Historias bilbicas infantiles

Índice

Introducción---------------------------------------------------------3

1. La batalla contra los amalecitas ------------------------------- 5

2. La casa construida sobre la roca ------------------------------ 6

3. La cura del ciego de Jericó ------------------------------------ 8

4. La gran pesca --------------------------------------------------- 10

5. Alimentado por los cuervos --------------------------------------- 12

6. La mujer de Samaria ------------------------------------------ 13

7. Daniel, un hombre valiente y fiel ---------------------------- 15

8. David, ungido rey --------------------------------------------- 17

9. Después del diluvio ------------------------------------------- 19

10. Diáconos ------------------------------------------------------ 21

11. El buen samaritano ------------------------------------------- 23

12. Jesús bendice a los niños ------------------------------------ 25

13. Jesús calma la tempestad ------------------------------------ 27

14. Jonás, el profeta que quería huir de Dios ------------------ 29

15. Doce espías en Canaán --------------------------------------- 31

16. La muralla de Jericó ------------------------------------------ 33

17. La oveja perdida ---------------------------------------------- 35

18. La pascua ------------------------------------------------------ 37

19. La reina Ester ------------------------------------------------- 39

20. La resurección de Lázaro ----------------------------------- 41

21. La túnica de José --------------------------------------------- 43

22. La ofrenda de la viuda --------------------------------------- 45

23. María y el perfume ------------------------------------------- 47

24. Mordido por una serpiente --------------------------------- 49

25. Nehemías, el copero del rey ------------------------------- 51

26. Samuel -------------------------------------------------------- 53

27. Librados del horno ------------------------------------------ 55

28. Sólo uno agradeció ------------------------------------------ 57

29. Pan para el profeta ------------------------------------------ 59

30. Una fiesta de bodas ------------------------------------------ 61

31. Una niña veraz ----------------------------------------------- 62

32. ¿Vendedores en el templo? --------------------------------- 64

33. ¡La alegría de Zaqueo! --------------------------------------- 66

34. De perseguidor a predicador -------------------------------- 68

35. Salomón recibe una visita ----------------------------------- 70

36. Un cesto por encima del muro ----------------------------- 72

37. En camino a Emaús ------------------------------------------ 74

38. El hijo pródigo ----------------------------------------------- 76

39. El hombre que tuvo un sábado muy feliz ---------------- 78

40. El hombre que anduvo con Dios --------------------------- 80

41. ¡Lo llamaron risa! -------------------------------------------- 82

42. Pedro, un pastor ---------------------------------------------- 84

43. El perezoso y las hormigas --------------------------------- 86

44. Para el día de oración - MM --------------------------------- 88

45. Moisés, salvado de las aguas ------------------------------- 90

46. Vendrá otra vez ------------------------------------------------- 92

47. Timoteo -------------------------------------------------------- 94

48. Nacer de nuevo ----------------------------------------------- 96

49. Josué, sé fuerte y valiente ----------------------------------- 98

50. El sueño de Jacob -------------------------------------------- 100

51. El niño que dio un regalo a Jesús ------------------------- 102

52. La historia de Navidad -------------------------------------- 104

53. Año Nuevo --------------------------------------------------- 106

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Queridos/as líderes de los Ministerios del Niño:

Un año más por delante y con él “páginas en blanco” para ser llenadas con amor, compromiso y servicio. Qué bendición tenemos como hijos del Dios de poder disfrutar cada semana de un “Santo sábado” ¡Qué privilegio también servir a través de un ministerio como el nuestro, en pro de los menores! Qué solemne es nuestro trabajo por ellos. Cada palabra, cada gesto, cada actitud quedará grabada indeleblemente en sus mentes para vida eterna. ¡Cuán importante son, estas primeras experiencias en la “Comunidad Eclesiástica”! Los niños, se sentirán parte de su iglesia, si ésta, es amorosa y dedica tiempo de calidad para ellos. Este año ponemos en tus manos “Escenas de la Biblia que Emocionan” para ser presentadas en el momento de Adoración Infantil. Son esos preciosos 5 minutos en la hora del Culto Divino, donde se abre ese espacio absolutamente necesario, para que los niños se sientan incluidos en la alabanza pues, es puesto el “pan espiritual al alcance de ellos” y que aún desde sus primeros años, puedan adorar con el espíritu y con el entendimiento. Este momento es más que una historia, es amor y dedicación en acción por los corderitos del rebaño. Debe ser un momento cuidadosamente preparado. Pues la excelencia no admite improvisaciones. Agradecemos de todo corazón a la profesora Maria de Lourdes I. M. Castanho por la preparación de este excelente material. Ella es coordinadora de los Ministerios del Niño en la Iglesia Central de Brasilia. Su labor eficiente, desplegada cada sábado, es una muestra del profundo amor que siente por los niños.A continuación un pensamiento que Lourdes quiere compartir contigo querida/o líder: “Tenemos delante de nosotros una solemne tarea. Realizar la parte del culto que habla directamente a nuestros niños. Es una oportunidad sin igual y no podemos perderla. No es sin razón que el trabajo con los pequeñitos es comparado en igual importancia al trabajo de un pastor. Por lo tanto, pastoreemos nuestro rebaño infantil. La eternidad nos traerá sorpresas inimaginables.” Que este material sea útil para imaginar de antemano en tu iglesia, las bellas escenas bíblicas de las cuales, todos, pequeños y adultos

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disfrutaremos, por lo tanto jamás debe darse la espalda a la congregación. Que este sea un espacio didáctico y motivador para que muchos padres se sientan impelidos a realizar el culto familiar con sus pequeños. Un abrazo amoroso para cada uno y recuerden que si esta tarea a veces no es suficientemente compensada en esta tierra, tú querido/a profesor/a estás haciendo “tesoros en el cielo”. Así será recompensada tu valiosa y generosa labor.

Mirta SamojlukDirectora de Ministerios del Niño y AdolescenteDivisión Sudamericana

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1. La BataLLa contra Los amaLecitas

Esta es una historia muy emocionante del poder de Dios manifestado en la vida de su pueblo. Moisés conducía a los israelitas rumbo a Canaán. En aquel tiempo vino Amalec para hacer guerra contra los israelitas. Entonces, Moisés llamó a su servidor con el nombre de Josué y le ordenó que escogiese hombres valientes entre los israelitas para pelear contra el pueblo de Amalec, llamados: amalecitas. Y Moisés le dijo que subiría a lo alto del monte con la vara de Dios en la mano, aquella con la cual había realizado tantos milagros en Egipto y otros tantos después que salieron de allí. Josué hizo lo que Moisés le ordenó, y salió a pelear con sus hombres de guerra contra los amalecitas. Mientras tanto, Aarón, Hur y Moisés subieron a lo alto del monte. Cuando Moisés levantaba su brazo, los israelitas dominaban la batalla…- ¡Oh, como me cansa sostener esta vara tanto tiempo! (dijo Moisés) ...Pero cuando bajaba los brazos, dominaban los amalecitas. Como los brazos de Moisés eran muy pesados, colocaron una piedra, para que apoyase sus brazos en ella. Luego Aarón y Hur sostuvieron sus brazos uno de cada lado y así mantuvieron los brazos de Moisés en alto. - ¡Nosotros te ayudaremos, no te preocupes! (dijeron Aarón y Hur) De esta manera los brazos de Moisés se mantuvieron firmes hasta que el sol se puso y Josué y su pueblo vencieron la batalla. (Podría representar esta parte de la historia, vistiendo a alguien de Moisés, Aarón y Hur levantando los brazos de Moisés. Una parte de la iglesia puede representar a los amalecitas y la otra mitad, a los israelitas que se levantan, cuando Moisés levanta los brazos y los amalecitas se levantan cuando bajan el brazo de Moisés). El Señor promete que si somos fieles a su Palabra, Él también nos sostendrá en todas las batallas de nuestra vida y lograremos vencer las tentaciones con el poder que viene de Jesús. Vamos a orar. (Orar pidiendo que nuestros niños tengan poder para vencer; oración corta y al punto).

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2. La casa construida soBre La roca

¡Buenos días niños! ¿Quién ya vio una casa en construcción? Indudablemente todos nosotros. Pero, ¿quién ya vio de cerca y se paró para ver el trabajo que los hombres hacen cuando están construyendo una casa o un edificio? (Deje responder a los niños, concédales tiempo, no los apresure). ¿Qué herramientas utilizan los hombres? (Si se puede, mostrar algunas herramientas). Ellos limpian el terreno, aplanan, marcan los límites y comienzan a construir los cimientos o las bases. Algunas veces utilizan mucho concreto y un tipo de hierro apropiado, para que se edifique una construcción bien sólida. Un día, cuando Jesús estaba enseñando a las personas contó una historia sobre dos hombres que construyeron sus casas. Uno construyó sobre la roca y otro construyó sobre la arena. El primer hombre construyó sobre una roca. Cavó una zanja profunda e hizo cimientos muy sólidos. Era un terreno bien firme y la casa fue construida de una forma muy segura, hasta que quedó lista. Cuando estaba concluida, vino una tempestad muy fuerte. El viento hacia uh...uh...., los relámpagos brillaban en el cielo, los truenos eran muy fuertes, y la lluvia caía copiosamente. Los ríos fueron creciendo e la inundación llegó. El agua golpeaba aquella casa, pero nada sucedió con ella porque estaba construida sobre la roca. El segundo hombre construyó su casa sobre la arena, sin cimientos sólidos y cuando vino la tempestad, aquella casa que no estaba firme, se derrumbó. Cuando Jesús contó esta historia, quería enseñar a las personas una importante lección: “Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Pero el que no me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena”. Cuando vienen las dificultades, aquel que construye sobre la roca es firme y no cede a la tentación, pero el que construye sobre la arena, tambalea y luego es derrumbado.

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Que Jesús bendiga a cada uno de ustedes, para que aprendan cada día a obedecerlo. Obedeciendo también a sus padres y profesores. Así, estarán construyendo su vida sobre la roca, la verdadera Roca que es Jesús. (Si sabe el corito, cante con los niños)El hombre prudente su casa construyó (tres veces)En la roca construyó. La lluvia cayó y el agua ascendió (tres veces)Y la casa no cayó.El hombre insensato su casa construyó (tres veces)En la arena construyó. La lluvia cayó y el agua ascendió (tres veces)Y la casa se cayó.


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3. La cura deL ciego de Jericó

¡Buenos días amiguitos! Una vez más, estamos aquí para un momento agradable con las Historias de la Biblia. Esta historia sucedió, cuando Jesús y sus amigos habían ido a una ciudad llamada Jericó. Era una región muy bonita. La Biblia dice que allí, había doce fuentes de agua cristalinas y setenta palmeras muy verdes. Cuando Jesús y sus amigos estaban saliendo de Jericó, en medio del bullicio de la multitud que los acompañaba, Jesús escuchó que alguien lo llamaba. ¿Saben quién era? Era Bartimeo, el ciego. ¿Ustedes saben lo que es ser ciego? Si, es una persona que no puede ver. No puede percibir lo que nosotros notamos con claridad. En aquel tiempo no había lentes especiales para ayudar a distinguir mejor las cosas, ni escuelas, ni libros especiales para ciegos. No había tampoco trabajo para las personas que tenían alguna dificultad. Por esta razón, todos los días, personas bondadosas llevaban a Bartimeo y lo dejaban sentado junto al camino, con su sombrero extendido, pidiendo limosna a las personas que pasaban por allí. Y en ese día, cuando Bartimeo escuchó ese bullicio de las personas, comenzó a gritar: - ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Él había escuchado historias acerca de algunas personas que habían sido curadas por Jesús. Si, él escuchaba muy bien y estaba ansioso de encontrar a Jesús, de manera que no podía perder esa oportunidad. Sin embargo, las personas que venían acompañando a Jesús comenzaron a decirle que se callase.- ¡Ya basta, Bartimeo…cállate!... ¡Por favor, no grites tanto! (Varias personas pueden representar esta parte de la historia) - Bartimeo, ¡no debes incomodar a Jesús! Pero de repente, ¿saben lo que sucedió? Jesús se detuvo y pidió que Bartimeo viniese cerca de Él. Bartimeo estaba tan feliz, que se puso de pie y de un salto se acercó a Jesús. Cuando Jesús preguntó a Bartimeo lo que quería, ¿saben que respondió? - Maestro, quiero volver a ver…

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Entonces, Jesús le dijo: “Puedes irte, tu fe te ha sanado”. En aquel mismo instante Bartimeo comenzó a ver nuevamente. No se cansaba de admirar el color de las flores, las peces en el lago, los pajaritos en las ramas de los árboles y las personas que lo miraban asombradas. Especialmente, fue muy hermoso ver el rostro de Jesús. Sí, el rostro de quién lo había curado. ¡Bartimeo estaba tan feliz, que en vez de volver a su casa, siguió a Jesús por el camino! Saben niños, Jesús nos dio ojitos para ver, para poder observar las cosas. ¿Cómo estamos utilizando nuestros ojitos? ¿Qué estamos viendo? ¿Las bellas cosas que Jesús creó? ¿¡O será que estamos viendo cualquier tipo de programas que aparecen en la televisión, sin escoger aquello que es bueno!? Recordemos siempre que Jesús nos ama y desea que veamos solamente aquello que es bueno.


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4. La gran pesca

Los días tristes que los discípulos tuvieron en Jerusalén, quedaron en el pasado. Ya era casi el final de la tarde, cuando estaban regresando a Galilea. Ahora, estaban siete de los discípulos junto a la playa del Mar de Galilea. Ellos conversaban y recordaban los momentos maravillosos que habían pasado con Jesús en ese mismo lugar. ¡Cuántos milagros Jesús realizó en aquella región! Y ahora, estaban solos… Pensaban cómo sería la vida de cada uno de ellos, de allí en adelante. Necesitaban de alimentos, ropas… Entonces, Pedro decidió ir a pescar. Los demás discípulos se animaron y lo acompañaron también, porque con la venta de los peces que conseguirían pescar, tendrían dinero para comprar lo que necesitaban. Entraron en sus barcos, que estaban allí en la playa, hacía ya mucho tiempo..., y se esparcieron en distintas direcciones, para intentar una buena pesca. Pero, después de trabajar toda la noche, no habían conseguido pescar ni un sólo pececito. Estaban cansados y frustrados. ¿Qué harían, ahora? Cuando estaban bien cerca de la playa, de repente, observaron a un Hombre de pie en la orilla. - ¡Eh, ustedes, escuchen! (Dijo el desconocido) ¿Tienen alguna cosa para comer? - No. (Fue la triste respuesta) Trabajamos durante toda la noche, pero no conseguimos pescar nada.- Intenten lanzar la red por el lado derecho del barco. (Sugirió el desconocido). Aquello era muy extraño. Pues el día ya estaba clareando y con los rayos del sol iluminando, ciertamente ¡no pescarían nada! Aquellos hombres tenían mucha experiencia como pescadores, pues se habían pasado la vida pescando en aquel lago. Sin embargo, por alguna razón que ni ellos mismos entendían, decidieron obedecer. Cuando lanzaron la red para el lado derecho del barco, el milagro sucedió. Entraron tantos peces en la red, que los barcos tambaleaban y no conseguían arrastrar tanto peso. Uno de los discípulos llamado Juan, cuando observó ese milagro, le dijo a Pedro que aquel extraño, era Jesús. Cuando Pedro entendió eso, se sintió tan emocionado y feliz de volver a ver a Jesús, que dejó a sus

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compañeros arrastrando las redes y salió nadando en dirección a la playa. ¡Era demasiado bueno para ser verdad! ¡Pero si, era verdad! Allí estaba Jesús de pie, al lado de una pequeña fogata con un pan y pescados sobre las brasas. Él pidió a Pedro que colocase en el fuego, algunos pescados más, de aquellos que traían en la red, pues sabía que estaban con mucha hambre. Entonces, Pedro volvió al mar para ayudar a jalar la red con los peces. ¿Ustedes saben cuántos peces habían pescado? Ciento y cincuenta y tres grandes peces. A pesar de ser tantos, la red no se desgarró. Todos los discípulos estaban muy felices. Saben niños, esta historia nos enseña una lección muy importante. Cuando queremos hacer las cosas solitos, a nuestro modo, muchas veces no conseguimos nada. Pero, cuando oímos la voz de Jesús hablándonos, a través de Su Palabra, por medio de nuestros padres o profesores, todo es diferente. Las cosas suceden debidamente para nuestro bien. Así como los discípulos obedecieron cuando Jesús mando lanzar la red por el lado derecho del barco, así también nosotros debemos obedecer cuando escuchemos su voz. Vamos a orar, pidiendo a Jesús que nos bendiga, para que siempre oigamos atentos cuando Él nos hable. Observación: Para esta historia, puede usar una pequeña red de pesca y aprovechar si algún hermano sabe este oficio, para mostrar a los niños como los discípulos lanzaban la red.


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5. aLimentado por Los cuervos

La historia bíblica de hoy es interesante y sucedió en la vida del profeta Elías. Hace mucho, mucho tiempo, cuando el rey Acab gobernaba Israel, las personas se habían olvidado de Dios. No hacían culto, se olvidaron de que es Él, quién nos da todas las cosas buenas, nos manda la lluvia y también provee los alimentos. Casi todos estaban adorando un dios falso llamado Baal. El profeta Elías estaba muy triste por esto. Quería ayudarlos a comprender quién era el verdadero Dios. Entonces, un día el Señor le ordenó a Elías visitar el palacio del rey, llevando un mensaje. ¿Saben qué decía el mensaje? Escuchemos a Elías:- Dice el Señor: No habrá lluvia ni rocío por mucho tiempo. ¿Saben que es el rocío? Son aquellas gotitas de agua que caen del cielo en la noche y cuando amanece las plantas y la hierba quedan mojadas. Así que, no habría rocío, ni lluvia. Las plantas se secarían pues ya no habría más agua. Después que Elías dio este mensaje al rey, salio rápidamente. Cuando el rey quiso hablar, él ya se había ido. El tiempo pasó y así como había profetizado Elías, no cayó lluvia por mucho tiempo. Todo comenzó a secarse, pero aún así, las personas continuaron adorando a Baal. La reina, que era muy mala, ordenó a sus siervos buscar al profeta Elías para matarlo. Pero ellos no consiguieron encontrarlo, pues Dios lo estaba protegiendo, en las montañas donde había un pequeño arroyo con agua limpia y fresca. Dios también mandaba los cuervos para que le lleven comida cada día. De mañana y de tarde, los cuervos llevaban en sus picos, comida para el profeta. Pasaron varios días... como no llovía, hasta el agua del arroyo comenzó a secarse. Elías tendría que ir a otro lugar. Él sabía que Dios lo cuidaría. El tiempo pasaba y no llovía, mientras tanto nunca faltó agua, ni comida, para el fiel profeta de Dios. Hoy, también el Dios del cielo cuida de cada uno de nosotros y nos da aquello que necesitamos.

¡Vamos a ser siempre agradecidos, obedientes y amar al Dios celestial!(Distribuir figuras de cuervos, con “pan” en el pico para cada niño).


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6. La muJer de samaria

¿A cuántos de ustedes les gusta viajar? A todos, nos gusta viajar o pasear. A veces vamos a la casa de nuestra abuela, o de la tía, o salimos a visitar algunos amigos de nuestros padres. Viajamos en auto, ómnibus o hasta en avión cuando vamos a lugares muy lejanos. En cierta ocasión, cuando Jesús andaba con sus discípulos, hizo un viaje de Judea a Galilea. En aquel tiempo no había ómnibus, ni auto, ni avión. Los que tenían mejores condiciones, viajaban montados sobre algún animal, sin embargo, la mayoría lo hacían a pie. En ese viaje, debían atravesar una región llamada Samaria. Las personas que moraban en esa región eran llamadas samaritanas. Ya era medio día. El sol estaba muy alto. ¡Hacia mucho calor! Jesús y sus discípulos comenzaron a tener sed y hambre. Entonces decidieron parar cerca de un pueblo llamado Sicar, donde había un pozo de agua fresca. Jesús se sentó cerca del pozo ya que había predicado y sanado a muchas personas en aquella mañana, mientras sus amigos fueron hasta la ciudad a comprar algunos alimentos. (Puede hacer un pozo y alguien puede representar a Jesús y dramatizar.) Mientras Jesús descansaba, de repente alguien apareció. Era una mujer que venía al pozo para buscar agua. En aquellos tiempos las casas no tenían grifo como hoy, ni tenían modernos filtros de agua heladita. Tenían que caminar para buscar agua en algún pozo. Y aquel pozo era muy especial para ellos, porque había sido cavado hacía mucho tiempo atrás, en las tierras que Jacob le había dado como herencia a su hijo José, era llamado: el pozo de Jacob. Aquel era el mejor horario para no ser vista por nadie. Cuando aquella mujer llegó cerca de Jesús, Él conversó con ella (Escuchemos)- ¿Podrías darme un poco de agua para beber, por favor? Ella se sorprendió mucho, pues en aquel tiempo los hombres no conversaban con las mujeres, sino las conocían; mucho menos aún judíos conversar con samaritanos. Eran enemigos entre sí. Sin embargo, Jesús conversó con ella y le habló algunas cosas sobre su vida, y ella quedó más asombrada todavía. (Ir dramatizando sin voz, apenas siguiendo la narración) Ella pensó: ¿Será que este hombre es un profeta? ¿Cómo sabe todo sobre mi vida? Pero,

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ella tuvo una sorpresa mayor. La samaritana descubrió que estaba hablando con Jesús, el Mesías prometido. Inmediatamente ella dejó su cántaro y fue deprisa a la ciudad a decir a las personas que había encontrado a Jesús y que Él estaba bien cerca, junto al pozo. ¿Saben lo que sucedió? Muchas personas comenzaron a salir de la ciudad y venir hasta donde Jesús estaba, para verlo y oírlo. (Puede ir a buscar personas de la congregación o traer a los propios niños.) Estaban todos tan felices, que le pidieron a Jesús que se quedara con ellos por algún tiempo más y que les enseñase sobre el reino de los cielos. (Hacer una señal indicando “Aquí”). Jesús se quedó dos días con aquellas personas y muchos comprendieron que realmente, Él era el Hijo de Dios. Hoy, aprendimos que Jesús está en el cielo, pero dejó para nosotros, una tarea. (Señalar a la mujer). Como la samaritana contó a las personas de aquel lugar donde había encontrado a Jesús, nosotros también debemos hablarle a las personas sobre Él, sobre Su reino y Su pronto regreso a esta tierra. ¿Cuántos están dispuestos a contar a otros sobre Jesús? ¿Puedo ver las manos? Amén.


