Fosiles Universidad Politecnica Del Ecuador
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL
ECUADOR
FACULTAD DE INGENIERIA
ESCUELA DE CIVIL
GEOLOGIA
EVIDENCIA FOSIL EN EL ECUADOR
INTEGRANTES: ANDREA NARANJO
DIEGO OSORIO
VICTOR GEORGIS
04 DE NOVIEMBRE DEL 2014
1. EVIDENCIA FOSIL DE MAMIFEROS El Ecuador a pesar de su pequeña extensión (256.370 Km2) se encuentra localizado en un lugar privilegiado del planeta Tierra; gracias a sus atributos geográficos y geológicos como su ubicación en la zona tórrida, el estar atravesado por la línea ecuatorial, la presencia de la cadena montañosa de los Andes, la cuenca amazónica, la influencia de las corrientes marinas cálidas (“El Niño”) y frías (Humboldt), presenta una increíble riqueza biológica de la que pocos lugares del mundo gozan. Actualmente conocemos en el Ecuador 439 especies de anfibios, 396especies de reptiles, 3600 especies de aves, 321 especies de mamíferos, 735 especies de peces continentales. 973 especies de peces marinos, 250.000 especies de invertebrados (aproximadamente 60.000 especies de Invertebrados por ha). y 25.000 (estimado) especies de plantas, ubicando a nuestro país entre los más diversos por unidad de área en el mundo. A pesar de toda esta riqueza natural muy poco se ha indagado acerca del origen de sus especies, y la forma en la que las especies fueron ocupando sus actuales nichos ecológicos. Aunque pocos, de gran importancia han sido todos los estudios que sobre la Paleontología del Ecuador se han realizado. Varios fueron los cronistas de Indias, entre ellos Cieza de León, Garcilazo Inca de la Vega, a cuyos oídos llegaron las historias de antiguas razas de humanos gigantes. El Padre Juan de Velasco en su “Historia Natural del Ecuador, habla acerca de la importancia Biológica del Ecuador, y de la presencia en varias localidades de huesos gigantescos enterrados en diferentes niveles del suelo, los mismos que habrían engendrado las leyendas de gigantes y extraños seres que poblaron nuestro territorio en épocas pasadas, A la primera mitad del siglo XVIII, con la llegada de la Misión Geodésica Francesa (1736-1744), encargada de medir un cuarto del meridiano terrestre, se efectuaron las primeras investigaciones geográficas y geológicas en el Ecuador. Humboldt y Bonpland en su viaje a América (1799-1804), recogieron además varias muestras de
rocas y fósiles. A finales del siglo IXX Humboldt realizó un importante hallazgo: un molar de
mastodonte en las faldas del Volcán Imbabura en la Provincia del mismo nombre, este molar fue
estudiado por el gran Georges Cuvier quien lo denominó en su magna obra “Ossements fósiles
Tome III Mastodontes” como Mastodonte des Cordiliéres = Cuvieronius humboldtii = Cuvieronius
Hyodon; constituyéndose como un ejemplar único. Años más tarde el ejemplar fue llevado hasta el
Museo de Historia Natural de Copenhague, en donde permaneció extraviado por algún tiempo.
En 1860 Andrés Wagner realizó el primer estudio detallado de lo Fósiles del Ecuador, sobre el
material encontrado en los alrededores de Quito. El Dr. Manuel Villavicencio en 1864 habla por
primera vez de los dos más importantes yacimientos de Paleofauna del Ecuador: Punín –
Chimborazo y Alangasí – Pichincha.
Teodoro Wolf en 1875, realizó estudios geológicos más profundos en los yacimientos antes
mencionados, publicados en una serie de obras entre las que se destaca su Geografía y Geología
del Ecuador.
Pasaron además por el Ecuador los sabios Reiss y Stübel, realizando importantes colectas para el
Museo Mineralógico de la Universidad de Berlín, para que más tarde W. Branco en 1881 escriba su
obra clásica: La Fauna fósil de Punín, en la que realiza una descripción detallada de las varias
especies presentes en este yacimiento.
