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 L AS LUCES DEL LITORA L Guía en la oscuridad Una noche en-tren-tenida Los buenos efectos de un accidente Me conoce per fectament e Y se encarga de mi blog CAMBI A TU MUNDO CAMBIA NDO TU VIDA  

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  • LAS LUCES DEL LITORALGua en la oscuridad

    Una noche en-tren-tenidaLos buenos efectos de un accidente

    Me conoce perfectamenteY se encarga de mi blog

    C A MB I A TU MUNDO C A MB I A NDO TU V I DA

  • 1. Juan 15:13 (ntv)

    2. V. Proverbios 17:17

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    Director Gabriel Garca V.Diseo Gentian SuiProduccin Samuel Keating

    Aurora Production AG, 2013www.auroraproduction.com Es propiedad. Impreso en Taiwn por Ji Yi Co., Ltd.A menos que se indique otra cosa, los versculos citados provienen de la versin RV, revisin de 1960, 1960 Sociedades Bblicas en Amrica Latina; renovado 1988 Sociedades Bblicas Unidas. Utilizados con permiso.

    Ao 15, nmero 2

    A N U E S T RO S A M IG O SA m is ta d y s ac r i f ic io

    Cuando Jess dijo a Sus discpulos que no hay un amor ms grande que el dar la vida por los ami-gos1, no haca otra cosa que describir con nobleza la muerte que das despus habra de padecer en la cruz para la salvacin de la humanidad. Los sucesos posteriores demostraron que estuvo dispuesto a entregarlo todo por nosotros, Sus amigos. El amor y

    la amistad que Jess nos ofrece son perfectos.A veces me he preguntado cmo actuara yo si me viese en una situacin

    en que pudiera salvar una vida ajena a cambio de dar la ma. Claro que es improbable que alguna vez me enfrente a una prueba tan trascendental. Lo ms natural es que las ocasiones de entrega y sacrificio que se me presenten sean ms prosaicas y que no me exijan algo tan radical como dar la vida.

    Me ofrezco a acompaar a un amigo que est pasando por un mal momento pero que no es particularmente agradable ni de fcil trato? O pongo algn pretexto y procuro evitarlo? Visito a una amiga que est enferma, no solo una vez para quedar bien, sino ms veces, con la regularidad que haga falta? Si consigo un boleto para un importante recital o evento, se lo ofrezco a un amigo que no lo pudo conseguir? Cuando a una amiga la invitan a pasar unas vacaciones en un lugar de ensueo o se le presenta una oportunidad laboral increble, me alegro por ella de corazn, o envidio su buena fortuna? Cuando los gustos de mis amigos en cuanto a restaurantes, pasatiempos y distracciones difieren de los mos, tiendo a exigirles que se acomoden a mis deseos?

    Oportunidades como esas de hacer sacrificios poco espectaculares son parte de la cotidianidad y constituyen pruebas mucho ms fehacientes de mi carcter que un hipottico drama de vida o muerte. Yo desde luego tengo mucho que mejorar en este aspecto. No obstante, trabajar en este nmero de Conctate me ha motivado a esforzarme ms por ser un amigo de esos que, como dice la Biblia, aman en todo tiempo2.

    Gabriel Garca V.Director

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  • Cuando era adolescente estaba convencida de que me las saba todas. Aunque me senta muy insegura, tena opiniones sobre todo, opiniones tajantes. En retrospectiva, me da pena por mis padres. No me cabe duda de que les di mucha guerra, sobre todo durante la adolescencia. No me gustaba que fueran ms estrictos que los de otros jvenes. Eso me llev a alejarme de ellos, como hacen muchos chicos a esa edad. Estaba segura de que no me entendan, y en realidad as era. Ninguno de mis hermanos mayores se haba sentido como yo. Yo lo cuestionaba todo, y me costaba acatar las reglas. Sin embargo, por fuerte que fuera mi carcter, lo nico que deseaba era encontrar a alguien que realmente me comprendiera.

    Una vez asist a una reunin en la que yo era la nica joven. Mientras las personas mayores conversaban en

    pequeos grupos, me sent sola en un rincn a observar. En eso se acerc una seora llamada Joy, y nos pusi-mos a charlar. Al cabo de un rato le abr el corazn y le cont mis cuitas. Pens que me iba a sermonear, pero no hizo otra cosa que escucharme. Con su actitud me dio a entender que se interesaba por m. En ningn momento me puso en mi lugar ni trat de hacerme cambiar de opinin; simplemente procur comprenderme.