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7. danieL, un homBre vaLiente y fieL

¿Hay alguno de ustedes que se llame Daniel? Ese nombre significa algo muy lindo: “Dios es mi juez” En la Biblia se encuentra la historia de un joven llamado Daniel. Él es un ejemplo para todos nosotros, porque junto con sus amigos, obedeció a Dios por sobre todas las cosas y siempre fueron bendecidos. Cuando Daniel era aún jovencito, fue llevado a Babilonia por el ejército del rey Nabucodonosor, para servir a este poderoso rey con fidelidad, sin desobedecer al Rey del Cielo. Después de este vinieron otros reyes que también conocieron y respetaron a Daniel, pues vieron que él era un hombre de Dios. Uno de ellos fue Darío. En ese tiempo Daniel ya debió estar viejito. - Querido Daniel – dijo el rey Darío - haz demostrado siempre tanta sabiduría que quiero elegirte como uno de mis ministros. ¡Hasta quisiera colocarte como gobernante en todo el reino! (Daniel, con humildad y dignidad, sonríe y asiente con la cabeza) Esto llenó de envidia a los otros ministros, que comenzaron a buscar alguna falta en Daniel para que pudiesen hablar contra él delante del rey. Buscaron…buscaron y ¡no encontraron ninguna falta en Daniel! Se dieron cuenta que no había ningún cargo contra él, a no ser... algo que tuviera relación con su Dios. No demoraron mucho para elaborar un plan perverso. Ellos observaron que Daniel tenía una interesante costumbre: todos los días, tres veces al día, entraba en su cuarto, con las ventanas abiertas orientadas hacia el lado de Jerusalén, se arrodillaba y oraba a su Dios. (Puede dramatizarse) Entonces, fueron ante el rey y hablaron en nombre de todos los ministros y gobernadores, para que se hiciese un decreto, en el cual por un período de treinta días, nadie pudiese hacer ninguna súplica a ningún dios, sino solamente al rey. Quien desobedeciera sería lanzado al foso de los leones. En ese lugar, muy temido por cierto, eran lanzados criminales y personas que eran condenadas por cosas malas que habían hecho. En su enorme vanidad, el rey se sintió muy halagado, al pensar que lo honrarían sólo a él, durante un mes. En ese momento no recordó a Daniel. Fue así que, como era la costumbre en aquel tiempo, firmó y selló aquel decreto con su anillo.Y ahora, ¿Qué creen que hizo Daniel? ¿Será que él dejó de orar?

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¡Por supuesto que no! Sabía que no debemos orar a nadie, a no ser al Dios verdadero, aún cuando supo que esta ley estaba firmada por el mismo rey. En aquel momento, aquellos hombres que no lo apreciaban fueron a espiarlo y encontraron a Daniel orando. Rápidamente fueron ante el rey y le dijeron: - Su majestad ha publicado un decreto, sepa pues que Daniel, uno de esos judíos desterrados, no muestra ningún respeto por su majestad ni por el decreto publicado, ya que lo hemos visto hacer su oración tres veces por día a su Dios. (Dijo uno de ellos)-Y vuestra majestad sabe que, según la ley que se sella con el anillo del rey, no puede ser anulada. Por lo tanto Daniel debe ser lanzado al foso de los leones. (Agregó otro) Fue en aquel momento que el rey Darío comprendió que habían formulado aquel decreto por envidia a Daniel, y no para honrarlo. Buscó la manera de salvar a Daniel. Aquellos hombres malos insistieron en que como rey, tenía que cumplir el decreto, y echar a Daniel al foso de los leones. El rey estaba muy triste, no pudo comer ni dormir, pensando en su amigo Daniel. Cuando amaneció, bien temprano, fue hasta la cueva de los leones y llamó: - Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, librarte de los leones? Y, ¿Saben lo que sucedió? Daniel le respondió al rey desde allí adentro.- ¡Viva su majestad para siempre! Mi Dios envió a su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran ningún daño. (Voz in off) ¡Qué felicidad sintió el rey! Así como en los días de Daniel, también hoy, el Señor nuestro Dios, protege a cada uno de los que le obedecen y los libra de cualquier dificultad. La Biblia dice en Salmos 34:7: “El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen y los defiende.” Vamos a cantar juntos: Tres veces oraba, Daniel en el día (Bis) Daniel en el foso, un ángel veía... (Bis)


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8. david, ungido rey

¡Buen día niños! Hace mucho tiempo vivía en Belén de Judea una familia con 8 hijos, todos eran varones. Su padre llamado Isaí, ya era anciano y había instruido a todos en los caminos del Señor. La familia tenía tierras y un pequeño rebaño. Todos ayudaban al padre en el cultivo de la tierra y David el menor de todos, cuidaba de las ovejas. Le gustaba mucho tocar el arpa y cantar mientras cuidaba de las ovejitas. Quien sabe, él cantase así: “Un arpa tocaré en casa de mi Dios,en casa de mi Dios, en casa de mi DiosUn arpa tocaré en casa de mi Dios... y feliz seré…” (Ahora, cantemos juntos) Todo estaba tranquilo en aquella pequeña ciudad, cuando de repente un día, vieron que se acercaba el profeta Samuel. Cuando un profeta llegaba a una ciudad, todos se preguntaban cuál era el motivo por el que estaba viniendo. Los hombres más viejos de la ciudad salían a recibirlo y le preguntaban si su llegada era en son de paz. Así que, luego de preguntar al profeta Samuel el motivo de su visita, él respondió: “El Señor me envió para ungir al nuevo rey de Israel”. Llevó una vasija con aceite y derramaría un poco sobre la cabeza de aquel que sería el nuevo rey. Entró el primer hijo de Isaí, llamado Eliab. Él era alto, fuerte y simpático. Inmediatamente el profeta pensó que ese sería el escogido, pero el Señor le dijo a Samuel: “No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado, porque el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”. El Señor no ve como el hombre ve. El hombre ve el exterior de las personas, pero el Señor ve el corazón. Entonces Isaí, llamó a Abinadab, su segundo hijo. Pero Samuel comentó que tampoco era el escogido. Luego, vino otro llamado Sama, pero tampoco era. De esta manera, pasaron los siete hijos de Isaí delante del profeta. - ¿No tienes más hijos? - preguntó Samuel a Isaí.- Sí tengo. Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño - respondió Isaí.

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David llegó. Era un muchachito de piel sonrosada, agradable, linda mirada y una bondadosa apariencia. Entonces el profeta estuvo seguro de que él era el elegido y que debía ungirlo como rey. En seguida tomó su vasija de aceite y lo derramó en la cabeza de David. A partir de aquel momento, el Espíritu del Señor estuvo con él. ¡David sería el futuro rey de Israel! ¿Por qué David fue el escogido, entre todos sus hermanos? Porque nuestro Padre Celestial no mira nuestra apariencia, si somos altos o bajos, bonitos o no. Él conoce principalmente nuestro corazón. Jesús también conoce tu corazón. ¿Sabías? Y tu corazón, ¿quiere obedecer siempre a Dios? ¿Puedo ver sus manitos en alto?


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9. después deL diLuvio

¡Hola niños, buen día! ¿Ustedes ya oyeron la historia acerca del diluvio, verdad? Cuando la tierra fue destruida por mucha agua. Hoy hablaremos un poco sobre lo que sucedió después del diluvio. Noé y su familia, estuvieron dentro del arca por cinco meses, navegando de un lado a otro, sin rumbo. Imaginen por un momento: no había ni un pedacito de tierra a la vista. ¡Solamente agua, mucha agua! Las olas eran enormes y el arca parecía tan pequeña en medio de tanta agua. Pero, el arca no estaba sin rumbo. Dios estaba conduciendo el arca hacia un lugar con muchas montañas y allí se quedó, entre las montañas. ¡Calculen, imaginen cuán alta estaría el agua, que escondía las propias montañas! Imagino que todos se quedaron muy contentos cuando el arca se detuvo, al menos se habrán sentido más seguros porque ya no se movían de un lado para otro. Después de un tiempo, Noé abrió la ventana del arca y observó que las aguas estaban bajando; pero recién cuando pasó un poco más de tiempo, volvió a mirar y observó que ya se podía distinguir la tierra. ¡Todos estaban ansiosos por salir del arca y poder pisar tierra firme nuevamente!¿Qué dirían si estuvieran en esa situación? (Permitir respuestas) Pero ellos tuvieron que esperar. Dios había enviado un ángel para cerrar la puerta del arca y seguramente lo mandaría también para abrirla. Y así sucedió. Dios ordenó a Noé y su familia salir del arca, junto con todos los animales. Pero, ahora la tierra no era tan linda como había sido cuando fue creada. No había pastos verdes, estaban solamente los animales que habían estado en el arca. Todo era feo y triste. Sin embargo, Noé y su familia estaban felices porque Dios los había cuidado y protegido en medio del diluvio. La primera cosa que hizo Noé, fue construir un altar para ofrecer sacrificio de gratitud a Dios por su cuidado amoroso. Noe tenía pocos animales, sin embargo no mezquinó lo que era necesario: un cordero. Dios ha hecho tanto por nosotros también. Cada día nos da todo lo que necesitamos y nos regala el don de la vida. ¿Y nosotros, qué hacemos para agradecer su inmenso amor y cuidado? Seamos agradecidos también.

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Cuando Noé demostró gratitud, recibió una promesa: “Dios le dijo que nunca más volvería a destruir la tierra con un diluvio…” ¿Saben cuál es hasta hoy en día, la señal de esa promesa? (Permitir respuestas) ¡Excelente! Aún hoy, aparece esta señal en el cielo, después que llueve. Sí, es el arco iris, que nos hace recordar del cuidado y protección de Dios. Seamos siempre agradecidos porque Él cuida de nosotros. Vamos a orar. (Ore con los niños, agradeciendo el cuidado y protección de Dios). Para esta historia puede preparar tarjetitas con la figura de Noé ofreciendo el primer sacrificio cuando salen del arca. Con la frase: “Debemos ser siempre agradecidos”.


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10. diáconos

¿Saben ustedes, qué es un diácono? (Permitir respuestas y aunque estén equivocadas, decir: ¿alguien más quiere responder?) Si, tienen razón, es aquella persona que recoge las ofrendas, que arregla la iglesia y dispone un lugar para ti cuando la iglesia está muy llena y también aquella persona que te dice que te quedes quieto o quieta cuando haces bulla en el momento del culto. Este es el trabajo que vemos, pero hay muchas otras cosas que el diácono hace pero casi nadie ve. Cosas que son muy importantes, para que todo funcione bien durante el culto en la iglesia. Pero, ¿Quién inventó esta función de ser diáconos? Nadie la inventó, sino que está en la Biblia. Después que Jesús regresó al cielo, los discípulos comenzaron a hablar a otras personas sobre Jesús. Muchas personas se interesaron por conocer más sobre Jesús. Estaban curiosas y querían saber cada vez más. Muchas personas se unieron al pueblo de Dios. Así que comenzó a ser difícil el trabajo para los discípulos. ¡Imaginen! Había tantas personas necesitadas que pedían ayuda para diversas cosas, que los discípulos no conseguían atenderlas a todas. Entonces, decidieron elegir a siete hombres para que los ayudasen. (Puede representar esto de alguna forma, por ejemplo, haciendo pasar a siete diáconos de la iglesia local). Hombres de buena conducta, temerosos de Dios, para que pudiesen atender al pueblo, mientras los discípulos predicaban el evangelio. Lo que les acabo de decir está en la Biblia. ¿Quieren ver? Está en el libro de Hechos 6:2 al 6. Allí leemos: “Luego los llevaron donde estaban los apóstoles, los cuales oraron y les impusieron las manos… para que los ayudasen en el trabajo”. Y esa costumbre continua hasta hoy… El pastor coloca la mano sobre la cabeza de aquella persona que es elegida para ser diácono y ora para que Jesús lo bendiga en este sagrado trabajo. Entonces el diácono es separado para ayudar en el trabajo de la iglesia y nosotros decimos que es ordenado. Uno de esos hombres que era diácono se llamaba Esteban. La Biblia dice que estaba lleno de fe y del Espíritu Santo. Diácono quiere decir: encargado de servir. Este es uno de los trabajos

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más importantes de la iglesia, juntamente con los pastores y los ancianos. Hoy vimos que es muy importante el trabajo que los diáconos hacen. Cuando haya una ceremonia de ordenación de diáconos en la iglesia, presten mucha atención, porque verán a personas que fueron elegidas para servir. Cuando crezcan, ¿a cuántos les gustaría servir a Dios, como lo hacen los diáconos y las diaconisas? (Que levanten las manos) Que Jesús los bendiga. (Pueden entregarle algún presente, a los diáconos de la iglesia local).


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11. eL Buen samaritano

Sin duda alguna viajar es maravilloso ¿Alguno de ustedes opina diferente? (Permitir respuestas) ¡Cuánto nos preparamos para un viaje! ¡Qué entusiasmo! Cierta vez, Jesús contó una historia sobre un hombre que estaba haciendo un viaje. Si abrimos nuestras Biblias, esta historia se encuentra narrada en Lucas capítulo 10. Los viajes de esa época, eran hechos a pie o a lomo de algún animal, por ejemplo un burro. La persona de esta historia era un hombre que se dirigía desde Jerusalén hacia Jericó. Los caminos polvorientos estaban llenos de piedras, de curvas y rodeados de montañas. Un lugar muy peligroso para viajar, especialmente si se viajaba solo. Fue así, que unos ladrones sorprendieron a nuestro viajero. Ellos estaban escondidos en las rocas y acostumbraban a atacar a cuanto viajero pasara por allí. Saltaron encima de aquel pobre hombre, lo golpearon, lo lastimaron y se llevaron todo su dinero y casi toda su ropa dejándolo al borde del camino, muy mal herido. Mientras estaba solo y abandonado, comenzó a escuchar un ruido que se hacía cada vez más fuerte. ¿Qué sería? Cuando se acercó más, vio que era un sacerdote. En aquel tiempo el sacerdote era como un pastor de hoy. Este hombre lastimado pensó: “con seguridad este sacerdote me ayudará”. (Para representar esta historia puede usar sus manos. Colocando sobre el dedo índice un pequeño turbante sujetado por una bandita elástica. También puede dibujar el rostro en el lugar de las huellas digitales. Del mismo modo pueden ser representados los otros personajes). Lo que sucedió casi no lo van a poder creer. El sacerdote lo miró, sintió pena de él y se fue, porque tenía miedo de que los ladrones también lo atacasen. Allí quedó solo nuevamente. Pero más tarde escuchó... clip clan, clip clap... alguien se aproximaba... Era un levita, alguien que ayudaba en los trabajos del templo. Los levitas eran escogidos por Dios para ser ayudantes del templo, (eran como los diáconos de hoy). ¡Humm! Pero este hombre también pasó y se fue sin ayudar al pobre hombre. El sol estaba muy fuerte, hacía mucho calor y aquel pobre hombre

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lastimado estaba cada vez peor. Después de mucho tiempo, escuchó nuevamente un ruido. No era el ruido de alguien que venía caminando, sino de alguien que venía montado. Estaba con mucho miedo porque pensó que los ladrones habían vuelto. Pero cuando llegó bien cerca vio que era un viajero como él, que también pasaba por ese camino. Era un hombre que vivía en Samaria por eso lo llamaban Samaritano. El hombre lastimado pensó: “este no me va socorrer”. Un Samaritano no se detendría para hablar con un judío. Desde hacía mucho tiempo, samaritanos y judíos no eran más amigos. Pero aquel hombre, lo miró, le dio mucha pena ver a aquel judío tan lastimado y decidió parar. Colocó un poco de aceite en las heridas; lo vistió con sus propias ropas y le dio agua para beber. Luego ayudó al hombre a montarse en su burro, porque estaba muy herido y no aguantaría andar, mientras él fue caminando a pie. Fueron muy despacio, hasta que llegaron a una posada. ¿Saben que es una posada? (permitir respuestas). Es un hotel muy sencillo que se encuentra al costado del camino. Se detuvieron allí y se albergaron. El samaritano cuidó del hombre enfermo toda la noche y como todavía estaba débil, pidió al dueño de la posada que cuidase de él, hasta que se mejorase y pudiese continuar viajando. Entonces pagó todos los servicios brindados y recomendó que si había algún gasto más, lo pagaría cuando regresara. ¡Él fue muy bondadoso! ¿Verdad? Jesús espera que nosotros seamos bondadosos también. Que amemos a las personas, no importa cómo ellas estén. Si estuviesen con frío o con hambre, Él espera que los ayudemos. No importa quiénes sean. Él ama a todas las personas y quiere que nosotros las amemos también. ¿Vamos a esforzarnos para ser siempre bondadosos como el buen samaritano? Oremos.


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12. Jesús Bendice a Los niños

Siempre nos llena el corazón de alegría saber cuánto ama Jesús a los niños. Cuando Él caminó en la tierra siempre mostraba amabilidad, cortesía e interés por los niños. ¡Cierto día, hasta resucitó a una niña! En otra oportunidad, utilizó la merienda de un niño, para alimentar a una multitud. Pero la historia de hoy, no es acerca de uno de esos grandes milagros, sino de un día normal en que Jesús estaba con sus discípulos atendiendo a muchas personas que venían en busca de alguna ayuda. En aquel tiempo, era costumbre llevar a los niños para que fueran bendecidos por los sacerdotes o por los grandes maestros de aquella época. Pero una madre tuvo una idea diferente, decidió llevar a su hijo para ser bendecido ¡por Jesús, el ser más maravilloso! Ciertamente, ella había notado como trataba a los niños de manera tan cariñosa. Mientras iba por el camino, encontró otras madres que también gustaron de la idea y decidieron acompañarla. Pero, ¿será que Jesús las recibiría? ¡Él estaba siempre tan ocupado! Jesús observó cuando ellas estaban aproximándose con los niños y aquel era un momento muy especial para enseñar una importante lección, a sus discípulos. Así que esperó que se acerquen más para ver cual sería la actitud de sus discípulos. A ellos no les gustó ni un poco, cuando vieron a todos aquellos niños. ¿Alguno de ustedes se anima a representar qué fue lo que hicieron los discípulos?(Permitir espontáneamente que representen)¡Eso mismo! Se sintieron disgustados cuando se acercaron y trataron de mandarlos de vuelta lo más rápido posible. Ellos pensaban que los niños incomodarían a Jesús. Cuando aquellas madres, muy tristes, comenzaron a volverse a sus casas sin la bendición de Jesús para sus pequeños, Él mandó que las llamasen y les dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos”. ¡Qué felices se sintieron! Entonces Jesús los tomó en sus brazos y los bendijo. Él amaba a cada niño... y también te ama a ti. Jesús sabe cuando estás triste o feliz. Sabe si estás sufriendo por alguna enfermedad y también se pone triste cuando algún niño está triste. La lección dada a los discípulos aquel día es para nosotros también,

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como padres, madres, profesores y como iglesia. Los niños deben ser atraídos a Jesús. Si, su enseñanza es correcta, ellos vendrán si nosotros los dejamos y si les mostramos el camino. Que en este día queridos amiguitos, salgan de aquí con la seguridad de que Jesús los ama mucho a cada uno de ustedes y quiere tenerlos a todos en el reino de los cielos con Él. (Prepare una cajita de regalo y dentro coloque un espejo para ser entregado al final de la historia). Al salir recibirán un regalito, sólo deben abrirlo cuando estén junto a papá o mamá. Tendrán una sorpresa. Descubrirán quién es el niño a quién Jesús ama mucho, mucho. Ahora, vamos a orar pidiéndole a Jesús que nos bendiga. (Pida al pastor o anciano que haga esa oración especial, recordándole que está orando con los niños y por lo tanto debe ser breve).


