La Regla pastoral de San Gregorio Magno

Xavier Prevosti Vives25 Enero 20111. Introduccin

En el contexto de la historia de la teologa antigua hemos escogido la obra de este santo pastor y maestro de espritu para estudiar encontrar en l una idea cabal de lo que debe ser la teologa. Como veremos ms adelante su obra, eminentemente pastoral condiciona su nocin de teologa de un modo muy urgente para nuestros tiempos. En San Gregorio Magno encontramos la insistencia de la dimensin pastoral y vivencial de la teologa. Una teologa sin vida est muerta y es un sinsentido. Para nuestro estudio hemos querido tratar adems de la nocin, el mtodo y el objeto de la teologa del autor, todo aquello que nos ayude a comprender en su momento histrico el quehacer teolgico de este santo Pontfice. Por eso no hemos querido dejar de exponer, aunque sucintamente, la vida y obra de nuestro autor. As esperamos encontrar, en este insigne doctor de la Iglesia, aquella inteligencia prctica del sabio que sabe sacar del tesoro de la revelacin lo antiguo y lo nuevo, y que nos oriente y ayude en nuestro quehacer de pastores y sacerdotes de nuestro tiempo. 2. San Gregorio Magno, vida y obra2.1. Vida

Gregorio naci en Roma en el ao 540. Era originario de una rica familia patricia romana, la gens Anicia, cristiana desde haca mucho tiempo: su bisabuelo era el papa Flix III (492) y dos de sus tas paternas eran monjas. Pero Gregorio estaba destinado a una carrera secular, por lo que recibi una slida formacin intelectual. Se dedic a la poltica de joven, y en 573 alcanz el puesto de prefecto de Roma (prfectus urbis), la dignidad civil ms grande a la que poda aspirarse. Pero renuncia pronto a este difcil cargo y se hace monje benedictino.

Tras la muerte de su padre, en 575 transform su residencia familiar en el Celio en un monasterio con el nombre de San Andrs (donde hoy se alza la iglesia de San Gregorio Magno). Pero en el ao 579 el papa Pelagio II lo ordena dicono y le enva como apocrisiario a Constantinopla, donde permanece seis aos y conoce a Leandro de Sevilla, el hermano del tambin doctor de la Iglesia Isidoro de Sevilla. Durante esta estancia disput con el patriarca Eutiquio de Constantinopla acerca de la corporeidad de la resurreccin. Gregorio regresa a Roma en 585 586 y ocupa el cargo de secretario de Pelagio II hasta la muerte de ste de peste en febrero de 590, tras lo cual es elegido para sucederle como pontfice.

2.2. Pontificado (590604)

Al acceder al papado el 3 de septiembre de 590 se ve obligado a enfrentar las arduas responsabilidades que pesan sobre todo obispo del siglo VI, pues no pudiendo contar con ayuda efectiva bizantina los ingresos econmicos que reportan las posesiones de la Iglesia hacen que el papa sea la nica autoridad de la cual los ciudadanos de Roma pueden esperar algo. Solo l posea los recursos necesarios para asegurar la provisin de alimentos de la ciudad y distribuir limosnas para socorrer a los pobres. Para esto emplea los vastos dominios administrados por la Iglesia, y tambin escribe al pretor de Sicilia solicitndole el envo de grano y de los bienes de la Iglesia.En el ao 592 la ciudad es atacada por el rey lombardo Agilulfo. En vano se espera la ayuda imperial; ni siquiera los soldados griegos de la guarnicin reciben su paga. Es Gregorio quien debe negociar con los lombardos, logrando que levanten el asedio a cambio de un tributo anual de 500 libras de oro (probablemente entregadas por la Iglesia de Roma). As, negocia una tregua y luego un acuerdo para delimitar la Tuscia Romana (la parte del ducado romano situada al norte del Tber) y la Tuscia propiamente dicha (la futura Toscana), que a partir de ahora ser lombarda. Este acuerdo es ratificado en 593 por el exarca de Rvena, representante del Imperio Bizantino en Italia.