    A raz de esa conversacin naci entre nosotras una amistad que dur siete aos, hasta que ella falleci. Me apoy tanto en la fortuna como en la adversidad. Dbamos caminatas juntas y a veces nos escribamos notitas sobre cosas que nos resultaba difcil decirnos en persona. Aun cuando se traslad a otra ciudad, lejos de donde yo vivo, nos mantuvi-mos en comunicacin por telfono y por correo electrnico. Buena parte de esos siete aos ella estuvo tan

    enferma que la muerte la acechaba en todo momento. Sin embargo, nunca la o quejarse. Siempre estaba chispeante y se interesaba profunda-mente por los dems.

    Ella me hizo ver algo importante: que mi personalidad no tena nada de malo. Al mismo tiempo me ense a procurar entender los sentimientos de la gente, a no prestar tanta atencin a las apariencias y a veces ni siquiera a las palabras que se dicen, a aceptar a las personas tal como son y manifestarles amor incondicional. Aunque damos la impresin de ser muy diferentes unos de otros, en el fondo no es as: todos ansiamos el cario, la comprensin y la aprobacin de los dems. Cuando alguien ve nuestra necesidad y la satisface, nos transformamos.

    Ther esa Leclerc vive en Sudfr ica. Est afiliada a La Fa milia Inter nacional.

    UNA AMIGADE VERDAD

    Theresa Leclerc

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  • Tener siempre en cuenta a los dems y procurar satisfacer sus necesidades, sobre todo cuando ello implica cierto sacrificio, no es nada fcil. Lo ms cmodo es ser perezosos, egostas y egocntricos, y la mayora somos as por naturaleza. Nuestra primera reaccin general-mente est motivada por nuestros propios intereses, lo que deseamos y lo que nos hace felices. No obstante, con la ayuda de Jess podemos adquirir nuevos hbitos y reacciones automticas que con el tiempo contribuyan a que seamos ms amorosos, amables y abnegados.

    En los seres humanos rige el instinto de preservacin, de pro-curar nuestro propio bien, nuestra satisfaccin y felicidad antes que los del prjimo. Pero la Biblia promete: Todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, una nueva vida ha comenzado!1 Por eso

    Jess nos invita a manifestar a los dems amor profundo y abnegado, sin parcialidad, aunque sabe que semejante amor est por encima de nuestras posibilidades humanas. Pese a nuestras limitaciones, l es capaz de renovar los circuitos que traemos incorporados y reprogramar nuestros pensamientos y nuestro corazn para que estemos inclinados a cumplir Su voluntad, la cual consiste en amar a los dems.

    Jess dijo a Sus primeros segui-dores: El amor [que manifiesten] ser la prueba ante el mundo de que son Mis discpulos2. El amor que exista entre los discpulos de Jess y que transmitan a sus amigos e incluso a desconocidos llam mucho la atencin y fue un contundente reflejo del amor de Dios.

    Para convertirnos en las nuevas criaturas que l quiere hacer de nosotros, es preciso que tengamos una mente y un corazn dispuestos, un espritu creyente, que oremos y que seamos consecuentes rea-lizando pequeos actos de amor

    desinteresado. As, al cabo de un tiempo nos daremos cuenta de que pensamos ms en los dems, que comprendemos con mayor presteza sus necesidades y nos preocupamos ms por su felicidad y bienestar.

    Cuando nos entregamos a los dems, cuando nos esmeramos por ofrecer nuestra amistad a otro ser humano, cuando nos molestamos en conversar con alguien que se siente solo o en confortar a un enfermo, cuando ayudamos a alguien en sus conflictos o hacemos que se sienta til, descubrimos una singular satisfaccin y recompensa espiritual. Al realizar esos pequeos actos de amor y abnegacin, el Seor nos premia con una alegra que no puede conseguirse de ningn otro modo: la felicidad de saber que hemos sido una bendicin para una persona necesitada.

    M ar a Fontaine y su esposo, Peter A mster da m, dir igen el movimiento cr istiano La Fa milia Inter nacional.

    1. 2 Corintios 5:17 (ntv)

    2. Juan 13:35 (ntv)

    ENTREGA

    Adaptacin de un artculo de Mara Fontaine

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  • En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad naci el hermano. Proverbios 17:17 (nvi)

    El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay ms unido que un hermano. Proverbios 18:24

    No podrn los ocanos apagar el amor, ni los ros anegarlo. Para el que quiera comprar el amor con todas sus riquezas, el ms profundo desprecio. Cantar de los Cantares 8:7 (blph)

    Sobre todo, mense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. 1 Pedro 4:8 (nvi)

    El amor supone amar al que no se hace querer; de lo contrario no hay virtud en l. G. K. Chesterton (18741936)

    Amor es una palabra ms hasta que llega ese alguien que le da signifi-cado. Annimo

