perversas, por ejem- plo) o terapéuticas (cromoterapia, musicoterapia, etc.), sino todo un sistema de normas aplicables a la vida cotidiana, considerando al hombre co- mo un ser cosmo-socio-bio-psicosomático (Peral, 1985). Así por ejemplo, los habitantes de una re- gión determinada, situada en un punto geográfi- co concreto tendrían una alimentación basada en los productos obtenidos en ese lugar, estableciendo unas relaciones entre el punto geográfico, los cul- tivos, sabores, alimentación y modo de vida del grupo social concreto, con la correspondiente in- fluencia en la fisiología, por ejemplo, de órganos y vísceras tal y como lo establece la Medicina Tra- dicional China. Esto debido al desarrollo ha per- dido su realidad, pero no sabemos hasta qué punto su importancia, sobre todo en determinados as- pectos, como por ejemplo el de la alimentación. Hemos recogido, por tanto, en un sistema verti- cal, cómo es la Ó rbita, el aspecto fisiológico: fun- ciones específicas de órganos y vísceras y de los meridianos; el aspecto patogénico, en el que ad- quieren una gran importancia las causas externas del enfermar (Nguyen Van Nghy, 197 1) y el as- pecto terapéutico (terapéuticas fundamentales, prescripción de los remedios y terapéuticas de in-

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El SisteiDa Orbita M. Carmen Fajardo Contreras (Médica Acupuntora)

D efinido por Porket en 1974, el concepto de Órbita integra en una visión de globalidad

el macro y microscosmo, haciendo de ambos un sistema coherente, regido por las mismas leyes, en el cual se establece una influencia bidireccional y simultánea entre ambos sistemas.

La Órbita se puede definir como el conjunto de vectores energéticos inteconexionados entre sí co­rrespondientes a un movimiento concreto, más di­cho movimiento y sus relaciones macrocósmicas.

En la definición podemos distinguir, por tanto, dos partes: la microcósmica formada por los vec­tores energéticos (meridiano unitario) y el movi­miento (órgano y víscera) y la macrocósmica in­tegrada por las relaciones macrocósmicas del mo­vimiento.

Según esto, el soporte real o anatómico de la Ór­bita está formado por:

1) Órgano y víscera de un movimiento. 2) Meridiano unitario :

- Meridianos tendino-musculares. - Meridianos principales. - Vasos Lo. - Meridianos distintos.

Esta estructura energética permite determinar una unidad funcional y anatómica entre todos los elementos que la componen con las consecuen­cias fisiológicas, patogénicas y terapéuticas que de ello se derivan. Así un órgano estaría directamen­te influenciado y conexionado con todos los me­ridianos propios y con los de la víscera acoplada, al igual que con la propia víscera. Lo mismo po­demos decir acerca de la víscera.

Recientemente en un estudio realizado por Gó­mez y Lázaro (1988) no se ha podido establecer una relación específica entre alteraciones patoló­gicas de los meridianos y órgano y/o víscera de una misma órbita. Si, en cambio, este estudio nos ha orientado hacia la funcionalidad del sistema, con un funcionamiento en base a cuestiones de territorialidad para la superficie y en base a leyes energéticas para la profundidad.

FUNCIONALIDAD DE LA ÓRBITA

Si representamos al hombre basándonos en la teoría cie Lavier (1974), considerándolo en sus tres planos, según establecemos en el esquema 1 , plan­teamos de una forma vertical todas las correspon­dencias de órganos y vísceras en los distintos mo­vimientos, con unas funciones intelectivas para el

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plano superior, unas funciones afectivas para el plano medio y unas funciones somáticas para el plano inferior.

Por otra parte y con esta misma estructura esta­bleceremos una relación con los elementos ma­crocósmicos que inciden directamente, y con la misma distribución por planos, en los órganos y vísceras de los distintos movimientos: colores para el plano superior, olores y sonidos para el medio y sabores para el inferior.

Pero la relación entre órganos y vísceras y sus correspondencias macrocósmicas estaría verdade­ramente dificultada sin la existencia de unos vec­tores que comunicaran la profundidad con el me­dio exterior, estos vectores como podemos com­prender son los meridianos, y en el caso concreto de la Órbita, como ya hemos dicho, el meridiano unitario.

