el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

download el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

of 87

Transcript of el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    1/87

    El amor humano en el plan divino

    JUAN PABLO II

    V PARTE: El sacramento del matrimonio

    Este es un gran misterio, y yo digo que se refiere a Cristo y a laIglesia (Ef 5,32)

    ndice

    87. El sacramento del matrimonio en la carta a los Efesios (28-VII-82/1-VIII-82)

    88. Vida cristiana de la familia (4-VIII-82/8-VIII-82)

    89. Relacin de los cnyuges a imagen de la relacin de Cristo conla Iglesia (11-VIII-82/15-VIII-82)

    90. El matrimonio, signo visible del eterno misterio divino (18-VIII-82/22-VIII-82)

    91. El esposo y la esposa en el misterio de Cristo y de la Iglesia (25-VIII-82/29-VIII-82)

    92. El amor de Cristo a la Iglesia, modelo del amor conyugal (1-IX-82/5-IX-82)

    93. La sacramentalidad del matrimonio (8-IX-82/12-IX-82)

    94. El amor de Dios al pueblo elegido, signo del amor conyugal (15-IX-82/19-IX-82)

    95. El amor de Dios a su pueblo y el amor nupcial en los profetas

    (22-IX-82/26-IX-82)96. El matrimonio como analoga del amor nupcial entre Cristo y la

    Iglesia (29-IX-82/3-X-82)

    97. El matrimonio, sacramento primordial (6-X-82/10-XI-82)

    98. El matrimonio sacramento, restauracin del sacramentoprimordial (13-X-82/17-X-82)

    99. El matrimonio y la nueva economa sacramental (20-X-82/24-X-82)

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    2/87

    100. La sacramentalidad del matrimonio y la redencin del cuerpo

    (27-X-82/31-XI-82)

    101. El matrimonio, ethos de la redencin del cuerpo (24-XI-

    82/28-XI-82)

    102. Matrimonio sacramental y la vida segn el Espritu (1-XII-82/5-XII-82)

    103. El matrimonio sacramento y la significacin esponsal yredentora del amor (15-XII-/19-XII-82)

    104. El lenguaje del cuerpo en la comunin del matrimoniosacramental (5-I-83/9-I-83)

    105. La significacin esponsal del cuerpo y la condicin esponsal dela Alianza (12-I-83/16-I-83)

    106. El matrimonio como alianza de personas (19-I-83/23-I-83)

    107. El signo del matrimonio como sacramento de la Iglesia (26-I-83/30-I-83)

    108. La veracidad en el lenguaje del cuerpo (9-II-83/13-II-83)

    109. El amor conyugal en el Cantar de los Cantares (23-V-84/27-V-84)

    110. El amor masculino y femenino en el Cantar (30-V-84/3-VI-84)

    111. La verdad sobre el amor en el Cantar (6-VI-84/10-VI-84)

    112. El amor espiritual en el libro de Tobas (27-VI-84/1-VII-84)

    113. El amor conyugal en la Carta a los Efesios (4-VII-84/8-VII-84)

    87. El sacramento del matrimonio en la carta a los Efesios (28-VII-82/1-VIII-82)

    1. Iniciamos hoy un nuevo captulo sobre el tema delmatrimonio, leyendo las palabras de San Pablo a los Efesios:

    Las casadas estn sujetas a sus maridos como al Seor;porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    3/87

    Iglesia y salvador de su cuerpo. Y como la Iglesia est sujeta aCristo, as las mujeres a sus maridos en todo.

    Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, comoCristo am a la Iglesia y se entreg por ella para santificarla,

    purificndola mediante el lavado del agua con la palabra, a fin depresentrsela a si gloriosa, sin mancha o arruga o cosa semejante,sino santa e intachable. Los maridos deben amar a sus mujeres comoa su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a s mismo se ama, ynadie aborrece jams su propia carne, sino que la alimenta y laabriga como Cristo a la Iglesia, porque somos miembros de sucuerpo. Por esto dejar el hombre a su padre y a su madre y seunir a su mujer, y sern dos en una carne. Gran misterio es ste,pero yo lo aplico a Cristo y a la Iglesia. Por lo dems, ame cada uno asu mujer, y mela como a s mismo, y la mujer reverencie a su

    marido), (Ef 5, 22-33).

    2. Conviene someter a anlisis profundo el citado texto,contenido en el captulo 5 de la Carta a los Efesios, as como,anteriormente, he analizado, cada una de las palabras de Cristo queparecen tener un significado-clave para la teologa del cuerpo. Setrataba de las palabras con las que Cristo se remita al principio(Mt 19, 4; Mc 10, 6), al corazn humano, en el sermn de lamontaa (Mt 5, 28) y a la resurreccin futura (cf. Mt 22, 30; Mc 12,25; Lc 20, 35). El texto entresacado ahora de la Carta a los Efesios

    constituye como el coronamiento de esas sintticas palabras-clavea que me he referido. Si de ellas ha salido la teologa del cuerpo ensus rasgos evanglicos, sencillos y al mismo tiempo fundamentales,hay que presuponer, en cierto sentido esta teologa al interpretar elmencionado paso de la Carta a los Efesios. Y, por lo mismo, si sequiere interpretar dicho paso hay que hacerlo a la luz de lo queCristo nos dijo sobre el cuerpo humano. El habl no slo refirindoseal hombre histrico y por lo mismo al hombre, siemprecontemporneo, de la concupiscencia (a su corazn), sinotambin poniendo de relieve, por un lado, las perspectivas del

    principio, o sea, de la inocencia original y de la justicia y, por otro,las perspectivas escatolgicas de la resurreccin de los cuerpos,cuando ni tomarn mujeres ni maridos (cf. Lc 20, 35). Todo estoforma parte de la ptica teolgica de la redencin de nuestrocuerpo (Rom 8, 23).

    3. Tambin las palabras del autor de la Carta a los Efesios(1) tienen como centro el cuerpo; y esto, tanto en su significadometafrico, el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, como en susignificado concreto el cuerpo humano en su perenne masculinidad yfeminidad, en su perenne destino a la unin en el matrimonio, comodice el libro del Gnesis: Por eso dejar el hombre a su padre y a su

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    4/87

    madre; y se adherir a su mujer; y vendrn a ser los dos una solacarne (Gn 2, 24).

    De que forma aparecen y convergen estos dos significadosdel cuerpo en el prrafo de la Carta a los Efesios? Y por qu

    aparecen y convergen en ella? Estos son los interrogantes que hayque hacerse esperando respuestas no tanto inmediatas y directas,cuanto ms bien profundas y a largo plazo a las que nos hanpreparado ya los anlisis precedentes. En efecto, ese paso de la Cartaa los Efesios no se puede entender correctamente si no es en elamplio contexto bblico, considerndolo como coronamiento de lostemas y de las verdades que, a travs de la Palabra de Dios reveladaen la Sagrada Escritura, van y vienen como grandes olas. Se trata detemas centrales y de verdades esenciales. Y por eso el citado textode la Carta a los Efesios es tambin un texto-clave y clsico.

    4. Es un texto muy conocido en la liturgia en la que aparecesiempre relacionado con el sacramento del matrimonio. La lex orandide la Iglesia ve en l una referencia explcita a este sacramento: y lalex orandi presupone y al mismo tiempo expresa siempre la lexcredendi. Admitiendo esta premisa hemos de preguntarnosenseguida: Cmo emerge la verdad sobre la sacramentalidad delmatrimonio en este texto clsico de la Carta a los Efesios? Cmose expresa y se confirma en l? Se ver claramente que la respuestaa estos interrogantes no puede ser inmediata y directa, sino gradual

    y a largo plazo. Esto se ve incluso en una primera lectura de estetexto, que nos lleva al libro del Gnesis y consiguientemente alprincipi, y que, en la descripcin de las relaciones entre Cristo y laIglesia toma de los escritos de los Profetas del Antiguo Testamento labien conocida analoga del amor nupcial entre Dios y su puebloescogido. Sin examinar estas relaciones resultara difcil responder ala pregunta sobre cmo la Carta a los Efesios trata de lasacramentalidad del matrimonio. As se ve cmo la prevista respuestaha de pasar a travs de todo el mbito de los problemas analizadosprecedentemente, es decir, a travs de la teologa del cuerpo.

    5. El sacramento o la sacramentalidad -en el sentido msgeneral de este trmino- se cruza con el cuerpo y presupone lateologa del cuerpo. Efectivamente, el sacramento segn elsignificado generalmente conocido, es un signo visible. El cuerpo ensu aspecto visible significa la visibilidad del mundo y del hombre.As, pues, de alguna manera -aunque sea de forma muy general- elcuerpo entra en la definicin del sacramento, siendo l mismo signovisible de una realidad invisible, es decir, de la realidad espiritual,trascendente, divina. Con este signo -y mediante este signo- Dios seda al hombre en su trascendente verdad y en su amor. El sacramentoes signo de la gracia y es un signo eficaz. No solo la indica y expresade modo visible en forma de signo, sino que la produce y contribuye

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    5/87

    eficazmente a hacer que la gracia se convierta en parte del hombre yque en l se realice y se cumpla la obra de la salvacin la obrapresente en los designios de Dios desde la eternidad y reveladaplenamente por Jesucristo.

    6. Dira que esta primera lectura del texto clsico de laCarta a los Efesios indica la direccin en la que se desarrollarnnuestros ulteriores anlisis. Es necesario que stos comiencen por lapreliminar comprensin del texto en s mismo; pero luego debenllevar, por decirlo as, ms all de sus confines, para comprenderdentro de lo posible hasta el fondo la inmensa riqueza de verdadrevelada por Dios y contenida en esa estupenda pgina. Utilizando laconocida expresin de la Constitucin Gaudium et spes, se puededecir que ese texto tomado de la Carta a los Efesios revela -demodo especial- el hombre al hombre y le indica su altsima vocacin

    (Gaudium et spes 22): en cuanto que el hombre participa de laexperiencia de la persona encarnada. De hecho Dios, creando alhombre a su imagen, desde el principio lo cre varn y mujer (Gn1, 27).

    En los anlisis sucesivos trataremos de comprender masprofundamente -sobre todo a la luz del citado texto de la Carta a losEfesios- el sacramento (especialmente, el matrimonio comosacramento): primero, en la dimensin de la Alianza y de la gracia, ydespus, en la dimensin del signo sacramental.

    (1) El problema de la paternidad paulina de la Carta a losEfesios, reconocida por algunos exegetas y negada por otros, puederesolverse con una posicin media, que aqu aceptamos comohiptesis de trabajo: o sea, que San Pablo confi algunos conceptos asu secretario, el cual despus los desarroll y perfil. Es sta lasolucin provisional del problema que tenemos presente, al hablar delAutor de la Carta a los Efesios, del Apstol y de San Pablo.

    88. Vida cristiana de la familia (4-VIII-82/8-VIII-82)1. En nuestra reflexin precedente cit el captulo V de la

    Carta a los Efesios (vv. 22-23). Ahora, despus de una primeralectura sobre este texto clsico, conviene examinar el modo en queeste pasaje -tan importante para el ministerio de la Iglesia, comopara la sacramentalidad del matrimonio- se encuadra en el contextoinmediato de toda la Carta.

    Aun sabiendo que hay una serie de problemas discutidosentre los escrituristas respecto a los destinatarios, a la paternidad eincluso a la fecha de su composicin, es necesario constatar que laCarta a los Efesios tiene una estructura muy significativa. El autor

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    6/87

    comienza esta Carta presentando el plan eterno de la salvacin delhombre en Jesucristo.

