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  • 8/13/2019 Espacio Humano

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    DISEADOSSIER3

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    Carla Cordua _ Doctora en filosofa, profesora titular de la Universidad de Chile y profesora emrita de la Universidad de Puerto Rico.

    Al hombre nunca se lo encuentra viviendo en la naturaleza pura o cruda; su existencia se de-

    senvuelve siempre en espacios modificados por la actividad humana, marcados por preferencias

    e iniciativas del grupo. El hombre tampoco habita directamente el mundo como tal, sino ms

    bien lugares determinados en l, ya intervenidos y apropiados, que se han vuelto familiares

    para quienes los frecuentan porque su vida en ellos le ha impuesto un sello particular a ese

    espacio. Los antepasados lo han convertido en un ambiente habitable y circunscrito: quienes all

    se desenvuelven conocen sus lmites, esos que marcan la diferencia entre adentro y afuera. As

    los miembros del grupo habitante pueden distinguir entre lo interno y lo externo que para ellos

    es equivalente a lo conocido y lo desconocido, a lo seguro y lo inseguro. Estos lugares habitados

    han sido ya siempre elegidos, trabajados y modificados segn ciertas necesidades y convenien-

    cias. La creacin de espacios habitados produce las atmsferas protectoras indispensables para

    la vida compartida; en su interior se desarrollan la cooperacin y la proteccin mutua, crece la

    inmunidad frente a las amenazas sorpresivas y los peligros de fuera.

    El planteamiento anterior procede de la obra de Peter Sloterdijk, un filsofo contemporneo

    que, criticando el pensamiento tradicional, se ha propuesto dedicarle la debida atencin al

    carcter peculiar, inconfundible, del espacio propio de la existencia humana. Este mbito, unresultado no buscado de la existencia de vida en vas de humanizarse, no coincide ni con el

    espacio geomtrico ni con el fsico. Procede del establecimiento paulatino de un clima envol-

    vente en el cual no slo se acomoda y prospera la vida de la especie, sino que es, como espa-

    cio, el resultado de la accin autoprotectora de muchas generaciones anteriores. Una teora

    contempornea del espacio habitado debe ser capaz de describir las situaciones envolventes

    en las que la participacin de todos y cada uno crea el complejo que genera la comunidad

    humana y asegura su duracin. El espacio humano viene de los hombres y est destinado a

    producirlos, sustentarlos y reproducirlos: tiene el carcter de un proceso que no por ser ajeno

    a la conciencia y a la voluntad consciente es menos e ficiente y fecundo. Mantiene generaciones

    de productores y de este modo acaba introduciendo a la humanidad en la historia. Todos los

    resultados son provisorios y estn siempre en revisin desde el punto de vista de sus posibi-

    lidades de cambio. El tiempo humano se convierte en una espiral en movimiento en la que se

    combinan la repeticin y la novedad, los aciertos y los errores, la construccin y la destruccin.

    Enseguida citamos algunos pasajes de la obra de Sloterdijk que se refieren a las diversas

    actividades y resultados del diseo de espacios ambientales destinados tanto a albergar a la

    vida humana tal como ha llegado a ser hasta aqu, como a transformarla realizando sus posi-

    bilidades todava incumplidas.

    Santo Toms de Aquino dice que los ngeles no estn en el espacio como los seres corpreos

    pues ellos segregan el espacio desde s, el cual es iluminado y vivificado por su manera de ser.

    En el siglo pasado Merleau-Ponty, el filsofo francs, escribi una frase acerca del punto del que

    debiera partir todo discurso sobre la estada sensible del hombre en el mundo: El cuerpo no est

    en el espacio, lo habita. Los grandes artistas son ahora, como fueron antes, quienes mantienen

    accesible la verdad de estas frases. Como habitantes profundos del mundo nos recuerdan la pre-

    gunta acerca de cmo debemos en general habitar la casa del mundo. Cuando estamos en el

    mundo, estamos instalados igual que entre nuestras propias cuatro paredes? Es que todo lo que

    es se nos presenta de manera domstica? Ocupable, amueblable, como algo terminado hasta

    con sus propias llaves, en lo que slo tenemos que instalarnos y pagar nuestros impuestos? El

    artista siempre contestar que no a estas preguntas. l tiene presente desde siempre la molestia

    de vivir en una no-casa..., de vivir de otra manera.El espacio habitado por hombres se revela como una dimensin plurivalente. Dondequiera

    que haya hombres establecidos se produce una divisin de los espacios: lo habitable se opone

    a lo inhabitable; lo til es contrario de lo intil, lo transparente de lo opaco, lo penetrable de lo

    impenetrable.

    El diseo de espacios se relaciona, tal como la arquitectura, con la circunstancia terrible de

    que pertenecemos permanente u ocasionalmente a un medio ambiente formado de principio

    a fin por hombres. Estas artes, el diseo y la arquitectura, explican la estada de hombres en

    lugares que ofrecen la ayuda de instalaciones que no son, para sus consumidores, otra cosa

    que propuestas de esclavizacin a la situacin establecida. A travs de ellas el habitar o el

    estar-en-casa es interpretado como el sometimiento voluntario al ambiente establecido. En la

    medida en que las casas son instalaciones o establecimientos montados para incorporarse al

    ambiente, ellas explican la existencia humana como una tarea plstica. El hombre es hasta el

    fin un animal autoplstico - puede llegar a ser casi todo lo que se imagina con cierta insistencia.

    El espacio humanoEl concepto de Sloterdijk

    El espacio humano viene de los hombres y est destinado a producirlos, sustentarlos y reproducirlos: tiene el carcter de un proceso que no por ser ajeno a la conciencia y a la voluntad consciente es menos eficiente y fecundo.

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