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13. Jesús caLma La tempestad

¡Buen día niños!!!(Si puede colocar el sonido de viento y truenos sería óptimo)¿Cómo se llama eso que estamos escuchando? ¡Excelente! Tempestad, tormenta. En la Biblia se menciona una tormenta. ¿Recuerdan? Aquel día había sido una jornada más de trabajo. Durante todo el día, Jesús había curado a los enfermos, enseñado al pueblo y había relatado historias que siempre encerraba una preciosa lección. No tuvo tiempo para descansar. Terminando las actividades, Jesús subió al barco junto con sus discípulos. Comenzaron a navegar, cuando de repente... se empezaron a formar nubes oscuras en el cielo. Los truenos hacían un ruido tremendo y los relámpagos brillaban por todos lados. Sin demora, se desató sobre el lago una terrible tormenta. Comenzó a llover con tanta intensidad que las olas se agitaron y amenazaban la embarcación.Vamos a balancearnos por un momento imaginado que estamos dentro de aquella barca en medio de esa recia tormenta... (Sólo unos segundos para vivenciar. Puede volver a colocar el sonido inicial) Los discípulos remaban desesperados, parecía que ese barquito estaba listo para hundirse. Cuando un relámpago fuerte iluminó nuevamente el cielo, notaron que Jesús se había dormido en el fondo de la embarcación. ¡No podía ser! Ellos estaban hundiéndose y ¡Jesús dormía! Rápidamente los discípulos lo despertaron, diciéndole: ¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo! Jesús se levantó y dio una orden al viento y al mar: “¡Cálmate y apacíguate!”. Y todo quedó completamente tranquilo, el viento se calmó y las hondas fueron serenándose. (Usted puede en esta altura del relato colocar un ventilador, sin que sea visto y desconectarlo en ese momento)Admirados, comenzaron a preguntar: - ¿Qué Hombre es éste, que aún los vientos y el mar le obedecen?. (Algún niño del grupo puede decir esto) Así como Jesús calmó la tempestad en aquel día, hoy también puede calmar las tempestades en nuestras vidas. Tempestades pueden ser: problemas y preocupaciones. Si Él está a nuestro lado, no necesitamos tener miedo porque hasta los vientos y el mar obedecen la voz de Jesús. ¿Cuántos

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creen eso? ¿Puedo ver las manos? Amén. (Para que dinámica la narración sea más, pida ayuda a la iglesia. Cuando usted dé la señal, deben levantarse y mover los brazos, iniciando por el lado derecho hacia el izquierdo, haciendo de cuenta que el mar está agitado, mientras va contando la historia).


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14. Jonás, eL profeta que quería huir de dios

¡Buen día niños!A ver si adivinan quién es el personaje de hoy. Voy a darles 4 pistas. Levanten la mano a medida que descubren quién es, pero no den la respuesta sino hasta el final.1. Era un profeta. 2. Un profeta que vivió en el tiempo del rey Jeroboam II. 3. No queda muy delicado decirlo, pero fue vomitado. 4. Predicó con poder. (Permitir respuestas)¡Excelente! Vamos a hablar de Jonás. Jonás pensó que podría huir de Dios, eso demuestra que un profeta también se puede equivocar. Cuando el Señor le ordenó que fuese a predicar a la ciudad de Nínive, compró su pasaje y decidió ir hacia otro lado, a Tarsis (Ir para el lado contrario). Para ir a Nínive podría ir por tierra. Para ir a Tarsis, debía viajar en barco. Si fuese en nuestros días, quién sabe, sería un gran navío. Allí se escondió para que nadie lo viese, ni molestase.¿Por qué tener miedo de predicar si estaba acostumbrado a hacer esa tarea? ¿Acaso no era profeta? Lo que pasaba era que Nínive era la capital de Asiria. Los asirios en aquel tiempo eran muy crueles, muy violentos. ¡Enemigos declarados de los israelitas! ¿Imaginan lo que Jonás estaba pensando? (Alguien puede dramatizar esta parte exclusivamente) - Aquí en el sótano, Dios no me encontrará. (Dijo Jonás)¡Ah Jonás! ¿Acaso te olvidaste de que Dios ve y sabe todas las cosas? ¡No es posible tratar de esconderse de Él! Esta historia tiene una lección muy importante para nosotros hoy. ¿Saben por qué? Porque a veces pensamos que podemos hacer cosas a escondidas. Pensamos que nadie nos ve. Por ejemplo, si tu mamá no está cerca o si tu papá está en el trabajo o tu profesora está atendiendo a otro compañero y nadie te está viendo, ¿sigues comportándote bien? Jamás debemos olvidarnos que existe Alguien, que sabe y ve todas las cosas. ¡Hasta sabe lo que hablamos y aquello que pensamos! Si, ese Alguien es Jesús. Cuando nacimos, Dios designó un ángel para cada uno de nosotros. Nuestro ángel que nos guarda de todo peligro. Él siempre está presente

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aunque no podamos verlo. Está a nuestro lado, invisible, pero ve todo lo que hacemos. Nuestro ángel anota en el libro del cielo, todo lo que hacemos durante cada día. Esto no significa que tengamos miedo porque él anota todo lo que hacemos, pero quiere enseñarnos que nunca, nunca podemos escondernos de Dios. Dios nos formó bebecitos en el vientre de nuestra mamá, nos cuidó desde que nacimos y continúa cuidándonos hasta hoy. Entonces no sirve de nada pensar que podemos escondernos cuando hacemos algo malo. No importa lo que sea, Dios siempre sabe y siempre ve. Pidamos a Jesús que nos ayude a sentir siempre su presencia y que nunca tengamos el deseo de escondernos de Él, así como lo hizo Jonás. ¿Lo haremos?(Podemos dar de presente un papel blanco, sin arrugas ni manchas, para guardar en las Biblias. Mencionando que así debiera ser nuestra vida en las manos de Dios).


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15. doce espías en canaán

(Mostrar un cartel con la palabra “ESPIA” en un contexto misterioso. Hable despacito, creando suspenso).Oiremos hoy una historia sobre espías. Sucedió hace mucho, mucho tiempo, en los días de Moisés. Los israelitas habían salido de Egipto y estaban caminando rumbo a Canaán. Habían andado ya demasiado por el desierto y ahora estaban llegando cerca del lugar donde vivirían. ¡Todos estaban muy entusiasmados! Fue ordenado enviar doce espías, para investigar ese territorio. Fueron elegidos hombres de cada tribu que además eran príncipes. No era cualquier persona que podía ir, ellos eran personas especiales, ¡eran líderes! La Biblia menciona el nombre de todos ellos. En aquel tiempo, Moisés envió a los espías para que subiesen a las montañas y explorasen la tierra, trayendo informaciones sobre el pueblo que vivía allí. Debían ver si eran fuertes o débiles, si eran muchos o pocos. También debían observar si las ciudades eran fortificadas o no. Si la tierra era fértil o estéril. Si abundaba en vegetación o si era como el desierto que conocían. Y también debían traer frutos de aquella región para que todos pudiesen verlos y quien sabe hasta probarlos. (Usted puede convocar a 12 jovencitos que simularán tomar nota de todo lo que tenían que averiguar, demostrando concentración y eficiencia)Estos doce espías, tenían una tarea muy importante para realizar, de manera que partieron conforme les fue ordenado. (Simular la salida y despedida. Salen de la iglesia)Pasaron los días... una semana, dos semanas... un mes entero y nada. Ninguna noticia de los 12 espías. Pasaron cinco semanas y... ¡nada! Pero en el día número 40... (Entran los 12 jovencitos nuevamente)- ¡Allí vienen! ¡Miren lo que traen! -dicen los niños- (Los espías comienzan a contar sus aventuras)- ¡En Hebrón la gente es fuerte, ¡casi son gigantes! ¡Al lado de ellos somos como langostas! - dijo uno.- Las ciudades son grandes y fortificadas. Será imposible conquistarlas. -dijo otro.- Lo maravilloso es que, la tierra es muy rica y produce frutos enormes y sabrosos.

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- Cuando llegamos a un valle llamado Escol, cortamos esta rama... ¡miren qué racimo de uva! Es tan grande que tuvimos que cargarlo entre dos personas. –dijo otro.- También recogimos granadas e higos. -agregó uno más. Durante este tiempo, todo el pueblo de Israel estuvo esperando el regreso de los espías. Todos estaban muy felices y curiosos escuchando atentamente las noticias que habían traído. Todos querían saber cómo era la tierra y cuándo entrarían allí. Pero, ¡qué pena! Aquellos hombres después de contar las maravillas que habían visto, comenzaron a desanimar al pueblo, diciendo que ellos eran muy débiles para luchar contra aquella gente. Todos comenzaron a tener miedo y ya no querían ir más a la tierra prometida. Se olvidaron que, Quién ganaría la batalla por ellos, sería Dios que siempre los había guiado. Sin embargo, dos de aquellos hombres, uno llamado Josué y el otro Caleb, confiaban en Dios. Hablaron al pueblo diciendo que Dios les entregaría la tierra. Pero el pueblo tenía miedo. Lloraron durante toda la noche. ¡Cuánta desconfianza! Saben niños, no debemos nunca desconfiar de Dios, pues lo que Él promete siempre lo cumple. ¿Creen que eso es así? Amén. (Puede realizar un ramo de uvas con balones y colocar dos jóvenes para cargarlo, entrando en el momento exacto de la historia.)


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16. La muraLLa de Jericó

(Tenga en sus manos una nuez y un rompenueces. Pida atención para mostrar lo que sucederá. Rompa la nuez, no debe martillar).¿Pueden pensar en algo que aunque era enorme, quedó destruido de esta manera?(Si los pequeños responden la cárcel de Filipos elogien... pero induzcan para dar otra respuesta, por ejemplo: “Era aún más, más grande” o “Rodeaba una ciudad”).¡Excelente! Son los muros de Jericó.Los Israelitas estaban caminando hacia la tierra de Canaán. Era un pueblo difícil de dirigir, desobedientes, desconfiados del cuidado y dirección de Dios. Muchas veces querían actuar según su propia voluntad. Otras veces, tenían tanto miedo que era casi imposible llevarlos hasta Canaán. Por eso, tuvieron que aprender primero a confiar en Dios. Ya habían andado por mucho tiempo en el desierto, ya habían visto muchos milagros, habían sentido la protección de Dios en todo tiempo, y ahora llegó el momento de conquistar las tierras que quedaban al otro lado del Rió Jordán. Debían tomar la ciudad de Jericó. Ésta era considerada una de las más poderosas fortalezas de la tierra. Sus palacios lujosos y sus templos eran símbolos de la idolatría de aquella época y un desafío al Dios Verdadero. Allí se rendía culto a Astarot, que era la diosa de la luna. Josué, el líder de los Israelitas sabía que dominar a Jericó sería el primer paso en la conquista de Canaán, por esta razón, primero buscó la orientación de Dios. Tuvo la seguridad de que serían vencedores. Solamente debían obedecer todas las órdenes y les sería entregada la ciudad. Debía organizarlos, como si fuese un gran desfile. Los guerreros irían al frente, después vendrían los siete sacerdotes con las siete trompetas y luego los sacerdotes que cargaban el arca de Dios. Cada tribu llevaba su bandera. Debían rodear la ciudad durante siete días. Cada día daban una vuelta, pero en el séptimo día rodearon la ciudad siete veces. Debían hacer todo silenciosamente, sólo se oiría el sonido de las trompetas. Dios quería que los Israelitas entendiesen que no era por su fuerza, sino por el poder de Dios que tomarían la ciudad. Así, en el séptimo día, en la séptima vuelta, todo estaba silencioso solamente se escuchaba el paso de aquella multitud y el sonido de las trompetas que tocaban. Al completar la

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séptima vuelta, todos pararon y las trompetas que estaban silenciosas tocaron tan fuerte que su sonido hacía estremecer la tierra; a la orden de Josué el pueblo gritó tan fuerte que las murallas cayeron al piso. Los Israelitas entraron en la ciudad y la tomaron, conforme Dios había ordenado. Los cananeos habían sido por mucho tiempo desobedientes al Dios del Cielo. Habían tenido tiempo para arrepentirse, pero no quisieron. Vivían solamente para desagradar a Dios, por eso el Señor tuvo que castigarlos. Los Israelitas necesitaban aprender a confiar en Dios. El hecho de realizar aquella marcha todos los días durante siete días, debía llevarlos a comprender que por ellos mismos no podrían hacer nada. Debían aprender a depositar toda su confianza en Dios.Aún hoy, niños, nosotros también debemos aprender a confiar en Dios, pues de Él dependemos para todas las cosas. Si aprendemos a confiar y a obedecer su voz, Él hará grandes cosas en nuestras vidas también. (Dependiendo del espacio y de la cantidad de personas, puede organizar un bonito desfile alrededor de Jericó).


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17. La oveJa perdida

¡Buenos días, niños!¿Quién de ustedes ya vio una oveja? ¡Si, una oveja de verdad! Las ovejas son muy dóciles y andan siempre juntas. Ellas acompañan siempre a su pastor. Y él, las trata siempre con mucho cariño. A Jesús le gustaba contar historias. Sus discípulos escuchaban de sus labios, historias muy interesantes y cierto día contó la historia de un hombre y sus ovejas. La historia dice que era un pastor que poseía muchas ovejitas. Hagamos de cuenta que aquí tenemos un rebaño (Coloque varias ovejitas juntas. Puede hacerlas con rollos de papel higiénico, cubiertos con algodón y pegue en ellos la carita de una oveja. O pueden ser representadas por los deditos de los niños). Todos los días este pastor salía de mañana con sus ovejas y las llevaba para que pudiesen comer pasto verde y tierno. Todas ellas lo acompañaban y lo seguían. Cuando comenzaba a hacer calor buscaba un lugar donde hubiese sombra y agua para ellas. Las ovejas no beben el agua de los ríos y a veces él tenía que trabajar duro juntando y cargando piedras, para hacer un laguito y para que las ovejas pudiesen beber. Pero cuando llegaba el final del día las llamaba a todas, e iban caminando de vuelta para el corral. El corral es un cerco que impide que las ovejas se separen y se pierdan. Allí, ellas duermen durante la noche. Cuando llegaban, contaba todas sus ovejitas para ver si no faltaba ninguna, pues una podía haberse perdido en el camino.Una tarde, cuando llegaron, comenzó a contarlas. Una, dos, tres,...diez, treinta, setenta, noventa, noventa y nueve. Contó de nuevo: una, dos, tres, cincuenta, ochenta, noventa y nueve. Estaba faltando una. ¿Dónde estaría la ovejita que faltaba? Dejó a todas en el corral, protegió bien la entrada para que ningún otro animal entrase y salió a buscar su ovejita. Estaba cansado, con hambre y frío, pero no podía dejar a su ovejita perdida sola allá en el campo. Caminó y caminó hasta llegar cerca del lago donde habían bebido agua. Al aproximarse a la montaña, escuchó un suave ruido que venía de lejos, bee… bee… Se acercó y vio que su ovejita estaba presa entre los espinos. Con mucho cuidado la sacó de allí, la tomó en sus brazos y volvió a casa muy contento

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porque la había encontrado. Llamó a su esposa, a sus niños y hasta a sus vecinos para contarles que estaba muy feliz, porque había encontrado la ovejita que estaba perdida. Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy el buen pastor, El buen pastor su vida da por las ovejas”. Niños este texto está en la Biblia. Jesús es el buen pastor y cuida de cada uno de nosotros. Él sabe cuando alguien está enfermo o triste. Él cuida de cada niño y todavía más, Él ama a cada niño. Y como nuestro buen pastor, fue al cielo a preparar un lugar para cada uno de nosotros. Vamos a prepararnos, pues Él regresará muy pronto.


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18. La pascua

Queridos niños, hoy me gustaría hablar sobre un asunto muy solemne. Algo que tiene que ver con nuestra salvación. Cuando hablamos de pascua, ¿qué cosas les vienen a la memoria? (Permitir respuestas) Tal vez conejitos, chocolates. Pero no es de esa pascua que quiero hablarles, sino de la verdadera pascua, aquella que fue celebrada por primera vez cuando los israelitas salieron de Egipto y que por mucho tiempo fue celebrada por ellos y era muy importante. Todos debían participar de esta ceremonia. Un cordero era ofrecido como sacrificio. Y ese corderito tenía un significado especial. Él representaba a Jesús, que un día vendría a este mundo y se ofrecería por nosotros, para perdonar nuestros pecados, a fin de que tengamos vida eterna. Mientras se celebraba la fiesta de la pascua, los israelitas debían comer pan sin levadura, porque la levadura simbolizaba el pecado. La Biblia dice que comían carne de cordero con pan sin levadura junto con hierbas amargas. Hace mucho tiempo, un día Jesús vino a nuestro mundo. Nació como un bebé y creció como crecen todos los niños. Fue un niño obediente como todos los niños debieran ser, y se convirtió en un adulto. Vivió en este mundo por algún tiempo, ayudando a las personas, curando a los enfermos y enseñando a andar en los caminos que Dios quiere que andemos. Sin embargo, un día las personas de aquel tiempo prendieron a Jesús y después de maltratarlo mucho, clavaron a Jesús en una cruz, donde murió ofreciendo su vida para salvarnos de nuestros pecados. En ese momento, estaba siendo el cordero de Dios, que ofrecía su propia vida para que nuestros pecados sean perdonados. Jesús era santo, perfecto, sin pecado. No podía permanecer muerto en aquella sepultura. Jesús resucitó como dice en la Biblia y después de algún tiempo fue al cielo para preparar un lugar para cada uno de nosotros. Esa resurrección que las personas conmemoran, se llama pascua. Resurrección es vida y Jesús dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida”. Antes de ser clavado en la cruz, Jesús enseñó a sus discípulos una ceremonia que reemplazaría a la ceremonia de la muerte del cordero. Es la ceremonia de la Santa Cena. Fue establecida en lugar de la ceremonia de la Pascua y nos recuerda la muerte de Jesús hasta que Él regrese. Siempre que participamos de ella con corazón sincero, Jesús acepta siempre nuestro arrepentimiento y somos perdonados.

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La ceremonia es dividida en dos partes: La primera: es el lavamiento de pies, donde dos personas lavan los pies una a la otra. Esto nos recuerda que debemos ser humildes y nunca pensar que somos mejores o más importantes que los demás. (En ese momento puede pedir a dos diaconisas que muestren los recipientes y las toallas). Y en la segunda parte: no usamos un cordero, pero sí el pan sin levadura, el cual representa a Jesús y el jugo de uva no fermentado, para representar la sangre que Jesús derramó en la cruz por nosotros. Gracias a Jesús, podemos tener salvación. El pan y el jugo, son símbolos de ese sacrificio de Jesús en la cruz. Esto es tan solemne, tan santo que necesitamos realmente entender su significado para participar de la ceremonia de la Santa Cena. Cuando sean mayores, ustedes también podrán participar. Jesús los bendiga a cada uno para que tengan en su corazoncito el deseo de prepararse para participar de la ceremonia de la “Santa Cena”. ¿Cuántos quieren participar de la Santa Cena un día? La Biblia nos habla de una Santa Cena especial que habrá en el cielo y todos los que vayamos podremos participar. Ahora, vamos a cerrar nuestros ojitos y vamos a hablar con Jesús. (Ore con los niños. Después del culto puede decir que se les entregará pedacitos de pan sin bendecir, para que prueben).


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19. La reina ester

(Muestre una corona) ¿En qué piensan cuando ven una corona? ¿Existen reinas y reyes todavía? (Permita respuestas)La historia de hoy habla de una reina y se encuentra en la Biblia.Le daré pistas para descubrir quién era esa reina: 1. Su nombre quiere decir: “Estrella” 2. Era huérfana y su tío la adoptó 3. Era judía de la tribu de Benjamín. ¿Saben de quién estoy hablando? (Puede escribir estas pistas en papeles)¡Muy bien es Ester! Mardoqueo y su familia vivían en la ciudad de Susa, porque el rey Nabucodonosor había llevado a muchos judíos allí, cuando fueron vencidos en la guerra. Después de esa guerra vinieron otros reyes, entre ellos estaba uno que se llamaba Asuero. A este rey le gustaban las fiestas y había dado una en su palacio que duró muchos días. Incluso había lugares especiales donde podían quedarse hospedados los invitados con todo lo que necesitaban. En uno de esos días de fiesta, estando el rey ebrio, decidió presentar a la reina Vasti. Ella era muy bonita. Vasti sabía que aquel momento no era el mejor para ser presentada, porque el rey estaba embriagado. ¡Ella no obedeció su orden! Asuero estaba muy enojado y ordenó que Vasti fuese destituida del trono, como reina de aquel imperio. Sus consejeros sugirieron buscar otra reina. Entonces, cierto día los mensajeros salieron por la ciudad comunicando el mensaje del rey. Decía más o menos lo siguiente: (Puede dramatizar esta parte)-“El rey Asuero está convocando a las jóvenes más bellas del reino para participar de la elección de una nueva reina. Jóvenes que sean de buena apariencia y hermosas. Las jóvenes serán recibidas en la casa del rey y tendrán todo el tratamiento de belleza necesario para ser presentadas ante el rey. La que más le agrade a su majestad, será la reina”.Ciertamente muchas jóvenes deseaban ser elegidas y llegar a ser la nueva reina. Entre estas jóvenes que fueron llevadas al palacio, estaba Ester. Antes de partir, su tío Mardoqueo le recomendó que no dijera a nadie que era judía, pues los judíos habían sido llevados como prisioneros de guerra. Ester obedeció como siempre lo hacia desde pequeñita. Los días pasaron y cumpliendo las costumbres de aquel lugar, después de un año las jóvenes estaban preparadas para ser presentadas ante el rey. En

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el tiempo marcado, fue organizado un gran desfile con bonitas ropas y todo necesario para esa presentación. El desfile comenzó. Las jóvenes fueron pasando una tras otra. El turno de Ester llegó. ¿Y saben quién fue elegida? ¡Sí! Fue Ester. La Biblia dice que el rey se enamoró de Ester y colocó en su cabeza la corona real. Ella se convirtió en reina y ahora tenía un trabajo muy importante para hacer; debía ayudar al pueblo judío. Siempre que nos colocamos en las manos de Dios, entregando nuestras vidas, también podemos ser usados para brillar por Él, así como brilló Ester. Oremos.


