Esp, Anna Mollel from Tanzania

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50 Anna Mollel Cuando tenía seis años, Anna Mollel vivenció por primera vez la difícil situación de los niños discapacitados en los pueblos masái del norte de Tanzania. La peor experiencia ocurrió muchos años después, cuando ya hacía tiempo había iniciado su lucha por los dere- chos de los niños discapacitados. Anna llegó a lo que creyó que era un pueblo totalmente vacío. Pero en el suelo de una casa encontró a una niña de ocho años sola y abandonada, que no podía moverse y que habría muerto si Anna no hubiera ido allí. En la página 55 puedes leer cómo le fue a esa niña, Naimyakwa. A grupo étnico de los masái, tenía seis años y había regresado a casa de la escuela. Ayudó a su mamá a acarrear leña y agua y luego corrió a la casa de sus amigos en el pueblo vecino. Jugaban en el jardín cuando Anna oyó un ruido que venía de una de las casas. – Cuando le pregunté a mi amiga qué era, miró hacia el suelo antes de contestar que era su hermana. La amiga de Anna le contó que su hermana no podía salir, porque la mamá no quería mostrar que tenía una hija que no era “como tendría que ser”. – Entré en la casa a mirar. Y en verdad había una pequeña niña allí dentro. Estaba acostada en el suelo totalmente sola y sonrió al verme, recuerda Anna. Anna conoce a Nauri Anna ayudó a la niña a sen- tarse y empezaron a jugar. La niña, que se llamaba Nauri, tenía la misma edad que Anna. Estaba feliz de tener compañía al fin. El día siguiente, Anna regresó cuando la mamá de Nauri fue a acarrear agua, para que no notara nada. – Pero nos divertimos tan- to que olvidamos totalmente la hora. De repente, la mamá de Nauri entró precipitada- mente y me golpeó fuerte con un bastón. Gritó que yo nunca más podría poner un pie en su casa. Anna tuvo que huir, pero estaba firmemente decidida a regresar el día siguiente. NOMINADA • Páginas 50–69 nna, que pertenece al TEXTO: ANDREAS LÖNN FOTO: TORA MÅRTENS ¿POR QUÉ SE NOMINA A ANNA? Anna Mollel es nominada al Premio de los Niños del Mundo 2012 por su larga lucha de más de 20 años por los niños discapacitados de los poblados pobres del nordeste de Tanzania. Gracias a Anna y a su organización Huduma ya Walemavu, miles de niños discapacitados tienen la oportunidad de llevar una vida digna. Reciben atención médica, opera- ciones, fisioterapia, terapia, sillas de ruedas y otros medios auxiliares, la posibilidad de ir a la escuela, seguridad y amor. Anna es continuamente la portavoz de los niños discapacitados y le habla de sus derechos a los políticos y a las organiza- ciones, pero ante todo a las personas de los pueblos rurales alejados. Desde 1990, unos 12.500 niños, principalmente masái, tuvieron una vida mejor gracias a Anna y a Huduma ya Walemavu. Niños que habrían sido desatendidos, abandona- dos y quizá habrían muerto si no fuera por la lucha de Anna por sus derechos.

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World's Children's Prize promotes a more humane world. The program is open for all schools and 57,450 schools with 26.8 million pupils in 102 countries supports it. Every year millions of children learn about the rights of the child, democracy and global friendship through the program. They gain faith in the future and a chance to demand respect for their rights. In the Global Vote, the children decide who receives their prestigious award for their work for the rights of the child. The candidates for the Prize are chosen by a child jury who are experts in the rights of the child through their own experiences. The Prize Laureates become role models for millions of children. The prize money is used to help some of the world's most vulnerable children to a better life. The patrons of the World's Children's Prize include Nelson Mandela, Queen Silvia of Sweden, Aung San Suu Kyi and Graça Machel.

Transcript of Esp, Anna Mollel from Tanzania

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    Anna Mollel

    Cuando tena seis aos, Anna Mollel vivenci por primera vez la difcil situacin de los nios discapacitados en los pueblos masi del norte de Tanzania. La peor experiencia ocurri muchos aos despus, cuando ya haca tiempo haba iniciado su lucha por los dere-chos de los nios discapacitados. Anna lleg a lo que crey que era un pueblo totalmente vaco. Pero en el suelo de una casa encontr a una nia de ocho aos sola y abandonada, que no poda moverse y que habra muerto si Anna no hubiera ido all. En la pgina 55 puedes leer cmo le fue a esa nia, Naimyakwa.

    A grupo tnico de los masi, tena seis aos y haba regresado a casa de la escuela. Ayud a su mam a acarrear lea y agua y luego corri a la casa de sus amigos en el pueblo vecino. Jugaban en el jardn cuando Anna oy un ruido que vena de una de las casas.

    Cuando le pregunt a mi amiga qu era, mir hacia el suelo antes de contestar que era su hermana.

    La amiga de Anna le cont que su hermana no poda salir, porque la mam no quera mostrar que tena una hija que no era como tendra que ser.

    Entr en la casa a mirar.

    Y en verdad haba una pequea nia all dentro. Estaba acostada en el suelo totalmente sola y sonri al verme, recuerda Anna.

    Anna conoce a NauriAnna ayud a la nia a sen-tarse y empezaron a jugar. La nia, que se llamaba Nauri, tena la misma edad que Anna. Estaba feliz de tener compaa al fin. El da siguiente, Anna regres cuando la mam de Nauri fue a acarrear agua, para que no notara nada.

    Pero nos divertimos tan-to que olvidamos totalmente la hora. De repente, la mam de Nauri entr precipitada-mente y me golpe fuerte con un bastn. Grit que yo nunca ms podra poner un pie en su casa.

    Anna tuvo que huir, pero estaba firmemente decidida a regresar el da siguiente.

    NOMINADA Pginas 5069

    nna, que pertenece al

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    POR QU SE NOMINA A ANNA?Anna Mollel es nominada al Premio de los Nios del Mundo 2012 por su larga lucha de ms de 20 aos por los nios discapacitados de los poblados pobres del nordeste de Tanzania.

    Gracias a Anna y a su organizacin Huduma ya Walemavu, miles de nios discapacitados tienen la oportunidad de llevar una vida digna. Reciben atencin mdica, opera-ciones, fisioterapia, terapia, sillas de ruedas y otros medios auxiliares, la posibilidad de ir a la escuela, seguridad y amor. Anna es continuamente la portavoz de los nios discapacitados y le habla de sus derechos a los polticos y a las organiza-ciones, pero ante todo a las personas de los pueblos rurales alejados. Desde 1990, unos 12.500 nios, principalmente masi, tuvieron una vida mejor gracias a Anna y a Huduma ya Walemavu. Nios que habran sido desatendidos, abandona-dos y quiz habran muerto si no fuera por la lucha de Anna por sus derechos.

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    - Los dems nios se asus-taron. Tanto de recibir una paliza como de jugar con Nauri, a la que consideraban extraa. Pero yo dije que todos necesitaban amigos. Y como Nauri era una de noso-tros, me pareca lgico que furamos all para tambin estar con ella.

