ideas y breviarios historicos de mexico

7/25/2019 ideas y breviarios historicos de mexico

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BOSQUEJO HISTORICO

RAZONADO DR LA ACTUAL RRVOLIJCION DR ESPANA, FORMADA FOR EL

CLERO, LOS FRAYLES 1

LOS SERVILES PARA

DESTRON R

A FER

NANDO

70 .

A

QUIEN ACABADAN DR COLOCAR SOBRE EL mONO

ABSOLUTO FOR OTR.A CONTRA REVOLUCION.

Si Diolandurn est jus regnandi causa viotandum est.

Hem os dicho quo Fernando es solo por si mismo una revolu-

cion para la Espa fla y quo m ientras esté al frente do su go bi-

erno en preciso quo esté la naclon en un estado rcvolucionario

perm anonte. Acaba de tener explosion un m ovimiento y

estâ

siguiendo sus tramites quo lo ha cxcitado él sin cono cerlo

s

como forinó, sin sentirlo, ci do Riego. Entonces fucron éste

y los liberales, sus involuntarios instruinentos, y hoy lo son

los fraylcs y los serv iles. Aquc ila revolucion fué agu ijada por

ci despotismo a favor do la Jibertad, y ésta a favor del

despotismo espiritualizado, estiniulada por ci despotismo

sin este ribete, quo Jo liace mas crtiel y feroz. Aquella

la hizo Fernando contra su voluntad, paza quo la nacion

fuese Iibre,—lucgo la deshizo, a sabiendas, para quo fuese

csclava,—ahora, la reliace, sin sabcrlo, para quo sea man

esciava. En la priwera, perdicron los liberales; on Ia

segunda Jo mismo; en latcrcera Fcrnando y on la quo sin duda

sncedcra a la quo existe perdcran unos y otros quo seran la

victiina de un tercero ó dexaran de ser. Fernando como to-

dos los tiranos, obra sicmpre contra si niisrno. prsiguiendo

a los unos irrita é insolenta

it

los otros y para vongarse a pla-

cer do los que quierc tienc quo conteinpiar

It

los quo Ic sirven

ile instruinento, y engreirlos asi, y avilantarlos. Odiado por

los perseguidos cuen tan con éstc apoyo Jos perseguidores para

rji ando

c

les quiera violentar sus gustos y caprichos y so ha -



) ERNANDO SEI TIMO.

9

el Trapense, Capapé, y los frawles y clerigos disidentes quo

ha podido haber. Sostiene asi la nueva revolucion que ban

promovido su maligua propension a matar y destrijir,

su

indiscreta tolerancia de todo to quo baxo su nowbre ha querido

abusar ci partido servil, que, avanzando porella cada dia mas

en miras y en proyectos, se habia liegado a hacer tan volunta-

rioso, quo no babIa yã medio de contentarlo y se debia revolver

contra él. Quieren los serviles mas despotismo que ci de Fer-

nando, quo lo habla Ilegado a perfeccionar do Un modo desco-

nocido, y les parece todavIa poco; y quieren vencer hasta

quedarse solos en ci campo de Ia nacion con todos Jos empleos,

con todos los honores, y con ci crario a disposicion de ells

solos; y hasta que se vean libres de liberales, y do serviles

fernandinos, que se los disputen, no estarã para ebbs la Es-

paüa bien gobernada ni se ha de dar Dios por hen servido.

Los lectores, quo han visto ci resumen quo hemos dado do

la revolucion del aflo do veinte, hecha per Fernando y pro-

clamada por Riego, iran notando

on

ésta, pie preparada por

ci mismo Fernando proclaman ahora los frayles, y Jos serviles,

todos los caracteres do una compieta revolucion, y so pondran

en estado do juzgar del exito de Ia una, como habIaii desde ci

principio juzgado del de la otra. Si en los scis ailos del mas

brutal y cruel absolutismo, quo proccdieron a la pritnera, no

lo hubiera Fernando lievado tan al extremo, y Ia nacion se hu-

biera ptesto en disposicion do podcr algun dia esperar de su

gobierno una oprcsion mas (iisilnuiada, y econornica desangre

y de sufrimientos, los acontecitnientos que ban tenido despue.s

iugar, no hubieran acaso alterado su quietud y su i

)os

c

s

ioil, ni

nerse yá en

capilla, de donde lo sacó

ci

pueblo aturntiltuado, creyendolo to-

davfa liberal, injustamente condenado. El saud del apuro, y confirrnó so deli-

to, marchando desde all a 7.arsgosa a seducir a lilego, Para que entrase en

Francia a donde lo esperaban los patriotas pars proclarnar al hijo de Napol.on,

con el designio quc fuese cogido y muerto. MalogTada esta tentative, se fu6

t Valencia desde donde subid con cinco mil hombres hasta las puertas de Ma-

drid, que consternd; y ahora hace

i pope de Carolino.

El Trapense, y Capapd fueron partidarios 6

gucrrilleros en Catalufia

contra is constitucion y la libertad.



310

IDA

}

expuc.sto su seguridad

y

la tip su corona; ni liubiera Ilegado

ser, come lo es he

y

. ci Iudjbrjo tie la Europa y la ignominia tie

los Reyes. Su conducta dcspoticaiorrnó la revolucion del alit)

deveinte, quo le dcxó la existencia contra toda ésperanza; y

ésta revolucion, irritando su caractcr, â

demasiado cruel y

vengativo p9r naturaleza, Jo duo la impenitencia incorregi-

bulidad, quc Jo han trasladado it la clase

IC

los monstruos, y

arrojado do la tie los Rcycs, y aun de la do los hombres.

s

ta persuasion quc està la nacion, la tiene y la tendra en Un

estado permanente do rcvolucioii, y tie alarma, mientras Fer-

nando sea Fernando, y los scrvilcs, quo son sus garras, lo

crean tal. Per ( so

SC VéC

en la fleCCSida 1 dc serlo yã siempre,

ha tenido quo contcmplar Ia rabia y voracidad tie este par-

tido hero y selvatico, para see Rey a gusto do éi y, no mas.

Desde su Egira do Cadiz, quc lrma la segunda epoca tic su

absolutismo, en que tomó las ricndas do esta bestia,

qU Sc

llama pueblo en Espaha; ci partido servil, so promlnció, co-

mu participe do la soberana autoridad, quo no habia querido

reconocer en ci pueblo, y usurpaba ahora 0. Fernando,

quc no

era absoluto p eso, aunque so Jo ilamaban; y formO por SI

y ante

Si

una milicia, quo apellidaba realista, y debia ser por

su naturaleza, verdaderarnente popular, 0. pesar del nombre,

por

Sn

cspontanea institucion, y su iudepcndcncia,—bulltciosa,

emprendedora, insolente, engreida

tie

su fuei za, y do la ilu-

sion tie

Sli

aparente realismo, insubordinada, y amenazatlora.

Los frayles y los clerigos la auxiliaban con sus predicas y su

confesonario, y auinentaban asi en ella, y en ci pueblo ci ttIso

y pciigroso entusiasmo IC este

CUCFO

poe ci Rey, y ci vcrda-

dero contra los liberales, quo era todavia inas hen tin pretexto

para venganzas l)

tsor1aJcs, saqucar, y incrodear los

pueblos. Sc afectaba llcvar este funesto y mcinloso cutusias-

inn hasta ci extreme tic darlo como un zelo ardientc poe la cau-

sa tie Dios y la del Rey;

y

per tanto no so guardaba mcdida

aiguna en sus santos y caritativos desaliogos, qus consistian

en inantencr al pueblo en una convulsion continua, quc ainc-

drentaba It los liberates, y a los serviles quo Irs conveiiIa, que

so cali1icasen

tic

liberalisino, para robarios tainbien y ascsinar-

los, conic 0. los utros. La incauta Icrocidad tie Fernando

n



FEINN L)() SE PT1M.

(j

cozitraba en esta cunducta Un placer, quc embaisamaba su al-

ma de tigre, y lizonjeaba

SUS

malignas 1)rOpcnones

Por esta

razon aprobó este cuerpo revoluciohario tic milicias Inc

n

y

en-

gara, rnuy ageno tie

quc debia ser por su conducta y naturaic-

za, antipoda del realismo y dare

la

Icy it éI, despues tic liacer

teinbiar

it

los demas. Los consejeros y ininistros

tie

Fernando.

o

no

velan ci peligro, 6 no encontraban at Rey hSpUCSto it

oir conseos quc coiitradecian sus sanguinarias inciiiiacioncs.

Crecia ci mat

t

I)roI)lcion

que ci gobierno Jo toicraba y

aplaudia. Sc fiié foninaiido asi un plan Sin plan tie persedu-

non y tie tropelias, quo liegaba it

amenazar yit liasta ci nuismo

gobierno. Cundiit en ci pueblo este ticsorden despotico tic los

milicianos, quo se Jo vacunaron con su pOs inortifero y anti-

social;

y yit todos prendIan, maltrataban y ann asesinabaui,

como si fue-senjueces y tribunales. Estos caflaban do miedo dc

esta fuerza popular desenfrenada, que so iba baciendo mas

fuerte y dcsvcrgonzada cada tlia; y si querlan usar tie su auto-

ridad para contenenla. cran dCpueStoS por csta faccion anar-

quica, quo era verdaderamente ci Roy

IC

la nacion, y obiaba

on su nombre sin apelacion. Ella recibia 0 recliazaba .]as

autonidades quc Fernando nombraba, sin quiedarie it 6ste otio

recurso

(IUC

aprobar Con

SU

silencin y tolevancia, 6 cxluortar

it

la suniision, como Jo luizo inuchts Veces CII

tCIIfljtiOS

tan

con-

templatiros pie hacian conocer bien it los luuis

105

ananquistas.

IUC

ci Roy los tern

a, y no los qucria desagratlar, lo qule equl-

valia

it

una al)robacion tic tod ) Iflanto liicieran, y it una corn-

firmacion tic la autoridad sobcrana cOn

(fUC

obraban.

l O(io

IlegO it sen licito, como se parapctasc. quc so liacia

CII

Otli , tic

la libertad. Fernando entnetiuito hacia tie Roy en ]as formu-

las

y éstc populacho SOCZ

insolcute to era en ci heclun. :quicJ

venla it

ser en rigor uno tic los anarqtuistas. juc it su turno ma-

taba y persegula, como eils)S. Su gohierno estaba todo cifrado

en perseguir y JCStrozaI. Sus icycs eran tan revoluciouianias

como su poder ; Sc

clinij tan todas

t

euicarcehu.

dcstcrrar

6

ahorcar. Su supcninteiidcnte

(IC

policia Gonzalez dccianO en

su nombre, quc

no

tenia otro atnibuto sit autonittad, title proleger

it los scrvi.ics, v

e.-i-lerminar

it

os

ljlteiaIes. El

flu

ismo ternaui-

to lcs ascguu-ô cli una teal orden, quo no lenlait gue C

S

Crar

(IC



3 2

XDA DE

él mao ley que la do so capricho y ab5oluta voluntad y quo

desesperasen de otro sistema, mientras viviese; y que asi lo ha-

bla acor lado con sus aliados. No era yã posibie, segun habla

montado ci gobierno desde su salida do Cadiz, esperar de él

leyes beneficas y quo mirasen at bien del reyno y a su prospe-

ridad. Aun ci consejo de Castilla no le consultaba sino sobre

el establecimiento de Ia inquisicion —sobre los perjuicios de un

indulto general,—sobre medidas duras contra la emigracion

quo promovia el misino gobierno con su horrorosa tirania,-

sobre el exterminio absoluto

IC

liberales _—sobro pesquisas

y descubrimientos de Masones,—sobre no moderar la bar-

bara Icy do purificaciones,—sobre prohibiciones do libros,

—sobro registros do casas para buscarlos,—sobro on plan

de estudios quo enseilase per principles la ignorancia y

Ia ciega sumision a los Reyes, quo se deberian declarar en él

dioses

—y

sobre todo lo quo sustenta y despiega Ia tirania, y

hace a los pueblos timidos y esciavos. Los terminos en quo

estaban concebidas estas byes y consultas, eran tambien rnuy

alarmantes; no parece quo tenIan otro designio, quo ci de

irritar y acalorar los partidos, para diridir Ia nacion, y radi-

car bien la anarquia, quo al fin lograron establecer.