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20. La resurección de Lázaro

¡Buen día niños! ¿Puedo ver las manos de aquellos que tienen hermanos? Esta es la historia de una familia compuesta por tres hermanos, dos señoritas y un joven. ¿Saben quiénes son? ¡Muy bien! María, Marta y Lázaro. La historia de lo que les sucedió está en la Biblia. Lázaro, era un amigo muy especial de Jesús. Este hombre vivía con sus dos hermanas en una pequeña ciudad llamada Betania, cerca de Jerusalén. (Puede mostrar un mapa) Siempre que Jesús y sus discípulos iban hacia Jerusalén solían parar para descansar en la casa de esta familia. Jesús los amaba mucho y ellos también amaban mucho a Jesús. Cierto día, Lázaro se enfermó. Sus hermanas hicieron todo lo que pudieron para que él se mejore, pero se iba sintiendo peor y peor. Urgente, mandaron un mensaje a Jesús, avisándole que su querido amigo estaba muy enfermo. Los discípulos pensaron que Jesús diría solamente una palabra y Lázaro sería curado; o que tal vez iría rápidamente a Betania para verlo. Pero nada de eso sucedió. Pasaron dos días hasta que Jesús dijo a sus discípulos que irían hasta Betania. Cuando llegaron les explicaron lo que había sucedido: Lázaro había muerto. ¡Imaginen la tristeza de María y Marta! - Marta, dijo a Jesús sollozando: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Jesús le dijo algunas palabras para confortarla, prometiéndole que su hermano resucitaría, ella le dijo: que sí, que creía que resucitaría cuando los muertos resuciten, en el día último.- Jesús entonces le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá”. (Voz in off)Marta fue a llamar a su hermana María. La bulla aún continuaba y nadie escuchó lo que Marta le dijo, pero cuando vieron a María salir rápidamente, todos pensaron que se dirigía a la tumba para llorar. Cuando María llegó al lugar donde Jesús estaba, se arrodilló a Sus pies y le dijo, lo mismo que Marta: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Al ver llorar a las dos hermanas, Jesús se entristeció y preguntó: ¿Dónde lo sepultaron? Entonces lo llevaron hasta la tumba, que era una cueva, cuya entrada estaba tapada con una piedra. Jesús les dijo que quitasen la

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piedra. Pero Marta dijo, Señor ya huele mal, porque hace cuatro días que murió. Obedeciendo la orden retiraron la piedra. Jesús hizo una oración agradeciendo a su Padre porque siempre escuchaba sus oraciones. Luego, llamó: ¡Lázaro, ven fuera! Todos estaban en silencio para ver lo que sucedería y Lázaro salió, con las manos y los pies atados con vendas. Jesús pidió que lo desatasen y dejen ir. ¡Todos estaban muy felices! Debemos recordar algo muy importante, si amamos a Jesús no debemos temer a la muerte porque es apenas, un sueño y cuando Jesús vuelva resucitará a todos los que murieron creyendo en Él. ¡Qué hermoso es tener esta esperanza en nuestros corazones! ¿Verdad? (Puede representar estar historia con dediles. En una mano las dos hermanas, en la otra Jesús. Puede también envolver el dedito de algún niño con una venda, representando a Lázaro cuando sale de la tumba. Al final, puede dar también a cada niño una almohadita para que recuerden que la muerte es apenas un sueño y así no le teman).


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21. La túnica de José

¡Buen día niños!Este es José. (Aparece un niño vestido con una vistosa túnica de muchos colores) - Vivo con mi padre y con once hermanos en la tierra de Canaán. Mi familia es un poco complicada, pues las costumbres de mi época admitían que mi padre, imaginen ustedes... tuviera ¡cuatro esposas! Saben, ellos no vivían en una buena casa o en un departamento. Vivían en carpas, como si fuese un campamento. José era el décimo primer hijo y todos los hermanos eran mayores que él, hijos de Lea y de otras dos mujeres, excepto Benjamín que junto con él eran hijos de Raquel, la esposa que más amaba su padre, Jacob. - Saben a veces estoy muy triste, porque recuerdo cuando tenía a mi mamá. Cuando mi hermanito Benjamín nació, mi madre Raquel, tuvo problemas y murió. Mi padre Jacob, sigue estando muy triste, con once hijos y un bebecito para cuidar. Saben niños, sin darse cuenta, Jacob se equivocó. Amaba más a José que a sus otros hijos. Podía ser porque era huérfano de madre. Sus otros hijos comenzaron a notar lo que pasaba y sintieron envidia de José. Lo que Jacob hacía no era bueno ni para José ni para sus hermanos. Un día, ese amor quedó más evidente aún, cuando le dio un regalo muy especial. ¿Pueden verlo? (Permitir respuestas) Era una túnica de colores, como la que usaban los príncipes. La Biblia nos dice que Jacob dio a José una túnica talar de mangas largas. ¿Saben lo que es una túnica talar? Es una túnica larga hasta los talones de varios colores. Esto fue el colmo. La envidia y los celos de los hermanos comenzaban a crecer cada día más, hasta que un día... Jacob mandó a José al campo para ver a sus hermanos y el rebaño de ovejas, después de hacer un largo viaje de 97 kilómetros, caminando varios días a pie, los hermanos planearon matarlo. Lanzaron a José a un pozo. Poco tiempo después, una caravana de mercaderes estaba pasando por allí y decidieron venderlo. José lloraba y les pedía que no lo vendan, pero no quisieron escuchar su pedido. Tomaron la túnica de José, la empaparon con sangre de un corderito y le mostraron a su padre, diciendo que posiblemente algún animal había devorado a José. ¿Notaron niños? ¡Cuántas cosas malas: mentiras, celos, envidia,

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egoísmo, vanidad, todo en una misma familia! Las cosas podrían haber sido diferentes, pero Dios nunca olvida a sus hijos y permitió que sucediesen así las cosas, para preparar a José para una tarea muy especial. Dios elaboró el plan de vida de José, pero él tuvo que pasar por muchas dificultades hasta estar listo... Dios tenía planes maravillosos para él, así como los tiene hoy para nuestras vidas. Es necesario que aprendamos a oír la voz de Dios desde pequeños, a ser bondadosos con nuestros hermanitos y unos con otros. A nunca creer que somos mejores que las demás personas, y en el momento correcto Él cumplirá sus planes maravillosos en nuestras vidas. Oremos y estemos preparados para la tarea que Dios tiene para a cada uno de nosotros.


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22. La ofrenda de La viuda

¡Buen día niños!!! Hoy quiero contarles una historia que sucedió cuando el Señor Jesús andaba en la tierra. Es una historia que se encuentra en la Biblia, y es tan importante que la encontramos en dos lugares diferentes, en los evangelios de Marcos y Lucas. Jesús sabía cuán importante sería no sólo para aquel tiempo, sino hasta nuestros días. Cierto día, Jesús estaba en el templo de Jerusalén, sentado cerca del lugar donde las personas colocaban sus ofrendas. En aquel tiempo no pasaban los diáconos recogiendo las ofrendas, había un lugar apropiado para colocarlas. Jesús estaba observando a las personas que pasaban por allí. Muchas de ellas, que poseían mucho dinero, iban hasta allí y colocaban grandes ofrendas. Dejaban caer sus monedas desde lo alto haciendo mucho ruido, para que todos observasen que habían dado una ofrenda generosa. Esas personas querían que todos se den cuenta que habían dado mucho dinero. Sin embargo, hubo también una señora que se aproximó despacito, sin querer ser notada, mas Jesús la observó. Ella era muy tímida. Era una mujer viuda, estaba vestida con una ropa muy simple y tenía apenas una pequeña ofrenda. En verdad, era todo lo que poseía, solamente dos moneditas de poco valor. Pero ella amaba mucho a Jesús y sabía que las ofrendas eran dedicadas al servicio del templo, así como las ofrendas de hoy son para el servicio de la iglesia, y ella quería contribuir también. Cuando ofrendó no sobró nada para ella, todo lo llevó al templo. Y fue escondida, con vergüenza de que las personas viesen su ofrenda tan pequeña. Despacito se aproximó, la colocó y salió. Pero en ese momento percibió que Jesús estaba observándola y también escuchó cuando Él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros que echan dinero en los cofres; pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.” Marcos 12:43-44. Y esa ofrendita pequeña se transformó en mucho desde aquel momento porque muchas personas comprendieron que el verdadero valor está no tanto en la cantidad que ofrendamos, sino en que demos de corazón. ¿Y nosotros traemos nuestras ofrenditas a Jesús con alegría?

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¿Estamos trayéndola de corazón, eligiendo colocar a Jesús y la iglesia en primer lugar? Que esta historia de la mujer viuda, que ofreció todo lo que tenía, pueda enseñar a todos nosotros, grandes y pequeños a colocar a Jesús siempre en primer lugar y que lo mejor sea para Él. (Puede ilustrar mostrando dos monedas pequeñas. También puede vestir a alguien como la viuda colocando su ofrenda. Si es posible, puede colocar a alguien bien vestido de acuerdo con aquella época colocando su ofrenda en una caja con muchas monedas haciendo ruido).


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23. maria y eL perfume

(Expanda en el aire alguna fragancia deliciosa)¿Les gustó? ¡Es delicioso! ¿Verdad? La historia de hoy tiene que ver con un perfume. A ver si alguno recuerda, qué historia es y quién fue la persona que dio ese regalo tan valioso a Jesús. (Permitir respuestas) ¡Excelente! Fue María.María amaba mucho a Jesús, porque había perdonado sus pecados. Ella quería hacer alguna cosa para demostrar cuánto amaba a Jesús. Sólo que María no sabía qué regalo comprarle a Jesús. Quizás ella trabajó bastante para conseguir ese dinero. Un día, se dirigió a la tienda donde vendían perfumes; tal vez el dueño de la tienda miró a María y le mostró un perfume bien barato. Sin embargo, ella sintió su fragancia y le dijo: no, no es esto lo que estoy buscando. Probó muchas fragancias una, otra y otra más, pero ninguna le agradaba. Por fin, el dueño de la tienda, que ya estaba impaciente, le dijo: tengo aquí un perfume muy especial, que viene envasado en un material llamado alabastro. Este es un perfume de nardo puro, pero con certeza no te servirá porque es muy caro. ¡Hum! pensó María, un perfume de nardo es muy precioso. Esto es exactamente lo que me gustaría regalarle a Jesús. Quedó un poco preocupada pensando si su dinero era suficiente. Ahora sí tenía la certeza de que ese era el regalo que quería para Jesús. Se armó de valor y preguntó el precio. Entonces comenzó a contar su dinero. ¿Será que le alcanzaría para comprarlo? Contó… contó y contó de nuevo. Sí, era exactamente la cantidad que necesitaba. Pidió que se lo envolviera, lo pagó y se fue llevando este precioso regalo. Lo guardó muy cuidadosamente en su casa, pues esperaría una ocasión especial para entregárselo a Jesús. (Se puede, perfectamente, dramatizar esta parte) María supo que su tío Simón iba a ofrecerle una cena a Jesús. Esta sería la ocasión perfecta. Cuando todos estuvieron sentados a la mesa, antes que la comida fuese servida, María se acercó en silencio y derramó aquel perfume sobre la cabeza y los pies de Jesús. Nadie habría notado nada a no ser por el olor tan exquisito que se había esparcido en toda la sala. Alguien dijo que era un desperdicio y así cada uno comenzó a decir alguna cosa. María estaba muy avergonzada con la situación y quería escaparse de allí.

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Pero Jesús sabiendo cuánto ella lo amaba, dijo: ¿Por qué molestan a esta pobre mujer? Ha hecho una obra buena conmigo. “Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie esta buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer y así será recordada”. Niños, Jesús estaba diciendo que en todo el mundo sería contada esta historia que muestra cómo María expresó su gratitud y amor a Jesús. Hoy, Jesús también espera que seamos como María y que mostremos nuestro amor por Él, siendo bondadosos y obedientes a papá y mamá, contando historias de la Biblia a otras personas y también ayudando a los necesitados con alimentos, ropas o brindando cualquier otra ayuda, hasta una sonrisa cariñosa. ¿Lo harán?(Puede entregar un cartoncito perfumado para cada niño).


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24. mordido por una serpiente

¿A cuántos de ustedes les gusta ver una fogata? Traté de encender una muy pequeñita. (Prepare con anticipación algunas maderitas, como si fuese una pequeña fogata). La historia de hoy es sobre un grupo de personas que se estaban calentando cerquita de una fogata. ¿Vamos a escuchar?El apóstol Pablo fue un misionero a quien le gustaba mucho hablar de Jesús a las personas, pero no siempre ellas querían escuchar lo que el apóstol decía. Y así, cierto día, sin hacer nada malo, Pablo fue enviado a la prisión. Después de pasar un buen tiempo preso, fue enviado ante el emperador de Roma. Todos los presos hicieron un largo viaje en navío. Mientras viajaban, una noche se levantó una gran tempestad. Truenos, relámpagos y viento rugían en medio del mar. Las olas eran muy altas y el agua comenzó a entrar dentro del navío. La tempestad no cesaba y el navío comenzó a hundirse. En medio de la desesperación notaron que estaban cerca de una isla así que mientras el navío se quebraba, nadaron hasta la playa de aquella isla, llamada Malta. ¡Todos se salvaron, tal cual lo había anticipado el apóstol Pablo! Las personas que vivían en aquella isla no eran cristianas, sin embargo estaban con mucha pena de aquellos que habían naufragado y estaban mojados con mucho frío. Entonces hicieron una gran fogata y los invitaron para acercarse y calentarse un poco. Cada uno se acercó para secar su ropa. Pablo había recogido un poco de leña seca para colocar en la fogata. Pero cuando colocó la leña en el fuego, una víbora salió de aquella leña, se enredó en la mano de Pablo y lo mordió. Cuando las personas vieron lo que sucedió, se quedaron muy asustadas y esperaban su muerte. Silencio... Creían que si Pablo estaba en el navío con los otros prisioneros debía ser una persona muy mala. Nadie hablaba... en pocos minutos el veneno haría su efecto. ¿Saben lo que hizo Pablo? Simplemente sacudió la víbora de su brazo y cayó en el fuego. Nada malo sucedió, ¿escucharon bien? ¡Nada malo sucedió! ¡Pablo no murió! Su mano no se hinchó, ni siquiera se sintió un poquito mal. Dios cuidó de él. Todavía tenía mucho trabajo que hacer para Dios. Las personas de aquella isla quisieron saber del Dios Todopoderoso que hizo ese maravilloso milagro

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con ese hombre. Pablo predicó y curó mucha gente enferma en aquella isla. Hoy, Jesús nos ama a cada uno de nosotros y nos cuida de la misma manera como cuidó a Pablo. ¡Qué alegría! ¿Verdad? (Mientras cuenta la historia, utilice el momento en que Pablo coloca la leña en la fogata, consiga una víbora de plástico o de papel y así podrá enredarla en su propia mano como en la historia. Puede darles de presente un trozo de madera “del navío”)


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25. nehemías, eL copero deL rey

Cuando hablamos de diferentes trabajos podemos mencionar: médico, panadero, zapatero, cocinera, maestra... etc.) (Puede vestir a los niños con algo característico de los diferentes trabajos. Por ejemplo harina en las manos y un gorro, una servilleta, guardapolvo blanco, un cucharón y un delantal, un libro y lápiz, un martillo y zapatos... etc.) El personaje bíblico de hoy tenía un trabajo muy raro... era copero del rey. ¡Pero pronto se transformó en un admirable constructor! Participemos de esta linda historia bíblica. El rey de Babilonia había mandado su ejército a Israel y destruido toda la ciudad de Jerusalén. En aquellos tiempos las ciudades tenían muros y en Jerusalén los muros habían sido destruidos también. La Biblia dice que las puertas de la ciudad habían sido quemadas. El templo había sido destruido y quemado junto con los palacios y las casas. ¿Saben lo que sucedió con las personas que vivían allí? Fueron todos llevados como prisioneros a Babilonia. Entre ellos se encontraba Nehemías, que fue elegido copero del rey. ¿Saben lo que significa ser copero del rey? Es aquel trabajo que hace un mozo cuando sirve en un restaurante. Nehemías servía la comida y la bebida del rey. En aquellos tiempos existía una costumbre muy interesante, que consistía en servir el vino para el rey y el mozo debía probar o beber un poco, para demostrar que no había nada malo con aquel vino, entonces el rey podía beber tranquilamente. El copero era una persona de suma confianza y servía también como consejero. Era una posición muy importante en el reino. Pero Nehemías tenía un sueño, volver y reconstruir Jerusalén. Pero no podía mientras fuese un siervo. Además, él no era un ingeniero, ni un arquitecto, pero tenía una cosa muy diferente de las demás personas: él amaba a Dios y quería trabajar para Él. Nehemías era muy correcto, muy íntegro en todo lo que hacía y el rey estaba complacido con él. Una de las obligaciones de Nehemías en su trabajo era que debería estar siempre alegre. No podía presentarse delante del rey con el rostro triste o preocupado. Sucede que un día llegaron algunas personas desde Jerusalén y le dieron malas noticias. (Pueden entrar los mensajeros)- Nehemías, tu ciudad está cada vez más abandonada – dijo uno.

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- Los bosques están creciendo y todo está en ruinas. – dijo otro.Nehemías estaba muy, pero muy triste. Entonces comenzó a orar más e hizo un ayuno pidiendo a Dios que le ayude de alguna forma para poder reconstruir Jerusalén. (Nehemías puede arrodillarse). Cierto día estaba sirviendo al rey. Éste, notó que Nehemías estaba triste y quiso saber el motivo. En ese momento Nehemías no podía arrodillarse y hacer una oración, pero en su pensamiento oró y pidió a Dios que lo ayudase a decir las palabras correctas. Entonces contó al rey sus sueños de volver a Jerusalén para reconstruirla. ¿Saben lo que sucedió? ¡El rey le dio la misión volver a Jerusalén y reconstruir la ciudad! El rey también dio cartas a los gobernadores para que Nehemías pudiese pasar y llegar hasta Jerusalén, y también dio una carta para el guardabosque para que le proporcione toda la madera que necesite. ¿Será que Nehemías estaba preparado para esto? Recuerden que el era el copero del rey, no un ingeniero. Sin embargo, consiguió juntar varias personas que como él también soñaban reconstruir la ciudad de Jerusalén. Sin ser ingeniero o arquitecto, planificó y organizó la reconstrucción de la ciudad. Niños, cuando alguna persona quiere hacer alguna cosa para Dios y lo ama de todo corazón, aún sin estar preparados, Dios los capacita para realizar ese trabajo. No necesitamos tener miedo de hacer aquello que Dios espera de nosotros, pues Él nos ayuda, nos enseña y nos capacita para hacerlo. Si le pedimos, siempre estará con nosotros y nos ayudará. ¿Lo creen? ¿Puedo ver las manos?


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26. samueL

(Mostrar diferentes tipos de luz: una linterna, un fósforo, una vela, una lámpara).¿Qué tienen en común todos estos elementos? (Permita respuestas) ¡Qué bien! Todos iluminan. La Biblia nos cuenta de personas que brillaron por Jesús. Estoy pensando en alguien que aún siendo pequeñito, brilló... Era hijo de una mujer llamada Ana. Su madre, por mucho tiempo había pedido al Señor, que le diese un hijo... ¿De quién estamos hablando? ¡Si, de Samuel, excelente! ¿Recuerdan lo que había prometido Ana al Señor? Que si le daba un niño lo dedicaría a Su servicio por toda su vida. El bebé fue creciendo y ella fue instruyéndolo en los caminos del Señor, hasta que él ya tenía edad suficiente para ir a vivir al Tabernáculo con el Sacerdote Elí. El Sacerdote estaba sorprendido al ver aquel niño tan pequeño, preparado para quedarse a vivir con él. En aquel tiempo no existían templos, sólo el Santuario que se llamaba: Tabernáculo. Cada año su madre venía a visitarlo y le traía una túnica nueva. (Puede escenificarse). Samuel era muy servicial. El sacerdote le había dado responsabilidades en el Tabernáculo. Encendía las luces al final del día, abría las cortinas cuando amanecía y hacia otras muchas tareas. Las personas estaban felices de tener un niño así, en el santuario. Una noche, cuando las luces ya habían sido apagadas y todo estaba oscuro y silencioso, el sacerdote Elí ya se había acostado a dormir. Samuel también ya estaba en su camita pero escuchó a alguien llamándolo: ‘Samuel, Samuel’. Se levantó rápidamente y corrió hasta donde estaba Elí.- Aquí me tiene usted... ¿Para qué me quería? - Yo no te he llamado vuelve a acostarte – dijo Elí. Entonces Samuel volvió a su cama. Estaba seguro de haber escuchado una voz. Quedó bien quietito y nuevamente escuchó la misma voz llamando. Otra vez corrió hasta donde estaba Elí y otra vez el sacerdote le dijo que no lo había llamado. (Puede representarse, sin diálogo, sólo haciendo la narración) Samuel una vez más se acostó y nuevamente escuchó: “Samuel, Samuel”. Nuevamente corrió hasta Elí y le dijo: aquí me tiene usted; ¿para qué me quería? Elí comprendió que era el Señor quién estaba llamando a

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Samuel y le dijo: Ve a acostarte; y si vuelves a escuchar la voz nuevamente, respóndele: ‘habla Señor, que tu siervo oye’. Ahora Samuel estaba ansioso. ¿Sería el Gran Dios del cielo quien lo estaría llamando? ¿Hablaría con él, que era apenas un niño? Entonces Samuel se acostó y nuevamente oyó: “¡Samuel! ¡Samuel!” Estaba tan atento, que puedo repetir todo lo que Elí le había dicho. Samuel contestó: - Habla Señor, que tu siervo oye. Y el Señor habló. Esa fue la primera vez que el Señor habló con Samuel. Después habló muchas otras veces más. Samuel creció y se convirtió en un profeta de Israel.Él siempre fue una luz brillando para Jesús. Nosotros podemos brillar así como Samuel. En nuestra casa, en la escuela, en la iglesia, en todos los lugares. ¡Que Jesús nos bendiga!