    Anna logr convencer a los dems. Se turnaron para montar guardia mientras los dems jugaban, y cuando el guardia exclamaba que la mam vena en camino, todos corran de all lo ms rpido posible. Despus de un par de das, Anna ayud a Nauri a pararse y a practicar cmo caminar. Con el tiempo, Nauri pudo salir al jardn a jugar.

    InjustoLuego de un par de semanas, la mam de Nauri fue a la casa de Anna.

    Pens que iba a retarme, pero en cambio dijo que saba

    lo que yo estaba haciendo, y que quera que continuara con ello! Dijo que Nauri nun-ca se haba sentido tan bien y que era un milagro que pudie-ra tanto caminar como correr.

    Como la mam de Nauri estaba tan alegre, Anna apro-vech para preguntarle si Nauri no poda empezar a ir a la escuela, pero eso no lo acept.

    Entonces fui a la casa de Nauri todos los das despus de la escuela a ensearle lo que haba aprendido durante el da. Pese a que era pequea, me convert en su maestra, la nica maestra que tuvo. Siempre tena presente esa injusticia. Yo poda ir a la escuela, pero ella no, slo por-que era discapacitada. Ella tena el mismo derecho que yo, pero no poda ayudarla ms de lo que lo haca. Siempre cargaba con la sensacin de que deba haber hecho ms.

    Masis vulnerables

    Masi orgullosa Soy masi y estoy orgullosa de ello. Quiero que mi pueblo tenga una buena vida. Es por eso que lucho por los dere-chos de nuestros nios disca-pacitados, dice Anna.

    El pueblo masi es criador de ganado. Hay alrededor de un milln de masis, la mitad en Tanzania y la otra mitad en Kenya. Desde comienzos del siglo XX, las tierras que los masi utilizan como lugar de pastoreo para su ganado se han reducido. Las autoridades cedieron grandes partes de la tierra de los masi a personas y empresas para culti-var, usar como tierras privadas de caza o parques nacio-nales donde los turistas puedan ver animales salvajes. Los masi fueron empujados a las zonas menos frtiles. En 2009, la polica antidisturbios armada incendi ocho pueblos masi del norte de Tanzania porque la tierra iba a ser utilizada por una empresa de caza privada. Los turistas iban a pagar para ir de caza all. Las personas fueron golpeadas y expulsadas de sus hogares. Ms de 3.000 hombres, mujeres y nios quedaron sin hogar. Los masi que siguieron haciendo pastar a su ganado en la tierra frtil fueron enviados a prisin.

    Los masi son los ms pobres. Si el ganado no tiene pasturas para comer, se muere. Y los ms duramente afectados siempre son los nios, dice Anna.

    Se convirti en enfermeraAnna estudi enfermera y empez a trabajar. Un da fue al hospital una mujer alemana de la iglesia catlica de Arusha. Se llamaba Elifrieda y quera hablar con Anna.

    Ella saba que yo era masi y quera que le contara la situacin de los nios dis-capacitados en nuestros pue-blos. Le expliqu que tiempo atrs era comn matar al nio o abandonarlo inmediata-mente despus del nacimien-to. Se crea que los nios dis-capacitados eran un castigo de Dios por algo que haba hecho el hombre. Pero le cont que el mayor motivo era que los masi somos criadores de ganado, que para sobrevi-vir caminan largos trechos a pie por la sabana en busca de

    pasturas frescas para los ani-males. Un nio discapacitado que no poda trasladarse era visto como un gran obstculo para todo el grupo.

    Le expliqu que an seguan violndose los dere-chos de los nios discapacita-dos. Que eran escondidos, no reciban la atencin mdica que necesitaban y no les per-mitan ir a la escuela ni jugar.

    Huduma ya WalemavuElifrieda le pregunt a Anna si quera participar en la crea-cin de un proyecto para nios discapacitados de los pueblos masi, que se llamaba Huduma ya Walemavu (Atencin al discapacitado).

    Acept de inmediato. Era justo eso lo que haba estado esperando! Ahora esperaba

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    poder hacer por los nios dis-capacitados ms de lo que haba podido hacer por Nauri cuando era pequea.

    En 1990, Anna empez a visitar los pueblos y a contar sobre los derechos de los nios discapacitados. Al mis-mo tiempo, buscaba nios que necesitaran ayuda. Uno de los primeros nios que encontr fue la hurfana Paulina, de 15 aos, que haba sido afectada por la polio y no poda caminar. Tena que arrastrarse por el suelo para poder trasladarse. Anna crey que sera fcil convencer a los jefes del pueblo de que

    Paulina podra tener una bue-na vida si tan slo recibiera la operacin justa. Que les pare-cera bien. Pero Anna se equi-voc.

    No se rindi No saban que los nios dis-capacitados podan ser opera-dos y mejorar, y no me creye-ron. Como vivan lejos de los hospitales, no saban leer ni tenan dinero para comprar una radio, nunca lo haban odo. Y en caso que fuera cier-to, les pareca desperdiciar el dinero. Aun as, esos nios nunca iban a poder ayudar con el ganado ni ir a la escue-la. Pero el problema ms grande era que yo era mujer. En nuestra sociedad, las muje-res simplemente no tienen voz, as que no me tomaron en serio.

    Anna no se rindi. Tal como haba desafiado a la mam de Nauri, ahora desafi a los jefes del pueblo para ayu-dar a Paulina. El viaje hasta el pueblo tomaba cuatro horas, pero en dos semanas, Anna viaj hasta all cinco veces! En cada encuentro, explicaba los derechos del nio y que haban logrado coordinar una operacin gratuita para Paulina. Y al final logr con-vencer a los hombres.

    Me alegr tanto! Pero el

    problema no haba termina-do. Haba reservado una habi-tacin para Paulina en un sen-cillo hotel de la ciudad, donde ella podra vivir antes y des-pus de la operacin. Pero cuando entr cargando a Paulina en la recepcin, el personal me mir como si ella fuera un animal. Y se negaron a recibirla.

    La casa de AnnaAnna era una mam separada con seis hijos y viva en una

    De regreso al pueblo Nuestra meta siempre es que los nios regresen a su pueblo y lleven la misma vida que el resto de la familia. Que los nios puedan ir a la escue-la con los dems y sean parte de la sociedad, dice Anna, que aqu visita el pueblo de Lomniaki.

    Bienvenido!

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    casa pequea. Pero de todos modos llev a Paulina a casa consigo. No haba otra solu-cin.

    Mis hijos tuvieron que compartir las camas para que Paulina pudiera tener una propia. Los chicos estuvieron un poco disconformes al principio, pero lo entendieron luego de que se los expliqu. Ba a Paulina y le di ropa nueva y limpia. Como ella no poda sentarse a comer a la mesa, todos nos sentamos y

    cenamos en el piso, para que Paulina no se sintiera sola.

    Cuando termin la opera-cin, Paulina regres a la casa de Anna. Lentamente empe-z a aprender a sentarse y

    Juego importante! Cuando era pequea, siempre recib el amor de mis padres y poda jugar mucho con mis amigos. Para un nio, eso es increblemente impor-tante. Estar solo y apartado es lo peor que un nio pueda vivir. Por eso el juego y la cercana son tan importantes para nosotros en el centro, dice Anna.