    LA POESA DEL AMORSiempre que haya un hueco en tu vida, llnalo de amor. El amor verdadero hace milagros, porque l mismo es ya el mayor milagro. Amado Nervo (18701919)

    Amar es captar una vislumbre del cielo. Karen Sunde (n. 1942)

    El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece. Jacinto Benavente (18661954)

    No amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. 1 Juan 3:18 (nvi)

    Puede que amar cueste mucho. Sin embargo, no amar siempre cuesta ms, y quienes temen amar a menudo encuentran que la falta de amor es un vaco que le roba el gozo a la vida. Merle Shain (19351989)

    El amor es un apasionado y cons-tante deseo de dar, no una tranquila y persistente esperanza de recibir. Swami Chinmayananda (19161993)

    El amor genuino ennoblece y dignifica las labores mundanas de la vida; y las tareas modestas, si se hacen por amor, llevan en s una poesa inmortal. Harriet Beecher Stowe (18111896)

    Decimos que la gracia es un favor inmerecido. Por otra parte, se nos ensea a amar como nos ama Cristo. Si l nos concede gracias, nosotros tambin debemos concedernos gra-cias unos a otros. Qu significa eso? Que debemos ser ms amables con los dems de lo que consideramos que se merecen. Annimo

    Imprteme, oh Dios, te suplico, el espritu de Tu amor, para que est yo ms deseoso de dar que de recibir, ms ansioso por comprender que por ser comprendido; para que sea yo ms considerado con los dems, para que me olvide ms de m mismo. Frederick Meyer (18471929)

    Amar para ser amado es humano; pero amar por amar es angelical. Alphonse de Lamartine (17901869)

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  • Me encuentro en una etapa de la vida en la que estoy tan ocupada viviendo y atendiendo a todos mis proyectos y mis obliga-ciones como madre, ama de casa, profesora y esposa que no encuentro tiempo para escribir posts ni cartas a mis amigos sobre m misma.

    Pero lo echo de menos. En oca-siones, quisiera contar con alguien que estuviera al tanto de lo que me sucede, que se riera conmigo de las cosas graciosas que me ocurren, que se asombrara de los logros de mis hijos, me mandara ciberabrazos y me animara a afrontar nuevos retos; alguien a quien le pudiera contar mis luchas cotidianas, que estuviera en mi misma onda. Una cosa es hablar con alguien que te escucha y trata de comprenderte, y otra muy distinta hacerlo con alguien que sabe exactamente cmo te sientes

    ME CONOCE PERFECTAMENTEChalsey Dooley

    y cmo te afecta lo que le ests contando.

    En mi juventud jams tuve muchos amigos. Lo que ms me dola cuando era adolescente era que no saba hacer amistades. En cierto modo, me alegro de haberme acos-tumbrado a ser una persona solitaria, hasta el punto de que ahora no anso asistir a grandes reuniones sociales o fiestas; pero a mi manera, disfruto de una vida plena y rica.

    Tengo el mejor esposo que habra podido soar, y lo que ms me gusta en este mundo es estar con mis hijos. Aunque llevamos una vida muy ajetreada, puedo desahogarme mucho con mi marido y contarle mis cosas. Tratamos de escucharnos y animarnos mutuamente, y ser amigos el uno del otro. Claro que nuestras habilidades, intereses profesionales, inclinaciones y sueos son muy distintos. Y as tiene

    que ser para poder atender todos los aspectos de la casa y la familia y crear el entorno apropiado para la crianza y bienestar de nuestros hijos.

    Una vez alguien me ayud a inscribirme en Facebook, pero no te molestes en buscarme all! Aunque me encuentres, te llevars una decepcin al ver mi pgina vaca, en blanco. Me apunt con la idea de comunicarme de nuevo con viejos amigos con los que haba perdido el contacto durante unos aos en que estuve viajando, me cas, form una familia y despus me fui a vivir al extranjero. Revivir amistades agradables y divertidas que haba tenido no me llen, ni me result emocionante, sino que de golpe sent amagos de depresin. Esos vistazos a la vida de mis amigos fueron como jarros de agua fra. Todos estaban haciendo otras cosas, y les iba de maravilla sin m! Toda la

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  • intimidad que habamos disfrutado, los secretos y sueos que nos haba-mos contado, los ratos entretenidos, las risas y las lgrimas, todo eso for-maba parte de un pasado que nunca iba a volver. Como bien dice el refrn: Agua pasada no mueve molino.