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27. LiBrados deL horno

En la Biblia encontramos una promesa maravillosa y me gustaría leerla con ustedes. Está en el libro de Isaías capítulo 43:2 (Leer de la Biblia). Es una promesa de protección hecha al pueblo de Israel pero que es válida para nosotros también. Quiero contarles una historia para que puedan entender mejor. Algunos israelitas habían sido llevados a Babilonia y estaban al servicio del rey, ocupando importantes cargos en el gobierno. Sus nombres eran: Ananías, Misael y Azarías. Estos nombres fueron cambiados por nombres babilónicos. Ananías pasó a llamarse Sadrac, y Misael se llamó Mesac y Azarías era Abed-Nego. Un día, el rey decidió levantar una gran estatua de oro para que todas las personas la adorasen. Ella simbolizaba el reino de babilonia, que según Nabucodonosor, duraría para siempre. (Se presentará en mensajero con un pergamino en mano, hablando fuerte) - Todo aquel que no se arrodille y adore la estatua, será arrojado inmediatamente a un horno encendido - fue pregonado - ¡Al son de los instrumentos, deben arrodillarse y adorar la estatua! ¿Será que nuestros jóvenes se arrodillaron también? ¡No! Por eso fueron llevados a la presencia del rey. Como al rey le gustaba el trabajo de los jóvenes, porque eran excelentes, el rey intentó darles una nueva oportunidad. ¡Como si ellos, no hubiesen entendido bien la orden del rey! Pero ellos rápidamente dijeron al rey Nabucodonosor: “No adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos ante su estatua de oro” y dijeron más: “Nuestro Dios, a quien adoramos, puede librarnos aún de las llamas del horno”. El rey entonces, ordenó calentar el horno ¡siete veces más! Los tres jóvenes fueron atados y arrojados a las llamas. El rey Nabucodonosor desafió al Dios del cielo, diciendo: “¿Qué Dios podrá salvarlos de mis manos?” El rey observaba lo que sucedía. De repente su rostro cambió. ¡Primero asombrado! ¡Después curiosísimo! ¡Hasta se levantó del trono! y entonces preguntó: ¿No arrojamos al fuego a tres hombres atados? Así es, le respondieron. Él dijo: ¡Pues yo veo cuatro hombres desatados que caminan en medio del fuego sin que les pase nada, y el cuarto hombre tiene el aspecto de un ángel! Inmediatamente el rey mandó sacar a los tres jóvenes del horno y todos se acercaron para ver lo que había sucedido. Y saben niños, sólo los

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cordones con que ellos habían sido atados se quemaron. Pero ni siquiera sus ropas tenían olor a quemado. El rey Nabucodonosor tuvo que comprender que sólo existe un Dios en el cielo que es Todopoderoso. El mismo Dios que protegió a Ananías, Misael y Azarías, es el Dios que te protege a ti y a mí hoy. Si tuviésemos que pasar por alguna prueba como pasaron aquellos jóvenes y permanecemos fieles, Él también nos protegerá. Cuando venga alguna dificultad, el ángel del Señor estará con nosotros. Vamos a orar y pedir que Jesús nos bendiga para que seamos siempre fieles y obedientes a su voluntad. (Hacer una corta oración).


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28. sóLo uno agradeció

¡La palabra: gracias, es muy linda! ¿Verdad? (Mostrar carteles con la forma en que se dice “gracias” en otros idiomas) Si van a Ucrania por ejemplo se dirá: “Iácullu” (la fonética). Esta es la historia de un hombre que dijo “gracias”. Cierta vez, Jesús viajaba con sus discípulos. Era un viaje largo en un camino polvoriento. De repente salieron a su encuentro diez hombres leprosos. Ver uno ya no resultaba agradable... ¡Imaginen diez! Nadie osaba aproximarse a un leproso. Las leyes de los judíos eran muy rígidas y claras al respecto. Si alguien tocaba a un leproso era considerado inmundo y el riesgo de contaminarse con esa terrible enfermedad también era grande. Así que ni los propios leprosos llegaban cerca de las otras personas. Cuando esos diez leprosos vieron a Jesús no se acercaron demasiado, pero clamaron: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”. Jesús sintió mucha pena de ellos y comprendió cuánto estaban sufriendo pues estaban heridos y no podían vivir en su propia casa, ni podían estar con su familia. En aquel momento Jesús decidió hacer una cosa maravillosa. Les dijo: “vayan a presentarse a los sacerdotes”. Esa era la costumbre, cuando alguien se sentía curado. Presentarse ante el sacerdote significaba que lo examinase y viese si realmente esa persona estaba curada y decidía si podía volver o no con su familia. Apenas escucharon a Jesús decir: “vayan a presentarse a los sacerdotes” salieron corriendo. Mientras iban agitadamente, uno de ellos miró sus manos y se llevó una gran sorpresa. ¡Sus heridas habían desaparecido! Todos se miraron unos a otros y vieron que estaban curados. ¡Estaban tan felices que no contenían su alegría! ¡Corrieron y corrieron! Pero uno de ellos... paró y pensó: “esto no está bien, tengo que volver para agradecerle a Jesús”. Así que comenzó a correr de regreso alabando a Dios a grandes voces. Al llegar, se arrodilló e inclinándose hasta el suelo dijo a Jesús: “¡Gracias, muchas gracias!”. -¿Acaso no eran diez los que quedaron curados y limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? Únicamente este extranjero ha vuelto para agradecer a Dios,” dijo Jesús - (Puede ser voz in off) ¡Qué importante es la gratitud! Debemos aprender desde pequeños

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a ser agradecidos. Jesús desea que siempre, siempre, seamos agradecidos. Agradecidos a Jesús, a nuestros padres, a nuestros profesores, a nuestros amiguitos y a todos los que están a nuestro alrededor. Aprendamos a decir siempre como aquel hombre: ¡Muchas gracias! ¿Vamos a decir juntos? ¡Muchas gracias! (Para esta historia podemos usar prendedores de ropa para representar a los diez hombres. Si quieren pueden pintarlos para que se vean llenos de manchas como los leprosos. Pueden usar prendedores con rostros felices para representar al hombre agradecido y distribuir a los niños. Los prendedores deben ser de madera para pegar mejor. De plástico no pegan).


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29. pan para eL profeta

¡Buen día niños! (Mostrar tierra muy seca y preguntar) ¿Creen ustedes que una semillita podría crecer en esta tierra? ¿Por qué? (Permitir respuestas) Hoy disfrutaremos de una de las historias más lindas que hay en la Biblia, que nos cuenta de una época cuando no llovió. ¿Recuerdan quién era Elías? (Permitir respuestas) ¡Exacto! Era un profeta de Dios y él siempre obedecía al Señor. En ese tiempo los israelitas se habían olvidado de Dios. Muchos de ellos adoraban ídolos. El mismo rey y la reina adoraban a Baal. Cuando estas cosas sucedían, ellos dejaban de recibir las bendiciones de Dios. A veces recibían algún castigo en señal de que Dios no estaba de acuerdo con las cosas malas que hacían. Hubo una gran sequía, no llovió por mucho, mucho tiempo. Las plantaciones se secaron y la tierra ya no producía más los alimentos pues había muy poca agua. La reina Jezabel imaginaba que todo eso era culpa del profeta Elías y decidió destruirlo. Entonces, el Señor le dijo a Elías que se escondiera en un lugar donde nadie lo encontraría, ni siquiera el rey, ni la reina. Pasó el tiempo. El Señor volvió a hablar. Esta vez, Elías debía ir a un lugar llamado Sarepta, donde Dios ya había preparado una persona para ayudarlo. Elías fue por el camino. Anduvo… y anduvo... Estaba cansado, empolvado, transpirado y tenía mucha sed. ¡Por fin llegó a la pequeña población! Al llegar, vio una mujer que estaba juntando leña. La llamó y le dijo: Por favor, tráeme un poco de agua para beber. Cuando iba saliendo, él la llamó nuevamente y dijo: Por favor, tráeme también un pedazo de pan, tengo mucho hambre. Aquella mujer tuvo mucha pena del profeta y comenzó a explicarle que no tenía nada de pan cocido en su casa. Que apenas había salido para juntar algunas maderas para encender fuego, e iba a preparar un pancito para ella y su hijo y que luego no tendrían nada más para comer. - Sólo tengo esto: un puñado de harina y un poco de aceite. (Mostrar) Pero el profeta Elías tenía una promesa del cielo para ella, y le dijo: No tengas miedo. Ve a preparar un pan primero para mí y después harás para ti y tu hijo, porque el Señor, Dios de Israel dijo que no se acabará la harina de tu tinaja ni el aceite de la jarra, hasta el día en que el Señor haga llover nuevamente sobre la tierra.

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Aquella era una mujer que confiaba en Dios, de manera que obedeció. Fue y colocó harina en la vasija y amasó un delicioso pan (en este momento puede ir hablando y la protagonista ir mezclando los ingredientes en un pequeño recipiente, para que tengan noción de cómo ella hizo el pan). Amasó, amasó y asó su pancito. (Tenga un recipiente con un pequeño pan, para que los niños tengan idea de cómo era el pancito que ella hizo). Cuando volvió, vio con sorpresa que había más harina y más aceite en las vasijas. ¡Era maravilloso! Comprendió que el Dios de Israel estaba haciendo un milagro. Durante todo el tiempo que no llovió, no faltó harina ni aceite. ¡Qué recompensa maravillosa tuvo esa mujer! Porque confió en el Señor, Él la bendijo y el alimento nunca faltó en su hogar. Desde pequeños, podemos aprender a confiar en el Señor. (Si puede, prepare pancitos para distribuir a los niños al final del culto).


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30. una fiesta de Bodas

(Puede pedir una semana antes, fotos de casamiento. Será una verdadera sorpresa para los niños reconocer a sus padres) Voy a mostrarles algunas fotos de casamiento. ¿Los reconocen? ¿Qué es lo que más les gusta de una fiesta de casamiento? (Permita respuesta). Muchos quieren ver a la novia, otros a las damitas, otros quieren ver el arreglo de la iglesia y otros, muy golosos sólo piensan en los dulces y en la torta ¿no es cierto? ¡Pero todos están expectantes pues es un momento muy especial! La fiesta de bodas, aún en los tiempos bíblicos, era una cosa muy importante. Cierta vez, cuando Jesús vivía aquí en la tierra, fue invitado a una fiesta de casamiento. Su mamá también fue invitada. Jesús consideraba muy importante esta ocasión y fue con sus discípulos. Cuando llegaron había muchas personas, la fiesta ya estaba preparada y luego comenzaron a servir. Jesús conversaba con las personas y todos estaban satisfechos, hasta que de repente la madre de Jesús se acercó y le dijo en voz baja: “Ya no tienen vino”. Jesús respondió: “mi hora no ha llegado todavía”. Luego María les dijo a los que estaban sirviendo: “Hagan todo lo que Jesús les diga”. Allí habían seis tinajas de piedra que los judíos acostumbraban usar para el agua. Entonces Jesús les dijo: “Llenen de agua esas tinajas”. Ellos así lo hicieron. Ahora Jesús mandó probar al encargado de la fiesta. Este hombre, ya había probado el vino antes servido. Y cuando él probó... (Esta parte únicamente puede ser dramatizada)- ¿No acostumbran a servir el buen vino al comienzo? ¡Mmmm! ¡Este vino, fruto de la vid, tan puro, está excelente! Todos bebieron y la familia se libró de aquella situación difícil, pues no era muy bien visto que faltase jugo de uva, en una fiesta de casamiento. Este fue el primer milagro que Jesús efectuó aquí en la tierra y con este milagro inició su ministerio y los discípulos creyeron aún más en Él. Hoy, todavía Jesús quiere bendecir los matrimonios, nuestras familias. Si nosotros lo invitamos a nuestro hogar, Él siempre estará dispuesto a participar junto con nosotros. Vamos a recordar siempre a nuestros padres para hacer el culto familiar e invitar a Jesús para estar siempre con nuestra familia y seremos todos más felices. (Si tiene la oportunidad, puede darle a cada niño una botellita pequeña con un poco de jugo de uva).


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31. una niña veraz

Hoy quiero contarles la historia de una niña que decía la verdad. Una niña muy fiel a Jesús. La Biblia no nos dice cuál era su nombre. Ella vivía con sus padres en tierras de Israel. Cierto día, cuando todos los niños jugaban alegremente, de repente alguien dijo: - ¡Los sirios están llegando! ¡Escóndanse pronto! ¡Niños que no los encuentren! (dice alguien en forma agitada, dirigiéndose a los pequeños y sale) ¡No puede ser posible, pensaron los niños, nuevamente habrá guerra! Y todos corrieron, cada uno a su casa. Pero para algunos ya era demasiado tarde. Varios niños fueron capturados y llevados como prisioneros. Entre ellos, estaba nuestra pequeña también. Ella fue llevada a la casa del jefe de ejército sirio y quedó al servicio de la esposa de este hombre, llamado Naamán. Esta niña era diferente. No reclamaba, no respondía mal, cumplía muy bien con sus tareas y la esposa de Naamán comenzó a encariñarse con ella que había aprendido a ser bondadosa y veraz con sus padres. Y ahora que fue llevada a una tierra distante, no se había olvidado de esas buenas enseñanzas. Cumplía cada día con sus tareas, con dedicación y alegría, a pesar de extrañar mucho. Cierto día, cuando hacia sus tareas, notó que la esposa de Naamán estaba triste y le preguntó qué le sucedía. Ella que había guardado por mucho tiempo aquel secreto, le dijo que su esposo estaba con lepra. ¡Lepra! Ella sabía muy bien, que esa era una enfermedad terrible, pero recordó que en la tierra de Israel había un profeta que podría curarlo. ¿Sería esto posible? La señora de Naamán, decidió darle esta noticia a su esposo y la comitiva inició rápidamente el viaje a Israel. Primero vieron al rey y luego se dirigieron a la casa de Eliseo. Cuando llegaron, el profeta Eliseo envió un mensajero que dijo: “Ve y lávate siete veces en el rió Jordán, y así tu cuerpo quedará limpio de la lepra.” Naamán se puso furioso. ¿Acaso aquel río no era sucio y barroso? ¿No existían en su país ríos más limpios y mejores que aquel? Con prudencia sus ayudantes le dijeron: Señor, si el profeta le hubiera mandado a hacer algo difícil, ¿no lo habría hecho? ¡Entonces vaya y lávese en el río Jordán

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siete veces, que es una cosa fácil! Entonces descendieron al río y Naamán se sumergió en él. (Contar con los niños) Una, dos, tres... miraba su piel pero continuaba leproso. Se sumergió de nuevo, cuatro, cinco, seis y la séptima vez... Cuando salió del agua, su piel estaba limpia como la de un niño. ¡La lepra había desaparecido! Él se sintió muy feliz y volvió para agradecerle al profeta. Esta niña tan especial pudo ser utilizada por Dios, testificando con su vida. La Biblia nos anima a ser como ella que en todo lugar, aún entre los enemigos, mostró el amor de Jesús. En el cielo sabremos cuál fue su recompensa. Quizás fue devuelta a sus padres... no lo sabemos pero ella seguramente fue muy feliz, después que trajo felicidad a otros. ¿Te gustaría imitarla haciendo felices a quienes te rodean? (Orar con los niños)


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32 ¿vendedores en eL tempLo?

(Puede dramatizar “ventas” por diferentes personas. Por ejemplo: “Vendo Biblias”; “Vendo himnarios para cantar bonito” “Vendo folletos de Escuela Sabática”) ¿Les parece bien vender cosas dentro del templo? ¿Por qué? (Aguarde respuestas) ¡Exactamente! El templo es un lugar para la adoración. Veamos lo que sucedió hace mucho tiempo en un templo, donde Jesús estaba. Como estaba llegando la fiesta de la Pascua, todos iban al templo de Jerusalén a ofrecer sacrificios. Jesús y sus discípulos fueron también. Como mucha gente venía desde lejos era difícil para esas personas traer sus corderitos u otros animales para ser utilizados para las ofrendas. Entonces, algunos comenzaron a vender animales por el camino, cerca del templo y hasta ¡dentro del templo! El templo de Jerusalén debía ser un lugar sagrado y respetado. Debía haber reverencia, pues las personas debían sentir que la presencia de Dios estaba allí, así como aquí, en nuestra iglesia. Pero, con el pasar del tiempo ese respeto y esa reverencia fueron disminuyendo. Ahora, estaban aquellos vendedores con sus animales haciendo ¡mucho, mucho ruido! ¡Corderos balando, novillos mugiendo y palomas arrullando dentro del patio del propio templo! (Puede pedir a los niños que hagan por grupos los diferente sonidos, todos a una vez cuando usted lo indique) ¡Aquella situación tornaba el templo, un lugar muy bullicioso! El silencio y la reverencia ya no existían más allí. Los sacerdotes necesitaban hablar cada vez más alto y nadie conseguía escuchar casi nada. Otras personas precisaban cambiar su dinero por la moneda del templo. Y estaban también aquellos que discutían el precio de los animales ya que eran vendidos muy caros. (Sonido de monedas). ¡Parecía un mercado! En medio de todo ese movimiento Jesús y sus discípulos llegaron a Jerusalén y observaron toda aquella algarabía. Jesús sintió que no era posible continuar de esa manera y retiró todos aquellos animales y aquellas mesas llenas de monedas. Está escrito en la Biblia. Veamos qué dice Juan 2:16 “¡Saquen esto de aquí! ¡No hagan un mercado de la casa de mi Padre!”. Los animales quedaron libres y en un momento volvió a reinar el silencio en aquel lugar. Jesús comenzó a curar a los enfermos y atender a

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todos los que lo buscaban. Los niños estaban también allí, disfrutando de la compañía y enseñanzas de Jesús. ¡Todo había cambiado, qué agradable era ahora estar dentro del templo! Saben, hoy también debemos ser reverentes como a Jesús le agrada. En el momento de culto divino debemos estar quietitos al lado de nuestros padres, no hablando o moviéndonos. Además en la oración debemos cerrar los ojos y colocarnos de rodillas para hablar con Dios. Jamás dejar sucio los bancos, sino limpios como los encontramos. Si vemos a algún amiguito que no lo está haciendo así, debemos ayudarlo con el ejemplo. ¿A cuántos de ustedes les gusta ser niños reverentes que agradan a Jesús y dejan orgullos a sus padres por su buen comportamiento? ¿Puedo ver las manos en alto? Así podremos sentir lo que dice el Salmo 122: “Me alegré con los que me decían: vamos a la casa del Señor”.


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33. ¡La aLegría de zaqueo!