    ...Dios, Padre de nuestro Seor Jesucristo... en El noseligi... para que fusemos santos e inmaculados ante El en caridad,

    y nos predestin a la adopcin de hijos suyos por Jesucristo,conforme al beneplcito de su voluntad, para la alabanza delesplendor de su gracia, que nos otorg gratuitamente en el Amado,en quien tenemos la redencin por su sangre, la remisin de lospecados, segn las riquezas de su gracia..., para realizarlo alcumplirse los tiempos, recapitulando todas las cosas en Cristo... (Ef1, 3. 4-7. 10).

    El autor de la Carta a los Efesios, despus de haberpresentado con palabras llenas de gratitud el designio que, desde la

    eternidad, est en Dios y, a la vez, se realiza ya en la vida de lahumanidad, ruega al Seor para que los hombres (y directamente losdestinatarios de la Carta) conozcan plenamente a Cristo comocabeza: ...le puso por cabeza de todas las cosas en la Iglesia que essu cuerpo la plenitud del que lo acaba todo en todos (1, 22-23). Lahumanidad pecadora est llamada a una vida nueva en Cristo, enquien los gentiles y los judos deben unirse como en un templo (cf. 2.11-21). El Apstol es heraldo del misterio de Cristo entre los gentiles,a los cuales se dirige sobre todo, doblando las rodillas ante elPadre, y pidiendo que les conceda, segn la riqueza de su gloria,

    ser poderosamente fortalecidos en el hombre interior por su Espritu(3, 14. 16).

    2. Despus de esta revelacin tan profunda y sugestiva del misteriode Cristo en la Iglesia, el autor pasa, en la segunda parte de la Carta,a orientaciones ms detalladas, que miran a definir la vida cristianacomo vocacin que brota del plan divino, del que hemos habladoanteriormente, es decir, del misterio de Cristo en la Iglesia. Tambinel autor toca aqu diversas cuestiones, validas siempre para la vidacristiana. Exhorta a conservar la utilidad subrayando al mismo tiempo

    que esta unidad se construye sobre la multiplicidad y diversidad delos dones de Cristo. A cada uno se le ha dado un don diverso, perotodos, como cristianos, deben vestirse del hombre nuevo, creadosegn Dios en justicia y santidad verdaderas (4, 24). A esto estvinculada una llamada categrica a superar los vicios y adquirir lasvirtudes correspondientes a la vocacin que todos han obtenido enCristo (cf. 4, 25-32). El autor escribe: Sed, en fin, imitadores deDios, como hijos amados, y caminad en el amor, como Cristo nosam y se entreg por nosotros... en sacrificio (5, 1-2).

    3. En el captulo V de la Carta a los Efesios estas llamadas sehacen an ms concretas. El autor condena severamente los abusospaganos, escribiendo: Fuisteis algn tiempo tinieblas, pero ahora

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    7/87

    sois luz en el Seor; andad, pues, como hijos de la luz (5, 8). Yluego: No seis insensatos, sino entendidos de cul es la voluntadde Dios. Y no os embriaguis de vino (referencia al Libro de losProverbios 23, 31)..., al contrario, llenos del Espritu, hablando entrevosotros con salmos, himnos y cnticos espirituales, cantando y

    salmodiando al Seor en vuestros corazones (5, 17-19). El autor dela Carta quiere ilustrar con estas palabras el clima de vida espiritual,que debe animar a toda comunidad cristiana. Y, pasa luego, a lacomunidad domstica, esto es, a la familia. Efectivamente, escribe:Llenos del Espritu dando siempre gracias a Dios Padre por todaslas cosas en nombre de nuestro Seor Jesucristo, sujetos los unos alos otros en el temor de Cristo 15, 20-21). Y precisamente asentramos en el pasaje de la Carta que ser tema de nuestro anlisisparticular. Podemos constatar fcilmente que el contenido esencial deeste texto clsico aparece en el cruce de los dos principales hilos

    conductores de toda la Carta a los Efesios: el primero, el del misteriode Cristo que, como expresin del plan divino para la salvacin delhombre, se realiza en la Iglesia; el segundo, el de la vocacincristiana como modelo de vida para cada uno de los bautizados ycada una de las comunidades, correspondiente al misterio de Cristo,o sea, el plan divino para la salvacin del hombre.

    4. En el contexto inmediato del pasaje citado, el autor de laCarta trata de explicar de qu modo la vocacin cristiana, concebidaas, debe realizarse y manifestarse en las relaciones entre todos los

    miembros de una familia: por lo tanto, no slo entre el marido y lamujer (de quienes trata precisamente el pasaje del captulo 5, 22-23,elegido por nosotros), sino tambin entre padres e hijos. El autorescribe: Hijos, obedeced a vuestros padres en el Seor, porque esjusto. Honra a tu padre y a tu madre. Tal es el primer mandamiento,seguido de promesa, para que seis felices y tengis larga vida sobrela tierra. Y vosotros, padres, no exasperis a vuestros hijos, sinocriadlos en disciplina y en la enseanza del Seor (6, 1-4). Acontinuacin se habla de los deberes de los siervos con relacin a losamos y viceversa, de los amos en relacin a los siervos, esto es, a los

    esclavos (cf. 6, 5-9), lo que se refiere tambin a las orientacionesconcernientes a la familia en sentido amplio. Efectivamente, la familiaestaba constituida no slo por los padres e hijos (segn la sucesinde generaciones), sino tambin pertenecan a ellas en sentido amplioincluso los siervos de ambos sexos: esclavos y esclavas.

    5. As, pues el texto de la Carta a los Efesios, que nosproponemos hacer objeto de un anlisis profundo, se halla en elcontenido inmediato de enseanzas sobre las obligaciones morales dela sociedad familiar (las llamadas Haustaflen o cdigos domsticos,segn la definicin de Lutero). Encontramos tambin instruccionesanlogas en otras Cartas (por ejemplo, en la dirigida a losColosenses, 3, 18-4, y en la primera Carta de Pedro, 2, 13-3, 7).

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    8/87

    Adems, este contexto inmediato forma parte de nuestro pasaje, encuanto tambin el texto clsico que hemos elegido trata de losdeberes recprocos de los maridos y de las mujeres. Sin embargo,hay que notar que el pasaje 5. 22-23 de la Carta a los Efesios secentra de suyo exclusivamente en los cnyuges y en el matrimonio y

    lo que respecta a la familia, tambin en sentido amplio, se halla ya enel contexto. Pero antes de disponernos a hacer un anlisis profundodel texto, conviene aadir que toda la Carta termina con unestupendo estimulo a la lucha espiritual (cf. 6, 10-20), con brevesrecomendaciones (cf. 6, 21-22) y una felicitacin final (cf. 6, 23-24).La llamada a la lucha espiritual parece estar lgicamente fundada enla argumentacin de toda la Carta. Esa llamada es, por decirlo as, laconclusin explcita de sus principales hilos conductores.

    Teniendo as ante los ojos la estructura total de toda la Carta

    a los Efesios, en el primer anlisis trataremos de clasificar elsignificado de las palabras: sujetaos los unos a los otros en el temorde Cristo (5, 21), dirigidas a los maridos y a las mujeres.

    89. Relacin de los cnyuges a imagen de la relacin de Cristo con laIglesia (11-VIII-82/15-VIII-82)

    1. Comenzamos hoy un anlisis ms detallado del pasaje dela Carta a los Efesios 5, 21-33. El autor, dirigindose a los cnyuges,les recomienda que estn sujetos los unos a los otros en el temor de

    Cristo (5, 21).

    Se trata aqu de una relacin de doble dimensin o de doblegrado: recproco y comunitario El uno precisa y caracteriza al otro.Las relaciones recprocas del marido y de la mujer deben brotar de sucomn relacin con Cristo. El autor de la Carta habla del temor deCristo en un sentido anlogo a cuando habla del temor de Dios.En este caso, no se trata de temor o miedo, que es una actituddefensiva ante la amenaza de un mal, sino que se trata sobre todo derespeto por la santidad, por lo sacrum: se trata de la pietas que en

    el lenguaje del Antiguo Testamento fue expresada tambin con eltrmino temor de Dios (cf. por ejemplo, Sal 103, 11; Prov 1, 7; 23,17; Sir 1, 11-16). Efectivamente, esta pietas, nacida de la profundaconciencia del misterio de Cristo debe constituir la base de lasrelaciones recprocas entre los cnyuges.

    2. Igual que el contexto inmediato, tambin el texto elegidopor nosotros tiene un carcter parentico es decir, de instruccinmoral. El autor de la Carta desea indicar a los cnyuges cmo debenser sus relaciones recprocas y todo su comportamiento. Deduce laspropias indicaciones y directrices del misterio de Cristo presentado alcomienzo de la Carta. Este misterio debe estar espiritualmentepresente en las recprocas relaciones de los cnyuges. Penetrando

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    9/87

    sus corazones, engendrando en ellos ese santo temor de Cristo (esdecir, precisamente la pietas) el misterio de Cristo debe llevarlos aestar sujetos los unos a los otros: el misterio de la eleccin, desdela eternidad, de cada uno de ellos en Cristo para ser hijosadoptivos de Dios.

    3. La expresin que abre nuestro pasaje de Ef 5, 21-33, alque nos hemos acercado gracias al anlisis del contexto remoto einmediato, tiene una elocuencia muy particular. El autor habla de lamutua sujecin de los cnyuges, marido y mujer, y de este modo datambin a conocer cmo hay que entender las palabras que escribirluego sobre la sumisin de la mujer al marido. Efectivamente,leemos: Las casadas estn sujetas a sus maridos como al Seor(5, 22). Al expresarse as, el autor no intenta decir que el marido esamo de la mujer y que el contrato inter-personal propio del

    matrimonio es un contrato de dominio del marido sobre la mujer. Encambio, expresa otro concepto: esto es, que la mujer, en su relacincon Cristo -que es para los dos cnyuges el nico Seor- puede ydebe encontrar la motivacin de esa relacin con el marido, que brotade la esencia misma del matrimonio y de la familia. Sin embargo,esta relacin no es sumisin unilateral. El matrimonio, segn ladoctrina de la Carta a los Efesios, excluye ese componente delcontrato que gravaba y, a veces, no cesa de gravar sobre estainstitucin. En efecto, el marido y la mujer estn sujetos los unos alos otros, estn mutuamente subordinados. La fuente de esta

    sumisin recproca est en la pietas cristiana, y su expresin es elamor.

    4. El autor de la Carta subraya de modo particular este amor,al dirigirse a los maridos. Efectivamente escribe: Y vosotros, losmaridos, amad a vuestras mujeres... y con esta manera deexpresarse destruye cualquier temor que hubiera podido suscitar(dada la sensibilidad contempornea) la frase precedente: Lascasadas estn sujetas a sus maridos. El amor excluye todo gnerode sumisin, en virtud de la cual la mujer se convertira en sierva o

    esclava del marido, objeto de sumisin unilateral. El amor ciertamente hace que simultneamente tambin el marido est sujeto a lamujer, y sometido en esto al Seor mismo igual que la mujer almarido. La comunidad o unidad que deben formar por el matrimonio,se realiza a travs de una recproca donacin, que es tambin unamutua sumisin. Cristo es fuente y, a la vez, modelo de estasumisin que, al ser recproca en el temor de Cristo, confiere a launin conyugal un carcter profundo y maduro. Mltiples factores dendole psicolgica o de costumbre, se transforman en esta fuente yante este modelo, de manera que hacen surgir, dira, una nueva ypreciosa fusin de los comportamientos y de las relacionesbilaterales.

