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BREVE Y SUCINTA RELACION }
EN FORMA DE DIARIO
DE LOS PRINCIPALES SUCESOS ACAECIDOS
E N L A R E CE PCIO N , P E R M A N E N C IA , Y PA R TID A
J D J E S W M A G J E S T A J D
DE L A SIEMPRE L E A L CIU D AD DE V A L E N C IA ,
CON LO QUE TIENE RELACION AL 2? EXÉRCITO
EN L A A C T U A L ID A D A C A N T O N A D O
EN SXJ R E Y N O ,
VALEN CIA:
IM PREN TA DE FR A N C ISCO B R U S O L A ,
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Si la v e rd a d , m odesta com o todas las v irtu d e s, no desdeñase los adornos con que la brinda la eloqüen- c i a , y quisiese herm anar con los de ésta sus acentos, nunca en asunto mas grandioso que el presente pudieran am bas ostentar su b rillo ; mas la verd ad tem e desacreditar su caracter sublim e em pleando el lenguage encantador de la eloqüen cia, y por lo mism o prefiere el sencillo suyo propio , que sin artificio á un tiem po desarm a á la incredulidad y penetra los corazones hasta el fondo : no se esperen pues en este escrito otras galas que las que la verdad severa que lo dicta quiera perm itir á la sensibilidad enardecida que lo escribe ; rasgos tiernos y apasionados, afectos puros de le a lta d , lágrim as arrancadas por el exceso del placer m ism o , serán las únicas que adornen é interrum pan frequentem ente la narración que la verdad d ir ig e , y que lejos de hacerla sospechosa serán el sello indudable de la veracid ad : sublime eloqüencia no te ofendas ; jam as tus bellos rasgos pudieran m as dignam ente desplegarse , jam as pudieras hacerlo en asunto mas propio de tí m ism a ; pero com o por dem asiado halagüeño y seductor tu lenguage podia hacer vacilar á la creencia , la verdad siempre delicada y circunspecta , aunque tu am iga , te proscribe, haciendo que te substituya la ternura menos fá c il, ó m as bien incapaz de sim ular las sensaciones que no sufre. A lm as heladas , que desconocéis la vo z del sentim iento , apartad vuestros ojos de este escrito ; las flores retóricas que .buscáis en to d o s , se han alejado de éste respetuosas, tem iendo profanar m as b ie n , que dar realce al grande objeto que lo m otiva : sin ne
cesidad de resortes prestados , qualquier alma sensi
ble se conmueve al saber solo que F e r n a n d o es li
bre, pisa nuestro suelo, y se halla entre las tropas
que hacen m ayor alarde de quererle.
N o bien se su p o , y a por conductos verdaderos, y a por avisos oficiales que S. M. habia de atravesar por A m posta el día 3 del corriente , dispuso el E xcm o. Sr. G eneral en G efe que solo el mas pequeño é indispensable núm ero de tropas careciese de espectáculo por tanto tiem po d esead o , y á este fin ordenó para dicho dia en el punto expresado la reunión de los cuerpos C a riñ e n a , R io ja , T irad ores de Sigüenza y G uadalaxara de las divisiones 2. ̂ y 5.* situadas para el bloqueo de T o rto sa en X erta y los Regués , avisando de antem ano al G obernador ene- n jigo con propuesta de un arm isticio de h o r a s , que aunque no form alm ente recibido por m iram ientos y reparos anexos á la escrupulosidad m ilita r , fue sin em bargo observado m as extensam ente aun de lo que se propuso. M archaron pues los cuerpos in d ica d o s, y á ios que se quedaban fue por la vez prim era repugnante y sensible su necesaria perm anencia a l frente del enemigo.
D esde el dia antecedente se habia trasladado á A m posta el E xcm o. Sr. G eneral en G efe con el G e- fe de E stado M ayor , M ayor G eneral de A rtillería y demas com itiva anexá á estos tres g e fe s , sin contar un crecido núm ero de oficiales sueltos existentes en el quartel general de V in a ro z , que se agregaron á ella con el deseo de ve r a l Soberano y rendirle sus hom enages , com o igualm ente el G efe superior poiitico de la P ro v in c ia , é Intendente de la misma*
DIA 3.
L legad o el dia 3 , que la im paciencia de la lealtad acusó m il veces de tard o , los cuerpos de la i.® división juntam ente con los de las dos y a indicadas,
y sus respectivas com pañías de artillería se reuriie- ron y estaban prontos á tom ar la colocacion que les estaba señalada.
T o d o respiraba la mas pura alegría : desde el últim o tam bor hasta el G eneral en G efe todos parecían agitados de un m ism o fuego a c t iv o , y el soldado, qual n u n c a , deseoso de acreditar su disciplina hacia ociosas hasta las mas pequeñas correcciones.
Esperábase por m om entos el aviso de la aproxim ación del R e y , que debia dar desde el P erelló el oficial que para este objeto habia hecho apostar' a llí el general de la i.* d ivisión D . Fernando M iyares; pero á las i i f de la m añana ofició avisando que S. M. habia variado su ruta dirigiéndola por Z a ra g o za para honrar- aquellas ruinas con sus augustas y com pasivas miradas.
L a estrepitosa y rápida explosion de una m ina que entre los dem as hubiera hecho desaparecer un batallón entero no h a b r ía , no sin d u d a , difundido la consternación en los sem blantes, com o esta dolorosa nueva ; las tropas que para recibir á su M onarca m archaron de los Regués y X erta con el brio que a l soldado español le inspiran la lealtad ó la g lo ria , regresaron á sus puntos pesarosos y con todo el desaliento que produce en guerreros sensibles la privación del objeto de sus sacrificios.