    Felizmente, un par de das despus aparecieron unas muestras inesperadas de amistad, justo en el momento pre-ciso para subirme los nimos. Varias cartas por correo electrnico, unas llamadas telefnicas imprevistas, un par de visitas y hasta una nota escrita a mano. Alguien all arriba estaba al tanto del asunto y lo program todo a la perfeccin. Logr salir adelante y he vuelto a ser la misma persona alegre de siempre. En todo caso, rara vez entro en mi pgina de Facebook

    Me di cuenta de que la poca comunicacin que tengo con esas personas no significa que nuestra

    amistad haya terminado. A pesar del poco contacto que tenemos, si alguno se viera en un apuro y me pidiera ayuda, se la brindara sin titubear; y estoy segura de que ellos haran lo propio. Entend que deba cambiar mi percepcin y no insistir tanto en que solo es amiga ma la persona que siempre est dispuesta a escucharme y a cuya felicidad contribuyo de manera importante. La amistad con esas personas simplemente se encuentra en otra fase, y eso no tiene nada de malo.

    Esta maana, de repente, me vino un pensamiento de lo ms alentador: Dios lleva un blog de mi vida! Aunque yo no disponga de tiempo para escribir un diario, una bitcora o montones de cartas personales en las que cuente punto por punto lo que hago, hay Alguien que lo sabe todo y que lleva un registro de mi vida. l anota cada uno de mis planes,

    intenciones, acciones, palabras, decisiones, lgrimas, sonrisas, emo-ciones, enfermedades, aventuras, los, pasiones, ideas y sueos. Supongo que segn cmo eso puede resultar algo incmodo; pero por lo menos hoy, yo me alegro de que sea as.

    Aunque yo nunca llegue a escribir mi propia biografa, hay Alguien que ya lo est haciendo. Y cuento con un amigo incondicional con quien con-versar y a quien escuchar las 24 horas del da, Alguien que sabe perfecta-mente lo que siento en todo momento. Jess es el amigo por antonomasia!

    Chalsey Dooley vive en Australia. Escribe textos motivacionales para nios y educadores y se dedica de lleno a la formacin de sus hijos. Este es su sitio web: www.nurture-inspire-teach.com.

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  • Jack se sent en el fro vagn y se cal la gorra para taparse las orejas. Llevaban varias horas varados, porque la locomo-tora de vapor y el primer vagn del expreso nocturno haban descarrilado donde el diablo perdi el poncho. No quedaba otra que esperar a que llegara auxilio. Corra el ao 1959. Era pleno invierno y muy entrada la noche. No haba calefaccin ni luz, aparte de la linterna del maquinista y las de algunos pasajeros.

    Jack saba que pasaran algunas horas hasta que en algn punto del recorrido alguien notara que el tren no llegaba y diera la voz de alarma. Se enviaran cuadrillas de rescate, si bien con cierta precaucin. Poda despacharse un tren por la misma lnea frrea en direccin contraria;

    pero como haba una nica va, sera arriesgado, ya que era posible que ese tren se topara de frente con el expreso. La sealizacin en aquel ramal era anticuada; Jack lo saba porque era aficionado al mundo del ferrocarril. Lleg a la conclusin de que la bsqueda empezara al rayar el alba.

    El tren se haba detenido brus-camente. La locomotora y el primer vagn haban quedado atascados sin volcarse en un grueso terrapln de grava. Providencialmente, no hubo vctimas mortales, aunque el maquinista y el fogonero tenan gra-ves lesiones en la cabeza. Los haban llevado a uno de los vagones a fin de que pasaran aquella glida noche en compaa de los pasajeros, algunos de los cuales tambin estaban heridos. La sensacin general era de

    UNA NOCHE EN-TREN-TENIDA

    impotencia y temor, pues saban que tenan escasas posibilidades de que los rescataran antes del amanecer.

    Entonces alguien se puso a cantar en el vagn de Jack un antiguo tema de Vera Lynn que haba sido bastante popular durante la Segunda Guerra Mundial, The White Cliffs of Dover. Al cabo de unos momen-tos, todos los pasajeros del vagn cantaban a coro con l. Cuando terminaron, alguien enton otra cancin.

    Cantamos toda la noche contaba Jack. La cancin daba igual: temas populares, clsicos de comedias musicales, himnos religio-sos y hasta villancicos. La idea era no parar de cantar para no desanimarse. Se nos juntaron pasajeros de otros vagones, y nos apiamos tanto como pudimos para calentarnos. Casi

    Scott McGregor

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  • El amigo fiel es un apoyo seguro, quien lo encuentra, ha encontrado un tesoro. Eclesistico 6:14 (nbj)

    Qu quieres? El amor pide calle, pide viento, no sabe morir en la soledad. Julio Cortzar (19141984)

    nadie se conoca, pero todos ramos camaradas en la desgracia y procu-rbamos levantarnos mutuamente la moral.

    ramos un grupo heterogneo. Haba reclutas que volvan de un permiso, familias jvenes, varios ancianos e incluso algunos tipos con los que uno preferira no toparse de noche. De alguna manera las barreras sociales se esfumaron. En el momento del accidente, Clifford despus me enter de que as se llamaba desahog su desespera-cin con una retahla de groseras y obscenidades como nunca haba odo en la vida. No obstante, fue l quien rescat al maquinista, lo llev en brazos hasta nuestro vagn y lo cuid toda la noche, haciendo de ngel enfermero. Nunca he conocido un diamante en bruto como l.