Llegó yâ Fernando a verse contrariado per ci mismo partido

servil que liabia contemplado, y iiecho en algun modo su Rey

y su soberano, para poderlo éi ser solo do los liberales, y Ce-

barse bieri en su sangre. Los franceses no estaban do acuer-

do con este trastorno do ideas y do principios, que los

exponIa en los puntos quo guarnecIan, y los aislaba pe-

ligrosamente en ci resto do la nacion. Los frayles y ci

clero todo deseaban su expulsion exterminio, para re-

mover éste estorbo quo no los dcxaba quemar y matar

liberates a placer. Fernando no era ci dueo de decretar

lo uno ni lo otro; recibia Ia Icy de la Santa Alianza, quo

es una soberania erijida monstruosamente sobre todos los de-

mao soboranos. Los Eclesiasticos y los serviles no pesaban

bien esta imposibiiidad, ni estos obstaculos. Exigian, quo a

toda costa so Les contentase. No querlan franceses que traba-

son su furor ;—querian inquisicion, quo quernase hombres re-

zando,—querian, quo so these una icy para hacer una batida



FERNANDO SEPTIMO.

is

ile liberales en el reynO,—querian otra, que declarase tales a

todos los que teniarl dinero, credito 6 empleos,—querian, que

Se hiciese un dogma tie Ia

legi1irnidad y una heregia de la

ii

bertad y

otra

tie

la

soberania del pueblo

y que se pusiesen una

y otra declaracion en el catecismo.—queriaii was despotismo

que el de Fernando, mas caiabozos, was cadaisos, was horcas.

Este contraste que hacian los empeilos lei pueblo con ci miedo

y Ia debilidad tie Fernando, abrió yã la revolucion descarada-

mente, y ics hizo pensar, 6

dió

lugar a que le sugiriesen

la

idea del Infante Don Carlos, para suplantarlo en el trono tie

Espafla. Sease que esta idea naciese fuera 6 len tro del reyno,

—que saliese del palacio inismo, 6 de la nacion cansada yã tie

no tener gobierno bueno ni inalo, y quisiese deshacerse de

Fernando, sin soltar del todo ci cabo de la

legitirnidad

esco-

giendo a su legitirno .sucesor ;—sease que entrase en los planes

tie la Santa Alianza, que se destrozasey arruinaselaEspaña

los partidos, para jiiitiikar

on

cambio que acaso medita,

—o que los êPiThs y los fray les en ci exceso tie su rabia,

quierau todavia mas saugre y tirania,—es lo cierto, que muy

desde ci principio tie ésta ultima epoca del absolutisuio de

Fernando, apai ccieron en Aragon y en otros puntos, sintomas

tie esta nueva revolucion, que querian hacer los serviies y

fray les a favor

tie Don Carlos, para poner sobre su cabeza la,

corona tie su hermano.

La nacion que tiene yã tantos motivos de sospechar simu-

lacion y perfidia en tolo lo que teliga relacion con Fernando

y so fatnilia, creyó entonces esta tetitativa un lazo, que se p0-

lila

h Los incautos Españoles. para cuger sospechosos de desa-

fecto, aun en ci partido servii, y sacrificarlos; y por eso en

Ia causa IC

Capapé, primer proclainador

tie Carlos

50,

en la.

del Ex-ministro Cruz no vió shin tina pantomina concertada,

y on ploceso de plataforma que estaba en ]as nuiras

tie

los dos

hermanos. Es necesario que Don Carlos haya ade.Iantado

er

traordinariamente en ci arteperfido é infaine de Ia siniulacion,

que hace ci fondo del caracter tie

Fernando, para aiticinar

ft

ëstc todavia, en vista de lo que se ha extendido pur to(lo ci

reyno so partulo,

]as rainificacioncs, qne ha

ji

teniendo en



4

IDA DE

todas ]as clases. y Ia impude.cia con quo to exterior izan yã

todos los eclesiasticos, pie son los quo tienen

on

el pueblo

s

pañoi las haves de Ins conciencias y del ciclo, para abrirlo y

cerrarlo a su antojo,

quicues gusten, y no mas. Es verdad,

quo ha hipocresia religiosa del Inlante, que ha pretendido

cristianizar con ella Ia crueldad natural de su corazon, to

debe haber perfeccionado en ha ciencia de afectar virtudes,

y dare

it

ins viciosel ayre de ellas, y mas

on

los tiempos. en

quo hay a mano liberates, a quicnes, por In preocupacion ins-

pirada at pueblo por los frayles contra elms, es facil imputar

todos Ins crimenes. Pero hay acontecitnientos tan eioquentes

por

Si

mismos, y per sus circunstancias, pie hablan de sus

autores y sus tornpiices, sin dexar a la mala fé y a la interpre-

tacion ci menor asidcro para discuiparse. Carlos

5

estã tan

de butte en Capapé. en Bessieres, en ci Loicho, en Chambó,

y los demas guerrilleros pie In proclaman, que no se puede

casi desconocer; y Fernando In vera acaso, si se descuida,

desde in pnisioli ó desde ci sepuicro. I ucdc ser, que no baste

).L

para neutraiizai- este inoviinjentn rev otucionario, quo vâ

ganaiido todas Ins provincias, y predisponiendo todas ]as vo-

luntades. que Fernando dcxc de ser Fernando

on ci hectic,

vi

lentando su caracter é incitnaciones, porquc In Opinion in

Consi(iCrara sicnlprc ci mismo, y su simulacion natural

y Sn

maha fé, quoson los rasgos quo in distinguen y caracterizan,

liaran sospechar de tiranicas hasta Ins medidas mas beneficas.

Los Reyes, mas quo los deinas hombres, son seres de opinion;

esta los labra en ci concepto de los pueblos muy desde ci prin-

cipio; y despues son siempre ho quo eran, quando Ia perdieron

sin retorno. Parece que no hay yâ arbitnio para quo ésta,

liaga bueno a Fernando. Su hermano Caries cstâ yâ graduado

per ins frayles de peer en ci hecho mismo de dare In preferen-

cia para reynar. La opinion quo

elios quieren formanle, por

mas que

to

pueda acreditar en su partido, to seiiaia yã

on

el

piablico, como ci Neron de España, y hace

t

Fernando a su lado

un despota de segundo ovden. I or eso siembran sus partida-

nios la voz por In Peninsula,

IC

quc

at

punto quo ernpuñc aquel

ci cetro, liabrâ iirjuisicion,—se volvcran

it

los eclesiasticos to



FERNANDO SEPT1MO

15

ias ]as riquezas y propiedades quo han perdido desde ion ti-

empos de Phelipe 5,—se tiara con Los liberales un San-Bar-

toiorne,—no quedarin was que serviles a prueba en Espafla

en adelante.—iio regina was cotligo quo la escnitura, pet-o sin

inanà, iii Liuvia do codornices; ni was consejeros quo los fray-

les,—la iiistruccion toda se ha de toman do elms en el pulpito

y en ci confesonanio,—se prohibira al pueblo aprentler a leer y

escnibir, cowo acaba de liacer el Roy de Cerdefla, y esta en

Jos planes de la Santa Alianza,—no ha do habeninas derecho

publico, ni was principtos de legislacion, pie elios ;—iniuuni-

dadcs,—amovtizacion,----.diezrnos,—pniuiic ias,—voto de Santia-

go —todo to queconcierne, y aprovccba a ésta casta daftina,

aclimatada ya tantos siglos en EspaSa, lobe ser ci unico objeto

del gobierno; liasta

lUC

multiplicandose con este sistema, se

puedan inandar colonias poe todas las ,nonarquias de Europa, y

se uniforine toda esta paitc

del

globo; y cutonces y a, profe-

sando todos los liabitantes

jllC

la puebian, obediencia ciega y

estupidaâ las autoridades, no se necesitarâ was Dios

hue

ellas,

y Se puede supnimir ci que estã en Jos ciclos, rcducicndose la

especie hurnana a fray los y monjas. Esta voz so propaga con

una rapidez, que falta

l 0C0

pant quo se universalize, y gane

todas ]as cabezas. Fernando ticrie yã y rezela do su hermano,

quo habia enilosado hasta aqul Li culpa It los liberale-s, quo lo

quieren, dice, tiacer asi sospechoso Itt Rey y dividirlos. Este

decreta inuertes y cadalsos

te e.ste partitlo quo se lie-

gan It

aprehender. Esta rncdida cii lugar tie iutiinidarlos, los

irnita y niultiplica ; y se ha convertido La tiacion Espafiola cii

LIII

campo dc batalla, en donde se bateji, sin cesan, estos dos

pantulos, quo es Jo que constituye la revolucion

It

que ha dado

La Europa ci renonibre do revoincion de los fray los, y ainenaza

it

Fernando con el destrono, ó con Ia muerte.

Bien podia liaber conocido éste al salir do Cadiz, quo ci

partido servil quo Ic afectaba adhesion, la tenia solainente

It

su

negoclo

y pie identificado absolutaniente con él, seria si-

empre del quo man these, ó tie aquel de gulcn pudiese was;

podia haber visto desde entonces, quo todos Los de éì, que no

pudiese contentar con empicos debIan ser despues sus enemi-



316

IDA DE

gos, y quc los mismos que agraciase, no tendrian yâ la espe-

ranza que los unia a éi, y serian desde aquel punto, al menos,

Indiferentes; que su nombre, que era el punto (Ic reunion con-

Ira la lihertad, loseriti pronto contra él Inismo, quando quisi-

ese contener el desorden, a que ConcurrIa con su silencio do

probacion, y un nuevo tiiano les ofreciose mas sangre y

mas sucido: y pie ponerse al fiente do un partido era irritar

a) otro,

y

formar una revolticion, quo, poniendo a las pasiones

en fermentacion, hiciese un tirano de cada Espaliul, y Ic usur-

pase su tiranla. Confeso estas verdades al salir de Cadiz,

para alucinar it

los ministros constitucionales con faisas segu-

rida(les en la proclania del treinta do Septiembre, quo anuló

a) dia siguiente, al Ilegar al Puerto de Santa Maria, y empezó,

sin sentiiio, aili la revolucion, pie tiene boy comprometida su

corona, que-jamas pensaron los iiherales arrancarle, sino afir-

marsela mas y mas. Ha iinitado al imbecil Claudió en su

Reynado, y hoy sufre los desasosiegos, incertiduinbres, y pe-

ligros de aqtIet miserable emperador, y ademas, el pesar do

tener quo viir,—que habitar,—que sufrir y tlisiinular con el

que causa

SOS

iflquit?tUdes

U

alarmas, y correr aili los ries-

gos que traen y Ilan ti ado siempie estos ambiciosos y desna-

turalizados proyectos, quo no ban conocl lo nunca hermanos ni

padres que los detengan. La historia de Espaia inisma nos

presenta entre otros los exeinpios do Sancho, ci hijo de Don

Alonso el sabio; ci do Henrique y su hermano Don Pedro; ci

de Carlos Baitazar y l helipe segundo; y time yã on membre-

te para extendcrlo

it

su ticinpo, ci del misino Fernando

y

so padre ci Rey Don Carlos quarto. Yâ liubo quien dixo: Si

vjotandurn est jus regnandi causa violas duni est.