R estituido tam bién á su quartel general el Excm o- Sr. G eneral en G efe y quantos le acom pañaron , renovó su disgusto al tener que anunciar la desagradable noticia al ansioso pueblo de V in a ro z , que con variedad de festejos aguardaba de uno á otro m om ento la fe liz llegada de S. M ; y el batallón de Z a padores destinado al honor de custodiar la R eal Persona , recibió órden para v o lv er á su cantón de B e- n ic a r ló , del que habia venido con tan lisongero m otiv o .
Conociendo sin duda la sensibilidad del M onarca el v iv o dolor de las tropas en la privación de su an-
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helada v is t a , d eterm inó suavizarlo con la respetable presencia del Sernio. Sr. Infante D . A n to n io , su tio , de cu ya venida el 5 se tu vo n o tic ia , a l m ism o tiem po que de la ida de S. M. á Z aragoza por un correo de g a v in e te , que se lo participó a l G efe político de la P ro vin cia poco despues de enviar el oficia l apostado en el P erelló su aviso.
DIA 5.
E ste dia por hallarse ausente el E xcm o. Sr. G eneral en G e f e , salió el G efe de E .° M.r D . Juan de Potous y M oxica á recib ir á S. A . acom pañándole el M ayor G eneral de A rtillería D . Joaquín Ibar- ra , con su A yu d an te D . Sabas M arin , el A yu d an te general de E .° M .r D . P edro R am írez , los i.os D . Sim ón W a ll y D . C a y eta n o M aría D egrés , el 2.® D . José M aría d_e A r a u jo , y el Aposentador generalD . Francisco M a rtín ez; y desde las 12 f de la m añana hasta cerca de las 7 de la noche se m antuvieron á la inm ediación del rio y puente que d ivid e los dos reynos. E n esta hora avisados por ordenanzas apostados al intento desde la R á p ita , que S. A . estaba y a m u y p ró x im o , m ontó á cab allo d icho gefe y su acom pañam iento anticipándose un co rto trech o al coche.
A las 7 i ó cerca de las 8 entró S. A . entre las vivas y afectuosas dem ostraciones que su am abilidad, su edad re sp e ta b le , y sus desgracias arrancaban de los labios enternecidos de la m u lt itu d ; inm ediatam ente subió á la habitación que le estaba preparada, donde fue felicitado por el G e fe superior político de la P rovin cia y dem as corporaciones c iv i le s , y en seguida le arengó concisam ente e l m encionado G efe deE .° M a y o r ; S. A . tu v o la com placencia de conversar largo rato y a con u n o s , y a con o tr o s , y por fin despues de asom arse a l balcón para com placer á los deseos de tantos que aguardaban su v is t a , se retiró á c e n a r d is p e n s á n d o le e l honor de la m esa tanto al
G e fe de E .° M ayor , M ayor G e n e ra l, com o á otros varios gefes que allí se hallaban.
DIA 6.
E n la m añana de este dia y hora de las 7 | salió S. A . para C astellón acom pañado del m ism o gefe y co m itiva que tu vo el honor de recibirlo el dia antecedente. Despues de atravesar las calles de B e- n icarló 5 y entre las aclam aciones de su p u eb lo , se le presentaron form adas las tropas que allí se hallaban para el sitio de la plaza de Peñíscola , y el C o m an dante general de ellas el B rigadier C om andante del I.encuerpo de ártille iía D . Francisco X avier F ern and e z , y el encargado del E .° M.r de las m ism as el A y u d an te i.® D . M anuel M u ñ o z , tuvieron_ la honra de saludar á S. A , quien á poco dando repetidas m uestras de co m p lacen cia , vió desfilar por delante de sí á toda la tr o p a , y en seguida prosiguió su m archa con el m ism o acom pañam iento. A l llegar el coche a l punto del cam ino donde se dividen los térm inos 4 e B enicarló y P eñ íscola, varios de los dispersos é in-, felices habitantes de este arruinado pueblo sorprendieron y conm ovieron la vista de S. A . tanto con un arco , que en. m edio de su m iseria le habian constru ido 5 quanto con el quadro interesante de esta m ism a , tierno testim onio de su le a lta d , que se m anifestaba en la pobreza de sus ropas y am arilléz de su r o s t r o ; quando el alcalde expuso las calam idades de to d o aquel pueblo con la patética sencilléz de la verdad , los ojos de S. A . no pudieron resistir y preñados de lágrim as descubrieron la v iv a im presión que le habian hecho. A poco espacio despidiéndose el G e fe de E .“ M.*̂ y acom pañ am ien to , siguió S. A . la m a rc h a , acom pañándole hasta V alencia el A y u d a n te general D . P edro R a m ire z , que tu vo la honra de ser nom brado para este efecto en v e z del gefe citado , que á nadie la hubiera cedido si se lo consintieran las graves atenciones de su cargo.
DIA 7 , ‘
N o hubo otra ocurrencia particular sino la de haber perm itido el G obernador enem igo de M urviedro el páse de S. A . y com itiva por el pie del castillo , saludándole con 50 cañonazos y enviando oficiales á cum plim entarle.
DIA 9 Y 1 0 , = Sin novedad particular notable,
DIA I I .
E n este dia el G efe de E.® M.^ del E xército recibió aviso del E xcm o. Sr. G eneral en G efe de que S. M. entraria en el distrito del E xército y P ro vin cia en dirección á la c a p ita l, y que por lo tanto S. E . determ inaba salir á la ra ya con todo su quartel genera l para re c ib ir le , besar su R eal m ano y tributarle todos los hom enages de sum isión y te rn u ra , á cu y o fin le prevenia á dicho gefe se le reuniera en Segor- be con la parte del quartel general existente en V inaroz.