Su nombre significaba: Puro, pero él era un ladrón. Su historia se encuentra en el libro de Lucas capítulo 19. Este relato nos muestra de manera clara, ¡cuánto Jesús nos ama a pesar de nuestros pecados! ¡Cómo Jesús vino a este mundo para salvar al pecador; no importa cuán malo haya sido; si se arrepiente de corazón, Jesús está dispuesto a perdonarlo y dejarlo puro, sin manchas! “Puro...” ¿Saben de quién estoy hablando? De Zaqueo, el hombre bajito. Sí, ese que era el encargado de cobrar los impuestos a su pueblo, los israelitas, para dárselo al gobierno romano. ¡Esto era el colmo! Y todavía más, los recaudadores de impuesto muchas veces cobraban más impuestos de lo que debían y se quedaban con la mayor parte del dinero que recogían. Zaqueo no era diferente y cuando recibía el dinero, una parte iba para el gobierno romano y la otra parte iba para su bolsillo. ¡Robaba! Pero, a pesar de ser muy rico y tener todo lo que deseaba, no era feliz. Faltaba alguna cosa en su vida. Faltaba Jesús en su corazón. Cierto día, Zaqueo escuchó comentarios sobre Jesús. Escuchó que el Maestro, ayudaba a las personas, curaba a los enfermos y hasta perdonaba a los pecadores. Zaqueo quiso conocer a Jesús. Quién sabe esto haría la diferencia en su vida. Y no pasó mucho tiempo, hasta que Zaqueo escuchó una de las noticias más sorprendentes: ¡Jesús estaba en Jericó, la ciudad donde él vivía! Entonces pensó: ¡es mi oportunidad! Jesús se estaba acercando junto con una gran multitud. Como Zaqueo era bajito no podría verlo, ni aproximarse. ¡Entonces se le ocurrió una brillante idea! En el camino por donde Jesús pasaría había un gran árbol. Zaqueo decidió subirse a sus ramas. Desde allí arriba tendría una vista óptima, estaría escondido entre los follajes y nadie notaría que estaba allí. Pero Zaqueo estaba equivocado, pues Jesús podía ver donde él estaba. Cuando la multitud se aproximó, Zaqueo contuvo la respiración y quedó lo más quieto posible, con los ojos bien abiertos para ver y oír a Jesús. (Hable con suspenso y voz baja) Estaban exactamente debajo de la rama en que Zaqueo estaba sentado. Jesús se detuvo, miró hacia arriba y lo llamó. ¡Zaqueo no podía creer lo que estaba escuchando! Jesús le dijo que iría a hospedarse en su casa aquella noche. ¡Qué maravilla! Él había subido a un árbol para poder verlo y ahora, ¡Jesús estaba diciendo que iría a visitarlo!

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Zaqueo bajó del árbol tan de prisa, que casi se cayó. Ahora caminaba al lado de Jesús rumbo a su casa. En realidad no sabemos lo que Jesús habló con Zaqueo, pero después de ese encuentro, muchas cosas cambiaron en su vida. ¡Sería una persona diferente! Zaqueo no robaría más y devolvería cuadriplicado o sea, cuatro veces más, todo lo que había robado antes. Ahora, el corazón de Zaqueo rebosaba de alegría, no le faltaba nada más. Jesús era todo lo que Zaqueo necesitaba, y ¿saben lo que dijo Jesús? “Hoy la salvación ha entrado en esta casa”. Niños, Jesús es todo lo que necesitamos en nuestra vida. Si dejamos que Él entre en nuestro corazoncito, así como hizo Zaqueo, seremos las personas más felices. Vamos a orar, pidiéndole que limpie nuestro corazón de todo pecado y lo deje puro. (Hacer una corta oración enfatizando la pureza de corazón).


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34. de perseguidor a predicador

Cuando Jesús se fue al cielo, 40 días después de su resurrección, los discípulos comenzaron a predicar el evangelio con mucha alegría y predisposición. Enseñaban en las sinagogas, iban de casa en casa, predicaban sermones y muchas personas se convertían. Creían que Jesús era realmente el Hijo de Dios que había venido al mundo. Sin embargo, a los sacerdotes y fariseos no les gustó nada y comenzaron a perseguir y prender a aquellos que predicaban sobre Jesús. Uno de esos perseguidores se llamaba Saulo que muy enojado decía:- ¡Estos cristianos, están por todas partes! ¡Predican y predican de Jesús! ¡Terminaré rápido con todos ellos! Aunque él era uno de los fariseos, doctores de la ley, no comprendía que Jesús había venido a este mundo para salvar a las personas, inclusive a él. Saulo se acordaba bien de un hombre cristiano llamado Esteban. Cómo había sido apedreado y murió confiando en Dios. Él pensaba y reflexionaba sobre estas cosas, pero parece que su mente no lograba comprender. (Saulo sentado, pensando y negando con la cabeza).- Iré a Damasco; dicen que en esa ciudad hay muchos cristianos. ¡Los capturaré a todos! (Sale con decisión) Una mañana, bien temprano reunió algunos soldados para que fuesen con él y partieron camino a Damasco. Saulo no sabía que aquel, sería un día muy especial en su vida. Dios tenía un plan distinto para él. Pensaba que con lo que hacía, estaba agradando a Dios. Rumbo a Damasco, cuando iban por el camino, de repente una luz muy brillante apareció. Era una luz tan fuerte que Saulo quedó ciego y acabó cayendo del caballo en el que iba montado. Enseguida, escuchó una voz que decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Saulo se sorprendió mucho, pero como era de corazón sincero, reconoció aquella voz, que no era otra sino la de Jesús. Inmediatamente él respondió: “¿Quién eres, Señor?” La voz le contestó: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que debes hacer.”

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Cuando Saulo se levantó del suelo, estaba ciego por aquella luz brillante que había visto. Los soldados lo guiaron tomándolo de la mano y lo llevaron hasta la ciudad. Pasaron tres días. La Biblia dice que Saulo oraba porque queria saber cuál era la voluntad de Dios para su vida. Dios mandó a un hombre cristiano llamado Ananías que al entrar en la casa, puso sus manos sobre él, y le dijo: - Hermano Saulo, el Señor Jesús me ha mandado para que recobres la vista. Y en ese momento volvió a ver, ¡no estaba más ciego! Después fue bautizado y enseguida comenzó a predicar sobre Jesús. Las personas que lo escuchaban se preguntaban: ¿Cómo sucedió esto? ¿No es este el que andaba persiguiendo a los cristianos y ahora es cristiano? Algunos tenían miedo y creían que todo era un engaño. Pero poco a poco fueron comprendiendo que Jesús había transformado su corazón. Ahora no se llamaba más Saulo, sino Pablo. Cuántos de ustedes, que aunque son pequeños aman a Jesús, quieren también preguntarle ¿Jesús qué quieres que yo haga? Él se los indicará, no lo duden.


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35. saLomón reciBe una visita

¿Vamos a recordar qué sabemos de Salomón? (Permitir respuestas) ¡Muy bien! Salomón fue el tercer rey de Israel. Él era hijo de David. Salomón fue un rey muy sabio. Cuando comenzó a reinar, pidió a Dios sabiduría para poder conducir al pueblo de Israel. El Señor lo bendijo en gran manera e Israel fue muy próspero y hubo paz en todo el reino. La fama de la sabiduría de Salomón se extendió por todas partes. Personas de lugares muy lesanos querían ver y oír más de la sabiduría de Salomón y de la riqueza de su reino. Entre esas personas que querían conocer al rey Salomón se encontraba una reina que vivía en tierras de Sabá. La Biblia no dice su nombre, apenas la llama: “la reina de Sabá”. Ella con algunos de sus súbditos se dirigieron hasta el reino de Israel para encontrarse con el rey Salomón. Llevaron muchos regalos para Salomón: oro, especies y piedras preciosas. Ella tenía dudas de los comentarios que oía sobre este rey, así que decidió probarlo con preguntas difíciles. Saben, en la Biblia nos dice, que para todas sus preguntas el rey Salomón tuvo respuestas oportunas y sabias. Nada de lo que ella preguntó era realmente muy difícil para Salomón, pues era muy sabio. También observó la casa que Salomón había construido, la comida que era servida en su mesa, sus oficiales, sus criados y la ropa que vestían. También quedó muy impresionada con los servicios del templo. La Biblia dice que estaba asombrada y le dijo al rey Salomón: - Lo que escuché en mi país acerca de tus hechos y de tu sabiduría, es verdad; pero sólo he podido creerlo ahora que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me habían contado ni la mitad, pues tu sabiduría y tus bienes son más de lo que yo había oído. ¡Qué felices deben sentirse tus siervos que siempre están a tu lado escuchando tus sabias palabras! ¡Bendito sea el Señor tu Dios, que te vio con agrado y te entregó este reino para que gobiernes sabiamente sobre él! Luego entregó ella todos los regalos que había traído para el rey Salomón. Y el rey Salomón también le dio todo lo que ella quiso, además de lo que él le regaló personalmente. Después la reina regresó a su país con sus siervos.

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Niños, mientras Salomón sirvió a Dios su reino prosperó y tuvo muchas riquezas. También tuvieron paz en todos los lugares del reino. Salomón pudo testificar del gran amor de Dios por su pueblo a esos extranjeros. Y así como Salomón fue bendecido en aquel tiempo, nosotros también hoy podemos serlo y testimoniar del amor de nuestro Dios para con las personas. (Puede preparar un trono y a medida que vaya contando la historia entrarán Salomón y la reina de Sabá con sus súbditos que también estarán vestidos de acuerdo con las costumbres de aquel tiempo).


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36. un cesto por encima deL muro

¿Qué se lleva en un cesto? ¿Hay alguno en tu casa? (Mostrar y permitir respuestas) ¿Alguien quiere meterse adentro de esta canasta? (Permítales) Esta es la historia de un hombre que fue colocado en un cesto, claro está, mucho más grande que este. ¿Para qué? Escuchemos atentamente la historia. Saulo, era un joven que desde muy temprano fue enseñado por los doctores de la ley que vivían en aquel tiempo. Él no creía que Jesús era el Hijo de Dios. No estaba de acuerdo con aquello que otros pensaban. Sólo estaba bien, lo que a él le parecía, entonces comenzó a perseguir a aquellos que creían diferente. Pero un día se encontró con Jesús. Él estaba yendo a Damasco, justamente para prender a aquellos que creían en Jesús. Pero después de ese encuentro Saulo cambió. Hasta cambió de nombre, ya no se llamaba más Saulo, ahora era Pablo. Y aquel joven que antes perseguía a los cristianos, ahora estaba enseñando sobre Jesús. Iba a la sinagoga, la iglesia de aquel tiempo, para contar a los demás, cómo su vida había cambiado. Las personas desconfiaban de Pablo. No creían en él y decían que estaba tratando de engañar a las personas, para después prenderlas. ¡Pero sí, era verdad! Pablo creía en Jesús y estaba predicando sobre Él. Nadie creía en Pablo, ni los judíos ni los cristianos. A los judíos, no les agradó ni un poquito que Pablo estuviese hablando sobre Jesús y ¿saben lo que ellos decidieron hacer con él? (Hablar despacio, como en secreto) ¡Decidieron matarlo! ¿Cómo harían esto? Escuchemos: (dos o tres conversan secretamente)- Colocaremos guardias en las puertas de la ciudad, de día y de noche, para que Pablo no pueda salir de aquí. - ¡Debe ser un secreto que guardaremos muy bien! (Se lleva el dedo a los labios simulando pedir silencio) Pero ellos no sabían que Dios tenía otros planes para la vida de Pablo. Él llegaría a ser un gran misionero para Jesús. En aquel momento Pablo y sus amigos oraron y le pidieron a Jesús

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que los ayudase a tener una idea para sacar a Pablo de la ciudad, porque los guardias estaban esperándolo para prenderlo y matarlo. Entonces, sus amigos, decidieron ponerlo en un gran canasto sujetado con cuerdas y bajarlo de noche, por la muralla de la ciudad. Estaba oscuro y nadie vio cuando Pablo salió. Inmediatamente Pablo desapareció en aquella noche oscura y Dios lo dirigió hacia otro lugar donde podría ser libre y continuar su misión. En nuestra vida también los ángeles están siempre a nuestro lado cuidándonos y guardándonos. Solamente necesitamos confiar en Jesús. Él siempre nos ayuda aún en los momentos de dificultad. ¿Creen en eso? Todos los que así lo crean, pueden sonreír. (Puede preparar un pequeño cesto con cuerdas y colocar dentro un muñeco pequeño representando a Pablo. Use una tabla para representar el muro por donde bajaron el cesto).


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37. en eL camino a emaús

Los israelitas habían celebrado la fiesta de la Pascua. Todos los que viajaron para Jerusalén habían regresado a sus hogares. Pocos estaban en el camino cerca de Jerusalén. Sin embargo, todos ellos volvieron muy tristes, porque muchos de aquellos adoradores tenían la esperanza de ver a Jesús. Algunos, incluso habían llevado enfermos para que fuesen curados. Pero nada de eso había sido posible. Los sacerdotes, los príncipes y los romanos, habían crucificado a Jesús. Estaba muerto y sepultado. Dos de esas personas tristes regresaban a su casa una tarde. Iban conversando sobre los acontecimientos del fin de semana. Cuando uno está triste esta cabizbajo. (Indicar con el gesto) Tal vez fue por eso o porque ya estaba anocheciendo, que no descubrieron de inmediato, algo maravilloso. Mientras caminaban, una persona más caminaba a su lado. Notaron que ese Viajero, estaba interesado en todo lo que ellos conversaban. Se preguntaban cómo él ¡sabía tan poco de los acontecimientos, tan importantes, del fin de semana! Pero el límite de su asombro llegó, cuando Aquel Viajero les preguntó por qué estaban tristes. Ellos pacientemente le contaron lo que había sucedido en Jerusalén. (Puede representar) En ese momento el “extraño” comenzó a explicarles cómo las Escrituras mostraban que era necesario que todo sucediera de esa manera. Los dos seguidores de Jesús estaban tan interesados en aquello que el Viajero les mostraba en la Sagradas Escrituras que ni se dieron cuenta que estaban llegando. Invitaron a “su nuevo Amigo” para cenar con ellos. Prepararon la mesa, se sentaron y “El Viajero” tomó el pan y dio gracias. En aquel momento miraron las manos de Aquel, que creían un desconocido... ¡y no lo podían creer! ¡Era Jesús quien había viajado al lado de ellos por el camino! Quisieron abrazarlo pero Él desapareció. Ellos se quedaron tan felices que ya no querían más comer. La noticia era tan maravillosa, que volvieron rápidamente a Jerusalén para contarla a los discípulos. El camino era muy feo, lleno de piedras; querían llegar lo más rápido posible y se tropezaban, se resbalaban, casi se caen, pero no se detuvieron. Ni notaron que el mismo viajero que hizo con ellos el camino de ida, estaba ahora regresando con ellos cuidándoles por el camino para que no se lastimen

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al caer en medio de las piedras. Como un Viajero Oculto, que confortaba a sus seguidores en aquel momento, también hoy Jesús quiere confortar a cada uno de nosotros. Él espera que confiemos en las promesas que nos hizo, especialmente en aquella promesa que vendrá por segunda vez a esta tierra. ¡Ese momento está muy próximo! Jesús ya está volviendo. ¿Estaremos listos para ir con Él a vivir al Hogar que fue a preparar para nosotros? (Puede obsequiar dos huellas recortadas en cartón y atadas con un pedacito de lana, como recordativo de que Jesús siempre va a nuestro lado, listo para animarnos y cuidarnos).


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38. eL hiJo pródigo

En una hacienda muy bonita, llena de terneritos, cabritos y otros animalitos, vivía una familia con dos hijos. Había también muchos empleados, pues el trabajo de hacienda era para muchas personas. Los niños ayudaban al papá, quien sabe hasta aprendieron a ordeñar, a pastorear las ovejas y así fueron creciendo hasta volverse dos jóvenes fuertes. Un día, el más joven de ellos, comenzó a pensar que estaba cansado de vivir allí en la hacienda. Tenía ganas de ir a vivir a la ciudad, conocer a otras personas, en fin, tener otros amigos. En realidad niños, él ya no quería obedecer más las órdenes de su padre. Ya no le gustaban los cultos en familia y todo le parecía aburrido. Hasta que cierto día, cuando llegó del campo fue directo a donde estaba su papá y le dijo: - Padre, esta vida no es para mí. Ya no quiero cuidar la hacienda, no me gusta. Yo quiero conocer otros lugares, viajar, disfrutar y no recibir más ningún consejo. Yo soy joven, quiero vivir la vida a mi modo. Me gustaría que me des la parte de la herencia que me pertenece, porque estoy decidido a irme hoy mismo. (Sale con decisión) Su padre quedó muy triste. Pero no hubo forma de convencerlo para que se quede. Su papá le dio lo que él pedía, se despidió y viajó lejos, muy lejos. No tardó en encontrar amigos. Claro, tenía dinero y siempre pagaba las cuentas, siempre estaban yendo de fiesta en fiesta. Y pensaba que así era más feliz. Lo que no notó era que aquellos amigos no lo eran de verdad. Eran sus amigos apenas porque tenía dinero. Pero algo sucedió: su dinero se acabó. ¿Saben lo que esos falsos amigos hicieron? ¡Se fueron, de-sa-pa-re-cie-ron! Tiempo después, comenzó una gran hambre en aquella tierra. Nadie encontraba trabajo y las cosas estaban cada vez más difíciles. El único trabajo que encontró fue cuidar cerdos. ¡Uff! ¡Cuidar cerdos! ¡Olían tan mal! ¡Qué vida difícil para aquel joven! ¡La hacienda de su padre era tan bonita y tan limpia! Todos los empleados tenían buen alimento y él allí muriéndose de hambre. ¡Tenía tanta hambre que incluso tenía ganas de comer la comida de los cerdos! Durante todo ese tiempo pensó en su casa que estaba tan distante; recordó cuán malo había sido cuando su papá lo aconsejó y él no quiso oír.

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Pero, finalmente, un día se decidió: - Regresaré a la casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme tu hijo; trátame como a uno de tus trabajadores. ¡Sí, regresaré ahora mismo! (Puede dramatizar, cómo el hijo pródigo, vestido con harapos, ensaya lo que le dirá a su padre. Luego sale con el rostro feliz) El camino de vuelta fue largo. Llevó muchos días, pero al fin pudo ver a lo lejos, su querido hogar. Todos los días, su padre se sentaba a la puerta mirando el camino por el cual, esperaba que su hijo regresara. ¡Cuánto lo amaba y extrañaba!Hasta que una tarde ya casi oscureciendo (haga una pausa) el padre vio a alguien viniendo. Su corazón palpitaba cada vez más fuerte a medida que se acercaba. ¿Sería posible? Miró detenidamente y ya no tuvo dudas. ¡Era su hijo! Se levantó de su silla y fue corriendo a su encuentro. Lo recibió con abrazos y besos. Llamó a sus siervos y ordenó que preparasen un gran banquete. ¡Qué alegría sintió! Jesús, como el padre de nuestra historia, siempre nos espera con los brazos abiertos. ¿Iremos siempre a Él?


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39. eL homBre que tuvo un sáBado muy feLiz

Hay días realmente felices en nuestra vida. ¿Verdad? (Permitir comentarios). Un día en que nos sentimos muy felices es el sábado. Esta es la historia de alguien que tuvo ¡un sábado inolvidable! Cuando Jesús vivió en la tierra iba a la iglesia los sábados, así como nosotros venimos hoy. La iglesia de aquel tiempo se llamaba sinagoga. Repitan conmigo: sinagoga. Muy bien, así se llamaba. Cierto sábado, Jesús fue a la sinagoga y mientras enseñaba a las personas, entre la multitud se encontraba un hombre que tenía una de las manos encogidas. Los sacerdotes, observaban a Jesús atentamente (dramatizar)- ¿Será que Jesús va a sanar a aquel hombre en el día sábado?- ¿Se animará? ¡No lo creo! Pero veamos lo que va a suceder. Para ellos este hecho era un trabajo y por lo tanto no debería ser realizado en sábado. Pero Jesús conocía muy bien el pensamiento de aquellos sacerdotes y sabía que ellos estaban buscando algún motivo para condenarlo. Entonces Jesús le dijo a aquel hombre: “levántate y ven…” El hombre, se levantó y permaneció en pie. Ahora Jesús preguntó a todos: “¿Está permitido sanar a un enfermo en sábado? ¿Salvar la vida o dejarla perecer?” Pero aquellas personas no respondieron nada. Estaban todos en silencio. En ese momento Jesús le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El hombre la extendió y quedó curado. Su mano, estaba ahora tan sana como la tuya y la mía. (Mirándolas) ¿Qué creen que hicieron aquellos que observaban a Jesús? Estaban muy enojados y conversaban entre ellos para decidir lo que harían con Jesús. Creían que Jesús estaba transgrediendo el sábado, esto quiere decir, que estaba “trabajando” en sábado. ¡Estos sacerdotes estaban tan apegados a las leyes de aquel tiempo! ¡Leyes que ellos mismos habían establecido y no conseguían entender que hacer el bien, curar a un enfermo, ayudar a alguien que necesita ayuda, no era un trabajo sino un acto de amor! ¿Y nosotros, cómo guardamos el sábado? ¿Para nosotros el sábado es un día feliz? ¿Cómo nos preparamos para recibirlo? Debemos cuidar desde el primer día de la semana para que cuando llegue el viernes por la tarde, todo esté listo para recibir el sábado. Debemos guardar nuestros

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juguetes, debe estar cada cosa en su lugar, para que todo esté bien arreglado. Las mamás preparan alimentos sabrosos, lo que más nos gusta comer y a veces invitamos a alguien para almorzar, ¿no es cierto? Después que almorzamos y descansamos un poco, a lo mejor mamá nos lleva a visitar a algún amiguito que no haya venido a la escuela sabática, o a alguien que esté enfermo. O tal vez llevamos folletos y revistas para personas que no conocen a Jesús. También podemos hacer un paseo por la naturaleza y observar las cosas que Jesús creó. Y cuando el sol ya se está escondiendo, sentimos que tuvimos un día muy feliz. Entonces será hora de cantar, orar y agradecer por el hermoso sábado y también para pedirle a Jesús que nos dé una buena semana en su compañía. Vamos a decir todos juntos tomados de las manos: “¡El sábado es un día feliz!”