    He sido bastante dado a juzgar a la gente por las apariencias, y en el caso de Clifford tengo que reconocer que me equivoqu, como probablemente me ha pasado tantas otras veces. En muchos sentidos fue la noche ms increble de mi vida. No tard en entablar amistad con muchos de los presentes. Casi lament que llegaran las cuadrillas de rescate a primera hora de la maana.

    Aquella fatdica noche, Jack y los dems pasajeros trabaron amistades que duraron toda la vida. Resolvieron reencontrarse cada ao en la fecha del accidente. Jack fue a la boda de todos y al entierro de algunos. Clifford se hizo camillero de un hospital y ms tarde se integr a un servicio de ambu-lancias. Pocas semanas antes del

    descarrilamiento, haba salido de la crcel. Esa noche estaba viajando para ver a varios excompinches con quienes quera arreglar cuentas. En un encuentro que tuvo lugar aos ms tarde, le confes a Jack: Aquel accidente impidi que arruinara toda mi existencia.

    La vida de Jack sigui adelante. Entre otras cosas, lleg a ser mi padre. Se podra decir que no fue una persona muy destacada; pero aquella noche le dej una enseanza que jams olvid y que le gustaba contarme. A veces las experiencias ms sombras resultan ser las mejores y nos ayudan a forjar increbles amistades.

    Scott McGregor es escritor y comentarista. Vive en Canad.

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  • Cuando la salud de mi esposo se fue quebrantando y yo iba a verlo al hospital, me fijaba en los pacientes tendidos en sus camas y en los que aguardaban en las salas de espera, y trataba de imaginarme su sufrimiento. Algunos, particular-mente los muy ancianos, se pasaban da tras da acostados, sin ninguna compaa. Durante un mes acud todos los das sin falta al hospital, y nunca fue nadie a visitarlos. Nadie se hizo siquiera un ratito para ir a verlos.

    Al asomarme por la ventana del cuarto donde estaba mi marido y observar los autos que circulaban velozmente por la carretera de enfrente, pensaba en la pobre masa humana, en todas las personas solitarias, tristes, perdidas, que tienen el corazn partido.

    Me di cuenta de que todos, tanto los moribundos como los que van trajinando por la vida, precisan del No es tanto la ayuda de nuestros

    amigos lo que nos sostiene, sino la confianza de que acudirn en nues-tra ayuda. Epicuro (341269 a. C.)

    Las luces del litoralAdaptacin del texto de un programa radial de Virginia Brandt Berg

    amor y la misericordia de Dios. Tom tambin conciencia de que Dios requiere urgentemente de noso-tros para que les indiquemos a las personas lo mucho que l las ama. En aquel hospital, sentada al lado del lecho de mi esposo, le cantaba a veces este himno:

    Desde el faro de Dios brillapara siempre Su piedad,y a nosotros nos encargalas luces del litoral.

    Que alumbren bien esas luces.Desde lejos se han de ver.A ms de un pobre marinorescataremos tal vez.

    La noche oscura ha llegado.La tormenta ruge hostil.Ojos ansiosos procuranesas luces descubrir.

    Refuerza tu tenue luzpara algn pobre bajelque anda buscando el puertoy se podra perder1.

    Dios, Su Hijo Jess y el Espritu Santo son como un faro; nosotros, en cambio, somos las lucecitas a lo largo del litoral. Dios nos ha encomendado algunas tareas sagradas, ciertas cosas que debieran tener mxima prioridad en nuestra vida. Muchos asuntos demandan nuestra atencin, y es poco el tiempo de que disponemos. Si nos descuidamos, arrinconaremos o perderemos de vista lo que realmente tiene importancia. Imagnate lo mucho que puedes ayudar a tu familia y a tu prjimo. Y por prjimo se entiende toda persona que Dios ponga en nuestro camino y que necesite amor el nuestro y el de Dios, es decir, toda persona a la que Dios quiera amar y ayudar por medio de nosotros.

    Virginia Br andt Berg (1886 1968) fue una evangeliza-dor a estadounidense.