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    10/87

    5. El autor de la Carta a los Efesios no teme aceptar losconceptos propios de la mentalidad y de las costumbres de entonces;no teme hablar de la sumisin de la mujer al marido; ni tampocoteme (tambin en el ltimo versculo del texto que hemos citado)recomendar a la mujer que reverencie a su marido (5, 33).

    Efectivamente, es cierto que cuando el marido y la mujer se sometanel uno al otro en el temor de Cristo, todo encontrar su justoequilibrio, es decir corresponder a su vocacin cristiana en elmisterio de Cristo.

    6. Ciertamente es diversa nuestra sensibilidadcontempornea, diversas son tambin las mentalidades y lascostumbres, y es diferente la situacin social de la mujer con relacinal hombre. No obstante, el fundamental principio parentico queencontramos en la Carta a los Efesios, sigue siendo el mismo y ofrece

    los mismos frutos. La sumisin recproca en el temor de Cristo -sumisin que nace del fundamento de las pietas cristiana- formasiempre esa profunda y slida estructura que integra la comunidad delos cnyuges, en la que se realiza la verdadera comunin de laspersonas.

    7. El autor del texto a los Efesios, que comenz su Carta conuna magnfica visin del plan eterno de Dios para con la humanidad,no se limita a poner de relieve solamente los aspectos tradicionalesde las costumbres o los aspectos ticos del matrimonio, sino que

    sobrepasa el mbito de la enseanza y, al escribir sobre lasrelaciones recprocas de los cnyuges, descubre en ellas la dimensindel misterio de Cristo, de quien l es heraldo y apstol. Las casadasestn sujetas a sus maridos como al Seor, porque el marido escabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador desu cuerpo. Y como la Iglesia est sujeta a Cristo, as las mujeres asus maridos en todo. Vosotros, los maridos, amad a vuestrasmujeres, como Cristo am a la Iglesia y se entreg por ella... (5, 2223). De este modo, la enseanza propia de esta parte parentica dela Carta en cierto sentido se inserta en la realidad misma del

    misterio oculto desde la eternidad en Dios y revelado a la humanidaden Jesucristo. En la Carta a los Efesios somos testigos dira, de unencuentro particular de ese misterio con la esencia misma de lavocacin al matrimonio. Cmo hay que entender este encuentro?

    8. En el texto de la Carta a los Efesios este encuentro sepresenta ante todo como una gran analoga. Leemos all: Lascasadas estn sujetas a sus maridos como al Seor...; he aqu elprimer miembro de la analoga. Porque el marido es cabeza de lamujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia... ste es el segundomiembro, que constituye la clarificacin y la motivacin del primero.Y como la Iglesia est sujeta a Cristo, as las mujeres a susmaridos...: a la relacin de Cristo con la Iglesia, presentada antes,

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    11/87

    se expresa ahora como relacin de la Iglesia con Cristo, y aqu estcomprendiendo el siguiente miembro de la analoga. Finalmente:Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo am ala Iglesia y se entreg por ella...: he aqu el ltimo miembro de laanaloga. La continuacin del texto de la Carta desarrolla el

    pensamiento fundamental, contenido en el pasaje que acabamos decitar; y todo el texto de la Carta a los Efesios en el captulo 5 (vv. 21-33) est totalmente penetrado por la misma analoga; esto es, larelacin recproca entre los cnyuges, marido y mujer, los cristianosla entienden a imagen de la relacin entre Cristo y la Iglesia.

    90. El matrimonio, signo visible del eterno misterio divino (18-VIII-82/22-VIII-82)

    1. Al analizar los respectivos componentes de la Carta a losEfesios, constatamos en el captulo anterior que la relacin recprocaentre los cnyuges, marido y mujer, los cristianos la entienden aimagen de la relacin entre Cristo y la Iglesia.

    Esta relacin es, al mismo tiempo, revelacin y realizacindel misterio de la salvacin, de la eleccin de amor, escondidadesde la eternidad en Dios. En esta revelacin y realizacin elmisterio de la salvacin comprende el rasgo particular del amornupcial en la relacin de Cristo con la Iglesia, y por esto se puede

    expresar de la manera ms adecuada recurriendo a la analoga de larelacin que hay -que debe haber- entre marido y mujer dentro delmatrimonio. Esta analoga esclarece el misterio al menos hasta ciertopunto. Ms aun, parece que, segn el autor de la Carta a los Efesios,esta analoga es complementaria de la del Cuerpo mstico (cf. Ef1, 22-23), cuando tratamos de expresar el misterio de la relacin deCristo con la Iglesia, y remontndonos an ms lejos, el misterio delamor eterno de Dios al hombre, a la humanidad: el misterio que seexpresa y se realiza en el tiempo a travs de la relacin de Cristo conla Iglesia.

    2. Si -como hemos dicho- esta analoga ilumina el misterio, asu vez es iluminada por ese misterio. La relacin nupcial que une alos cnyuges, marido y mujer, debe -segn el autor de la Carta a losEfesios- ayudarnos a comprender el amor que une a Cristo con laIglesia, el amor recproco de Cristo y de la Iglesia, en el que serealiza el eterno designio divino de la salvacin del hombre. Sinembargo, el significado de la analoga no se agota aqu. La analogautilizada en la Carta a los Efesios, al esclarecer el misterio de larelacin entre Cristo y la Iglesia, descubre a la vez, la verdad esencialsobre el matrimonio esto es, que el matrimonio corresponde a lavocacin de los cristianos nicamente cuando refleja el amor queCristo-Esposo dona a la Iglesia, su Esposa, y con el que la Iglesia (a

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    12/87

    semejanza de la mujer sometida, por lo tanto, plenamentedonada) trata de corresponder a Cristo. Este es el amor redentor,salvador, el amor con el que el hombre, desde la eternidad, ha sidoamado por Dios en Cristo: En El nos eligi antes de la constitucindel mundo para que fusemos santos e inmaculados ante El... (Ef 1,

    4).

    3. El matrimonio corresponde a la vocacin de los cristianosen cuanto cnyuges slo si, precisamente, se refleja y se realiza en lese amor. Esto aparecer claro si tratamos de leer de nuevo laanaloga paulina en direccin inversa es decir, partiendo de larelacin de Cristo con la Iglesia, y dirigindonos luego a la relacindel marido y de la mujer en el matrimonio. En el texto se usa el tonoexhortativo: Las mujeres estn sujetas a sus maridos..., como laIglesia est sujeta a Cristo. Y, por otra parte: Vosotros, los

    maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo am a la Iglesia....Estas expresiones demuestran que se trata de una obligacin moral.Sin embargo, para poder recomendar esta obligacin, es necesarioadmitir que en la esencia mismo del matrimonio se encierra unapartcula del mismo misterio. De otro modo, toda esta analogaestara suspendida en el aire. La invitacin del autor de la Carta a losEfesios, dirigida a los cnyuges, para que modelen sus relacionesrecprocas a semejanza de las relaciones de Cristo con la Iglesiacomo-as estara privada de una base real, como si le faltara latierra bajo los pies. Esta es la lgica de la analoga utilizada en el

    citado texto a los Efesios.

    4. Como se ve, esta analoga acta en dos direcciones. Si,por una parte, nos permite comprender mejor la esencia de larelacin de Cristo con la Iglesia, por otra, a la vez, nos permitepenetrar ms profundamente en la esencia del matrimonio, al queestn llamados los cristianos. Manifiesta, en cierto sentido, el modoen que este matrimonio, en su esencia ms profunda, emerge delmisterio del amor eterno de Dios al hombre y a la humanidad: de esemisterio salvfico que se realiza en el tiempo mediante el amor

    nupcial de Cristo a la Iglesia. Partiendo de las palabras de la Carta alos Efesios (5, 22-33), podemos desarrollar luego el pensamientocontenido en la gran analoga paulina en dos direcciones: tanto en ladireccin de una comprensin ms profunda de la Iglesia, como en ladireccin de una comprensin ms profunda del matrimonio. Ennuestras consideraciones seguiremos, ante todo, esta segunda,recordando que en la base de la comprensin del matrimonio en suesencia misma, est la relacin nupcial de Cristo con la Iglesia. Estarelacin se analiza ms detalladamente an para poder establecer-suponiendo la analoga con el matrimonio cmo ste se convierte ensigno visible del eterno misterio divino, a imagen de la Iglesia unidacon Cristo. De este modo la Carta a los Efesios nos lleva a las basesmismas de la sacramentalidad del matrimonio.

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    13/87

    5. Comencemos, pues, un anlisis detallado del texto.Cuando leemos en la Carta a los Efesios que el marido es cabeza dela mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, y salvador de sucuerpo (5, 23), podemos suponer que el autor, que ha aclarado yaantes que la sumisin de la mujer al marido, como cabeza, se

    entiende como sumisin recproca en el temor de Cristo, seremonta al concepto arraigado en la mentalidad del tiempo, paraexpresar ante todo la verdad acerca de la relacin de Cristo con laIglesia, esto es, que Cristo es cabeza de la Iglesia. Es cabeza comosalvador de su cuerpo. Precisamente la Iglesia es ese cuerpo que -estando sometido en todo a Cristo como a su cabeza- recibe de Eltodo aquello por lo que viene a ser y es su cuerpo: es decir, laplenitud de la salvacin como don de Cristo, el cual se ha entregadoa s mismo por ella hasta el fin. La entrega de Cristo al Padre pormedio de la obediencia hasta la muerte de cruz adquiere aqu un

    sentido estrictamente eclesiolgico: Cristo am a la Iglesia y seentreg por ella (Ef 5, 25). A travs de una donacin total por amorha formado a la Iglesia como su cuerpo y continuamente la edifica,convirtindose en su cabeza. Como cabeza es salvador de su cuerpoy, a la vez, como salvador es cabeza. Como cabeza y salvador de laIglesia es tambin esposo de su esposa.

    6. La Iglesia es ella misma en tanto en cuanto, como cuerpo,recibe de Cristo, su cabeza, todo el don de la salvacin como fruto delamor de Cristo y de su entrega por la Iglesia: fruto de la entrega de

    Cristo hasta el fin. Ese don de si al Padre por medio de la obedienciahasta la muerte (cf. Flp 2, 8), es al mismo tiempo, segn la Carta alos Efesios, un entregarse a s mismo por la Iglesia. En estaexpresin, dira que el amor redentor se transforma en amor nupcial:Cristo, al entregarse a s mismo por la Iglesia, con el mismo actoredentor se ha unido de una vez para siempre con ella, como elesposo con la esposa, como el marido con la mujer, entregndose atravs de todo lo que, de una vez para siempre, est incluido en esesu darse a s mismo por la Iglesia. De este modo, el misterio de laredencin del cuerpo lleva en si, de alguna manera, el misterio de

    las bodas del Cordero (cf. Ap 19, 7). Puesto que Cristo es cabeza delcuerpo, todo el don salvfico de la redencin penetra a la Iglesia comoal cuerpo de esa cabeza, y forma continuamente la ms profunda,esencial sustancia de su vida. Y la forma de manera nupcial, ya queen el texto citado la analoga del cuerpo-cabeza pasa a la analoga delesposo-esposa, o mejor, del marido-mujer. Lo demuestran lospasajes sucesivos del texto a los que nos conviene pasar msadelante.