DIA 1 2 .
A conseqüencia de la órden antecedente se puso en m archa el citad o G efe de E .° M.r juntam ente con e! M ayor G eneral de A r t ille r ía , su A yu d an te , los deE .° M.i" D . C a y eta n o M aría D e g r é s , y D . José M aría de A raujo 5 y el Aposentador general D . Francisco M artinez.
DIA 13. = T rán sito en N ules.
DIA 1 4 .
A las 12 f ó la una llegó el G efe de E .° M / à Segorbe con todos los que le acom pañaban , hallándose y a en aquella ciudad el G efe superior político
de la Provincia con tod as las autoridades civiles de ella. Una hora despues llegó en posta el E xcm o. Sr. G eneral en G efe con su A yu d an te de C am p o el A lfé rez de la R eal Brigada de Carabineros D . C laud io C oig.
A las 4 de la tarde del m ism o dia se puso en m archa el E xcm o. Sr. G eneral en G efe con el G efe de E .° M,r y dem as para trasladarse á B ib e l, donde fu e recibido por el paisanage con aplauso. E l pueblo parecia frenético de g o zo : pues se puede m u y bien asegurar que fue m u y raro el vecino que aquella noche se a co stó , receloso de que ta l vez no pasara S. M. durante el sueño.
DIA 15.
A las 4 i de la m adrugada se transfirió tod o el quartel general á la Jaquesa en la ra ya del R eyn o de A ragón , y á las 9 f se tuvieron los prim eros fe lices anuncios de aproxim arse el tan augusto com o deseado M o n a rc a : inm ediatam ente que le avistaron pusieron todos pie á tierra 5 y el E xcm o. Sr. G eneral en G e fe , con la valiente pero respetuosa energía propia de un G eneral acérrim o am ante de su Soberano, le d irigió el siguiente discurso =
» Se ñ o k : E l G eneral en G efe del 2 ° E xército es- « p a ñ o l, C ap itan general de las provincias de V alen - 9>cia y M u r c ia , es el que tiene la dicha de presen- íítarse á V . M. m i R e y y Señor.
» M i lengua em bargada con el jú b i lo , el respeto, « y el am or hácia V . M. no podrá acertar á explicar *>lo que su corazon siente.
« E l 2.° E x é r c ito , que tengo la honra de m andar, 5>es de los que m as sangre ha derram ado y m as sa- «crificios ha hecho para libertar á su P atria y á su s) R e y ; con sid erad , Señor , qual será su jú b ilo , qual «su gloria al ver recuperados am bos bienes.
» L le g u e V . M. en hora dichosa á ocupar el trono «d e sus a b u e lo s; y el D io s de los E xércitos que por» tan raros y prodigiosos cam inos ha conducido á V . M.
m
íí á restaurar la M onarquía de las E sp a ñ a s, que íé M dio n a tu ra le za , le dé tam bién toda la fortaleza de »»alma y cuerpo que necesita para regirla dignanien- í>te: e n to n c e s , S e ñ o r, no olvidéis los beneméritos E - « x é rc ito s , ellos en el dia despues de haber regado «abundantem ente co n su sangre el suelo que han l i - » bertado , se ven necesitados , desaten didos, y lo que » es m as u ltra ja d o s; pero confian en que V o s , Señor^ « le s haréis justicia.
« O s e n tre g o . S eñ o r, el b a stó n , em puñadlo” =S. M. contestó diciendo, estaba bien en su mano. = Pero el E xcm o. Sr. G eneral en G efe co n tin u ó: »E m pu ñ ad lo , « S e ñ o r; empúñelo V . M. un solo m o m e n to , y en él «adquirirá nuevo v a lo r , nueva fortaleza.” = S . M. to m ó , y d evo lvió el bastón. = »D ígn ese V . M . darm e « su R eal m ano á besar.’*
F in alizad a esta escena el G e fe de E .° lleno de la m a yo r em ocion , y por la vez prim era , desm intiendo con las lágrim as la natural entereza de su semb la n te , le habló en esta fo rm a =
»A unque m i espíritu se h alla enagenado por e l » g o zo de contem plarse á L . R . P. de V . M . pro- » curaré n o o b sta n te , anim ándom e con las benéficas « y consoladoras m iradas de V . M , bosquejar los ser- » vicios contraidos por e l E xército d e que dependo, » siendo al propio tiem po el fiel intérprete de los sen- »tim ientos del m ism o hacia la sagrada Persona de » V . M. = E s t e E xército , Señor , fue e l que en los pa- » ra siem pre gloriosos cam pos de B aylen triu n fó de » las altaneras huestes del tiran o de E u r o p a , obli- » gándolas á rendir las arm as en cam po a b ie rto ; des- » pues luchando con un cúm ulo de desgracias , que »hubieran arredrado á otros que á esp a ñ o les, ha » sido el dechado de la constancia , y sem ejante al » fén ix que renace en las cenizas de su propia destruc- » c io n , aun en las ocasiones m as críticas han salido » d e su seno d iv is io n e s, cuerpos y destacam entos pa- » ra reforzar á los otros exércitos de la península y