Gregorio trab alianzas con las rdenes monsticas y con los reyes de los francos en la confrontacin con los ducados lombardos, adoptando la posicin de un poder temporal separado del Imperio. Tambin organiz la ley eclesistica. Falleci el 12 de marzo del ao 604. Fue declarado Doctor de la Iglesia por Bonifacio VIII, el 20 de septiembre de 1295. Es uno de los cuatro Grandes Padres de la Iglesia occidental.

2.3. Obras

Gregorio es autor de la Regula pastoralis, manual de moral y de predicacin destinado a los obispos, que vamos a tratar en el siguiente apartado. Sin embargo su obra mayor son los Moralia in Job, punto de referencia en todos los tratados de moral posteriores. Recopil y contribuy a la evolucin del canto gregoriano, llamado el Antifonario de los cantos gregorianos en su honor. En el ao 600 d. C. orden que se recopilaran los escritos de los cnticos o himnos cristianos primitivos (conocidos tambin como Antfonas, Salmos o Himnos); dichas liturgias de alabanza a Dios eran celebradas en las antiguas catacumbas de Roma ya en el ao 52 d. C., iniciadas por Simn Pedro al margen del gobierno romano que, por supuesto, celebraba slo fiestas paganas.

3. La Regla pastoral

Gregorio escribi la Regla pastoral en los primeros tiempos de su pontificado, exactamente el ao 591. La ocasin de escribirlo se la ofreci el obispo de Rvena, cuando le acusaba de no querer aceptar el cargo de Sumo Pontfice. Gregorio aprovecha esa advertencia de su amigo y se pone a escribir empezando, claro est, por indicar la grave responsabilidad que supone el gobierno de las almas y, por tanto, de la preparacin que se necesita para ejercerlo dignamente. As lo dice en el prlogo: Qu grande es la temeridad de los que reciben el magisterio pastoral carentes de sabidura! Puesto que la direccin de almas es el arte de las artes (ars est artium rgimen animarum). La obra se divide en cuatro partes muy desiguales en cuanto a la longitud. Las precede una breve introduccin, en la cual y con toda contundencia seala el autor que es necesario evaluar seriamente como se alcanza el gobierno pastoral y reprende fuertemente a los atrevidos, a los ignorantes y a los precipitados.

3.1 Estructura y contenido

El hilo conductor de la obra es bien claro. La gua de almas, mejor dicho, el ministerio o gobierno episcopal, es un cargo lleno de responsabilidad. Es un servicio y no un honor. Por tanto, conviene ver quin es digno o no. Quin est preparado o no. Por todo esto es absolutamente necesario que la vida del pastor est completamente de acuerdo con la doctrina que ensea. Una vez alcanzado esto, el pastor ha de saber predicar y ha de hacerlo conforme a los oyentes que tiene delante, porque no se puede predicar de la misma manera a todos. Indicando una larga serie de categoras de personas, San Gregorio da sus consejos, ya pedaggicos, ya psicolgicos, para saber cmo hay que poner en prctica la predicacin. Finalmente, aconseja al predicador de almas que, una vez cumplida su misin, se recluya en la humildad y evite la vanagloria o el orgullo de haberlo hecho bien.

La primer parte, dividida en once captulos, indica los requisitos bsicos para alcanzar el magisterio pastoral. l mismo lo dice al final del captulo tercero: Si, pues hemos puesto brevemente de manifiesto quin es digno de alcanzar el magisterio pastoral y cmo lo ha de temer el que es indigno de l. En los dos ltimos captulos de esta primera parte indica las cualidades que debe poseer el que ha de alcanzar el gobierno de las almas, y cmo ser el que no lo ha de alcanzar. Para este ltimo apartado se sirve del texto del Levtico 21, 16-23, aplicando los defectos fsicos que en ese texto se relacionan con las lacras morales que impiden el ejercicio del gobierno de las almas.