La revolucion que formo ci partido liberal ci

Rho 20

se ma-

logró, porque, como en Ia do Fi-ancia, los constitucionaies no Jo

eran, y so dividiei-on, y vcndieron ambiciosainente la libertad

por su negoclo. Sc ha dicho, pie las rev oluciones sort, cwno

Saturno, jUe desoran a sus propios hijos. En lade

losfrayles

.del aflo do

25

que pudo Fernando haber previsto en so Inisma

conducta, que iba dandole desde quo saiió de Cadiz, resulta-

do

y

datos ciertos de ella, so debieron, como en todas, dividir



FERNANDO SEPTIMO

17

en partidos los serviles que Ia. formaron y buscar ci partido

disidente un otro Rey quc oponer at partido que sostenia at

antiguo que no podia agraciar a todos igualmente. La iegi-

tirnidad

que era la fuerza de Fernando no es fuerza que puede

nunca contrarestar a la de toda una nacion reunida

y

exas-

perada;

y

la Santa Alianza que Ia ha establecido como dog-

ma conoce muy bien esta verdad pues ha reunido toda ha flier-

za fisica de la Europa para daile Ia que no tiene poe si misma

esta declaracion. Fernando tiene aun que matar é irritar

serviles para no see el victima tic este contraste que forman ls

partidos; y ésta conducta no puede grangearle yã. ni el Caro-

lino que se ha enagenado y busca su negocio por otro laijo y

que al contrario estã ire itado con la nueva persecucion quc

sufre; ni ci liberal que tiene que vcngar ultrajes sin termino

y ci espiritu de venganza no razona ni calcula; se desahoga

solo viendo sufrir y no vée entonces patria ni por venir; san-

gee poe sangrc —tirano Poe tirano; éste es su consuelo

y n

logica. Los liberales creen sin duda colno toda Espalia a

Carlos peor en todas lineas que su hermano; pero lo sospe-

clian

no to han visto; to saben poe deduccion y no por he-

chos: no tienen que vengar aun de él y tieiien inucho de Fer-

nando. Este es ci tiernpo de la senganza sobre éste ha del

otro tendra ci suyo tambien porquc ci sigho véc yã mucho pa-

ra que no sea prepare si la merece. La Santa Alianza quie-

re para dcsnaturahizar ci sigho 19

convcrtirio por el arte y

fucrza en ci decimo; pero no se anda hâcia atras tan aprisa

como hâcia adelante y se tardaron sin embargo

iez sigios

para Ilegar at decimo. Las luces del entendimiento no se apa-

gan con un soplo 6 un decreto como ha con que

yen los ojos.

Aquehias suelcn encenderse mas quando se irritati. Han

sido necesarios muchos sigios mucha fuerza desaveneiicias y

Alcoran para apagar las de la Grecia; y las de Roma tuvieron

necesidad de tees sigios de tin inmenso poder y corrupciOn

y detoda la obscuriciad artificial del catolicisino para sofocar-

las; y con todoaunen ci dia se piicë decir qevcmos todavia

con Jos ojos de Grecia y Roma. Las mismas bayonetas tienen

boy vista y es menester ailos y sigios para quitarsela. Los



VLD

frayles alumbran con una 1uzde sepuicro, rnuy triste y eliga-

ilosa, y aun Son fosforicos sus resplandores, poi

que son

vioien-

tos. La verdadcia iuz de Ia verdad venco siempre estos fogo-

nazos dc la polvora y de Ia fuerza, que dan solo apariencia de

Iuz a la supersticion y al error, que son una verdadera oliscu-

ridad. Carlos seria sin duda, si vence su partido, descubierto

t

su turno y perdido poe ella, como to ha sido Fernando, que

reynando no ecyna, y viviendo, no vive. Todo lo ha perdido,

porque

los

frayles y los serviles lo extraviaron desde ci princi-

plo del camino de la verdadera felicidad de los Reyes, y de

las naciones, para dominarlo ó perderlo. Carlos es seguro,

que si Ilega it

arrojarlo del trono, para poneic en su lugar,

no ha de ir par otra seuda que la

borbonica, ni baxo otro apo-

yo, que el debit y doloso de Ia supersticion. ; Maihadada

Espaiia quitntos peligros la circundas

—Los

Reyes la han

traido

it

este estado, y los Reyes quieren hacerlo irremediable;

no es extraflo, porque es de la naturaleza IC

los Reyes see los

enemigos de las naciones. Lo qc to es ciertarnente y mucho,

es que los pueblos mismos escojan su desgracia, Ia sostengait

con entusiasmo, como si fuese su felicidad, se declaren contra

)as que los quicran librar de ella, y ansien poe exterminailos

y favorecer t

sus opresores. Este es sin duda un fenomeno,

quo no tiene otra explicacion, que i

)O1

la ignorailcia,

y

la so-

persticion, que forman boy las bases del plan IC

la Santa Au-

anza, paPa hacer ectrogradar it la especic hurnana, y seilorear-

la despues par manadas.

Los esfuerzos que de acuerdo con ella ha liecho Fernando

en los tres aflos Con este fin, so han convertido contra él. Au-

gusto queria ser despota, y protegia por eso las inces

]as

letras; el Gran Federico en I'rusia, Luis catorze en Francia,

y Carlos tereero en Espafla, ci abuelo del imbecil Fernando,

Iiicieron lo mismo, y neutealizaron asI la odiosidad que inspi

p

a ci (lespotismo. Las luces eriseñan tanibien el buen camino

it

Ins Reyes, y suclen dar alguna vez at despotismo ci intecsy

ins atractivos tie la libertad. Los pueblos perdonan, puede

s

it los Reyes, en obsequlo de elias. Son ci apnyo tie Los tronos,



jw

FEftNANDO SEPTIMO.

19

ci principal elemento de su tranquilidad. Los Reyes las

aborrecen, porque no quieren ser

to

que deben:

quifacit malum odit tucern.

Tito, Trajano, Antonino, y Marco Aurelio las fomentaban

sin rezelo, porque querian el bien. Si at recobrar ci cetro

absoluto, no se hubiera Fernando situado en la obscuri lad

del fanatismo, y de Ia rutina, y hubiera ido at bien en dere-

chura, apagando el furor de los partidos, que

to

han traido at

estado peligroso y miserable en

clue

esta, habria acaso tiecho

olvidar su pasada oprcsion, y fundado todavia uiza nueva epo-

ca do su reyiiado. Creyó complacer a log serviles, vengandose

sin piedad y sin limites de los liberates; y Los serviles y ci

pueblo von

at

fin su inseguridad en la misma venganza, (pasa-

da la primera impresion) y aborrecen despues Ia mano quo Ia

totna. El ansia de dcvoi-ar macca siempre mejor una fiera,

clue un hombre. Al anular Fernando en ci Puerto tic Santa

Maria, todo to quo habia ordenado en el tiempo del sisteina

constitucional, puso la base de esta revotucion, quo hoy sufre

Ia Espaika, para dcstroiiario, y cuyo exito, si es incalculable

por Ia parte del tiempo y del modo de su conclusion,

no

Cs

du-

doso que sea triste y desgraciado. Regó tiesde entonces un

descontento pot toda Ia nacion, quo debia tener una explosion,

que to

expusiese en el trono; y el pueblo debIa sentir por pro-

pia impresion y poe instinto, el vacio que dexaban en su fortu-

na y en sus csperaiizas las disposiciones beneficas que anuló,

y quo su felicidad no era el objeto del gobierno quo IiabIa en-

tablado, sino el placer do oprimir

y

gozar con exclusion. Hizo

un alarde do oprimirlo tan escandaloso y hurnillante,

IUC

has-

ta el servilismo so abnclioriió de see tan natta, conio lo i eputaba

Fernando; y aunque to auxiliaba en ci dcsprccio y maitrata-

miento que hacia do los quo ilamaba sits vasallos, y lo eran

en verdad; no podia nunca prescindir de quc estaba identilica

do en ci concepto do Fernando a la idea que éste tenia forma.

da do los demas que vilipendiaba, y cuya sangre derrarnaba

con placer y aun con ci desprecio, con quo so vierto la de tin

insccto que so pisa, sin ads ertirlo ni hiacer alto. Sefloreando-



S9 0

IDA DE

se ostentosamente de todos, cono dueIio, Jos avergouzaba poco

a poco de ser esciavos, y los empeiaba on romper las cadc

nas. Los fray les, fautores y proteetoreS e

Ia esciavitud, Vein

tambien en Fernando un tirano que no lo era por principioS,

sino por la depravacion natural de

so

corazon.

y

quo Ins ties-

preciaba por eso on secreto,

y

los acataba on publico, pero tie

modo, quo se traslucia barto bien que los aborrecia. La su-

persticion no lo

crela

su alumno, y Ic irritaban poe cso

S S

apariencias. Su tierinano Carlos se habia

at

contrario firma-

do una opinion do religioso y do

beato

quo ofrecia mas espe-

ranzas al servilismo, y aseguraba

Ins frayles la posesiori de

sus propieLlades y ascendiente, que no cecian liabia le respetar

Fernando mucho tiempo. Los misinos agraciados por él con

empleos. y premios pecuniarios, no so creian seguros on ellos;

pues el caracter de Fernando no inspiraba segUri lad en ningun

sentido. Se Ic escapaban continuamente palabras y expresio-

nes, quo descubrian, sin que éI lo

percibiese

quo on su corazon

tenIan los serviles la sma irnportancia que ins liberales, y

podian ser algun (la su.stituidos a ellos en su odio y furor. La

borca, como La guillotina en Francia, horrorizaba con su con-

tinuo exercicio,

it

la inasa dcl i)

i h

, quo, aunquc corrompida,

conserva siempre sentirnientos mas inocentes, y una sensibili-

dad rnas pura y menos resabiada que la

IC

los quo componen

Jos partidos, y viven de su rabia y exaltacion. Fernando las-

timaba todos Jos momentos La sensibilidad publica con este

horroroso espectaculo, quo renovaba on Jos espectadores la idea

do

Sn

caVniVOr() y feroz corazon. Los descoitcntos de su mis-

mo partitlo, ttie eran tO(IOS los quo no habia querido ó podido

emplear, so tiriafl on sentiinientos al partido liberal, paIa aca-

lorar Ins animos, y predispoiierlos para un cambio do tirano,

yit que no putliese ser de tirania.

l or fortuna para la nacion Jos ministros que reemplazaron,

al arribo del Roy it Madrid, it Los quo servian

it

Ia impolitica,

y barbara regencia, quo ignoraba hasta los elementos del des-

potismo, quo querla restablecer, cran

IC otro

CU1O

y disposi-

ciones, y conocieron bien, clue el absolutismo do Fernando se

salia de su molde por la torpeza de los ministros, y caininaba

it

La anarquia revolucionaria, quo tendria sin duda Jos resulta-



FEItNANDO SEPTIMO.

21

dos quo yâ Se tocan; y isin dexar de corresponder a

a

confi-

anza con que ci despotismo les bia encargado su renovacion,

tomaron ci cainino tie la moderacion, que consolida, é interrum-

pieron el del rigor, y la crueldad, que irrita, y destruye. El

Marques tie Casa-irujo, Heredia, Bailesteros y Cruz, quo

componian entonces ci nuevo ministerio, é tticieron este plan,

emplearon para su execucion todo ci arte y prudencia, que exi-

gia el caracter resistente tie Fernando, y Ia mala disposicion

del pueblo, que ci desatinado Victor Saenz habla aurnentado

desde la salida de Fernando do Cadiz eztraordjnarjamente.