Otro de los más memorables sabios que visitaron el territorio ecuatoriano sin duda es Charles Darwin, quien en su visita a las Islas Galápagos, encontró las bases fundamentales para su magna obra “El Origen de las Especie” y en donde recogió algunas muestras de fósiles de invertebrados marinos. El Sacerdote Dr. Juan Félix Proaño describió un mastodonte por el encontrado en las cercanías de
la ciudad de Riobamba – Chimborazo, y al que denominó Masthodon chimborazi en 1922.
En 1928, El Profesor de la Universidad Central del Ecuador Franz Spillmann exhumó en el sector de
Alangasí, a 13 Km. de la ciudad de Quito un esqueleto casi entero de un Mastodonte que fue
llevado a la Universidad Central (en el antiguo edificio de la García Moreno y Espejo) para ser
reconstruido y armado (foto.- 2). Este ejemplar presentaba una especial importancia por
constituirse en presunto testigo de haber compartido su hábitat con los primeros pobladores
humanos del Ecuador. Según datos del mismo Profesor Spillmann, este Mastodonte presentaba en
su cráneo una punta de flecha de obsidiana que hacía presumir que pudo ser cazado por
individuos que pertenecían a la Cultura de “El Inga”, quienes se asentaban en este sector del
Ecuador. Desafortunadamente en 1928 se produjo un voraz incendio en la Universidad Central que
destruyó totalmente los restos.
Pléistocénes de la République de L´Equateur”, en 1952, enumera los yacimientos fosilíferos
conocidos, y por el estudiados, entre ellos, los más importantes se encuentran: en la provincia del
Carchi ( Bolívar – San Gabriel); provincia de Pichincha (valles orientales de Quito); provincia del
Chimborazo (quebradas cerca de Punín); provincias del Azuay y Loja. En la costa yacimientos en
Manabí, y sin duda el más representativo es el de las tierras impregnadas de brea en la Península
Santa Elena, provincia de Guayas. En la Región oriental enuncia un yacimiento poco estudiado y es
el de Archidona en la provincia de Napo.
Particularmente en el Pleistoceno del Territorio Ecuatoriano vivieron animales de grandes
dimensiones como Megaterios; Mylodontes, (edentados), Mastodontes (Proboscidios), Camélidos
gigantes y el Tigre dientes de sable. Estos animales formaron parte de la “Megafauna
Pleistocénica” del Ecuador, junto con otros mamíferos como los caballos andinos, lobos y ciervos
que todavía habitan nuestro territorio.
En las últimas décadas se han realizado algunos estudios Paleontológicos en el Ecuador, entre lo que debemos anotar: en la provincia del Carchi, lugar en el que se conoce un importante yacimiento de Megafauna, y que ha sido motivo de varias publicaciones científicas, como las realizadas entre 1993 y el 2003, conjuntamente las Universidades Italianas de Florencia y Pissa, La Escuela Politécnica Nacional (Museo de Historia Natural ”Gustavo Orces”) y el Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales de Quito.
Nuevos aportes se vienen trabajando en las investigaciones acerca de los vertebrados Miocénicos
de los valles interandinos, se han descrito varios vertebrados especialmente Notoungulados y
Xenarthros en las provincias de Loja, Azuay y Cañar, pertenecientes a estratos Miocénicos que
guardan estricta relación con los yacimientos colombianos.
En poca escala se han desarrollado investigaciones en el famoso Bosque Petrificado de Puyango
entre las provincias de Loja y El Oro, que se encuentra en una zona montañosa. Con elevaciones
entre 300 y 1200 m.s.n.m, su flora y fauna actual representan un grupo de formas de transición
entre el desierto peruano al sur y las áreas más húmedas hacia el Ecuador geográfico.