    91. El esposo y la esposa en el misterio de Cristo y de la Iglesia (25-VIII-82/29-VIII-82)

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    14/87

    1. En las precedentes reflexiones sobre el captulo 5 de laCarta a los Efesios (21-33) hemos llamado especialmente la atencinsobre la analoga de la relacin que existe entre Cristo y la Iglesia, yde la que existe entre el esposo y la esposa, esto es, entre el maridoy la mujer, unidos por el vnculo matrimonial. Antes de disponernos al

    anlisis de los pasajes siguientes del texto en cuestin, debemostomar conciencia del hecho de que en el mbito de la fundamentalanaloga paulina: Cristo e Iglesia, por una parte, hombre y mujer,como esposos, por otra, hay tambin una analoga suplementaria:esto es, la analoga de la Cabeza y del Cuerpo. Precisamente estaanaloga confiere un significado principalmente eclesiolgico alenunciado que analizamos: la Iglesia, como tal, est formada porCristo; est constituida por El en su parte esencial, como el cuerpopor la cabeza. La unin del cuerpo con la cabeza es sobre todo denaturaleza orgnica, es, sencillamente, la unin somtica del

    organismo humano. Sobre esta unin orgnica se funda, de mododirecto la unin biolgica, en cuanto se puede decir que el cuerpovive de la cabeza (si bien del mismo modo, aunque de otra manera,la cabeza vive del cuerpo). Y adems, si se trata del hombre, sobreesta unin orgnica se funda tambin la unin psquica, entendida ensu integridad y, en definitiva, la unidad integral de la personahumana.

    2. Como ya he dicho (al menos en el pasaje analizado), elautor de la Carta a los Efesios ha introducido la analoga

    suplementaria de la cabeza y del cuerpo en el mbito de la analogadel matrimonio. Parece incluso que haya concebido la primeraanaloga: cabeza, cuerpo, de manera ms central desde el puntode vista de la verdad sobre Cristo y sobre la Iglesia, que l proclama.Sin embargo, hay que afirmar del mismo modo que no la ha puestoal lado o fuera de la analoga del matrimonio como vnculo nupcial.Ms an, al contrario. En todo el texto de la Carta a los Efesios (5,22-33), y especialmente en la primera parte, de la que nos estamosocupando (5, 22-23), el autor habla como si en el matrimoniotambin el marido fuera cabeza de la mujer, y la mujer cuerpo

    del marido, cual si los dos cnyuges formaran una unin orgnica.Esto puede hallar su fundamento en el texto del Gnesis donde sehabla de una sola carne (Gn 2, 24), o sea, en el mismo texto alque se referir el autor de la Carta a los Efesios despus en el marcode su gran analoga. No obstante, en el texto del libro del Gnesis sepone claramente de relieve que se trata del hombre y de la mujercomo de dos distintos sujetos personales, que decidenconscientemente su unin conyugal, definida por el arcaico texto conlos trminos: una sola carne. Y tambin en la Carta a los Efesiosqueda igualmente claro. El autor se sirve de una doble analoga:cabeza-cuerpo, marido-mujer, a fin de ilustrar con claridad lanaturaleza de la unin entre Cristo y la Iglesia. En cierto sentido,

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    15/87

    especialmente en este primer pasaje del texto a los Efesios 5, 22-23,la dimensin eclesiolgica parece decisiva y predominante.

    3. Las casadas estn sujetas a sus maridos como al Seor;porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la

    Iglesia y salvador de su cuerpo. Y como la Iglesia est sujeta aCristo, as las mujeres a sus maridos en todo. Vosotros, los maridos,amad a vuestras mujeres, como Cristo am a la Iglesia y se entregpor ella... (Ef 5, 22-25).

    Esta analoga suplementaria cabeza-cuerpo hace que en elmbito de todo el pasaje de la Carta a los Efesios 5, 22-33, nosencontremos con dos sujetos distintos, los cuales, en virtud de unaespecial relacin recproca, vienen a ser, en cierto sentido un solosujeto: la cabeza constituye juntamente con el cuerpo un sujeto (en

    el sentido fsico y metafsico), un organismo, una persona humana,un ser. No cabe duda de que Cristo es un sujeto diverso de la Iglesia,sin embargo, en virtud de una relacin especial, se une con ella,como en una unin orgnica de cabeza y cuerpo: la Iglesia es asfuertemente, as esencialmente ella misma en virtud de la unin conCristo (mstico). Se puede decir lo mismo de los esposos, delhombre y de la mujer, unidos por un vnculo matrimonial? Si el autorde la Carta a los Efesios ve la analoga de la unin de la cabeza con elcuerpo tambin en el matrimonio, esta analoga, en cierto sentido,parece referirse al matrimonio, teniendo en cuenta la unin que

    Cristo constituye con la Iglesia y la Iglesia con Cristo. La analoga,pues, se refiere sobre todo al matrimonio mismo como a la unin envirtud de la cual sern dos una sola carne (Ef 5, 31; cf. Gn 2, 24).

    4. Sin embargo, esta analoga no oscurece la individualidadde los sujetos: la del marido y la de la mujer, es decir, la esencial bi-subjetividad que est en la base de la imagen de un solo cuerpo,ms an, la esencial bi-subjetividad del marido y de la mujer en elmatrimonio, que hace de ellos, en cierto sentido, un solo Cuerpo,pasa, en el mbito de todo el texto que estamos examinando (Ef 5,

    22-33), a la imagen de la Iglesia-Cuerpo, unido con Cristo comoCabeza. Esto se ve especialmente en la continuacin de este texto,donde el autor describe la relacin de Cristo con la Iglesiaprecisamente mediante la imagen de la relacin del marido con lamujer. En esta descripcin la Iglesia-Cuerpo de Cristo aparececlaramente como el sujeto segundo de la unin conyugal, al cual elsujeto primero, Cristo, manifiesta el amor con que la ha amado,entregndose a s mismo por ella. Ese amor es imagen y, sobretodo, modelo del amor que el marido debe manifestar a la mujer enel matrimonio cuando ambos estn sometidos uno al otro en eltemor de Cristo.

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    16/87

    5. Efectivamente, leemos: Vosotros, los maridos, amad avuestras mujeres, como Cristo am a la Iglesia y se entreg por ellapara santificarla, purificndola, mediante el lavado del agua, con lapalabra, a fin de presentrsela as gloriosa, sin mancha o arruga ocosa semejante, sino santa e inmaculada. Los maridos deben amar a

    sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a smismo se ama, y nadie aborrece jams su propia carne, sino que laalimenta y la abriga como Cristo a la Iglesia, porque somos miembrosde su cuerpo. Por esto dejar el hombre a su padre y a su madre y seunir a su mujer, y sern dos en una carne (Ef 5, 25-31).

    6. Es fcil descubrir que en esta parte del texto de la Carta alos Efesios 5, 22-33 prevalece claramente la bi-subjetividad: sepone de relieve tanto en la relacin Cristo-Iglesia como en la relacinmarido-mujer. Esto no quiere decir que desaparezca la imagen de un

    sujeto nico: la imagen de un solo cuerpo. Esta se conservaincluso en el pasaje de nuestro texto, y en cierto sentido est alltodava mejor explicada. Lo veremos con mayor claridad al analizardetalladamente el pasaje antes citado. As, pues, el autor de la Cartaa los Efesios habla del amor de Cristo a la Iglesia, explicando el modoen que se expresa ese amor, y presentando, a la vez, tanto ese amorcomo sus expresiones cual modelo que debe seguir el marido conrelacin a la propia mujer. El amor de Cristo a la Iglesia tiene comofinalidad esencialmente su santificacin: Cristo am a la Iglesia y seentreg por ella... para santificarla (Ef 5, 25-26). En el principio de

    esta santificacin est el bautismo fruto primero y esencial de laentrega de si que Cristo ha hecho por la Iglesia. En este texto elbautismo no es llamado por su propio nombre, sino definido comopurificacin mediante el lavado del agua, con la palabra (Ef 5-26).Este lavado, con la potencia que se deriva de la donacin redentorade s, que Cristo ha hecho por la Iglesia, realiza la purificacinfundamental mediante la cual el amor de El a la Iglesia adquiere uncarcter nupcial a los ojos del autor de la Carta.

    7. Es sabido que en el sacramento del bautismo participa un

    sujeto individual en la Iglesia. Sin embargo, el autor de la Carta, atravs de ese sujeto individual del bautismo ve a toda la Iglesia. Elamor nupcial de Cristo se refiere a ella, a la Iglesia, siempre que unapersona individual recibe en ella la purificacin fundamental pormedio del bautismo. El que recibe el bautismo, en virtud del amorredentor de Cristo, se hace, al mismo tiempo, participe de su amornupcial a la Iglesia. El lavado del agua, con la palabra en nuestrotexto es la expresin del amor nupcial en el sentido de que prepara ala esposa (Iglesia) para el esposo, hace a la Iglesia esposa de Cristo,dira in actu primo. Algunos estudiosos de la Biblia observan aquque, en el texto que hemos citado, el lavado del agua evoca laablucin ritual que preceda a los desposorios, y que constitua unimportante rito religioso incluso entre los griegos.

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    17/87

    8. Como sacramento del bautismo el lavado del agua con lapalabra (Ef 5, 26) convierte a la Iglesia en esposa no slo in actuprimo, sino tambin en la perspectiva ms lejana, o sea, en laperspectiva escatolgica. Esta se abre ante nosotros cuando, en laCarta a los Efesios, leemos que el lavado del agua sirve, por parte

    del esposo, a fin de presentrsela as gloriosa, sin mancha o arrugao cosa semejante, sino santa e inmaculada (Ef 5, 27). La expresinpresentrsela parece indicar el momento del desposorio, cuando laesposa es llevada al esposo, vestida ya con el traje nupcial, yadornada para la boda. El texto citado pone de relieve que el mismoCristo-Esposo se preocupa de adornar a la Esposa-Iglesia, procuraque est hermosa con la belleza de la gracia, hermosa gracias al donde la salvacin en su plenitud, concedido ya desde el sacramento delbautismo. Pero el bautismo es slo el comienzo, del que deber surgirla figura de la Iglesia gloriosa (como leemos en el texto), cual fruto

    definitivo del amor redentor y nupcial, solamente en la ltima venidade Cristo (parusa).

    Vemos con cunta profundidad el autor de la Carta a losEfesios escruta la realidad sacramental, al proclamar su grananaloga: tanto la unin de Cristo con la Iglesia, como la uninnupcial del hombre y de la mujer en el matrimonio quedaniluminados de este modo por una especial luz sobrenatural.

    92. El amor de Cristo a la Iglesia, modelo del amor conyugal (1-IX-

    82/5-IX-82)

    1. El autor de la Carta a los Efesios, al proclamar la analogaentre el vnculo nupcial que une a Cristo y a la Iglesia, y el que une almarido y la mujer en el matrimonio, escribe as. Vosotros, losmaridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo am a la Iglesia y seentreg por ella para santificarla, purificndola, mediante el lavadodel agua, con la palabra, a fin de presentrsela as gloriosa, sinmancha o arruga o cosa semejante, sino santa e intachable (Ef 5,25-27).