Haciendo tie ministro universal, so liabia puesto en consonancia

con la regencia disparatada tie Madrid, y ilegaron tie tal mo-

do a enrabiar

it

Ia nacion contra los liberales, y a favor

ti un

despotismo desvergonzado, que resistia do tal modo hasta las

apariencia.s tie orden, que los franceses misinos ilegaron a to-

mar parte é influir en ci nombramiento, y sosten del nuevo

ministejjo, que querla consequencia, y plan en ci absolutismo

In ismo. Saenz, e Iiifantado, con todo ci partido ahorcador,

hacian ci contrapunto tie estas miras, y Fernando que yã ha-

bia gustado la came humana, so habla formado un patadar,

que parecIa no poder yã. vivir sin esto alimento. El partido

del rigor, y de la venganza, acalorado por ellos, se aumentó y

exaltó hasta lo sumo. Se gritaba yâ contra la moderacion del

ministerio, quo se ilamaba, para haceria odiosa,

liberalismo.

Se pedla sangre a boca liena. Fernando y los tribunaies la

concedian. El Ministerio no podia poner todas ]as trabas

que querla a este espivitu tuthulento y do venganza que domi-

naba, porque lostribunales, Las comisiones, y la voiuntad ar-

bitraria del Rey, estaban ligados esencialmente al sistema

despotico, que se acababa tie estabiecer. Casa-Irujo muriô

en este tiempo, y su ministerio de Estado pasé a las manos tie

Horedia, quc estaba desempeflando ci de Gracia y Justicia.

Yâ

entonces iogró colocar en este hueco ci partido

Ultra

a famoso

Catornare

tan conocido por su frenetico servilismo, para cci

si podia neutralizar la inoderacjon del ministerio, y para te-

ncr en 61 un apoyo,

y

quo ci Rey tuviese un instrumento seguro

tie conflauza

it quien acudir. En efecto lo distingulo este



VIDA

E

en su consideracion sobre los demas, y por au medio salian las

reales ordenes, que (lesausiab n a la nacion de toda esperanza.

Clamalan Jos servile-9 contra el ministro Heredia, que no ha-

cIa consonancia Con SU

Calomare, ni estaba de acuerdo con las

bullangas tie los milicianos, y el desenfreno de los pueblos. Se

Ic separo al fin, para pie Jo substituyese Cea, que los Ingleses,

y Franceses sostjenen poe su moderantjsmo, que los Gamma-

rIstas tienen poe

crirncn

y sus partidarios piden que se exter-

mine. Green, que en un obstaculo para ci bien, porque to es

para el desorden, y las venganzas; y esparsen la voz de pie-

l

Rey no es libre, porque los ministros Ic quitan la libertad.

El partido Garolino se prevale 4 fomenta cste grito de sedicion,

para separar cstorbos. El Rey sostiene sin embargo

mbargo a Cea,*

por Jo mismo que los Carolinos lo dcnigran; y los franceses

tainbien lo creen identificado Con sus miras de orden, y su

seguridad. Quando llegó a darse a luz el proyecto de poner

en ci trono tIc Espalia a Don Canon, Fernando debla hacerse,

conrn se hizo, mas implacable en su crueldad, y hacerse tam-

bien por eso mas odioso, ilevando a la prision y al cadalso,

como sucedió, a los de su mismo partido, sin ahorrar a los

frayles. El pueblo ignorante conflemaba con esto Ia impicdad

que yâ sospechaba en él, y se fixé man y man en la maligna

bipocresia de Don Cantos, que él tenia por religion. Sc pre-

Al fiii ha separdo di

Muuitiio

ule

Estadu

Cea,

segun hs snuras y de-

seos de flcssieres, expresadas

an

sus proclarnas, y ha honrado despues in me-

xnoria y farniha de cate rebelde a so trono y Iegitimithd, y separado al Gene-

ral Espafla qua lo cog16 y ajustició en obsequio y serviclo del mismo Fer-

nando;—ha ilamado a Ltgarte, alexado por sospechas de carolinismo, como

confidente, instrumento y agente secreto de In Rusia ;—ha desecho In junta

consultiva qua acababa de formar, y no parccc cstaba iniciada

an todos los

mistcrios de la

Junta A postolica

qua as

in qua gobierna

an

secreto poe inspi

raciones y tocamientos de Ia gracia carolina, qua es, dicen, la de Dios ;—y

ha puesto al insubstancial d incauto infantado

an togae de Cua, pam que

preste In pluma y Is cabeza, sin sentirlo,

a este partido qua

vá

y basta) espi-

ralmcnte al fin, haciendo creer qtie vá derecho contra ese fin rnismo. Todo

esto inclina a creer qua han puesto a Fernando, sin él percibirlo, a la cabez

del partido de su hcrmauio, y ha entrado

an

el plan dc destronat-se como Fer-

nando carolino, i qua

c

opone despues como Fernando fernandino. Su ca-

macter, como hemos visto, no desniiente iista ridicula y fatua contradiccion.



PERNANDO SEPTEMO.

23

dicó desde entonces in reaccion

por Jos eciesiasticos, que gra-

duaban en el pulpito de Mason a Fernando, lara hacer con éì on

contraste ventajoso ii su hermano. El Rey diô ya abiertamente

Ia cara contra los ministros del altar, qtie to

habian predicado

Santo

on ao antes, y los encarceló y perslguió a to Fernando,

es decir, a roso y vello.so, y sin mas medidas de prudencia y

de precaucion que so furor. Martinez, obispo tie Malaga,—

Villela, ci Governador (let consejo,—el ex-superintendente tie

policrn Rufino Gonzalez,—canonigos,—fraylcs capuchinos y

de otras religiones con una multitud

tie

personas de todas cIa-

ses, y tie todas las provincia.s, todas del partido scril, se tuvi-

eron por sospechosas, y se uniformaron yâ los serviles

COO

los

liberales en aborrecer y detestar

it

Fernando. Los partidarios

entretanto l)roclamaba l

en Valencia,—en la Mancha,---en

Granada,—en Tortosa y otros pHotos a Carlos

50

que (laba

a) partitlo servil revolucionario mas esperanzas tie rncdrar, y

a) liberal, ci placer tie vengar

SOS

injurias y padecirnientos.

Los fernandinos que eran muy pocus ó ning000 Jos quc lo

eran por afecto) defendian solo en Fernando sits .sucldos y ties-

tinos

t

que aspiraba el paitido tie Carlos, que tampoco tenia

adhesion ft otra cosa; y Fernando, que salió por milagro (let

peligro en que

to

pusieran los liberates el ailo

(IC veintc, entró

n

el tie veinte

y

cinco en el tine los serviles Ic han labrado,

para arrujarlo del trono, y dark un lugar en la historia at

lado

tie

Neron, Caligula, Claudio, y Comodo. Los liberales

to querian Rey, los serviles no ;—aquello, Ic prepataban en

la posteridad un titulo

(IC

gloria, éstos, de ignoininia ;—Ios Ii-

berales Ic labraron on trono, que podia hacerlo en Ia Cronica

tie Jos Reyes de Espafia un inodelo

(IC

tronos y (

IC

reynados,

dare poe esopara siempre el rioinbre

(IC

creation tie Reyes,—

Jos serviles no Jo quieren Rey ni anti tic burlas, y (

IC

perspec-

tiva ;—aquellos, respetaban su posesion, aunque ilcgitima,

éstos la desprecian ;—aquellos la Iegitiniaron,—éstos la anu-

lan, contradiciendo

t

sus mismos pnincipios. Los frayles to

proclarnaron absoluto contra la icy; y aliora lo declaran nub

contra so misina declaracion: paraque se yea que no es la z a-



IDA U 1

zon ni el derecho

Sn

guia sino so propro negoclo que no es boy

para ellos el que era entonces:

En esta lucia do serviles unos contra otros, tie que al fin

debe ser la victima Fernando, quc la promovió con su desaten-

tado furor tie venganza, la nacion se anonaaa y pierde Is

naturaleza tie tal en Ia dispersion en quo Ia ha puesto

el des-

plan, quo ban ido formando las pasione.s insensatas tie su Rey,

y ci egoismo y adulacion tie sus ignorantes é impudentes con

sejeros. Es un cdificio quo so desploma, y huyen los que lo

habitan dc su desnivel y do su caida.

Dc hal, la

emigracion,

las convulsiones, y los iniedos continuos, los embates de los

partidos, ci

atolondramiento del Xefe, y la osadia tie los am-

biciósos. La España estâ al fin en una crisis, que

Ia sahara

o

perderã par siempre. Correrâ Jos tramites tie esta re olu-

don frayluna y episcopal que ha recmplazado a Ia que em-

prëndió la libertad, y deshizo esta casta danina, que no sabe

mas que destruir. Desde que Capapé la proclamó, empezó a

traslucirse y&

el

fin y los autores. La uniformidad con que

on ]as provincias so apellido a Don Carlos por Roy, hizo yâ

ver un plan; y ]as cart-as sod iciosas quo so cogieron despues a

]essicrcs, y al otro espla que las Ilevaba a Granada, no dexa-

ron ya duda tie ]as miras, y las ramifucaciones que tenia ci

proyecto. Los disturbios tie los voluntaujos reaiistas, qUC for-

man por su tuaturaleza una faccion rev olucionnaria, en Ante-

quera y otros Isueblos empezaron a intimidar a los quo no se

decidiesen, pox ci teinor de quo so pudiese realizar ci plan.

El infiuxo secreto y poderoso de los frayles, quo olviularon tie

pronto Ia injusta recuperacion do sus proi)iedades, a costa

del escandalo mayor quo ha sufuido la moral y la politica, (Inc

la contradecian, minaba la

lcgitinzid d

do posesion de Fernan-

do baxo los ridiculos, pero sagiados pretextos

(IC

Mason, y

poco despota. Se Ic empezO en adelante, a dam exterioridad

it

estas ideas en las plazas publicas, y ann en los pulpitos; y

Tortoza so deshaclan los canonigos a gritos do sedicion contra

Fernando a cara descubierta y sin reserva alguna. Los su-

plicios de Ma.sones y tie sediciosos no han detenido ci impulso

lo ban hecho al contrario mao fuerte;

y

ban ilegado a las ma-



FERNANDO SEPTIMO.

nos msmas do Fernando, medallas acufiadas con el busto de

Carlos

50•

Los partidos se presentaron yâ entonces catla uno

con su divisa, y unos poe Carlos y otros poe Fernando, fueron

texiendo esta revolucion quo pararã sin duda en graduar la -.

opresion y el despotismo en

Espafla

que parece yã so Pais

natal, y en arrojar a caso ci tirano; pero formarã otro de sus

inismas cenizas, que no pueden dar otra cosa sino tiranla. Es

ella la quo fraguó Ia revolucion do los frayles. Casi todas las

revoIuciones que describe la historia Las ha formado la libertad,

Para sacudir la opresion, y contradicho Ia opresion misma, que

habIa ilegado a identificarse en ci animo de los esciavos, quo

Ia amaban por eso como a si mismos: ésta la ha hecho la es-

clavitud, para radicarse y graduarse mas y mas, pareciendole

poco la esciavitud misma quo era; y Ia resiste tambien esa

esciavitud poca, que era

n

su concepto) Para 8cr man. Por

esta razon

so

exito debo see favorable a la tirania, sea qüal sea

ci tirano per quien quede ci trono. La rev olucion estã ahora

en ci primer tiempo de los dos que tienen todas Ian rcvolucio-

non, que son un trastorno; unoe?fuedestruyen, quelo corren

todas i satisfaccion, y ott o, enqqe cjifican,n.queescojjan

las man. Poe eso se sã cubrierido ci suelo tie Espafia do es-

combros y ruinas, y hasta ci trono estâ, hace tiempo, vacUante,

y parcee quererse desplomar. Los liberales en las dos revo-

luciones que ban hecho, empezaron yâ este dcrribo, y no supie-

ron despues recoger las piezasy pedazos, Para poner siquierala

primer piedra en ci edilicio de la. libertad. Los serviles ahora

y los frayles no haliarân tan dificil ci restabiecimiento tie la

obra que arruinaron. No aspiran a man que a levantar ci des-

potismo mismo que ban destruido, y cuyos destrozos se pue-

den aun combinar, y forrnar con ellos otro nuevo, que duela

man y Sc

coinponga solo de lagrimas y sangre. Poe man que

hubieran querido hacer los liberaics y trabajar, tie pedazos de

despotismo, no Se

podra jamas formar una libertad. Ni, aun-

que se hubiera levantado so edificio, y puesto en pie, no se

hubiera nunca podido consolidar, compuesto, como era menes-

tee que estuviera, de esios trozos

de carne humana, quescila-

man Esp.xüoles, que no ban seivado en ningun1iThio

SiflO



VfliA 1 E

ripio en los palacios de latirania. Estos, tales como son,

eran los solas piezas que pudieron emplear, y estos habla si-

glos que los tenla labratios ci despotismo para so fabrica. Ja-

mas pudieron los liberales colocarlos, como materiales en

so molde constitucional, segun ci orden de arquitectura de la

Jibertad. Como hahian sido extraidos de ]as canteras de la

esciavitud, y no tenian otro moviniiento que ci que les habla

dado su origen, eran para un sistema liberal resistentes é

inamolilables; y asi, por mas que hicieron en las dos epocas en

que parecia que se trabajaba poe la libertad, no se pudojarnas

con estos mater iales organizarla ni dare consistencia.