    150 millones de nios discapacitadosSegn la Convencin de los Derechos del Nio de la ONU, los nios discapacitados tienen los mis-mos derechos que los dems nios. Tienen derecho a recibir ms apoyo y ayuda para tener una buena vida. Pese a esto, los nios dis-capacitados estn entre los ms excluidos, no slo entre los masi de Tanzania, sino en todo el mundo. Hay 150 millones de nios discapacitados en el mundo, se cree que 2 millones de ellos viven en Tanzania.

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    pararse. Luego de algunas semanas empez el entrena-miento para caminar con las muletas que le compr Anna.

    Ella estaba ms que feliz, y yo tambin! Cuando Paulina viaj a su casa tres meses ms tarde y pudo entrar caminando en el pue-blo, la gente empez a llorar de alegra!

    Aunque Anna estaba alegre de que Paulina pudiera cami-nar, saba que tena que reci-bir educacin para poder arreglrselas sola en el futuro.

    Paulina quera ser costure-ra, as que la ayud a anotarse en un curso. Era muy capaz!

    Centro en MonduliEl rumor sobre Paulina corri entre los pueblos. La gente empez a atreverse a contar sobre sus hijos discapacitados y quera recibir ayuda. Anna viajaba largos das para llegar

    a ver a los nios de los pueblos alejados que necesitaban su ayuda. En cada viaje reciba ms y ms nios.

    Pero los hoteles seguan negndose a recibir a los nios, as que tenan que vivir en mi casa. Aunque tenamos colchones en el piso y varios nios dorman en la misma cama, al final se volvi insos-tenible. Escribimos a amigos y organizaciones de Tanzania y de Alemania diciendo que necesitbamos dinero para levantar una casa propia don-de poder ocuparnos de los nios.

    Primero recibieron dinero que posibilit alquilar un par de habitaciones con lugar para doce nios. Tambin alcanz para contratar una enfermera ms y por primera vez, Anna recibi un pequeo sueldo. Antes, ella y su familia vivan de su pequeo huerto.

    Todo el tiempo llegaban ms nios y pedimos ms dinero. La organizacin Caritas de Alemania nos ayu-d y en 1998 estuvo listo nuestro propio centro en Monduli.

    Contrataron fisioterapeutas y enfermeras. Pero tambin maestros, pues Anna saba que los nios a los que ayuda-ban casi nunca iban a la escue-la. Haba lugar para 30 nios,

    pero a veces vivan all 200 nios a la vez.

    Aunque no tuviramos lugar, recibamos a todos los nios. Las familias eran tan pobres que no podan pagar para que los nios se queda-

    Anna juega con los nios en su propia escuela en su pueblo.

    No slo los masi Al principio trabajbamos slo con nios masi, pero ya no. Nos ocupamos de todos los nios que necesitan nues-tra ayuda, sin importar a qu etnia o religin pertenezcan. Aqu hay tanto musulmanes como cristianos, tambin nios que huyeron de las guerras en nuestros pases vecinos. La lucha por los derechos del nio no tiene fronteras!, dice Anna.

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    Naimyakwa ran con nosotros, pero nunca rechazamos a ninguno.

    Han pasado 20 aos desde que Anna ayud a Paulina, y desde entonces 12.500 nios discapacitados han logrado tener una vida mejor gracias a Huduma ya Walemavu. Actualmente trabajan 30 per-sonas en la organizacin.

    La nueva escuela Quera asegurarme de que el trabajo por los nios iba a continuar despus de m. Por eso le entregu la responsabi-lidad a una mujer fantstica que se llama Kapilima y me jubil en 2007, cuenta Anna.

    Cuando Anna se jubil, sigui luchando por los nios excluidos. Ha levantado una escuela en su pueblo natal para nios que de otro modo nunca podran ir a la escuela. Puedes visitar la escuela de Anna en la pgina 68.

    Anna rescat a

    Viajamos con nuestra clnica mvil a una zona donde viva una pequea nia hurfana con parlisis cerebral. Muchos nios discapacitados vinie-ron a vernos durante el da, pero Naimyakwa no lleg junto a sus hermanos mayo-res con sus familias como acostumbraba. Cuando pre-gunt si alguien saba dnde

    estaba, una mujer dijo que la familia se haba marchado con el ganado para intentar encontrar pasturas frescas, ya que haba sequa.

    Tuve una sensacin de inquietud en el estmago. Saba lo difcil que le resul-taba moverse a Naimyakwa, as que me pregunt cmo haban hecho para llevarla con ellos. Sent que deba ir

    a su pueblo a echar un vista-zo. Slo para estar segura.

    Estacionamos el jeep bajo un rbol y caminamos el ltimo trecho hacia el pue-blo. Haba un silencio total. No vimos ni una sola perso-

    Nunca voy a olvidar cuando encontr a la pequea Naimyakwa sola en el pueblo aban-donado. Tena ocho aos y yaca en el piso de una de las casas. Apenas respiraba. Haba un fuerte olor a orina, pues debido a su incapaci-dad, no poda ir a ninguna parte. No cre que fuera a sobrevivir, dice Anna, a quien an se le llenan los ojos de lgrimas al pensar en lo que ocurri siete aos atrs.

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    na. El pueblo estaba total-mente abandonado. Me sent ms tranquila y pens que la familia haba llevado consigo a Naimyakwa de algn modo.

    Habamos empezado a caminar hacia el vehculo otra vez cuando o un extra-o quejido.

    Un len?Primero cre que era un len. Junto a dos compaeros, nos armamos de coraje y entra-mos de nuevo en el pueblo. Cuando pasamos por una de las casas volvimos a or el extrao ruido. Tena miedo, pero con cuidado asom la

    cabeza y pregunt si haba alguien ah. Recib un peque-o quejido como respuesta.

    Primero no vi nada. Pero luego mis ojos se acostum-braron a la oscuridad y nunca voy a olvidar lo que vi. En el piso de tierra yaca Naimyakwa totalmente quie-ta y apenas respirando. Ola a excremento, pues debido a su discapacidad ella estaba totalmente desvalida. Junto a ella haba una calabaza que haba contenido leche. Estaba vaca, pero pude sentir el olor de la leche vieja. Y haba una calabaza donde quedaba poca, poca agua.

    El guardarropas de Naimyakwa

    Parlisis por dao cerebral

    Me encanta la ropa! Cuando sea grande quiero ser costurera y coser mis propios vestidos. Guardo mi ropa en mi armario, aqu en el dormitorio.

    La parlisis cerebral ocurre durante el embarazo, en el momento del parto o antes de que el nio cumpla los dos aos de edad. Las causas ms comunes son la falta de oxgeno y las hemorragias cerebrales. Algunos nios slo tienen una discapacidad leve, mientras que otros sufren parlisis. Adems de la dis-capacidad motora, muchos que tienen parlisis cere-

    bral padecen otro tipo de discapacidad como la epi-lepsia, dificultades en el habla y dao de la visin. No se puede curar a alguien que tiene parlisis cerebral, pero con la ayuda de la fisioterapia, la terapia ocu-pacional y el entrenamiento se puede mejorar la vida del afectado todo lo posible.