    2. Es significativo que la imagen de la Iglesia gloriosa sepresente, en el texto citado, como una esposa toda ella hermosa ensu cuerpo. Ciertamente, se trata de una metfora; pero resulta muyelocuente y testimonia cun profundamente incide la importancia delcuerpo en la analoga del amor nupcial. La Iglesia gloriosa es laque no tiene mancha ni arruga. Mancha puede entenderse comosigno de fealdad, arruga como signo de envejecimiento y senilidad.En el sentido metafrico, tanto una como otra expresin indican losdefectos morales, el pecado. Se puede aadir que en San Pablo elhombre viejo significa el hombre del pecado (cf. Rom 6, 6). Cristo,pues, con su amor redentor y nupcial hace ciertamente que la Iglesia

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    18/87

    no slo venga a estar sin pecado, sino que se conserve eternamentejoven.

    3. Como puede verse, el mbito de la metfora es muyamplio. Las expresiones que se refieren directa e inmediatamente al

    cuerpo humano, caracterizndolo en las relaciones recprocas entre elesposo y la esposa, entre el marido y la mujer, indican, al mismotiempo, atributos y cualidades de orden moral, espiritual ysobrenatural. Esto es esencial para tal analoga. Por tanto, el autor dela Carta puede definir el estado glorioso de la Iglesia en relacincon el estado del cuerpo de la esposa, libre de seales de fealdad oenvejecimiento (o cosa semejante), sencillamente como santidad yausencia del pecado: As es la Iglesia santa e intachable. Resultaobvio, pues de qu belleza de la esposa se trata, en que sentido laIglesia es Cuerpo de Cristo y en qu sentido ese Cuerpo-Esposa

    acoge el don del Esposo que am a la Iglesia y se entreg por ella.No obstante, es significativo que San Pablo explique toda estarealidad que por esencia es espiritual y sobrenatural, por medio de lasemejanza del cuerpo y del amor, en virtud de los cuales los esposos,marido y mujer, se hacen una sola carne.

    4. En todo el pasaje del texto citado esta bien claramenteconservado el principio de la bi-subjetividad: Cristo-Iglesia, Esposo-Esposa (marido-mujer). El autor presenta el amor de Cristo a laIglesia -ese amor que hace de la Iglesia el Cuerpo de Cristo, del que

    El es la Cabeza- como modelo del amor de los esposos y comomodelo de las bodas del esposo y la esposa. El amor obliga alesposo-marido a ser solcito del bien de la esposa-mujer, lecompromete a desear su belleza y, al mismo tiempo, a sentir estabelleza fsica. El esposo se fija con atencin en su esposa como con lacreadora, amorosa inquietud de encontrar todo lo que de bueno y debello hay en ella y desea para ella. El bien que quien ama crea, consu amor, en la persona amada, es como una verificacin del mismoamor y su medida. Al entregarse a s mismo de la manera msdesinteresada, el que ama no lo hace al margen de esta medida y de

    esta verificacin.5. Cuando el autor de la Carta a los Efesios -en los siguientes

    versculos del texto (5, 28-29) piensa exclusivamente en los espososmismos, la analoga de la relacin de Cristo con la Iglesia resuenaan ms profundamente y le impulsa a expresarse as: Los maridosdeben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo (Ef 5, 28). Aquretorna, pues, el tema de una sola carne, que en dicha frase y enlas frases siguientes no slo se reitera, sino que tambin seesclarece. Si los maridos deben amar a sus mujeres como al propiocuerpo, esto significa que esa uni-subjetividad se funda sobre la basede la bi-subjetividad y no tiene carcter real, sino intencional: elcuerpo de la mujer no es el cuerpo propio del marido, pero debe

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    19/87

    amarlo como a su propio cuerpo. Se trata, pues, de la unidad, no enel sentido ontolgico, sino moral: de la unidad por amor.

    6. El que ama a su mujer, a s mismo se ama (Ef 5, 28).Esta frase confirma an ms ese carcter de unidad. En cierto sentido

    el amor hace del yo del otro el propio yo: el yo de la mujer,dira, se convierte por amor en el yo del marido. El cuerpo es laexpresin de ese yo y el fundamento de su identidad. La unin delmarido y de la mujer en el amor se expresa tambin a travs delcuerpo. Se expresa en la relacin recproca, aunque el autor de laCarta a los Efesios lo indique sobre todo por parte del marido. Este esel resultado de la estructura de la imagen total. Aunque los cnyugesdeben estar sometidos unos a los otros en el temor de Cristo (estoya se puso de relieve en el primer versculo del texto citado: (Ef 5,22-23), sin embargo, a continuacin el marido es sobre todo, el que

    ama y la mujer, en cambio, la que es amada. Se podra inclusoarriesgar la idea de que la sumisin de la mujer al marido,entendida en el contexto de todo el pasaje (5, 22-23) de la Carta alos Efesios, significaba, sobre todo, experimentar el amor. Tantoms cuanto que esta sumisin se refiere a la imagen de lasumisin de la Iglesia a Cristo, que consiste ciertamente enexperimentar su amor. La Iglesia, como esposa, al ser objeto delamor redentor de Cristo Esposo, se convierte en su cuerpo. La mujer,al ser objeto del amor nupcial del marido, se convierte en una solacarne con l en cierto sentido, en su propia carne. El autor

    repetir esta idea una vez ms en la ltima frase del pasaje queestamos analizando: Por lo dems, ame cada uno a su mujer, ymela como a s mismo (Ef 5, 33).

    7. Esta es la unidad moral, condicionada y constituida por elamor. El amor no solo une a dos sujetos, sino que les permitecompenetrarse mutuamente, perteneciendo espiritualmente el uno alotro, hasta tal punto que el autor de la Carta puede afirmar: El queama a su mujer, a s mismo se ama (Ef 5, 28). El yo se hace, encierto sentido, el t, y el t el yo (se entiende en sentido

    moral). Y por esto la continuacin del texto que estamos analizando,dice as: Nadie aborrece jams su propia carne, sino que la alimentay la abriga como Cristo a la Iglesia, por que somos miembros de sucuerpo (Ef 5, 29-30). La frase que inicialmente se refiere an a lasrelaciones de los cnyuges, en la fase sucesiva retorna explcitamentea la relacin Cristo Iglesia, y as, a la luz de esa relacin, nos inducea definir el sentido de toda la frase. El autor, despus de haberexplicado el carcter de la relacin del marido con la propia mujer,formando una sola carne, quiere reforzar an ms su afirmacinprecedente El que ama a su mujer, a s mismo se aman y, encierto sentido, sostenerla con la negacin y la exclusin de laposibilidad opuesta (nadie aborrece jams su propia carne, Ef 5,29). En la unin por amor, el cuerpo del otro se convierte en

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    20/87

    propio, en el sentido de que se tiene solicitud del bien del cuerpodel otro como del propio. Dichas palabras, al caracterizar el amorcarnal que debe unir a los esposos, expresan, puede decirse, elcontenido ms general y, a la vez, el ms esencial. Parece que hablande este amor, sobre todo, con el leaguaje del gape.

    8. La expresin, segn la cual, el hombre alimenta yabriga la propia carne -es decir, el marido alimenta y abriga lacarne de la mujer como la suya propia- parece indicar ms bien lasolicitud de los padres, la relacin tutelar, mejor que la ternuraconyugal. Se debe buscar la motivacin de este carcter en el hechode que el autor pasa aqu indistintamente de la relacin que une a losesposos a la relacin entre Cristo y la Iglesia. Las expresiones que serefieren al cuidado del cuerpo, y ante todo a su nutricin, a sualimentacin, sugieren a muchos estudiosos de la Sagrada Escritura

    una referencia a la Eucarista, con la que Cristo, en su amor nupcial,alimenta a la Iglesia. Si estas expresiones, aunque en tono menor,indican el carcter especfico del amor conyugal, especialmente delamor en virtud del cual los cnyuges se hacen una sola carne, almismo tiempo, ayudan a comprender, al menos de modo general, ladignidad del cuerpo y el imperativo moral de tener cuidado por subien: de ese bien que corresponde a su dignidad. El parangn con laIglesia como Cuerpo de Cristo, Cuerpo de su amor redentor y, a lavez, nupcial, debe dejar en la conciencia de los destinatarios de laCarta a los Efesios (5, 22-23) un sentido profundo del sacrum del

    cuerpo humano en general, y especialmente en el matrimonio, comolugar donde este sentido del sacrum determina de maneraparticularmente profunda las relaciones recprocas de las personas y,sobre todo, las del hombre con la mujer, en cuanto mujer y madre desus hijos.

    93. La sacramentalidad del matrimonio (8-IX-82/12-IX-82)

    1. El autor de la Carta a los Efesios escribe: Nadie aborrecejams su propia carne, sino que la alimenta y la abriga como Cristo a

    la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo (Ef 5, 29-30).Despus de este versculo, el autor juzga oportuno citar el que entoda la Biblia puede ser considerado el texto fundamental sobre elmatrimonio, texto contenido en el Gnesis, captulo 2, 24: Por estodejar el hombre a su padre y a su madre y se unir a su mujer, ysern dos en una carne (Ef 5, 31: Gn 2, 24). Se puede deducir delcontexto inmediato de la Carta a los Efesios que la cita del libro delGnesis (Gn 2, 24) es aqu necesaria no tanto para recordar launidad de los esposos, definida desde el principio en la obra de lacreacin, cuanto para presentar el misterio de Cristo con la Iglesia,de donde el autor deduce la verdad sobre la unidad de los cnyuges.Este es el punto ms importante de todo el texto, en cierto sentido,su clave angular. El autor de la Carta a los Efesios encierra en estas

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    21/87

    palabras todo lo que ha dicho anteriormente, al trazar la analoga ypresentar la semejanza entre la unidad de los esposos y la unidad deCristo con la Iglesia. Al citar las palabras del libro del Gnesis (Gn2-24) el autor pone de relieve que las bases de esta analoga sebuscan en la lnea que, dentro del plan salvfico de Dios, une el

    matrimonio, como la ms antigua revelacin (y manifestacin) deese plan en el mundo creado, con la revelacin y manifestacindefinitiva, esto es, la revelacin de que Cristo am a la Iglesia y seentreg por ella (Ef 5, 25), dando a su amor redentor un carcter ysentido nupcial.

    2. As, pues, esta analoga que impregna el texto de la Cartaa los Efesios (5, 22-23) tiene su base ltima en el plan salvfico deDios. Esto quedar an ms claro y evidente cuando situemos elpasaje del texto, que hemos analizado, en el contexto general de la

    Carta a los Efesios. Entonces se comprender ms fcilmente la raznpor la que el autor, despus de haber citado las palabras del libro delGnesis (2, 24), escribe: Gran misterio este, pero entendido deCristo y de la Iglesia (Ef 5, 32).

    En el contexto global de la Carta a los Efesios y ademn en elcontexto ms amplio de las palabras de la Sagrada Escritura, querevelan el plan salvfico de Dios desde el principio, es necesarioadmitir que el trmino mysterion significa aqu el misterio antesoculto en la mente divina y despus revelado en la historia del

    hombre. Efectivamente, se trata de un misterio grande, dada suimportancia: ese misterio, como plan salvfico de Dios con relacin ala humanidad, es, en cierto sentido, el tema central de todarevelacin, su realidad central. Es lo que Dios, como Creador y Padredesea transmitir sobre todo a los hombres en su Palabra.