Quercr formar de Españoles

Un Pueblo hbre, es lo nusmo,

Quo hacer una libertad

Do piczas do dospotismo.

Los csfuerzos mismos que se liacian, para, trabarlos, y reunir-

los, Jos separaban, y hacian cace. Sc desligaban poe si Luisnios,

y venIan a tierra, como

SI 50

liubiese querido edificar

Cofl p r

ciones do agua, que no hubie.ra sido posible coin binar y dare

la solidéz que no tenlan poe su naturaleza. Sc despegan por

Si

mismos niateiiales vivos, coino los hombres, y quo tienen

movirniento propio, quando ban adquinido una costurubre, que

los ha formado y arnoldado para el servilismo, en tratandose

de lihertad. La historia del mundo desde Adam hasta no-

sotros es la prueba, sin exceptuar los Gniegos iii los Rornanos,

por mas quc la histonia nos diga, y que Ia distancia del tiempo

nos los abulte, y les quiela dar importancia. Ella nos dã a.

los pueblos sicinpre esclavos, attn en los paises donde parece

haber reynado la libertad. Nomenclaturas (listintas en ins

gobiernos, y mas ó menos arte en los gobernantes, liacen toda

Ia diferencia. Pericles era

LII

tinano con arte,

y e

l mismo

.t ubljcula lo era tainbien en Roma libre. El

jUC

tiraniza

OIL

la opinion y con el prcstigio, no necesita ostentarse tirano con

Ia fuerza. Marco Aurelio lo era contra sus pnincipios é in-

clinaciones; y Tito, y Trajano lo misnio; pero los pueblos no

quenian ni han qucnido ntinca en ci heCho set- libres y les te-

man que charolar la libertad cjue les concedian por capnicho



FERNANDO SEPTIMO.

7

con los colores de Ia tirania, para. que la putliesen Ilevar. El

pueblo frances ha venido rompindo en treinta años de revo-

cion por cinco constituciones liberales, para tomar otra vez

su nivel natural deesclavitud,y retrogradarue Ia libertad, que

vió en perspectiva al despotismo en que nació y circula en su

sangre por sus venas; y el Espaflol no tiene ann ojos para

distinguir la. libertad; Ia ha creido despotismo con otro nombre

y la siguió unos dias veleidosamente poe eso a tropezones,

hasta que vuelto algo en si lo quiere liamar como se llama y

Ic ban puesto Jos frayles y los clerigos en su bautismo. El

hombre nace libre, pero por una fatalidad, que estâ en

pasiones y en su amor propio, no se ha podido nunea reunir

en sociedad sin ser esciavo. Exceptuariamos los Estados-Uni-

dos de America si hubieran sufrido yâ las pruebas del tiempo

y salido de la niflez social en que las pasiones no lo ban tenido

de desenrollarse, ni los intereses de ponerse en contradic-

cion con el interes general ni ci luxo y ]as liquezas de corrom-

per las costumbres, y aristocraciar a los ciU ladanos. La Ii-

bertad ha nacido siempre para las naciones en los bosques in-

cuitos y ha ido perdiendose a proporcion de que Ia civilizacion

se ha introducido, y los intereses se ban ido cruzando.

Por

eso ha paseado se puede decir el globo entero y ha venido al

fin a retraerse en ]as brcias y montes de los Estados-Unidos,

a donde Ia empezaron a acariciar sus habitantes con la senci-

llcz de

SUS

costumbres, y Ia incomunicacion intima de las

naciones esciavas. Aili estâ corriendo su primcra edad, en la

que, conio en la del hombre, callan las grandes pasiones, sus

enemigas, y se es indiferente a ]as grandes empresas, que la

matan. Pueden escarmentar en la Inglaterra, su madre, que

unida boy a la Santa Alianza, para destruir la libertad de las

naciones desiniente la suya tan cacareada y hace una confesion

publica de su servidumbre. La libertad no puede liacerse la

guerra a si misma, ni amar a la opresion, ni la lihertad de la

Europa que persigue serla distinta de la de Inglaterra si foe-

ra libertad.

For todas estas razenes es mas facil a los frayles y serviles

de Espaa concluir esta su revolucion a su gusto, que Ic era



ID DE

los liberales acabar Ia anterior at suyo.—Trozos de Inquisi-

cioii,—de frayle-s,—de diezrbos,_de privilegios,—de maims

inuertas,—de inmunidades,—de goticIsino,..de Arabismo,-

de cadenas,—de grillos,_de Jeyes de absolutismo,_

ijc coro-

nas de pelos y de oro,.—do Papas,.—de supersticion,.......de Reyes

Santos, Ilevados por las callus en procesion,-_.de religion de

dogmas,

no de moral,—de c

o

nquistas,_de matanzas por

eHas, y por Dios, y de todas las pieza.s de qiie consta un des-

potismo bien organizado, como estaba ci do Espaia aun por

]as antiguas cortes, que tan irreflcxi amente se Haman cuerpos

repieseiita ivos, compuestas, como estaban, de obispos, monges,

palatinos, y Grandes, quo no hacIan mas que suplicar,—no

pueden dar, vueltos a recoger y colocar, sino tirania asegura-

da por Ia dave de un tirano mas fuerte y ã prueba quc la con-

solide; y esto es precisamente lo que quieren los frayles y los

serviies en e.sta revolucion. Pero jamas hubieran ligado estas

piezas en el edificio de Ia libertad; ni Jos liberales mismos que

querlan levantailo, liabian aprendjdo a labrar sino despotismo y

esciavitud ni eran ellos mismos materiales a proposito par ser-

vir, de cuilas siquiera, en él ; estaban aun aservilados por ci habi-

to, y no habian dexads de ser riplo del absolutismo, que se des-

pegaba siempre del edificio de la libertad, por mas que se Ic

quisiese asegurar, y ajustar. AsI es que en usa y

en

otra re-

volucion, en Ia de los liberales, y en Ia do Jos serviles, so po-

dia vaticinar con alguna aproximacio

y probabilidad su exito.

Fernando Jo vió bien en la priinera, it pesar de su falta de vis-

ta; el mismo instinto lei lespotismo so Jo enseiló ; y por eso se

insolentó y pudo acelerarlo, para preparar, sin sentirlo, con

sus venganzas y desgobierno ci nacianiento tie la segunda, cu-

yo exito, segun todas ]as reglas tie las probabilidades humanas,

no es menos cierto, que debe serle fatal, aunque la Santa All-

anza esté tie mejor fé, que se Ic Supone,__..aunq

e Don Carlos

no estuviese dc acuerdo con las miras tie los quo lo proclaman,

Jo quo seria us fenomeno en politica, y un error en Ia logica tie

]as pasiones,_y aunque Ia nacion estuviera en ci sentido

tie a

egitimidad

ilegitima, que no ha tenido nunca en las revolucjo-

nes tie los pueblos contra los Reyes, la fuerza facticia que boy



FEENMrnO

SEPTIMO

3 9

se le dã para sostenerse, y deslumbrar. Los frayles y los see-

viles tienen a Dios por protector, y ci fanatis,no de los pueblos

pocas veces desampara su causa, quando so juega bien este re-

sorte.

Se ha creido que con la muerte de Bessieres podia variar

plan do los frayies y

Jos

serviles conjurados. Conoco poco de

revoluciones ci quo crea quo en ellas ci castigo de un Xefe

puede apagar el entusiasmo interesado do los que lo sigan, si

se ha Ilegado a extender poe la nacion y estã sostenido por el

prestigio do un gran nombrey laesperanza de una gran

fuerz

Se aurnenta entotice

mas bien que se disininuye ci mal. La

historia de todas las revoluciones lo comprueba. La de Ho-

landa da una prueba incontrastable en ci resultado de los ca-

dalsos con que bizo perecer ci sanguinario Duque de Alva a

Jos primeros caiidiiios; y Ia del Conde de Transtamara en

Castilla contra ci Rey Don Pedro, su hermano, que parece ci

rnodclo de la actual, no es menos decisiva a Favor de esta ver-

(lad, quc tiene tambien en su apoyo

it

la naturaleza del coca-

zon huinano, cu

y

o e oismo, ambiciori, y deseos do venganza se

irritan con los obstaculos y la resistencia, y se hacen mas fuertes

en la reaccion, y por Ia desesperacion Inisma. Bessieres dixo al

morir, qiie no se acabarian con so vida ]as convulsiones y

Jos

pe-

ligros, quo corria la nacion ; y que todo ci estado eclesiastico, in-

clusos los obispos,y prelados do las religiones, estaban on el plan,

y so habIan formado para dare fuceza y consistencia un Dios

conspirador, que poner a la cabeza de la rebel ion. Conocemos

Arzobispos, como el do Sevilla, Cienfuegos de quien no pode-

nos dudarlo, Poe to

i

ue Ic hemos oido, y a

SU

estolido, cruel,

y sensual secretario Arce, y a frayles, corno Jos monges Valle-

jo y Morales de San Geroninio de Bornos, on Andalucia, que

con Suarez, ci vicario eclesiastico de dicha villa, han creido si-

empre a Fernando indigno do reynar por habei intentado ci

destrono y muerto do su padre. En este sentido estan los mas

do los ministros del altar on Espaiia; y Fernando con su apa-

rente y afeetada proteccion los ha engreido en ci ascendiente

que les ha dado.

Sc

Jos ha liectin mas enemigos. El partido



ID DE

ultra

del servilismo lo detestasjn diida; y el moderado tiene

acaso miedo de sostenerlo contra ci Dies de los conspirados, y

por temor de Ia venganza quo sit herinano tome en sit nombre,

si lIea a veucer. Fernando no

tiene

quo esperar en este con-

flicto do partidos y do opiniones otra cosa do Jos frayles y

obispos, que se

ban

pronunciado yâ por sit hermano, sine el

destrono o Ia muerte. No es gentc quo retrocede on ci cami-

no do Ia rebel ion; ci sobre escrito de Dios, pie ponen siempre a

sus crimenes, los anima y esctisa para con Jos pueblos. Bien

pueden alguna vez ofrecer sumision, forzados per las circuns-

tancias; pero sit encono se hace entonces mas peligroso sum-

cado por ci micilo y la situacion, y al fin

SLIS

amafios espiritu-

ales los sacan del apuro, y asegu ran el golpc. Esta revolucion

que han formado contra él, ha sembratlo

sit semiiia mortifera

a estas horas en todas las almas, y ci riego

quo

ellos solos tie-

nen Ia facultad do dare en ci secrete de sus misterios y sacra-

ruentos, Ic dã un jugo y tin vigor quc Ic debc haccr brotar

sin remedio. EL odio quo so ha grangeado Fernando,

debe auxiliar tambien sit explosion ; y Ia evidencia en quo lo

ha puesto

sit caracter doloso hasta Ia imptidencia mas escanda-

losa, lo dexa a tiiscrecioii del azar

y sin asidero en partitlo

alguno. El egoisnin los forma todos,

y Cs inutil y ann ridicule

buscar adictos do buena fé y poi amen en ninguno do cilos.