    La parlisis cerebral es muy comn aqu, pues los daos a menudo aparecen

    cuando hay problemas en el parto. Muchos viven tan lejos de los hospitales y los centros de salud que no llegan a tiempo o bien no tienen dinero para viajar hacia all al momento de dar a luz, dice Anna Mollel.

    Si un nio nace con par-lisis cerebral, los padres, los vecinos y los dirigentes del pueblo pueden asistir a un curso de dos semanas en el centro Huduma ya

    Walemavu y aprender cmo ocuparse del nio de la mejor forma. Se ensean ejercicios sencillos y fisio-terapia que es buena para el desarrollo del nio. En Huduma ya Walemavu ofrecen estos cursos por-que quieren que todo el pueblo tenga mayor cono-cimiento y as facilitar que sientan una responsabilidad comn por el nio.

    Esta es mi hermosa falda. Me la regal el pastor.

    Una chica de Canad que nos visit me dio este hermoso vestido

    y estos hermosos zapa-tos plateados! En verdad es mi amiga!

    y el pantaln de gimnasia me los dieron Anna y Huduma ya Walemavu.

    El suter polar

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    Naimyakwa estaba muy dbil y apenas not que est-bamos all. Nadie poda decir cunto tiempo haba yacido all, pero supusimos que al menos una semana, pues ya estaba muy deshidratada y delgada. En verdad la fami-lia la haba dejado all? Estaba acostumbrada a que las familias dejaran a sus hijos discapacitados en el centro y a que luego no volviramos a ver a los padres. Pero dejar a un nio as? Era lo que pasa-ba hace mucho tiempo.

    Naimyakwa rescatadaMe sent de rodillas junto a Naimyakwa, me inclin hacia su odo y le pregunt si estaba sola. Asinti con la cabeza. Luego le pregunt si quera que la llevara al centro para que pudiramos ocuparnos de ella. Volvi a asentir. S que-ra. Llor. Todos mis compa-eros de Huduma ya Walemavu lloraron. Mientras sostena en mis brazos a Naimyakwa, pens que aun-

    que otros no le haban dado el amor que necesitaba, yo iba a hacerlo. Iba a amar a esa nia.

    Ms tarde nos dimos cuenta de que Naimyakwa nunca haba entendido que la familia haba partido en un largo viaje. Estaba acostada esperando que regresaran como de costumbre. Da tras da. Noche tras noche. Pero ellos nunca fueron. No regre-saron sino hasta dos meses despus, cuando empezaron las lluvias. Si no hubiramos ido al pueblo, Naimyakwa habra muerto de hambre y deshidratacin.

    El instante en el que halla-mos a Naimyakwa es uno de los peores que he vivido. Al mismo tiempo, sent que me daba una fuerza enorme para soportar seguir luchando por el derecho de ella y de los dems nios expuestos a tener una buena vida. All y en ese momento decid seguir luchando por sus derechos hasta la muerte.

    Anna no defrauda a nadie

    El da de Naimyakwa en el centro de Anna

    En el centro viven unos 30 nios. Algunos esperan una operacin, otros fueron operados y reciben rehabilitacin (fisioterapia y entrenamiento). Algunos nios tienen vacaciones de su escuela internado y pasan algunos das en el centro. Y hay nios como Naimyakwa, para los que el centro es su hogar.

    Naimyakwa vino hace siete aos y an sigue aqu. Nunca enviamos de vuelta a un nio si no estamos totalmente segu-ros de que ser bien cuidado. De otro modo, intentamos encontrar una nueva familia para el nio. Pero muchos son pobres y es difcil ocuparse de un nio con una discapacidad tan seria. Slo desplazarse en la arena con la silla de ruedas de Naimyakwa en su pueblo es casi imposible. Seguir los traslados de la familia con el ganado es aun ms difcil, dice Anna.

    06.00 Buenos das!Las mams de la casa, que duermen en los dormitorios de los nios, despiertan a Naimyakwa y a sus amigos. Cuando Naimyakwa lleg aqu, apenas poda usar los brazos y las manos. Le resultaba imposible cepillarse los dientes, vestir-se y comer sola. Luego de mucho entrenamiento, ahora su vida es totalmente diferente. Aqu se cepilla los dientes jun-to a sus amigas, Modesta, de 13 aos, y Mdasat, de 11 aos.

    07.00 DesayunoEn el desayuno sirven gachas de maz Uji.

    08.00 Reunin matutinaCada maana, todos se renen en la sala de reuniones a rezar y hacer gimnasia.

    08.30 Ronda matutinaEl personal habla con cada nio y decide si necesita ir con el fisioterapeuta o la enfermera, o si puede ir directamente a la escuela del centro. Naimyakwa muestra que puede ponerse sola su camiseta. Cuando lo hace, pueden ver qu ejercicios de fisioterapia necesita para estar an mejor.

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    09.00 1: EscuelaNaimyakwa es ayudada por la maestra Flora Moses Kiwelu. Cuando los nios terminan el tratamiento, reci-ben ayuda para empezar a ir a la escuela comn de su pueblo o a una escuela especial, como las escuelas internado para nios con discapacidad visual o mental.

    3: Centro de saludLoserian Simanga, de 11 aos, con la enfermera Veronica Kirway, que lava y venda las heridas de su operacin.

    4: OrtopedistaLa ortopedista Mireille Eusebius Kapilima le prueba nuevas tablillas para las piernas a Modesta Cryspin, de 13 aos. En el centro se fabrican tanto las tablillas como las prtesis.

    5: Tareas domsticasNeema Mevukori, de 11 aos, y algunos de sus amigos, cortan la verdura sukumawiki en la cocina. Hoy es su turno ayudar a preparar la comida.

    Me parece divertido aprender a cocinar. As puedo ayudar mejor a mi familia cuando voy a casa

    6: Taller de recursosEn el taller de recursos, Kadogo Songura reci-be la ayuda de Loshilari para ajustarse las muletas.

    Tuve una enferme-dad infecciosa en una pierna cuando era pequeo. Al llegar aqu, la pierna estaba tan daada que hubo que amputarla. Luego me pusieron una prte-sis y empec el entre-namiento para cami-nar. Ha sido muy difcil, pero ahora empieza a salir bien de verdad, cuenta Kadogo.

    2: FisioterapiaNaimyakwa recibe media hora de fisioterapia todos los das para poder arreglrselas mejor sola en el futuro. Es ayudada por las fisioterapeutas del centro, Eva Paul Mush y Anna Njuu (de trenzas).

    10.00 Recreo y juego!Los recreos y el juego son impor-tantes. Los nios se divierten y su cuerpo se ejercita al hacer distintos movimientos. Naimyakwa intenta atajar y arrojar la pelota.

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    12.30 Almuerzo Mi plato favorito es frijoles con arroz. Lo comemos dos veces por semana, dice Naimyakwa.

    16.00 Tiempo libre y lavadoLa mayora juega al ftbol, se hamaca, sube al carrusel o slo charla. Los que lo necesitan, lavan la ropa. El lavado tam-bin es parte del tratamiento en el centro. Los nios practi-can movimientos del cuerpo tiles a la vez que aprenden algo que es importante saber.