    1. Las luces del litoral, letra y msica

    de Philip Bliss (18381876)

    amor sin lmites

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  • El Seor es bueno para con todos, y Su compasin, sobre todas Sus obras. A Ti miran los ojos de todos, y a su tiempo T les das su alimento. Abres Tu mano, y sacias el deseo de todo ser viviente. Salmo 145:9,15,16 (nblh)

    El amor de Dios abraza a todas las personas. Dios ha amado al ser humano desde que lo cre. Independientemente de cul sea nues-tro estatus relacional con l, Dios nos ama. Aunque no creamos en Su existencia, o creamos que existe y lo odiemos, o no queramos tener nada que ver con l, l nos ama. Nos trata con amor, benevolencia y considera-cin en virtud de que formamos parte de la humanidad.

    El ser humano fue creado a ima-gen de Dios. l ama a cada persona,

    y el amor que alberga por nosotros se traduce en actos amorosos de Su parte, en los cuidados y las bendicio-nes que nos prodiga.

    En qu aspecto se hace ms evidente el amor de Dios por la humanidad? En la solucin que ofrece para satisfacer nuestra necesi-dad de salvacin. Todo ser humano es pecador1, y para reconciliarse con Dios precisa de redencin. Dios, movido por Su amor por cada ser humano, estableci el plan de la salvacin, por medio del cual Jess vino a la Tierra, llev una vida libre de pecado y, en un acto de expia-cin, muri cargando con nuestros pecados.

    De tal manera am Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unignito, para que todo aquel que en l cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios muestra Su amor para con

    Adaptacin de un artculo de Peter Amsterdam

    nosotros, en que siendo an pecado-res, Cristo muri por nosotros. Juan 3:16 (RVR 95); Romanos 5:8

    Dios, por amor a nosotros, ide una forma de que nos librramos del justo castigo que merecamos por nuestros pecados y volviramos a tener una relacin amorosa con l. Envi a un sustituto Su Hijo para que sufriera ese castigo por cada uno de nosotros. l no descarga Sus sentencias y Su ira sobre ninguno de nosotros porque Jess ya tom todo eso sobre S. Lo nico que tenemos que hacer para que nuestros pecados sean perdonados, expiados, es creer. Tal es el amor de Dios, el regalo que otorg a la humanidad.

    Peter A mster da m y su esposa, M ar a Fontaine, dir igen el movimiento cr istiano La Fa milia Inter nacional. 1. V. Romanos 3:23

    amor sin lmites

    Buen Jess, te agradezco que

    murieras por m para darme vida eterna. Te ruego

    que entres en mi corazn, que me permitas conocerte mejor

    y que me ensees cmo es el amor de Tu Padre.

    11

  • Las cosas van de mal en peor, Seor, y creo saber por qu pens mientras me pona mis gafas de sol y hunda las manos en los bolsillos. Debo de haberme portado muy mal, porque creo que ya no me amas.

    S te amo, reson una voz en mi corazn.

    No lo creo.Te aseguro que s.Demustramelo!De acuerdo. Qu te gustara?El lugar por el que estaba pasando

    con el auto era seco, ruidoso y polvo-riento. Qu poda ser ms difcil de encontrar all?

    Si me muestras una rosa roja sabr que todava me amas.

    Solo una? me pareci que lo o rerse. A ti te dara un balde lleno de rosas.

    Mientras pensaba en eso un rato despus, me di cuenta de lo tonto

    que haba sido mi pedido. Dios no tiene por qu demostrarnos Su amor. Su amor es constante, aunque no seamos conscientes de l.

    Esa misma tarde me reun con una amiga en su oficina. Mientras char-lbamos y tombamos un caf, mis pensamientos divagaban. Aunque le haba dicho a Dios que no necesitaba hacer lo que le haba pedido, pues estaba segura de que me amaba y siempre me cuidara, en el fondo todava tena muchas ganas de ver la prueba. Cuando nuestra conversacin lleg a su fin y me levant para irme, la vi: en un pequeo jarrn de barro colocado en la esquina de la mesa haba un llamativo arreglo floral de helechos y una rosa roja.

    Se me llen el corazn de alegra. Gracias, Jess!, pens.

    No me lo agradezcas todava me pareci orle decir. Tena algo ms que mostrarte en la esquina de la

    calle, a la entrada del despacho de tu amiga, solo que estabas muy ocupada para fijarte. Ve a echar un vistazo.

    Sal del edificio, y lo primero que me llam la atencin fue no uno, sino cuatro baldes llenos de rosas rojas que me sonrean. Y por si fuera poco, detrs haba estanteras con ms rosas rojas. Era una floristera.