«u ltram ar. = C ircunscripto á una de las tnas pequeñas « p ro v in c ia s , consiguió que en ella no se jurase ni 3> reconociese aun m om entáneam ente al in tru so : en aque* 9>lla se conservó la- m ayo r y m ejor parte de la c a - « b a lle r ía ; se consiguió que los exércicos enem igos j) llam ados de M ediodía y A ragón , no solo no se u- « n ieran , pero ni aun tuviesen com unicación directa; « y la plaza de C artagen a fue cubierta en térm inos « q u e puede jactarse de ser la sola en E sp a ñ a , que « n i aun reconocida ha sido por los enem igos. = E l « E x é rc ito , S e ñ o r, cuenta por una de sus m ayores des- « venturas el no haber tenido la dicha de saludar « á V . M. el dia 3 del co rrie n te , quando al efecto se « reu n ió en el m ayo r núm ero posible en A m p osta, « p ero tem pla su dolor considerando que el honor que « V . M. ha dispensado á la inm ortal Z arago za , es «trascendental á m uchos de sus in d iv id u o s, pues tu - « vieron la feliz suerte de hallarse en los dos sitios « de aquella c a p ita l; y contem plando que desde que « V . M . atravesó las rápidas corrientes del F lu viá has- « ta colocarse en su R eal palacio de M a d r id , no d e- « jará de tener á la v ista sus fa la n g e s ; en efecto en « B á s c a ra , en S a rr iá , en Z a r a g o z a , en P u z o l, en V a - « le n c ia , en la M ancha y en M adrid cuerpos del 2.® « E x é rc ito son en gran parte los que ha visto y verá « V . M , á quien y o no debo m olestar m a s ; pero sí « d e c ir le , que quarenta m il brazos de los mas robus- « to s coad yuvarán á la prosperidad de V . M. y se- « r á n , co m o lo han sido aun en los tiem pos desgra- « ciados (n o podrán dexar de serlo los de la cauti- « v id a d de V . M .) el apoyo del t r o n o , de que arre- « b a tó á V . M . la p e rfid ia , y a que le restituyen , ador- « nándole un nuevo brillo , que no es dado explicar á « mi débil acento , nuestra constancia y esfu erzos; gó- « ze ío V . M . y sus descendientes m uchos s ig lo s , para «que seam os nosotros y los nuestras tan felices c o - « m o nos prom etem os.”
Besada la R ea l m ano , y obtenida igu al d icha por
todo el resto de la co m itiva , m o n tó esta á caballo para acom pañar á S. M . y S. A . hasta el tránsito de aquel dia en Segorbe. S. M . se d ign ó aceptar el alm uerzo que le tenia dispuesto el sincero y exaltado pueblo de B ib e l: doce de sus mas agraciadas jó v e nes atando al coche un gracioso entrelazado de cintas , aparentando tirar de é l , lo conduxeron hasta la casa preparada , en la que así com o en las calles v ió S. M. patentes dem ostraciones del dom inio que tan arraigado tiene en el corazon de todos sus vasallos.
E n el alm uerzo la benignidad del R e y perm itió que le acom pañasen m uchos de los oficiales de la co m itiva , y concluido subió en el c o ch e , y con todo su cortejo siguió á S e g o rb e , renovándose las aclam acio nes á su paso por Xérica , en cu y o pueblo se h allaba y a el prim er destacam ento de C aballeros G u a rdias de C orps , el qual fue presentado á S. M. por su C apitan el E xcm o. Sr. Barón de Spés , besando to dos la R eal m ano. A las 5 de la ta r d e , por entre un num eroso pueblo que desde m as de tres quartos de legua le esperaba ansioso de gozar su am able v ista , entró S. M. en la c iu d a d , vien d o y escuchando las m uestras de afecto y los enternecidos v ivas, que desde su entrada en E spaña son una sola v o z que noche y dia corre incesantem ente de pueblo en pueblo y se difunde hasta lo desierto.
L u ego que S. M . entró en su palacio y las corporaciones le rindieron el hom enage d e b id o , pasó á la Iglesia baxo del palio para tribu tar S. M. el su yo a l R ey suprem o. A las 8 de la n o c h e , despues de haber franqueado su m ano á besar á quantos solicitaron este plan , S. M. se puso á la m e s a , honrando para que acom pañasen en ella al M ariscal de C am p o D . Santiago W in th in gh am , al G en eral en G efe del 2^ E xército D . X avier E l ío , su G e fe de E .“ M.f e l B rigadier A yu d an te general D . Juan de P o to u s y M o - x ic a , al M ayor G eneral de A rtillería D . Joaquin Ibax- r a , al G efe superior político de la P r o v in c ia , y á
otros m uchos oficiales desde la graduación de C o ro nel a r r ib a , com poniendo entre todos 24 de mesa.
D espues de la com ida S. M. tu vo segundo Besam anos para las diferentes corporaciones que acudieron á tener ta l d icha , y el C a b ild o eclesiástico v in o en cerem onia para disfrutar de esta deliciosa satisfacción . A las 8 de la m añana del dia 16 salió S. M . de Segorbe en dirección á esta c a p ita l, escoltad o por el destacam ento de su cuerpo de G uardias de C o rp s , que desde Xérica venia desem peñando este serv ic io tan grato á la lealtad que profesan. A visad o con anticipación el G obernador enem igo de Sagunto de que S. M. pasaria por delante de su castillo , y estipulada co n este m o tivo una suspensión de h o stilid a d es, retiró sus avanzadas , y aunque e n e m ig o , tributó los honores debidos á toda R eal persona entre naciones cultas, saludándole con 50 cañonazos.
L le g a d o el R e y delante de los H ostalets de P u - z o l , adonde estaba form ada la 4.* división del m and o del M ariscal de C am p o D . Felipe K eating R och e, y hecho por su artillería e l correspondiente prim er saludo , m ontó á caballo S. M. igualm ente que el Serenísim o Señor Infante D . C arlos para recorrerla.