    18.30 Cena

    13.30 Escuela y lavado de platosTodos los das, algunos chicos ayudan a lavar los platos antes de regresar al aula. Hoy es el turno de Tuplwa Longorini, de 12 aos, Rebeca Peter, de 16 aos, y Kadogo Sungura, de 19 aos.

    20.00 NoticiasTodas las noches los chicos miran las noticias. Anna y los dems de Huduma ya Walemavu opinan que es importante que los chicos sepan lo que ocurre en Tanzania y en el mundo. Pero por supuesto tambin pueden ver pelculas y programas divertidos.

    21.00 Buenas noches! Que duermas bien, dice la mam de la casa Halima Mkopi acariciando a Naimyakwa en la mejilla. Halima duerme junto a los nios para poder or si alguien necesita ayuda o consuelo durante la noche. Hay tres dormitorios y duerme una mam de la casa en cada uno.

    Esfurcense, paps! No me gustan los paps que no se hacen responsa-bles cuando tienen un hijo discapacitado. Lamentablemente, aqu es muy comn que los paps abandonen a sus hijos cuando esto ocurre. Tanto la mam como el pap deben ocuparse juntos de estos nios, que son ms vulnerables, dice la mam de la casa y cocinera Martha Lota.

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    Endeshi

    Clnica sobre cuatro ruedas llega a 51 pueblos

    no sabe ningn idioma

    Huduma ya Walemavu trabaja en una zona grande y poco poblada del nordeste de Tanzania, que se compone de sabanas, estepas y monta-as. La mayora de los habitantes vive en peque-os pueblos a los que a menudo no llega ningn camino.

    Como las familias suelen ser muy pobres y no tienen dinero para venir a vernos, en su lugar nosotros visitamos a los nios discapacitados en los pueblos, dice Anna.

    El trabajo de Huduma ya Walemavu alcanza 51 pueblos. Tienen una clnica mvil en la que las enfermeras y los fisioterapeutas viajan por el lugar con un jeep de traccin total, para llegar a todos los nios que de otro modo nunca recibi-ran ayuda. Se necesitan ms de dos das para llegar al pueblo ms lejano. Cada pueblo es visitado una vez cada tres meses.

    Bajo un rbol en un pequeo pueblo, los nios discapacita-dos y sus padres hablan con el personal de Huduma ya Walemavu. All est una pequea nia sorda de 8 aos llamada Endeshi. No sabe ningn idioma, pero su mam, Nailolie Lebahati, cuenta:

    Esther y Loito, los dos her-manos mayores de Endeshi, tambin son sordos y siem-pre recibimos la ayuda de Huduma ya Walemavu para que pudieran ir a una escue-la para chicos sordos. S que ir a la escuela es el dere-cho de todos los nios, pero no tengo dinero para pagarla yo misma, as que estoy increblemente agradecida!

    Ahora quiero que tam-bin Endeshi pueda ir a la escuela y aprender un idio-ma. Tiene derecho a hablar con los dems y explicar lo que piensa y opina. A no estar aislada como ahora. Vine aqu para preguntar si Huduma ya Walemavu tam-bin puede ayudar a Endeshi. Y s pueden! Estoy muy feliz!

    Sueos para el futuroLa hermana mayor de Endeshi, Esther, de 18 aos, y su hermano Loito, de 15 aos, saben el lenguaje de seas y cuentan sus sueos para el futuro:

    Quiero ser enfermera, dice con seas Esther.

    Yo an no me decid, dice con seas Loito.

    Mam Nailolie se entriste-ce un poco al ver a sus hijos hablar sobre el futuro.

    Pensar que no tenemos idea de lo que suea Endeshi. Ojal que pueda contarlo despus de haber ido a la escuela por un tiem-po. Quiero saber lo que sueas!, dice Nailolie mien-tras abraza a Endeshi.

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    LoekuClnica sobre cuatro ruedas llega a 51 pueblos

    quiere ser presidente

    Anna apoya los sueosLos hermanos menores, Tetee y Phillipo, de 16 y 15 aos, suean con ser maestros cuando sean adultos.

    Sin Anna, un sueo as nunca podra hacerse realidad. Pero como Huduma ya Walemavu me ayuda, creo que es totalmente posible, dice Tetee.

    Habran tenido que mendigar Si Anna no nos hubiera ayu-dado, nuestra vida habra sido terrible. Habramos tenido que mendigar en las calles para tener algo que comer, dice Loeku.

    La clnica mvil se detiene en el pueblo donde viven los tres hermanos ciegos Loeku, Tetee y Phillipo. Son hurfanos y reciben la ayuda de Huduma ya Walemavu para ir a una escuela internado. Por lo comn, los hermanos viven en la escuela, pero ahora son vacaciones y Anna quiere ver que estn bien en casa de su abuela y su abuelo. Loeku, el her-mano mayor, cuenta:

    Nunca podramos haber ido a la escuela si no hubiera sido por Anna. Tanto porque somos discapacitados como por ser de una familia pobre. Si una familia pobre tiene dos hijos, uno de ellos es discapacitado y slo tienen dinero para enviar a un hijo a la escuela, siempre es el hijo sano el que puede empezar.

    La mayora piensa que no tiene sentido enviar a la

    escuela al hijo discapacita-do, pues no creen que pueda lograr nada. Muchos creen que si un chico no puede ver o tiene alguna otra discapa-cidad, entonces su cabeza tambin est mal. Y enton-ces piensan que el nio nun-ca va a poder trabajar, ganar dinero y ayudar a su familia. Por eso opinan que enviar a la escuela a un chico as es desperdiciar el dinero. Con nosotros fue exactamente igual. Enviaban a la escuela a los dems nios del pueblo, pero no a nosotros.

    Anna le dio la oportunidadLuego vino Anna y nos dio la oportunidad de tener una buena vida. Recibimos bue-na atencin mdica y la posi-bilidad de ir a una escuela para nios ciegos. Huduma ya Walemavu ya nos ha ayu-dado econmicamente por siete aos. La abuela y el abuelo nunca podran haber-lo hecho.

    En el centro de Anna aprendimos que lo que tuvi-mos que pasar, no poder ir a la escuela, es discriminacin

    y una violacin de nuestros derechos. Todos los nios tienen derecho a ir a la escuela. Todos los nios tienen el mismo valor! Ahora les digo esto a todos los que conozco. Espero que esto pueda hacer que de a poco la vida sea mejor para los discapacitados. Que sea-mos tratados con respeto y se respeten nuestros dere-chos, como los de los dems. En el futuro quiero ser presidente y luchar por los derechos de todos los nios de Tanzania!

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    Lomniaki estaba escondido

    Lomniaki naci con las piernas dobladas en la direccin incorrecta. Le resultaba difcil sen-tarse y no pudo aprender a caminar. Su pap no quera que los dems del pueblo lo vieran, as que encerraba a Lomniaki en la casa. No poda jugar con otros nios ni ir a la escuela.

    No me tenan en cuenta. Era como si no fuera una verdadera persona. Pero luego vino Anna Mollel y me rescat. Me dio una nueva vida y la amo por eso, dice Lomniaki Olmodooni Mdorosi, de 15 aos.