Mientras ci intluxo IC ins frayles y de Jos clerigos sea tal, co-

IflO

es on los paises catolicos donde los bay, estaran VCfl(IidOS

y despreciados los Reyes, y envilecidos los pueblos, penque

cItes tienen qiic ganar

10

mantle y tbrtuna, todo lo que los pue-

blos y los Rey pierdaii, y nadie es tan nccio para su negocio

que to saciltiquc para

quo

gozen otros cxclusivamcnte y opi'i-

iniendole. l'or eso no habra liberta(l donde haya frayles, ni

Rey seguro. mientras no los contcmplc, ó esperen de otro, quo

ins contemI)Ic mas; y contcrnplarlos a

su gusto es (legradarse

y no reynar. La histonia do los Papas, y do los Reyes Jo corn-

pntieba asi a los quo Ia lean sin prevencion. No se sabe como

ban podido mantener todavia ci crcdito do hombres del dole

los pie tanto ban escandalizado at mundo per gozar y mandar

en Ia tierra. Es un problema, quo solo pueden descifrar Jos



FERNANDO SET1MO.

31

Reyes, quo les ban auxiliado paia este efecto, para ser sosteni-

dos a su turnO poe eiios en su ti

anIa contra los pueblos,

it quienes so la han santihicado para quo la sufran con resigna-

cmii, v aun con respeto.

Ni ci recurso pie ha cinpezado

yâ a

empkar Fernando IC

rnodifirar la peesecucion do ins liberales, puede neutralizar

este influxo celeste, pie

so

liltia por ci clero

y

losfrayles sobre

el pueblo, para mautener la revolucion. El servihismo

ultra

quc no qiliere mas quo sangre, y que ha liecho Un pretexto pa-

ra irritar at

pueblo, de quo Fernando no ha derrama a su gus-

to todavia, se escandece rnas y unas con esta medida de mode-

racion aparente, que dexa en ci aninuo de los liberales, intacta

la idea del odio de Fernando contra los priliCipiuS y contra

cilos. Ni pue lc este disimnular poe mucho tiempo su feroridad

natural, JIlO cotitradice it cada paso su fingido muoderantismo.

Al mismo tiempo, clue nianda a los fray les baxo graves

l) cn

uls, que no prediquen, como liasta a

ui, la tiiseordia y la

anarquia ; manda, quo ci quo to represeiite en nomubre do cur-

poracion, ó pueblo, sea tcrijdo pot ico le estado,

y

sea como

tat mtierto y desquartizaiio.—A1 paso, que ordena a los tribu-

nales, quO no prenclan iii procesen yã poe OpilliofleS. Y pongan

en libertad

t

los quo esten par ellas en las carceles ; aho

y -

ca en Granada a racirnos a los Ma.sones, para sirucerarse

él de la imputacion dc Masoneria que Ic bacon los conju-

radus. Asi los frayles siguen preducanclo, como liasta aqui, y

dicen, quo deben obedecer znas

t

Dios quo a Fcriiaiido; y los

tuibunalcs no so atreven aun a declarar virtud ha libertad pie

han castigado hasta aqui con ci

Ultiifl )

501)1 ici )

CoiflI)

ci mayor

de los criinenes. Los pueblos no puedeui tampoco dexar de

ver

vâ en

un liberal un delinquente. Los decretos no tienen

la virtud magica do trastoriiar las cabezas Pr cscamnoteo, y

canabiar las ideas a su simple lectura y publicacion.

La Es

paila lobe scguir como la habia nuomutado Fernando, ft pesui

•

16

sus nuevas leycs, y las CircLlilstancias pie las motivan. Los

liberales tanipoco se pueden fiar 10

quien engaüa siempre y

ha ideiitiflcado su odin con La libertad. Si fuera posible que la

aensibilidad de Fernando se desembotara, y ci fanatismo y la



VIL A DE

ignorancia selvatica del puebip se disiparan a Ia

voz

del inte-

res publico, como los bastidores de Ia escena se 1ev antan at to-

que de nn pito, pudieva acaso Fernando ser creido,

ci pueblo

EspaioJ adquirir Ia capacidad pie no tiene para ser libre y

feliz. En la imposibilidat] de pie esto suceda los fraIes Se-

guiran pose

y

eiido do

liec zo

Ia soberania de Ia nacion pie Ic ar-

rancaz•

on at pueblo; y ci Infante Don Carlos podrâ esperar

de ellos Ia investjiiura de su exercjcjo. Por mas que Fernando

empieze yi a pasar Ia mano a Jos liberates en las purificacio_

nes, dando a algunos de los mas exaltados, come a Piles. Ca-

pitan do guardias, por purificados ;—por mas

t

que haya agre-

gado a otros a su guardia contra sus aliteriores decretos _.

por mas pie hubiera sostenido at ministro Cea que hacia ci

objeto del odio de los sci viles, y uno de Jos pretextos dc Ia in-

surreccjon ;—y poe mas quo desencarcele a Jos que (poe serb)

liabia mandado encarcelar,._..todo ci pueblo Español Vera en

él at Inismo Fernando, quo jatnas ha variado, poe mas que la

Esparta haya sufrido variaciones. En la Espana de los fray-

Jes —eji Ia dc su

pro

clatnucloit con un entusiasmo desconocj-

do —cn Ia dc NapoJéon ..en la do Ia Iibertad .-_en la de la

luz,—ti la tic las tiniebla.s,__en Ia (let año do veinte,—en la

del nuevo abso1utismo,y en Ia do la nueva rev olucion fray-

luna, ha sido

s

iciu)re ci Inisrn(, Fernando, y

so

ha venido des-

glosando

ii

todas las (listiiitas situaciones poj

su naturajeza

y mesinedad, do Ia nacion, ilevando, los dos, nlovimjejitos

en

coiitradosy deoposiciot

. Atiti on si mismo ha parecidosiempre

dobie : era y no era lo pie era. Foiivaba revolucio

es y ]as

castigaba ponc al pueblo caderias y se las qtiita -._jtira y

desj

ra at

in

ismo tiem

po —h

U

in ill a at pueblo, y Jo engrie é

jnsolelita,-_.es of eneuiigo do la Iibcrtad v la llama y prepai•a,

—quiere see absoJtjt() y so tiace m,is (

e l w

ndicnte,_ quita al

pueblo Ia sobej

anja

y

se la d6t a los fra

y

les.—aduI

t

t

estos, y

ins (ietesta,—se declaj a despota y fsrneiita Ia anaJ•quia,

ostenta

ReY

y ptepala revoluciones contra la reyedad,_..i,ace

unas veces liberates de Jos servjles en odio do Ia libertad,.__y

otras, Como

hay

enemigos, do los serviles, para vengar el see-

vilismo conel serbilisino mismo. El mismo criwen lo castiga de



FERNANDO

S PTIMO

33

no haberlo castigado; y la libevad por inedio del realismo, poe

habeila eiigaiado. Los frayles no Ic perdonaran nunca haberlos

ilevado al cadalso, ni Jos serviles haberlos poe ultimo persegui.

do, despues tie haber los unos y los otros alagatlo sus maliguas

propensiones para hacerlo

0(11050, y

precipitaiidolo, liacer

despues Un merito tie sostenerlo, y ponerlo en

SU

depeiidencia

poe necesidad. Los obispos y el clero le habian obligado I

consultar sus gustos é intereses tie miedo de los pueblos que

manejaban en ci nombre del cielo. Fernando entrevIa algo tie

esta farandula, y to transpiraba 1 su pesar, lo que

to

desacre-

ditaba mas en su partido. Carlos su hermano hacia mejor este

papel mendoso, que ci pueblo recibia corno apuntado poe la

divinidad, y los predicadores y confesores pintaban en él un

Rey celestial, preparado por la providencia, para castigar la

impiedad tie su herrnano, y sacar I la Espafla de los riesgos

(IC

la Iilosofia, y tic la libertad, degollandu y quemando

it

quantos la amasen y promoviesen.

La Europa tiene puestos los ojos en Fernando, quc se ha

dado casi desde quc nació en espectaculo at Universo, por sus

aciagas

propensiones, que ban favorecido las circunstancias

de n

farnilia y de su nacion. Su suerte y la

IC

sU 1CHO Cs Ufl

problema que ci tiempo solo puede resolver. Las ruinas tie

esta Espafla, que hoy dicen solo

to

que 1766 esta nacion, no son

datos ba.stantes para concluir

to

qUC

serl. El coutinente Ca-

pitaneado poe la Rusia, que ha substituido I Napoleon en sus

miras tie sugetarselo, y dominarlo lespues I su gusto, for,nan-

do en Ia Santa Alianza un equivalcute de la confederacion del

Rhin, que era ci apoyo de este, se ha llegado I hacer sospcchoso

de coniplicidad con los que prontueven las dcsgracias quc hoy

stifi e la Espafla. La

iegifirnidad

de Fernando sirve tie pretex-

to I la indiferencia con que ]as mira, y obra pasiva y negati-

amcnte ci mal.* Una pal abrade su

oinnipotencia podria

p0-

Esta insma kgitin3idad que

siente en sI Fernando per haber side su ma-

dre la Esposa del Roy anterior, lo ha obsecado basta ci punto de no creer

p0

sible to mismo quc vée. Farece baber resistido tambien per ella ci influxo

do aiguna potencia quo Ic ha insinuado el reconocimiento dc hi indcpcnden-

cia quo do

l seu uo

poseen yS las Americas, quit fueron Coionias Eapaholas.



S 4

IDA DE

nerles termino, Si

miras siriietras no paralizasen y enibarga-

SCI Su

voz.

para autenticar (lespues con ella.s utia

CXeepCiofl

del

principio de

legitiinidad,

que forma ci pedestal de este coloso

(IC poder, pie sin embargo sostiene en Suecia a Bernadote,

y

véc

batirse

t

los Griegos contra su

lcgiliino

soberano sin abrir Ia

boca, ni tomar las armas a favor del principlo; porque en po-

utica los prineipios se explican siempre por la con vcriiencia y

ci poder, que son las solas reglas quo no tienen cxcepciones. EL

estupido Fernando y sus consejeros no

y

en bien quo estân ha-

ciendo acaso el papel de manequines,

y

pie en realidad mandan

en España otros por su medio sin que ellos lo perciban: y los

eargan de odiosidad y de ridiculo, paPa (Iespreciarlos despues

y lerribarlos. Los eclesiasticos ban tenido sienipre tambien

esta conclucta con Ins Reyes, quando no so les

ban

sugetado

como quieren, y oprirnen

y

matan a

so

gusto. Fernando se ha

gloriado en sus decretos de que la Santa Alianza Ic ha prome-

tido no trabarlo iii detenetlo en su brutal absolutisino; J)C() no

tree que estâ en el plan de ésta hacerlo odioso, y naturalizar

en la Europa on despotisino tartaro per manos mas firmes quo

)as suyns, y poe caracteres mas decididos. So herinano lace

alarde do esta lirmeza para contrastar la tirania vcicido.sa y

Toda su fucrza y poder contra cuss est(tn en esa

legitzmzdad

que ha paseado

todas las naciones, y ha sido arrojada do todas ellas quando han qucrido efi-

cazmente hacerlo, y se ha Ilcgado despues

a

reducir i un titulo buricsco on

icncabezsmiento de las leycs, come sucede

a

Fernando con el quo anadc si.

enipre ii su nombre, de

Bey de Jerusalem, de Vit,ole,, tic Sicilia y

cicmás, quc

nadie sin embargo Ic disputa ni disputara, mientras esos Bus reynos scan solo

escritos, como ci dc Sancho, y se contente su

leitimid d

con cstos acreos

de-

rec/ios, que bacon solo su vlda y su cistencia on todas panes. Fernando no

e su legionud d

con esos ojos, y is crc alga todavIa; y par cso

on

is con.

testacion 6 nuts de oficio de su ministro de Estado ci Duque del infantadu,

dice sobre ci rcconocimiento de America, como nacion; quo es

Señor also-

Into de ms esta do:, sin que nadie teuga que mesciarge en las raxones cue pueda

tencr pore obrar, del mode que obra, ni dl estI tasnpoco obligado

a

dar cuenta 6

potencia alguno de sits procedi,nieneos.