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40. eL homBre que anduvo con dios

Amiguitos hoy hablaremos acerca de un hombre que anduvo con Dios. Ustedes se estarán preguntando: ¿Cómo alguien puede andar con Dios? Todos nosotros podemos andar con Dios, así como ese hombre. La Biblia dice que él perteneció a la séptima generación después de Adán. ¿Saben cómo se llamaba? Su nombre era Enoc. En aquel tiempo las personas vivían mucho, mucho tiempo más de lo que nosotros vivimos hoy. Adán por ejemplo, vivió 930 años. Es mucho tiempo ¿no creen niños? Pero la Biblia nos habla de otras personas que también vivieron mucho tiempo. El tatarabuelo de Enoc se llamaba Enós y vivió 905 años. El bisabuelo de Enoc se llamaba Cainán y vivió 910 años. El abuelo de Enoc se llamaba Mahalalel y vivió 895 años. El padre de Enoc se llamaba Jared y vivió 962 años. Cuando Enoc nació él era muy joven todavía, tenía 162 años. (Muestre estos nombres y edades con números de tres cifras por escrito, para que los niños participen de la lectura).- ¿Por qué las personas vivían tantos años en aquel tiempo? - ¡El propio Enoc cuando tuvo su primer hijo tenía 65 años de edad! - ¡Hoy con esa edad, muchos ya están jubilados y con muchos nietos! (Con la participación de diferentes pequeños) Enoc, estaba cuidando de su primer hijito. Enoc amó tanto a su bebé que a medida que él crecía, comprendía cada vez más y más el amor de Dios por sus hijos, nosotros. Cada día quería más y más hacer la voluntad del Padre que está en el Cielo. Las personas a través de los años, fueron acumulando muchos, muchos pecados y desobediencias. Por tal motivo, Enoc, estaba muy triste. ¡No podía comprender tanta maldad! En aquel tiempo Enoc trataba de enseñar le a ese pueblo sobre el amor de Dios y también la promesa de que un día vendría un Salvador. Muchas veces Enoc se retiraba para un lugar aislado, solitario, donde podía orar y sentir la presencia de Dios. Cuando regresaba, estaba más fuerte, más revigorizado para predicar y las personas también notaban en su rostro que había estado en comunión con Dios. Los años pasaron, Enoc estaba con 365 años, o sea que su hijo tenía... ¡muy bien, 300 años! Un día, Enoc salió a uno de esos retiros de oración y permaneció en comunión con Dios. El Señor le habló y le dijo algo más o menos así:

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- Enoc estás tan cerca del cielo y los que te rodean tan lejos del cielo, ven a vivir conmigo. (Puede colocar voz in off). Niños, Dios llevó a Enoc al cielo, para vivir con Él. ¡Imaginen qué hermosura! Enoc era tan puro, tan santo que fue llevado directo al cielo. Él no murió como las personas mueren, para un día resucitar cuando Jesús vuelva. ¡Fue vivito directo al cielo! Sus familiares debieron buscar en los lugares donde él acostumbraba hacer sus retiros para orar, pero no lo encontraron porque Dios se lo había llevado. Y comprendieron que Enoc estaba en el cielo. Ya pasaron muchos, muchos años desde que Enoc se subió al cielo. Hoy nosotros tenemos la misma esperanza: llegar al cielo. Necesitamos estar listos porque en breve Jesús volverá a esta tierra. ¿Quieren estar listos? ¡Vamos a orar para pedirle a Jesús que vuelva pronto y nos lleve a vivir con Él!


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41. ¡Lo LLamaron risa!

¿Quién tiene un hermanito pequeño en casa? o ¿La mamá de alguno de ustedes está esperando un bebé? ¡Esto es maravilloso! Cada uno de ustedes fue esperado por la mamá y por el papá con mucho amor. Mientras ustedes estaban guardaditos dentro del vientre de mamá, sus padres conversaban y planificaban cómo sería la vida de ustedes, qué necesitarían comprar y cómo sería el cuarto de ustedes. A veces algunas familias hasta piensan en mudarse a una casa o departamento mayor. Seguramente, su mamá muchas veces acariciaba su vientre y conversaba bajito con ustedes, imaginando como sería su carita. Sus padres planearon cómo enseñarles sobre el amor de Jesús. Algunos visitaron la clase de cuna para ver cómo se les enseña a los niños sobre Jesús, y también para tener la seguridad de que su hijito, estaría allí, en un buen lugar. El tiempo pasó y ustedes nacieron. Sin duda, sus padres también pensaron en un nombre bien bonito para cada uno. (Al mencionar algunos de los nombres, ellos deben ponerse de pie) ¡Fueron todos, elegidos con mucho amor! La Biblia nos cuenta también la historia de una familia que quería mucho, mucho tener un bebecito. Pero ya tenían bastante edad. Hasta habían perdido la esperanza de ser padres. Ellos eran: Abraham y Sara. Cierto día, Abraham recibió una visita celestial. Dios le comunicó que un bebecito vendría a alegrar su hogar. Abraham dudó. ¿Sería posible? Recordemos que él ya tenía 99 años de edad y Sara 90. Sara, que estaba escondida en su carpa, escuchó lo que dijeron los visitantes y pensó: ¡Cómo voy a tener un bebé si ya soy una anciana! Y se rió. La noticia se expandió por todo el campamento. Ese fue el tema de varios días. Nadie hablaba de otra cosa y todos estaban muy felices. Y, como las promesas de Dios nunca fallan, en el tiempo exacto en que le había sido indicado a Abraham, Sara tuvo su precioso bebé. Lo llamaron risa o sea Isaac. Pronto reinó la alegría en aquel campamento. Imaginen eran más de mil personas, pues Abraham tenía muchos siervos. Cuidaban de sus animales y otros se encargaban de los demás trabajos. Todas esas personas iban agregándose a su campamento. ¡Por eso era muy numeroso! Isaac fue creciendo. Llegó a ser un niño sano, fuerte y obediente. Sus padres lo amaban así como papá y mamá aman a cada uno de ustedes

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también. Isaac fue llamado hijo de la promesa, que quiere decir que el niño había sido prometido por Dios. Creció en los caminos del Señor así como su padre Abraham. Nosotros también necesitamos crecer en los caminos del Señor para que también podamos recibir las promesas de Dios, que ya fueron dadas en la Biblia para nosotros. Jesús nos dejó una promesa maravillosa y es que fue a preparar un hogar para todos nosotros. ¿Cuántos quieren vivir en aquel maravilloso hogar celestial que Jesús fue a preparar? Vamos a orar para que Él nos ayude a encaminarnos siempre en dirección a ese Hogar. (Cuando diga: Sara tuvo un bebé, puede colocar la grabación de un bebé llorando o presentar un bebé de juguete que llora. Puede también aparecer una señora vestida con ropas de los tiempos bíblicos con un bebé en los brazos. Use su creatividad y cause sorpresa. Haga todo de manera planificada, recordando no pasar del tiempo establecido).


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42. pedro, un pastor

Vamos a hacer algunas adivinanzas bíblicas para saber sobre qué discípulo vamos a oír hoy. 1. Era pescador. 2. Su hermano se llamaba Andrés. 3. Era muy impulsivo. 4. Negó a Jesús después que el gallo cantó. ¡Muy bien! Estoy pensando en el apóstol Pedro.(Puede elaborar fichas con las preguntas, para ir sacando y respondiendo). Cierto día, Pedro que siempre había sido muy valiente, tuvo miedo. Sucedió en un día muy triste, cuando varios hombres crueles tomaron a Jesús y lo llevaron preso. En aquel instante Pedro tuvo miedo de ser preso también y cuando alguien lo señaló como uno de los amigos de Jesús, inmediatamente, lo negó. Repitió por tres veces que no era amigo de Jesús. Sin embargo, el propio Jesús le había dicho a Pedro lo que sucedería. Cuando Pedro recordó eso, que lo negaría, se quedó muy triste y se puso a llorar amargamente. Los días pasaron y después que Jesús murió y resucitó, nuevamente se les apareció a sus discípulos. En esa ocasión, junto al lago, Jesús preguntó a Pedro: - Pedro, ¿me amas? - Sí Señor, tú sabes que te amo – respondió Pedro. Tres veces Jesús hizo esta pregunta a Pedro, y tres veces Pedro respondió que lo amaba. Entonces Jesús le dijo: “Cuida mis corderos”. ¿Quiénes eran esos corderos? Eran las personas de aquel tiempo que buscaban a Jesús y que estaban sin rumbo. Pedro se sintió responsable por aquella tarea y entendió cuál era su deber por eso pasó el resto de su vida trabajando y predicando de Jesús. Pedro predicaba, enseñaba y recibió poder hasta para curar y resucitar muertos. ¡Esto era un gran trabajo! Hoy no es diferente. Jesús continúa llamando a las personas para su trabajo. Algunos aceptan, otros no. Pero existe un grupo muy especial de personas que pasan su vida trabajando para Jesús. ¿Saben quiénes son? Son los pastores. Ellos, junto con sus esposas, dedicaron sus vidas para trabajar en favor de Jesús. Cuidan de las personas de la iglesia, de todo lo relacionado con la iglesia y también de aquellas familias que no son de la iglesia, quieren conocer a Jesús y estudiar la Biblia. Visita a las personas tristes y les da palabras de aliento, visita a los

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enfermos y ora con ellos. Un pastor se preocupa tanto con sus ovejas que a veces pasa horas y horas en su casa, suplicando a Dios de madrugada por esas personas. Un pastor también bautiza, prepara sermones para predicar en las iglesias y a veces ayuda a resolver problemas que surgen en las iglesias y hasta en las familias. Por eso algunos pastores de la Biblia eran llamados: “Hombres de Dios”. Hoy es el día del pastor. En todas las iglesias están conmemorando este día y los niños también quieren homenajear al pastor y su familia y demostrarles cuánto son agradecidos a ellos. (Prepare un pequeño regalo y que un niño entregue al pastor, si es posible compre flores para la esposa también u otro pequeño regalo). Ahora vamos a cerrar nuestros ojitos y vamos a pedirle a Jesús que bendiga a nuestro pastor y a su familia. (Haga una pequeña oración pidiendo las bendiciones sobre la familia del pastor).


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43. eL perezoso y Las hormigas

¡Buen día niños! Hoy quiero hablarles sobre dos animalitos que nos enseñan una lección. Uno de ellos es el perezoso. ¿Ya escucharon hablar de él? (Si puede muestre figuras del perezoso). Este animalito vive colgado de un árbol llamado imbauba, necesita 14 horas de sueño por día. Es muy lento y tiene dificultad para andar en el piso; en compensación, puede nadar muy bien. Este animalito se alimenta de las tiernas hojas de algunos árboles. (Mostrar una caja de sorpresa) Aquí en esta caja tengo una sorpresa. (Pueden ser hormigas vivas comunes o pueden ser de juguete). ¿Qué creen ustedes que tengo en esta caja? Vamos a abrir para ver lo que está dentro. ¡Hum! ¡Hormigas! ¿Pero que tiene que ver el perezoso con las hormigas? Es que en la Biblia hay un texto que aconseja a algunas personas ver el ejemplo de las hormigas. En el libro de Proverbios capítulo 6 hay un mensaje muy interesante: en los versículos 6 al 11 habla sobre aquel que quiere imitar al perezoso y da un sabio consejo. Exactamente habla del perezoso. Parece que él siempre está cansado y nunca tiene ganas o disposición para nada. Si no cambia de actitud, será alcanzado por la más dura pobreza, quiere decir, tendrá falta de todo lo necesario, hasta de alimentos para comer. Así, la Biblia aconseja al perezoso a ser sabio, ir a ver a las hormigas y aprender una lección. La naturaleza puede enseñarnos muchas lecciones. Y hay un montón de cosas que podemos aprender de las hormigas, especialmente sobre los beneficios del trabajo. Ellas son súper organizadas. Trabajan mucho sin reclamar. Las saúvas son un buen ejemplo de esto. Se dividen en cortadoras, cargadoras, jardineras y soldados. Es muy interesante cuando nacen, cada una pasa a ejecutar su tarea. Ellas cortan, cargan hojas y las transforman en una especie de hongo que es su alimento. Las saúvas son vegetarianas. Una de ellas es la reina. Como reina, sólo observa el movimiento de la colonia. Si cree que faltan hormigas en el grupo de las cortadoras, pone huevos para tener más hormigas en el grupo de las cortadoras. Un hormiguero, sólo acaba cuando la reina muere y sólo la reina puede poner huevos. Existen también hormigas guías, que caminan siempre sin cambiar de rumbo o desviarse de alguna cosa que esté en el camino; atraviesan

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cualquier obstáculo. Las hormigas nunca duermen, ellas dividen su tiempo entre descansar y trabajar. También son sordas y casi ciegas. Viven, aproximadamente tres meses. Otra característica es que se comunican por el olor. ¡Cuántas cosas nos enseñan las hormiguitas! Debemos imitarlas, pues son: trabajadoras, dinámicas en cada tarea que les corresponde hacer. ¿Cuántos de ustedes desean siempre hacer la parte que les corresponde con diligencia? ¿Pueden ponerse de pie? ¡Qué buena decisión! Ahora puede dibujar una hormiguita y recordar cuántas lecciones ellas nos enseñan. Que Jesús bendiga a todos.


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44. para eL día de oración - mm

En la Biblia encontramos una respuesta para cada asunto. Hoy es el día mundial de oración. En la Biblia está narrada la historia, de una mujer que oraba y confiaba en las respuestas a sus oraciones. Las personas oran y saben que Dios responde. ¿Quién ya vio a mamá orando? (Permitir respuestas) ¿Quién llegó a casa llamando a mamá y descubrió que ella estaba arrodillada en el cuarto orando? (Permitir respuestas) Cuando mamá está orando, es hora de quedarnos bien quietitos (Shss… Llevar la mano al labio haciendo la señal de silencio) pues cuando mamá está orando, está conversando con Jesús. Nuestra historia para esta mañana habla de una mujer que oraba, llamada Ana. - Qué triste estoy, no tengo hijos... ni una niña, ni un niño, ¡nada...! ¡Cuánto quiero tener un niñito! Cierto día, cuando ella fue al templo, hizo una oración muy especial pidiendo aquello que más quería en su vida: tener un hijito. (De rodillas) Hasta el sacerdote se dio cuenta que había algo especial en aquella mujer cuando oraba. Cuando ella salió del templo, el sacerdote la bendijo y le dijo: - Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. - ¡Gracias, muchas gracias, sacerdote Elí! Pasaron los meses y en un día muy feliz la oración de Ana fue atendida (En ese instante colocar el sonido de un bebé llorando). Sí, ella tuvo un lindo bebecito y, ¿saben cómo fue llamado? “Samuel” que significa: pedido a Dios. ¿Sabían que cada uno de ustedes es la respuesta a una oración? Sí, así es. Los padres cristianos, cuando entienden que es hora de tener un bebé en la familia, oran a Jesús, le piden un bebé y también le piden sabiduría para instruir a ese bebé en sus caminos. Cuando una madre cristiana queda embarazada ora más de lo que oraba antes. Cada día pide que Jesús bendiga a su pequeño bebé. Ella también conversa con su bebecito antes de nacer. Algunas hasta cuentan historias y acarician su vientre queriendo que su bebé sienta que es muy amado. Después que nace el bebé, ellas continúan orando y continúan contándoles historias sobre Jesús para que sus niñitos crezcan amando a Jesús.

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Los niños también deben aprender a orar desde pequeñitos y a medida que van creciendo, van aumentando también las palabritas de su oración. Cuando ya son más grandes aprenden a orar el Padre Nuestro. (Puede utilizar el “Padre Nuestro” ilustrado para recitarlo). Que Jesús bendiga a nuestros niños para que desde su tierna edad aprendan sobre la importancia de la oración que es conversar con Jesús como nuestro Mejor Amigo.


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45. moisés, saLvado de Las aguas

Imaginen... estamos en Egipto. Somos israelitas y por lo tanto esclavos. El Faraón, gobernante de aquel país, maltrata a nuestros padres que trabajan sin descanso porque son ¡esclavos! (Si tiene puede colocar una música de fondo en tonalidad menor- triste, puede ser de ECV 2007, pues hay varias) Mientras José vivía y era el gobernador de Egipto, éramos bien tratados, pero cuando José murió y otro rey comenzó a gobernar, ese rey decidió librarse de aquel pueblo que cada día se hacía más numeroso. Aunque parezca muy cruel ya nadie quería tener hijitos. ¿Saben por qué? (Permitir respuestas) ¡Estaban condenados a muerte! Especialmente si eran varoncitos. El faraón ordenó a sus soldados que arrojasen al río Nilo a todos los recién nacidos. ¿Qué hubieras sentido si tu mamá hubiese estado esperando un hermanito tuyo? (Permitir respuestas) Eso le sucedió a María y Aarón. Aarón era pequeño, pero María sufría mucho porque entendía el peligro. - ¿Cuándo nacerá el bebé? - preguntaba María queriendo tal vez, que en el momento de nacer, hubiera una solución para la orden imperial. Pero un día el bebé nació. - ¡Qué lindo niño! ¡Qué tranquilito! ¡Ya tiene tres meses! Mamá y papá tendrán que pensar en algo pronto, ya no podemos seguir escondiéndolo. � dice María mientras tiene en brazos a su hermanito. (Puede ser dramatizado por una niña de 8 ó 9 años que tiene en brazos un bebé de tres meses) Los guardias comenzaron a sospechar que en aquella casa hubiese un bebé. Entonces, la mamá oró al Señor y pidió auxilio para saber qué hacer. Tuvo la idea de preparar un canastillo de juncos y tapó todas las rendijas con brea para que no le entrase agua y puso un acolchonado bien confortable. Cuando la cesta estaba lista, alimentó a su bebé, lo arrulló entre sus brazos y con mucho cariño lo hizo dormir, para después colocarlo en la cesta y llevarla al río, pero antes hizo una oración para que el Señor lo protegiese. María tuvo la responsabilidad de quedar cerca de la canasta mientras flotaba en el río. De repente, se dio cuenta que la hija del faraón estaba bajando con sus criadas para bañarse en el río. Cuando la princesa llegó al río vio la cesta y pidió a una de sus siervas que se la trajera. Al abrirla descubrió que había un bebé y sintió compasión de él. Entonces María salió de su escondite y

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con mucha valentía corrió hasta donde estaba la princesa y le ofreció una nodriza para cuidar del bebé. La madre llegó enseguida. Nadie hubiese dudado ni un instante que Jocabed era la mamá del pequeñito, que para ese momento ya estaba llorando de hambre. No sólo que ya no correría riesgos, sino que la princesa ofreció ¡que le pagaría un salario para cuidarlo! - Debes llamarlo Moisés – dijo la princesita – y cuando tenga doce años vendrá a vivir al palacio. Fue así entonces, que Moisés fue criado por su propia madre y rodeado de sus hermanitos. Dios cuidó a Moisés, pues él guiaría a su pueblo cuando fuese grande. Amiguitos, Dios tiene un plan para la vida de cada uno, busquen siempre ser amigos de Jesús. Que el Señor los bendiga siempre.


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46. vendrá otra vez

(Muestre una muleta, una llave, un remedio, un pañuelo... etc.) Me gustaría que pensemos juntos en esta linda mañana, ¿por qué a veces debemos usar estas cosas? (Permita respuestas). Enfermedades, inseguridad, tristeza, llanto. ¡Han pensado muy bien! ¿Les gustaría ir a un lugar donde ya no existan más, cosas como éstas? ¿A qué lugar me estaré refiriendo? ¡Excelente! ¡Al cielo!¿Ustedes ya escucharon sobre la Nueva Tierra y el regreso del Señor Jesús? ¿Ya se imaginaron cómo será el cielo? Hoy hablaremos sobre el maravilloso regreso de Jesús. Cuando Él ascendió al cielo, dos ángeles vinieron para consolar a los discípulos que se habían quedado solos, aún mirando al cielo, donde Jesús había desaparecido entre las nubes. Entonces, los ángeles dijeron: “no estén tristes, este mismo Jesús que estuvo entre ustedes y que ha sido llevado al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse allá.” Los discípulos sabían que Jesús un día volvería, tal como les había prometido. Y fue un gran consuelo para ellos, saber que Él regresaría en las nubes con muchos, muchos ángeles. Intentemos imaginar. (Hacer de cuenta que estamos mirando todos para el cielo buscando alguna cosa). De repente observamos una nube muy pequeña, tal vez del tamaño de la mano de ustedes. Pero observen, parece que esa nubecita está agrandándose. Continuemos observando, parece que esa nube crece y aumenta cada vez más. En seguida, vemos que aparte de crecer también tiene un movimiento diferente de las otras nubes. Y al final comprendemos que es una nube de ángeles tocando sus trompetas y en el centro de la nube está Jesús sentando, con un lindo arco iris sobre Él. Jesús ya no viene como vino la primera vez, en un pesebre; sino que ahora viene como un Rey para reinar. Las personas que esperaban este momento majestuoso, ¡están tan felices! Imaginemos que se acerca cada vez más y ahora hasta escuchamos el sonido de las trompetas; vemos a los ángeles y a Jesús más cerca y nos arrodillamos ante su presencia para adorarlo. En aquel momento vemos también que todas aquellas personas que murieron esperando este glorioso momento, resucitan para encontrarse con el Señor. Así, todos juntos vamos a encontrarlo en los aires. Cuando Jesús vuelva todos los que estén vivos lo verán. Él será

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visto al mismo tiempo en todas partes, en el mundo entero. Niños, por más que nuestra cabeza trate de imaginar este evento tan maravilloso, no podemos entender como será. Pero sí, podemos esperar este acontecimiento, conservando nuestro corazoncito puro y fiel al Señor Jesús hasta que Él venga a buscarnos para vivir juntos en el cielo.Vamos a orar. Orientaciones: (Trate de hablar de manera impresionante para que ellos puedan sentir como si realmente estuviesen viendo a Jesús regresar. Puede entregarles un ángel en una varilla para que recuerden que Jesús viene pronto).