El Bosque Petrificado de Puyango es famoso por presentar una de las colecciones de madera
petrificada más grande en un área reducida. Por la información que han aportado sus fósiles este
bosque ha sido datado en una edad Cretáceo medio – inferior cuya antigüedad tranquilamente
rebasa la de los 110 millones de años A. P. En Puyango llama mucho la atención, la sobre posición
de material marino fósil como bivalvos, gasterópodos, y amonites, con los restos de troncos
petrificados, incluso muchos investigadores opinan que el verdadero estrato geológico, indicador
de la edad es el marino y que los troncos son restos de material arrastrado de las partes más altas
de la Cordillera de los Andes.
Un hallazgo interesante entre los fósiles de Puyango es el de un espécimen que presenta cierta
afinidad con las Angiospermas, siendo este el primero descrito del Cretáceo inferior, en
Sudamérica y apoyando la propuesta de que las plantas con flores tendrían su origen en las zonas
tropicales y luego se desplazaron al norte durante el Cretácico.
Actualmente se han llevado a cabo varias investigaciones Paleobotánicas, sobre todo en los
afloramientos Mio–Pliocénicos del sur del Ecuador, en las provincias de Loja, Azuay y Cañar. Estas
investigaciones realizadas por la Universidad de Míchigan, con la colaboración del Museo de
Historia Natural ¨Gustavo Orces¨ de la Escuela Politécnica Nacional, han aportado interesantes
datos a la Paleontología del Austro Ecuatoriano. Una nueva especie: Tipuana ecuatoriana Burnham
1995 a sido descrita a partir del hallazgo de sus frutos en el Mioceno del Ecuador (Foto.- 5); es
decir de un fósil con una antigüedad de alrededor de 10 millones de años.
Los estudios de distribución y diversidad de fósiles de plantas de edades similares, se han
constituido en importantes indicadores de paleoambientes y sobretodo en el sur de la Cordillera
en indicadores del proceso de elevación de los Andes en el Terciario.
Actualmente se siguen llevando a cabo nuevas investigaciones para conocer sobre la edad y
diversidad de plantas del Mioceno de los Andes ecuatorianos, gracias a la colaboración del
Instituto de Patrimonio Cultural del Ecuador.
A pesar de que nuestro territorio está lleno de sus yacimientos, la Paleontología de invertebrados
ha sido poco tratada en el Ecuador, grandes afloramientos y de diversas edades están presentes
en casi todo el borde occidental y oriental de la cordillera de los Andes. No así la
Micropaleontología se ha visto enriquecida por valiosos aportes sobre todo los relacionados con la
prospección petrolera y minera.
Un tema muy nuevo en el Ecuador es el tráfico de fósiles; Aparentemente no muchas piezas fósiles
salen del país, pero en los mercados artesanales, y tiendas de antigüedades se venden muy a
menudo fósiles de países vecinos como Perú, Bolivia y Brasil.
Meses atrás la policía de INTERPOL confiscó por dos ocasiones una gran cantidad de fósiles de
amonites, peces en excelente estado de fosilización, ambar con insectos fósiles y dientes de
tiburones.
Esto nos pone sobre alerta y en la necesidad de efectuar un eficaz control del tráfico de fósiles,
para en el futuro evitar que esta parte importantísima del Patrimonio Natural y Cultural del
Ecuador se pierda.
Todas las ramas de la Paleontología son prácticamente desconocidas en nuestro país. El
Patrimonio paleontológico del Ecuador ha sido estudiado en su mayor parte por científicos
extranjeros, y varias de las más importantes colecciones se encuentran en museos de los
Estados Unidos y Europa; solo una parte, en realidad pequeña, se encuentra en nuestro país, y
existe una sola colección científica con datos suficientes de investigación; el resto está olvidada en
varias instituciones del Ecuador. El conocimiento de la Historia Natural nos abre la posibilidad de
entender la realidad actual de los Recursos Naturales del Ecuador; Es indispensable seguir
trabajando en esta ciencia tan apasionante, y sacar a la luz el Patrimonio Paleontológico del
Ecuador para colocarlo en el lugar que se merece.