    Cualquier otro da, esa seguidilla de acontecimientos habra sido ape-nas una coincidencia. Pero en aquella ocasin, la aparicin inesperada de todas esas rosas justo despus de mi conversacin con Dios me convenci de que l se preocupa personalmente por m y Su amor nunca falla. As como l nos hizo, se ha propuesto hacer maravillas en nuestra vida.

    Paloma Sr idhar es autor a y r evisor a de contenidos de una empr esa de diseo web de Bombay (India).

    Baldes de rosasPaloma Sridhar

    12

  • En las pelculas romnti-cas que vea cuando era pequea, el universo entero pareca detenerse cuando el hombre perfecto conoca a la mujer perfecta. A partir de ese momento, por lo visto lo nico que necesitaban para vivir su amor eran muchas miradas a los ojos y abrazos, preferiblemente en algn extico lugar de ensueo.

    Como muchos ms, yo crea que enamorarse era eso. Sin embargo, en la vida real no es as. Nunca encontr ese hombre perfecto, por lo menos no como lo pintan en Hollywood; pero si conoc a mi propia estrella de cine.

    Mi marido no es una persona particularmente romntica. Nunca ha aparecido montado sobre un corcel blanco con una rosa roja en la mano, declarndome que ser su princesa para siempre. No me saca

    El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz, porque el amante ve cosas que el indife-rente no ve y por eso ama. Jos Ortega y Gasset (18831955)

    Un buen matrimonio es aquel que permite que los cnyuges madu-ren y expresen su amor de nuevas maneras. Pearl Buck (18921973)

    a contemplar con l la luna llena, ni me ha escrito resmas de poesas. Pero me ha sostenido en los momentos sombros, ha permanecido a mi lado cuando he estado enferma y ha sobrevivido a mis cambios bruscos de humor sin quejarse.

    Somos diferentes y sabemos que nos necesitamos el uno al otro. Cuando estoy desanimada, mi marido ruega por m1. Cuando me quedo dormida en el sof mientras estamos viendo la televisin, l baja el volumen hasta que me despierto y me voy a la cama. Si las cosas se ponen difciles, le pedimos juntos a Dios que nos gue. Cuando damos con una solucin, se la agradecemos juntos a Dios.

    Mientras escribo esto, ha salido a comprar bajo la lluvia lo que nos falta para preparar el almuerzo.

    No, no es una estrella de cine, pero creo que se merece un premio. Es un

    verdadero hombre que ha demostrado que estar a mi lado llueva o haga sol, para bien o para mal. Ama a Dios, me ama a m, ama a nuestros hijos, y para m esa es la mejor historia de amor que pueda haber.

    Doy gracias a Dios, que me per-miti conocer al hombre perfecto. Es la estrella de la pelcula de mi vida.

    Victor ia Olivetta es adminis-tr ador a, escr itor a y asesor a fa miliar en A rgentina.

    CASADA CON UNA ESTRELLAVictoria Olivetta

    1. V. Eclesiasts 4:9,10

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  • Es difcil amar a tu prjimo como a ti mismo1 si tu autoestima est por los suelos. Dios nos hizo a todos nicos y nos otorg una serie de fortalezas y debilidades equili-bradas. El problema surge cuando nos comparamos con otras personas y sus circunstancias o nos medimos segn los estndares de xito de la sociedad, lo que a la larga nos lleva a un estado de constante infelicidad.

    Si a veces caes en eso, sigue estas recomendaciones. Vers cmo estimularn tu autoestima:

    1 Analiza tus valores fundamentales y, de ser necesario, actualzalos.

    Reflexiona sobre lo que es ms importante para ti: la figura o la salud? El dinero o la tranquilidad? El trabajo o la familia? Y as

    sucesivamente. Habiendo determi-nado lo que ms valoras, tendrs objetivos claros a los que apuntar.

    2 Convncete de que eres muy especial para Dios.

    El Seor te conoca incluso antes que nacieras. T me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejan mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada da de mi vida estaba registrado en Tu libro. Cada momento fue diseado antes de que un solo da pasara2.

    3 Haz una lista de tus puntos fuertes.

    Qu te gusta de ti mismo? No pienses tanto en lo que te falta o en las flaquezas que tienes, sino ms bien en lo bueno que hay en ti, en tus aptitudes y tus rasgos positivos. Tal vez tienes mucha inventiva, eres amable, alegre, inteligente, tolerante, generoso. Si bien es preciso que reconozcamos nuestras debilidades

    para reducir su influjo, tambin es importante que tomemos conciencia de nuestras posibilidades latentes. Tenemos dones diferentes, segn la gracia que se nos ha dado3.