    3. Se trataba de transmitir no slo la buena noticia sobrela salvacin, sino de comenzar, al mismo tiempo, la obra de lasalvacin, como fruto de la gracia que santifica al hombre para lavida eterna en la unin con Dios. Precisamente en el camino de esta

    revelacin-realizacin, San Pablo pone de relieve la continuidad entrela ms antigua Alianza, que Dios estableci al constituir elmatrimonio ya en la obra de la creacin, y la Alianza definitiva en laque Cristo, despus de haber amado a la Iglesia y haberse entregadopor ella, se une a la misma de modo nupcial, esto es, comocorresponde a la imagen de los esposos. Esta continuidad de lainiciativa salvfica de Dios constituye la base esencial de la grananaloga contenida en la Carta a los Efesios. La continuidad de lainiciativa salvfica de Dios significa la continuidad e incluso laidentidad del misterio, del gran misterio, en las diversas fases desu revelacin -por lo tanto, en cierto sentido, de su manifestacin-y, a la vez, de su realizacin; en la fase ms antigua desde el

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    22/87

    punto de vista de la historia del hombre y de la salvacin, y en la fasede la plenitud de los tiempos (Gl 4, 4).

    4. Se puede entender ese gran misterio comosacramento? Acaso el autor de la Carta a los Efesios habla en el

    texto que hemos citado, del sacramento del matrimonio? Si no hablade l directamente y en sentido estricto -en este punto hay que estarde acuerdo con la opinin bastante difundida de los escrituristas ytelogos-, sin embargo, parece que en este texto habla de las basesde la sacramentalidad de toda la vida cristiana, y en particular, de lasbases de la sacramentalidad del matrimonio. Habla, pues, de lasacramentalidad de toda la existencia cristiana en la Iglesia, yespecialmente del matrimonio de modo indirecto pero del modo msfundamental posible.

    5. Sacramento no es sinnimo de misterio (1).Efectivamente, el misterio permanece oculto -escondido en Diosmismo-, de manera que, incluso despus de su proclamacin (o sea,revelacin), no cesa de llamarse misterio, y se predica tambincomo misterio. El sacramento presupone la revelacin del misterio ypresupone tambin su aceptacin mediante la fe, por parte delhombre. Sin embargo, es, a la vez, algo ms que la proclamacin delmisterio y la aceptacin de l mediante la fe. El sacramento consisteen manifestar ese misterio en un signo que sirve no slo paraproclamar el misterio, sino tambin para realizarlo en el hombre. El

    sacramento es signo visible y eficaz de la gracia. Mediante l, serealiza en el hombre el misterio escondido desde la eternidad enDios, del que habla la Carta a los Efesios (cf. Ef 1, 9) al comienzo;misterio de la llamada a la santidad, por parte de Dios, del hombreen Cristo, y misterio de su predestinacin a convertirse en hijoadoptivo. Se realiza de modo misterioso, bajo el velo de un signo: noobstante, el signo es siempre un hacer sensible ese misteriosobrenatural que acta en el hombre bajo su velo.

    6. Al considerar el pasaje de la Carta a los Efesios que hemos

    analizado, y en particular las palabras; Gran misterio ste, peroentendido de Cristo y de la Iglesia, hay que constatar que el autorde la Carta escribe no slo del gran misterio escondido en Dios, sinotambin -y sobre todo- del misterio que se realiza por el hecho deque Cristo, que con acto de amor redentor am a la Iglesia y seentreg por ella, con el mismo acto se ha unido a la Iglesia de modonupcial, como se unen recprocamente marido y mujer en elmatrimonio instituido por el Creador. Parece que las palabras de laCarta a los Efesios motivan suficientemente lo que leemos alcomienzo mismo de la Constitucin Lumen gentium:... La Iglesiaes en Cristo como un sacramento, o sea, signo e instrumento de launin ntima con Dios y de la unidad de todo el genero humano(Lumen gentium, 1).

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    23/87

    Este texto del Vaticano II no dice: La Iglesia es

    sacramento, sino es como un sacramento, indicando as que de lasacramentalidad de la Iglesia hay que hablar de modo analgico y noidntico respecto a lo que entendemos cuando nos referimos a los

    siete sacramentos que administra la Iglesia por institucin de Cristo.Si existen las bases para hablar de la Iglesia como de un sacramento,la mayor parte de estas bases estn indicadas precisamente en laCarta a los Efesios.

    7. Se puede decir que esta sacramentalidad de la Iglesia estconstituida por todos los sacramentos, mediante los cuales ellarealiza su misin santificadora. Adems se puede decir que lasacramentalidad de la Iglesia es fuente de los sacramentos, y enparticular del Bautismo y de la Eucarista, como se deduce del pasaje,

    ya analizado de la Carta a los Efesios (cf. Ef 5, 25-33). Finalmentehay que decir que la sacramentalidad de la Iglesia permanece en unarelacin particular con el matrimonio: el sacramento ms antiguo.

    (1) El sacramento, concepto central para nuestrasreflexiones, ha recorrido un largo camino durante los siglos. Lahistoria semntica del trmino sacramento hay que comenzarladesde el trmino griego mysterion, que, a decir verdad, en el librode Judit significa todava los planes militares del rey (consejosecreto, cf. Jdt 2, 2), pero ya en el libro de la Sabidura (2, 22) y en

    la profeca de Daniel (2, 27) significa los planes creadores de Dios yel fin que El asigna al mundo y que slo se revelan a los confesoresfieles.

    En este sentido mysterion, slo aparece una vez en losEvangelios: a vosotros os ha sido dado conocer el misterio del reinode Dios (Mc 4, 11 y par.). En las grandes Cartas de San Pablo esetrmino se encuentra siete veces, culminando en la revelacin delmisterio tenido secreto en los tiempos eternos, pero manifestadoahora... (Rom 16, 25-26).

    En las Cartas posteriores tiene lugar la identificacin delmysterion con el Evangelio (cf. Ef 6, 19) e incluso con el mismoJesucristo (cf. Col 2, 2; 4. 3; Ef 3, 4), lo que constituye un cambioen la inteligencia del trmino; mysterion no es ya slo el planeterno de Dios, sino la realizacin en la tierra de ese plan, reveladoen Jesucristo.

    Por esto, en el perodo patrstico comienzan a llamarsemysterion incluso los acontecimientos histricos en los que semanfiesta la voluntad divina de salvar al hombre. Ya en el siglo II, enlos escritos de San Ignacio de Antioqua, de San Justino y Melitn, los

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    24/87

    misterios de la vida de Jess, las profecas y las figurar simblicas delAntiguo Testamento se definen con el trmino mysterion.

    En el siglo III comienzan a aparecer las versiones msantiguas en latn de la Sagrada Escritura, donde el trmino griego se

    traduce o por el trmino mysterion, o por el trminosacramentum (por ejemplo: Sab 2, 22; Ef 5, 32), quiz porapartarse explcitamente de los ritos mistricos paganos y de laneoplatnica mistagoga gnstica.

    Sin embargo, originariamente el sacramentumsignificaba el juramento militar que prestaban los legionariosromanos. Puesto que en l se poda distinguir el aspecto de inciacina una nueva forma de vida, el compromiso sin reservas, elservicio fiel hasta el peligro de muerte. Tertuliano pone de relieve

    estas dimensiones en el sacramento cristiano del Bautismo, de laConfirmacin y de la Eucarista. En el siglo III se aplica, pues, eltrmino sacramentum, tanto al misterio del plan salvfico de Diosen Cristo (cf. por ejemplo Ef 5, 32), como a su realizacin concretapor el medio de las siete fuentes de gracia, llamadas hoysacramentos de la Iglesia.

    San Agustn, sirvindose de varios significados de esetrmino, llam sacramentos a los ritos religiosos tanto de la Antiguacomo de la Nueva Alianza, a los smbolos y figuras bblicas, as como

    tambin a la religin cristiana revelada. Todos estos sacramentos,segn San Agustn, pertenecen al gran sacramento: al misterio deCristo, y de la Iglesia. San Agustn influy sobre la precisacinulterior del trmino sacramento, subrayando que los sacramentosson signos sagrados; que tienen en s semejanza con lo que significany que confieren lo que significan. Contribuy, pues, con sus anlisis aelaborar una concisa definicin escolstica del sacramento: signumefficax gratiae.

    San Isidoro de Sevilla (siglo VII) subray despus otro

    aspecto: la naturaleza misteriosa del sacramento que, bajo los velosde las especies materiales, oculta la nocin del Espritu Santo en elalma del hombre.

    Las Summas Teolgicas de los siglos XII y XIII formularonya las definiciones sistemticas de los sacramentos, pero tiene unsignificado particular la definicin de Santo Toms: Non omnesignum rei sacrae est sacramentum, sed solum ea quae significantperfectionem sanctitatis humanae (3. qu. 60, a. 2).

    Desde entonces se entendi como sacramentoexclusivamente cada una de las siete fuentes de la gracia y losestudios de los telogos apuntaron sobre la profundizacin de la

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    25/87

    esencia y de la accin de los siete sacramentos, elaborando, demanera sistemtica, las lneas principales contenidas en la tradicnescolstica.

    Slo en el ltimo siglo se ha prestado atencin a los

    aspectos del sacramento, desatendidos en el curso de los siglos, porejemplo a su dimensin eclesial y al encuentro personal con Cristo,que han encontrado expresin en la Constitucin sobre la Liturgia(nm. 59). Sin embargo, el Vaticano II torna, sobre todo, alsignificado originario del sacramentumm-misterium, denominandoa la Iglesia sacramento de la ntima unin con Dios y de la unidadde todo gnero humano (Lumen gentium, 1).

    Aqu entendemos el sacramento -de acuerdo con susignificado originario- como realizacin del eterno plan divino

    referente a la salvacin de la humanidad.

    94. El amor de Dios al pueblo elegido, signo del amor conyugal (15-IX-82/19-IX-82)

    1. Nos encontramos ante el texto de la Carta a los Efesios 5,22-33, que ya, desde hace algn tiempo, estamos analizando debidoa su importancia para el problema del matrimonio y del sacramento.En el conjunto de su contenido, comenzando por el captulo primero,la Carta trata, sobre todo, del misterio escondido desde los siglos

    en Dios como don destinado eternamente al hombre. Bendito seaDios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que en Cristo nos bendijocon toda bendicin espiritual en los cielos; por cuanto que en El noseligi antes de la constitucin del mundo para que fusemos santos einmaculados ante El, y nos predestin en caridad a la adopcin dehijos suyos por Jesucristo, conforme al beneplcito de su voluntad,para alabanza de la gloria de su gracia. Por esto nos hizo gratos ensu amado (Ef 1, 3-6).

    2. Hasta ahora se habla del misterio escondido desde los

    siglos (Ef 3, 9) en Dios.Las frases siguientes introducen al lector en la fase de la

    realizacin de ese misterio en la historia del hombre: el don,destinado a l desde los siglos en Cristo, se hace parte real delhombre en el mismo Cristo: en quien tenemos la redencin porvirtud de su sangre, la remisin de los pecados, segn las riquezas desu gracia que superabundantemente derram sobre nosotros enperfecta sabidura y prudencia. Por stas nos dio a conocer elmisterio de su voluntad, conforme a su beneplcito, que se propusorealizar en Cristo en la plenitud de los tiempos, recapitulando todaslas cosas, las de los cielos y las de la tierra, en El (Ef 1, 7-10).