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47. timoteo

¿Qué les gustaría ser cuando sean grandes? (Permita respuestas pero no confirme las respuestas, simplemente escuche). Hoy quisiera hablarles de alguien que tal vez no imaginó que Dios lo utilizaría para una tarea muy importe. Mejor aún, escuchémoslo a él. (Entra un niño-adolescente vestido a la usanza de la época con un rollo bíblico en sus manos) - Vivo en Listra, una ciudad donde se habla muy poco de Dios. Pero tengo la enorme bendición de que, aunque mi padre es griego y no conoce a Dios, mi madre (Eunice) y mi abuelita (Loida) todos los días comparten las historias de la Biblia conmigo. (Se sienta y comienza a leer) Si bien desde pequeño su mamá había estudiado la Biblia con él, pues Eunice era judía, tal vez nunca pensó que sería un misionero, un predicador de Jesús. Su abuelita Loida vivía con ellos. Desde pequeño el poder espiritual de las lecciones que había recibido, lo conservaron puro y libre de malas influencias. Todo eso lo fue preparando para ser lo que Dios quería: ¡un misionero! Como lo hace la mamá de cada uno de ustedes, Eunice, le contaba las historias de la lección todos los días. Imaginen, desde pequeñito escuchó sobre Moisés, Josué, David... y creció amando a esos “héroes”. Timoteo creció y creció y se convirtió en un joven. En cierta ocasión, llegó a la ciudad donde Timoteo vivía, un misionero llamado Pablo. Cuando Pablo predicaba, el joven Timoteo lo escuchaba con mucha atención. Quería aprender todo lo que podía sobre Jesús. Timoteo estaba tan deleitado con los mensajes que Pablo predicaba, que también deseaba ser un misionero como Pablo. ¿Saben lo que sucedió? Pablo decidió llevar a Timoteo junto con él para que le ayudase en la tarea de predicar. Timoteo, cada día observaba a Pablo y hacia pequeñas tareas que le eran encomendadas, y prontamente él también se convirtió en un misionero. ¡Exactamente! ¡Un misionero para Jesús! Timoteo predicaba y contaba a las personas sobre Jesús. Se hizo un misionero de verdad, tanto que en la Biblia hay dos libros que fueron cartas que el apóstol Pablo le escribió a Timoteo. Estas cartas lo ayudaron mucho, orientándolo y aconsejándolo en

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las diversas actividades de su trabajo. Una parte dice así: “Nadie tenga en poco tu juventud, sino sé siempre ejemplo”. Está en la primera carta a Timoteo capítulo 4 versículo 12. ¿Qué bonito verdad? Pero sabes, lo más lindo es que ese consejo también es para ti. Porque nunca se es demasiado joven para hablar a otros de Jesús y ser misioneros. Que Jesús bendiga a cada uno de ustedes, para que como Timoteo tengan el deseo de aprender cada día más sobre nuestro Salvador y no solamente aprender sino también contar a los demás sobre el gran amor de Jesús. (Haga una oración de dedicación)


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48. nacer de nuevo

Cuando un niño nace, ¿de qué tamaño es? Sí, es muy pequeñito. (Puede hacer pasar al frente a una mamá con su bebé, a los niños les encanta verlos)¿Este bebé anda, ya camina? ¡No! ¡Claro que no!¿Y ustedes ya vieron a alguien que nació grande, andando o hablando? ¡No! Pero, en la Biblia hay una historia muy interesante, sobre el nacimiento. Es la historia de un hombre llamado Nicodemo. Él era una persona muy importante en aquel tiempo, cuando Jesús anduvo aquí por la tierra con sus discípulos. Nicodemo formaba parte del Consejo de los Judíos. Era un grupo de personas que decidían sobre los asuntos relacionados con la religión. Era más o menos como si fuese un consejo de pastores, un grupo de personas que dirigía la iglesia en aquellos días. Aunque Nicodemo era parte del Consejo de Judíos y conocía mucho sobre sus leyes, tenía muchos deseos de conversar con Jesús. Quería saber de verdad, quién era Jesús. Muchas veces se preguntaba si Jesús sería el Hijo de Dios. ¿Será que era Aquel que todos estaban esperando hacía tanto tiempo? Pero había un problema. Nicodemo no quería que nadie supiese que él quería conversar con Jesús. Entonces, ¿Saben lo que hizo? (Nicodemo piensa en voz alta)- Iré de noche para que nadie me descubra. En medio de la oscuridad nadie podrá verme. (Sale sigilosamente, mirando para atrás) Él sabía que Jesús acostumbraba ir de noche a orar al Monte de los Olivos. Tomó un abrigo y salió cuando ya estaba muy oscuro. Sin embargo, estaba preocupado. ¿Qué le diría a Jesús cuando lo encontrase? Caminó y caminó hasta llegar donde estaba Jesús. Cuando estuvo frente a Él, le dijo: “Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que Tú haces, si Dios no estuviera con él”. Juan 3:2. Nicodemo intentó ser muy respetuoso al hablar con Jesús, llamándolo Maestro. Mas Jesús conocía bien el corazón de Nicodemo y le dijo: “Te aseguro que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo ahora estaba confundido. ¿Qué querría decir Jesús?

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¡Como podría nacer de nuevo si ya era una persona adulta y ya había crecido! Entonces, Nicodemo preguntó: ¿Y cómo puede uno nacer de nuevo cuando ya es viejo? Jesús le explicó que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Esto era nacer de nuevo. Quería decir que Nicodemo necesitaba ser una nueva persona, necesitaba tener un corazón bondadoso. Amar a las personas. Amar mucho a Dios y creer que Jesús era el Hijo de Dios. En esta historia encontramos uno de los versículos más bonitos de la Biblia que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16 En aquella noche Nicodemo comprendió qué era “nacer de nuevo” y trató entonces de tener un nuevo corazón. Nosotros también necesitamos tener un nuevo corazón. Vamos a orar y pedírselo a Jesús. Que seamos bondadosos, obedientes y amemos a las personas. (Orar con los niños)


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49. Josué, sé fuerte y vaLiente

Posiblemente, el personaje de hoy sintió miedo, por eso Dios reafirmó esta promesa en su vida. ¿Han sentido miedo alguna vez? ¿A qué le temen? (Permitir breves respuestas) Esta promesa, nos enseña a no tener miedo, porque el Señor está siempre a nuestro lado. Es cierto que existe una condición para recibir las bendiciones de Dios; esta es andar siempre en sus caminos. (Este relato puede ser narrado por el mismo Josué en primera persona) Los israelitas habían caminado por largos años en el desierto hasta que lograron llegar a la tierra que les fue prometida. Moisés los había guiado durante todo ese tiempo y les había transmitido las órdenes de Dios, pero ahora Moisés había muerto. El ayudante de Moisés debía seguir conduciendo al pueblo hasta que ellos estuviesen, cada tribu en su territorio. Imaginen qué gran responsabilidad estaba recibiendo Josué. Él había sido el ayudante de Moisés y sabía cuán difícil era ser líder de aquel pueblo. Tal vez podríamos suponer Josué estaba muy asustado con la gran responsabilidad que tenía por delante. Puedo imaginar que Josué oró más o menos así: -“Señor ayúdame porque me siento débil, con miedo para hacer este trabajo”. Saben queridos niños, Dios respondió su oración. La Biblia dice que Dios habló con él, animándolo para que realice la tarea que debía hacer. Lo orientó para hablar siempre al pueblo de la ley y también para que el propio Josué meditase siempre en la Palabra de Dios. Esto quería decir que Josué nunca debía olvidar su devoción personal, su culto particular, sus oraciones de cada día. Estas orientaciones son también para nosotros, para nuestros días. No olvidemos de leer nuestra Biblia, estudiar nuestra lección, hacer nuestro año bíblico ilustrado, orar siempre para que Dios nos dirija y nos muestre Su voluntad en nuestras vidas. En aquel tiempo, Dios hizo una promesa muy linda a Josué. Esta promesa está en el libro de Josué 1:9. Vamos a leer en nuestra Biblia: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque yo soy Jehová tu Dios, estaré contigo donde quiera que vayas.”

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Hoy esta misma promesa es también para nosotros. Sean siempre obedientes al Señor, obedientes a sus padres y profesores. No tengan miedo porque Él cuidará de ustedes. No tengan miedo de hacer lo que es correcto, no tengan miedo de obedecer a Dios aunque otros quieran que hagas lo contrario, Él siempre estará a tu lado para librarte y protegerte. (Ore con los niños para que no tengan miedo y sepan que el Señor está con ellos).


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50. eL sueño de JacoB

La historia de hoy nos relata acerca de a un joven llamado Jacob. Él vivía con su papá Isaac, su mamá Rebeca y su hermano mellizo, Esaú. Jacob cuidaba de las ovejas de su padre, mientras Esaú era cazador. En aquel tiempo el hijo mayor que era llamado primogénito, recibía la bendición y la mayor parte de la herencia de su padre. Así que cuando Isaac ya estaba bien viejito decidió bendecir a su hijo mayor, Esaú. Pero Jacob, el hijo menor, ayudado por su madre, engañó a su padre Isaac y recibió la bendición. Esto que Jacob hizo fue muy malo. Mintió a su padre y robó la bendición de su hermano. A Dios no le agradó esto. ¿Ustedes creen que Esaú estaba contento con esto? Claro que no. Esaú decidió vengarse. Isaac y su esposa decidieron mandar a Jacob a la casa de la familia de Rebeca. Era muy lejos y Jacob tenía que caminar por muchos días. Entonces Jacob alistó su mochila con pocas cosas, pues tenía que caminar mucho y no podía llevar mucho peso. Al fin partió. Jacob tenía miedo de los peligros del camino; también tenía miedo que su hermano lo encontrase. Y durante esa larga caminata tuvo tiempo para pensar. Pensó en todo lo que había hecho, en cómo engañó a su hermano, comprendió que Dios no podría bendecirlo mientras él no se arrepintiese. Así, al final del día, cansado de caminar, Jacob se arrodilló a un costado del camino y comenzó a orar. Pidió a Dios que lo perdonase. Que estuviese con él y lo guardase en aquel viaje. Después tomó una piedra y la colocó como una almohada. Se acostó y durmió, pues estaba muy cansado. Pero mientras Jacob dormía tuvo un sueño. Soñó con una escalera muy alta que estaba apoyada en la tierra y llegaba hasta el cielo, y por la cual los ángeles de Dios subían y bajaban. Y todavía más. También vio al Señor que estaba cerca de él y le dijo: “Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les daré la tierra en donde estás acostado. Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas…”. Cuando Jacob despertó estaba casi amaneciendo. En ese momento recordó que había tenido un sueño maravilloso. Comprendió que aquel era un lugar sagrado, porque la presencia de Dios estuvo en ese lugar. Escuchemos lo que dijo: - Aquí Jesús me hizo una promesa muy especial. De aquí en

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adelante seré fiel y el Señor estará conmigo. Tomo esta piedra que utilicé como almohada, y como es la costumbre la coloco un alta y la consagro derramando aceite sobre ella, pues aquí mi Dios se manifestó con todo su amor. (La piedra puede ser hecha de cartón y ser mostrada de frente) Allí Jacob hizo también una promesa: “Si Dios me acompaña y me cuida en este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme, y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios”. Saben niños, Jacob cumplió su promesa. Nosotros también podemos aprender a confiar en el Señor; aprender a pedir perdón si nos equivocamos y recordar en todo momento y lugar que Jesús nos cuidará siempre. (Puede pegar una piedra en un cartoncito para representar el altar que Jacob colocó en su camino y entregar a los niños).


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51. eL niño que dio un regaLo a Jesús

¿Qué les gusta más: dar regalos o recibirlos? (Permitir respuestas) ¿Por qué? Estamos cerca de la navidad, entonces hoy me gustaría hablar de un niñito que aunque no era Navidad dio un regalo a Jesús. La Biblia no dice su nombre, sin embargo es recordado por esa virtud tan linda llamada: generosidad. - Salí temprano de casa para oír a Jesús. ¡Me encantan las historias que Él cuenta! Ayudé a mamá y ella me preparó una merienda. (Mostar la canasta) Dice que más tarde puedo sentir hambre. (Sonríe y sale). Era una merienda sencilla pero apetitosa; tal vez aquello que sobró del día anterior o tal vez una preparada exclusivamente; lo que sabemos es que eran: cinco pancitos de cebada y dos pescaditos. Mucha, mucha gente había ido a escuchar a Jesús. ¡Él enseñaba a las personas con tanto amor sobre el reino de los cielos! Sus corazones latían fuertemente de emoción al oír sus palabras. Sus ojos brillaban al contemplar al Salvador. El tiempo pasó... casi nadie lo había notado, pero ya estaba oscureciendo. Los discípulos de Jesús estaban preocupados, tenían un gran problema y no sabían cómo resolverlo. ¿Quién alimentaría a esas personas? ¡Era una multitud enorme! El día había pasado y nada habían comido. Ellos habían olvidado que Jesús es el Pan de Vida y que estaba con ellos para suplir cualquier necesidad. Entonces se preguntaron: ¿Qué debían hacer? Alguien dijo: - Aquí hay un niño que tiene cinco panes y dos pescaditos. - ¡Qué es eso para tantas personas! – respondió otro Rápidamente llevaron a ese niñito con su meriendita junto a Jesús. Este muchachito estaba muy feliz porque daría su merienda a Jesús. ¡Hasta olvidó que tenía hambre! La dio con mucho cariño porque amaba a Jesús. Tal vez pensó que Jesús aceptaría su merienda para comerla. Pero una gran sorpresa le aguardaba, a él y a todos, que eran más de 5.000 personas. Las personas se sentaron en el pasto, divididas en grupos. Entonces Jesús tomó la merienda oró y la bendijo. Y fue repartida para todas las personas. Jesús y los discípulos distribuían, hasta que todos estaban satisfechos. Sí, Jesús hizo un milagro con una pequeña merienda alimentó a muchas personas. Este niño dio a Jesús todo lo que tenía.

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¿Y nosotros, qué le daremos a Jesús en esta Navidad? Él espera que le entreguemos nuestro corazón, nuestro mejor regalo, que lo amemos de verdad. Cuando hagamos esto seremos muy felices y Jesús estará también muy feliz. Nuestro Padre celestial nos dio el “Mejor Regalo” a todos nosotros. Lo dio todo, envió a Jesús. La Biblia dice en Juan 3:16 (Lea el versículo con los niños, o permita que los niños que saben de memoria el texto, lo repitan junto con usted). ¿Vamos a entregar nuestro corazoncito a Él en este momento? (Entonces voltearse hacia la iglesia y decir:) Queridos padres y hermanos, la invitación es también para ustedes. Él espera que en esta Navidad le entreguemos lo mejor: nuestro corazón. (Haga una oración de consagración con los niños).


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52. La historia de navidad

María había sido escogida por Dios para ser la madre de un bebé muy especial. Para una joven que vivía en aquellos tiempos, era un desafío muy grande. Pero Dios conocía el corazón de María; sabía cuán sincera y cuán fiel era. María estaba feliz y al mismo tiempo muy preocupada. Un bebé siempre trae mucha preocupación y gastos. Ustedes ya vieron cuando un bebé está por llegar, cuántas cosas necesitan ser preparadas. (Mostrar ropitas, pañales desechables, un moisés y muchas otras cosas) José y María eran muy pobres y para complicar más las cosas...- María, tendremos que hacer un viaje, pues el emperador ha dado una orden. (Explica José con tono de preocupación) Cada persona deberá presentarse en la ciudad donde nació para empadronarse.- ¡Ir a Belén! ¡Será lindo hacer este viaje! Espero solamente, que el bebé no nazca por el camino. (Ambos ríen, se abrazan y salen) José y María habían nacido en la ciudad de Belén, por eso tuvieron que viajar hasta allá para presentarse. ¡Cómo sería difícil ese viaje para María! Con seguridad, José preparó su burrito, quién sabe colocó algunos paños para que la silla de montar sea más suave y así María no se canse tanto durante el viaje. Después de algunos días, llegaron a Belén. ¡Cómo deseaban una camita suave para descansar! ¡Pero la ciudad estaba llena de gente! Todos los hospedajes, hoteles, alojamientos de aquella ciudad estaban llenos. No había ni siquiera un lugarcito más para ellos. Después de buscar mucho, encontraron a alguien que tuvo pena de María que casi estaba teniendo su bebé y ofreció un lugar para ellos. Pero, ¿saben qué lugar era ese, niños? Era un establo. Imagino a María, que siempre estaba de buen humor pensando: “al fin y al cabo David fue pastor antes de ser rey”. ¡Cómo desea José un mejor lugar! Extendieron mantas y, quién sabe, cuando ya estaban comenzando a dormir, María se levantó y llamó a José: ¡despierta José, nuestro bebé está por nacer! Y al poco tiempo se escuchó el lloro de un bebé. ¡Había nacido el Salvador! No había ropitas para Jesús, ni una cuna suave o un juguete bonito como tienen los bebés de hoy. María lo envolvió en un paño limpio.

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Cubrieron el pesebre que estaba lleno de hierbas que los becerritos comieran y allí acomodaron al hermoso bebé. Sólo entonces, pudieron descansar un poco, pero pronto fueron despertados nuevamente, por un grupo de pastores que cuidaban de las ovejas en los campos. Ángeles les avisaron que un bebé muy especial había nacido. Ellos fueron rápidamente a ver a Aquel que por tanto tiempo habían esperado. (Puede montar un lindo pesebre). Queridos niños, Jesús quiere nacer hoy en cada corazón. Él quiere estar con nosotros y quiere que estemos listos para morar en el hogar que fue a preparar. Un lugar donde Él no será más un bebé pobre sino nuestro Rey, ¡el Rey de Reyes y Señor de Señores!(Haga una breve oración de gratitud)


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53. año nuevo

¡Hola amiguitos, buen día! Quiero hacerles algunas preguntas. Veamos cuántos de ustedes pueden responder. Pero antes vamos a leer juntos un lindo versículo de la Biblia que se encuentra en Salmos 90:12 (Puede mostrar un calendario). Este texto nos habla de contar... ¿Contar qué cosa? ¡Muy bien! Los días. Otra pregunta: ¿Quién sabe qué fecha será celebrada la próxima semana? Exactamente, el año nuevo. ¿Por qué será año nuevo? ¿De dónde vino esa idea de año nuevo? ¿Cómo sabemos que un año acabó y otro está comenzando? ¿Qué es un año? ¿Muchas preguntas verdad? Vayamos por parte. Un año, es el tiempo en que la tierra tarda para dar una vuelta completa alrededor del sol. (Un niño puede representar el Sol, quedando quieto y otro puede dar una vuelta a su alrededor, como hace la Tierra) Esto quiere decir que la tierra no está detenida. ¡Está en movimiento! Y es interesante porque la tierra realiza dos movimientos: (mostrar) Un movimiento que hace alrededor de sí misma llamado rotación y que lleva un tiempo de 24 horas. ¿Saben qué origina ese movimiento? Él produce la sucesión del día y la noche. (Puede usar una linterna para alumbrar el lado, en el que es de día) Podríamos decir que cuando un lado de la tierra está con sol, es de día y está claro, mientras que, el otro lado está oscuro y es de noche. El otro movimiento de la tierra lleva 365 días para realizarse y lo llamamos: traslación. Este da una vuelta entera alrededor del sol. Este movimiento origina las estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. Nosotros que estamos en América del Sur estamos ahora en verano, y los que están en América del Norte están en invierno, exactamente por causa del movimiento de la tierra. ¿Es muy interesante, no les parece? Todo esto es tan antiguo como nuestro mundo. ¿Cómo? La Biblia nos habla sobre esto. Veamos lo que está escrito en el libro de Génesis, que es el libro de los orígenes. Génesis capítulo 1 versículos 12 al 19. (Leer) ¿Escucharon que interesante lección? Dios determinó los días, las estaciones y los años, en el cuarto día de la creación. ¿Comprendieron de dónde viene el año nuevo? Desde que la tierra fue creada, cada vez que la tierra da una vuelta

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entera alrededor del sol, tenemos un año nuevo y el primer día cuando comienza lo llamamos Año Nuevo. Esto no fue invención de nadie, pero si fue un acto de amor maravilloso de la creación de Dios. Cada año nuevo, cada estación y cada nuevo día observamos cuánto Dios nos ama, dándonos la oportunidad de corregir nuestros errores para ser mejores: más buenos, más amables, más obedientes cada día, cada año. Cada vez que un año termina y otro comienza, sabemos que estamos un año más cerca de ver a Jesús, de escuchar su voz y de recibir un abrazo de su parte. ¿Estarás listo? Amén.

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