Los once captulos de la segunda parte hablan de la vida del pastor. La conducta del pastor debe acompaar, con su comportamiento, la dignidad y el servicio que debe realizar con su palabra y con el gobierno que ostentar entre sus manos. En el primer captulo indica brevemente las cualidades de la vida del pastor, que despus ir desarrollando en cada uno de los captulos siguientes.

La tercera parte es la ms larga. Ocupa ms de la mitad del libro. En ella trata del cmo. Cmo ha de hacer el pastor para ensear y exhortar a sus sbditos. Es la obligacin de la predicacin de la palabra de Dios. En cuarenta captulos va analizando las diversas categoras de personas y da sus consejos acerca de cmo hay que hacerlo. Es importante y caracterstico el elenco con el cual va indicando, por contraposicin, las diversas condiciones de los oyentes: los jvenes y los viejos; los sabios y los incultos; los sencillos y los retorcidos; los muy callados y los demasiado charlatanes; los golosos y los abstinentes; Introduce siempre cada parte del siguiente modo: De un modo hay que hablar a y de otro a.

La cuarte parte es una especie de eplogo muy breve, en el cual incita al pastor a la humildad, para que no se sobreestime por el bien que ha hecho y por haberlo hecho bien. Le recomienda volver a la paz y la tranquilidad de la casa y de la oracin. Las ltimas lneas conectan con el principio, dirigindose al obispo de Rvena, a quien dedic la obra, excusndose y pidindoles su benevolencia y su oracin.3.2. Ideas bsicas

a) Equilibrio armnicoAdems de todo lo que ya hemos dicho, conviene subrayar de una manera particular algunos pensamientos ms principales que San Gregorio Magno expresa en su Regla pastoral. Podra resumirse la obra y vida de Gregorio en dos palabras: equilibrio armnico. No solamente por su vida, sino principalmente como sntesis de la Regla pastoral. Ciertamente que Gregorio habla mucho de la responsabilidad y enfoca su libro urgiendo a esta virtud y declarando indigno al que no la quiera ejercer. Pero tambin es cierto que todo el libro respira un equilibrio armnico, equilibrado, como de un sentido comn muy grande. Que hace pensar en el sentido romano del derecho y de dominio. Que busca evitar los defectos y los pecados, tanto hacia un sentido como hacia el contrario; ya por exceso, ya por defecto. Basta con fijarse en la tercera parte, donde siempre contrapone los caracteres de los oyentes y busca aquella virtus in medio tan clsica. O en la vida del pastor de la segunda parte, cuando dice: que no disminuya la atencin al cuidado de la vida interior por causa de las ocupaciones exteriores; pero que no deje de tener providencia de las cosas exteriores por la solicitud de las interiores.b) El orgullo y el Juez invisible

Son dos temas que encuadran todo a lo largo de la Regla pastoral. La frase el que juzga est en el interior, y la cosa juzgada, tambin podra tomarse como una frase-resumen. Por eso distingue tan bien los pecados internos de los externos, porque lo que sale del corazn del hombre es la maldad del hombre. Un orgullo interior mata ms que las acciones externas malas. Exige, pues, una pureza de intencin y no se deja influenciar por las apariencias. La limpieza de corazn es la base para alcanzar la dignidad necesaria en vistas a ocupar el lugar ms alto en el gobierno de las almas. El ejemplo que propone del rey de Babilonia lo aclara an mejor: El rey de Babilonia no fue reo de su soberbia solamente cuando pronunci palabras orgullosas, sino tambin cuando no habindose an enorgullecido con sus palabras se puso por delante de todos en su pensamiento. Sus palabras abrieron la puerta a la venganza de aquella ira que haba encendido el orgullo oculto (I, 4).c) El pastoreo como servicioLa Regla pastoral va dirigida a pastores de almas para que cumplan con rectitud y con justicia y caridad su ministerio a favor del rebao. Si Gregorio est como obsesionado por la ciencia (pues los ignorantes no son dignos) y por la conducta ejemplar de los pastores, todo eso lo orienta al servicio de los fieles de los cuales el pastor tiene a su cuidado. No le deslumbran los ttulos ni los honores. No hay que olvidar, sin embargo, la cuestin del ttulo de patriarca ecumnico adoptado por el patriarca de Constantinopla y las protestas de San Gregorio. De ah surgi el ttulo que se dio a s mismo: Siervo de los siervos de Dios. Desde su alto gobierno no hizo nada ms que ponerse a disposicin de todos sus fieles. Deline en la Regla lo que quera que fuesen los pastores y el que l, pastor supremo, quiso ser y fue. d) La humildad