H allábase la división colocada en un l la n o , apoya d o su flanco derecho al cam ino r e a l , y dando frente al castillo de Sagunto. S. M . y A . pasaron con sem blante risueño por delante de las tropas acom pañados de tod o su sé q u ito , y en seguida éstas desfilaron en colum na por delante de su augusta presencia con el aire m a r c ia l, que ésta les hacia añadir al que naturalrriente les ha infundido la buena disciplina de su G e n e ra l, G efes y Oficiales. E n tretan to las respectivas m úsicas no cesaron de t o c a r , y la artillería h izo segundo saludo al acabar de desfilar la colum na; pero la arm onía de las unas y el estruendo de la otra apenas sg dexaban percibir entre ios vivas con que el soldado desahogaba a fe cto s , que aun fueran m a yo res, á no reprim irlos el freno de la subordinación y del respeto.
S. M. y A . dem ostraron de un m odo nada dudoso la com placencia que Ies habia causado la brillantez c instrucción de aquellos cuerpos. C o n clu id o este acto , y al ir á tom ar S. M. e l coche , se presentó el Serm o. Sr. Presidente de la R egencia C ard en al Borbon con el Sr. L u y a n d o , co m itiva y sirvientes de casa real , los que todos m erecieron besar la R eal m a n o , á que se siguió e l entrar en el coche S, M , el Sermo. Sr. Infante, y el Sr. Presidente para continuar su m archa.
D esde m u y cerca de P u zo l era ta l la inm ensidad de g e n te s , qüe á uno y otro lado del cam ino habían acudido de los pueblos c ircu n v ecin o s, que parecia se cam inaba por una poblacion no interrum pida. E n m edio del cam ino salió tam bién al encuentro del R eal sobrino el Serm o. Sr. Infante D . A n to n io , que se traslad ó luego al coche de S. M , y en él llegaron á las 4 i de la tarde á esta c a p ita l, en donde la lealtad valenciana substituyó á las m uías del coche con sus brazos para entrar á su M onarca com o en triu n fo en la c a p ita l , que en sus adornos de fachadas-, y en la precipitación con que sus habitantes se arrojaban hasta entre los caballos á riesgo de ser atropellados , se patentizaba bien c laro e l leal cariño 5 y lejo s de hacer cu lpable su indicación a rrie sg a d a , se verá un nuevo m o tivo en ella m ism a á quanto no podrán exponerse en los com bates por su R e y los españoles , quando por solo verle tan to desatienden su peligro.
L legad o á palacio S. M . recibió benignam ente las reverentes m uestras de am or y respeto que le o frecieron las diversas corporaciones de esta capital tanto civiles com o m ilita re s , y satisfizo la cariñosa am bición del anhelante pueblo asom ándose repetidas veces á los balcones.
E l dia 1 7 , que para siempre debe quedar inm ortalizado en los anales de la sensibilidad m ilitar por las escenas grandiosas que en él o cu rrie ro n , deberia exercitar quanto de m as m agnífico y pom poso puede
usar la eloqü en cia; pero actos sinceros de un Soberano y sus soldados en que la afectación nada interviene se ofenderían de ser referidos en lenguage que se apartara de la sencillez con que se hicieran.
E l R e y sale á pie este dia con dirección á la Iglesia catedral para cum plir e l tributo de su piadosa religiosidad ; la tropa tendida por la carrera hace el salu d o prefixado á su augusto ca ra cte r: llega á hacétr- selo la bandera del regim iento de la C o r o n a , se le
h u m illa , y e l R e y la advierte m atizada en sangrej le dice el G eneral E lío .
jí Se ñ o r : os detengo á enseñaros u a espectáculo
«d igno de vos mismo.
« E sta s m a n ch a s. S e ñ o r , que veis en esa bandea r a , son de la sangre de este m ism o o fic ia l, que « llen o de heridas la salvó de entre lo s enem igos eo « C asta lia .
» L a corona tiznada en esta sangre quiere d e c ir , que « la que el leal E xército español ha d e rra m a d o , es la « que os ha recuperado la C o ro n a ; la que resta á to - « d o s los soldados españoles se verterá para aseguraros « e n el trono en la plenitud de los derechos que os «concedió naturaleza.”
E l enternecim iento detiene al R e y , besa la bandera , y honra al benem érito y desatendido oficial D . Juan de Santos confiriéndole el inm ediato em pleo de T en ien te. ¿Q ué m as v iv o colorido puede dar á esta sublim e escena un prestado é inoportuno ornato? N a d a será tan capaz á conm over los pechos m ilitares co m o la sim ple narración del h e c h o : él ofrece un R e y piadoso , un G eneral prom otor del m érito , y un Oficial m odesto en su heroísm o.
A las 12 f se puso S. M . á la m e s a , favoreciendo con el honor de acom pañarle á ella á varios oficiales desde la clase de Brigadieres arriba.
A quella m ism a tarde recibió e l Soberano una prueba de lo que puede esperar de sus tropas , y estas un m o tivo para conocer el aprecio que de ellas hacen
no solo S. M , sino su augusto herm ano el Serenísim o Sr. Infante D . C a rlo s , pues que en esta tarde se presentó con uniform e de C apitan g e n e ra l, m anifestando querer honrar al d istintivo de los que poco hace fueron llam ados m ercenarios.