En tocando la teds de so mauls dc

soberanla

sale siempre de sI, y Ic ataca ci frenesi de ahsoiuto, sin que se le

pueda contener. No parece sino quc ha heredado

s

fucrta y ci prcstigio de

Napoleon, pars hablar tan alto.



FERNANDO SEPTIMO

timida de Fernando, y merecer la aprobacion do la Santa Ali-

anza, y la devocion de un puebldfanatico, que es cruel por re-

ligion y por ignorancia. Es bien raro que éste no

ea esta

mala îé con que le tratan los unos y los otros dentro y fucra

de su reyno. El instinto del despotismo bastaba para quo to

percibiese sin necesidad de la razon; y los ataques contradic-

torios quo le dan de todos los puntos podian haberle abierto

los ojos y dark por sentimiento

Si quiera una idea do

to

pe-

ligroso do su situacion, y de sus verdaderos enemigos, quo no

son ciertamente Jos quo ha per.seguido y ahorcado como tales,

sino los que ha agraciado y protegido.

Todo el tiempo quo se liallen desglosadas y on dispersion las

piezas que componian el sistema que regia la nacion no es

nacion ni forma on cuerpo ni Fernando es Rey. El trono es-

tâ vacante porque no hay trono y se puede aspirar a él casi

sin delinquir; porque no existen yâ derechos do posesion

aun la fantastica

Legitinzidad. El

quo to constituya de nuevp,

crea esos derechos; y ésta es Ia razon porque los serviles en su

rev olucion desunen y destruyen, para lar despues la corona a

Don Carlos 6

t

quien les plazca. El nombre do Dios que

invocan sicrnpre que delinquen, los hace ma.s insolentes y em-

prendedores quo eran los libcrales, que obraron siempre rnedro-

sos contra ese Dios de rutiiia y do los fray los: éste niiedo los

debia dosanimar a ellos y alentar

t

los otros quo obraban

con esta ventaja. Es preciso confesar quo la revolucion ac-

tual do Espafla favorece tambien a Don Carlos por esta parte,

pucs ci clero y los serviles empiezan yã a acusar at ciclo do

soportar los crirnenes é

impiedad do Fernando, y to suponen

resuelto âjustilicarse con .su destrono. Seria segun ellos un

testirnonin contra Dios mismo su Rcyedad. El miedo y ci

horror quo ha inspirado a los pueblos so cruel conducta at

mismo tiempo quo los intiinida, to bace detestable,

y

to ilena

tambien do miedo a éì.

.,V ecessc est muUos timeat, quern multi timent.

Todo to quiere precipitar del trono; 61 misnio se arroja de 61



856

1DA

con su miedo y su desatiento. Los frayles dicen que no quie.

ren destronar a Fernando sino a la anarquIa qué mantiene

con su impiedad, y pie hay peiigro en soportarlo man:

ptrri u

turn in misericordia, pie decia Tacito. Los liberates estarân a

todo y se comforinarãn porque saben pie con Fernando ci

patriotismo y la libertad tiencn pena de muerte,

y

que todavIa

Ies pareec hurnana y dulce esta pena a los serviles pie quiet en

piw eso t

Carlos, cnya virtud opresiva suponen debe ser man

fecunda é inventiva de dolores, y modos de causarlos

y

ator-

mentar.

Nosotros no nos atrevemos a dat una profesia que non pueda

comprometct con el publico. Los datos

y

ci calculo son los

quc han hecho siempre, y pueden tiacer ullicamente a los pro-

fetas. Hemos vaciado en éste resumen Ins que tenemos y todos

podrãn profetizar como nosotros. El desorden y contra-

diccion con pie los vâ dando la España Poe Ia nattiraleza de

su gohierno y de su Xefe y por que hace ailos y aun siglos

que estâ en rev olucion no nos permite

os unos ni a los

otros on punto fixo desde donde tirar nuestros calculos; y poe

otra parte.

J t esda mms horn inn

r

fati,

sortisque futuri

Virg.

Sin embargo Caries

CS

lilt

tirano poe ver y Fernando to en

la vista y expeiiinentado. La novedad tiene tamhien so ilu-

sion y prestigio;

y

el iniedo solo influye siempre Inenos, que

ci miedo y la venganza en perspectiva. Es vertlad rjue Fer-

nando tiene ann la fuerza, y los empleos poe auxiliares; pero

estos se han hecho en sus manos nuios por so inseguridad y

la fuerza en ]as rcvolucjones se vâ desmoronanijo y deshaciendo

a proporcion de que se vâ perdiendo la esperanza de triunfar,

y Fernando por

Si

mismo puede darle muy poca de ser sosteni-

dos a los que ho (lelienden. La Santa Alianza ha formado tam-

bien on problema

(IC

su opinion poe sun principios, y por sus

proyectos sobre Espafia, y mas todavia por su impasibilidad.

La Inglaterra se puede contar sienipre con pie estã de parte

del deterioro y deztrozo pie se bagan las naciones

i Si

inismas,



FERNANDOSEPTIMO 337

y sin participacion util, ni proveho de ]as demas. Vive de que

las demas mueran. Tirano por tirano, ninguno leestorba ni ir-

rita,sjrio ci q ue se propusiese dexailo de ser en ci trono, transubs-

tanciacion mas imposible 6 milagrosa, que la del pan en Dios.

Su libertad es enemiga de Ia libertad del mundo, pOrcJUe

Cs UI1

libeitad bastarda, que en ci fondo es un absolutismo con los

adornos postizos de parlamentos, y gran carta.* Asi todo

coucurre a desanimar a Fernando de ser sostenido, y a Ia na-

cion dc ser auxiliada. Una opresion mayor le espera; uno y

otro partido tienen que vengar. Son Mario y Sylla, que inun-

lan a su turno a Roma de sangre. La conquista, 6 una gran

masa de fuerza que Ia oprima, como a Napoleon, son los dos

unicos remedios

JUC

Ic dexaràn esciava; lo serâ sin pena, pues

ese

Cs

ci estado de su nattiraleza;

PCFO

quedarã at menos

tranquila, aunque sea con Ia tranquilidad

IC

los sepuicros. El

triunfo

de qualesquicra de los dos partulos liari de ella al fin

un desierto, deposito de fieras y de sabandijas; y entre tanto

habrâ tantos tiranos coino liabitautes, y tantos infelices, como

tiranos.

Memos dado estc compendio de Ia revolucion actual de

s

paila, hecha poe los frayles, y obispos, para cerrar con ella

las anecdotas y vida tic Fernando

que yã no

CS

ni

70

ni

Fernando, estando, como estã, reducido a una compieta nulidad

como Rey, y aun como hombre. Queda por concluir esta re-

• En Ia obra tituisda

La Librtad de tot .3faret

que dimos en Espanol, está

ilevada esta verdad hasta Is evidencia. La conducta constante de Inglaterra

es la mejor prueba de quc ban enlazado los politicos ingleses so felicidad

con iadesgracia dcl Continente Europeo; y aun

so

podria decir, con It del gene-

ro humano en general. Su iniposibilidad en los apuros en que ha puesto Ia

S anta . V ianza

a

la Espaiia, y tiene

a

Ia Greca, dice bien, que acaso no tiene

la libertad de ]as naciones enemigo mayor, que aquel gabinete, que hace boy

en ci mundo de los observadores is fronia de la libertad. El papa, que burla

y trrastra en estatus, lienandolo de maidiciones y desprccio, es boy so amigo

en politica y su instrumento, como ci de

la Santa Aliaura en religion; y ci

pais de la filosofia lo es tambien de is supersticion: contradiccion cjue solo

se puede explicar par la sordidaz de sus miras, y par as notoria impudencia

politics,

quc no Ic vs en zags

a

la natural de Fernando, que acaso tiene yá

por eso una disculpa, que rebaxa algo ci descredito 6. infamia dc is suya por

It concurrencia.

U



338

fDA bE

volucion; y si su desenlace Ilega a tiempo en que aun no esten

publicadas estas anccdotas se aiiadirã a

este bosquejo; y se

tendra entoncestoda la historia entera de las desgracias de la

Espaiia y de la de Fernando que se las causó.

Exoriare atiquis

nostris ex ossibus ultor

Los hechos que desde la conclusion de este bosquejo presenta la Espaiia,

confirman mas y mas nuestro juicio sobre el exito. Esta nacion presentaba

a] fin las aparicncias do conformidad con ci dcspotismo de Fernando, qua sufre

y habla escogido. Desde Is

separacion del ministro Cs,—su reemplazo por

lnfantado,—la ilamada de Ugarte,—la execucion de Bessicres,—la desgracf&

del General Espaila,—la creacion del nuevo Consejo de Estado,—y la pausa

que hicicron por on corto tiempo ]as resistencias de las partidas con el apelli-

do de

Carolina .

que antes hacIan un alarde do invocar este nombre ;—un

instinto prudencia] dirije sordamente la revolucion, qua no necesita yá cx-

teriorizarse tanto ni escsndalizar, por qua no teme tantos embates ni resisten-

cias. Los que conocen poco a Is Espafia y no tienen los datos qua dan Is

cave de esta extraordinaria, disimulada y maflosa revolucion, podIan acaso

creer, qua los frayles han desistido do su empeno, y que

Is España duerme yá

tranquils a is sombra do Fernando y áI son de las cadenas que 69te le suena

sin cesar. La aparicion del feroz guerrillero Merino, que, despues de hsber

mandado partidas contra Is libertad y a favor do Fernando A lo tigrc, destro-

zando con sus manos a sablazos a los liberales que cogfa, Se ha presentado en

Is

arena contra ci rnismo Fernando, aconsejandole en sus proclamas, que

dcxc ci Reyno

a

su hermano, pucs

ft

no as capSz de gobernar, los debe haber

desenganado de quo Ia Espana está minada do

cardliniamo

y do que Fernan-

do atiza este fuego devorador, que su inconsideracion ha encendido, y han he-

cho inextinguibie los fi-aylcs y los clerigos. Las gracias y dest.inos que se

conceden tI los mas exaltados Carolinos ;—los honores que

Sc

rindcn a Ia mc-

nioria del maivado Bessieres;—su profesla a Ia hors de su suphcio scerca del

ealto do Ia rebelion, supuesto estar en ella todo ci estado eclesiastico de Es-

pans ;—los nuevos disturbios quo nacen a rcpres:ts en las provincias;—Ia de-

saparicion del General Mina de Londres, qua attnquc liberal, puede haber

thdo excitado por los Inglecec, pars una diversion, 6

Unnuevo apuro, qua ci

partido Carolino tome como pretexto, para cambiar de amo;—y ci silencio

mismo y falsa seguridad en qtie so liahIa puestó, al parecer, In. Espana con ci

nuevo ntinisterio ;—todo prueba, que lx revolucion anda, y sun nias asegura-

da por falta de contrastes, en sus verdaderas niras de gr.duar la tyrants que

no sabe Fernando desempenar

gusto de Dios y de sus ministros. Los parti.