    4 Da gracias por todo lo bueno que tienes.En cualquier situacin en que te

    encuentres, trata de identificar algo positivo por lo que puedes sentirte agradecido. Ten presente que los problemas son el acero estructural con el que se forma el carcter4.

    Si aprendes a comprender y atender tus necesidades emocionales, sers capaz de tender la mano a tu prjimo y te convertirs en una mayor influencia positiva. El cambio comienza dentro de ti, dejando entrar en tu vida la luz y el amor de Dios.

    Glor ia Cruz es life coach y consejer a cr istiana especializada en mujer es. Vive en Espaa.

    1. Mateo 22:39

    2. Salmo 139:15,16 (ntv)

    3. Romanos 12:6 (nvi)

    4. Douglas Meador

    NADIE COMO TCuatro consejos para POTENCIar la autoestimaGloria Cruz

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  • Es hora de cenar. Aunque no se trata exactamente de una fiesta, s es una comida especial. Han reser-vado una sala privada, han pedido la comida y ya estn sentados, comiendo, bebiendo y charlando.

    El que encabeza ese grupo variopinto de amigos insisti mucho en celebrar la cena. Hasta ayud a iniciar los preparativos. Ahora, sin embargo, est serio.

    En medio del estrpito de platos y tazas, hace una pasmosa declara-cin: Alguien los va a decepcionar, uno de ellos los va a traicionar.

    Entre sus amigos hay uno muy directo y locuaz, que a menudo toma la batuta. Al igual que los dems, est impactado por lo que ha odo. Quiere saber quin ser el

    traidor, pero asume que pegar un grito desde el otro extremo de la sala no sera lo ms indicado.

    Hay otro ms callado. l tambin es uno de los ms cerca-nos al que dirige el grupo. Cabe preguntarse por qu, pues no ha hecho nada excepcional. Pero cada vez que el dirigente hace algo importante, ah est l a su lado. Y esta noche, en un convite tan importante, est sentado cerca de l, tan cerca que casi toca su hombro con la cabeza.

    El primer sujeto, el ms locuaz, le hace un ademn. El mensaje est claro: Averigua quin es el traidor.

    El ms callado le susurra una pregunta al que conduce el grupo. Este le responde en voz baja. Nadie ms en aquella concurrida sala alcanza a captar la respuesta. Solo se entera el que est pegado a l.

    No hay otra manera de or la voz de nuestro Salvador que

    sentarnos calladamente a Su lado. Solo apoyndonos silenciosamente en l recibiremos las respuestas que buscamos. l promete: Acercaos a Dios, y l se acercar a vosotros1.

    En el relato de la ltima Cena2 leemos que uno de Sus discpulos, el que Jess amaba, estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jess3.

    La estrecha relacin de Juan con Jess tambin se hace patente en otros pasajes. l fue uno de los pocos seguidores de Jess que presenciaron Su muerte en la cruz4. Das ms tarde, cuando un indivi-duo apareci en la playa, a lo lejos, e invit a los discpulos a abandonar su barca de pesca y unirse a l, Juan fue el primero que reconoci al Salvador resucitado y exclam: Es el Seor!5

    A bi M ay es docente, escr ito-r a y promotor a de salud. Vive en el R eino Unido.

    1. Santiago 4:8

    2. V. Juan 13:2129

    3. Juan 13:23 (nblh)

    4. V. Juan 19:2527

    5. Juan 21:7

    L Momentos de sosiegoAbi MayAPYATE EN

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  • De Jess, con cario

    EL DON DE AMAR MSAmar al prjimo es algo natural para M, y cuando me recibes, ese amor se convierte en parte intrnseca de ti. Si bien Yo te dispenso ese amor libremente, es responsabilidad tuya llevarlo a la prctica y aplicarlo. Cmo? Paso a paso, realizando un acto de amor seguido de otro y luego de otro.

    Puedes manifestar Mi amor a los dems de mltiples maneras: perdonando, siendo amable, teniendo misericordia y consideracin, interesndote por los dems, procurando comprenderlos, dirigindoles palabras de amor y de nimo, prodigando elogios, detenindote a conversar con alguien

    y prestarle odo, ponindote en el lugar de otra persona, ayudndola a sobrellevar sus cargas, haciendo algo por ella cuando menos lo espera o lo merece.

    Cada vez que te interesas por los dems y traduces ese inters en gestos de amor, te pareces un poquito ms a M. Cada vez que manifiestas Mi amor, te es retribuido. Si demuestras ms amor, Yo te lo compensar con creces: verter Mi amor sobre ti en mayor medida para que tengas ms para disfrutar y compartir. Dad, y se os dar1. Ese es el principio por el que me rijo: cuanto ms das, ms recibes.

    1. Lucas 6:38