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    26/87

    3. As el eterno misterio ha pasado del estado deocultamiento en Dios, a la fase de revelacin y realizacin. Cristo,en quien la humanidad ha sido desde los siglos elegida y bendecidacon toda bendicin espiritual, del Padre: Cristo, destinado, segn eldesignio eterno de Dios, para que en El, como en la Cabeza,

    fueran recapituladas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra,en la perspectiva escatolgica revela el misterio eterno y lo realizaentre los hombres. Por esto, el autor de la Carta a los Efesios, en lacontinuacin de la misma Carta, exhorta a aquellos a quienes hallegado esta revelacin, y a todos los que la han acogido en la fe, amodelar su vida en el espritu de la verdad conocida. De modoparticular exhorta a lo mismo a los esposos cristianos, maridos ymujeres.

    4. En la mxima parte del contexto la Carta se convierte en

    instruccin, o sea, parnesis. El autor parece hablar, sobre todo, dedos aspectos morales de la vocacin de los cristianos, haciendo, sinembargo, referencia continua al misterio que ya acta en ellosgracias a la redencin de Cristo, y obra con eficacia sobre todo envirtud del bautismo. Efectivamente, escribe: En El tambin vosotros,que escuchis la palabra de la verdad, el Evangelio de nuestra salud,en el que habis credo, fuisteis sellados con el sello del EsprituSanto prometido (Ef 1, 13). As, pues, los aspectos morales de lavocacin cristiana permanecen vinculados no slo con la revelacindel eterno misterio divino en Cristo y con su aceptacin en la fe, sino

    tambin con el orden sacramental que, aun cuando no aparezca enprimer plano en toda la Carta, sin embargo, parece estar presente enella de manera discreta. Por lo dems, no puede ser de otro modo, yaque el Apstol escribe a los cristianos que, mediante el bautismo, seharan miembros de la comunidad eclesial. Desde este punto de vista,el pasaje de la Carta a los Efesios cap. 5, 22-23, analizado hastaahora, parece tener una importancia particular. Efectivamente, arrojauna luz especial sobre la relacin esencial del misterio con elsacramento, y especialmente sobre la sacramentalidad delmatrimonio.

    5. En el centro del misterio est Cristo. En El -precisamenteen El-, la humanidad ha sido eternamente bendecida con todabendicin espiritual. En El -en Cristo-, la humanidad ha sido elegidaantes de la creacin del mundo, elegida en la caridad ypredestinada a la adopcin de hijos. Cuando despus, con laplenitud de los tiempos, este misterio eterno se realiza en eltiempo, se realiza tambin en El y por El; en Cristo y por Cristo. Pormedio de Cristo se revela el misterio del amor divino. Por El y en Elqueda realizado: en El tenemos la redencin por la virtud de susangre, la remisin de los pecados... (Ef 1, 7). De este modo loshombres que aceptan mediante la fe el don que se les ofrece enCristo, se hacen realmente partcipes del misterio eterno, aunque

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    27/87

    acte en ellos bajo los velos de la fe. Esta donacin sobrenatural delos frutos de la redencin hecha por Cristo adquiere, segn la Carta alos Efesios 5, 22-33, el carcter de una entrega nupcial de Cristomismo a la Iglesia, a semejanza de la relacin nupcial entre el maridoy la mujer. Por lo tanto, no slo los frutos de la redencin son don,

    sino sobre todo lo es Cristo: El se entrega a S mismo a la Iglesia,como a su Esposa.

    6. Debemos preguntarnos si en este punto tal analoga nospermite penetrar ms profundamente y con mayor precisin en elcontenido esencial del misterio. Debemos hacernos esta pregunta,tanto ms cuanto que ese pasaje clsico de la Carta a los Efesios(5, 22-23) no aparece en abstracto y aislado, sino que forma unacontinuidad, en cierto sentido, una continuacin de los enunciadosdel Antiguo Testamento, que presentaban el amor de Dios-Yahv al

    pueblo-Israel, elegido por El, segn la misma analoga. Se trata enprimer lugar de los textos de los Profetas que en sus discursos hanintroducido la semejanza del amor nupcial para caracterizar de modoparticular el amor que Yahv nutre por Israel, el amor que, por partedel pueblo elegido, no encuentra comprensin y correspondencia;ms an, halla infidelidad y traicin. La manifestacin de infidelidad ytraicin fue ante todo la idolatra, culto a los dioses extranjeros.

    7. A decir verdad, en la mayora de los casos se trataba deponer de relieve de manera dramtica precisamente esa traicin y

    esa infidelidad, llamadas adulterio de Israel; sin embargo en labase de todos estos enunciados de los Profetas est la conviccinexplcita de que el amor de Yahv al pueblo elegido puede y debe sercomparado con el amor que une al esposo con la esposa, al amor quedebe unir a los cnyuges. Convendra citar aqu numerosos pasajesde los textos de Isaas, Oseas, Ezequiel (algunos de ellos ya se hancitado anteriormente, al analizar el concepto de adulterio teniendocomo base las palabras que pronunci Cristo en el sermn de lamontaa). No se puede olvidar que al patrimonio del AntiguoTestamento pertenece tambin el Cantar de los Cantares, donde la

    imagen del amor nupcial est delineada -es verdad- sin la analogatpica de los textos profticos, que presentaban en ese amor laimagen del amor de Yahv a Israel, pero tambin sin ese elementonegativo que en los otros textos constituye el motivo de adulterio,o sea, de infidelidad. As, pues, la analoga del esposo y de la esposa,que ha permitido al autor de la Carta a los Efesios definir la relacinde Cristo con la Iglesia, posee una rica tradicin en los libros de laAntigua Alianza. Analizando esta analoga en el clsico texto de laCarta a los Efesios, no podemos menos de remitirnos a esa tradicin.

    8. Para iluminar esta tradicin nos limitaremos de momentoa citar un pasaje del texto de Isaas. Dice el Profeta: Nada temas,que no sers confundida; no te avergences, que no sers afrentada.

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    28/87

    Te olvidars de la vergenza de la juventud y perders el recuerdodel oprobio de tu viudez. Porque tu marido es tu Hacedor, que sellama Yahv Sebaot, y tu redentor es el Santo de Israel, que es elDios del mundo todo. Si, Yahv te llam como a mujer abandonada ydesolada. La esposa de la juventud, podr ser repudiada?, dice tu

    Dios. Por una hora, por un momento te abandon, pero en mi granamor vuelvo a llamarte. /.../. No se apartar mas de ti mimisericordia, y mi alianza de paz ser inquebrantable, dice Yahv,que te ama (Is 54, 4-7. 10).

    En el prximo captulo comenzaremos el anlisis del citadotexto de Isaas.

    95. El amor de Dios a su pueblo y el amor nupcial en los profetas(22-IX-82/26-IX-82)

    1. La Carta a los Efesios, mediante la comparacin de larelacin entre Cristo y la Iglesia con la relacin nupcial de los espososhace referencia a la tradicin de los Profetas del Antiguo Testamento.Para ilustrarlo, citamos el siguiente texto de Isaas: Nada temas,que no sers confundida no te avergences, que no sers afrentada.Te olvidars de la vergenza de la juventud y perders el recuerdodel oprobio de tu viudez. Porque tu marido es tu Hacedor, que sellama Yahv Sebaot, y tu Redentor es el Santo de Israel, que es elDios del mundo todo. Si, Yahv te llam como a mujer abandonada y

    desolada. La esposa de la juventud, podr ser repudiada?, dice tuDios. Por una hora, por un momento te abandon, pero en mi granamor vuelvo a llamarte. Desencadenando mi ira, ocult de ti mirostro; un momento me alej de ti; pero en mi eterna misericordiame apiad de ti, dice Yahv, tu redentor. Ser como al tiempo deNoe, en que jur que nunca ms el diluvio se echara sobre la tierra.As juro yo ahora no volver a enojarme contra ti, no volver a reirte.Que se muevan los montes, que tiemblen los collados, no se apartarms de ti mi misericordia, y mi alianza de paz ser inquebrantable,dice Yahv, que te ama (Is 54, 4-10).

    2. El texto de Isaas no contiene en este caso los reprocheshechos a Israel como a esposa infiel, que resuenan con tanta fuerzaen los otros textos, especialmente de Oseas o Ezequiel. Gracias aesto, resulta mas transparente el contenido esencial de la analogabblica; el amor de Dios-Yahv a Israel-pueblo elegido se expresacomo el amor del hombre-esposo a la mujer elegida para ser sumujer a travs del pacto conyugal. De este modo Isaas explica losacontecimientos que constituyen el curso de la historia de Israel,remontndose al misterio escondido casi en el corazn mismo Dios.En cierto sentido, nos lleva en la misma direccin, en que nosllevar, despus de muchos siglos, el autor de la Carta a los Efesios,

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    29/87

    que -basndose en la redencin realizada ya en Cristo- descubrirmucho ms plenamente la profundidad del mismo misterio.

    3. El texto del Profeta tiene todo el colorido de la tradicin yde la mentalidad de los hombres del Antiguo Testamento. El Profeta,

    hablando en nombre de Dios y como con sus palabras, se dirige aIsrael como esposo a la esposa que ha elegido. Estas palabrasdesbordan de un autntico ardor de amor y, a la vez, pone de relievetodo el carcter especfico, tanto de la situacin como de lamentalidad propias de esa poca. Subrayan que la opcin por partedel hombre quita a la esposa el deshonor que, segn la opinin dela sociedad, pareca vinculado al estado nbil, ya sea el originario (lavirginidad), ya sea el secundario (la viudez), ya sea, en fin, elderivado del repudio de la mujer no amada (cf. Dt 24, 1) oeventualmente de la mujer infiel. Sin embargo, el texto citado no

    hace mencin de la infidelidad; en cambio, revela el motivo de amormisericordioso (1), indicando con esto no solo la ndole social delmatrimonio en la Antigua Alianza, sino tambin el carcter mismodel don, que es el amor de Dios a Israel-esposa: don que provienetotalmente de la iniciativa de Dios. En otras palabras: indicando ladimensin de la gracia, que desde el principio se contiene en eseamor. Esta es quiz la ms fuerte declaracin de Amor por partede Dios, unida con el solemne juramento de fidelidad para siempre.