    Lomniaki como alumno del internado de la ciudad

    Cuando Lomniaki era pequeo, se quedaba todo el da solo acosta-do en la casa oscura. Oa cmo los dems nios del pueblo rean y jugaban afue-ra. No haba nada que deseara ms que poder estar con ellos. A veces cerraba los ojos y casi crea que en verdad lo estaba. Se pona igual de triste cada vez que entenda que segua sin poder usar las piernas, sino que estaba acostado y una pared de barro lo separa-ba de los otros nios.

    En realidad no s por qu

    pap no quera que los dems me vieran, pero creo que se avergonzaba de que hubiera un nio discapacitado en la familia. Por eso me prohibi salir. Mam no pensaba as para nada, pero era pap quien decida. Mam no poda decir nada al respecto. Pero a veces, cuando pap sala con el ganado, ella me cargaba a escondidas y me dejaba un rato bajo un rbol en el pueblo. All vea cmo los dems nios jugaban jun-tos. Pero no haba ninguno que jugara ni hablara conmi-go, cuenta Lomniaki.

    Odi al papCuando todos los chicos del pueblo empezaron la escuela, Lomniaki no pudo a causa de su pap.

    Dijo que yo era deforme. Y que no entenda qu sentido tena que yo fuera a la escuela, ya que nunca iba a poder cui-dar el ganado, conseguir un empleo ni ganar dinero para ayudar a la familia cuando l

    fuera anciano. Adems dijo que se vera obligado a car-garme a la escuela porque yo no poda caminar. Entonces

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    Los derechos de las chicas Pensar que no tena importancia que mam opinara que yo deba jugar con los dems y poder ir a la escuela! Era pap quien decida. Punto final. Los puntos de vista de mam no eran importantes. Anna Mollel me ense que eso est muy mal. Los varones y las chicas tienen el mismo valor y por lo tanto deben tener el mismo derecho a expresar su opinin y ser escucha-dos. Tenemos los mismos derechos. Como abogado, los derechos de las nias son algo por lo que en verdad luchar en el futuro.

    y como pastor masi en la sabana.

    odi a pap. Lo odi porque me arruin la vida.

    Al final, su mam Paulina no lo toler ms. Se senta tan

    dems. Daba lo mismo que estuviera muerto.

    Anna Mollel Mi nombre Lomniaki sig-nifica bendicin, pero yo

    mal por el modo en que Lomniaki era tratado que se decidi a dejar a su esposo. Un da carg a Lomniaki a sus espaldas y dejaron el pue-blo para siempre. Paulina camin por la sabana hacia el pueblo de sus padres y all los recibieron clidamente el abuelo de Lomniaki y los tos maternos con su familia.

    Poda estar muertoAl principio, Lomniaki opi-naba que todo era mucho mejor. No estaba encerrado en la casa y conoci a otras personas que eran buenas con l y que le hablaban. Su mam o sus tos lo llevaban afuera por la maana y lo acostaban en un cuero de vaca bajo la gran acacia, para que no se sintiera solo. Pero aunque lo pasaba bastante bien, poco a poco empez a sentirse justa-mente solo bajo el rbol. Y diferente.

    Como no poda partici-par, correr y jugar, los dems nios muy pronto se aburran

    de estar conmigo. Se iban corriendo. Y cuando iban a la escuela, yo quedaba all bajo el rbol. Para m era imposi-ble ir a la escuela, pues queda-ba muy lejos. Los adultos tampoco tenan mucho tiem-po para m. Los hombres salan con el ganado y en el pueblo, las mujeres trabaja-ban duro en la casa.

    Adems, Lomniaki necesi-taba ayuda con todo. Para vestirse, comer, moverse e ir al bao.

    Era embarazoso no poder arreglrmelas solo y me sen-ta cada vez ms deprimido. A menudo pensaba en por qu mi pap se avergonzaba de m y por qu justo yo haba naci-do as. Lentamente entend cmo iba a ser mi vida. Nunca iba a poder jugar y estar con los dems del pueblo de ver-dad. Y nunca iba a poder ir a la escuela. Nunca tendra un empleo ni podra ocuparme del ganado de la familia. Me pareca injusto y senta que yo no vala lo mismo que los

    El rbol de la vidaAnna Mollel va de visita a la casa de Lomniaki. Se sientan bajo la gran acacia y hablan. Anna quiere saber cmo est y si hay algo que necesite.

    Al principio, este era el rbol de la decepcin. Era aqu donde quedaba acostado solo mientras los otros juga-ban o iban a la escuela. Pero ahora lo veo como un buen lugar, donde Anna me rescat y empez mi nueva y verdade-ra vida!, dice Lomniaki.

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    Proteccin contra anima-les salvajesCuando Lomniaki sale con el ganado, lleva consigo su cayado, su cuchillo y a veces un mazo, por si debe pro-teger al ganado de los animales salvajes.

    Leones y hienas Los elefantes y las jirafas a menudo pasan por afuera, y las hienas vienen por aqu todas las noches. Adoro a los animales salvajes que hay aqu, pero para que los animales carnvoros ham-brientos no puedan acercarse al ganado, hicimos una barrera de fuertes arbustos espinosos alre-dedor de todo el pueblo. Ms lejos, hacia las montaas y la selva hay leones, guepardos y leo-pardos. Cuando sala con el ganado y vea un len, me asustaba mucho y corra! Cuando sea mayor, me darn una lanza como a todos los dems guerreros masi. Entonces quiz sea ms valiente, dice Lomniaki riendo. Aqu, su to Simon entrena con la lanza.

    Juntos Cuando regreso a casa en las vacacio-nes, ahora puedo cuidar el ganado de mi familia, igual que los dems chicos de mi edad del pueblo. A menudo lo hacemos juntos. El ganado es una de las cosas ms importantes para los masi y poder trabajar con los animales significa mucho para m, dice Lomniaki. Lleva a pastar las cabras junto a sus amigos Juma (de rojo) y Musa, ambos de 16 aos.

    pensaba que haba un error en alguna parte. El nombre haba sido pensado para otro chico. Yo no era una bendi-cin. Era una maldicin.

    Pero haba alguien que haba odo hablar de Lomniaki, que consideraba que tena el mismo valor que todos los dems y que no pen-saba rendirse hasta que Lomniaki tuviera una buena vida. Se trataba de Anna Mollel.

    Nunca olvido la tarde en la que Anna vino al pueblo por primera vez. Yo tena casi diez aos y estaba solo dur-miendo bajo el rbol, pero me despert sobresaltado al or el ruido de un jeep. Como nun-ca haba visto un auto, me aterroric al verlo acercarse a m. Grit y llor. Baj una mujer, se acerc a m y se sen-t. Sonri, me acarici con cuidado la cabeza e intent consolarme. Dijo que no tena que tener miedo y que haba venido a ayudarme. Era Anna.

    Anna le cont a Paulina, la mam, que Lomniaki poda someterse a una operacin que hara posible que camina-

    ra totalmente solo. Tambin le cont que era muy posible que Lomniaki empezara la escuela como todos los dems chicos.

    Mam se puso muy feliz y quera que Anna me llevara de inmediato. Pero como mis tos no estaban en casa, no pudo ser. Mam deba tener el permiso de sus hermanos y Anna tuvo que irse sin m.