A las 4 i de la tarde se presentó en su casa-palacio e l E xcm o. Sr. G eneral en G e fe con el E stad o M a y o r, y P lana M ayo r del E xército y de la P la z a , gefes y oficiales de los cuerpos existentes en la capital de V alen cia , á fin de besar la m ano á S. M. y A A : dió principio este acto por el cuerpo de E .° M .f cu y o gefe D . Juan P olou y M oxica dixo á S. M. = »»Que con m otivo de ser M el decano de un cuerpo que no existia quando la p a r- « tida de S. M , no podia m enos de hacerle presen- i»te lo útil y ventajoso que e s ; detalló algunas de « las funciones de su instituto , é hizo ve r que reunién- »dose en él oficiales aventajados de todas las arm as, »»era el que preparaba y dirigia las grandes acciones n de la guerra ; y que aunque estaba hecho cargo de « q u e no haria jam as guerra por el lauro de conquistas, » poseyendo vastos paises en las quatro partes del m un- » do , y los corazones de todos los españoles, que era la » m ejo r con qu ista , con todo siem pre se debia estar pre- » venido para rechazar una agresión ; y que las densas «naciones tuviesen á la nuestra en el a lto rango que la » corresponde , para lo qual era indispensable m antener » un exército á quien nada fa lta se , y que el E stado M a- » y o r era la llave del arco de tan vasto edificio ; cón- » c lu y ó entregando á S. M. y Serenísim os Señores In - »ñintes las listas del cuerpo correspondientes á este año, » y el quaderno de observaciones hechas por algunos »oficiales de él con m o tivo de la planta provisional que »queria d á rse le , añadiendo que no dudaba tendrían » S. M. y A A . la bondad de leerlo , quando habia ob- « servado en los dias que ha tenido la honra de acompa- »ñarlos es su principal ocupacion durante las m archas.”
E s m u y sensible no poder presentar en su extension, y sí solo en e x tra c to , el discurso antecedente , pues' co-
m ó hijo repentino de la ocasion , se hace im posible trasladarlo íntegro al papel , con lo qual se haria v e r quán breve y oportunam ente apoyó la utilidad del obje to de su asunto con el exem plar de las victorias pasadas de Federico el G r a n d e , y N apoleon , que á este establecim iento y su táctica las debieron; y que lo confirm ó por conclusión con el incontrastable principio de que se debe siempre com batir al e n e m ig o , aunque sea el mas o d io s o , poniéndose al nivel de su sistem a de guerrear , é im itándole en sus aciertos para vencerle.
H abiendo term inado este discurso no sin em bargársele la v o z , y presentarse en lla n to , besaron la m ano los c u e rp o s , gefes y oficiales sueltos ; y preventi-^ vam ente advertidos todos de detenerse por el E xcm o. Sr. G eneral en gefe , éste dirigiendo al R e y la palabra , dixo =
« S e ñ o r : Perm ítam e V . M. que sea el órgano de los »sentim ientos de la benem érita oficialidad que h a te n i- « do la honra de besar su R eal m ano.
» E sto s dignos oficiales y los dem as del exército que- « ten go el honor de m andar , renuevan á V . M. el ju ra - a m e n to que c o n ‘toda la leal N ación española hicieron «en el año de 18 0 8 , reconociendo á V . M. por R e y de « los E sp a ñ o le s; lo hacen de nuevo por m í en vuestra « R ea l m ano (arrodillándose y besándole la m ano) y le 35 prom eten á V . M. á costa de su sangre conservarle el’ « tro n o con todos los derechos con que le juró la he- « royca N ación española. Y volviéndose á la oficialidad; «¿Son estos los sentim ientos que anim an á ustedes?”
Un grito unánim e general ratificó el juram ento con repetidos viva el R ey , acom pañando á dichas voces las lágrim as producidas del am or hacia la R eal persona, IL^gando á inflam arse tanto éste en el corazon de a lgu nos , que gritaron = el que asi no lo sienta y lo soS" tenga. ̂ '
Un efecto ta l conm ovió el corazon de S. M. y A A . Reak's , y el llanto que asom ó á sus ojos , hizo ver el aprecio que le m erecía ta l escena de afectos unánimes
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de am or ; mas' para no acrecentar su sensación , im -- puso silencio el E xcm o. Sr. G eneral en G e fe , y salió de palacio con la o fic ia lid a d , despues de haber ratificado igualm ente e l ju ram en to en m anos de S. M , el C ap itan del cuerpo de G uardias de C orps el E xcm o. Sr. Baró n de Spés con los caballeros G uardias , y el E xcm o. Sr. C oronel de G uardias Españolas con varios señores oficiales del cuerpo.
E l B rigadier D . A lexand ro O re , com isionado por e l E xército de R eserva de A n d a lu c ía , y su digno G e neral para cum plim entar á S. M . y A A . Reales , é inform ar á aquel del m odo con que se expresaba este segundo , fue testigo presencial de ta l escena.
DIA l 8.
E n la noche de este día el R eal C uerpo de la M ies- tranza dió un m agnifico bayle en que brillaba el gusto y la sum ptuosidad , y a l que se dignó con currir S. M , honrando á aquella C o rp o racio n con su presencia has-, ta las 12 de la m ism a noche.
DIA 19 . = Sin ocurrencias notables.
DIA 20.
E n la tarde de éste los regim ientos de infantería de la C orona , A m érica y L o gro ñ o , el esquadron de F ernando VII. y la A rtille ría tuvieron el honor de ser revistados por S. M. y A , quienes en seguida fueron al G ra o 5 y se em barcaron en una falúa adornada al intento , cu y o tim ón gobernaba el B rigadier de la R eal A rm ad a D . M artin Serón.
DIA 21.
E n su m añana m archaron con dirección á M adrid los regim ientos de infantería arriba indicados ; y por la noche S. M . se dignó regocijar con su R eal presencia el teatro , donde apenas perm itia la representación el continuado aplauso de los espectadores. E n va-
ríos sonetos , 'décimas y otros versos S. M . fu e fe lic itad o por varios actores de la com pañía cóm ica , que para recitarlos con toda la expresión del sentido le co noció m u y bien que no necesitaron recurrir á las reglas d el arte»
j)iA 22. = Sin novedad.
