Este domingo se cumplen 200 años de la escritura.docx
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Este domingo se cumplen 200 años de la escritura, por parte del Libertador Simón Bolívar, de
la Carta de Jamaica. El Correo del Orinoco, que tres años más tarde sirvió de canal para
difundir el mensaje contenido en el manuscrito, retoma en este día su abordaje desde la
perspectiva analítica y contrastada ofrecida por distintos estudiosos de la temática.
De acuerdo con el presidente del Centro Nacional de Historia (CNH) y encargado de la
comisión presidencial venezolana para la celebración del Bicentenario de este documento,
Pedro Calzadilla, las ideas allí expresadas no deben pasar desapercibidas en ningún rincón del
continente americano, sobre todo en los días previos y posteriores al evento central. “Hemos
celebrado en Venezuela y América Latina distintos acontecimientos políticos, militares,
nacimientos, muertes, y ahora nos toca celebrar, no una batalla, ni un hecho político, sino la
escritura y la puesta en letras y palabras de unas ideas”, expresó.
Así como existe un poemario y un diccionario -compara- la Carta de Jamaica viene siendo un
ideario, porque su esencia la constituyen una serie de ideas que fueron plasmadas por el
prócer independentista en un momento determinado de su vida. El contenido de ese
manuscrito, de acuerdo con el historiador, “es el esqueleto fundamental del ideario
emancipador de nuestramérica”.
UNIDAD, GEOPOLÍTICA E IDENTIDAD
Calzadilla destaca la unidad como uno de sus elementos preponderantes: “Ahí es donde por
primera aparece más estructurado el pensamiento de la unión”. Asimismo, refiere que en el
documento el Libertador hace alusión a la dimensión geopolítica. “Bolívar entiende que América
entra en un escenario mundial donde puede pasar a jugar un punto de equilibrio universal”.
De igual manera, asegura que el tema de la identidad también es abordado en la carta: “Ahí
Bolívar comienza a reflexionar en torno a quién es ese grupo de seres humanos que pide con
mucha fuerza el derecho de ser libre y tener una vida política independiente, y es donde
provoca la ruptura cultural con la hispanidad, al referirse a España ya no como la madre patria,
sino como una madrastra”.
De esta manera, analiza, “se rompe la identidad con la llamada madre patria” y se nos
comienza a ver como “una mezcla que se ha cocinado durante todos estos años”, hecho que,
según afirma, cobra sentido en este momento, “porque la independencia política y el proceso
emancipador que hay en América actualmente, tienen en el fondo un tema de recuperación de
los principios, de las ideas, de las nociones, de reencontrarnos culturalmente y reafirmarnos
ante los otros”.
CLAVES PARA EL PRESENTE
En este momento, reflexiona, nos toca “voltear la mirada” hacia ese documento para analizarlo,
tanto desde la perspectiva actual como de la del pasado, y encontrar claves para el presente.
“En su tiempo, reveló la increíble capacidad de fortaleza que tuvo Bolívar en medio de todas las
dificultades posibles, siendo perseguido, derrotado, asediado, exiliado y buscado por los
imperios para ser detenido y asesinado”, detalló.
Pese a que esa fue una de las épocas más difíciles de su vida, esgrime que tales situaciones
no le impidieron desarrollar a plenitud sus ideas: “Él escribe muchas cartas en Jamaica, y en la
mayoría, lo que hace es pedir prestado para poder mantenerse. No tenía plata ni para pagar la
pensión donde vive. Sin embargo, escribe una de las piezas de la historia del pensamiento
político de la humanidad”.
Describe que la carta “revela un enorme optimismo, fruto de una época y una generación que
tuvo confianza y una visión clara para tomar decisiones”, lo cual, a su parecer, “dice mucho
para nosotros hoy, porque estamos viendo esas mismas fuerzas de hace 200 años otra vez en
pugna por orientar el destino de esta América”. Según Calzadilla, las oligarquías, acomodadas
de manera distinta, son las mismas del pasado, al igual que los pueblos.
ACCIÓN DESMORALIZADORA
También la califica como una carta moralizadora, porque al pueblo nuestroamericano se le
había criminalizado por aspirar al derecho de ser libre, y a ese hecho, considerado una osadía,
se le atribuye ser la causa de todos los males. “Aquí hubo un terremoto en 1812 y se dijo que
había sido por declarar la independencia en 1811. Ahí está el castigo divino por haberse
atrevido a insurgir contra el rey y contra Dios, dijo la iglesia y las oligarquías”, fustigó.
Lo mismo sucede en estos tiempos, asemeja: “Aquí están en una acción concertada en
Venezuela hoy las oligarquías, tratando de desmoralizar al pueblo, culpabilizándolos en el
fondo por haberse atrevido a ser libres y ser independientes de la voluntad de los imperios”.
Tales acciones, en su criterio, se ven reflejadas en el encarecimiento indiscriminado del precio
de los productos y la dificultad para conseguirlos, situación calificada por el gobierno como
guerra económica, pero asegura que frente a eso, las y los venezolanos “actúan impulsados
por el espíritu de la Carta de Jamaica”.
LLAMADO DE INDEPENDENCIA
El historiador Félix Ojeda, quien coordina el área de asesorías especiales en el CNH, sostiene
que “en los últimos 15 años, el pensamiento del Libertador Simón Bolívar ha tenido mayor
vigencia que en cualquier otro momento de la historia de Venezuela”. Dice que “ese
pensamiento está recogido en todos sus documentos”, y por ende, la Carta de Jamaica “no
escapa de ser una herramienta para plantearse lo que debe ser la lucha de los pueblos en la
búsqueda de su independencia”.
En ese sentido, asegura que el referido documento mantiene una validez plena en los actuales
momentos, “porque constituye un llamado a la independencia contra cualquier tipo de
dominación extranjera y un llamado a la autodeterminación de los pueblos, para que puedan
valerse por sí mismos y conducir sus propios destinos”. Más allá de ideales como la libertad y
la igualdad, asegura que también hay en ella algunos planteamientos políticos que son
perfectamente aplicables hoy en día.
“En un momento revolucionario como el que se vivía en aquel entonces, Bolívar apostaba al
centralismo y no al federalismo. Él pensaba que en un momento tan turbulento de la historia
americana, los pueblos debían recurrir a un gobierno fuerte, centralizado, y no a una federación
de un archipiélago de provincias, donde cada una se manejaba con un autonomía que no hacía
más que debilitarlas ante los grandes enemigos extranjeros”, describió.