    La tercera es la vencidaAnna saba que cuanto ms creciera Lomniaki, ms dif-cil sera corregir sus piernas. Si no lo operaban pronto, el dao iba a ser peor y nunca iba a aprender a caminar. Haba prisa. As que en lugar de esperar tres meses, cuando en realidad sera el momento en que la clnica mvil visita-ra nuevamente el pueblo, ella regres slo una semana ms tarde para hablar con los tos. Se sentaron bajo la acacia y Anna les explic acerca de la operacin y del futuro de Lomniaki a los tos y al abue-lo. Lomniaki nunca haba vis-to algo as.

    Nunca antes haba visto a una mujer que se animara a

  • 65

    Lomniaki Olmodooni Mdorosi, 15

    hablarle de ese modo a los hombres. Tampoco haba vis-to nunca a los hombres escu-char a una mujer como lo hicieron mis tos bajo el rbol. Anna en verdad era diferente.

    La familia de Lomniaki aportara algo de dinero para cubrir una parte de los costos de su alimentacin en el cen-tro. Como no tenan dinero en ese momento, decidieron que Anna regresara luego de tres semanas a recoger a Lomniaki.

    Mientras esperaba el regre-so de Anna, Lomniaki empe-z a atreverse a tener esperan-zas de que en verdad su vida cambiara. Pero la esperanza de una vida mejor lleg a morir antes de que se cum-plieran las tres semanas. Cuando Anna regres por tercera vez, la mam Paulina le cont desesperada que la familia no haba logrado reu-nir el dinero que se necesita-ba. No podan pagar.

    - Recuerdo que entonces Anna me mir y dijo: Tranquilo, Lomniaki. Est bien. Por supuesto que te ayu-dar de todos modos. Lo solucionaremos de algn

    modo! Primero cre que bro-meaba, pero no lo haca.

    Esa misma tarde, Anna subi a Lomniaki al jeep. El viaje hacia su nueva vida haba comenzado.

    Uno de la pandillaEn seguida, Lomniaki se sin-ti muy a gusto en el centro de Anna. Adems de que Anna y las mams de la casa hacan todo lo posible para que lo pasara bien, finalmente pudo empezar la escuela y aprender a leer y escribir. All tambin aprendi sobre los derechos del nio. Y por pri-mera vez en su vida, conoci a otros nios con discapacida-des.

    Me sent muy bien al conocer a todos. En casa siempre haba sido el nico nio con discapacidad. Siempre haba estado solo y me senta afuera. En el centro hice pronto muchsimos bue-nos amigos nuevos. Podamos hablar de todo porque nos entendamos muy bien unos a otros. Y no me quedaba acos-tado solo como en casa, sino que siempre haba alguno de mis nuevos amigos que me

    llevaba en una silla de ruedas para que pudiera participar. Por primera vez en la vida no me sent diferente, sino uno de la pandilla. Fue una sensa-cin fantstica!

    Luego de dos semanas, Lomniaki fue sometido a la operacin en el hospital de la ciudad. Cuando regres al centro empez a hacer fisiote-rapia y entrenamiento para caminar.

    La primera semana me dolan las piernas y me caa todo el tiempo. Pero mejor cada vez ms y pronto pude caminar con muletas. Luego de entrenar un ao, me ani-m a dejar las muletas en fisioterapia y al fin pude caminar totalmente solo. Fue el da ms feliz de mi vida!

    Quiere ser abogadoLuego de un ao ms, las piernas de Lomniaki estaban tan bien que pudo dejar el centro. Entonces Anna lo ayud para que empezara a ir a la escuela. Primero pensa-ron en la escuela de su pueblo, pero entendieron que l tend-ra que caminar demasiado.

    AMA: Estudiar y aprender sobre el mundo. Geografa e historia.ODIA: No poder participar. Estar solo no es vida.LO MEJOR: Cuando Anna me dio la posibilidad de operarme e ir a la escuela. Poder ser una persona comn, una persona de verdad.LO PEOR: Que se violaran mis derechos cuando era pequeo. Me escondan y no me dejaban ir a la escuela.ADMIRA A: Anna Mollel, por supuesto! Me salv la vida.QUIERE SER: Abogado y luchar por todos los nios que me necesiten.SUEO: Que todos los nios discapacitados de todo el mundo puedan tener una buena vida y ser felices.

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    Mis piernas no eran lo suficientemente fuertes para que yo soportara caminar hasta la escuela por la estepa, adems de que no habra teni-do oportunidad de escapar si venan animales salvajes. As que en su lugar, Anna me ayu-d a empezar en un internado de la ciudad. Ahora voy a pri-mer ao del secundario y Huduma ya Walemavu sigue pagndome todo. El unifor-me, los libros, todo! Y estoy muy agradecido por eso. Si no

    lo hubieran hecho, nunca habra tenido la oportunidad de ir a la escuela.

    Lomniaki adora ir a su casa en el pueblo en las vacaciones, y ahora puede ayudar con el ganado sin problemas junto a sus amigos de la misma edad. Pero aun as suea con el tiempo seguir estudiando para ser abogado.

    Quiero ser como Anna y dedicar toda mi vida a luchar por los derechos de los nios excluidos, tal como ella luch

    por m. Imagnate que ella hizo el largo y duro viaje a travs de la sabana hasta mi pueblo tres veces para resca-tarme. En verdad le importa-ba. Nunca lo olvidar. Si Anna se hubiera dado por vencida y no hubiera regresa-do, yo an estara solo dentro de la casa o bajo el rbol sin poder moverme. En cambio, ella me dio una vida que vale la pena vivir.

    Historias junto al fuegoLomniaki se sienta con su to mayor, Karaine (a la izquierda) y otros hombres junto al fuego. Estn asando una cabra.

    Por la noche, todas las familias se sientan en su casa en torno al fuego, preparan la comida y hablan. A menudo conta-mos historias sobre el ganado y los animales salvajes que vimos en la sabana. Me encanta, dice Lomniaki.

    Tcnica informticaLa hermana menor de Lomniaki, Naraka, de 12 aos, recoge agua,

    ordea y ayuda a preparar la comida todos los das.

    Pero tambin va a la escuela.

    - Ahora voy a empe-zar sptimo y en el

    futuro quiero traba-jar con computa-doras, dice Naraka.

    Naci con fluorosis esquelticaLa enfermedad de los huesos con la que naci Lomniaki se llama fluorosis esqueltica y es causada por la ingestin de demasiado flor en el agua. El flor se almacena en el esque-leto y puede causar rigidez, dolor, miembros torcidos y parli-sis. Afecta a millones de personas en el mundo. A menudo se encuentra un contenido de flor naturalmente alto en el agua potable al pie de altas montaas volcnicas, como en el Valle del Rift, de frica Oriental, donde vive Lomniaki. Muchas de las regiones con contenido de flor peligrosamente alto son secas, as que la gente que vive all se ve obligada a beber el agua de todos modos. En Tanzania, ms del 30 % del agua potable del pas tiene un contenido de flor demasiado alto.