darios de Is libertad, como los Basanes y otros qua se presentan en guerri-

llas, no hacen otis co s qua los grotescos del

carolini

o

y desaparecen pron-

to, para dar lugar S los Merinos y consortes, quo hacen los primeros y vet'-

daderos papele's de esta revolucion, que Ilevan los frayles pot' ci rum.

bo

e

Is

persuasion d intriga celeste y espiritual que

CS SOarms; 7



FERNANDO SEPTIMO

39

,sta as is razon de equivocarse lo

que lo esperan todo en las revoluciones

de las conmociones, de Jos ataques y de ins resistencias. Cads, revolucion

tiene su naturaleza particular, que no puede desmentir en lo

medios que

toma para realizarse, y lo

modos de conducirse. Esta debe ser per eso toda

misterios, y sacramentos; y A fé que, bien manejadoe, no son menos seguras y

eficaces estas armas que log caflones y ]as bayonetas. Las revoluciones, quan-

do toman ci rumbo de seguridad que tiene boy la de lo

frayles en Esparia, y

yfi sin estorbos, giran sobro ci cxc del disunulo, que hace toda

so

fuerza, estan

en acechode Un, ocasion favorable, quo dé el desenlace con sazon y salvando

todas las apariencias. Hasta tanto, una buena armonfa aparente, y Is odiosidad

de que so vaya con arte cargando al gobierno, y aumentando per momento.,

flevan al fin con mas seguridad, que lo

esfuerzos estrepitosos, que empeflan

observadores en desljndar la buena 6 mala f, y ponen al descubierto

las miras v a lo

autores. No en todns las revoluciones es facii dsta quietud,

y mono, ci que so pueda esperar el resultado de ella; pero yá hemoa dicho,

que cada una tiene au genlo, y Ia de lo

frayles debe tener este caracter per-

fide, que hace ci alma de su religion y do su cstado.

Es visto per esto, que La Espana algae sun la misma derrota en

s

revo-

lucion que dexamos descrita en ci bosquejo que antecede, y que nuestro

juicio es y so hace mas verosjmjl ends di,. Creémos a Fernando yã

fi

discre.

cion de lo

frayles y lo

Ultra

qua lo 11ev an a sus fines per ci camino de so

herinano, diciendole In Ilevan per ci su

o

J ios,—Faeria,—y

liber les

son

sin duds Is venda que lo ciega; y no Se Is quitarán probablemente hasta que

lo haya andado todo, pars que

ea yá entonces bien el termino, y el fin. Un

accidente imprevisto podra variar el plan; pero es basta abora harto probable,

qua no ca el que anda ci camino quo, con vista, quisiern andar, y ha

s a sen-

tarse on el trono con seguridad. &s

innate ctemtncia

quo llama el bobalias

do nfantaelo a su ferocidad; y

la suerte vc n turaaa

de l

Espana

en poseerlo,

que nsf califica est6 necio

impudente adulador (i ha esclavitud on que gime

per

al

Is nacion, Ic han proporcionado lo

peligros que boy come, y de que no

es facil adivinar, si se librarL

Son muy conocidos lo

disimulos de Ia politics, y no nos harfi per eso van..

ar de juiclo Is idea quo nos ha queridodar el gabinetefrances en sus gazetas

ministeriales

i

favor de ]as miras saludables tie Fernando y de su ministro

Infantado. No hace muchos dias, quo Vileille, ministro de Carlos 100,

dada al Lord Wellington, comisionado per lnglaterra, que era inbarajable

Fernando,—

que habIan maiog'rado lo

franceses todos lo

esfucrzos quo habian

hecho con éI para restabiecer el orden—y que no podia contar con ningun

partido, piies el pueblo lo aborrecma per su ferocidad, y los francs per impio.

AiiadIa, quc sostenia la Francia ni ministro Céa per so moderacion y sanas

miras; y hey dice que no hace alto en Ia mudanza tie lo

hombres, come no

se muden lo

principios ni ci plan, come no lo

muds Fernando y su nuevo

ministerio. Esa as Is deagracia de Is Espana, Is inmutabilklad do sus princi-

pbs. iPorquC pues, sine se mudan esos principios, se aiegró tanto

unpartido

que no nombra is Francis, slob con esta indeterminacion, £ La separacion de Cés?



4

DA DE

ud misterios son estos que ocultan el nombre de este

par€14o

quando

sabe todo el mundo que es, y no puede ser otro que ci do los Carolinos,

dc los frayles, ci de los Ultraserviles, el de In, junta apostolica, ci de los ene-

migus de Fernando ?_ Porqu46 se pudo alegrar e8te patido, sino porque

ganaba terreno en ci despojo del rninistro C.a, quo era del partido de Fer-

nando, y estaba sobre aviso contra las miras de el otro? Las tortuosidades, y

caminos espirales y de travesIa con quo anda Is politics, quando tiene que

conlkindir sus inirss, pueden solo explicar estas contradiccionea, que no lo son

psra los gabinetes do Pettersburgo, y de ]as Tuliorfas que las saben solo en.

lazar en su plan. La ingiaterra, desde ci congreso do Verona, parece haber

renunciado los principios de so poiltica, y su org-ullo do suprcmacIa, quo era

incompatible con Ia invasion y ocupacIon do Espana, y las mires de La Rusin. y

la

Santa Aiianza sobro ci continente, miras quo resistió S tanta costs Is Gran

Bretsüa en Napoison, quo tcnIa Ins mismas. Es un papel muy subalterno el

que represents hoy cats nacion clue daba

Is

Icy al mundo on los tiempos de

los Chatam y los Pitt. La libertad quo tome y aborrece por ntas quo

afecte respetarla, Ic ha ocasionado ci desatiento con que so conduce, sin po-

ncr yá ci

p

con seguridad en parte alguna, desde que is Santa Alianza Ic ha

enseñado is fuerza y los recursos, quo ella no ticne; y véc y . en so nacion Is

inquietud y descontento que anuncian sicmpre las crisis de las naciones. La

incertidumbre en quo Ia ha puesto so incoitsideracion, quando en ci congreso

de Verona so decidió a medias por la Santa Alianza, como si la politica admitiese

nones esos caminos mcdios, no ha salvado su reputacion do liberalismo quo in-

lñtentaba salvar con ese medio doloso y superchero, y le ha hocho envilecer

so politics hasta al punto de ir a compis con los smo

del continente, y no ha-

blaryá nones mas con ci tono do senor quo tonIa, como vinculado su gobiorno.

La Espana no espera pars su sosiego per ests razon nada de ella ni pars su liber-

tad otra cosa quo contradicciones. So influxo en Ins Americas es bien rate-

ro, porque la Santa Alianza no so ha esplicaclo sun abiertamente on osta parte,

y so lasuponc su enemiga, como lo es de Ia libcrtad, y del sistema repubiicano,

en odlo del qual se ha establecido. La malafé del gal,inote do San James obra

boy medrosa, pot-quo no puede unir los extremos quo torpe y cobardemente se

ha elegido, quo son rcsistir Is libertad en Is. Europa y aparentar sostenerla en ci

Nuevo Mundo por negoclo y al disimuio. Fernando es acaso el mejoritey

del mundo pars los ingleses, que quisieran d todo ci mundo esclavo y depon-

diente do so induatria y do su comcrcio. Si creen a su hermano Curios 1)000

quo ti, no puede hither duds quo seth sostoniclo pet- ells su partido; y

Si

Is

Santa Alianza encuontra on do su cuents, porque Jo crea titus al caso pars-

despots, y con uti si es no es de

legielmidad

a quo baste para suplantar a un

hermano, no es dudoso quo no tengan Jos Caroiinos dc España on apoyo cit

In. ingiatera, quo entre tanto compra terrenos y posesionos en Ins Nuevas

flepublicas de America, y bencilcia sus miras casi cxclusivarnentc con dis-

gusto de aqucilos habitantes, quo von no muy a lo largo Ins restiltas do eats

proceder; y no han olvidado aun quo Ins dcsgracias de Ia Espana vienca

scaso do esa misma conducts que tuvicron auh los Cartagineses con los Es



FERNANDO SEPTIMO

41

panoies, al arribar la primera vez A sus costas. Nosotros creemos al fin, que

todo indies per Is parte del interior de Is España y por Is del extrangero, que

la revolucion de los frayles camina a paso no muy tardo, y que son pocas las

esperanzas que se

en, ni dentro, ni fuera, de quc so pueda salvar de la borras-

ca que está corriendo eatS nacion.

• Capapé,—eI primero que proclamo a1 Infante Don Carlos,

—el quc, preso,

Y enjuiciado, enseno las

do r carlam

de al, y de su puno pars su defenza,—el

que comprometió al ministro Cruz, y le fud tan fatal, como se dexa insinuado,

—scabs de ser juzgado y sentenciado por us tribunal compuesto de diez y

Sicte, de los quales, los tres lo condenaron a muerte, scis votaron por ci en-

cierro perpetuo, y ocho por la absolucion, y conservacion de su buena opini-

on y fama; y 6ste ha sido ci parecer que el Rey escogio. Otro inisterio, como

ci de Ressieres, fusilado y honrado deapues. Hay quo tapar 6 n6 ?..— Qui

misterios son estos ?.. Los que mandan,—los que sentencian, estan por Fer-

nando 6 por Don Carlos

Fernando mismo, i por qwen está Está por

81 6

contra sI 1—Los juicios quo nos ha hecho formar esta trama, y dexamos

estampados en ests obra, se hacen man verosimiles al menos cada dia; no tie-

nen esios misterios otra eapheacion. i Si saidremos despues con algun tu-

multo de liberales (so suponc) puestos a mano, pars tener, que aconsejar a

Fernando, que abdique La corona pars sosegario —La desaparicion del

General Mina, que fué fosforica, pues ya ha vuelto a Londrcs; y Ia muerte

del patriots Moreno Guerra en ci transito de Tanger a Liverpool, habiendo

estado antes de consul de Guatemala en Gibraltar; prueban bien, que Fer-

nando

t ncarolinado

y revuelto con ci gabinete de Londres, y sun con ci de

Versalles, juegan una fsrsa pars sus fines, en que los ilberales hacen ci papel

de comparsa, de preteato, do disimulo y de victims. La cosa tiene todas las

apariencias de ser sal; ci tiempo lo acabará muy pronto de descifrar.

I. ..4.,hnuad Ca, Jmftresoru.



DVERTENCI

e queda imprimiendo y saldrã

con la mayor brevedad

Obra

en tin tomo 8vo titulada

R etratos politicos de tot princi-

pates

personages

que ban jugado en las revoluciones de Espa-

fla :—obra quo es como un corolario de la que hemos dado en

este volumen y con laqual no queda yã que desear sobre las con-

vulsiones y desgracias que ha sufrido y sufre aquella nacion -

sobre las personas que ban influido en ellas y cómo ban iiflui-

do —sobre La vida y caracter de su Rey Fernando 7° —sobre

ci estado actual de aquel reyno —y sobre las nuevas republi-

cas de America por la parte que dicen todavIa alguna relacion

con él.

Igualmonte se anuncia la publicacion de este volurnen de la

Vida de Fernando

traducido al Ingles quo saidri a la

mayor brevedad pues eata concluido.

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