Cráneo de felino con dientes de sable
Parte superior de la mandíbula encontrada
en Riobamba en la quebrada chalan a
alrededor de 20m de profundidad. Parte
inferior de la mandíbula encontrada en Santa
Elena en yacimientos de petróleo, por eso su
color. Su edad data de hace 41000 años.
Megaterio y Milodonte
Cráneo, vértebra y mandíbula de Milodonte
Parte superior de la
mandíbula encontrada en La
Merced a alrededor de 0.8-
1m de profundidad. Parte
inferior de la mandíbula
encontrada en
Guayllabamba a alrededor
de 0.8-1m de profundidad.
Su edad data de hace 49000
años.
Cráneo y mandíbula Megaterio
Cráneo y mandíbula encontrados en Santa
Elena en yacimientos de petróleo, por eso su
color. Su edad data de hace 43000 años.
Fémur izquierdo Megaterio
Fémur encontrado en Santa Elena en
yacimientos de petróleo, por eso su color.
Su edad data de hace 43000 años.
Defensa derecha, omoplato derecho, mandíbula inferior y fémur derecho de Mastodonte
Encontrados en Santa Elena en yacimientos de petróleo, por eso su color. Su edad data de hace 43000 años.
2. EVIDENCIA FÓSIL DE ESCARABAJO PELOTERO
Los coleópteros son un orden de insectos con unas 375.000 especies descritas; tiene tantas
especies como las plantas vasculares o los hongos y 66 veces más especies que los mamíferos.1
Contiene más especies que cualquier otro orden en todo el reino animal, seguido por los
lepidópteros (mariposas y polillas), himenópteros (abejas, avispas y hormigas) y dípteros (moscas,
mosquitos).
El nombre vulgar de escarabajos se usa como sinónimo de coleópteros,2 pero muchos tienen
nombres comunes propios, como gorgojos, carcomas, barrenillos, mariquitas, sanjuaneros,
aceiteros, cucarrones (en Colombia), ciervos voladores, luciérnagas, congorochos (en Venezuela),
caculos (en Puerto Rico), etc.
Los coleópteros presentan una enorme diversidad morfológica y ocupan virtualmente cualquier
hábitat, incluidos los de agua dulce, aunque su presencia en ambientes marinos es mínima. La
mayoría de los coleópteros son fitófagos, y muchas especies pueden constituir plagas de los
cultivos, siendo las larvas las que causan la mayor parte de los daños agrícolas y forestales.
Los coleópteros tiene las piezas bucales de tipo masticador, y las alas delanteras (primer par de
alas) transformadas en duros escudos, llamados élitros, que forman una armadura que protege la
parte posterior del tórax, incluido el segundo par de alas, y el abdomen. Los élitros no se usan para
el vuelo, pero deben (en la mayoría de las especies) ser levantadas para poder usar las alas
traseras. Cuando se posan, las alas traseras se guardan debajo de los élitros. La mayoría de los
coleópteros pueden volar, pero pocos alcanzan la destreza de otros grupos, como por ejemplo las
moscas, y muchas especies vuelan solo si es imprescindible. Algunos tienen los élitros soldados y
las alas posteriores atrofiadas, lo que les inhabilita para volar.
Los escarabajos peloteros (o acatangas, en la región andina) (Scarabaeus viettei y Scarabaeus
laticollis, principalmente) son aquellos coleópteros que se alimentan de excrementos, con los
cuales hacen una bola que transportan a cierta distancia para enterrarla, alimentarse y depositar
allí sus huevos. No todos los escarabajos coprófagos tienen este comportamiento; algunos no
transportan el estiércol sino que entierran sus provisiones bajo la masa principal; otros sí lo
transportan, pero no por rodamiento.1
Los escarabajos peloteros desgajan una porción del excremento, hacen con él una bola y la
transportan a cierta distancia de la masa principal por rodamiento; luego la entierran en el suelo
para alimentarse o construyen un nido subterráneo donde entierran la bola de estiércol en la que
depositan los huevos permitiendo así una fermentación que produce que se desarrollen; las larvas
comen de la materia fecal hasta su completo desarrollo.