Nos queda por considerar un último plantea­miento en cuanto a este sistema; es el de las res­tantes relaciones macrocósmicas de los movimien­tos. Conocemos la relación de un movimiento con un clima, una estación, un punto cardinal, un pla­neta, etc. Con todo esto podemos establecer no só­lo unas deducciones patogénicas (enfermedades producidas por las energías perversas, por ejem­plo) o terapéuticas (cromoterapia, musicoterapia, etc.), sino todo un sistema de normas aplicables a la vida cotidiana, considerando al hombre co­mo un ser cosmo-socio-bio-psicosomático (Peral, 1 985). Así por ejemplo, los habitantes de una re­gión determinada, situada en un punto geográfi­co concreto tendrían una alimentación basada en los productos obtenidos en ese lugar, estableciendo unas relaciones entre el punto geográfico, los cul­tivos, sabores, alimentación y modo de vida del grupo social concreto, con la correspondiente in­fluencia en la fisiología, por ejemplo, de órganos y vísceras tal y como lo establece la Medicina Tra­dicional China. Esto debido al desarrollo ha per­dido su realidad, pero no sabemos hasta qué punto su importancia, sobre todo en determinados as­pectos, como por ejemplo el de la alimentación.

Hemos recogido, por tanto, en un sistema verti­cal, cómo es la Órbita, el aspecto fisiológico: fun­ciones específicas de órganos y vísceras y de los meridianos; el aspecto patogénico, en el que ad­quieren una gran importancia las causas externas del enfermar (Nguyen Van Nghy, 1971) y el as­pecto terapéutico (terapéuticas fundamentales, prescripción de los remedios y terapéuticas de in-

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Esquema 1: Representación energética del hombre.

PLANO SUPERIOR ENFERMEDADES PSÍQUICAS

COLORES

Tejidos nos sentidos Víscera

PLANO INFERIOR

Preconsciente. Motivaciones.

Instintos. Deseos.

PLANO MEDIO TRASTORNOS AFECTIVOS

OLORES SONIDOS

Ácido

Facultades intelectivas .

superiores. juicio. Raciocinio. Conciencia

psíquica y moral.

Esquema corporal. Vida instintiva. Vida vegetativa.

1 Depresión.

HÍGADO Metabol. Intermediario

Músculos

CORAZÓN Metabolismo hídrico

Vasos y nervios Labios

INTESTINO DELGADO Absorción intestinal

Dulce BAZO Metabolismo general

Tejido conjuntivo Boca

ESTÓMAGO Digestión

Met. oxi-reducción Piel

Ojo VESÍCUlA BILIAR

Producción de bilis RIÑÓN

Nariz INTESTINO GRUESO Evacuación intestinal

PLANO INFERIOR ENFERMEDADES SOMÁTICAS

SABORES

tervención), integrando macro y microcosmo en un mismo sistema, regido por el carácter de uni­versalidad que impregna a la Medicina tradicional.

BIBLIOGRAFÍA - Gómez,]. Lázaro, A. ( 1 988), Determinación de las relaciones superficie/profimdidad por los métodos de medidas eléctricas y haz sintomático, trabajo del IV Curso de Formación de Médicos Acu­puntores, f_cultad de Medicina, Granada. - Lavier, A. ( 1974), Medicina china, medicina total, Ed. Acer­vo, Barcelona 1974.

Salado

Metabolismo hídrico Huesos Oreja Salado VEJIGA

Excreción urinaria

- Nguyen Van Nghi ( 1971), Pathogenie et pathologie energeti­ques en medicina chinoise, Ed. Charente, Angouleme 1971 . - Peral,]., Comunicaciones del IIl Curso de Formación de Médi­cos Acupuntores, Facultad de Medicina, Granada 1985. - Porket, M. (1974), The Theoretical Foundation ofChinese Me­dicina. Systems of Correspondance, The Mis Press, Cambridge (1974).

Direcdón: M.• Carmen Fajardo e/. Alhóndiga, 15 , 1 ° 1 8001 Granada.

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