Gregorio aplica esta virtud al pastor de almas, tanto para ver si es digno del cargo como para que la viva en su trabajo. Es muy original el captulo que dedica a los que, por humildad, huyen del peso del gobierno. De nuevo entra en juego aqu el equilibrio gregoriano. El verdaderamente humilde debe huir de corazn del cargo que se le encomienda, pero debe obedecer, aunque no quiera. Y, a la inversa, no sera humilde el que entendiendo que debera presidir segn la voluntad divina, no obstante desobedeciese y menospreciase asumir el cargo pastoral. En todo esto, vemos a Gregorio como maestro espiritual, hombre que gua hacia la fe, el heraldo privilegiado de la palabra de Dios, el formador de pastores.3.3. Nocin, objeto y mtodo teolgico en la Regla pastoral

La Regla pastoral no es una obra de teologa doctrinal, sino como bien indica su ttulo- una obra de carcter pastoral. Por ello se hace difcil una aproximacin a la nocin, objeto y mtodo de la Teologa segn San Gregorio Magno. En l se cumple perfectamente aquello de que la Teologa debe hacerse de rodillas. San Gregorio Magno, solcito pastor del rebao de Dios, se alimenta de las fuentes de la Sagrada Escritura para iluminar y orientar al Pueblo de Dios. Su obra teolgica es eminentemente pastoral.

Segn los entendidos es difcil hallar alguna aportacin doctrinal originaria. A caballo entre la antigedad y la Edad Media, la figura de san Gregorio, en el campo teolgico, se presenta como la de un gran recopilador, maestro de sntesis, que recoge la tradicin anterior, la asume y la ensea dentro de la Iglesia en la que la ha recibido, pero con un estilo propio. Lo peculiar de la obra teolgica gregoriana est en el estilo propio. Por eso su mtodo teolgico es netamente pastoral. As pues, el mtodo de su sistematizacin no depende de una lgica interna, aunque posiblemente implcita en su mente, sino de las circunstancias concretas que le obligaron a exponer su pensamiento o, mejor dicho, la doctrina cristiana. S cabe destacar en el mtodo gregoriano la importancia de la Sagrada Escritura. Toda su obra est imbuida en textos y citas escritursticas cuya interpretacin, a veces discutible, va desde el sentido literal hasta el anaggico. En este sentido podemos decir que San Gregorio Magno practica un mtodo teolgico eminentemente exegtico.En lo que se refiere al objeto de la teologa podemos suponer que no se limita a las meras verdades reveladas o enunciados doctrinales del credo. La primaca de los tratados morales y pastorales nos induce a pensar que en san Gregorio Magno el objeto de la teologa incluye de algn modo la pastoral y la moral como contenidos propiamente teolgicos.