DIA 23.E n la tard e llegaron el batallón de Zapadores que
se hallaba en B e n ica rló , y la artillería de Am posta. E n este dia se tu vo tam bién la noticia oficial de la abdicación de la corona de F rancia hecha por su usurpador Bonaparte en su legítim o dueño L u is E stanislao XVIII, con c u y o m o tivo se renovó la ilum inación , que atendiendo al gasto del v e c in d a rio , habia m andado suspen* d er el Soberano.
DIA 24.E n la hora de la corte la leal oficialidad que espe
raba com o los dem as dias anteriores disfrutar de la vista de su am ado M onarca , experim entó el disgusto de o ir por boca del E xcm o. Sr. D uque de S. C árlos , que S . M . se hallaba indispuesto y en c a m a , y fue disgusto y sentim iento , que con dificultad se tem p laro n , á pesar de añadir no ser cosa de c u id a d o , y sí solo una leve m ortificación en el pie. A pesar de to d o , despues de adm itir S. M . á su corte á los Generales , G randes , y G en tiles H o m b res, deseoso de favorecer siempre á los ardientes defensores de su tro n o , hizo que entraran hasta su lecho á besar su R eal m ano los oficiales de Z a p a dores y A rtillería llegados en la tard e del dia antecedente. P o r la tarde desfilaron las tropas de estos dos cuerpos por delante de palacio , y S. M . tu v o la benignidad de honrarlas con sus m ira d a s, aunque por detras de los cristales , á causa de su indisposicioo.
DIA 25 Y 26.Sin ocurrencia p a rticu la r , sino la seasible de con
tin u ar S. M . indispuesto.
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DIA 27. ̂. - ^ n este dia y á las 2 de la tarde entraron las com-
;panías de granaderos de los cuerpos que bloqueaban las /plazas de T o rto sa y Sagunto.
DIA 28.L a colum na de granaderos fo rm ó á las 12 del día
en la plaza de Santo D o m in go , y delante de los balcones dé palacio' para ser revistada por ’ S. M q ü i e a aunque tod avía ind ispuesto, asistió a l balcón detras de los cristales , y en seguida tu vo la dignación de conceder su R eal m ano á besar á la oficialidad de e l la , cuy o acto no pudieron executar sin hacer resonar los salones del palacio con sus alegres y leales vivas,
DIA 29.E l Sr. A lm iran te ingles Sir Sidney Sm itk dió á bor
do de su navio un con vite y b a y le , á que asistió gran parte de la oficialidad y m uchas señoras. E n este mis*- :mo dia m archó tam bién la colum na de granaderos en (dirección á M adrid baxo el m ando del B rigadier D . José C asim iro de L a v a lle , yen d o encí^rgado de su E .° M.r el A yu d an te 1.“ D . C a y eta n o M aría D egrés , y con éste el adicto D . José A rgandoña. S. M. algo m as aliviad o de su d o le n cia , satisfizo los deseos de sus o fic ia le s, d e- xándose ver en la corte para tranquilizar la inquietud en que se hallaban por su salud tan preciosa á todos ellos.
DIA 30.E n este día S. M. tam bién favoreció con su vista á
los que siem pre la anhelan , y tantO' le interesan en su restableeím iento , y le besaron la m ano la diputación de Peniscola y algunos eclesiásticos.
DIA I.° DE MAYO.
S. M . se dexó ver a lgo m as aliviad o de su dolencia, pero todavía precisado á guardar quietud en la silla.
DIA 2.
L a interesante salud del M onarca se supo haber adelantado m ucho en la noche antecedente, por cu yo agradable m o tivo tuvieron la honra de arengarle y besar su R eal m ano algunas diputaciones : en la tarde reuni- dos^varios oficiales precedidos de una m úsica m ilitar, se d irigieron á nuestra Señora de los D esam parados, llevando en triu n fo una lápida provisionalm ente de m adera , que llevaba la inscripción de = KEAL p l a z a d e
FERNANDO V I I , y al son de la m úsica y de los repetidos vivas del num eroso concurso esp ectad or, la colocaron encim a de la cúpula de la capilla que h a y en dich a p la z a , en substitución de la lápida que debaxo de ésta habia anteriorm ente con la inscripción de = p l a z a
DE LA CONSTITUCION : acabada de asegurar con algunos c la v o s , besó e l oficial que lo habia executado el nom bre augusto del Soberano que ella contenia , y en seguida se retiraron todos en com itiva conform e habian venido , apareciendo á poco rato debaxo de la lápida la siguiente octava impresa.
Piedra in m o rta l, que en gloria de Fe r n a n d o
H o y el brazo del justo aquí coloca.E n t í se estrelle el enem igo bando Q u a l se estrella la nave en dura roca^Y si algún v il ideas abrigandoC o n tra el R e y , te profana ó te provoca.Q u e m uera ; y que á cenizas reducido Sirva de exem plo al L iberal partido.
DIA 3.
L a benignidad y condescendencia del R e y accedióá los vivos deseos que tenían de verle las Religiosas de todos los conventos de la c iu d a d , y em pleó en concederlas esta com placencia parte de la m añana de este dia , que fue el prim ero de su salida á la calle , y a restab lecid o , aunque no com pletam ente de su sensible indisposición. A la hora acostum brada de la corte S. M, y Serenísimos Señores Infantes favorecieron á las con -
currentes con su presencia y am able conversación : el R e y , con partícLilaridad, hizo ver claram ente en su semblante risueño , la tierna sensación que le producía el ju sto regocijo que en el de todos advertía por su restablecim ien to; y sus palabras parecían revestidas de una afabilidad y dulzura aun m ayores que las que de ordinario manifiesta.