    4. La analoga del amor que une a los esposos queda

    fuertemente puesta de relieve en este pasaje. Dice Isaas: ...tumarido es tu Hacedor, que se llama Yahv Sebaot, y tu Redentor esel Santo de Israel, que es el Dios del mundo todo (Is 54, 5). As,pues, en ese texto el mismo Dios, con toda la majestad de Creador ySeor de la creacin, es llamado explcitamente esposo habla de sugran afecto, que no se alejar de Israel-esposa, sino queconstituir un fundamento estable de la alianza de paz con l. Asel motivo del amor nupcial y del matrimonio se vincula con el motivode la alianza. Adems, el Seor de los ejrcitos se llama a smismo no solo creador, sino tambin redentor. El texto tiene un

    contenido teolgico de riqueza extraordinaria.5. Confrontando el texto de Isaas con la Carta a los Efesios y

    constatando la continuidad respecto a la analoga del amor nupcial ydel matrimonio, debemos poner de relieve, al mismo tiempo, ciertadiversidad de ptica teolgica. El autor de la Carta ya en el primercaptulo habla del misterio del amor y de la eleccin con que DiosPadre de nuestro Seor Jesucristo abraza a los hombres en su Hijo,sobre todo como de un misterio escondido en la mente de Dios.Este es el misterio del amor paterno, misterio de la eleccin a lasantidad (para que fusemos santos e inmaculados ante El: Ef 1,4) y de la adopcin de hijos en Cristo (y nos predestin a laadopcin de hijos suyos por Jesucristo: 1, 5). En este contexto, la

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    30/87

    deduccin de la analoga sobre el matrimonio, que hemos encontradoen Isaas (tu esposo es tu Creador, que se llama Yahv Sebaot: Is54, 5), parece ser un detalle que forma parte de la perspectivateolgica. La primera dimensin del amor y de la eleccin, comomisterio escondido desde los siglos en Dios, es una dimensin

    paterna y no conyugal. Segn la Carta a los Efesios, la primeranota caracterstica de ese misterio est unida con la paternidadmisma de Dios, puesta especialmente de relieve por los Profetas (cf.Os 11, 1-4; Is 63, 8-9; 64, 7; Mal 1, 6).

    6. La analoga del amor nupcial y del matrimonio aparecesolamente cuando el Creador y el Santo Israel, del texto de Isaas,se manifiesta como Redentor. Isaas dice: Tu marido es tuHacedor, que se llama Yahv Sebaot, y tu Redentor es el Santo deIsrael (Is 54, 5). Ya en este texto es posible, en cierto sentido, leer

    el paralelismo entre el esposo y el Redentor. Pasando a la Cartaa los Efesios, debemos observar que este pensamiento est allprecisamente desarrollando en la plenitud. La figura del Redentor (2)se delinea ya en el captulo primero como propia de Aquel que es elHijo amado del Padre (Ef 1, 6), amado desde la eternidad: deAquel, en el cual todos hemos sido amados por el Padre, desde lossiglos. Es el Hijo de la misma naturaleza que el Padre, en quientenemos la redencin por su sangre, la remisin de los pecadossegn las riquezas de su gracia (Ef 1, 7). El mismo Hijo, como Cristo(o sea, como Mesas), am a la Iglesia y se entreg por ella (Ef 5,

    25).

    Esta esplndida formulacin de la Carta a los Efesios resumeen s y, a la vez, pone de relieve los elementos del Cntico de Sin(cf. por ejemplo, Is 42, 1; 53, 8-12; 54, 8).

    Y de esta manera la donacin de s mismo por la Iglesiaequivale al cumplimiento de la obra de la redencin. De este modo elcreador Seor de los ejrcitos del texto de Isaas se convierte en elSanto de Israel, del nuevo Israel, como Redentor. En la Carta a

    los Efesios la perspectiva teolgica del texto proftico se conserva y,al mismo tiempo, se profundiza y se transforma. Entran en ellanuevos momentos revelados: el momento trinitario, cristolgico (3) yfinalmente escatolgico.

    7. As, pues, San Pablo, al escribir la Carta al Pueblo de Diosde la Nueva Alianza y precisamente a la Iglesia de Efeso, no repetirms: Tu marido es tu Hacedor, sino que mostrar de qu modo elRedentor, que es el Hijo primognito y desde los siglos amado delPadre, revela simultneamente su amor salvfico que consiste en laentrega de s mismo por la Iglesia como amor nupcial con el quedesposa a la Iglesia y la hace su propio Cuerpo. As la analoga de lostextos profticos del Antiguo Testamento, (sobre todo, en el caso del

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    31/87

    libro de Isaas), se conserva en la Carta a los Efesios y, a la vez,queda evidentemente transformada. A la analoga corresponde elmisterio que, a travs de ella, se expresa y, en cierto sentido, seexplica. En el texto de Isaas este misterio apenas est delineado,como semioculto; en cambio, en la Carta a los Efesios est

    plenamente desvelado (se entiende que sin dejar de ser misterio). Enla Carta a los Efesios es explcitamente distinta la dimensin eternadel misterio en cuanto escondido en Dios (Padre de nuestro SeorJesucristo) y la dimensin de su realizacin histrica, segn sudimensin cristolgica y, a la vez, eclesiolgica. La analoga delmatrimonio se refiere sobre todo a la segunda dimensin. Tambinen los Profetas (en Isaas) la analoga del matrimonio se referadirectamente a una dimensin histrica: estaba vinculada con lahistoria del Pueblo elegido de la Antigua Alianza, con la historia deIsrael; en cambio, la dimensin cristolgica y eclesiolgica en la

    realizacin veterotestamentaria del misterio, se hallaba slo como enembrin: slo fue preanunciada.

    No obstante, es claro que el texto de Isaas nos ayuda acomprender mejor la Carta a los Efesios y la gran analoga del amornupcial de Cristo y de la Iglesia.

    (1) En el texto hebreo tenemos las palabrashesedrahamim, que aparecen juntas ms de una vez.

    (2) Aunque en los libros bblicos ms antiguos elredentor (en hebreo: goel) significase a la persona obligada porvnculos de sangre a vengar al pariente asesinado (cf. por ejemplo.Nm 35, 19), a dar ayuda al pariente desventurado (cf. por ejemplo,Rt 4, 6) y especialmente a rescatarlo de la esclavitud (cf. porejemplo, Lev 25, 48), con el paso del tiempo esta analoga se aplic aYav (El que ha redimido a Israel de la casa de la servidumbre, dela mano del Faran, rey de Egipto: Dt 7, 8).

    Particularmente en el Dutero-Isaas el acento se traslada

    por la accin de rescate a la persona del Redentor, quepersonalmente salva a Israel, casi slo por su misma presencia, nopor dinero ni por dones (Is 45, 13).

    Por esto el pasaje del Redentor de la profeca de Isaas54 a la Carta a los Efesios tiene la misma motivacin de aplicacin,en dicha Carta, que los textos del Cntico sobre el Siervo de Yav (cf.Is 53, 10-12, Ef 5, 23, 25-26).

    (3) En el lugar de la relacin Dios-Israel. Pablointroduce la relacin Cristo-Iglesia, aplicando a Cristo todo lo queen el Antiguo Testamento se refiere a Yav (Adonai-Kyrios). Cristo esDios, pero Pablo le aplica tambin todo lo que se refiere al Siervo de

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    32/87

    Yahv en los cuatro Cnticos (Is 42; 49; 50; 52-53), interpretados ensentido mesinico durante el perodo intertestamentario.

    El motivo de la Cabeza y del Cuerpo no es derivacinbblica, sino probablemente helenstica (estoica?). En la Carta a los

    Efesios este tema se ha utilizado en el contexto del matrimonio(mientras que en la primera Carta a los Corintios el tema delCuerpo sirve para demostrar el orden que reina en la sociedad.

    Desde el punto de vista bblico la introduccin de estemotivo es una novedad absoluta.

    96. El matrimonio como analoga del amor nupcial entre Cristo y laIglesia (29-IX-82/3-X-82)

    1. En la Carta a los Efesios (5, 22-33) -igual que en losProfetas del Antiguo Testamento (por ejemplo, en Isaas)-encontramos la gran analoga del matrimonio o del amor nupcialentre Cristo y la Iglesia.

    Qu funcin tiene esta analoga con relacin al misteriorevelado en la Antigua y en la Nueva Alianza? A esta pregunta hayque responder gradualmente. Ante todo, la analoga del amorconyugal o nupcial ayuda a penetrar en la esencia misma delmisterio. Ayuda a comprenderlo hasta cierto punto -se entiende que

    de modo analgico-. Es obvio que la analoga del amor terreno,humano, del marido a la mujer, del amor humano nupcial, no puedeofrecer una comprensin adecuada y completa de esa realidadabsolutamente trascendente, que es el misterio divino, tanto en suocultamiento desde los siglos en Dios, como en su realizacinhistrica en el tiempo, cuando Cristo am a la Iglesia y seentreg por ella (Ef 5, 25). El misterio sigue siendo transcendentecon relacin a esta analoga, como respecto a cualquier otra analoga,con la que tratamos de expresarlo en lenguaje humano. Sin embargo,al mismo tiempo, esta analoga ofrece la posibilidad de cierta

    penetracin cognoscitiva en la esencia misma del misterio.2. La analoga del amor nupcial nos permite comprender en

    cierto modo el misterio que desde los siglos est escondido en Dios, yque en el tiempo es realizado por Cristo, precisamente como el amorde un total e irrevocable don de s por parte de Dios al hombre enCristo. Se trata del hombre en la dimensin personal y, a la vez,comunitaria (esta dimensin comunitaria se expresa en el libro deIsaas y en los Profetas como Israel, en la Carta a los Efesios comoIglesia: se puede decir: Pueblo de Dios de la Antigua y de la NuevaAlianza). Aadamos que en ambas concepciones la dimensincomunitaria est situada de algn modo, en primer plano, pero notanto que vele totalmente la dimensin personal que, por otra parte,

  • 8/6/2019 el_amor_humano_en_el_plan_divino_5_j

    33/87

    pertenece sencillamente a la esencia misma del amor nupcial. Enambos casos nos encontramos ms bien con una significativareduccin de la comunidad a la persona (1): Israel y la Iglesia sonconsiderados como esposa-persona por parte del esposo-persona(Yahv y Cristo). Cada yo concreto debe encontrarse a s

    mismo en ese bblico nosotros.

    3. As, pues, la analoga de la que tratamos permitecomprender, en cierto grado, el misterio revelado del Dios vivo, quees Creador y Redentor (y en cuanto tal es, al mismo tiempo, Dios dela Alianza); nos permite comprender este misterio a la manera de unamor nupcial, as como permite comprenderlo tambin a la manerade un amor misericordioso (segn el texto del libro de Isaas), otambin al modo de un amor paterno (segn la Carta a los Efesios,principalmente el cap. I). Estos modos de comprender el misterio son

    tambin, sin duda, analgicos. La analoga del amor nupcial contieneen s una caracterstica del misterio que no se pone directamente derelieve ni por la analoga del amor misericordioso ni por la analogadel amor paterno (o por cualquiera otra analoga utilizada en la Biblia,a la que hubiramos podido referirnos).

    4. La analoga del amor de los esposos (o amor nupcial)parece poner de relieve sobre todo la importancia del don de smismo por parte de Dios al hombre, elegido desde los siglos enCristo (literalmente: a Israel, a la Iglesia), don total (o mejor,

    radical) e irrevocable en su carcter esencial, o sea, como don.Este don es ciertamente radical y, por esto total. No se puedehablar aqu de la totalidad en sentido metafsico. Efectivamente, elhombre, como criatura, no es capaz de recibir el don de Dios en laplenitud trascendental de su divinidad. Este don total (no creado)slo es participado por Dios mismo en la trinitaria comunin de lasPersonas. En cambio, el don de s mismo por parte de Dios alhombre, del que habla la analoga del amor nupcial, slo puede tenerla forma de la participacin en la naturaleza divina (cf. 2 Pe 1, 4),como lo ha esclarecido con gran precisin la teologa. No obstante,

    segn esta medida, el don hecho al hombre por parte de Dios enCristo es un don total, o sea, radical, como indica precisamentela analoga del amor nupcial: en cierto sentido, es todo lo que Diosha podido dar de s mismo al hombre, teniendo en cuenta lasfacultades limitadas del hombre-criatura. De este modo, la analogadel amor nupcial indica