Durante toda la historia geológica del planeta se han producido cambios naturales del clima,
cambios que han sido devastadores en algunos casos. Durante los últimos cientos de miles de años
la Tierra se ha calentado y enfriado múltiples veces alterando el curso evolutivo de las especies,
modificando el paisaje y la proliferación de flora y fauna.
En algunos casos el nivel del mar descendió más de cien metros y en otros el deshielo aumentó el
nivel del mar más de seis metros sobre el nivel actual. El ser humano tiene un impacto mucho
menor en el ambiente del que se cree, por ejemplo las emisiones de CO2 del ser humano
corresponden a menos del 1% del total de CO2 generado naturalmente, y el total del CO2 apenas
es el 0,046% del total atmosférico ¿cómo puede hablarse con estas cifras de calentamiento global
antropogénico?
Sin irnos a medir hielo en Groenlandia o contar anillos de árboles fósiles, un buen día podemos
irnos al Parque Metropolitano de Quito y encontrar la siguiente evidencia:
Evidencia: nidos fósiles de escarabajo pelotero de 74-90 mil años correspondientes al último
periodo interglaciar.
Del género Scarabaeus el escarabajo pelotero de Sudamérica vive en climas cálidos y húmedos,
actualmente se lo encuentra en las selvas amazónicas. Sin embargo la hoya de Quito hace 80 mil
años fue lugar propicio para que esta especie construyera sus nidos. El clima de Quito era mucho
mas caliente y húmedo que el actual, los volcanes existentes no tenían nieve ni hielo perpétuo,
escasos bonetes de nieve cubrían los volcanes entonces activos Chimborazo, Altar y Antisana, en
esta época el Cotopaxi no era muy alto y el Tungurahua era un cerro volcánico pequeño. Selvas
espesas y sabanas cubrían los valles de la sierra andina en donde paseaban gliptodontes y
perezosos gigantes así como manadas de hervíboros como caballos y camellos hoy extintos,
manadas que proveían al escarabajo de excremento para construir sus nidos (y fuente de
aliemento).
Luego el clima enfrió y fue extinguiéndose la mega fauna con excepción del mastodonte andino y
el rinoceronte lanudo en norteamérica. Gruesas capas de hielo aparecieron en nuestros volcanes,
la hoya de Quito se convirtió es estepa, los escarabajos migraron a las selvas y se extinguieron en
la sierra mas dejaron sus nidos que lentamente se convirtieron en fósiles. La nieve formó
ventisqueros y circos glaciares en donde hoy se encuentra la Avenida Occidental y Mariana de
Jesús mientras los pajonales reemplazaban a los bosques en toda la meseta donde hoy se asienta
Quito. Hablamos de la última era glacial que terminó hace solo 10 mil años.
Este fósil se determinó que tiene 47000 años, se dio en la tercer era interglaciar. Encontrada en
Tababela a alrededor de 30cm de profundidad. Aquí también se puede evidenciar un cráneo de
caballo salvaje.
BIBLIOGRAFIA
http://el-federalista.blogspot.com/2007/08/calentamiento-global-mis-narices.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Escarabajo_pelotero
Fotografías cortesía por la Escuela Politécnica Nacional.
Paleontólogo José Luis Román Carrión
La Paleontología en el Ecuador; Historia y perspectivas, José Luis Román Carrión, Museo
de Historia Natural Gustavo Orcés, Escuela Politécnica Nacional, Ladrón de Guevara E11-
253 (022236690), Quito – Ecuador, [email protected]