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    Tras la operacin, puedo bai-lar con los dems en el pueblo. Las danzas son importantes para nosotros los masi, as que eso me alegra mucho. Nunca haba credo que alguna vez en la vida iba a poder parti-cipar y bailar. Nunca! Pero Anna lo hizo posible.

    Aqu Lomniaki baila el Longwesi, que significa Da de Semana. En la danza, los varo-nes se desafan mutuamente con altos saltos. El ms alto gana. Aqu Lomniaki compite con su amigo Babu.

    Anna le dio los saltos!

    Hermosas calabazasAl regresar a casa con el ganado, Lomniaki se sienta fuera de la casa y bebe leche junto a su mam Paulina y su pequea hermana Nashipai, de 6 aos. Beben en calabazas que Paulina decor con hermosas perlas.

    Amo a mam porque se atrevi a dejar a pap. Eso muestra que en verdad me ama y le importo. No he vuelto a ver a pap desde entonces.

    Jacob quiere correr!En una cama del hospital Arusha Lutheran Medical Centre, est acostado Jacob Loishooki Lazer con ambas piernas enyesadas. Acaba de pasar por una operacin igual a la de Lomniaki y est feliz.

    Al principio me dola, pero mejor cada vez ms. Estoy muy alegre porque pronto voy a poder caminar y as podr ayudar a mi familia de verdad. Antes de venir aqu, intentaba ayudar a pastar a nuestras vacas y cabras, pero era una lucha para m porque senta un dolor terrible en las rodillas. Ahora, de a poco podr incluso caminar lar-gas distancias con los animales durante las sequas, cuando nece-sitan pasturas frescas. Y voy a poder jugar con mis amigos. Lo que ms quisiera es quitarme el yeso y correr ahora mismo con mis pier-nas sanas!

    No est soloJacob ha estado cuatro das en el hospital y todo el tiempo, las 24 horas, la mam de la casa Neema, del centro de Anna, ha estado con l.

    Es muy importante que los nios no se sien-tan solos. Le cuento historias, leo libros y lo con-suelo cuando lo necesita, dice Neema Eliphas Mollel.

    Cuando te vayas de aqu, debes cuidarte las piernas. Es importante que te mantengas limpio para que las heridas no se infecten, de acuerdo? Dentro de seis semanas, vendrs aqu. Si todo est bien, quitaremos el yeso y entonces podrs empezar con la gimnasia de rehabilitacin y el entrenamiento para caminar en el centro, dice la enfermera Lilian Michael.

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    Anna y su escuela para todos En una pequea colina de Moivo, el pueblo natal de Anna Mollel, est la pequea escuela que ella cre en 2009, cuando se jubil de Huduma ya Walemavu y volvi a mudarse a su pueblo. En maa la escuela se llama Engilanget, la escuela de la luz. Los 25 alumnos vienen de familias muy pobres. Muchos son hurfanos, algu-nos son discapacitados, otros tienen vih. Para Anna todos los nios son bienvenidos. En especial, los nios de los que nadie ms quiere ocuparse.

    Saba que muchos nios discapa-citados no tenan la oportunidad de ir a la escuela a la que iban la mayora de los nios. Quedaba demasiado lejos y era muy costosa. Es muy injus-to, y decid crear una escuela adonde los nios discapacitados asistieran junto a nios sin discapacidad. Una escuela donde los nios aprendieran a entender que todos valemos lo mis-mo, tenemos los mismos derechos y la misma necesidad de ser amados, dice Anna.

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    Prohibido gol-pear a mis nios! Est prohibido golpear a los nios en mi escuela. Nunca se debe gol-pear a los nios. Nunca se debe asustar a los nios. Slo explicar y amar. Un nio que es golpeado va a golpear a otros. El castigo fsico es comn en las escuelas de Tanzania, pero si un maestro golpeara a alguno de mis nios, l o ella sera despedi-do de inmediato!, dice Anna.

    Clase sobre derechos del nioEs lunes por la maana y como de costumbre, Anna se encuentra con los chicos en la pequea escuela:

    Buenos das a todos, cmo estn?, pregunta Anna.

    Buenos das, abuela! Estamos bien!, contesta la clase entusiasmada.

    Bien! Se divierten en la escuela?

    S, abuela! Bien! Se cuidan unos a otros? S! Bien, es muy importante.

    Alguno puede contarme cules son los derechos que tienen los nios?, pregunta Anna.

    Inmediatamente, los nios empie-zan a agitar la mano. Hay muchos que quieren responder.

    Poder ir a la escuela, dice Theresia, de 12 aos.

    Poder ir al hospital si uno lo necesita, dice Baraka, de 9 aos.

    Poder jugar y participar, contesta Violet, de 7 aos.

    Exacto, esos son algunos de sus derechos. Y cmo es para los nios discapacitados?

    Es lo mismo, abuela, contesta Violet.

    Exacto. Los nios discapacitados tienen exactamente los mismos dere-chos que los dems. Poder ir a la escuela, recibir atencin mdica, jugar y ser amados. Todos fuimos creados por Dios y debemos ser tra-tados con respeto. No lo olviden!, dice Anna mientras sonre con todo el cuerpo al mirar a sus nios.

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    Anna ama a todos los nios! El costurero

    de Anna ayuda a los nios

    Invento ingenioso

    Theresia en el huerto de Anna

    Rascacielos Construimos un rascacielos, dice Fanuel.

    S, y cuando seamos grandes vamos a construir casas as de verdad. En la realidad nunca vimos un rascacielos, slo en los diarios y en la TV, dice su amigo Baraka, de 9 aos.

    Le encanta el ftbol En mi escuela todos pueden participar y jugar. Los dems nos agradan, dice Fanuel, que adora jugar al ftbol en los recreos.

    Soy feliz cuando voy a la escuela. Aqu todos los compaeros estn con todos. Siento como si furamos her-manos y nos cuidamos unos a otros. Soy hurfana y vivo con mi abuela. Nunca habamos tenido dinero para ir a otra escuela. Anna me gusta mucho porque puedo venir aqu. Tiene un gran corazn y siempre nos cuida, ms que otros adultos.Theresia Edward, 12 aos

    Muchos nios de mi escuela vienen de familias tan pobres que no pueden pagar ni uniformes escolares, ni libros, ni la muy baja cuota que cubre el suel-do de mis dos maestros. Tengo un pequeo costurero donde fabrico telas que se llaman koikoi, que luego vendo. Con el dinero compro unifor-mes, zapatos, libros, lapiceras y todo lo dems con lo que necesitan ayuda los nios ms pobres de la clase, dice Anna.

    Esta rueca se llama chaka. La hicimos mi hijo y yo con una vieja rueda de bicicleta. No se necesita tener mucho dinero o mquinas caras para ayudar a otros. Pero se necesita fantasa y ser ingenioso! Si nos sentramos a esperar que alguien nos diera mucho dinero antes de empezar, tendramos que esperar mucho, mucho tiempo. Hay tantos nios que necesitan nuestra ayuda. Por eso lo solucionamos as, a nuestro modo, dice Anna riendo.

    Cultivo frijoles y otras verduras que los nios comen en el almuerzo. S que incluso los alumnos ms pobres al menos reci-ben una comida alimenti-cia al da, dice Anna.