A poco rato se presentaron á besar su R eal m ano los catedráticos del Real Sem inario de N o b le s , llam ado de San P a b lo , con algunos de sus seminaristas , y uno de estos con un despejo y expresión dignos de adm irar en sus pocos años , le d irigió un discurso reducido á pintar el lastim oso estado de aquel colegio , im petrando de la piedad de S. M. el fom ento , é interesando su protección con el recuerdo de ser establecim iento de su augusto abuelo el Sr. D . C árlos T ercero .
S. M. le o yó com placido, le acarició al darle su m ano á besar, le preguntó su edad , y elogió m ucho el buen desempeño y gentil desem barazo de un orador tan joven .
A las 4^ de la tarde S. M. y A A . fueron al G ra o , en donde la lealtad de los m arineros puso en acción quantas dem ostraciones de afecto les sugirió el ardiente que profesan á su am ado Soberano , teniéndole preparada una m erienda , en la qual brillaban el gusto y la delicadeza. A causa de la agitación del m ar , no pareció prudente aventurar á éste las preciosas vidas de S. M. y 'A A , y en conseqüencia no tu v o uso el fa lucho que adornado se tenia pronto para si querían pescar algún rato por el agua,
A exem plo del piadoso T ito S. M. no perm itió que term inara el dia sin una buena acción ; y así perdonó la vid a á un soldado del regim iento de C a n a r ia s , qué estaba condenado á perderla por reincidente en la deserción.
DIA 4.
C ontinuó S. M. toda la m añana de este dia visitando algunos conventos de M onjas hasta la hora de lá c o r te , que se verificó lucida com o todos los de
m as dias. E n seguida , á conseqüencia de m ejncría presentada por el d efen sor, S. M. selló el últim o dia de su m ansión en V alencia con otro acto propio de su corazon hum ano , perdonando la v id a á un soldado del regim iento de V oluntarios de A licante , que iba á ponerse en capilla por cóm plice en un r o b o , en el qual lo habia envuelto mas bien la inexperiencia de sus pocos a ñ o s , que la m alicia.
P o r la tarde prosiguió y term inó el R e y sus v i sitas á los co n ven to s de Religiosas que aun no habian disfrutad o de la felicidad de v e r le ; y á las pasó con los Sermos. Señores Infantes y com itiva á la santa Iglesia catedral para asistir al solemne Te Deum que debia ca n ta rse , y adorar el santo C á liz , que por una venerable tradición se conserva en ella religiosam ente.
E l tem p lo adornado con gusto y m agnificencia estaba ilum inado con mas de 20000 lu c e s , y á su puerta principal recibió baxo de un palio á S. M . el m u y I.tre C a b ild o , que le esperaba en toda cerem o n ia , a- com pañado del clero de todas las parroquias. L u ego que S. M . y A A . fueron colocados baxo de los respectivos sollos , quales estaban preparados, entonó el Te Deum la capilla , acom pañada de una brillante y num erosa orquesta , la qual no obstante quedaba freqüentem ente confundida entre los incesantes vivas con que el concurso hacia estrem ecer las bóvedas del tem plo. Finalizado el Te Deum ., el R ey y Señores Infantes adoraron el santo C áliz , y en seguida fueron conducidos á la sala capitu lar donde estaba dispuesto un suntuoso y fino refresco para obsequiar á las A u gustas P e rso n a s, su com itiva , y oficialidad convidada , y durante él se cantaron varias letras alusivas á objeto tan agradable é interesante. S. M. expresó su reconocim iento al dignísim o c a b ild o , y á poco se restitu y ó á su palacio.
DTA 5.
E l refrescar ideas tristes es tan doloroso para las alm as sen sib les, que éstas seguram ente agradcceri-ap
que se pasasen en silencio los sucesos de este d ia ; pero la exácta precisión histórica prohíbe hacerlo , y lo m as que perm ite es aligerar la narración en quanto cabe , para no conm over los corazones con exceso.
E l leal Pueblo v a le n c ia n o , ocupado enteram ente, enagenado con el placer de tener en su seno a l M onarca mas querido y mas digno de serlo , no pensaba en el terrible m om ento que debia arrancarlo de su v is t a ; pero el aparato y preparativos á la puerta de palacio se lo anunciaron en la m añana de este dia; y el R e y , que se presentó para tom ar el c o c h e , confirm ó tan fatal anuncio al afligido concurso que llenaba la plaza de Santo D o m in go : entonces un ya.., se.., va , m elancólicam ente p ro n u n ciad o , v a yá de unos en ptros , difunde un general sen tim ien to , hace sobrepujar el llanto y los sollozos entre los aplausos y los vivas. E l R e y , los Infantes se fatigan inútilm ente en dom inar la fuerte sensación de su ternura reconocid a , y en ju g a n io sus lá g r im a s , suben por fin al co che al dar las 8 , y parten acom pañados del R eal C uerpo de la M aestranza, que conducido por el Marques de B en em eg í, T en ien te de H erm ano m a y o r , sigue largo trech o del cam ino desem peñando tan honroso exercicio.
Estos han sido los acaecim ientos m as notables que han ocurrido desde la entrada del Soberano en el rey- n o de V alencia hasta su salida de la c a p ita l, los qua- les mas bien que en este escrito pasagero , quedarán para siem pre en la m em oria y en los corazones de los Valencianos y de las tropas del 2.“ E x é r c ito , que reciprocam ente se han rivalizado en hacer publicar su adhesión invariable al Soberano.
P o r f ia , las tropas del 2 .° E xército recibieron en Aranjuez á S. M. y A A . el dia i i de M ayo de 8 14 á las 4 de la tarde. = S. M. pasó por entre estos fieles soldados ; y ellos así com o lo prom etieron á S. M. lo dexaron y a en su R eal palacio , y en la íntegra posesión del T ro n o de San Fernando. ¡D esdichado del que hubiese tenido la osadía de repugnarlo!
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