Por tanto podemos esbozar una cierta nocin de teologa segn la obra gregoriana. Y puesto que las cosas se definen por el fin, si en san Gregorio el fin prctico de la teologa es la predicacin de aquello que adquirido por la ciencia se vive en la prctica. La teologa por tanto es una reflexin, o un estudio que debe ser vivido para poder ser predicado: Hay tambin algunos que, con mucha curiosidad, sondean las leyes del espritu, pero desprecian con su vida lo que penetran con el entendimiento. Ensean a la ligera lo que aprendieron no con sus obras sino slo con el estudio; y lo que predican con sus palabras lo contradicen con sus acciones. [] Por eso, el Seor se lamenta de la despreciable ciencia de los pastores.3.4. Difusin de la Regla pastoral

La Regla pastoral tuvo, despus de publicarse, una grandsima difusin. Es muy significativa su importancia en el mundo cristiano de toda la Edad Media. San Leandro, obispo de Sevilla, la difundi por las Iglesias hispnicas. En Oriente, el emperador Mauricio la mand traducir al griego. En Inglaterra, la introdujeron los primeros misioneros que envi el mismo San Gregorio, hasta que en el siglo IX, el rey Alfredo la tradujo l mismo al anglosajn. En Alemania, fue conocida sobretodo por obra del evangelizador san Bonifacio, el cual dice que sigue el modelo de Gregorio. En el concilio de Magncia (814) fue asociada la Regla a los Evangelios y los Hechos de los Apstoles como texto bsico de discusin para los prelados que asistieron. Fue en Francia donde, en la poca carolingia, penetr ms intensamente a travs de los diversos concilios y snodos. Lleg a ser un libro no slo aconsejado sino mandado leer en la formacin de los clrigos y para la preparacin al episcopado. El Concilio de Tours (813) declar que los obispos deban estudiar el Evangelio, las epstolas de San Pablo y, si era posible, tambin el libro de la Regla pastoral.

La tradicin patrstica anterior a San Gregorio haba producido, en Oriente, una abundante literatura sobre la dignidad episcopal y sacerdotal. Entre estos escritos encontramos tales como el Tratado sobre el sacerdocio, de San Juan Crisstomo, que tambin tuvo una gran difusin en orden a la formacin de los sacerdotes; posteriormente, en el siglo XI, otro manual, La consideracin, un directorio de vida espiritual para el obispo de Roma, fue dedicado al papa Eugenio III por su antiguo maestro Bernardo de Claraval; tratado que sirvi despus como gua a muchos otros papas. Y entremedio, San Gregorio Magno, recin llegado al pontificado, escribe esta Regla pastoral como defendindose al estilo de San Juan Crisstomo- de rechazar el cargo pastoral y esbozando la figura ideal del pastor de almas. Esta obra, como las anteriores, servir de norma para muchos pastores. Catorce siglos ms tarde de su redaccin, Juan XXIII dir: Este pequeo libro me acompaa desde hace casi medio siglo y me da un gozo inefable releerlo en todas las circunstancias de la vida.

Pidamos pues al Santo Doctor que, junto con Juan XXIII, este librito nos acompae en todas las circunstancias de la vida para que su lectura no sea slo inteligencia para nuestro entendimiento, sino estmulo para nuestra voluntad y regla segura de nuestro obrar sacerdotal. San Gregorio Magno, Regla pastoral, Ciudad Nueva, 1Madrid 1993, p. 160

Ibd., p. 71

El modo de exponerla (la verdad revelada), es decir, su sistematizacin, una vez ms viene marcada por su solicitud pastoral. Gregorio ha expuesto las verdades fundamentales de la fe atendiendo a las circunstancias de su tiempo. Su orden est definido por el deseo de transmitir las verdades eternas a los hombres de un tiempo. Su sistematizacin teolgica ha sido la de un maestro de vida pastoral Ibd., p. 114.

Ibd., p. 163

Juan XXIII, Discurso en la tercera sesin del Snodo romano, 27 de enero de 1960 en Antoni Deig (ed.) Gregori el Gran, Regla Pastoral, Clssics del Cristianisme, Edicions Proa, Barcelona 1991.

PAGE 6